Ecología y Medio Ambiente
Residuos sólidos e industriales
ÍNDICE
Introducción
Los residuos sólidos
¿Qué son?
Los residuos domiciliarios
Situación actual de los vertidos de residuos sólidos urbanos (VRSU) en España
Bases para la gestión más sostenible de los residuos.
La implantación de sistemas para el aprovechamiento de los residuos de papel y cartón y de envases y embalajes
Los sistemas para el aprovechamiento de los residuos orgánicos procedentes de restos alimenticios y similares.
El reciclaje.
El papel del marketing verde
Modelo integral de recogidas selectivas: El caso de Pamplona
Posibles soluciones
Conclusiones
Bibliografía
Introducción
España es un país industrializado y desarrollado, por lo que en la contrapartida de esta gran y buena posición que ocupa respecto al mundo, lleva a sus espaldas el peso de cargar con la generación de enormes volúmenes de desperdicios de calidad y composición muy variada, producto en parte del alto grado de consumismo y los cuales al ser mezclados, o por su descomposición, poseen serio potencial contaminante.
Por tanto es necesario un análisis del problema desde la raíz, porque muchas veces un gran problema supone un punto de partida con cada uno de nosotros, puesto que cada uno de los habitantes que somos en España, también somos los generadores de estps residuos.
Los Residuos Sólidos
Si nos remontamos muchos años atrás, observamos que los problemas de la eliminación de residuos pueden ser trazados desde los tiempos en los que los seres humanos comenzaron a congregarse en tribus, aldeas y comunidades, la acumulación de residuos llegó a ser una consecuencia de la forma de vida, de la existencia humana.
Aunque el manejo de los residuos ha estado presente desde siempre es ahora cuando toma especial importancia ya que se está haciendo presente de forma critica en la mayoría de los núcleos urbanos de nuestro país, especialmente en los que han presentado un mayor crecimiento poblacional e industrial, acompañada de una mayor dotación de recursos humanos y financieros.
La relación entre salud publica y almacenamiento, recogida y evacuación inapropiada de residuos sólidos esta muy clara, es decir, las entidades de salud pública conocen las externalidades negativas de los residuos al ser nidos perfectos para la incubación de enfermedades y de ahí la necesidad de tomar acciones preventivas ante determinados hechos o situaciones.
Por lo que la gestión de estos residuos es de gran importancia y no se puede tomar a la ligera, puesto que muchas veces, una gestión inapropiada de los residuos sólidos, puede ser la causa de la contaminación de aguas, como por ejemplo las subterráneas.
¿Qué son?
En términos generales los residuos sólidos comprenden todos aquellos residuos que provienen de actividades animales y humanas, que normalmente son sólidos y que son desechados como superfluos e inútiles.
Por tanto, el término residuo sólido comprende, tanto al masa heterogénea de los desechos de la comunidad urbana como la acumulación más homogénea de los residuos agrícolas, industriales y minerales.
Desde un punto de vista económico los residuos representan un material generado en las actividades de producción, transformación y consumo que no ha alcanzado algún valor económico.
La carencia de valor económico se debe a distintos factores, como son:
1." Carencia de la tecnología apropiada para llevar acabo una reutilización o recuperación.
2." Imposibilidad de reutilización dadas las características intrínsecas de los residuos.
3." Imposibilidad de comercializarse de forma rentable en su estado actual.
Existen una serie de fuentes de residuos sólidos en crecimiento, que mientras mayor es el desarrollo social en la comunidad, mayor es su generación.
Entre la clasificación de residuos, destacamos algunos como son los:
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Residuos domiciliarios: Provenientes de viviendas aisladas, bloques de baja, mediana y elevada altura, etc., unifamiliares y multifamiliares.
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Residuos comerciales: Provenientes de tiendas, restaurantes, mercados, edificios de oficina, hoteles, moteles imprentas, gasolineras, etc.
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Residuos institucionales: Provenientes de escuelas, hospitales, cárceles y centros gubernamentales
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Residuos procedentes de la construcción y demolición: Provenientes de lugares nuevas de construcción, lugares de reparación o renovación.
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Residuos de servicios municipales: Provienen de limpieza de calles, paisajismo, limpieza de parques, playas y otras zonas de recreo, etc.
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Residuos de plantas de tratamiento: Provienen del tratamiento de aguas de aguas residuales y procesos de tratamiento industrial.
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Residuos Industriales (incluye la minería): Provienen de la construcción, la fabricación ligera y pesada, refinería y plantas químicas.
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Residuos agrícolas: Provienen de la cosecha de los campos, árboles frutales, viñedos, ganadería intensiva, granjas, etc.
Residuos Domiciliarios
Los residuos considerados como domiciliarios son aquellos que corresponden a un residuo típico de casa que consiste en papeles cartones, envoltorios, bolsas plásticas, baterías, pilas, aceites, neumáticos, hojas de la calle, cenizas, textiles, vidrios, latas, restos de comida (materia orgánica) y eventualmente restos mobiliarios como colchones u otros objetos.
El crecimiento poblacional en conjunto con el significativo incremento de los niveles de consumo y la prohibición del uso de incineradores ha generado un aumento considerable en el volumen de residuos sólidos domiciliarios en esta sociedad de consumo.
Además, dado que el depósito de basura en vertederos tiene un limite, cada vez se requiere de nuevos y mayores espacios para acumular los desperdicios, con los conflictos sociales que esto conlleva externalidades negativas y el aumento en los costos de manejo, que llevan a que los vertederos se encuentren cada vez más lejanos de los centros urbanos.
