Filosofía y Ciencia


Las preguntas de la vida; Fernando Savater


Capítulo 1:

La muerte para empezar.

A los diez años Fernando Savater se dio cuenta de que la muerta es irremediablemente personal; entonces pensó: (pensar es igual a: comprender la diferencia entre aprender o repetir pensamientos ajenos y tener un pensamiento verdaderamente propio).L certidumbre de la muerte nos convierte en verdaderos humanos, en “mortales”. No es mortal quien muere sino quien sabe que va a morir. La filosofía intenta explicar la vida y decir como vivir mejor. Todas las tareas y empeños de nuestra vida son formas de resistencia ante la muerte que sabemos irremediable pero siempre retardare. La muerte es realmente necesaria y resulta un prototipo mismo de lo necesario en esta vida, es personal ya que nadie puede morir por ti y porque no puedes saber lo que siente alguien en el momento de su muerte, es lo más individual y a la vez igualitario que existe (al morir cada cual es definitivamente él mismo y nadie más).Al nacer aparece en el mundo lo que nunca había existido, y al morir desaparece lo que nunca volverá a existir. Aunque a veces no sea probable, la muerte es siempre posible.

La muerte sigue siendo lo más desconocido para el ser humano (creo saber lo que es morirse pero no lo que es morirme). La muerte ajena produce dolor pero la propia produce temor.

La muerte nos hace pensar, nos convierte a la fuerza en pensadores, en seres pensantes, pero aún así no sabemos que pensar de la muerte. La muerte sirve para hacernos pensar no sobre la muerte sino sobre la vida.

Capítulo segundo:

Las verdades de la razón

A todos siempre en nuestras vidas se nos ocurren preguntas a las que no encontramos contestación, según el libro se debe de empezar por hacer un propio examen de los conocimientos que creemos tener, y sobre ellos nos debemos hacer tres preguntas:

¿Cómo los he obtenido?

¿Hasta que punto estoy seguro de ellos?

¿Cómo puedo ampliarlos, mejorarlos o cambiarlos por otros más fiables?

Unas cosas las sabemos porque nos las han dicho otros, o nuestros padres o conocidos. Pero casi nunca tenemos certeza acerca de las preguntas que nos surgen con respecto a los temas comentados. Otras cosas se saben porque las hemos estudiado. Pero también hay una gran parte de estos conocimientos que están formados gracias a nuestras propias experiencias, como por ejemplo que el fuego quema y que el agua moja.

Debemos de pensar de vez en cuando algunas cosas de las que crees saber, y compararlas con otros conocimientos. La razón es el procedimiento que utilizo para organizar las noticias que recibo.

El objetivo del método racional es establecer la verdad, es decir, la mayor concordancia entre lo que creemos y lo que es realmente. La verdad se busca mediante el examen racional de nuestros conocimientos.

Cada cual tiene derecho a sus propias opiniones y que intentar buscar la verdad es una pretensión dogmática casi totalitaria.

Debemos pensar la vida, es decir, conocerla mejor a ella, a cuanto contiene y a cuanto significa. Tenemos múltiples fuentes de conocimiento, pero todas deben pasar por nuestro examen llamado razón.

Capitulo 3:

Yo adentro y afuera.

Descartes, pensador del siglo XVII, considerado el fundador de la filosofía moderna, ha sido el primero en plantearse la hipótesis de que todo lo que consideramos real pudiera ser simplemente un sueño y que las cosas que creemos percibir y los sucesos que parecen ocurrirnos fuesen solo incidentes de ese sueño. También penso que quizá somos víctimas de un genio maligno, haciéndonos ver, tocar y oler lo que no existe sin otro propósito que disfrutar de nuestras permanentes equivocaciones. Dijo : “yo soy, yo existo”, “pienso, luego existo”. Y cuando dice “pienso”, Descartes no solo se refiere a la capacidad de razonar, sino también a dudar, equivocarse, sonar, percibir... a cuanto mentalmente ocurre o se me ocurre. Existen pensamientos, existe el existir.

