Sociología y Trabajo Social


Adicción al tabaco


Antes de empezar a escribir he estado navegando un poco por Internet, buscando datos y me he dado cuenta de que el problema es más grave de lo que creemos. Vivimos pensando que los muertos son otros que a nosotros no nos puede pasar eso. Nos creemos inmortales. Y he visto que sin que nos demos cuenta el tabaco nos está matando, y yo me incluyo porque ya son muchos los fumadores pasivos que mueren a causa del tabaco.

De cada 1.000 muertes evitables 1 se debe a drogas ilegales, 2 al SIDA, 20 a accidentes de tráfico y 150 al tabaco. De todos los fumadores que existen en el mundo, la mitad aproximadamente morirá de forma precoz a causa del tabaco.

Cada vez es más temprana la edad en la que los jóvenes empiezan a fumar. Pero ¿como no van a fumar? si sus amigos lo hacen, y se ven mayores con un cigarro en la mano. Lo que hay que hacer es eliminar esta simbología que trae el tabaco consigo, de que fumando eres mayor y dejas de ser un niño.

Hay que luchar por cambiar este tipo de mensajes. Yo creo que esto se está consiguiendo poco a poco. Cuando nuestros padres eran jóvenes fumar era un acto social, simbolizaba la madurez y la virilidad; había que darle el cigarro al niño para que fuese un hombre. En cambio ahora fumar no está socialmente muy bien visto, cada vez son más los lugares públicos en los que sé prohibe fumar. Y es que aunque muchas veces no seamos conscientes de ello el tabaco es una droga.

Muchos colectivos piensan que para evitar que los jóvenes fumen menos habría que subir la edad de consumo del tabaco a 18 años. Yo esta medida la veo inútil, ya que en España hay más de 100.000 maquinas expendedoras de tabaco donde no se controla quien lo compra.

Uno de los motivos por los cuales el tabaco se consume tan masivamente entre la juventud respecto a otros países europeos, es su precio. El precio de la cajetilla de tabaco es en España, junto con Portugal, el más bajo de Europa. En algunos países es hasta casi cuatro veces más caro.

En las últimas décadas el número de chicas fumadoras se ha multiplicado con respecto al de chicos, esto acarrea que el porcentaje de enfermas de cáncer, se ha multiplicado enormemente desde la incorporación de la mujer al tabaquismo. Además la mujer que fuma suele tener una menopausia precoz.

Yo pienso que cada vez son más el numero de mujeres fumadoras debido a que maduran antes y se mueven con chicos mayores que ellas, que fuman. Aunque un dato curioso es que en las parejas se produce un progresivo abandono por parte del varón del tabaco, pero no de la mujer. Esto puede ser debido al trabajo de emancipación de la mujer, ya que el consumo de tabaco se ha relacionado siempre con el hombre, como ya hemos dicho simbolizando la virilidad.

El fumador puede estar enganchado al tabaco por dos aspectos, uno porque le guste el sabor del tabaco, y otro el habito de fumar. Es decir, el echarse el pitillo de después de comer, el del recreo corto, el de “después de”,... el fumar por aburrimiento, por nerviosismo. El habito se muestra en el típico fumador que se enciende un cigarro cuando tiene uno en el cenicero. A mi mismo que no fumo me ha ocurrido infinidad de veces el pensar lo placentero que sería un cigarro en ese momento. Y esos hábitos nos los han inculcado los estereotipos que nos inculcan las tabaqueras y calan en la sociedad, porque como voy a añorar yo el placer de un cigarro en determinado momento, si nunca lo he probado y no sé lo que es eso.

Yo tengo una amiga que ha intentado varias veces dejar de fumar, pero le cuesta no por la adicción a la nicotina, o por el sabor del cigarro, sino por el acto social de terminar de comer y tomarse un café con el cigarro. El encenderlo y tener algo en la mano. Este es un buen ejemplo del habito del que hablo.

Si eliminásemos este aspecto del tabaco, el número de fumadores descendería drásticamente.