Por lo tanto se prevé que el problema del manejo de los residuos sólidos domiciliarios seguirá aumentando en forma significativa en el futuro.
La antigüedad de los vertederos existentes ha obligado a la creación de nuevas alternativas de la deposición final para estos residuos, esto representa cada vez más, un coste mayor para la sociedad y mayor exigencia en las normas sanitarias y ambientales obligando a un desarrollo de mayores niveles tecnológicos para este tema.
En la imagen que vemos a continuación, observamos una planta industrial de tratamiento de residuos urbanos, que nos muestra una simple idea de la necesidad de más plantas de este tipo y la transformación de los materiales en su proceso.
* En la imagen de a continuación, observamos una planta de reciclaje de residuos sólidos urbanos y el proceso de transformación:
Hace 30 años la generación de residuos por persona fluctuaba alrededor de unos 200 a 500 gr/hab/dia, mientras que hoy se estima 800 a 1200 gr/hab/dia. Más aun, en países desarrollados esta cifra alcanza valores 2 o 3 veces mayores. Sin embargo, el problema radica no solo en la cantidad, si no también en la calidad y composición ya que esta paso de ser densa y casi completamente orgánica a voluminosa parcialmente no biodegradable y con porcentajes crecientes de materiales tóxicos.
En la actualidad el manejo de lo residuos sólidos domiciliarios es responsabilidad de los municipios a los cuales les corresponde velar que se cumpla en forma adecuada todo lo relacionado con la recolección, transporte y eliminación de la basura que se produzca en la vía urbana.
El hecho que la responsabilidad del manejo de residuos sólidos domiciliarios sea de la municipalidad y que por mucho tiempo la población estuviera exenta del pago del derecho de aseo, resultó que los usuarios no tienen conciencia de la cantidad de residuos que generan y el costo que esto implica tanto para ellos como para la sociedad. En este contexto el cobro directo no parece ser muy aceptado por los usuarios ya que creen que es solo un deber de la municipalidad esto se refleja en que ese presentan altas tasas de morosidad en los cobros a los usuarios.
Situación actual de los VRSU en España
La situación de los Vertidos de los residuos sólidos urbanos (VRSU) en España es muy problemática.
Se estima que existen alrededor de 9.000 vertederos de residuos sólidos urbanos, pero se desconoce el número exacto. De dicha cifra, cerca de 3.700 aún están operativos y son incontrolados, y tan sólo 125 están "controlados".
De los 125 vertederos controlados, tan sólo el 30% son adaptables a la Directiva de Vertido de Residuos, con lo que el 70% restante tendrá que ser clausurado (Club Español de los Residuos).
Igualmente, se dan cifras que oscilan entre 50.000 y 90.000 microvertederos en los que se vierte absolutamente todo tipo de residuos, desde residuos municipales hasta residuos tóxicos y peligrosos, inertes, voluminosos, etc.
Los principales problemas existentes en España en materia de VRSU y que suponen las principales líneas de actuación a corto y medio plazo por parte de Administraciones públicas y empresas, entidades o asociaciones privadas se exponen a continuación, son los siguientes:
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Ignorancia con respecto a la cantidad total de vertederos controlados e incontrolados, lo cual deriva en una escasez de conocimiento amplia por parte de la Administración y, por lo tanto, en una falta de previsión y de detalle en los Planes de Gestión de Residuos, puesto que se parte de datos que ya está obsoletos y no están actualizados y adaptados a la situación real de la sociedad española (un ejemplo de ello es el PNRU, el cual se fundamente en datos de 1996).
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Inexistencia e una marco de apoyo a tecnologías limpias para eliminar la alternativa del vertido que vaya en detrimento de las convencionales con objeto de reducir la contaminación producida y de controlar los procesos industriales, consecuencia de no haber traspuesto, a pesar de estar fuera de plazo actualmente, la Directiva de Prevención y Control Integrados de la Contaminación, conocida como Directiva IPPC y el cuestionario de aplicación de la misma.
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Escaso fomento de I+D a través de diversos medios, como son los convenios con Universidades y la financiación de proyectos de investigación para empresas y particulares y la concesión de becas de realización de estudios sobre tecnología y desarrollo
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Baja promoción de la recuperación de espacios contaminados, a diferencia de Estados Unidos y algunos países de la UE, donde se destinan partidas de presupuesto muy considerables a la restauración de zonas contaminadas. En España este factor es muy importante, ya que los vertederos suponen la principal fuente de contaminación de suelos, incluso por delante de la industria, el terreno donde se ha instalado un vertedero queda tras su clausura prácticamente inutilizable.
6. Bases para una gestión más sostenible de los residuos
A pesar de las grandes cantidades de residuos que se generan en España, no es ni la pérdida de recursos naturales, ni incluso la peligrosidad para el entorno lo que más suele preocupar a los gestores públicos o privados de los residuos, sino las dificultades de todo tipo -económicas, geográficas, ecológicas, sociales- para encontrar un destino final aceptable para los mismos.
La situación más paradójica se da en relación a la fracción mayoritaria de los residuos sólidos: la constituida por materia orgánica fermentable (más de 160 millones de Tn anuales sobre un total de residuos sólidos próximo a los 280 millones), ya sea ésta de origen urbano (doméstico, mercados, hostelería...), industrial, agropecuario o forestal.
