Lenguaje, Gramática y Filologías
Nivel fónico del español
EL NIVEL
FÓNICO
LENGUA Y LITERATURA Y SU DIDÁCTICA
NIVEL FÓNICO
ÍNDICE
1.- INTRODUCCIÓN
1.1.- Lengua y habla
1.2.- El signo lingüístico
1.3.- La lengua oral y la lengua escrita
2.- EL SONIDO
2.1.- Producción del sonido articulado
2.2.- Rasgos articulatorios de los sonidos
2.3.- Rasgos acústicos de los sonidos
3.- FONÉTICA Y FONOLOGÍA
3.1- Rasgos pertinentes
3.2.- Oposición y neutralización
3.3.- Fonemas y alófonos
4.- EL SISTEMA VOCÁLICO ESPAÑOL
4.1.- Definición de vocal
4.2.- Clasificación de las vocales
4.3.- Características del sistema vocálico
5.- AGRUPACIONES VOCÁLICAS
5.1.- Definición y clases de diptongos
5.2.- Definición y clases de triptongos
5.3.- Hiato, diéresis y sinéresis
6.- LA SÍLABA
6.1.- Definición, clases y estructuras silábicas
6.2.- La sílaba, el acento y la palabra
6.2.- Características de la sílaba
7.- EL SISTEMA CONSONÁNTICO
7.1.- Definición de consonante
7.2.- Clasificación de las consonantes
7.3.- Características de las consonantes
8.- EL ACENTO
8.1.- Definición y clases de acento
8.2.- Clasificación de las palabras por la posición del acento
8.3.- Características del acento
9.- LA ENTONACIÓN
9.1.- Grupo fónico y pausa
9.2.- La entonación y sus clases
9.3.- El tonema y sus clases
10.- TRANSCRIPCIÓN FONÉTICA - ESCRITURA
10.1.- La transcripción fonética y la pronunciación
10.2.- La escritura y la ortografía
10.3.- Transcripción fonética de un texto breve
11.- FIGURAS ESTILÍSTICAS DEL NIVEL FÓNICO
11.1.- Aliteración y Onomatopeya
11.2.- Paronomasia
11.3.- Similicadencia
11.4.- Calambur
1.- INTRODUCCIÓN
1.1.- Lengua y habla
En términos generales, podemos empezar hablando de una dicotomía entre lengua y habla, discutida por muchos autores.
En primer lugar, nos dedicaremos a la definición de lengua.
Una lengua es definida como un conjunto de signos abstractos, colectivos y sociales que sirve para hacer efectivo el lenguaje. También se dice que es una de las formas específicas del lenguaje, de naturaleza esencialmente oral, y que se convierte en idioma al ser perpetuada por la escritura.
Gracias a la lengua, una comunidad concreta es capaz de manifestarse. Permite la comunicación entre los miembros pertenecientes a una comunidad idiomática, que permite coincidir o no con los límites políticos y geográficos de un estado.
Una lengua está compuesta por un conjunto coherente de signos lingüísticos, de los cuales hablaremos más adelante.
Entre los lingüistas que han estudiado la diferencia entre lengua y habla podemos destacar a Ferdinand de Saussure. Para éste, el lenguaje es el conjunto de lengua y habla. Considera la lengua como una entidad abstracta, frente al habla, considerada como una entidad concreta.
En el Curso de Lingüística General de Saussure, éste habla de la lengua como una determinada parte del lenguaje, pero esencial. Se trata tanto de un producto social de la facultad del lenguaje, como de un conjunto de convenciones necesarias adaptadas por el cuerpo social para permitir el ejercicio de esa facultad por parte de los individuos. La lengua es adquirida y convencional. Se trata de un sistema supraindividual, de una abstracción determinante del proceso de comunicación humana.
A estas afirmaciones, Saussure aporta otra nueva: “la lengua es igual al lenguaje menos el habla”.
Por otro lado se encuentra el habla. Saussure habla de ésta como el uso individual que cada persona hace de su lengua en un momento y en un lugar determinados. Factores como la edad, el sexo, el estado de ánimo, la ocupación y tantos otros pueden influir en el habla, puesto que existen diferencias muy marcadas en cada individuo concreto. Así pues, podemos decir que el habla es la materialización espontánea, individual y concreta de una lengua.
Mientras que la lengua es un fenómeno social, el habla es un fenómeno individual.
A pesar de las diferencias existentes entre lengua y habla, el plano de la lengua y el plano del habla se suponen recíprocamente, pues la lengua no sería tal sin que existiesen actos concretos de habla, al igual que los actos de habla no serían de utilidad para la comunicación si no se diese la existencia de la lengua, que establece las normas por las que ha de regirse el habla. Ambos planos están unidos y no se pueden separar, ya que constituyen los dos aspectos del fenómeno conocido como lenguaje (lenguaje = lengua + habla).
En último lugar, parece preciso mencionar que la lengua puede ser objeto de estudio científico, ya que se trata de una entidad objetiva y observable; mientras que el habla es algo difícil de estudiar, puesto que es diferente en cada persona, y sería imposible estudiar el habla específica de cada ser humano.
1.2.- El signo lingüístico
Al igual que ocurre con las definiciones de lengua y habla, el signo lingüístico es definido de distinto modo según los diversos autores que han dedicado su estudio a él.
De modo general, podemos decir que el signo lingüístico es una entidad compuesta por dos facetas: el significado, es decir, el concepto o idea abstracta que el hablante extrae de la realidad, y el significante, el nombre de las cosas, la imagen acústica que va unida al concepto de cada cosa.
En esta definición ya vemos la influencia de la teoría saussuriana, que introduce la distinción entre concepto e imagen acústica.
Para Saussure, un signo lingüístico es una entidad compuesta por la combinación de concepto e imagen acústica. El concepto hace referencia al significado, mientras que la imagen acústica se refiere al significante. La imagen acústica es la huella del sonido que queda en nuestra mente, no el sonido mismo. Por tanto, para Saussure el signo lingüístico está formado por dos entidades no materiales.
Lo mismo ocurre a otros autores, como Hjelmslev, quienes afirman que un signo lingüístico está compuesto por la unión de significado y significante, como mostramos en la siguiente figura:
Aparte de esta distinción, Hjelmslev empieza a hablar de los conceptos de sustancia y forma, así como del plano del contenido y el plano de la expresión. Según el lingüista, toda lengua está compuesta por una sustancia dentro del plano del contenido y por una sustancia dentro del plano de la expresión. Esto es, todas las lenguas tienen la misma cantidad de sonidos posibles (plano de la expresión), así como la misma cantidad de conceptos posibles (plano del contenido). El modo en que cada lengua combina la sustancia de que dispone es la forma. De este modo, Hjelmslev determina que un signo lingüístico está compuesto por la forma dentro del plano de la expresión y la forma en el plano del contenido, tal como sigue:
Además de las partes que componen el signo lingüístico, podemos hablar de sus características. Saussure habló de tres características principales del signo lingüístico, que son aquellas de arbitrariedad, linealidad y discreción.
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El signo lingüístico es arbitrario, ya que la relación establecida entre significante y significado es aleatoria. Por ejemplo, al significado de hombre, se le relacionan distintos significantes: hombre en español, man en inglés, homme en francés... Tal relación supone también otras implicaciones: el signo lingüístico es a su vez mutable e inmutable, así como puede ser motivado o inmotivado.
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Un signo lingüístico es mutable porque la relación entre significante y significado puede cambiar a lo largo del tiempo. Sin embargo, un signo lingüístico es inmutable porque un individuo no puede cambiar tal relación a su antojo.
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Asimismo, un signo lingüístico será motivado si depende de otro para ser creado (cocinero), mientras que será inmotivado si su creación no depende de otro signo lingüístico (cocina).
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En cuanto a la linealidad, ésta se refiere a la característica que hace que el significante se desenvuelva en el tiempo o en el espacio únicamente. Un signo lingüístico representa una extensión mensurable en una sola dirección: en la línea del tiempo (en la cadena hablada) y en el espacio (en la escritura).
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Por último, un signo lingüístico es discreto, pues sirve para delimitar una parte de la realidad. Para poder referirnos a la realidad hemos de seccionarla.
Junto con las características de las que habla Saussure, podemos hablar de otra característica propia del signo lingüístico: su carácter articulado. La teoría de la doble articulación, creada por Martinet se refiere a esta propiedad del signo lingüístico. Éste posibilita que las unidades mayores sean divisibles en partes más pequeñas, reconocibles e intercambiables. El signo lingüístico se puede someter a una doble división, pues es doblemente articulado.
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Podemos descomponer en partes con significado y significante el signo lingüístico, siguiendo la primera articulación. Las unidades descompuestas se denominan monemas. Un monema no necesariamente coincide con una palabra. Por ejemplo: robó se compone por dos monemas (rob-, monema léxico; y -ó, monema gramatical).
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La segunda articulación hace que el signo se divida en unidades más pequeñas desprovistas de significado pero distintivas. Las unidades de esta articulación son los fonemas, los cuales hacen que el significado de un signo lingüístico cambie si se produce el cambio de algún fonema. Esto ocurre, por ejemplo, entre mesa y pesa, es decir, m y p no significan nada por sí solas, pero hacen que estos dos signos lingüísticos tengan un significado distinto.
Gracias a la doble articulación, podemos formar todos los monemas de una lengua con algunas de las unidades de la segunda articulación. De este modo, la primera articulación no ha de aprender un signo distinto para cada realidad. Es destacable que este carácter articulado es propio y exclusivo del código lingüístico, en contraste con todos los códigos restantes.
1.3.- La lengua oral y la lengua escrita
Podemos hablar de la lengua oral como aquella compuesta por sonidos, y de la lengua escrita como la que se compone por letras. La lengua oral es más espontánea y natural que la escrita, y es empleada por el hombre para sus comunicaciones, siendo modificada al ser transmitida. Sin embargo, la lengua oral sirve para traducir a símbolos gráficos y visuales la lengua oral.
