Se sabe que la tierra cambia continuamente, pero el ritmo de esos cambios es mucho más lento que el de la vida humana, (en la historia de la tierra se utiliza como medida el millón de años).
La tierra ha sufrido cambios bastante rápidos, por eso los geólogos han desarrollado diversas teorías que los explican.
Catastrofismo: Algunos geólogos establecieron que la formación del relieve tanto continental como marino, la aparición y desaparición de las especies se produjeron de golpe.
El nombre de esta teoría, catastrofismo, alude a que la evolución de la tierra viene condicionada por sucesivas catástrofes.
Actualismo: Sostiene que los cambios geológicos se han ido produciendo de la misma forma que en la actualidad, sólo que el ritmo es tan lento que el hombre no lo puede apreciar.
El introductor de este concepto fue el británico C.Lyell, en el S.XIX.
Hoy día se acepta que ambas formas de transformación pueden convivir. Los geólogos opinan que si bien la forma de evolución de la tierra es lenta y continua, en poco tiempo grandes catástrofes causan cambios notables, (por ejemplo, la erupción de un volcán).
A esta forma de evolución terrestre se la ha llamado NEOCATASTROFISMO.
La tierra ha pasado por épocas muy distintas (grandes lluvias frente a grandes sequías, glaciaciones frente a climas cálidos, etc.).
La aparición de los seres vivos y sus distintas formas han proporcionado un aspecto distinto a nuestro planeta.
Estas características climáticas, geológicas y biológicas se utilizan para dividir la historia de la tierra en períodos y subperíodos.
EL ORIGEN DE LA VIDA.
Alrededor de cada estrella se encuentra una zona llamada ecosfera en la que se supone que existe agua en estado líquido, por lo que la vida sólo podría darse en los planetas que estén en esa zona.
Estos planetas han de tener masa suficiente para que con su fuerza de gravedad puedan retener el agua, así como los gases para formar una atmósfera.
En nuestro sistema solar esas condiciones sólo se dan en la Tierra, los planetas colindantes a la tierra (Venus y Marte) aunque tienen masa suficiente como para retener una atmósfera, son demasiado caluroso y demasiado frío respectivamente, así el agua estará en estado gaseoso en uno y helada en otro, en la Tierra este elemento se encuentra en los tres estados físicos.
Los gases existentes en la atmósfera primitiva, emitidos por volcanes, son los mismos que hoy en día.
Amoníaco y metano se pueden combinar con agua y dióxido de carbono si están expuestas por ejemplo la luz del Sol o una chispa eléctrica. A partir de estas reacciones se forman aminoácidos simples, constituyentes esenciales de las proteínas, así se originaron las primeras moléculas formadoras de vida en nuestro planeta.
Oparin propuso que la vida se producía espontáneamente bajo la influencia de la luz solar y de descargas eléctricas.
Stanley Miller con su experimento creativo de vida, en lo que él decía que era lo que había ocurrido en la tierra, convenció a todos de que la atmósfera primitiva estaba formada por los gases empleados por él.
En la década de los setenta los científicos cambiaron su opinión respecto al contenido de la atmósfera primitiva, al hallar diversas pruebas, especialmente por la composición química de algunos basaltos antiguos.
Se cree que la composición de la atmósfera primitiva era una mezcla de dióxido de carbono, nitrógeno y agua, y que la primera materia orgánica formada fue formaldehído.
En la actualidad se han encontrado restos de algas llamados estromatolitos y cianofitas, son algunos de los restos orgánicos más antiguos que se conservan.
Los restos de seres vivos se denominan fósiles y normalmente son de especies extinguidas.