Por un lado nos encontramos con el enorme déficit de materia orgánica de nuestros suelos -duplicar al menos el escaso 1% con que cuentan muchos de ellos, exige un aporte continuado de materia orgánica superior a los doscientos millones de toneladas anuales, -lo que facilita y aumenta el quizás mayor problema ecológico español: la erosión y desertización de nuestro territorio; por otro lado, el incorrecto tratamiento o simple abandono de estos residuos ocasiona gravísimos daños al medio, contribuyendo a agravar considerablemente el otro gran problema ecológico: la contaminación de las aguas dulces -el 75% de la cual es debida a los vertidos de materia orgánica-, así como a incrementar los costes de tratamiento (vertederos controlados, incineración) y a fomentar la incultura ecológica, incluida la parte que afecta a los agricultores y el rechazo social de la gestión de los residuos.
7. La implantación de sistemas para el aprovechamiento de los residuos de papel y cartón y de envases y embalajes
Actualmente, casi todas las poblaciones españolas cuentan con sistemas de recogida selectiva de envases de vidrio mediante contenedores situados en los espacios públicos para su fraccionamiento y posterior fabricación (reciclaje) de nuevos envases, regulados mediante contratos normalizados suscritos entre la Asociación Nacional de Empresas de fabricación automática de envases de vidrio (ANFEVI) y las administraciones locales.
Algo semejante, aunque menos extendida es su recogida selectiva, a pesar de la mayor dependencia exterior, sucede con los residuos de papel y cartón.
Además, las recogidas selectivas de estos residuos -envases de vidrio, papel y cartón- han sido apoyados con inversiones directas y ayudas de diferentes tipos desde las administraciones autonómica, y central gracias a las iniciativas de los propios fabricantes de envases y embalajes de vidrio, papel y cartón; intentos parecidos han surgido posteriormente de los otros sectores industriales: fabricantes de envases de plásticos, aluminio, compuestos,...; pero los objetivos de estas iniciativas no son sólo el aprovechamiento de estos residuos de envases y embalajes, sino que responden también a intereses de tipo legal, económico y comercial ("marketing" verde).
En el campo de lo legal cabe señalar los intentos de la Unión Europea por reducir la generación de residuos de envases y embalajes (cincuenta millones de toneladas al año) dieron origen a la "Directiva del consejo relativa a los envases para alimentos líquidos" (85/339/CEE), la cual apoyaba una serie de medidas genéricas para la prevención, reutilización y reciclaje de envases de bebidas, pero sin objetivos cuantitativos concretos, lo que dio lugar a interpretaciones y actuaciones muy diferentes con consecuencias desiguales dentro de los países de la Unión Europea; algunos estados como Dinamarca o Alemania optaron por normativas de reducción, reutilización y reciclaje de envases y embalajes, que fueron consideradas como barreras comerciales (opuestas, incluso al Tratado de Roma) por los sectores afectados, es decir, los fabricantes de envases y envasadores-exportadores de los países más reacios al cumplimiento de la directiva.
España, que en 1989 aun conservaba una buena parte del tradicional sistema de envases retornables para relleno (reutilización) en alimentos líquidos (y el 34% de todas las bebidas se comercializaban en envases rellenables de vidrio), fundamental para el logro de los objetivos de prevención de residuos de envases contemplados en la directiva, eludió sistemáticamente el cumplimiento de la misma siendo denunciada por ello por la Comisión Europea (Asunto C-192/90) ante el Tribunal de Justicia de la CEE de Luxemburgo que dictó sentencia condenatoria en 1991 contra nuestro país por incumplimiento de la directiva. (La transposición se efectuó mediante R.D. 319, 1991, de 8 de marzo del Ministerio de Relaciones con las Cortes, pero sin los programas operativos necesarios, por lo que dicho R.D. no ha tenido incidencias práctica alguna).
Con el objetivo de armonizar las diferentes políticas y realizaciones llevadas a cabo por algunos Estados miembros en este asunto, la Comisión Europea inició, en 1989, el primer proyecto de modificación de la directiva 85/339 con propuestas de elevados objetivos por parte de algunos países (100% de reciclaje de todos los residuos -excepto plásticos- por parte de Holanda), y que se concreta en un segundo proyecto en 1991 con objetivos cuantitativos concretos: límite máximo de 150 kg. de residuos de envases y embalajes por habitante y año; 90% de recuperación de estos residuos para su aprovechamiento con un mínimo de 60% de reciclaje.
Cuatro años más tarde (20 de diciembre de 94) se aprueba, tras sucesivas modificaciones a la baja impuestas por los estados más reacios a estos objetivos, la nueva directiva (94/62/CE) relativa a todos los envases y sus residuos que obliga al cumplimiento de unos objetivos sensiblemente más bajos que los ya conseguidos por una buena parte de los Estados miembros.
Así, entre otras novedades, se reduce del 90% al 50% el aprovechamiento y del 60% al 25% el reciclaje de los envases y sus residuos, se elimina el objetivo de prevención-máximo de 150 kg/hab/año de estos residuos y se introduce la prohibición de aprovechar más del 65 % y reciclar más de 45% de estos residuos; excluye además prácticamente del cumplimiento de estos objetivos a tres Estados (Portugal, Grecia e Irlanda).
El Estado Español (MOPTMA) intenta el cumplimiento de la nueva directiva mediante un Real Decreto que, tras quince borradores, no consigue ver su aprobación definitiva.
Paralelamente a las iniciativas de la Comisión europea, los sectores fabricantes de materiales para envases y envasadores (comercialización de productos) propugnan una estrategia- ante el temor de una normativa europea apoyada por varios países, que pudiera apostar por la prevención, envases reutilizables, reciclaje elevado y prohibición de materiales peligrosos (PVC, ciertos aditivos)- basada en la recogida selectiva de estos residuos y argumentada en el derecho de los industriales a escoger libremente el material y tipo de envase y a no sufrir trabas comerciales por parte de cualquier país por razones ambientales.
