Derecho
La República
LA REPÚBLICA
Introducción
Fue un periodo de la historia de Roma caracterizado por el régimen republicano como forma de gobierno, que se extiende desde el 509 a.C., cuando se puso fin a la Monarquía(1) con la expulsión del último rey, Lucio Tarquino el Soberbio, hasta el 27 a.C., fecha en que tuvo su inicio el Imperio.
Conquista de la península Itálica (509-264 a.C.)
En sustitución del rey, el conjunto de la ciudadanía elegía anualmente a dos magistrados, conocidos como pretores (o jefes militares), que más tarde recibieron el título de cónsules. La participación dual en el ejercicio del poder supremo y la limitación a un año de permanencia en la magistratura evitaban el peligro de la autocracia. El carácter del Senado, órgano asesor ya existente durante la monarquía, fue modificado al poder ingresar en él los plebeyos, conocidos como conscripti, por lo que desde entonces la denominación oficial de los senadores fue la de patres conscripti (padres conscriptos). Inicialmente sólo los patricios podían ocupar las magistraturas, pero el descontento de la plebe originó una violenta lucha entre los dos grupos sociales y la progresiva desaparición de la discriminación social y política a la cual los plebeyos habían estado sometidos.
En el 494 a.C., la secesión (retirada) al Aventino (una de las siete colinas de Roma) de los plebeyos, obligó a las clases patricias a conceder la institución de los tribuni plebis (tribunos de la plebe) que eran elegidos anualmente por el Concilium plebis (Asamblea de la plebe) como representantes de los plebeyos para la defensa de sus intereses. Tenían derecho a veto sobre los actos de los magistrados patricios y de hecho actuaban como dirigentes de la plebe en los conflictos con los patricios. La constitución de un decenvirato (comisión de diez hombres) en el 471 a.C. tuvo como resultado la redacción de un código legal a su cargo veinte años después. En el 455 a.C. la Ley Canuleya declaraba legalmente válidos los matrimonios entre patricios y plebeyos. En virtud de las Leyes Licinias-sextias (367 a.C.) uno de los dos cónsules debía ser plebeyo. El resto de las magistraturas se fueron abriendo gradualmente a los plebeyos, incluida la dictadura (356 a.C.), una magistratura excepcional cuyo titular era elegido en tiempos de gran peligro, la censura o dignidad de censor (350 a.C.), la praetura o cargo de pretor (337 a.C.) y las magistraturas de los colegios pontifical y augural (300 a.C.).
Estos cambios políticos dieron paso a una nueva aristocracia compuesta por patricios y plebeyos enriquecidos y propiciaron que el ingreso en el Senado fuera casi un privilegio hereditario de estas familias. El Senado, que originalmente había tenido escaso poder administrativo, se convirtió en un órgano fundamental de poder; declaraba la guerra y firmaba la paz, establecía alianzas con otros estados extranjeros, decidía la fundación de colonias y gestionaba las finanzas públicas. Aunque el ascenso de esta nobilitas puso fin a las disputas entre los dos grupos sociales, la posición de las familias plebeyas más pobres no mejoró y el agudo contraste entre las condiciones de los ricos y la de los pobres originó a finales de la República las luchas entre el partido aristocrático y el popular.
Roma aplicó durante este periodo una política exterior expansionista. Antes de la disolución de la monarquía, Roma ya era la potencia hegemónica en el Lacio(2). Ayudados por sus aliados, los romanos lucharon contra etruscos, volscos y ecuos. Entre el 449 y el 390 a.C. Roma se mostró especialmente agresiva. La conquista de la ciudad etrusca de Veyes en el 396 por el militar y político Marco Furio Camilo(3) señaló el inicio de la decadencia de la civilización etrusca. Otras ciudades etruscas se apresuraron a firmar la paz, y a mediados del siglo IV a.C. se habían establecido guarniciones romanas en el sur de Etruria(4) en las que se asentaron un gran número de colonos romanos. Las victorias sobre los volscos, latinos y hérnicos dieron a Roma el control de Italia central y también la hicieron entrar en conflicto con los samnitas(5) del sur de Italia, a los que derrotó después de las denominadas Guerras Samnitas (343-290 a.C.). Roma reprimió una revuelta de los latinos y volscos y en el 338 a.C. la Liga Latina (una confederación de ciudades del Lacio establecida muchos años atrás) fue disuelta. Las poderosas coaliciones formadas por etruscos, umbros y galos en el norte, y por lucanos y samnitas en el sur, amenazaron el poder de Roma hasta que fueron derrotadas, primero la confederación del norte en el 283 a.C. y poco después la del sur. En el 281 la colonia griega de Tarento solicitó ayuda a Pirro, rey de Epiro, contra Roma. Sus campañas en Italia y en Sicilia (280-276 a.C.) no tuvieron éxito y regresó a Grecia. Durante los siguientes diez años, Roma completó su dominio en el sur de Italia y de este modo logró imponer su poder sobre toda la península Itálica hasta los ríos Arno y Rubicón(6).
Hegemonía exterior
En el 264 a.C. Roma comenzó su lucha con Cartago(7) por el control del mar Mediterráneo. Cartago era en esta época la potencia marítima hegemónica en el mundo y dominaba de forma absoluta el Mediterráneo central y occidental en tanto que Roma centraba su predominio en la península Itálica.
Las Guerras Púnicas y Macedónicas
La primera (264-241 a.C.) de las Guerras Púnicas(8) tuvo como causa principal la posesión de Sicilia y supuso el nacimiento de Roma como una gran potencia naval. Con el apoyo de Hierón II, tirano de Siracusa, los romanos conquistaron Agrigento, y su recién creada flota, bajo el mando del cónsul Cayo Duilio, venció a la cartaginense en la batalla de Milai (260 a.C.). La continuación de la guerra en África acabó con la derrota y captura del general romano Marco Atilio Régulo. Tras una serie de derrotas en el mar, los romanos obtuvieron una gran victoria naval el año 242 a.C. en las islas Égates, al oeste de Sicilia(9). La guerra acabó en el 241 a.C. con la cesión a Roma de la zona cartaginesa de Sicilia que se convirtió en una provincia romana, la primera posesión exterior de Roma. Poco después, Cerdeña y Córcega fueron arrebatadas a Cartago y anexionadas como provincias.
Como Roma había logrado un equilibrio de fuerzas en el mar, Cartago se preparó para la reanudación de las hostilidades al adquirir posesiones en Hispania. Bajo el mando de Amílcar Barca, Cartago ocupó la península Ibérica hasta la altura del río Tajo. Asdrúbal, yerno de Amílcar, continuó la labor de sometimiento de este territorio hasta su muerte (221 a.C.) y entre los años 221 a.C. y 219 a.C. el nuevo general cartaginés Aníbal(10), hijo de Amílcar, amplió las conquistas cartaginesas hasta el río Ebro. La segunda Guerra Púnica (218-201 a.C.) comenzó al invadir Aníbal la península Itálica tras partir desde sus campamentos de la península Ibérica y cruzar los Alpes con elefantes. Derrotó a los romanos en sucesivas batallas y asoló gran parte del sur de Italia durante varios años, pero tuvo que regresar a África para enfrentarse con Publio Cornelio Escipión el Africano(11), que había invadido Cartago y que obtuvo una victoria decisiva sobre Aníbal en la batalla de Zama (202 a.C.). A consecuencia de esta batalla Cartago tuvo que entregar su flota, ceder Hispania y sus posesiones en las islas del Mediterráneo a Roma y pagar una enorme indemnización. Desde este momento Roma obtuvo el control completo del Mediterráneo occidental.
El trato que los romanos dieron a las comunidades itálicas bajo su dominio se hizo más severo, al tiempo que las ciudades griegas del sur de Italia, que habían apoyado a Aníbal, se convirtieron en colonias romanas. Roma continuó extendiendo su poder hacia el norte: entre el 201 y el 196 a.C. los celtas del valle del río Po fueron sometidos y su territorio fue latinizado, aunque se les negó la ciudadanía romana. Córcega y Cerdeña fueron sometidas e Hispania fue ocupada militarmente, práctica que originó los primeros ejércitos romanos permanentes.
Durante los siglos III y II a.C. Roma hubo de enfrentarse a Macedonia por el dominio del mar Egeo en las denominadas Guerras Macedónicas. Las tropas macedónicas estuvieron dirigidas durante las dos primeras guerras por Filipo V(12), que resultó finalmente derrotado en el año 197 a.C. Con la ayuda de las ciudades griegas del sur, los romanos procedieron contra Antíoco III Megas, rey de Siria, al que derrotaron en Magnesia del Sípilo en el año 190 a.C. y le forzaron a entregar sus posesiones en Europa y Asia Menor. El hijo y sucesor de Filipo, Perseo (212-166 a.C.), continuó la resistencia contra los romanos, lo que condujo al estallido de la tercera Guerra Macedónica. En el año 168 a.C. su ejército fue puesto en fuga en Pidna por el cónsul Paulo Emilio el Macedónico. Macedonia se convirtió en provincia romana en el 148 a.C. Dos años más tarde, la revuelta final de la Liga Aquea en Grecia contra el dominio romano concluyó con la conquista y destrucción de Corinto.
Roma reemprendió la lucha contra los cartagineses en la tercera Guerra Púnica (149-146 a.C.), que finalizó cuando Publio Cornelio Escipión Emiliano(13) conquistó y destruyó Cartago, que a partir de entonces formó parte de la provincia romana de África. La conquista de Numancia en el 133 a.C. puso fin a una serie de campañas en la península Ibérica. Ese mismo año Roma también incorporó a su control el reino de Pérgamo tras la muerte de su último gobernante, Atalo III; poco después este territorio formó parte de la provincia de Asia.
