Filología Clásica


Literatura romana y griega


Tema 1

HISTORIOGRAFÍA

HISTORIOGRAFÍA ARCAICA

Documentos

Leyes

Marco Porcio Catón

LA HISTORIA DESPUÉS DE CATÓN

CAYO JULIO CÉSAR

Vida

Obra literaria

CORNELIO NEPOTE

Vida

Obra

Valor histórico y literario

SALUSTIO

Vida

Obra

TITO LIVIO

Vida

Obra

Valoración histórica y literaria

HISTORIADORES DURANTE LA DINASTIA JULIO-CLAUDIA

Valeyo Patérculo

Valerio Máximo

PUBLIO CORNELIO TÁCITO

Vida

Obra

SUETONIO



1.- Historiografía arcaica.

Surgen en Roma los escritos en prosa, muy acordes con el carácter romano, con un fin eminentemente práctico, por la necesidad de establecer y regular las relaciones con los dioses y con los hombres. Para la relación con los dioses surgen las plegarias, llenas de pragmatismo, en las que se pide protección sobre las cosechas, sobre la familia, etc. Las relaciones con los hombres se regulan y establecen mediante los documentos, tratados y leyes.

1.1.- Documentos.

Públicos.

  • Foedera regum o tratados con los reyes de pueblos vecinos. Son documentos mitad jurídicos mitad religiososos, ya que se firmaban con el ofrecimiento de algún sacrificio a los dioses, con una serie de ritos especiales y fórmulas consagradas.

  • Actas de los magistrados. Estos documentos solían registrar los acontecimientos más importantes relacionados con el desempeño de las funciones de los magistrados. Lo hacían en documentos con título de acta, comentarii o libri, guardados en los registros oficiales y que constituían una fuente histórica de primer orden. Los más importantes de estos documentos eran elaborados por los pontífices, los libri Pontificum o Annales maximi. En ellos se incluían, año por año los sucesos más dignos de recordarse, sobre todo los relacionados con la religión y el culto públicos, cuya organización les competía; y especialmente destacable era la publicación del calendario anual, también a su cargo, que señalaba las fechas de comienzo y final de año, los días laborables y no laborables, las fiestas, los aniversarios, etc.

Privados.

  • Son, sobre todo, los elogios fúnebres. Las familias importantes guardaban en sus archivos familiares documentos escritos en honor de los antepasados ilustres, que eran una especie de historia de la familia, Los principales eran las Laudationes funebres o discursos en alabanza del difunto, que solían ser pronunciados en los funerales por un miembro muy allegado a la familia; y los Tituli imaginum o inscripciones grababas debajo de los retratos o mascarillas del difunto, celosamente conservados y que contenían su nombre, sus hazañas, sus magistraturas, etc.

1.2.- Leyes.

El genio jurídico de los romanos está fuera de discusión. La primera fuente del Derecho en Roma fue la costumbre, plasmada en fórmulas jurídicas de transmisión oral. A mediados del siglo V a.C. se redactó, bajo la presión de los plebeyos, el primer Código, que fue grabado sobre doce tablas de bronce y expuesto en el Foro para conocimiento de todo el pueblo. Es la Ley de las XII Tablas, que constituye a la vez el primer documento del Derecho romano y de la prosa latina.

Las dos primeras Guerras Púnicas significaron para Roma un cambio en la vida interior y exterior. Salió de la Península, que hasta entonces había sido la meta y el resultado de sus esfuerzos, y luchó con enemigos de allende el mar. Con la victoria se elevó la estimación de sí mismos y el orgullo por lo que habían logrado, comenzando a considerar lo que habían sido y eran. Con ello creció su interés histórico, el deseo de conocer su pasado y al mismo tiempo de transmitir una imagen de posteridad. Fue un rasgo típico el que entonces animaba a los escritores en prosa y verso de querer poner su obra al servicio de esta conciencia nacional.

A pesar de que nace bajo la influencia griega, hay un carácter distinto en la historia romana. En ambas es claramente perceptible la presencia del autor, pero el historiador griego se dirige al presente y a lo universal; el romano en cambio al pasado y a Roma: esto hace que a veces carezca del sentido profundo de la evolución que tenían los griegos.

Los romanos pecan también de espíritu de sistema: su origen es senatorial, sus fuentes, senatoriales, y sus intereses también: de propaganda y afianzamiento nacional. Su visión de las cosas viene determinada por la perspectiva de su medio. El interés por el pasado y la perspectiva senatorial producen cierto pesimismo, que será una constante en los historiadores posteriores (Salustio, Livio, Tácito), aunque contrarrestado por el optimismo producido por la visión de la grandeza de Roma y por el valor de la historia.

Las primeras noticias sobre Roma y sus guerras expansivas se propagan a través de historiadores griegos no afectos a la causa romana. Esto decidió a escribir a los romanos su propia historia, llevados de una reacción nacionalista y con una finalidad de “propaganda política y afirmaciones patrióticas”.

Siguiendo la tradición de los pontífices y otros magistrados, que llamaban annales a las actas y documentos redactados en el ejercicio de sus funciones, los primeros historiadores dieron a sus escritos el mismo nombre de annales, pues solían, como aquellos, narrar los sucesos año por año; y ellos mismos son conocidos con el nombre de Analistas.

El primer analista romano es Fabio Pictor, que escribe a finales del siglo III a.C.. Tanto él como sus inmediatos sucesores, como Cincio Alimento, escriben sus historias de Roma en griego, tal vez para que llegara a los mismos lectores a los que había llegado una versión antirromana de los mismos sucesos; o tal vez porque el latín no estaba aún suficientemente formado para adaptarse a sus necesidades. Esta costumbre dura hasta Catón.

1.3.- Marco Porcio Catón (234-149 a.C.).

Nacionalista a ultranza y adversario de todo lo griego (“sus médicos”, decía, “envenenan el cuerpo y sus filósofos el alma”), escribe en latín sus Origines, obra histórica en siete libros que difiere de la de los analistas, además de por la lengua utilizada, porque no es una mera crónica de sucesos, sino también una aproximación crítica a las causas que la han motivado. Se trata, pues, ya de un verdadero historiador más que de un analista.

2.- La historia después de Catón.

Después de Catón se puede establecer la distinción entre un analista y un historiador; los analistas narran, año por año, los sucesos acaecidos desde la fundación de la Ciudad hasta su tiempo; los historiadores, acontecimientos más o menos contemporáneos. Unos y otros escriben ya en latín.

  • Analistas. Hacia el año 146 a.C. escribieron Anales Casio Hemina y Cn. Gelio; ya en la época de Sila, Valerio Antias y Claudio Cuadrigario, que, aunque arrancan desde muy atrás, dan mayor importancia a los sucesos contemporáneos.

  • Historiadores. Evidentemente, más difícil y comprometido que escribir Anales es narrar acontecimientos del pasado próximo (Historiae) en los que han participado personas que aún viven y que inevitablemente se presta a discusión. Por esto, el autor a de indagar las causas y los móviles para justificar sus asertos y puntos de vista. Se puede decir que en esta época nace la historia romana en el moderno sentido de la palabra. Polibio, historiador griego aglutinador del Círculo de los Escipiones, no es ajeno a esta evolución de la historiografía latina.

  • De estos primeros historiadores, de los que sólo se ha conservado algún que otro fragmento, pueden ser citados los siguientes:

  • Lucio Celio Antípatro, escribe la primera monografía histórica sobre la Segunda Guerra Púnica.

  • Lucio Calpurnio Pisón; arranca de la época de los Escipiones y llega hasta la destrucción de Cartago.

  • Sempronio Aselión; en un fragmento conservado, que debió pertenecer al prólogo de sus Historiae, establece la diferencia entre una analista y un historiador.

  • Licio Cornelio Sisenna; inmediatamente después de la muerte de Sila escribe doce libros de Historiae en los que se muestra partidario del dictador a cuya gens pertenecía.

  • Autobiógrafos. La necesidad de justificar la propia actuación en los difíciles años que van desde el asesinato de los Gracos (133 y 123 a.C.) hasta la muerte de Sila (78 a.C.) mueve a diversos personajes de la historia a escribir autobiografías, llamadas genéricamente De vita sua. Se sabe que escribieron autobiografías Publio Rutilio Rufo, Marco Porcio Catón, Marco Emilio Escauro, Quinto Lutacio Catulo y el mismo dictador Lucio Cornelio Sila.

  • 3.- Cayo Julio César

    3.1.- Vida.

    Nació en Roma hacia el año 100 a.C. de familia aristocrática pero arruinada (la gens Iulia pretendía descender de Iulio Ascanio, hijo de Eneas); militó siempre en el partido popular revolucionario.

    La vida y la obra literaria y política de César se confunden con la historia de los últimos tiempos de la República romana. Ya en su juventud, en las guerras civiles entre Mario y Sila, se puso de parte del partido popular y fue perseguido por el dictador Sila del que a duras penas pudo escapar, muerto el dictador, vuelve a Roma y, ya en edad madura, comienza su carrera política tras una cuidadosa preparación retórica y jurídica que su rival Cicerón elogiará en su tratado de oratoria Brutus.

    En el año 60, cuando el Senado se opone a su candidatura para el consulado, forma con Pompeyo y Craso, a título exclusivamente privado, el primer triunvirato y, apoyado por ambos, consigue la máxima magistratura en el 59.

    Finalizado su año de consulado, marcha a gobernar en calidad de procónsul las provincias de Iliria, Galia Cisalpina y Provenza. Sin contar con el Senado conquista por iniciativa personal la Galia Transalpina pretextando razones geopolíticas, magistralmente expuestas en sus Comentarii de bello Gallico. Esta conquista (58-50) le proporciona riquezas, prestigio militar y el mando sobre diez legiones. Acabada la campaña de las Galias pide de nuevo el consulado para antes del 48, petición ilegal, ya que entre dos mandatos debían mediar al menos diez años. Pompeyo (Craso habían muerto en el 53) y el Senado se opone. César rompe las hostilidades el 10 de enero del 49 pasando con sus legiones el Rubicón, río que separa la Galia Cisalpina de la Umbría, territorio que ya no está bajo su mandato, y da comienzo la guerra civil (49-48) que será descrita en los Comentarii de bello civili.

    Tras derrotar a Pompeyo en Farsalia (48) y acabar con los últimos focos pompeyanos en Egipto (47), norte de África (46) y España (45), aglutina todos los poderes de la república y se constituye en dictator a perpetuidad. Gobierna con benignidad y amnistía a sus enemigos políticos, pero en los Idus de Marzo del 44 es asesinado por Bruto y Casio, que querían restablecer las libertades republicanas.

    César, hombre de grandes cualidades y mayor ambición, intentó pacificar el Estado romano, que se hallaba en crisis desde hacía muchos años, pero no dudó en burlar la legalidad republicana para conseguir sus fines desde el poder. Lo cierto es que él asentó las bases del régimen imperial. Más tarde su sobrino Augusto, más inflexible que el mismo César, recogió su herencia política y acabó prácticamente con la vieja república romana.

    3.2.- Obra literaria.

    • Obra histórica. Siguiendo la tradición de los autobiógrafos César escribió sus Comentarii rerum gestarum que comprende siete libros De bello gallico y tres De bello civili. Los Comentarii no son Historiae en el sentido literario del término, sino unos apuntes y esquemas sobre los que posteriormente se hace la redacción definitiva. Sin embargo, los Comentarii de César son de tal concisión y belleza literaria que ningún historiador posterior se atrevió a elaborar a partir de ellos una Historia que pudiese superarlos.

    Comentarii de bello Gallico. Narran las conquistas de las Galias entre el 58 y el 52; cada uno de los siete libros corresponde a un año. Sus fuentes son los partes de guerra de sus oficiales, los apuntes personales y los informes que enviaba al Senado para justificar sus intervenciones en los asuntos galos.

    Comentarii de bello civili. Narra la guerra civil contra el Senado y Pompeyo; los libros primero y segundo corresponden al año 49 y el tercer al 48. Usa con más frecuencia que en los Comentarii de bello Gallico los informes de sus lugartenientes, ya que la guerra se desarrolla en distintos frentes.

    Corpus Caesarianum. El libro octavo De bello Gallico está escrito por el lugarteniente de César, Aulo Hircio, para rellenar el período 51-50. El autor debió colaborar en la obra de César y asimiló en parte su estilo. De menor interés literario y escritos por oficiales cesarianos de menos dotes estilísticas aparecen posteriormente de Bellum Alejandrinum, el Bellum Africanum y el Bellum Hispaniense para narrar las campañas de los años 47, 46 y 45 contra los últimos focos pompeyanos.

    • Otros escritos. César recibió una esmerada educación que lo abocó desde su juventud al cultivo de la literatura. Se sabe que escribió una tragedia, Edipo, un poema sobre Hércules, Laudes Herculis, y elegías romanas.

    Ya en su madurez, en plena actividad política y militar, compuso dos libros De analogía (en los que exponía sus ideas estilísticas) que dedicó a Cicerón, un poemilla, Iter, y dos libros Anticatones contra los elogios que Cicerón hizo del republicano Catón de Útica, que se suicidó al ver derrotada su causa. También quedan testimonios de la belleza de su elocuencia. Posteriormente su sobrino Augusto prohibió la publicación de las obras de César por considerarlas indignas de su talento.

    • Valoración. Como historiador, César ha sido considerado tradicionalmente modelo de imparcialidad, a pesar de que el objeto de sus Comentarii es la conquista de las Galias, que realizó por iniciativa personal, y la guerra civil que mantuvo contra Pompeyo y el Senado; para dar mayor sensación de objetividad siempre habla de sí mismo en tercera persona, César, evitando el uso de ego. Sin embargo, en sus Comentarii, como suelen hacer los políticos, resalta los hechos que le interesa resaltar y calla los que le interesa callar. César se muestra maestro en el arte de la propaganda política: el receptor saca las conclusiones que el autor quiere a base de los datos, ciertos pero incompletos, que éste le suministra.

    Como literato debe ser considerado, junto con Cicerón, el mayor estilista de la prosa latina clásica. Su característica principal es la concisión; dice lo que quiere decir sin ninguna palabra superflua. La narración fluye sencilla y espontánea evitando todo artificio y adorno; los Comentarii de bello civili quizá deban considerarse inferiores estilísticamente, ya que tuvo que ceñirse a los informes de sus lugartenientes y, por otra parte, el tema era comprometido y escabroso.

    4.- Cornelio Nepote.

    4.1.- Vida.

    De Cornelio Nepote no conocemos ni su praenomen, ni el lugar de su nacimiento, aunque sí que provenía del norte de Italia, ni las fechas de nacimiento y muerte (100?-25?); las que se dan son aproximativas, Si sabemos que vivió la mayor parte de su vida en Roma, sin ambiciones no cargos políticos, entregado a su vocación de escritor, con acceso a las tertulias literarias más selectas. Su carácter apacible le granjeó muchos amigos, entre los que cabe destacar a Ático, el culto e íntimo amigo de Cicerón, al propio Cicerón y al poeta Catulo, que le dedicó su obra en el poema-dedicatoria que la encabeza.

    Obra. Fue muy extensa y variada. Su obra de más aliento fue titulada De viris illustribus, que abarca dieciséis libros y contenía las vidas de los más grandes hombres de Roma y de fuera de Roma, sobre todo de Grecia, en el campo militar, político y literario. Pertenecía al género de la “biografía histórica” y estaba escrita en plan de “vidas paralelas” entre romanos y no romanos. De esta obra sólo nos ha llegado el libro III, De excellentibus ducibus exterarum gentium (“De los eminentes generales de naciones extranjeras”), con veintitrés biografías, veintiuna de ellas de generales griegos (Milcíades, Temístocles, Pausanias, Epaminondas…) y dos de generales cartagineses (Almícar y Aníbal). Tenemos, además, sendas biografías de Catón y Ático.

    4.2.- Valor histórico y literario.

    Nepote tiene de la historia una concepción “ejemplarista”. Los datos históricos sólo le interesan como medio necesario para poner de relieve el “ejemplo moral” (positivo o negativo) del héroe.

    Como historiador es mediocre, con tal carencia de imaginación dramática y de ideas generales, ceñido sólo a la anécdota personal, aunque debe reconocerse que es un maestro en el relato de anécdotas llenas de encanto. Su obra sirvió desde muy pronto como texto para la educación de la juventud, por su aludida intencionalidad moral.

    Su lengua tampoco resiste ni la más ligera comparación con la de César o Cicerón; es monótona y con frecuencia descuidada, sin brillo ni elegancia. Sólo a veces, sobre todo en las enumeraciones de las virtudes de los héroes, su estilo se impregna de calidades retóricas.

    5.- Salustio.

    5.1.- Vida.

    Gallo Salustio Crispo (87-35 a.C.) era natural de Amiterno, ciudad de la Sabina, de familia plebeya pero acomodada. Muy joven se trasladó a Roma y, como él mismo dice, se lanzó con pasión a la política, donde le sucedieron muchas adversidades. Fue enemigo de Cicerón y gran amigo de César. Ocupó importantes magistraturas y, con el apoyo de César, fue nombrado gobernador de la provincia de África, donde acumulo en poco tiempo inmensas riquezas, sin duda prescindiendo de todo escrúpulo moral. Vuelto a Roma, se hizo construir un palacio con extensos jardines y, tras el asesinato de su protector, se consagró a la redacción de su obra histórica.

    5.2.- Obra.

    Salustio escribió tres obras de contenido histórico, una perdida, las Historias, y dos conservadas: la Conjuración de Catilina y la Guerra de Jugurta.

  • Historias. En cinco libros. Era una historia contemporánea, con los sucesos posteriores a la muerte de Sila, enlazado con la historia de Sisenna. Sólo quedan unos pequeños fragmentos.

  • Conjuración de Catilina. Narra unos momentos dramáticos en la historia de la república romana; la intentona de Catilina para hacerse con el poder revolucionariamente tras haber sido derrotado en las elecciones del 63. Salustio cuenta el desarrollo de la conjuración hasta la muerte de Catilina en la batalla de Pistoya.

  • Guerra de Jugurta. Jugurta, hijo adoptivo de Micipsa, rey de Numidia, se había formado militarmente con los romanos, acompañando a Escipión en la toma de Numancia. A la muerte de Micipsa se apodera del reino por la fuerza, eliminando sucesivamente a los hijos legítimos del rey, lo que hace que los romanos le declaren la guerra. Después de muchas alternativas con victorias y derrotas por ambas partes, Mario, nombrado cónsul y general en jefe, logra, con la ayuda decisiva de su cuestor Sila, terminar la guerra, haciendo prisionero a Jugurta.

  • 5.3.- Valor histórico y literario.

    César había escrito unas “memorias de campaña”. Nepote, unas “biografías”. Salustio, muy por encima de ellos como historiador, es el verdadero “creador de la historia como género literario en Roma”.

    Salustio tenía ambición de supervivencia. Afirma en el prólogo de La conjuración de Catilina que debemos “buscar la gloria en los recursos del espíritu” y “dejar larga memoria de nosotros”. En la Roma de su tiempo había dos profesiones principales para adquirir la gloria y la fama: la milicia y el foro. Pero Salustio tuvo la mala suerte de coincidir con el más grande de los generales (César) y el más grande de los oradores (Cicerón). Quiso, por tanto, buscar la gloria en un campo nuevo y se decidió por la historia, dado que el propio Cicerón acababa de lamentarse de que Roma no contara con un historiador comparable a los historiadores griegos.

    Salustio tiene, como Tucídides, el gran historiador griego cuyas huellas siguió, una concepción dramática de la historia. Elige personajes enérgicos, de recia personalidad y los coloca en situaciones límite. Es verdad que describe certeramente las causas de los sucesos; por ejemplo, en la Conjuración de Catilina, la profunda degeneración social y de las costumbres, la descomposición de los dos grandes partidos, la corrupción administrativa, los vicios de la nobleza, etc. Pero, sobre todo, Salustio es un pintor de personas, de dramas de almas. Hay toda una galería de retratos de gran profundidad psicológica. Baste citar, además de los magníficos de los dos protagonistas, los de César, Catón, Sempronio o Mario.

    Para caracterizar a los personajes se vale con frecuencia de discursos puestos en su boca. Son admirables, entre otros muchos, los discursos contrapuestos de César y Catón y el de Mario.

    El valor histórico es mayor en Jugurta que en Catilina, pues en esta se deja llevar por una postura de cesariano incondicional. En Jugurta, en cambio, describe sucesos más lejanos a él y lo hace con mucha más objetividad.

    Se ha documentado en historiadores de la propia África y además conoce bien el escenario de los hechos por haber sido allí gobernador. Todo lo cual da a su relato y a sus descripciones una gran exactitud.

    Su lengua y su estilo tienen dos características resaltables: el color arcaico y la concisión, a las que podría añadirse su tendencia a la asimetría en la construcción del período. Todo esto es en él consciente, y lo acentúa para diferenciarse de Cicerón, cuyo estilo se distingue por lo contrario. Fue, pues, Salustio un innovador en el contenido y en la forma.

    6.- Tito Livio.

    6.1.- Vida.

    Procedía de la Italia del norte. La cronología aproximada de su nacimiento debe establecerse en torno al año 60 a.C. con un margen de error de 4 a 5 años. Nació en Padua, ciudad con fama de conservadora, apegada a las tradiciones gloriosas de la república romana y a las virtudes que la hicieron posible. Vivió casi toda su vida en Roma. Poco sabemos de sus primeros pasos literarios y de cómo entró en contacto con Augusto; pero sí sabemos que gozó de autoridad en el círculo de éste y que despertó y fomentó en el futuro emperador Claudio la afición a los estudios históricos y eruditos. Estudió retórica y filosofía y publicó sobre estas materias algunas obras que se han perdido. Vivió apartado de la política activa y entregado en cuerpo y alma a la redacción de sus obras, sobre todo de su magna obra histórica. Al morir Augusto, al que sobrevivió tres años, se retiró a su ciudad natal, con cuyas tradiciones y mentalidad estaba plenamente identificado, y allí murió, ya anciano, rodeado de honores y de afectos en el 17 d.C.

    6.2.-Obra.

    Tito Livio consumió más de cuarenta años de su vida en la composición de su Ab urbe condita (“Desde la fundación de la ciudad”). Frente a los historiadores de la generación anterior, como César y Salustio, que habían escrito monografías históricas sobre cortos períodos o sobre hechos concretos relevantes, Tito Livio vuelve a la concepción de los antiguos Analistas y acomete la empresa de escribir una historia de Roma desde su fundación hasta la propia época del autor. Probablemente pensó cerrar su obra con la muerte de Augusto, pero murió cuando había llegado al año 9 a.C.

    De todos modos, la obra constaba de 42 libros, la más extensa de toda la literatura latina. No todos los períodos estaban tratados con la misma amplitud. Los primeros siglos están resumidos en unos pocos libros, la narración de los sucesos se va haciendo más extensa a medida que avanza el tiempo y se va aproximando a la época del autor, lo cual no es extraño, ya que los tiempos más remotos eran menos conocidos que los más cercanos.

    Muy pronto la obra se publicó dividida en grupos de diez libros llamados décadas. Sólo se han conservado tres décadas y media, es decir, 35 libros, y los últimos incompletos. Se trata de la década primera (libros I-X), la tercera (libros XXI-XXX), la cuarta (libros XXXI-XL) y la mitad de la quinta (libros XLI-XLV). La primera comprende los sucesos acaecidos desde la fundación de Roma (753 a.C.) hasta el año 293 a.C., vísperas de la guerra contra Pirro. Las dos y media restantes, en sucesión cronológica, abarcan desde el año 221 (Segunda Guerra Púnica) hasta el 167 a.C., con la sumisión de Macedonia.

    No es de extrañar que se perdiera la mayor parte de esta obra, precisamente por su enorme extensión, que hacía imposible su circulación normal entre los estudiosos y los estudiantes. Para estos se compusieron pronto breves resúmenes de cada libro (periochae), que sí se han conservado y, mediante ellos, conocemos en extracto el contenido completo de una obra que muy pocos pudieron poseer en su integridad, incluso entre los contemporáneos o inmediatos sucesores del autor.

    6.3.- Valoración histórica y literaria.

  • Exaltación de Roma. Tito Livio pretende con su historia glorificar el pasado de Roma. El autor está lleno de orgullo nacionalista, identificado de corazón con el programa patriótico de Augusto. Su obra en prosa sigue la misma línea y representa la misma sincera colaboración a este programa que la obra de los grandes poetas de su tiempo: Horacio, Propercio, Virgilio. Con Virgilio comparte Tito Livio el mismo entusiasmo por la grandeza de Roma y sus héroes gloriosos, y la misma profundidad y sinceridad de sentimientos. La Eneida de Virgilio y la “historia” de Tito Livio son, en verso y prosa respectivamente, los dos más grandes monumentos erigidos a la gloria de Roma. Tito Livio narra con tono de epopeya los episodios legendarios de los primeros tiempos de Roma. Él mismo dice que, de tanto admirar el pasado, su alma se ha hecho “un poco más antigua”.

  • Concepción moralista de la historia. Cicerón pensaba que “la historia es maestra de la vida”. Nepote tenía una concepción “ejemplarista” de la historia. Salustio era un historiador “moralista” y estaba convencido de que la decadencia de Roma se debía al abandono de las costumbres antiguas, que habían degenerado en la corrupción moral y política de sus contemporáneos. Pues bien, Tito Livio comparte todas estas ideas. Para él la historia es un espejo donde mirarse, un repertorio de ejemplos y modelos que tenemos a la vista para que imitemos los buenos y evitemos los malos.

  • Fuentes y método. Tito Livio, como el resto de los historiadores antiguos, no se preocupa en exceso de la consulta escrupulosa de las fuentes que tiene a su alcance en aras de la mayor exactitud del relato. La historia es para él una obra de arte más que una ciencia. Las fuentes principales de los libros conservados parecen haber sido los antiguos Analistas para la primera década, y estos, junto con el historiador griego Polibio, para el resto. Su falta de interés por la exactitud de los hechos narrados hace que sean abundantes los anacronismos y las imprecisiones. No somete a crítica la veracidad de sus fuentes, por lo que ha dado por buenos y trasvasados a su gran obra gran cantidad de errores, unos involuntarios y otros conscientes, de los Analistas.

  • Por otra parte, su entusiasmo por el pasado de Roma lo arrastra a veces a claras exageraciones en el cálculo de las fuerzas militares, del botín conquistado, de las pérdidas sufridas, etc., siempre en favor de los romanos.

    Su falta de visión crítica no le ha permitido tampoco captar la importancia de las grandes transformaciones culturales, sociales, económicas, políticas y religiosas a lo largo de la historia de Roma.

    No obstante, no cabe dudar de su honradez. A veces expresa sus dudas sobre las cifras que dan los Analistas, que le parecen muy exageradas, e intenta rebajarlas. Otras veces nos informa de las distintas opiniones de diversas fuentes sobre un mismo hecho. Aunque no somete a crítica dichas opiniones, al menos las ofrece para que el lector pueda contrastarlas. Con frecuencia presenta largas listas de prodigios insistiendo en los más nefastos, antes de algún acontecimiento importante. Ésto era práctica común en los Analistas y Tito Livio la sigue por respeto a la tradición, pero declarando que no cree en ellos.

  • Estructura artística, lengua y estilo. Tito Livio no era un político, ni un sociólogo, ni un jurista, ni un entendido en el arte militar, ni un investigador, ni un filósofo de la historia. Pero si era un extraordinario escritor. Entre los antiguos la historia era antes que nada una obra artística, un género literario. Y un género íntimamente relacionado con la oratoria. Tito Livio utilizó los recursos artísticos de la retórica en la composición y desarrollo de su historia.

  • El relato, aunque exteriormente se nos presenta en forma de anales, de hecho se encuentra estructurado en bloques compactos con un tema fundamental, lo que facilitó su división en grupos de libros. Así, la tercera década es prácticamente una monografía exhaustiva sobre la Segunda Guerra Púnica.

    Como Salustio, Livio gusta también de poner discursos en boca de sus personajes. No menos de cuatrocientos discursos se hallan en los treinta y cinco libros conservados. Como era costumbre entre los historiadores antiguos, estos discursos no son una transcripción de las palabras reales de los personajes, palabras que a veces tenía a su disposición Tito Livio. Son discursos elaborados por el historiador, conservando sólo las ideas matrices del original, cuando éste existía, y revistiéndolas de todos los recursos retóricos apropiados al momento y a las circunstancias. No son los discursos que “pronunciaron” los personajes, sino los que, a juicio del autor, “deberían” haber pronunciado. Entendida la historia al modo actual, no cabe duda de que esto es una aberración científica. Pero ya hemos dicho cual era la concepción de los antiguos; y, desde ese punto de vista, los discursos de Tito Livio son piezas literarias maestras, incomparablemente mejores que los realmente pronunciados.

    En la lengua y en la construcción del período, en cambio, Livio se despega totalmente de Salustio. Frente a la brevitas o concisión salustiana, Livio se caracteriza por la abundancia transparente, período siempre lleno de riquezas sintácticas y matizaciones expresivas. Frente al “color arcaico” de Salustio, está el “color poético” de Livio, sobre todo en los primeros libros, donde relata los tiempos legendarios de Roma.

    7.- Historiadores durante la dinastía Julio-Claudia.

    La consolidación del régimen imperial bajo los sucesores de Augusto no favoreció la Historiografía, uno de los géneros literarios más sensibles a los cambios políticos. Cremucio Cordo, por ejemplo, fue encarcelado por escribir unos Annales donde enaltecía la figura de Bruto y Casio y murió en prisión en huelga de hambre. De este período sólo se ha conservado la obra histórica de dos aduladores de Tiberio: Veleyo Petérculo y Valerio Máximo.

    7.1.- Veleyo Petérculo.

    De antigua e ilustre familia de Capua, Cayo Veleyo Petérculo sirvió en el ejército como tribuno militar (1 d.C.) y más tarde, en las campañas de Germania y Pannonia como comandante de caballería a las órdenes de Tiberio. Finalizada su carrera militar, alcanzó la pretura en el año 15 con el favor de su antiguo general, ya proclamado emperador.

    Escribió en dos libros un compendio de historia de Roma (bosquejo de otra más amplia que nunca llegó a componer) desde los comienzos del año 30 d.C.. El libro I, del que se ha perdido el comienzo y el título de la obra, llega, en rápido esbozo, hasta la destrucción de Cartago y de Corinto. En el libro II la narración es menos escueta, sobre todo cuando habla de las campañas de Tiberio, a quien admira con sinceridad, pero adula con descaro. Esta adulación es considerada por el autor como la cosa más natural del mundo: en último extremo su obra, dentro de la historiografía romana sirve de contrapeso a las de Tácito y Suetinio.

    7.2.- Valerio Máximo.

