Sociología y Trabajo Social
Gitanos
EL PUEBLO GITANO
Un estudio antropológico y sociológico minucioso permite definir al grupo gitano como un colectivo culturalmente diferenciado, que convive como minoría étnica en casi todos los países de Europa y América.
Intervienen tres factores fundamentales en la identificación de los gitanos como minoría étnica:
La idea de un carácter común (origen, raíz oriental, historia, rasgos…)
La diferenciación, especialmente cultural, respecto de otros grupos.
La interacción con otros grupos en un contexto plural y más o menos jerarquizado
El pueblo gitano es heterogéneo: esto se achaca habitualmente a su estructura de clanes, si bien el factor más relevante ha sido el impacto de culturas dominantes no gitanas, que han resultado en determinadas peculiaridades culturales.
Su sistema cultural consta de los siguientes elementos principales:
Una estructura social que incluye mecanismos de organización, participación, y representación.
Un sistema de valores
Idioma propio (caló)
Organización social interna
La organización social gitana se estructura a partir de las relaciones de parentesco, y en base a ejes clasificatorios de estatus: sexo y grupo de edad.
La primera y principal obligación del gitano es el respeto a su familia inmediata, luego hacia la externa, y finalmente respecto a cualquier gitano respecto a los no gitanos.
El individuo en la sociedad gitana está inmerso en el sistema de parentesco, y de él recibe su personalidad social. La pertenencia a un grupo parental es el fundamento del reconocimiento de una persona como miembro de derechos de la comunidad. Dentro del grupo encontrará la satisfacción de sus necesidades tanto físicas como afectivas, y establecerá lazos de relaciones con otros miembros de su mismo y otros grupos, y encontrará su núcleo básico de defensa y cooperación.
Sistema de parentesco
El sistema gitano se estructura en linajes patrilineales de manera que cada persona pertenece a uno de ellos, y donde ningún gitano lo es realmente si no puede decir cual es su grupo. El linaje patrilineal, al que las gitanas suelen llamar “raza” o “rai” está constituido por un grupo de personas que se consideran descendientes de un antepasado común al que todos ellos pueden trazar su vinculación genealógica a través de conexiónes masculinas.
La adscripción al grupo de parientes es como hemos dicho patrilineal, de manera que las hijas pasan a formar parte del linaje del padre. El linaje gitano tradicional alcanza hasta 4 (rara vez 5) generaciónes de profundidad.
Los linajes gitanos son independientes entre sí y autónomos, no existiendo ninguna estructura que jerarquice estos grupos entre sí, formando una unidad políticamente superior. El sistema de parentesco regula las alianzas, las hostilidades, la competencia, y la solidaridad.
Los distintos sectores de un mismo linaje se asientan en diferentes lugares. Cada miembro del linaje convive con sus parientes lineales, y sólo donde puede encontrar otros enclaves de su linaje.
Cada familia extensa funciona como un ente independiente, donde las relaciones entre los distintos linajes se fundamentan en esta independencia económica y política. Su autonomía les otorga una entidad social propia diferenciada en referencia y oposición a otro linaje equivalente.
La legitimidad del poder
Este poder viene legitimado por acuerdos negociados por los jueces. La fuerza del poder del linaje viene legitimado por el respeto, “se puede ser un hombre fuerte y no ser un hombre de respeto”.
El prestigio no se tiene, hay que ganarlo dentro del linaje, y no se puede conseguir fuera del modelo de comportamiento adecuado al sexo y a la edad. En el caso del líder gitano, el incremento del prestigio proviene sobre todo de dos condiciones:
El cumplimiento generoso de las obligaciones, la prudencia y el amor a la paz, el conocimiento de la tradición, la capacidad de debate sobre la base de este conocimiento y su interpretación en el contexto, el despilfarro y la ostentación del desinterés por acumular indefinidamente. El honor forma parte de este prestigio. El honor es una condición masculina que puede perderse ante otro hombre.
La riqueza que permite la generosidad y el despilfarro.
La distribución del poder
La distribución de los roles viene definida por el sexo y la edad.
EL VARÓN:
Los roles sociales con significado político reconocido están atribuidos a los varones que han rebasado un mínimo de edad. Estos roles sociales son básicamente cuatro:
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VARA: Todo hombre o muchacho con capacidad de luchar. La fuerza de una familia se mide por el número de varas de que dispone.
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BATÓ: Hombre casado (preferentemente según los viejos ritos), y responsable de una familia nuclear.
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TÍO: Gitano de edad que, por sus años, su poder, y su comportamiento, conlleva el respeto de los demás clanes.
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PATRIARCA: Jefe reconocido y cabeza visible de una familia extensa. El poder del patriarca no es absoluto, sino que se asienta en su autoridad moral y el respeto que el gitano siente por sus mayores, de forma que el patriarca actúa como “primus internares” (el primero entre iguales o el “tío” con mayor autoridad). Es el encargado de interpretar la ley tradicional, y velar por ello.