Roma había creado, en 131 años, un imperio (administrado todavía bajo una forma republicana) que dominaba el Mediterráneo desde Siria hasta Hispania. Como resultado de esas conquistas los romanos entraron en contacto con el mundo griego, primero en el sur de Italia y Sicilia y más tarde en el este, adoptando gran parte de su cultura, arte, literatura, filosofía y religión. El desarrollo de la literatura latina comenzó en el 240 a.C. con la traducción y adaptación de la poesía épica y los dramas griegos. En el 155 a.C. se establecieron escuelas de filosofía griega en Roma. La primera (264-241 a.C.) de las Guerras Púnicas tuvo como causa principal la posesión de Sicilia y supuso el nacimiento de Roma como una gran potencia naval. Con el apoyo de Hierón II, tirano de Siracusa, los romanos conquistaron Agrigento, y su recién creada flota, bajo el mando del cónsul Cayo Duilio, venció a la cartaginense en la batalla de Milai (260 a.C.). La continuación de la guerra en África acabó con la derrota y captura del general romano Marco Atilio Régulo. Tras una serie de derrotas en el mar, los romanos obtuvieron una gran victoria naval el año 242 a.C. en las islas Égates, al oeste de Sicilia. La guerra acabó en el 241 a.C. con la cesión a Roma de la zona cartaginesa de Sicilia que se convirtió en una provincia romana, la primera posesión exterior de Roma. Poco después, Cerdeña y Córcega fueron arrebatadas a Cartago y anexionadas como provincias.
Como Roma había logrado un equilibrio de fuerzas en el mar, Cartago se preparó para la reanudación de las hostilidades al adquirir posesiones en Hispania. Bajo el mando de Amílcar Barca, Cartago ocupó la península Ibérica hasta la altura del río Tajo. Asdrúbal, yerno de Amílcar, continuó la labor de sometimiento de este territorio hasta su muerte (221 a.C.) y entre los años 221 a.C. y 219 a.C. el nuevo general cartaginés Aníbal, hijo de Amílcar, amplió las conquistas cartaginesas hasta el río Ebro. La segunda Guerra Púnica (218-201 a.C.) comenzó al invadir Aníbal la península Itálica tras partir desde sus campamentos de la península Ibérica y cruzar los Alpes con elefantes. Derrotó a los romanos en sucesivas batallas y asoló gran parte del sur de Italia durante varios años, pero tuvo que regresar a África para enfrentarse con Publio Cornelio Escipión el Africano, que había invadido Cartago y que obtuvo una victoria decisiva sobre Aníbal en la batalla de Zama (202 a.C.). A consecuencia de esta batalla Cartago tuvo que entregar su flota, ceder Hispania y sus posesiones en las islas del Mediterráneo a Roma y pagar una enorme indemnización. Desde este momento Roma obtuvo el control completo del Mediterráneo occidental.
El trato que los romanos dieron a las comunidades itálicas bajo su dominio se hizo más severo, al tiempo que las ciudades griegas del sur de Italia, que habían apoyado a Aníbal, se convirtieron en colonias romanas. Roma continuó extendiendo su poder hacia el norte: entre el 201 y el 196 a.C. los celtas del valle del río Po fueron sometidos y su territorio fue latinizado, aunque se les negó la ciudadanía romana. Córcega y Cerdeña fueron sometidas e Hispania fue ocupada militarmente, práctica que originó los primeros ejércitos romanos permanentes.
Durante los siglos III y II a.C. Roma hubo de enfrentarse a Macedonia por el dominio del mar Egeo en las denominadas Guerras Macedónicas. Las tropas macedónicas estuvieron dirigidas durante las dos primeras guerras por Filipo V, que resultó finalmente derrotado en el año 197 a.C. Con la ayuda de las ciudades griegas del sur, los romanos procedieron contra Antíoco III Megas, rey de Siria, al que derrotaron en Magnesia del Sípilo en el año 190 a.C. y le forzaron a entregar sus posesiones en Europa y Asia Menor. El hijo y sucesor de Filipo, Perseo (212-166 a.C.), continuó la resistencia contra los romanos, lo que condujo al estallido de la tercera Guerra Macedónica. En el año 168 a.C. su ejército fue puesto en fuga en Pidna por el cónsul Paulo Emilio el Macedónico. Macedonia se convirtió en provincia romana en el 148 a.C. Dos años más tarde, la revuelta final de la Liga Aquea en Grecia contra el dominio romano concluyó con la conquista y destrucción de Corinto.
Roma reemprendió la lucha contra los cartagineses en la tercera Guerra Púnica (149-146 a.C.), que finalizó cuando Publio Cornelio Escipión Emiliano conquistó y destruyó Cartago, que a partir de entonces formó parte de la provincia romana de África. La conquista de Numancia en el 133 a.C. puso fin a una serie de campañas en la península Ibérica. Ese mismo año Roma también incorporó a su control el reino de Pérgamo tras la muerte de su último gobernante, Atalo III; poco después este territorio formó parte de la provincia de Asia.
Roma había creado, en 131 años, un imperio (administrado todavía bajo una forma republicana) que dominaba el Mediterráneo desde Siria hasta Hispania. Como resultado de esas conquistas los romanos entraron en contacto con el mundo griego, primero en el sur de Italia y Sicilia y más tarde en el este, adoptando gran parte de su cultura, arte, literatura, filosofía y religión. El desarrollo de la literatura latina comenzó en el 240 a.C. con la traducción y adaptación de la poesía épica y los dramas griegos. En el 155 a.C. se establecieron escuelas de filosofía griega en Roma.
Conflictos internos
Con la adquisición de tan vastos territorios comenzaron los problemas internos de Roma. Algunas familias plebeyas extremadamente ricas se aliaron con las viejas familias patricias para excluir al resto de ciudadanos de las más altas magistraturas y del Senado. Esta clase dirigente aristocrática (optimates) se hizo cada vez más arrogante y propensa al lujo, perdiendo los altos niveles de moralidad e integridad de sus antepasados. La gradual desaparición de los campesinos, causada por la creación de grandes propiedades agrarias, de un sistema de producción esclavista y por la devastación del campo por la guerra, condujo al desarrollo de un proletariado urbano cuya opinión política no se tenia en consideración. El conflicto entre el partido aristocrático y el popular era inevitable. Los intentos de los tribunos de la plebe Tiberio Sempronio Graco(14) y su hermano Cayo Sempronio Graco(15) por aliviar la situación de los ciudadanos más pobres con una reforma agraria y el reparto de cereales, acabaron en revueltas en las que ambos hermanos resultaron muertos, en el 133 y en el 121 a.C. respectivamente.
La ampliación territorial de Roma continuó. En el año 106 a.C. Yugurta, rey de Numidia, fue destronado por el cónsul Cayo Mario(16) con la ayuda de Lucio Cornelio Sila(17). Esta victoria incrementó el prestigio militar de Roma, consolidado tras la derrota de los cimbrios y teutones en el sur de la Galia y norte de Italia a manos de Mario tras su regreso de África.
Las comunidades itálicas aliadas con Roma sintieron que sus cargas aumentaban en tanto que sus privilegios disminuían y exigieron compartir con Roma los beneficios derivados de las conquistas, a las que habían contribuido. El tribuno Marco Livio Druso(18) intentó conciliar a la población pobre con una serie de reformas legales sobre la posesión de la tierra y reparto de cereales, y a los ejércitos itálicos con la promesa de la concesión de la ciudadanía romana. Su asesinato fue seguido, un año más tarde (90 a.C.), por una revuelta de los ejércitos itálicos cuyo objetivo era crear un nuevo Estado itálico gobernado según las directrices de la constitución romana. Tras la denominada Guerra Social los pueblos itálicos (principalmente marsos y samnitas) fueron finalmente derrotados, pero consiguieron la plena ciudadanía romana.
Los problemas internos de Roma continuaron. Durante la guerra con Mitrídates VI Eupátor, rey del Ponto, estalló el conflicto entre Cayo Mario, portavoz del partido popular, y Lucio Cornelio Sila, dirigente de los optimates (partido aristocrático) a causa de quién debería dirigir la expedición militar. Sila marchó sobre Roma con las tropas que había mandado durante la Guerra Social y por vez primera las legiones romanas entraron en la ciudad. La posterior huida de Mario y la ejecución del tribuno Publio Sulpicio Rufo dejaron vía libre a Sila para imponer medidas arbitrarias y pudo dirigirse contra Mitrídates en el 87 a.C. En ausencia de Sila, Lucio Cornelio Cinna(19), líder del partido popular y encarnizado opositor de aquél, quiso introducir las reformas inicialmente propuestas por Rufo, pero fue expulsado de Roma; reunió en torno suyo las legiones en la región de Campania y junto a Mario (que había regresado de África) entró en Roma. Compartieron el consulado en el año 86 a.C. pero Mario murió poco después, tras lo cual se inició en represalia una masacre de senadores y patricios. Cinna permaneció en el poder hasta el 84 a.C., fecha en la que Sila regresó de Asia Menor con 40.000 hombres, marchó hacia Roma y derrotó al partido popular. En adelante, la constitución republicana estuvo a merced de quien tuviera el apoyo militar más fuerte. Sila suprimió a sus enemigos al proscribirles, redactando y colocando en el Foro una lista de hombres importantes que eran declarados enemigos públicos y fuera de la ley; también confiscó las tierras de sus oponentes políticos, las cuales otorgó a los veteranos de sus legiones, quienes por lo general las descuidaron o abandonaron. La rica economía agrícola de Roma decayó y la ciudad tuvo que importar gran parte de sus víveres, especialmente de África que se convirtió en el mayor suministrador de cereales para Roma.
La ascensión de César
En el año 67 a.C. Cneo Pompeyo Magno(20), político y militar romano que había luchado contra los partidarios de Mario en África, Sicilia e Hispania, acabó con la piratería en el Mediterráneo y fue el encargado de dirigir la guerra contra Mitrídates. Mientras tanto, su rival Cayo Julio César(21), aprovechándose de su ausencia, adquirió gran prestigio como líder del partido popular al reivindicar la rehabilitación de los injuriados nombres de Mario y Cinna, rogando clemencia para sus hijos y llevando ante la justicia a los corruptos seguidores de Sila.
César encontró un servicial aliado en Marco Licinio Craso(22), hombre de gran riqueza. No obstante, César provocó la oposición de la clase media al estar implicado en la conjura de Catilina(23) en el año 63 a.C.; dos años más tarde Pompeyo regresó victorioso de Oriente, demandó al Senado que ratificara las medidas que él había adoptado en Asia Menor y concedió tierras a sus veteranos. Sus peticiones encontraron fuerte oposición hasta que César optó por la reconciliación; Pompeyo, Craso y César constituyeron el denominado primer triunvirato(24) en el año 60 a.C.
