Sociología y Trabajo Social


Maltrato infantil


MARCO TEÓRICO

  • QUÉ ES EL MALTRATO INFANTIL

  • “Un niño, según la Ley considerando como tal en este sentido a todo menor de 18 años, es maltratado o abusado cuando su salud física o mental o su seguridad están en peligro, ya sea por acciones u omisiones llevadas a cabo por la madre o el padre u otras personas responsables de su cuidado; produciéndose entonces el maltrato por acción, omisión o negligencia.”

    La época contemporánea vive aún la gran paradoja social de que a pesar de la universal promulgación de los Derechos del Niño y su ratificación a través de la repetida y periódica celebración de convenciones internacionales sobre el tema, en las cuales son reafirmados dentro de los derechos humanos civiles, políticos, sociales, culturales y económicos la violencia contra la mujer y los niños en el hogar continúa siendo un problema tan amplio que tiene serias consecuencias para ellos y sus familias, las diferentes sociedades en particular y el mundo en general.

    En este punto, se ha subrayado la violación sistemática de los Derechos del Niño, en el área de Colombia, región en la cual resulta cada vez más necesaria la propuesta de soluciones a esta grave problemática social.

    La búsqueda de posibles respuestas al problema planteado es esencial, pero para que estas respuestas sean efectivas y apropiadas es indispensable aislar metodológicamente la causa de tal violencia. En Colombia se ha comenzado por reconocer en la nueva carta constitucional que los derechos de los niños prevalecen sobre los derechos de los demás y que se encuentran enmarcados dentro del decálogo universal de derechos de la infancia. Resulta un punto de prioridad en las preocupaciones sociales, destacar la común violación de uno de ellos: "Los niños deben ser protegidos contra toda clase de abandono, crueldad o explotación". La experiencia de la supresión de este derecho genera un tipo de niño en condiciones especialmente difíciles, que es aquel menor en estrategias de sobrevivencia, menor de la calle, institucionalizado, víctima de maltrato y abandono, víctima de conflicto armado, víctima de desastres naturales y ecológicos y niños con necesidades insatisfechas de atención preventiva.

    “El derecho infantil es una legislación destinada a proteger los derechos del menor. En el marco de la ley, los niños están considerados bajo dos aspectos: en cuanto individuos, siempre han gozado de una posición especial, en particular en lo relativo a lo que se les consiente hacer. Dentro de la familia, sin embargo, se ha tenido que esperar hasta el siglo XX para que el Derecho interviniera en sus vidas, ya que en otro tiempo eran los padres (y el padre por regla general) los que regían las vidas de sus hijos”.

    En Colombia, el problema de salud representado en el síndrome de maltrato infantil debe ser analizado teniendo en cuenta un problema más amplio de violencia política que vive la nación y la caracteriza.

    En el país, se puede afirmar, dos son las génesis de la violencia sufrida en el último medio siglo. En los años cincuenta el entorno político impide un espacio de participación democrática al tercero, al externo social, como contraposición a la participación política bipartidista tradicional (interno social).

    Bajo dicho contexto político cerrado se genera una tipología familiar e individual que hoy aflora como ira narcisística. De los años setenta arranca un proceso de evolución acelerada y crecimiento de indicadores socioeconómicos que irrumpe de manera abrupta sobre la idiosincrasia del país, generando procesos de respuesta ciega a transformaciones no plenamente comprendidas por una sociedad que, aún hoy, es parroquial y tradicionalista. Fenómenos como la aparición de sectores sociales emergentes, búsqueda de posiciones de clase con sustento económico de origen ilícito, violencia indiscriminada de carácter no político sumada a aquella de origen subversivo, tercerismos políticos surgidos de movimientos contestatarios en los partidos tradicionales o como resultado de nuevas fuerzas de coalición, arribismos de todo género coinciden como una nueva caracterología de la violencia colombiana que declina en la reciente reforma constitucional, dando paso a un proceso de participación que incluye al tercero dentro del interno social.

