Filosofía y Ciencia
Amistad en Aristóteles
Aristóteles: la amistad
No lo amamos todo [indistintamente], sino que amamos sólo lo que es amable, a saber, lo bueno, o lo agradable, o lo útil. Lo útil es lo que procura un bien o un placer, de suerte que el bien y lo agradable son amables en cuanto fin. ¿Amamos lo que es bueno en sí, o lo que es bueno para nosotros? A veces estos dos caracteres difieren, e igual para lo agradable. Parece que cada uno ama lo que es bueno para él y que, si hablando absolutamente lo que es bueno [en sí] es amable, cada cual halla amable lo que es bueno para él. Por otra parte, cada uno juzga amable, no exactamente lo que es bueno para él, sino lo que le parece bueno. Pero importa poco. Definamos lo amable: lo que parece bueno.
No empleamos la palabra amistad para designar la afición que sentimos por los objetos inanimados, ya que éstos no pueden devolver la amistad y nosotros no les podemos desear el bien. Sería ridículo decir que se desea el bien del vino, a menos que se quiera dar a entender con ello que se desea su conservación, a fin de poder utilizarlo. Por el contrario, se dice que debe desearse el bien de un amigo por él mismo. Los que así desean el bien [de alguien] son llamados benevolentes, aunque no sean correspondidos. Porque la benevolencia, cuando es recíproca, es la amistad. ¿No hay que añadir que la amistad no debe permanecer secreta? En efecto, ocurre a veces que sentimos benevolencia hacia gentes a las que nunca hemos visto, pero a las que suponemos honestas y capaces de ser útiles; y tal vez ellos albergan los mismos sentimientos hacia nosotros. Se ve entonces que las personas son benévolas las unas hacia las otras. Pero, ¿quién se atrevería a dar el nombre de amigos a aquellos cuyas disposiciones recíprocas son secretas? Así pues la amistad exige no sólo una benevolencia recíproca, sino también que el deseo del bien no sea secreto, por la razón que ya hemos indicado.
Se dan en todo ello unas diferencias de especie, y tanto nuestros amores, como nuestras amistades, son diferentes. Hay tres clases de amistades, igual que hay tres clases de amabilidades. En cada una de ellas encontramos reciprocidad y amor no secreto. Los que se aman mutuamente quieren el bien los unos de los otros, según la naturaleza de su amor. Los que se aman por la utilidad no se aman por sí mismos, sino con la esperanza de obtener del otro algún bien. Y lo mismo ocurre con los que se aman con vistas al placer; no aman a las gentes de talento por sus cualidades, sino por lo gratas que les resultan.
Así pues los que aman por la utilidad buscan lo que les conviene. Los que aman por el placer [buscan] lo que les es agradable. No aman al amigo porque es él, sino en la medida en que les es útil o agradable. Estas amistades nacen accidentalmente; no aman a su amigo por lo que es, sino porque es capaz de procurarles alguna ventaja o algún placer. Estas amistades son muy frágiles, porque los amigos no siempre permanecen iguales; cuando ya no son útiles ni agradables, dejan de amarse. [...]
La amistad perfecta es la de los hombres buenos y la de los que se unen por la virtud. En efecto, éstos se desean mutuamente un bien semejante en la medida en que son buenos, y son buenos en sí mismos. Pero la cima de la amistad es querer el bien de los amigos por sí mismos, porque esta disposición es esencial, no accidental. Una amistad de esta clase se mantiene en tanto que los amigos son buenos, y la virtud es estable. Además, cada uno de los amigos es bueno a la vez de una manera absoluta y en relación con su amigo, porque los buenos lo son absolutamente hablando, y además útiles para sus amigos. Lo mismo sucede con el placer: los buenos son agradables de un modo absoluto y agradables los unos a los otros. Como cada uno halla su placer en los actos que le convienen, o actos semejantes, los buenos [realizan actos] idénticos o semejantes.
Por consiguiente, esta amistad es duradera. Contiene en sí misma todas las condiciones de la amistad, ya que toda amistad se funda sobre el bien o sobre el placer, ya absolutamente, ya con relación al amigo y según una cierta semejanza. Todas estas condiciones existen en la amistad tal como la acabamos de describir, y se deben a la naturaleza misma de los amigos, semejantes en este punto como en los otros, porque lo que es bueno absolutamente es también agradable absolutamente. Esto es pues lo más amable, y la amistad entre tales amigos es la más elevada y la mejor.
Es natural que estas amistades sean raras, porque los hombres así son poco numerosos. Además es necesario [consagrarle] tiempo y tener una vida en común: según el proverbio, no es posible conocerse los unos a los otros antes de haber consumido en común muchas medidas de sal. Por consiguiente, no hay que aceptar a uno [como amigo] ni unirse a él antes de haber comprobado por ambas partes que es digno de confianza y de amistad. Los que precipitadamente se dan muestras de amistad, quieren ser amigos, pero no lo son realmente, a menos que sean también amables y que lo sepan. El deseo de amistad nace en seguida, pero no ocurre lo mismo con la amistad. Esta, para ser perfecta, necesita tiempo y otras condiciones, nace de todo esto y de las cualidades semejantes que deben poseer los amigos.