Filosofar consiste en intentar los embrollos ocasionados por el lenguaje que manejamos. Dice que Descartes estaba pensando en su alma, el alma es una noción que va cargada de referencias religiosas, muy respetables e interesantes. Según Descartes el alma es una realidad separada y totalmente distinta del cuerpo. Nuestros psiquiatras y neurólogos sonríen ante este punto de vista pero tampoco sus explicaciones sobre la relación entre nuestras funciones mentales y los órganos físicos siempre claras ni del todo convincentes. Lichtenberg, a finales del s. XVIII, dijo en unos de sus aforismos que: “mi cuerpo es la parte del mundo que mis pensamientos pueden cambiar”. Sin embargo mi convención profunda es que yo empiezo y acabo en mi cuerpo. Descartes, suponía que el alma es un espíritu y el cuerpo una especie de máquina.

Aristóteles pensaba que el alma es la forma del cuerpo, entendido por “forma” no la figura externa sino el principio vital que nos hace existir.

Capítulo cuarto:

El animal simbólico

Debido a los pensamientos acerca del “yo” se nos crearon aún más dudas acerca del conocimiento de nuestra mente. Otra respuesta es que somos un ser humano y un miembro de la especie humana.

Los filósofos aseguraban que el mérito de los humanos provenía de nuestra condición racional, de que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, de que somos capaces de avasallar al resto de los seres vivos y cosas parecidas.

De todos modos siempre se ha querido definir lo humano como algo contradictorio a lo sobrenatural o lo animal, sin embargo Darwin hizo pública su teoría sobre nuestra descendencia de otros seres vivos, y se hizo una doctrina universalmente aceptada. El ser humano es definido también habitualmente como un animal racional, un bicho más inteligente que el resto. En los animales la inteligencia parece estar exclusivamente al servicio de instintos, que son los que le dirigen hacia sus actuaciones.

Los humanos pensamos y nos solemos equivocar a menudo.

Lo que realmente caracteriza al ser humano es la posesión de un lenguaje, el lenguaje humano es el que sirve para decir lo que queremos decir, sea lo que sea. Gracias al lenguaje los humanos vivimos en un mundo de realidades independientes y significativas incluso cuando están presentes, aunque el lenguaje humano está lleno de enigmas. vidas.

Capitulo 5:

El universo y sus alrededores.

La idea de mundo tiene varios niveles, desde el más próximo hasta el más abrumador y cósmico, es decir, el ámbito de la familia, el grupo de amigos, el lugar de trabajo, los sitios de diversión, los rincones que nos son más usuales o más queridos, el hogar. Mi ambiente social y cultural, los que son como yo aunque yo apenas les conozca o no les conozca en absoluto.

Dice que el mundo sigue desbordándose hacia lo gigantesco, lo remoto y lo desconocido, se carga de nuevas estrellas, galaxias, nebulosas, agujeros negros, materia y antimateria... hasta que deja ya de ser mundo y se convierte en universo.

Los mitos tienen que ser aceptados o rechazados colectivamente pero no admiten ser argumentados o debatidos por quienes los asumen.

Nos explica que hay dos sentidos de entender el término de universo.

Tanto en griego como en latín las palabras que lo designan indican ordenamiento y armonía: el cosmos es lo bien organizado y dispuesto, lo mismo que mundus en latín, cuyo opuesto es lo llamado inmundo, por sucio y desarreglado. Hace referencia al Caos.

El concepto de orden es siempre un intento de poner unidad y articular relaciones en una multiplicidad de elementos, sea la unidad inherente o las cosas mismas, o bien provenga de nuestra forma de pensar. Cuenta que el origen del Universo en nuestra tradición cristiana, la respuesta más popular a este embrollo es recurrir a Dios creador. El universo y su origen son dificilísimos de comprender. La eternidad y la infinitud de Dios provocan el mismo desconcierto que la eternidad e infinitud del universo.