En 1989, los veinticinco grandes grupos industriales de los sectores fabricantes de materiales de envases y embalajes, así como envasador de diferentes productos de gran consumo, constituyen en Bruselas una poderosa asociación -European Recovery and Recycling Association (ERRA)- con el objetivo de materializar en la práctica la estrategia antes señalada y adelantarse a la nueva directiva con realidades basadas en experiencias de recogida selectiva de residuos de envases y embalajes para su reciclaje (o incineración posterior) que sirvan de "modelo europeo" basado en una alternativa consolidada a posibles normativas estatales o comunitarias (nueva directiva) que pudiera contener objetivos cuantitativos de prevención, reutilización y prohibiciones de ciertos materiales y tipos de envases -normativas ya existentes en países como Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Holanda y Suecia dentro de la Unión Europea, y Suiza-. Después de realizar diez experiencias piloto de recogida selectiva en Europa -todas ellas en países (Portugal, España, Grecia, Italia, Irlanda, Reino Unido, Francia) carentes de normativas restrictivas como las citadas anteriormente, excepto Holanda- ERRA tiene como objetivo actual construir una red más amplia integrada por más de veinte experiencias dentro de su "programa de referencia".
En España el "modelo europeo" propugnado por la ERRA se materializó en Barcelona (B. de la Sagrada Familia) con apoyo técnico, financiero, publicitario y comercial; un sistema similar es el finalmente adoptado por la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona.
Con la actual directiva que obliga a reciclar un 15% de cada materia, el sistema de recogida selectiva de residuos de envases de vidrio es el único que puede permitir su cumplimiento con relativa rapidez y sin grandes esfuerzos gracias al formidable y eficaz sistema de recogida selectiva implantado por ANFEVI, circunstancia que no se da en el resto de los envases: celulósicos, plásticos metálicos, complejos, textiles y maderas.
En el campo de lo económico cabe señalar la dependencia exterior de residuos de papel y cartón -en 1994 se importaron 644.200 toneladas de estos residuos, a pesar de haber arrojado cerca de 3 millones de toneladas a las basuras, lo que explica la necesidad del sector fabricante de contar con un suministro nacional mediante recogidas selectivas al menor coste posible (financiadas actualmente de forma generosa por las administraciones públicas). Respecto al modelo de recogida selectiva de residuos de envases de vidrio implantado en España por ANFEVI, su objetivo principal es el abaratamiento de los costes de producción gracias al empleo de calcín (chatarra de vidrio recuperada) y la eliminación de los envases retornables para relleno (el sistema más eficaz para la prevención de residuos de envases); las empresas del sector, ante la falta de cumplimiento de las previsiones de crecimiento de las ventas de envases de vidrio, optaron, para dar ocupación a la gran capacidad de producción instalada, por fomentar la exportación y el desarrollo tecnológico para producir envases ligeros no retornables como el envase del futuro (en 1985 se destinaron 175 millones de pesetas a la promoción de estos envases, cifra superior al ahorro obtenido por el vidrio recuperado para reciclar en los contenedores). En 1993 se recuperaron mediante 23.401 contenedores 111.250 Tn de residuos de envases de vidrio frente a más de un millón de toneladas que acabaron en las basuras.
8. Los sistemas para el aprovechamiento de los residuos orgánicos procedentes de restos alimenticios y similares.
En las ciudades se generan residuos de materia orgánica fermentable que proceden básicamente de restos de alimentos (domiciliarios, de hostelería, mercados, industrias alimenticias...) mataderos y carnicerías, barrido y poda de parques y jardines, y lodos de depuradoras de aguas residuales.
En aquellos municipios en los que existen plantas de compostaje, éstas se hacen cargo generalmente sólo de la materia orgánica constituida por restos de alimentos, transformándola en compost que normalmente no ofrece la calidad necesaria para ser un producto apreciado y valorado monetariamente dado su nivel de impurezas e incluso de contaminantes peligrosos.
Aunque actualmente los procesos mecánicos de separación de la materia orgánica y de compostaje posterior han mejorado notablemente sólo se consiguen calidades y rentabilidades monetarias aceptables en contados casos en los que se procede a la recogida selectiva en origen de los residuos orgánicos, separados previamente por los vecinos.
Las basuras urbanas que se tratan en las plantas de compostaje no llegan al 11% de todos los residuos sólidos urbanos españoles, obteniéndose menos de 400.000 Tn de compost.
Desafortunadamente, la gestión de los lodos de depuradoras de aguas residuales, de restos de parques y jardines y de la fracción orgánica constituida por restos de alimentos y similares, no goza de una gestión conjunta a pesar de su excelente complementariedad para elaborar un compost de calidad; diferentes departamentos y empresas (públicas y privadas) que gestionan estos residuos, falta de experiencias y conocimientos de los procesos de compostaje por parte de los técnicos, ausencia de legislación al respecto que obligue al cumplimiento de ciertos objetivos, son algunas de las causas de esta situación y cuya explicación más completa sólo hay que buscarla en el abandono general de los asuntos ambientales concernientes a la erosión del suelo, a la agricultura y al aprovechamiento de los residuos.
Por último es importante señalar el eficiente sistema de recogida selectiva "domiciliaria" que se lleva a cabo para el aprovechamiento de los residuos de mataderos y carnicerías, que superan el millón y medio de Tn al año y de los cuales se reciclan 1.200.000 Tn con objeto de obtener grasas y harinas para piensos.
