Religión y Creencias


Jesús: su vida


TRABAJO PRÁCTICO DE CATEQUESIS

Vida Pública de Jesús

La vida pública de Jesús comienza en su Bautismo cuando tenía 30 años y finaliza el día en que Él Asciende a estar junto a su padre.

Su misión se concluyó en Palestina, en especial en Judea y Galilea.

Galilea, se ubicaba al norte, estaba poblada de gente ruda. Entre sus ciudades se destacan Nazareth, y Cafarnaún.

Judea, se ubicaba al sur. Jerusalén, se destacaba en esa región, ya que poseía el único templo hebreo.

El bautismo del Señor, fue administrado por San Juan Bautista. En este hecho, se manifestó la Santísima Trinidad (mediante una paloma que se posó sobre su cabeza, y una voz de lo alto que decía: “este es mi Hijo amado: escúchenlo”).

Al terminar el bautismo, Jesús se retiro al desierto donde estuvo 40 días en ayuno y oración donde el diablo se hizo presente. Jesús intentaba enseñar a los hombres, la oración y la penitencia.

El diablo, lo tentó 3 veces, teniendo esto como significado: placeres, honores, y riquezas de la tierra.

Luego, Jesús salió del desierto, y eligió a sus primeros Apóstoles.

Jesús, realizó su primer milagro convirtiendo el agua en vino, en unas bodas en la ciudad de Caná. Quedo demostrado así el amor que tenía por su madre, María. Después de esto, Jesús se fue a Judea, donde hecho a los profanadores del templo. Volvió a Galilea, y convirtió a la Samaritana.

Más tarde, eligió a sus 12 Apóstoles definitivos, quienes lo siguieron, escuchando sus palabras y dando testimonio de sus milagros.

Los Apóstoles, estuvieron presentes cuando Jesús pronunció el Sermón de la Montaña. En este acto, dio a conocer las bienaventuranzas, explicando el cuerpo de la doctrina. Jesús enseñó en diversos lugares. Explicaba las verdades al pueblo mediante parábolas (Ej. El grano de mostaza, etc.) Confirmaba su doctrina con sus milagros, los cuales no todos fueron registrados en los Evangelios.

Se levantaron en contra de El los fariseos, quienes orientaban la religión y La Ley judía, olvidándose de la humildad y la caridad.

Ellos esperaban un Mesías, que dominara a Israel sobre todos los pueblos del mundo.

El año de su muerte, Jesús realizo grandes milagros: la transfiguración, la curación de un ciego, y la resurrección de Lázaro. Entró a Jerusalén triunfalmente el Domingo de Ramos día en el cual se llevaban a la ciudad las víctimas del sacrificio pascual.

Conociendo la traición de Judas, instituyó la Eucaristía.

La Pasión y Muerte

Jesús llegada la hora de su muerte, reunió a sus Apóstoles para darles su última prueba de amor. Comió con ellos el Cordero Pascual en el Cenáculo, según lo disponía la Ley Judía, instituyendo así la eucaristía.

Al finalizar la cena, Jesús acompañados por sus Apóstoles fue al Huerto de los Olivos, en Getsemaní anunciando que estos los abandonarían. Todos le dijeron que esto no sucedería, y le predijo la triple negación a Pedro.

En el monte padeció el temor que le inspiraba la pasión. Su sensibilidad y voluntad fueron tan intensas que sudó gotas de sangre.

Llegaron al Huerto los soldados guiados por Judas lo fueron a capturar. Jesús dejó cumplir las escrituras, y se dejo aprisionar. Fue llevado ante la autoridad religiosa de los judíos (Caifás), y luego ante la autoridad romana (Poncio Pilatos). Como era costumbre de cada Pascua liberar a un condenado, Pilatos propuso al pueblo que eligiera entre Jesús y otro condenado, Barrabás. El pueblo condeno a Jesús, y Pilatos para no condenarlo a muerte se lo entregó a los soldados para que lo flagelen. La mansedumbre de Jesús enfureció a los soldados, los cuales lo coronaron como rey, vistiéndolo por burla con un manto y colocándole una corona de espinas sobre su cabeza. Lo remitieron a Pilatos, quien consulto al pueblo nuevamente. El pueblo lo “crucificó”, sentencia por la cual Pilatos no se hacía responsable.

Jesús recorrió el camino desde el Palacio de Pilatos hasta el Monte Calvario, llevando una cruz sobre sus hombros. Antes del mediodía fue crucificado, pronunciando una serie de palabras, entre ellas: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen” y “Mujer, he aquí a tu hijo, y a Juan he ahí a tu Madre”.

Al mitad del día se produjo un eclipse hasta las tres de la tarde, muriendo Jesús en ese lapso de tiempo.

Los judíos habían tomado medidas para que los cadáveres no permanecieran en la cruz durante las fiestas de la Pascua, y le pidieron a Pilatos que los cuerpos fueran retirados. Los soldados quebraron las piernas de los demás ladrones, y cuando llego el turno de Jesús, no lo hicieron. Un soldado le traspasó un costado de su cuerpo con una lanza, y se cumplió la profecía que decía que no se quebraría ningún hueso de El.

