Historia
Grecia antigua
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Introducción
El trabajo que a continuación va a ser desarrollado, trata sobre la antigua Grecia y sus correspondientes etapas históricas.
Las costas del Mundo griego eran bañadas por el Mar Egeo, en su gran mayoría. Este se constituía por la Grecia continental, las islas del Mar egeo, y la costa occidental de Anatolia, incluyendo también las islas de Creta y Chipre.
En cuanto a la parte Balcánica y península del Peloponeso, es importante destacar que las condiciones no eran idóneas para el asentamiento de una civilización, ya que presenta variaciones climáticas que oscilan entre clima de montaña y clima mediterráneo, este último en zonas costeras. Tampoco acompañaban las características orográficas del terreno, ya que el 80% del terreno era ocupado por Montañas, sobrepasando alguna los 2000m de altitud; ni su hidrografía, por lo que el suelo carecía de fertilidad.
Otro dato significativo es el de que las comunicaciones entre regiones no se realizaban por tierra, debido a la existencia de barreras naturales como las cadenas jónicas; sino que utilizaban el Egeo, para comunicarse entre sí y con los pueblos externos.
Por lo tanto el Egeo se convirtió en el centro de la civilización griega, tanto geográfico como histórico, en el que confluyeron tendencias europeas, griegas y asiáticas.
El Mar Egeo también fue la causa de los contrastes culturales e históricos, ya que si la comunicación hubiera sido directamente por tierra, la difusión ideológica y cultural hubiera sido mucho más rápida y estable. Debido a esta situación la costa de Asia Menor fue mucho más avanzada, por el contacto terrestre con civilizaciones del mundo próximo oriental y por su fertilidad del suelo, hecho que afectaría a su economía.
Sin embargo, la región extremo occidental era más atrasada, debido a las dificultades de abastecimiento y comunicación.
La ubicación geopolítica de Grecia era extraordinaria, puesto que ocupaba el puente de comunicaciones entre los continentes europeo y asiático. Debido a esto se forjó la civilización griega.
Dentro del territorio continental griego, se pudo hacer cultivo mediterráneo como cereales, vino, aceite… aunque es la necesidad de grano y de recursos metalúrgicos lo que le mueve a comerciar con Egipto, Sur de Rusia y Sicilia. Estos buscaban estaño, para hacer la aleación de bronce, en el exterior, por lo que lo extrajeron de la isla de Chipre, de Asia Menor, sur de Italia y España. En cuanto a los recursos Naturales, destacamos la Arcilla, cuya explotación favoreció el auge de la construcción.
Otro recurso del que era deficitario fue la Carne, aunque la suplieron con una dieta rica en pescado.
La necesidad de recursos dio lugar a la comunicación entre el propio “pueblo griego”, y también a la colonización de territorios ajenos al Egeo, como anteriormente mencionamos, sur de Italia, Sicilia, Chipre, España… entre otros.
aunque hablemos de colonización, no podemos afirmar que los griegos tuvieran una unificación política, es decir un estado conjunto, aunque ellos si se consideraban culturalmente Griegos, debido a la similitud en la lengua que utilizaban, es decir, la lengua era el cimiento unificador de su civilización, por supuesto también las similitudes culturales.
Como conclusión, debo opinar que la forja de esta civilización es fascinante, y también su evolución, que concluyó con la conquista por parte del Imperio Romano.
En el siguiente apartado profundizaremos más en aspectos históricos, ya que esta introducción se ha referido a la geografía física y humana, y también a los recursos, indagando en ellos para entender el establecimiento del pueblo griego en el Egeo.
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Desarrollo
La zona de Mundo Egeo fue poblada por primera vez hacia el 40000 a.C, en pleno Paleolítico medio, momento del que tenemos restos de ocupación humana. Pero no es hasta el Neolítico, concretamente en los siglos VI y IV a.C., cuando se asientan los primeros grupos.
Según la arqueología, los centros que surgen en esta última oleada, no tienen sustrato anterior, por lo que podemos suponer que no hubo población sedentaria en la zona. Esto indica que las innovaciones fueron traídas desde el exterior, o bien por migraciones o por invasiones, se supone ya que aparecen objetos relacionados con oriente medio.
Dichos grupos dejaron restos líticos, propios de una cultura pre cerámica. Sus sucesores, conocían la agricultura y usaron la cerámica.
Según aparece en el libro “El mundo griego antiguo” de Françoise Ruzé, en la página 27, hacia el año 3000 a.C., después de las llegada de la población neolítica, aparecen migraciones anatólicas que se encargan de introducir el metal, esta colonización se relaciona con las primeras Cícladas.
Tras la fragmentación del pueblo indoeuropeo, los griegos arriban a la zona hacia el 1950 a.C. aproximadamente, desde el sur de Rusia. Dicha fragmentación la divide en dos partes, una que cruza a través de Anatólia, otra que baja desde el norte, hasta el Peloponeso, sin entrar en Creta.
Después del establecimiento de los indoeuropeos, se desarrolla la civilización micénica.
Como mencionamos anteriormente, es desde Anatólia de donde procede el conocimiento del metal, esto puede ser lógico ya que las sociedades próximo orientales ya conocían el proceso de fundición del metal o metalurgia.
Esta innovación, supuso que se implantara una sociedad urbana, estratificada, al menos entre productores y administradores.
Una de las sociedades urbanizadas más conocidas fue la civilización Minoica.
La civilización Minoica tiene una cronología entre el 2800 y el 1450 a.C. Dicha sociedad se implanta sobre la cultura neolítica existente en la zona de Creta y se asocia con los grandes palacios cretenses, aunque según datos arqueológicos, no existen los palacios hasta el año 2000 a.C.
Por lo tanto, podemos considerar la isla de Creta como la región más avanzada del espacio egeo en el siglo II a.C., destacando también sus relaciones comerciales con Egipto, Siria y la península de Anatolia, por otra parte también contactos culturales, es decir, “se nutre de influencias culturales externas pero a su vez difunde su propia cultura” Gonzalo Bravo,” Historia del Mundo Antiguo, una introducción crítica”.
Como anterior mente mencionamos, la sociedad minoica no construyó palacios hasta el año 2000 a.C., por lo que dividimos su cronología en dos épocas, la época Protopalacial que va desde el 2000 hasta el 1700 a.C., y la época Palacial que consta desde el 1700 hasta el 1400 a.C.
Para describir la situación de la zona en esta época utilizamos datos homéricos. Según este, en Creta había 100 ciudades, aunque esto no concuerda con los datos aportados por los yacimientos arqueológicos.
Realmente no podemos hablar de ciudades, sino de estructuras palaciales evolucionadas con control sobre las zonas anexas. Debemos destacar palacios como Cnosos, Festos, Hagia tríada, Mirtos y Mallia.
Probablemente Cnosos ejerció cierta hegemonía sobre la isla, controlando los demás palacios, que eran gobernados por sus vasallos, es decir por la realeza local. Aunque poniendo en duda la “capitalidad” de Cnosos, debemos indicar también que estos palacios pudieron ser principados independientes gobernados por un rey, ni divino ni vitalicio, ya que tenían que renovar su poder enfrentándose al Mino tauro o dios toro. Debo añadir también que si Cnosos era la posible capital, y ejercía cierto control sobre los demás palacios, es porque existía una sociedad bastante jerarquizada, que se basaba en la explotación de los recursos económicos del resto de los palacios; es probable que estemos ante un sistema político innovador para la época.
Por tanto tenemos una economía basada en la búsqueda de metales, con una artesanía y orfebrería desarrollada.
Estos realizaron grandes vasijas que sirvieron de almacén para el líquido y el grano. Aunque los pocos almacenes encontrados nos indican la baja productividad de la tierra. Si hay especialistas en una sociedad, como orfebres o artesanos, a tiempo completo, es que estamos ante una sociedad jerarquizada. Esto último también se refleja en los diferentes tipos de tumba, uno para cada posible status social. Destacamos el “Tholoi” que era la tumba de la realeza, la “cámara”, tumba de la aristocracia y la tumba individual donde yacía la base de la población.
En cuanto a la religión, en Creta predominaban las deidades femeninas. Esto puede ser indicador de la existencia de una sociedad matriarcal, pacífica y sin armas, aunque todo esto está por demostrar.
Avanzando cronológicamente, la siguiente que ocupa el espacio egeo es la Civilización Micénica (1700-1200 a.C.)
En dicha civilización, probablemente el rey consiguió su poder por la fuerza, ya que en los objetos arqueológicos, la guerra es el motivo iconográfico más frecuente.
Los micénicos establecieron una supremacía o “imperio” marítimo, en el cual las estructuras palaciales controlaban el terreno de sus alrededores, en modo de ciudad- fortaleza.
Se instaura también, de forma autoritaria, una sociedad patriarcal, en la que en el culto religioso aparecen deidades masculinas.
En cuanto a los elementos arqueológicos, destacamos varios como:
Los palacios, que se caracterizaban por su emplazamiento en colinas altas, reforzando así sus cualidades defensivas.
Estos a su vez estaban rodeados de murallas con un grosor de 6 metros aproximadamente.
En cuanto a la planta, estos se erigían entorno al “megaron” que es un gran patio central, probablemente hipetro, rodeado por columnas; en las estancias auxiliares, destacamos el empleo de ventanas estrechas, por lo que pudo servir de refugio a la población de extra-muros.
Destacamos palacios como Cnosos, Pilos, Micenas, Tirinto y Tebas.
Por otro lado estaban las tumbas, más conocidas como “Tholoi” que constan del “Dromos”, pasillo mediante el que se accedía a la cámara.
Estas tumbas tenían forma semicircular, sostenida por una bóveda falsa, cuya estructura era recubierta con tierra.
La puerta de la tumba constaba de un dintel con forma triangular, similar a la de la Puerta de los Leones.
También existieron otro tipo de tumbas como las de círculo A y B, descubiertas por Schliemann. Las tumbas reales eran excavadas hasta 3 metros de profundidad, y rodeadas por un muro circular que servía de aislamiento.
Dentro de estas encontramos ajuares en oro, característica de los reyes; armas, ajuar característico de la aristocracia; y la cerámica, característico de la base de la pirámide social.
En cuanto a la cerámica, se sucedieron diversos estilos, que se corresponden a niveles estratigráficos.
La cerámica es un elemento fundamental ya que transmite información, de si fu producida local o regionalmente, sobre su iconografía, cultura, ideología…
Produjeron dos tipos de cerámica, pintada, que era destinada al comercio exterior. Este tipo de cerámica implicaba un alto grado de especialización, por lo que supone la utilización de fuerza de trabajo superior a la de un taller artesanal de un particular; y cerámica común, de uso domestico.
Dicha cerámica pintada fue encontrada por zonas del continente europeo, por Siria y Egipto, lo que nos indica que establecieron grandes redes comerciales, o como autores lo denominan, un autentico imperio comercial.
Como mencionamos anteriormente las armas eran el ajuar de la aristocracia. En esta época realizaron gran variedad de armas como cascos, en bronce; escudos de doble coraza; y flechas y espadas, que se encontraron en tumbas del círculo A.
Del estado y la sociedad micénica, extraemos información de las tablillas que sobrevivieron a la devastación.
Dentro de estas encontramos información como nombres de funcionarios, de la estructura social, del régimen de propiedad y de la organización fiscal y militar del terreno.
La sociedad micénica era piramidal, en cuya cúspide se encontraba el “Wa-na-ka” o rey; este era el responsable de la acumulación de tributos que eran ofrendas a palacio; tenía la máxima autoridad religiosa, siendo responsable del culto y sacrificios humanos; y por supuesto, controlaba la administración, nombraba funcionarios, supervisaba el ejercito, aunque no era el jefe supremo del ejército.