Puesto que de no existir este sistema de aprovechamiento, totalmente privado, y sin apoyo oficial alguno, el problema ambiental que ocasionarían estos desechos sería muy elevado y muy difícil de resolver correctamente, circunstancia que se da en aquellos lugares en los que por razones generalmente geográficas (Islas Baleares y Canarias, pequeñas poblaciones lejanas a las fábricas...) no se pueden aprovechar estos residuos.
9. EL RECICLAJE
Reciclar los residuos orgánicos fermentables debería ser en España prioritario -aún más en este caso, lógicamente, que la prevención mediante un proceso de fermentación aerobia exquisitamente controlada contamos con medios y experiencia para ello- que permita la obtención de un "compost" o abono orgánico cuya adecuada utilización, ya sea urbana (parques), agrícola (cultivos más ecológicos) o forestal (recuperación de espacios quemados), permita ir devolviendo al suelo la materia orgánica y los nutrientes que extraigamos de él y que tanto necesita.
Aún compostando todos los residuos orgánicos no se cubriría más que una pequeña parte de las necesidades. Compostar masivamente estos residuos -el único reciclaje propiamente dicho que podemos hacer de forma muy similar al que se produce en la naturaleza- exige hacerlo desde una perspectiva o "estrategia mediterránea" que contemple no sólo objetivos puramente ecológicos: freno a la erosión del suelo, sino otros de contenido también económico y social: recuperación de espacios quemados y desarrollo de una agricultura más ecológica y sostenible que pueda ir prescindiendo de los enormes costes ambientales y económicos de los fertilizantes inorgánicos de síntesis, sustituyendo al máximo las cuantiosas importaciones de estos abonos por el compost, cuya producción debería al menos ser apoyada,-legal, técnica y económicamente- de la misma forma que lo es la de fertilizantes sintéticos.
Respecto a la otra importante fracción de los residuos sólidos, la constituida por los materiales directamente reciclables por la industria: papeles, cartones, metales, vidrios, plásticos, textiles, cauchos..., conviene señalar la también paradójica situación de que mientras su presencia es abundante en las basuras, tanto de origen urbano como industrial, la industria recicladora española tiene que importarlos de otros países que los recuperan abundantemente. Por ello, anualmente gastamos cantidades próximas a los cien mil millones de pesetas en importar unos cinco millones de Tn de residuos (sólo de papel y cartón se superan las 600.000 Tn) que en muchos casos están presentes en las basuras, mientras en éstas se gastan cada vez sumas más elevadas (doscientos mil millones anuales sólo en las urbanas) en su recogida, transporte y "tratamiento" o "eliminación", términos éstos últimos que en realidad se refieren a meros intentos de ocultación (vertido controlado en el mejor de los casos) y transformación físico-química (incineración) muy poco respetuosos siempre con el entorno.
Satisfacer adecuadamente la demanda real de residuos sólidos -ya sean estos para aprovechamiento industrial o agrícola- exige que, como corresponde a su condición de recursos naturales, sean, al menos cuidadosamente recogidos por separado y debidamente tratados posteriormente para su mejor integración ecológica, económica y social en los ciclos productivos que así podrían ser cada vez más locales y cerrados en materiales y energía; aquí el papel de la ciudad, gran generadora de residuos, y de sus ciudadanos, toma de decisiones y participación colectiva en la gestión de los recursos y los residuos, es decisivo.
Actualmente, la integración de los aún considerables residuos sólidos, tanto inertes como orgánicos fermentables, en los ciclos productivos industriales y agrícolas, está casi en su totalidad presidida por criterios estrictamente económicos, aunque ello no signifique que no se obtengan también beneficios ecológicos -que generalmente podrían ser mayores- y sociales (generación de empleo).
Más de cinco millones de toneladas de residuos sólidos, gran parte de los cuales tienen su origen urbano, son anualmente aprovechados por la industria y la agricultura españolas gracias a una actividad recuperadora y recicladora que alcanza muchas veces su máxima eficacia cuando es llevada a cabo por los sectores más marginados de nuestra sociedad; como ejemplo significativo cabe señalar que la recuperación urbana de chatarras metálicas por parte de los siete poblados marginales que existen en Madrid capital es probablemente superior a la obtenida por todos los sistemas públicos existentes en España para la recuperación de residuos.
10. EL PAPEL DEL MARKETING VERDE
En el terreno del llamado "marketing verde", el interés de las recogidas selectivas de papel y cartón potencian la imagen "verde" y/o "ecológica" del sector en general a la vez que aumentan más los beneficios por la venta de "papel reciclado" en el caso de las empresas fabricantes de este producto frente a las del sector de pastas químicas que han acuñado el contra-término de "papel ecológico" (supuestamente fabricado sin productos agresivos -cloro- para el entorno). En el caso de los envases de vidrio -el envase más valorado actualmente por los consumidores- el sistema de recogida selectiva de los residuos de envases permite a los fabricantes a través de una bien cuidada organización (Centro de Envases del Vidrio, CEVI), el desarrollo de intensas campañas por medio de publicaciones periódicas, congresos, sesiones técnicas y supuestos programas de educación ambiental, la introducción, en los ámbitos del consumo y sobre todo en las escuelas de toda España, de materiales didácticos y profusas informaciones en las que se insiste en los beneficios ambientales de consumir envases de vidrio desechable frente al resto de los envases fabricados con otros materiales. De esta forma no sólo se incentiva el hábito de depositar los envases en los contenedores, sino que se promociona el envase de vidrio desechable como garantía de higiene, reciclabilidad y su correspondiente beneficio ambiental, frente a los grandes competidores de este envase -envases complejos (cartón, aluminio, plástico) tipo "brik" y de PET (polietileno-tereftalato, un nuevo plástico)-
11. MODELO INTEGRAL DE RECOGIDAS SELECIVAS: EL CASO DE PAMPLONA
A comienzo de la década de los ochenta comienzan las primeras recogidas selectivas municipales en origen de papel, cartón y vidrio en algunas ciudades españolas.