    Más que un historiador puede ser considerado un erudito. Compuso Factorum et dictorum memorabilium libri IX, que dedicó a Tiberio. La obra es una recopilación de dichos y hechos memorables para ser utilizados en las escuelas de retórica. Para más fácil manejo, está ordenada por temas: de institutis antiquis, de religione, de fortitudine, etc.

    8.- Publio Cornelio Tácito (55?-120?).

    8.1.- Vida.

    Publio Cornelio Tácito es, de entre los grandes escritores latinos, aquel cuya biografía es menos conocida. No se sabe con exactitud ni la fecha de su nacimiento ni la de su muerte. Se deduce por su posición y su carrera que pertenecía a noble y rica familia. Eso le permitió casarse con la hija de Julio Agrícola, famoso general, conquistador y gobernador de Britania. Estudió elocuencia con los mejores maestros de su época y fue abogado y más que estimable orador. Desarrolló también actividades políticas, recorriendo todo el curso de las magistraturas y coronándolo con el desempeño de los cargos de pretor y de cónsul.

    8.2.- Obra.

    Títulos y contenidos. Conservamos de Tácito tres obras menores y dos grandes obras históricas incompletas, que en orden cronológico de composición son las siguientes.

    • Dialogo de los oradores (Dialogus de oratoribus). No conocemos con exactitud la fecha de composición, pero parece haber sido su primera obra. Cuatro ilustres personajes dialogan sobre un tema apasionante: la decadencia de la oratoria en la época imperial. Después de la exposición contrastada de las excelencias respectivas de la poesía y la oratoria, se abordan las causas de la degeneración de la elocuencia: la deficiente educación, la relajación de las costumbres y de la disciplina y, sobre todo, el régimen político de poder personal. Al quedar abolidos los derechos políticos de los ciudadanos y, por tanto, la libertad que había hecho florecer en la República una oratoria de altos vuelos, la elocuencia, que necesita respirar el aire de la libertad, muere por asfixia. Se retira al interior de las escuelas, donde cae en la afectación y en el amaneramiento, al no poner proyección alguna en la realidad.

    • Vida de Julio Agricola (De vita Iulii Agricolae). Es una biografía encomiástica de su suegro, aunque algunos la consideran una especie de elogio fúnebre, o incluso un manifiesto político contra la tiranía política de Domiciano, del que se rumoreaba que pudo haber envenenado a Agrícola.

    La obra fue escrita después de la muerte de Agrícola y de la desaparición de Domiciano. El protagonista se nos presenta como un funcionario íntegro y un caudillo glorioso. Se hace hincapié sobre todo en su conquista y su gobierno de Bretaña, lleno de equidad y con la aquiescencia plena de los gobernados. Sus elogios son, sin duda, excesivos como corresponde a una biografía panegírica. Hay digresiones, como la descripción geográfica de Bretaña, y datos interesantes para la historia de la colonización romana. Su valor rebasa, pues, lo meramente biográfico para insertarse en el ensayo histórico.

    • Germania (De origine ac situ Germanorum). Esta obra ha sido calificada de monografía etnográfica o tratado histórico-geográfico. Es una obra breve de extensión, pero de gran alcance histórico y literario. Se compone de dos partes bien diferenciadas: la primera comprende una descripción y unas consideraciones generales sobre el territorio y la raza de los germanos, seguida de una exposición de su obra pública y su vida privada, con sus instituciones y sus costumbres. En la segunda parte se describen las instituciones y costumbres de cada población particular, comenzando por los pueblos del oeste y el noroeste y siguiendo con el resto.

    Aparte de su valor como documento histórico, geográfico y etnográfico, es posible que Tácito albergara otras intenciones suplementarias al escribir esta obra. Por ejemplo, una intención moralizadora, al oponer el lujo y la depravación romanos a la austeridad, frugalidad y pureza de costumbres de estos pueblos bárbaros. O una intención política, alertando a sus compatriotas del peligro que supone para el Imperio unas poblaciones fronterizas que viven sólo pensando en la guerra. También se ha pensando que se trata de un documento complementario de las dos grandes obras históricas que enseguida va a emprender y en las que va a hablar con frecuencia de los germanos.

    • Historias (Historiae). Es la primera de sus dos obras mayores. Constaba de catorce libros y comprendía el período, vivido por el autor, desde la muerte de Nerón hasta la muerte de Domiciano, es decir, el correspondiente a seis emperadores, aunque los tres primeros fueron muy fugaces: Galba, Otón, Vitelio, Vespasiano, Tito y Domiciano. De los catorce libros sólo se nos han conservado los cuatro primeros y parte del quinto: el año de los tres emperadores y los comienzos del reinado de Vespasiano.

    • Anales (Annales). Aunque escritos con posterioridad a las Historias, esta gran obra contiene un período anterior al de aquellas. Abarca desde la muerte de Augusto hasta la muerte de Nerón, empalmando así con las Historias; es decir, los reinados de Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón. Comprendía dieciséis libros de los que se han conservado los seis primeros (aunque el V y el VI sólo en parte) y los seis últimos (el XI y el XVI, mutilados). Los seis primeros tratan del reinado de Tiberio, los seis últimos, parte del reinado de Claudio y del de Nerón. Falta todo el reinado de Calígula, el comienzo del de Claudio y los dos últimos años del de Nerón.

    Valor histórico. Pocos son los historiadores que han despertado críticas más encontradas sobre su obra que las emitidas sobre Tácito. Hoy, en general, se le valora positivamente.

    Tácito escribió sus grandes obras históricas en el reinado de Trajano. Y ataca duramente la tiranía de Domiciano, su dictadura implacable. Nerva y Trajano han traído por fin la libertad: su pensamiento político es, pues, liberal. Pero esto lo inclina lógicamente a juzgar con prejuicios los actos de los personajes autoritarios.

    Tácito se documentó bien para escribir su obra. Sus fuentes son múltiples y variadas. Además de consultar a todos los historiadores que habían tratado el mismo período objeto de su estudio, consultó los archivos del pueblo romano (actas de los magistrados, diario de sesiones del Senado…), y hasta las Memorias de varios personajes.

    Él nos dice al comienzo de los Anales que va a escribir “sin ira y sin parcialidad”. Pero Tácito es un romano grave y austero, de carácter firme y elevada moralidad, lleno de pesimismo sobre la condición humana. Piensa que “el objeto principal de la historia es preservar del olvido la virtud y refrenar los vicios, por el miedo a los juicios vengadores de la posteridad”. Con esta mentalidad de moralista no es de extrañar que pierda con frecuencia su confesada ecuanimidad y que cargue la mano al fustigar los vicios y los personajes de ejemplaridad negativa: delatores, aduladores, hipócritas… No cabe dudar de su sinceridad, pero su sombrío pesimismo y su naturaleza apasionada le quitan capacidad de análisis y le hacen falsear la realidad. Por otro lado, su mentalidad retórica le lleva a exagerar las tintas en un sentido o en otro, buscando contrastes violentos.

    Valor literario. Aquí sí que todos están de acuerdo. Considerada la historia como género literario, Tácito es el rey de los historiadores latinos, por encima incluso de Tito Livio.

    Su lenguaje y su concepción literaria de la historia le asemejan a Salustio, al que supera en pasión y en colorido. La sucesión de los hechos es más bien una sucesión de estados anímicos de los personajes colocados en diversas circunstancias dramáticas. Nadie ha pintado como él la perversidad de los emperadores malvados. Sus trazos psicológicos son siempre certeros. Sus cuadros y escenas de conjunto tienen una impresionante fuerza plástica.

    Su lengua se distingue por la brevitas (concisión) y la inconcinnitas (asimetría). Su frase es tan densa que no puede traducirse sin emplear muchas más palabras de las que contiene. Frente a Salustio, Tácito rebosa imaginación y sensibilidad, y talante de orador y de poeta.

    9.- Suetonio.

    Gayo Suetonio Tranquilo (75?-160?) fue hijo de un tribuno militar. Amigo y protegido del escritor y aristócrata Plinio el Joven, fue abogado y orador bajo Trajano y luego secretario particular del emperador Adriano.

    Suetonio es un escritor que puede servir bien de prototipo de la época de Adriano, época en la que la cultura tiende, más a la creación, a la erudición, a la conservación y al estudio del pasado. Por eso, más que un historiador, es un erudito, un filósofo, un enciclopedista. Escribió infinidad de tratados sobre temas varios: antigüedades públicas y privadas, gramática, historia política y literaria, usos y costumbres…

    Su obra De viris illustribus fue la primera historia de la literatura latina, escrita con rigor filológico y distribuida por géneros literarios. De ella se nos ha conservado un pequeño tratado “sobre los gramáticos y retóricos”.

    Aparte de esto, sólo conservamos una de las obras históricas: la Vida de los doce Césares. Se trata de los doce primeros emperadores, desde Julio César hasta Domiciano. Prescindiendo de César y Augusto, los dos primeros, los diez siguientes son justamente los comprendidos en los Anales e Historias de Tácito. Esto ha sido fatal para Suetonio, pues el lector puede compara y Suetonio sale terriblemente malparado. Su documentación es abundante, centrada en los archivos, pero con tendencia a servirse de panfletos, memorias, correspondencia privada, libelos difamatorios… el esquema de las vidas suele repetirse: nombre y familia, educación y juventud, vida pública, vida privada, muerte, funerales y testamento. Es una crónica monótona de noticias, acumulando las que se refieren a la vida privada, con un catálogo detallado de los vicios y una lista de anécdotas más o menos picantes o llamativas, pero sin interés histórico general.

    Su estilo es sencillo y claro, sin mayores pretensiones. En resumen, las Vidas de Suetonio no constituyen una fuente histórica de primer orden, pero, eso sí, son de lectura fácil y atractiva.


    Tema 2

    FÁBULA, SÁTIRA Y EPIGRAMA

    LA SÁTIRA, GÉNERO LITERARIO AUTÓCTONO

    Orígen

    Características

    Lucilio

    Horacio

    Persio

    Juvenal

    LA FÁBULA

    La fábula en la literatura clásica

    Fedro

    EPIGRAMA

    Concepto de epigrama

    Marcial


    1.- La sátira, género literario autóctono.

    1.1.- Orígenes.

    La sátira es el único género literario latino que alcanza categoría de tal evolucionando de formas italianas autóctonas sin sufrir la influencia griega, así lo predicaba Quintiliano: “Satura tota nostra est”.

    En términos culinarios se entendía por satura un plato compuesto de legumbres y frutos variados; el vocablo está relacionado con el adjetivo satur, saturado. Puede, pues, traducirse al castellano por “ensalada”, “revoltijo”, “amalgama”, “mezcla”… El nombre se adapta perfectamente a los distintos contenidos de la satura, desde sus orígenes hasta su cristalización como género literario:

    • En época preliteraria se llamaba satura a una representación dramática sin argumento unitario en la que se mezclaban diálogos, danzas y canto. Así pues, la sátira constituye también una de las fuentes del teatro italiano autóctono.

    • Más tarde Ennio, el auctor de la sátira según Horacio, dio el nombre de Saturae a una colección de poesías de tema y metro variado que se cree estaban repartidas en cuatro libros.

    • Finalmente es Lucilio, el inventor, quien hacia el año 134 a. C. la eleva a la categoría de género literario y le fija definitivamente las características que a continuación se reseñan.

    1.2.- Características.

    Las características de la sátira responden al significado del vocablo:

    • Forma. Aparentemente parece una composición inconexa que presenta grandes contrastes entre sus partes. Lucilio y Horacio llamaron a la sátira sermones, conversaciones. Tiene la espontaneidad y frescura de una confidencia, de un coloquio. Como sucede en una conversación normal, el autor puede cortar el hilo de la narración, si le viene repentinamente una idea nueva, y volverlo a coger, una vez que la haya desarrollado.

    Antes de Lucilio se usaban los más variados metros. A partir de éste, se usa preferentemente el hexámetro, si bien se pueden mezclar prosa y verso (sátira menipea).

    • Contenido. Las variadas partes de una sátira confluyen a una idea central que es la que da a la composición la unidad que formalmente no tenía.

    En la sátira se refleja la personalidad e ideas del autor, que suele tomar parte en el diálogo.

    Aunque en el principio la sátira puede tratar de cualquier tema, con frecuencia se fustigan los vicios de una época, de una clase social o de un determinado individuo. De aquí deriva la actual acepción del vocablo “satírico”. Por otra parte la intención de la sátira era moralizante.

    La sátira es un género literario que se adapta perfectamente al carácter mordaz y socarrón del pueblo romano y a su sentido moral.

    No hay que olvidar que la sátira nace con Licilio, poeta perteneciente al círculo de Escipión, y que a través de este círculo se introdujo en Roma el estoicismo. En consecuencia, la mayoría de los satíricos (Lucilio, Persio, Juvenal…) siguen las doctrinas del Pórtico. Horacio, por el contrario, es epicúreo.

    1.3.- Lucilio (180-102).

    • Círculo de los Escipiones. En el año 167 a.C. llega a Roma como rehén el historiador griego Polibio, que es llevado a casa de Paulo Emilio, quien le confía la educación de sus hijos. Más tarde un hijo de Paulo Emilio es adoptado por la familia de los Escipiones con el nombre de Publio Cornelio Escipión Emiliano.

    Alrededor de Escipión Emiliano (185-129), bajo la influencia de Polibio, se forma un círculo de nobles y escritores romanos al que pertenecieron entre otros Terencio y Lucilio. En el año 144 se une al círculo el historiador estoico Panecio de Rodas que en 129 dirigirá la Stoá en Atenas.

    El Círculo de los Escipiones tiene capital importancia en el desarrollo de la literatura latina, por haber introducido el concepto de Humanismo en la literatura (Homo sum; humani nihil a me alienum puto. Terencio) y porque a través de él entra en Roma la filosofía estoica.

    • Personalidad de Lucilio. Cayo Lucilio nació en el Lacio, de noble y rica familia. Acompañó a Escipión Emiliano en su campaña de Numancia y no se separó de su amigo cuando retornaron a la vida civil. Persio lo muestra como un gran luchador también en tiempos de paz contra la inmoralidad y la corrupción.

    • Obra. La sátira es un género literario de reflexión, de madurez. Lucilio empezó a escribir sus sátiras, que él llamó Sermones a la edad de cincuenta años. Compuso treinta libros, de los que sólo se han conservado unos mil trescientos versos, por lo que su obra literaria sólo puede ser juzgada por testimonios posteriores. Horacio le hecha en cara la facilidad y la falta de lima de sus versos, pero lo reconoce como padre del género literario. Sus puyas van dirigidas contra el lujo y la corrupción política, contra la falta de hombría, e incluso personaliza contra los enemigos de Escipión.

    1.4.- Horacio (65-8 a.C.).

    • Personalidad. Nació en Venusia, hijo de un liberto que se preocupó de que su hijo recibiera una esmerada educación. Estudió en Roma a los poetas arcaicos en la escuela de Orbilio y más tarde en Nápoles (igual que Virgilio) la filosofía epicúrea. Marchó a Atenas a ampliar estudios según la costumbre de la época y allí le sorprendió la guerra civil entre los republicanos Bruto y Casio y los herederos de César, Marco Antonio y Octavio. Alistado como tribuno militar en el ejército republicano, asistió a la derrota de Filipos donde hoyó arrojando el escudo como en otro tiempo hiciera Arquíloco de Paros.

    Después del perdón concedido por Augusto regresó a Roma, donde en el año 37 fue presentado por Virgilio a Mecenas del que no se separó hasta su muerte. Mecenas le consiguió un empleo de escribiente del Tesoro y le regaló una finca en la Sabina, con lo que el poeta, libre de toda preocupación económica y sin desmedidas ambiciones, pudo dedicarse tranquilamente al cultivo de la literatura. Horacio, como buen epicúreo, se mantuvo alejado de las actividades políticas y cargos públicos durante toda su vida. Murió pocos meses después que su gran amigo y protector Mecenas.

    • Producción satírica. Después de su regreso a Roma tras la derrota de Filipos, Horacio inicia su quehacer poético con las Sátiras, llamadas por él Sermones. Son un total de dieciocho composiciones, repartidas en dos libros, el primero de diez y el segundo de ocho.

    Aunque tiene por maestro a Lucilio, la sátira horaciana es muy diferente a la del pionero de este género literario. En cuanto a la forma, Horacio, incluso en esta su primera obra literaria, pule el máximo sus versos; en cuanto al fondo, la sátira de Horacio es divertida y festiva, el poeta se convierte en espectador del gran teatro del mundo y la temática es la vida misma. No toca temas profundos como Lucilio, sino la vida cotidiana: el “pelmazo” que se encuentra en el foro, el que nadie esté contento con su suerte, contra los envidiosos, contra los usureros…

    1.5.- Persio.

    • Personalidad. Aulo Persio Flaco nació en Etruria de acomodada familia ecuestre. Desde niño recibió una esmerada educación. Después de tomar la toga viril estudió filosofía estoica con Anneo Cornuto, fue un fiel servidor de las doctrinas del Pórtico durante su corta vida y nunca se separó de su maestro. De carácter reservado, escribía lentamente y con dificultad. Murió joven de una enfermedad del estómago, dejando su valiosa biblioteca a Cornuto, que tras la muerte de su discípulo, hizo una corrección de sus sátiras y encargó la edición de la obra a Cesio Baso, amigo del poeta.

    • Obra. A. Persio compuso sólo seis sátiras (unos seiscientos versos). Critica los vicios de la época de Nerón, no de una manera indignada como Lucilio, o socarrona como Horacio, sino bajo el prisma de la filosofía estoica. La temática de la obra es la siguiente:

    • Sátira primera. Contra el mal gusto literario de la época y contra la censura.

    • Sátira segunda. Crítica contra el abandono de la primitiva religión romana y contra la falsa religiosidad imperante. La dedica a Cesio Baso

    • Sátira tercera. Trata de la importancia de la educación y arremete contra los que abandonan el estudio de la doctrina estoica.

    • Sátira cuarta. Contra los que se aprovechan de su apellido, relaciones y riquezas para hacer carrera política.

    • Sátira quinta. Sobre la auténtica libertad, que sólo puede adquirirse mediante el conocimiento de la doctrina estoica. Está dedicada a su maestro Cornuto.

    • Sátira sexta. Sobre el recto uso de las riquezas.

    • Estilo. El estilo de Persio es áspero y retorcido, siendo muy difíciles su traducción e interpretación. En toda su obra no hace ninguna concesión a la floritura literaria. Su única finalidad es la expansión de la doctrina estoica, sin que le importe mucho la forma literaria. Pese a su dificultad ha sido muy apreciado por la profundidad de sus ideas y por su sinceridad.

    1.6.- Juvenal (50?-140?).

    • Personalidad. Las únicas noticias dignas de crédito que han quedado de Décimo Junio Juvenal son las que se traslucen de la lectura de su obra. Nació en Aquino, se dedicó durante su vida a la abogacía, parece ser que sufrió un destierro en Egipto en plena madurez y sólo en la vejez se dedicó al cultivo de la sátira.

    Juvenal no es un filósofo como Persio (aunque presenta cierto aire estoicista), ni un gran estilista como Horacio, ni un político como Lucilio. La fuente principal de sus sátiras es la vida cotidiana, el gran teatro del mundo; el satírico ha de ser en su opinión un castigator morum y a él se debe en gran parte la actual acepción del vocablo “satírico”.

    • Obra. Juvenal ha legado dieciséis sátiras. La última incompleta, repartidas en cinco libros. Las escribió en su vejez, cuando tras la muerte de Domiciano se respiraba en Roma un nuevo aire de libertad bajo la dinastía de los Antoninos. No tenía la frescura, espontaneidad y valentía de Persio, puesto que crítica vicios y personajes pertenecientes en gran parte a su época de juventud.

    El blanco de sus dardos serán los afeminados, las mujeres, la nueva clase de libertos que han hecho fortuna y los extranjeros que se afincan en Roma para medrar. También dirige su vena satírica contra la nueva clase militar surgida del régimen imperial y contra el extinto Domiciano, el Nerón calvo.

    Juvenal se presenta como un tradicionalista romántico que añora los viejos tiempos y la pasada grandeza de Roma. Intercala en su obra gran número de máximas y refranes por lo que fue muy apreciado en el Medievo como moralista. Algunos son muy conocidos y corren todavía de boca en boca: Panem et circenses, Mens sana in corpore sano.

    2.- La fábula.

    2.1.- La fábula en la literatura clásica.

    La fábula es un género literario que conviene más a la exuberante y rica mentalidad oriental que a la racional y calculadora idiosincrasia occidental. No es, pues, de extrañar que la India sea su patria de origen.

    Incidentalmente, Hesíodo utiliza la fábula del cernícalo y el ruiseñor en Los trabajos y los días (siglo VIII a.C.), pero es Esopo, esclavo lidio, quien introduce en la literatura griega la fábula como género literario independiente (siglo VI a.C.).

    También en Roma se encuentran esporádicas inclusiones de fábulas en las obras de Lucilio (la zorra y el león) y Horacio (el ratón urbano y el ratón rústico). Sin embargo, hasta la primera mitad del siglo I d.C., época en que Roma se ve invadida por el gusto y la afición a todo lo oriental, no aparece la fábula en la literatura latina con categoría de género literario independiente.

    2.2.- Fedro (siglo I d.C.).

    • Personalidad. Cayo Julio Fedro nació en Macedonia. Como su nombre indica, fue un liberto de la Gens Iulia, probablemente de Augusto. Quizá por su origen, Fedro se presenta como el defensor de los pobres, de los esclavos, de los abandonados de la fortuna, el ataque contra el abuso de los poderosos es en él casi obsesivo y se refleja en muchas de sus moralejas: Humiles laborant, ubi potentes dissident; Contra potentes nemo est munitus satis.

    • Obra. Se han conservado ciento treinta y seis fábulas de Fedro repartidas en cinco libros y un apéndice. En el libro I se limita más bien a traducir a Esopo, pero, a medida que avanza en su obra, se va independizando del modelo griego, llegando a introducir escenas de la vida cotidiana romana, como el paseo de Tiberio o la conversación de Pompeyo y el soldado.

    Fedro usa un lenguaje sencillo, no exento de elegancia; sus fábulas no obtuvieron el reconocimiento de sus contemporáneos, pero ha tenido una gran influencia en los fabulistas posteriores, sobre todo en el siglo XVIII.

    3.- El epigrama.

    3.1.- Concepto de epigrama.

    En su más primitiva y etimológica acepción el vocablo “epigrama” significa una inscripción corta (con frecuencia un dístico elegíaco) que se escribía sobre algo. Epigramas son, pues, las inscripciones funerarias, las dedicatorias de regalos y las grabaciones sobre monumentos. En época helenística el epigrama pasa a ser una composición corta de tema variado. El actual concepto de epigrama, epigrama satírico, se debe al hispano-romano Marcial. En sus manos el epigrama se convierte en una composición corta, festiva y agridulce, apropiada para el ataque personal o la crítica social. Se ha hecho clásica la definición que de epigrama hizo Juan de Iriarte del siglo XVII:

    A la abeja semejante

    para que cause placer

    el epigrama a de ser

    pequeño, dulce y punzante.

    3.2.- Marcial (40-104).

    • Personalidad. Marco Valerio Marcial nació en Bílbilis, en el 40 d.C.. Roma era la meta para un joven de provincias con ambiciones literarias y a ella llegó Marcial en el año 64.

    No contaba con otra fortuna que su talento y de él tuvo que vivir acercándose a los ciudadanos más poderosos, singularmente al emperador Domiciano al que aduló tan descaradamente que en su libro Liber de spectaculis llega a describir a un elefante que tras vencer a un toro en el anfiteatro, se arrodilla ante el palco del César.

    Consiguió con sus versos una casa en el Palatino y una pequeña finca en el campo. Después del asesinato de su protector, le atacó de forma poco elegante.

    Flavia gens, quantum tibi tertius abstulit heres! Pene fuit tanti non habuisse duos. (Lib. De Spect. XXXI).

    No valió a Marcial su palinodia y tuvo que regresar a Hispania viejo y cansado donde murió cinco años después recordando continuamente a Roma.

    • Obra.

    • Liber de Spectaculis seu Amphiteatrum Flavium. Sus primeras obras son una colección de unas treinta composiciones escritas para festejar los juegos del anfiteatro Flavio, Coliseo, que se había inaugurado en el año ochenta bajo el imperio de Tito. Es una obra muy interesante y amena para conocer el ambiente del anfiteatro y los distintos juegos.

    • XVI libros de Epigramas. Los dos últimos contienen epigramas en la primitiva acepción del vocablo; el XIII, Xenia, recoge los versos que a modo de dedicatoria acompañaban a los regalos que se cruzaban los romanos en las fiestas Saturnalias; el XIV, Apophoreta, es una colección de poesías que iban con los regalos que se sorteaban al final de los banquetes. El epigrama satírico se da en los doce primeros libros que aparecen en los códices. La temática es la vida romana de cada día a fines del siglo I d.C. vista bajo el prisma mordaz e irónico de Marcial; no faltan, sin embargo, elogios a Domiciano y a Quintiliano y abundan sentidas lamentaciones fúnebres, Neniae, sobre todo a la muerte de los niños.

    Dada la variedad temática y la extensión, el valor literario de los epigramas es muy desigual; tal y como lo reconoció el mismo Marcial.


    Tema 3

    LA LÍRICA

    INICIOS DE LA LÍRICA POPULAR.

    NACIMIENTO DE UNA LÍRICA ERUDITA.

    Los poetae novi

    Gayo Valerio Catulo

    ÉPOCA DE AUGUSTO. EL CÍRCULO DE MECENAS.

    Características

    Publio Virgilio Marón

    Quinto Horacio Flaco

    ÉPOCA DE AUGUSTO. POETAS ELEGÍACOS.

    La elegía erótica romana

    Cayo Cornelio Galo

    Tibulo

    Propercio

    Publio Ovidio Nasón

    LÍRICA POSTCLÁSICA.


    1.- Inicios de la lírica popular.

    Existía en la Italia Central en los siglos IV y III a.C. una poesía popular que pudo haber sido el germen de donde nacieran independientemente de Grecia los distintos géneros literarios: las leyendas de la fundación de la Ciudad, de la expulsión de los reyes y las luchas por el predominio de Italia hubieran podido engendrar una épica nacional y las fábulas atelanas (de Atela, ciudad osca de la Campania), un teatro italiano autóctono elevado a la categoría de género literario. El paso natural de estas poesías al campo de la literatura quedó sesgado por la influencia griega sobre la cultura romana del siglo III a.C..

    El único género literario no influenciado por la literatura griega en el período preclásico es la lírica, si bien por este motivo tiene escaso desarrollo comparada con la épica y la dramática, de neta influencia griega.

    Se tienen noticias de cantos populares (como los fesceninos, procaces composiciones que se intercambiaban en las bodas) e himnos a los dioses como el Carmen Saliare y el Carmen fratrum arvalium, que se han conservado.

    2.- Nacimiento de una lírica erudita.

    2.1.- Los poetae novi.

    En el primer tercio del siglo I a.C. se forma en Roma un grupo de poetas, llamados despectivamente por Cicerón poetae novi, que impulsan el nacimiento de una nueva poesía lírica siguiendo los metros y directrices de la lírica griega. Más que de un círculo literario se puede hablar de un grupo de amigos a quienes unen gustos y aficiones similares: jóvenes desocupados y con el porvenir resuelto por su situación familiar. Sus modelos griegos, aunque con alguna excepción no son Safo, Alceo, Anacreonte o Píndaro, sino los poetas del período helenístico, sobre todo Calímaco de Cirene (310-240). En consecuencia, sus gustos literarios se pueden resumir de la siguiente forma:

    • Poemas cortos que pueden resumirse en un sólo dístico:

    Odi et amo. Qua re id faciam fortasse requiris.

    Nescio, sed fieri sentio et excrucior.

    • Temas intranscendentes y máxima perfección en la forma. Catulo llega a componer un poema porque un amigo le ha quitado un pañuelo.

    • Gusto por las cosas menudas y los diminutivos.

    • Temas preferentemente amatorios.

    • Introducción de la métrica griega, si bien la adaptación plena de los metros líricos griegos no se conseguirá hasta Horacio.

    Los principales componentes de este grupo fueron:

    • Gayo Licinio Calvo que escribió el poemita Io, sobre la doncella amada por Júpiter y convertida por Juno en becerra.

    • Gayo Helvio Cinna que compuso Zmyrna, que narraba los amores incestuosos de Mirra.

    • Gayo Valerio Catulo.

    Los poetae novi despertaron a la lírica latina de su letargo, si bien cercenaron toda evolución a partir de las formas populares del período preclásico. Después de ellos la poesía lírica sólo seguirá los modelos griegos.

    2.2.- Gayo Valerio Catulo.

    Nació en el norte de Italia, en Verona y, como otros muchos provincianos de familia pudiente, después de tomar la toga viril fue enviado por su padre a Roma. Allí formó con sus paisanos Gayo y Cinna el grupo de los poetae novi del que es el representante más característico y el único cuya obra se conserva.

    Conoció a la aristócrata Clodia (la Lesbia de sus versos) con la que vivió un romance de corta duración, pero que caló profundamente en el alma joven y apasionada de Catulo y fue su principal fuente de inspiración.

    Ningún lírico fue capaz de reflejar en su poesía los tormentos de un amor como hiciera Catulo. Leyendo sus versos se puede seguir paso a paso el desarrollo de sus amores con Lesbia: los primeros momentos de ilusión (LXXXVI), la pasión desenfrenada, el desengaño y finalmente la súplica desgarrada a los dioses para que lo liberen de un querer que le está quitando la vida (LXXVI).

    Nos han llegado del poeta de Verona 116 poemas, escritos los cincuenta y cuatro primeros en distintos metros y los restantes en dísticos elegíacos. Pueden clasificarse de la siguiente manera:

    • Poemas amorosos, cuya principal protagonista es Lesbia.

    • Poemas elegíacos a la muerte de su hermano.

    • Poemas eruditos imitando a Calímaco: La cabellera de Berenice, Las bodas de Tetis y Peleo, Attis. Son los llamados epilios, poemillas épicos de corta duración.

    • Cantos nupciales, siguiendo la tradición de los viejos cantos fesceninos.

    • Poemas dedicados a amigos y enemigos.

    3.- Época de Augusto. El círculo de Mecenas.

    3.1.-Características.

    A la poesía intranscendental, juvenil y desenfadada de los poetae novi sucede en Roma la poesía reflexiva del círculo de Mecenas. La nueva corriente lírica, personificada sobre todo por Horacio tiene entre otras las siguientes características:

    • Los autores de este círculo son conscientes de que una nueva era ha empezado en Roma tras la ascensión de Augusto al poder y se sienten intérpretes de ella.

    • El ideal literario ya no es el lepor, la gracia, la feliz ocurrencia, sino el decor, la belleza que resulta de la proporción armónica, de la elegancia del estilo.

    • En consecuencia los modelos griegos a imitar no son exclusivamente los alejandrinos, sino más bien los del período clásico: Safo, Alceo, Anacreonte y, sobre todo, Arquíloco.

