Filosofía y Ciencia


Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre


'Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre'

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Vida

Obras

'Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre'
1ère page: Coverture.

2 e page: Table de matières

3 e page: 1.- Simone de Beauvoir. 1.1.- Biografía:

4 e page: 1.2.- Obra: El segundo sexo:

5 e page: 1.3.- Su pensamiento.

6 e page: 2.- Jean-Paul Sartre 2.1.- Biografía

7 e page: 2.1.- Biografía

8 e page: 2.1.- Biografía

9 e page: 2.1.- Biografía 2.2.- Obra: La náusea

10 e page: 2.2.- Obra: La náusea

11 e page: 2.2.- Obra: La náusea 2.3.- Su pensamiento

12 e page: 2.3.- Su pensamiento

13 e page: 2.3.- Su pensamiento

14 e page: 2.3.- Su pensamiento

15 e page: Bibliographie.

'Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre'
'Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre'

'Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre'
Nació en París el 9 de enero de 1908 en el seno de una familia de la burguesía católica. Conoció en 1929 a Jean Paul Sartre en la Sorbona, cuando ambos ejercían como profesores de Filosofía, quien fue decisivo, según ella "el acontecimiento fundamental de mi existencia". Estuvieron unidos intelectual y sentimentalmente hasta que Sartre falleció en 1980. Con él llevó a cabo una serie de principios basados en su concepción de la mujer y de la pareja. Fue profesora de filosofía hasta 1943, cuando trabaja como redactora de la revista Tempes modernes, dirigida por Sartre. Su filosofía, el existencialismo y su compromiso político de izquierdas entraron en crisis ante las consecuencias de la II Guerra Mundial. En su primera novela, La invitada (1943), trató los dilemas existencialistas de la libertad y la responsabilidad individual, que seguirán apareciendo en novelas posteriores como La sangre de los otros (1944) y Los mandarines (1954), por la que consiguió el Premio Goncourt. Sus tesis existencialistas aparecen también en sus obras autobiográficas, entre las que destacan Memorias de una joven de buena familia (también conocida como Memorias de una joven formal) (1958) y Final de cuentas (1972). Entre sus ensayos destaca El segundo sexo (1949), análisis que se ha convertido en la piedra angular del feminismo, y que examina, desde una perspectiva histórica, social y filosófica, la alienación de la mujer; La vejez (1970), sobre el proceso de envejecimiento, y en 1981 publicaría "La ceremonia del adiós" en la que se ofrece una controvertida visión de sus relaciones con el escritor Jean Paul Sartre. Falleció el 14 abril de 1986 en París.

'Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre'
El segundo sexo (Le Deuxième Sexe) es considerado uno de los libros más relevantes, a nivel filosófico, del siglo XX. Fue un rotundo éxito de ventas. Simone de Beauvoir comenzó a escribirlo cuando reflexionó, a propuesta de Jean-Paul Sartre, sobre lo que había significado para ella el ser mujer. Comenzó a investigar acerca de la situación de las mujeres a lo largo de la historia y escribió este extenso ensayo que aborda cómo se ha concebido a la mujer, qué situaciones viven las mujeres y cómo se puede intentar que mejoren sus vidas y se amplíen sus libertades.

Es una de las obras fundacionales del Feminismo y utiliza los conceptos existencialistas para indagar acerca de la vida de la mitad de la humanidad. También es considerada una obra enciclopédica, pues aborda su tema desde los puntos de vista de la psicología, la historia, la antropología, la biología, la reproducción y las relaciones afectivo-sexuales.

La teoría principal que sostiene Beauvoir es que "la mujer", o más exactamente lo que entendemos por mujer (coqueta, frívola, caprichosa, salvaje, etc.) es un producto cultural que se ha construido socialmente. La mujer se ha definido a lo largo de la historia siempre respecto a algo: como madre, esposa, hija, hermana... Así pues, la principal tarea de la mujer es reconquistar su propia identidad específica y desde sus propios criterios. Muchas de las características que presentan las mujeres no les vienen dadas de su genética, sino de cómo han sido educadas y socializadas. La frase que resume esta teoría es muy célebre: "No se nace mujer, se llega a serlo".

