Filosofía y Ciencia


Estado, sociedad y orden según Rousseau


U. E. Colegio “La Concepción”

2do año de Humanidades

Filosofía

Rousseau y su concepción de

Estado, Sociedad y Orden

Caracas, 26 de Marzo de 2004

Introducción

Si quitáis de los corazones el

amor a lo bello, quitaréis

todo el encanto de vivir.

J. J. Rousseau

“Todo es perfecto al salir de las manos del Creador y todo degenera en manos de los hombres” Parece una frase pronunciada por algún filósofo de la Edad Media que protege y alaba a un ser superior pero resulta ser la premisa fundamental de la teoría que Jean Jacques Rousseau planteó para defender el sistema de gobierno democrático y atacar la estancia de monarquías absolutas que, bajo intereses secretos, aseveraban que su derecho a mandar provenía de una instancia divina. Esta proposición le valió considerables enemistades que acababan en persecuciones, cuantiosas burlas -como la propinada por el también filósofo francés Voltaire- y pocos pero valiosos favores -como los de su benefactora Madame Louise de Warens y el oportuno amparo del filósofo escocés David Hume.

Para establecer su teoría, Rousseau se refirió a varios temas en sus tratados. En el primer “Discurso sobre las ciencias y las artes” el autor contesta la interrogante de si estos oficios han favorecido y exaltado la moralidad de los individuos, a lo cual Rousseau respondió negativamente alegando que estos oficios y las instituciones sociales no son muestra de avance sino señal de retroceso pues indican que el hombre recurre a formas más elevadas que su propia naturalidad. De esta manera critica la ingenuidad del pensamiento ilustrado, el cual proponía el desarrollo intelectual de los individuos como neta señal de mejora de la capacidad de su entorno. Más adelante escribe el “Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres” en el cual expresa que, en la fase de naturaleza original, los individuos vivían libres y autónomos, sin estar unos sumisos a otros pero estas condiciones cambiaron por la instauración de la pertenencia privada. Su obra cumbre fue “El Contrato social” en la que manifiesta que un dominio adecuado por derecho sólo puede basarse en un convenio entre los hombres por el que cada individuo cede una porción de su autonomía y la subyuga a la dirección suprema de una voluntad general por lo que el fundamento del derecho no puede ser la fuerza sino este pacto social. Rousseau usa el símil del padre y los hijos en una familia para comparar al Estado, como también lo hace con la imagen de un pastor con su rebaño. A su vez habla de la esclavitud, la guerra, la propiedad privada y las diferentes fases del hombre. También escribe “Confesiones” y “Ensoñaciones de un paseante solitario” obras autobiográficas que significaron el comienzo del movimiento romántico en Europa como sus otros escritos favorecieron en alguna manera el establecimiento de una nueva corriente ideológica que imperaría en la Revolución Francesa pues defendían la preponderancia del pueblo ante el derecho divino de sus gobernantes.

A continuación se amplia esta breve reseña con el fin de servir de guía para el estudio de la vigencia de este importante filósofo moderno que, por variadas persecuciones con las que tuvo que lidiar en vida por sus ideales socialistas, también es conocido bajo el seudónimo de Renou.

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Capítulo I

La juventud es el momento de

estudiar la sabiduría; la vejez,

el de practicarla. J. J. Rousseau

Ginebra fue la fría ciudad calvinista que lo vio nacer en 1712. Jean Jeacques Rousseau fue el nombre que le pusieron su madre, que pronto moriría, y su padre, del que heredaría su gusto por las novelas de Plutarco. Mas no duró mucho bajo la tutela de su padre puesto que a los dieciséis años el apuesto joven prefirió dejarse influenciar por Madame Louise de Warens, una mujer que, aunque mucho mayor, se convertiría en su madre y amante, lo llevaría a profesar el cristianismo y le abriría las puertas de los más selectos grupos sociales de Ginebra y Francia mientras lo conduciría a expresar con libertad el amor por la lectura y la música. En 1742 la ciudad de Paris lo conoció por vez primera cuando fue a exponer su sistema de notación musical que la Academia rechazó; esto no lo replegó pues conoció a importantes filósofos de la época como Diderot y colaboró en la redacción de la Enciclopedia en el tema musical.