El triunvirato logró obtener el consulado para César y satisfacer las demandas de Pompeyo. Los ecuestres (caballeros), muchos de los cuales eran ricos miembros de la clase mercantil, fueron aplacados a costa del Senado y se llevó a cabo una reforma agraria que permitió a César recompensar a sus tropas. No obstante, su mayor éxito fue la obtención del mando militar en la Galia Cisalpina, Iliria y más tarde en la Galia Transalpina, donde realizó importantes conquistas militares. En el 55 a.C. los triunviros renovaron su alianza y César prorrogó su mando en la Galia durante cinco años más. Pompeyo y Craso fueron elegidos cónsules en el 55 a.C. y al año siguiente Pompeyo recibió el mando de las dos provincias de Hispania y Craso el de Siria. La muerte de éste último (53 a.C.) originó el conflicto entre César y Pompeyo. Roma cayó en un periodo de desórdenes hasta que el Senado indujo a Pompeyo a que permaneciera en Roma, confiando su provincia a legados; le nombró único cónsul en el año 52 a.C. y le apoyó en su lucha contra César.
El Senado, con el propósito de evitar que César se presentara como candidato al consulado en el 49 a.C., le exigió que abandonara su mando militar. César se negó, cruzó en el 49 a.C. el río Rubicón desde la Galia Cisalpina y tomó Roma, obligando a Pompeyo y los líderes aristocráticos a retirarse a Grecia. La victoria de César supuso la introducción de reformas económicas y administrativas en un intento de vencer la corrupción y restaurar la prosperidad de Roma. César continuó la guerra contra Pompeyo, derrotando a sus ejércitos en Hispania y pasó a Grecia, donde libró a comienzos del año 48 a.C. la decisiva batalla de Farsalia(25). Tras su victoria César regresó a Roma como dictador vitalicio.
Pompeyo fue asesinado poco después en Egipto, pero la guerra contra sus partidarios continuó hasta el año 45 a.C. con su derrota definitiva en Munda (en la Bética, Hispania), tras la cual César fue nombrado cónsul por un periodo de diez años.
César se granjeó la enemistad de la aristocracia al ignorar las tradiciones republicanas y fue asesinado el 15 de marzo del año 44 a.C. Marco Tulio Cicerón(26) intentó restaurar la vieja constitución de la República, pero Marco Antonio(27) , que había sido nombrado cónsul con César, se unió con Marco Emilio Lépido(28) y el hijo de una sobrina de César, Octavio(29) (más tarde el emperador Augusto), para formar el segundo triunvirato. Los triunviros iniciaron su mandato proscribiendo y asesinando a sus opositores republicanos, incluido Cicerón. En el año 42 a.C. Octavio y Marco Antonio derrotaron a las tropas de Marco Junio Bruto(30) y de Cayo Casio Longino(31), dos de los asesinos de César, en Filipos, al norte de Grecia; más tarde los tres se repartieron el control de los territorios pertenecientes a Roma: Octavio se quedó con Italia y Occidente, Marco Antonio con el Oriente y Lépido con África. Poco después de asumir el control de su zona oriental, Marco Antonio, rendido ante los encantos de la reina de Egipto Cleopatra VII(32), planeó crear con ella un imperio oriental independiente. Lépido, llamado a Sicilia por Octavio para que le ayudara en la guerra contra Sexto Pompeyo (hijo de Pompeyo Magno), intentó conquistar Sicilia para sí mismo, por lo que fue privado de su provincia y apartado del triunvirato. La muerte de Sexto Pompeyo, tras la destrucción de su flota, dejó a Octavio —que había reforzado su posición en Occidente— solo frente a Marco Antonio como rival. Tras la batalla de Accio (o Actium) (31 a.C.) y el posterior suicidio de Marco Antonio y Cleopatra, Octavio obtuvo el control de Oriente (29 a.C.), con lo cual pasó a poseer la total supremacía sobre el territorio de Roma. Dos años más tarde recibió del Senado el título de augusto que asociaría a su propio nombre, acto que se considera el inicio del periodo imperial.
A pesar de las sucesivas guerras civiles, la literatura latina experimentó un notable desarrollo durante el llamado 'periodo ciceroniano' (70-43 a.C.). Es la primera parte de la llamada edad de oro de la literatura romana. El siguiente periodo (43 a.C.-14 d.C.) es conocido con el nombre de 'periodo augusteo'. César y Cicerón llevaron la prosa latina a nuevas cimas, Terencio(33) fue en esta época uno de los más brillantes dramaturgos y Catulo(34) y Lucrecio(35) destacaron por su brillante actividad poética.
Referencias
Monarquía(1)
Periodo de la historia de Roma, transcurrido desde aproximadamente el 753 hasta el 510 a.C., para cuyo estudio confluyen numerosas leyendas e historias simbólicas, y sobre el cual los historiadores crearon relatos incompletos respecto de su origen y evolución. Con frecuencia, se ha contrastado la decadencia que supuso la época monárquica con el idealismo acuñado sobre el periodo que continuó a ésta, la República de Roma.
Lacio(2)
(en italiano, Lazio), región de Italia central, junto al mar Tirreno, que se extiende al norte desde el río Liri, en las vertientes del noroeste de los Apeninos. La región está dividida en las provincias de Roma, Frosinone, Latina, Rieti y Viterbo. El río más importante es el Tíber. Roma, la capital de Italia, es también la principal ciudad industrial y la capital regional. Otras ciudades importantes son Civitavecchia, el principal puerto, y Ciudad del Vaticano, sede de la Iglesia católica. Las principales zonas agrícolas de Lacio se hallan en las saneadas campiña de Roma y llanura Pontina, donde se cría ganado vacuno y lanar, y se cultivan hortalizas, frutas, cereales y algodón. La pesca y la extracción de mercurio y carbón también son importantes.
Marco Furio Camilo(3)
Militar y político romano, que fue recordado como el refundador, o segundo fundador, de Roma después de que los galos la destruyeran en el 387 a.C. Durante el periodo de la república de Roma, Camilo sirvió como tribuno militar de Roma, como censor y finalmente como dictador. Dirigió el Ejército romano contra las ciudades rivales de Etruria (actualmente en Italia), conquistando Veyes (396 a.C.), Capena (395 a.C.) y Falerii, la actual Faleria (394 a.C.). Se cree que se exilió cerca de Roma poco después porque había realizado una mala distribución del botín obtenido en sus campañas etruscas. Hacia el 387, mientras estaba en el exilio, los galos saquearon y quemaron Roma. Durante la recuperación de Roma, Camilo se convirtió en el héroe del pueblo que, según la leyenda, reclutó un ejército y expulsó de Roma a los galos comandados por Breno. Sin embargo, en realidad, los galos se retiraron indemnes después de que Roma les entregara un rescate en oro. Más tarde, Camilo se opuso a la sugerencia de que la población superviviente de Roma fuera trasladada a la ciudad etrusca de Veyes. En lugar de eso, trabajó en la reconstrucción y fortificación de Roma. Reorganizó el Ejército romano e hizo reformas administrativas. Sus hazañas militares aseguraron la supremacía romana en el centro de Italia. También se le atribuye haber persuadido a los patricios romanos para otorgar ciertas concesiones a los plebeyos, con lo que mantuvo la paz entre los dos grupos.
Etruria(4)
La civilización etrusca
Los etruscos habitaron en la costa noroccidental de la península Itálica, antes de aparecer la civilización romana. Probablemente procedían de Asia Menor y llegaron a Italia hacia el 800 a.C. Los reyes etruscos, influidos por la cultura griega, gobernaron Roma en el siglo VI a.C., hasta que Etruria quedó eclipsada por el poder y la influencia romana hacia el año 200 a.C.
Los Samnitas carecian de capital permanente porque no formaban una unidad política. El objetivo de guerra para los romanos era la fertilísima Campania, tierra que despertaba la codicia de samnitas y romanos. Su tierra negra y volcánica es tan fértil que puede, el agricultor, tener 3 cosechas por año.
Romanos y samnitas lucharon por el dominio de toda Italia central. Poncio, habilidisimo general samnita, consiguió cercar un dia al ejercito romano en el paso de Caudio, un estrecho valle de Samnio. Poncio perdono la vida a los romanos, pero les infligio la cruel afrenta de hacerlos pasar bajo las “horcas caudinas” ( dos lanzas clavadas en tierra cuyos extremos superiores sostenian otra colocada horizontalmente), ante las burlas e injurias de los samnitas.
El Senado romano no acepto el trato tan deshonroso, y acordo en entregar al enemigo a los responsables del pacto, pero los samnitas los rechazaron. La lucha continuo durante muchos años, pues los samnitas se aliaron a los etruscos y galos, enemigos mortales de Roma.
Los tiempos habian cambiado desde el 390 a. C. El ejercito romano no tenia porque temer a las hordas (campamento) celticas. Los galos experimentaron esta vez una sangrienta derrota frente a las legiones romanas.
Se cuenta que el valiente Poncio cayo prisionero en la ultima batalla y fue encadenado, y asi desfilo en el triunfo de su vencedor, siendo después ejecutado.
El 290 a. C. convirtió a los samnitas en “aliados romanos”. El territorio romano salio cuadruplicado de esta conflagración.
Los romanos se mostraron amos severos y despiadados; los Volscos, Ecuos y otros pueblos desaparecieron. Otro factor importante de coadunación fue la excelente calzada militar y comercial que los romanos construyeron entre Roma y Capua, llamada Via Apia, que muchas aun resisten al uso. Eran solidas. Entre ellas no habia nas comunicación que el comun arranque en el centro de la red, hacia donde convergían. “TODOS LOS CAMINOS CONDUCEN A ROMA”, se decia ya en esa epoca. Hubo tres guerras samnitas:
La primera desde 343 a.C. hasta el 341 a.C.
La segunda desde 327 a.C. hasta el 304 a.C.
La tercera desde 298 a.C. hasta el 290 a.C.
Rubicón(6).
Pequeño río de Italia, tributario del Adriático, hoy Pisatello o Fiumicino que separaba de Italia la Galia Cisalpina y que César pasó en el año 49 a. de C. para comenzar la guerra civil que terminó en Farsalia Un decreto del Senado romano prohibía cruzar este río al frente de tropas bajo pena de ser declarado traidor a la patria, pero César, despreciando la prohibición, lo cruzó al tiempo que decía: Alea iacta est (La suerte está echada).
Fundada hacia el 800 a.C., fue una de las más grandiosas ciudades de la antigüedad. Su ejército, que combatió contra las tropas de Roma, tuvo a generales tan eminentes como Amílcar Barca y Aníbal.
Conflictos bélicos que enfrentaron a Roma y Cartago en los siglos III y II a.C. El adjetivo púnico (del latín, punicus) se deriva de poeni, el nombre con el que los romanos conocían a los cartagineses de descendencia fenicia. La causa de las guerras fue el dominio del mar Mediterráneo y Roma fue la vencedora en las tres.