    • La poesía deja de ser un pasatiempo para convertirse en algo vital. Hay lo que podríamos llamar una profesionalización del poeta que es consciente de la importancia y trascendencia de su obra.

    3.2.- Publio Virgilio Marón (70-19).

    • Personalidad. Nació en Mantua pero recibió en Roma una esmerada educación en retórica y en la filosofía de Epicuro. Finalizados sus estudios, volvió a su ciudad natal.

    Cuenta la tradición que en el año 41, tras una de las treguas entre Marco Antonio y Augusto, le fue confiscada la tierra heredada de su padre para ser entregada a un veterano del ejército. Virgilio volvió a Roma y consiguió por mediación de influyentes amigos que le devolviesen sus tierras.

    • Vergiliana Appendix. Se atribuyen a Virgilio unas pequeñas obras de juventud transmitidas en tradiciones manuscritas tardías y recogidas en la Appendix Vergiliana. Por su estilo no todas parecen haber sido compuestas por el poeta de Mantua, ni siquiera en sus primeros escarceos literarios. Son los siguientes:

    • Catalepton liber (colección de epigramas).

    • Culex (el mosquito).

    • Ciris (la garza blanca).

    • Aetna (el Etna).

    • Dirae (las imprecaciones).

    • Copa (la mesonera).

    • Moretum (el almodrote).

    • Elegía a Mecenas.

    La Appendix Vergiliana es un conjunto de composiciones líricas, epigramáticas, elegíacas e incluso filosóficas. Virgilio debió escribir algunas de ellas, no todas. Pero un autor no puede moverse felizmente en géneros tan dispares. Son los primeros ensayos de un joven poeta a la búsqueda de su identidad.

    • Las Bucólicas. Virgilio encuentra definitivamente su camino en las Boukoliká (cantos de boyeros, de pastores). El género es del agrado del autor y está en consonancia con la mentalidad romana y con la política augusta que propugna una vuelta a las primitivas costumbres entre las que se encuentra la afición por el campo y la agricultura. Virgilio es el introductor del género pastoril en Roma, pero no su creador. Su modelo fue el poeta siciliano Teócrito de Siracusa.

    La obra está constituida por diez poemillas cortos, llamados Églogas, de ambiente pastoril y campesino, en los que se tratan los siguientes temas:

    • La I y la IX tratan del problema de las expropiaciones de tierras decretadas por Augusto y Marco Antonio tras la circunstancial paz de Bolonia (43 a.C.). La medida afectó a los campesinos del norte de Italia entre los que se encontraba, según la tradición, el mismo Virgilio.

    • La III, V y VII son cantos amebeos, desafíos poéticos entre dos pastores ante un tercero que hace de juez.

    Las églogas impares son dialogadas.

    • La II muestra la pasión no correspondida del pastor Corindón por el esclavo Alexis. No es necesario buscar reminiscencias personales en la égloga, se trata sencillamente de un ejercicio poético al estilo alejandrino.

    • La IV es la más problemática de las églogas virgilianas. En ella habla de un niño a cuyo nacimiento vendrá a la tierra una era de justicia y de paz. Posiblemente está dedicada al hijo de su amigo Asinio Polión que le animó a escribir las Bucólicas. La interpretación cristiana de la égloga es muy antigua y Virgilio fue considerado en la Edad Media un profeta pagano del nacimiento de Cristo.

    • La VI es un canto cósmico en el que el sátiro Sileno narra la formación del mundo, la aparición del hombre y distintas leyendas y metamorfosis.

    • La VIII está dedicada a Asinio Apilión que acababa de conseguir una victoria militar en la Dalmacia y reproduce los versos que cantan dos pastores ante la naturaleza que les escucha entusiasmados.

    • En la X la naturaleza entera llora la muerte de Galo, poeta elegíaco y amigo de Virgilio.

    Las Bucólicas son una obra de juventud, en ellas Virgilio queda a media distancia entre el período anterior protagonizado por los poetae novi y la madurez horaciana. A pesar de ser la obra menos perfecta de Virgilio, por lo atrayente del tema (huida del bullicio ciudadano y refugio en la paz y tranquilidad del campo) ha sido la que más influencia ha tenido en la posterior literatura. Juan de la Encina, Garcilaso, Jorge de Montemayor… cantaron la paz y la dulzura de los campos con resonancias virgilianas.

    3.3.- Quinto Horacio Flaco.

    • Personalidad. Nació en Venusia, hijo de un liberto que se preocupó de que su hijo recibiera una esmerada educación. Estudió en Roma a los poetas arcaicos en la escuela de Orbilio y más tarde en Nápoles (igual que Virgilio) la filosofía epicúrea. Marchó a Atenas a ampliar estudios según la costumbre de la época y allí le sorprendió la guerra civil entre los republicanos Bruto y Casio y los herederos de César, Marco Antonio y Octavio. Alistado como tribuno militar en el ejército republicano, asistió a la derrota de Filipos donde huyó arrojando el escudo como en otro tiempo hiciera Arquíloco de Paros.

    Después del perdón concedido por Augusto regresó a Roma, donde en el año 37 fue presentado por Virgilio a Mecenas del que no se separó hasta su muerte. Mecenas le consiguió un empleo de escribiente del Tesoro y le regaló una finca en la Sabina, con lo que el poeta, libre de toda preocupación económica y sin desmedidas ambiciones, pudo dedicarse tranquilamente al cultivo de la literatura. Horacio, como buen epicúreo, se mantuvo alejado de las actividades políticas y cargos públicos durante toda su vida; murió pocos meses después de su gran amigo y protector Mecenas.

    • Estilo. El mismo Horacio manifiesta sus gustos literarios en la Epistula ad Pisones, verdadera preceptiva literaria que ya desde Quintiliano empezó a llamarse Ars poetica. Pueden resumirse del siguiente modo:

    • Plasticidad. Consiste esta cualidad en dar forma, relieve y límites precisos a lo que se está escribiendo. Horacio es insuperable en la descripción sobria y exacta en aquellas odas que desarrollan motivos de la Naturaleza, pero su plasticidad alcanza también a las ideas y sentimientos. Si es necesario, llega a personificarlos por medio de divinidades alegóricas. Intenta llegar siempre al entendimiento a través de los sentidos.

    • Sentido del equilibrio. Horacio traslada al campo de la literatura la idea epicúrea de la moderación que cultivó durante toda su vida.

    • Sentido de la perfección. Es la cualidad más acusada y característica de Horacio: pule sus escritos hasta límites insospechados. Esta preocupación por la forma le puede hacer perder sentimiento y espontaneidad, algo muy importante en un poeta lírico, pero para él la poesía no es un desahogo personal, sino el fruto de un duro trabajo que ofrece a la posteridad. Su regla de oros del quehacer literario la resume en su conocida frase “corrige muchas veces”.

    • Producción lírica.

    • Épodos. Los Épodos, llamados por Horacio Iambi, fueron escritos en el intervalo que media entre la batalla de Filipos (42) y la de Accio (31). El modelo griego de los épodos es Arquíloco de Paros (VII a.C.), creador del ritmo yámbico. Horacio adopta la estrofa yámbica, en la que un verso más largo se añade a otro más corto y mezcla también ritmos dactílicos y yámbicos.

    Contemporáneos de los Sermones y anteriores a las Odas, los Epodos quedan a media distancia entre la poesía satírica y la lírica. Forman un libro de diecisiete composiciones de distintos temas: políticos (a Mecenas, contra las guerras civiles…), líricos (elogio sobre la vida del campo, a la brevedad de la vida, al ingrato amor de Neera…) y satíricos (contra el ajo, contra la bruja Canidia, contra el poetastro Mevio…).

    • Odas. Las Odas, que Horacio llamó Carmina, se recogen en cuatro libros, de los cuales los tres primeros vieron la luz en el 23 y el cuarto muchos años más tarde. Es la obra de madurez de Horacio, que recrea a los clásicos griegos Safo, Alceo, Anacreonte, Baquílides y Píndaro, frente a los poetae novi que siguieron modelos helenísticos. Aunque existe el antecedente de Catulo se puede afirmar que, en las Odas, Horacio adapta definitivamente los versos eólicos, propios de la poesía lírica, a la métrica latina. Los cuatro libros de Odas suman en total 103 composiciones de variada temática: patrióticas, eróticas, morales, de la naturaleza…

    Carmen saeculare. Especial atención dentro de las Odas merece el Carmen saeculare que Horacio compuso con motivo de los Juegos Seculares celebrados por Octavio el año 17. Estos juegos sólo podían ser celebrados una vez por siglo. El primer Carmen saeculare lo compuso Livio Andrónico en el 206 a.C.. Los Juegos Seculares del 17 tienen un gran significado político, en ellos celebra Augusto la culminación de su obra. El Carmen compuesto por Horacio para ser cantado por un coro de 27 muchachos y 27 doncellas empieza con una invocación a Apolo y Diana, sigue con una petición a los demás dioses por la felicidad de Roma en el nuevo período que se abre con la progenie de Venus y de Anquises (gens Iulia) y se cierra con una última invocación a los hijos de Letona.

    4.- Época de Augusto. Poetas elegíacos.

    4.1.- La elegía erótica romana.

    La elegía erótica y la sátira son los dos últimos géneros literarios en los que los latinos fueron auténticamente creadores. En la literatura griega, la elegía, más que un subgénero literario constituye una composición métrica. El dístico elegíaco (hexámetro más pentámetro) repetido se usa para los temas más diversos: el legendario Tirteo enardecía con elegías a los espartanos en su lucha contra los misenios. Solón dictó sus leyes en dísticos elegíacos y Jenófanes expresó sus ideas filosóficas en ese metro. Unicamente Mimnermo puede ser considerado un antecedente remoto de la elegía erótica romana en los versos a su amada Nemo.

    Ciertamente los poetas alejandrinos cantaron en dísticos elegíacos los amores de héroes y dioses y su émulo latino Catulo compuso en ese metro La cabellera de Berenice. Hasta la época de Augusto, sin embargo, no surge en Roma una serie de poetas que usan el dístico elegíaco para expresar sus propias vivencias amorosas. Ha nacido un nuevo género literario, la elegía romana, que puede ser definida como erótica y personal.

    Cayo Cornelio Gayo (69-26). El fundador de la elegía romana es Cayo Cornelio Galo, que escribió cuatro libros de elegías en los que cantaba su amor por la bella Licoris. Esta Licoris debió ser la actriz Cíteris, liberta de la gens Volturnia, amada también por Bruto y Antonio.

    Cayo Cornelio Galo obtuvo importantes cargos políticos y militares bajo el imperio de su amigo Augusto, pero, nombrado perfecto de Egipto, se hizo sospechoso de traición. Cayó en desgracia ante el emperador y se suicidó. La obra poética de Galo se ha perdido, mas debió ser de gran importancia, pues es continuamente citado por los autores contemporáneos. Virgilio compuso la Égloga X después de su suicidio y Ovidio lo coloca en primer lugar entre los poetas elegíacos latinos.

    4.2.- Tibulo (50-19).

    • Personalidad. Albio Tibulo Pisón era del género ecuestre y, como tal, poseedor de una gran fortuna que en parte perdió tras las confiscaciones decretadas por Augusto. No obstante, conservó lo suficiente para vivir independientemente y no formó parte del círculo de poetas protegidos por Mecenas, sino del círculo de Mesala, general romano de tendencias más republicanas.

    • Obra. A pesar de haber sufrido en sus propios intereses las consecuencias de la guerra civil como Virgilio, Horacio y Propercio, su poesía se desentiende totalmente de la política y su musa tañe únicamente la cuerda erótica. Escribió dos libros, el primero dedicado fundamentalmente a Delia y el segundo a Némesis. No se sabe si una tal Gliceria es un tercer amor o un pseudónimo de alguna de las dos anteriores. Sus versos destilan suavidad y delicadeza, su gusto por el campo y por la paz tienen resonancias virgilianas, el amor que canta es sincero, aunque inconstante y sabe unir una gran espontaneidad con un exquisito cuidado por la forma. Ha sido considerado el mejor de los poetas elegíacos.

    Appendix Tibulliana. Junto a los libros de Tibulo aparecen en los códices otros poemas escritos por poetas pertenecientes al círculo de Mesala y que se conoce bajo el nombre de Appendix Tibulliana. Lígdamo (pseudónimo de algún otro autor del círculo) es el autor de cinco elegías en las que canta su amor por Neera. Sigue el Panegírico de Mesala que está escrito en dísticos elegíacos. A continuación aparecen unos poemas escritos por Sulpicia, sobrina de Mesala, dedicados a su amante Cerinto. Algunos de estos poemas atribuidos a Sulpicia pudieron ser escritos por Tibulo. Se cierra el Corpus Tibullianum con dos poemas que la crítica atribuye al propio Tibulo.

    4.3.- Propercio (50?-15?).

    • Personalidad. Sexto Propercio nació en Asís, en la región de Umbría. Su familia era acomodada, aunque como la de Tibulo, sufrió las consecuencias de las expropiaciones decretadas por Augusto. Como otros jóvenes de la época marchó a Roma a completar su formación con la retórica y la filosofía tras tomar la toga viril. En Roma contactó con la poesía, abandonó sus estudios y pasó a formar parte del círculo de Mecenas.

    • Obra. Escribió cuatro libros de elegías, los tres primeros dedicados a Cintia. Su amor por Cintia se muestra impetuoso, pero más constante que el de Tibulo por Delia y Némesis. En los tres primeros libros, Propercio quiso ser el Mimnermo latino. En el cuarto quiere ser el Calímaco de Roma. Este Cuarto libro, escrito tras la muerte de Cintia, es la aportación que, como poeta perteneciente al círculo de Mecenas, hace a la política imperial de Augusto. En él canta el pasado legendario de Roma: la leyenda de Tarpeya, enamorada del rey sabino Tito Tacio y traidora por amor a su patria, la fundación del templo de Apolo en el Capitolio y la batalla de Accio. Se ha acusado a Propercio de abusar de las citas mitológicas, siguiendo el gusto de los alejandrinos. Esto lo acercaría más a Catulo que a los poetas de la época.

    4.4.- Publio Ovidio Nasón (43-18).

    • Personalidad. Publio Ovidio Nasón nació en Sulmona de familia ecuestre. Como era usual entre los hijos de familias pudientes, marchó a Roma a estudiar y completó su formación en Atenas. Se dedicó en principio a la abogacía por dar gusto a su padre, pero, según el testimonio del mismo Ovidio, et quod temptabam dicere, versus erat. Mesala intentó atraerselo a su círculo, mas el poeta, sin apreturas económicas, nunca quiso depender de nadie. Se casó muy joven y se divorció dos veces. La paz conyugal sólo la consiguió con su tercera esposa que le dio una hija.

    Ovidio, por la fecha de su nacimiento, no había conocido los horrores de la guerra civil, pero sufrió las iras del emperador en su propia persona. Su vida transcurría plácidamente en el período de la pax augustea con su familia, sus versos y sus amigos, cuando en el año 8 d.C. Augusto lo relegó al último rincón del Imperio, a la semibárbara Tomi en las orillas del Mar Negro. No se han sabido exactamente las causas de esta relegatio.

    Parece ser que el poeta fue testigo involuntario del adulterio de la sobrina del emperador. Por otra parte, sus versos no ayudaban ciertamente al clima de moralidad que Augusto quería imponer en la sociedad romana. Sus continuas súplicas al príncipe y a su sucesor Tiberio no valieron al poeta de Sulmona, que murió en el destierro diez años después.

    • Estilo. El mayor defecto y la mejor virtud de Ovidio es su facilidad de producción. Domina a la perfección la técnica literaria y su agilidad no le da tiempo a una labor de lima. En este sentido no es estrictamente clásico. Puede considerarse, incluso cronológicamente, el último poeta clásico y el primer decadente. Merced a esta habilidad produjo a lo largo de su vida treinta mil versos.

    En consecuencia, no se advierte a lo largo de su producción literaria una mejora de estilo, como Horacio y Virgilio, sino que la sucesión de sus obras responde a la lógica de la temática. Después de los Amores y las Heroidas, compone el Arte de Amar, para varones y a continuación los Medicamenta faciei para mujeres. Finalmente, por si fallara todo lo anterior, escribe los Remedia amoris.

    En la elegía amorosa no muestra la frescura y sinceridad de Tibulo o Propercio. Corina, la musa de sus Amores, posiblemente no sea una mujer de carne y hueso, sino una personificación literaria de las distintas mujeres conocidas por Ovidio (sí es que las descripciones corresponden a la realidad y no son producto también de la imaginación del autor). No tiene el sentido de la perfección y el equilibrio de un autor clásico.

    • Obras líricas. Su facilidad de producción no le permite ceñirse a la elegía romana, como hicieron los elegíacos de la generación anterior. Su veracidad temática recuerda el amplio campo que cubría la elegía griega en sus primeros tiempos. Sus obras, prescindiendo de los Fastos y las Metamorfosis, pueden clasificarse de la siguiente forma:

    • Elegía erótica subjetiva (elegía romana).

    • Amores. Su primera obra sigue los pasos de la elegía romana de Galo, Propercio y Tibulo. Fueron compuestos entre el 19 y el 15 a.C.. Son tres libros de poemas en los que, además de los dedicados a Corina, aparece algún otro, como la sentida elegía a la muerte de Tibulo.

    • Elegía erótica objetiva (alejandrina).

    • Heroidas. Fueron escritas simultáneamente con los Amores. Son una colección de cartas de diversas heroinas a sus héroes: de Dido a Eneas, de Medea a Jasón…

    • Elegía erótica didáctica.

    • Ars amandi. Esta compuesto en tres libros, en los que el poeta enseña a los varones el arte de seducir.

    • Medicamenta faciei. Es un complemento del anterior. Se enseña a las mujeres la técnica de la cosmética. Sólo se conservan cien versos.

    • Remedia amoris. Constituye una especie de palinodia de los dos anteriores.

    • Elegía dolorosa.

    • Tristia. En el 8 d.C., el mismo año que es relegado al Ponto Euxino, empieza a componer estas elegías en las que deplora su destierro. Hacia el año 12 ya están terminados los cinco libros de que consta la obra.

    • Epistulae ex Ponto. Son cuatro libros de cartas compuestas en dísticos elegíacos y dirigidas a su mujer y a influyentes amigos, pidiendo insistentemente que intercedan por él para que se le levante el exilio. Estas dos obras escritas desde el destierro han dejado a la elegía su actual significado literario.

    5.- Lírica postclásica.

    5.1.- Decadencia de la lírica.

    Tras Ovidio enmudece la lírica latina que sólo dará esporádicas producciones hasta el renacimiento de la literatura latina en el siglo IV d.C..

    • Papinio Estacio (40-96). Ya estudiado dentro de la épica, compuso treinta y cinco Silvae, poemas de variada temática y afectado estilo.

    • Los Poetae novelli. En tiempos del helenófilo emperador Adriano (117-138), surge en Roma la escuela de poetae novelli. Llegan en sus artificiosas composiciones a escribir versos que puedan ser leídos al revés. Apenas se conservan algunos breves fragmentos de estos autores entre los que destacan Anio Floro, Aniano y Septimo Sereno.

    • Pervigilium Veneris. Se ha atribuido a Floro este poema posterior consistente en un epitalamio que narra las bodas del mundo con la primavera.


    Tema 4

    LA POESÍA ÉPICA LATINA

    EL GÉNERO ÉPICO.

    EVOLUCIÓN DE LA EPOPEYA LATINA

    Período preclásico

    Período clásico

    Período postclásico


    1.- El género épico.

    El término épica deriva etimológicamente de epos y significa propiamente relato. Así pues, de acuerdo con su más pura acepción, la poesía épica no debe tratar necesariamente de temas bélicos (heroica, epopeya) y puede existir una épica de la paz (didáctica).

    El relato constituye el modo de hablar más natural, sencillo y espontáneo. No es pues de extrañar que la literatura de una lengua incipiente empiece con la poesía épica, y que, dado que el nacimiento de una lengua suele coincidir con el hallazgo de la identidad nacional, esta épica sea una epopeya popular.

    2.-Evolución de la epopeya latina.

    2.2.- Período preclásico.

    Livio Andrónico (actividad literaria 240-207). Cuenta la tradición que fue un esclavo griego oriundo de Tarento que se ocupó en Roma de la educación de los hijos de su dueño y fue posteriormente manumitido. Lo importante de una leyenda no es su verdad, sino su verosimilitud. En Livio Andrónico se dan las características más frecuentes en un autor latino:

    • Esclavo. Más de la mitad de autores latinos (Livio Andrónico, Plauto, Cecilio, Terencio, Horacio, Virgilio, Fedro…) son de origen servil.

    • Griego. La literatura latina, que nace por contacto con el helenismo, se verá influenciada por la griega en todas sus épocas. En el siglo III la cultura de Grecia es tan superior que los ciudadanos romanos confían la educación de sus hijos a esclavos griegos.

    • Oriundo de Tarento. Sólo dos autores, Lucrecio y César nacen en Roma. El resto son de cualquier lugar de Italia o del Imperio.

    Con este griego nacen simultáneamente los tres géneros poéticos:

    • Dramático. Compone tragedias de tema griego e introduce en Roma las palliatae, versiones más o menos libres de comedias griegas.

    • Épico. Se conservan algunos fragmentos de su traducción latina de la Odisea, compuesta al parecer, ante la carencia de textos originales latinos que pudieran ser usados en su escuela.

    • Lírico. Según Tito Livio en el año 207, cuando Asdrúbal quiso unir su ejército con el de su hermano Aníbal, Livio Andrónico compuso un himno religioso para conjurar el peligro que se cernía sobre Italia. Asdrúbal fue vencido en la batalla de Metauro y el Senado, agradecido, concedió como sede a la asociación de scribae e histriones el templo de Minerva en el Aventino. La literatura se había ganado un sitio en la cultura romana.

    Gneo Nevio (actividad literaria 235-204). Contrariamente a la épica griega, que nace con un poema legendario, la Ilíada, y gusta de los manidos temas míticos, Gneo Nevio, ciudadano romano oriundo de la Campania elige como eje de su Bellum Punicum un tema de actualidad, las guerras púnicas, en las que tomó parte como soldado. La obra estaba dividida en siete cantos. Comenzaba con la partida de Eneas del litoral de Cartago. El relato de las guerras púnicas comenzaba propiamente en el canto III. Se conservan algunos fragmentos de este poema por el que el poeta mereció el título de padre de la epopeya nacional romana.

    Quinto Ennio (239-169). Nació en Rudias (Magna Grecia). Este semigriego dotó a la épica latina del instrumento que necesitaba para su consagración, el hexámetro. Compuso en hexámetros los Annales, epopeya que narra las gestas de Roma desde la llegada de Eneas al Lacio hasta los días en que vivió el poeta. Su protagonista no es ningún héroe particular, sino todo el pueblo romano. Fue considerado el Homero romano.

    2.2.- Período clásico.

    Publio Virgilio Marón (70-19). Nació en Mantua, pero recibió en Roma una esmerada educación en retórica y en la filosofía de Epicuro. Finalizados sus estudios, volvió a su ciudad natal.

    Cuenta la tradición que en el año 41, tras una de las treguas entre Marco Antonio y Augusto, le fue confiscada la tierra heredada de su padre para ser entregada a un veterano del ejército. Virgilio volvió a Roma y consiguió por mediación de influyentes amigos que le devolviesen sus tierras.

    Su primera obra, las Bucólicas, hechas a imitación de los Idilios de Teócrito de Siracusa, es una colección de diez poemillas pastoriles de los cuales el I y el IX hacen referencia al problema de las confiscaciones de tierras en el Norte de Italia y la pérdida y recuperación de sus campos. Gracias a las Bucólicas se le abrieron las puertas de los círculos literario de la capital, ganó la amistad de Augusto y entró en el círculo de Mecenas que le protegió durante toda su vida.

    Después de las guerras civiles, Augusto intenta devolver al pueblo romano su primitiva pureza de costumbres entre las que se hallaban el gusto por el cultivo del campo, que entre los antiguos era considerado un noble oficio. Virgilio, sirviendo a la política imperial, compone las Geórgicas para enseñar a los nuevos campesinos el arte de la agricultura y dedica la obra a su protector Mecenas.

    Por encargo del príncipe, emprende la ardua tarea de componer una epopeya que cante las gestas del pueblo romano y enaltezca a la familia imperial, la gens Iulia. Virgilio elige como protagonista a Eneas (un héroe de segunda fila en la Iliada, que después de la destrucción de Troya arribó a las costas del Lacio y fundó la estirpe de los romanos) y escribe la Eneida, que no tuvo tiempo de pulir tras once años de trabajo.

    Quiso recorrer los lugares que describía en su epopeya y marchó a Grecia, pero se sintió enfermo en Megara y decidió volver a Italia. Murió días después en Brindis, el 22 de septiembre del año 19 a.C..

    La Eneida.

    Contexto histórico-político. La vida de Virgilio coincide con la época más conflictiva e inestable de toda la historia romana. La conjuración política (63), la formación del primer triunvirato (60), la guerra civil entre Pompeyo y César (48), el asesinato de César, la formación del segundo triunvirato (43), la guerra entre Bruto y Casio y los herederos del dictador (42) y la batalla de Accio desfilaron vertiginosamente ante los ojos de un poeta que amaba la paz y la dulzura de los campos.

    Y al final la añorada paz que tanto necesitaba Roma. Es la paz impuesta por el vencedor de Accio, Augusto, pero paz al fin y al cabo. Augusto no se presenta como liquidador, sino como reconstructor de la vieja Res Publica romana, debilitada por las luchas intestinas que la asolaron a lo largo del siglo I a.C.. Quiere, bajo su mando, que vuelva a las antiguas virtudes patrias y emprende una ingente tarea de reconstrucción. Augusto necesita un poeta que inmortalice su obra y sea interprete de su política y este poeta lo encuentra principalmente en Virgilio.

    La figura de Eneas. Nada más fácil para Virgilio que haber elegido como héroe de su epopeya al emperador y, como asunto, sus batallas ganadas. Sin embargo, escoge a un antecesor suyo, Eneas, hijo de Venus y Anquises, padre de la estirpe romana y lo adorna con todas las cualidades del romano tradicional: el pius Eneas es respetuoso con su padre y con sus dioses familiares, ama su patria y llora al despedirse de ella, pide consejo cuando toma una decisión importante, siente miedo como cualquier mortal, llora ante la desgracia ajena e incluso llega un momento en que se apiada de su enemigo Turno.

    El pueblo romano a lo largo de su historia había perdido muchas batallas, pero jamas una guerra y siempre había superado las primeras derrotas. Virgilio lo personifica en Eneas. Exaltando al héroe exalta al genio romano. Eneas es un desterrado que ha perdido su patria, Troya, a consecuencia de la guerra. Sólo gracias a su esfuerzo, a su piedad, a su humanismo, merece una segunda oportunidad, una segunda patria, el Lacio.

    Una épica que defiende la paz Eneas no ama la violencia, la sufre a lo largo de todo el poema. La guerra aparece como un mal que hay que evitar. El llanto de la madre de Eurialo después de haber perdido a su hijo en acción bélica es un poderoso alegato contra las armas. La súplica de Drances a Turno en la asamblea convocada por el rey Latino parece más bien dirigida por Virgilio a Augusto y recoge uno de los mensajes más profundos del poema:

    Nulla saius bello, pacem te poscimus omnes!.

    2.3.- Período postclásco.

    Marco Anneo Lucano (35-65). Los autores anteriores han escogido sus temas de las tradiciones y de la historia (Gneo Nevio, Quinto Ennio) o de las remotas leyendas (Virgilio). Lucano se inspira en la historia reciente, cuando todavía palpita el recuerdo reciente y el paso del tiempo aún no ha cerrado las heridas. Compone la Farsalia en diez cantos, epopeya en la que canta la guerra civil entre Pompeyo y César. Su virtud y su defecto es su servidumbre histórica, quedando la obra a caballo entre la historia y la épica. Su héroe es Pompeyo, defensor del Senado y de las libertades republicanas. Este republicanismo y su rivalidad poética con Nerón le llevaron a participar en la conjuración con Pisón y se tuvo que suicidar por orden del emperador a la edad de 26 años.

    En su obra se trasluce la pugna literaria, en torno a la epopeya, entre los poetas partidarios de la tradición griega y sus maravillas mitológicas, y los que, formados en la doctrina estoica, preferían el estilo conciso y los temas nacionales. En el desarrollo de la obra, y a diferencia de sus predecesores, no intervienen los dioses. Los presagios, los prodigios y la adivinación por los astros han perdido su carácter sobrenatural. A falta de tales elementos poéticos, Lucano echa mano de los atractivos políticos, glorificando la libertad y la austeridad republicana y desmitificando a César, a quien presenta como un déspota.

    Tiene sentido de la Historia, se documenta bien y traza un admirable cuadro de las causas sociales y mortales que provocan la contienda civil. Realmente, es un verdadero historiador en verso. Su curiosidad científica nos aporta datos curiosos sobre geografía, etnografía, astrología y magia.

    Es muy vivaz en la descripción de la sed, el hambre o las serpientes venenosas, aunque utiliza los hechos científicos más como poeta que como sabio. A veces no corresponden a la realidad, como ocurre con los signos astrológicos aterradores que aparecen en la víspera de la guerra civil, acumulados arbitrariamente por el poeta, ansioso de impresionar al lector.

    Su estilo es impetuoso y desigual. A veces aflora en él una retórica fatigosa y enfática. Otras veces el poeta llega a la conclusión mordaz, al entusiasmo, a la plenitud. Posee una imaginación poderosa, sobre todo visual, pródiga en recursos efectistas, y muestra un gusto excesivo por la violencia, lo truculento y lo horrible.

    La subida al poder de la dinastía Flavia conlleva un afán de reconstrucción tras el desgobierno de Nerón y las guerras civiles del año 69. El modelo a seguir es la época de Augusto. En el campo de la literatura, los autores se esfuerzan por imitar a los clásicos de antaño y en la épica es, obviamente, la Eneida.

    Papinio Estacio (40-96) con la Tebaida y la Aquileida y Valerio Flacco con su Argonautica intentan imitar a Virgilio.

    Silio Itálico ensayó la epopeya histórica con su poema Punica. Plinio dijo de él que escribía sus versos con más amor a Roma que genio poético.


    Tema 5

    ÉPICA DIDÁCTICA

    LA POOESÍA DIDÁCTICA.

    ESTOICISMO Y EPICUREISMO.

    EVOLUCIÓN DE LA POESÍA DÍDACTICA LATINA.

    Período preclásico

    Período clásico

    Período postclásico


    1.- La poesía didáctica.

    La poesía didáctica es un subgénero de la épica. Como la epopeya, la didáctica puede dividirse en popular (proverbios morales, refranes) y culta (tratados de filosofía, de física, de agricultura, etc.).