Debajo del rey encontramos a los funcionarios de palacio o baja nobleza y al “Ra-wa-ke-ta”, que era el jefe del ejército.
Por debajo estaba la Alta nobleza, vinculada a la aldea; y el “Qasireu” que controlaba a los artesanos dependientes de palacio y supervisaba la distribución de las materias primas.
Por debajo de estos, encontramos a los “Eqeta”, que eran los sacerdotes; los “Tereta”, que eran los jefes de los clanes y a su vez tenían funciones religiosas; los “Akosota”, que supervisaban el cultivo de los terrenos pertenecientes a palacio; y por último los “Wedaneu”, que eran los encargados de los cultos y de los escribas, estos constituían el grado más bajo de la administración provincial.
En cuanto a la división provincial, el reino constaba de subdivisiones administrativas conocidas como provincias, 2 en concreto, que se catalogaban según la cercanía a palacio, es decir, la provincia cercana y la provincia lejana.
Este conjunto se subdividía a su vez en 16 distritos, y a su vez en sub distritos, donde se ubican las aldeas.
Al frente de las provincias estaba el “Duma”, que era el representante del rey; este a su vez asistido por el “Damokoro”, que era el tesorero, y por el “porodumate”, que tenía funciones religiosas.
Al frente del distrito estaba el “Korote”, quien representaba a las aldeas, y el “porokorote” que era su ayudante.
Dentro de los sub distritos, el “watewa” era la autoridad local, mientras que el “akoro” era el jefe de los campos.
Todos estos se encargaban del funcionamiento de la sociedad, la política y la economía, inclúyase también el comercio; de la organización militar tenemos indicios por las tablillas Oka, por lo que la defensa del reino descansa sobre el sistema Oka, constituido por puestos militares, que ocupan todo tipo de guerreros.
Al frente de todos los Oka estaba el Ra-wa-ke-ta, que era jefe del rawo o pueblo armado, es decir, similar al actual jefe supremo del ejército, representante a su vez de la nobleza guerrera y de la aristocracia militar. Tenía un poder comparable al del rey. Cada Oka estaba gobernada por el moroqa.
Dentro del mundo micénico, la estructura administrativa se sostenía por el sistema de distribución, explotación y control sobre la tierra.
Es importante destacar, que el pueblo productor o “Damos” no está dentro de una categoría social, sino dentro de una categoría jurídica. También constaban de campesinos libres que explotaban una parte de las tierras.
Los esclavos o “Doero”, que eran el status más bajo de la sociedad, explotaban otra parte de la tierra, aunque estos dependían de particulares, o de templos.
Existían 3 tipos de parcela de tierra, la primera “Mora” perteneciente a los “Moroqa”; en segundo lugar “Kama”, que eran propiedades particulares; y en tercer lugar aparecen las “Kotona”, que a su vez se dividían en “Kitimena”, que eran propiedades del rey, y “Damos” que eran tierras comunales, Cedidas a particulares para su explotación, y también al “Rawaqeta” al que se le cedía un tercio de la propiedad real.
Sin embargo, el sistema de reparto era controlado desde el palacio, desde donde se imponía un tributo, que la parte baja de la sociedad tenía que pagar; es decir, si hay una parte exenta del pago del tributo quiere decir que estamos ante una sociedad de privilegiados y no privilegiados.
Es importante destacar también que en esta civilización, gran parte de los recursos económicos procedían del comercio, proporcionando abastecimiento, por un lado del personal de palacio y del templo, por otro lado de las aldeas y ciudades.
Como consecuencia, los artesanos tenían que tener una producción continua de bienes de uso cotidiano, y artículos de lujo, que por supuesto, eran reclamados por la nobleza.
El palacio tenía como función principal la redistribución de la riqueza, centralizando la producción y la distribución, controlando así los niveles de consumo.
La consecuencia de dicho control, es que los artesanos, comerciantes y mercaderes, al servicio del palacio, eran los soportes fundamentales de la economía.
En cuanto a la distribución de los trabajos, los artesanos trabajadores del metal, como oro, plata, plomo, estaño y bronce, se dedicaban a la fabricación del equipamiento militar, tal como dagas, cascos, escudos, corazas…
Dentro de este gremio, destacamos también a los orfebres, que fabricaban productos de lujo para la corte, panaderos, ebanistas, artesanos de industria textil…
Estos estaban dentro de status sociales libres o esclavos, por lo que obtenemos la evidencia de sociedad estratificada.
Podemos afirmar también que la diferenciación social era más horizontal que vertical, y por supuesto, también había diferencias entre la estructura palacial y el régimen de aldea. Esto sucedía porque no toda la actividad realizada en el “reino” era conocida por el palacio.
Este factor, junto con la rivalidad existente entre estructura palacial y de aldea; la diferenciación por consideración fiscal, es decir privilegiados y no privilegiados; y la diferenciación entre propietarios y productores, tanto libres, como esclavos, fueron los elementos que desencadenaron la desintegración del sistema micénico.
A partir de este momento, es cuando hablamos de cómo llego al fin este sistema, que curiosamente desaparece en momento de auge.
En este periodo, S XIII a.C., tenemos constancia de un conflicto en la zona de Asia menor, donde el ejercito micénico entra en decadencia; por lo que se produjo el ataque a Micenas. Desde este momento se construye una muralla en el istmo de Corinto, también se construyeron otras murallas, que son claras evidencias de que había conflictos, probablemente internos, aunque tampoco se descartan los externos.
Debido a dichos conflictos, en el periodo IIIb, se produce la deserción y desaparición de los asentamientos, y la destrucción de los palacios, aunque Yolcos, en Tesalia, y Atenas no fueron destruidas.
Se sabe que dichas destrucciones se produjeron por incendios, aunque barajan la posibilidad de otros factores tales como: cambios climáticos drásticos, por lo que la población tuvo que emigrar; posibles causas humanas, como la invasión de los dorios, aunque esta es una teoría muy debilitada; y también causas endógenas, que son las más probables, como el desmembramiento del poder político centralizado, producido por la rivalidad entre monarquía y nobleza, o por la imposición de la alta nobleza sobre palacio, mediante el usufructo territorial. También se plantea el que después de estos sucesos la nobleza suplantara al rey en su puesto.
Otro factor muy importante, es el desajuste entre los recursos para mantener a las clases altas y la existencia o falta de los mismos, por lo que este sistema, es probable que se derrumbara por su propio peso.
Después de la destrucción de la hegemonía micénica, aparece la Dark Age, que va desde finales del siglo XIII a.C. hasta finales del siglo VIII a.C. coincidiendo con el principio del mundo arcaico griego.
La Dark Age es un periodo que se divide en 2 fases: por un lado tenemos la época de decadencia, entre los siglos XII y X a.C.; y por el otro lado, el proceso de recuperación que va desde el 900 hasta el 750 a.C.
Según la arqueología, aparecen fases como: el Sub micénico, el Protogeométrico, Siglo XI a.C. y desde el 900 a.C. el Geométrico ateniense. No se sabe si hay continuidad entre dichos periodos, ya que según la región se obtienen diversos resultados.
En cuanto al periodo Sub micénico, podemos afirmar que perduró en áreas como Ática, Tesalia, Mileto. Aquí se encontraron depósitos de cerámica que revelan una segunda ocupación en el Siglo XII a.C.
Dichos asentamientos eran más pequeños que el original y más dispersos, tenían ajuares más pobres, y un nivel de producción y de comercialización más bajo.
Pero es a partir del siglo XI a.C. cuando se introduce el hierro, hecho que provoca la recuperación de la producción y del comercio, produciéndose así un cambio cultural muy importante. El paso del bronce al hierro permite salvar la economía, aunque no es hasta el siglo X a.C. cuando se produce un gran aumento demográfico.
Aun en la actualidad no se sabe cómo se transmitieron las enseñanzas de la metalurgia por el Mundo Egeo, aunque se barajan posibilidades, una de ellas es que el grupo micénico superviviente, probablemente difundió las técnicas metalúrgicas por mar, produciéndose una difusión inmediata. Dichas técnicas probablemente procedían de Chipre.
Es importante destacar también que el cambio tecnológico proporciona mejoras en las condiciones de vida.
En este momento también se recupera el uso de la piedra, fundamentalmente para la construcción de viviendas, que pasan de planta oval a plata rectilínea.
Desde el punto de vista arqueológico distinguimos 3 áreas: la primera área, es la central o Egea, que seguía beneficiándose del sustrato micénico, ya que utilizaron sus rutas marítimas.
La segunda área, es la occidental, en la que se difundió la cultura sub micénica, que fue el producto de la evacuación de la población micénica; y la tercera área, es la Meridional, en la que se encuentran menos restos arqueológicos, excepto en la isla de Naxos, es en este lugar donde surge su propia cultura.
Como mencionamos anteriormente, la Dark age se sub dividía en 2 partes: la etapa de decadencia, que correspondía al periodo entre los siglos XII y VIII a.C., fue una periodo de inestabilidad política, debido al declive micénico, y en la que se produjo un descenso demográfico, fue una reducción de la población muy drástica, exactamente ¾ de la población aproximadamente.
Sin embargo, el periodo de recuperación, que corresponde a la cronología del siglo X al IX a.C., la población estaba concentrada en comunidades cerradas que no se relacionaban entre sí. Es un periodo en el que desaparece el sistema palacial, ya que el estado no se mantenía, y en el que se produce una atomización del sistema palacial, es decir aparecen pequeñas unidades de organización política y social, que eran comunidades estables y autosuficientes, cuyos jefes políticos, más conocidos como “basileus” en los poemas homéricos, eran también jefes militares.
En esta nueva organización política, no existe la sociedad piramidal, ya que aparece una masa poblacional con recursos escasos, en detrimento de las clases intermedias que desaparecen. En esta masa poblacional, la riqueza o la pobreza definían el status del individuo.
En esta etapa desaparecen también la escritura, las tumbas monumentales, los palacios, las murallas, los templos…
Pero no todo iba a ser malo, ya que el suelo para cultivar aumenta, por lo que mejora la dieta de la población, favorece además la sedentarización de la población, es decir los asentamientos son más estables.
Otro factor que contribuyó a la recuperación de la economía, fue la introducción y difusión de la metalurgia de hierro, además de la implantación del protogeométrico.
El mar Egeo se convierte en el mar exclusivo de los griegos, y comienzan los asentamientos en la costa de Asia menor.
Debido al hecho anteriormente expuesto, se produce la reactivación del comercio entre griegos, comercio que abarca la península, las islas del Egeo y la costa de Anatolia. Esto favorece el desarrollo del nuevo sistema que se basaba en la propiedad privada, frente a la propiedad comunal anterior.
Después de desglosar las dos etapas de la Dark Age, es importante profundizar en los movimientos poblacionales que se produjeron en dicha época. Tras el declive micénico, las migraciones se produjeron hacia el este; estas eran poblaciones con diferentes dialectos, que tenían intenciones de asentarse en las islas del Egeo y la costa minorasiática, que estaba prácticamente despoblada. Aquí encontramos la ciudad de Mileto, que era micénica, la ciudad de Troya, que controlaba la parte norte de la península, y Rodios, ciudad que controlaba la parte sur.
Estos movimientos migratorios del II milenio antes de Cristo, tuvieron como consecuencia la configuración del mapa lingüístico en tres áreas, septentrional, central y meridional, que se correspondían con los principales dialectos que eran, el Eolio, Jónico-ático y el Dorio.
Dichos movimientos fueron favorecidos por la descomposición de los grandes imperios próximo-orientales.
Los asentamientos Eolios se situaban en la Isla de Lesbos y en la parte oriental (Mitilene). Estos se asentaron antes de la guerra de Troya, según Cook, su asentamiento no se creó después del año 1000 a.C. aunque en Troade no hay asentamientos hasta el SIII a.C.