Las diferencias entre la lengua oral y la escrita están en función de factores como la expresividad, el vocabulario y el modo en que usamos la lengua. Tales diferencias se muestran en el siguiente cuadro:
Lengua oral | Lengua escrita | |
Expresividad | La expresión en la lengua oral es espontánea y natural, y está influenciada por matices afectivos que dependen del tono que empleamos y de los gestos. Por ello, tiene una gran capacidad expresiva. | La lengua escrita es menos expresiva y espontánea y no va acompañada de gestos, por lo que es más difícil expresar adecuadamente lo que queremos decir. |
Vocabulario | Se usa un vocabulario sencillo y limitado, frecuentemente lleno de incorrecciones (frases hechas, muletillas, repeticiones...). | Es posible utilizar un vocabulario más extenso y apropiado, porque hay tiempo para pensar más y existe la opción de corregir los errores que se produzcan. |
Uso de la lengua | Para hacer un buen uso de la lengua oral hemos de hablar despacio y con un tono normal; vocalizar bien; evitar muletillas; intentar llamar a las cosas por su nombre, sin abusar de palabras comodín; y utilizar los gestos correctos sin exagerar. | Para el buen uso de la lengua escrita es aconsejable leer mucho; cuidar la ortografía; leer lo que se haya escrito; puntuar al final de las oraciones; usar el diccionario para consultar las palabras correctas; y evitar repeticiones innecesarias. |
Aunque hemos hablado de las diferencias existentes entre la lengua oral y la lengua escrita, también existen semejanzas en cuanto a la estructuración de ambas. Tanto en la lengua oral como en la lengua escrita hay una serie de unidades que dan forma a tales. De este modo, podemos comprobar que la lengua oral, a pesar de haber sido tratada en la historia de la lingüística como una parte del lenguaje poco relevante (como ocurre en la Gramática Tradicional) y que no debía ser objeto de estudio, a causa de su desprestigio, es un fragmento del lenguaje digno del interés de los estudiosos y un código que funciona siguiendo una estructura similar a la de la lengua escrita.
Diversos autores, como Chafe y Halliday, han estudiado la jerarquía que estructura la lengua oral, así como las unidades que componen tal estructura. Las señales estructurales de la lengua escrita (la coma, el punto, el signo de interrogación, el signo de exclamación, etc.) se expresan en la lengua oral con otros medios. En la lengua oral existen pausas significativas que sirven para marcar los límites de las unidades. Hay unidades equivalentes a los párrafos, las oraciones simples y compuestas de la lengua escrita. Éstos se hacen efectivos cuando marcamos pausas al hablar, cuando usamos una entonación ascendente o descendente, etc.
2.- EL SONIDO
2.1.- Producción del sonido articulado
El sonido articulado se produce cuando el hombre se sirve de la emisión de sonidos para hablar. Como ya hemos dicho anteriormente, tal emisión de sonidos no se produce de la misma manera por todos los hablantes de una misma lengua. Al igual ocurre con la articulación del sonido, la cual no se produce siempre en el mismo lugar articulatorio, sino que en muchas ocasiones los sonidos pueden ser modificados por los sonidos que los acompañan en el enunciado al que pertenecen.
Los órganos que intervienen en la fonación están agrupados en tres bloques bien diferenciados. Se trata de las cavidades infraglóticas, la laringe y las cavidades supraglóticas.
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En primer lugar, las cavidades infraglóticas agrupan a los órganos propios de la respiración, como son los pulmones, los bronquios o la tráquea. En la siguiente figura podemos apreciar las partes de las cavidades infraglóticas.
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Los pulmones poseen mayor relevancia dentro de las cavidades infraglóticas, pues tienen una doble función: son un instrumento de la respiración, conllevando una serie de transformaciones bioquímicas originadas en ellos; y son los proveedores de la cantidad suficiente de aire que hace efectivo el acto de fonación.
Estos órganos están en continuo movimiento, teniendo dos posibles movimientos: el de inspiración y el de espiración. El movimiento de inspiración consiste en tomar aire, mientras que el de espiración se trata de expulsarlo. El sonido articulado se puede producir cuando se realiza el movimiento de espiración.
El aire que contienen los pulmones va a los bronquios, de aquí pasa a la tráquea y desemboca en la laringe.
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En segundo lugar, hablamos de la laringe u órgano fonador, que se encuentra situada inmediatamente por encima de la tráquea, y está formada por unos cartílagos que envuelven las cuerdas vocales, como se muestra en la siguiente imagen:
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Las cuerdas vocales son dos tendones con un reborde interior grueso. Se encuentran situadas horizontalmente en dirección anteposterior. Están unidas al cartílago tiroides (también conocido como nuez o manzana de Adán) por su parte anterior, y a los dos cartílagos aritenoides por su parte posterior. Véase, la siguiente imagen que muestra tales uniones.
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Entre las dos cuerdas vocales se encuentra un espacio vacío, denominado glotis. El sonido articulado puede ser sordo o sonoro. El sonido articulado sordo se produce si las cuerdas vocales se aproximan y no vibran, mientras que el sonido articulado sonoro se produce cuando las cuerdas vocales se aproximan y comienzan a vibrar. La vibración producida crea una onda sonora, conocida como tono fundamental. Esta onda es compuesta, pues el tono fundamental hace que una serie de armónicos se superpongan.
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La onda compuesta que se crea en la laringe pasa a los órganos articulatorios que sirven como filtros, puesto que sólo dejan pasar las frecuencias que coinciden con estas cavidades de resonancia. El conjunto que forman el tono fundamental y los armónicos constituye el timbre del sonido.
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También en la laringe se encuentra otra propiedad del sonido articulado, la intensidad. El aire que contienen los pulmones puede ser impulsado con una energía mayor o menor hasta las cuerdas vocales. Dependiendo de la presión que el aire ejerza sobre éstas, la amplitud vibratoria será mayor o menor, y dicha amplitud será la causante de la intensidad del sonido. Así, cuanto mayor sea la fuerza ejercida por la respiración, mayor será la intensidad de la voz.
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Por último, hemos de hablar de las cavidades supraglóticas. Cuando la corriente de aire pasa por la laringe, entra en la zona laringofaringea, y desde aquí entra en la faringe oral. En el caso de que el velo del paladar esté adherido a la pared faringea, el aire fonador saldrá únicamente por la cavidad bucal, originando los sonidos articulados orales, como son [p,b,k,s], etc. Si, por el contrario, el velo del paladar está separado de la pared faringea, el aire fonador saldrá sólo a través de la cavidad nasal (cuyos órganos están cerrados). Entonces se producirán los sonidos consonánticos nasales como [m, n, ñ].
En la siguiente figura podemos ver un esquema de las cavidades supraglóticas, en las cuales se representan los labios (1), los dientes (2), los alvéolos (3), el paladar duro (4), la lengua (5), la úvula (6) y el velo del paladar (7).
Si el sonido es oral, la única gran cavidad que encontramos es la bucal. Gracias a la movilidad de la lengua, es posible que se origine una gama de timbres muy variada. Tales timbres dan lugar a los diferentes sonidos articulados. El sonido articulado se produce debido a una causa psíquica, intencional, previa a todo movimiento orgánico. Cuando queremos emitir un sonido, el cerebro envía desde su centro nervioso un impulso neuromotriz a través del nervio recurrente. Éste tiene sus terminaciones en el diafragma y en las cuerdas vocales. El nervio recurrente actúa sobre el diafragma, comprimiéndolo sobre los pulmones, los cuales envían así el aire necesario para la fonación; al igual que actúa sobre las cuerdas vocales, que se estrechan más o menos, o bien se juntan por completo y comienzan a vibrar.
Además de la anterior clasificación, podemos agrupar los órganos articulatorios en función de su actuación durante el proceso fonador. Es decir, encontramos órganos cuya función es pasiva, así como órganos cuya función es activa.
Los órganos que son considerados activos en el proceso de la producción del sonido son los labios, la lengua, los dientes inferiores y el velo del paladar.
Los órganos considerados pasivos son los dientes superiores, los alvéolos superiores y el paladar.
2.2.- Rasgos articulatorios de los sonidos
Los seres humanos, al igual que los animales, tenemos la capacidad de emitir sonidos gracias a las cuerdas vocales. El sonido que tales cuerdas crean es un sonido “en bruto”. Este “ruido” sólo se puede modificar al llegar a la boca. Aquí ya será considerado sonido. La modificación que realizamos los seres humanos en la cavidad bucal, donde cada órgano adopta una posición en el momento de producir sonido, es la llamada articulación.
Los sonidos variarán dependiendo de cómo sean articulados.
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En cuanto a los sonidos vocálicos, podemos hablar de la localización o punto de articulación, es decir, la parte de la boca donde se articulan los sonidos, y de la abertura o modo de articulación, o sea, la abertura de la boca al pronunciarlos.
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Dependiendo del punto de articulación, los sonidos pueden ser anteriores, medios o centrales o posteriores.
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Si atendemos al modo de articulación, los sonidos pueden ser de abertura máxima o abiertos, de abertura media o semiabiertos o de abertura mínima o cerrados.
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Los sonidos consonánticos también serán distintos en función de la zona o punto de articulación, del modo de articulación, de la actividad de las cuerdas vocales y de la actividad de la cavidad nasal.
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Si nos fijamos en la actividad de las cuerdas vocales, éstas pueden vibrar o no vibrar. De este modo podremos distinguir entre sonidos sonoros o sonidos sordos.
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Dependiendo del punto de articulación, un sonido consonántico se producirá en contacto con las distintas partes de la cavidad bucal, diferenciándose consonantes bilabiales, labiodentales, interdentales, dentales, alveolares, palatares y velares.
