Sociología y Trabajo Social
Globalización y juventud costarricense
UNIVERSIDAD DE COSTA RICA.
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES.
ESCUELA DE ANTROPOLOGÍA Y SOCIOLOGÍA.
SOCIOLOGÍA BÁSICA II.
TRABAJO DE INVESTIGACIÓN:
“LA INFLUENCIA DE LA GLOBALIZACIÓN Y LAS ACTITUDES QUE DESENCADENA EN LA VIDA SOCIAL DE LA JUVENTUD COSTARRICENSE”
PROFESOR:
INTEGRANTES:
II PERIODO
2001
Objetivo General:
Analizar la influencia que tiene la globalización en el desenvolvimiento e interacción social de los jóvenes de quince a veinte años en la actualidad costarricense.
Objetivos Específicos:
Indagar que piensan los jóvenes con respecto a la influencia de la globalización en los ámbitos tanto social como nacional.
Determinar que tipo de conductas desencadena la influencia de la globalización en la vida de los jóvenes.
Evidenciar si algunas de estas conductas, presentan consecuencias negativas en el entorno familiar y social del joven.
Ver cuál es el papel que juega el Estado en las campañas de información para los jóvenes, tratar de determinar cuáles son las medidas que está tomando para su formación. ¿Realmente le preocupa lo que les pueda ocasionar este fenómeno en el futuro?
Análisis de la Ley Penal Juvenil, tratar de discernir si la globalización tiene alguna relación con el incremento de la delincuencia juvenil. ¿Es efectiva esta ley?
Problema:
Para realizar esta investigación nos vamos a plantear el siguiente problema:
¿De que forma ha influenciado o esta influenciando la globalización en la vida de los jóvenes costarricenses, y que consecuencias (conductas) desencadenan esta influencia en ellos?
Hipótesis:
La hipótesis de la que partimos para la realización de nuestro trabajo es la siguiente:
Los problemas estructurales que históricamente han inferido en el desarrollo de los países de América Latina, no están siendo adecuadamente encarados por los procesos de modernización, emergentes del fenómeno de la globalización. En este sentido, el sector joven es el mas afectado por los desajustes que genera el modelo modernizador, lo cual se refleja en el cuestionamiento del proceso a través de conductas violentas, cuya incidencia es ya un problema social, el cual podrían desencadenar la delincuencia y criminalidad juvenil, en Costa Rica.
JUSTIFICACIÓN
Los jóvenes son el futuro del planeta, y el futuro del país; de ellos dependerá que todo siga igual, que las cosas empeoren o lo que en realidad se espera de ellos, que todo mejore.
La pregunta que debemos plantearnos es la siguiente, ¿realmente se preocupan los mayores y los que tiene el control del país por ver qué es lo que los jóvenes pensamos o sentimos al respecto con todo esto de la globalización?
Me temo que la respuesta es que realmente nadie se ha tomado el tiempo de escucharnos; por lo que consideramos que la investigación que realizamos en este trabajo es de suma importancia, ya que va a revelar algunos datos interesantes, como lo son los programas que realiza el Estado para informar a los jóvenes sobre este monstruo que es la globalización; ver qué es lo que ellos piensan que es, qué tanto los afecta como para impulsarlos a cometer delitos.
Es un trabajo con el cual nos sentimos plenamente identificadas, puesto que somos jóvenes, y esto nos afecta también de una manera directa, ya que somos nosotros los jóvenes los que en no tantos años vamos a tomar las riendas del país. Y de nosotros dependerá que el país alcance o no el desarrollo.
Pero para lograr este objetivo es importante que los jóvenes conozcamos a qué nos estamos enfrentando, debemos descubrir que luchar contra esto no es algo de uno sólo sino de todos y cada uno de nosotros.
La investigación trata sobre los jóvenes de quince a veinte años, ya que nosotras consideramos que éste es el momento en el que se puede educara a los jóvenes con una conciencia nacional para enfrentarnos a la globalización; ya que aún están jóvenes como para poder ser adoctrinados, pero a la vez ya están lo suficientemente maduros como para darse cuenta de la vital importancia que tiene el estar preparados para combatir las consecuencias negativas de la globalización.
Otro aspecto importante que vamos a tratar es el de la delincuencia juvenil, por qué es que los jóvenes cometen más o menos crímenes ahora en esta época globalizada, tiene el Estado el poder y la influencia suficientes como para controlar efectivamente esta consecuencia colateral de la globalización. Esto es algo que nos debe llamar a la reflexión también, ya que así podremos ver si el futuro que le espera a nuestro país es un futuro con muchos delincuentes, o un futuro en el cual las personas van a ser realmente capaces para sacar nuestra nación adelante.
INTRODUCCIÓN:
Hay unanimidad en afirmar que estamos viviendo ya los albores de una "nueva era". Una de las características más perceptible e impactante es lo que se ha dado en llamar el "proceso de globalización o mundialización".
La globalización es un fenómeno amplio, general, que se expresa en todos los campos de la sociedad humana; tiene que ver con la economía, las finanzas y el comercio, pero también con la ciencia, la cultura, la política y los derechos humanos.
La globalización, desde el punto de vista latinoamericano, es inducida y asimétrica: inducida, porque nuestros pueblos y nuestros gobiernos no tienen el más mínimo control de todo ese proceso, y asimétrica, porque está creando una élite vinculada a una economía de punta, mientras quedan a margen, los más pobres, los sectores mayoritarios de la población.
Se está abriendo en el mundo una gran polémica entre los propulsores de la globalización y sus impugnadores. Unos la alaban como impulsora y causante de importantes factores positivos en el área de la economía mundial y otros, por el contrario, le achacan el ser generadora de desempleo y de graves males que afecten, sobre todo, al mundo de los pobres.
Las opiniones están profundamente divididas, pero lo cierto es que, más allá de interpretaciones favorables o recriminatorias, el fenómeno de la globalización es un hecho que está teniendo inmensas repercusiones a nivel mundial, con consecuencias muy profundas, no solamente en el área del comercio o de la economía, sino en todas las áreas económico-sociales y políticas de nuestra sociedad.
La globalización con su gran gama de complejos estímulos, incrementa la necesidad de los adolescentes y jóvenes de encontrar, en las nuevas circunstancias que les rodean, los elementos para asumir los cambios psicosociales que experimentan en la construcción de un rol social que coincida con la identidad, organizar su comportamiento desde un hacer en el mundo que los objetive positivamente y sustente un proyecto de vida que dé sentido a su relación presente con el entorno, lo que en muchas áreas de América Latina incluye, además, las dificultades propias de la pobreza.
Los jóvenes de hoy están convocados a elegir, a tomar decisiones que, hasta hace poco tiempo, estaban definidas por autoridades externas al individuo: el Estado, la familia, la Iglesia, incluso la empresa. Enseñar a elegir constituye, por ello, una tarea importante de la educación. Pero el desafío es para la sociedad en su conjunto y no solo para la escuela. Actualmente nos encontramos con la paradoja de vivir en una situación en la cual exigimos mayores niveles de responsabilidad a edades más tempranas y, al mismo tiempo, prolongamos el período de dependencia. En esta asincronía radica una de las fuentes generadoras de conflictos que la sociedad no logra resolver. Con respecto a la solidaridad, los procesos de modernización social, de globalización económica y cultural han transformado tanto la composición de la comunidad local como sus relaciones internas. Dichos procesos han erosionado los vínculos tradicionales. Las relaciones familiares y la solidaridad entre los vecinos tienden a transformarse, a recomponerse sobre bases distintas. La ruptura de los vínculos tradicionales de solidaridad genera nuevas formas de exclusión, de soledad, de marginalidad. Pero también genera nuevas formas de asociación cuyos valores no son necesariamente positivos desde el punto de vista del desarrollo individual y social. Asistimos actualmente, a fenómenos de neo-comunitarismo que basan la integración y la protección de sus miembros sobre valores de intolerancia, de discriminación y de exacerbación de los particularismos. En oposición a estas alternativas, también tienen lugar fenómenos destinados a fortalecer los vínculos de convivencia, a recuperar el espacio local como un espacio de participación ciudadana, con fuertes potencialidades democráticas. La solidaridad estará, sin duda alguna, en el centro del debate político, económico y cultural del futuro.
¿Cómo estos problemas estructurales afectan a los jóvenes?
Para responder a ello se consignan algunos datos de partida. En primer lugar se sostiene que el crecimiento de la pobreza afecta directa y principalmente a este segmento. Ello se demuestra en los estándares referidos a la educación, salud y trabajo.
Los jóvenes aparecen indefensos frente a la tentación de la oferta modernizadora y se ven atrapados por la cultura del individualismo. Consecuencia de lo anterior es el consumismo desmedido, que no diferencia lo posible de lo necesario. Pero además, y como dato grueso, creemos también que los jóvenes están más propensos a la pérdida de la identidad cultural.
Los procesos de modernización en curso reproducen la ubicación periférica de América Latina en el fenómeno contemporáneo de la globalización, no abordan las condiciones sociales del desarrollo, y son poco eficaces para resolver la pobreza y la exclusión; contienen por lo tanto elementos de tensión y violencia. La juventud es un sector social afectado por los desajustes que genera el modelo modernizador.
América Latina no se ha sustraído al impacto de la globalización y su primera respuesta ha sido el intento de modernizarse. No obstante ello, en nuestra Región las democracias emergentes han subordinado la lógica política a la lógica económica del modelo de referencia contenido en la globalización. El neoliberalismo imperante no ha sido capaz de conjugar estabilidad política y democracia plena con desarrollo económico. La globalización de la economía, que lleva implícitas las medidas de adelgazamiento estatal y recorte del gasto público, esconde tras el término "global" la exclusión de todos aquellos sectores que no pueden acceder competitivamente al mundo del mercado por la vía de la producción y del consumo. Ello significa que la globalización, tal como se ha venido aplicando, ha significado la exclusión de millones de personas en América Latina, la mayor parte jóvenes, como consecuencia del desempleo masivo y la falta de acceso a los servicios estatales de vivienda, educación y salud.
No se puede ignorar que la extrema pobreza creciente es un factor que estimula la producción de violencia y está a la delincuencia. En el caso de América Latina hay una matriz compleja de riesgo que la activa, que va desde la precaria composición familiar, la educación deficiente, el abandono de los hijos, el machismo, la marginalidad, la estimulación sexual temprana, la crisis de la escuela y de la autoridad. Estos elementos, sumados a situaciones de extrema pobreza, han concurrido en no pocos casos a la producción de la violencia y a una relativa impotencia para combatirla con eficacia. Por otra parte, la existencia de comportamientos autoritarios en el Estado es un factor que no deja de influir negativamente en el patrón de violencia social existente, ni en los índices, que aumentan considerablemente cada año, de la criminalidad.
Se plantea un tratamiento de la violencia juvenil con un enfoque que explora inicialmente los escenarios socio-económicos y culturales que podrían ser una matriz generadora de reacciones violentas. El razonamiento desarrollado parte de un contexto en el que la globalización, la apertura de los mercados financieros, el avance de las comunicaciones y la revolución cibernética generan un clima forzado de ofertas supuestamente "inclusivas", pero donde pareciera producirse un mecanismo perverso de incremento de la exclusión, especialmente en los sectores juveniles.
La violencia y la delincuencia en América Latina son más bien problemas de tipo estructural, que explican el crecimiento de la tendencia y cómo ella puede reproducirse ilimitadamente, sino no se actúa correctivamente sobre los factores causales. Los países de la región tienen características estructurales que permiten la producción de violencia, sin ser Costa Rica la excepción. Esta se ha implantado en escenarios donde las conductas se han autonomizado, generando una espiral acumulativa.
El proceso de cambios políticos y económicos promovidos en años recientes, ha dado resultados importantes, pero también ha coincidido con la presencia del fenómeno del incremento de la delictividad. Esta, especialmente a partir de la década actual, ha pasado a ocupar uno de los primeros lugares en cuanto problema concreto de la población, que se siente cada vez más desprotegida frente al crecimiento de la violencia delictiva y las acciones cada vez más públicas de sus agentes, especialmente juveniles. Hoy en día no resulta extraño constatar que una de las actitudes más acentuadas del colectivo social tiene relación directa con la demanda de seguridad ciudadana y con la preocupación por precariedad de las instituciones públicas encargadas de prestarla.
