Durante los siglos XI-XIV, la vida la cultura y el arte giran en torno a los castillos y los monasterios. Los nobles, encargados de defender con sus armas la tierra y a sus vasallos, habitaban en los castillos. El clero y los monjes, desde las iglesias y los monasterios defendían el sentido de lo sagrado y la moralidad de las conductas. Estos monjes escribían libros a mano.
La cultura estaba en los monasterios. El pueblo llano -campesinos y artesanos- y buena parte de la nobleza guerrera eran analfabetos. Eso explica que los clérigos asumieran el la labor de difundir la cultura clásica, oriental y europea.
La literatura en lengua romance nace, con toda probabilidad, entre el pueblo iletrado; y aparece unida a la música y al canto. Por eso las primeras manifestaciones literarias se dan en verso, por transmisión oral (aunque se conservaron en forma escrita gracias a autores cultos)
La prosa aparece más tarde, con las obras de interés científico y didáctico.
Autoría y anonimia
En la Edad Media se desarrolla la literatura popular transmitida oralmente, el público no sabía leer, pero sí memorizaba fácilmente las estrofas rimadas de la primitiva lírica y de la antigua épica.
Los textos que forman parte de esta literatura son casi siempre anónimos. No es de extrañar que no importara quien lo había compuesto, porque probablemente los juglares y los copistas retocaban o cambiaban alguna palabra o algún verso. A la gente le interesaba la historia contada en si misma.
Los conceptos de autoría y originalidad medievales son diferentes a los de nuestros días. Ser original era recoger los temas, personajes y situaciones que mas arraigados estaban en la humanidad, tal vez porque eran los que mejor reflejaban las situaciones del día a día. La primera producción literaria que no fue anónima fue la de Don Juan Manuel, con el Libro de los cuentos del Conde Lucanor.
Jarchas
Poemas breves de tres o cuatro versos cortos escritos en mozárabe (lengua que hablaban los castellanos en territorio árabe) que aparecen al final de composiciones más largas escritas en árabe o hebreo (moaxajas). Suelen expresar quejas amorosas puestas en boca de una mujer.
Los cantares de Gesta
Poemas que exaltaban las hazañas histórico legendarias de un héroe, que representaba las virtudes y cualidades de un pueblo o de una colectividad que lo toma como modelo. El cantar más antiguo conservado es el Poema de Mío Cid (1140). Es un conjunto de 4000 versos de métrica irregular y de rima asonante, que canta a la figura del héroe castellano Rodrigo Díaz de Vivar. Este caballero es desterrado de Castilla por el Rey Alfonso VI. Después de esto, el Cid conquista territorios y ciudades a los árabes y se los ofrece al Rey, con el que acaba reconciliándose.
El mester de Juglaría
Los juglares eran recitadores que se dedicaban a divertir al pueblo en las plazas públicas, y a los Reyes y a los nobles en los castillos. Cantaban, hacían pantomimas y se acompañaban de instrumentos. Los juglares recitaban obras escritas por otros, pero según su estado de ánimo o la reacción del público, modificaban los cantos, los acortaban o los ampliaban. Eran pues, ejecutantes, igual que hoy los grupos musicales. Además se sabe que también existían juglares cantautores. El oficio de unos y otros se llamaba mester de juglaría. El mester cultiva la poesía narrativa, la lírica y la dramática. Su arte se basa en la tradición oral y en las gestas.