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Según el modo de articulación, los órganos adoptarán una postura u otra, creándose sonidos que pueden ser oclusivos, fricativos, africados, laterales o vibrantes.
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Por último, en cuanto a la actividad de la cavidad nasal, diremos que cuando parte del aire pasa por ésta, se producen sonidos denominados nasales. Sin embargo, si todo el aire pasa por la cavidad bucal, serán sonidos orales.
2.3.- Rasgos acústicos de los sonidos
Los sonidos poseen tres rasgos acústicos fundamentales. Son aquellos de tono, timbre, intensidad y duración.
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El tono o altura de un sonido es la cualidad que nos permite distinguir dos sonidos distintos, como por ejemplo, la misma palabra pronunciada por dos personas distintas (aunque aquí también influye el timbre).
El tono depende de la frecuencia o número de vibraciones por segundo de la onda. La frecuencia de la onda sonora se mide en herzios (Hz).
Podemos distinguir distintos tipos de tono:
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Tonos agudos, cuando la onda sonora tiene una frecuencia mayor, es decir, una altura mayor. La frecuencia va desde 2.000 hasta 20.000 Hz.
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Tonos medios, cuando l a onda sonora tiene una frecuencia entre la altura menor y la menor. La frecuencia suele ostentar entre los 300 y los 2.000 Hz.
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Tonos graves, cuando la onda sonora tiene una frecuencia menor, o sea, el tono está a una altura menor. Los tonos graves suelen tener frecuencias de entre 20 hasta 300 Hz.
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El timbre es la cualidad que constituye a un sonido como tal, caracterizándolo y haciéndolo diferente de los demás. Se trata de un conjunto de ondas que producimos al hablar o cantar, que son matemáticamente proporcionales. Tal conjunto depende de nuestra caja de resonancia (cavidad bucal) y del ambiente. Se compone por la resonancia principal y los tonos secundarios u ondas armónicas. Gracias al timbre podemos distinguir la fuente que produce el sonido, por ejemplo, la persona que pronuncia una palabra. Podemos encontrar distintos tipos de timbre:
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Es timbre agudo cuando la frecuencia de la onda acústica es alta. Esto ocurre porque la lengua presenta una posición anterior y próxima al paladar duro y, por tanto, la cavidad bucal resonadora anterior es bastante pequeña. Este tipo de timbre es el que tiene la vocal [i].
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Es timbre intermedio o neutro se produce cuando la lengua presenta una posición plana, es decir, media y baja (igual que la posición que adopta cuando se respira). Por esta posición, se crean dos cavidades de resonancia (anterior y posterior), casi iguales, que hacen que el sonido vocálico producido presente un timbre intermedio entre el timbre agudo y el grave. La vocal [a] tiene un timbre intermedio.
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El timbre grave se produce si la frecuencia de la onda acústica es muy baja. Este timbre resulta de la posición posterior y próxima al velo del paladar que adopta la lengua, que hace que la cavidad bucal resonadora anterior sea bastante grande. El timbre grave se puede apreciar, por ejemplo, en la vocal [u].
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La intensidad es la fuerza gracias a la cual se emite un sonido. Es el grado o la cantidad de energía o potencia acústica que atraviesa por segundo una superficie que contiene sonido. La intensidad depende del impulso vibratorio, y con una misma frecuencia, depende de la amplitud de la onda (a mayor amplitud de la onda, mayor cantidad de energía, y como consecuencia, mayor intensidad). La intensidad de nuestra voz puede cambiar, por ejemplo, si hablamos a una persona, o a muchas.
Esta propiedad del sonido se mide de dos formas, o bien en vatios por metro cuadrado (W/ m2), o bien en decibelios (dB).
Podemos distinguir entre sonidos fuertes o sonidos débiles, según la intensidad que tengan.
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La duración o cantidad del sonido determina si un sonido es largo o breve. Podemos hablar de duración física y duración percibida de un sonido. Ambas están relacionadas pero no son exactamente lo mismo.
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La duración física es la duración objetiva, es decir, la duración de los sonidos mensurable físicamente. Se suele medir con la unidad del segundo.
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La duración percibida es el intervalo temporal en el que el sonido persiste sin discontinuidad. Se suele medir con la unidad dura.
Se puede determinar la relación que existe entre los dos tipos de duración duplicando y reduciendo a la mitad el sonido.
3.- FONÉTICA Y FONOLOGÍA
3.1.- Rasgos pertinentes
Para comenzar hablando de la Fonética y la Fonología, hemos de empezar estableciendo las diferencias entre ambas disciplinas.
La Fonética es la parte de la Lingüística que estudia la producción, naturaleza física y percepción de los sonidos articulados del lenguaje. Se encarga de describir los fonemas de una determinada lengua y de estudiar los orígenes, evolución y variaciones en los sonidos de una lengua o de un grupo de lenguas a través del tiempo. En cuanto a las unidades que estudia, podemos hablar de los alófonos. Sus principales ramas son la fonética experimental, la fonética articulatoria, la fonemática y la fonética acústica.
La Fonología es la rama de la Lingüística que estudia los fonemas e una lengua entendidos como sonidos semánticamente distintivos.
Así, podemos crear el siguiente esquema:
Fonética -------------------------------------------------------------------------- Fonología
/ / --------------------------------------------------------------------------- [ ]
Fonema --------------------------------------------------------------------------- Alófono
Dentro de la fonética podemos hacer una distinción entre tres tipos de fonética: fonética acústica, fonética articulatoria y fonética auditiva.
La fonética acústica se encarga de estudiar los fenómenos que tienen relación con las características físicas del sonido y su transmisión. Estudia la duración, intensidad, altura, agudeza, etc., de los sonidos del lenguaje.
La fonética articulatoria estudia los fenómenos relacionados con el emisor, tales como la producción y la articulación de los sonidos. Ésta es la rama más antigua de la fonética, y se ha desarrollado en un alto grado.
La fonética auditiva está encargada del estudio del sonido desde el punto de vista del receptor, los mecanismos que lo relacionan con el oído humano y la audición.
Para algunos lingüistas, la Fonética y la Fonología resultan ser ciencias independientes, por lo que las han tratado por separado. Actualmente, se vuelve a ver un núcleo tanto en los aspectos fónicos como en los fonológicos del lenguaje. Tal núcleo tiene dos vertientes inseparables que deben apoyarse mutuamente para existir con utilidad y firmeza.
Hemos de hablar también de una dualidad existente dentro del mismo término de Fonología. Saussure distinguió dentro de la lingüística dos campos opuestos: por un lado encontramos el estudio de la lengua siguiendo un eje de simultaneidades, esto es, lingüística sincrónica; y por otro, estudiamos el proceso evolutivo y transformacional de una lengua sobre el eje de las sucesividades, o sea, lingüística diacrónica. Pues bien, tal distinción es también aplicable al ámbito de la Fonología. Así, podemos distinguir entre fonología sincrónica y fonología diacrónica.
La fonología sincrónica estudia el sistema fonológico de un estado de lengua determinado, puesto que los sistemas que estudia son simultaneidades, no sucesividades. Por tanto, esta parte de la fonología trata una abstracción, un estado de lengua.
Sin embargo, la fonología diacrónica, también conocida como histórica, atiende a los cambios que sufre el sistema a lo largo del tiempo, es decir, a su evolución. Así, podemos decir que la diacronía estudia el hacerse sistemático de la lengua.
Existe una serie de rasgos pertinentes dentro de la Fonética y la Fonología. Se trata de los rasgos que aportan diferencias en cuanto al significado de las palabras. Es decir, en una lengua hay una serie de sonidos en los que cuando un rasgo determinado varía, su significado también varía radicalmente. Por ejemplo, en la palabra dando [dándo], el sonido de la consonante d corresponde a una oclusiva dental sonora. Si comparamos esta palabra con tanto [tánto], cuya consonante t es oclusiva dental sorda, vemos que el cambio de consonante sorda a sonora comporta un cambio en el significado de la palabra. Diremos así, que este rasgo de sonoridad es un rasgo pertinente o funcional.
Sin embargo hay otra serie de rasgos, como pueden ser los que se diferencian según el modo de articulación, que no aportan ningún matiz significativo a la palabra en que aparecen. Éste es el caso de los sonidos [b] y [], que, siendo el primero fricativo y el segundo oclusivo, no hacen que el significado de una palabra cambie, por ejemplo, en los contextos un vaso [úm báso] y el vaso [el áso]. Así pues, decimos que este rasgo es un rasgo no funcional o no pertinente.
3.2.- Oposición y neutralización
Tanto la oposición como la neutralización son fenómenos que se producen en los sonidos.
La oposición fonológica se produce cuando dos unidades son iguales en todos sus rasgos excepto en algún elemento. Se trata de la relación existente entre dos fonemas conmutables. De este modo, decimos que /t/ y /d/ se oponen porque el primero es [-sonoro] y el segundo es [+sonoro], y su conmutación puede producir cambios significativos (tanto y dando). La conmutación supone sustituir cada uno de los fonemas de una palabra por otros, con el propósito de encontrar diferencias en su significado.
La neutralización se produce cuando las oposiciones no funcionan, de manera que la neutralización es la pérdida de la función distintiva de dos fonemas. Cuando una determinada posición aparece en cualquiera de los fonemas neutralizados, no tiene por qué cambiar el significado de las palabras en que éstos aparecen. Por ejemplo, se produce una neutralización entre los fonemas /r/ y /r/, y de tal neutralización resulta el fonema /R/. Así ocurre, por ejemplo, en carta (/kárta/ · /kárta/ => /káRta/).