En 1983 concretamente, se inicia en Pamplona el primer Plan Integral de recogida selectiva, reutilización y reciclaje de todos los componentes de la basura, por deseo del propio Ayuntamiento y ante las enormes dificultades que había encontrado para aplicar las soluciones clásicas: planta de selección y compostaje que había fracasado, proyecto de vertedero controlado que es violentamente rechazado por la población afectada y pequeña planta incineradora (Burlada) que se quema antes de su inauguración; el equipo que elabora y pone en marcha el plan, consigue, en un tiempo récord (6 meses) que los vecinos de un barrio de Pamplona separen y depositen de forma diferenciada, para su posterior recogida selectiva 6 componentes diferentes de la basura: papel, cartón, textiles (ropas) vidrio y voluminosos, en una primera fase, y materia orgánica fermentable (bolsa verde) y el resto (bolsa azul) con los materiales inertes reciclables y otros no aprovechables en la segunda fase. Posteriormente fue aprobada la extensión del Plan, por decisión unánime de todos los Ayuntamientos, a toda la Comarca de Pamplona (1986).
El Plan de la Comarca de Pamplona da un salto cualitativo en la gestión de los residuos sólidos urbanos al introducir, por vez primera en España, unos criterios de prevención y aprovechamiento basados en la integración de los sistemas tradicionales de recuperación, reutilización y reciclaje locales -procurando mejorar los aspectos técnicos y sociales- dentro de una estrategia más amplia y a largo plazo en la que se contempla la participación de la población -adulta e infantil (educación)- en la separación y recogida selectiva de los residuos y la elaboración y posterior aplicación en la agricultura Navarra de un compost de alta calidad.
Como realizaciones más significativas cabe destacar la creación de un sistema de recogida selectiva de envases de vidrio, altamente eficaz, que combinaba la recogida directa (hostelería), a cargo de una cooperativa de jóvenes exprofesamente formada (primer curso del INEM sobre aprovechamiento de los RSU), con la aportación de los ciudadanos a los contenedores, (diseñados para evitar roturas) situados por toda la Comarca, El destino mayoritario de los envases era su reutilización en las bodegas navarras y La Rioja, para lo cual se clasificaban y lavaban en una planta (con maquinaria de fabricación española) proyectada dentro del plan y en cuya gestión participaba el recuperador (trapero) de vidrio en la Comarca, siendo la propietaria de las instalaciones una empresa privada (RECRISA) formada por los propios generadores (hosteleros) y reutilizadores (bodegueros) del vidrio navarro; la potenciación del colectivo "Traperos de Emaús" (apenas una docena de personas sin estabilidad laboral, ni ingresos fijos y garantizados), dedicado a la recuperación y venta de electrodomésticos y muebles usados, mediante su integración en el Plan para hacerse cargo de la recogida de todos los voluminosos, papel, cartón y ropa de toda la Comarca; actualmente con 70 empleos fijos, recogen unos cuatro millones de kilos de estos materiales en 7 mancomunidades navarras, de las cuales se reciclan realmente el 75%; en el campo de la educación cabe señalar la creación de un complejo programa para introducir la prevención y el reciclaje de residuos en la escuela que contó con una huerta de agricultura ecológica (funciona todavía en Ansoain) cuyas instalaciones y maquinaria fueron construidas por los propios alumnos con materiales reciclados, incluido la recuperación del suelo a base de compost de recogida selectiva y estiércol, así como una exposición itinerante en la que, entre otras cosas, se podían observar los ciclos y procesos de reutilización y reciclaje (con materiales reales) de cada uno de los componentes de la basura doméstica (los resultados altamente positivos de estas experiencias dieron lugar a los primeros materiales didácticos editados en España, a cargo del Gobierno de Navarra, y premiados por el Ministerio de Cultura en 1986).
El éxito de este primer programa desarrollado en la Comarca de Pamplona no debe atribuirse tanto a los logros del mismo -no todos los objetivos se alcanzaron, como se explica más adelante- sino a la demostración de la viabilidad de una nueva forma de gestionar los residuos que sabe establecer objetivos ambientales prioritarios propios de nuestras necesidades ecológicas: prioridad al aprovechamiento de la materia orgánica siendo además capaz de integrar los sistemas tradicionales de recuperación y reciclaje de los RSU dentro de una estrategia amplia y avanzada de recogida selectiva basada en la educación y participación ciudadana. El programa navarro (1993-96) se adelantó a las actuales y ya habituales y obligatorias prácticas de recogida selectiva y reciclaje de los países más adelantados de Europa y EE.UU. en materia ambiental.
Si bien el programa navarro encontró excesivos obstáculos-fuera siempre del ámbito técnico y ambiental- para su completa realización, su coherencia teórica y la demostración de su viabilidad práctica lo convirtió en punto y modelo de referencia para su aplicación, con reducidas variantes en Madrid (Barrio del Pilar, Colonia Mirasierra y Ciudad de los Periodistas), Barcelona (Torrellas de LLobregat, S. Cugat del Valles y Molins del Rei), Córdoba y Navarra (Mancomunidad de Montejurra), donde se alcanza el mejor resultado español de reciclaje de los R.S.U: más del 60% de todo lo generado con costes monetarios equivalentes e inferiores al vertido controlado e incineración, respectivamente en España, y uno de los más altos de Europa. En otras ciudades y pueblos se han desarrollado programas similares sólo de forma experimental: Motril, Granada, y la Coronada (Badajoz), con éxito en la participación y obtención de los objetivos previstos en la mayoría de los casos pero sin continuidad, lo que resulta siempre desaconsejable.