Yo creo que el Estado debería hacer campañas en contra del tabaco al igual que las hace en contra de otras drogas. Pero esto no le interesa porque se ingresa al año 850.000 millones de pesetas gracias al tabaco. Por termino medio un fumador paga debido al tabaco 70.000 pesetas al año al Estado. El dinero que saca de los impuestos del tabaco es mayor que el que gasta después en prestaciones sociales a enfermos de tabaquismo.

Una investigación realizada indica que el abandono del hábito de fumar debe ser un proceso gradual, porque los síntomas de abstinencia son menos graves en quienes lo hacen poco a poco que en quienes dejan de fumar de repente. La tasa de recaída es mayor en las primeras semanas y los primeros meses y se reduce mucho al cabo de 3 meses.

Sin embargo yo tengo 3 exfumadores en casa y discrepan de esta afirmación, ya que alegan que la única forma es dejarlo de golpe.

Debido al estrés que crea este síndrome de abstinencia, muchos ginecólogos son partidarios de que la paciente no deje de fumar, para no tener una madre nerviosa y ansiosa. Pero también hay que tener en cuenta el riesgo que esto acarrea. Se ha demostrado que los abortos son más frecuentes entre las mujeres que fuman y que el peso de los hijos es menor al nacer.

Además los hijos de una madre fumadora tienen más probabilidad de ser prematuros, de nacer alrededor de los siete meses o incluso antes. Otro dato es que los bebés de madres fumadoras están más predispuestos a ser víctimas del llamado síndrome de muerte súbita (la muerte repentina e inexplicable de un niño menor de un año de edad mientras duerme).

¿Por qué dejar de fumar?

Como se refleja en unos datos de la primera página el consumo de tabaco constituye la principal causa de enfermedad y mortandad evitable.

Además en el tabaco se han encontrado múltiples sustancias que en gran parte son perjudiciales para la salud. Entre ellas, destacan por sus efectos nocivos:

  • Los alquitranes responsables del 30 % de todos los tipos de cáncer (vejiga, riñón, páncreas, estómago, etc.), y del 90% del cáncer de pulmón.

  • El monóxido de carbono, que es el causante de más del 15% de las enfermedades cardiovasculares.

  • La nicotina, que produce la dependencia física.

  • Además el tabaco es el causante del 80% de la mortalidad por procesos pulmonares crónicos.

    Etapas del fumador

    Hay diversas fases en las que el fumador se puede encontrar:

    1ª de Pre-contemplación (no hay interés en dejar de fumar)

    2ª de Contemplación (sería buena idea dejarlo)

    3ª de Preparación para la acción (hay que dejarlo)

    4ª de Acción (plan de actuación para dejarlo)

    5ª de Abstinencia (fase sin fumar, en la que es posible todavía la recaída).

    La fase de Contemplación suele ser en la que hay más personas (en España con 13 millones de fumadores, el 70% se halla en esta fase, pero sólo el 7% en la 5ª), sobre todo en países y colectivos concienciados.

    Como dejar de fumar

    Primero es importante estar en una situación que no tenga que ver con nuestra rutina diaria. De forma que no hagamos cosas que puedan recordarnos al tabaco. Por ejemplo dejar de venir al colegio para no ir con tus compañeros a fumar a la cafetería.

    Como fumadores, se nos presentan frecuentemente las ganas de fumar. Generalmente, normalmente cuando se presentan estas ganas, cedemos a la tentación y fumamos. Pero lo hacemos porque no contemplamos este deseo, sino que lo encendemos de forma instintiva.

    Observemos éste deseo de fumar por una sola vez, sin ceder a su llamada. Al notar las ganas de fumar debemos ponernos a pensar en otra cosa o realizar alguna actividad de forma que las ganas de fumar no duran más de unos cuantos segundos y se van. Regresan poco después, pero se vuelven a ir, y así sucesivamente, hasta que, o caemos en la tentación y encendemos el maldito cigarrillo, o somos fuertes y aguantamos el deseo.