En español, la neutralización de los fonemas españoles ocurren, en especial en posición final, tal como indica Alarcos Llorach. Con esto, el autor se refiere a que tal neutralización se produce en los casos de distensión silábica, cuando tanto se relaja la articulación, como existe un numero menor de fonemas que en otras situaciones. De este modo, ninguna oposición con consonantes como /
/, /
/, /f/ y /x/ se puede neutralizar, ya que son pocas palabras en las que estos fonemas aparecen en la distensión silábica.
A la unidad resultante de una neutralización se la denomina archifonema. Así pues, del ejemplo anterior diremos que /R/ es un archifonema.
3.3.- Fonemas y alófonos
Como dijimos anteriormente, el fonema es el objeto de estudio de la fonología y el alófono es la unidad que estudia la fonética.
Un fonema es cada uno de los sonidos que en una determinada lengua son capaces de hacer distinguir una palabra de otra, es decir, cuyo cambio comporta un cambio de significado. Por tanto, se trata de una unidad no significativa pero sí distintiva, esto es, por sí sola no significa nada, pero dentro de una palabra, sí cambia el significado. Por ejemplo, el fonema /k/ por sí solo no tiene ningún significado, pero sí sirve para distinguir significados entre las palabras casa y tasa, por ejemplo. Así, vemos que entre los fonemas /k/ y /t/ hay diferencias significativas.
Un alófono es cada una de las variantes de un fonema. También es conocido como variante combinatoria. Por ejemplo, el fonema // tiene las variantes [ ], [s] y [ ]. Cada una de estas variantes es un alófono del fonema //.
4.- EL SISTEMA VOCÁLICO ESPAÑOL
4.1.- Definición de vocal
Una vocal es un sonido del lenguaje producido por las vibraciones de la faringe y que varía según la forma que adopta la boca, la separación de las mandíbulas y la posición de la lengua. Las vocales son fonemas sonoros y abiertos que se distinguen entre sí por su timbre característico. El aire vibrante que sale por la glotis encuentra una caja de resonancia de dimensiones y forma variables para cada vocal en la faringe, las fosas nasales y la cavidad bucal. Al contrario de las consonantes, que establecen un obstáculo al paso del aire, las vocales tienen la característica de la ausencia de todo obstáculo.
En el alfabeto español contamos con cinco vocales: a, e, i, o, u.
Las vocales, desde el punto de vista fonético, son los sonidos con un mayor grado de abertura en los órganos articulatorios, a diferencia de las consonantes.
Desde el punto de vista fonológico, las vocales tienen la capacidad de formar núcleo silábico, mientras que las consonantes constituyen el margen silábico. Por ejemplo: ár-bol (a y o son núcleo silábico, mientras que r,b y l son márgenes silábicos).
4.2.- Clasificación de las vocales
Las vocales pueden ser clasificadas siguiendo varios puntos de vista. A continuación las clasificaremos según el grado de abertura, según el punto de articulación, según la acción del velo del paladar, según la posición de la boca, según la intensidad, según la cantidad y según el timbre.
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En primer lugar, haremos una distinción de vocales según el grado de abertura. Tal clasificación divide las vocales en cerradas, medias y abiertas.
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Las vocales cerradas (también llamadas altas, extremas o de pequeña abertura) se producen si la lengua se aproxima al paladar (ya sea duro o blando). Se trata de las vocales i, u.
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Las vocales medias son las producidas cuando la lengua se aparta más del paladar. También se conocen como vocales de abertura media, y son e, o.
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Las vocales abiertas (bajas o de gran abertura) son aquellas en cuya producción la lengua se aparta al máximo del paladar. a.
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En segundo lugar, podemos clasificar las vocales según el punto de articulación. Así, podemos distinguir entre vocales anteriores, posteriores y centrales.
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Las vocales anteriores o palatales son las que se producen cuando la parte predorsal de la lengua ocupa una posición articulatoria en la zona del paladar. Son las vocales e, i.
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Las vocales posteriores o velares son las creadas cuando la lengua se acerca a la región posterior de la cavidad bucal (el velo del paladar). Éstas vocales son o, u.
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Las vocales centrales se producen si el dorso de la lengua se encuentra en la región cubierta por el mediopaladar. La vocal a es la única vocal central en español.
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Si atendemos a la clasificación según la acción del velo del paladar, nos encontramos con vocales orales y nasales.
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Las vocales orales son las que se originan si, durante la emisión del aire fonador, el conducto nasal está cerrado y el aire fonador sólo puede salir por la cavidad bucal i,e,a,o,u.
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Las vocales nasales , en cambio, se producen si el velo del paladar está situado en una posición media, sin obstruir ni el conducto nasal ni el bucal. También se conocen como oronasalizadas («, é, , , @), ya que en español tales vocales tienen menos resonancia que las vocales oronasales del francés o del portugués. En español, las vocales oronasalizadas son alófonos de las vocales nasales y pueden aparecer en dos posiciones: frecuentemente cuando una vocal se encuentra entre dos consonantes nasales (manta, nunca); y, en ocasiones, si la vocal está en posición inicial absoluta y en sílaba trabada por una consonante nasal (antaño, indivisible). En español, al igual que ocurre en otras lenguas, como el rumano, la nasalización apenas es importante, dado que las vocales nasalizadas sólo se producen a causa de la propagación del carácter nasal de la consonante o las consonantes nasales con las que están en contacto inmediato, por lo que no tienen valor fonológico.
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Si atendemos a la forma que adopta la boca en el momento de la pronunciación, es decir, si ésta está redondeada o no, encontraremos vocales labializadas y deslabializadas.
Las vocales posteriores, en español, son por naturaleza labializadas, mientras que las vocales anteriores suelen ser deslabializadas.
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Atendiendo a la intensidad de la energía articulatoria, encontramos vocales tónicas y átonas.
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Las vocales tónicas son las que reciben un máximo de energía articulatoria en el grupo fónico en que se encuentran. Poseen mayor firmeza y mayor perceptibilidad que las átonas.
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Las vocales átonas reciben un mínimo de intensidad articulatoria, aunque suficiente para ser reconocidas como tales vocales.
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Otra clasificación posible es la que atiende a la cantidad. Según ésta, hay vocales largas, breves, semilargas y semibreves. Sin embargo, en español la cantidad vocálica no tiene relevancia fonológica. Desde el punto de vista práctico todas las vocales deben considerarse como breves en español.
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Por último, si atendemos a la característica acústica del timbre, podemos distinguir entre vocales de timbre agudo, vocales de timbre grave y vocales de timbre intermedio o neutro:
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Las vocales con timbre agudo (i) se producen si la frecuencia de la onda acústica es alta. La lengua presenta una posición anterior y cercana al paladar duro, y así, la cavidad bucal resonadora anterior es bastante pequeña.
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Por el contrario, hay vocales de timbre grave (u), en las que la frecuencia de la onda acústica es muy baja. Esta gravedad en el timbre resulta de la posición posterior y próxima al velo del paladar que toma la lengua, originando que la cavidad bucal resonadora anterior sea bastante grande.
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Las vocales con timbre intermedio o neutro (a), se producen cuando la posición de la lengua es plana, esto es, media y baja. Por esta posición se crean dos cavidades de resonancia (una anterior y otra posterior), muy semejantes y, como resultado, el sonido vocálico que se produce tiene un timbre intermedio entre el timbre alto de la vocal i y el grave de la vocal u.
Dentro de esta clasificación, hemos de decir que los puntos más relevantes son los dos primeros de la clasificación (la abertura de la boca y el lugar de la articulación). Según éstos son creadas la mayor parte de las clasificaciones de los fonemas vocálicos. Así ocurre con el llamado Triángulo de Hellwag.
Localización | ||||
Anterior | Media | Posterior | ||
Mínima | Abertura | |||
Media | ||||
Máxima |
4.3.- Características del sistema vocálico
El sistema vocálico español está compuesto por cinco fonemas: /e/, /o/, /a/, /i/, /u/. Cada uno de estos fonemas presenta una serie de alófonos, dependiendo de distintas situaciones:
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Los fonemas /e/ y /o/ tienen unos alófonos algo abiertos cuando se encuentran ante las situaciones que siguen:
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Al estar en contacto con [r], como en las palabras perro, red, torre, rojo.
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Al preceder al sonido [h], como en los casos de tejido, hoja.
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Al formar parte de un diptongo decreciente, por ejemplo, veis, sois.
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En el caso del alófono abierto de /o/, éste también se produce en toda sílaba trabada por consonante, como en corte, bolso. Sin embargo, el alófono abierto de /e/, se produce si se encuentra trabado por consonante distinta a [d], [m], [n], [s] o [], como vecino, bengala.
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Los tres alófonos del fonema /a/ son los siguientes:
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Si precede a una consonante palatal, es decir, [g], [
], [i], [j], presenta un alófono palatal. Por ejemplo, toalla, borracho. -
Si precede a las vocales [o], [u] o a las consonantes [l], [h], se produce un alófono velarizado: ahora, pausar, palmo, raja.
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En el resto de los contornos fónicos que no se han mencionado, aparece un alófono medio, como ocurre en casa o en contad.
5.- AGRUPACIONES VOCÁLICAS
5.1.- Definición y clases de diptongos
Un diptongo es un grupo formado por dos vocales unidas en la misma sílaba. Se componen por una vocal fuerte (a, e, o) precedida o seguida de una vocal débil (i, u). En un diptongo la i y la u se articulan como semiconsonantes si preceden a la otra vocal (como ocurre con la u de suerte) y en semivocales si van detrás (por ejemplo, la i de aire).
Podemos diferenciar distintos tipos de diptongo, dependiendo de la función que dentro de él cumplan cada una de las vocales que lo forman.