Herodoto menciona la existencia de dodecapolis, que eran ciudades situadas entre el valle del Caico y el golfo de Esmirna, cuya ciudad más importante de la región Eolia fue Cyme.
Estas ciudades formaron la Liga Eolia, junto con Lesbos, que ocuparían la Troade destruyendo la ciudad de Troya.
Otra masa poblacional que supuestamente entró en el Mundo Egeo fueron los Dorios, alrededor del 1200 al 1050 a.C.
Sus orígenes son inciertos, Homero, en la Ilíada, hace mención de Dorion, un asentamiento en el reino de Pilos.
En la Odisea, los sitúa en Creta, concretamente en la parte oriental de la isla, en la que conviven con Aqueos, Cretenses y otros pueblos de origen egeo.
Según Estrabón, los Dorios proceden de Tesalia, concretamente del País llamado Doris, situado en la región de la Dóride, que es interior y sin acceso al mar. Esto último choca con la información proporcionada por homero en el catálogo de naves que se envían a la guerra de Troya, mandados por el descendiente de Heracles, héroe Dório por excelencia. Estrabón indica que la población de las islas del Egeo son Dorias.
Según Herodoto, el pueblo Dorio está en continua migración, hasta la llegada al Peloponeso, e indican que proceden de la región montañosa del Pindo, de donde huyeron debido a la presión de los Cadmeos.
En el “Mito del retorno de Heráclidas”, se refleja que los Dorios pasaron tiempo en Ática, concretamente en Maratón, en Lócide, donde fundaron Naupacto, en Rodas donde se asentaron un numeroso grupo, y en Fócide, en la región de Delfos, donde pedían consejo al oráculo.
Tucídides afirma que las migraciones de los pueblos hacia Grecia peninsular se iniciaron después de la guerra de Troya, que coincide con la destrucción de los palacios micénicos, que según Herodoto fue antes del 1250 a.C. y según Eratóstenes fue antes del 1183 a.C.
Tucídides afirma que los Dorios fueron la tercera migración importante detrás de Tesalios y los Beocios.
Según dicho autor, la estancia temporal de los Dorios en la Doride es temporal, ya que se trasladaron hacia el Pindo, bajando con el tiempo hacia Grecia central, a Etolia donde se establecieron.
Desde Etolia se barajan dos posibilidades de migración, la primera es la que aparece en el “Ciclo mítico del retorno de Heráclidas”, que propone la llegada al Peloponeso a través del Istmo de Corinto.
Y la segunda posibilidad es la versión de Pausanías, aunque esta es ya de tradición tardía, propone que llegan al Peloponeso por mar, y desde aquí penetraron a la región de Arcadia. Esta versión se basa en la existencia de la muralla micénica en el istmo, ya que sería un obstáculo para cruzar a pié. También añade, que debido a dicha invasión por mar se inician las evacuaciones de los reinos micénicos.
Esto provoca el desplazamiento de la defensa micénica a la periferia, lo que provoca el debilitamiento del sistema palacial micénico, debilidad aprovechada por los factores endógenos o exógenos, por lo que se puede suponer que hubo una rebelión interna en los grupos privilegiados.
Los finales de la Dark Age, estuvieron marcados por signos de recuperación, como por ejemplo el hecho de que la cerámica Protogeométrica Ateniense se desplaza al resto de los mercados del Egeo.
El siglo IX a.C. comienza la recuperación de la vida urbana, aunque es sin duda el siglo VIII a.C. en el que se recupera el uso de la escritura, adaptándose al alfabeto griego, que procede del alfabeto Fenicio.
Se recuperan las relaciones entre los pueblos situados en el Mar Egeo, cuya prosperidad provoca un aumento demográfico.
Aunque la situación política no cambia, ya que continúan los pequeños estados; pero lo que sí sucede es que las instituciones y la sociedad se hacen mucho más complejas.
Debido a todos estos factores, a mediados del siglo VIII a.C. surge el modelo que caracteriza a las Polis, que es el de apertura, dinamismo y autonomía política.
Es Importante mencionar que la ciudad-estado no fue creada por los griegos, ya que existían en el Próximo oriente, aunque fue la forma esencial de convivencia griega durante siglos.
Ya en los poemas homéricos aparece el término Polis, aunque se refiere a acrópolis, donde en un primer momento se situaba el palacio del rey, para después ser sustituido por la residencia del dios o diosa local.
Sin embargo, Hesíodo demanda los abusos de la nobleza, lo que implica la existencia de una comunidad política organizada, en la que los reyes fueron desplazados por los nobles.
Con todo esto, la obra de Hesíodo apunta a la existencia de una polis aristocrática.
La ciudad-estado se configuró a lo largo del siglo VIII a.C., y en dicha configuración intervinieron factores tales como, un aumento demográfico, que desbordó el marco de los “oikoi” que se basaban en lazos de parentesco; otro factor muy importante fue la fusión de aldeas, que anteriormente pertenecían a tribus, surgiendo así la Polis.
Se produjo también la integración del mundo urbano con el rural, lo que fue la base del nuevo sistema de organización política.
El sistema Polis se mantuvo durante todas las épocas griegas, y en buena parte del periodo Helenístico.
Dicho sistema se configuró primero en la península de Anatolia, después en las islas del Egeo, y la zona del litoral peninsular, desde donde pasó a la Grecia continental.
Este sistema se encargaba de organizar la vida de la comunidad, y mediante el cual se regulaban los derechos y deberes de los ciudadanos. Estaba constituido por un conjunto de ciudadanos, privilegiados y no privilegiados, y en el que residen personas no consideradas ciudadanos, y que no podían participar en la vida política.
La polis abarca la ciudad y los territorios contiguos, incluidos las aldeas, por lo que es identificada como un estado. (G.Bravo- Historia del Mundo Antiguo, una introducción crítica, página 188).
Dentro del área urbana aparecen subdivisiones o espacios, entre los que podemos destacar: el Ágora, que era el mercado urbano; la Acrópolis, que era el centro religioso; Lugares públicos, reservados a la residencia real y edificios institucionales como el Pritaneo y el Boulonterion; y por último, el área privada, que es donde encontramos las viviendas de los particulares.
Como mencionamos anteriormente, la polis abarcaba el territorio contiguo, denominado “Chora”, muy importante ya que sin él no podría existir la polis.
En el caso de Esparta, se anexionan el Peloponeso, en concreto las zonas de Laconia, Mesenia, Arcadia, constituyendo así un imperio.
Atenas, se anexionó la región Ática, mientras que ciudades del Istmo como Corinto, Mégora y Sicion, disputaron un territorio más pequeño.
Aunque se afirma que la expansión del territorio no fue un factor condicionante para la configuración de la polis, si que puede apreciarse que las polis con más Chora, tuvieron un mayor desarrollo, que constituyó la base económica de la polis.
En los límites de la Chora, se construían templos del dios característico de cada ciudad, para demarcar y demostrar a quien pertenecía dicho territorio.
En este momento, la necesidad de defensa, hizo que se reforzara el ejército con soldados autónomos, que pudieran costearse un equipamiento militar.
Después de la transición desde la Dark Age, entramos en la Época Arcaica.
En cuanto a la organización política, destacamos instituciones, dentro de la polis, como la asamblea, que se formaba por todos los ciudadanos con derechos políticos, que se encargaban de votar leyes o tomar decisiones que afectaban al resto de la comunidad; el Consejo, más común en regímenes cerrados, estaba constituido por un grupo de ancianos, que preparaban proyectos de ley, que debían ser votados en la asamblea.
Estos también elegían a los Magistrados o “Arcontes”, que se encargaban de la gestión pública de la comunidad, a la que a su vez tenía que rendir cuentas. También existían órganos especiales como el Aerópago ateniense, los Tribunales Pritanías, e instituciones federales de carácter religioso, como la Anfictionia, militares como Symmadria.
Dichas instituciones eran entre polis que aún conservaban su autonomía.
En cuanto a la economía, la tierra era la fuente de riqueza básica, aunque esta se fortalecía con las relaciones comerciales.
Dichas relaciones se hacían primero entre el Espacio Egeo, pero poco después alcanzaron las costas del Mar Negro y Egipto entre otros lugares, sobre todo en busca de metales.
Desde el siglo VIII a.C. comienza la expansión colonial a través del mar Adriatico, estableciendo puestos comerciales como Emporia y Apoileai, y también en las costas del sur de Asia.
Ya en el siglo VI a.C. se establecieron en Massalia, actual Marsella y Emporion, la actual Ampurias, controlando así las relaciones en el Mediterráneo, aunque no monopolizaron el comercio marítimo, debido a las evidencias encontradas de presencia fenicia. Más tarde surgieron tratado que regularon los derechos de comercio, que eran aplicados a embarcaciones extranjeras.
El comercio facilitaba a Grecia materias primas que no tenía, y a través de este realizaban intercambios de manufacturas y cerámicas.
Los beneficios del comercio generaron un nuevo grupo social, cuya riqueza no se basaba en la posesión de tierras. La presión social de estos hizo que las polis fueran más abiertas.
En estas circunstancias surge la moneda, concretamente a principios del s VI a.C. y en el Espacio Egeco.
Esta se difundió primero por las islas y ciudades costeras, como Eubea y Corinto, para más tarde difundirse por la Grecia peninsular y continental, gracias a los Jonios.
La moneda de esta época constaba de un sello con el nombre de la polis emisora y que garantizaba el valor oficial.
El sistema de la polis entró en crisis en el siglo VIII a.C. aproximadamente, debido entre otros factores a la escasez de tierras, lo que a su vez fue una de las causas de la expansión colonial, que va desde el siglo anteriormente citado hasta la época clásica. En La primera fase, participaron en el proceso colonizador islas y ciudades costeras del istmo de Corinto.
A parte, la escasez de las tierras se agudiza con el aumento demográfico que se produce en la época.
A su vez las pocas tierras eran demandadas, a pesar de estar en manos de la aristocracia, lo que generaba pobreza dentro del campesinado. Por esto tuvo que producirse un reparto de tierras a los campesinos, que vino bien ya que era requisito importante para acceder a la ciudadanía.
Debido a lo expuesto anteriormente, las expediciones coloniales eran agrícolas y comerciales, y estaban comandadas por los aristócratas.
Se establecieron colonias en la costa de Asia para extraer metales como Emporia, Al-Mina en Siria, y metales procedentes de minas como Antitano y Armenia. De todo esto podemos deducir que otra causa de la expansión colonial fue la escasez de metales.
La colonización se inicia en el año 775 a.C., siendo Pitecusas (Isquia) el primer asentamiento colonial; en el área Tirrenica los griegos encontraron mejores condiciones para el asentamiento que en la zona de Propóntide y Calcídica.
Estos no seguían un patrón de asentamiento, ya que las primeras colonias se establecieron lejos de Grecia, mientras que las colonias más modernas se establecieron cerca de Grecia.
Aunque si sabemos con certeza, que los emplazamientos primitivos fueron costeros, ya que debido a los accidentes naturales era difícil acceder por tierra.
Esto entra en contradicción con la necesidad de tierra, por lo que los asentamientos fueron trasladados hacia el interior.
También sabemos que tuvieron preferencia por las islas y las penínsulas, como Córcega, Sicilia, y Potidea (Calcídica), y por supuesto que fueran tierras sin oposición de los pueblos locales.
En un primer momento, las colonias mantienen mucho más contacto con la ciudad promotora que con el resto de polis. Aunque poco después, las colonias se asociaron, para defender intereses comunes, contra la ciudad originaria; aunque generalmente las relaciones eran de amistan, reconociendo incluso el derecho de doble ciudadanía.