    Ya hemos empezado a dejar de fumar. Así de simple. Las ganas van a presentarse con muchísima frecuencia al principio. Pero esto ya nos ha pasado y hemos conseguido vencerlas. Respiremos profundamente y estas se irán solas. Ya sabemos que éstas no duran mucho tiempo. Así que ignorémoslas una y otra vez durante el primer día. Durante el segundo y tercer día ya las conoceremos suficientemente como para no ceder tan fácil a su llamado, además de que se presentarán con mucha menos frecuencia.

    Para toda la vida. Después del tercer día bajó el deseo de fumar a una o dos veces al día creemos que realmente ya podemos olvidar el vicio. Con el tiempo, las ganas de fumar van desapareciendo. Pero nunca hay bajar la guardia desde que hemos decidido dejarlo no debemos probar ni una calada, porque cuando llevemos cierto tiempo sin fumar pensaremos que somos capaces de controlar el tabaco, que podemos fumar un cigarro en una boda después seguir sin fumar. Pero ese momento hemos vuelto a caer. Todo el esfuerzo para nada, ya has vuelto a los 20 cigarros diarios. Por lo menos ya sabes lo bien que está tu cuerpo sin fumar. A mi padre le pasó eso, estuvo 2 años sin fumar y se creyó que podía con el vicio, se fumó un cigarro y volvió a caer.

    CURIOSIDADES SOBRE EL TABACO

    ¿Por qué se llama tabaco?

    El nacimiento de la palabra "tabaco" es incierto y múltiples son las etimologías que se han propuesto para esta planta. Según algunos cronistas españoles, el nombre viene por haberse descubierto la planta en Tabasgo, una de las pequeñas islas Antillas; según otros por descubrirse en el pueblo de Tabasco en México y según otros, el nombre procede del receptáculo donde los indígenas de Brasil y la Florida fumaban una planta llamada cohiboc y petun respectivamente.

    La prima referencia que se tiene en Europa del tabaco nos la da Cristóbal Colon en su diario, que, estando en la isla de San Salvador y habiendo mandado algunos soldados para explorar el país, "hallaron en su camino gran número de naturales tanto hombre como mujeres, que traían en la boca un tizón compuesto de yerbas del que aspiraban perfume." Y añade que lo llamaban tabaco.

    Se ignora el nombre de los que a España trajeron el tabaco, pero se sabe que Colon en 1515 y Cortes en 1518 mandaron a la Corte, semillas de la planta, que fue cultivada con fruto, pasando inmediatamente a Portugal.

    Cultivo del tabaco

    El tabaco consiste en una mezcla de hojas de la planta, previamente curadas por el cultivador y transformadas por la industria en forma de picadura para cigarrillos o pipa, y en rollos hechos trozos de hoja para cigarros.

    La calidad del tabaco se ve influido por la clase de hoja que se ha cultivado; por su proceso de transformación y los aditivos y tratamientos que recibe.

    También depende del clima y la tierra donde se cultiva la planta. La temperatura debe corresponder tanto a un clima templado o cálido como a una humedad media/elevada. Si no se ha alcanzado la humedad deseada se utiliza el riego artificial.

    En cuanto a las tierras, han de ser profundas, fértiles y bien saneadas. Deben tener una buena orientación y una buena capacidad para recoger y conservar el calor del sol. El tipo de tierra es determinante en el crecimiento del tabaco al igual que en otras plantas.

    Fases:

  • Semillero y transplante. La semilla se siembra en el semillero hasta que alcanza 10 o 15 centímetros que se transplanta a la tierra labrada. Periodo:(febrero-mayo)

  • Fertilización y cosecha. Administrar los nutrientes necesarios a las plantas. Periodo:(mayo-julio)

  • Cosecha, recolección y cuelgue del tabaco. Periodo:(agosto-noviembre)

  • Curado y secado. Después de la recolección las hojas se ponen a secar para que su contenido de agua pase del 90% al 20%.




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    Idioma: castellano
    País: España

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