    La didáctica suele usar el hexámetro, verso de ritmo sencillo que permite memorizar fácilmente las enseñanzas. Ya en el siglo VIII a.C. Hesíodo había compuesto en hexámetros Los trabajos y los días y La Teogonía, los dos primeros poemas didácticos de la literatura occidental.

    2.- Estoicismo y epicureísmo.

    A finales del siglo IV a.C. se hunden en Grecia los ideales de la filosofía aristotélica de la razón para dar paso a una filosofía del comportamiento. A un período metafísico sigue un período ético. El hombre, inmerso en la naturaleza, puede seguir dos caminos: la virtud (estoicismo) y el placer (epicureísmo). Los estoicos consideran que el mundo está ordenado según un plan de la divinidad y la libertad humana consiste en la aceptación o no aceptación de dicho plan. Los epicúreos también creen en la libertad, pero la hacen depender del determinismo del movimiento atómico y prescinden de los dioses en su concepción del universo.

    Una filosofía práctica del comportamiento (bien sea estoica, bien epicúrea) está más en consonancia con el carácter del pueblo romano. Por otra parte, este bache metafísico, que se extiende desde el siglo IV a.C. hasta que aparece el neoplatonismo en el III d.C., coincide con el desarrollo de la literatura latina, por lo que los autores suelen estar teñidos de una u otra doctrina ética.

    Para un estoico la virtud consiste en vivir de acuerdo con la naturaleza. Para un epicúreo el placer está en sacar el máximo rendimiento de ella. Ambas doctrinas, pues, necesitan un conocimiento previo del cosmos para la consecución de sus fines, por lo que en este período se escriben muchos tratados de física.

    Esta necesidad filosófica de un conocimiento de la naturaleza abona el terreno para una didáctica erudita que en Roma se abre con el poema De rerum natura del epicúreo Lucrecio.

    3.- Evolución de la poesía didáctica.

    3.1.- Período preclásico.

    Se tienen noticias de proverbios morales y predicciones agrícolas que pueden ser considerados los antecedentes más remotos de la poesía didáctica. Se cree que Apio Claudio el Ciego en el siglo III a.C. redactó en versos saturnios un libro de sentencias. Algunas se transmitieron oralmente, como la siguiente que retrata el carácter del pueblo romano:

    Sua quisque fortunae faber est.

    3.2.- Período clásico.

    Tito Lucrecio Caro. De rerum natura.

    • El autor. Poco se sabe de la vida de Tito Lucrecio Caro. Se puede dar como fecha probable de su muerte el año 55 a.C. y, si hemos de creer a San Jerónimo, había enloquecido a consecuencia de un filtro amoroso. Compuso sus poemas en ratos de lucidez y se suicidó a la edad de 43 años. Cicerón, pese a su natural aversión a la filosofía epicúrea, se encargó de la edición de la obra tras la muerte del autor, respetando la versión original que el poeta no pudo terminar de pulir.

    • Características. La poesía de Lucrecio es un reflejo de la crisis que sufre la religión romana tradicional, cuando entra en contacto con las divinidades orientales y el escepticismo griego. En efecto, Lucrecio escribes su poema De rerum natura para liberar al hombre de la superstición, “del miedo a los dioses y a la muerte”. Es la ciencia la que debe liberar al hombre de la angustia, no la creencia en los dioses. Consecuentemente, siguiendo la doctrina de Epicuro, explica la naturaleza de las cosas prescindiendo por completo de la mediación divina (la doctrina estoica enseña todo lo contrario) por medio del atomismo materialista de Leucipo y de Demócrito, que era la doctrina física que había adoptado la filosofía epicúrea. Cuando cita a Venus al principio de su obra, no la considera una divinidad, sino una alegoría del amor, que juntamente con el odio, mueve el mundo.

    No se limita al estudio del cosmos. Ésta no es la finalidad de la filosofía epicúrea, sino un paso previo indispensable para el estudio del hombre y para que éste saque el máximo provecho de los bienes de este mundo. Estudia la percepción y los sentimientos humanos y considera al hombre compuesto de cuerpo y alma, si bien el alma es mortal, al contrario que los átomos que componen el mundo. No es pues de extrañar que no fuese del aprecio de San Jerónimo y que los datos que este aporta no sean muy de fiar.

    • Estructura de De rerum natura. El poema está dividido en seis libros. Cada dos forman una unidad temática.

    • Los dos primeros tratan de la naturaleza de los átomos y sus propiedades. Se estudian preferentemente las leyes de la caída y los choques que generan la energía.

    • El tercero y el cuarto estudian la naturaleza humana y sus componentes, alma y cuerpo. Es interesante su teoría de la percepción, según la cual los átomos “hieren” los órganos de los sentidos produciendo sensaciones.

    • En los dos últimos expone sus ideas sobre la totalidad del universo: los vegetales, los animales, los astros, los fenómenos atmosféricos y el hombre.

    Cada bloque está encabezado por un elogio a Epicuro.

    Publio Virgilio Marón. Geórgicas.

    • Un poema didáctico al servicio de la política imperial. Acabadas las guerras civiles que asolaron Roma durante todo el siglo I a.C., el vencedor de la última, Augusto, se impone la ardua tarea de reconstrucción de todos los órdenes. El Príncipe se presenta como restaurador de la vieja Res publica y con las leyes que promulga pretende que el pueblo romano vuelva a la primitiva pureza de la mos maiorum. Entre estas costumbres se encuentra el trabajo en el campo, noble y tradicional ocupación del romano que ya fue definido por Catón como vir bonus colendi peritus.

    Dentro de este contexto sociopolítico escribe Virgilio las Geórgicas para animar al pueblo romano a seguir la política imperial dedicándose a las faenas agrícolas.

    • Contenido y estructura del poema. El tema era del agrado de Virgilio, hijo de agricultores y gran amante de la naturaleza. Imita a Hesíodo, poeta griego de Beocia que ya en el siglo VIII a.C. había escrito Los trabajos y los días. A lo largo del poema va enumerando los cuidados que hay que tener con la sementera, con los árboles frutales, con la cría de animales y la elección de sementales, con las abejas, etc. De vez en cuando intercala algún episodio para hacer más ameno el relato, como los prodigios que se sucedieron a la muerte de César, el canto a Italia, la invención de las cuádrigas, la leyenda de Aristeo, la edad de Saturno y la de Júpiter…

    El poema, dedicado a Mecenas, está dividido en cuatro libros, cuyo contenido es el siguiente:

    • Libro primero. El trabajo del labrador. La sementera.

    • Libro segundo. Cuidado que se deben a los árboles frutales.

    • Libro tercero. Cría del ganado.

    • Libro cuarto. Constituye totalmente un tratado de apicultura.

    Publio Ovidio Nasón (43 a.C.-17 d.C.).

    Como poeta epico-didáctico compone las Metamorfosis, colección de veinte leyendas de dioses y héroes que sufren distintas transformaciones en plantas, animales y constelaciones. Es su única obra escrita en hexámetros, verso épico por excelencia. Esta concebida en orden cronológico desde la formación del mundo, formado por el Caos y ordenado por el Amor, hasta la transformación de Julio César en estrella. Es la obra más acabada de Ovidio y una de las que mayor influencia ha tenido en la literatura universal.

    Aunque escrita en dísticos elegíacos, también suele incluirse dentro de la épica didáctica otra obra de Ovidio, los Fastos, especie de santoral de la Roma antigua donde va narrando las principales fiestas del calendario romano por días. El proyecto era demasiado ambicioso y el poeta sólo compuso seis libros, correspondientes a los seis primeros meses del año.

    3.3.- Período postclásico.

    En la época imperial, la cultura oriental ha invadido la Ciudad. El culto a Mitra, a Cibeles, a Isis, a Osiris, el cristianismo, el sábado de los judíos han penetrado en la capital. Existe un gusto por la astrología, ciencia típicamente oriental, a la que el mismo emperador Tiberio era muy aficionado. No es, pues, extraño que durante su principado surjan dos poetas que eligen la astronomía como argumento de sus pomas épico-didácticos: Claudio César Germánico y Marco Manilio.

    • Claudio César Germánico, sobrino de Tiberio, refunde en hexámetros latinos los Fenómenos del cielo de Arato de Solos, poeta griego del siglo III a.C. que sigue la doctrina estoica. Ya en su juventud, Cicerón los había traducido. Germánico quita partes que considera inútiles, añade otras y modifica el prólogo para poder dedicar su obra a Tiberio.

    • De la última época, ya que dedica su obra a Germánico, es Marco Manilio, que compuso en hexámetros su poema De re astronomica en el que también sigue las enseñanzas del Pórtico.

    • Junio Moderato Columela, natural de Cádiz, escribió durante el principado de Nerón un tratado De agricultura, compuesto de doce libros, de los cuales el décimo está en verso, para cubrir, según el autor, una deficiencia de Virgilio, quien en sus Geórgicas omitió el cultivo de los jardines.


    Tema 6

    EL TEATRO

    LAS RAICES DE UN TEATRO ROMANO AUTÓCTONO.

    NACIMIENTO DE UN TEATRO LITERARIO BAJO LA INFLUENCIA GRIEGA.

    LA FÁBULA PALIATA.

    Tito Marcio plauto

    Cecilio Estacio

    Publio Terencio Afer

    LA FÁBULA TOGATA

    TEATRO ITALIANO AUTOCTONO: LA ATELANA LITERARIA, EL MIMO Y LA PANTOMIMA.

    Atelana literaia

    Mimo

    Pantomima

    LA TRAGEDIA.

    Pacuvio

    Accio

    Séneca


    1.- Las raíces del teatro romano autóctono.

    Antes de que Livio Andrónico impusiese en Roma en el siglo III a.C. el drama regulado según el modelo griego, existían en Italia Central dramatizaciones populares que constituían el embrión de un teatro italiano autóctono.

    Su evolución a formas literarias se retrasó con la influencia de Grecia, siguió un desarrollo larvado, paralelo al de las fabulae griegas. Adquirió categoría de género literario en el período clásico y terminó suplantando al teatro de formas griegas en la época imperial.

    La aguda visión de la realidad, la intuición para captar la parte risible de la existencia, el espíritu crítico del pueblo italiano, en una palabra, el italum acetum se manifestaba plenamente en estas improvisadas representaciones populares que podían ser:

    • Fabulae Atellanae, llamadas así por ser originarias de la ciudad osca de Atela en la Campania. Se usaban máscaras que caricaturizaban personajes convencionales fijos: Dossenus, el jorobado; Bucco, el charlatán; Maccus, el glotón; Pappus, el viejo chocho… Constituyen el más antiguo precedente de la Commedia dell'Arte italiana.

    • Versos fesceninos, procedentes de la ciudad falisca de Fescenio. Tenían lugar con motivo de las bodas. Un coro de jóvenes y otro de doncellas intercambiaban burlas de carácter mordaz y picante.

    • Saturae, revoltijos de poesías y escenificaciones cortas de diversos ritos.

    • Mimos. Originalmente se representaban en Roma durante las Floralia, licenciosas fiestas en honor a la diosa Flora. Eran procaces imitaciones en las que los hombres y las mujeres actuaban sin máscara.

    2.- Nacimiento de un teatro literario bajo la influencia griega.

    Las primeras representaciones dramáticas literarias (fabulae) empiezan en Roma con Livio Andrónico, al escribir su primera obra teatral en el 240 a.C.. Este teatro, literario ya, no arranca de las embrionarias formas dramáticas italianas vistas anteriormente, sino que es el resultado de la introducción en Roma de las técnicas teatrales griegas, tal y como se encontraban en el siglo III a.C..

    Si bien las piezas se escriben y representan siguiendo los cánones griegos, el argumento, personajes y ambientación podían ser griegos o latinos, por lo que se clasificaban de la siguiente manera:

    Fabulae.

    • Tragoediae:

    • Coturnatae. Tema griego. Los actores calzaban el coturno, zapato de alto tacón.

    • Praetextae. Tema latino. Los actores llevaban la toga praetexta, vestido romano propio de los reyes y magistrados.

    Comoediae.

    • Palliatae. Tema griego. Los actores se cubrían con el pallium, típica vestidura griega.

    • Togatae. Tema latino. Los actores llevaban la toga, vestido nacional romano.

    Livio Andrónico. Escribió cinco tragedias inspiradas en el mito troyano, Aquiles, Aegisthus, Equos troianus, Hermione y Mastigophorus. Dos pertenecientes al mito de Perseo, Andrómeda y Danae además de Tereus e Ino.

    También escribió comedias paliatas de las que sólo se conservan tres títulos. Dos de ellos inseguros: Ludius o Lydius (el histrión o el lidio), Virgo o Vargus (la doncella o el vagabundo) y Gladiolus, sobre el tema del soldado fanfarrón.

    Gneo Nevio. Es ante todo un autor de comedias. Se conservan unos treinta títulos de piezas suyas: Ariolus (el adivino), Leon (el león), Tarentilla (la doncella de Tarento)…

    En el campo de la tragedia, Nevio establece una importante innovación: la praetexta, la tragedia nacional romana. Escribió Clastidium y Romulus. De sus tragedias coturnatas han sobrevivido seis títulos: Equos troianus, Hector proficiscens, Iphigenia, Aesiona, Danae y Lucurgus.

    Quinto Ennio. Frente a Nevio, que gustaba más de la comedia, Ennio es ante todo un autor de tragedias, tocando sobre todo el ciclo troyano, tan del gusto de la época: Aquilles, Aiax, Andromacha, Hecuba, Iphigenia, etc. Su modelo preferido es Eurípides. También ensaya la tragedia nacional romana con Sabinae (sobre el rapto de las Sabinas) y Ambracia.

    Frente a su extensa producción trágica (unas treinta tragedias) sólo se han conservado los títulos de dos comedias suyas: Cupuncula (la taberna) y Pancratiastes ( el luchador de pancracio).

    3.- La fábula paliata.

    3.1.- Tito Macio Plauto (254-184).

    • Personalidad. Las pocas noticias que se tienen de la vida de Plauto proceden de Aulo Gelio (siglo II d.C.), que las recoge de Varrón y están envueltas en la leyenda. Nació hacia el 250 a.C. en una pequeña villa de Umbría. Llegó joven a Roma y eligió el teatro como medio de vida. Cuenta la tradición que se arruinó y tuvo que servir como esclavo en un molino, consiguiendo salir de su situación gracias a su ingenio en la composición de comedias. Posiblemente el mismo fuese el director, dominus, de su propia compañía teatral, grex, e intentase, como siglos después hizo Molière los papeles más importantes. Su nomen, Macc(i)o, recuerda a uno de los personajes de la Atelana.

    Lo cierto es que no disfrutó de la protección de los poderosos, ni recibió una esmerada educación como Terencio. Su escuela fue la vida misma, quizá por eso su teatro va dirigido al pueblo llano, a los soldados, esclavos y demás gente sencillas. Sus obras tuvieron tal éxito entre las clases populares que se representaron incluso después de su muerte y muchas comedias se arrogaron su paternidad, de forma que se le llegaron a atribuir ciento treinta.

    • Obra. Plauto es el primer autor latino del que nos ha llegado un corpus extenso de sus obras, las veintiuna comedias que Varrón fija como inequívocamente suyas: Amphitruo, Asinaria, Aulularia, Bacchides, Captivi, Casina, Cistellaria, Curculeo, Epidicus, Menaecmi, Mercator, Miles Gloriosus, Mosteliaria, Persa, Poenulus, Pseudolus, Rudens, Stichus, Trinummus, Truculentus y Vidularia, esta última muy fragmentada.

    Las comedias plautinas son palliatae. El mismo Plauto suele decir en los primeros versos de sus obras el título griego de la pieza y su autor:

    Graece haec vocatur Emporos Philemonis.

    Eadem Latine Mercator Macci Titi.

    Mercator 9-10

    No busca los modelos en la mordaz Comedia Antigua de Aristófanes llena de los problemas políticos contemporáneos y locales de Atenas, sino en la Comedia Nueva helenística (siglo IV-III) de Filemón, Demófilo, Difilo y Menandro, que ha dejado de ser sátira política para convertirse en espectáculo de entretenimiento.

    • Estilo. Plauto amolda el estilo al público al que van dirigidas sus obras. Es muy significativo el papel preponderante que desempeñan los esclavos en sus comedias.

    Le interesa ante todo lograr el efecto cómico, provocar la carcajada. Por eso se detiene con frecuencia en las escenas cómicas, cortando el hilo de la narración si es necesario para sacar el máximo provecho de ellas.

    Plauto es fundamentalmente un caricaturista. Ha transmitido tipos dramáticos universales que perduran en la comedia de Occidente: el soldado fanfarrón, la “celestina”, el joven galán, el viejo severo, el parásito gracioso…

    Da la medida de lo popular sin descender en el plano artístico. En medio de sus escenas de enredo y chistes de sal gruesa sabe intercalar profundos y serios pensamientos:

    “Lupus est homo homini”

    Asinaria, 495

    3.2.- Cecilio Estacio.

    Lugar intermedio entre Plauto y Terencio ocupa el galo Cecilio Estacio. Llegó a Roma como esclavo procedente de la Galia Cisalpina y fue manumitido, tomando el nombre de su dueño.

    Sólo quedan unos trescientos versos de las cuarenta comedias palatianas que compuso, la mitad de ellas recreando en latín a Menandro: Plocium, Fallacia

    3.3.- Publio Terencio Afer (190-159).

    • Personalidad. Terencio era un esclavo de raza bereber nacido en Cartago. Su vida transcurre entre la Segunda y Tercera Guerra Púnica. Entró a servir en casa del senador Terencio Lucano, quien tras darle una esmerada educación, lo manumitió. Formó parte del helenizante círculo humanista y literario de los Escipiones e incluso se le llegó a acusar de que algunos pasajes de sus comedias eran originales de Escipión y de otros componentes del círculo.

    Marchó a Grecia en viaje de estudios en busca de nuevas comedias de Menandro que fueran desconocidas del público romano, cansado de oír siempre los mismos temas, y murió, parece ser que en un naufragio, de regreso a Italia.

    • Obra. Las comedias de Terencio (seis) se han conservado a través de una edición crítica que hizo de ellas el gramático Marco Valerio Probo a finales del siglo I d.C.. Se estrenaron entre en 166 y el 160 a.C.. Dos Phormio y Hecyra, son adaptaciones de Apolodoro de Caristo y las otras cuatro, Andria, Heautontimorumenos, Eunuchus y Adelphol, de Menandro.

    Terencio usa con frecuencia la contaminatio, que consiste en refundir dos piezas diferentes de la comedia nueva griega para recrear una sola comedia latina. En el prólogo a Andria responde a sus enemigos literarios que le echaron en cara este método, argumentando que ya antes Nevio, Plauto y Ennio habían hecho lo mismo.

    “Cum hunc accusant, Naevium, Plautum, Ennium accusant.”

    Andria, 18-19

    • Estilo. A diferencia de Plauto, Terencio no sabe amoldar su estilo al público que va dirigida la comedia. Con frecuencia sus estrenos constituyen un fracaso, como sucedió con Hecyra, que sólo pudo representarse en el tercer intento. El mismo autor pide a los espectadores que no alboroten, cuando se dirige al público en el prólogo al Phormio:

    “Adeste equo animo per selintium,

    en simili utamur fortuna atque usi sumus

    quum per tumultum noster grex motus loco est”.

    Phormio, 31-33

    Terencio no caricaturiza como Plauto, sino que ahonda en la Psicología de sus personajes. En sus obras hay una intencionalidad moral, un humanismo, una preocupación por transmitir un mensaje, por lo que están llenas de aforismos de profundo contenido ético:

    “Pudore et liberalitate liberos

    reteneris satius esse credo, quam metu”.

    Adelphol, I, 1. 32-33

    La comedia de Terencio es más apta para ser leída y comentada en el docto círculo de los Escipiones al que pertenecía que para ser representada ante un público que buscaba pasar un rato divertido frente a un escenario.

    4.- La fábula togata.

    La palliata no sobrevive a Terencio. Al tomar sus argumentos de la comedia nueva ateniense (siglos IV-III a.C.), llega un momento en que estos necesariamente tienen que agotarse. Terencio se defendió en el prologo de Andria de autores rivales que le acusaban de agotar la cantera, pues con su sistema de “contaminatio” necesitaba de dos o tres comedias nuevas atenienses para recrear una palliata.

    Por otra parte, el público ya estaba cansado de seguir los manidos temas de las comedias de estilo griego, por lo que se impone un nuevo género teatral, la togata, comedia de ambientación, tema y personajes romanos.

    No es posible reconstruir ninguna de las piezas de la comedia togata, pues sólo se han conservado unos 650 versos, 70 títulos y los nombres de tres autores, Titinio, Atta y Afranio, de los que apenas se tiene alguna noticia.

    afranio. De Afranio, contemporáneo de Terencio, han quedado fragmentos con más de 400 versos y unos 40 títulos: El augur, El peluquero de cortesanas, Las mujeres de Brindis, etc. La togata también es llamada fábula tabernaria, porque sus títulos hacen con frecuencia referencia a profesiones.

    titinio. No conocemos ni una sola fecha de su vida. Contrariamente a Afranio, que fue admirador de Terencio, los títulos de Titinio están más cerca por su provincialismo de la comedia de Plauto: La mujer de Veletri, La mujer de Ferentino

    atta. Sabemos por San Jerónimo que Tito Quincio Atta murió en el año 77 a.C. De su obra sólo se han conservado 20 versos y una docena de títulos: Aedilicia, Aquae calidae

    Con Atta muere definitivamente la togata. En los últimos años del imperio de Augusto, ya en el siglo I d.C., Gayo Meliso intenta resucitar la comedia de asunto romano, creando la trabeata, llamada así porque sus personajes son de superior categoría social que los de la togata, y visten la trabea, toga propia de los caballeros romanos. Pero el nuevo género murió con su autor.

    5.- Teatro italiano autóctono: la atelana literaria, el mimo y la pantomima.

    5.1.- Atelana literaria.

    La vieja fábula atellana adquiere categoría de género literario hacia el 90-80 a.C. en la época de Sila. Nos han llegado los nombres de dos autores Pomponio y Novio y unos cien títulos que recuerdan los personajes tradicionales de la atellana.

    5.2.- Mimo.

    A la atelana literaria, que no gozó mucho tiempo el favor del público, sucedió en tiempos de César el mimo literario, que no deriva del primitivo mimo griego de Sofrón de Siracusa, sino del viejo mimo romano que en esta época ganan verdadera forma artística.

    El creador del género fue el caballero romano Décimo Laberio, nacido hacia el 106 a.C., que por orden de César compitió en el 46 con otro célebre mimígrafo, Publilio Siro. Los títulos de los mimos son muy parecidos a los de las atelanas y togatas: Piscator (el pescador), Salinator (el vendedor de sal), Colax (el adulador)…

    Del mimo literario se han conservado una colección de sentencias; algunas se usan todavía:

    “Bis dat, qui cito dat”

    (Pub. Siro, sentencia 225)

    5.3.- Pantomima.

    Al mimo literario, que no sobrevivió a los dos autores anteriormente citados, sucede en la época imperial la pantomima, representación que, como su nombre indica, suprime totalmente el diálogo, reduciéndose a imitaciones, gesticulaciones y danzas de carácter más o menos obsceno, por lo que algunos emperadores la prohibieron. Debió destacar como actor Latino, citado por Persio y Juvenal.

    6.- La tragedia.

    6.1.- Pacuvio (220-130)

    • Personalidad. Pacuvio fue el primer dramaturgo que se especializó en la tragedia (como Plauto en la comedia), tal y como sucede en la literatura griega, donde no se encuentran autores que traten a la vez dos géneros dramáticos.

    Nació en Brindis en el 200 a. C. y llegó muy joven a Roma, donde su tío Quinto Ennio lo introdujo en el mundo literario. Formó parte del círculo de los Escipiones y alternó su profesión de autor trágico con la de pintor. Se sabe que en el año 140, ya octogenario, competía ante los ediles con su sucesor Accio. Poco después se retiró a su patria chica, la Italia meridional. Murió en Tarento en el año 130 a.C.

    • Obra. Escribió doce tragedias de tema griego, en las que siguió sobre todo el modelo de Sófocles: Dulorestes, Teucer, Antiope…

    6.2.- Accio (170-85)

    • Personalidad. Licio Accio, rival y sucesor de Pacuvio, es el último trágico romano. Nació en Pisauro, Umbría, de familia de esclavos. Su padre fue liberto de D. Juno Bruto Galeico que también dispensó su protección al poeta, de forma que pudo mantenerse independiente del círculo de los Escipiones. Con su muerte en el año 85 .C. muere propiamente la tragedia romana y se cierra en la literatura el período preclásico.

    • Obra. Contrariamente a Pacuvio, Accio fue autor muy fecundo. Escribió unas cuarenta tragedias, inspiradas sobre todo en el ciclo troyano y en Eurípides: Télefo, Atreo, Medea, etc.

    Compuso dos praetextas: Brutus, para honrar a la gens Junia en la persona de su ilustre antepasado, que expulsó a los reyes de Roma, y Decius.

    También escribió una historia crítica de la literatura latina, Didascalia, referida sobre todo al teatro.

    De toda su obra se han conservado sólo 700 versos. Cicerón recoge en De officiis el célebre dicho de Atreo “Oderint dum metuant”, que Calígula hizo suyo según el testimonio de Suetonio.

    6.3.- Séneca (4 a.C. 65).

    • Personalidad. Licio Anneo Séneca es el literato más representativo de la época Julio Claudia. Hijo de Séneca el “retórico”, nació en Córdoba pocos años antes de la era de Cristo. Todavía niño, fue llevado por su padre a Roma y se educó en arias escuelas que seguían distintas doctrinas filosóficas, aunque más tarde, dentro de un moderado eclecticismo que le hace respetar todas las corrientes, se inclinará en sus obras por el estoicismo.

    El filósofo cordobés participó activamente en política. Fue perseguido por Calígula, de quien le salvó su precario estado de salud. Estuvo desterrado ocho años en la inhóspita isla de Córcega por orden de Claudio. A la muerte de Mesalina, Agripina consiguió que se le levantará el destierro y le encargó la educación de su hijo Domicio, el futuro emperador Nerón. Dirigió la política del Estado cuando su pupilo vistió la púrpura imperial. Finalmente, distanciado ya del emperador, consiguió que le permitiera retirarse a la vida privada.

    En el año 65 Nerón, sospechando que había tomado parte en la conjura del senador Pisón, le ordenó que se suicidara. Séneca murió como Sócrates, rodeado de sus amigos y dándoles los últimos consejos.

    Se ha acusado a Séneca de que su vida privada no estaba en consonancia con sus escritos, lo cual es cierto, sin embargo no presupone una falta de sinceridad en la exposición de sus ideas. Es un hombre que se debate entre sus ideas y su ambición.

    • Obra dramática. Se han conservado con el nombre de Séneca nueve tragedias de tema griego en las que sigue los modelos clásicos de Esquilo, Sófocles y Eurípides: Hércules furioso, Hércules en el monte Eta, Agamenón, Tiestes, Medea, Fedra, Las Fenicias, Las troyanas y Edipo.

    También se le atribuye la única praetexta que se ha conservado, Octavia, sobre la infortunada hija de Claudio, esposa de Nerón. Pero Séneca no pudo haber escrito esta pieza. En primer lugar la más elemental prudencia impedía atacar al emperador y además la escena en que la sombra de Agripina, asesinada por su hijo, profetiza el fin de Nerón sólo pudo ser escrita tras la muerte de este, dada la profusión de detalles.

    • Estilo. La obra teatral de Séneca supone un renacimiento artificial de la tragedia romana que había muerto con Accio. Ignora las innovaciones de los primitivos autores latinos. Sus piezas constituyen ejercicios literarios cargados de sentencias filosóficas, más aptos para ser leídos en privado que para ser representados en un escenario.


    Tema 7

    ORATORIA Y RETÓRICA

    CONDICIONES NECESARIAS PARA EL DESARROLLO DE LA ORATORIA

    CATÓN

    HASTA LA MUERTE DE ESCIPIÓN EMILIANO

    DESDE EL ASESINATO DE LOS GRACCOS A CICERÓN

    LA ORATORIA EN TIEMPOS DE CICERÓN

    MARCO TULIO CICERÓN

    Discursos

    Tratados de retórica

    Valoración

    ESCUELAS DE RETÓRICA Y DECLAMACIONES PÚBLICAS

    MARCO FABIO QUINTILIANO

    LA ORATORIA DESPUÉS DEL ADVENIMIENTO DE LOS ANTONINOS


    1.- Condiciones necesarias para el desarrollo de la Oratoria.

    La Oratoria, en sus dos vertientes, política y forense, sólo puede tener una existencia fecunda y brillante en el marco de un Estado que garantice las libertades políticas y la independencia judicial. Estas condiciones se cumplían satisfactoriamente en Roma, donde las libertades republicanas, conquistadas paulatinamente por la plebe tras la expulsión de los reyes, y el innato sentido jurídico del pueblo romano crearon un clima apropiado para el desarrollo de este género.

    Se tienen noticias del ejercicio de la Oratoria en época preliteraria: ya en el 280 a.C. Apio Claudio el Ciego combatió apasionadamente en el Senado la propuesta de paz de Pirro en un discurso que Cicerón pudo leer en su tiempo.

    La Oratoria tuvo su momento de esplendor durante el período republicano, tras la implantación del régimen imperial se conservó artificialmente en escuelas de Retórica, con escasa repercusión en la vida real.

    A) Período preclásico.

    2.- Catón, primer representante de la oratoria romana.

    Marco Porcio Catón (234-149), padre de la prosa literaria latina, supone la reacción nacionalista romana frente a la influencia griega. El campesino de Túsculo opone la ruda fuerza de su prosa latina a la helenizante poesía de su tiempo y a los analistas que escriben en griego.

    Catón era un homo novus, ningún miembro de su familia había desempeñado cargos públicos. Comenzó el cursus honorum bajo la protección del dictador Quinto Fabio Cuntactor, rival político de los Escipiones. Fue cuestor en el 204, año en el que se fiscalizan los gastos de la campaña de Escipión el Africano y lo denuncia ante el Senado por derrochador; edil en el 199; ejerce al año siguiente la pretura de Cerdeña, donde se distingue por la honestidad con que defiende a los provincianos de los abusos de los usureros; durante su consulado en el 195, por sorteo, tuvo que marchar a pacificar Hispania. Finalizado el cursus honorum, presenta su candidatura como censor, cargo que consigue en el 184.

    El arma de su carrera política fue la fuerza de su elocuencia. No dudaba en atacar la corrupción allá donde brotase sin importarle la categoría social o política de los acusados. Durante su censura consiguió la destitución de importantes cargos, siendo el blanco de sus ataques, entre otros, Escipión el Africano, su hermano Lucio, el senador Fulvio Nobilior y el cónsul Acilio Gabrión. Su intransigencia le acarreó gran cantidad de enemigos que llegaron a incoarle 44 procesos, de los que resultó absuelto.