En el periodo de formación de las polis surge un grupo de familias que se atribuye el derecho al control político, más conocidos como “Basileis”; forma de gobierno muy común en Grecia hasta el siglo VII a.C., que con el tiempo se atribuye el derecho de cargo hereditário.
Aunque a partir del siglo VII a.C. la monarquía es remplazada por la aristocracia, de forma pacífica o de forma violenta, según el lugar.
Los aristócratas reclamaban también, que eran descendientes con pasado heroico que tenían origen mítico o divino.
En este momento, la posesión de la tierra era un requisito imprescindible, para el acceso a la ciudadanía, y por tanto la participación en el gobierno.
También es un momento en el que la Tiranía se convierte en la alternativa para controlar el gobierno. Según la República platónica, la Tiranía era la degeneración de la monarquía, y aunque rey y tirano reciben el mismo poder absoluto, se diferencia en que el primero lo ejercita bajo el Nomos y el segundo lo ejercita aprovechándose de sus súbditos.
Aunque hay que decir también que los tiranos acumulaban todo tipo de atribuciones de poder, aunque no consiguieron imponerse por las armas.
Estos son miembros de la aristocracia, que previamente controlaba una parte del poder de alguna magistratura mediante el ejército, como Archón de Demos, es decir, desempeñando cargos militares como “polemarca”. Desde aquí, el tirano aprovechaba el descontento popular contra la aristocracia y la inestabilidad política, para imponerse a sus rivales con las herramientas del Demos. Y para tener contentos a todos, atiende a las peticiones de privilegios de los Kakoi y a la población urbana no propietaria que aspira a la ciudadanía.
Una vez el tirano se convierte en gobernante, este se dedica a dictar justicia, a otorgar la ciudadanía, a confiscar propiedades, a liberar deudas , a redistribuir tierras… también promovieron fundaciones coloniales, emprendían programas de obras públicas…
En cuanto al contexto económico, las reformas sociales realizadas por el tirano eran acordes a la situación de colonialismo de las polis.
Este nuevo régimen aparece sobretodo en ciudades con un comercio desarrollado como Corinto, Mégara, Naxos, Lesbos…, y con gran expansión colonial, lo que provoca la desigualdad del desarrollo social y de las riquezas.
Surgen por lo tanto nuevos grupos económicos, que no estaban integrados a la polis, por lo que reclamaron los privilegios políticos correspondientes a su posición económica.
La aristocracia basaba su poder en la concentración de la propiedad de la tierra. Con el comercio y la colonización se generaron beneficios que crearon nuevas formas de riqueza, por lo que los ciudadanos no pertenecientes a la “Guene” reclamaron el acceso a las magistraturas, ya que al ser sectores acomodados urbanos ellos también tenían derecho a la ciudadanía.
El “demos” demostró a los aristócratas que deberían contar con el apoyo popular para controlar la vida política.
Concretando casos, un gran ejemplo de tiranía que se convierte en oligarquía es la polis de Esparta.
La polis de Esparta, que es de origen Dorio, estaba formada por tres tribus, los Hylleis, los Dymones y los Pomphiloi. Con el tiempo, estas tribus controlaron el poder, aunque más tarde un de ellas fue relegada del mando provocando una configuración en el poder, más conocida como Diarquía.
Es en el preciso momento, en el que Esparta conquista, a finales del siglo VII a.C., el sur del Peloponeso y a finales del siglo VI a.C. la Arcadia, ampliando la base económica del estado. Así se consolida el régimen oligárquico que sirvió de freno a las ambiciones de las familias que heredaban la realeza espartana; aunque el poder no se transmitía de forma dinástica sino que era electivo entre miembros de las familias que podían aspirar a la realeza. Este sistema fue conocido como la Diarquía, que implica la existencia de un poder compartido, aunque sólo uno de ellos manejaba el ejército.
El poder monárquico tenía carácter de magistratura, suprema en el ámbito militar, aunque honorífica en otros aspectos. En esta el poder no era vitalicio, por lo que uno de los dos reyes podía ser destituido si realizaba una mala función. Estos eran controlados por la asamblea, que le hacía jurar el acatamiento de las leyes, a cambio respetando la autoridad real, surgiendo así el equilibrio político.
Otros factores a destacar fueron, la creación del ejercito hoplítico de tierra, y aunque tuvieran una flota débil esta era completada con unidades de Naxos y Samos.
Debido a esto surge un estado militarmente reforzado, que se alimentaba o era integrado por poblaciones dominadas.
En este estado, sólo los Espartiatas tenían el derecho a la propiedad; por lo que los ciudadanos sin derecho podían participar en el ejército, en la construcción de obras públicas y podían asistir a las asambleas.
Dicha asamblea era controlada por miembros de los que se extraían reyes, magistrados, miembros vitalicios… o Gerusía.
Un personaje importante a destacar es Licurgo, que fue legislador durante el siglo VII a.C. y artífice de la constitución espartana “la Retra”.
Esta recoge las recomendaciones del oráculo délfico y fueron confiadas a licurgo para que se pusieran en vigor entre los espartanos.
Entre estas recomendaciones destacamos: la organización de los Lacedemonios en tribus y obai (aldeas); el establecimiento de la Gerusía, con 30 ancianos incluidos los reyes y una asamblea de ciudadanos que tuviera plena autoridad, ya que los gerontes y reyes debían atenerse a sus decisiones.
En cuanto al sistema social, fue el resultado de la combinación de tres estructuras, la primera fue la política, integrada por los pocos ciudadanos que había. Estos tenían una jerarquización interna que se dividía en Reyes, Éforos, Gerontes, Damos…
La segunda es la estructura militar y económica, por ejemplo los Hippeis que secundaban al rey, los Hoplitas, que eran el grueso del ejercito, dividido a su vez en Espartíatas y periecos. Estos realizaban funciones militares a cambio de que los Iliotas o semiesclavos trabajaran sus tierras.
Y por última, la estructura social, con un alto componente de estructura ritual, con lo que cada ciudadano estaba obligado a mantener el sistema público común como la educación, la asamblea, el ejercito…
Con la combinación de estas 3 estructuras se completa el sistema espartano militarista.
En esta sociedad había 3 grupos sociales fundamentales, los Espartíatas, que eran ciudadanos plenos; estos procedían de Laconia. Los periecos, que eran ciudadanos con derechos restringidos, estos procedían de regiones diversas, como laconia, mesenias, arcadia… y por último los Ilotas que no eran ciudadanos y eran obligados a explotar las tierras de los espartíatas.
En cuanto al caso Ateniense el paso a la democracia estaba relacionado con una posible unificación territorial. En este momento, algunas ciudades aceptaron el liderazgo de Atenas, a cambio del establecimiento de un consejo común de “Aristoi” integrado por representantes de las familias nobles.
Debido a esto, se produce el paso de la monarquía a la aritocracia.
A partir de este momento, el clan aristocrático se reparte las funciones militares, judiciales y religiosas, aunque es el monarca el que mantiene el control de los cultos. Una de las diferencias que se establece entre magistratura y autoridad real era en la duración del cargo.
En un primer momento, los magistrados sustituyen al rey en las funciones anteriormente mencionadas, aunque estos conservan el carácter vitalicio del poder monárquico. Más tarde se establece en estos cargos un límite temporal de 10 años, aunque finalmente se convierten en cargos anuales. En el caso del Arconte, privó al rey de la facultad de nombrar el año, por lo que se pasa del cómputo de años reales al de años de arcontado.
El paso decisivo de este cambio se produce cuando el Polemarco usurpa al rey el titulo del jefe del ejército, produciéndose así la desmembración del poder real, que es sustituido por el régimen de los Aristoi. Aunque este es un proceso lento que encontró su culmen entre los siglos VIII y VI a.C.
Atenas actuó como elemento de cohesión entre los habitantes de la costa, llanura y montaña, los que residían en ciudad y los de campo, participando todos ellos como ciudadanos de la polis.
Aunque es importante mencionar que Atenas no participó en la 1ª fase, y también que aun no conoció la implantación de las tiranías, aunque esto sucedería más tarde.
Cuando se suma al movimiento colonizador, las familias nobles promueven reformas económicas y sociales.
La última década del siglo VI a.C., conocida como época de los legisladores, se extiende hasta el arcontado de Solón. Concretamente desde el 640 a.C. existe el Colegio del Arcontado, con 3 jefes políticos, el Polemarco, el Basileus y el arconte epónimo; y 6 legisladores, elegidos anualmente, que se encargaban de impartir justicia.
Entre los años 630 - 632 a.C. aproximadamente, Ciclón intentó imponer una tiranía en Atenas, aprovechando el descontento popular. Este tomó la acropolis, aunque debido a la presencia de soldados megarenses que le impidieron la maniobra, fracasó.
En el año 621 a.C. se produce la codificación de leyes de Dracón, probablemente uno de los 6 “Thesmothetai”. Este introdujo en la regulación penal el supuesto de intencionalidad, diferenciando así el homicidio involuntario del voluntario.
Esta regulación protege al individuo quedando prohibida la venganza por parte de los aristócratas. Además el estado intervendría en las luchas entre facciones de la aristocracia, impidiendo o favoreciendo la extinción de algunas de las familias importantes.
Más tarde, se estableció la Seisachtheia de Solón; este fue arconte del 594 a.C., y primer personaje político importante, considerado uno de los 7 sabios de Grecia.
Entre sus reformas y las de Pisistratidas, se implantó la tiranía que dio paso a la democracia.
Solón pertenecía a la nobleza, y es considerado el fundador de la democracia, aunque sus reformas políticas y sociales, se corresponden con los principios de un régimen Timocrático, en el que el honor de los ciudadanos se adecuaba según su capacidad económica.
Este liberó tierras y ciudadanos pobres de la esclavitud, aboliendo también la esclavitud por deudas y por supuesto, aquellos cargos públicos y privados que abocaban esta situación.
En cuanto a las reformas económicas, este adopto el patrón ponderal corintio de las monedas; promovió el cultivo del viñedo y del olivo, con vistas a la exportación de aceite; y redujo al máximo la importación de cereales para instaurar un régimen autárquico.
Con estas reformas consiguió que los productos atenienses desplazaran a los corintios de los mercados orientales y occidentales; y que Atenas se convirtiera en un centro comercial del Egeo, alimentado por una creciente industria.
En cuanto a las reformas sociales, estableció la división de la ciudadanía por clases, en base a su renta anual.
Primero los Pentakosiome, con una renta de 500 dimnoi y con una categoría política plena. Segundo los Hippeis, con una renta de 300 dimnoi y con categoría política de Arcontado, tras estos aparecen los Zeugitas, con una renta de 200 dimnoi y que tienen derecho a cargos políticos menores, y por último los Thetes, con una renta inferior a 200 dimnoi sin derecho a ocupar cargos políticos.
En esta sociedad no todos poseían tierras, sino que la riqueza era medida por el estado en grano, aceite y vino.
Esto era aplicado a los Thetes, que solo podían asistir a la Ecclesia y prestar apoyo militar al Estado.
Tras esto se proclama la tiranía de Pisístrato. Esta surge cuando las reformas solonianas provocan el descontento de la ciudadanía, ya que los eupatridas vieron sus intereses económicos y políticos afectados, mientras que las clases bajas no recibieron el reparto de la tierra.
En este momento se produjo una situación de inestabilidad política y social, las dos primeras décadas del siglo VI a.C. en la que un arconte prolonga 1 año más su mandato de forma anticonstitucional.
Lógicamente fue expulsado, en el 2º mes de 2º año de mandato, estableciéndose para el resto del año un colegio de 10 arcontes, con una composición eventual, y que representa supuestamente a todos los sectores de la sociedad, aunque se duda que los campesinos participaran, por lo que en realidad representaba a los intereses de un determinado grupo social.