Aceptando que estos problemas sociales tienen características estructurales acumuladas históricamente y que se expresan en formas y grados que se entrecruzan y alimentan recíprocamente, es un riesgo sumamente grave mantener invariable un sistema social fragmentario, poco institucionalizado. Partiendo de dichos presupuestos, a países como Costa Rica, se les ha impulsado a crear normas que regulen dichas desviaciones sociales-estructurales, no para erradicar las tendencias violentas o delictivas, sino, para su control gubernamental o estatal.
El incremento de la violencia y la delictividad, surge y se expresa en un contexto de crisis valorativa y social con características en algunos aspectos de anomia, que afecta principalmente las normas morales y legales que regulan la conducta humana, ocasionando su desviación de aquellos patrones socialmente válidos para la convivencia pacífica. Una de las manifestaciones genéricas de la crisis se expresa como un decrecimiento de las condiciones de vida de la población, lo cual facilita los comportamientos delictivos. Incluso también, la crisis normativa valorativa ha afectado también a instituciones básicas como la familia, la escuela, los partidos, los sindicatos e, inclusive, la Policía.
Muchos de los aspectos en que los jóvenes afectan la tranquilidad social están asociados a comportamientos riesgosos; los y las adolescentes llamaron más la atención cuando eran externalizadores de problemas que cuando sufrían de depresión, aislamiento, abuso sexual, etc, lo que llamó poderosamente la atención de diversos sectores sociales, como los comunicadores, maestros, etc, y la juventud fue cada vez más identificada como un segmento poblacional problemático que a menudo alcanzó una perspectiva estigmatizada. Esto trae consecuencias riesgosas, pues el reconocimiento peyorativo de las personas que atraviesan el período adolescente, facilita la construcción de la identidad negativa, ya que la valoración social contribuye a la elaboración de la identidad y la necesidad juvenil de ser reconocido como alguien lleva a preferir ser alguien temido y detestado, que ser nadie.
Partiendo de este modelo interpretativo, podríamos concluir en el desarrollo del presente trabajo, que el problema de la delincuencia juvenil es un fenómeno de tipo cultural y estructural, agravado por la globalización. No se trata de conductas aisladas de "delincuentes y marginales", sino más bien de una estructura axiológica que atraviesa, en unos más y en otros menos, la personalidad de todos los sujetos de una sociedad. Para comprenderla adecuadamente, la delincuencia debe analizarse dentro de un contexto histórico, político, económico y cultural.
CAPÍTULO I
Lo que Conocen y Opinan los Jóvenes Costarricenses acerca de la Globalización.
Para el desarrollo de este capitulo, realizamos un trabajo de campo, el cual consistió en una encuesta dirigida a estudiantes de secundaria, tratando de abarcar tanto el sector de la educación pública, como la educación privada. Limitamos nuestro trabajo a los muchachos de undécimo año de los colegios: Yorkín (colegio privado solo para hombres), Iribó (colegio privado solo para mujeres), y el colegio Liceo Mauro Fernández Acuña (colegio público y mixto).
Además de hacer la división entre educación pública y privada, hicimos otra entre la opinión de los hombres y la de las mujeres.
La encuesta que fue realizada a principios del mes de noviembre del año 2001, trae consigo algunos de los argumentos, que han sido fomentados en los jóvenes durante los últimos años de sus vidas, y muy especialmente para que se enfrenten con los exámenes de bachillerato del Ministerio de Educación Pública, que realizaran en pocos días. Así que en parte de sus respuestas van reflejados los conocimientos adquiridos a través del programa del MEP, con respecto a la visión de la Globalización.
En una primera pregunta se les cuestiono a los alumnos que si sabían que es la globalización, respuesta que fue afirmativa por el 100% de los estudiantes, tanto hombres como mujeres, como de colegio público o privado.
En una segunda interrogante, se les solicito dieran la fuente de sus conocimientos acerca de la globalización, a lo que contestaron de la siguiente forma:
Llegando con dicha respuesta a la conclusión, de que el colegio, público y privado, es la principal fuente de conocimiento de la sociedad costarricense, con lo que respecta al fenómeno de la globalización y sus consecuencias. Siendo, también, los periódicos una gran fuente de información para los jóvenes.
Una tercera pregunta, nos lleva conocer que tanto piensan los jóvenes que la globalización ha afectado sus vidas, para lo cual los resultados son los siguientes:
Indiferentemente del tipo de educación que reciben (pública o privada), es notoria la diferencia de opinión que hay entre hombres y mujeres, ya que ellos consideran que la globalización ha cambiado mas su vida, que a las mujeres.
A pesar de ello el resultado global, muestra que la mayoría de los jóvenes consideran que la globalización no ha afecta ni influenciado sus vidas, y la justificación que dan a su respuesta es que ellos nacieron dentro de la globalización, así que no tuvieron que pasar por el periodo de transición por el que pasaron sus padres, así que desde que nacieron han estado en contacto con las políticas globales, con los avances tecnológicos, con la transnacionalización, etc. Por lo que lo ven todo muy normal a diferencia de las demás generaciones anteriores a ellos.
En la cuarta pregunta se les pregunto que si consideraban a la globalización como algo positivo, a lo que contestaron:
Podemos ver que la mayoría de la juventud costarricense, considera que la Globalización es algo positivo, sin embargo, ellos mismos hacen hincapié en que sus consecuencias son positivas dependiendo del ámbito en que se vea y quienes son sus beneficiarios.
La quinta y la sexta pregunta, se dirigen al ámbito nacional, cuestionándoles que si conocen las consecuencias que el fenómeno antes mencionado ha tenido en el país y que si lo consideran positivo para este:
Con el resultado de las encuestas, podríamos decir que casi el cien por ciento de las mujeres encuestadas conocen al menos algo de las consecuencias de la Globalización en el país, mas en cambio los hombres se debaten entre los que saben, que es casi un cincuenta por ciento, y los que no saben nada de ellos.
Curioso es también ver como las muchachas de la educación privada consideran a la globalización como algo negativo para el país. También es notorio como la mayoría de la juventud encuestada lo consideran negativo también, tan solo un treinta por ciento consideran el proceso de globalización positivo para el desarrollo de Costa Rica.
Derivada de la pregunta anterior, se les pregunto a los muchachos participantes de la encuesta, acerca de quienes eran los mas afectados dentro de las consecuencias desencadenadas por la Globalización en Costa Rica, sí jóvenes, adultos o ancianos.
Con respecto a los resultados obtenidos anteriormente, surge una contradicción entre los encuestados, salvo que vean las consecuencias de la globalización muy ajenas a sus realidades personales, ya que anteriormente contestaron que la globalización no había influenciado sus vidas ya que habían nacidos inmersos en ella, en la pregunta anterior contestan que los mas afectados por dichas consecuencias son los jóvenes, lo antes afirmado se ejemplifica con el resultado y análisis hecho a la respuesta de las muchachas del Iribó, las cuales contestan con un cien por ciento a esta pregunta y obtuvieron un fuerte porcentaje a la respuesta de que la globalización no ha afectado sus vidas.
Por lo tanto, podrimos concluir que los jóvenes consideran a los jóvenes como los mas afectados de las consecuencias de la Globalización, pero no se consideran o no se quieren considerar dentro de ese grupo afectado.
También hay porcentajes considerables, por parte de los muchachos y muchachas de colegio público, que involucran dentro de este grupo a los adultos y a los ancianos, viéndose todos inmersos entre los afectados.
La novena pregunta dice: Cree usted que las medidas que ha tomado el Estado para afrontar la Globalización son eficientes y suficientes:
Aquí es importante centrar el análisis es las respuestas de los varones del Liceo Mauro Fernández y las señoritas del Colegio Iribó, ya que ambos contestaron, con un cien por ciento, respuestas negativas. Los jóvenes del Mauro Fernández justifican su respuesta diciendo que el Estado neoliberal no ha mejorado la situación económica, y mientras no lo haga no puede involucrarse en el mercado global. Ellas dicen que las medidas adoptadas por Costa Rica son o copiadas a las de países desarrollados, donde la realidad económica y social son totalmente diferentes, o medidas impuestas por los organismos internacionales, que buscan su bienestar a expensas de los más pobres.
La pregunta diez es acerca de quienes son los mas beneficiados en la globalización:
Con la ayuda del gráfico, es muy evidente que nuestra juventud considera que los únicos beneficiados con la globalización son los ricos, algunos otros ven la posibilidad que nadie se beneficie, otros dicen que tanto ricos como pobres, y una pequeña cantidad piensan que van a ser los pobres los beneficiados, pero en conclusión podemos afirmar que la juventud costarricense piensa que los sectores ricos de la sociedad son los beneficiados en este proceso.
CAPÍTULO II
La Influencia de la Globalización en la Vida de los Jóvenes.
La Influencia de la Globalización en la Salud de los Jóvenes.
En cuanto a la salud, podemos ver que se presentan tres problemas, en los cuales los jóvenes tienden a ser menos saludables.
Uno de ellos es el ritmo tan agitado que hemos tenido que tomar por al rapidez con la que se manejan todas las actividades que realizamos. Con los avances tecnológicos todo se agiliza y por lo tanto tenemos que aumentar la velocidad para dar un rendimiento adecuado y no perder oportunidades.
Esto provoca estrés, depresión, cambios de animo, entre otros. También desencadena el aumento en el consumo de drogas, estupefacientes y otros productos que hacen que los jóvenes que las consumen respondan de forma agresiva o violenta.
Otra causa de afectación en la salud de los jóvenes es el consumo en grandes cantidades de productos no saludables: comidas rápidas, golosinas, gaseosas, productos con aditivos y productos con preservantes y colorantes.
Esto provoca que los jóvenes consuman cada día menos productos que contengan sustancias que beneficien a su organismo.
Por ejemplo ahora los jóvenes no hacen las tres comidas de forma debida, algunos se saltan el desayuno por cuestiones de tiempo y otros, en especial las jovencitas, dejan de comer casi del todo para mantener su figura. Al tener tantos desordenes alimenticios se corre el riesgo de sufrir de obesidad, o en caso contrario de anorexia o bulimia.
Otro factor importante es que con los avances tecnológicos se da la aparición de la Internet, los video juegos, etc. Lo que hace que los jóvenes se vuelvan cada vez más sedentarios y no realicen otro tipo de actividades recreativas. Por ejemplo los prefieren conectarse dos horas en Internet antes de practicar algún deporte. Lo que también provoca perjuicios a la salud.
A manera de conclusión en cuanto a la salud de los jóvenes la globalización, no ha influido de manera positiva, sino, que por el contrario ha perjudicado de manera impresionante la calidad de vida de los jóvenes.
La Influencia de la Globalización en cuanto a la Economía.
Como factor determinante de la globalización tendría los medios de comunicación y la información que estos transmiten, los cuales tienden a producir conductas consumistas en los jóvenes.
Conductas consumistas porque con la aparición masiva de centros de compras los jóvenes compran como por impulso, pensando que al obtener determinado producto va a tener mayor popularidad o reconocimiento por parte del grupo.
También la información ha influido en que los jóvenes no consuman lo que necesitan, sino, simplemente lo que quieren, o también por tener lo mismo o mas de lo que tienen los demás.
Este tipo de conductas produce problemas económicos en los hogares de estos jóvenes donde no hay recursos para satisfacer las necesidades o peticiones de estos jóvenes y esto provoca que los jóvenes busquen de manera ilegal estos productos.
La globalización también ha aumentado la brecha que existe entre clases sociales ya que solo a un grupo de personas o familias que reciben un ingreso seguro pueden llegar los avances tecnológicos y solo estas familias pueden disfrutar de una mejor calidad de vida.
