Lenguaje, Gramática y Filologías
Lenguas de la Península Ibérica
Lenguas Habladas en España
1.- Lenguas:
El Catalán:
Se considera que el catalán hablado aparece entre los siglos VIII y IX. Los primeros textos escritos en catalán que están documentados datan del siglo XII, son el "Liber iudiciorum", traducción al catalán de un código de leyes visigodas, y las "Homilies d'Organyà", primer texto escrito directamente en catalán, en el que se comentan algunos pasajes de los Evangelios. El idioma catalán fue la lengua de la Corona catalano-aragonesa, potencia mediterránea en constante expansión durante la Edad Media. Entre los siglos XIII y XV fue llevada a las Islas Baleares y a Valencia, Cerdeña, Sicilia, Nápoles y Grecia. La producción literaria culta en catalán sufrió una decadencia desde el siglo XVI hasta el XVIII aunque nunca se dejó de hablar. A partir del siglo XIX se inicia una nueva etapa de esplendor literario y normalización que dará paso a la fijación de las normas de esta lengua durante el siglo XX.
En términos de producción literaria, el catalán es la lengua minoritaria más importante de toda Europa occidental. Los primeros testimonios escritos datan del siglo XII, en el marco de la poesía trovadoresca que desarrolló en común con el provenzal, la lengua vecina del sur de Francia. El gran parecido que existía entre estas dos lenguas hizo que, hasta 1900, la filología románica considerara el catalán como un mero dialecto del provenzal. Durante la Edad Media, y hasta el siglo XV, la literatura catalana generó una floreciente e importantísima producción, con autores de la talla de Ramón Llull (1233-1315), Francesc Eiximenis (1340-1409), Bernat Metge (1345-1413), San Vicente Ferrer (1350-1419), Ausiàs March (1397-1459) y Joanot Martorell (siglo XV), obras históricas como las Crónicas y novelas como Curial e Güelfa o Tirant lo Blanch. El catalán desempeñó entonces un papel fundamental en Europa, de la mano sobre todo de sus dos escritores más representativos: Ramón Llull, visionario neoplatónico, filósofo y lingüista, cuya obra Ars Magna conjuga los paradigmas del mundo cristiano, islámico y griego; y Ausiàs March, considerado en su época el más grande poeta europeo.
Se estima que la lengua catalana es entendida por nueve millones de personas y hablada por más de siete millones de personas, lo que la convierte en la séptima lengua europea en cuanto al número de hablantes.
El Gallego:
La lengua gallega se formó en la zona comprendida entre el norte y el sur del Río Miño. En el siglo XII la zona del norte fue otorgada a doña Urraca por su padre, Alfonso VI de Castilla y León, quien asignó la zona del sur, desde el Miño hasta el Tajo, a su otra hija, doña Teresa. La extrema rivalidad entre ambas ocasionó la posterior independencia de Portugal y la frontera entre los dos reinos favoreció la progresiva escisión del gallego-portugués en dos lenguas distintas a partir del siglo XV. Durante el siglo XIII, el gallego-portugués, fue la lengua de la poesía junto con el provenzal. Por esta razón, Alfonso X, que propició un impulso definitivo de la lengua castellana, escribió sus composiciones poéticas en gallego-portugués por ser este idioma el de mayor prestigio para la composición en verso. Tras esta época de esplendor sufrió siglos de decadencia, aunque no se dejó de hablar, y resurgió en el siglo XIX con los escritores románticos.
El gallego es hablado por más de dos millones de personas y su proceso de normalización ha provocado una controversia entre quienes defienden la situación actual de la lengua y quienes desearían una mayor aproximación al portugués.
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Características gramaticales del Gallego:
El gallego es una variedad románica menos evolucionada y más próxima al latín, lo cual se observa desde el punto de vista fonético en la conservación de la F- inicial (ej.: fariña 'harina', fouce 'hoz'), las vocales breves E y O en sílaba tónica (ej.: pedra 'piedra', ponte 'puente'), la resolución en EI y OU de los diptongos latinos AI y AU, respectivamente (ej.: leigo 'lego', touro 'toro') y la palatalización en CH- de los grupos latinos PL-, CL- y FL- (ej.: chao 'llano', chamar 'llamar', chama 'llama (de fuego)'). Una de las características del gallego frente al resto de lenguas románicas es la caída de la L y la N intervocálicas (ej.: lua 'luna', mao 'mano').