Esta fue una época de estabilidad política durante más de 20 años.
10 años más tarde, los aristócratas buscaron el apoyo en la ciudadanía, defendiendo sus intereses particulares frente a otras facciones, constituyéndose dos partidos.
Aparece uno liderado por Licurgo, que defendía los intereses de la nobleza terrateniente; otro liderado por Megacles, que agrupaba a los ciudadanos de la costa y al sector artesanal y comercial de Atenas.
También aparece una tercera facción que se unió a Pisístrato, que agrupaba a los habitantes de la colina y a los campesinos del interior, según Herodoto, no vinculados con la democracia ateniense.
Pisistrato en el año 561, con ayuda de parte del demos, ocupó la acropolis, con intención de imponer una tiranía, aunque tuvo que desistir del intento abandonando Atenas, porque los otros 2 líderes se unieron en coalición (Licurgo y Megacles)
Con el tiempo y debido a la enemistad entre Megacles y Licurgo, Pisistrato fue reclamando de nuevo para imponer la tiranía, aunque otra vez tuvo que huir de Atenas 10 años.
En el destierro, estuvo en la costa de Tracia, donde reclutó un ejército de mercenarios, que desembarcó en el Ática en 546 a.C. dispuesto a imponerse estableciendo una tiranía. Dentro de Atenas recibió apoyo de los campesinos del interior, a los que recompensó con tierras expropiadas.
En este nuevo régimen se afianzo el monocultivo, proporcionó prestamos de bajo interés a los agricultores, importó trigo de las tierras del Mar Negro; intensificó las relaciones comerciales de Atenas en el Egeo, favoreciendo el desarrollo de la artesanía e industria local. Comenzaron a explotarse las minas de Tracia, y se realizo un ambicioso programa de obras públicas como el templo de Atenea Parthenos y la columnata de acceso a la acropolis; el Templo de Zeus en Olimpia y el de Apolo pítico.
A la muerte de pisistrato en el 527 a.C. se inicia una etapa gobernada por arcontes, que eran sus hijos, Hipías e Hiparco, con otros miembros de familias aristocráticas, que impidieron el mantenimiento de la tiranía.
En el año 514 a.C. Hiparco fue asesinado por Harmonio y Aristogiton, más conocidos como los tiranicidas, que fueron exaltados como libertadores.
En el 511 a.C. intervino Esparta contra los Pisístratoos, y en este momento Hipias huyó a Asia menor. Por esto, Atenas recuperó la normalidad constitucional, preparándose el camino hacia la democracia.
Tras la caída de la tiranía se estableció una situación confusa, desde el punto de vista político y social, que denominamos Régimen Isonómico de Clístenes.
Según el manual “El Mundo Griego Antiguo” de Françoise Ruzé, los Lacedemonios, conducidos por Cleómenes I, expulsaron al tirano, ayudados por los aristócratas exiliados y los Almeonidas. Tras esto se impuso un régimen oligárquico, con una corporación de 300 ciudadanos, exiliándose 700 familias del régimen tiránico, ya que influyeron factores como la influencia espartana en el poder y la tentación que suponía el programa democrático de Iságoras, lo que provocaron la salida de los expartanos, retornando así los exiliados contrarios a la tiranía.
Según Herodoto V66 y 69, y Aristóteles, “constitución ateniense XX y 55” el pueblo se acostumbró a obedecer a un único poder, el tirano, y que con su fin los aristócratas recuperaron el poder. En este momento Clístenes creó instituciones que relegaban las antiguas agrupaciones a fundaciones civiles.
En el Demos, que equivale al municipio actual, probablemente había un centenar de ellos, estaban integrados por un número similar de ciudadanos.
Estos Demos eran centro de una democracia local, cuya importancia es el uso del Demótico.
Este se distribuía entre 10 tribus, que sustituyeron a las 4 jónias, que sirvió de marco al conjunto de las instituciones políticas que tenían que tener el mismo número de ciudadanos, que representaban a la población.
Para lograr este fin, el territorio ateniense se dividió en 3 tipose de comarcas, en primer lugar la ciudad, que incluía la llanura ateniense y la costa a ambos lados del Pireo; en segundo lugar el litoral, aunque podría adentrarse la comarca bastante tierra al interior; Y en tercer y último lugar, el interior.
Estas provincias eran ocupadas por las tribus o tritios, por lo que desaparece la posibilidad de reconstrucción del poder local, debido a esto hubo enfrentamientos en el siglo V. Los tritios se repartían los grupos religiosos.
En cuanto a las consecuencias que se reflejaron en este sistema, se estableció el consejo de los 500 bouleutas, que se encargaban de preparar las sesiones de la asamblea. Dicho consejo sirvió como comité administrativo central de la ciudad, vigilando a los magistrados y juzgando las infracciones, dentro del marco legal de 500 Dragmas.
Pero para agilizar el sistema este consejo dejo de trabajar en pleno, para funcionar 50 miembros de la tribu.
En este sistema las magistraturas se impusieron según el sistema decimal compuesto por 9 arcontes, y 10 estrategas, que se elegían en la asamblea.
En cuanto a las reformas, permitieron introducir la isonomía, que consiste en la igualdad por la ley y ante esta, en la vida política.
En la asamblea los ciudadanos gozaban del voto por igual, aunque solo funcionaba así para un restringido grupo de personas.
La novedad clisténica estaba en aplicar este principio a todo el pueblo, aunque esta no cernía ni a mujeres ni a esclavos, creándose así la democracia.
Este régimen se estableció paulatinamente, ya que hubo instituciones como las Fratrias que perduraron mucho tiempo.
Se estableció el Ostracismo, que era una institución que protegía a la joven democracia, contra la influencia personal o la amenaza del retorno de la tiranía.
Es importante destacar que en este momento se desarrollaron las Guerras Médicas.
Se dio una situación en la que en varias polis, los tiranos locales estaban instalados por los persas, sobre todo por la parte jónia.
Debido a la revuelta del 499 a.C., en la que Aristágoras, tirano de Mileto secuestrado en la corte de Darío, renunció a su poder de tirano, proclamando la isonomía, aumentaron las preocupaciones de una guerra. Por esto se reunió la Liga para pedir ayuda a las ciudades del continente, aunque estas no mostraron interés alguno.
En el 498 a.C. los persas tomaron la ciudad de Sordes, siendo los griegos vencidos en Éfeso, debido a que no se organizaron; los atenienses volvieron a su ciudad, mientras que los jonios se atrincheraron para defenderse en sus ciudades.
En el año 494 a.C., Darío mandó una expedición de sumisión y tomo la ciudad de Mileto; otorgó a las ciudades jonias tratados económicos.
Ya en el año 490 a.C. los persas sometieron a las islas y se apoderaron de Eretria en Eubea.
Desembarcaron al norte de Maratón, desencadenándose la Batalla de Maratón, en la que los griegos resistieron los ataques. En esta los persas embarcaron de noche para realizar un ataque por sorpresa, aunque la rapidez de los griegos hizo que ganaran el combate.
Pero los griegos estaban sumidos en combates internos, aunque en el verano del 481 a.C. los griegos se reunieron en el istmo y aceptaron el mando de las tropas aliadas por parte de Esparta.
Un año más tarde, Jerges atacó con un gran ejército en el paso de las Termópilas, aunque los griegos resistieron. Pero el intento de ataque por la espalda por parte de los persas, hizo que Leónidas enviara a gran parte del ejército a la retaguardia, quedándose con un millar de soldados para hacer frente.
Desde la retaguardia se preparó la batalla naval de Salamina, en la que los griegos empujaron a los barcos persas hacia una zona estrecha para los remos de sus barcos, y donde les causaron miles de bajas.
Esto hizo que los persas retrocedieran hacia asia para establecer los cuarteles de invierno.
En el año 479, Mardonio invadió el Ática donde se produjeron 3 semanas de combates, hasta que finalmente se retiraron los persas. Mardonio murió en el combate.
Después de la retirada, las islas quedaron liberadas, por lo que la guerra terminó.
En esta guerra, gracias a Temístocles, se asentó en poderío marítimo ateniense y su desarrollo democrático, este promovió también la construcción del nuevo Pireo, por lo que nacería una ciudad moderna y funcional.
La gran novedad fue el plano urbano, en el que se yuxtaponen barrios coherentemente, aparecen zonas comerciales, para actividades políticas y religiosas.
Tras la batalla de Maratón, las familias aristócratas seguían disputándose el poder, entre ellos se enfrentaban Jantipo, Pisistrátidas, Aristicles y Temístocles.
En este momento se realizaron las primeras elecciones de ostracismo, que exiliaron a las familias de aristócratas adversarias de la política de Temístocles, ya que este influyó en la reforma de arcontado.
Este régimen se consolidó en una situación en el que los jefes aristócratas eran rivales, y en el que debido a las circunstancias de la guerra, unos ciudadanos eran evacuados mientras que otros eran entrenados para el combate.
En este momento las instituciones no solamente funcionaron sino que se fortalecieron, incluido el prestigio de Aerópago. Este después de la guerra estuvo junto a los aristócratas conservadores o moderados, que dirigieron la ciudad hasta que Efialtes emprendió reformas decisivas en el sistema.
En esta etapa, la ciudad confiaba a un ciudadano rico la responsabilidad financiera y gerencial, más conocida como Liturgia, que se dividía en Coregia y Trierarquía.
En cuanto a la situación de Atenas, esta es diferente respecto de las otras polis del mundo griego. En este momento, Esparta no dio el apoyo que se esperaba ya que estaba centrada en la seguridad de istmo.
A pesar de las victorias, la guerra deterioró las relaciones entre ambas polis, ya que Atenas iba expandiéndose amenazando la hegemonía de Esparta. Por esto podemos dilucidar que las Guerras Médicas marcaron un giro en las relaciones internas griegas.
Mediante este desarrollo hemos ido entrando en materia de la historia griega para, paulatinamente, llegar a un desarrollo más deductivo; este es la historia de la democracia ateniense. Esta información es recogida sobretodo del libro que lleva el mismo nombre del tema, de la autora Claude Mossé.
Comenzamos con el siglo de Pericles, y concretamente describiendo quien es Pericles.
Este es un personaje muy importante en la vida política de Atenas, pertenecía a una familia aristocrática que como mencionamos anteriormente, monopolizaban los cargos importantes.
Pericles se ganó al pueblo dando de comer a los necesitados, vistiendo a los ancianos y quitando las cercas de sus posesiones para que estos comieran los frutos que había dentro de las mismas. Debido a esto, y aconsejado por Daimónides, repartió los caudales públicos.
Pericles siempre estaba rodeado de hombres de pensamiento, ya que fue discípulo de Zenón de Elea y de Anaxágoras. Su doctrina política no fue otra que la democracia, siendo su autoridad de tal magnitud que tomaba todas las decisiones importantes.
En este momento, el papel del demos era tal que el pueblo era soberano, lógicamente dentro de unos límites. Estos se reunian en la Asamblea, que en este momento estableció las reglas estrictas sobre su periodicidad y la manera de introducir los proyectos de decretos, entre otras.
También precisaron las atribuciones de la bulé de los 500 y el riguroso control sobre la magistratura pública, y su toma de posesión por medio de la Dokimasía.
La época de Pericles es de relativo equilibrio social; en esta se da un crecimiento de la población, debido a razones naturales, y por supuesto debido a la facilidad con la que los extranjeros se integraban en ciudades.
Para poner fin a esta situación, en el 451 se aprobó el decreto que reservaba la cualidad del ciudadano ateniense, que debían ser hijos de ciudadanos. Así se limitaron las ventajas que iban unidas a la ciudadanía.
Hubo también un gran desarrollo de la industria cerámica y de las explotaciones mineras, aunque en la Atenas del siglo V a.C. no hubo clase comerciante.