Tras escribir este ensayo y recibir multitud de cartas escritas por mujeres diciendo que ahora comprendían mejor sus vidas, la filósofa se dio cuenta de que hacía falta un cambio social y político, por lo que se hizo feminista. "El segundo sexo" es considerado hoy la "Biblia del feminismo", la obra de referencia, especialmente de la corriente denominada "feminismo de la igualdad".

'Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre'
Simone de Beauvoir es una de las dos grandes (junto con Betty Frierdan) impulsoras del feminismo, en unos años entre guerras ella se hizo notar sobre el machismo y junto a ella todas las mujeres que había convencido de su igualdad con sus obras.

*Estas frases revelan el pensamiento de Simone:

-El problema de la mujer siempre ha sido un problema de hombres.

-Es absolutamente imposible encarar problema humano alguno con una mente carente de prejuicios.

-La belleza es aún más difícil de explicar que la felicidad.

-Las arrugas de la piel son ese algo indescriptible que procede del alma.

-Encanto es lo que tienen algunos hasta que empiezan a creérselo.

-No hay muerte natural: nada de lo que sucede al hombre es natural puesto que su sola presencia pone en cuestión al mundo. La muerte es un accidente, y aun si los hombres la conocen y la aceptan, es una violencia indebida.

-No se nace sino que se deviene mujer.

-Lo más escandaloso que tiene el escándalo es que uno se acostumbra.

-¿Qué es un adulto? Un niño inflado por la edad.

'Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre'
'Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre'

Jean Paul Sartre nació en París, Francia el 21 de Junio de 1905 en el seno de una familia burguesa. Huérfano de padre a la edad de un año. Es el fundador del existencialismo ateo, filósofo por encima de todo, pero también novelista, dramaturgo y crítico literario. Cuando tenía once años, en 1916, su madre se casó de nuevo y la familia se traslada a “La Rochela”. En el liceo de La Rochela cursó los estudios secundarios. Su padre respondía al nombre de Jean Baptiste. Siendo éste oficial de la marina, en 1904, conoció a Anne Marie Schweitzer y le hizo un hijo al golpe.

Esa es la forma de expresarlo que tiene Sartre. Lamentablemente Sartre no llegó nunca a conocer a su padre. Desde niño era muy enfermizo, sin embargo, mostró un espíritu precoz e imaginativo, dado a inventar fantasías. Inmediatamente aprendió a leer se dedicó de lleno a la lectura. En 1921 inicia su bachillerato demostrando gran inteligencia y habilidad. En 1924 ingresó a la escuela normal superior de París donde cursó sus estudios de filosofía.

En 1929 obtuvo el título de “agregado” junto con Simone de Beauvoir a quien conoció aquel año en la Sorbona y con la que había de permanecer desde entonces.

Después de haber cumplido el servicio militar en Tours, fue nombrado profesor del Liceo de El Harve y más tarde de León. En 1933 marchó a Alemania becado por el Instituto Francés de Berlín para estudiar filosofía alemana. Conoce allí la fenomenología de Husserl y la filosofía de Heidegger la cual va a surtir gran efecto en él. En 1935 retorna a Francia, inicia su ardua labor literaria, considerada como el primer momento de su fecunda carrera de escritor. Sus primeros ensayos son filosóficos. En 1936 escribe: “La trascendece de l'ego” y “La imagination”.

En 1938 escribe “La Nausée”, la famosa novela diario que introduce ya la temática existencial. En 1940, al estallar la guerra, Sartre fue hecho prisionero durante el victorioso avance Nazi. Duró 9 meses en el campo de concentración, durante ese tiempo escribe una pieza teatral para sus compañeros. Fue liberado por razones de salud. De regreso a París es nombrado profesor de Filosofía en el liceo “Condorcet”.