Ante la relativa complejidad de este nuevo modelo integral de recogida selectiva y aprovechamiento de los residuos, derivada de la novedad, falta de equipos profesionales, incertidumbre en la comercialización de los materiales recuperados,...,los responsables municipales españoles, carentes de una especial preocupación ambiental relativamente seria y no estando obligados por legislación alguna al respecto, han optado en general -salvo las excepciones señaladas- por recogidas selectivas de aquellos materiales -vidrio, papel, cartón, envases- directamente recogidos en algunos casos o, en su defecto, garantizada siempre su comercialización por la industria recicladora correspondiente; recogidas selectivas que han contado con generosas y discrecionales ayudas de las administraciones central, autonómica y local, así como de los propios sectores económicos afectados: industrias de pastas papeleras de recuperación y de envases (sobre todo vidrio).
12. POSIBLES SOLUCIONES
Algunas medidas posibles para la corrección y mejora de las situaciones y consecuencias ocasionadas por la generación de residuos sólidos urbanos pueden ser las siguientes:
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Prevención.
Consiste en el fomento de la mayor durabilidad posible de los objetos.
Aumentar la calidad ampliando y prolongando el "período de garantía" ("Certificado de garantía", que sólo se da en un reducido número de bienes de consumo); facilitar y garantizar, igualmente, la reparabilidad posterior, extendiendo el "certificado de garantía" a los objetos reparados; fomentar el desarrollo de intercambios y mercados de "segunda mano"(prensa, correo electrónico, radio, televisión, etc.)
Respecto a los productos envasados, se debería apoyar el fomento de las ventas a granel (existe ya amplia experiencia en varios países europeos) y regular la normalización de envases penalizando los de escasa capacidad.
Por último establecer una serie de penalizaciones (e incluso prohibiciones) para productos desechables (un sólo uso) y materiales de difícil o nulo aprovechamiento posterior, también sería una medida de ayuda y apoyo.
Respecto a los productos y materiales peligrosos, lo más conveniente, sería evitarlos tanto durante la fabricación, como durante la distribución y el consumo, difundiendo y favoreciendo el uso y consumo de otros equivalentes y carentes de peligro, circunstancia que ya es posible en la mayoría de los casos.
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Reutilización.
En el campo de los residuos sólidos urbanos, la utilización de envases y embalajes retornables y reutilizables, tanto de transporte como de compra, en los productos de consumo, debe ser el primer objetivo (por ejemplo, vemos como Alemania redujo en un millón de Tn los residuos de envases y embalajes entre 1991 y 1994 como consecuencia de la nueva legislación).
Se debería actuar también, regulando legalmente e incentivando con mecanismos variados (económicos, logísticos...), el mercado de piezas de automóviles y electrodomésticos, al igual que el de otros objetos recuperados, terreno en el que se confluye con la prevención que ya ha sido señalada.
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Reciclaje.
También de carácter extramunicipal, es preciso una normativa que fomente el diseño de los objetos para su posterior desguace y reciclaje, así como su fabricación a partir de los materiales recuperados de los residuos sólidos urbanos, mediante recogidas selectivas que garanticen la calidad de los mismos.
Es necesario desarrollar los sistemas de presentación por separado de los residuos sólidos urbanos, por parte de los ciudadanos para su posterior recogida selectiva, en función siempre de la capacidad posterior de aprovechamiento de los mismos, pero contemplando siempre la integración de los circuitos ya existentes de recuperación y reciclaje locales; se deberá cuidar siempre el "balance ecológico" o "ecobalance" de todo el proceso, corrigiendo, si es necesario, los déficits ambientales que puedan darse en muchas actividades tradicionales.
Los sistemas de recogida selectiva deben dar prioridad -por razones ambientales antes que monetarias- a las recogidas selectivas de residuos peligrosos (cualquiera que vaya a ser el destino posterior exige esta retirada) y de residuos orgánicos fermentables.
En la producción de compost se debe dar prioridad a la calidad estable y garantizada del producto, única garantía de comercialización y de beneficio ecológico para el suelo, y su aplicación agrícola, forestal u ornamental debe ser lo más local y experimentada previamente posible.
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Destino o disposición final de los RSU no aprovechables.
Una vez retirados los residuos peligrosos y la materia orgánica fermentable, el resto de los residuos que contienen materiales que podrán ser reciclados en función de la demanda industrial que exista para los mismos, se podrían comprimir y cubrir con los residuos de construcción debidamente reciclados (tierra de cubrición).
Algunas medidas de fomento y mejora pueden ser las siguientes:
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Existencia de un plan integral de gestión que contemple los objetivos para la prevención, reutilización, reciclaje y disposición o destino final de los resíduos; el plan debe adecuarse a las circunstancias locales de producción y consumo y considerar el impacto ambiental global, incluido los consumos de agua, energía y otros recursos.
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Prioridad a la prevención de los residuos -sobre todo peligrosos- y a la separación de la materia orgánica fermentable para su transformación en compost de alta calidad.
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Integración en el proceso de compostaje de los lodos de la depuración de aguas residuales -con las garantías de ausencia de metales pesados u otros contaminantes peligrosos- y de otros residuos orgánicos aprovechables: forestales, agropecuarios, industriales,...
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Se deben contemplar el aprovechamiento de los escombros de obras o derribos y de las tierras de excavación.