    En los archivos familiares de este plebeyo no se guardan laudationes funebres ni tituli imaginum de antepasados ilustres. Lo que sí mandó guardar Catón fue una copia de sus discursos con lo que se convierte en el padre de la oratoria romana. Cicerón pudo leer alrededor de ciento cincuenta discursos catonianos. Hasta nosotros han llegado fragmentos de unos ochenta. Su estilo era brusco, cortado y seco, iba directo al asunto sin preocuparse demasiado de la expresión.

    3.- Hasta la muerte de Escipión Emiliano.

    • Influencia griega. Alrededor de la influyente familia de los Escipiones, vinculadas a las grandes victorias que hicieron de Roma la primera potencia mediterránea, se forma un círculo humanista filohelenístico que dirige la vida espiritual de la Ciudad hasta la muerte de Escipión Emiliano en el 129. Esta influencia griega se manifiesta también en la Oratoria, que deja de ser, tal y como la concebía Catón, un arma en las luchas políticas y forenses para convertirse además en un arte regido por normas fijas. Estas normas se enseñan en las escuelas regidas por los rhetores griegos. Hasta este momento se había desconocido en Roma toda teoría oratoria. La Retórica —enseñanza de la Oratoria— será a partir de ahora la disciplina fundamental en la formación integral del ciudadano romano y ni siquiera decaerá cuando la Oratoria pierda su vigencia bajo el régimen imperial.

    • Principales representantes. Los oradores de esta época contemporáneos de Catón, son a la vez grandes hombres de Estado. Pueden citarse Lucio Emilio Paulo, el conquistador de Macedonia; su hijo Escipión Emiliano, destructor de Cartago y Numancia; Cayo Lelio el Sabio, perteneciente al círculo de los Escipiones, y Servio Sulpicio Galba, gobernador de la Lusitania, que fue el primero que usó intencionadamente las figuras de dicción.

    4.- Desde el asesinato de los Graccos a Cicerón (130-180).

    • Contexto socio político. La expansión territorial que en menos de cien años convierte a Roma en capital de un extenso imperio mediterráneo, origina una serie de conflictos internos, motivados sobre todo por un injusto reparto del ager publicus. Los campesinos italianos, no pudiendo competir con los latifundistas de las nuevas provincias, se arruinan, venden sus tierras a los ricos —con lo que aumenta el latifundio— y vienen a la capital a engrosar el número de parados.

    Los hermanos Tiberio y Cayo Sempronio Gracco, tribunos de la plebe en el 133 y 123 respectivamente, propusieron sendas reformas agrarias, limitando la propiedad según las familias y repartiendo el resto de los terrenos entre los desheredados. Pero no pudieron vencer la natural oposición de los optimates y cayeron asesinados. Esta fue la primera de las agitaciones civiles que se sucedieron en el Estado romano y que a la larga acabaron con la república romana, pero antes de decidirse en Farsalia, Filipos y Accio, el destino del mundo occidental se discutió en la curia no menos apasionadamente. La Oratoria será fiel reflejo de las convulsiones que ya ininterrumpidamente sacudirán a la sociedad romana hasta el advenimiento del régimen imperial.

    • Principales representantes. El tratado de retórica Brutus de Cicerón, constituye la fuente fundamental para el conocimiento de los oradores de la época. En él Cicerón, aunque pertenece al partido conservador, hace un sincero elogio de la vehemente oratoria de los Graccos en defensa de la reforma agraria. Entre los que combatieron esta reforma se encontraban Cayo Fannio y Quinto Elio Tuberón, que se formaron en el círculo de los Escipiones.

    También sobresalieron como oradores Marco Emilio Escauro y Publio Rutilio Rufo, autobiógrafos también, y Marco Antonio y Licinio Craso, maestros de Cicerón.

    B) Período clásico.

    5.- La Oratoria en tiempos de Cicerón.

    La época de Cicerón fue políticamente la más agitada de toda la historia de Roma. Vertiginosamente se suceden las guerras civiles entre Mario y Sila (88-82), las campañas de Pompeyo y Mitrídates (88-84, 83-81 y 74-76), la guerra servil (73-71), la guerra contra los piratas (67), la conjuración de Catilina (62), el primer triunvirato (60), la guerra civil entre Pompeyo y Cesar (49-48), el asesinato de Cesar (44) y el segundo triunvirato (43). La Oratoria, que se hace imprescindible para defender las propias ideas políticas y refutar las contrarias, vive su época de esplendor en estos años de tensión y adquiere una perfección que ya no podrá ser superada.

    Los jóvenes con ambición política siguen formándose en las escuelas de Retórica griegas, que se habían instalado en Roma en el siglo anterior, e incluso van a gracia a perfeccionar su elocuencia. Rivalizan dos tendencias fundamentales: en unas escuelas se enseña el ampuloso asianismo, cuyo modelo griego es Isócrates; en otras, el aticismo, que se remonta a la sobriedad de Lisias.

    Existe un curioso intento del partido popular por sustituir la retórica griega por una retórica con modelos y terminología latina. Estas escuelas de rhetores latini, las cuales fueron suprimidas por los censores bajo el pretexto de que iban contra la tradición, produjeron una Rhetorica ad Herennium, erróneamente atribuida a Cicerón.

    Numerosos oradores rivalizaron en la curia y en el foro en este medio siglo decisivo para el ulterior desarrollo del mundo occidental: Hortensio, César, Catón de Útica, Bruto… pero todos fueron eclipsados por Cicerón, único cuyos discursos se conservan.

    6.- Marco Tulio Cicerón.

    Nace en Arpino (Lacio) en el 106 a.C.. Como todo homo novus que quiere seguir carrera política, hace sus primeras armas en el foro y el año 80 defiende a Sextio Roscio Amerino contra las acusaciones de Crisógono, favorito de Sila, consiguiendo una condena absolutoria. Temeroso de las posibles represalias del dictador, marcha a Grecia, donde perfecciona durante dos años su estilo oratorio.

    Tras la muerte de Sila regresa a Roma y, avalado por su elocuencia, comienza su carrera política: cuestor en Siracusa en el 76, edil en el 69, pretor en el 66 y finalmente cónsul en el 63.

    Durante su consulado ha de reprimir la conjuración de Catilina que amenaza gravemente la seguridad del Estado. En primer lugar la combate con la fuerza de su palabra, pronunciando cuatro discursos ante el Senado que dejan al descubierto los hilos de la trama y aíslan a Catilina; después con las armas en la batalla de Pistoya, donde son aniquilados los insurgentes. Sin embargo incurre en una de sus contradicciones: el cónsul Cicerón, defensor de la legalidad, manda ejecutar a unos conjurados de forma ilegal al no concederles el derecho de apelación contra la sentencia.

    En el año 58 su enemigo político Clodio, tribuno de la plebe, consigue que se apruebe una ley por la que se condena al destierro a todo aquel que haya hecho ajusticiar a un ciudadano romano sin un juicio popular. La ley va directamente contra Cicerón que ha de tomar el camino del destierro en el que permanece dieciocho meses.

    Después de su rehabilitación, es enviado como procónsul a la provincia de Cilicia (51-50). A su vuelta los acontecimientos se precipitan: César y Pompeyo rompen las hostilidades en el 49. Cicerón, republicano convencido, se pone de parte de Pompeyo, y César lo perdona generosamente tras su victoria en Farsalia (48). Decepcionado de la política, se refugia en el estudio y la literatura sin olvidar su faceta de orador. A este período se debe la mayor parte de sus tratados.

    Tras el asesinato de César (44) vuelve a la palestra política y toma partido por Octavio, pronunciando contra Marco Antonio catorce discursos (Filípicas). Con ellos Cicerón firmó su sentencia de muerte. Al constituirse el segundo triunvirato en el 43 Augusto abandonó a su suerte al viejo orador que fue asesinado por los sicarios de Marca Antonio el 7 de Diciembre del mismo año.

    Cicerón es la personificación viva de la república romana en su última andadura histórica. Como la república, no supo superar sus propias contradicciones internas; como la república, sufrió los avatares de este agitado período; como la república, murió eliminado por un general. A la muerte de este republicano murió la república y a la muerte de este orador murió la Oratoria. Su asesinato es todo un símbolo, marca el final violento de una época histórica y el comienzo de otra nueva.

    6.1.- Discursos.

    Resulta difícil establecer una distinción entre discursos políticos y forenses en la oratoria ciceroniana, ya que en Roma quien quería seguir carrera política debía primero ganarse un renombre en el foro y, por otra parte, muchas causas civiles tenían un trasfondo político indiscutible. En consecuencia se ha optado por hacer una clasificación de los discursos de Cicerón desde el punto de vista cronológico.

  • Aparición en la escena forense.

    • Pro Quinctio.

    • Pro Roscio Amerino.

  • Hasta el consulado.

    • Pro Roscio comoedo.

    • In Verrem.

  • Durante el consulado.

    • De lege agraria.

    • In Catilinam.

  • Hasta el destierro.

    • Pro Sulla.

    • Pro Arquia.

  • Desde la vuelta del destierro hasta la victoria de César.

    • Pro Sestio.

    • Pro Coelio.

    • Pro Milone.

  • Durante la dictadura de Cesar.

    • Pro Marcelo.

    • Pro Quinto Ligario.

  • Después del asesinato de César.

    • In Antonium orationes XIV.

    6.2.- Tratados de Retórica.

    Cicerón representa la culminación de la oratoria romana que nació con los secos y cortados discursos de Catón. Orador que sabe adecuar la teoría a la práctica, compuso también diversos tratados de Retórica en los que expone sus ideas sobre la formación del orador y el desarrollo del discurso.

    Los más importantes, compuestos en la última etapa de su vida, son los siguientes: De oratore libri III, Brutus, Orator.

    6.3.-Valoración.

    Durante la Edad Media y el Renacimiento, Cicerón fue considerado sin discusión el príncipe de las letras latinas. Posteriormente su figura comenzó a ser discutida, en muchas ocasiones por motivos extralingüísticos, ya que su actuación política da lugar a muchas controversias. En líneas generales los filólogos alemanes —sobre todo el historiador Mommsen— han sido anticiceronianos, mientras que los franceses lo han tenido en gran estima. De todas formas, si juzgamos la oratoria de Cicerón por los resultados, la valoración es altamente positiva.

    Como orador aprovecha todos los recursos para conseguir sus propósitos, agradar, conmover y convencer. Sabe ser patético, irónico e ingenioso.

    En sus escritos de juventud se deja notar un gusto por el estilo ampuloso, pero conforme pasan los años va ganando en sobriedad, combatiendo el asianismo en los tratados de Retórica escritos en los últimos años.

    Como político es muy difícil juzgar su actuación. Perteneció al partido demócrata republicano de los optimates, pero esto no le impidió acusar a nobles como Catilina. El discurso Pro Ligario es un canto a la concordia y a la reconciliación tras la guerra civil, pero Cicerón estaba en ese momento en le bando vencidos, cuando años anteriores estuvo en el vencedor, mandó ejecutar a los cómplices de Catilina. Cometió errores y cayo en contradicciones. Puede servirle de atenuante lo agitado de la época y la honestidad con la que siempre actuó.

    Como literato sus discursos tienen un valor literario insuperable. Sirvieron de modelo principal a las escuelas de Retórica que proliferaron en el siglo siguiente y han formado a humanistas de todas las épocas. En su tratado retórico Orator expone las principales características de sus discursos:

    • preocupación por la pureza de la lengua, evitando todo helenismo o neologismo.

    • simetría en la construcción e la frase.

    • imposición de un ritmo a la frase para conservar mejor la atención del auditorio, ritmo que no debe confundirse con el de la poesía.

    C) Período postclásico.

    7.- Escuelas de Retórica y declamaciones publicas.

    Al desaparecer el juego democrático tras la implantación del régimen imperial, la oratoria pierde su utilidad pública en el foro y en la curia y se refugia en las escuelas de Retórica, convirtiéndose en “arte” sin ninguna proyección en la vida ciudadana.

    Se hacen exhibiciones públicas simulando procesos con los supuestos más disparatados (controversiae), en los que los alumnos rivalizan en ingenio oponiendo agudos argumentos. También se simula aconsejar a un determinado personaje histórico o mitológico a tomar tal o cual decisión (suasoriae) o bien se declaman las palabras que hubiese pronunciado algún protagonista de la historia en un momento decisivo.

    Paralela a la declamación es la recitación pública de obras literarias. En un principio se trata de representar la obra ante un grupo de amigos para que la critique antes de su publicación. Posteriormente se leen las obras de autores consagrados. Esta costumbre se generalizó de tal forma que llegó a ser tediosa y fue ásperamente criticada por Persio y Juvenal.

    L. (o M.) Anneo Séneca (54 a.C.- 39 d.C.). Exponente de este nuevo enfoque de la Oratoria es la obra del retórico cordobés Lucio Anneo Séneca, padre de Séneca el filósofo. A petición de sus hijos compuso a la vejez Oratorum et rhetorum sententiae, divisiones, colores. La obra está dividida en 10 libros de controversiae y uno de suasoriae, en los que recoge los recuerdos y experiencias de su larga vida dedicada al estudio de la Oratoria.

    8.- Marco Fabio Quintiliano (35-95).

    • Personalidad. Ante la situación a que había llegado la Oratoria bajo la dinastía Claudia se alza la figura del orador y retórico M. Fabio Quintiliano, natural de Calagurris (Calatayud). En una obra perdida —De causis corruptae eloquentiae— achacaba la degeneración del género oratorio, no a la nueva situación política, sino al olvido de los clásicos, principalmente de Cicerón.

    Se educó en Roma y volvió a España donde permaneció hasta que el emperador Galba lo llamó a la capital en el 68. Ejerció la enseñanza y la abogacía, contándose entre sus alumnos Plinio el Joven y el futuro emperador Trajano. Fue protegido de los emperadores Flavios: Vespasiano, al crear la escuela pública de Retórica, lo puso al frente de la cátedra de Oratoria latina, y Domiciano lo elevó a la dignidad consular y le encargó la educación de sus herederos.

    • Obra. En los últimos años de su vida recogió sus experiencias de cátedra y del ejercicio de la profesión en XII libros De institutione oratoria, en los que aborda el problema de la formación del orador.

    También se le atribuye una colección de ejercicios escolares de Retórica que se han transmitido con el nombre de Declamationes.

    • Valoración. La figura y la obra de Quintiliano deben contemplarse dentro del marco del renacimiento Flavio. Tras la caída de Nerón y el advenimiento de la gens Flavia a la púrpura imperial, su primer emperador, Vespasiano, emprende una ingente tarea de reconstrucción de todos los órdenes, que en la literatura se trasluce en un neoclasicismo (el modelo de Quintiliano será Cicerón).

    De institutione oratoria es una obra importante no sólo para la Retórica, sino para la educación en general, pues según Quintiliano la formación retórica sólo puede realizarse dentro de una previa formación integral del individuo.

    Quintiliano, hombre enamorado de la Oratoria y con gran vocación por la enseñanza, es precursor de las más modernas teorías pedagógicas.

    9.- La Oratoria después del advenimiento de los Antoninos.

    A partir de los Antoninos (96) la oratoria viva queda prácticamente reducida al tribunal de los centunviros en lo forense y a los paneagíricos imperiales en lo político.

    El tribunal de los centunviros estaba constituido por 180 jueces que se reunían en un principio en el foro y posteriormente en la basílica Julia. Entendían en causas sobre propiedad, herencia, parentesco y tutela.

    Los panegíricos son discursos encomiando al emperador. Se ha conservado un Corpus Panegyricorum que incluye doce, casi todos posteriores al 300 d.C.. Entre ellos destaca el más antiguo, el Panegírico a Trajano, que pronunció Plinio en Joven ante el Senado el año 100 d.C. en agradecimiento por habérsele conferido la dignidad consular.


    Tema 8

    EPISTOLOGRAFÍA

    DESARROLLO DEL GÉNERO EPISTOLAR

    MARCO TULIO CICERÓN

    SÉNECA

    Cartas a Lucilio

    PLINIO EL JOVEN


    1.- Desarrollo del género epistolar.

    El género epistolar estuvo muy extendido en la Antigüedad. El hecho de que en los tratados de Retórica se estudie el arte de escribir cartas implica que la Epistolografía era considerada un género literario.

    Las primeras cartas latinas de las que se tiene noticia son las que Catón el Censor escribió a su hijo sobre temas referentes a la educación. De Cornelia, madre de los Graccos, existía una colección de cartas de las que se han conservado dos fragmentos a través de Cornelio Nepote.

    Cicerón fue, quizá sin proponérselo —pues no pensaba editar su correspondencia, al menos en su totalidad—, el padre de la Epistolografía latina y quedó como modelo para los autores posteriores, entre los que sobresalen Plinio el Joven.

    Finalmente, el género epistolar tuvo gran preponderancia entre los autores cristianos tardíos, siguiendo la tradición comenzada por San Pablo.

    2.- Marco Tulio Cicerón (106-43).

    2.1.- Obra epistolográfica.

    Se han conservado 797 cartas escritas por Cicerón y 134 respuestas de las personas a las que iban dirigidas. El total aparece repartido de la siguiente forma:

    • 16 libros Ad familiares. Dirigidas a parientes y amigos. Escritas entre el 62 y el 43.

    • 16 libros Ad Atticum. Dirigidas a su amigo y editor de sus obras Tito Pomponio Atico. Entre el 68 y el 44.

    • 3 libros Ad Quintum fratrem. A su hermano Quinto. Fechadas entre el 60 y el 54.

    • 2 libros Ad M. Brutum. Dirigidas al asesino de César en el turbulento año 43.

    Cicerón escribió su correspondencia espontáneamente, sin ánimo de darla a conocer. Cuando su liberto Tirón y su editor Atico le aconsejan la publicación de parte de ella, Cicerón decide pulir las cartas antes de que vean la luz.

    No se sabe exactamente de que fecha data exactamente la colección que nos ha llegado, si bien fue publicada después de su muerte entre los imperios de Augusto y Nerón. Séneca ya hace referencia a las cartas de Cicerón (De brevitae vitae, V, 2).

    2.2.- Valoración.

    El mismo Cicerón señala en una de sus cartas el estilo que sigue su correspondencia:

    Epistulas fere quotidianis verbis texere solemus

    (Familiares, IX, 21)

    Las cartas son una fuente inapreciable para conocer, a través del testimonio espontáneo de uno de los protagonistas, la historia interna de uno de los protagonistas, la historia interna de los últimos veinte años de la República romana. En ella habla el Cicerón hombre, liberado de las trabas que impone a la sinceridad la diplomacia del político o los recursos técnicos del abogado.

    3.- Séneca (4 a.C.-65 d.C.)

    3.1.- Cartas a Lucilio.

    Son 124 cartas que dirigió a su amigo Lucilio y que constituyen una verdadera dirección espiritual. Son la expresión más romana del estoicismo: el objeto de la filosofía no es la satisfacción intelectual que produce el conocimiento, sino una ayuda para que el hombre tenga una meta a donde dirigirse y pueda vivir de acuerdo con la naturaleza.

    4.- Plinio el Joven (61 ó 62-113 ó 114).

    • Personalidad. Cayo Plinio Celio Segundo nació en la Galia Cisalpina. Fue adoptado por su tío materno Plinio el Viejo, quien le procuró una esmerada educación: Retórica y Filosofía. De familia acomodada, nunca tuvo problemas económicos y siguió un brillante cusus honorum. Vivió una vida feliz, libre de preocupaciones, por lo que fue un escritor alegre que sabía ver el lado bueno de la realidad. Su optimismo contrasta con el pesimismo a ultranza de sus contemporáneos Tácito y Juvenal.

    • Obra. Se conservan 247 Cartas de Plinio, repartidas en nueve libros, que fueron publicadas en vida del autor. Después de su muerte se añadió un décimo libro que contenía la correspondencia entre Plinio y Trajano. Este libro contiene 121 cartas y 51 respuestas del emperador. Son particularmente importantes las epístolas en que Plinio pide consejo a Trajano sobre la conducta a seguir con los cristianos.

    • Valoración. Las Cartas de Plinio fueron escritas pensando en su publicación. No tienen, pues, la espontaneidad de las ciceronianas. Más que cartas en el sentido propio del término, son cuidados ejercicios literarios con toda clase de adornos, que el autor dedica al destinatario, salvo las dirigidas a Trajano.

    Aunque pretende imitar a Cicerón, su estilo es más artificioso y rebuscado, producto de la formación retórica propia de la época de los Antoninos. No existe un orden lógico e la disposición. Forman una colección de pequeñas obras de arte sobre los más diversos temas y argumentos. Posiblemente ese desorden es buscado como recurso estilístico para conseguir una sensación de despreocupación y desaliño.


    Tema 9

    LA NOVELA

    EL SATIRICÓN.

    Fecha de composición

    Identificación del autor

    Contenido

    APULEYO.

    QUINTO CURCIO.


    La novela tuvo un pobre desarrollo en la literatura latina. Los antiguos la consideraban como un género menor. Aparece en fecha tardía, siglos I y II d.C. y sólo presenta tres obras:

    • El Satiricón de Petronio, obra de difícil clasificación.

    • El Asno de oro de Apuleyo, única novela propiamente dicha.

    • Las historias de Alejandro Magno de Quinto Curcio, que queda a media distancia entre la novela y la historiografía.

    1.- El Satiricón.

    1.1.- Fecha de composición.

    Cuestión previa a la identificación del autor es la fecha de composición, sobre la que se ha discutido ampliamente. En la novela hay una referencia a la Farsalia de Lucano (60-64) y por otra parte Terencio Mauro (200?-206?) es el primero que cita al autor como una autoridad. Entre estas dos cotas debe situarse la composición del Satiricón, con el inconveniente de que la fecha de Mauro tampoco es segura. Actualmente, la opinión más extendida es que fue compuesta en época de Nerón.

    1.2.- Identificación del autor.

    Conocemos el nombre del autor, Petronio, pero no su identidad. Tácito, en sus Annales, habla de un Petronio perteneciente a la corte de Nerón, disoluto y buen vividor, que se suicidó en el 66 por orden del emperador. Tradicionalmente se ha identificada a este Petronio con el autor del Satiricón, avalando esta opinión que la acción de la novela se desarrolla en la Campania y que el estilo de la obra coincide con la personalidad del Petronio descrito por Tácito.

    1.3.- Contenido.

    Sólo se han conservado parte del libro XIV y los libros XV y XVI. En estos fragmentos se narran las aventuras del protagonista Encolpio, continuamente perseguido por el dios Príapo, y de su efebo Gitón a quien asedia sin cesar Ascilto. Posteriormente se une al grupo el poeta Eumolpo. Encolpio, Eumolpo y Gitón embarcan huyendo de Ascilto. Sufren un naufragio y son recogidos por unos pescadores cerca de Crotona, donde Encolpio tiene un fallido lance amoroso con una tal Circe. Eumolpo, por su parte, estafa a los crotonniatas haciéndose pasar por un potenciado sin hijos. Los fragmentos conservados acaban cuando el poeta promete su herencia a quienes sean capaces de comerse su cadáver.

    En la trama van intercaladas procaces narraciones, en la línea de las fábulas milesias, como El muchacho de Pérgamo o La viuda de Efeso. El fragmento más largo y más significativo es el de La cena de Trimalción, donde el autor caricaturiza a la nueva clase de libertos que tanta influencia y riqueza tuvo durante la dinastía claudia.

    2.- Apuleyo (125- después del 170).

    • Personalidad. Lucio Apuleyo es una de las figuras más pintorescas de la literatura latina, que debe ser enmarcada dentro del orientalismo helenizante de la época de Adriano. Nació en el 125 en Mandauro (actual Argelia), hijo de un alto funcionario. Estudió retórica en Cartago y filosofía en Atenas, marchando después a Roma, donde se inició en los misterios de Isis.

    Hombre de gran curiosidad, viajó incansablemente, ejerciendo la profesión de orador ambulante. Fruto de esta faceta de su ingenio es una antología de sus discursos, Florida.

    También se aficionó a la filosofía, de ello tenemos prueba en estos tratados filosóficos: De Platone et eius dogmate, De deo Socratis y De mundo.

    De regreso a África casó con una rica viuda entrada en años y fue acusado por los parientes de esta de haberla seducido por medio de la magia. Apuleyo se defendió ante los jueces mediante su ingenioso discurso De apología. Alcanzó grandes honores en Cartago, donde se le levantó una estatua y se le nombró sacerdote.

    • Argumento de las Metamorfosis. Apuleyo compuso en la vejez su obra maestra, las Metamorfosis, novela llamada por San Agustín el Asno de oro. El argumento, que se desarrolla en 11 libros, es como sigue: Lucio de Corinto, víctima de curiosidad, se toma un brebaje y se transforma en asno, conservando en entendimiento. Sólo podrá recuperar la forma humana comiendo capullos de rosas. Es robado por unos ladrones y pasa sucesivamente a manos de distintos amos, viviendo las más diversas aventuras. Finalmente, con la ayuda de Isis, consigue comer las rosas y recuperar su primitiva figura. Agradecido se dedica en adelante al culto de la diosa. En las metamorfosis se incluye de delicioso cuento del Amor y Psique que ocupa parte del IV, el V y el VI libro.

    • Valoración. Contrariamente a Petronio, Apuleyo tiene una intención moralizante e incluso se discute si su obra es una apología de la religión de Isis. Las Metamorfosis pueden considerarse una colección de fábulas milésicas hábilmente entrelazadas. La unidad la da la personalidad del protagonista y, sin embargo, el interés por la narración no decae nunca.

    Apuleyo maneja con soltura todos los recursos de la prosa, no en vano ha sido orador ambulante. Sus cláusulas rítmicas, sus juegos de palabras, sus efectos musicales resultan intraducibles.

    3.- Quinto Curcio.

    No se sabe exactamente en que época vivió. Se discute si escribió bajo Claudio o durante el imperio de Septimio Severo. Compuso unas Historiae Alexandri Magni en diez libros equidistantes de la historia y de la novela.

    El autor pretende fundamentalmente distraer. Su obra tuvo gran importancia, siglos después durante la Edad Media, para la transmisión de la leyenda de Alejandro y sirvió de fuente para numerosas novelas sobre el tema.


    Tema 10

    LITERATURA TÉCNICA. JURISTAS.

    CATÓN

    VARRON

    PLINIO EL VIEJO

    EL DERECHO ROMANO

    IUS GENTIUM

    LA LEY DE LAS XII TABLAS

    PRINCIPALES JURISTAS

    Período preliterario

    Período literario republicano

    Período imperial


    Literatura técnica.

    El temperamento del romano no es el más apropiado para el desarrollo de la ciencia. Su carácter práctico lo apartaba de la investigación científica. El romano es un hombre de acción, no de especulación. Así pues, más que de una literatura científica con su cuerpo de doctrina, se puede hablar de una literatura técnica de inmediata aplicación.

    1.- Catón. De agri cultura.

    El carácter práctico del pueblo latino al que antes aludíamos es una constante en todas sus manifestaciones. Es muy significativo que la más antigua obra latina en prosa que se ha conservado íntegra sea de carácter técnico: el tratado De agri cultura de Catón. Parece ir dirigido al pequeño y mediano agricultor, tal y como era el autor.

    Catón lo escribió en la vejez y recogió en él las experiencias de su larga vida de propietario rural, ignorando, dentro de su antihelenismo, los precedentes griegos sobre el tema. No sigue un orden en la exposición y, en consecuencia, el tratado carece de unidad, tratando los más variados temas, desde la cantidad de vino que se debe dar a los esclavos hasta como se deben estercolar los campos. No todos los temas son específicamente campesinos, los ha médicos, religiosos, administrativos, etc.

    2.- Varrón (116-27).

    • Personalidad. Marco Terencio Varrón nació en la Sabina. Estudió primero Gramática con Elio Estilón, fundador de la filología en Roma, y después filosofía en la Academia de Atenas. En el cursus honorum alcanzó el cargo de pretor. Acompañó a Pompeyo en muchas de sus campañas y se puso de su lado en la guerra civil. Acabada esta se acogió al perdón del vencedor y en el 43 se salvó de milagro de la proscripción de Antonio. Esta activa vida pública no le impidió ser el más fecundo y polifacético escritor de la lengua latina. Se cree que compuso unas 74 obras repartidas en más de 600 libros.

    • Obra.

    • Antiquitates. Constituyen una historia de la antigüedad romana repartidas en 41 libros. Los conocemos a través de San Agustín.

    • De vita populi romani

    • De gente populi romani. En ella parece ser que Varrón estableció el año de la fundación de la ciudad que después resultó ser el 753 a. C.

    • Hebdomades o Imagenes. Setecientas semblanzas de personajes griegos y romanos. Es el primer libro en latín con ilustraciones.

    • Disciplinarum libri IX. En cada libro trata de una asignatura: gramática, dialéctica, retórica, geometría, aritmética, música, medicina y arquitectura.

    • De lingua latina.

    • De re rustica. Única obra conservada íntegra. Consta de tres libros: sobre la agricultura, el ganado y sobre la cría de aves y peces.

    • Obras geográficas como De ora marítima, De litoribus.

    • Valoración. Varrón tiene el mérito de haber recopilado todo el saber anterior a la época en que vivió y de haber incorporado el método de investigación griego a la erudición romana. Sus libros sirvieron de textos en las escuelas hasta el final de la Antigüedad e influyeron en las obras de Casiodoro y San Isidoro, arzobispo de Sevilla, que tanta importancia tuvo en el Medievo.

    3.- Plinio el viejo (23/24-79).

    • Personalidad. Cayo Plinio Segundo, llamado el Viejo para diferenciarlo de su sobrino del mismo nombre, nació en Como, de familia acomodada. Se dedicó a la milicia y recorrió el imperio en el ejercicio de su profesión. Sirvió como oficial de caballería en Germania, fue procurador imperial en Hispania, África y Siria. Acompañó a Tito en el sitio de Jerusalén y finalmente ocupó el cargo de comandante de la flota romana con base en Miseno. En este puerto se hallaba cuando erupcionó el Vesubio en el año 79. Movido primero por la curiosidad científica y después por el sentido del deber, Plinio se acercó demasiado al lugar y pereció en la catástrofe.

    • Obra. Plinio el viejo fue un escritor polifacético. Su vida ocupada y su muerte prematura no le impidieron escribir numerosas obras de los más variados temas:

    • De taculationes equestri. Sobre el arte de disparar a caballo.

    • A fine Aufidii Basii. Historia de su época desde la muerte de Aufidio Basso.

    • Veinte libros sobre las guerras entre germanos y romanos, que fueron aprovechados posteriormente por Tácito en su Germanía.

    • Studiosus. Sobre la elocuencia.