En un diptongo, una de las dos vocales cumple la función de núcleo silábico, mientras que la otra se encarga de ser el margen pre o postnuclear, por lo que podemos esquematizar el diptongo así: V1 + V2. A la vocal que cumple la función de núcleo silábico la representamos como Vns, mientras que a la vocal prenuclear o postnuclear la representamos así: Vpn. Veamos los siguientes ejemplos:
caricia [karíia]: en este caso, [i] es el margen silábico prenuclear, y [a] es el núcleo silábico.
andáis [a
dájs]: [a] es el núcleo silábico, mientras que [i] es el margen silábico postnuclear.
Dentro de esta clasificación, podemos distinguir distintos tipos de diptongo.
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Hay diptongo creciente si se sigue la secuencia Vpn + Vns., es decir, margen silábico prenuclear más núcleo silábico. Los diptongos crecientes comienzan por las vocales /i,u/. Éstos diptongos crecientes son [ja, je, jo ju, wa,we, wi wo].
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Hay diptongo decreciente si se sigue la secuencia contraria (Vns + Vpn), esto es, núcleo silábico más margen silábico postnuclear. Los diptongos decrecientes comienzan por las vocales /a,e,o/. Se trata de los diptongos [ai, ei, oi, au, ou, eu].
En un diptongo, la vocal se convierte en semiconsonante o en semivocal dependiendo de la posición que el margen pre o postnuclear ocupe dentro de la sílaba.
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En un diptongo creciente, las vocales [i] y [u] se convierten en semiconsonantes [j] y [w], respectivamente.
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En un diptongo decreciente, las mismas vocales se convierten en semivocales [j] o [w], al igual que ocurre en el caso anterior.
Podemos ver los siguientes ejemplos de semiconsonantes:
Así como los siguientes ejemplos de semivocales:
A pesar de esta explicación, hemos de mencionar que las semivocales y las semiconsonantes en español son simplemente alófonos de los correspondientes fonemas vocálicos (/i/ tiene como alófonos las semiconsonantes [i], [j] cuando se trata de márgenes prenucleares, y la semivocal [j] cuando es margen postnuclear; /u/ tiene como alófonos las semiconsonantes [u], [w] si se trata de márgenes prenucleares, y el alófono semivocálico [w] en posición postnuclear.
Así pues, la distinción semiconsonante o semivocal es puramente fonética, y tan sólo sirve para señalar la posición de la vocal dentro del margen silábico del diptongo (prenuclear o postnuclear).
Existen dudas sobre si se trata de hiato o diptongo en muchas combinaciones entre las vocales fuertes (/a, e, o/), al diferenciarse poco en el grado de abertura. Se trata de un grupo de diptongos, considerados como diptongos impropios según la Gramática Tradicional, que son los diptongos que se han consolidado pero que no poseen una semiconsonante o semivocal. Podemos poner como ejemplo alcohol, aldea, peor, boato, leer... Al formarse diptongo con vocales fuertes, la intensidad y la duración de la más abierta de ellas son normales, pero la más cerrada se debilita y abrevia, y tiende a cerrar más su articulación. De ello que surjan una serie de pronunciaciones vulgares, como las de teatro ([tjátro]), peor ([pjor]), toalla (twála], etc; y que se produzcan cambios históricos que tienden a resolver con un diptongo consolidado la sucesión inmediata de dos vocales fuertes, como ocurre en a e r e aire, o en c r e a r e criar.
5.2.- Definición y clases de triptongos
Un triptongo es una sílaba que se compone por tres sonidos vocálicos que son pronunciados en una sola emisión de voz. La primera y la última vocal de un triptongo son siempre vocales cerradas (/i/ o /u/) y átonas así como la vocal central ha de ser siempre abierta (/a/ o /e/).
Si hacemos un esquema similar al que hemos realizado en el caso de los diptongos, podríamos representar a un triptongo del siguiente modo: V1 + V2 + V3. En este caso, V2 representa al núcleo silábico (Vns), y V1 y V3 se convierten en margen presilábico o postsilábico (Vpn), al igual que pasan a ser semiconsonantes o semivocales, según su posición respecto del núcleo silábico (el primer elemento se convertirá en semiconsonante, y el último en semivocal). Así lo muestran los siguientes ejemplos:
buey [bwéj] negociáis [neojájs]
despreciáis [desprejáis] limpiéis [limpjéis]
En español no son triptongos las secuencias formadas por la sucesión de vocal cerrada, vocal abierta y vocal cerrada si alguna de las dos vocales cerradas es tónica. En estos casos se trata de un hiato seguido de un diptongo si la primera vocal es cerrada, como en vi-ví-ais, o de un diptongo seguido de un hiato, si la segunda vocal cerrada es tónica (lim-pia-ú-ñas).
También es posible que una misma secuencia de vocal cerrada átona, vocal abierta y vocal cerrada átona, en algunas palabras esté formando parte de una misma sílaba (como un triptongo) y en otras esté en dos sílabas diferentes, (como un hiato seguido de un diptongo, o viceversa). Así ocurre en la secuencia /iei/, la cual se pronuncia como triptongo en cam-biéis y como hiato más diptongo en confiéis. En español la tendencia antihiática es menos fuerte, aunque, a efectos de acentuación gráfica, toda secuencia de vocal abierta entre vocales cerradas átonas será considerada un triptongo, independientemente de que su articulación real se produzca en una o dos sílabas.
5.3.- Hiato, diéresis y sinéresis
Es frecuente que en una misma palabra aparezcan dos vocales contiguas que no están formando diptongo, sino que constituyen dos sílabas distintas como consecuencia de la tradición gramatical. Tal posición crea un efecto prosódico en la pronunciación de estas vocales, que es conocido como hiato.
Un hiato se puede producir en los siguientes casos:
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Si se encuentran juntas dos vocales abiertas (/a, e,o/), como ocurre en pa-ís, ja-le-o, o-cé-a-no, pe-ón.
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Si hay una vocal abierta y una cerrada juntas y la vocal cerrada es la que recibe una mayor intensidad de la voz, por ejemplo: Ro-cí-o, ba-úl, grú-a, res-frí-e.
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Si hay una vocal cerrada seguida de un diptongo y es la vocal cerrada sobre la que recae la mayor fuerza de voz. Este es el caso de es-ta-rí-ais, en-ten-de-rí-ais.
A continuación podemos distinguir los distintos tipos de hiato:
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Un hiato formado por dos vocales abiertas, por ejemplo, ma-es-tra, ma-re-o.
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Un hiato formado por dos vocales cerradas, siendo átona la primera, como en hu-ir, flu-ir.
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Un hiato formado por una vocal abierta átona más una vocal cerrada tónica: Ma-rí-a, re-í-a.
La diéresis es una licencia poética que consiste en pronunciar en sílabas distintas dos vocales consecutivas que forman diptongo. Hoy es poco utilizada en el habla corriente, como indica Gili Gaya, ya que sólo aparece por arcaísmo o por motivos etimológicos o relacionados con la composición de las palabras. Es un recurso de aplicación muy restringida.
En las palabras en que el grupo con vocal débil no está en la sílaba final, tal grupo se pronuncia unas veces diptongado y otras con diéresis, como ocurre en riada ([ri-'a-da] o tortuoso ([tor-tu-'o-so]). Esta diéresis se debería marcar gráficamente con el signo del mismo nombre (¨). Sin embargo, este signo está en desuso actualmente, y tan sólo se usa sobre la “u“ de las sílabas “gue“ y “gui“ en que dicha vocal se debe pronunciar.
También ocurre un fenómeno, contrario a la diéresis, conocido como sinéresis. Normalmente, el uso de la lengua permite que las vocales que forman parte de un hiato se reduzcan a una única sílaba. Esta fusión de dos vocales de distintas sílabas en una es la llamada sinéresis o sinícesis. La sinéresis puede producir modificaciones importantes en la pronunciación de las vocales a las que afecta.
El mismo proceso de unión de dos vocales procedentes de distintas sílabas se puede producir incluso en sílabas de dos palabras diferentes. Éste es el caso de la sinalefa. No obstante, en estas líneas prestaremos más atención al fenónemo de la sinéresis.
Algunos de los casos en que se produce sinéresis son los siguientes:
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Cuando se reducen vocales iguales a una sola vocal de cualidad y duración ordinarias. Por ejemplo, la palabra albahaca presenta el hiato [a-a] ([al-ba-á-ka], que se puede también convertir en la sinéresis [a] al pronunciarse [al-bá-ka]; lo mismo ocurre en nihilista, pronunciado [ni-i- lís-ta] como hiato y [ni- lís-ta] como sinéresis.
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Cuando la [i] y la [u] se pronuncian en hiato como vocales corrientes, pasan a ser semivocales o semiconsonantes por sinéresis, como ocurre en el caso de los diptongos o triptongos. Este es el caso de viaje, que pasa de pronunciarse [bi-á-xe] con el hiato [i-a], a pronunciarse [bj-á-xe]; o de aún, que se convierte en monosílaba por sinéresis ([aun]), después de haber sido bisílaba teniendo hiato ([a-ún]). Esta reducción a una sola sílaba de cualquier grupo vocálico de esta especie se debe a la pronunciación vulgar (país, maíz, baúl...). En las combinaciones [iu], [ui], el elemento modificado por sinéresis es siempre el primero de cada grupo. Por ejemplo, ruído se pronuncia [rí-do] con hiato, pero [rwí-do] con sinéresis.
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Las vocales e,o, cuando preceden a a, se pronuncian, en hiato, como vocales ordinarias, teniendo timbre abierto o cerrado según les corresponda, dependiendo de las circunstancias, esto es, siempre se pronunciarán como vocales cerradas excepto cuando vayan precedidas de rr, que se oirán como abiertas. En sinéresis, se pronunciarán cerradas y abreviadas, se relaja su articulación, se apaga su sonido y se produce con un movimiento análogo al de las semiconsonantes j, w, aunque con mayor abertura. Por ejemplo, la palabra línea, con hiato se pronunciará [lí-ne-a], mientras que con sinéresis será [lí-nea].