Tomó parte en el movimiento de resistencia contra las fuerzas de ocupación alemana. En 1939 escribe “Le Mur”, colección de 5 relatos donde ya niega la existencia de Dios y considera al hombre como dueño absoluto del bien y del mal; de la verdad y de la mentira concluyendo que la existencia se identifica con la libertad. Escribió más tarde La Trilogía: “Les chemins de la liberté” que comprende “La Sursis” 1943, “L'age de la raison” 1945 y “Le mort dans l'ame” 1949.

En el teatro es donde Sartre logra sus mejores obras. En 1943 escribe “Les Mouches”, en 1944 “Huis Clos”. Es donde aparece la famosa frase de Sartre “El infierno son los demás”. En 1946 aparece “Morts sans sepulture”. En 1948 escribe “Les Mains Sales”. En 1951 aparece “Le Diable et le Bon Dieu”. En 1953 se estrena “Kean”, en 1955 “Nekrossow”, 1959 “Les Sequestres d'Altona” y por último una adaptación de “Las Troyanas” de Eurípides en 1965.

La obra filosofía fundamental de Sartre es publicada en 1943, en medio de esa actividad febril, lleva por título “L'être et le neant”, la venía preparando desde años anteriores. A partir de 1943, la fama mundial de Sartre está en auge y en adelante es considerado como el jefe del existencialismo ateo de la Escuela de París. En 1945 abandonó la enseñanza para dedicarse de lleno a su labor literaria y a viajar por el extranjero. En el mismo año 1945 funda junto a Merleaw Ponty, la revista “Les Modernes”, órgano difusor del movimiento y donde escribió diversos trabajos y artículos.

Sartre escribe críticas literarias, en este campo son importantes una introducción sobre “Baudelaire” 1947, como prefacio a una edición de este autor y sobre todo “Qu'est-ce que la litterature?” recogido en “Situations II”. Sus ideas morales las expone en la obra “Saint Genet, comedien et Martín” escrita en 1952.

El tercer momento de la actividad intelectual de Sartre es como escritor marxista. Se hizo revolucionario marxista en nombre de la libertad existencial. Escribió un extenso artículo: “Materialisme et Revolutions” publicado en “Temps Modernes” 1946. Escribe “Les comunistes et le Paix” a favor del comunismo por su solidaridad con el proletariado y la clase humilde oprimida.

En 1960 publica “Critique de la Raison Dialectique”. En la atmósfera del marxismo dedicó los últimos volúmenes de la miscelánea Situations, V, VI, VII (1964-1965) y otros artículos. En 1971-1972 escribe “L' idiot de la famille” Gustave Flaubert. Su compañera y colaboradora Simone de Beauvoir hizo lo que podíamos llamar, el papel de esposa; no logró tener hijos.

Sartre no era muy dado al exhibicionismo y la publicidad, no le interesaba lograr éxito social ó prestigio, esto lo demostró rechazando el Premio Nobel de Literatura en 1964. Quizás se debió también a su temperamento despectivo y contradictorio. En 1972 se filma la película “Sartre” de Alexandre Astruc, cuyo texto es la continuación de “Les Mots”. En 1975 proyecta el libro “Pouvoir et Liberté” que no aparecerá, aquí plantea la libertad como la idea de su trabajo.

Sartre se caracterizaba por una actitud generosa y desprendida. Su conducta privada está en contraste con la perversión y satanismo de sus personajes y con la atmósfera obscena y nauseabunda que domina en sus obras. Posee el valioso “don” de evocar a voluntad, escenas vivas, que no distan casi en nada de lo real. Dotado de una capacidad para dar cuerpo a situaciones irreales y vivirlas como si fueran reales.

Se ha notado a través de todos los escritos de Sartre, la ausencia de una mirada de amor hacia el mundo y la humanidad. No aparece para nada el perfume de una flor, la sonrisa de un niño, todo ello delata una existencia vacía y carente de sentimientos nobles.