Primera Guerra Púnica
La primera Guerra Púnica (264-241 a.C.) se debió a la rivalidad política y económica entre los dos poderes. Se inició cuando un grupo de soldados mercenarios (mamertinos) de Campania cercados en la ciudad siciliana de Messina (Mesina), solicitaron ayuda a Roma y Cartago contra Hierón II de Siracusa. Cartago ya controlaba parte de Sicilia; los romanos respondieron a esa petición con la intención de expulsar a los cartagineses de la isla. Después de construir su primera gran flota, los romanos derrotaron a los cartagineses en la batalla de Milai (260 a.C.), cerca de la costa norte de Sicilia, pero no consiguieron ocupar la isla. En el 256 a.C. el ejército romano bajo el mando de Marco Atilio Régulo estableció una base en el norte de África, pero al año siguiente el ejército cartaginés le capturó. Durante los trece años siguientes la guerra se desarrolló en gran parte en el mar, alrededor de Sicilia. El conflicto terminó con una batalla naval en el 241 a.C., en la que los romanos tomaron Sicilia; en el 237 a.C. conquistaron Cerdeña y Córcega, hasta entonces en manos cartaginesas.
Segunda Guerra Púnica
Amílcar Barca, que dirigió a los derrotados en el 241 a.C., dedicó el resto de su vida a fortalecer el poder cartaginés en Hispania, para compensar la pérdida de Sicilia. Su hijo Aníbal tomó el mando del ejército cartaginés en esa región en el 221 a.C., y en el 219 a.C. atacó y capturó Sagunto, una ciudad hispánica aliada de Roma. Ello desencadenó la segunda Guerra Púnica (218-201 a.C.). En la primavera del año 218 a.C. Aníbal marchó con un gran ejército, formado por escuadrones de elefantes, a través de Hispania y la Galia, cruzó los Alpes y atacó a los romanos en Italia antes de que estuvieran preparados para la guerra, consolidando una buena posición en el norte del país, al tiempo que Hispania pasaba a ser una parte importante del teatro de operaciones. Hacia el 216 a.C. había obtenido dos importantes victorias, en el lago Trasimeno y en la ciudad de Cannas, llegando al sur de Italia. A pesar de sus peticiones, Cartago le envió insuficientes refuerzos hasta el 207 a.C., cuando su hermano Asdrúbal salió de Hispania con un ejército para unirse a él. Asdrúbal cruzó los Alpes, pero en una batalla en el río Metauro, en el norte de Italia, fue derrotado. Mientras tanto, el general romano Publio Cornelio Escipión, conocido como Escipión el Africano, había derrotado a los cartagineses en Hispania, tras arribar en el 218 a.C. a Emporion (Ampurias); y en el 204 a.C. desembarcó en el norte de África. Los cartagineses llamaron a Aníbal para defenderse contra Escipión, pero fue derrotado, al mando de un ejército de reclutas desentrenados, por el general romano en la batalla de Zama en el 202 a.C. Esta batalla marcó el final de Cartago como gran potencia y terminó con la segunda Guerra Púnica. Un año después, los cartagineses entregaron Hispania y las islas del Mediterráneo que aún poseían, renunciaron a su armada y pagaron una fuerte indemnización a Roma.
Tercera Guerra Púnica
Sin embargo, en el siglo II a.C., Cartago continuó comerciando, y, aunque era una potencia menor, su resurgimiento acabó por irritar a Roma. En el 153 a.C., los discursos del censor Catón el Viejo, quien persistía en demandar Delenda est Carthago ("Cartago debe ser destruida"), incitaron aún más a los romanos contra los cartagineses. Una violación, sin importancia, del anterior tratado por parte de Cartago, dio a los romanos el pretexto para empezar la tercera Guerra Púnica (149-146 a.C.). Bajo el mando de Publio Cornelio Escipión Emiliano, capturaron la ciudad de Cartago, la arrasaron y vendieron a los habitantes sobrevivientes como esclavos. El poder de Roma adquirió desde entonces unas características nuevas, fundamentadas todas ellas en el hecho de que pasaba a ser absoluta dominadora del Mediterráneo occidental.
Sicilia(9)
(antigua Trinacria), isla italiana, la más grande del mar Mediterráneo, situada al sur del país. Está separada de tierra firme por el estrecho de Messina. La isla tiene forma triangular y, junto con varias pequeñas islas contiguas, constituye una región de Italia. La extensión de la isla es de 25.707 km². Su población en 2000 era de 5.087.794 habitantes.
(247-182 a.C.), general y político cartaginés, hijo de Amílcar Barca, cuya marcha sobre Roma desde Hispania a través de los Alpes entre el 218 y el 217 a.C. sigue siendo una de las hazañas más grandiosas de la historia militar.
A los nueve años Aníbal acompañó a su padre en la expedición cartaginesa para conquistar Hispania. Antes de empezar, el niño prometió odio eterno a Roma, el enemigo más encarnizado de Cartago. Desde los 18 a los 25 años, Aníbal fue responsable de la realización de los planes de su cuñado Asdrúbal para extender y consolidar el control sobre la península Ibérica. Cuando Asdrúbal fue asesinado en el 221 a.C., el Ejército eligió a Aníbal como comandante en jefe. En un periodo de dos años sometió el territorio entre los ríos Tajo y Iberus (Ebro), excepto la ciudad de Saguntum (Sagunto), aliada de los romanos, la cual fue tomada después de sitiarla durante ocho meses. Los romanos tildaron este ataque de violación del tratado existente entre Roma y Cartago y exigieron que ésta les entregara a Aníbal. Los cartagineses se negaron, lo cual precipitó (218-201 a.C.) la segunda de las Guerras Púnicas.
Publio Cornelio Escipión el Africano(11)
General romano, héroe de la segunda Guerra Púnica entre Cartago y Roma. En el 210 a.C., después de servir en las legiones romanas enviadas contra el general cartaginés Aníbal en el norte de Italia, Escipión obtuvo el mando de los ejércitos romanos en Hispania con el título de procónsul. Llegó allí en el 209 a.C., dirigió un ataque sorpresa contra el cuartel general del Ejército cartaginés en Cartago Nova (ahora Cartagena), perdiendo los cartagineses su principal base de aprovisionamientos. En el 208 a.C. expulsó al general cartaginés Asdrúbal Barca de Hispania, tras obtener la momentánea adhesión de algunos jefes militares indígenas, como Indíbil y Mandonio, pero no pudo impedir que aquél cruzara los Pirineos para ayudar a su hermano Aníbal en el 207 a.C. Escipión regresó triunfal a Roma en el 205 a.C., tras conquistar la Hispania meridional, incluida Gades (la actual Cádiz), y le eligieron cónsul. Entre el 204 y el 203 a.C., dirigió la invasión del norte de África, derrotando a los cartagineses en Campi Magni (región situada en la orilla de actual río Medjerda, en Túnez). Aníbal recibió ordenes de dejar Italia, pero Escipión obtuvo frente a él una victoria decisiva en la batalla de Zama en el 202 a.C. Este triunfo, que terminó con la segunda Guerra Púnica, le proporcionó el título honorífico de Africano.
En el 190 a.C., Escipión se convirtió en legado de su hermano, el cónsul de la provincia de Asia Lucio Cornelio Escipión (conocido como el Asiático), en la guerra contra el rey Seléucida Antíoco III, a quien aplastaron en la gran victoria romana de Magnesia del Sípilo, en Asia Menor. Al regresar a Roma, su enemigo Marco Porcio Catón (Catón el Viejo) le acusó de aceptar sobornos de Antíoco. Fue absuelto de las acusaciones, pero se retiró de la vida pública para vivir en su villa en Liternum (Campania). Escipión el Africano es considerado el general romano más importante anterior a Julio César.
Rey de Macedonia (221-179 a.C.). Era hijo del rey Demetrio II e hijo adoptivo de Antígono II Dosón, a quien sucedió. Comenzó ganando fama de estratega en una guerra mantenida desde el 220 hasta el 217 a.C., en la que junto con la Liga Aquea derrotó la alianza de la Liga Etolia, Esparta y Élide. De inmediato se alió con Demetrio de Faros, un príncipe de Iliria enemigo de Roma. Las victorias del general cartaginés Aníbal en Italia hicieron que en el 215 a.C. Filipo firmara una alianza con Cartago con la esperanza de ocupar las posesiones romanas en Iliria. Esto provocó las luchas con Roma conocidas como Guerras Macedónicas, que concluyeron con la dominación romana de Grecia.
La primera Guerra Macedónica (215-205 a.C.) terminó sin ganancias materiales para las dos partes. La segunda Guerra Macedónica acabó con la batalla de Cinoscéfalos en el año 197 a.C., en la que el general y político romano Tito Quincio Flaminino derrotó a Filipo. Éste se vio obligado a renunciar a sus conquistas, entregar su flota, pagar una indemnización y devolver los rehenes; Macedonia se convirtió en un aliado romano aunque sujeto al control de Roma en asuntos de política exterior.
Desde entonces Filipo concentró su atención en la reconstrucción de su reino. Reorganizó sus finanzas, abrió minas y mejoró la defensa de las fronteras del norte. La constante intervención romana, debido a las quejas de los estados vecinos contra Macedonia, convenció a Filipo de que los romanos querían absorber su reino. Por ello, en los años 184, 183 y 181 a.C. intentó extender su poder en los Balcanes, pero no tuvo éxito.