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Cuando las vocales e,o se encuentran juntas, el elemento que se cierra y se abrevia al producirse sinéresis es el mismo que en las combinaciones iu, ui, es decir, el que va en primer lugar. Así ocurre en palabras como teorema,que con hiato se pronuncia [te-o-ré-ma] y con sinéresis [teo-re-ma]; o cohete, pronunciada con hiato [ko-é-te] y con sinéresis [koé-te].
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Si las vocales e,o están precedidas por a, éstas se abrevian y relajan, pero conservan su propio timbre con más claridad que en los casos anteriores. Por tanto, se pronuncian dentro de su brevedad, con matiz más o menos abierto o cerrado, dependiendo de las mismas circunstancias que hacen que el sonido de e, o varíe. Por ejemplo, Israel se pronuncia [is-ra-él] con hiato, y [is-ráel] con sinéresis.
6.- LA SÍLABA
6.1 Definición, clases y estructuras silábicas
Una sílaba es cada una de las entidades fonéticas en que se divide una palabra. Es el sonido o grupo invisible de sonidos que se pronuncian con una emisión de voz. Se compone por un núcleo silábico, que en español es siempre una vocal (Ns), y por los márgenes silábicos.
Las sílabas pueden clasificarse en función de varios aspectos:
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Según el grado de intensidad con que se pronuncian dentro de la palabra, podemos distinguir entre sílabas tónicas y sílabas átonas:
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Es una sílaba tónica la que lleva la mayor intensidad de voz o una entonación más aguda que el resto, por ejemplo: me-sa; pár-pa-do; ca-jón.
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Son sílabas átonas el resto de sílabas de una palabra, es decir, las sílabas que no llevan una mayor intensidad de voz, por ejemplo: me-sa, pár-pa-do, ca-jón.
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Según el fonema final, podemos hablar de sílabas abiertas y sílabas cerradas:
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Una sílaba es abierta o libre cuando termina en vocal, esto es, en el mismo núcleo silábico (Ns). Éste es el caso de te-ner, ma-dre, ca-te-dral, etc.
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Una sílaba es cerrada si termina en una o más consonantes. Por ejemplo, te-ner, ca-te-dral, trans-por-te... Aquí, se considera que la vocal se encuentra trabada.
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Según el número de letras que tenga la sílaba, encontramos los siguiente tipos de sílaba:
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Sílabas monolíteras, si están formadas por una sola letra, como ocurre en á-to-no, e-na-mo-ra-do.
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Sílabas bilíteras, cuando están formadas por dos letras. Por ejemplo, mar-ti-llo, lá-piz.
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Sílabas trilíteras, aquéllas formadas por tres letras, como tor-pe, ca-ñón.
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Sílabas polilíteras, si están formadas por cuatro o más letras. Éste es el caso de le-tras, trans-por-ta-dor.
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Según el número de vocales que contenga la sílaba, encontramos sílabas simples, si tienen una sola vocal (po-sar), y sílabas compuestas, si tienen más de una vocal (li-neal).
6.2.- La sílaba, el acento y la palabra
El acento es la cualidad que aporta las diferencias entre sílabas y distingue las sílabas átonas de las tónicas.
Dentro de la definición de palabra también encontramos el concepto de acento. Así, decimos que una palabra es un segmento del discurso, formado por uno o varios fonemas, que está habitualmente unificado por el acento, el significante y pausas potenciales inicial y final. Toda unidad que se puede aislar por medio de espacios en la lengua escrita y por medio de una pausa en la cadena hablada, puede ser considerada palabra.
En la clasificación de las palabras juegan un papel de gran importancia tanto el número de sílabas que haya en ésta, como la sílaba que se acentúe dentro de ella.
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Podemos clasificar las palabras, atendiendo al número de sílabas que contengan, como se muestra a continuación:
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Palabras monosílabas. Están compuestas por una sola sílaba. Tal sílaba, al ser la única, ha de considerarse como tónica, sin embargo no se acentúa en la escritura. Son ejemplos de palabra monosílaba los siguientes: pez, vio, ten, diez, luz, sal, pan..
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Palabras bisílabas. Se componen por dos sílabas. Palabras como cielo, cajón, árbol, chico, reloj, yogur, tabla, etc. son palabras bisílabas.
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Palabras trisílabas. Son palabras compuestas por tres sílabas, tales como remolcar, primero, tornado, crítico, follaje, técnico, lágrima, etc.
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Palabras polisílabas. Se consideran polisílabas todas aquellas palabras que contengan cuatro o más sílabas, por ejemplo, sacerdote, aplicado, tratamiento, positivismo, aproxímate, dimensiones, polisílaba...
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Otra clasificación posible consiste en atender la posición de la sílaba tónica dentro de la palabra. Así, distinguiremos entre palabras agudas, llanas, esdrújulas y sobresdrújulas (ver punto 8.2).
6.3.- Características de la sílaba
La sílaba en español se puede caracterizar siguiendo distintos factores, tal como son el número de fonemas que la constituyen y su tipología.
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Si atendemos al número de fonemas que constituyen la sílaba, diremos que hay sílabas de tres tipos:
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Sílabas monofonemáticas, en las que un único fonema forma la sílaba. Por ejemplo, o-jo, á-rea, ó-pe-ra.
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Sílabas bifonemáticas, donde son dos los fonemas que la forman, como ocurre en o-jo, ó-pe-ra, ra-tón.
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Sílabas polifonemáticas, compuestas por más de dos fonemas. Son ejemplos de este tipo de sílabas trans-crip-ción, o-po-si-tor, nú-cleo.
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Si atendemos a la tipología de la sílaba, podemos decir que hay sílabas de las siguientes clases:
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Con una vocal como núcleo. Se presentan las siguientes posibilidades:
CV: ca-os
CVC: por-tar
V: o-pe-rar
CCV: tra-ba-jo
VC: re-ba-jas
CCVC: plan
VCC: ins-tau-rar
CVCC: cons-tru-yó
CCVCC: trans-pa-ren-cia
- Con un diptongo como núcleo, como ocurre en los casos siguientes:
CD: cua-li-fi-car
CDC: cuen-ta
CCD: a-grie-tar-se
D: ai-re
CCDC: criar
DC: pues-to
Las sílabas más frecuentes de las que hemos mostrado son las representadas mediante consonante y vocal (CV) y las que se forman con consonante y diptongo (CD). Por tanto, el español tiene una tendencia a la sílaba abierta claramente visible.
7.- EL SISTEMA CONSONÁNTICO
71.- Definición de consonante
Una consonante se define como cada uno de los sonidos articulados de una lengua, que no pueden formar sílabas por sí solas y que resultan del cierre o el estrechamiento (completo o parcial) de la boca, seguido de una apertura que permite al aire escaparse, produciendo cierto ruido. Las consonantes, a diferencia de las vocales, pueden o no tener un sonido cierto, ya que dependen de la vocal o las vocales que las acompañen.
7.2.- Clasificación de las consonantes
En el alfabeto latino, las consonantes son: b, c, d, f, g, h, j, k, l, m, n, ñ, p, q, r, s, t, v, w, z, y, z.
Las consonantes pueden ser clasificadas siguiendo cuatro criterios: según la actividad de las cuerdas vocales, según el punto de articulación, según el modo de articulación y según la actividad de la cavidad nasal.
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Según la actividad de las cuerdas vocales, esto es, según la sonoridad, encontramos consonantes sordas y sonoras.
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Son sordas las consonantes que se producen sin que las cuerdas vocales tengan vibración.
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Son sonoras las consonantes en cuya pronunciación es necesaria la vibración de las cuerdas vocales.
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Según el modo de articulación, encontramos las siguientes consonantes:
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Consonantes oclusivas. Son aquellas consonantes caracterizadas por el bloqueo del flujo de aire, causado por el cierre completo de dos órganos articulatorios. La oclusión es producida en el segundo momento, en el tensivo, el más característico de este grupo. El velo del paladar está pegado a la pared faríngea e imposibilita que el aire salga a través de las fosas nasales. Las oclusivas son /p/,/b/,/t/,/d/,/k/,/g/, y los alófonos análogos.
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Fricativas o constrictivas. Son las consonantes en que existe una cierta dificultad para expulsar el aire, pero no se impide tal expulsión. Durante su emisión, el canal bucal se estrecha, pero los órganos articulatorios que intervienen en su formación no se cierran por completo. Las fricativas son consonantes continuas, al contrario de las consonantes oclusivas, que son momentáneas. Las fricativas son /f/, //, /s/, /j/ y /x/, y sus alófonos [ ], [f], [ ], [], [s], [s], [j] y [ ].
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Africadas. Son los sonidos en los que se combina un inicio oclusivo con una continuación silbante o fricativa. Además, la oclusión y la fricación se producen en el mismo lugar articulatorio. Al pronunciar un sonido africado, el velo del paladar se encuentra adherido a la pared faríngea, por lo que el aire sale solamente a través de la cavidad bucal. Las consonantes africadas son /c/, [c], [ ].
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Nasales. Las consonantes nasales son las que se producen cuando hay un cierre de los órganos articulatorios bucales y un pasaje rinofaringeo abierto. Las nasales se caracterizan principalmente porque el paso del aire se produce a través de las fosas nasales, pues durante su emisión el velo del paladar no está adherido a la pared faríngea, sino que permanece caído. Las consonantes nasales españolas son /m/, /n/, /n/, y los alófonos [m], [n], [m], [n], [n], [n] y [n]. Las consonantes nasales siempre son sonoras.
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Laterales. En la emisión de las consonantes laterales la lengua se sitúa en el centro superior de la cavidad bucal, provocando la salida del aire por un lado o los dos de la lengua y por el reborde o los rebordes homólogos de la región pre o mediopalatal. Las cuerdas vocales siempre vibran mientras se emiten estos sonidos. Los fonemas laterales son / / y /l/, y los sonidos [ ], [l], [l] y [l].
