Existen muchas teorías las cuales tratan de explicar la naturaleza jurídica del estado, es decir el ser del Estado.
Entre estas teorías encontramos las que lo consideran desde el punto de vista objetivo, Ya que lo ven como un objeto, algo tangible, que se puede tener. A continuación se mencionan estas teorías:
a) El estado considerado como un hecho.
Ya que el Estado es algo realmente dado, concibe al mismo como una realidad.
b) El estado en cuanto Estado
Es decir, lo concibe como un a situación, que generalmente es de dominio.
c) Identificación del estado con uno de sus elementos
Se identifica al estado con uno de sus elementos, y al efecto, estos son territorio, población y autoridad.
d) El estado como un organismo natural
Lo concibe como u organismo natural de tipo físico, cuya existencia, esta condicionada por leyes naturales e independientes de los hombres que lo forman.
Ahora bien las otras teorías, lo consideran desde el punto de vista predominantemente subjetivo, ya que piensan que fue creado por una divinidad algo superior al hombre, a continuación se mencionan estas teorías:
a) El estado como unidad colectiva o de asociación
Ya que esta compuesta por un grupo de hombres que se asocian o colectivizan para formar una unidad sociológica. El estado no es si no un contrato o pacto de asociación.
b) El estado como organismo Ético- Espiritual
Concibe al estado como un organismo con caracteres metafísicos.
Existe otro criterio de clasificación en cuanto a la naturaleza del estado en el cual se expone lo siguiente o las siguientes teorías:
Suelen clasificarse las teorías en tres grupos fundamentales:
1.-Sociológicas
Concentran el enfoque en los fenómenos tal como se presentan a nuestros sentidos. En este aspecto podemos decir que son las teorías más toscas intelectualmente, pero más comprensibles y que, de hacerse una encuesta, gozarían de mayor popularidad. Su empirismo se basa en dos hechos incontrastables:
La existencia de un poder de dominación fácilmente detectable a través de la expresión simbólica de la autoridad (fortalezas, uniformes, edificios gubernamentales, etc.). Nadie dudaría en señalar a estos hechos como expresión del «Estado-Poder». Sobremanera en los tiempos actuales donde, como vimos, el agigantamiento del Estado-Poder ha sido importante. Esta dominación ha sido juzgada de diversa manera, tal como veremos cuando estudiemos la justificación del Estado, que es un tema estrechamente vinculado con éste.
La convivencia de hombres es otro dato verificable. Si estos hombres forman un agregado de individuos o una especie de entidad supraindividual, da lugar a intensos debates entre sociólogos y filósofos. Si a ello se le debe llamar «Sociedad» o «Comunidad» también origina medulosos análisis en una teoría social, más cuando ello se liga estrechamente con el concepto de Nación, que es un tipo determinado de sociedad, aparecido en la modernidad y de la cual nos ocuparemos en su lugar.
La conclusión a la que llegamos, pues, es que desde el punto vista sociológico el Estado implica dos elementos: los hombres y el poder. Existiendo los que acentúan uno u otro elemento según sus preferencias doctrinarias.
2.- Jurídicas
Implican un análisis intelectualmente más refinado pues, sin perjuicio de admitir los elementos sociales anteriores, indagan sobre el sistema de relaciones entre los hombres y de éstos con el poder, comprobándose que la vinculación se produce como consecuencia de la existencia de ciertas reglas o pautas de conductas que se denominan normas. La exageración de esta postura es la de suponer que las normas lo son todo y terminar identificando al Estado con el Derecho, como hace Kelsen. No obstante su unilateralismo, las teorías jurídicas implican la posibilidad de librar al Estado de la semejanza con un ente físico tal como lo postulaba Schdmidt, y analizarlo a la luz de conceptos culturales en los cuales el margen de libertad es cualitativamente diferente. Tiene, eso sí, un riesgo: si identificamos el Estado con el Derecho estatal, echamos la base de cualquier despotismo.
3.- Políticas
Las que más escapan al análisis objetivo, son aquéllas que están basadas en valores fundados en doctrinas diversas. Así, por ejemplo, identificar al Estado con la soberanía, es dar por presupuesto que nos estamos refiriendo al poder y que éste es supremo con relación a los demás entes políticos; o calificar al Estado de empresa, es presuponer que los que la dirigen la llevan a objetivos referidos a valoraciones previas. Es decir, no descartables, pero con la advertencia de que la idea de soberanía, de empresa y similares pueden justificar no sólo el dominio del Estado-Poder, sino su exacerbación en aras de destinos soberanos, con peligro o en detrimento de los derechos de las personas.