    • Naturalis Historia. Es la más importante obra de Plinio y la única que se ha conservado en parte. Trata de botánica, zoología, antropología, geografía, astronomía y mineralogía. Esta división es un instrumento de trabajo, ya que consideraba al mundo como una unidad. La obra fue presentada al emperador Tito en el 77 y editada por su sobrino Plinio el Joven después de la muerte del autor.

    • Valoración. Lo único que se conserva de Plinio son 37 libros de los 102 de que consta su Naturalis Historia. El mismo Plinio reconoce en el prólogo que el tema no es muy apropiado para la literatura, pero en realidad no pretende hacer una obra de arte, sino una enciclopedia de consulta. Como la obra de Varrón, la Naturalis Historia fue muy apreciada en la Antigüedad e influyó en San Isidoro y en el Medievo. Incluso hoy, a pesar de los errores propios de ña época, mantiene su interés.

    Juristas

    4.- El derecho romano.

    El mayor legado que dejó Grecia a la civilización occidental fue si Filosofía, que ha influido en la historia del pensamiento europeo hasta el momento presente. La más preciada herencia que Roma legó a Europa fue su Derecho, base de las ordenaciones jurídicas de Occidente.

    El sentimiento jurídico es innato en el pueblo romano. El Derecho regulaba las relaciones entre el ciudadano y el Estado (Derecho público, constitucional) y entre el ciudadano y el ciudadano (Derecho privado, civil). Como exponente de la compleja meticulosidad del Derecho romano se exponen a continuación las distintas facetas del Derecho civil:

    • Derecho real. En la ordenación jurídica de la propiedad establecieron la importante distinción entre posessio y dominium. El posessor es el que dispone de una cosa; el dominus, el dueño absoluto de ella, con facultad de enajenarla. Así pues, cuando un terreno enemigo pasa a pertenecer al ager publicus los antiguos propietarios suelen seguir siendo posessores, pero pierden el dominium.

    • Derecho de obligaciones. Define las relaciones entre un acreedor, creditor, y un deudor, debitor, sobre el cual el primero tiene ciertas atribuciones legales. Esta relación puede nacer libremente por un contrato, o por un hecho delictivo con que el debitor ha lesionado los intereses del creditor (hurto u ofensa). Con esto los romanos ya establecieron la figura jurídica de responsabilidad civil.

    • Derecho familiar. Establece los derechos de la mujer en el matrimonio, la patria potestas, las relaciones de parentesco y sobre todo la tutela, por la que un ciudadano, curator, representa ante la ley los intereses de una persona que por alguna causa está incapacitada jurídicamente.

    • Derecho sucesorio. Es importante señalar que ya entre los romanos, si se aceptaba una herencia, se aceptaban también las deudas.

    5.- Ius Gentium.

    El Derecho romano no se limitó a codificar las relaciones entre ciudadanos. La expansión territorial de Roma la pone en contacto con otros pueblos que tienen instituciones jurídicas incluso más antiguas, con los que establece tratados políticos, comerciales, etc.

    Para regular las relaciones con estas gentes se crea el ius gentium. La función primordial del praetor peregrinus es precisamente entender en procesos entre ciudadanos y extranjeros y compaginar las leyes romanas y extranjeras.

    Esta fidelidad romana a la palabra dada y a los tratados internacionales es proverbial y se encuentra atestiguada en fuentes no romanas, por ejemplo en la Biblia.

    El ius gentium pierde su razón de ser y desaparece cuando Caracalla concede la ciudadanía romana a todos los habitantes libres del imperio, que ya pasan a regirse por las leyes para los ciudadanos romanos. Reaparece en el Medievo con la fragmentación de la Romanía bajo la forma de Derecho Internacional.

    6.- La Ley de la XII Tablas.

    Antes de la Ley de las XII Tablas, el Derecho estaba controlado por los patricios, concretamente por los Pontífices, que tenían una función religiosa y jurídica a la vez. En el 462 a.C. la plebe consiguió que se nombrase una comisión para redactar un código común a patricios y plebeyos. Esta comisión visitó Grecia y estudió sus leyes, especialmente las de Solón. En el 451 se formó un colegio de diez varones, decenviri legibus scribundis, que presentó diez tablas de leyes que fueron aprobadas en los comicios centuriados. Posteriormente, otra comisión de patricios y plebeyos redactó otras dos tablas que fueron aprobadas en el 449. Las doce tablas, grabadas en madera, fueron colocadas en el foro.

    La Ley de las XII Tablas supuso el paso de un derecho religioso y de privilegios a un derecho laico e igualitario. Es la base de la ordenación jurídica romana y, en consecuencia, de todo el derecho occidental. Los niños la aprendían en la escuela tu carmen necessarium. A nosotros ha llegado fragmentariamente una redacción posterior a través de citas de juristas y gramáticos.

    7.- Principales juristas.

    La aplicación de las leyes al pie de la letra puede llevar a una situación de máxima injusticia. Las leyes romanas, a pesar de su precisión, eran flexibles y se prestaban a una interpretación según el caso concreto. Cuando los Pontífices dejan de ser los únicos capacitados para interpretar la ley, nace una nueva profesión: la jurisprudencia.

    Entre los principales jurisconsultos romanos pueden destacarse los siguientes:

    7.1.- Período preliterario.

    • Apio Claudio el Ciego, que escribió el tratado De usurpationibus.

    • Cneo Flavio, escriba del anterior, que publicó las fórmulas de acciones judiciales, Ius Flavianum.

    • Tiberio Coruncanio, Que ya en el 254 atendía consultas jurídicas.

    7.2.- Período literario republicano,

    • Sexto Elio Peto, que en sus Tripertita exponía la Ley de las XII Tablas, su interpretación y las acciones judiciales que se derivan de ella.

    • Quinto Mucio Escévola, el Pontífice clasificó todo el Derecho romano en 18 libros.

    • Publio Mucio Escévola, compiló los antiguos Annales Maximi.

    • Cicerón, De legibus.

    7.3.- Período imperial.

    Con el advenimiento del nuevo régimen, cambia la administración de justicia. El emperador, en virtud de la tribunitia potestas, se reserva el derecho de revisar y revocar las sentencias, por lo que tiene que rodearse de entendidos en Derecho a los que confiere autoridad para dictaminar ante problemas jurídicos (ius respondendi). Nace por primera vez un cuerpo de juristas. También compete al emperador, en virtud de su imperium proconsulare la administración de justicia en el ejército y en las provincias imperiales, para lo que se crea el tribunal del Princeps Entre los juristas de los siglos I y II d. C. se pueden citar a:

    • Labeón y Capitón en tiempos de Augusto.

    • Próculo y Sabino, directores de escuelas jurídicas contrapuestas, bajo los Claudios.

    • Coceyo Nerva y Casio Longino, bajo los Flavios,

    • Con Cayo y Juliano, bajo los Antoninos, comienza la gran época del Derecho romano que culminará en el siglo III con Papiniano, Ulpiano y Paulo.


    Tema 11

    FILOSOFÍA

    LA FILOSOFÍA EN EL MUNDO CLÁSICO ENTRE EL SIGLO III a. C. Y EL II d. C.

    TITO LUCRECIO CARO

    MARCO TULIO CICERON

    Cicerón filósofo

    Obra filosófica

    Estilo literario

    DESDE SÉNECA HASTA FINALES DEL SIGLO II d. C.


    1.- La filosofía en el mundo clásico entre el siglo III a.C. y el II d. C.

    Cuando la cultura latina entra en contacto con la griega en el siglo III a.C., la filosofía en Grecia atraviesa un período de declive que se prolongará durante cinco siglos. Tras la muera de Aristóteles en el 322 a.C. y la desmembración del imperio de Alejandro, el pensamiento griego deja en segundo término al estudio del ser y busca ante todo una norma de comportamiento. A una etapa metafísica sigue una etapa ética que finalizará en el siglo III d. C. con la aparición de los neoplatónicos.

    Durante este período dos corrientes éticas ocuparán el campo del pensamiento en el mundo clásico: el estoicismo y el epicureísmo.

    Dado que este bache metafísico coincide exactamente con el nacimiento y posterior desarrollo de la literatura latina, la filosofía romana será una filosofía moralista y no se encontrará en ella ningún pensador metafísico. Por otra parte, este concepto ético de la filosofía se adapta perfectamente al pragmatismo innato del pueblo latino. En Roma, por lo general, o se es estoico (Lucio, Séneca, Persio) o se es epicúreo (Lucrecio, Horacio, Petronio…).

    2.- Tito Lucrecio Caro.

    • El autor. Poco se sabe de la vida de Tito Lucrecio Caro. Se puede dar como fecha probable de su muerte el año 55 a.C. y, si hemos de creer a San Jerónimo, había enloquecido a consecuencia de un filtro amoroso, compuso sus poemas en ratos de lucidez y se suicidó a la edad de 43 años. Cicerón, pese a su natural aversión a la filosofía epicúrea, se encargó de la edición de la obra tras la muerte del autor, respetando la versión original que el poeta no pudo terminar de pulir.

    • Características. La poesía de Lucrecio es un reflejo de la crisis que sufre la religión romana tradicional, cuando entra en contacto con las divinidades orientales y el escepticismo griego. En efecto, Lucrecio escribes su poema De rerum natura para liberar al hombre de la superstición, “del miedo a los dioses y a la muerte”. Es la ciencia la que debe liberar al hombre de la angustia, no la creencia en los dioses. Consecuentemente, siguiendo la doctrina de Epicuro, explica la naturaleza de las cosas prescindiendo por completo de la mediación divina (la doctrina estoica enseña todo lo contrario) por medio del atomismo materialista de Leucipo y de Demócrito, que era la doctrina física que había adoptado la filosofía epicúrea. Cuando cita a Venus al principio de su obra, no la considera una divinidad, sino una alegoría del amor, que juntamente con el odio, mueve el mundo.

    No se limita al estudio del cosmos. Ésta no es la finalidad de la filosofía epicúrea, sino un paso previo indispensable para el estudio del hombre y para que éste saque el máximo provecho de los bienes de este mundo. Estudia la percepción y los sentimientos humanos y considera al hombre compuesto de cuerpo y alma, si bien el alma es mortal al contrario que los átomos que componen el mundo. No es pues de extrañar que no fuese del aprecio de San Jerónimo y que los datos que este aporta no sean muy de fiar.

    3.- Marco Tulio Cicerón.

    3.1.- Cicerón filósofo.

    Para Cicerón la filosofía no constituye un fin en sí mismo, sino un elemento indispensable dentro de la vasta cultura general que debe poseer el orador. Este pragmatismo en el estudio de la filosofía, que le hace estudiar todos los sistemas, y quizá una deformación profesional producida por el ejercicio de la abogacía le conducen a un eclecticismo rayando en el escepticismo.

    Pero para Cicerón la filosofía, además de una herramienta de trabajo en el foro o en la curia, es una afición a la que debe dedicar su ocio y un refugio en los momentos difíciles.

    3.2.- Obra filosófica.

    En los últimos tres años de su vida, una serie ininterrumpida de desgracias públicas y familiares afligen a Cicerón. La victoria de César. La muerte de su querida hija Tulia, el divorcio de Terencia, el insensato matrimonio con la joven Publilia, la muerte de Terencia, el divorcio de Publilia, la devolución de la dote, etc., angustian al viejo luchador que, para no caer en la desesperación busca consuelo en la filosofía. De esta época (46-43 a. C.) son la mayoría de sus tratados filosóficos.

    • Políticos.

    • De re publica libri VI. Trata del gobierno del Estado

    • De Legibus libri III. Aborda el origen y naturaleza de las leyes.

    • Filosóficos propiamente dichos.

    • Paradoxa stoicorum. Desarrolla algunas máximas estoicas.

    • Academia. Expone la teoría del conocimiento de la Nueva Academia.

    • De finibus bonorum et malorum libro V. Se plantea el problema del Summum bonum, criticando a estoicos y epicúreos y defendiendo la moral de la Academia.

    • Tusculanae disputationes libri V. Se disputa sobre temas transcendentales como la muerte, el dolor, las preocupaciones, las perturbaciones del alma y la virtud.

    • Cato Maior. De senectute. Diálogo en el que los interlocutores discuten sobre la vejez.

    • Laelius. De amicitia. Diálogo sobre la amistad.

    • Religiosos.

    • De divinatione libri II. Sobre las señales que los dioses envían a los hombres para que conozcan el porvenir.

    • De fato. Combate la doctrina estoica sobre el destino.

    • De natura deorum libri III. Expone las doctrinas estoicas y epicúreas sobre la naturaleza y existencia de los dioses.

    A pesar de su eclecticismo, Cicerón simpatiza en líneas generales en sus tratados con el academicismo de Platón y se muestra abiertamente contrario al epicureísmo.

    4.- Lucio Anneo Séneca.

    4.1.- Séneca filósofo.

    Séneca es el primer filósofo romano en toda la extensión del término. Desde que aprendió las primeras lecciones del estoico Atalo y del pitagórico Sición hasta el último momento de su vida, la filosofía fue su eterna compañera.

    Con Séneca, el pensamiento filosófico alcanza su forma más romana:

    • Se inclina fundamentalmente por el estoicismo, la doctrina que está más en consonancia con el carácter tradicional romano.

    • Pero su estoicismo no es absoluto, sino teñido de eclecticismo.

    • En se plante problemas metafísicos, sino morales. Le importa ante todo el comportamiento humano.

    • Sus normas las induce de la experiencia, haciendo un profundo examen introspectivo.

    • Es sobre todo el filósofo de los sentimientos, le interesa ante todo profundizar en el alma humana.

    4.2.- Obra filosófica.

    Al contrario que Cicerón, la obra filosófica de Séneca se reparte a lo largo de toda su vida. Puede clasificarse de la siguiente forma:

    • Diálogos. Aunque se llaman así, no están escritos de forma dialogada. Los títulos indican por sí solos la temática: De vita beata, De brevitate vitae, De providentia, De ira, De otio, De clementia…

    • Consolaciones.

    • A Marcia, hija de Cremucio Cordo, que había perdido un hijo.

    • A su madre Helvia. Escrito durante el destierro en Córcega.

    • A Polibio, liberto de Tiberio, por la muerte de un hermano. También la escribió en su destierro en Córcega. En ella adula a este favorito del emperador para que interceda por su vuelta a Roma.

    • Naturales quaestiones. Retirado ya de la vida política en el 62, Séneca aborda el estudio de la Naturaleza para obrar de acuerdo con ella.

    • Cartas a Lucilio. También de su época de retiro datan las 124 cartas que dirigió a su joven amigo Lucilio y que constituyen una auténtica dirección espiritual. Son la expresión más romana del estoicismo el objeto de la filosofía no es la satisfacción espiritual que produce el conocimiento, sino una ayuda para que el hombre tenga una meta a donde dirigirse y pueda vivir de acuerdo con la naturaleza.

    4.3.- Estilo literario.

    El estilo de Séneca se opone diametralmente al de Cicerón. Gusta de la frase corta y de la sentencia literaria y usa con frecuencia la antítesis. No hay que olvidar que es hijo de un retórico, por lo que escribe según el estilo de su época. En cuanto a las ideas, es desordenado, incurre en repeticiones y le falta un esquema previo. Pese a todo esto, ha sido muy leído en todos los tiempos por la altura moral de sus pensamientos.

    5.- Desde Séneca hasta finales del siglo II d.C.

    En este período, el estoicismo se convierte con frecuencia en arma contra el autoritarismo y en refugio espiritual de republicanos. Séneca y Peto Trásea murieron por orden de Nerón y Musonio Rufo y Cornuto, el maestro de Persio, fueron desterrados. Estoicos también fueron el esclavo frigio Epicteto, que escribió unas Máximas y el emperador Marco Aurelio autor de un soliloquio en griego.

    En el siglo II surge de la Retórica un movimiento llamado Segunda Sofística, que en realidad poco tiene que ver con la Filosofía. Está compuesto por una serie de oradores ambulantes que venden sus discursos. Entre ellos se cuenta a Apuleyo.


    Tema 1

    POESÍA ÉPICA

    INTRODUCCIÓN.

    HOMERO: AEDO Y POETA ORAL.

    LA ILIADA Y LA ODISEA.

    Temática de la Iliada y la Odisea.

    El héroe homérico.

    HESIODO.

    Ambiente social, ideológico y crítico.

    Escuela hesiódica.



    La voz griega “epos” significó primero “palabra” y después “relato”, “narración heroica”. El poeta épico, en oposición al lírico se ajusta al acontecer del mundo exterior y, en particular, a los hechos heroicos de los tiempos primitivos. Las apreciaciones típicas de una consideración épica del mundo no están vinculadas a una época determinada, sino que su presencia puede comprobarse también en nuestros tiempos, a esta saga pertenecería también el Poema del Mio Cid o la Chançon de Roland. El origen de la forma épica hay que buscarlo en el recuerdo de las hazañas de los antepasados que, a través de la tradición oral, perviven generación tras generación.

    Además, esta poesía se distingue por el uso del hexámetro dactílico, metro utilizado desde la época más antigua hasta los poetas del siglo IV d.C.. Las fuentes antiguas coinciden en señalar la identidad del hexámetro de los Himnos, el de los oráculos y el heroico, subrayando su origen sagrado y el hecho de ser de importación extranjera.

    La unidad métrica de esta hexapodia (seis pies), cuya repetición sucesiva forma el metro, es el Dactilo, integrado por una sílaba larga, adoptando el pie la forma de un espondeo. Contando además el verso con una serie de cesuras o pausas, de entre las cuales las más importantes son las triemímeres, pentemímeres, pentemímeres femenina, heptemímeres y dieresis bucólica.

    Al hablar de épica fundamentalmente se piensa en Homero y dentro de este en su Iliada y Odisea, aunque también compuso Himnos… Es el primer autor en recoger la tradición oral, de ahí el carácter artificial de su lengua, en las que subsisten elementos dialécticos anteriores justificados por necesidades métricas y por el tipo de transmisión oral de los poetas, lo que lleva a un problema de autoria, “la cuestión homérica”, que ha polarizado la crítica posterior en torno a si Homero es autor o no de sus poemas. Tema respecto al que la opinión más extendida da la autoría a Homero, sino del total, sí de la recopilación final de la obra. El mundo que describe Homero es el micénico de los grandes héroes a los que ensalza en sus poemas entorno a un gran acontecimiento histórico, la Guerra de Troya. Frente a este mundo de nobles se halla la obra de Hesíodo cuyos poemas se vienen llamando “épico-didácticos”, conectados con la filosofía y cosmogonía de otras civilizaciones. El contenido de la poesía teogónica presentada por Hesíodo es el resultado de la tradición de la poesía religiosa que recogía la genealogía de los dioses, la creación del mundo y otros hechos. El carácter de su composición sigue siendo oral, aunque decae en precisión y riqueza respecto a las composiciones homéricas. Entre sus obras, la Teogonía (origen de los dioses), es la primera teología sistemática de los antiguos que intentan presentar el origen del mundo y los dioses en un grandioso sistema teológico, en ella los críticos reconocen un gran número de interpolaciones claramente añadidas.

    En cuanto a los Trabajos y los días, exponen la idea de que sólo el trabajo honesto puede conducir a la felicidad.

    Existe un certamen lírico entre Homero y Hesíodo, procedente del siglo V, en el cual sale triunfante este último.

    1.- Homero: aedo y poeta oral.

    Los aedos que Homero nos describía no leían: componían o repetían de viva voz, ayudándose de la memoria. Ello era facilitado porque en este tipo de poesía bucólica abundan las fórmulas, es decir, las frases hechas para expresar siempre de la misma manera las mismas acciones o los calificativos que atribuyen a los héroes. Esto es característico de la llamada poesía oral.

    Hay que distinguir a los aedos de los rapsodas que recitaban, no cantaban, la poesía homérica. El aedo creaba sin ayuda de la escritura, cantando con el acompañamiento de la lira. El rapsoda repite la poesía épica con la posibilidad de recurrir a un texto escrito (aunque normalmente actuaba de memoria) y lo recitaba marcando el tiempo con un bastón.

    Pero también hay que distinguir a los rapsodas que recitaban poesía homérica en fecha histórica, sobre todo en fiestas (las de Apolo en Delfos, las Panateneas en Atenas), incluso funerarias. Estos rapsodas son más parecidos a los juglares medievales. A Homero, en cambio, hay que figurárselo como uno de los aedos que él describe. Pero él los describe en los palacios de los reyes de la época que él inmortaliza en sus poemas. Mientras que sus poemas se refieren a la época micénica, a Homero hay que colocarlo mucho después, en una sociedad regida por las aristocracias locales, después del hundimiento de las grandes monarquías micénicas.

    El aedo es, pues, la persona encargada de conservar la poesía épica oralmente. Tras un período de formación se convierte en un artesano y en un asalariado. Cada vez que canta el poema lo vuelve a recrear. No aspira a una reproducción memorística del poema, sólo a saberse la historia. Tiene que saber la saga histórica y los elementos típicos (fórmulas, versos repetidos, escenas típicas…) para recurrir a ellos cuando falla la memoria, pero no tiene que saberse la epopeya palabra por palabra. Va improvisando progresivamente, no puede detenerse a pensar ni volver atrás a retocar nada.

    Cuando desaparece el aedo con capacidad memorística se pasa al rapsoda, lo que origina el cambio de la poesía oral a la escrita. Dado que el rapsoda ya no tiene esa capacidad creadora del aedo, entonces surgió la necesidad de la escritura. La fecha de la introducción de la escritura suele establecerse hacia el 700 a.C. si bien tuvo que sufrir un período de adaptación.

    Más interesante, si cabe, que la distinción entre aedo y rapsoda es la distinción entre aedo-rapsoda y poeta. Si bien es cierto que para los griegos posteriores “el poeta” por antonomasia era Homero, no lo es menos que el término poeta surge en la segunda mitad del siglo V. Los poetas épicos y líricos se calificaban a sí mismos como aedos, término que no distingue entre el que compone el poema y el que lo canta. En realidad, el nacimiento del término “poeta” está en conexión con la necesidad de distinguir a partir de este momento, entre el compositor y el ejecutante. Dicha distinción no se daba en la tradición épica. El ejecutar era un acto de creación, en la medida en que se permitía una modificación y esa modificación era sentida como realmente existente. El componer poemas aparte y previamente a su ejecución era inconcebible. No existía un texto fijo compuesto por un poeta y que fuera ejecutado luego una y otra vez por meros cantores. A partir de un cierto momento fue clara la conciencia que los ejecutantes de la épica, que ya no cantaban, sino recitaban (rapsodas), no hacían otra cosa que repetir poemas procedentes de un ciclo prácticamente cerrado. No existía al lado de ellos el compositor de nuevos poemas o si existía, como en el caso de Hesíodo, eran llamados todavía “aedos”, con el viejo término ambiguo. Los líricos continúan calificándose a sí mismos de “aedos”, aunque no les falta conciencia de su originalidad, a diferencia de Homero.

    2.- La Iliada y la Odisea: temática. El héroe homérico.

    2.1.- Temática de la Iliada y la Odisea.

    El tema de la Iliada es la cólera de Aquiles. Agamenón, caudillo de los griegos, ha raptado, ante los muros de Troya, a Criseida, hija del sacerdote de Apolo. Éste, a ruegos del ofendido sacerdote, desata la peste en el ejército griego, y después de que, por mandato de Aquiles, se convoca una asamblea de sus ejércitos, el adivino Calcas declara las causas de la desgracia. Agamenón se ve obligado a devolver a Criseida, pero usurpa a Aquiles la esclava Briseida, a la que éste había apresado a su vez. Los ánimos se excitan; Aquiles está a punto de desenvainar la espada contra Agamenón, pero es contenido por la diosa Atenea. Encolerizado, se retira de la lucha con sus guerreros, abandonando a su suerte los restos del ejército griego. Su madre Tetis le promete implorar de Zeus que los troyanos salgan victoriosos hasta que los griegos le den satisfacción. Los troyanos recuperan así la ventaja. Tras prolongados combates, los griegos envían una embajada a Aquiles para inducirle que vuelva al combate, aunque sin resultado (libro 9). La situación de los griegos se agrava cada vez más y Héctor está a punto de provocar el incendio de las naves griegas. Como sea que Aquiles ve huir a los griegos del campo de batalla, envía a su amigo Patroclo para que averigüe las causas del hecho (libro 11). Finalmente, Aquiles permite a su amigo que, vistiendo su propia armadura, guíe a los griegos en su lucha. Los troyanos toman a Patroclo por Aquiles y, después de un violento ataque en el cual sucumbe primero Sarpedón, hijo de Júpiter, es muerto a su vez Héctor, el más valiente de los troyanos, con ayuda de Apolo (libro 16). A la noticia de la muerte de su mejor amigo, la cólera de Aquiles contra los griegos desaparece y éste pronuncia su ardiente deseo de vengarse de Héctor y éste es muerto a la vista de sus padres, atado al carro de combate y arrastrado hasta el campamento de los griegos (libro 23). El libro 23 se refiere al entierro de Patroclo y los juegos organizados en su honor. Príamo, anciano padre de Héctor, decide trasladarse al campamento griego para pedir la devolución del cadáver de su hijo. Aquiles que piensa a su vez en su viejo padre, accede a las súplicas del anciano rey, y el poema épico termina con una atmósfera de reconciliación, con el llanto fúnebre por Héctor.

    Es necesario decir que la Iliada no se trata de toda la guerra, sino de un breve período de ella.

    En la Iliada destaca en primer plano el heroísmo y las escenas bélicas, pero no por ello faltan rasgos de fina sensibilidad humana, pasajes como la despedida de Héctor y el dialogo de Príamo con Aquiles llegan a producir la impresión de que el poeta, en el fono de su corazón, estaba del lado de los troyanos.

    Los libros de la Odisea son:

  • Asamblea de dioses. Se decide que Odiseo, que se encuentra con la ninfa Calipso regrese a Ítaca, su patria. Atenea, bajo la figura de Mentes, va a Ítaca a exhortar a Telémaco, hijo de Odiseo, a que pida noticias del paradero de su padre en Esparta y Pilos.

  • Preparativos del viaje de Telémaco. Atenea, bajo la figura de Mentor, le protege contra los pretendientes de Penélope.

  • Visita de Telémaco a Néstor, en Pilos. Éste le aconseja que se traslade a Esparta y vaya a casa de Menelao.

  • En Esparta se entera de que su padre vive todavía y que se encuentra retenido por la ninfa Calipso en la isla de Ogigia. A su regreso los pretendientes le acechan sin resultado.

  • Hermes va a ver a Calipso y le ordena que deje volver a su patria a Odiseo, que se consume en la nostalgia de su querida Ítaca. Éste construye una balsa. Poseidón, su enemigo, le envía una tempestad y Odiseo desembarca en la isla de los feacios.

  • Allí sorprende a Nausica, hija del rey, jugando a la pelota con sus compañeras. Recibe de ella vestidos y comida y es conducido a la ciudad.

  • El rey de los feacios, Alcinoo, le ofrece hospitalidad, y él, a su vez, anuncia su regreso a Ítaca.

  • Fiesta en el palacio de Alcinoo. Demódoco canta la caída de Troya. Odiseo oculta su cabeza y llora. Alcinoo lo advierte. Invita a sus huéspedes a presenciar la fiesta de juegos y combates en la cual también participa Odiseo con éxito. Más tarde, Alcinoo le pregunta la causa de su tristeza y le pide que le diga su nombre y origen.

  • Odiseo se da a conocer y cuenta sus aventuras en el país de los ciconios, de los lotófagos y del cíclope Polifemo.

  • Episodio de Eolo, dios del viento, y de la hechicera Circe.

  • Visita al tártaro donde a Odiseo se le predice su destino. Así mismo, el adivino Tiresias le profetiza nuevas fatigas.

  • Aventura con la sirena Escila y Caribdis. Sus compañeros se apoderan de unos bueyes de Apolo, dios del sol. Como castigo, la nave se estrella y Odiseo es arrojado a la isla de Ogigia, donde mora Calipso.

  • Partida de la isla de los feacios y desembarco en Ítaca. Odiseo despierta en Ítaca y, entre lamentos, no reconoce su patria.

  • Odiseo, bajo la figura de mendigo, llega a la pocilga del fiel porquerizo Eumeo y le cuenta una historia inventada de su vida.

  • Telémaco abandona Esparta y se traslada a Ítaca donde se encuentra al porquerizo.

  • Odiseo se da a conocer a su hijo, urden un plan para castigar a los orgullosos pretendientes.

  • Odiseo llega a su propio palacio disfrazado de mendigo. Es objeto de la burla del pastor de cabras. El viejo perro Argos reconoce a su dueño y muere.

  • La disputa con el mendigo Iros.

  • Odiseo y Telémaco sacan las armas de la sala. Odiseo, bajo la figura de mendigo, cuenta la supuesta historia del héroe. La nodriza Euriclea reconoce a Odiseo por una cicatriz, mientras éste se lava los pies.

  • Preparativos de fiesta.

  • Penélope trae el arco de Odiseo y pide a los pretendientes que midan sus fuerzas en un certamen. Ninguno de ellos consigue tender el arco. El mendigo pide permiso para probar sus fuerzas. Tiende el arco con toda facilidad y hace pasar la flecha a través de todas las hachas.

  • Odiseo mata a los pretendientes y castiga a las infieles mujeres de la servidumbre.

  • Se da a conocer a Penélope. Después de la gran desdicha, apenas alcanza a comprender el cambio de ésta y sólo puede convencerla la historia del lecho construido por él mismo.

  • Odiseo sale al campo para ir a ver a su anciano padre Laertes.

  • Con la Odisea nos sentimos transportados a un mágico país de luz y color. Escenas de la más aguda y delicada observación psicológica alternan con momentos de gran intensidad dramática y magníficas descripciones del paisaje.

    La Odisea constituye además un reflejo de la época de la colonización griega, de los grandes viajes a lo desconocido en que, aparte de los rasgos fabulosos, era plenamente posibles destinos como los de Odiseo.

    2.2.- El héroe homérico.

    Los poemas homéricos nos presentan la vida e ideales de una determinada clase social: la nobleza. Es por ello que los poemas tienen un carácter eminentemente aristocrático. El mundo homérico se define por la oposición total entre >ðγððós y ðððós.

    >ðγððós es el guerrero capacitado y valiente que, en tiempo de guerra, obtiene el éxito y, en sazón de paz, goza de las ventajas sociales inherentes a su condición. No se requieren otras cualidades éticas para hacerse acreedor de tal mención. Pies ligeros y capacidad combativa dicen más en relación con la virtud que otras excelencias espirituales. Cuando >ðγððós y ðððós se oponen no siempre está claro si el poeta se refiere al valiente y al cobarde o al noble y al plebeyo. Este último sentido es prevalente como el superlativo del primero, >ðρðσðós.

    El héroe homérico puede realizar acciones que demuestran a las claras que no es un hombre prudente, justo… sin dejar por ello de ser >ðγððós. Ser un ðððós es ser una clase de persona a la cual se puede hacer ðððð impunemente.