Publio Cornelio Escipión Emiliano(13)
Apodado el Segundo Africano (185-129 a.C.), general romano, nieto adoptivo de Escipión el Africano. Después de servir en las campañas militares romanas en Macedonia, se convirtió en tribuno militar para Hispania en el 151 a.C. Al estallar la tercera Guerra Púnica, Escipión, que era estimado por el Ejército romano y por el pueblo, fue elegido cónsul en el 147 a.C. e investido jefe supremo. Después de un año de dura lucha, Escipión capturó y arrasó Cartago. Regresó a Roma, ganándose el derecho a heredar el apodo de Africano. Actuó como censor en Roma durante varios años, antes de ser elegido para el consulado en el 134 a.C. y ser enviado a Hispania, como gobernador de la Citerior y para dirigir el acoso contra Numancia. La captura y destrucción de la ciudad terminó con veinte años de guerra en Hispania y le dio a Escipión el apodo adicional de Numantino. A su regreso a Roma, en ese año (133 a.C.), se convirtió en el líder de la aristocracia en su lucha contra las reformas agrarias de los populares, dirigidos por su primo Tiberio Sempronio Graco. Escipión murió la noche anterior a pronunciar su discurso sobre las leyes agrarias, quizá asesinado por sus enemigos políticos. Fue patrocinador de los escritores contemporáneos romanos, en especial del historiador de origen griego Polibio y del autor de teatro Terencio
Tiberio Sempronio Graco(14)
Político romano. Junto con su hermano menor Cayo Sempronio Graco, Tiberio fue criado bajo el cuidado especial de su madre, Cornelia, hija de Escipión el Africano. En el 146 a.C. participó en la toma y destrucción de Cartago; se dice que en dicha ocasión fue el primer romano que escaló los muros de la ciudad. En el 137 a.C. fue cuestor (administrador financiero) del ejército del cónsul Cayo Hostilio Mancino en Hispania. Mediante negociaciones, Tiberio salvó a un ejército romano de 20.000 hombres de la destrucción completa tras ser derrotado por los habitantes de la ciudad celtibérica de Numancia. Al regresar a Roma se convirtió en defensor del pueblo y de los granjeros empobrecidos. Fue elegido tribuno de la plebe en el 134 a.C., y a pesar de la oposición de la aristocracia dirigida por su primo, Publio Cornelio Escipión, introdujo un programa para una distribución justa de las tierras públicas entre los granjeros necesitados. Se nombró un comité, formado por él, su hermano Cayo y su suegro Apio Claudio Pulcro (cónsul en el 143 a.C.), para aplicar la nueva ley.
Al final de su mandato como tribuno, Graco se presentó a la reelección. Desacató al Senado, que consideraba que mantener el cargo de tribuno durante dos años sucesivos era ilegal. El rumor de que Graco buscaba el poder dictatorial impulsó a sus oponentes a exigir su muerte inmediata. Estalló un disturbio en el que Graco fue asesinado, junto con trescientos de sus seguidores, y su cuerpo arrojado al río Tíber.
Político romano, hermano de Tiberio Sempronio Graco, cuyo asesinato trató de vengar.
Cuando murió su hermano en el 133 a.C., Cayo servía en el ejército romano en Hispania. Regresó a Roma un año o dos más tarde, pero sin tomar parte en los asuntos públicos. Al convertirse en cuestor en el 126 a.C., acompañó al ejército mandado por el cónsul Lucio Aurelio Orestes a Cerdeña, entonces en estado de rebelión. Aunque el Senado romano procuró que Cayo no regresara a Roma, prolongando su periodo como cuestor, éste, desasosegado por la muerte de su hermano Tiberio, se sintió obligado a vengar su muerte y regresó a la capital sin autorización. Fue elegido tribuno de la plebe en el 123 a.C., cargo desde el cual intentó que las leyes agrarias de su hermano entraran en vigor, ya que habían caído en el olvido, al tiempo que pretendió introducir una legislación que favoreciera al pueblo mientras refrenaba el poder del Senado y de la aristocracia.
Cayo Sempronio Graco introdujo un programa de reparación y construcción de carreteras en toda la península Itálica que fomentaría el desarrollo de los recursos del país y también proporcionaría trabajo a los pobres. Dictó una ley que permitía a los ciudadanos de Roma comprar grano a mitad de precio. Cayo fue reelegido tribuno en el 122 a.C. Los miembros del partido aristocrático, incapaces de detener sus reformas mediante la oposición pública, recurrieron a la estratagema de ofrecerle, a través de Marco Livio Druso (quien era tribuno junto con Cayo), aún mayores beneficios; sin embargo, no tenían intención de cumplir sus promesas y los desacuerdos entre ellos y Cayo se intensificaron.
Lucio Opimio, un enemigo implacable de Cayo, fue elegido cónsul en el 121 a.C., mientras éste no consiguió su tercer nombramiento como tribuno. Tras una batalla en la colina del Aventino, en la que perecieron miles de personas y obtuvo la victoria el cónsul Opimio, se vio obligado a huir cruzando el río Tíber. Al día siguiente, se descubrió su cuerpo en el Janículo, una colina situada en la ribera oeste del río.
General y político romano, dirigió a los populares, hasta su propia muerte, durante la primera fase de la guerra civil que tuvo lugar desde el 88 hasta el 82 a.C.
Mario nació en Arpinum (ahora Arpino, en Italia). En su juventud sirvió en el Ejército en Hispania bajo el mando del general romano Publio Cornelio Escipión Emiliano. Elegido tribuno de la plebe en el 119 a.C., mejoró su nivel social casándose con Julia, la tía de Julio César, pero como líder del partido democrático conservó la simpatía de las clases más bajas. Después de actuar como pretor en el 115 a.C., regresó a Hispania, donde libró una campaña contra los bandidos que aterrorizaban el país. Acompañó al general romano Quinto Cecilio Metelo el Numídico a África en el 109 a.C. Dos años más tarde le eligieron cónsul y dirigió la guerra contra Yugurta, rey de Numidia, tomando el mando en sustitución de Metelo. Ayudado por Lucio Cornelio Sila, capturó a Yugurta y puso fin a la guerra en el 106 a.C. Los adversarios de Mario atribuyeron la victoria a Sila, sentando las bases de la posterior enemistad entre los dos líderes.
Pasó los dos años siguientes sometiendo Numidia, fue nombrado cónsul otra vez en el 104 a.C., y se dirigió al norte para oponerse a la invasión de los pueblos germanos cimbrio y teutón. En el 102 a.C. aniquiló a estos últimos en Aquae Sextiae (ahora Aix-en-Provence, en Francia) y un año más tarde derrotó a los cimbrios cerca de Vercellae (ahora Vercelli, en Italia). Considerado el salvador de su país, en el 100 a.C. fue nombrado cónsul por sexta vez.
Cuando se encargó a Sila dirigir la guerra contra el poderoso rey asiático Mitrídates VI Eupátor en el 88 a.C., Mario, celoso de su rival patricio, intentó destituirle. Estalló la guerra civil entre los partidarios de ambos líderes. Mario tuvo que huir y Sila fue a Asia Menor a tomar posesión de su mando, lo que Mario aprovechó para regresar a Italia, donde sus seguidores, dirigidos por Lucio Cornelio Cinna, otro enemigo de Sila, se habían sublevado. Mario y Cinna marcharon sobre Roma, la cual tomaron, y ambos se nombraron cónsules el 1 de enero del 86 a.C. Mario murió pocos días después.
General y político romano, dirigió a los optimates (partido aristocrático) durante la guerra civil que agitó a la República romana desde el 88 hasta el 82 a.C.
Nacido en una familia patricia, la gens Cornelia, Sila comenzó su carrera militar en el 107 a.C. como cuestor durante el consulado de Cayo Mario. Participó en la guerra de Yugurta (111-106 a.C.) en África y persuadió a Bocchus (Bocco) I, rey de Mauritania (reinó en 111-80 a.C.), de que entregara prisionero a su yerno Yugurta, rey de Numidia, al ejército romano. Este acto terminó con la guerra, pero también inició la enemistad con Mario, quien cada vez se sentía más celoso de su oficial subalterno. Sin embargo, Sila continuó al servicio de Mario hasta el 103 a.C., durante las campañas contra los cimbrios y teutones en Germania (104-101 a.C.). En el 93 a.C. fue pretor y al año siguiente propretor en Cilicia.
Sila fue nombrado cónsul después de su éxito durante la Guerra Social (90-88 a.C.), que tuvo lugar entre los romanos y sus aliados italianos del norte, quienes demandaban más privilegios. Ese mismo año (88 a.C.), Sila recibió del Senado el mando para combatir contra el rey del Ponto Mitrídates VI Eupátor. Mario, líder de los populares (partido de los plebeyos) y enemigo enconado de Sila, intentó destituirle de su mando provocando así la guerra civil. Después de la derrota de los partidarios de Mario y la huida de éste, Sila se dirigió a Asia Menor, donde derrotó a Mitrídates hacia el 85 a.C. después de vencerle en las batallas de Queronea y Orcómeno un año antes. Al regresar a Roma, después de reorganizar la provincia de Asia y saquear Grecia, aplastó al poderoso partido de los seguidores del ya fallecido Mario con la ayuda de Quinto Cecilio Metelo Pío y de Cneo Pompeyo. En el 82 a.C. se nombró dictador, adoptando el nombre de Félix ('el Afortunado'), y condenó a muerte o al exilio a la mayoría de los que apoyaron a Mario. Sila instituyó una reforma constitucional completa que suponía la restauración del poder del Senado y la aristocracia, imponiendo controles estrictos sobre los tribunos y otros magistrados. Su organización del sistema de procedimiento criminal mediante el incremento del número de quaestiones perpetuae fue de especial importancia, pues se establecieron en Roma los primeros juzgados penales permanentes. Su reforma autoritaria, que separó las magistraturas civiles de las militares, convirtió su gobierno en algo que algunos historiadores han considerado como la primera administración imperial, aunque todavía dentro de las formas republicanas. En el 79 a.C. renunció a la dictadura y se retiró a Cumas, en Campania, donde murió un año más tarde.
(Fallecido en el 91 a.C.), político romano, hijo del cónsul Marco Livio Druso. Fue tribuno de la plebe en el 91 a.C., y como portavoz de los aristócratas intentó restituir a los miembros del Senado el derecho a sentarse como judices (jurados) en las salas de justicia; este derecho había sido transferido a los equites (caballeros, el grupo acaudalado de Roma) por la legislación de Cayo Sempronio Graco. Para poder llevar a cabo este objetivo, Druso propuso admitir trescientos caballeros en el Senado, doblando el número de miembros, concedió el derecho de voto a los aliados itálicos no romanos, y bajó el precio del grano distribuido al pueblo. Estos y otros propósitos fueron aprobados y posteriormente anulados. Poco después de que fueran rechazadas sus propuestas, Druso fue asesinado y estalló la llamada Guerra Social que desde el año 90 hasta el 88 a.C. sacudió a la República romana.
General y político romano, dirigió a los optimates (partido aristocrático) durante la guerra civil que agitó a la República romana desde el 88 hasta el 82 a.C.
