Literatura
Lírica de la segunda mitad del siglo XX
LÍRICA DE LA 2ª MITAD DEL SIGLO XX
1/ INTRODUCCIÓN. CONTEXTO HISTÓRICO
Nuestra poesía había iniciado un proceso de rehumanización tras 1927, este proceso se incrementa con las dramáticas circunstancias de los siguientes años. Así será también, en la obra de los poetas que escriben en España tras la Guerra Civil.
Con el triunfo del bando nacional, comienza un largo periodo de gobierno del general Franco. La posguerra se desarrolla en medio de fuertes privaciones, entre las cuales esta el aislamiento político al que nos vimos sometidos por parte de los países ganadores de la segunda guerra mundial.
La posguerra termina a principios de los años cincuenta, cuando España firma unos acuerdos e ingresa en la ONU. Comienza aquí el reconocimiento internacional del régimen.
La cultura española comienza a recuperarse, y en los años cuarenta ya empiezan a publicar diversas obras de interés donde la preocupación por el hombre como tema poético, tanto la expresión de sus problemas existenciales como los de su sociedad, no desatienden las preocupaciones que giran en torno el lenguaje poético, solo en casos específicos volverá a ponerse en primer plano la preocupación por los problemas formales.
2/ POESÍA DE LOS AÑOS CUARENTA. POESÍA ARRAIGADA Y POESÍA DESARRAIGADA.
En esta etapa nos encontramos a poetas mas o menos coetáneos de Miguel Hernández. Se les suele agrupar bajo el rotulo de “ Generación del 36”, parte de ellos continuaron su obra en el exilio. Los que siguen en España se orientan por diversos caminos que Dámaso Alonso redujo a dos: una poesía arraigada y una poesía desarraigada.
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Poesía arraigada, sería la de aquellos autores que se expresan con una luminosa y reglada creencia en la organización de la realidad, es decir, los partidarios o los que estaban conformes con el régimen y todo lo que ello conllevaba. Este grupo de poetas se autodenomina “ juventud creadora” y se agrupa en torno a la revista “ Garcilaso”, efectivamente vuelven sus ojos hacia poetas de este corte. Han salido de la contienda con un punto de vista optimista de claridad, perfección y orden. En puras formas clásicas encierran una visión coherente y serena. Uno de los temas dominantes es un firme sentimiento religioso, junto con temas tradicionales como el amor, el paisaje, la familia, las cosas bellas... destacan los autores: Luis Rosales con “ La casa encendida”, Leopoldo Panero, Dionisio Ridruejo y José García Nieto.
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Poesía desarraigada, será todo lo opuesto a la anterior. Para otros el mundo es un caos y una angustia, y la poesía una frenética búsqueda de ordenación y de ancla, está muy lejos de toda armonía y de toda serenidad. A esta desazón respondió la obra de Dámaso Alonso “ Hijos de la ira”(1944) que preside la creación poética de aquel momento. También hay una revista que acoge a los poetas de esta tendencia: Espadaña, fundada por Victoriano Crémer y Eugenio de Nora. Estamos ante una poesía arrebatada de agrio tono trágico, a veces calificada como tremendista, una poesía que se enfrenta con un mundo deshecho y caótico, invadido por el sufrimiento. La religiosidad también esta muy presente, pero adopta el tono de la desesperanza y la duda, que se manifiesta en desamparadas invocaciones e imprecaciones a Dios sobre el misterio del dolor humano, en una línea existencialista. Esta poesía preocupada por el hombre desembocará en una poesía social. El estilo es bronco, directo, más sencillo y menos preocupado por los primores estéticos. Destacan autores como: Ramón de Garciasol, José Luis Hidalgo, Carlos Bousoño, Gabriel Celaya y Blas de Otero.
3/ POESÍA DE LOS AÑOS CINCUENTA. POESÍA SOCIAL O COMPROMETIDA.
Hacia 1955 se consolida el llamado “ realismo social”. En estas fechas dos libros de poemas marcan un hito: “ Pido la paz y la palabra” de Blas de Otero y “ Cantos iberos” de Gabriel Celaya. Ambos poetas superan su anterior etapa de angustia existencial para situar los problemas humanos en un marco social. En esta dirección aparece una figura del grupo del 27: Vicente Aleixandre, que da un giro profundo a su obra con “ Historia del corazón”.