Podemos razonadamente asumir que el universo ha existido siempre y por tanto no ha comenzado nunca. No sabemos de nadie que haga árboles, mares ni mucho menos mundos.

Capítulo sexto:

La libertad en acción

El hombre habita en el mundo, porque actuamos en él con el resto de seres humanos y vivos. Lo que nos importa entonces es saber el significado de actuar.

Antes de hacer algo siempre se piensa antes, y después es cuando se actúa. Tampoco la noción de la palabra “voluntario”, ya que nos surgen cada vez nuevas dudas. Se puede definir de todas formas como lo que tus haces porque quieres hacerlo, tras haberlo realizado, etc.

La libertad quizá resulte únicamente una ilusión, que es algo irreal e imposible.

El término libertad suele recibir tres usos diferentes, que se suelen confundir en debates: La libertad como disponibilidad para actuar de acuerdo con los propios deseos o proyectos. Libertad de querer lo que quieres y no sólo de hacer lo que quieres. La libertad de querer lo que no queremos y de no querer lo que de hecho queremos.

La cuestión de la responsabilidad proviene de mucho antes, ya de la tragedia griega. En mentalidades cristianas se aprecia la libertad también de un modo en el que hay que resignarse en gran medida, y ser libre es responder por nuestros actos y siempre se responde ante los otros, con los otros como víctimas, testigos o jueces. El hombre parece ser el único animal que puede estar descontento consigo mismo.

Capítulo séptimo:

Artificiales por naturaleza

El hombre es un animal simbólico, y se pueden señalar los rasgos por los que es así.

La primera tarea filosófica es el hecho de precisar lo más posible los usos de temas como la naturaleza.

Este término es utilizado en multitud de usos. A lo que se refiere en realidad es principalmente a todo lo que nos rodea y todo lo que existe en el universo. Pero otro de los sentidos de la naturaleza es todo aquello que aparece en el mundo que no sea creación humana. Al contraponerlo al caso del hombre, tiene que ver con la cultura o lo innato.

Cualquiera de nosotros, cualquier rasgo natural, está siempre contenido por la cultura y viceversa.

Entre los términos natural y naturaleza se guarda fundamentalmente un aspecto cultural. Los que toman la naturaleza como guía suelen parecerse mucho a ella en todos sus aspectos. Es totalmente cierto que lo artificial es mucho peor que lo natural. La naturaleza no tiene ningún acuerdo con los hombres y no tiene porqué favorecerle siempre. De todos modos nosotros si tenemos unas obligaciones de cumplir con la naturaleza para su buen estado.

La naturaleza no tiene ninguna preferencia con los seres vivos.

La relación entre el hombre y la naturaleza se basó en gran medida en la técnica. A diferencia de la ciencia, que es comparativa y cutre de la naturaleza, la técnica tiene la intención de obtener algo nuevo sin ser imitación de nada ni de nadie.

De todos modos existen muchas opiniones acerca de la naturaleza, pero se centran todas en que tiene que recibir una cierta adoración por parte de la vida que la habita.

Capítulo octavo:

Vivir juntos

Nadie se llega a convertir en ser humano si está solo, nos hacemos humanos unos a los otros.

Las sociedades modernas tienden a despersonalizar las relaciones humanas. La vida se nos puede hacer infernal y revelarse contra nosotros, y pueden influir las implicaciones políticas y sociales de nuestra autonomía personal. Estamos configurados para y por nuestros semejantes.

La autoconciencia entonces ya no se conforma con la supervivencia biológica que le bastaba mientras se halló en plena continuidad con el resto del mundo.

Una autoconciencia puede triunfar ante otra por medio del miedo o de la muerte. La autoconciencia puede quedar vencida por el miedo a morir.