    El >ðγððós, como clase social, se define por ser poseedor y depositario de su propia excelencia o virtud que se denomina >ðρðððð El hombre excelente puede hacer cosas que la opinión general desaprueba, sin dejar por ello de serlo (caso de los pretendientes de Penélope).

    La opinión que los demás tengan de uno representa un verdadero valor: el ser honrado por los demás es decisivo. Este humor está con frecuencia simbolizado en cosas materiales (recompensa) o no (honra). La culminación de la opinión es la “gloria”. La sazón del fracaso es la censura pública. Si un guerrero tiene buena fama para que ni sus mismo enemigos presten crédito a algún concreto fracaso, ya hay deshonor.

    El examen de todos estos términos descubre un sistema de valores basado en una norma estrictamente competitiva. La moral de la aristocracia griega en la epopeya es esencialmente “agonal” (de enfrentamiento). Mediante esos elementos agonales el individuo busca el reconocimiento de sus méritos, y al lado de ellos, otros elementos restrictivos y cooperativos, fundados en el respeto a instancias exteriores al individuo. La misma sanción social constituida por la idea de gloria o fama es la primera restricción. Esta censura social se expresa por el par ðððððð ððσðρððð Si lo bello produce gloria, lo feo produce vergüenza. En segundo lugar, existe el concepto de “respeto” ante determinadas personas, “abstención”, “vergüenza” ante determinados hechos. En ambos casos se retrocede ante la opinión colectiva.

    3.- Hesíodo.

    Surge el problema de su relación con Homero pues los antiguos se inclinaban a la idea de que era mayor que Homero, pero otros le hacían de igual o menor edad.

    Sus dos obras más destacadas son Teogonía y Trabajos y días, ambas se complementan. La Teogonía describe el origen del mundo, que es al tiempo el origen de los dioses, y luego el origen de las distintas generaciones de dioses, hasta llegar a la que, con Zeus, supera la brutalidad antigua y entroniza la inteligencia y la justicia; sigue hasta hablar del nacimiento de los héroes, hijos de dioses y mujeres mortales y viceversa. Pero habla poco del hombre, aunque a él alude a través del mito de Prometeo, del nacimiento de Afrodita, y este tema es el central de Trabajos y días, “el hombre”, sobre todo su relación con Zeus y el imperativo de que el hombre siga la ley del trabajo y de la justicia.

    3.1.- Ambiente social, ideológico y crítico.

    Los poemas homéricos y hesiódicos pertenecen al género de la poesía narrativa cuyos elementos se añaden unos a otros sin un esquema cerrado, en hexámetros y dialecto épico. Los cantaban los aedos en fiestas y banquetes. Pero son fundamentalmente distintos pues los poemas homéricos celebran las hazañas de los héroes, que están en estrecha relación con los dioses Olímpicos, estos héroes son los supuestos o reales antepasados de los nobles del siglo VIII.

    En Hesíodo encontramos los poemas de un campesino de Beocia que nos habla de los problemas de la vida del pueblo trabajador y los nobles aparecen sólo en la figura de los “reyes”. Los dioses que aparecen en los poemas hesiódicos no son sólo los Olímpicos, sino también deidades monstruosas de los tiempos antiguos y abstracciones como Justicia y Memoria.

    Hesíodo pertenece al pueblo trabajador que no lleva una vida fácil: se prescribe el ahorro, la ayuda mutua entre vecinos y amigos, se mira con desconfianza a la mujer que consume y no trabaja, se recomienda tener un sólo hijo para repartir la herencia...

    Así como la moral del trabajo es desconocida por Homero, el tema de la justicia, en el sentido de protección a ciertas clases menos favorecidas y de evitar el abuso, no lo era enteramente. Zeus protegía, en los poemas homéricos, a los reyes justos, pero en Hesíodo la figura de la divinidad es central y amenaza a los hombres en general con el castigo divino. Por esto, toda la obra Trabajos y días está centrada en el tema de Zeus, quien hizo buena para los hombres la rivalidad en el trabajo para hacer prosperar la ciudad. E igual ocurre en Teogonía donde Zeus permitirá un mundo justo y sin guerras.

    Este es el mundo humano de los poemas, enlazando con el divino recogido por Zeus, que da o arrebata la riqueza según la justicia y el trabajo de cada cual, con un énfasis especial en el aspecto agrario, representado por Deméter y Dionisos.

    3.2.- Escuela hesiódica.

    Además de Teoginía y Trabajos y días, existía en la antigüedad una serie de poemas atribuidos a Hesíodo, poemas genealógicos, poemas didácticos y poemitas épicos. Es muy dudosa la atribución a Hesíodo de esta poesía, entre ellos están El catálogo de las mujeres y El escudo. Otras obras consideradas seudo-hesiódicas son Las grandes Eas, La boda de Ceix, Los consejos de Quirón, Los grandes trabajos


    Tema 2

    LA POESÍA LÍRICA

    RASGOS GENERALES DE LA POESÍA MONÓDICA

    Safo de Éfeso

    RASGOS GENERALES DE LA POESÍA ELEGÍACA

    Sólon

    Teognis de Megara

    RASGOS GENERALES DE LA POESÍA YÁMBICA

    Arquiloco de Paros

    RASGOS GENERALES DE LA POESÍA CORAL

    Píndaro


    Por su temática, la lírica puede tener un contenido de gran variedad: abarca desde un canto de bodsa a una violenta sátira, la

    1.- Rasgos generales de la poesía monódica.

    La lírica monódica consiste en una ampliación de los elementos monódicos del complejo de música, danza y canto en que intervenían un coro y un solista. El proemio, el epílogo o las monodias que intercambiaban los coreutas entre sí o con el coro, podían ampliarse, llegando inclusive a la estructura ternaria. Esta lírica monódica se representó en el contexto del banquete o de la fiesta de grupos cerrados.

    Es en la isla de Lesbos donde la monodia se desarrolló primeramente. Fanocles narra en su obra Erotes que mujeres tracias habían descuartizado a Orfeo, pero que su cabeza y lira fueron arrastrados por la corriente hasta Lesbos donde recibieron sepultura. La fama poética de la isla se debía a autores como Alceo y Safo, y, anteriormente a ellos, a Terpandro de Antisa. De ellos vamos a profundizar en su figura más polémica: Safo.

    1.1.- Safo de Éfeso.

    Perteneciente a los círculos de la aristocracia, hereda de ellos el culto a la belleza y el refinamiento, y el desprecio por la mujer rústica. Aparece rodeada de un círculo sáfico, un “coro de amigas”, a quienes, en conjunto o individualmente, se dirigen sus poemas. Cuando habla de sí misma se trata también de experiencias de belleza, de fiesta, de amor, en unión a las jóvenes.

    Este es el ambiente de Safo, sólo hay, aparte de los Epitalamios, con excepción, breves poemas de amor heterosexual. El tema de Safo y su círculo de muchachas es polémico desde la antigüedad y recibe tres respuestas básicas:

  • Safo educaba a las muchachas nobles de Lesbos y Jonia, con lo que se ayudaba económicamente.

  • Hay una relación erótica en un mundo de ceremonias religiosas, fiesta, bebida, danza, bella naturaleza, hermosos vestidos, y con Safo en el centro. Es un centro paralelo a los masculinos existentes, pero con intereses diferentes.

  • Se presenta a Safo como una bisexual.

  • Toda prostitución o corrupción son inciertas, pero las ideas del círculo y de centrarse en torno a los cultos eróticos, a la belleza y al amor no pueden rebatirse y hay que comprenderlos dentro de una sociedad en que los sexos viven, en el plano afectivo, vidas separadas y sólo coinciden en el matrimonio, con fines reproductores.

    Su obra culmina en los poemas que se refieren a su círculo femenino y expresan sus sentimientos más personales.

    Destacan sus Himnos, dedicados a distintas divinidades, destacando Afrodita. También destacan un grupo de poemas denominados Epitalamios, poemas de encargo compuestos para ser cantados de forma coral en las bodas de Lesbos.

    Su lenguaje es sencillo, entretejiendo epítetos tradicionales y nuevos, ligados a su mundo de belleza y enlaza nuevas imágenes, incluso mitos, con un estilo directo y claro.

    2.- Rasgos generales de la poesía elegíaca: Solón y Teognis.

    Tiene su origen en los discursos de la epopeya, de los que extrae su carácter exhortativo, algunas descripciones y elementos lingüísticos. También cuenta con una raíz popular, el canto de duelo, donde se mezcla el duelo y la alegría báquica. Su métrica es el dístico elegíaco donde, acompañados de flauta, se alterna el relato con el lamento del coro.

    También se relaciona la elegía con cultos religiosos, como el de Deméter, y con la épica.

    La Elegía es la poesía de la exhortación y la reflexión sobre los temas más diversos: militares, políticos, morales, himnos a los dioses, temas autobiográficos. Su medio de difusión más común es el banquete.

    2.2.- Solón.

    Es fundamentalmente un hombre de estado: la elegía y el yambo son armas políticas de ataque, defensa o advertencia.

    Los movimientos revolucionarios de la antigüedad exigían:

    • cancelación de deudas,

    • nueva distribución del suelo.

    De estas dos exigencias Solón cumplió la primera, con la prohibición de las deudas que empeñaban a las personas. Prosiguió su obra con una reforma de las medidas y monedas y la concluyó con una legislación nueva.

    Su creación poética es parte de su actividad en el mundo, con dos ideas básicas:

  • Reconocimiento del hombre obligado a todos sus actos, y de la futilidad humana.

  • Confianza profunda en un justo gobierno del mundo.

  • El pensamiento esencial de la ética es la sana medida, y la moderación. En sus elegías se orienta más hacia lo general, mientras que en el yambo habla en causa propia sobre la potencia divina en las cosas, también habla de los largos viajes que emprendió al concluir su obra política.

    2.2.- Teognis de Megara.

    Con su nombre se recopilan 1.400 versos en metro elegíaco, cuya estructura y naturaleza plantean serios interrogantes incluso de autoría.

    Su poesía es propia de los simposios, banquetes… Se evoca a los dioses y se trata el tema del amor heterosexual y homosexual; del mismo modo que se habla de la situación del Estado y del inminente peligro persa. Estas elegías son el eco del rencor y protesta de la aristocracia.

    La diversidad de su obra hace suponer diversos autores. De lo que no se duda son de sus poemas de Cirno, escritos en su vejez a su amado joven Cirno.

    3.- Rasgos generales de la poesía yámbica: Arquíloco.

    Se caracteriza por la admisión del ataque personal y nominal, cuya prolongación natural será la comedia.

    La influencia ejercida por la épica sobre el yambo es menor que sobre la elegía. El origen del yambo se encuentra en canciones rituales sitíricas y obscenas de los cultos de Dionisos y Deméter, así como en refranes populares. Por su ritmo, más próximo a la lengua hablada, fue el metro adoptado por la poesía más realista.

    Desde el siglo VII esta poesía yámbica, igual que la elegíaca, era cantada al son de la flauta. Antes debía ser solamente recitada.

    El pensamiento más expresado en el yambo y también en la elegía es una modificación de la ideología de la aristocracia debida al individualismo de los siglo VII y VI a.C.. Los motivos populares son más frecuentes en el yambo, pero también el pensamiento aristocrático, ya que su desarrollo se realiza en el banquete y las reuniones aristocráticas.

    3.1.- Arquíloco de Paros.

    Su persona se sitúa en la época de las grandes colonizaciones, el siglo VII a.C., en que se ponía en entredicho la posición y los conceptos de clase de la aristocracia. Se ganaba la vida como mercenario extranjero.

    La lucha era su elemento, y lo que la clase aristocrática consideraba como una tradición inamovible suscitaba su oposición, careciendo de significado la tradición, que veía como algo ilusorio. Así, habla con cinismo de la perdida de su escudo. Los motivos primitivos de la lírica, como el vino y el amor, están también presentes en su obra.

    Entre su obra se encuentra los Épodos, género popular que adquiere categoría literaria con nuestro poeta. De origen popular son sus ritmos y el tema del ataque personal y de sátira. Para su composición Arquíloco se ha inspirado en Homero y Hesíodo. Normalmente, cada épodo se reparte en dos mitades equilibradas con un mito central, que a menudo es sustituido por una fábula. El mito o fábula central a veces es colocado al principio o se reduce a un sólo verso o se sustituye por una anécdota o incluso desaparece. Los épodos expresan los sentimientos más personales del poeta.

    En sus yambos escasean las descripciones y exhortaciones, al igual que en sus épodos, lo que unido a la presencia de la fábula, le diferencia de la elegía.

    En sus tetrámetros trocaicos se desvela su estado de ánimo inseguro de sí mismo y resignado y valeroso de la aristocracia de la época minada por el individualismo.

    Arquíloco, en contraste con la épica, pone en primer plano el “ahora”, el “aquí”, el “yo” y no intenta actuar sobre otros hombres con sus poemas, sino que se limita a exponer sus sentimientos e ideas, que son elementales: odio y amor.

    Arquíloco pasó a la posteridad como el fundador del yambo, mostrándonos la movilidad del espíritu, la violencia en el ataque y la sátira, la naturalidad y el realismo que caracterizan este género.

    4.- Rasgos generales de la poesía coral: Píndaro.

    Tiene un carácter religioso y presenta como primer tipo formal el constituido por el proemio y/o epílogo que acompañaban a la acción ritual o el clamor de un coro, cantado por el corego. Esta poesía hímnica no siempre sigue el esquema que comporta una sola intervención del coro y otra del solista, pues pueden multiplicarse las intervenciones.

    Los principales tipos de poesía popular son:

  • Pean: adscrito al culto de Apolo.

  • Treno: canto funerario en honor de personas muertas o héroes que morían en el mito.

  • Himeneo: o canto nupcial.

  • El tipo más antiguo de lírica coral es la mixta, con un proemio y un final monódicos, contados en principio por el corego, y un canto coral. Posteriormente, este tipo de lírica fue sustituido por otro totalmente coral.

    4.1.- Píndaro.

    Su poesía va dirigida al hombre griego que ennoblece su vida en la espléndida actividad del deporte. Es el poeta de príncipes y fiestas comunes, y es la máxima y última cumbre de la poesía coral.

    El principal objeto de la lírica coral pindárica es la celebración de las victorias atléticas en los cuatro centros principales de la agonística deportiva: Olímpia, Delfos, Nemea y Corinto.

    No hay juego que no esté consagrado a uno de los dioses, con lo que queda asumida la presencia de los héroes pasados y del hombre que interviene en ellos.

    Píndaro fue compositor del texto y la melodía de sus himnos, y a veces era director de coro, de la música y de la ejecución coreográfica.

    De su obra, himnos a los dioses, cantos procesionales, coros femeninos, cantos para la danza, trenos para conmemoraciones funerarias, epinicios… sólo se conservan los Epinicios.

    Hay dos tipos de epinicios:

  • Formal, para glorificar al vencedor de un juego y a su pueblo.

  • De oferta, para ofertar de forma disimulada los servicios del poeta para la elaboración de un epinicio formal.

  • En el epinicio se distingue también un elemento de actualidad, un mito y una sentencia.


    Tema 3

    EL DRAMA ÁTICO TRAGEDIA Y COMEDIA

    ESQUILO

    Técnica

    Ideología

    Lengua y estilo

    SÓFOCLES

    Obras

    Técnica

    Lengua y estilo

    Ideología

    EURÍPIDES

    Obras

    Técnica dramática

    Temática

    Lengua y estilo

    ARISTÓFANES

    Arte y estilo

    Ideología


    La palabra griega drama significa acción. Con el perfeccionamiento del teatro, Atenas se sitúa a la cabeza de las ciudades griegas. Puesto que la esencia del drama es conflicto, polémica, en el sentido más amplio de este término, el drama encuentra en la democracia un terreno particularmente abonado, pues precisamente la polémica y la competencia de fuerzas libres son factores constitutivos en la democracia viva. La relación entre el actor individual y el coro es, asimismo, un calco de la pugna entre el individuo y la sociedad.

    El drama salió del canto coral dórico. Lo más específico del género dramático frente a los otros géneros épicos y líricos, es su carácter mimético. Conviene distinguir entre las tres formas que empleaba el término drama: tragedia, comedia y drama satírico, pues aún existiendo muchos puntos en común también hay entre ellos diferencias y características especiales.

    Tragedia. En el siglo V, en Atenas, el espectador asiste a la representación de tres tragedias en una sesión que se cerraría con la puesta en escena de un drama satírico. El contenido de una pieza trágica es el planteamiento de una situación problemática de alguno de los personajes heroicos del mito: Edipo, Agamenón, Hecuba… La nobleza del argumento, el castigo de los desmanes, de la insolencia humana, la ejemplificación de su miseria y su grandeza encarnada en estos personajes es algo consustancial a la tragedia.

    Referente a la estructura, una tragedia consta habitualmente de un prólogo (en el que se cuenta a grandes rasgos el tema de la pieza), a la que sigue un parodos o canto del coro. Llamamos episodios a los pasajes recitados (en trímetros yámbicos) entre los distintos estasimos o canto del coro (sin cambiar de lugar, aunque bailando) para cerrerse con la salida del coro que abandona (exodo) cantando la escena.

    Comedia. La cuestión de los orígenes de la comedia ha sido muy debatida, al igual que ha ocurrido con el origen de la tragedia. Unos vinculan sus orígenes con los de la tragedia, y otros proponen orígenes distintos entre una y otra.

    Sobre la estructura, una comedia consta de un prólogo que sirve para introducir a los personajes, al que sigue un canto coral o parodos, como en la tragedia. El agón, parte esencial de la comedia, supone el enfrentamiento de dos ideas o bandos contrarios. Sigue la parábasis, momento en que el coro depone su máscara y se dirige al auditorio en ausencia de los actores, y, finalmente, el éxodo que es paralelo al de la tragedia.

    La temática de una pieza cómica puede ser absolutamente genial, como lo es el pacifismo de Acarnienses, Paz,… de Aristófanes, y, a veces, el poeta aprovecha su ascendencia sobre el pueblo tomando partido por una determinada decisión en la política de su ciudad. Pero este tratamiento serio es resuelto por el poeta a su manera, sin olvidar que debe divertir.

    Drama satírico. Era la pieza que finalizaba la representación de una sesión de teatro. Es escrito por el autor de tragedias y puede tener entre sus personajes héroes y dioses del mito antiguo, pero su intencionalidad es distinta a la de la tragedia, la de evitarse en su final toda situación de angustia o dolor.

    Sobre su origen, tanto la tragedia como el drama satírico proceden del culto a Dionisos. Quedando el elemento de improvisación para el drama, mientras que el canto ritual entonado por el corifeo, y luego engrandecido por el mito heroico, queda para la tragedia.

    En cambio, el origen de la comedia cabe relacionarlo con las procesiones fálicas en las fiestas de las Leneas, también en honor a Dionisos. Su existencia también estuvo sujeta largo tiempo a la improvisación.

    1.- Esquilo.

    Los testimonios antiguos no recuerdan a la hora de establecer el número de dramas compuestos por nuestro autor. Los títulos conocidos son setenta y nueve, de los cuales, trece son dramas satíricos. Sus obras totalmente conservadas son:

    • Persas. Formaba parte de una trilogía dramática y un drama satírico compuesto por: Fineo; Persas; Glauco de Potnia y Prometeo encendedor del fuego. Es la única tragedia conservada cuyo tema no es mítico, sino histórico.

    • Siete contra Tebas. Formaba parte de la tetralogía tebana constituida por: Edipo; Layo; Siete contra Tebas y Esfinge. Estas obras son un ejemplo de “tetralogía ligada”, consistente en que las cuatro piezas que la forman desarrollan una acción única, organizada en episodios y es un invento de nuestro autor.

    • Suplicantes. Formaba parte de una trilogía y de un drama satírico compuesto por las siguientes piezas: Suplicantes; Egipcios; Danaides y Amimone.

    • Prometeo encadenado. Debió formar parte de una trilogía sobre el tema de Prometeo y de un drama satírico que servía de cierre a la representación trilógica. Esta pieza se inserta dentro de las siguientes secuencias de obra: Prometeo encadenado; Prometeo liberado y Prometeo portador del fuego.

    Es problemático que Prometeo portador del fuego fuese la última obra de esa trilogía, a no ser por registrarse en esta obra la intervención de Atenea como mediadora entre las nuevas y viejas deidades.

    Pero la única pieza conservada es Prometeo encadenado próximo en pensamiento a la Orestiada también de Esquilo. El problema más grave que suscita esta obra es el conflicto entre el dios Zeus y el héroe Prometeo. Zeus, que siempre actúa por medio de intermediarios, se nos muestra como un dios vengativo e injusto, celoso del poder de Prometeo. Hay un conflicto que se resuelve a favor de Zeus, cuyos decretos han de cumplirse necesariamente.

    • Orestiada. Es la única trilogía completa de Esqilo conservada y sólo nos falta el drama satírico que lo cerraba., Proteo. Esta trilogía está compuesta, incluido el drama satírico, por las siguientes piezas: Agamenón; Coéforos; Eumenides y Proteo.

    Aparte de estas obras, se dispone de gran cantidad de fragmentos, de desigual claridad y extensión. Entre estos estarían una tetralogía sobre los Argonautas, una Licurgia, una Aquileida… Al lado de estas posibles piezas trilógicas estarían: Niobe, Ifigenia, Heráclidas, Filoctetes

    1.1.- Técnica.

    El papel del coro en su obra es muy importante, viene a ser la mitad de la obra. Los cantos corales presagian el futuro, aleccionan sobre los resultados funestos de la impiedad e injusticia y presentan las ideas con las cuales juzgar la acción.

    Notable es también el uso de la trilogía, tres piezas cada una de las cuales es como un acto en relación con el conjunto trilógico. Se observa cierta evolución en la trilogía esquílea. Se puede establecer una primera etapa en la que las tres piezas tendrían relación temática; en una segunda etapa, la trilogía establece lazos de contenido entre las tres piezas, y termina con la destrucción del héroe; y en una tercera etapa, la trilogía terminaría con una superación del conflicto trágico y el restablecimiento de un nuevo orden.

    El papel de los actores está poco desarrollado en Esquilo, pues sólo cuenta con dos actores. En lo relativo a la acción, las piezas esquíleas presentan una situación expuesta por un mensajero o por el coro. En varios momentos, actúan el coro y un actor, e incluso dos actores.

    1.2.- Ideología.

    La obra de Esquilo supone una crítica del ideal heroico representado por Homero. Este nos va a hacer ver los sufrimientos de los héroes, pero antes nos canta la gloria de sus hazañas. En cambio, la tragedia convierte el dolor del héroe en el tema principal de la obra.

    La religión, con un dios superior a los demás dioses, Zeus, garante de justicia. Contradictoriamente, cree también en el Destino Humano sometido a un azar irracional.

    1.3.- Lengua y estilo.

    Hay abundancia de formaciones léxicas nuevas, a lo que hay que añadir el gran número de términos incompletos.

    La presencia de elementos propios del lenguaje religioso está relacionado con el empleo en Esquilo de elementos rituales: la plegaria y el himno.

    Utiliza la comparación paratáctica con abundancia de metáforas de la vida marítima, deportiva, médica y de animales.

    2.- Sófocles.

    La obra de Sófocles abarca poesía no dramática y dramática, tragedias conservadas íntegramente y fragmentos. De su poesía no dramática sólo conservamos el peán de bienvenida al dios Asclepio y la oda al historiador Heródoto. Del total de la producción dramática, una ciento treinta obras, entre las que se contarían unos dieciséis dramas satíricos, se nos han conservado siete tragedias completas y partes muy extensas de un drama satírico.

    2.1.-Obras:

    • Ayax. Es la tragedia más antigua que se conserva de Sófocles, y está centrada en un tema de gran tradición homérica: la atribución de las armas de Aquiles a la muerte de éste.

    • Traquinias. Esta obra está referida a un momento anterior a la muerte y apoteosis final de Heracles, articulado en dos partes:

  • Figura de Deyanira, esposa de Heracles.

  • Figura de Heracles, con su muerte.

  • Es posible que Sófocles utilizara en esta obra la ironía dramática: el poeta, a nivel de expresiones, utiliza aquellas marcadas por cierta ambigüedad entre la figura de una Deyanira inocente y otra culpable de la muerte de su marido.

    • Antígona. Es la encarnación de los más altos deberes éticos, es un prototipo de fortaleza individual, de heroína solitaria. Es un ejemplo de convicción profunda de los deberes familiares y leyes divinas en oposición a Creonte que representa al Estado. Así pues, se aborda el conflicto entre lo antiguo (Antígona) y lo nuevo (Creonte). Sófocles se muestra a favor de que la religiosidad tradicional se mantenga.

    • Edipo Rey. Va acompañada de un giro de la acción en sentido contrario al que venía siguiendo. En esta obra, el personaje central, el héroe se enfrenta consigo mismo a medida que descubre el papel que la Suerte le ha reservado.

    El mal de Edipo no ha sido provocado por la líbido del personaje: la muerte de su padre, el casamiento de su madre, la procreación de hijos que al mismo tiempo son sus hermanos, constituyen hechos monstruosos que no han sido motivados consciente o subconscientemente por el héroe, sino por el Destino.

    • Electra. Sófocles destaca el papel de una heroína, que oscurece al resto de los personajes, la fuerza motriz de la venganza que impulsa a Orestes a cometer matricidio. Sófocles simplifica los términos del conflicto al conceder la razón al bando de Electra y Orestes. Así, al no existir conflicto real, el autor realiza una presentación psicológica de los personajes.

    • Filoctetes. Su destino es sufrir víctima de un mal que le aqueja y que, al final, será su propia gloria.

    • Edipo en Colona. Al seguir viviendo, Edipo presenta una superación de su aciago destino y sus desgracias le elevan al rango de espíritu protector de su patria.

    Entre sus fragmentos están: Rastreadores, Niobe, Nausica, Tríptolemo

    2.2.- Técnica.

    Renuncia a la estructura trilógica por lo que es más rica en acción su obra, aumentando el número de los coreutas de doce a quince y el número de actores de dos a tres. Conmueve al público con la aportación de la escenografía.

    En cuanto al coro, es un actor subordinado a los otros actores.

    2.3.- Lengua y estilo.

    Utiliza la ironía dramática, por la cual un personaje es actor o víctima con ambigüedad semántica y gramatical; proporcionada por el uso de verbos y sustantivos de doble sentido, empleo de conjunciones de doble valor, uso de adjetivos verbales con doble función, activa o pasiva…

    2.4.- Ideología.

    Destaca el hombre como centro de todo, pero también obediente a los principios inmutables.

    En un primer estadio de la tragedia sofóclea, el héroe está solo, los dioses están alejados de él, y la desesperación es lo único que posee este héroe. Se plantea un conflicto debido a la existencia de un abismo entre el hombre y el dios, finalizando la meditación sobre el valor del hombre con un canto de esperanza.

    3.- Eurípides.

    De los noventa y dos dramas de que hablan las fuentes, sólo setenta y cinco fueron conocidos por los alejandrinos. A nosotros nos han llegado dieciocho dramas, dieciséis tragedias y un drama satírico.

    3.1.- Obra.

    • Cíclope. Drama satírico que desarrolla un tema de la Odisea con ayuda de un coro de sátiros.

    • Reso. De autenticidad dudosa.

    • Alcestis. Mujer que da su vida por la de su marido.

    • Medea. Mata a sus propios hijos ante el despecho por el abandono de Jasón, su esposo.

    • Hipólito. Trata el tema de la mujer enamorada que, por despecho, comete un crimen.

    • Hecuba. Trata sobre la condenación de la guerra y de la crueldad sobre el vencido.

    • Andrómaca. Viuda de Héctor, botín de guerra de Menelao.

    • Heráclidas. Idealiza la antigua Atenas.

    • Suplicantes. Teseo (gobernante de Atenas) intercede a Tebas para que las madres entierren a sus hijos.

    • Heracles. Mata a su propia familia en acto de locura a su regreso a la patria.

    • Troyanas. Crueldad sobre los vencidos troyanos.

    • Ión. Reconstruye el verdadero origen de este niño, hijo de Apolo y de Creusa.

    • Ifigenia en Taurides. Orestes anda a punto de morir a manos de su propia hermana Ifigenia.

    • Helena. Realmente Helena no estaba en Troya, sino en Egipto.

    • Electra. Es pintada de modo rencoroso y deseando la muerte de su madre por las estrecheces en las que vive por su culpa. Apolo es criticado por no restablecer la justicia, aún a fuerza de prescribir un matricidio.

    • Fenicias. Discute el tema del poder político.

    • Ifigenia en Aulide. Agamenón por el orgullo y vanidad de mandar la expedición accede a matar a su hija Ifigenia, pero la diosa Artemis la salva.

    • Bacantes. Presenta el tema religioso del dios Dionisos y sus bacantes.

    • Orestes. Este personaje ha dado muerte a su adúltera y criminal madre, y se ve perseguido por las Erinías vengadoras.

    • Fragmentos: Telefo, Eolo, Faetón, Danae, Andrómeda

    3.2.- Técnica dramática.

    Destaca en los momentos líricos. Sus obras son irregulares. Los elementos más característicos de sus dramas son los prólogos, los agones, los coros y el deus ex machina:

  • Prólogo, recitado por un solo actor.

  • Agón, enfrenta dos actores principales sosteniendo tesis contrapuestas.

  • Coro, apenas interviene, son simples rellenos para separar los actos y ambientar la situación.

  • Deus ex machina, el dios al final de algunas obras se aparece en el escenario bajando por una máquina teatral para resolver la situación.

  • 3.3.-Temática.

    El tema trágico de la grandeza y caída del héroe está también presente en él. Con frecuencia, quienes sufren la peripecia trágica no son ya héroes propiamente, sino personajes del mito revestidos de las debilidades humanas más despreciables.

    Junto al tema de la justicia, hallamos también el de la pasión del individuo que choca con la sociedad, con las normas morales, con el propio instinto.

    Eurípides es el gran conductor del tema amoroso en el teatro.

    Como hombre ilustrado, discípulo de los sofistas, abomina de la conducta de los dioses, no por irreligiosidad, sino por la búsqueda de una nueva religiosidad que se dirija al hombre espiritual.

    Su ideal es la vida cultivada, fuera de violencia, tiranía y ambición.

    Lengua y estilo. En los discursos la lengua es muy semejante al ático culto de la época, teñido de numerosos elementos populares, genitivo y exclamativo, infinitivo con valor impersonal…

    Hay una evasión hacia la poesía bella, hacia la expresión de la belleza misma mediante imágenes espléndidas, con efectos de luz y color, movimientos de los personajes y distribución escénica.

    4.- Aristófanes.

    De su producción sólo conservamos once comedias completas que podemos distribuir en tres grupos:

  • Acarnienses, Caballeros, Nubes, Avispas y Paz. Se suceden cronológicamente desde el año 425 hasta el 421. Se concluye con Esparta, la paz de Nicias.

