Filosofía y Ciencia


Tratado Sobre la Naturaleza Humana; David Hume


'Tratado Sobre la Naturaleza Humana; David Hume'

ÍNDICE

Índice 03

Introducción 04

David Hume; Su vida y sus publicaciones 05

Tratado Sobre la Naturaleza Humana 07

Parte I. Sobre las ideas, su Origen, Composición, Conexión,

abstracciones, etc.

Sección I Sobre el Origen de Nuestras Ideas

Sección II Sobre la conexión y la Asociación de Ideas

Sobre las otras cualidades 08

Parte II Sobre las Ideas de Espacio y Tiempo

Sección I Sobre las otras cualidades de nuestras ideas de espacio y tiempo

Sección II Sobre la Idea de la existencia y sobre la existencia exterior

Parte III Sobre el conocimiento y la Probabilidad

Sección I Sobre la Probabilidad y sobre la idea de causa y efecto 09

Sección II Porque siempre es necesaria una causa 10

Sección III Sobre la Inferencia de la Impresión a la idea

Sección IV Sobre la naturaleza de la idea o la creencia 11

Sección V De las causas de la creencia

Sección VI De la probabilidad de las causas 12

Sección VII De la idea de la conexión necesaria

Sección VII De la razón de los animales 13

Parte IV Sistema escéptico y otros sistemas de filosofía

Sección I Del escepticismo con respecto a los sentidos

Sección II De la filosofía antigua 14

Sección III De la filosofía moderna 15

Sección IV De la inmaterialidad del alma

Sección V De la identidad personal

Sección VI Conclusión de este libro 16

Conclusión 17

Bibliografía 18

INTRODUCCION

Este trabajo dará a conocer un análisis completo de la Obra de David Hume, “El Tratado Sobre la Naturaleza Humana”, desde “El Origen de las ideas”, hasta “El sistema escéptico y otros sistemas de filosofía”, en los que se critica la simplicidad con que el hombre cuestiona la naturaleza humana, su capacidad de entendimiento y su relación con la sociedad a partir de sus fundamentos filosóficos.

Cada tema ha sido tratado basándose en la obra antes mencionada, en la cual nos hemos referido a sus postulados creando una idea explicativa de sus fundamentos, a partir de la división de la mente humana en emociones e ideas; de aquí se despliega la temática que se desarrolla en el presente trabajo.

Se ha incluido una serie de frases en las que están presentes la confusión y temores que rodean sus planteamientos, dejando al margen comparaciones con otros filósofos, ya que su ideología es completamente distinta a la conocida hasta ese momento y se puede producir una diferencia de opinión sobre las ideas sostenidas.

Se menciona además una breve bibliografía para situarnos en la época en que se desarrolla su obra debido a su carácter revolucionario y a la crítica recibida por sus contemporáneos.

DAVID HUME; SU VIDA Y PUBLICACIONES

Este filósofo moral escocés nació en Edimburgo en 1711. De familia relativamente acomodada, se educó en la Universidad de Edimburgo dos o tres años a partir de 1723, para luego pasar siete años en su hogar, en apariencia estudiando leyes y en realidad leyendo filosofía, historia y literatura.

En busca de "una vida más activa", durante un breve período de cuatro meses trabaja como oficinista para una firma de comerciantes en azúcar de Bristol. Encuentra sin embargo, que el comercio no le atrae y resuelto a escribir su obra, viaja primero a París, enseguida a Reims y después de un año a La Fleche, un pequeño pueblo en Anjou donde radica durante dos.

Desde joven se dedica con pasión a buscar una nueva percepción de la naturaleza y de la verdad para darlas a conocer al mundo. Cree haberlas encontrado a la edad de 18 años y a los 26, en La Fleche, termina su primera y gran obra: "Un Tratado de la Naturaleza Humana que fue un “intento de introducir el Método de Razonamiento experimental a Sujetos Morales", que un año después publica en Londres donde se traslada con tal propósito. Primero se editan los dos primeros libros: "Del Entendimiento" y "De las Pasiones" y el tercero, "De la Moral" ve la luz en 1740.