Aristóteles y la Amistad
Aristóteles define la amistad con las siguientes palabras: "¿Qué es un amigo? Son dos cuerpos con una sola alma". Para Aristóteles hay tres tipos de amistad, Amistad de Utilidad, de Placer y de Virtud. En este trabajo, voy a desarrollar lo que piensa Aristóteles sobre las amistades de virtud, las verdaderas amistades.
Las amistades de utilidad son aquellas que se basan únicamente en nuestra propia necesidad. En donde comparten una amistad hasta que son útiles para sí mismos, y es por ello que no dura mucho. Un ejemplo podría ser, un vendedor con un posible cliente, en donde comparten una amistad por utilidad, pues el vendedor va a ser amable y cortés sólo hasta que logre hacer la venta.
La amistad de placer es basada en la cantidad de placer que se recibe de la amistad. Un ejemplo de ello, pueden ser las personas que van a fiestas juntas. Les agrada su compañía, pero esa es la razón principal de la amistad.
Creo que los dos tipos de amistad mencionados anteriormente, no se pueden catalogar como verdaderas amistades. Pues las personas involucradas no se conocen; estas son amistades incompletas.
Un amigo es una persona que está siempre con uno, en las buenas y en las malas. Personas que comparten una sola alma, que se conocen, que se aprecian y que se quieren. Y es esto lo que es para Aristóteles el tercer tipo de amistad, la amistad de virtud.
Aristóteles define esta amistad como una relación entre personas, que consisten en desearse el bien y ser afectuosos el uno con el otro. Pueden ser útiles y pueden obtener placer de la amistad, aunque estas no son las características principales de la amistad. Querer a un amigo, es quererse a sí mismo.
Hay muchas circunstancias que pueden hacer surgir una amistad de virtud.
Existen amistades familiares y no familiares. Las familiares juegan un papel muy importante en la vida de uno, debido a que la familia siempre va a estar ahí para uno. "Los amigos vienen y se van, pero la familia, para bien o para mal, permanecen juntos por vida"
Primero, están los hermanos. Aristóteles cree que ellos se quieren porque vienen de sus mismos padres. Esto influye, pues si son criados en el mismo hogar, tienden a tener caracteres similares, y esto los une no solo como familia sino como verdaderos amigos. Aprenden a quererse el uno al otro, a compartir sus penas y sus alegrías. Muchas veces hasta buscan lo mismo de la vida, y este objetivo en común los une por siempre.
También existe la amistad entre los padres y los hijos. Pues los padres quieren a sus hijos, porque los consideran como partes de ellos mismos. Por eso se dice que los quieren tanto como a sí mismos, y esta es una de las características más importantes de una amistad completa. Los hijos quieren a los padres porque están agradecidos que los hallan traído al mundo, y no sólo de eso, sino de todo lo que han recibido de ellos, amor incondicional, comprensión, apoyo y todo lo que nos hace lo que verdaderamente somos.
Por último tenemos a las amistades, las amistades que hacemos porque queremos, porque encontramos algo en la otra persona que son buenas en sí mismas, buenas para nosotros y agradable estar con ellas.
Aristóteles cree que la amistad no es sólo una virtud, sino una relación por la cual la gente aprende a ser buena, una actividad en la que somos entrenados y practicamos todas las virtudes, aprendiendo así a ser virtuosos. Compartiendo el tiempo con personas que son buenas, encontramos el bien en nosotros mismos.
Cuando los amigos comparten tiempo juntos, no tardarán en realizar que ven con un mismo ojo, sienten con un mismo corazón, y piensan con una misma mente, y ellos contribuyen a ejercitar este ojo, corazón y mente virtuosamente. Es por que florecemos como amigos y como personas, animando el florecimiento de nuestros amigos.
Como ya mencionamos anteriormente, hay amistades de virtud que son no familiares. Entre estas amistades, se pueden hacer dos distinciones, las amistades, y la persona con la que uno decide pasar el resto de su vida. Siendo estos dos tipos de amistades igual de importantes, pero a la vez muy distintas. Uno puede tener muchos amigos de virtud, pero sólo un amigo con el cual se puede elegir pasar toda una vida a su lado.
Esta también es una amistad que perdura, aunque creo que es muy distinta a cualquier otra amistad. Los amigos que comparten una vida en común, están de acuerdo en lo que es bueno, toman las mismas decisiones y actúan sus propias decisiones".
Cuando se tiene un verdadero amigo, juntos encuentran nuevos intereses, comparten momentos que les dan la oportunidad para desarrollar sus mentes, corazones, visiones y habilidades. Ninguna de las dos personas pierde su identidad, sino que los dos mejoran su identidad agregando o incluyendo la identidad del otro en la de uno mismo.