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Participación de la población en el cumplimiento de los objetivos de prevención, reutilización y reciclaje de los residuos sólidos urbanos.
Las recogidas selectivas deberán permitir a los vecinos la presentación por separado de al menos las fracciones siguientes: residuos peligrosos, materia orgánica fermentable, residuos de vidrio, papel y cartón, textiles y voluminosos. Se debe planificar la introducción de los conceptos de prevención, reutilización y reciclaje en la educación primaria y secundaria; esta introducción se deberá llevar a cabo mediante experiencias previas y voluntarias por parte de los responsables de los centros de enseñanza y deberá tener un amplio contenido experimental y práctico.
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Integración del proceso de compostaje en la agricultura local o, en su defecto, contar con un sistema que garantice su correcta comercialización y aplicación posterior de forma continuada. Para ello es preciso llevar a cabo:
Control de calidad del proceso de compostaje y conocimiento de la demanda potencial de cantidades y calidades de estos productos según diferentes usos.
Planificación de la utilización agrícola del compost para garantizar un consumo adecuado y continuo. Para ello es preciso un período de investigación, previo conocimiento de las características del suelo, sobre el nivel de materia orgánica y otras necesidades de los suelos, así como de las dosis adecuadas, épocas y sistemas de aplicación del compost según cultivos.
Evaluación de los resultados obtenidos y adecuada divulgación de los mismos, no sólo entre los agricultores sino entre los propios vecinos protagonistas de la separación en origen, previa a la recogida selectiva de la materia orgánica fermentable.
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Integración de los materiales recuperados de carácter inerte en la industria local -si ello fuera posible-, recicladora, mejorando, si fuere necesario, el nivel técnico y ecológico -elaborando el "ecobalance" de los procesos de reciclaje- de la misma. El objetivo debería de ser conseguir un aumento del empleo local asociado a los programas de recogida selectiva y reciclaje y contribuir a la disminución de la dependencia exterior en lo que a residuos se refiere.
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Establecer una metodología fiable que permita evaluar el nivel de recuperación y reciclaje: porcentaje de los residuos recogidos selectivamente y reciclados posteriormente sobre el total generado.
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Fomento de la creación de "empresas sociales marginales", o concierto con las ya existentes para que se hagan cargo de la recogida selectiva de todos o parte de los residuos.
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Elaborar una metodología que permita la evaluación de la participación ciudadana en los procesos de prevención, separación en origen de las diferentes fracciones de los residuos sólidos urbanos presentación para su recogida selectiva. Este análisis debería permitir el establecimiento de pautas de consumo y relación con la ciudad más respetuosas con el entorno que se podrían extender al ámbito de la prevención de la limpieza viaria (el mayor coste monetario de la recogida de residuos), la utilización de los transportes, el consumo de agua y energía, la construcción de viviendas y el uso de los espacios urbanos de forma más sostenible y participativa.
13. Conclusiones
España debe ser especialmente cuidadosa en seleccionar y aplicar una estrategia de gestión de residuos sólidos, adecuada a sus propias características, como una alternativa para alcanzar calidad ambiental digna.
La incineración de residuos sólidos es una opción que reduce la construcción de relleno sanitario, pero requiere de tecnología costosa y sofisticada, para evitar emisiones de gases tóxicos al ambiente, pero ante todo es una solución.
Por tanto tenemos que puesto que vivimos en una sociedad capitalista, cada vez más consumista y egoísta (respecto a lo que se refiere al medioambiente) no está concienciada con los peligros y deterioros que está ocasionando a su entorno y a su espacio de vida y esto es parte de la problemática de la solución.
Pero es necesario comprometerse con los proyectos y programas que permitan prevenir, compensar y eliminar la degradación ambiental o ayudar a proveer sustitutos de los elementos o actividades que generan la contaminación como ser promover las bicicletas, el tratamiento casero de desechos, reciclaje, etc.
Además las autoridades pertinentes, deben influir en el proceso de toma de decisiones de relevancia ambiental.
Los agentes de mayor peso político o social son los que deben ser influidos por la comunidad mediante sus opiniones, demostrando prioridades, limitando accionares o simplemente con alguna forma de presión.
Es necesaria la implementación de políticas orientadas a la sostentabilidad en el tema de los residuos, es decir, una combinación de cambios de hábitos con cambios de políticas que permitan que se vaya en la misma dirección.
No basta con el cambio aislado, personal, si no se traduce en una política nacional que permita cambios masivos de conducta. Se necesitan políticas que establezcan, por ejemplo, impuestos especiales de acuerdo a la cantidad de residuos que genera un producto, la obligación del productor de hacerse cargo de sus residuos. Puesto que si 'obligas a reciclar' al propio productor, va a tener cuidado de generar la menor cantidad de residuos.
Se necesita por tanto, una gestión del Estado, políticas que permitan en primer lugar 'reducir', luego 'reutilizar' desechos y, lo que no se puede, 'reciclarlo'.
La clave son las tres erres: Reducir, Reutilizar y, finalmente, Reciclar.
Bibliografía
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Diccionario Larousse 2000. pág. 4938
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“Residuos: alternativas de gestión. Pedro Ramos”
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“ Minimización y manejo ambiental de los residuos sólidos urbanos” (1999)
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Minimización y manejo ambiental de los residuos sólidos (2001)
Publicación de la secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales
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http://www.miliarium.com
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http://www.ine.es
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http://www.ecoportal.net/content/view/full/29904
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http://www.semarnat.gob.mex
Página de la SEMARNAT, Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales
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Enviado por: | Irene Cs |
Idioma: | castellano |
País: | España |