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Vibrantes. Las consonantes vibrantes se caracterizan por poseer una o varias interrupciones momentáneas durante la salida del aire fonador, que se producen por contacto entre el ápice lingual y los alvéolos. Se produce vibración siempre que se articula un sonido vibrante. Las consonantes vibrantes pueden ser simples o múltiples, y éstas, respectivamente, son /r/, /r/, [r] y [r]. Al igual que las consonantes nasales, las líquidas son siempre sonoras.
Sobre los dos últimos grupos de consonantes, las laterales y las vibrantes, es preciso señalar que ambas son incluidas en el grupo conocido como líquidas. Éstas presentan la máxima abertura dentro de los sonidos consonánticos, sin llegar nunca a la abertura de las vocales; el tono que presentan es el más alto de todo el sistema consonántico; y, aunque presentan una mayor abertura, no es suficiente para que se encuentren desprovistas del ruido de fricación propio de los sonidos continuos consonánticos.
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Si atendemos al punto de articulación, podemos encontrar los siguientes tipos de consonante:
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Las bilabiales son las consonantes que se articulan mediante el uso de ambos labios. Las bilabiales españolas son las siguientes: oclusiva bilabial sorda [p], oclusiva bilabial sonora [b], nasal bilabial sonora /m/y su alófono nasal bilabial sonoro [m].
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Las consonantes labiodentales son las que se pronuncian con el labio inferior y los incisivos superiores. Éstas consonantes son las oclusivas linguodentales sorda /t/ y sonora /d/, la fricativa labiodental sorda /f/ y sus respectivos alófonos, [t], [d] y [f].
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Las linguoalveolares son consonantes que se articulan con el roce o la aproximación de la lengua a los alvéolos. Las consonantes de este tipo son la fricativa linguoalveolar sorda /s/ y sus alófonos sordo [s] y sonorizado [s]; la nasal linguoalveolar /n/ y su alófono [n]; la lateral linguoalveolar sonora /l/ y su alófono [l].
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Las consonantes linguovelares son las consonantes que se articulan cuando la lengua entra en contacto con el velo del paladar. Este grupo está compuesto por las consonantes siguientes: oclusiva linguovelar sorda /k/, oclusiva linguovelar sonora /g/, fricativa linguovelar sorda /x/, los alófonos correspondientes a éstas ([k,g,x]) el alófono nasal linguovelar [n].
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Las linguopalatales son consonantes articuladas mediante el roce de la lengua con el paladar duro. Incluye los fonemas fricativo linguopalatal sonoro /j/, africado linguopalatal sordo /c/, nasal linguopalatal /n/, lateral linguopalatal / /, así como sus alófonos (fricativo linguopalatal sonoro [j], africado linguopalatal sordo [c], africado linguopalatal sonoro [ ], nasal linguopalatal [n], y lateral linguopalatal [ ]).
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Las linguointerdentales son consonantes que se producen al colocar el ápice de la lengua contra los incisivos superiores. Las consonantes linguointerdentales son los alófonos fricativo linguointerdental sonoro [ ] y fricativo linguointerdental sonoro[] de /d/ y //, respectivamente, el nasal linguointerdental [n], alófono de /n/ y el lateral linguointerdental [l], alófono de /l/.
8.- EL ACENTO
8.1.- Definición y clases de acento
El acento es un rasgo prosódico y fonológico, que tiene como finalidad poner de relieve uno o varios sonidos.
Podemos distinguir distintos tipos de acento, como son los siguientes:
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El acento diacrítico, es decir, el mayor tono e intensidad con que la vocal de la sílaba tónica en algunas palabras se pronuncia.
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El acento fonético, que es el conjunto de particularidades en cuanto a fonética, ritmo y melodía, que hacen característica el habla de una región, así como la diferencian de las demás.
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El acento métrico o rítmico, que es uno de los elementos constitutivos del verso.
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El acento ortográfico, también llamado tilde, que se refiere al símbolo que se coloca sobre la vocal de la sílaba tónica de algunas palabras en la lengua escrita.
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El acento prosódico, que se trata de la mayor o menor fuerza respiratoria con que se pronuncia un sonido en relación con los que se hallan próximos a él.
En español, todas las palabras tienen acento. Algunas de ellas tan sólo tienen acento prosódico, correspondiente a la sílaba tónica no acentuada en la ortografía, mientras que otros tienen acento prosódico y acento ortográfico, que se coloca en la vocal de dicha sílaba tónica.
8.2.- Clasificación de las palabras por la posición del acento
Como dijimos antes, al hablar de la sílaba, el acento y la palabra, una de las clasificaciones que podemos realizar dentro del grupo formado por las palabras consiste en agrupar las palabras según el lugar donde se posiciona la sílaba tónica, es decir, según la posición del acento. Si atendemos a esta clasificación, encontramos los siguientes tipos de palabras:
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Palabras agudas, en las que la sílaba tónica ocupa el último lugar, es decir, la mayor intensidad de voz recae sobre la última sílaba. Son ejemplos de este tipo de palabra los siguientes: recoger, tractor, colchón, televisión, pudor, parchís, papá... Sobre la acentuación de estas palabras, diremos que son acentuadas por medio de la tilde las palabras agudas terminadas en vocal (sofá), -n (cajón) o -s (jamás). No se acentúan gráficamente las palabras terminadas en -s precedidas por otra consonante (robots), ni tampoco las palabras agudas terminadas en -y (jersey).
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Palabras llanas. En éstas, el mayor golpe de voz recae sobre la sílaba que está en penúltimo lugar, o sea, la sílaba tónica es la penúltima. Por ejemplo, parecido, móvil, radio, vinieron, coche, apetecer, tijeras, árbol. De la acentuación de estas palabras hay que decir que se acentúan con tilde las terminadas en consonante distinta a -n o -s (ángel), las que terminan en -s precedida de consonante (robots) y las terminadas en -y (póney).
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Palabras esdrújulas. Son las palabras cuya sílaba tónica se encuentra en antepenúltimo lugar, es decir, la mayor intensidad de voz está en la antepenúltima sílaba. Son palabras como tímido, artístico, fármaco, óvalo, máquina, pájaro, técnica. En todas las palabras esdrújulas el acento va marcado gráficamente por medio de la tilde, como hemos podido ver en los ejemplos anteriores.
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Palabras sobresdrújulas. Se trata de palabras cuya sílaba tónica se encuentra en el lugar anterior al antepenúltimo. Podemos poner como ejemplo, quítamelo, tómatelo, préstaselo, cómpranoslo, etc. Como vemos, la tilde se pone en la sílaba tónica de todas ellas, al igual que ocurre en las palabras esdrújulas.
8.3.- Características del acento
El acento está caracterizado por tres elementos: la intensidad, el tono o altura y la duración.
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La intensidad es una característica que variará según sea la vibración de las cuerdas vocales.
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El tono o altura depende de la frecuencia del tono fundamental del sonido.
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La duración depende de la cantidad relativa del sonido.
9.- LA ENTONACIÓN
9.1.- Grupo fónico y pausa
En primer lugar, comenzaremos hablando del grupo fónico. Se trata de la porción de discurso que está comprendida entre dos pausas. El grupo fónico medio en español contiene entre ocho y once sílabas. Sin embargo, existen grupos fónicos con un número menor de sílabas, incluso con una sílaba, cuando tan sólo estamos, por ejemplo, contestando a una pregunta, como ocurre con sí o no.
El término grupo fónico tiene importancia principalmente por dos razones. Por un lado, por la naturaleza fonética de los sonidos que se hallan en posición inicial del grupo. Si ponemos como ejemplo el fonema /b/, vemos que en posición inicial del grupo fónico o posición inicial absoluta se realizará como oclusivo, [b], pero si se encuentra en posición medial de grupo fónico, sin ir precedido de nasal, será realizado como fricativo, [].
Por otro lado, los comportamientos tonales del final de cada grupo fónico nos proporcionan determinados niveles, que son la característica principal de la entonación.
En segundo lugar, hablaremos de la noción de pausa. Ésta se refiere a cada una de las interrupciones o detenciones que realizamos cuando hablamos o leemos.
Las razones por las que se originan las pausas son de dos tipos: fisiológicas y lingüísticas, aunque lo ideal es que coincidan ambas.
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Las causas fisiológicas se producen por la necesidad de respirar y de recuperar el aire que necesitamos de nuevo para que se produzca la fonación.
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Las causas lingüísticas señalan el final de una expresión. Éstas pueden ser de diversas clases:
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Pausa final absoluta, cuando se produce después de un enunciado. En la escritura, viene señalado por medio del punto.
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Pausa enumerativa, si se produce entre los miembros de una enumeración. Por ejemplo: Los niños están inquietos / traviesos / imparables//.
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Pausa explicativa. Es la pausa que se produce en el principio y en el final de un enunciado explicativo incluido en un enunciado más amplio, como ocurre en: Su hermano / que es muy guapo / vendrá mañana//.
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Pausa potencial, realizada por voluntad del hablante. Puede ser hiperbática, como en Cuando vengas / no olvides avisarme// (también se puede enunciar: Cuando vengas no olvides avisarme //.); expresiva, como es el caso de Su madre / está obsesionada// (opuesto a Su madre está obsesionada//, pero si el sujeto se encuentra precedido por el verbo no hay pausa: Está obsesionada su madre//).
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Pausa significativa. Hace referencia a la pausa cuya presencia o ausencia cambia totalmente el significado del enunciado. Podemos ver ejemplos como: El niño / que es muy inquieto / está enfermo//, frente a El niño que es muy inquieto está enfermo//; o No / queremos este coche//, opuesto a No queremos este coche//.