Más adelante, en 1750, se haría famoso cuando la Academia de Dijon premiara en un concurso su “Discurso sobre las ciencias y las artes” Y en 1753, al participar nuevamente, sería reconocido por su “Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres”. Estas ideas las desarrolla más extensamente en “El Contrato Social” obra publicada en 1762 en donde consigue explicar la causa de la situación de diferencia y limitación de la libertad que viven los seres humanos En 1767 regresa a Francia en dónde se casa con Thérèse Levasseur con la cual tiene cinco hijos y escribe “Confesiones” y “Ensoñaciones de un paseante solitario” en la época comprendida entre el año 1765 y 1778. Con su fama obtiene la ciudadanía de Ginebra tras regresar a la fe calvinista. Pero nunca conseguiría la paz en su amada ciudad por lo explosivas que eran sus ideas así que se marchó a Inglaterra y luego a Francia; en el primer país conoce al filósofo David Hume, quien lo considera “el más curioso de todos los seres humanos” y en el segundo consigue la muerte en 1778 tras consecutivas persecuciones de aquellos que, por razones políticas o sociales, querían eliminarlo.

Capítulo II

La naturaleza ha hecho al hombre feliz

y bueno, pero la sociedad lo deprava

y lo hace miserable. J. J. Rousseau

La teoría social de Jean Jacques Rousseau lleva explícito una serie de valores societarios, comunitarios y estadales. En cuanto a las relaciones que se dan a cabo en la primitiva comunidad y en la estructurada sociedad, el autor deja brotar las ideas que más tarde influirían el pensamiento de grandes figuras del socialismo como lo fue Karl Marx en su “Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres” y en lo concerniente al ser y deber ser del Estado, Rousseau manifestó la semejanza existente entre éste y un pastor que cuida de su rebaño en su disertación titulada “El Contrato social”

La razón de que lo ocupara primero el tema social (en el año de 1753) no fue otra que su descontento con la vida que le había tocado llevar; primero lidió con la orfandad que le dejó la muerte de su madre siendo muy pequeño, luego en su juventud La Academia rechaza su sistema de notación musical y más tarde es perseguido por sus ideales socio-políticos. En el “Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres” Rousseau trata de marcar el instante en el cual el estado natural del hombre resultó esclavizado por la ley y el poder.

Rousseau afirmaba que para conocer el origen de la desigualdad entre los hombres era necesario comenzar por entender a los hombres mismos, comprendiendo que el alma humana ha transformado su esencia en el seno de la sociedad. Antes el hombre obraba de manera que todo estaba en orden con la naturaleza y con el principio divino mientras que ahora se debate entre “la pasión que cree razonar y el entendimiento en delirio” (Rousseau. Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres. Prefacio) Es en este cambio en la complexión mortal donde se debe buscar -y hallar- el auténtico principio de las discrepancias que oponen a los hombres y del derecho natural, el cual también está ligado, por su puesto, a la naturaleza del hombre.

Rousseau establece dos tipos de desigualdades en la sociedad; la primera diferencia es la natural o física, aquella que se encuentra establecida por parámetros como la edad, la salud o la fuerza corporal; el segundo arquetipo de desacuerdo es moral o político, aquellos privilegios que algunos disfrutan aun en prejuicio de otros, como la riqueza, el respeto y el poderío, determinados por el consentimiento de los hombres.

Para entender el concepto de derecho natural, Rousseau plantea el reconocimiento de la ley como una regla establecida a un ser moral, libre e inteligente, lo cual reduce el grupo a sólo aquellos que gocen de estos aspectos (excluyendo a los esclavos, delincuentes y mujeres, por ejemplo, pues en aquella época se les consideraba como carentes de libertad, moral e inteligencia). Por tanto la ley llega a ser algo que sólo comprende un reducido élite de la sociedad. Entonces, en primer lugar se buscan esas leyes que puedan ser reconocidas por los otros como tales y a la amalgama de ellas se le menciona como Ley Natural pues su aplicación colectiva resulta beneficiosa. Pero esta ley en nada proviene de la verdadera naturaleza del hombre sino de una lógica rebuscada, evadiendo la real existencia de dos principios anteriores a este razonamiento como lo son el amor al bien y la aversión a aquello que nos perjudica o la relación infinita del placer con el dolor que lleva a establecer la auténtica ley de supervivencia que fundamenta el derecho natural. El hecho de que se nos presente al débil y pobre sumiso al poderío del fuerte y rico en nuestra sociedad no es más que el producto del abandono de esta relación fundamental, es decir, las instituciones humanas parecen estar mal fundamentadas porque las asociaciones entre los hombres son secretamente inestables tras la máscara de una conformidad a la ley.