La recepción concedida al Tratado fue de gran desilusión para Hume. La crítica se mostró hostil y desdeñosa. Tanto así que, considerando que sus puntos de vista no habían sido entendidos, en 1740 difunde anónimamente un resumen que posteriormente cae en el olvido. John Maynard Keynes y Piero Sraffa lo descubren y publican con un prólogo en 1940 bajo el título de "Compendio de un Tratado de la Naturaleza Humana, 1740: Un Folleto hasta hoy desconocido de David Hume"

Sus primeros "Ensayos Morales y Políticos" se editan en 1741 y 1742, cubriendo gran diversidad de temas políticos, económicos, jurídicos, filosóficos, de crítica y de costumbres. Fueron muy bien acogidos, especialmente los dedicados a temas políticos; Hume los amplía en posteriores ediciones y suprime algunos sobre temas ligeros.

En 1744 es propuesto como candidato a profesor de Ética y Filosofía Neumática en la Universidad de Edimburgo, pero celos religiosos le impiden ser nombrado. Acepta entonces el cargo de tutor del Marqués de Annarrdale y vive en San Albán, cerca de Londres, donde escribe su "Indagación sobre el Entendimiento Humano" y probablemente también sus "Tres Ensayos, Morales y Políticos" que son publicados en 1748.

Con "La Indagación" Hume se propone reponer el primer libro del "Tratado";. Se trata de una obra mejor escrita en la cual se enfatizan algunos de sus planteamientos.

Durante 1747 y hasta fines de 1748, sirve como asistente del General St. Clair en su embajada militar ante la Corte de Viena y Turín. Regresa luego a Ninewells, en Berwickshire, Escocia, sitio de la finca de su padre del cual era huérfano desde sus dos años. Allí termina su Indagación sobre los Principios de la Moral", obra destinada a reemplazar el tercer libro de su "Tratado"; Hume la califica como el mejor de sus trabajos y la publica en 1751. En 1752 edita sus "Discursos Políticos" mientras labora en los célebres "Diálogos sobre la Religión Natural" e "Historia de Inglaterra".

En 1751, Hume se establece en Edimburgo; lo habría hecho en Glasgow, si nuevamente el fanatismo religioso no hubiese truncado los esfuerzos de Adam Smith y otros amigos por lograr, para él, la Cátedra de Lógica en la Universidad de esta ciudad.

Asume en cambio, la posición de Bibliotecario de la Facultad de Abogados de Edimburgo; desde ese puesto tuvo acceso a una biblioteca excepcionalmente bien surtida que en mucho benefició las investigaciones para su "Historia de Inglaterra". En 1757 renuncia al puesto en favor de Adam Ferguson, su amigo común con Adam Smith. Los seis tomos de la Historia de Inglaterra aparecen entre 1754 y 1762.

En medio de esas publicaciones, en 1757 vio la luz otro volumen de ensayos, "Cuatro Disertaciones", una de las cuales, "De las Pasiones", era un resumen revisado del Libro Segundo del Tratado.

En 1763 el Conde de Hertford, embajador inglés en Francia, lo nombró su secretario particular. Recibe desde su arribo, una calurosa acogida por parte de la sociedad parisina. Los enciclopedistas le atribuyen condiciones proféticas y le tratan como tal.

En 1766 abandona París y en 1767 es nombrado Sub - Secretario de Estado para el Departamento del Norte. En 1769 regresa a Edimburgo con y se dedica a revisar sus “Diálogos sobre la Religión Natural”, que se publican después de su muerte en 1779.

David Hume muere en Edimburgo en 1775. Cuatro meses antes escribe "Mi propia Vida", una autobiografía de tan sólo cinco páginas.


Tratado Sobre La Naturaleza Humana

LIBRO I. SOBRE EL ENTENDIMIENTO

PARTE I. SOBRE LAS IDEAS, SU ORIGEN, COMPOSICIÓN, CONEXIÓN, ABSTRACCIONES, ETC.