Nacido en una familia patricia, la gens Cornelia, Sila comenzó su carrera militar en el 107 a.C. como cuestor durante el consulado de Cayo Mario. Participó en la guerra de Yugurta (111-106 a.C.) en África y persuadió a Bocchus (Bocco) I, rey de Mauritania (reinó en 111-80 a.C.), de que entregara prisionero a su yerno Yugurta, rey de Numidia, al ejército romano. Este acto terminó con la guerra, pero también inició la enemistad con Mario, quien cada vez se sentía más celoso de su oficial subalterno. Sin embargo, Sila continuó al servicio de Mario hasta el 103 a.C., durante las campañas contra los cimbrios y teutones en Germania (104-101 a.C.). En el 93 a.C. fue pretor y al año siguiente propretor en Cilicia.
Sila fue nombrado cónsul después de su éxito durante la Guerra Social (90-88 a.C.), que tuvo lugar entre los romanos y sus aliados italianos del norte, quienes demandaban más privilegios. Ese mismo año (88 a.C.), Sila recibió del Senado el mando para combatir contra el rey del Ponto Mitrídates VI Eupátor. Mario, líder de los populares (partido de los plebeyos) y enemigo enconado de Sila, intentó destituirle de su mando provocando así la guerra civil. Después de la derrota de los partidarios de Mario y la huida de éste, Sila se dirigió a Asia Menor, donde derrotó a Mitrídates hacia el 85 a.C. después de vencerle en las batallas de Queronea y Orcómeno un año antes. Al regresar a Roma, después de reorganizar la provincia de Asia y saquear Grecia, aplastó al poderoso partido de los seguidores del ya fallecido Mario con la ayuda de Quinto Cecilio Metelo Pío y de Cneo Pompeyo. En el 82 a.C. se nombró dictador, adoptando el nombre de Félix ('el Afortunado'), y condenó a muerte o al exilio a la mayoría de los que apoyaron a Mario. Sila instituyó una reforma constitucional completa que suponía la restauración del poder del Senado y la aristocracia, imponiendo controles estrictos sobre los tribunos y otros magistrados. Su organización del sistema de procedimiento criminal mediante el incremento del número de quaestiones perpetuae fue de especial importancia, pues se establecieron en Roma los primeros juzgados penales permanentes. Su reforma autoritaria, que separó las magistraturas civiles de las militares, convirtió su gobierno en algo que algunos historiadores han considerado como la primera administración imperial, aunque todavía dentro de las formas republicanas. En el 79 a.C. renunció a la dictadura y se retiró a Cumas, en Campania, donde murió un año más tarde.
General y político romano, aliado y yerno de Julio César, más tarde su gran rival por el poder, durante el inicio del fin de la República romana.
Nació el 29 de septiembre del año 106 a.C., con el nombre de Cneo Pompeyo, en una familia senatorial; su padre, Cneo Pompeyo Estrabón, fue cónsul en el 89 a.C. A los diecisiete años, Pompeyo luchó junto a su padre, del lado de Lucio Cornelio Sila, contra la facción de Cayo Mario y Lucio Cornelio Cinna. En el 84 a.C., alzó tres legiones y derrotó a los partidarios de Mario, destruyendo más tarde al resto de la facción en África y Sicilia (81 a.C.). A su regreso a Roma, fue honrado con el título de Magno (el Grande). Posteriormente, Pompeyo venció a los seguidores de Marco Emilio Lépido, un antiguo partidario de Sila, y acabó con los partidarios de Mario en Hispania (77-71 a.C.), con lo que llevó a cabo la conquista de Celtiberia, poniendo fin a la guerra en la península Ibérica. A su regreso a la península Itálica, Pompeyo derrotó la rebelión de los esclavos instigada por Espartaco. Se convirtió en ídolo de la plebe y fue elegido cónsul en el año 70 a.C., junto con Marco Licinio Craso.
Desde el 67 hasta el 66 a.C., Pompeyo acabó con la piratería en el mar Mediterráneo y se encargó de las provincias de Oriente y de la guerra contra Mitrídates VI Eupátor. Entre los años 66 al 62 a.C. derrotó a Mitrídates, a Tigranes el Grande, rey de Armenia, y a Antíoco XIII, cuyo reino, Siria, anexionó a los dominios romanos; de esta manera dobló los ingresos del tesoro e incrementó su fortuna personal. También dominó a los judíos y capturó Jerusalén. A su regreso a la península Itálica licenció a su ejército, y en el 61 a.C. entró en Roma de manera triunfal por tercera vez. Después de su retorno, deseaba que el Senado ratificara su actuación en Asia y que se concedieran ciertas tierras a los veteranos de su ejército. Sin embargo, el Senado no aceptó sus deseos. Pompeyo se volvió entonces contra el partido aristocrático y formó una alianza con Julio César y Craso, creando el primer triunvirato (60 a.C.). La hija de César, Julia, se casó con Pompeyo; al año siguiente, César se dirigió hacia la Galia, donde se mantuvo durante nueve años conquistando la región, mientras que Pompeyo permanecía en Roma.
General y político romano, creó los cimientos del futuro sistema imperial romano al final de la República.
Nacido en Roma el 12 o 13 de julio del año 100 a.C., perteneció a la prestigiosa familia Julia; desde su más tierna infancia conoció la polémica política. Su tío fue Cayo Mario, líder de los populares. Este partido apoyó reformas agrarias contra las que estaban los reaccionarios optimates, una fracción senatorial. En su último año como cónsul, Mario provocó muchas bajas entre los optimates, al mismo tiempo que nombraba al joven César flamen dialis, uno de los arcaicos sacerdocios sin poder. Esto lo identificó con la política extremista de su tío, y su matrimonio en el 84 a.C. con Cornelia, la hija del socio de Mario, Cinna, reafirmó su confirmación como radical. Cuando Lucio Cornelio Sila, líder de los optimates, fue nombrado dictador en el 82 a.C., publicó una lista de adversarios para ser ejecutados. Aunque César no resultó perjudicado, Sila le ordenó que se divorciara de Cornelia. Negándose a cumplir esa orden, creyó prudente salir de Roma. No regresó a la ciudad hasta el 78 a.C., tras la dimisión de Sila.
César tenía entonces 22 años. Incapaz de obtener un cargo, dejó Roma de nuevo y se fue a Rodas, donde estudió retórica; regresó a Roma en el 73 a.C., convertido en un orador muy persuasivo. El año anterior, mientras estaba en Rodas, había sido elegido para el Pontificado, un importante colegio de sacerdotes romanos.
La base del poder de César era su posición de dictador 'vitalicio'. Según la constitución tradicional republicana este cargo sólo podía desempeñarse durante seis meses en una situación de gravedad extrema. Sin embargo, esa regla se había roto incluso antes de César. Sila había gobernado como dictador durante varios años y César siguió este precedente. También fue nombrado cónsul por diez años en el año 45 a.C. (en el mismo año en que derrotó, en la península Ibérica, a los hijos de Pompeyo Magno en la batalla de Munda) y recibió la inviolabilidad de los tribunos. Además obtuvo honores que incrementaron su prestigio. Vistió la toga, la corona y el cetro de un general triunfante y usó el título de imperator. Es más, como sumo sacerdote, fue jefe de la religión del Estado, pero sobre todo tenía el mando de todos los ejércitos, lo cual continuó siendo la principal fuente de su poder.
César estableció un programa de reformas muy variado. En las provincias eliminó el corrupto sistema de impuestos, patrocinó el establecimiento de colonias de veteranos y amplió la ciudadanía romana. En la metrópoli reorganizó las asambleas e incrementó el número de senadores. Su reforma del calendario dio a Roma un medio racional para registrar el tiempo.
Sin embargo, varias familias senatoriales sentían que César amenazaba sus posiciones; el honor y los poderes de César les hacían temer que éste quisiera ser rex (rey), un título que, como republicanos, odiaban. En el año 44 a.C., un grupo de senadores, entre ellos Cayo Casio y Marco Junio Bruto, conspiraron para llevar a cabo su asesinato. En los idus (el 15) de marzo del 44 a.C., cuando César entró en el Senado, el grupo lo asesinó.
Después de la muerte de la primera esposa de César, Cornelia, en el 68 a.C., se casó con Pompeya, nieta de Sila. Cuando los misterios de la Bona Dea, presididos por ella, fueron violados, fue difamada por las habladurías y César se divorció, arguyendo ante el Senado que su esposa debía estar por encima de toda sospecha (no sólo debía ser honrada, sino parecerlo). Su siguiente matrimonio (59 a.C.) lo llevó a cabo con Calpurnia y se debió a motivos políticos. Al no tener César herederos varones, en su testamento estableció la condición de que su sobrino nieto, Octavio, se convirtiera en su sucesor. Octavio fue el primer emperador de Roma con el nombre de Augusto.
César fue un escritor de talento, con un estilo claro y sencillo. Sus Comentarios sobre la guerra de las Galias (De bello gallico), en los cuales describe las Galias y sus campañas gálicas, son unas de las principales fuentes de información sobre las primeras tribus celtas y germanas.
La opinión de los eruditos sobre los logros de César está dividida. Algunos le consideran un tirano sin escrúpulos, con un insaciable apego al poder, y le culpan de la desaparición de la República de Roma. Otros admiten que pudo ser cruel, pero insisten en que la República ya estaba destruida. Mantienen que para salvar el mundo romano del caos debía crearse una nueva clase de gobierno. En realidad, las reformas de César dieron estabilidad al mundo mediterráneo. También fue un general excepcional, que inspiró lealtad a sus soldados. En tanto que una de las figuras más notables del mundo antiguo, fue el tema de muchas obras literarias y biográficas, incluido el drama Julio César (1599) del inglés William Shakespeare.
Político romano, miembro del primer triunvirato junto a Pompeyo Magno y Julio César. Luchó en la guerra civil (83-82 a.C.) al lado de Lucio Cornelio Sila, líder del grupo aristocrático expulsado, contra Cayo Mario el Joven, quien había asumido el liderazgo del grupo revolucionario tras la muerte de su padre adoptivo (Cayo Mario) en el 86 a.C. Cuando las propiedades de los seguidores de Mario fueron confiscadas después de su derrota cerca de la ciudad de Preneste, en el Lacio (82 a.C.), Craso acumuló una fortuna que aumentó mediante la especulación y la usura, hasta llegar a ser uno de los hombres más ricos de Roma. Craso usó su riqueza para obtener favores y poder en las intrigas políticas que caracterizaron los últimos años de la República romana. Fue propretor en el 71 a.C. y reprimió la sublevación de los esclavos dirigida por el gladiador Espartaco. Craso fue elegido cónsul en el año 70 a.C. con el apoyo de Pompeyo. Poco después Craso se alió con Julio César y ambos apoyaron a Catilina contra Cicerón para acceder al consulado. Craso fue censor en el 65 a.C., y en el 60 a.C. formó con César y Pompeyo la coalición conocida como el primer triunvirato. Pompeyo y Craso fueron cónsules otra vez en el 55 a.C.; al año siguiente se le asignó a Craso la provincia de Siria para que gobernara como procónsul. La avaricia y la ambición le hicieron comenzar una guerra contra Partia, invadió Mesopotamia y saqueó Jerusalén y el Templo de Salomón, pero fue vencido y muerto por los partos en la batalla de Carres en el 53 a.C.