    De la misma manera que este macrociclo violento pareciera cerrarse finalmente, bajo un proceso jurídico y civilizado de apertura política y democratización nacional, el microciclo intrafamiliar que reproduce a través de la pedagogía negra un problema tan grave como el que se deriva del maltrato infantil, sólo puede tener solución al interior de este núcleo con un proceso de transformación familiar, a nivel de cambio de su sistema actitudinal y de valores.

    4.2 TIPOS DE MALTRATO INFANTIL

    Existen diferentes tipos de maltrato, definidos de múltiples formas, nosotros hemos seleccionado las siguientes:

    • Maltrato físico: Acción no accidental de algún adulto que provoca daño físico o enfermedad en el niño, o que le coloca en grave riesgo de padecerlo como consecuencia de alguna negligencia intencionada. “El maltrato físico se trata de un maltrato producido por un padre o una madre que, desbordados por situaciones de estrés se encuentra en la imposibilidad de ritualizar su rabia y que tratan, a través de los golpes, de controlar una de las fuentes inmediatas de su enervamiento.”

    • Abandono físico: “En el caso del abandono de los niños falla parcial o totalmente la existencia misma de los lazos de apego. En este caso los rituales casi no existen, porque los miembros de la familia son casi “transparentes” los unos para los otros, es decir, no significan nada el uno para el otro. Los niños y sus necesidades son prácticamente invisibles para el adulto.”

    Situación en que las necesidades físicas básicas del menor, (alimentación, higiene, seguridad, atención médica, vestido, educación, vigilancia...), no son atendidas adecuadamente por ningún adulto del grupo que convive con él.

    • Abuso sexual: Cualquier clase de placer sexual con un niño por parte de un adulto desde una posición de poder o autoridad. No es necesario que exista un contacto físico (en forma de penetración o tocamientos) para considerar que existe abuso sino que puede utilizarse al niño como objeto de estimulación sexual, se incluye aquí el incesto, la violación, la vejación sexual (tocamiento/manoseo a un niño con o sin ropa, alentar, forzar o permitir a un niño que toque de manera inapropiada al adulto) y el abuso sexual sin contacto físico como la seducción verbal, solicitud indecente, exposición de órganos sexuales a un niño para obtener gratificación sexual, realización del acto sexual en presencia de un menor, masturbación en presencia de un niño, pornografía.

    • Maltrato emocional: Conductas de los padres/madres o cuidadores tales como insultos, rechazos, amenazas, humillaciones, desprecios, burlas, críticas, aislamiento, atemorización que causen o puedan causar deterioro en el desarrollo emocional, social o intelectual del niño.

    • Abandono emocional: Situación en la que el niño no recibe el afecto, la estimulación, el apoyo y protección necesarios en cada estadio de su evolución y que inhibe su desarrollo óptimo. Existe una falta de respuesta por parte de los padres/madres o cuidadores a las expresiones emocionales del niño (llanto, sonrisa,...) o a sus intentos de aproximación o interacción.

    • Síndrome de Münchhausen por poderes: Los padres/madres cuidadores someten al niño a continuas exploraciones médicas, suministro de medicamentos o ingresos hospitalarios, alegando síntomas ficticios o generados de manera activa por el adulto (por ejemplo mediante la administración de sustancias al niño).

    • Maltrato institucional: Se entiende por malos tratos institucionales cualquier legislación, procedimiento, actuación u omisión procedente de los poderes públicos o bien derivada de la actuación individual del profesional que comporte abuso, negligencia, detrimento de la salud, la seguridad, el estado emocional, el bienestar físico, la correcta maduración o que viole los derechos básicos del niño y/o la infancia.

    De acuerdo con las definiciones del maltrato infantil, el problema, independiente de sus causas y como simple fenómeno, se divide con base en los síntomas que presenta el niño maltratado y en las acciones del adulto frente al niño.

    Síntomas: La sintomatología que presenta el niño maltratado puede ser de carácter físico y/o emocional. Los síntomas físicos ocasionan diferentes grados de morbi-mortalidad y se manifiestan como traumas -en tejidos blandos, huesos, piel-, alteraciones en el estado nutricional o trastornos toxicológicos.