Sección I

SOBRE EL ORIGEN DE NUESTRAS IDEAS

Hume divide a la mente humana en dos clases distintas, impresiones e ideas. La diferencia entre ambas es el grado de intensidad con el cual se quedaron en la mente. A aquellas percepciones que entran con mayor fuerza, él les llama Impresiones, y bajo éste, están las sensaciones, pasiones y emociones. En cambio por Ideas, se entienden las percepciones que se graban más débilmente en la mente, aquí se encuentran la reflexión y el razonamiento. Otra división que atañe tanto a nuestras percepciones como a nuestras ideas es la de simples y complejas; simples son aquellas que no admiten separación, y, complejas, aquellas que pueden distinguirse en partes.

Hume denota que hay una gran semejanza entre impresiones e ideas e todos menos en sus grados de fuerza. Por lo tanto todas las percepciones son tanto ideas como impresiones, pero muchas de nuestras ideas nunca nacieron ni fueron impresiones y que ciertas ideas complejas nunca serán reproducidas en ideas. Una de las primeras conclusiones de Hume expone que toda idea simple tiene una impresión simple que se asemeja a ella y viceversa.

Sección II

SOBRE LA CONEXION Y ASOCIACION DE IDEAS

La imaginación “...es considerada como una fuerza suave, que comúnmente prevalece y es la causa del porqué,... la naturaleza de alguna manera señala a cada uno esas ideas simples que son las más propias para ser unidas en una compleja.”(1). Hay 3 cualidades de las que surge la asociación y por las cuales la mente puede trasladarse de una idea a otra, estas son: Semejanza, Contigüidad y Causa y Efecto. Las ideas complejas nacen por la unión de ideas simples.

(1) David Hume. Tratado Sobre la Naturaleza Humana. Editorial Ágora, 1959, pág. 32

SOBRE LAS OTRAS CUALIDADES

PARTE II. SOBRE LAS IDEAS DE ESPACIO Y TIEMPO

Sección I

SOBRE LAS OTRAS CUALIDADES DE NUESTRAS IDEAS DE ESPACIO Y TIEMPO

“... toda idea con la que se surte la imaginación primero hace su aparición en una correspondiente impresión...”(2) La Idea de extensión, propuesta por Hume expresa que cuando uno ve un objeto y luego cierra los ojos puede considerar la distancia entre ambos cuerpos, y las impresiones similares a esta idea deben ser sensaciones derivadas de la vista o impresiones interiores derivadas de sensaciones.

Los sentidos nos dan la idea de espacio y estos dependen de la naturaleza de la idea. Todas las ideas abstractas no son más que detalles que pueden confundirse con otras ideas por su semejanza. La Idea de Tiempo no nos brindará una idea abstracta y está representada en la fantasía por una idea individual de una determinada cantidad y cualidad y no es posible que el tiempo por si solo haga su aparición o aparezca en la mente, necesita de un objeto variable o constante que lo haga perceptible para la mente (3).

Todo aquello que es diferente puede ser separado y si por el contrario no son diferentes no podrán ser separados.

Sección II

SOBRE LA IDEA DE LA EXISTENCIA, Y SOBRE LA EXISTENCIA EXTERIOR

Las impresiones o ideas deben ser concebidas como existentes para poder tenerlas en la conciencia; el ser se deriva de esta conciencia. Nunca recordamos una idea o impresión sin darle existencia, pero no se deriva de ninguna impresión en particular. Cuando concebimos, concebimos como existente.