En cuanto a la colonización, debemos distinguir las Cleruquías que eran guarniciones temporales de Hoplitas, enviados a una ciudad aliada rebelde para su vigilancia. Por esto, la colonización, no era un medio para resolver las dificultades, sino que formaba parte de un programa político y militar.
Podemos hablar de un verdadero imperio ateniense, ya que el dominio que ejerce sobre el Egeo era el elemento decisivo del equilibrio social.
La manumisión del Egeo permitía asegurar a los atenienses el abastecimiento de cereales. El crecimiento de la población iba en paralelo al crecimiento de las necesidades, por lo que Atenas importaba más de la mitad de trigo que consumía.
Aunque el equilibrio social que permitía el funcionamiento de la democracia se realiza gracias al dominio ejercido sobre el mundo Egeo mediante la liga de Delos.
Este dominio paso de ser de Alianza a sumisión, debido al control que ejerció Atenas como por ejemplo la creación de los episcoi o inpectores, o las guarniciones del ejército ateniense; aparte que obligó a los “aliados” a tomar su moneda, sistema de medidas y a pasar todos los casos jurídicos por el tribunal ateniense. Esta moneda permitió a Atenas, debido a su alto contenido en plata, que se hiciera con todos los productos indispensables.
El desarrollo del Pireo fue posible gracias a este dominio económico.
En esta etapa, los navíos depositaban su cargamento en el Pireo, seguros de encontrar compradores y de dar salida a su mercancía a cambio de una moneda de buena ley que se cotizaba en todas partes “Las Lechuzas”; mientras que los atenienses tenían necesidad de obtener materias primas como cereales, metales, madera de construcción para barcos…
En este periodo Atenas fue considerada la escuela de Grecia, en dos campos, en el pensamiento especulativo, que sólo interesó a una pequeña parte de los atenienses, sobre todo cercanos a Pericles; y en el campo religioso.
De este aspecto religioso forman parte el teatro y los templos, al igual que las grandes fiestas en honor a Atenea o de Dionisos que junto con la actividad política constituían el aspecto esencial de la vida de los atenienses del siglo V. por esto los habitantes de la ciudad, estaban habituados a oír a oradores, por lo que eran más sensibles a la magia de la palabra; estos participaban en las grandes procesiones y en los juegos que manifestaban su devoción con los dioses.
Todo este sistema, que parecía perfecto, entro en una fase de inestabilidad que desembocó en una guerra, la del Peloponeso. A lo largo de la historia se ha considerado a Pericles como el origen de la guerra, debido al imperialismo ateniense, aunque hay que destacar que esta guerra entraba en la lógica de su política, ya que la democracia ateniense estaba condicionada al mantenimiento del imperio; por lo que consideraban que cualquier amenaza contra el imperio, era una amenaza directa contra el régimen.
La guerra comenzó por un doble conflicto, que opuso a atenienses y corintios, ya que la colonia de Corcira ya no estaba tan unida a su metrópolis Corintia. Esta colonia aprovechó el conflicto para pedir ayuda a Atenas. Otro ejemplo fue también el de Potidea, colonia corintia y polis tributaria de Atenas, que fue obligada a romper la estrecha relación que tenía con su metrópoli. Los intereses que había detrás de este conflicto, no eran más que el simple expansionismo ateniense, y algún recurso que le interesara de la zona, para así no tener que comerciar con los Corintios, obteniéndolo directamente.
Dicho conflicto entre polis de la Liga Atico-Delica, hizo que Grecia entrara en estado de guerra, ya que Corinto pidió ayuda a Esparta, que no vio con buenos ojos el poderío ateniense. Los espartanos simplemente querían limitar el poder ateniense, por lo que puso en contra de esta polis a sus antiguas enemigas: Egina y Megara.
Esto fue conocido como la Primera Guerra del Peloponeso, que finalizó en el año 445 a.C. aunque los rencores de las grandes polis seguían en vigencia.
Desde este momento, surgen dos “bandos”, el de los seguidores de Pericles, y el de los detractores, que consideran el sistema espartano, un modelo que debía importarse para Atenas; aunque los corintios acusaron a Esparta de ser demasiado débiles.
Tras esto, Esparta envió a Atenas dos embajadas, la primera exigía que Pericles fuese castigado por el sacrilegio cometido por su familia contra la diosa, iniciado por Megacles en la conspiración de Ciclón, y que provocó la condena de toda esta familia, los Alcmeónidas. Resucitar este antiguo reproche era un medio de desacreditar a Pericles.
En la segunda embajada, los Lacedemonios exigieron que los atenienses debían: levantar el sitio de Potidea, conceder la independencia a Egina y abolir el decreto recién adoptado contra los megarenses.
En este momento Pericles rechaza el ultimátum ya que cree que Atenas sería superior en el combate, sobre todo con su táctica que consistía en llevar la guerra al Mar, defendiendo exclusivamente la ciudad y el Pireo; La guerra del Peloponeso (431-404 a.C. aprox) había comenzado.
Debido a esto, se produjo un éxodo interno, en el que los habitantes del territorio Ático se trasladaron a Atenas, hasta tal punto, que muchas de estas migraciones se transportaron desde Atenas a Eubea y a las islas cercanas. Mientras que los peloponesios evacuaban el Ática, el ejército ateniense arrasaba con la Megárida consolidando sus posiciones. Al verano siguiente, los peloponesios volvieron al Ática, momento en el que estalló una epidemia de Peste que acabó con la vida de un cuarto de la población de Atenas. Esta situación se agravó más porque los habitantes del campo, al no tener casa, se refugiaban en la ciudad, lo que provocó una rápida expansión de la enfermedad.
Mientras tanto la guerra continuaba, y en Atenas estaban cada vez más en contra de Pericles y de la guerra, aunque este les convenció para que no capitularan. Aun así el discípulo de Anaxagoras tuvo que rendir cuentas ante el Demos y fue castigado con una gran multa; aun así, y debido a su gran influencia sobre el Demos, este fue re-elegido estratego.
Poco después Pericles murió víctima de la epidemia, y aun se le recuerda como el que estableció una democracia sólida en Atenas, y como fundador del poderío marítimo de la ciudad.
Tas su muerte, la guerra continuaba, es decir seguían produciéndose invasiones en las que arrasaban periódicamente el Ática, motivo por el cual, los aliados de Atenas iban retirándose. Un caso concreto fue el de la isla de Lesbos, que combatió con Atenas; tras esto una flota de 100 navíos sitio Mitilene, y estos se aliaron con los espartanos para que les liberaran del Imperio.
En este momento, se inicia una sucesión en la cabeza del Partido Democrático, siendo Lisicletes el sucesor, aunque dejó su lugar a un hombre con mayor popularidad, Cleón el curtidor.
Cleón comienza a demostrar su autoridad en el momento de la rendición de Mitilene. En un primer momento la asamblea decidió el destino de los Lesbianos, que no fue otro que el de la muerte a todos los hombres adultos, usando a las mujeres y a los niños como esclavos. Aunque tras otra reunión de la asamblea, un orador, Diodoto, mostró a los atenienses que no se debe confundir al Demos, con los responsables de la deserción. Dicha propuesta obtuvo una gran mayoría por lo que los de Militene se salvaron y así Atenas ganó la popularidad de las ciudades aliadas, consiguiendo también que estas se pusieran en contra de los espartanos.
El hundimiento de la rebelión de Mitilene marcó un giro en la guerra, convirtiéndose en una lucha entre dos ideologías políticas, la Democracia ateniense, amada por las clases populares de todas las polis; y por otro lado la Oligarquía espartana, sostén de las familias nobles. Así se acabó con el equilibro del mundo griego; en el que los Lacedemonios atacaban anualmente el Ática, mientras tanto los atenienses cruzaban la costa del Peloponeso para realizar ataques rápidos o Razzias.
En el año 425 Demóstenes decidió invadir la polis de Pilos, para construir después una fortificación, mientras que los espartanos acampaban en el Ática.
En este momento se produjo un recrudecimiento de la epidemia, cobrándose nuevas víctimas; y Brasidas, rey de Esparta, con su ejército se asantó en Tracia y sitió Anfípolis, polis defendida por el estratego Eucles, sostenido por una flota que cruzaba Tasos bajo el mando de Tucídides el historiador. Esta fue una grave derrota para Atenas, por lo que se condenó a Tucídides al exilio. Tras esto, Cleón se aproximó con un ejército a Anfípolis para recuperarla, aunque las consecuencias de este combate fue la muerte de Basidas y Cleón, lo que forzó una tregua o lo que es lo mismo, una paz para 50 años, según la cual, atenienses y lacedemonios se restituían recíprocamente los territorios conquistados, entre ellos Anfípolis.
El pretexto para la ruptura del tratado fue la expedición ateniense a Sicilia, aunque hubo también desacuerdos en el seno del Demos, que se irán agravando, hasta el punto en que se llega a cuestionar el régimen democrático.
Por un lado estaban los partidarios de la paz, que no eran otros que la masa de habitantes del campo, para quienes los 10 años de guerra fueron penosos.
Frente a estos estaba el Demos urbano, que eran partidarios de la guerra. Hay que añadir que la masa de los Testes no encontraba en la paz las mismas ventajas que los campesinos propietarios, ya que para ellos la guerra significaba un salario regular, por lo que cualquiera que les sedujera con una expedición fácil vería que estarían dispuestos a seguirlos.
Aunque los acontecimientos dieron la razón a las personas que no creían en la paz ni en se fiaban de los Lacedemonios.
En este momento de tregua, los espartanos no devolvieron Anfípolis y negociaban con los Beocios que eran enemigos de los atenienses. En este momento Alcíbiades, pariente de Pericles y discípulo de Sócrates, se vio obligado a interrumpir la paz.
Se produjo una alianza entre Argos y Atenas, lo que constituyó un pretexto de rivalidad entre Nicias, aliada de los lacedemonios, y Alcibíades. Se produjeron luchas civiles en Argos ya que el pueblo apoyaba la unión con Atenas, mientras que los notables preferían acercarse a Esparta.
Los atenienses estaban interesados por Sicilia desde el comienzo de la guerra, ya que la colonia principal, Siracusa, era de origen corintio, quienes eran los principales enemigos de Atenas. El pretexto de la intervención en la isla fue la llamada de los Segesta, y para ayudar contra la colonia a los Leontinoi.
Desde este momento sale una expedición hacia Sicilia, comandada por Alcibíades, Nicias, que no vió provechosa dicha expedición y Lámarco.
Esta partió a mediadios del verano del año 415, aunque los detractores de esta, tiempo antes de su partida destrozaron los bustos de piedra de los Hermes. El nombre de Alcibíades fue mencionado por un esclavo en las investigaciones, por los que recibió la orden de abandonar el mando y volver a Atenas para compadecer ante los jueces, aunque huyó al Peloponeso.
Mientras tanto, los siracusanos resistieron al asalto ateniense y recibieron ayuda de esparta, por lo que los Atenienses fueron vencidos y hechos prisioneros.
La consecuencia de todo esto fue la vuelta a la guerra, muy criticada por la opinión pública ateniense. En este momento, los espartanos con el rey Agis al frente, penetraron en el Ática, invadiendo la fortaleza de Decelia, donde establecieron una guarnición permanente. Debido a esto los atenienses se encontraron con todos sus recursos agotados.
Tras el anuncio del desastre de Sicilia, Atenas destinó todos sus recursos a la fabricación de una gran flota, por lo que la guerra se trasladó al Egeo. Los lacedemonios también siguieron esta decisión.
Es importante mencionar, que únicamente Samos, donde tomo el poder el Demos, apoyó incondicionalmente la flota Ateniense.
