(Shrewsbury, 1809-Downe, 1882) Naturalista británico. Fundador de la teoría de la evolución. Su abuelo paterno fue el naturalista Erasmus Darwin; y su abuelo materno, el ceramista Josiah Wedgwood. Tras una primera tentativa de seguir los pasos profesionales de su padre estudiando medicina en Edimburgo (1825-27), Darwin ingresó en el Christ's College de Cambridge para iniciar la carrera eclesiástica. Allí, sin embargo, su interés se orientó hacia la historia natural y en 1831, al término de sus estudios, se embarcó como naturalista en el velero «Beagle», a bordo del cual viajó alrededor del mundo durante cinco años. Durante aquel periplo recogió infinidad de datos de carácter geológico, zoológico y botánico en los que se inspiró para formular sus puntos de vista. De regreso a Inglaterra, en 1837 se instaló en Londres, ocupándose de la redacción de su diario del viaje (publicado en 1839) y de la elaboración de su estudio sobre los arrecifes de coral. En 1839 contrajo matrimonio con su prima Emma Wedgwood, y en 1842 la familia se trasladó a Down House, cerca de Downe, donde Darwin vivió hasta su muerte una existencia tranquila y metódica; el traslado vino determinado por su aversión a la vida en una gran ciudad y a los compromisos sociales, así como por los frecuentes decaimientos de su estado de salud, debidos a causas indeterminadas y de origen probablemente nervioso.
La observación de las semejanzas de la fauna y la flora de las islas Galápagos con las de América del Sur hizo abandonar a Darwin la concepción de las especies como entidades fijas y admitir la posibilidad de su evolución; y en 1838 su lectura del trabajo de Malthus sobre la población le sugirió la idea de explicar dicha evolución en términos de la selección natural. Sin embargo, durante veinte años, Darwin eludió hacer públicas sus ideas. Pero en 1858, al tener conocimiento de que A.R. Wallace había llegado independientemente a unas conclusiones similares a las suyas, accedió a la presentación de un trabajo suscrito por ambos ante la Linnean Society de Londres. Trece meses más tarde vio la luz su obra «Sobre el origen de las especies» (1859). Posteriormente aplicó sus concepciones evolucionistas a la especie humana recogiendo sus ideas a este respecto en la obra «El origen del hombre» (1871).