(2) David Hume. Tratado Sobre la Naturaleza Humana. Editorial Ágora, 1959, pág. 35

(3) David Hume. Tratado Sobre la Naturaleza Humana. Editorial Ágora, 1959, pág. 37

PARTE III. SOBRE EL CONOCIMIENTO Y LA PROBABILIDAD

Sección I

SOBRE LA PROBABILIDAD Y SOBRE LA IDEA DE CAUSA Y EFECTO

El razonamiento no es más que una comparación y un descubrimiento de relaciones que sostienen entre si dos o mas objetos. Esta comparación puede realizarse cuando ambos objetos están presentes a los sentidos, cuando ninguno de ellos se haya presente o cuando lo está solo uno. Cuando ambos están presentes lo llamamos percepción más que razonamiento que corresponde a la admisión pasiva de las impresiones a través de los órganos de la sensación. Así “... no debemos admitir como razonamiento ninguna de las observaciones que podemos hacer concernientes a la identidad y a las relaciones de tiempo y de lugar...”(4). Si no hay relación directa con los objetos a través de los sentidos no podemos inferir que cosa es o que es lo que ocurre. Lo real es lo que tiene relación directa con los sentidos, y aunque cambiemos de tiempo y espacio ya existe una idea del objeto a pesar de la interrupción de la percepción, el objeto mantiene una identidad en la mente, lo que lo hace real. Si el objeto cambia, le atribuimos una causa y un efecto que nos permita relacionarlo con la identidad del objeto anterior que para nosotros era real, a través de la interpretación de las causas de este cambio y semejanza, determinamos el nuevo juicio de identidad del objeto.

La Causalidad es la única relación que nos permite investigar las existencias de objetos que no vemos ni sentimos. Es imposible razonar sin entender la idea sobre la cual razonamos; y es imposible entender la idea, sin conocer su origen o primaria impresión de la cual nace. La comprensión de esta primaria impresión da claridad a la idea y la claridad de la idea da claridad a nuestro razonamiento. La idea de causalidad debe ser derivada de alguna relación entre los objetos. Todos los objetos considerados como causa y efecto son contiguos, por tanto la relación de contigüidad es esencia para la causalidad. De la misma forma, existe la prioridad de tiempo o de sucesión de la relación causa efecto, es decir una causa precede a su efecto. Un objeto puede ser contiguo y anterior a otro sin que se lo considere como causa de este último.

(4) David Hume. Tratado Sobre la Naturaleza Humana. Editorial Ágora, 1959, pág.42 Sección II

PORQUE ES SIEMPRE NECESARIA UNA CAUSA

Existe un principio manifiesto en filosofía que cita ...”todo cuanto empieza a existir debe tener una causa de existencia.” (5).

Hume postula que hay relaciones como semejanza, proporciones de cantidad y número, grados de cualquier calidad y contrariedad que no están aplicadas a la máxima antes postulada, pues ella no puede ser instintivamente cierta. No se puede demostrar la necesidad de una causa para todas las existencias que han de venir con su novedad sin demostrar al mismo tiempo que es imposible que algo empiece a existir sin que tenga un principio productor, y si no sabemos el porque del resultado debemos dedicarnos completamente al estudio de la primera proposición. Todo echo debe tener una causa o principio productor.

Toda demostración producida para la necesidad de una causa es falsa, pues el objeto nunca puede empezar a existir por la falta de algo que determine su comienzo. Uno de los cuestionamientos de Hume radica en que si la causa existe donde y cuando comenzará su existencia, si la causa fuera un absurdo no necesariamente será la absurdidad de la otra, como ambas están bao un mismo suelo se sustentaran o caerán por el mismo razonamiento. Otro argumento radica en que como todas las cosas tienen una causalidad, pues si no tuviera una causa, existiría por si solo, es decir existiría antes de existir y eso es imposible. El decir que una causa nace sin causa no quiere decir que postule que ella sea su propia causa, sino que al excluir las causas exteriores, se excluye A Fortiori la cosa que se crea. Un tercer argumento ha sido echo para demostrar la necesidad de una causa. “Todo lo que no ha sido producido por una causa es producido por la nada, o en otras palabras, no tiene nada que sea su causa...”(6) Pero la nada no puede ser una causa, solo es algo, por lo tanto todo objeto tiene una causa real de existencia.

Si es que todo efecto presupone una causa y siendo el efecto un término relativo, la causa sería su correlativo.