En estos momentos de incertidumbre, los enemigos de la democracia ateniense vieron la ocasión para destruir el régimen e instaurar la oligarquía, por lo que se produce la primera revolución oligárquica. Estos tenían un opinión hostil contra la guerra, aunque pretendían la hegemonía ateniense sobre el mundo griego; también realizaron una reforma constitucional que sustrajo la soberanía al demos y a sus oradores.
Realizaron una propaganda en la que reclamaban la vuelta a la patrios politeia ,es decir a la antigua constitución de Dracón o de Solón.
La excusa para actuar fue proporcionada por Alcibíades, que huyó a Turioi desde donde se traslado al Peloponeso, concretamente a Esparta; y Puede que fuera él quien incitó a Agis para tomar Decelia.
Pero este fue obligado a salir de Esparta porque fue el amante de la mujer de Agis, acabando junto a Tisafernes.
Alcibíades quería regresar a Atenas para seguir desempeñando el papel de gobernante. Este comenzó a separar a Tisafernes de la alianza espartana, pero sin acercarlo a los demócratas radicales atenienses; y a seducir a los atenienses con la ayuda del sátrapa a condición del establecimiento de un gobierno oligárquico.
Uno de los estrategos que estaba por Samos en aquel momento, concretamente fue Pisandro, regresó a Atenas para convencer al pueblo de la necesidad del retorno de Alcibíades, aceptando sus modificaciones del régimen aunque fueran provisionales.
Se inició por tanto el plan de Pisandro, que consistía en derrocar las democracias de ciudades aliadas, para después implantar un régimen oligárquico en Atenas.
En Atenas se asesinaron a seguidores de la democracia como Androcles, por lo que hubo un clima de terror en la polis.
A partir de este momento las cosas se desarrollaron muy rápido, sometiéndose en la asamblea un proyecto que venía a establecer una nueva constitución en la que se abolían los misthoi, se modificaban las condiciones de acceso a la magistratura y se sustituía la bulé de 500 por la de 400 elegidos por cooptación.
Dicha bulé se reservaba la elección de los 5000 ciudadanos a los que estaría reservado el disfrute de los derechos políticos plenos.
Los 400 instauraron un régimen de terror, encarcelando y deportando a sus opositores, lo que provocó una reacción en el ejército de Samos.
Los soldados y marineros atenienses, con Trasíbulo al frente, estaban vinculados a Alcibíades, al que indultaron de sus delitos anteriores; Alcibíades, junto con el ejército rebelde, vencieron a la flota peloponesa.
Estos hechos, intranquilizaron a los oligarcas de Atenas; aunque la situación externa era muy grave, ya que la flota peloponesa avanzaba hasta Salamina, amenazando con interrumpir las comunicaciones entre Atenas y Eube.
Este hecho llevó a improvisar un flota a toda prisa para hacer frente a los peloponesos, aunque fue un desastre, que precipitó la caída de los oligarcas, retornando así a las prácticas democráticas.
Al volver la democracia, volvió Alcibíades, por supuesto cubierto de gloria, por lo que fue elegido de nuevo estratega en el año 407 a.C. con su amigo Trasíbulo.
Aunque en este momento tuvo que justificar ante la asamblea las acusaciones realizadas contra él, tuvo que testimoniar su devoción contra las diosas.
A los cuatro meses de su retorno, volvió a partir con una flota para retener el avance de la flota peloponesa. Aunque fue un desastre, que provocó la destitución de los estrategas en funciones. Debido a esto Alcibíades decidió no volver más a Atenas, refugiándose en un terreno fortificado que poseía en Quersoneso.
Después de esto, la flota peloponesa con Calicrátidas al frente, asediaron Lesbos donde se encontraba parte de la flota ateniense, que recibió ayuda de una flota más de refuerzo, haciendo que la flota peloponesa capitulara, por lo que los atenienses salieron victoriosos de la batalla. Aun así se perdieron 25 naves atenienses, lo que les costó a los estrategas rendir cuentas de su misión. Finalmente fueron condenados a muerte y ejecutados.
En El final de la Guerra del Peloponeso, Atenas se vio obligada a tomar medidas extremas, como al fundición del las victorias de oro del tesoro de la diosa y se distribuyó a los pobres una asignación diaria de 2 óbolos.
El momento decisivo llegó cuando, Lisandro de nuevo al frente de la flota peloponesa, se enfrentaron en Egospótamos, donde la flota Ateniense quedó totalmente destruida.
Después de liberar a las ciudades del Helesponto de las guarniciones atenienses comenzó el camino hacia Atenas, mientras Pausanias reforzó el ejército de la guarnición de Agis en Decelia.
En el final de esta guerra, al contrario de lo que muchos helenos pensaban, los lacedemonios no esclavizaron a los Atenienses, debido a los grandes bienes que proporcionaron a la Hélade en momentos de mayores peligros, sino que se conformaron con la destrucción de los Muros Largos y del Pireo; con la entrega de todas las naves, excepto 12; de que admitiesen a los desterrados y de que tuvieran los mismos amigos y enemigos.
Así se desplomó el poderío ateniense, tras una guerra de más de un cuarto de siglo, aunque la ciudad salió arruinada y descompuesta.
En cuanto a la situación de después de la guerra, la democracia fue reinstaurada, aunque se iba a enfrentar con problemas graves; aún así los campesinos pudieron recuperar sus tierras.
Esta parcelación de la propiedad agraria explica que el reparto de las tierras no fuera un punto en el programa de los demócratas, cuyos dirigentes, procedían cada vez menos del agro y de la vida rural. Por esto, por la guerra, y por la invasión del territorio ateniense los campesinos se vieron muy perjudicados, lo mismo se puede decir de los habitantes de la ciudad. Es importante mencionar que con el imperio desaparecieron los sueldos y los salarios que permitían comer mejor o peor a muchos atenienses; también que disminuyó la actividad artesanal.
En este periodo se tomaron medidas severas para asegurar a la ciudad el avituallamiento de cereales.
Aun así, la vuelta de la guerra en el 395 a.C. iba a abrir nuevas perspectivas a los atenienses, que trataron de mantener a sus ejércitos mediante la recaudación de impuestos a sus antiguos aliados, la Eisforá.
Esta se intento aplacar con una imposición de paz por parte del rey espartano, aunque los atenienses la rechazaron en el año 392 a.C., ya que en Atenas aparecía una opinión conocida como Panegírico de Isócrates, que trataba de defender el retorno de la hegemonía ateniense, única cuestión capaz de liberar a los griegos del arbitrio del rey, pero una hegemonía que renunciara a los errores pasados, que fuera libremente aceptada por todos y que se ejerciera respetando la libertad individual.
En este momento, en el que las circunstancias eran favorables para Atenas, se realizo la segunda confederación marítima.
Es un momento en que la alianza entre la liga peloponesa y la confederación beocia estaba rota, desde que los espartanos dejaron a Febidas apoderarse de la Cadmea, ciudadela de Tebas, para favorecer al partido prolaconiano(381 a.C.); Se produjo en el 379 a.C. una alianza entre Atenas y Tebas.
El debilitamiento de Esparta fue aprovechado por los atenienses para estrechar su alianza con algunas ciudades del Egeo, como Mitilene y Quios, así como con Bizancio, para tratar de obligar a los Lacedemonios a dejar vivir en libertad y autonomía a los griegos, y a disfrutar por completo de su territorio.
Así trataban de ofrecer garantías a los aliados contra los excesos que en el siglo V habían caracterizado al imperialismo ateniense, y de dar a la alianza un carácter más federal.
Se estableció un consejo el Sinedrión, que se reunía con frecuencia, y al que le presentaban los proyectos elaborados por la bulé, antes de su votación por la ekklesia.
En este consejo no estaban representados los atenienses.
Dicho consejo se comprometió a no recaudar tributos, aunque en caso de guerra a los aliados se les podía exigir una aportación excepcional o sintaxis.
En este momento, la disminución del comercio acabó con una de las principales fuentes de ingresos para la ciudad; aunque ya la ciudad no contaba con las cargas militares del siglo V, por lo que recurrieron a los soldados mercenarios.
Pero un hombre, el orador Calístrato, tomó conciencia de estos problemas y trató de ponerles remedio. Este fue elegido estratego en varias ocasiones, aunque no era un profesional de la guerra.
Calístrato quiso transformar el impuesto deguerra o Eisfora, repartiendo a los contribuyentes en 100 sinmorías, repartiendo a su vez a los 300 ciudadanos más ricos entre estas 100 sinmorías.
La otra reforma de Calístrato es más conocida, fue la modificación de las condiciones dentro de las que el estado concedía a los particulares el derecho de explotación de las minas de plomo argentífero de Laurión, esto permitió la reanudación de la actividad de Laurión.
Debemos destacar que en este periodo hubo otro problema, el del ejército, que se desarrolló, porque los ciudadanos de Atenas rechazaban cada día más el abandono de sus ocupaciones para atender al periodo de servicio.
Debido a esto, se recurrió a los mercenarios, por lo que se sustituyeron al pesado ejército de Hoplitas por una infantería ligera más operativa; aunque los estrategos pagaban a dichos soldados con su propio dinero.
Aun así el recurso a los mercenarios presenta otro problema, ya que al dirigir un ejército profesional, compuestos de extranjeros adictos en cuerpo y alma al estratego, este escapaba cada vez más al control de la ciudad, aunque los estrategos estuvieran obligados a responder de su gestión.
Aunque tal independencia de los estrategos se vio reforzada por la mayor complejidad de la administración de la ciudad y sobre todo por su aspecto financiero.
Contra esta prepotencia de los estrategos, los ricos sujetos a la proeisforá y a la trierarquía, sintieron la tentación de rebelarse.
Esto no resulto fácil, ya que la guerra era la única salida para la masa empobrecida, ya que se les aseguraba un salario del botín, aparte de permitir el mantenimiento de las posesiones atenienses en el Egeo y el control de los estrechos por donde llegaba el grano póntico que alimentaba a gran parte de la población Ática.
No obstante, esta guerra iba a ofrecer la oportunidad de actuar, ya que en el año 356 la flota ateniense fue derrotada, lo que probaba el fracaso de la política imperialista. Aun así el poder de la ciudad paso a manos, durante unos años, del financiero Eúbulo, convirtiéndose en el responsable de la política de Atenas.
Este trató de demostrar en su obra “De los ingresos” que Atenas podía vivir de sus ingresos y renunciar a la explotación de los aliados, aunque para que esto funcionara era básico el mantenimiento de la paz.
El periodo comprendido entre los años 359 y 322 pertenece al oscurecimiento y ocaso de la ciudad de Atenas, es la época de Filipo y Alejandro de Macedonia.
Macedonia era una región situada fuera de la Hélade, aunque su historia estaba muy relacionada con los griegos, ya que los reyes macedonios mantuvieron relaciones muy tempranas con las ciudades griegas.
Pero la situación cambió bruscamente con el surgimiento del joven príncipe Filipo, que convirtió a esta en una gran potencia, reforzando la autoridad monárquica que era muy limitada. Este aprovechó la situación de debilidad por la que estaban pasando las polis griegas para imponer su hegemonía. Intervino a la vez junto a los tebanos en la guerra sagrada frente a los focidios por el control del santuario de Delfos y de la anfictionía délfica, y no solo consiguió castigar a Tesalia sino que llegó a apropiarse de los dos votos de los focidios en el consejo anfictiónico. Frente a estos proyectos de Filipo, la opinión ateniense estaba dividida, por un lado estaban los partidarios de Eúbulo, los hacendados, fieles en su mayoría a una política pacifista; y por otro lado los que temían la amenaza que pesaría sobre Atenas en el caso de perder la ruta septentrional de Egeo, que eran los partidarios de resistir a Filipo, quienes encontraron a un portavoz en la asamblea, Demóstenes.