Como vemos, la entonación de las palabras, así como el papel de los grupos fónicos y las pausas, juegan un papel decisivo dentro de la lengua para que el oyente pueda comprender el verdadero significado de una enunciación.
9.2.- La entonación y sus clases
La entonación constituye la principal característica de la frase. Ésta depende de las variaciones en la frecuencia de vibración de las cuerdas vocales. Abarca la totalidad de la frase y puede contribuir en el cambio de significado y en la expresión de determinados estados psíquicos o sentimientos, como satisfacción, rechazo, ira, etc.
Dentro del comportamiento melódico de la frase o del grupo fónico debemos distinguir entre las variaciones tonales existentes en el interior de la frase, que pueden estar en relación con peculiaridades regionales, individuales u ocasionales; y las variaciones tonales que aparecen al final del grupo fónico, que son significativas.
Algunos autores consideran que es más importante aprender bien la entonación de la frase que la pronunciación concreta de cada sonido, ya que se notan menos las faltas de articulación de los sonidos si se tiene una buena entonación, así como una mala entonación puede desvirtuar casi por completo la pronunciación.
La entonación puede ser de distintas clases, dependiendo de la oración que estemos enunciando. Así, podemos distinguir entre la entonación en la frase enunciativa, en la interrogativa y en la exclamativa. Los grupos fónicos que conforman cada una de las oraciones de los distintos tipos varían según el caso y pueden presentarse numerosas presentaciones.
9.3.- El tonema y sus clases
El tonema es la parte final de un grupo fónico. Constituye lo lingüísticamente significativo de la entonación. Normalmente, se encuentra a partir de la última sílaba acentuada, y depende de la dirección adoptada por la línea tonal.
En español, desde el punto de vista fonológico, el tonema puede presentar tres movimientos: ascendente, horizontal y descendente, los cuales tienen, en el momento de realizarse, otras variantes, como podemos ver a continuación:
Nivel fonológico | Nivel fonético |
Tonema ascendente | Anticadencia Semianticadencia |
Tonema horizontal | Suspensión |
Tonema descendente | Cadencia Semicadencia |
Desde el punto de vista fonético, como vemos en el cuadro anterior, podemos distinguir las siguientes características dentro de cada tipo de tonema.
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El tonema ascendente presenta las variables de anticadencia y semicadencia.
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La anticadencia se produce cuando el fonema asciende rápidamente a partir de la últimav ocal tónica. Se usa en las frases interrogativas absolutas, en la subordinación entre la oración subordinante y la subordinada, etc.
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La semianticadencia ocurre si el tonema termina a una altura menor que la anticadencia. Corresponde a unidades interiores de sentido continuativo, y sirve para señalar oposiciones y contrastes de carácter secundario.
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En lo que se refiere al tonema horizontal, éste presenta el movimiento de suspensión.
En la suspensión, el tonema termina en el mismo nivel tonal que el cuerpo del grupo fónico en que tiene lugar. Se utiliza en las frases con sentido incompleto, o en las que una idea queda pendiente de continuación o cortada.
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En cuanto al tonema descendente, presenta las variables de cadencia y semicadencia:
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En la cadencia, el tonema presenta el nivel más bajo de descenso. Corresponde a las oraciones afirmativas y, en ocasiones, a las interrogativas.
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En la semicadencia, el fonema desciende menos que en la cadencia. Ocurre en las expresiones que dan una idea insuficientemente definida, o en una aseveración insegura. El grupo fónico que tiene semicadencia acompaña a otros grupos fónicos que poseen otras terminaciones, como la anticadencia o la cadencia.
10.- TRANSCRIPCIÓN FONÉTICA- ESCRITURA
10.1.- La transcripción fonética y la pronunciación
La transcripción fonética consiste en reproducir gráficamente las distintas realizaciones del sistema fonológico de una lengua. Tan sólo se trata de un instrumento auxiliar, puesto que no puede expresar todos los matices articulatorios y acústicos que presenta el habla viva, por lo que no es capaz de sustituir todos los datos que la fonética instrumental proporciona.
Se pueden distinguir tres tipos de transcripción fonética: ancha, semiestrecha y estrecha. Desde el punto de vista instrumental, la preferida por los lingüistas es la transcripción semiestrecha.
10.2.- La escritura y la ortografía
La escritura es la representación gráfica de los sonidos del habla. Se trata de un medio de intercomunicación humana que se sirve de signos visuales que conforman un sistema. Podemos encontrar sistemas de escritura incompletos o completos, siendo estos últimos los que son capaces de expresar sin ambigüedad todo lo que puede manifestar y decir una lengua determinada.
La escritura ha evolucionado a lo largo del tiempo, principalmente en cuanto a ideografía y a fonética. La escritura apareció después que la fonética, con el fin de representar de un modo visual lo que ya se hacía de un modo acústico.
En cuanto a las unidades, la escritura está formada por unidades equivalentes a las unidades fonéticas. Por ejemplo, los grafemas son los signos que representan los fonemas en la escritura. En lo que respecta al signo lingüístico, éste se representa en la escritura por medio de las palabras. La escritura de una palabra es el significante de ésta.
La ortografía intenta cumplir ciertos criterios fonéticos y etimológicos. Casi todas las palabras siguen criterios fonéticos, así como hay algunas que añaden el factor etimológico. Existen palabras que violan la etimología pero que cuentan con una antigua tradición.
La ortografía se encarga de pasar a la escritura los signos fonéticos como son las pausas, los acentos, etc. Existe una serie de signos de puntuación que hacen efectivo tal traspaso de sonidos a grafías (punto, coma, punto y coma, puntos suspensivos, exclamaciones, interrogaciones, tilde, paréntesis, etc.).
10.3.- Transcripción fonética de un texto breve
No son recuerdos los que se han cruzado
ni es la paloma amarillenta que duerme en el olvido,
sino caras con lágrimas,
dedos en la garganta,
y lo que se desploma de las hojas:
la oscuridad de un día transcurrido,
de un día alimentado con nuestra triste sangre.
(Pablo Neruda)
11.- FIGURAS ESTILÍSTICAS DEL NIVEL FÓNICO
11.1.- Aliteración y paronomasia
La aliteración es la figura retórica que consiste en la repetición de un mismo fonema o de fonemas similares, mayoritariamente consonánticos, con el fin de producir un efecto de musicalidad y sonoridad. Suele sugerir imágenes relacionadas con los sentidos. Podemos ver los siguientes ejemplos de aliteración:
Repetición del sonido [s]: En el silencio sólo se escuchaba un susurro de abejas que sonaba (Garcilaso de la Vega).
Repetición del sonido [r]: El ruido con que rueda la ronca tempestad (José Zorrilla).
La onomatopeya es el recurso estilístico que consiste en imitar o recrear el sonido del objeto al que se refiere, como ocurre en el siguiente verso:
¡Tan! ¡Tan! ¡Tan!, canta el martillo (Valle-Inclán).
11.2.- Paronomasia
La paronomasia es la figura retórica que consiste en la colocación en una misma frase o verso de vocablos semejantes o análogos en el sonido pero diferentes en el significado. Tal efecto se consigue por medio de paronimias. El siguiente fragmento es una pieza literaria en que podemos encontrar varios ejemplos de paronomasia:
Si escuchas mis gritos gratos,
póngame tu musa mesa,
siendo el combate convite
donde mi fe viva beba.
Aunque tiene un hombre hambre
poco en esta zona cena,
metido entre tanto tonto
que al Parnaso en tropa trepa.
Con las damas peco poco
porque en mí son burlas verlas,
pues de aquel que gustan gastan,
más que monadas, monedas.
(Eugenio Gerardo Lobo)
11.3.- Similicadencia
La similicadencia es la figura estilística que consiste en emplear una idéntica terminación fonemática en las palabras o frases contiguas. Hay distintos tipos de similicadencia: por un lado, homeoteléuton o homoioteléuton (es decir, con igual final), y por otro, homeóptoton o simíliter cadens (o con igual flexión). En el primer caso, tan sólo coinciden los mismos sonidos, como podemos ver en el siguiente ejemplo:
...Y cuanto más se quebranta
mortifica su garganta
con natas al gusto gratas...
(Juan de Salinas)
En cuanto al segundo caso, sólo ocurre al hacer coincidir una misma forma flexiva, por ejemplo:
...Y en medio del trabajo y la fatiga,
estoy cantando yo y está sonando
de mis pies el grave hierro
(Garcilaso)
11.4.- Calambur
La figura retórica conocida como calambur hace referencia a la agrupación de las sílabas de una o más palabras con el fin de que se altere por completo el significado original de éstas. Un conocido ejemplo de calambur es el siguiente:
Entre el clavel blanco y la rosa roja, su majestad escoja.
Entre el clavel y la rosa, su majestad escoja.
(Quevedo)
BIBLIOGRAFÍA
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Gili Gaya, S.: Elementos de fonética general. Madrid, Gredos. 1988
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Navarro Tomás, T.: Manual de pronunciación española. Madrid, Consejo Superior de Investigaciones científicas. 1968
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http://www.elcastellano.org/esbacent.html
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http://www.phon.ucl.ac.uk/home/sampa/spanish.htm
Signo lingüístico =
Imagen acústica + Imagen gramatical
Significado
Sustancia
- - - - - - - Plano de la expresión
Forma
Signo lingüístico =
Forma
- - - - - - - Plano del contenido
Sustancia
[ja]: acacia [akája]
[je]: tiempo [tjémpo]
[jo]: labio [lájo]
[ju]: ciudad [juá]
[wa]: cuanto [kwáto]
[we]: trueno [trwéno]
[wi]: ruido [rwío]
[wo]: cuota [kwóta]
[ai]: aire [ájRe]
[ei]: reina [réjna]
[oi]: doy [doj]
[au]: pausa [páwsa]
[eu]: feudal [féwal]
[ou]: COU [kow]
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