En los últimos años de su vida la actividad literaria ha sido víctima de una reducción considerada. Esto se debió a que a partir de 1975 había perdido casi del todo la vista. No obstante, Sartre da muestra de un amante a ultranza de la lectura y escritura. Apenas pudiendo leer algo, sin embargo, se dedica a dictar a su secretaria sus pensamientos. La labor principal de Sartre fue siempre la lectura y elaboración de sus obras.

Sartre falleció el 15 de Abril de 1980. Así termina una vida privada de fecundidad y que aún muerto sigue teniendo vigencia, ya que su movimiento está muy en boga en nuestros días.

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En su obra "La Náusea" Sartre expone su primera filosofía a través de su personaje central Antoine Roquentin, quien mediante su papel de narrador protagonista, y por medio de un diario, en el que junto a las actividades del personaje nos permite conocer el pensamiento del autor y reflexionar sobre la verdadera existencia.

Roquentin, inicia su relato con el deseo de plasmar sus días en las hojas de un diario, esperando y cuidando que las palabras no vayan a menospreciar o al contrario magnificar los hechos al ser escritos.

Hombre de 30 años, dedicado a su trabajo y por esto a constantes viajes, se encontraba realizando una investigación acerca de la vida de Monsieur Rollebon, aventurero del siglo XVIII, razón que lo conduce de París hacia Bouville, lugar en cuya biblioteca se encontraba la más completa información acerca de este histórico personaje, cuya biografía lo apasionaba realmente.

Llega a hospedarse en la estancia Rendez-vous des Cheminots, donde vivía completamente solo, no tenía amistad alguna y con la única persona con quien se relacionaba era con Françoise, patrona de su posada, con quien solamente mantenía contacto sexual o físico.

Sus días transcurrían en la biblioteca de la ciudad, entregado por completo a la investigación de Rollebon, y a paseos casuales por la misma, deteniéndose en algún parque o café para inspirar su pensamiento y cuestionar su planteamiento sobre su existencia; su lugar de preferencia era el Café Mably, sitio al que frecuentaba y donde se dedicaba al análisis de sus propietarios, visitantes, objetos, etc.

Su tiempo de observación era infinito, toda pequeña figura u objeto servían para que este pueda exponer sus sensaciones y afirmar que cada uno de estos existen a pesar de sí mismos; cada hombre, actividad o falta de la misma y hasta la misma idea de la vida producían en el hombre un sentimiento de profundo asco que perturbaba todo su cuerpo, lo que el autor lo llama "la Náusea", describiendo esta impresión como una repulsión a la cotidaniedad, vanalidad e hipocresía de la sociedad, causándole el deseo "dulcemente insidioso de enfermarse".

Retornando a la vida del solitario y analítico Roquentin falta expresar que su interés y necesidad por su trabajo lo habían separado de Anny, su amor eterno, a quien a pesar de su poca descripción permite conocer un profundo sentimiento y una relación y afecto que sin considerar la distancia se mantenía presente.

En la biblioteca, conoce al Autodidacta, hombre de grandes conocimientos, entregado pasionalmente a la lectura, con quien mantiene una relación no cercana a la amistad pero que permitía de ciertos encuentros, un almuerzo fue la única ocasión en la que estos pudieron hablar, compartir su ideología y discutir a causa de la misma.

Un día inesperadamente Roquentin recibe una carta de Anny, en la que expresaba en pocas palabras su deseo de verlo, y adjunto la fecha y el lugar en el que se hospedaría.

Este, colmado de expectativas y esperanzas aguardaba el encuentro con su querida, buscando inconscientemente en ella una salvación a sus náuseas.

Mientras transcurría su tiempo de espera, su interés por la biografía de Rollebon iba agotándose, acabando por hartarlo, razón por la cual toma la decisión de aguardar unos día hasta encontrarse con Anny y después retornar 3 años después, a París, ya no existía pretexto alguno para quedarse.