Sección III

SOBRE LA INFERENCIA DE LA IMPRESION A LA IDEA

Hume sostiene que únicamente a través de la experiencia podemos inferir la existencia de un objeto de la de otro, así siempre hay un objeto que es percibido o recordado y otro que es dado en relación con nuestra pasada experiencia, con ello descubrimos siempre una nueva relación entre causa y efecto, aunque no estemos pensando en el asunto, a esta nueva relación Hume le denomina su constante conjunción. El descubrimiento de la conexión necesaria que conforma una parte fundamental de la relación entre objetos, no

(5) David Hume. Tratado Sobre la Naturaleza Humana. Editorial Ágora, 1959, pág.46

(6) David Hume. Tratado Sobre la Naturaleza Humana. Editorial Ágora, 1959, pág.47

nos permite descubrir nuevas ideas, sólo multiplicar las existentes en nuestra mente respecto de los objetos, por ende, por la mera repetición de cualquier impresión pasada no surgirá nunca una idea nueva y original.

Así, Hume sostiene que ...”es necesario que en todos los razonamientos probables exista algo presente a la mente, sea visto o recordado, y que de esto infiramos algo conectado con ello que nos sea ni visto ni recordado...”(7).

Es importante recordar que la idea de causa y efecto es consecuencia de la experiencia, así pues ante lo nuevo debemos inferir sobre aquellos objetos de los cuales hayamos tenido experiencia y de los cuales no hayamos tenido ninguna, por ello, para pasar de un objeto a otro, la mente o la razón deberá mostrarnos la conexión entre los objetos ya sea ayudada por la experiencia, por la impresión o por la observación, así pasar de la idea o de la impresión de un objeto a otro no se determina por la razón, sino por principios que asocian las ideas de esos objetos y los unen en la imaginación o la fantasía con el entendimiento, con ello deducimos o inferimos de las causas a los efectos.

Sección IV

SOBRE LA NATURALEZA DE LA IDEA O CREENCIA

Una opinión o creencia difiere de una idea en la manera en que la mente la concibe, así tal como lo dice su nombre, una creencia es algo que la mente siente. Las creencia son las ideas que la mente hace parecer de mayor importancia y las convierte en principios rectores de nuestras acciones.

Sección V

DE LAS CAUSAS DE LA CREENCIA

La experiencia sobre la cual se sustentan nuestros juicios de causa y efecto, operan nuestra mente de manera insensible y hasta imperceptible. Así estas relaciones o ideas que no requieren de razonamiento, entre causa y efecto, o sobre las cuales la mente efectúa la transición sin la ayuda de recordar, o sin tiempo de reflexionar, o sin demora en pasar del uno al otro, le llamamos creencia.

Uno de los principios del razonamiento filosófico de Hume sostiene que “...que los casos de que no tengamos experiencia deben necesariamente asemejarse a aquellos de que la tenemos” (8).

(7) David Hume. Tratado Sobre la Naturaleza Humana. Editorial Ágora, 1959, pág.52

(8) David Hume. Tratado Sobre la Naturaleza Humana. Editorial Ágora, 1959, pág.56

Sección VI

DE LA PROBABILIDAD DE LAS CAUSAS

En esta sección Hume presenta dos principios respecto de nuestros razonamientos: que no hay nada en ningún objeto considerado en si mismo que pueda aportarnos una razón para extraer una conclusión más allá de el y que aún después de observar la frecuente o constante conjunción de los objetos, no tenemos razón para deducir una inferencia relativa algún objeto más allá de aquellos de los que hayamos tenido experiencia .

Aquí sostiene la importancia de que los hombres se convenzan de estos principios y aclara que un objeto no suministra por si mismo alguna razón para concluir respecto de otro, y que, cuando transferimos razonamientos del pasado al futuro requerimos de la fantasía para extraer una idea o imagen única.

Sección VII

DE LA IDEA DE CONEXION NECESARIA

La discusión en esta sección, se centra en que debemos entender de manera diferente y particular a cada objeto, la conexión que existe entre causa y efecto, para entender así, que al observar varios casos en los cuales los mismos objetos se hayan relacionado en nuestra mente, concebimos la idea de conexión necesaria entre ellos, e inmediatamente, elaboramos una inferencia de uno a otro.