Estas obras muestran un nuevo concepto de la función de la poesía. Es un instrumento para transformar el mundo, a través de la cual el poeta toma partido de sus problemas, se hace solidario con los que sufren y deja de lado las metas estéticas, los lujos y los problemas existenciales... todo se resume en dos célebres frases: “ El poeta es una conciencia puesta en pie, hasta el fin” y “ Un poeta, por de pronto, es un hombre, y ningún hombre puede ser neutral”.
En cuanto a la temática, hay que destacar la gran proporción que alcanza el tema de España, mas aún que en los noventayochistas y con un enfoque más político. Esto se observa en títulos como: “ Que trata de España” de Blas de Otero, “ Tierras de España” de Ramón Garciasol, “ España, pasión de vida” de Eugenio de Nora, “ Canto a España” de José Hierro y “ Dios sobre España” de Carlos Bousoño.
Aunque durante la guerra civil dos poetas hispanoamericanos ya nos habían dado títulos semejantes a los citados: “ España en el corazón” de Pablo Neruda y “ España aparta de mí ese cáliz” de César Vallejo. Son obras que han presidido nuestra poesía social, y junto a ellas ya conocemos la influencia de Antonio Machado y Miguel Hernández.
Estos temas se dan también paralelos en la novela y el teatro: la injusticia social, el anhelo de libertad...
El estilo es lo ultimo que evidencia que los poetas se dirigen a la mayoría. Expresan su voluntad de llegar al pueblo mediante el empleo de un lenguaje claro, intencionadamente prosaico muchas veces, y un uso sistemático del tono coloquial. Se extrema así, el alejamiento de los primores estéticos, la preocupación por los contenidos es evidentemente mayor.
¿ Consiguió esta poesía llegar a la inmensa mayoría? Por aquellos años la tirada de un libro de versos raramente alcanzaba un alto numero de ejemplares, además los poetas se desengañan de que se pueda transformar el mundo con un libro de poemas. Haría falta que la poesía pasara por un altavoz, como más tarde conseguirían ciertos cantantes.
3.1/ BLAS DE OTERO.
Blas de Otero nació en Bilbao en 1916. Estudió en un colegio de jesuitas, la formación religiosa que recibió está presente en su obra, aunque con posturas cargadas de rebeldía. Estudió derecho pero no ejerció.
A lo largo de su obra reflexiona y expone lo que es para él la poesía. La poesía es inseparable de la vida, de lo contrario resulta falsa, la vida y la verdad son la materia prima de toda obra poética y la belleza formal no puede esconderlas.
Su trayectoria puede dividirse en tres etapas:
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La poesía de su primera etapa esta dominado por la angustia existencial. El poeta se interroga sobre el sentido de la existencia del mundo y del hombre y no encuentra respuesta. En 1958 recopila en “ Ancia” los dos volúmenes anteriormente publicados “ Ángel fieramente humano” (1950) y “ Redoble de conciencia” (1951) En estas obras se releja la angustia existencial en tres tipos de poemas: religiosos, amorosos, sociales. El lenguaje es violento y dramático. Predomina especialmente el soneto, aunque con un ritmo roto y distorsionado por cortes y encabalgamientos abruptos que producen una sensación de apasionamiento.
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La segunda etapa está dominada por la preocupación y el compromiso social y político. Rechaza su poesía anterior para pedir la paz, la justicia y la libertad. “ Pido la paz y la palabra”(1955) es su primera obra en este nuevo rumbo, a la que seguirán “ En castellano”(1959) y “ Que trata de España”(1964) El tema común es España y el lenguaje utilizado es claro y sencillo, predomina el verso corto, prescinde de la simbología y la complejidad anterior y es más irónico directo y coloquial, no olvidemos que Blas de Otero dirige su poesía a la inmensa mayoría.