Algo que también es importante recalcar es la perdida de identidad, producto de la información que reciben los jóvenes, estos piensan que consumir marcas o productos extranjeros les da mayor prestigio y que también son de mejor calidad. Aunque muchas veces estos tengan precios muy elevados.
La Influencia de la Globalización en las Relaciones Familiares.
Con respecto a las relaciones de los jóvenes con su familia vamos a analizar tres problemas, los cuales son los principales:
Primero vamos a analizar el problema de la perdida del dialogo, el cual puede darse por muchas razones, pero principalmente por el hecho de que los jóvenes hemos crecido con el proceso de globalización, mientras que para nuestros padres o los adultos en general ha sido difícil acostumbrarse al cambio, lo que produce diversas formas de pensar y conflictos en cuanto al entendimiento.
También debemos analizar el problema de la perdida de convivencia que se da primordialmente por la diferencia generacional, este ha sido un problema que a aumentado en los últimos años.
Por ejemplo ahora ver a las familias enteras reunidas en zonas de recreo, y por el contrario cada vez es más común ver a los jóvenes reunidos en sitios de moda y a los padres lejos de ellos. Lo que ha provocado que exista menos vigilancia de los adultos en las actividades de sus hijos.
Y por ultimo, algo que no podemos dejar de lado es, la perdida de valores, que se refleja en las conductas inadecuadas de los jóvenes.
Es estos casos los padres también tienen cierta cantidad de culpabilidad al no transmitir a sus hijos los valores que necesitan para poco a poco convertirse en hombres y mujeres de bien.
Por lo tanto la perdida de valores no solamente se refleja en los jóvenes, sino, en la sociedad en general.
Conclusiones.
Podríamos legar a la conclusión que la globalización no ha sido un proceso que permita el desarrollo de la juventud. Por el contrario la ha perjudicado de muchas maneras.
Pero no podemos dejar de lado el hecho de que la juventud no ha aprendido a sacar lo provechoso del proceso de la globalización, sino, que se ha empeñado en aprovechar lo que le parece fácil que necesariamente no es lo mejor.
De esta forma podríamos decir que la globalización por si sola no ha sido la que afecte la vida de los jóvenes, sino, que los jóvenes son los que han interpretado de manera negativa el mensaje de desarrollo que trae la Globalización.
CAPÍTULO III
El Estado, la Globalización y la Juventud.
Es de suma importancia a la hora de analizar los efectos que tienen la globalización sobre la juventud, las políticas que tiene el Estado costarricense ya sea para informarlos o prepararlos para enfrentar la globalización.
Por estas razones es que el presente capítulo versará sobre tres políticas que tiene el Estado para llegar a los jóvenes con todo esto de la globalización. Estos tres aspectos son los que nos parecen más importantes ya que tratan sobre la educación, las organizaciones a las que directamente pueden acudir los jóvenes y cómo ve el Estado este problema a futuro con el análisis del VII Informe del Estado de la Nación.
POLÍTICAS QUE SE TOMAN A NIVEL EDUCATIVO.
Para hacer esta parte de la investigación nos basamos en el libro de Estudios Sociales para Bachillerato de la Lic. Ángela Quirós de Vallejos, que toma como base para desarrollar sus objetivos el temario de bachillerato que da el Ministerio de Educación Pública, y es el libro de uso obligatorio en todas las secundarias del país.
Al analizar dicho libro, descubrimos que lo que se da sobre la globalización es en realidad muy poco, solamente le dedican a la globalización como tema específico menos de una página, y a la globalización y todos los cambio que trae otra página.
Así cómo se supone que la juventud costarricense desarrolle un sentido crítico frente a este problema que atraviesa el país; además la perspectiva que presentan ni siquiera es de Costa Rica, sino de América Latina. En dónde las circunstancias de cada país son completamente diferentes, no podemos comparar la situación de Costa Rica con la de Guatemala, por ejemplo, donde la mayoría de la población no tiene acceso a la educación y además se presenta un abismo enorme entre los ricos y los pobres.
Además es un temario que se encuentra bastante desactualizado, ya que a pesar de que se editan nuevos libros, los datos que se dan en ellos no cambian desde 1993. Y todos sabemos que la Costa Rica de hace casi diez años, no es la misma de hoy; no sólo las circunstancia económicas del país han cambiado sino que y lo que es más importante, es que las circunstancias a nivel mundial han cambiado también.
Y todos sabemos que la globalización lo que hace es hacer al mundo casi una región económica en la que no existen fronteras, por lo que le afecte a uno, en especial a los países grandes y capitalistas, les afecta a todo el resto de los países del planeta.
Es urgente que el Ministerio de Educación Pública tome medidas al respecto, porque no podemos seguir lanzando a la universidad jóvenes que no saben a ciencia cierta cuál es la verdadera situación de su país, cuáles son las posibilidades que tienen de surgir, y tal vez lo que sea más urgente, cómo es que se va a lograr que el país no sea devorado por todas éstas grandes naciones que buscan cada día como crecer más y más. Naciones que son como pulpos que tratan de extender sus tentáculos a todo lo que sea débil para así crecer ellas y darse más poder.
Se ha visto que una de las mejores maneras de evitar que las calles son llenen de delincuentes es educando a las personas desde jóvenes; pero cómo se supone que no van a existir más delincuentes si los jóvenes salen a la calle sin saber a qué es a lo que se están enfrentando. No se les dan las bases para que sepan discernir entre lo que necesitan y lo es simplemente un capricho innecesario; ya que con todo esto de la globalización los jóvenes de nuestro país ven estilos de vida que son imposibles para la realidad nacional. Si a los jóvenes de quince a veinte años, se les educaran en los colegios y en las universidades al respecto, es poco probable que tuvieran que robar o cometer diversos crímenes para ser así como lo son en países como Estados Unidos.
Si se les enseña a los jóvenes, en especial a los de quince a veinte años, que están en el mejor momento de adquirir los valores de que la educación, el esfuerzo, el trazarse metas, pero sobre todo el trabajo duro y bien realizado son la mejor manera de surgir y de forjarse un mejor mañana. Si los jóvenes comprenden esto es muy probable que las posibilidades de nuestro país de surgir dentro del mercado mundial sean mucho mayores que las que tenemos ahora.
Tal vez este sea el mejor momento para que los jóvenes inicien una campaña para que el Estado los trate como se merecen y les informe las cosas como son, no llenas de cosas bonitas; no, ya es hora de que a los jóvenes se nos hable con la verdad, viendo los pros y los contras de un planeta globalizado. Y qué mejor forma para hacerlo que con los programas de bachillerato.
Habría que ver también en éstos momento que nos encontramos en plena campaña política, cuáles son las soluciones y el papel que le van a dar a los jóvenes durante sus gobiernos.
Hay que encontrar la forma de hacer que la juventud se una y luche de una manera incansable para que se les tome en cuenta. Señores, ya es el momento de que se den cuenta de que de nosotros y de la educación que ustedes nos den, así va a ser o no el futuro. De aquí la vital importancia de que la juventud sea un punto clave en las políticas del Estado.
Organizaciones No Gubernamentales:
A nivel nacional o de comunidades, los costarricenses han establecido organizaciones no gubernamentales para solucionar diferentes problemas o necesidades, entre ellas: Sociales, económicas y culturales.
Las llamadas ONG constituyen mecanismos para la integración socioproductiva de la población. La inversión constituye un factor indispensable para ampliar las oportunidades de incorporación de diversos sectores sociales productivos y facilitar su integración socioeconómica.
La experiencia de otros países, y el desarrollo local reciente en el nivel nacional, plantean que mediante el establecimiento de programas de crédito, asistencia técnica, capacitación, tecnología e información es posible incorporar en el proceso de modernización productiva, a las organizaciones y grupos que plantean iniciativas productivas y de servicios con propósitos transables.
En los últimos años, varias instituciones públicas y privadas han impulsado diversas políticas y estrategias para promover el desarrollo de estos grupos.
Las Organizaciones no Gubernamentales también han jugado un papel de suma importancia, en todo esto de los jóvenes y la globalización; ya que en nuestro país, el Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes no tiene una oficina exclusiva para tratar a la juventud y sus problemas. Aunque sí tiene una oficina de bibliotecas, otra de deportes y por supuesto no podía faltar, una oficina de cultura con un sinfín de departamentos. Pero algo así como una de juventud brilla por su ausencia. Inclusive cuando fuimos a este Ministerio a solicitar información, la secretaria del Ministro no tenía ni la menor idea de quién se encargaba de esto. Una de sus compañeras de oficina le informó que todo esto de los jóvenes se lo delegaban a otra organización, el Movimiento Nacional de Juventudes, pero tampoco estaba seguras de dónde quedaba.
Luego al tratar de contactarnos con esta organización tuvimos otros contratiempos, como el hecho de que no supieran a quién le correspondía eso de los jóvenes y la globalización, pero nos dieron el nombre de una señora que tal vez podría ayudarnos.
Señora que no se encontraba nunca para poder conversar con ella. Luego tratamos de hablar con ella un sábado, pero el guarda del lugar nos dijo que como era sábado nadie trabajaba ahí. Ahora, nosotras nos preguntamos, ¿cómo es posible que en la oficina en que se supone que trabajan por los jóvenes y sus intereses, no haya nadie para atenderlos en los dos días que ellos tienen más libres?.
Pero bueno, talvez sea por eso que la juventud anda tan desinformada sobre los problemas que afectan a la sociedad costarricense hoy, y tal vez esta sea otra de las razones por las que la delincuencia ha aumentado.
EL VII INFORME DEL ESTADO DE LA NACIÓN.
Luego del censo realizado en nuestro país el año pasado, se dieron cuenta los gobernantes de lo grande que es el porcentaje de la población que se encuentra entre los diez y los diecinueve años.
El gobierno se dio cuenta también que el nivel de cobertura en educación secundaria es solamente de un sesenta y cuatro por ciento. Lo que deja a más de un treinta y cinco por ciento de la población de jóvenes sin cubrir.
También se percataron de que en cuarenta años éstos jóvenes de hoy son los que van a decidir y a manejar el país; por lo que es de vital importancia que los niveles de educación y de posibilidades de empleo se aumenten considerablemente.
Otro aspecto importante que se debe tomar en cuenta es que no sólo se debe educar a los jóvenes y brindarles buenas oportunidades de empleo, hay que buscar también la manera de alcanzar el mayor desarrollo humano posible. Sin éstas tres cosas es muy posible que el país en lugar de surgir lo que haga sea estancarse.
Lástima que los políticos, pero en especial los gobernantes se hayan dado cuenta de lo importante que era el sector de la juventud para el desarrollo del país, qué tan diferentes podrían ser las cosas hoy en Costa Rica si ayer se les hubiera prestado más atención a los jóvenes; ya que son esos jóvenes los que hoy llevan las riendas.
Los jóvenes de hoy somos jóvenes globalizados, toda nuestra vida hemos vivido bajo la sombra de la globalización, en algunas cosas ya hasta tenemos una actitud globalizada; por ejemplo, casi todos tenemos la idea de que Estado Unidos es lo máximo, que lo nacional es una polada o una porquería.
Hay que comenzar la batalla contra la globalización, erradicando todas éstas ideas, hay que reeducar a la juventud en una conciencia más nacional. Cuando logremos un apoyo mayor de la juventud hacia lo nuestro, las demás luchas contra la globalización serán mucho más fáciles.
La juventud es sinónimo de entusiasmo, idealismo, fortaleza… Es la época de las destrezas físicas y del gran dinamismo intelectual. La creatividad, el análisis, el espíritu crítico, son atributos de ésta etapa.
Lamentablemente hoy en día vemos muchas actitudes negativas en algunos de esos jóvenes, lo cual nos inquieta mucho y nos hace interesarnos en ver si los jóvenes costarricenses realizan estas conductas motivados por la globalización, o más bien por los patrones a imitar que ésta contiene, o por rebeldía u otros factores que son importantes en el desarrollo, en esta etapa de la vida, o qué se encarga de las actitudes más disconformes con el ordenamiento social de dichos jóvenes.