Hume sostiene que varios casos semejantes de conexiones necesarias entre los objetos, dan lugar a la idea de poder, pero no ejercen influencia uno sobre el otro, señalando que la observación de las semejanzas produce una nueva impresión en la mente. Hume, cita también que la idea de necesidad surge de alguna impresión, pero que no hay ninguna impresión transmitida por nuestros sentidos, siendo la necesidad algo que existe en la mente no en los objetos.

Hume fundamenta que la conexión necesaria entre causas y efectos, es el fundamento de la inferencia de unos a otros, y reitera dos principios filosóficos que son el de que: la razón por si sola no pude causar una idea original y que la razón, a diferencia de la experiencia, nunca puede hacernos concluir que una causa es indispensable para todo comienzo de existencia. Termina su análisis reiterando la cuestión que ...”la simple vista de dos objetos o acciones cualesquiera, por más relacionaos que estén nunca pueden darnos una idea del poder o de una conexión entre ellos; que esa idea surge de la repetición de la unión de aquellos; que la repetición ni descubre ni causa nada en los objetos, solo ejerce influencia en la mente en virtud de esa habitual transición que produce; que esa habitual transición es por tanto, lo mismo que el poder y la necesidad que son, en consecuencia cualidades de las percepciones no de los objetos, y son interiormente sentidas por el alma y no percibidas exteriormente en los cuerpos...” .

Sección VIII

DE LA RAZON DE LOS ANIMALES

En esta sección, Hume prueba si su análisis sobre la naturaleza del entendimiento explica por igual los razonamientos de los animales como los de la especie humana, concluyendo que ambos razonamientos no son en sí diferentes ni están fundados en principios diferentes. Así, sostiene que, la inferencia en ambos casos se basa en la experiencia y en la observación de la conjunción de los objetos en casos pasados.

PARTE IV. DEL SISTEMA ESCÉPTICO Y OTROS SISTEMAS DE FILOSOFÍA

Sección I

DEL ESCEPTICISMO CON RESPECTO A LOS SENTIDOS

En esta sección del Tratado, Hume discute acerca de la doble existencia de las percepciones y de los objetos, ...”que agrada a nuestra razón al admitir que nuestras percepciones dependientes son interrumpidas y diferentes, y, al mismo tiempo, resulta grata a la imaginación, al atribuir una existencia continua a alguna otra cosa que llamamos objetos...”(9). Es cierto que esta hipótesis filosófica se centra en dos principios contrarios entre si, “mutuamente incapaces de destruirse un a otro”... (10).

El escepticismo planteado por Hume se enmarca en el contexto, que no solo a los objetos se les supone ininterrumpidos y que conservan una existencia e identidad continuas, sino que también a las percepciones, aún cuando reitera que estas son discontinuas, perecederas y diferentes en cada reaparición. Es claro en su planteamiento, que siempre que tomemos nuestras percepciones y objetos como una sola cosa, jamás se podrá inferir la existencia de uno de la del otro por la relación, de causa y efecto, señalando que es esta relación la única que puede darnos seguridad de un hecho. El analista plantea que los cuerpos con frecuencia cambian sus cualidades y posiciones y que pueden volverse irreconocibles, pero que aún así, conservan una coherencia y una dendencia unos de otros, lo que hace una existencia continua de aquellos. Esta coherencia es una característica de los objetos exteriores lo mismo que su constancia. Así, deduce que la existencia continua de los cuerpos depende de la coherencia y constancia de ciertas impresiones. También reitera que las únicas existencias de que estamos seguros son las percepciones y son en primer

(9) David Hume. Tratado Sobre la Naturaleza Humana. Editorial Ágora, 1959, pág.66