El Euskera:
En primer lugar, su origen es incierto, algunas teorías proponen un parentesco con las lenguas caucásicas que se hablan entre Rusia y Turquía, otras estudian su relación con algunas lenguas africanas, ninguna de las dos teorías puede basarse en pruebas aceptables y el origen de este idioma sigue constituyendo un enigma. Sí se sabe que no es una lengua indoeuropea y que se hablaba antes de la romanización de la Península en una amplia zona del Norte, entre Cantabria y el Valle de Arán como mínimo ("Arán" es un topónimo de origen vasco, "aran" significa valle).
Los más antiguos préstamos léxicos del vasco proceden del celta, aunque son más bien escasos (mando `mulo', maite `querido', adar `cuerno', etc.). La principal fuente han sido el latín y los dialectos románicos de la Península, que influyeron en el euskera durante dos mil años de convivencia. Algunos latinismos de gran antigüedad son liburu `libro', diru `dinero', katea `cadena', errege `rey', lege `ley', gerezi `cereza', bedeinkatu `bendición', etc. Durante la etapa de la formación de los romances peninsulares se introdujeron zeru `cielo', putzu `pozo', leku `lugar', berde `verde', mulokotxe `coche', etc. El árabe, posteriormente, dejó escasos testimonios en el euskera, entre los que cabe señalar gutun `carta', azoka `mercado' y atorra `camisa'.
En segundo lugar, el euskera no tiene la tradición literaria secular de las lenguas romances, los vascos utilizaron el castellano como lengua de cultura durante mucho tiempo y el euskera estuvo durante siglos encerrado en un ambiente familiar y rural.
Siete son las variedades del euskera, a partir de ellas se ha unificado el llamado euskera "batua" que actualmente se enseña en las escuelas del País Vasco.
El Balear:
pertenece a los dialectos orientales del catalán y se habla en las islas Baleares. Comprende por ejemplo el subdialecto mallorquín.
2.- Origen y Evolución de la lengua castellana:
2.1.- Etapas de su formación:
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Etapa prerromana: Antes de la llegada de los romanos, invadieron la Península una serie de pueblos cuya lengua se superpuso a la de los habitantes de las tierras ocupadas: los íberos y tartesios, que, procendentes del norte de África, se extendieron por el este y sur de España; los celtas, que viniendo del norte de Europa, ocuparon las zonas del norte, centro y sudoeste; los fenicios y griegos, que ocuparon la franja mediterránea.
Las lenguas existentes en la Península fueron sustituidas por el latín, a excepción del euskera. Pero la desaparición no fue total, ya que dejaron en la nueva lengua huellas en el léxico, en la sufijación e incluso en los hábitos de pronunciación. Estas huellas, que influyeron en la evolución de determinados sonidos, reciben el nombre de sustratos. Veamos algunos ejemplos.
En cuanto el léxico, son de origen prerromano los términos vega, barro, manteca… y los sufijos -arro (guijarro), -orro (cachorro), -asco (peñasco)… Determinados hábitos de pronunciación de origen prerromano también influyeron; así el euskera incidió en la desaparición de la "f" inicial latina (farina), que se transformó en la "h" castellana (harina).
La romanización: Con la conquista romana de la Península se inicia la romanización, periodo comprendido entre el 218 y el 19 a. C.
Aunque la intensidad de la romanización fue distinta en los diversos territorios de la Península, la sustitución de la lengua y la cultura existentes por la latina fue practicamente general. En el sur, por ejemplo, fue intensa y temprana; en el litoral mediterráneo tuvo un carácter militar; otras zona, como el territorio vasco y cantábrico, fueron romanizadas con escasa intensidad y tardíamente, lo cual explicaría la conservación del euskera frente a la imposición del latín.
La lengua que entró en la Península era la hablada por los soldados y comerciantes, es decir, el latín vulgar, pero el contacto con elementos del sustrato prerromano y diferentes ingluencias posteriores (germánicas, árabes…) provocaron su evolución y dicersificación.
La mayor parte del léxico castellano proviene del latín de esta época: léxico común (mesa, libro, agua…) y también, nombres propios de persona (Julia, César), topónimos (Zaragoza, Tarragona…).
El superestrato lingüítico germánico: En el siglo V invaden la Península diversos pueblos germánicos: suevos, alanos, vándalos y visigodos.
Si bien los visigodos lograron dominar casi la totalidad de la Península su lengua apenas tuvo influencia, porque ellos mismos prefirieron adoptar el latín. No obstante, conservamos algunos vestigios en palabras y nombres propios como alberge, escuela, Álvaro, Elvira…
El fénomeno caracterizado por la influencia que una lengua ejerce sobre otra a la que no ha logrado sustituir se denomina superestrato lingüístico. En este caso, la lengua germánica no se impuso ante la firmeza del latín, pero dejó resto en ella.