Lucio Sergio Catilina era miembro de una familia noble empobrecida y uno de los principales apoyos de Sila. En el año 68 fue elegido pretor y al año siguiente gobernador de Africa. Sus mandatos no debieron ser muy positivos ya que fue enjuiciado por abuso de poder. Presentó su candidatura para cónsul en el año 65 que le fue denegada por estar bajo juicio. Esta podía ser una de las razones de la conjura encabezada por Catilina para ocupar el poder en el mes de octubre del año 63 a.C. La conjura fue descubierta por el cónsul Cicerón gracias a la información facilitada por la amante de uno de los conjurados. Cicerón pronunció ante el Senado cuatro encendidos discursos contra Catilina -los denominados "Catilinarias"-. El conjurado partió para Etruria donde Manlio se había sublevado y los partidarios que quedaban en Roma cometieron un error de cálculo que permitió a Cicerón acabar con la conjura y ajusticiar a cinco de los conspiradores. El cónsul Cayo Antonio se dirigió a Etruria para luchar contra los rebeldes. En Pistoia Catilina fue rodeado por el ejército de Antonio y murió en la batalla junto a 3.000 partidarios.
Triunvirato (Roma), magistratura de la antigua Roma compuesta por tres personas conocidas como triunviros y, por extensión, cualquier ejercicio del poder compartido por tres gobernantes. El término triunvirato se usó por vez primera para denominar a la alianza política hecha en el 60 a.C. por Pompeyo Magno, Julio César y Marco Licinio Craso para favorecer su programa de engrandecimiento político contra la oposición del Senado. Este compromiso, por lo general llamado el primer triunvirato, no fue un triunvirato en el sentido propio del término, porque en un principio carecía de existencia legal.
El término también se aplicó a la división del gobierno de Roma entre Octavio (más tarde el emperador Augusto), Marco Antonio y Marco Emilio Lépido en el 43 a.C., tras el asesinato de César, y fue conocido como segundo triunvirato, ya dotado de un carácter público sancionado por el Senado si bien extraordinario. En el 36 a.C., se excluyó a Lépido y finalmente en el 32 a.C. se disolvió el triunvirato tras el enfrentamiento entre Octavio y Marco Antonio.
Antigua ciudad griega del sur de Tesalia, cerca de la actual Fársala, escenario de la batalla que tuvo lugar el 9 de agosto del 48 a.C. entre los líderes romanos rivales Julio César y Pompeyo Magno. Éste fue derrotado, aunque sus fuerzas eran superiores en número a las de César. Aproximadamente 15.000 hombres del ejército de Pompeyo cayeron en la batalla y los supervivientes se rindieron el día después. La lucha entre César y Pompeyo es el tema del poema épico Farsalia del poeta romano Lucano.
Escritor, político y orador romano. Aunque su carrera política fue notable, Cicerón es especialmente conocido como el orador más elocuente de Roma y como hombre de letras. Nació en Arpinum (actualmente Arpino, Italia) y en su juventud estudió derecho, oratoria, literatura y filosofía en Roma. Tras una breve carrera militar y tres años de experiencia como abogado que defendía a ciudadanos privados, viajó a Grecia y Asia, donde continuó sus estudios. Regresó a Roma en el 77 a.C. y comenzó su carrera política. En el 74 a.C. fue elegido miembro del Senado.
Aunque la familia de Cicerón no pertenecía a la aristocracia romana, los patricios más ricos y poderosos de Roma le apoyaron en su candidatura al consulado en el 64 a.C. por el gran desagrado que les producía el otro candidato, aristocrático pero menos respetable, Lucio Sergio Catilina. Fue elegido Cicerón, y Catilina volvió a intentarlo al año siguiente con los mismos resultado. Entonces, airado, organizó una conspiración para derribar el gobierno. Cicerón controló la situación, detuvo y ejecutó a a varios de los partidarios de Catilina y a éste lo expulsó del Senado con una ardiente soflama conocida como Catilinarias.Julio César y otros senadores romanos sostuvieron que Cicerón había obrado con excesiva dureza, sin proporcionar las debidas garantías legales a los conspiradores. Como resultado de esto, en el 58 a.C., Cicerón se vio obligado a exiliarse. Tras un año en Macedonia fue perdonado por el general romano Pompeyo el Grande.
Cicerón se dedicó a la literatura hasta el 51 a.C., cuando aceptó el encargo de gobernar la provincia romana de Cilicia como procónsul. Regresó a Roma en el 50 a.C. y se unió a Pompeyo, que se había convertido en el mayor enemigo de Julio César. Cuando César derrotó a Pompeyo, en el 48 a.C., Cicerón comprendió que continuar con la resistencia a César era inútil, y aceptó su amistad, aunque mientras César fue dictador de Roma, Cicerón vivió apartado de la vida política dedicándose a escribir. Después del asesinato de César, en el 44 a.C., Cicerón retornó a la política. Esperando ver la restauración de la República, apoyó al hijo adoptivo de César, Octavio, más tarde el emperador Augusto, en sus luchas contra el cónsul romano Marco Antonio. Sin embargo, Octavio y Marco Antonio se reconciliaron, y Cicerón fue ejecutado como enemigo del Estado, el 7 de diciembre del 43 a.C.
Cicerón creó un elaborado estilo prosístico que combina claridad y elocuencia, y que se ha convertido en uno de los modelos por medio de los que se juzga toda la demás prosa latina. Su obra contribuyó mucho al enriquecimiento del vocabulario de su propio lenguaje. Los escritos de Cicerón tratan sobre muchos temas. Sus obras filosóficas revelan su creencia en Dios y en el libre albedrío. Casi todos sus trabajos filosóficos se basan en fuentes griegas y, por lo tanto, aparte de su valor intrínseco, tienen uno añadido como es el de haber divulgado y preservado la filosofía griega que de no haber sido por él, tal vez, se hubiera perdido. A partir del 45 a.C. y de la muerte de su hija Tulia, Cicerón se retiró de la política para dedicarse por completo a sus escritos literarios y filosóficos. Destacan sus tratados De Legibus (Sobre las leyes), De Officiis (Sobre el deber), y De Natura Deorum (Sobre la naturaleza de los dioses). Su obra influyó mucho en el poeta italiano Petrarca y en otros escritores del renacimiento. Sus obras retóricas, escritas en forma de diálogo, en especial De Oratore (Sobre la retórica), tienen gran valor como modelos de una consumada retórica y como una rica fuente de material histórico. La más famosas de sus piezas de oratoria son las cuatro contra Catilia, conocidas por Catiliniarias, y las catorce contra Marco Antonio conocidas por Filípicas.
Entre las obras menores de Cicerón, los tratados De Senectute (Sobre la vejez) y De Amicitia (Sobre la amistad) siempre han sido admirados por su estilo cultivado. Muy importantes son cuatro colecciones de cartas escritas por Cicerón a sus conocidos y amigos. Estas cartas constituyen una revelación espontánea de su autor y una excelente fuente de información sobre la política y las costumbres de la antigua Roma, y se ocupan de temas que van desde la filosofía y la literatura a las cuestiones familiares
Político y general romano que derrotó a los asesinos de Julio César y junto a Cayo Octavio (más tarde el emperador Augusto) y Marco Emilio Lépido, formó el segundo triunvirato, con el que concluyó la República romana.
Marco Antonio nació en Roma y fue educado durante algún tiempo en Grecia. Desde el 58 a.C. hasta el 56 a.C. sirvió como oficial de caballería en las campañas de Palestina y Egipto, y durante los años 54 y 50 a.C. luchó en la Galia bajo el mando de Julio César. Posteriormente, con la ayuda del propio César consiguió el cargo de cuestor, augur y tribuno del pueblo. Al comienzo de la guerra civil entre César y el militar y político romano Pompeyo Magno, Marco Antonio fue nombrado comandante jefe de César en Italia. Mandó el ala izquierda del ejército en la batalla de Farsalia en el año 48 a.C., y en el 44 a.C. compartió el consulado con César.
Después del asesinato de éste en el año 44 a.C., el discurso fúnebre de Marco Antonio, inmortalizado por Shakespeare en la obra Julio César, puso al pueblo romano contra los conspiradores, dejando a Marco Antonio prácticamente como soberano de Roma. Sin embargo, pronto apareció un rival, Cayo Octavio, sobrino nieto de César y su heredero. Después de un tiempo se reconciliaron y junto al general romano Marco Emilio Lépido, formaron el segundo triunvirato, acordando repartirse el territorio romano entre los tres.
En el año 42 a.C., en Filipos, el triunvirato aplastó a las fuerzas de los dos asesinos de César, Marco Junio Bruto y Cayo Casio Longino, quienes intentaban restituir la República. Más tarde, en el mismo año, Marco Antonio pidió a la reina de Egipto, Cleopatra, que se reuniera con él en la ciudad de Tarso, en Cilicia (ahora Turquía) y ella le explicó su negativa a ayudar al triunvirato en la guerra civil. Sin embargo, en lugar de castigar a Cleopatra, Marco Antonio se enamoró y regresó con ella a Egipto en el 41 a.C. Un año después asistió a reuniones del triunvirato en Italia, en las cuales se acordó una nueva división del mundo romano: Marco Antonio recibió la parte oriental, desde el mar Adriático hasta el río Éufrates; ese mismo año, intentó fortalecer sus relaciones con Octavio, casándose con su hermana Octavia. No obstante, regresó pronto a Egipto y prosiguió su vida con Cleopatra, decisión que Octavio utilizó para provocar la indignación del pueblo romano contra Marco Antonio. Cuando en el año 36 a.C., Marco Antonio fue derrotado en una expedición militar contra los partos, la desaprobación popular de su conducta se intensificó en Roma. En el 34 a.C. declaró a Cesarión (hijo de Cleopatra, supuestamente también de Julio César) heredero de éste en lugar de Octavio, y dividió Oriente entre Cleopatra y sus hijos. La guerra fue inevitable. En el año 31 a.C. las fuerzas de Marco Antonio y Cleopatra fueron derrotadas por las de Octavio en la batalla de Actium (Accio). La pareja regresó a Egipto, abandonados por la flota egipcia y dejando detrás a la mayor parte de su ejército. En el 30 a.C., asediado por las tropas de Octavio en Alejandría y creyendo que Cleopatra se había quitado la vida, Marco Antonio se suicidó cayendo sobre su espada.