(10) David Hume. Tratado Sobre la Naturaleza Humana. Editorial Ágora, 1959, pág.67

fundamento de todas nuestras conclusiones. Hume plantea que la imaginación permite que nuestras percepciones semejantes tengan una existencia continua e ininterrumpida, y que no quedan eliminadas por su ausencia. Cita que, la contradicción entre esas opiniones la eludimos mediante una nueva ficción que es adecuada a la reflexión y a la fantasía por igual, al atribuir cualidades opuestas a diferentes existencias, la interrupción a las percepciones y la continuidad a los objetos. Finalmente sostiene que esta “duda escéptica tanto con respecto a la razón como a los sentidos, es una enfermedad que no podrá jamás curarse radicalmente, sino que debe volver a presentársenos en cada momento”. (11)

Sección II

DE LA FILOSOFIA ANTIGUA

El autor, en esta sección, hace una crítica a los Filósofos, y señala, que sostienen que nuestras ideas acerca de los cuerpos, corresponden a relaciones formadas por la mente, de la ideas de las distintas cualidades, de que los objetos están compuestos; y es por este análisis, que Hume plantea que las personas comunes, “vulgo”, se aproximan más a la filosofía verdadera que a la filosofía falsa, dada por el conocimiento equivocado, puesto que, al hombre común, le es más fácil percibir una conexión entre los objetos que siempre han encontrado unidos entre si y que en base a la costumbre se les hace difícil separar las ideas; pero que los filósofos, que hacen abstracción de los efectos de la costumbre, y se les hace fácil entender que todo objeto es enteramente distinto y separado, en vez de deducir una justa inferencia de esta observación, buscan las respuestas en conexiones erróneas. Y cita que “parece que se hayan en una condición muy lamentable... pues ¿qué puede imaginarse de más torturante que buscar con ansiedad lo que siempre se nos escapa, y buscarlo en un sitio donde es imposible que pueda jamás existir?”. (12)

Sección III

DE LA FILOSOFIA MODERNA

En esta sección, su critica esta orientada a la filosofía moderna, que sostiene, pretende estar libre del defecto de la Filosofía antigua, analizada en su estudio anterior, filosofa que se sustenta en principios sólidos, permanentes y congruentes. Aquí, el autor presenta que la filosofía moderna tiene como principio fundamental que los colores, los sonidos, los gustos, los olores, no son nada mas que impresiones, sin semejanza con las cualidades de los objetos. Hume, a través del análisis de la idea de la extensión y de la solidez de los objetos, concluye que los postulados de la filosofía moderna no son validos,

(11) David Hume. Tratado Sobre la Naturaleza Humana. Editorial Ágora, 1959, pág.77

(12) David Hume. Tratado Sobre la Naturaleza Humana. Editorial Ágora, 1959, pág.79

puesto que cuando razonamos por la causa y el efecto, concluimos que el color, sonido, gusto y olor no tienen existencia continua e independiente y que si “... excluimos esas cualidades sensibles no subsiste en el universo nada que tenga una existencia tal”. (13)

Sección IV

DE LA INMATERIALIDAD DEL ALMA

Su análisis plantea que el tema filosófico relativo a la substancia de nuestras mentes, o materialidad o inmaterialidad del alma, no merece ser discutido, dado que no tenemos ninguna posibilidad de contestarnos la pregunta de si las ...“percepciones son inherentes a una sustancia material o inmaterial” (14), puesto que ni siquiera somos capaces de entender el significado de la pregunta.

Sección V

DE LA IDENTIDAD PERSONAL

Hume, destina esta sección al análisis de la idea del yo, e inicia su estudio, discrepando con aquellos filósofos que sostienen que en todo momento estamos conscientes del yo, y que sentimos su existencia y continuidad. A diferencia de éstos, Hume sostiene que la existencia de mi yo, sólo se puede asir bajo las percepciones; para respaldar esta hipótesis, cita por ejemplo, que durante el sueño profundo, dejamos de darnos cuenta del yo, lo que no dice que dejamos de existir, refutando con ello el planteamiento inicial. El autor, ejemplifica la mente como un teatro, donde las percepciones fluyen, desaparecen y aparecen, conformando una infinita variedad de posturas y situaciones, así son sólo las percepciones sucesivas, las que constituyen la mente.