Para Rousseau resulta curioso el que los hombres desconocieran su estado natural de libertad y creyeran necesitarla al sentirse en desorden por la codicia, opresión y orgullo de algunos, algo con lo que siempre tendrían que lidiar, siendo esto la causa del surgimiento del Estado, es decir, se encadenaron a un sistema para mejorar su estado salvaje pero terminaron convirtiéndose en gente civil, con limitaciones y propiedades, teniendo unos menos privilegios que otros.

Más adelante, en 1762, Rousseau se ocupa del tema estadal en su tratado titulado “El Contrato Social” en el cual se propone buscar alguna norma que regule el actuar de las instituciones públicas de manera legal, justa, práctica y convincente. Así como estudió la sociedad basándose en el primer paso de conocer al hombre, en esta disertación se basa en el conocimiento preliminar del pueblo que es tal antes de concederse, en un evento civil y luego de un acuerdo común, al poder de un soberano, siendo este principio la verdadera constitución del estado.

Entre los hombres llega un momento en el que el desorden generado por sus mismas debilidades hace peligrar su estado natural y como se dice que “la energía no se crea ni se destruye sino que se transforma” no pueden surgir de cada individuo una resistencia a semejante perdida ni destinarse al fracaso en la búsqueda de alguna solución sino unirse para enfrentar la adversidad y actuar conforme a lo requerido dirigidos por un móvil elegido para tal función, como la cabeza podría dirigir el resto del cuerpo. Como la fuerza y la libertad son los principales componentes de la calidad humana, se debe encontrar un móvil que una las fuerzas a favor de todos y que en esas unión cada ente “se obedezca a sí mismo, quedando tan libre como antes” (Rousseau. “Contrato Social” capítulo 6 Del pacto social) El quebrantamiento de este pacto social indicaría que cada persona recobra su autonomía natural y pierde la autonomía convencional que había conseguido en conjunto.

Rousseau explica el contrato social de la siguiente manera: “...cada uno de nosotros pone en común su persona y todo su poder bajo la suprema dirección de la voluntad general, recibiendo también a cada miembro como parte indivisible del todo” De este evento de agrupación conmutativa resulta el cuerpo político, denominado estado generalmente y potencia cuando se le confronta a sus análogos, mientras que los inscritos se llaman pueblo como colectivo, ciudadano cuando se refiere al ente individual, soberano como cómplice del poder y súbdito cuando se le considera sometido a la ley del estado.

Es entonces que Rousseau establece la comparación del Estado con la estructura de una familia en donde el padre provee de sustento a sus hijos, los cuales permanecen junto a él mientras lo requieran; cuando cesa esta necesidad tanto el padre como los descendientes recobran su independencia; si continúan unidos no es por estado natural sino por voluntad. Por esto la familia constituye el primer ejemplo de sociedad política, en donde el padre o el pastor de ganado es el jefe de estado y los hijos o rebaño el pueblo.

Por todo esto el ser humano se ve obligado a responder ante el colectivo y ante el estado pues ésta es una responsabilidad que ha adquirido, pero las leyes del estado se pueden infringir pues, a diferencia de la primera premisa, no son obligantes. Mas violar el estado o la ley es negarse como ciudadano o soberano. Para este autor está bien obedecer si hay que hacerlo obligatoriamente pero es mucho mejor si puede safarse de eso pues rescata su libertad con el mismo derecho con el que se la han quitado. Pero por encima de las necesidades del hombre se encuentran las del colectivo al que éste está sujeto; éste orden social es un derecho que no deriva de la naturaleza del hombre sino de aquel acuerdo al que éstos han llegado para mejorar, supuestamente, su situación salvaje. Para establecerse como civiles que se identifican con un sistema de gobierno primero parece prevalecer la fuerza o el derecho de conquista con los cuales se obtiene el poder para oprimir a los débiles, pero esto no debe ser puesto que la fuerza no es más que una característica física y si se accede ante ella no es por voluntad sino por prudencia, además una fuerza mayor podría sucederla y se pierde la relación con el pueblo que es, o debería ser, el objetivo de todo derecho estadal.

