“Disiplina que trata de la defensa de una postura o de un cuerpo de doctrinas. La teología tradicional cristiana encargó a los apologistas cristianos (o simplemente apologistas) la tarea de defender la fe. En este sentido esta disiplina se llamó también “evidencias de la religión cristiana”.
Esta es la definición que le otorga el diccionario de filosofía de Dagobert D. Runes a la palabra apologética. A mi parecer es una definición clara, sencilla y concisa de lo que muchos autores quieren expresar en páginas enteras de ejemplos e ilustraciones. Sin embargo, el diccionario de teologia de la Baker book house, contiene importantes aportes acerca de la naturaleza de la misma.
Considera este libro que, esta disiplina es la encargada de mostrar las bases sobre las que la religión cristiana posee conocimiento de Dios. Y como este conocimiento de Dios depende de la revelación, es indispensable este término en cualquier descripción de la misma.
Así mismo, alrededor de la idea de revelación, este libro propone un grupo de preguntas indispensables para la existencia misma de esta disiplina, sin negar porsupuesto el conocimiento previo de que la apologética no consta de un grupo normativo de temas. Propone este libro entonces tres preguntas bases:
¿Carácter de la revelación?
¿Cuál es la relación entre la filosofía y la revelación?
¿Existencia de pruebas teísticas?
Además divide el tipo de apologética en diferentes grupos dependiento de su orientación filosófica en ya sea subjetivistas, o cristológicas, o auto-pisticos (Centrados en la revelación), empíricos, racionalistas, o en parte de las escuelas evidencialistas (carentes de cualquier tipo de filosofía concreta). Junto con esta lista añade una lista de problemas impotantes para la apologética contemporanea: teología natural, la fe, el terreno común de la religión, la ciencia y los milagros.
Me parece importante incluir aquí una aclaración importante que nos ofrece el diccionario teológico de la editorial Herder, y es que la apologética solo demuestra aquellos valores y verdades, que aunque reveladas, son accesibles al conocimiento humano. Los temas como la trinidad o la encarnación, se escapan de nuestra finita consiencia, y por lo tanto solo puede ser provada su credibilidad.