Este capítulo se orienta al análisis de la legislación ( Ley de Justicia Penal Juvenil), si la hay y si se cumple, y por cuáles medios.
Debido a que dicha problemática presenta un gran tema de interés y discusión para el desarrollo de nuestra investigación, sin dejar de lado la importancia que tiene tanto para la jurisdicción como para la seguridad nacional.
Tampoco debemos olvidarnos de la realidad de los adolescentes y jóvenes que ingresan al proceso penal nacional, dentro del cual es de nuestro interés saber si se respetan sus derechos y si realmente reciben un reformamiento de actitudes o si por el contrario la estadía en dichos centros va en detrimento de su desarrollo psicosocial, para poder cumplir su papel en la sociedad.
La juventud se ve plagada de los efectos de la globalización desde diversos puntos de vista, que son importantes tanto para el desarrollo personal como social de los jóvenes. Es por eso que trataremos es este capítulo no sólo lo que a nivel internacional se ha hecho para contribuir al conducir a lo jóvenes y orientarlos (como el Foro de Juventud de Naciones Unidas Reunión Regional De América Latina Y Caribe
Panamá 17 al 19 de Julio del 2000), tomando en cuenta los factores que más adelante desarrollaremos, entre ellos el papel del Estado, como influye la globalización en muchos aspectos de su vida y cómo las Organizaciones no Gubernamentales como el Movimiento Nacional de Juventudes, y Estatales como el Ministerio de Cultura Juventud Y Deportes, contribuyen en este proceso.
Reseña Histórica:
Durante la década de dictaduras militares que arrasaron con las formas de convivencia democrática en la gran mayoría de los países del continente, y posteriormente en los procesos de transición hacia la reinstitucionalización democrática, se pudo apreciar a nivel de la sociedad civil el surgimiento de organizaciones que se agrupaban en torno a reivindicaciones que iban más allá de las demandas sociales clásicas, como por ejemplo las de los movimientos sindicales o estudiantiles universitarios.
La década de los 80 fundamentalmente fue en América Latina la de la emergencia de los llamados «nuevos movimientos sociales». Basta recordar las organizaciones de pobladores urbanas, los movimientos feministas, las organizaciones ligadas a la cuestión de los derechos humanos, las organizaciones ecologistas, los movimientos de «los sin tierra» y de poblaciones indígenas, los movimientos religiosos de base, las organizaciones de cooperativistas y las de consumidores entre otros.
Bien es cierto que varios de estos movimientos sociales tienen una larga tradición en términos de su participación social, pero lo que interesa remarcar aquí, es que dichos movimientos junto a otros de más reciente emergencia fueron puestos a la consideración y análisis de científicos sociales, en la medida que estaban dando cuenta de la existencia de una ampliación de las demandas sociales y de los problemas que las generaban.
Al mismo tiempo que se ensayaban opiniones acerca del papel, la potencialidad, eficacia de dichos movimientos, de cuáles eran las innovaciones que presentaban en términos de los valores, intereses y metas colectivas que les daban sustento, comenzaba a repararse en los problemas que presentaban los partidos políticos —vueltos a un normal funcionamiento en los nuevos marcos democráticos— en lo que se refiere a su capacidad de articular y gestionar las nuevas demandas sociales.
La crítica a la productividad de los partidos políticos, daba cuenta de la falta de adecuación de las estructuras partidarias para dar cabida en su funcionamiento y vida interna a la diversidad creciente de nuestras sociedades.
Ya entrados en la década de los 90, y anclando estas reflexiones en términos de la participación juvenil, comenzó a pronunciarse una tendencia de fines de los 80, de retracción en la participación de las organizaciones en que tradicionalmente se habían agrupado los jóvenes.
Esta retracción de la participación en organizaciones juveniles más tradicionales, conlleva, además de una crítica implícita a las formas de participación existentes, un juicio de parte de los jóvenes acerca de la capacidad que dichas organizaciones tienen para representar sus intereses, motivaciones y proyectos vitales.
Esta situación de baja participación de los jóvenes ha dado lugar a un discurso que habla de la apatía de los jóvenes. Quizás el ámbito al que más frecuentemente se hace referencia cuando de apatía juvenil se habla, es el de la política.
Como se expresaba líneas arriba esta apatía es un juicio contundente —desde mi punto de vista— a la falta de productividad política de los partidos, y constituye una clara señal que convoca a la renovación de sus estructuras.
De todas maneras, no es ésta nuestra preocupación central, por lo que no se abundará en esta importante cuestión. Lo que sí nos parece necesario indicar, es que este discurso acerca de la apatía de los jóvenes constituye en nuestra opinión una nueva forma de estigmatización acerca de las conductas o de las opiniones de vida de los jóvenes.
En esta perspectiva, la pregunta que habría que hacerse es porqué se producen situaciones de apatía social, y no sólo de apatía juvenil.
Los estudios de opinión que cada vez con mayor profusión se realizan en nuestros países marcan una clara tendencia a la baja de la participación social tradicional en todos los sectores de la sociedad, y los datos que dichos estudios aportan están muy lejos de establecer claras diferencias estadísticas en términos de tramos de edad.
Pero aún hay una cuestión, más importante aún, que quisiéramos destacar.
La idea central que inspira ésta reflexión, es que existen formas de participación social y acción colectiva que cuentan hoy con menos adhesiones, pero ello no obsta para que puedan identificarse al nivel de nuestras sociedades y particularmente en los jóvenes, nuevas formas de asociación y de nuevos emprendimientos colectivos.
Si el analista pudiera cambiar la lupa con que mira, y no restringir el estudio de la participación social en tanto análisis de las organizaciones altamente institucionalizadas, entonces el fenómeno de la participación podrá componerse de una enorme diversidad de formas de acción colectiva que se están procesando cotidianamente en nuestras sociedades y en los jóvenes en particular.
Estas nuevas formas asociativas no tienen pretensiones abarcativas ni generales, funcionan en torno a cuestiones e intereses concretos, muchas veces temáticos, y tienen bajo grado de institucionalización; y se distancian de otro tipo de organizaciones existentes en que no incluyen como cuestión clave, como motivo de su constitución, el representar algo que vaya más allá de lo que pretenden gestionar o resolver.
Las hay que se consolidan y se abren espacios e incluso coordinan acciones y otras que permanecen en acción hasta que se concretan sus objetivos.
En nuestra opinión, este tipo de organizaciones son fundamentales porque son canales que permiten alternativas de participación, pero que no sustituyen el papel de las organizaciones tradicionales.
Incluso no parece positivo pensar en esquemas de inclusión de las primeras en las segundas. En algunos casos y en algunos países, organizaciones tradicionales intentaron incluir en sus estructuras estas nuevas formas de encarar la participación, ajustando sus códigos, pero la cuestión creo que va más allá de esto, El camino más adecuado parece ser asumir la pluralidad de formas de participar y buscar formas de relación desde ese reconocimiento.
En este sentido, la clasificación efectuada que reúne cuatro motivaciones para participar —que pueden ser adscritas perfectamente a los jóvenes— permite incluir una gran diversidad de acciones colectivas y superar un esquema que, a la hora del análisis se vuelve bastante infértil, como es el corte entre «jóvenes que se organizan» y «jóvenes que no se organizan».
Adoptar esta postura de mirar la participación como un fenómeno notoriamente fragmentado, diverso y por ende lleno de riqueza, conduce en nuestra opinión a poder concretar los aportes que los jóvenes pueden hacer a las políticas sociales que a ellos se dirigen desde la institucionalidad pública de juventud, y a identificar los aportes que las políticas de juventud pueden hacer al fortalecimiento de dicha participación.
Políticas sociales y políticas de juventud:
En materia de política social asistimos a un momento de debate que tiene variados niveles
Si bien todas las cuestiones que están hoy aún en discusión afectan directamente un posible debate sobre las políticas de juventud en particular, es imposible poder congregar en unas pocas páginas todas estas discusiones en su justo término y profundidad.
A riesgo de rayar en la puerilidad, nos parece necesario glosar algunas de las características de este debate, en aras de que se comprenda con mayor claridad la posición que se ha de asumir en las líneas siguientes, pues ella representa una toma de partido en algunos aspectos de este debate.
Básicamente, las actuales discusiones en materia de política social se sustentan en la crisis que ha sufrido el modelo de Estado Benefactor, y se encaminan por tanto a intentar establecer las bases de nuevas formas de relación entre Estado y sociedad civil.
Es por esta razón que la reforma de las políticas sociales es un componente fundamental de la reforma del Estado. Luego de la década de oro que representaron los 60 para la economía mundial, sobrevino la recesión de los 70 y con ella las críticas a un Estado que había llegado a los máximos niveles en materia de gasto social.
Es en este contexto que se operaron una serie de discusiones sobre el carácter, la instrumentación, la definición de los grupos destinarios a priorizar, etc., en lo relativo a las políticas sociales.
Dichas discusiones han tenido lugar en una situación, en la que —según una profusa cantidad de estudios— las políticas sociales implementadas en lo que corre de la actual década no han permitido reducir los niveles de pobreza a los guarismos que nuestros países ostentaban en la década de los setenta, y previo a la llamada «década perdida» de los 80, estando planteada aún la resolución de los problemas de la equidad y la justicia social.
Está abierto entonces un ancho campo a discusiones, que incluyen también cuestiones de menor nivel de generalidad, y donde en cada caso se da un intento de construir posiciones en el debate a partir de una asunción positiva a las críticas certeras que se han efectuado en todo este tiempo.
Entre las prioridades, y dado los serios problemas sociales por los que atraviesan nuestras sociedades, ha existido una fuerte tendencia a priorizar la utilización de los recursos en políticas que colaboren a atender a los sectores sociales que se encuentran en condición de extrema pobreza y que soportan las cargas de los procesos de reestructuración que se han realizado en nuestras economías.
Existe hoy un reconocimiento generalizado acerca de la necesidad de instrumentar políticas sociales dirigidas a los sectores de extrema pobreza o con necesidades básicas insatisfechas.
También contribuye a esta priorización, elementos tales como que el Estado debe ganar en eficiencia, utilizando sus recursos en estos sectores de la población mediante transferencias directas, contando para ello con mecanismos rápidos, ágiles y flexibles. Los programas de compensación social implementados a través de los Fondos Sociales de Emergencia han atendido pues a esta lógica.
No obstante, existen diferencias en cuanto a cuál es el marco estratégico en que las políticas sociales deben implementarse.
En el caso de las políticas de juventud, un concepto que ha ido ganando terreno es que la promoción de los jóvenes a partir de políticas sociales integrales que los tengan por sujetos de las mismas, constituye uno de los factores estratégicos en los proyectos de desarrollo de nuestros países y en su consolidación democrática. El pensar en los jóvenes como actores estratégicos en los procesos de desarrollo y como sujetos de derecho nos aparta de una concepción compensatoria de la política social y de la política de juventud en particular.
La política de juventud en el sentido estricto:
Por ello se entienden las cuestiones atinentes a la definición, diseño e implementación de los servicios y programas y las claves para su ejecución. Obviamente, se alude aquí al trabajo que realizan organismos nacionales y municipales de juventud: definición de las prioridades en consonancia con las del gobierno y con las necesidades detectadas, confección de programas, ejecución y evaluación de los mismos; relación institucional con el resto de los organismos de juventud y organismos del Estado que atienden directa o indirectamente al sector; establecimiento de mecanismos de cooperación internacional y regional, entre los más destacados.
Antes de entrar en una exposición acerca de los diferentes tipos de programas existentes, de los criterios metodológicos de intervención, de la articulación en la gestión entre organismos de juventud y la sociedad civil, quisiéramos destacar un solo aspecto, que aunque seguramente ha de formar parte de las preocupaciones de quienes tienen a su cargo gestionar las políticas de juventud, no siempre resulta sencillo poner en práctica.
Dicho aspecto es la consideración de la dimensión cultural en la confección de programas y servicios.