Demóstenes pertenecía a la burguesía ateniense, era un hombre rico que fue amigo de Eúbulo. Este no pretendía engañar al demos, aunque los éxitos de Filipo sobre Atenas habían constituido un rudo golpe para el prestigio de Eúbulo.
Demóstenes se marcó un doble objetivo, por un lado trataba de asegurar alianzas a Atenas para afrontar el conflicto en el que iban a recaer, obligando a los atenienses a aceptar una serie de medidas encaminadas a reforzar el potencial militar de la polis.
Se acordó una alianza que decidió equipar una flota de cien trirremes y reunir un ejército de diez mil hombres, a los que se añadirían mil jinetes.
Este pretendía a la vez convencer a los otros griegos del peligro común que les amenazaba, se esforzaba en reconstruir un ejército capaz de oponerse a Filipo y para ello, encontrar los medios para costearlo. Por esto hacia el 349 se creó una caja de estratiotika, es decir, una caja militar, cuyos fondos serian desinados al teórico presupuesto militar.
Este obligó a los ricos a cumplir con su deber, que aseguraron el equipamiento de los trirremes., liberó a los pobres de las injusticias que sufrían y consiguió hacer los preparativos en el momento portuno.
Esto permitió a los atenienses hacer frente a las tentativas de Filipo sobre Bizancio y la región de los estrechos.
Tras la alianza que firmó Demóstenes con Tebas, Filipo instaló una guarnición en Cadmea, después de su victoria.
Debido a la amenaza, en Atenas se traslado a toda la población dentro de las murallas, donde se reunió, en asamblea permanente, la bulé en armas para organizar la defensa.
Este reclamó a los ciudadanos en el exilio y otorgó la ciudadanía a los metecos y la libertad a los esclavos.
Demóstenes consiguió negociar una paz con Filipo que liberara a Atenas de la ocupación extranjera, garantizando su autonomía.
Debido al miedo a la agitación política, se aprobaron las mayores penas para los que intentaran derribar al régimen, por lo que se instauró una tiranía.En dicha paz, Atenas perdió Quersoneso y se disolvió la confederación.
En el año 336, Filipo murió asesinado, siendo su sucesor su hijo Alejandro. Durante los 13 años de reinado del macedonio, Atenas prosiguió con su vida tradicional, siendo un reflejo lejano de lo que fue en otro momento.
En cuanto a la economía de este periodo, Atenas salió debilitada de la guerra del Peloponeso, pero gracias a la reconstrucción de imperio y al aprovechamiento de los recursos mineros, consiguió convertirse de nuevo en la primera potencia del Mar Egeo.
Las actividades comerciales se desarrollaban al margen del mundo ciudadano, ya que los comerciantes son con frecuencia extranjeros o metecos.
Algunos informantes del siglo IV nos dan a conocer las ganancias obtenidas por los concesionarios de minas, que no dudaban en excavar galerías más allá de sus concesiones o en derribar portes de mineral para extraer más plata de la mina.
La fiebre por ganar dinero invadió la ciudad. La masa campesina continuó viviendo dentro de condiciones precarias y se confirma la libertad de los artesanos, aun que la cerámica del ática solo se encontraba en la penínsua de Kertsch.
La moneda de Atenas entró en competición con las cantidades en metálico lanzadas al mercado egeo a causa de la conquista de Alejandro.
En este periodo, el demos del puerto y de la ciudad se encuentra amenazado por la escasez y el hambre; El avituallamiento de Atenas depende de la generosidad de los ricos metecos, a los que la ciudad recompensa con la concesión de privilegios honoríficos. Mientras los esclavos constituyeron una masa anónima, y seguía siendo objeto de propiedad.
En cuanto a la vida cotidiana la ciudad sigue siendo un conglomerado de casas, talleres y puestos alrededor de la acrópolis, que presentan, junto con el ágora, un carácter monumental.
La mayoría de las casas atenienses estaban hechas con adobe, sin abertura hacia la calle excepto la puerta, y apenas tenían decoración interior.
La habitación principal es el Talamos, donde se guardaban los objetos más preciados; tenían un patio interior.
El papel de la mujer en Atenas jugaba un papel muy importante, aunque era menor en política y socialmente; sin embargo la educación de los hijos se le escapaba ya que confiaban en un pedagogo. El niño recibía educación musical, mientras que hacía gimnasia en la palestra; hay que destacar que aunque muchos atenienses supieran leer, pocos podían frecuentar el gimnasio.
La práctica del atletismo estaba reservada a los jóvenes acomodados, esto es, aquellos que no tenían necesidad de aprender un oficio para vivir. Estos también podían costearse las lecciones de un retórico junto al que, discutiendo de problemas políticos, aprenden el arte del bien hablar. Mientras tanto, los hijos de artesanos o de campesinos, aprendían el oficio paterno sin que su educación fuera demasiado lejos.
Un personaje importante de este periodo fue Licurgo, ya que era orador del partido anti macedonio y encargado de la administración financiera.
Este era un viejo aristócrata ateniense que, a partir del siglo V, se vio despojado de sus antiguas prerrogativas políticas.
Afirmaba que el equilibrio del presupuesto puede explicarse también por una restricción de los gastos, en concreto de los militares, y sobre todo de la manutención de los ejércitos mercenarios, que estaban agrupados por tribus, bajo el mando de un sofronista que recibía 4 óbolos por hombre y día para la alimentación y manutención de su tropa.
Sin embargo, Atenas no renunciaba a mantener una flota, ya que se necesitaban naves para escoltar a los barcos comerciales.
Licurgo intentó restaurar los antiguos cultos y festividades religiosas, además de la reconstrucción del tesoro de Atenea, pidiendo ofrendas a los particulares.
Sin embargo se pone en duda de que todo esto contribuyera a resucitar la grandeza de Atenas, ya que Licurgo quería restaurar la Atenas tradicional de Solón.
Pero en el año 330 surge una crisis que no tardaría en derribar los resultados obtenidos, crisis en principio de aspecto económico.
En esta faltó trigo y cebada, lo que hizo que los especuladores se aprovecharan de ello elevando los precios y agravando la situación de los más pobres.
Pero el éxito de Demóstenes, que era una aprobación del Demos de una política antimacedonia, iba a estar seguido muy pronto por la eliminación de Licurgo.
Surge un partido Macedonio, que cobró más fuerza después de la victoria de Filipo. Entre sus principales representantes encontramos hombres como Demado y Esquines, quien aconsejó a sus compatriotas el entendimiento con el líder macedonio.
Este mismo, tras la muerte de Filipo, aconsejó que se permaneciera al margen de la agitación que sacudía al resto de grecia.
Es indiscutible que, con excepción de Foción, reelegido estratego en varias ocasiones, estos hombres no ocuparon cargos importantes en la ciudad, dominada todavía por los oradores del partido antimacedonio.
En el año 329 a.C. surge el episodio de Harpalo; este era tesorero de Alejandro, y condujo al Pireo un barco de cereales, ganándose la gratitud de los atenienses que le concedieron a título honorífico el status de ciudadano.
En el año 325 a.C. llegó a Atenas con 30 navíos, 6000 soldados y 5000 talentos de oro, robados a Alejandro, pidiendo asilo político.
Harpalo se quedó a vivir en Atenas con la cortesana Pitiónique, rodeado de amigos más o menos mantenidos a su costa, como Calícrates o su yerno Foción.
Este consiguió huir a Creta donde encontró la muerte. Tras esto, parte del oro que traía y que fue embargado y depositado en el Partenón no fue encontrado.
De esta manera, se inculpó a las personas cercanas al tesorero deAlejandro, entre ellos a Demóstenes, acusado de haber malversado fondos. Este pidió que fuera el Aerópago el encargado de llevar el proceso, condenándolos a una multa de 50.000 Talentos.
Demóstenes se vio obligado a irse al exilio.
En el año 323 a.C. muere Alejandro, y si el rey ya no existía todo era posible, aunque Foción trató de calmar los ánimos, sin embargo, Atenas no estaba en condiciones de enfrentarse a las tropas que el macedonio había dejado en Europa, bajo el mando de Antípatro.
Este es el preciso momento en el que Hiperides reclutó un ejército de mercenarios, y fue movilizada una flota de 240 barcos que fue muy bien equipada.
También se declaró la amnistía en Atenas, lo que permitió volver a Demóstenes para participar en el combate.
Comenzó la guerra Lamínica, en la que en verano del 332 a.C. el ejército macedonio con más de 50.000 hombres se dirigía hacia Tesalia.
Aunque para Atenas la última esperanza era evitar mediante las negociaciones la entrada de Antípatro en la polis. Por lo que se envió una embajada para hablar con este en Tebas.
Las condiciones fueron que Atenas recibiría a una guarnición macedona, pagaría los gastos de la guerra y una fuerte multa, además Demóstenes e Hiperides debían ser entregados. Los atenienses tuvieron que aceptar las condiciones.
En este momento se aprobó un decreto por el que se reservaba la plena ciudadanía a los que tuvieran una fortuna de al menos 2000 dragmas. La pérdida de la plena ciudadanía significaba la pérdida de las ventajas materiales ligadas a la condición de ciudadano.
El temor a una subversión popular, no había hecho sino crecer desde el año 330, arrojó a los moderados al partido macedonio y los llevó a aceptar a un régimen oligárquico.
Aunque la historia de Atenas no finaliza con el establecimiento de una oligarquía, ya que con el tiempo los atenienses consiguieron instaurar una democracia, sin desacerse de la guarnicón de muniquia.
En el siglo II a.C., la benevolencia del rey de Pérgamo permitió a la ciudad cubrirse de monumentos. Pero la vida política era solo un simulacro, ya que las decisiones no contaban con un gran alcance.
El Pireo fue abandonado por los barcos de mercaderes a favor de Rodas, Alejandría o Delos.
Debido a esto, las masas empobrecidas vegetaban dentro de su miseria, mientras que la burguesía participaba en los favores reales.
Atenas había dejado de ser una gran potencia política, aunque después de la conquista romana, continuaría interpretando el papel de escuela de Grecia y del mundo civilizado.
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Conclusión
Para concluir con este desarrollo, voy a mencionar, a groso modo, como terminó el momento, en el que el hijo de Filipo, Alejandro, conquisto el imperio Helénico; quiero añadirlo porque en las últimas páginas del desarrollo solamente se habla de Atenas.
Como ya mencionamos anteriormente, Alejandro nació el mes de Agosto del 356 a.C. y fue instruido por el gran genio de la filosofía, Aristóteles.
Tras la muerte de Filipo, Alejandro ostentaba los cargos que fueron anteriormente de su padre: comandante supremo de la Liga Helénica, comandante en jefe de la Liga de Corinto y presidente de la Liga Tesalia. De esta manera se ponía de manifiesto que el joven rey era el dueño absoluto de Grecia, continuando la política expansionista de su padre.
Este conquisto todo el espacio Egeo, la península Arábiga, el valle del Nilo, donde anteriormente se asentó la gran civilización egipcia, la india… constituyendo uno de los mayores imperios, sin contar con el Romano, que ha visto la historia antigua universal.
Desde mi punto de vista, este trabajo me ha servido para acabar con la curiosidad que tenía sobre este punto de vista de la historia antigua, y también me ha servido para saber cómo eran las formas de política, economía y sociedad que se vivían en la antigua Grecia.
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Bibliografía
Los libros que he empleado en este trabajo, han sido fundamentalmente 3:
Para la parte General:
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Historia del Mundo Antiguo, una introducción crítica / Gonzalo Bravo.
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El mundo griego antiguo : de los palacios creteneses a la conquista romana / Françoise Ruzé, Marie-Claire Amouretti.
Para la parte específica:
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Historia de una democracia. Atenas / Claude Mossé.
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