    Los síntomas emocionales que presenta el niño maltratado son conductas de temor y timidez, aislamiento y mínima socialización, apatía, angustia, sensibilidad a la crítica y al rechazo, no-sujeción a las expectativas y presiones paternas, respuestas agresivo - paranoicas, inhibición afectiva, desconocimiento de sus propios sentimientos, baja autoestima, superficialidad en las relaciones afectivas o presentando deterioro en el aprendizaje, motricidad o lenguaje. También se presentan como cambios repentinos de humor, comportamientos regresivos, actos de desobediencia, perturbaciones graves del sueño, fobias o fugas del hogar.

    Acciones del adulto frente al niño: Las formas en que el adulto agrede al niño puede presentarse bajo diferentes categorías: violencia física, abandono físico y emocional, maltrato emocional, explotación sexual, menor trabajador o violencia social como factor de alteración del medio -guerras-.

    4.3 ENFOQUES DE EXPLICACIÓN

    Con el objeto de generar propuestas de solución a este grave problema se han hecho muchos intentos por establecer sus causas, produciéndose dos principales planteamientos teóricos.

    El primero de ellos busca los orígenes de la violencia intrafamiliar en alguna causa atribuible al núcleo familiar. Así, la atención se centra en las características de los cuidadores intrafamiliares, por tanto la causa de tal violencia se explica en las deficiencias personales de éstos y en el estrés externo que afecta al núcleo familiar. Los cuidadores tienen una función y una posición estratégicas en los procesos de mejora, formación, educación y adquisición de hábitos de comportamiento; además, son responsables del desempeño de un rol afectivo que trasmite conocimientos y establece hábitos en el núcleo familiar.

    Se debe resaltar que el concepto de cuidador intrafamiliar surge de la existencia de dos tipos de roles a desempeñar, definidos de acuerdo con la función de satisfacción de necesidades básicas de carácter afectivo y económico que tiene la familia; estos roles son el afectivo y el instrumental.

    El rol afectivo se relaciona con funciones de apoyo y de aportación de valores, normas y pautas de comportamiento en general; éste suele ser desempeñado por la madre. Por otro lado, el rol instrumental hace referencia a tareas que garantizan la supervivencia y el crecimiento y desarrollo familiar y, aún más específicamente, la aportación de orden económico, que suele ser realizada por el padre.

    Sin embargo, la clase de cuidador intrafamiliar está también relacionada con el tipo de familia y consecuentemente su papel puede ser desempeñado por diferentes miembros e incluso por individuos de origen extrafamiliar, en muchos de los casos.

    El segundo planteamiento va más allá del interior del núcleo familiar. Pasa de un análisis de causas psicológicas, a descubrir que la permisibilidad y aceptabilidad del maltrato contra los niños se encuentra en la estructura de la sociedad misma.

    Este planteamiento sugiere que el maltrato no es un problema solamente privado ni familiar, sino también reflejo de otros factores sociales. Entre éstos cabe destacar que la existencia de una gran discriminación económica y sexual que rodea al individuo o pareja cabeza de familia, más aún en las sociedades en desarrollo, genera por diversas circunstancias este fenómeno de violencia contra los niños, lo cual denota que además de una aberración, es síntoma de un orden social particular.

    Sin embargo, estos planteamientos coinciden en afirmar que el análisis del problema se debe hacer en conexión con otros múltiples factores, lo que podría representar una gran diversidad causal. Ello permite ver en el problema del maltrato infantil un tipo de síndrome, es decir, un conjunto de síntomas visibles de una enfermedad social de connotaciones más amplias.

    Los estudios acerca del síndrome del maltrato infantil, al mostrar un sesgo explicatorio hacia el interior o hacia el exterior de la familia, suelen dicotomizar el diagnóstico del problema. Sin embargo, esta división sigue siendo válida para efectos prácticos, puesto que la literatura alrededor del tema está un tanto viciada de exceso de estadísticas y de la simple descripción de posibles causas del síndrome, lo cual parece haber generado mayor confusión al respecto.