Si se parte del supuesto que existen lógicas diferencias de expectativas entre quienes tienen a su cargo la implementación de programas y los jóvenes beneficiarios de los mismo, entonces es claro que es necesario fortalecer los esfuerzos de comprensión de la «población objetiva», y ponerse a resguardo de pensar la política solamente «desde la cabeza del responsable de la misma», sino también incluir las expectativas existentes «en la cabeza de los jóvenes». Este esfuerzo no es nada fácil pero podría ser la clave para el éxito en la implementación de cualquier programa. Superar una visión sectorializada y fragmentada de la política requiere entonces —además de la coordinación de los diferentes servicios— pensar la política desde los sujetos antes que desde los servicios que se disponen o se pueden disponer.
¿Cuáles debieran ser las consecuencias prácticas de la aplicación de este enfoque?
El diseño de planes y programas debe tener como etapa previa un trabajo de campo que permita la mejor aproximación posible a los beneficios de los servicios.
En este sentido, los organismos de política municipal son excelentes instrumentos para cumplir esta labor.
Aún más, se puede apelar a la realización de técnicas diagnósticas participativas, interactivas, de carácter cualitativo como lo son los grupos motivacionales; técnicas éstas que no requieren altos costos, sino básicamente recursos humanos capaces de llevar a buen término la tarea.
Muchas veces los programas o líneas de acción están estandarizados, lo que no implica que su aplicación descontextualizada pueda asegurar la satisfacción de los objetivos perseguidos. La realidad es siempre más rica que las formulaciones programáticas, que inevitablemente deben servir como guías para el desarrollo de intervenciones debidamente contextualizadas.
En este terreno, los organismos municipales de juventud tienen mucho para aportar, y son los que están en mejores condiciones de enfrentar estos desafíos.
La política de juventud como política de legitimación:
Éste es un aspecto por lo general implícito en toda política de juventud, pero no por ello juega un papel menos importante en la definición y concreción de la misma.
Lo que importa es echar una mirada aquí, al elemento o dimensión política que están implícitos en toda política social y por ende en una política de juventud.
Quien lea estas páginas podría preguntarse a qué viene esta preocupación por el elemento político, en un texto que escribe desde una perspectiva técnica. Intentemos explicarlo
Quizás la respuesta a esta posible pregunta está en que de un tiempo a esta parte se viene construyendo una serie de nuevas certezas que definen y a la vez marcan un campo de restricción de lo «que es importante saber» y en lo «que es útil, eficaz y productivo pensar», de lo que «es necesario y básico para operar y lo que no lo es».
Dichas certezas, a la vez que ayudan a clarificar el campo y objeto del trabajo de los responsables en la gestión, definen como función principal para quienes intentan mirar estas realidades desde las perspectivas de observador, la de concretarse en aspectos que ayuden a mejorar actuaciones y perfomances antes que a revisar presupuestos.
Focalización, selectividad, eficiencia, eficacia, evaluación de impactos; son herramientas conceptuales cuya aplicación como criterios básicos para poder evaluar el éxito de una política de juventud, resultan hoy indispensables.
Como se puede observar, hoy los criterios de legitimación en la aplicación de las políticas de juventud tiene un fuerte componente técnico.
Es fundamental trabajar sobre la base de conocimientos fundados que permitan una mejor performance en la ejecución de los servicios, y que está por tanto en mejores condiciones de afectar positivamente a la calidad de vida de los jóvenes.
El problema puede plantearse cuando los criterios de validación o legitimación de una política de juventud se ciñen a componentes estrictamente técnicos.
Los riesgos de tecnocratización de la política de juventud comienzan a ser, en esta hipótesis, demasiado altos.
Durante mucho tiempo sucedió en nuestros países (América Latina), que quienes se hacían cargo de llevar adelante las políticas sociales eran políticos, que arribaban a estas responsabilidades como producto de acuerdos intra o extrapartidarios, pero que poco sabían de qué se trataba una política social, y lo que es peor, no se rodeaban o no le daban importancia al elemento técnico y a los invalorables recursos existentes en ese campo.
Tiempos de dilapidación de recursos y de clientelismo político, donde la política social ejecutada desde el Estado era una herramienta potente de creación o mantenimiento de base electoral.
Frente a esta realidad, en los últimos años se ha fortalecido un discurso que pone un fuerte acento en la revalorización del elemento técnico en tanto factor «despolitizador»; que es contemporáneo de la crisis de legitimidad de los partidos políticos en cuanto a su capacidad del resolver problemas.
Tanta fuerza ha tenido este discurso frente a la experiencia pasada, que en muchos casos la cuestión política corre el riesgo de quedar dejada de lado.
La tecnocratización de la política social es un riesgo que se corre en estos tiempos, que de efectivizarse tendría consecuencias no deseables.
En nuestra opinión la responsabilidad de la conducción de una política social es siempre una responsabilidad política que no puede ser sustituida por una perspectiva técnica, pero que sí debe apoyarse en ésta.
De lo contrario, bastaría con la adquisición de un know-how técnico para implementar una política adecuada, independientemente de quien fuera él o los actores políticos que la llevaran adelante, lo cual eliminaría las razones que determinan sus diferencias y por lo tanto su existencia.
Es importante que una política de juventud incorpore y explicite los fundamentos políticos que la definen, de modo que quienes resultan beneficiados por ellas puedan juzgar con conocimiento de causa los mismos.
Esto contribuye al debate democrático de la política de juventud, y no por ello invalida, por ejemplo, la posibilidad de que existan acuerdos sustantivos entre administraciones de diferente signo político, abriendo paso a políticas de Estado.
La política de juventud como promotora de construcción de ciudadanía:
Si bien ésta es una dimensión que podría ser incluida en la primera, dado que existen o pueden existir programas que persiguen el fortalecimiento de la condición ciudadana de los jóvenes (como por ejemplo los de «educación para la democracia»), he optado por darle un tratamiento separado, ya que la contribución al fortalecimiento de la democracia no tiene que ver sólo con una cuestión programática sino también eminentemente política, en el sentido amplio del término.
Los organismos que gestionan las políticas de juventud, tienen a mi entender un papel definitorio a jugar en el aporte a la construcción de ciudadanía, en la recreación de espacios democráticos.
¿Cuáles son las formas en las que se puede aportar a este proceso?
Por supuesto una primera forma está en la formulación de programas que propicien la participación de los jóvenes en concordancia con sus intereses.
El espacio de lo local es el ámbito ideal para poder identificar, apoyar y promover a grupos de jóvenes que se asocian en torno a la realización de actividades que por desarrollarse en un radio de acción más reducido no tienen visibilidad pública, pero son nuevas expresiones que contribuyen a renovar el llamado tejido asociativo, y posibilitan un mayor abanico de opciones a los jóvenes que buscan canalizar sus intereses a través de apuestas colectivas.
Son éstos —espacios donde se debate, elabora y actúa en torno a un proyecto común, y desde donde se puede apoyar el reconocimiento de los derechos y responsabilidades— donde se puede también reforzar una actitud de conciencia comunitaria y ciudadana.
Pero decíamos líneas arriba que la contribución a la construcción de ciudadanía, de una cultura de la democracia, no supone exclusivamente la confección de programas que atiendan a estos objetivos, sino que involucra además una actitud política de parte de los organismos de juventud.
Examinemos de cerca, por ejemplo, la relación de los organismos de juventud con las organizaciones juveniles tradicionales.
Existe hoy un consenso en que las Políticas de Juventud deben ser concebidas de tal modo que los beneficiarios sean además agentes que participen en las etapas de construcción de las políticas.
No obstante, han existido problemas y sobre todo están planteados algunos desafíos en la relación entre el mundo gubernamental y el asociativo, ya que este consenso acerca de los actores que deben estar involucrados en la realización de las políticas, a veces no ha pasado de ser discursivo.
Quizás las razones haya que buscarlas en que en algunos casos es necesario aún continuar un proceso de superar desconfianzas.
En aquellos casos en que el consenso no es sólo discursivo sino también operativo, se plantean otro tipo de problemas. Entre ellos, la debilidad de las organizaciones juveniles por falta de recursos, que conspira contra su organización; o la inexistencia de un marco legal que reconozca su aporte y les permita ganar la estabilidad necesaria para desarrollar los mismos.
Pero hay una cuestión en la que me quiero detener. Puede resultar una tentación para los organismos de juventud, adjudicar a las organizaciones juveniles como papel central el de la intermediación entre ellos y sus representados o los jóvenes en general, y por lo tanto de legitimadores de su acción.
Desde nuestro punto de vista, esto no le haría bien a la construcción de políticas de juventud participativas en el mediano plazo.
La riqueza de la conjunción de esfuerzos entre organismos de juventud estatales y organizaciones juveniles en la implementación de políticas, radica justamente en que ambas partes construyan consensos a partir del reconocimiento de la diferencia, de la afirmación de identidades distintas, de la representación de intereses también distintos.
De no ser así, el riesgo para los organismos de juventud está en perder masa crítica. De que en ese intento integrador se ahoguen las disonancias que posibilitan el diálogo y el arribo a acuerdos, y que los mismos se transformen de acuerdo técnicos, o acuerdos para la ejecución.
Del otro lado, el riesgo para las organizaciones juveniles tradicionales, o de los mecanismos de coordinación que éstas se dan, está en asumir exclusivamente un papel de intermedio y dejar de lado la dimensión reinvidicativa en tanto expresión de sus intereses.
De no existir diálogo a partir de identidades distintas —aunque con el horizonte de objetivos comunes— la que pierde es la construcción democrática y participativa de la política de juventud.
En síntesis, las políticas de integración social —que deben ser perseguidas— tienen como límite el punto en que las mismas impiden la concreción de acuerdos entre Estado y sociedad civil debido a la supresión de la diferencia.
Ello implica la necesidad de invertir en el fortalecimiento de los papeles de cada uno, en la manera de construir acuerdos a partir de la pluralidad de intereses.
Cómo podemos ver en el cuadro anterior, de nuestro país solamente participaron dos personas en dicho foro, y podemos concluir que en este caso el Movimiento Nacional de Juventudes y el Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes, no se hicieron presentes en este caso, lo que talvez, sacando conclusiones apresuradas, podría reflejar que pueden haberse celebrado algunas otras actividades e las que este tipo de organismos, que si¡on los encargados de los jóvenes en nuestro país no hayan mandado delegados, lo que trae consecuencias negativas al desarrollo de los mismos en nuestro país.
Entonces ¿existirá un verdadero interés por parte de los organismos del Estado como de las ONG, en Costa Rica, para velar por el futuro de las nuevas generaciones y las consecuencias que el proceso de globalización traen consigo?
Por esto hemos visitado ambos entes para saber que hacen ellos al respecto:
Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes:
Misión:
El Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes es el ente rector de las políticas nacionales en dichas áreas. Le corresponde fomentar y preservar la pluralidad y diversidad cultural y facilitar la participación de todos los sectores sociales, en los procesos de desarrollo cultural, artístico, deportivo y recreativo, sin distingos de género, grupo étnico y ubicación geográfica; mediante la apertura de espacios y oportunidades que propicien la revitalización de las tradiciones y manifestaciones culturales, el disfrute de los bienes y servicios culturales, así como la creación y apreciación artística en sus diversas manifestaciones.
Objetivos Institucionales:
1. Fomentar, preservar y proyectar las diversas manifestaciones culturales en todas las regiones y entre todos los grupos humanos que conviven dentro y fuera de nuestro territorio. Promover modelos de desarrollo participativo, que permitan a las comunidades el disfrute de los bienes y servicios sociales, culturales, artísticos, deportivos y recreativos.
2. Promover la creación de espacios, oportunidades y mecanismos que fomenten la participación ciudadana de manera que las comunidades tengan acceso y puedan disfrutar de los bienes y servicios culturales, artísticos, deportivos y recreativos.
3. Promover e incentivar la producción y difusión cultural y artística en sus diversas manifestaciones a nivel nacional, regional y comunal.
4. Rescatar, conservar, proteger y divulgar el respeto por nuestro patrimonio histórico y cultural particularmente en los diferentes campos que ello comprende, lo que incluye aspectos arquitectónicos, documentales, arqueológicos y patrimonio intangible.