Finalmente, llegó el sábado en el que 4 años después miraría a Anny, acudió al lugar señalado y la observó cambiada, fría, cortante, orgullosa y distante, el tiempo la había separado, irónicamente aprovechó para reclamarle hechos pasados y recordar discusiones que solo los hacían más distantes. Después de algún tiempo de conversación, explicaciones, filosofías y más, Anny le pide que se vaya, ya que esperaba a alguien. Antoine decepcionado en cierto modo se aleja.

No la volvería a ver, apenas la había encontrado y la perdía nuevamente, con sus ilusiones desvanecidas caminó forzando una nuevo casualidad, pero todo concluyó al mirarla partir a lo lejos, acompañada de otro hombre.

Roquentin regresó hasta su hotel en Bouville, acudió a despedirse de todo lo que constituyó su vida, sus rutinarios días; en la biblioteca tuvo la oportunidad de encontrarse con el autodidacta pero frente a una situación que le hizo comprender que el humanismo de este no era más que sensualidad y deseo por los hombres.

Finalmente recoge todas sus cosas y retorna a París.

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Con la filosofía de Sartre se produce un cierto retorno a la concepción del sujeto como centro de significaciones. Pero le da a esta teoría del sujeto una inflexión diferente.
Para hacer una introducción de su obra filosófica es necesaria distinguir distintas etapas en su producción.
Una primera etapa tendrá que ver con la elaboración de una teoría de la conciencia humana, en donde se inscriben textos como: La trascendencia del ego y sus ensayos La imaginación, Lo imaginario y Esbozo de una teoría fenomenológica de las emociones. La segunda etapa está marcada por su obra capital: El Ser y La Nada.
En la última época hay un intento de establecer las bases de una antropología materialista, tomando como dirección al pensamiento marxista y su obra más importante será: La Crítica de la Razón Dialéctica.
El tema central en la obra de Sartre será el existencialismo o la realidad humana, es decir el hombre en su existencia concreta y lo llama, siguiendo a Heidegger, el hombre como ser en el mundo.
A su vez, Sartre, concibe a la existencia humana como existencia consciente. El ser del hombre se distingue del ser de la cosa por ser consciente.
La existencia humana es un fenómeno subjetivo, en el sentido de que es conciencia del mundo y conciencia de sí; en este punto se diferencia de Heidegger, quien deja fuera de juego a la conciencia.
La otra fuente teórica que Sartre encuentra para abordar su teoría de la conciencia y que le asegura el concepto de unidad de conciencia, es la fenomenología de Husserl. La fenomenología le servirá como método para elaborar una teoría de la conciencia, que le permita comprender la existencia humana y el concepto teórico al fin es el de intencionalidad de la conciencia.
Para Husserl la estructura fundamental de la conciencia es la intencionalidad, es decir, la propiedad de todo acto de conciencia es estar referido a algo, a un objeto o al mundo entero; por lo tanto la conciencia se agota en ese estar dirigido hacia el objeto.
Sartre dirá que es una fuga, es un arrancarse más allá de sí mismo hacia lo que no es ella, hacia el objeto. Por lo tanto la conciencia carece de interior.
Sartre agrega que el mundo es exterior, por esencia, a la conciencia pero a su vez la conciencia y el mundo se dan al mismo tiempo.
Sin embargo se diferenciará de Husserl, en la existencia de un yo unificador de la conciencia, que proponía este último. Sartre decía: La conciencia se unifica escapándose hacia el objeto. No es necesario este yo.
En su libro La Trascendencia del Ego, dice Sartre Cuando corro para alcanzar un tranvía, cuando miro la hora, cuando me absorbo en la contemplación de un retrato, no hay yo, hay conciencia de tranvía que debe ser alcanzado. Es decir que la unidad de la conciencia reside en el objeto hacia el cual se dirige la conciencia.