Rousseau también apunta en el tema de la esclavitud y la guerra en un pueblo que éstos no son principios propios del hombre sino que se generan en el seno de la sociedad que el colectivo ha estructurado en base, mayoritariamente, a la desigualdad política. Se puede afirmar según esta posición que el renunciar a la libertad es sinónimo de perder la calidad de hombre puesto que nada suficientemente poderoso y valioso se puede recibir a cambio (ni siquiera si se garantiza el orden civil o la subsistencia) mientras que se pierde el valor (según el criterio de los demás) de las acciones que se puedan realizar ya que se ha reducido a la calidad de animal. Luego se entiende que por decisión propia se transfiera la libertad a alguien superior pero jamás se podría vender o heredar la situación de los hijos por nacer puestos que éstos pueden decidir sobre eso que les pertenece como lo hicieron sus padres. Por ende si es ilegítimo que un hombre se subyugue ante un poder también lo sería el que un pueblo entero lo haga. En este punto es importante destacar una frase de Rousseau “El impulso del sólo apetito es esclavitud, mientras que la obediencia a la ley que uno se ha impuesto es libertad” Asimismo se puede aseverar que la guerra no corresponde a una cualidad humana sino material, por tanto la batalla es entre estados y no entre hombres (éstos son enemigos ocasionales, trabajan como soldados más no como seres humanos) y un hombre no puede combatir contra un estado ni viceversa puesto que son de constituciones diferentes y no se puede establecer alguna relación.

Con el contrato social el hombre pierde su autonomía natural (aquella que es dada por las características de cada individuo) y el derecho de intentar hacer todo lo que pueda pero gana la libertad civil (la que está limitada por la voluntad general), la propiedad de lo mucho o poco que posea y el albedrío moral, aquel que hace al hombre el verdadero dueño de si mismo.

Capítulo III

Todas las pasiones son buenas mientras

uno es dueño de ellas, y todas son malas

cuando nos esclavizan. J. J. Rousseau

Orden: Conjunto de leyes naturales, absolutas, inmutables y universales que rigen todos los fenómenos sociales del modo más ventajoso para todos. (Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales. Manuel Osorio)

Orden: Situación de normalidad en que se mantiene y vive un Estado cuando se desarrollan las diversas actividades sin que se produzcan perturbaciones del orden jurídico establecido. (Pequeño Larousse 1997)

Orden: Situación y estado de legalidad normal en que las autoridades ejercen sus atribuciones de acuerdo con la ley, y los ciudadanos las respetan y obedecen. Se forma un conjunto de leyes originales, inmutables, naturales, universales y absolutas que rigen y dirigen todo lo ocurrido. (Lexis 22 Diccionario Enciclopédico Vox)

El problema del orden es, en filosofía social, uno de los más relevantes. No puede ser evadido al hablar de la autoridad (o poder en la política moderna) y de la legitimidad, pues está profundamente ligado a ambos conceptos. En este aspecto Rousseau puede ser contrastado con Hobbes, filósofo y político inglés que se mantuvo por muchos años en el exilio por publicar sus obras, consideradas por la Iglesia como ateas. Entre las obras más importantes de Hobbes encontramos el Leviatán, térmico que se aplica a un monstruo bíblico y que se asocia con el Estado, siendo explicado en la siguiente frase “Gran monstruo fagocitador de individualidades, el Estado ha sido creado contractualmente para proteger al hombre de los demás hombres” Con este libro, Hobbes explica su opinión acerca de la soberanía; dice que el hombre es violento y egoísta por naturaleza y que decide renunciar a eso para vivir mejor, dándole el derecho de seguir siendo malo a la única persona que logre imponerse ante ellos, el Leviatán. En este punto se compara con Rousseau, el cual opina que el móvil elegido por el colectivo no tiene más poder que los demás y no se impone por la fuerza sino por elección popular. Según Hobbes la autoridad o capacidad de imponerse ante otros proviene de la astucia del Leviatán para imponerse y se mantiene mediante el orden, puesto que, a diferencia de Maquiavelo, tanto Hobbes como Rousseau piensan que el poder debe ser reconocido por el pueblo, es decir, debe ser legítimo. Maquiavelo, historiador y filósofo político italiano, decía que el orden “es constituir formas jurídicas casi permanentes, logrando inspirar el respeto natural del derecho y conseguir una libertad entre los ciudadanos sin caer en el libertinaje. El orden está muy relacionado con la religión, ya que ésta representa la fuerza natural, que permite controlar las pasiones y convertirlas en armonía y unión política” También decía que “La omnipotencia del príncipe es el poderío incuestionable del Monarca que garantice la paz al interior de la colectividad mediante la coerción y la obediencia” cuando se refería al concepto de orden. Esto, según la perspectiva de Rousseau, significaba la función de aquel ente que trabajaría como móvil luego de reglamentar las instituciones formales inspiradas en la “fuerza natural”