5. Promover, fomentar e incrementar el acceso a la práctica de los deportes, a la educación física y la sana recreación para todas las personas, sin discriminación alguna y en todas las comunidades del país.
6. Crear espacios y oportunidades que incrementen la participación de la juventud, sin distingos de género, en todo los ámbitos de la vida nacional, particularmente en la toma de decisiones en temas que les atañen directamente y en la construcción de soluciones que partan de sus iniciativas, demandas y expectativas.
Objetivos Específicos:
1.-Desarrollar un programa de modernización institucional, tanto en el área de informática como en el ámbito organizacional, con el propósito de agilizar los procedimientos de trabajo para alcanzar mejores niveles de eficiencia y efectividad.
2.-Dar seguimiento al proceso de planificación, evaluación y ejecución presupuestaria, con el fin de medir los resultados de la acción con el sector cultural y asignar los recursos de una manera más eficiente.
3.-Ejecutar investigaciones e inventarios del patrimonio urbano, arquitectónico y de las principales expresiones de la cultura popular costarricense; con el fin de conservar y salvaguardar el patrimonio histórico y cultural del país.
4.-Ejecutar proyectos de inversión en obras de restauración y rehabilitación de edificaciones y Centros Históricos declarados Patrimonio Nacional y fiscalizar los proyectos emprendidos por particulares, para salvaguardar el acervo histórico-arquitectónico del país.
5.-Estimular y apoyar a los creadores a través de premios, reconocimientos, homenajes y becas con el fin de crear espacios y oportunidades que faciliten la capacidad creadora de todos los sectores y grupos sociales.
6.-Realizar diversas presentaciones y actividades culturales en todas las regiones del país, que propicien la participación de las comunidades en la promoción y ejecución de programas y proyectos culturales y que promuevan el conocimiento de los rasgos y manifestaciones que caracterizan cada región del país.
7.-Dotar al Sistema de Bibliotecas Públicas y la Biblioteca Nacional de colecciones documentales, tecnología e infraestructura adecuada, que permita dar un servicio más ágil y oportuno; así como atender un mayor número de usuarios.
8.-Brindar conciertos en los diferentes parques de cabecera de provincias del país,y participar en las diversas actividades que organizaciones y grupos públicos y privados lo soliciten, con el fin de despertar el interés por la cultura musical y brindar al pueblo costarricense la oportunidad de disfrutar del repertorio musical que ofrecen las Bandas Nacionales.
9.-Promover la formación de músicos en las comunidades y propiciar el surgimiento de nuevas agrupaciones bandísticas en todo el país (comunales, colegiales, institucionales), con el fin de difundir el amor por la música y rescatar la tradición bandística de nuestro país.
Ministerio de Cultura:
Dirección General de la Cultura
Desde la creación del Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes, existió la necesidad de crear la Dirección General de Cultura, dependiendo del despacho del Ministro, que se encargará en primera instancia de todos aquellos programas, proyectos o actividades, a nivel nacional e internacional que involucraban, no solo a las personas del propio Ministerio, sino a toda la población comprometida con el quehacer cultural del país. El otro factor importante que justifica la existencia de esta Dirección es de servir de enlace entre el Ministerio y el resto de las regiones del país.
Era necesario crear un ente que asumiera esta responsilidad por medio de proyectos concretos que estimularán el desarrollo cultural regional.
La Dirección General de Cultura es la entidad que debe llevar a cabo la coordinación y ejecución de los programas de estímulo a la creación, recuperación y fortalecimiento de la identidad cultural en todo el territorio nacional, para que el mayor número de personas gocen del derecho a la expresión a nivel recreativo, aficionado y profesional elevando el nivel cultural y calidad de vida.
Es responsabilidad de esta Dirección involucrar en todo el proceso de desarrollo cultural a los gobiernos locales y demás fuerzas vivas de la comunidad, para que a mediano y largo plazo éstas asuman la tarea desde el punto de vista organizativo y económico, manteniendo el Ministerio una posición asesora.
Órganos adscritos al MCJD:
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Archivo Nacional
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Centro Costarricense de Producción Cinematográfica
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Centro Cultural e Histórico José Figueres Ferrer
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Comisión Nacional de Conmemoraciones Históricas
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Movimiento Nacional de Juventudes
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Museo de Arte Costarricense
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Museo Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia
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Museo Histórico Cultural Juan Santamaría
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Museo Nacional
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Museo de Arte y Diseño Contemporáneos
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Teatro Popular Mélico Salazar
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Teatro Nacional.
Como hemos visto, éste Ministerio, que tiene incluido en su nombre la palabra Juventud, no tiene ninguna sección especializada en ello; y las respuesta recibida en la secretaría de la Dirección del Ministro fue que la información al respecto estaba delegada al Movimiento Nacional de Juventudes, que dicho sea de paso, es una ONG, por lo tanto el Estado no cuenta por sí mismo, con un ente que vele directamente con la juventud y se muestra como el MCJD, sólo se interesa por la identidad nacional y la cultura en general.
Movimiento Nacional de Juventudes
Naturaleza jurídica:
Órgano desconcentrado adscrito al Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes.
Funciones
Estará encargado de elaborar programas y coordinar actividades de la juventud al servicio de la Nación.
Competencias
El objetivo del Movimiento Nacional de Juventudes será inculcar en la juventud costarricense sentimientos de amor a la Patria y al trabajo, y espíritu de servicio, altruismo y cooperación. A este efecto:
Creará centros de atracción en las comunidades que ofrezcan a los jóvenes un marco de posibilidades de estudio y trabajo, complementarias de las recibidas en los centros académicos y llevará a cabo todas aquellas actividades que contribuyan al logro de sus fines.
Actividades:
El MNJ se encarga de trabajar con jóvenes en programas de participación, voluntariado, salud, educación, entre otros. Este movimiento realiza campamentos, campañas para cuidar Parques Nacionales, temas de sexualidad, reuniones religiosas y estuvo involucrada en la Cumbre Latinoamericana de Juventudes en el año 2000.
Conclusiones:
Quisiéramos plantear en estas últimas líneas una síntesis de los aspectos que se han venido considerando. Las afirmaciones que siguen, lejos de pretender ser definiciones taxativas, intentan dar cuenta de respuestas a una serie de preguntas que hemos estado haciendo.
Las políticas juventud son parte central de un proyecto de desarrollo, en tanto contribuyen a la democratización de la sociedad.
Las políticas de juventud no se restringen a una dimensión de prestación de servicios. Deben incluir además la promoción de la participación de los jóvenes en la definición del servicio, de modo que este último sé engarué y adecué a su proyecto vital.
Ello supone incluir en el diseño e implementación de las mismas, la consideración de los valores, motivaciones, tradiciones culturales, sensibilidades distintas; que redefinen el contenido mismo del servicio, le otorgan especificidad, y le permiten ser más eficaz.
La legitimación de la política de juventud se obtiene por la vía de la eficacia técnica en la implementación de planes y programas, pero también en la explicación de los fundamentos políticos que le dan sustento.
En este marco la política de juventud se pone indefectiblemente en debate, dado que ya no es solamente una transferencia de servicios, sino que una propuesta sometida a reformulación, y cuya implementación eficaz y exitosa depende de la obtención de un consenso, de un acuerdo entre actores distintos, con intereses y racionalidades también distintas.
La política de juventud pierde unilateralidad, se hace dialógica y por tanto posible de crítica. Su puesta en práctica es entonces, a la vez que un servicio, también la legitimación de un derecho de los jóvenes; y es a la vez una interpelación a la asunción de responsabilidad social de los mismos.
Su efecto es el reforzamiento de la condición ciudadana de los jóvenes, y por tanto el fortalecimiento de la democracia.
En esta perspectiva, las políticas de juventud constituyen a la vez:
Un esfuerzo técnico en la construcción de programas y servicios que contribuyan al mejoramiento de la calidad de vida de los jóvenes.
Un esfuerzo político explícito de integrar a los jóvenes en la construcción de un proyecto de sociedad con una determinada orientación.
Un esfuerzo democrático, pues prima la lógica del reconocimiento de la diversidad, antes que ver las realidades de los jóvenes en términos de una fragmentación social que se resiste a encajar en la implementación de planes y programas.
Democrático porque dentro de este tipo de régimen se supone una participación ciudadana en la que se pone relevancia a las necesidades específicas de un pueblo o nación con respecto al desarrollo, economía, sociedad, educación, salud, etc, de la misma y para ello se necesita concentrarse en un lugar específico, o sea en la cultura de un país, tomándolo como una identidad nacional independiente de los demás países, sin dejar de lado que tiene una gran influencia de ellos.
Con respecto a nuestro país y las instituciones para Jóvenes que visitamos y mencionamos en este capítulo, sobra decir, que no están lo suficientemente preparadas para cubrir con las demandas del mundo globalizado actual y que los programas que desarrollo el MNJ, son más para la superación e uniformación de aspectos básicos de la vida pero nos queda la duda de sí los contenidos de las charlas, campamentos, conferencias, entre otros, que realizan los enfocan hacia la mundialización o sólo a la superación personal y del desarrollo del país en campos como el ecológico, entre otros.
CAPÍTULO IV
La Ley de Justicia Penal Juvenil
La juventud es sinónimo de entusiasmo, idealismo, fortaleza… Es la época de las destrezas físicas y del gran dinamismo intelectual. La creatividad, el análisis, el espíritu crítico, son atributos de ésta etapa.
Lamentablemente hoy en día vemos muchas actitudes negativas en algunos de esos jóvenes, lo cual nos inquieta mucho y nos hace interesarnos en ver si los jóvenes costarricenses realizan estas conductas motivados por la globalización, o más bien por los patrones a imitar que ésta contiene, o por rebeldía u otros factores que son importantes en el desarrollo, en esta etapa de la vida, o qué se encarga de las actitudes más disconformes con el ordenamiento social de dichos jóvenes.
Este capítulo se orienta al análisis de la legislación ( Ley de Justicia Penal Juvenil), si la hay y si se cumple, y por cuáles medios.
Debido a que dicha problemática presenta un gran tema de interés y discusión para el desarrollo de nuestra investigación, sin dejar de lado la importancia que tiene tanto para la jurisdicción como para la seguridad nacional.
Tampoco debemos olvidarnos de la realidad de los adolescentes y jóvenes que ingresan al proceso penal nacional, dentro del cual es de nuestro interés saber si se respetan sus derechos y si realmente reciben un reformamiento de actitudes o si por el contrario la estadía en dichos centros va en detrimento de su desarrollo psicosocial, para poder cumplir su papel en la sociedad.
PROBLEMÁTICA:
Se dice que la criminalidad juvenil sólo es posible enfrentarla recurriendo a métodos violentos, con el fin de defender a la sociedad. Hay una cierta tendencia a creer que un sistema duro y represivo es igual a un sistema penal eficaz. De ahí entonces que haya un sentimiento generalizado en la población para resolver el problema de la delincuencia juvenil por medio de la confrontación y el castigo.
La percepción de la criminalidad y el temor a ser víctima de un delito, agiganta y distorsiona la realidad, con un efecto multiplicador desproporcionado sobre todo tratándose de hechos realizados por grupos de jóvenes y adolescentes, lo cual aumenta la posibilidad de adoptar políticas equivocadas con relación a la prevención en general.
La situación se agrava cada vez más debido a que los individuos han sido enseñados hacia la solución represiva como único medio capaz de defenderse ante los peligros de la delincuencia.
Es evidente, que el sistema de justicia penal juvenil se manifiesta incapaz de resolver lo concerniente a sus funciones: disminuir los hechos punibles cometidos por los menores de edad.
Esto significa que la pena, como instrumento principal de este sistema, falla en lo que respecta a la función de prevención de los delitos.
Podríamos decir que existen tres limitaciones y defectos del sistema penal juvenil:
El control penal puede intervenir, se interviene, únicamente sobre los efectos, ya que actúa sobre las consecuencias y resultados, y no sobre las causas de los conflictos sociales.