Aristóteles reconoce que desearse bien mutuo, es necesario para todas las amistades virtuosas, pero no es lo único que se necesita para que surja una amistad, ya que carece del ingrediente principal: el amor. Sin amor, no puede crecer una amistad y no puede perdurar.
Creo que lo que piensa Aristóteles sobre la amistad de virtud es muy congruente con lo que pienso yo. Para mí un verdadero amigo es una persona muy valiosa, de la cual siempre aprendo algo, no sólo sobre él, sino sobre mí misma.
Mis amigos, mi familia, mis papas y mis hermanos, han ayudado a ser la persona que soy hoy.
La Amistad
Si quisiéramos definir este concepto podemos remitirnos a cualquier diccionario y encontrar su significado de esta palabra. El objeto de este tema es analizar su concepto, lo que ello encierra más que remitirnos a su raíz etimológica y/o significación.
De hecho podemos iniciar diciendo que es un sentimiento, es una realidad que se conjuga entre personas, entre seres humanos. Es en el sentido amplio de la palabra, el amor hecho realidad. La amistad es ¡¡¡¡ Amor !!!
Cuando nació el Leonismo, fundado por Melvin Jones, lo que hizo fue unir clubes de negocios, personas que formaban círculos que en algo los unía, para apoyarse y beneficiarse en una infinidad de elementos, siendo el principal, quizás, sus relaciones de trabajo, desarrollo comercial, profesional y desde luego amistad.
Según Aristóteles, declara cuán necesaria es la amistad para las personas, para los estados, para los poderosos, para los humildes, para todos los seres de la humanidad, pues es en verdad la fuerza que mueve al bien y a la amabilidad, es decir, al amor....
Para Aristóteles, la amistad es virtud o está acompañada de ella y la mueve hacia la belleza, hacia la perfección, hacia el entendimiento y razonamiento, pues en el clima de amistad, confluyen sin pasiones, los caminos buscados y deseados.
De ahí que uno de los pilares que indudablemente se mueve el leonismo y toda organización humana al servicio de los demás especialmente las filantrópicas, sea sin lugar a duda la amistad...la amistad en su quehacer.
En nuestro caso, la amistad está dada por la Amistad en el Servicio, que es en definitiva la que nos mueve a conseguir el éxito de los programas, dejando de lado, una vez alcanzado un consenso, nuestras eventuales posiciones divergentes, para concurrir a la consecución del plan como un solo todo.
Desde luego, sin amistad, los objetivos no se alcanzan, no se logra la cohesión ni el trabajo en equipo, aflora automáticamente el egoísmo, los personalismos, la tragedia, la desazón y desencanto, toda vez que la amistad es compañía, es unión, es necesidad de uno y otro, de todos y que ésta sea desde luego, sincera y con el corazón. Consiste la amistad en entender a cada cual, como a su propio yo, con su mismo amor y entrega.
De lo anterior se desprende el compromiso individual y grupal hacia los objetivos, importa una obligación, pero una obligación de entrega y feliz, pues de esta forma se logra también el afiatamiento de ella y crece el amor...
Algunos, al intentar jerarquizar los sentimientos, quizás colocan a la amistad en el último peldaño, quizá en el de menor importancia, en circunstancias que es si duda el principal y el más importante. No hay amor sin amistad y no hay amistad sin amor. Es el principio, es el desarrollo, es la continuación, es el alimento diario e indispensable.
Es en suma el todo...más que sus partes.
Si analizáramos por ejemplo, los motivos de las desavenencias de las parejas, de los esposos, veríamos sin lugar a dudas que lo que se deterioró no fue el AMOR, no fue el Sexo, no fue quizás el estado de pobreza o riqueza, sino que, lo que realmente se deterioró fue la amistad, la confianza, la entrega que se dispensaba, pues es el pilar de todo lo demás...
Algo similar ocurre en organizaciones como el Leonismo....un escritor colombiano, decía respecto de esto mismo. "El amor más grande crea vida, ama a los demás y se ama a sí mismo, en consecuencia, debe crear vida hacia uno mismo y hacia los demás. Debe poseer a la amistad, debe posarse sobre ella, debe ser ella y debe transmitirla a ella. El amor debe poseer pasión, pero no pasión loca y desenfrenada, sino pasión creadora, porque la amistad crea y razona." 1.
Grande es la responsabilidad de mantener la amistad, el anhelo de ser amigos, pues si verdaderamente crea, razona y se entrega a uno mismo y a los demás, tal como lo hacen los Leones en sus Clubes hacia sus comunidades más necesitadas.
La amistad (léase desde luego amor), porque eso es; es comprensiva, es tolerante, es juiciosa, es generosa, es la llave del éxito en cualquier actividad que emprenda el ser humano, especialmente, en instituciones de carácter humanitario.
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Idioma: | castellano |
País: | España |