La discordia no existe porque los seres humanos seamos irracionales o violentos por naturaleza, y se pueden llegar a darse trivialidades. No es cierto que seamos espontáneamente violentos o antisociales, si existen personas así, pero son casos aislados. Siempre se intentó que en la sociedad permanezca la concordia y que no existan discusiones. Pero es difícil, puesto que todo lo que nos une nos enfrenta; y esto depende bastante de nuestro interés.

Nos habla de que los utopistas reclaman un hombre nuevo.

En la actualidad se busca una organización política de la comunidad humana a partir de un contrato social.

El gran problema es que en las sociedades existentes no todos los ideales resultan compatibles. Lo que expresa mejor la concordia social se llama la justicia.

Dice que debido a que no somos robots, todos los seres humanos poseemos una conciencia, más o menos desarrollada, pero la tenemos. Las manifestaciones humanas sólo pueden comprenderse en un contexto

social.

Capítulo noveno:

El escalofrío de la belleza

Los seres humanos estamos sometidos al placer y al dolor.

El placer no se refiere solamente a lo que nos produce sensaciones físicas gratas, sino también a todo aquello ante lo que sentimos aprobación, también interviene la razón para disfrutar lo hermoso. Es bello lo que complace al universo sin concepto. Los conceptos de belleza y valores humanos están en cierto modo mezcladas.

Dice que hay que desconfiar de los artistas, porque pueden hacernos pensar igual que ellos introduciendo en sus obras sus ideas de modo que nosotros lo apreciemos como algo bello y nos agrade, tenemos que prevenirnos de ellos. Existe una clara contraposición entre el arte y el verdadero conocimiento, es decir, la filosofía.

El arte no nos indica lo que tenemos que hacer, solo nos agita y nos purifica tonificantemente para que seamos lo que queremos llegar a ser.

Una de nuestras preguntas es si siempre tiene que tener como significado lo bello de bonito, o lo contrario de fea la obra realizada por el artista.

Lo que sí, en el arte puede ser llamada belleza a algo que tiene muy poco que ver con lo decorativo.

Capítulo décimo:

Perdidos en el tiempo

Al preguntarle a alguien cómo es su vida cotidiana siempre se suele responder indicando sus actividades habituales que realiza todos los días.

La definición del tiempo es algo que aun no se consiguió hasta el día de hoy.

El tiempo es algo que no podemos tener seguro mediante lo que nos parece a nosotros, ya que no tenemos ningún medio de asegurarlo. A pesar de no haber encontrado un modo de medirlo para mantener una correspondencia entre todos los seres de la sociedad. A algunos les ha bastado con establecer el tiempo en correspondencia a sí hace frío o calor, a sí es de día o de noche, etc.

Adoptemos el tipo de medida que adoptemos, uno no puede dejar de pensar que existe además al margen de ese modo, una medida independiente que establece el propio tiempo y que no se puede descifrar.

Si el pasado y el futuro nos intrigan en el presente, quizá debamos pensar que no son tan pasados ni tan futuros como parecen, todos los instantes están en movimiento y no existe una diferencia notable entre los tres instantes. La relación con el pasado no es como la relación que tenemos con el futuro ya que el pasado nos está influyendo en el presente, pero el futuro está por venir.

A todos no impone el futuro debido a una concepción espacial del tiempo, de no saber qué es lo que nos estará pasando en un presente más adelantado (en el tiempo) que el momento actual.

Se han encontrado muchas diferencias claras entre el movimiento en el espacio y el pasar del tiempo. El espacio nos puede ofrecer lo distinto, pero es en el tiempo donde puede aparecer lo realmente otro. Suponemos o intentamos hacerlo que el tiempo realmente pasa, pero realmente sabemos que el tiempo siempre está ahí, aunque sin aumentar ni disminuir. El tiempo está vinculado especialmente a la condición humana. El tiempo es otro aspecto que nos hace pensar en el tema de la muerte, que está explicado en el primer capítulo.




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Enviado por:Dulci
Idioma: castellano
País: España

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