José de Arimatea, uno de los miembros del Sanedrín pidió el cuerpo de Jesús. Pilatos ordenó que se le entregue el cuerpo a José, al cual se le unió Nicodemo. Ellos sepultaron el cuerpo de Jesús en un sepulcro tapando la entrada con una gran piedra.

Los fariseos, le dijeron a Pilatos que Jesús había dicho que resucitaría al tercer día, entonces le pidieron que mande a un vigilante al sepulcro, para que los discípulos no roben el cadáver y falseen su resurrección.

La Vida Gloriosa

Las mujeres que acompañaron a Jesús desde Galilea, fueron al sepulcro donde lo habían sepultado el domingo. Habían preparado aromas para embalsar al cuerpo de Jesús. Al llegar vieron que la piedra que sellaba al sepulcro no se encontraba más. María Magdalena salio en busca de Pedro y Juan, y les dijo lo que había visto. Las otras mujeres, entraron al sepulcro, y vieron a dos ángeles que dijeron que Jesús había resucitado. Cuando Pedro y Juan llegaron, examinaron bien el sepulcro y solo vieron la sábana con el sudario a un lado.

Jesús se había levantado del sepulcro, y un ángel había removido la piedra del sepulcro, las tierras temblaron y los soldados cayeron.

Aquel día, Jesús se le apareció a María Magdalena, a las mujeres piadosas, a Pedro, y a todos los discípulos de Emaús. Todos se dirigieron al Cenáculo a contar la noticia. Ocho días después, Jesús se le apareció a Tomás, el único discípulo incrédulo junto a los discípulos restantes.

Le pidió a Pedro, luego de aparecerse en el mar de Tiberíades, produciendo la pesca milagrosa, una triple protesta de amor como una reparación de sus tres negaciones.

Se apareció también a los 500 discípulos en un monto de Galilea. Nuevamente se aparece en Jerusalén confirmando a los apóstoles la misión que les había asignado, prometiendo su asistencia, el don de hacer milagros, de paz, y venida del Espíritu Santo. Los conduce al monte Olivote. Elevándose, los bendijo, y desapareció.

Demostración de la divinidad de Jesús por medio de su Resurrección

Los Apóstoles se basaron en la Resurrección para demostrar la Divinidad de Cristo, pues si no hubiese resucitado, ellos no serían testigos de este hecho.

La Resurrección es un milagro fácil de verificar, debido a que la vida de Jesús se podía comprobar tan fácil como la anterior a la muerte, porque a la vez de milagros, es también el cumplimiento de una profecía.

Demuestra que, Jesús murió: lo podemos comprobar mediante la historia evangélica: los 4 evangelistas testifican que Jesús expiró, exhaló el alma en la cruz. Está el testimonio de los enemigos de Jesús, como el Centurión, Pilatos.

Lo prueba la clase de muerte sufrida por Jesús, su cuerpo fue clavado en una cruz, después de haber sido flagelado, haber transportado una pesada cruz, etc. Estando enclavado, una lanza le abrió su costado.

Si Jesús no hubiese muerto, de todos modos su muerte tendría que haberse producido por desangramiento y asfixia.

Por otro lado, demuestra que Jesús resucitó: Esto hecho, está demostrado históricamente. Lo comprueba la narración de 10 apariciones, de las cuales 5 fueron el día de Pascua.

Se le apareció a 500 personas.

Otros argumentos de la divinidad de Jesús

La divinidad, se prueba con su resurrección, pero hay otros argumentos para justificar su divinidad:

Su vida:

Sus enseñanzas y milagros:

1) Afirmo que era Dios: Antes de afirmar esto, preparó todo como para que lo aceptaran. Hacía milagros para que aceptaran su divinidad. Aún en la cruz, le dijo a un buen ladrón que lo llevaría al paraíso.

2) Esta afirmación de Jesús no puede ser falsa: Jesús no fue un iluso, esto lo comprobamos por su sabiduría Su doctrina era sabia, perfecta, divina.

Tampoco era un impostor, pues repugna a su santidad. Esto va en contra de su humildad.

3) Jesús probo de otro modo su afirmación con las profecías en El cumplidas. Nació en Belén de una Virgen, descendía de Abraham y David. También predijo actos libres: la negación de Pedro. Predicó y difundió el Evangelio.

Con sus milagros, que son obras sobrenaturales, afirmo esto. Hizo milagros de todas clases: desde calmar las olas, hasta devolver la vida a los muertos.

Jesús era un milagro personificado, ya que lo sobrenatural se hace en El, en su inteligencia.

Su doctrina:

Es completa. No podemos agregar o quitar nada de ella. Esto se demuestra con los millones de mártires, la conservación de la Iglesia, la rápida conversión del mundo pagano.




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Enviado por:Hipólito Giménez Blanco
Idioma: castellano
País: Argentina

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