  • Aves, Lisatrata, Tesmoforías y Ranas. Representadas en los años desde la reanudación de las hostilidades con Esparta hasta poco antes de la derrota final.

  • Estructuralmente, estas comedias muestran ciertas innovaciones respecto al modelo tradicional: la acción se vuelve más consecuente y los temas muestran un menor interés por las cuestiones políticas y una cierta evasión, respirándose ya el pesimismo de la derrota.

  • Asambleístas y Pluto. Posteriores a la derrota de Egospótamos en el 405 y testimonio de la desintegración que siguió a dicho desastre. Aquí disminuyen los ataques personales, los temas son más privados que políticos, el papel del coro pierde su importancia.

  • 4.1.- Arte y estilo.

    La unión de la fantasía y el realismo, la burla y la seriedad, es la esencia misma del arte de Aristófanes. La obra de Aristófanes es un microcosmos en el que pululan toda la sociedad ateniense en su tiempo.

    Si exceptuamos el empleo de palabras, formas y giros de la poesía épica, lírica o trágica, y de los otros dialectos griegos populares para provocar la risa, en sus obras encontramos el ático de las calles y la lengua artificiosa de los coros. Hay personajes fantásticos y otros en que campea la observación del poeta, sin dejar de estar deformados.

    La parodia y la sátira son esenciales, constantemente hay parodia de la epopeya, la lírica, la tragedia, el lenguaje de los oráculos…

    En sus obras se distinguen dos partes principales:

  • La exposición del argumento,

  • una yuxtaposición de escenas cómicas que ilustran la idea principal de la comedia.

  • Una comedia comienza por un prólogo en el que dialogan varios personajes, generalmente secundarios, que acaban por contar al público la invención cómica. Es usual que, después, con el coro haya una serie de agones (enfrentamientos), interrumpidos por la parábasis (el coro, sin máscaras, se dirige al espectador) y por escenas episódicas con lo que se llaga a triunfo del héroe. Suele producirse un sacrificio y escenas de fiesta que simbolizan la felicidad lograda mediante ese triunfo.

    4.2.- Ideología.

    Aristófanes ataca situaciones como la guerra, el abuso de poder, las desigualdades en el reparto de los bienes, la introducción de nuevas ideologías y maneras de pensar.

    Su ideal de vida está puesto en los buenos viejos tiempos, en la alegría de la fiesta, la comida, la bebida, el sexo.

    Ese pacifismo e igualitarismo son, simultáneamente, ideas de espíritus modernos como Eurípides y ciertos sofistas. Sin embargo, censura la nueva educación, las nuevas costumbres alejadas de la austeridad, con lo cual el poeta cómico es contradictorio. Aristófanes propugna una reconciliación general dentro de Atenas y entre los pueblos griegos.


    Tema 4

    HISTORIOGRAFÍA

    HERODOTO

    Metodología

    Pensamiento

    Estilo

    Temática

    TUCÍDIDES

    Lengua

    Estilo

    JENOFONTE

    Obras históricas

    Obras didácticas

    Obras filosóficas



    La historia (del griego “historia”, “narración”, “investigación” o “estudio”) es en cierto sentido hija del mito al igual que la filosofía; también ella tuvo que superar el estadio mitológico. En casi todos los pueblos encontramos ideas míticas, pero sólo el saber griego supo dar el paso gigantesco que va de la comprensión mito-fantasmagórica a la concepción racional y lógica del mundo. Ya en Hesíodo se encuentran reflexiones históricas. Durante mucho tiempo se tuvo a la fábula por realidad histórica; la Iliada y la Odisea para los griegos no eran sólo poemas, sino también protohistoria. Se supone que en los pueblos más antiguos existía también un cierto interés por la historia y por la genealogía de la propia estirpe.

    Cuando de tales inicios surgió la conciencia histórica, la evolución que ello supuso no pudo nunca llevarse a término sin la previa “resquebrajadura interna” de un mundo que empezaba a cambiar y con un pensar propiamente histórico, consistente en la comprensión de los acontecimientos y del sentido de la existencia individual y colectiva.

    La victoria sobre los persas fue, para los griegos, un momento de transición de la mayor importancia. Después de las guerras médicas, los griegos, dirigidos por Esparta y Atenas, renunciaron al lujo oriental que hasta entonces seguían e intentaron encontrarse a sí mismos en la sobriedad.

    La historia era la averiguación, interrogando a los testigos presenciales de un hecho, y el relato basado en la propia observación. La prosa era la forma más adecuada para estas valoraciones críticas.

    Estas formas de observación y exposición se desarrollaron en territorio jonio, siendo la logografía jonia la más antigua. Sus características son:

    • Viajar por países extranjeros, con objeto de conseguir información.

    • Dos preocupaciones científicas a parir de los viajes y de la historiofrafía: geográfica y etnológica.

    • Antiguas navegaciones a lo largo de las costas dan origen a las anotaciones de las experiencias realizadas.

    • La forma habitual empleada para la descripción de estas navegaciones era el periplo; observación de las costas realizadas desde la nave, siguiendo el orden de los lugares que aparecían en el trayecto.

    Otros autores, sin embargo, no conciben un origen analítico a la historiografía. Es importante la figura de Hecateo, que diseñó un planisferio. También escribió dos libros titulados Periegesis, sobre la descripción de la tierra, y cuatro libros de Genealogías.

    Hecateo y otros predecesores de Heródoto, como Caronte de Lampsaco, Dionisos de Mileto, Janto de Sardes… son denominados logógrafos, escritores de narraciones prosísticas, en oposición al poeta épico.

    Pero, sin duda, los grandes nombres de la historiografía serán Heródoto, Tucídides y Jenofonte:

    Herodoto. Su obra consiste en la narración de las Guerras Médicas, empezando cada obra con una invocación a las Musas. Su novedad es que presenta las Guerras Médicas dentro del amplio marco de las divergencias existentes entre Asia y Europa; pero consideraba la historia como una especie de drama en grande en el cual los actores son principalmente los individuos que se mueven impulsados por sus pasiones tales como la ira, el odio y la ambición, o son simplemente juguetes del destino.

    Tucidides. Es el primer representante histórico auténticamente científico. Su tema es la Guerra del Peloponeso, en la cual había participado él mismo como estratega ático. Fue el primero en distinguir entre el motivo externo que condujo a la guerra (el conflicto entre Corinto y Quercira) y la verdadera causa de éste, que él veía en la rivalidad entre Atenas y Esparta. Fue el primero en descubrir las fuerzas impulsoras de la historia, como la tradición, los factores económicos, la estructura del Estado…

    Jenofonte. Contemporáneo a Sócrates e inserto en la nueva época helenística que vive Grecia. Aunque pertenece a la aristocracia ateniense se pone al servicio de Esparta como mercenario, por lo que es expulsado de Atenas. Sus escritos se dividen en obras históricas y filosóficas.

    En Jenofonte, como historiador, no encontramos ni la categoría ni la objetividad de Tucídides. Por simpatizar con los espartanos enjuició los acontecimientos desde el punto de vista de la oligarquía a pesar de sus esfuerzos por colocarse en los partidos.

    1.- Heródoto.

    Al igual que Homero, Heródoto va a narrar un enfrentamiento entre los griegos y los asiáticos. El plan de la obra es hacer una investigación de las causas de las Guerras Médicas, en la que su atención va a centrarse preferentemente en lo humano y lo singular.

    Esta obra está compuesta por nueve libros. Uno de los principios estructurales de esta obra reside en que los diferentes pueblos del orbe habitado hacen su aparición a medida que el imperio persa, en su constante expansión, entra en contacto con ellos, lo que se conoce como técnica asociativa.

    1.1.- Metodología.

    En cuanto a su metodología, utiliza:

  • La observación personal, que se articula en una estructura ternaria, al estar integrada por:

    • Historia de Lidia.

    • Historia de Persia.

    • Historia de las Guerras Médicas.

    Su investigación se articula en tres niveles:

    • Descripción geográfica de un país.

    • Descripción de costumbres.

    • Atención a las cosas destacables.

  • La historia, u observación de los datos a partir de fuentes escritas y orales. Entre sus fuentes están los poetas, inscripciones, listas oficiales y administrativas de diversos Estados, oráculos, informes de logógrafos…

  • También se servía del pasado legendario, aunque desconocía su exacta cronología.

  • Sus consideraciones personales, utilizando el sentido común y la “interpretación griega” (consiste en resaltar de manera helenizante los hechos de otras culturas y países extrahelénicos).

  • Nos hayamos en los albores del género histórico, lo que explica el exceso de detalles mal o escasamente documentados, de argumentaciones inconsistentes y poco rigor analítico.

    1.2.- Pensamiento.

    En su pensamiento está la convicción de que todos los acontecimientos narrados están gobernados por el destino; pero esto no disminuye la importancia de la decisión humana.

    Afirma la existencia del resentimiento de los dioses hacia el mortal.

    1.3.- Estilo.

    Fija la atención en los datos primarios y elementales perceptibles; de ahí la ausencia de mentalidad abstracta. La influencia de la epopeya es muy acusada y llega incluso a la repetición literal de enunciados.

    1.4.- Temática.

    En sus nueve libros encontramos la siguiente temática:

  • Se trata el origen determinante de la guerra entre helenos y bárbaros. Hay una sucesión de raptos femeninos.

  • Se inicia con el reinado de Cambises y con la campaña de Egipto.

  • Preparativos para la campaña y conquista de Egipto por Cambises. Guerra de Esparta contra Samos.

  • Descripción de la guerra de Darío contra los escitas.

  • Sometimiento persa de Tracia…

  • Campaña de Darío y victoria ateniense en Maratón. Derrota de los persas y regreso.

  • VII. Muerte de Darío y ascensión de Jerjes al trono persa.

    VIII-IX. Descripción de la campaña persa contra Grecia.

    2.- Tucídides.

    Vivió durante toda la guerra del Peloponeso y a su término escribió la que al principio se titulara la Historia de Tucídides, obra que se cree inacabada y de diferente elaboración ya que, junto a unas partes narrativas de escasa dificultad, se encuentran unas reflexiones personales complejas. Estos dos niveles de dificultad son los ingredientes principales de la obra tucidídea:

    • los actos llevados a cabo en la guerra

    • la interpretación de estos actos

    En torno a nuestro autor está la llamada “cuestión tucidídea”, discrepancias con relación a las fechas de elaboración de la obra, que en nuestros días ha quedado superada insistiéndose en la profunda unidad interna de la Historia de Tucídides, organizándose su trabajo en torno a una Guerra del Peloponeso que tuvo dos períodos de diez años y, en medio, una tregua de siete años, de tal modo que al redactar los sucesos de la segunda guerra tuvo en cuenta los acaecidos en la primera y los comparó sin cesar.

    2.1.- Lengua.

    En su lengua se encuentran sin cesar elementos de Koiné; pero sin duda su mayor peculiaridad es la sintáctica con preferencia por la expresión nominal, uso abundante de perífrasis verbales, sustantivación de adjetivos neutros, participios e infinitivos, con lo que se facilita la expresión abstracta; uso del genitivo sustantivado, vacilación entre voz activa y voz media; frecuencia del presente histórico…

    2.2.- Estilo.

    En cuanto a su estilo, tiende a desprenderse de lo superfluo y quedarse sólo con la sustancia. Reflejando el espíritu de la época en que se pronunciaran sus discursos.

    Intenta emplear una prosa científica sirviéndose como precedente de la Filosofía Jonia, la historiografía arcaica, las leyes, las aportaciones sofisticas, los manuales dedicados a ciencias especializadas, tales como los de arquitectura, pintura, navegación, medicina, hípica… de ahí la multiplicidad de su estilo, y todo ello para conseguir una certidumbre científica para sus informaciones.

    Es de gran importancia esa voluntad incondicional de objetividad y su desconfianza por las noticias transmitidas por la tradición oral; y también es importante su separación del mito, lo cual constituye la principal diferenciación de Heródoto.

    Por tanto, en su actitud científica, Tucídides se esfuerza en conseguir una completa certidumbre para sus informaciones. En lo referente a los sucesos contemporáneos, la propia observación y los testimonios de los testigos se la procesan suficientemente. Más difícil le resulta conseguir esa certeza de la exposición del pasado.

    Destaca el problema de la constitución del poder, en la que, como expresión de la fuerza, se extiende la capacidad bélica. Aparece el pensamiento central de la obra: el poderío en el espacio egeo significa el dominio del mar. Y la guerra exacerba las tensiones internas de los sistemas políticos, convirtiéndolas en luchas de todos contra todos.

    Se excluye en Tucídides el gusto por la narración en sí, y todo se pone al servicio de una finalidad: averiguar qué ocurrió en realidad, y, para esto, los procedimientos metodológicos son perfeccionados y encaminados a este fin.

    Constata como la inteligencia rige los destinos de los pueblos, ya de forma equilibrada, ya de forma apasionada. Y esta inteligencia, que es la fuerza motriz de la historia, presenta unas decisiones determinadas por el juego de fuerzas políticas, económicas o militares, manteniéndose al margen de toda norma ética o religiosa. Pero junto a la inteligencia también hallamos la fortuna, considerada no como potencia divina, sino como aquello que de imprevisible surge en el acontecer histórico.

    3.- Jenofonte.

    Las obras escritas por Jenofonte se pueden clasificar en tres grupos: históricas, didácticas y filosóficas.

    3.1.- Obras históricas.

    • La Anábasis. Variedad de detalles geográficos y etnográficos, y el espíritu militar de conjunto. El tema fundamental que unifica la obra es el reconocimiento por el autor de las limitaciones de la naturaleza humana y de la suya propia.

    • Helénicas. Comienza enlazando con las Historias de Tucídides por lo que mantiene el principio analítico en el reparto de la materia, y la narración se hace de la forma más impersonal posible.

    Las múltiples omisiones de hechos históricos importantes se deben al valor del hecho ejemplar para Jenofonte.

    La historia de Grecia hasta el 362 es vista básicamente desde una perspectiva proespartana.

    Al ser continuación de la obra de Tucídides, su reputación literaria ha sufrido menoscabo en algunas épocas aunque se le reconoce su destreza en la caracterización de los oradores.

    • Agesilao. Elogio del rey espartano de fuerte retoricismo.

    3.2.- Obras didácticas.

    • Ciropedia. Narra la juventud, ascensión y gobierno de Ciro el Viejo. Acumula sin discriminación episodios que contribuyen a enaltecer la figura del rey, por lo que abundan discursos y episodios moralizantes.

    • Hierón. En esta obra son contrastadas la vida dedicada a la política y la consagrada a la sabiduría. La problemática del mejor modo de vida era tratada atentamente en los círculos socráticos.

    • Constitución de los lacedemonios. Donde muestra que la constitución de Licurgo y la realeza espartana son fundamentos históricos del poderío espartano.

    • Cinegético. Tratado de caza.

    • Ingresos. La situación ateniense presupuesta en la obra es la que siguió al desgraciado desenlace de la guerra del 355 a.C.

    • Hiparquico. Serie de consejos al jefe de caballería.

    3.3.- Obras filosóficas.

    • Económico. El interés por el arte de la agricultura que en esta obra se atribuye a Sócrates refleja seguramente el experimentado por Jenofonte y no por Sócrates histórico.

    • Memorables. Cuatro libros de episodios y diálogos socráticos recogidos por Jenofonte de los escritos socráticos de otros de los recursos personales del maestro.

    • Banquete. Sócrates habla de temas edificantes y sobre el amor sensual y espiritual.

    • Apología de Sócrates. Discursos de Sócrates anteriores y posteriores al juicio en que fue condenado a muerte.

    La obra de Jenofonte sugiere la ampliación del horizonte geográfico hacia el interior de Asia. La búsqueda de la caracterización del monarca ideal, la introducción de los escritos histórico-políticos de una temática socrática.


    Tema 5

    PLATÓN

    CONTEXTO HISTÓRICO

    En el plano político

    En el plano cultural

    VIDA DE PLATÓN Y POLÍTICA

    DOCTRINA PLATÓNICA DE LAS IDEAS: MITO DE LA CAVERNA

    EL PENSAMIENTO POLÍTICO PLATÓNICO

    EL DIÁLOGO PLATÓNICO

    TÉCNICA

    OBRA

    ESTILO

    EL PROBLEMA SOCRATICO


    Después que la filosofía natural había dado solución a un gran número de problemas, la filosofía hubo de dirigir su especulación hacia otros dominios. Así, la nueva generación de pensadores centró sus consideraciones, en el hombre, su cultura, su pensamiento y su lenguaje. Los representantes de esta dirección se llamaban a sí mismos sofistas (sabios); y al movimiento que representaban sofística. Los sofistas eran profesores ambulantes que por una cuantiosa suma de dinero enseñaban sobre todo, especialmente de retórica, ya que pretendían hacer fuerte el argumento débil. Su pensamiento se basaba en el relativismo (todo es tan verdadero o tan falso como se le aparezca al individuo). Este enfoque había de conducir a una disolución de la sociedad y déspotas que desembocarían en el régimen de los treinta tiranos.

    A pesar de que la sofística encerraba en sí grandes peligros es obligado hacerle justicia. Abrió, al pensar, dominios completamente nuevos, desarrolló el método dialéctico, hizo frente a la tradición, libró de prejuicios al hombre y sobre todo, sin la sofística no habría existido Sócrates.

    Sócrates fue el hombre que, de una manera más consecuente, vio la peligrosidad que envolvían las teorías sofísticas e hizo de su refutación la tarea de su vida. Su armas eran la dialéctica, un acentuado racionalismo y la tendencia a formas expresivas de sorprendente agudeza. A algunos de sus contemporáneos; Sócrates les pareció un sofista más, como salió a relucir en su proceso. Su método a base de preguntas en las que con gran ironía conseguía poner en ridículo al oponente demostrando que no sabía nada, le granjeó un gran número de enemigos. Su método era inductivo, es decir, iba de lo conocido a lo desconocido, era contrario al aplicado hasta entonces.

    Este método socrático junto a su enemistad por la democracia le condujeron a la muerte, mediante un proceso en el que fue enjuiciado por impiedad.

    La influencia de Sócrates en sus discípulos fue grande, sobre todo en Platón. Así, las primeras obras de Platón constituyen meros análisis de conceptos socráticos, como la valentía, la belleza… Será en el Menón donde se muestre el verdadero Platón con sus teorías sobre las ideas: las ideas son la verdadera realidad y todas las cosas que constituyen el mundo de la percepción sensible no son más que copias de las ideas y tienen sus cualidades porque participan de las ideas correspondientes.

    Platón intenta expresar la relación existente entre el mundo de la apariencia sensible y el mundo de las ideas, mediante el famoso Mito de la Caverna. El alma, por nacimiento, se abandona en un cuerpo y permanece ligada a éste. La misión del hombre consiste en librar al alma de la carga terrena del cuerpo mediante una vida vuelta hacia lo espiritual. Gracias al método dialéctico desarrollado por Sócrates, al alma le es dado alcanzar de nuevo una contemplación pura de las ideas.

    Estas teorías transcendentes serán contrarrestadas por el realismo de las teorías posteriores de Aristóteles.

    1.- Contexto histórico.

    1.1.- En el plano político.

    Cuando acabó el siglo V, Atenas estaba destrozada como consecuencia de la guerra del Peloponeso. El derrumbamiento de su poderío y el terror de los Treinta Tiranos se abatieron sobre la ciudad hasta que llegó el restablecimiento de la Democracia.

    1.2.- En el plano cultural.

    En el siglo IV la prosa alcanza su culminación clásica. El predominio de la prosa señalaba una nueva etapa en la vida de Atenas. Ocupa el primer plano el problema de la educación, manifestación particular de la herencia sofística, planteado por Platón y por Sócrates. El contraste entre estos dos hombres y el antagonismo inaugurado por ellos, entre la filosofía y la retórica, que se disputan la educación de los jóvenes, es el suceso más importante de la historia de la cultura en este período.

    2.- Vida de Platón y política.

    Aristocles, conocido con el sobrenombre de Platón, nació en Atenas en el 428 a.C., en el seno de una familia aristócrata. Recibió una educación física e intelectual típica de un aristócrata ateniense: música, matemáticas, pintura y gimnasia.

    Sobre su actividad política habla en la carta Séptima: partidario de los Treinta, luego se desengañó al intentar estos utilizar en su provecho la figura de Sócrates. Al instaurarse la democracia, estaba dispuesto a colaborar pero la muerte de Sócrates le decidió a abandonar la política definitivamente.

    Tras algunos viajes, fundamentalmente a Sicilia, para instaurar su ciudad ideal, llega a Atenas (388), y funda la Academia (primera escuela de filosofía), lugar en donde fue enterrado en el 347, tras varios viajes más a Sicilia en busca de implantar su ciudad ideal.

    3.- Doctrina platónica de las ideas: Mito de la caverna.

    Dentro de su formación de la doctrina de las ideas como entes ordenadores del Ser, se distinguen:

  • La idea del Bien como fuente del Ser espiritual que otorga a los objetos inteligibles la Verdad, y las campara con el Sol que hace visibles las cosas, pero que por medio de la luz crea la condición bajo la cual la vemos.

  • Los grados del conocimiento: lo sensible/ lo espiritual. Cada segmento se vuelve a dividir, así se encuentran las conjeturas motivadas por la imagen de espejo o sombras, la confianza en la directa aprehensión sensible. Las operaciones de la razón y la penetración obtenida por la dialéctica en el mundo de las ideas. Así, se testimonia en el Mito de la caverna: los encadenados en la caverna, de espaldas, sólo ven en la pared reproducida la sombra de los objetos que pasan por el exterior, son los objetos opinables. Libertados de sus cadenas, contemplan las cosas a la claridad del fuego. Si salen de la fruta, verán las cosas al resplandor del Sol. Luego, tras acostumbrarse a esta nueva visión de las cosas y la contemplación de esta luz significa la idea del Bien, regresan a la gruta para comunicar las ideas a los demás la realidad de las cosas. Este regreso es un duro deber y corresponde a la necesidad ética que obliga a los filósofos a pasar de la vida contemplativa a la vida activa.

  • 4.- El pensamiento político platónico.

    Este pensamiento político pasa por la creación de un Estado enteramente sometido a la jerarquización de valores absolutos. En la estructura ideal del Estado platónico aparece en primer lugar la clase militar y la de los guardianes y, por encima de ella, la de los gobernantes.

    Desde el principio la educación es la base para equilibrar el sistema fuerza/derecho. La tercera clase, la de los trabajadores, por debajo de los anteriores. Entre ambas clases las fronteras no son rígidas, sino que se deben a las actitudes de sus miembros.

    La tripartita clasificación del Estado se pone en relación con las partes del Alma de la psicología platónica y la virtud que le es propia. Así:

    al gobernante……………la razón………………. la sabiduría

    al guardián………………el querer apasionado…. el valor

    al trabajador……………..los apetitos……………la templanza

    Y la justicia estaría coordinando esa división y dando armonía al conjunto.

    5.- Platón y el diálogo platónico.

    Este género del diálogo platónico es muy antiguo ya que hay ejemplos hasta en el Egipto del III milenio a.C.. En Grecia, el Diálogo como expresión de las opiniones cambiadas entre dos o más personas aparece ya dotado de toda su perfección en Homero. En época posterior también se encuentra en el diálogo trágico, comedia y mimo.

    Otros antecedentes literarios es el diálogo de atenienses y melios en Tucídides.

    Es dudoso cuanto se relata acerca de los predecesores de Sócrates en el empleo del diálogo y se le debe considerar como el verdadero propulsor de este género. Sócrates trata de descubrir cosas mediante preguntas y respuestas que provocan una revulsión del espíritu, guiando la atención del discípulo (lo cual lo diferencia del sofismo que da las cosas ya por descubiertas y sólo se propone explicarlas al vulgo que las desconoce).

    Los diálogos de Platón son protrépticos y contienen parénesis, pues pretenden guiar hacia una forma de vida determinada; no hay que excluir de ellos la influencia sofística, pero a diferencia de ésta, la socrático-platónica no promete proporcionar un determinado saber, sino más bien provoca una revulsión del espíritu, guiando la atención del discípulo hacia la ignorancia.

    Sócrates no escribió nada, por lo que se le atribuye a Platón la gloria de haber convertido el diálogo socrático en una maravilla artística que no provoca hastio.

    6.- Técnica.

  • Preguntas y respuestas, consiste en una serie de preguntas relativamente breves, propuestas por Sócrates, y en sencillas respuestas afirmativas o negativas de sus interlocutores.

  • Discusión y conversación, imita situaciones de la vida corriente y lo emplea para retardar los argumentos importantes, aunque también puede plantear problemas y serias objeciones.

  • Diálogo relatado, sin relevancia filosófica.

  • Diálogo casi monólogo, se utiliza para ofrecer un argumento positivo o constructivo, o constituye un elemento de información, insistiendo a menudo en un punto u opinión de particular importancia.

  • Monólogo y exposición continua, habitualmente el hablante es el propio Sócrates y presenta un problema, pero sin dar solución.

  • 7.- Obra.

    La ordenación cronológica de los escritos platónicos presenta un enorme problema. Desde el punto de vista metodológico, se distingue:

    • Diálogos de la “Época Inicial”: Entre la muerte de Sócrates y su primer viaje a Sicilia: Hipias Menor, Ión, Laques, Carmenides, Lisis, Eutifrón, Apología de Sócrates y Critón.

    Y como transición a la madurez: Protágoras, Hipias Mayor.

    En ellos los personajes son dos: Sócrates y el que da nombre al diálogo, el cual es refutado con normas diálecticas estrictamente socráticas.

    • Diálogos de la “Época de Madurez”: Entre el primer y el segundo viaje a Sicilia: Menón, Crátilo, Eutidemo, Menexemo, Banquete, Fedón, República, Fedro Parménides y Teeto.

    Platón ha formado ya la Academia y va cambiando de estilo.

    Va desarrollando su teoría de las ideas. Hay tendencia a la metafísica y a la psicología, aumenta el vigor lógico; las matemáticas y la ingluencia órfico-pitagórica desempeñan un paspel impertante en el ideario de Platón, que va desplazando al Sócrates histórico. El mecanismo de los diálogos es más complicado, y la caracterización de los personajes y escenarios es casi perfecta.

    • Diálogos de la “Época Tardía”: Entre el segundo y el tercer viaje a Sicilia: Ssofista, Político. A su regreso: Filebo, Timeo Critias y Leyes. Estos diálogos presentan una mayor sequedad y concisión de estilo. Desaparecen casi totalmente los rasgos distintivos de personajes y lugares. Sócrates deja de ser ya el personaje principal, e incluso en Leyes no aparece.

    8.- Estilo.

    Platón se sirvió de distintos estilos con objeto de dar mayor amenidad a sus obras:

  • Coloquial, es la base de la dicción platónica de las primeras épocas. Presenta formas de expresión vivas y pintorescas, imágenes, citas, proverbios, juegos de palabras, desorden en la expresión: elípsis, anacolutos, parátaxis y frases hechas.

  • Conversacional semiliterario, con rasgos de la dicción coloquial y de la retórica. Usa el heperbatón, proverbios, sinonimias y vocabulario convencional.

  • Retórico, evita el hiato, cuida los ritmos y se inclina a períodos bien equilibrados.

  • Patético, estilo afectivo y afectado, muy conciso en las primeras épocas.

  • Intelectual, con argumentación explícita y uso de nombres abstractos.

  • Narrativo mítico, detallismo monótono, repetiociones anafóricas, retahilas de adjetivos pospuestos, parataxis.

  • Legal, vocabulario solemne, tendencia a la enumeración, uso de la tercera persona imperativa en el infinitivo de futuro con valor de imperativo.

  • Onkos, dicción expansiva, pesada y elevada. Uso de anáfora, sinonimia, pleonasmo, perífrasis, abstractos, latgos compuestos, arcaismos poéticos…

  • 9.- El problema socrático.

    Las dificultades de trazar una semblanza histórica de Sócrates no reside en la deficiencia de noticias sobre él, sino más bien a una falta directa de noticias del propio Sócrates ya que lo que conocemos sobre él, nos viene a través de sus discípulos que muestran diversas versiones de ese Sócrates. Así Jenofonte lo muestra como virtuoso ciudadano que con su vida refuta todas las calumnias que le conducen a la muerte, mientras que Platón nos muestra al pensador que lucha por la explicación de conceptos de valor fundamental y desarrolla la teoría de las ideas.

    Según las épocas, los investigadores han tendido hacia uno u otro Sócrates, pero en nuestra época se da crédito a la figura que nos muestra Jenofonte. Para ello se utilizan las siguientes hipótesis:

    • Jenofonte no fue propiamente discípulo de aquel.

    • Transcurrieron casi sesenta años desde la muerte de Sócrates y la publicación de la obra de Jenofonte,

    También tenemos noticias de Sócrates a través de Aristófanes, pero claro está, dado su género cómico, resultan los testimonios más literarios y menos fiables.

    Pero sin duda los testimonios más valiosos nos los ofrece su predecesor Aristóteles que nos informa acerca del método de inducción socrático, basándose en analogías tomadas de la vida cotidiana.

    13

    Historiografía

    _

    12

    Curso 1995-1996

    3

    Historiografía

    Curso 1195-1996

    Sátira fábula y epigrama

    18

    Curso 1195-1996

    19

    Sátira fábula y epigrama

    15

    Sátira, fábula y epigrama

    28

    Curso 1995-1996

    27

    La lírica

    16

    La lírica

    30

    Curso 1995-1996

    29

    La poesía épica latina

    31

    La poesía épica latina

    15

    La poesía épica latina

    36

    Curso 1995-1996

    37

    Épica didáctica

    41

    El teatro

    46

    Curso 1995-1996

    47

    El teatro

    15

    El teatro

    54

    Curso 1995-1996

    53

    Oratoria y retórica

    49

    Oratoria y retórica

    Curso 1995-1996

    Epistolografía

    58

    Curso 1995-1996

    57

    Epistolografía

    57

    Epistolografía

    Curso 1995-1996

    62

    Curso 1995-1996

    61

    La novela

    15

    La novela

    Curso 1995-1996

    68

    Curso 1995-1996

    67

    Literatura técnica. Juristas

    15

    Literatura técnica. Juristas

    72

    Curso 1995-1996

    71

    Filosofía

    74

    Curso 1995-1996

    73

    Filosofía

    71

    Filosofía

    14

    Curso 1995-1996

    7

    Poesía épica

    9

    Poesía épica

    13

    Poesía lírica

    15

    Poesía lírica

    18

    13

    22

    Curso 1995-1996

    23

    El drama ático: Tragedia y comedia

    15

    El drama ático: tragedia y comedia

    25

    Historiografía

    28

    Curso 1995-1996

    29

    Historiografía

    23

    Historiografía

    34

    Curso 1995-1996

    35

    Platón

    31

    Platón




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    Enviado por:Ariadna
    Idioma: castellano
    País: España

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