En cuanto a lo anterior, surge una nueva interrogante: ¿El orden es natural o no? Hobbes responde a esto que no, primero prevalece la violencia natural de los hombres y luego se impone el monopolio de la violencia del Estado (el cual posee la Fuerza Armada) o del Leviatán, la autoridad política. Una semejanza que mantiene con Spinoza, filósofo y teólogo Holandés (1632-1677) es el pensar que la sociedad estaba ordenada mediante una jerarquía casi matemática. Hobbes mantiene la opinión de que es necesario implantar una autoridad absoluta cuya legislación sea jerárquica y tenga que ser acatada por todos sin excepción ya que el periodo que atravesaba, llamado La Reforma Católica, sólo llevaría al “caos”, la “anarquía” y a la “revolución”, términos antónimos de “orden

Los ideales de Hobbes apoyan la monarquía como Jacobo I Estuardo lo hacía (aunque éste la defendía por creer que poseía cierto derecho divino) contrariando de esta manera a Rousseau que protegía el concepto de democracia y oponiéndose a las teorías de división de los poderes de Locke y Montesquieu. Este último decía que el orden del Estado está muy relacionado con los poderes que él propone y que están o deben estar en manos de varias personas y no de una.

Para Hobbes “El hombre encuentra dentro de si la necesidad de establecer unas leyes que le permitan vivir en paz y en orden; necesidad que se realiza mediante un pacto o contrato social con el cual, los poderes individuales se transfieren a “un solo hombre” o a “una asamblea de representantes”. Para Rousseau “El orden social es un derecho sagrado, que sirve de base a todos los demás. Sin embargo, tal derecho no viene de la naturaleza, está pues basado en las convenciones. Por todo lo anteriormente expuesto, para Hobbes y Rousseau el orden es propio de la mesura, en la cual, el “uno social” equilibrado ha de estar superpuesto y somete cualquier operación particular.

Conclusión

Siempre es más valioso tener

el respeto que la admiración

de las personas. J. J. Rousseau

El pensamiento de Rousseau fue revolucionario y determinante en el contexto histórico que lo sucedería. Por una parte influyó profundamente en el estado de ánimo de sus compatriotas al colocarse en una postura a favor de la libre inspiración y expresión de los sentimientos. Esto hizo que se desarrollara una corriente individualista y en extremo subjetiva en donde el protagonista era “El Yo” y el tema principal eran los sentimientos por encima de la razón. Todo lo anteriormente nombrado más la empatía de los sentimientos con la naturaleza, la mezcla de la fantasía con la realidad, el amor o total aversión a la religión y la continua presencia del amor, la pasión y -para unirlas- la muerte, son elementos característicos de la tendencia artística llamada Romanticismo, nacida en Francia para más tarde extenderse por toda Europa y América. En el Romanticismo se puede notar cierta rebeldía ante el paradigma artístico pero también ante la situación política, social y religiosa; se refleja cierto patriotismo ya que había un héroe nacionalista que luchaba por la libertad, igualdad, paz y justicia en su país (llevándole la gloria a su tierra, algo que merece ser apuntado en los libros)

Los franceses encontraron la manera de drenar esa necesidad de insubordinación a través de la Revolución acaecida en ese país en el año de 1789, a poco más de 10 años de la muerte del precursor ideológico de este movimiento, Jean Jacques Rousseau. Siendo el atrevido propagador del pensamiento democrático en una sociedad en donde dicho término era ocultado en los libros que relataban la historia griega, Rousseau contribuye con los revolucionarios franceses al proporcionarles la excusa para liberarse de sus sometedores; dicha justificación era el no permitir que el representante del colectivo se adjudicara obligaciones y derechos que no le correspondía por la falsa pretensión de ser enviado divino puesto que es uno más de aquellos que, renunciando a su estado natural, se unen al todo convirtiendo a alguno en el móvil mas no en el dueño de las partes. Bajo esta ideología los franceses deciden revelarse y conseguir con esto las anheladas mejoras de su condición subordinada.

También Rousseau influyó en el Socialismo Científico (o Comunismo moderno más adelante denominado Marxismo en honor a su cofundador) fundado por los alemanes Karl Marx y Friedrich Engels.