Sartre admite que en la reflexión, cuando la conciencia se vuelve sobre sus propios actos, por ejemplo sobre un pensamiento, apresa a un yo que es el yo del pensamiento; esto ocurre porque el yo es producido por la propia actitud reflexiva de la conciencia.
De la intencionalidad de la conciencia deriva en la ontología, debido a que el ser de la conciencia indica un ser distinta a ella.
En su segunda etapa, más precisamente en El Ser y La Nada, distingue dos regiones del ser, que denomina: Ser para sí y Ser en sí apareciendo el ser del existente humano en términos de nada.
La nada es el ser propio de la existencia humana como conciencia, siendo esta nada negación.
El ser para sí es el propio ser de la conciencia o subjetividad. La existencia de la conciencia es anterior a ser conocida, no tiene nada sustancial, porque solo existe en este aparecerse a sí mismo. El para sí define al hombre en su proyecto original, por sus deseos.
El ser en sí, es el ser del mundo, de los objetos, en tanto existe con independencia de la conciencia. Es el ser de la objetividad, trascendente a la conciencia.
El ser en sí es el ser que es, es una totalidad y el ser para sí es el ser que no es, es una pura nada, es negatividad.
El sujeto es un para sí que nihilista el en sí. El sujeto es deseo de ser (porque es pura nada), quiere ser algo que lo defina por su ser; por lo tanto es deseo de ser un en sí, esto sería lograr la totalidad, es decir ser Dios, cosa que es imposible.
Simplemente nos encontramos existiendo, y entonces tenemos que decidir que hemos de hacer con nosotros mismos. Como no hemos sido creados para hacer nada en concreto, ni para realizar ningún fin, cada hombre deberá buscarse un fin propio, válido solamente para él y realizar su proyecto particular, que tiene un valor meramente subjetivo.
Pero por el solo hecho de tener el deseo de ser, se es libre; el sujeto elige libremente cualquier camino para definir ese proyecto original que es el deseo de ser.
El hombre está condenado a ser libre, pero también se crea libremente los condicionamientos y los obstáculos cuando los proyectos previamente trazados son erróneos.
De la libertad derivan varias implicaciones, por ejemplo la responsabilidad, en donde el hombre es plenamente responsable del modo de ser que va adquiriendo a lo largo de su existencia. De alguna manera la libertad resulta incómoda, debido a que hay que saber que hacer con ella, por lo tanto será la causa de una gran angustia.
El existencialismo no cree en normas generales válidas para todos, no tiene un sentido de referencia o sea que el hombre bajo su responsabilidad debe crear sus propias normas. Cuando realiza una elección, tiene inseguridad si es buena o mala, por lo tanto va acompañada de angustia.
Puede suceder que ante este miedo a la angustia que produce una elección, tratan de engañarse a sí mismo depositando la responsabilidad sobre algo ajeno, ya sea Dios, el ambiente o la herencia; a esto Sartre lo denomina la mala fe y un ejemplo que da para ilustrar a este concepto es el siguiente: Una muchacha está sentada con un hombre, ella sabe bien que él desearía seducirla. Pero cuando él le toma la mano, ella intenta evitar la decisión de aceptarla o rechazarla, pretendiendo no darse cuenta deja la mano como si no fue consciente de la situación. Pretende ser un objeto pasivo y no un ser consciente de que es libre y la responsabilidad queda depositada sobre el otro»
Frente a la mala fe, Sartre propone la autenticidad como guía de conducta y consiste en aceptar a la libertad, la angustia y la responsabilidad.
Pero Sartre irá más allá, diciendo que el hombre es un ser absurdo ya que ni el nacer ni el morir tienen sentido. El absurdo de la existencia produce el sentimiento de náusea, sentimiento que se experimenta hacia lo real cuando el hombre toma conciencia de que es absurdo.
A partir de 1949, Sartre intenta revisar el pensamiento marxista enriqueciéndolo con su filosofía existencialista, comenzando la tercera etapa de su producción.

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Enviado por:Hans
Idioma: castellano
País: España

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