    4.3.1 Causas intrafamiliares

    Intentar una relación completa de las posibles causas intrafamiliares del síndrome de maltrato infantil conlleva, primero, el grave riesgo de hacer omisión involuntaria de algunas de ellas, y en segundo término, no poder justificar de forma plena y satisfactoria la presencia de cada una en la presente propuesta de tipificación, lo cual no es realmente su propósito. Sin embargo, se debe hacer claridad sobre el criterio escogido.

    Estos causales típicos de maltrato infantil se explican a continuación de manera sucinta.

    Autoritarismo: Surge de una imposición social de la familia como institución, vinculada directamente con la forma como se definen los roles del hombre y la mujer en cada contexto sociocultural específico.

    Se encuentra fundamentado en la imposición de un orden patriarcal que subordina la mujer a la actividad del hombre, coartando el uso de la plena libertad individual para cada uno de los miembros de la familia de manera irracional y ubicando todos los criterios funcionales en el cuidador que ejerce el rol de cabeza familiar.

    Al verse en peligro la centralización y ejercicio del poder por parte del cuidador intrafamiliar se desencadenan reacciones de carácter violento que son trasmitidas al sistema familiar, mediante la agresión a todos o cada uno de los miembros particulares y en concreto al niño maltratado.

    Marianismo: Del esquema cultural predominante en Colombia han sido realizados variados análisis acerca de la relación de dependencia mujer - hombre.

    Se puede recoger esquemas femeninos del tipo madre, esposa sufrida, mujer sacrificada, hembra, virgen; en contraposición a estereotipos masculinos del tipo padre, macho, dominante, dios masculino. La relación dialéctica intrínseca de estos esquemas implica una transfiguración de dualidades tales como pasivo - activo, imagen - realidad, reflejo - espejo, relativo - absoluto, inferior - superior, lo otro - lo uno; y, en términos del universo individual, adentro - interior/afuera - exterior. Del juego de contrarios presente en estas relaciones se desprende la complementación del marianismo -como una actitud sumisa y contemplativa- con el machismo -como un papel dominante y en apariencia omnipotente-.

    Estas formas de marianismo encubren el ejercicio de la violencia intrafamiliar, mitificándola y convirtiéndola en una dimensión ideológica y cultural, que reconoce la autoridad, poder y dominio del padre o de quien desempeña el rol de cuidador.

    Necesidades básicas insatisfechas: Ésta es una causa de violentación directa de la familia e indirecta de uno de sus miembros -el niño maltratado- en su relación con el mundo externo, derivada de la incapacidad económica y de la inestabilidad que se suele generar en condiciones de problemas laborales, desempleo, subempleo, falta de acceso a medios educativos, culturales, recreativos. Todo esto contribuye a crear conflictos y al abandono y maltrato por parte del miembro cuyo rol instrumental se ve frustrado.

    Estrés: La tensión derivada del medio externo afecta normalmente al padre o a quien ejerce su rol instrumental, acumulando factores de tensión emocional que se revierten en contra de miembros considerados inferiores por el individuo. Por ejemplo, un padre o cuidador intrafamiliar que maltrata es usualmente inseguro y dependiente, y cuando se enfrenta a crisis personales ve fallar sus mecanismos de defensa ante este tipo de situaciones, desplazándose hacia el niño en busca de un mecanismo de compensación. El niño por encontrarse en una fase inferior de desarrollo se contradice con tales expectativas, provocando en el padre un subsiguiente mecanismo de proyección que le impulsa a conductas violentas contra quien cree es el origen de la frustración inicial.

    Vínculo filial indeseado: El fenómeno de rechazo a un miembro familiar puede tener origen en circunstancias previas de natalidad no planeada, padrastrazgo, hijos extramatrimoniales o hijos en familias superpuestas resultantes de la unión de familias nucleares incompletas que combinan hijos de uniones anteriores y/o actuales. En estos casos se encuentran niños con carencias afectivas, sobre los cuales se suele descargar, a manera de compensación, la tensión generada por problemas y frustraciones. También se presentan casos de niños percibidos por el padre como sujetos indeseados o representación de resentimientos pasados, de males congénitos o de conductas indeseadas.