La lengua hablada durante el periodo de la dominación visigótica fue evolucionando poco a poco hasta originar las lenguas romances. De esta forma, muchos de los rasgos del latín se pierden: las vocales "e", "o" tónicas tienden a diptongar (petra = piedra, porta = puerta)…
El superestrato árabe: con la llegada de los musulmanes en el 711 nos encontramos con el tnómeno de superestrato lingüístico más importante: el árabe.
Como consecuencia de la dominación musulmana, la Península quedó dividida en dos partes: la árabe y la cristiana. Aunque esta última estuvo relegada a la zona norte, desde aquí se inició un proceso de reconquista que terminó en 1492 con la rendición dek reino de Granada.
El superestrato árabe no influyó considerablemente en nuestro idioma en cuestiones de fonética, ortografía o sintaxis. Sin embargo, aportó un gran bagaje léxico.
2.2.- Momentos históricos en el desarrollo del castellano:
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Se conservan voces prerromanas procedentes de las lenguas que se hablaban en la península.
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La romanización va del 288 en adelante, los romanos implantaron el latín, y permanecen en la Península hasta en siglo V. A partir del siglo V con la desmembración del imperio romano de occidente el latín evolucionó de forma diferente en cada sitio.
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Del siglo V al XI siguió cambiando el latín hasta el siglo VIII legan los musulmanes a la Península Ibérica. Permaneceran durante 8 siglos en la Península.
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El primer documento escrito que atestigua que nuestra lengua se diferencia del latín es del siglo X, son las glosas silenses y emilianenses.
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En el siglo XIII Alfonso X se da cuenta que la lengua que habla el pueblo debe ser la lengua oficial, el castellano. A partir de aquí las leyes se escribieron en castellano y nace la prosa científica en castellano.
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En el siglo XV nace al primera dramática castellana.
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Los siglos de oro (XVI, XVII), están tales escritores como Cervantes, Lope de Vega…
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En el siglo XVIII aparece la real academia de la lengua.
2.3.- Dialectos del castellano:
Andaluz
Extremeño
V. Geográficas Murciano
Riojano
Canario
Español de América
Astur-leones
V. Historia
Navarro-aragones
3.- Español de América:
Se llama español de América al uso que hacen del castellano los hablantes de diversos países americanos. Esto es debido al proceso de hispanización que se inicia en 1492 con el descubrimiento de América. Los factores esenciales para el estudio de la realidad lingüística son la edificación de este castellano sobre el sustrato étnico de los nativos y la imposición de una lengua diferente al castellano, que ya venia muy dialectalizada.
En el español de América se divide entre tierras altas, frías (predominaron los colonizadores castellanos): el vocalismo es débil, y las vocales átonas internas tienden a desaparecer; y tierras bajas y calientes (predominaron los colonizadores andaluces) en grado variable se relaja el consonantismo, hay aspiración y pérdida de s.
En el aspecto fonético es clara la impresión de “andalucismos” que produce el español hablado en América. Comparte con el andaluz los rasgos siguientes; seseo, yeísmo, aspiración o pérdida de la -s final de sílaba o palabra, confusión mutua de r y l y aspiración de la h- inicial procedente de la f- inicial latina.
Esta semejanza entre andaluz y español de América se debe: o a una evolución independiente que coincida en los dos territorios o a un influjo real andaluz. Hoy en día, se cree que probablemente sea a un influjo andaluz durante los primeros años de colonización.
El español de América presenta los siguientes rasgos morfológicos:
Extensión del plural.
Adverbialización del adjetivo.
Frecuente anteposición del posesivo.
Empleo de yo con preposición.
Preferencia por canté, frente a he cantado.
Pero el rasgo morfológico principal es el voseo, que consiste en utilizar vos en lugar de tú y de ti, entre iguales y para tratar con personas jerárquicamente inferiores. Entre quienes lo practican se siente como vulgarismo, la escuela lo combate normalmente.
Vos (familiaridad)
Ustedes (en ambos casos)
Usted (respeto)
El léxico hispanoamericano es, en lo esencial, coincidente con el nuestro, aunque, como es natural, se observan algunas diferencias entre el léxico de regiones de América y el de España.
La lejanía del territorio donde se habla el español de América propicia que esta lengua sea mas conservadora, lo que conlleva que en ésta haya numerosas palabras desusadas ya en España, es decir, arcaísmos desde nuestro punto de vista. También puede advertirse cómo el español de América es aún más permeable que el de España a la incorporación de neologismos, sobretodo de la presión angloamericana y la inmigración procedente de los más diversos países.
Pese a la unidad que aún perdura entre el castellano de la Península y el castellano de América hay una gran preocupación en que esta situación perdure.
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Enviado por: | Lazarus1987 |
Idioma: | castellano |
País: | España |