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En la tercera etapa el poeta busca nuevas formas, no cambia su actitud hacia la vida, pero sí se desengaña de la eficacia de su poesía social. Escribe “ Historias fingidas”, en una prosa cargada de musicalidad y “ Mientras”. No desaparecen los problemas sociales y políticos pero los poemas tienen un cariz mucho más subjetivo e íntimo. La forma se caracteriza por su gran libertad, en la métrica y en el lenguaje, con imágenes insólitas y audacias expresivas que conectan con técnicas cercanas al surrealismo.
4/ POESÍA DE LOS AÑOS SESENTA
Los rasgos comunes de los poetas de estos años se basan en la orientación hacia nuevos temas, como por ejemplo la preocupación fundamental por el hombre que, en parte enlaza con el humanismo existencial, eso sí, huyendo de todo tratamiento patético. Dan frecuentes muestras de inconformismo frente al mundo de los mayores, pero cierto escepticismo les aleja de la poesía social, no es tanto el realismo histórico como la creación de una poesía con experiencias personales.
Se tratan temas como el fluir del tiempo, la evocación nostálgica de la infancia, lo familiar, el amor y el erotismo. En la atención por lo cotidiano pueden emplear ironías, para tratar la realidad que los rodea, lo que revela el citado inconformismo de estos poetas.
La estilística se centra en el renacimiento del interés por los valores estéticos y por las posibilidades del lenguaje.
Destacan en estas nuevas corrientes poetas ya citados como José Hierro o José María Valverde, aunque presenten a veces acentos sociales no pueden encasillarse en aquella tendencia. José Hierro, una de las máximas figuras de nuestra poesía actual, aborda una variada temática de cariz íntimo y universal; y Valverde es, ante todo, un poeta religioso de acentos hondísimos.
Al final de los sesenta ya, comienzan a aparecer poetas nuevos que representan la superación de la poesía social. Los hombres más notorios son: Ángel González, Jaime Gil de Biedma, José Ángel Valente, y Claudio Rodríguez.
5/ POESÍA DE LOS AÑOS SETENTA. LOS NOVÍSIMOS Y LA POESÍA EXPERIMENTAL.
En 1970 se publica la antología “ Nueve novísimos poetas españoles”, en la que un crítico reúne a algunos autores nacidos en los cuarenta, como Manuel Vázquez Montalbán, Guillermo Carnero, Pedro Gimferrer, Leopoldo María Panero, Antonio Colinas... entre otros.
Se trata de poetas nacidos después de la guerra, que comienzan a escribir en una sociedad de consumo. Por lo tanto es natural que aporten una nueva sensibilidad. En su infancia se les dio una formación tradicional y estrecha, empezaron a tener contacto con cosas antes desconocidas y sobre todo los viajes al extranjero, ponen a estos poetas en contacto con nuevas tendencias culturales y nuevas formas de expresión. Se hacen proclives a recibir influencia de autores hispanoamericanos como César Vallejo, Pablo Neruda u Octavio Paz.
Surgen por lo tanto nuevos temas, ya sean tradicionales como la infancia, el amor o el erotismo, como públicos, la guerra del Vietnam, los conflictos raciales, la opresión..., en resumen, al lado de tonos graves aparece la frivolidad, como por ejemplo, Marilyn Monroe junto al Che Guevara...
En cuanto al estilo hay que señalar una revolución formal. Estos poetas emprenden una búsqueda exigente de un nuevo lenguaje, donde se encuentran de nuevo con el surrealismo, en el que ven una lección no caducada de ruptura con la lógica de un mundo absurdo.
6/ ULTIMA TENDENCIA.
En los últimos años del siglo XX la poesía se ha diversificado mucho. Entre los poetas de nuestros días es notable el uso del lenguaje coloquial y del poema narrativo, así como, la alusión constante a la sociedad posmoderna. Es importante también la presencia del Yo poético, de la emoción y la experiencia, tratados con distanciamiento o con humor.
A partir de los noventa parecen afianzarse dos tendencias:
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La poesía minimalista, con poemas breves y expresivamente simples, donde las pausas cobran gran importancia. Destacan Andrés Sánchez Robayna y Julia Castillo.
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Poesía de la realidad, es una poesía directa, coloquial, que valora la experiencia humana. Se acerca al lector y busca ser comprendido por él. Podríamos citar a Luis García Montero o Andrés Trapiello.
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Enviado por: | Estela |
Idioma: | castellano |
País: | España |