    “En estudios realizados recientemente en la ciudad de Medellín sobre factores de riesgo asociados al maltrato, se demostró la estrecha relación entre el embarazo no deseado, el embarazo de adolescentes y el maltrato al menor, lo cual indica que la forma como es concebido el hijo y el deseo de la pareja por su nacimiento van a incidir notablemente en la actitud de rechazo hacia él, dando lugar a que el menor se vea expuesto con mayor facilidad al maltrato”

    Disfunción conyugal: La relación anormal de pareja produce conflictos conyugales que desencadenan mecanismos de sustitución como los ya descritos, dado que el disgusto de la pareja es trasladado en forma de maltrato contra uno o varios de los hijos. La falta de entendimiento, el conflicto, la desorganización y las desavenencias conyugales pueden provenir de una confusión de roles, de esquemas culturales antagónicos o de una situación de madre o padre soltero.

    Marginalidad de las familias: El concepto de marginalidad es normalmente entendido como el aislamiento del núcleo familiar ocasionado principalmente por factores como las diferencias étnicas, religiosas, políticas y culturales. Entre las causas de maltrato infantil de origen intrafamiliar, ésta tiene como origen básico el proceso de transformación rural-urbano que origina aglutinamiento poblacional en cinturones de miseria y trae como consecuencia problemas de vivienda con hacinamiento y promiscuidad.

    Objetualización: En muchos estamentos de la sociedad se trata al niño como un proveedor económico que puede contribuir al ingreso familiar o como objeto sexual de sus consanguíneos, e incluso como mercancía sexual. También puede aparecer el infante como un objeto de aberraciones de origen sádico - agresiva o en el mejor de los casos, como representación residual - infantil en la que el adulto intenta realizarse en el niño, en aspectos en los cuales durante su propia época, no pudo cumplir y que, ante la incompetencia de estos requerimientos por parte del niño, provoca duros castigos como producto de la frustración correspondiente.

    4.3.2 Causas extrafamiliares

    Desde el ángulo de las generalidades sociales y dirigiendo la atención a la problemática alrededor del síndrome del maltrato infantil intrafamiliar, se debe complementar la tipificación de causales con aquellos de origen extrafamiliar como los que se derivan de la influencia de los aparatos ideológicos estatales y de la reproducción de la violencia a través de un ciclo de enseñanza - aprendizaje.

    Aparatos ideológicos estatales

    Se puede realizar una esquematización de las vías institucionales propias de cada sociedad en particular, es decir, de organizaciones sociales que actúan a manera de aparatos ideológicos de Estado, como es el caso de las escuelas de enseñanza; las diferentes congregaciones religiosas mediante sus diversas creencias y patrones éticos y de valores; o los parámetros aprendidos de los congéneres, mediante normas de etiqueta, sociales, comportamentales, de sobrevivencia, etc., que simultáneamente le convierten en transmisor y reproductor de un patrón cultural. Es así como se pueden encontrar factores de coincidencia y de diferencia en el funcionamiento de los aparatos ideológicos del Estado, resumibles de la siguiente manera:

    La escuela: Impone modelos pedagógicos controladores y castradores a través de la utilización de elementos punitivos que son reales, como el castigo emocional o corporal.

    La Iglesia: Impone modelos de índole sobrenatural mediante la utilización de elementos de refuerzo que, a diferencia de los usados por la escuela, son básicamente metafísicos en el sentido de no ofrecer castigo real e inmediato sino una promesa de premio o punición a muy largo plazo.

    Los pares: Es decir, los iguales a cada individuo, ya sea por posición socioeconómica, cultural, de espacios -habitacionales, laborales, lúdicos, entre otros-. Estos actúan como modelos de valores, comportamientos, costumbres y actitudes mediando un mecanismo de reflejo, en el que se produce un intercambio en los flujos de información del tipo yo - otro - yo.

    La calle: Como hábitat externo, a veces temporal y otras permanente, influye como modeladora de la personalidad del individuo, ya sea con presiones que desencadenan mecanismos de defensa o bien trasmitiendo valores nuevos que suplantan tradiciones y costumbres sin proceso de selectividad alguno.

