El socialismo es, desde su concepción, un movimiento internacional que promueve la lucha entre clases sociales y no entre países en contra de un sistema capitalista, que según Marx, trae en su semilla su propia destrucción. Por esto en el ámbito internacional, las luchas se extienden desde Francia, donde estudiantes y trabajadores luchan por mejorar sus condiciones de vida, hasta Indonesia, donde se encuentran en medio de una revolución.
Carlos Marx, principal expositor de ésta teoría, nació el 5 de mayo de 1818 en Tréveris (ciudad de la Prusia renana). Su padre era un abogado judío, se convirtió al protestantismo en 1824. Su familia era acomodada y culta, aunque no revolucionaria. Marx se matriculó en la Universidad, primero en la de Bonn y luego en la de Berlín, siguiendo la carrera de Derecho, mas estudiando sobre todo Historia y Filosofía. Terminados sus estudios universitarios, en 1841, presentó una tesis sobre la filosofía de Epicuro. Sus ideas eran todavía entonces las de un idealista hegeliano
En septiembre de 1844 pasó unos días en París Federico Engels. En la primavera de 1847, se afiliaron a una sociedad secreta de propaganda, la Liga de los Comunistas, tomaron parte destacada en el II Congreso de dicha organización (celebrado en Londres, en noviembre de l847) y redactaron, por encargo del mismo, el famoso Manifiesto del Partido Comunista, que fue publicado en febrero de 1848. Esta obra expone, con una claridad y una brillantez geniales, la nueva concepción del mundo; el materialismo consecuente aplicado también al campo de la vida social, la dialéctica como la más completa y profunda doctrina del desarrollo, la teoría de la lucha de clases y del papel revolucionario histórico mundial del proletariado como creador de una sociedad nueva, comunista.
La época de la animación de los movimientos democráticos, a fines de la década del 50 y en la década del 60, llamó de nuevo a Marx al trabajo práctico. El 28 de septiembre de 1864 se fundó en Londres la famosa I Internacional, la Asociación Internacional de los Trabajadores. Alma de esta organización era Marx, que fue el autor de su primer Manifiesto y de un gran número de acuerdos, declaraciones y llamamientos. Con sus esfuerzos por unificar el movimiento obrero de los diferentes países y por traer a los cauces de una actuación común las diversas formas del socialismo no proletario. Después de la caída de la Comuna de París (1871) analizó la situación y concluyó que la Internacional no podía subsistir en Europa.
La intensa labor en la Internacional y los estudios teóricos, todavía más intensos, quebrantaron definitivamente la salud de Marx. Este prosiguió su obra de transformación de la Economía Política y se consagró a terminar El Capital, reuniendo con este objeto una infinidad de nuevos documentos y poniéndose a estudiar varios idiomas (entre ellos el ruso), pero la enfermedad le impidió dar cima a El Capital.
El 14 de marzo de 1883, Marx falleció. Yace enterrado, junto a su mujer, en el cementerio de Highgate de Londres. Varios hijos de Marx murieron en la infancia, en Londres, cuando la familia atravesaba extraordinarias dificultades económicas.
El socialismo es una utopía que plantea la autorrealización y bienestar, la influencia política y el estatus social como una igualdad de oportunidades...
En la práctica lo que ha ocurrido es que durante las décadas en que la dictadura totalitaria ha gobernado en nombre del socialismo y del comunismo, han dejado profundamente desacreditadas las ideas de la liberación social. En la mentalidad de las masas el socialismo se identifica con la gran potencia, con el autoritarismo, con la jerarquía de los funcionarios, con el control ideológico total.
Por décadas, "la cortina de hierro" ha impedido que las ideas y los proyectos de la izquierda no estalinista llegasen a la URSS. Desde la caída de "la cortina" el vacío de ideas ha comenzado a ser llenado por diversas teorías y doctrinas reaccionarias: desde los testigos de Jehová al posmodernismo. Pero el pensamiento social occidental de izquierda de los años veinte a los noventa, permanece hasta ahora casi desconocido. No se puede tolerar más esta situación.
El estalinismo ha aislado a la actual generación de los socialistas rusos de las principales corrientes del pensamiento socialista internacional y de la experiencia teórica y práctica acumulada en el pasado por sus antecesores. Todo lo que no provenía de la ideología oficial de Estado era silenciado o completamente distorsionado. El pensamiento revolucionario de la liberación puede desarrollarse sólo a través del diálogo entre tendencias diversas. El sectarismo, la psicosis aislacionista de distintos grupos es un callejón sin salida.
La discusión, el enfrentamiento entre distintos puntos de vista sobre los principales problemas del socialismo, el estudio de las posiciones a favor o en contra de esta o aquella teoría o programa, representan la condición necesaria para la elaboración de una concepción del mundo de izquierda realmente científica y no superficial.
Por esto, al igual que el resto de las ideologías extremistas, no tiene un gran futuro, pues el planteamiento es un tanto exagerado y sumamente utópico, con la diferencia que ésta ideología sí se ha llevado a la práctica, aunque como ya vimos, no con muy buenos resultados, lo que le han merecido una falta de confianza tal, que una sola nación en la tierra (Cuba) sigue creyendo en él (o por lo menos llevándolo a la práctica) a pesar de que el mundo entero opine (entiéndase en gran parte la oposición que Estados Unidos de América manifiesta a esta forma de gobierno).