El sistema penal actúa de manera reactiva frente a los delitos y no de forma preventiva contra éstos. Interviene cuando las consecuencias de las infracciones ya se han producido y no para evitarlos.
La mejor manera de prevenirse contra la delincuencia juvenil es la de impedir que surgen delincuentes juveniles, para lo cual se requieren adecuados programas de asistencia social, económica, educacional y laboral.
“Es obvio que debemos prevenir la delincuencia juvenil, y en esto no creo que haya disidentes. El problema está en ver si estamos dispuestos a intentarlo, y más aún, a transformar ese deseo en una verdadera política de gobierno en todas sus implicaciones, pues requiere de la participación de una gran cantidad de sectores, tanto públicas como privadas. La prevención verdadera implica el desarrollo de políticas y programas que permitan una mayor distribución de la riqueza, más adecuados programas de asistencia social, el fortalecimiento de la educación en todos los niveles como una prioridad, oportunidad de trabajo, en fin mejores oportunidades de vida en todos los sentidos y para todos.”
Principio generales contenidos en la Ley de Justicia Penal Juvenil:
La Ley de Justicia Penal Juvenil se apoya en un nuevo modelo, el punitivo garantista, que trata de atribuirle al delincuente menor de edad una responsabilidad frente a sus actos, y a la vez le reconoce las garantías de los adultos, con un trato adecuado por su condición de menor de edad.
Para efectos de esta ley y de acorde con lo establecido por Ley 7383, el menor de 12 años es inimputable penalmente, sin embargo la ley acepta la posibilidad procesal de que un menor de 12 años pueda ser sometido a “una medida administrativa” que conlleve “la restricción de la libertad ambulatoria del menor de edad”. Para la intervención judicial se diferencia entre los menores de 12 a 15 años y los que se encuentran entre los 15 y los 18 años, ajustándose a las disposiciones de las Naciones Unidas
Con la Ley se creo un cuerpo especial de jueces, fiscales, abogados defensores y policías para la etapa de investigación y un Juzgado de Ejecución de las Sanciones, para darles el trato que como menores de edad, les garantiza la misma ley.
Derechos Fundamentales de los menores de Edad en la Ley de Justicia Penal Juvenil.
Al igual que en las leyes penales para adultos, en esta ley vemos contemplados derechos tales como el principio de legalidad, tanto en los ámbitos de tipicidad penal como en la legalidad de las sanciones.
En relación con las sanciones contempla el principio de racionalidad y proporcionalidad de las sanciones y la determinación de las mismas; contiene el derecho a la seguridad jurídica y a conocer el tipo y extensión de la sanción. En el campo del derecho procesal abarca normas como la presunción de inocencia, el derecho al debido proceso, a abstenerse a declarar, el principio de “non bis in idem”, el principio de aplicación de la Ley y la norma más favorable, el derecho de defensa, el principio de prohibición de reforma en perjuicio y el principio del contradictorio.
Por tratar con menores de edad la Ley contempla normas de especialidad, que regulen algunos derechos al menor; entre las que se pueda citar: el principio de justicia especializada. Por otra parte esta el principio de confidencialidad y el derecho de privacidad y contempla procesos más expeditos.
Las sanciones.
Sanciones Socio-Educativas:
Amonestación o advertencia: llamada de atención que el juez hace oralmente al menor de edad “exhortándolo para que se acoja a las normas de trato familiar y convivencia social”
Libertad asistida: se dará la libertad al menor, quedando este bajo las condiciones de continuar con sus estudios y orientación del Juzgado Penal.
Prestación de Servicios a la comunidad: Dicha sentencia se realizara por parte del sentenciado los fines de semana y días feriados, con una horario de 8 horas semanales durante un periodo máximo de 6 meses, en lugares como hospitales, escuelas, parques nacionales, entre otros.
Reparación de daños: son los trabajos directos a la victima para resarcir los daños, los cuales no pueden exceder ni la cuantía ni los perjuicios ocasionados.
Sanción como ordenes de orientación y supervisión:
Mandamientos o prohibiciones para regular el modo de vida del sentenciado, con un periodo máximo de 2 años. Entre algunas de ellas podemos mencionar: cambiar de lugar de residencia, ordenar matricularse en un centro educativo u la adquisición de un trabajo, o el internamiento en un centro de desintoxicación.
Sanciones Privativas de Libertad:
Las cuales serian internamiento domiciliario, con su familia o esta puede ser sustituida por un ente o vivienda de comprobada responsabilidad. Internamiento en tiempo libre en un centro especializado con el fin de que no tenga que incumplir con su horario de trabajo o de estudio. Internamiento en un centro especializado impuesta a delitos dolosos con pena de prisión superior a los seis años, o por incumplimiento de las sanciones socio-educativas u ordenes de orientación y supervisión impuestas.
Para los menores de entre los doce y los quince años la medida durara un periodo máximo de 10 años, y para los menores entre quince y dieciocho años la sanción durara un periodo máximo de 15 años. (Art. 131 Ley 7576)CONCLUSIONES:
En la actualidad se han denominado de diferente manera a los grupos de jóvenes calificados de riesgo social por sus actitudes, conductas, situación de vida, entre otros, que los diferencian, pero tienen en común dos cosas: la preocupación y la alarma social que provocan y por otro lado, la falta de distinción entre lo que constituye una actividad delictiva propiamente dicha y un comportamiento simplemente desviado de las costumbres y tradiciones.
Se dice que como respuesta a ésta situación se podría implantar una mayor “seguridad ciudadana”, que se utiliza como sinónimo de seguridad física en las calles y en las casas, olvidándose de un verdadero concepto que debería incluir a su vez otras libertades públicas y privadas, conformadas por derechos sociales, los cuales nunca se ven afectados por la existencia de estos grupos.
El temor de la sociedad de ser víctima de un delito realizado por grupos de jóvenes y adolescente, crea un sentimiento generalizado de que para resolver el problema de la delincuencia juvenil e infantil por medio de castigo y confrontación. Algunos consideran que a los delincuentes no deben de reconocérseles sus derechos y en consecuencia deben ser juzgados en procesos sumarios, con aplicación irrestricta de prisión preventiva, olvidar el principio de presunción de inocencia, entre otros ya que erróneamente se cree que un sistema penal duro y represivo es sinónimo de sistema eficiente.. Con el análisis de la Ley de Justicia Penal Juvenil de nuestro país, se puede ver cómo se trata de llegar a sanciones severas sólo en casos realmente extremos y además por medio de una visita realizada a un centro penal juvenil podemos apreciar cómo con medidas de seguridad, de vida y de educación adecuada, se puede mantener un orden de disciplina por parte de los menores dentro del centro y cómo se les puede ayudar a resocializarse, haciendo eficaz las normas de dicha ley, sin tener que ser realmente severos y respetando la vida, la dignidad y los derechos fundamentales de los jóvenes.
Algunos puntos de vista como el conservador propone cuatro factores que consideran básicos para combatir la criminalidad juvenil y son: aumentar y militarizar la policía, aumentar y endurecer las penas, y aumentar el número de personas detenidas.
Esto no nos brinda una mayor seguridad ciudadana porque; en primer lugar hay muchos delitos que se cometen diariamente que no se realizan en la calle sino en ámbitos de la intimidad, en segundo lugar porque la eficacia del sistema depende del buen funcionamiento de la totalidad de sus componentes y no sería el más eficaz el sistema con militarizar y aumentar la policía y en tercer lugar no tiene sentido pretender reducir la violencia en las calles poniendo a más personas en prisión. Lo anterior no significa que se descarte la intervención policial ya que ésta es indispensable para una adecuada y correcta aplicación de la ley, y nuevamente observamos que en el centro penal visitado se cumple con uno de los requisitos que establece la ley penal juvenil y es que lo “policías” que estén con los jóvenes sean especializados para tratar con menores de edad y esto en la práctica se cumple lo que hace un poco más confiable el sistema.
En cuanto a los montos de las penas en materia juvenil o de menores, van de acuerdo a cada figura delictiva y no tiene aplicación directa, la verdad es que siempre tiene alguna incidencia porque los tribunales de menores tienden a establecer el tipo de “medida tutelar” en proporción a la gravedad del hecho y a la gravedad de la pena prevista para adultos en la ley, más que a las necesidades de tratamiento y atención que requiera el menor.
Pero si bien es cierto estas medidas de “represión” contra aquellos jóvenes que cometan delitos se dan después de cometido el acto delictivo, no se ha logrado la prevención antes que la represión y esta debería de ser la regla básica en materia de menores y se debería de pensar más seriamente que la mejor manera de prevenir la delincuencia juvenil es la de impedir que surjan delincuentes juveniles, para lo cuál se requieren adecuados programas de asistencia social, económica, educacional y laboral.
La necesidad de reducir la intervención de todos los subsectores del sistema represivo del Estado, tales como la policía, el Ministerio Público, los Jueces y el sistema penitenciario, así como de otros sectores del Estado, dándole mayor intervención a otros grupos de la vida social en la solución del conflicto y en la búsqueda de alternativas viables, como la familia, la escuela, la comunidad, las asociaciones, etc, puede ser otra manera de no llegar hasta la última ratio.
En parte lo señalan claramente las Reglas de Beijing (Reglas Mínimas de N.U. para la administración de justicia de menores) al disponer:
"Artículo 1.3: ...al menor que tenga problemas con la ley, se concederá la debida importancia a la adopción de medidas concretas que permitan movilizar plenamente todos los recursos disponibles, con inclusión de la familia, los voluntarios y otros grupos de carácter comunitario, así como las escuelas y otras instituciones de la comunidad."
"Artículo 11.1: "Se examinará la posibilidad, cuando proceda, de ocuparse de los menores delincuentes sin recurrir a las autoridades competentes, mencionadas en la regla 14.1 infra, para que los juzguen oficialmente"
Luego del análisis realizado a la Ley 7576, podemos concluir que esta legislación se basa en la igualdad, el respeto a la dignidad, a los derechos, el principio de legalidad, derecho a la privacidad, principio de racionalidad y proporcionalidad, entre otras cosas que protege y resguarda. Y lo más agradable de todo es que en la práctica, al menos al centro visitado se cumplen todos estos “principios “ básicos para lograr formar o más bien reformar a los jóvenes que están inmersos en el mundo de la delincuencia el único fallo realmente de peso es que al cumplir la mayoría de edad y ser trasladados a la sección de adulto joven no se le da continuidad al proceso y se corre el riesgo de que el joven se deforme nuevamente.
Esto en relación con la globalización, se puede ver desde el punto de vista de que se trata de reinsertar en la sociedad a éstos jóvenes que han delinquido, muchas veces bajo los efectos de las drogas del alcohol o por problemas patológicos, y refiriéndonos a los dos primeros, son a su vez algunas de las cosas negativas que la globalización trae consigo, y aquí se refleja como de una manera u otra está presente en la vida de estos jóvenes y al reinsertarlos en la sociedad se enfrentan a un mundo lleno de violencia, de problemas sociales, económicos, familiares, étnicos, entre otros que son iguales en todo el mundo que van a afectar su moral, su identidad y su individualidad.
CONCLUSIONES.
Diana Carvajal:
Este trabajo, terminó siendo para mí una sorpresa, la verdad es que no pretendía aprender mucho de él; o tal vez consideraba que ya todo lo que había sobre el tema lo sabía.
Las cosas al final resultaron distintas; me sorprende el ver cuán desorientados están los jóvenes en cuanto a lo que es la globalización y en la forma en la que ellos se pueden ver afectados; si bien es ciertos toda nuestra generación es hija de la globalización, las cosas de veinte años para acá han cambiado drásticamente.
Me impacta también el hecho de que el Estado no se haya preocupado de la forma que debiera, y lo que es peor que no les haya dedicado a los jóvenes la atención que realmente necesitan.
Antes las posibilidades de empleo talvez no fueran más o mejores, pero al menos sabíamos que no iba a ser tan difícil encontrar una manera de subsistir, aunque esta fuera una manera mediocre de pensar.