Marco Emilio Lépido siguió el cursus honorum por lo que primero fue nombrado pretor de Sicilia y después cónsul de Roma. Desde el cargo consular intentó poner en marcha una serie de reformas constitucionales de carácter popular por lo que se enfrentó al Senado. Esta política le valió el exilio pero regresó a Roma con el propósito de atacar la ciudad, siendo derrotado por Pompeyo. De nuevo fue exiliado, eligiendo Hispania como lugar de acogida donde falleció.
Octavio(29)
Primer emperador de Roma (27 a.C.-14 d.C.), restauró la unidad y puso en orden el gobierno romano tras casi un siglo de guerras civiles. Reinó durante un periodo de paz, prosperidad y desarrollo cultural conocido como la era Augusta.
Octavio nació en Roma el 23 de septiembre del año 63 a.C.; era sobrino nieto de Julio César, a quien sucedió como gobernante del Estado romano. César estaba orgulloso del joven y lo presentó en el Colegio de Pontífices (sacerdocio principal romano) a la edad de dieciséis años. Cuando César fue asesinado en el 44 a.C., Octavio estaba en Iliria, donde servía en el Ejército; a su regreso a Italia, se enteró de que era el heredero adoptivo de César. Posteriormente Octavio tomó el nombre de Cayo Julio César.
Político y militar romano, uno de los asesinos de Julio César. Nació en Roma y era sobrino del filósofo Catón de Útica, quien se hizo cargo de su educación. Durante la guerra civil entre Pompeyo Magno y César, Bruto apoyó a Pompeyo. Después de la victoria de César en Farsalia en el 48 a.C., Bruto fue perdonado y quedó bajo la protección de César. Se convirtió en gobernador de la Galia Cisalpina en el 46 a.C. y pretor de Roma dos años más tarde. Durante la primavera del 44 a.C., sin embargo, se unió al general romano Cayo Casio Longino en un complot para asesinar a César, que llevaron a cabo en los idus (el 15) de marzo del año 44 a.C. Bruto huyó entonces a Macedonia, reclutó un ejército entre los griegos y se unió a Casio en Asia Menor para luchar por la República de Roma. Aunque Bruto logró un primer triunfo en el transcurso de la batalla de Filipos (42 a.C.), al tiempo que Casio Longino era vencido, veinte días más tarde su ejército fue derrotado por el de Marco Antonio y Octavio, quien más tarde se convertiría en Augusto. Bruto se suicidó tras la derrota. Entre sus escritos destaca el ensayo titulado De virtute.
La figura de Cayo Casio Longino es la del típico tránsfuga político de todos los tiempos. En un principio fue aliado de Pompeyo para más tarde pasar a formar parte del partido de César. Sin embargo, se unió a la conjura que acabaría con la vida del dictador, dirigida por Marco Junio Bruto. Casio y Bruto se refugiaron en Asia pero Octavio les presentó batalla en Filipos, muriendo los dos conspiradores ante las fuerzas unificadas del futuro augusto y de Marco Antonio.
Reina de Egipto (51-30 a.C.), último miembro de la dinastía Tolemaica. Cleopatra era hija de Tolomeo XII Auletes, rey de Egipto. A la muerte de su padre en el 51 a.C., Cleopatra, que entonces contaba con 17 años aproximadamente, y su hermano, Tolomeo XIII, de unos 12, le sucedieron conjuntamente en el trono de Egipto a condición de que contrajeran matrimonio. En el tercer año de su reinado, Tolomeo, alentado por sus asesores, asumió el control exclusivo del gobierno y empujó a Cleopatra al exilio. Ésta, rápidamente, reunió un ejército en Siria, aunque fue incapaz de defender su pretensión hasta la llegada a Alejandría, en el 48 a.C., de Julio César, quien se convirtió en su amante y apoyó su causa. En el 47 a.C. Tolomeo XIII murió en combate y César proclamó a Cleopatra reina de Egipto.
Cleopatra fue entonces obligada a casarse con su hermano menor, Tolomeo XIV, de aproximadamente 11 años. Después de poner el gobierno conjunto sobre una base segura, Cleopatra viajó a Roma, donde vivió como concubina del César. Tuvo un hijo, Cesarión, que afirmaba que era hijo de César. Después del asesinato de este último en el 44 a.C., Cleopatra regresó a Egipto, donde se dice que envenenó a Tolomeo XIV y convirtió a Cesarión en su corregente (con el nombre de Tolomeo XV). Dudó en alinearse en la guerra civil que siguió a la muerte de César y en el 41 a.C. fue convocada en Tarso (actualmente en Turquía) por Marco Antonio, que entonces gobernaba los territorios de Oriente, para que explicara su conducta. Éste se enamoró de ella y regresaron a Alejandría, donde vivieron juntos durante algún tiempo. En el 40 a.C. Marco Antonio fue obligado a volver a Roma, donde contrajo matrimonio con Octavia, hermana de Octavio, más tarde el emperador Augusto. Tras su partida, Cleopatra tuvo mellizos. En el 36 a.C. Marco Antonio viajó a Oriente como jefe de una expedición contra los partos. Mandó llamar a Cleopatra, quien se reunió con él en Antioquía. Se casaron y nació un tercer hijo. En el 34 a.C., después de una campaña de éxitos contra los partos, Marco Antonio celebró su triunfo en Alejandría y él y Cleopatra anunciaron formalmente la división del antiguo Imperio de Alejandro Magno entre Cleopatra y sus hijos. Marco Antonio continuó viviendo en Egipto y en el 32 a.C. Octavio declaró la guerra a la pareja y Marco Antonio se divorció de Octavia.
Cleopatra insistió en tomar parte en la campaña. En la batalla de Accio en el 31 a.C., creyendo que la derrota de Marco Antonio era inevitable, retiró su flota y ambos huyeron a Alejandría. Poco después, Marco Antonio, engañado por un informe falso de la muerte de Cleopatra, se suicidó. Sabiendo que Octavio pretendía exhibirla por su triunfo en Roma, Cleopatra también se quitó la vida, probablemente envenenándose, según una antigua tradición, por la picadura de una áspide. Cesarión, el último de los Tolomeos, fue condenado a muerte por Octavio, y Egipto pasó a manos romanas.
(190-159 a.C.), dramaturgo romano, precursor de la comedia de costumbres moderna. Terencio nació alrededor del año 190 a.C. en Cartago y fue llevado a Roma como esclavo del senador Publio Terencio Lucano, quien le educó y posteriormente le concedió la libertad. Convertido en hombre libre, adoptó el nombre de Publio Terencio, en reconocimiento a su patrón. Su primera obra fue Andria, escrita en el año 166 a.C. Tras cosechar un éxito inmediato, Terencio, dotado de una fuerte personalidad, se convirtió en el favorito de los círculos literarios romanos. Se dice que fue íntimo amigo de Escipión Emiliano, en cuya casa se daban cita hombres de estado y hombres de letras preocupados por engrandecer la lengua latina. Las seis comedias de Terencio, escritas entre 166 y 160 a.C., están basadas en obras griegas. Así por ejemplo, Andria, El que se atormenta a sí mismo, El eunuco y Los hermanos, tienen su origen en comedias de Menandro, mientras que Formio y La suegra están basadas en obras de Apolodoro de Caristo. En el año 160 a.C. Terencio viajó a Grecia en busca de nuevas obras de Menandro, y murió el año siguiente durante el viaje de regreso a Roma.
Poeta romano, muchas veces considerado el mejor escritor latino de poesía lírica.
Se cree que Catulo nació en Verona y se estableció en Roma hacia el 62 a.C., donde fue el miembro más destacado de los poetas jóvenes que emulaban las formas métricas de los poetas griegos de Alejandría (Egipto).
Muy afectado emocionalmente tras su ruptura con Clodia hacia el 57 a.C., Catulo parece ser que realizó un largo viaje por la provincias romanas de Asia Menor. Su popular oda con el verso frater ave atque vale ("hermano hola y adiós") está inspirada en una visita a la tumba de su hermano en Troya. A su regreso (56 a.C.), Catulo escribió su poema más extenso, Las bodas de Peleo y Tetis. Hacia el final de su vida escribió unos ataques directos personales contra Julio César y sus compañeros políticos. Se cree que murió joven, puede que a la edad de 30 años.
Nombre familiar de Tito Lucrecio Caro, el poeta romano que en su gran poema didáctico en seis volúmenes, De Rerum Natura (De la naturaleza de las cosas), presenta las teorías de los filósofos griegos Demócrito y Epicuro, y constituye la fuente principal de la que hoy disponemos para conocer el pensamiento de Epicuro. Lucrecio se proponía liberar a la humanidad del miedo a la muerte y a los dioses, en su opinión las principales causas de la infelicidad humana. En sus obras busca más una finalidad instructiva y didáctica que literaria. Su representación del universo como un conjunto fortuito de átomos que se movían en el vacío, su insistencia en el hecho de que el alma no es una entidad distinta e inmaterial, sino una aleatoria combinación de átomos que no sobrevive al cuerpo, y su defensa de que los fenómenos terrestres responden exclusivamente a causas naturales, se proponen demostrar que el mundo no se rige por el poder divino y, por lo tanto, que el miedo a lo sobrenatural carece por completo de fundamento. Lucrecio no niega la existencia de los dioses, pero considera que no intervienen para nada en los asuntos o en el destino de los mortales. Uno de los pasajes más famosos de su obra De Rerum Natura es la descripción de la evolución de la vida primitiva y el nacimiento de la civilización.
Retrato de César
Retrato denominado Bruto
Pompeyo
Aníbal
Lucio Cornelio Sila
Cleopatra VII
Cartago
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Enviado por: | Belu Bruni |
Idioma: | castellano |
País: | Argentina |