Es importante evaluar la teoría social y política de Rousseau (y oportuno sería compararlo con Hobbes) y su vigencia en la actualidad tomando un evento propio de la agitada época que transcurre como lo es la situación de España. Este país tiene una estructura social muy particular. Tras una larga historia de realeza y dictadura, actualmente el sistema de gobierno imperante en España se denomina Monarquía Constitucional, es decir, la cabeza del Estado y jefe de las Fuerzas Armadas es el Rey Juan Carlos I y el líder del poder ejecutivo es el presidente. Por 14 años se mantuvo en el poder Felipe González (del Partido Socialista Obrero Español o PSOE) y el 3 de marzo de 1996 José María Aznar (del Partido Popular o PP) asume la presidencia. Hace apenas unos días (el domingo 14 de marzo de 2004) se realizaron nuevamente las elecciones en España y gana el PSOE con José Luis Rodríguez Zapatero al mando, lo que lo convierte en Presidente de España.

El orden social de este país se estratifica en estamentos y clases sociales, el primer término se refiere a la jerarquización de la nobleza y el segundo a la disposición de la sociedad española según el status económico y político de los individuos. Para Rousseau era relevante que el estrato social de tipo estamento desapareciera para dar paso a la voluntad del pueblo ante la dominación absoluta de un rey. En cambio para Hobbes era importante que prevaleciera el estamento del monarca por encima del caótico ardor popular. En la constitución del Reino de España se establece la igualdad entre los hombres que no posean un título nobiliario, algo que no terminaría de convencer a Rousseau pero que lo harían sentir mejor ante la presencia de la potente y arraigada monarquía española y frente a la perenne sumisión del pueblo (aparentemente débil y pobre) ante la nobleza (fuertes y ricos en la sociedad). En cuanto a los dos tipos de desigualdad que mencionaba Rousseau, la primera de tipo físico o natural no se encuentra manifiesta entre los individuos ibéricos pero si se puede notar una diferencia política y económica que viene dada por los mismos estamentos y clases sociales en las que está dividida esta comunidad.

El orden político de España se encuentra dividido entre el liderazgo del rey y el del presidente. Rousseau hubiese preferido que prevaleciera la autoridad constitucional y legítima del presidente mientras que Hobbes sentiría favoritismo por la monarquía absoluta.

Mediante el orden se puede mantener la autoridad de manera legítima, es decir, se puede asegurar que el poder del móvil es reconocido por el colectivo. En este punto el gobierno español tiene particular fortaleza pues divide el dominio en parlamentos (con senadores y diputados) y poderes (ejecutivo, legislativo y judicial), nobleza y mandatarios, para satisfacer las exigencias del pueblo en diversos aspectos, tanto sociales como políticos. Pero España enfrenta problemas mayores en cuanto al terrorismo interno y externo desde hace muchos años; en este sentido ha sido difícil para las personas que manejan el poder en este país mantener el orden dentro y fuera de sus fronteras. En este caso específico podemos citar a la ETA (Euskadi Ta Askatasuna; su nombre, en euskera, dialecto vasco, significa 'Euskadi y Libertad') un grupo revolucionario que le solicita al gobierno español la liberación del estado vasco de Euskadi del dominio del país ibérico por medio de actos bélicos.

En España y otras partes del mundo el pensamiento filosófico social y político de Rousseau ha sido de gran importancia y sigue vigente en la interpretación de la democracia entre otros sistemas de gobierno y de movimientos socialistas y románticos sirviendo de base para otros investigadores y una multitud de estudiantes de cátedras políticas, sociales, culturales, internacionales y económicas.

Referencias Consultadas

Si la razón hace al hombre,

el sentimiento lo conduce.

J. J. Rousseau

http://www.economía.ufm.edu.gt/mpolanco/hobbesbio.htm

http://www.libernous.com/autores/hobbes/teoria/biografía.htm

http:/www.lafacu. com/apuntes/política/Hobbes_suobra/default.htm

http:://www.fsoc.uba.ar/invest/iigg/dts/dt.18.pdf.htm

http:/www.lafacu. com/apuntes/política/Maquiavelo/default.htm

http://www.proverbia.net/citas_autor.asp?autor=rousseauje.htm

http://www.artehistoria.com/historia/personajes/6416.htm

http://www.usuarios.lycos.es/cantemar/rousseau.htm

http://www.cibernous.com/autores/hobbes/teoria/biografia.htm

Diccionario de Filosofía abreviado, José Ferrater

Filosofía” Pedro Luis Díaz García y Luis Felipe Quintanilla. Ediciones Insula.

Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales. Manuel Osorio

Pequeño Larousse 1997

Lexis 22 Diccionario Enciclopédico Vox

Microsoft Encarta 2002




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Enviado por:Mariprincess
Idioma: castellano
País: Venezuela

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