Hume, define la idea de identidad o igualdad, como la idea distinta de un objeto, que permanece invariable e ininterrumpido durante una supuesta variación de tiempo, y se refiere, al origen de la identidad personal, en la memoria, que es la que nos permite conocer la prolongación y extensión de nuestras percepciones. Para esta conclusión, el filósofo hace un análisis de la causalidad, refiriéndose a que, la verdadera idea de la mente humana, se fundamenta en un sistema de percepciones o existencias, ligadas por la relación causa y efecto, que se producen, destruyen y modifican, mutuamente. Así, sostiene, "... Si no tuviéramos memoria, jamas tendríamos noción de la causalidad, ni, consecuentemente, de esa cadena de causas y efectos, que constituyen nuestro yo o persona". (15) Hume, termina esta sección, citando que, tal vez nunca, lleguemos a decidir sobre todas las cuestiones que se refieren a la identidad personal.

(13) David Hume. Tratado Sobre la Naturaleza Humana. Editorial Ágora, 1959, pág. 82

(14) David Hume. Tratado Sobre la Naturaleza Humana. Editorial Ágora, 1959, pág. 85

(15) David Hume. Tratado Sobre la Naturaleza Humana. Editorial Ágora, 1959, pág. 89

Sección VI

CONCLUSION DE ESTE LIBRO

Al empezar sus conclusiones, David Hume describe la soledad, confusión y temores que le rodean por sus planteamientos filosóficos; hace ver la angustia que le alcanza por el rechazo y enemistad que le presentan los estudiosos de la época; cita su dolor a través de frases como ..."me imagino ser algún extraño y singular monstruo que, no pudiendo mezclarse y unirse a la sociedad, ha sido expulsado de todo comercio humano"..., y sus contradicciones y debilidades como: "...paso que doy es con vacilación, y toda nueva reflexión me hace temer el error y el absurdo en mi razonamiento". (16)

En su razonamiento final, el autor hace una dura critica a la sociedad respecto de la simpleza con que se cuestiona la naturaleza humana, señalando que la principal motivación para sus estudios filosóficos, radica en si mismo, en la necesidad de no sustraerse a la curiosidad de conocer los principios del bien y del mal moral; del porque aprueba o desaprueba un objeto; del porque algo es hermoso; porque decide respecto a la verdad y a la falsedad, y , expresa su ambición de contribuir a la instrucción de la humanidad. Crítica la importancia de la superstición respecto de la filosofía, definiendo la primera como aquella que nace natural y fácilmente de las opiniones populares, atacando la inteligencia y perturbando nuestras conductas y la segunda, "si legitima", no puede sino presentarnos con sentimientos enemigos y moderados. Dice: "... los errores en religión son peligrosos; los que se cometen en filosofía son tan sólo ridículos". (17)

Hume, termina sus conclusiones invitando al estudio filosófico con modestia y escepticismo, dado que : "...La naturaleza humana es la única ciencia del hombre, y sin embargo, ha sido hasta ahora la mas descuidada".(18)

(16) David Hume. Tratado Sobre la Naturaleza Humana. Editorial Ágora, 1959, pág. 93

(17) David Hume. Tratado Sobre la Naturaleza Humana. Editorial Ágora, 1959, pág. 97

(18) David Hume. Tratado Sobre la Naturaleza Humana. Editorial Ágora, 1959, pág. 98

Bibliografía

  • Diccionario de Filosofía

  • Selecciones de Hume Charles Wendel Editorial Ágora 1959

  • Tratado Sobre la Naturaleza Humana Editorial ágora 1958

  • El Búho de Minerva Rafael Echeverría Dolmen 1993

Trabajo de Filosofía

Análisis e Interpretación General del

Santiago, Julio 2000




Descargar
Enviado por:Carla Nunez
Idioma: castellano
País: Chile

Te va a interesar