    Los medios de comunicación: Con su importante influencia contemporánea en la transmisión de modas, tipos, arquetipos y estereotipos de toda índole.

    El maltrato infantil, como expresión máxima de desamparo y desprotección, es un problema social que debe conocerce y ser abordado. Su importancia real en nuestro medio es desconocida al ignorarse la epidemiología, factores predisponentes, clínica, formas de detección, diagnóstico, secuelas a corto, medio y largo plazo y mortalidad en la totalidad y en cada uno de los tipos de maltrato.

    Se desconoce también el grado de sensibilización y de formación específica para el diagnóstico del niño maltratado por parte de los profesionales en educación, así como de su capacidad para el manejo de estos niños. Con frecuencia el ámbito educativo diagnóstica solo los malos tratos físicos graves repetitivos, que aunque es la forma más evidente, es la menos frecuente. Por ello es necesario investigar desde este ámbito todas las variables sociales y de salud relacionadas con los malos tratos a la infancia así como las carencias que permitan mejorar la eficiencia en la atención al niño en este problema.

    Mientras no se disponga de datos reales, las políticas de promoción y atención a la infancia y de prevención del maltrato infantil pueden ser inadecuadas, ya que se desconoce si el numero de casos y su importancia justifican los recursos asignados o éstos deberían transferirse a otros programas sociales o si los casos detectados desde los distintos ámbitos corresponden a la realidad o son solo una pequeña parte.

    Los profesionales en educación ocupan una posición privilegiada en la prevención y detección e intervención en casos de maltrato infantil pero en la actualidad, no todos los profesionales ni el propio sistema educativo esta en condiciones de atender adecuadamente todos sus aspectos.

    El fomento de las actuaciones de carácter preventivo y la detección precoz constituyen una de las actuaciones principales en los casos de riesgo social o maltrato infantil. Proporcionar la información y formación necesaria a estos profesionales para que puedan identificar estas situaciones desde las primeras señales de alarma, así como la forma de orientarlas o tratarlas es fundamental para que el maltrato infantil no llegue a producirse.

    La complejidad de este problema requiere también soluciones complejas que no pueden ser abordadas desde un solo ámbito de actuación. Por lo que es necesaria la implicación de todas las instituciones y de los profesionales que atienden desde una u otra área a la infancia y la familia.

    Los derechos y necesidades de la infancia desde su promoción y mejora del bienestar infantil como forma de actuación y prevención del maltrato infantil deben marcar las políticas de atención a la infancia.

    Los problemas sociales que afectan a los menores no pueden ser fragmentados ni descontextualizados de su medio, lo que hace imprescindible una coordinación de todas las instituciones implicadas que permita abordar las situaciones con una visión globalizadora y a través de programas integrales.

    La prevención es un objetivo prioritario que todo programa de actuación en maltrato infantil debe contemplar como una estrategia fundamental y no solo orientada a prevenir la aparición de casos de malos tratos sino también a su detección precoz y evitando su repetición y secuelas.

    Un aspecto importante a considerar en el maltrato infantil son los niños que requieren ser atendidos fuera de su ambiente familiar. La atención a los problemas de salud que presentan los niños en situación de riesgo social y/o que requieran ser atendidos fuera de su ambiente familiar en centros de acogimiento residencial precisa de una intervención adecuada a las necesidades especificas de esta población infantil.

    El maltrato infantil tiene importantes repercusiones en el desarrollo socio - emocional del niño las cuales pueden ser “manifestaciones de características emocionales y sociales propias de la infancia como ser travieso, desobediente mentir o tener problemas disciplinarios en la escuela que permite señalar como el maltrato está relacionado más con características de agresividad en los padres, que con motivos ocasionados por el niño”.

  • DERECHOS DEL NIÑO

  • Como punto de partida y teniendo en cuenta que la infancia es uno de los colectivos más vulnerables, es necesario considerar al niño no como un objeto de protección sino, como un sujeto de los siguientes derechos:

    1.- Derecho a la igualdad, sin distinción de raza, credo o nacionalidad.