Hoy es la ley del más fuerte la que impera, quién no esté preparado morirá o quedará rezagado; esta es una carrera en la que los más beneficiados son aquellos que tienen los recursos económicos, científicos y tecnológicos de su lado.
La globalización es buena en el sentido de que nos obliga a ser mejores, a ser personas que desarrollen sus deseos de aprender. Lo que hace que el mundo sea un mundo más preparado. El problema es que dentro de esta concepción de mundo solamente entran los que los grandes y poderosos deciden. Los demás para lo que sirven es para bodegas o para patios traseros para dejar tirada toda su porquería.
Y si creemos que esto no es cierto, entonces porqué es que en América Latina las grandes transnacionales tienen ahora muchas de sus industrias, porqué es que disfrazan esto como un supuesto desarrollo, cuando lo único que están haciendo son casi esclavos, personas a las que explotan por unos salarios que en sus países son una ofensa a la “dignidad humana” de sus habitantes. Algo más para destacar es que en sus hogares cada vez es menos la contaminación que se genera, además de que los paisajes no se ven tan afectados con todas esas feas moles de concreto y metal que a nosotros los tercer mundistas nos inundan cada vez más, hasta llegar a irrespetar inclusive lo que antes se podían llamar zonas residenciales.
Hay que encontrar la manera de despertar la conciencia de éstos que se creen más; no es que aquí en el tercer mundo las personas sean menos inteligentes o capaces, lo que pasa es que todos tenemos ese complejo de que lo que se hace en el extranjero es mucho mejor que lo de aquí; la verdad es que hemos crecido apantallados por toda la tecnología y ciencia que han desarrollado los demás, esto es lo que hay que superar.
Con esta mentalidad es que hay que educar a los jóvenes. Si bien es cierto que la globalización tiene muchas cosas malas, especialmente para ellos; hay que admitir que también ha traído cosas buenas; pues todo lo bueno tiene algo malo, y lo malo tiene algo bueno.
Este trabajo invita a la reflexión y a la lucha, esto de la globalización es algo que todavía estamos a tiempo de controlar, pero este control, esta dominación requiere de la educación, de la capacitación de las personas que se van a enfrentar a ella. Por lo que le papel del Estado y las políticas que él fomente van a ser críticas en este proceso.
Es el momento de que el diálogo se abra, que la oportunidad se le brinde a los jóvenes; es el momento de fomentar la identidad nacional, la idea de que todos somos iguales y tenemos el mismo derecho a disfrutar plenamente de todos los beneficios de la globalización.
Llegó la hora, y en especial en éstos momentos en nuestro país con el año electoral, de que los jóvenes costarricenses, los nuevos electores, les exijamos soluciones a los políticos, respuestas concretas, acción y no simple y pura palabrería como se ha venido haciendo hasta ahora.
El país no es una empresa, es un ser vivo, un ser en el cual muchos de sus miembros se están comenzando a enfermar; ésta es la hora de comenzar a aplicar la cura, ya no hay tiempo para que el gobierno siga experimentando con nosotros; la acción y la salvación comienza hoy y ahora...
Pamela Ampié:
Considero que este trabajo me enseño a darle otra perspectiva a lo que es la intervención del estado, ya que yo consideraba que era mínima.
Al realizar este trabajo en conjunto con mis compañeras me he dado cuenta de que el problema no es lo que el estado hace o no hace por las personas, sino, la interpretación que hacen las personas a la intervención del estado además es básico pensar que el inicio del problema es que los y las jóvenes de Costa Rica no hemos aprendido a tomar en cuenta lo bueno que ha traido la globalización para nosotros y por el contrario utilizamos este termino como justificante a todas las acciones que realizamos y este es el primer gran error que deberíamos corregir.
Con respecto a las políticas que el estado esta iniciando para corregir las acciones delictivas de los jóvenes me parecen muy positivas pero también considero que le hace falta aun mucho desarrollo ya que muchas personas, incluso yo, no conocia de las políticas que se implementaban para la corrección de los jóvenes.
Aparte de lo anterior considero que no solo la globalización ha influido en el incremento de la delictividad de los jóvenes, también seria importante conocer los otros factores que han intervenido en este problema social.
También considero que en general Costa Rica hacen falta muchas otras políticas no solo para corregir, sino, prevenir porque en ese momento es donde se necesitan verdaderas políticas para a partir de ese momento poder hablar de una sociedad costarricense en donde la globalización no influya en los jóvenes de manera negativa.
En general considero que este trabajo de investigación me ha provocado tener curiosidad acerca de los cambios que ha sufrido la globalización en todo el mundo y en mi país y también la gran preocupación que están demostrando los gobiernos para corregir el daño en la sociedad.
Karla Corrales:
A través del desarrollo del trabajo he podido observar cómo influye la globalización en la vida de los jóvenes, no sólo en nuestro país sino en todo el mundo, es por esto que hasta cierto punto me preocupa el papel que está tomando el Estado costarricense al respecto, puesto que estadísticamente hemos podido saber que los mismos jóvenes creen que son ellos lo que más se ven perjudicados a raíz de dicho fenómeno o más bien proceso de desintegración nacional, de la pérdida de identidad, de sentir que se pertenece a un lugar determinado, que se tienen raíces propias y una cultura nacional, y qué es lo que ellos hacen al respecto, ¿tienen personal capacitado en los lugares en donde se supone deben saber al respecto para orientarlos?, y si llegan ¿les brindan la ayuda que necesitan, los orientan realmente o sólo los incorporan a grupos que les ayuden en su autoestima y que contribuyan a la conservación de la naturaleza?. El Estado, en mi opinión, no contribuye mucho con ellos al respecto, porque incluso en el Ministerio de Cultura Juventud y Deportes no existe un sector con la finalidad de ayudar a los jóvenes y se interesan casi únicamente por la cultura del país y no por la problemática que podría estar enfrentando y le delegan esa función a una Organización NO Gubernamental, para que se encargue de esto.
Creo que el proceso de globalización, si bien es cierto ya está bastante avanzado, es inevitable y talvez, tenga a su vez rasgos positivos para el desarrollo del país, pero no hay que dejar de lado que también no da lugar a la tolerancia, a la individualidad, al buen desarrollo de nuestra vida sin estar “obligados” a seguir las conductas de la colectividad o más bien de las potencias mundiales, que nos han inculcado en nuestras mentes que valemos por lo que tenemos y no por lo que realmente somos, y esto aunque no nos afecte a todos por igual, en la época de juventud, de la adolescencia, esto podría ser un aspecto determinante de la conducta o de la personalidad que el joven adopte, ya que se podrían convertir en personas sumamente materialistas y que dan paso a lo que antes mencioné, la discriminación, la no tolerancia , entre otras cosas.
Además, hemos podido ver cómo muchas veces la delincuencia se da no sólo por factores económicos, como erróneamente creemos, sino que existen factores patológicos, para que se de dicho fenómeno y también cómo el Estado procura velar por los derechos y la seguridad de dichos jóvenes al darles una atención que los ayude a no sólo entender que lo que hicieron no es correcto; sino también a darles atención para su enriquecimiento personal y su tratar de reinsertarlos en la sociedad con otra visión de la vida.
Con este trabajo he podido conocer cual es la verdadera realidad en la que vivimos, porque realmente es hasta en momentos como éste en que nos ponemos a analizar cuál es la forma en que manejamos temas como éste, que trae consecuencias realmente vinculantes para nuestra vida individual y colectiva.
Karla Montero:
Comenzamos haciendo un análisis de lo que la juventud costarricense sabe acerca del fenómeno de la globalización; y llegamos a la conclusión que mucha es la confusión que hay en las mentes de los jóvenes, que a partir de esta semana se enfrentan al proceso de bachillerato, como requisito para ingresar al mundo de la competencia profesional.
Después estudiamos la influencia que la globalización tiene sobre los principales ámbitos de la vida de los jóvenes; salud, economía y familia; y descubrimos que las costumbres importadas, las tecnologías que se hacen cada día mas necesarias, los mensajes comerciales subliminales y el estrés por correr para no ser dejados por el tren de la modernización; a lo único que nos lleva es a perder nuestra identidad, buscar formas de vida ajenas a nuestras raíces, enfermar de todo el smokc que consumimos al imitar a las grandes ciudades del mundo, perder a la familia como principal fuente de principios y costumbres, hacernos adictos a las tecnologías y al consumismo.
Después de concluido este trabajo, aun quedó con la preocupación de que todas estas conductas derivadas de este proceso que nos consume día con día, sea una de las principales causas de la delincuencia juvenil, son muchos los jóvenes, los que por tener todo aquello a lo que se nos invita, desde afuera, a poseer caen en la delincuencia, robando, traficando...
En un mundo donde la competencia es tan fuerte como el que estamos viviendo nosotros los jóvenes del siglo XXI, el ganar dinero fácil se ha vuelto una excelente opción, frente a la demanda comercial que nos exige tener para poder comprar.
El Estado enfrenta esta situación con educación y leyes, dicen ellos; en los colegios se nos dan unas pinceladas de las consecuencias económicas y sociales de la globalización, pero las políticas impuestas por los entes financieros internacionales, no le permiten al Estado enseñar con la verdad, hay que crear mas mano de obra barata para las transnacionales, no críticos del mundo, en el que nunca podrán competir.
Por otro lado las leyes buscan la reinserción del joven delincuente a la sociedad, pero que pasa con el adulto delincuente, ¿acaso no es él otra amenaza para la seguridad pública?, y ¿qué pasa con el joven que logro burlar a las autoridades y no ingresa al proceso de desintoxicación del costumbres?
El problema aun radica en la falta de políticas sociales, pero no de políticas en papel y tinta, sino en las calles en forma de acción, el futuro del país esta en los jóvenes, no en los políticos, debemos de educar a nuestros jóvenes para que aprendan a tomar de los procesos de globalización y modernización lo que le conviene al país, y dejar de lado todo aquello que empobrece cada día mas al pobre, debemos darle al joven armas para que se enfrente a las potencias mundiales e ingrese nuestra economía a la competencia, no a la dependencia, educar para evitar desviaciones sociales, para así no tener que recurrir a las leyes, proceso que denigra a la persona y provoca gastos para el país. Concientizar al pueblo de solidarizarnos para salir adelante como “El Pueblo de Costa Rica”, y no vivir cada quien por su cuenta, sin mirar al compatriota que esta ahí, cayendo en le abismo de los pobres.
Termino mi conclusión diciendo que los que nacimos con la globalización nos cuesta mas distinguir cual fue aquel cambio de vida: de la máquina de escribir a la computadora, de la paloma mensajera al e-mail, es por ello que necesitamos que la historia se nos enseñe como es, aunque sea cruel. Necesitamos que se nos enseñe a ver y a luchar por nuestra realidad nacional, para sacar adelante el país, también necesitamos que se nos tome en cuenta, ya que el futuro del país esta en nuestras manos, y si no estamos preparados para responsabilizarnos por ello, el caos continuara hasta empeorar.
Bibliografía:
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Periódico La Nación 24 de Octubre 2001. Sección El País "País debe Impulsar a los Jóvenes" de Edgar Delgado. pp. 4-5ª.
García Canclini, Néstor. Consumidores y Ciudadanos. Editorial Grijalbo, México, 1995.
Fronteras e Identidades. Editorial de Costa Rica, 1998. Escuela de Estudios Generales: Sección comunicación y Lenguaje.
Alessandro Baratta. Política Criminal entre la Política de Seguridad y la Política Social.
Daniel González Alvarez. Delincuencia juvenil y Seguridad Ciudadana.
Art. 6 Ley 7576.
Art. 4 LJPJ.
Art. 12 y Titulo II, LJPJ.
Atr. 13 LJPJ
Cap. II LJPJ.
Art. 124 LJPJ
La aplicación de Ley de Justicia Penal Juvenil, Pág. 142
Art. 125 LJPJ
Art. 126 LJPJ.
Art. 127 LJPJ
Art. 128 LJPJ
Arts. 129,130 y 131 LJPJ
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Enviado por: | Karly |
Idioma: | castellano |
País: | Costa Rica |