    2.- Derecho a una protección especial para su desarrollo físico, mental y social en condiciones de libertad y dignidad.

    3.- Derecho a un nombre y a una nacionalidad.

    4.- Derecho a una alimentación, vivienda y atención médica adecuadas para el niño y para la madre.

    5.- Derecho a una educación y cuidados especiales para el niño, física o mentalmente disminuido.

    6.- Derecho a crecer al amparo y bajo la responsabilidad de sus padres y en todo caso en un ambiente de afecto y seguridad moral y material. La sociedad y las autoridades públicas tendrán la obligación de cuidar especialmente a los niños sin familia o sin medios de subsistencia.

    7.- Derecho a recibir una educación y a disfrutar de sus juegos.

    8.- Derecho a estar en todas las circunstancias entre los primeros que reciben protección y socorro.

    9.- Derecho a ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación. No debe permitirse que trabaje antes de una edad mínima adecuada.

    10.- Derecho a formarse en un espíritu de solidaridad, comprensión, amistad y justicia entre los pueblos.

    Todo esto se realiza considerando que el niño debe estar plenamente preparado para una vida independiente en sociedad y ser educado en el espíritu de los ideales proclamados en la Carta de las Naciones Unidas y, en particular, en un espíritu de paz, dignidad, tolerancia, libertad, igualdad y solidaridad. “Teniendo presente que la necesidad de proporcionar al niño una protección especial ha sido enunciada en la Declaración de Ginebra de 1924 sobre los Derechos del Niño y en la Declaración de los Derechos del Niño adoptada por la Asamblea General el 20 de noviembre de 1959, y reconocida en la Declaración Universal de Derechos Humanos, en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (en particular, en los artículos 23 y 24), en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (en particular, en el artículo 10) y en los estatutos e instrumentos pertinentes de los organismos especializados y de las organizaciones internacionales que se interesan en el bienestar del niño".

    4.5 INSTITUCIONES A DONDE ACUDIR EN CASO DE DETECCIÓN DE MALTRATO INFANTIL

    Principalmente al Centro de Protección Especial Instituto Colombiano de Bienestar familiar, a los teléfonos: 2166260 - 2162648.

    Protección al menor de la alcaldía de Medellín.

    Estaciones de policía.

    Comisarias de familia.

    BIBLIOGRAFÍA

    • ARRUBARRENA, M.I. Y DE PAUL OCHOTORENA, J. "Maltrato a los niños en la infancia. Evaluación y tratamiento" Madrid. Ed. Pirámide. 1994

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    • HIGUITA, Carlos. BELTRÁN, Iván Luis. Lo que todo un educador debe saber. Código del menor, Decreto número 2737 de 1989 (noviembre 27). Capítulo Segundo, Artículo 8. Medellín: Editorial Nuevo Horizonte, 1994.

    • BARUDY LABRIN, Jorge. El dolor invisible de la infancia. Una lectura ecosistémica del maltrato infantil. Barcelona: Paidos Terapia Familiar, 1998.

    • Enciclopedia Microsoft® Encarta® 2000. © 1993-1999 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.

    http://www.um.es/~facpsi/maltrato/malt2.htm

    HIGUITA, Carlos. BELTRÁN, Iván Luis. Lo que todo un educador debe saber. Código del menor, Decreto número 2737 de 1989 (noviembre 27). Capítulo Segundo, Artículo 8. Medellín: Editorial Nuevo Horizonte, 1994. P. 265.

    Enciclopedia Microsoft® Encarta® 2000. © 1993-1999 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.

    BARUDY LABRIN, Jorge. El dolor invisible de la infancia. Una lectura ecosistémica del maltrato infantil. Barcelona: Paidos Terapia Familiar, 1998. P. 128.

    Ibid. P. 115.

    QUIROZ A, Margarita Inés. Prevención del maltrato al menor. Medellín: Servicio Seccional de Salud de Antioquia, 1991. P. 13.

    Ibid. P. 12.

    http://www.unhchr.ch/spanish/html/menu3/b/k2crc_sp.htm




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    Idioma: castellano
    País: Colombia

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