En esta estructura el parámetro de la edad juega un papel primordial, que se explica por el carácter ágrafo de la cultura gitana, es decir, es una cultura cuyos códigos y pautas de comportamiento se transmiten oralmente.
Dentro de cada linaje, la estructura de discusión y participación más importante es el “Consejo de ancianos” (Kris Romaní), que ostenta la autoridad política y la representatividad del grupo o linaje.
El hombre es el que ejerce el poder en exclusiva dentro de cada linaje, y el niño es el eje central de la familia.
LA MUJER:
La mujer presenta un papel importante aunque sea secundario.
La niña gitana empieza muy pronto, hacia los ocho años, a ayudar a su madre en las tareas de la casa, y a cuidar a sus hermanos pequeños.
Durante la pubertad y hasta que contrae matrimonio permanece bajo un rígido control por parte de su padre y hermanos, y muy especialmente por su hermano mayor, a los que les debe obediencia aunque sean más pequeños que ella.
La virtud de la moza gitana está ligada, junto a su laboriosidad, a su comportamiento sexual, y su fidelidad a su marido.
Cuando la mujer contrae matrimonio pasa a ser considerada, en gran parte, un miembro más del linaje de su marido, pero sigue teniendo derechos y obligaciones en su propio linaje, del que continúa siendo miembro toda su vida. Otro aspecto valorable es el tener hijos, y si estos son varones mejor, ya que aumenta su influencia y prestigio.
La mujer forma parte también de la economía del hogar: Suele desempeñar el papel de asegurar la subsistencia cotidiana de la familia.
Al igual que el hombre, la mujer gitana puede en su madurez llegar a ser “Tía” o mujer de respeto, si a lo largo de su vida ha habido un apego y cumplimiento de la ley gitana. Por tanto, se es “Tía” cuando de moza se fue virgen, se caso por el ceremonial de boda gitana, fue fiel a su marido toda la vida, colaboró con él económicamente, trajo al mundo muchos hijos (sobre todo varones), y que cuando enviudó se quedó sola.
Si su vida fue buena, la anciana disfrutará de buen nombre y, aunque esté desprovista de autoridad y poder, su consejo puede llegar a tener gran influencia en la familia.
Desde hace algunos años se viene produciendo dentro del Pueblo Gitano una lenta evolución que pone en cuestión el papel asignado a la mujer dentro de la estructura social gitana. Algunas mujeres gitanas están tomando conciencia de su situación, y se están produciendo fenómenos como la soltería, o los matrimonios mixtos entre gitanas y payos.
El mundo simbólico
El mundo simbólico gitano es otro elemento importante de su identidad cultural. Este mundo simbólico tiene una raíz oriental y está fuertemente impregnada por el nomadismo, y la itinerancia, estando a su vez fuertemente impregnada a través de la historia con las diversas aportaciones de las culturas con las que ha entrado en contacto, conformando un rico universo. La mayor parte de las creencias rituales están liadas a la regulación de las prácticas sociales, así como a la elaboración de un sistema normativo a través de los apuestos (bien/mal, etc…)
Una de las ceremonias sociales más importantes es la “boda gitana”, y dentro del ritual religioso “el mortuorio”.
La ceremonia del matrimonio
Dicha ceremonia es uno de los rasgos más característicos del pueblo gitano. La alianza matrimonial es el punto de unión entre dos grupos parentales que se mantienen independientes en cuanto a su organización política y económica.
La filiación es patrilineal, por lo que los hijos habidos en un matrimonio pasarán a formar parte del linaje del padre.
Aunque el matrimonio se basa en la permanencia de la pareja, se acepta la posible separación de los cónyuges por distintos motivos. El divorcio puede producirse por mutuo consentimiento: entonces ambos quedan libres para contraer una nueva unión que será aceptada como legalmente válida por la comunidad.
En el matrimonio tradicional, el noviazgo es corto. Aunque la elección del futuro cónyuge es ahora casi libre, los padres suelen dar un consejo sobre cual es, a su juicio, la persona más conveniente o adecuada.
El siguiente paso es el “pedimento de la novia”, y más tarde se fija el día de la boda. Se celebra el acontecimiento con una fiesta.
Si el matrimonio se decide a celebrarla por el ritual gitano, toda la ceremonia girará en torno a la virginidad de la novia. Este ritual tiene un marcado carácter festivo.
Otra forma de unión es la “fuga” de la novia a la casa de algún pariente del novio. Al día siguiente, se da por supuesto que la boda gitana debe celebrarse aunque no existiera en principio el consentimiento de los padres.
Una tercera fórmula consiste en la “fuga” de los novias a la casa del padre del novio o de algún familiar próximo. En este caso no suele celebrarse boda gitana, y la pareja tardará en ser considerada con el mismo respeto que los casados por las fórmulas anteriores.
La boda gitana comienza a resentirse del cambio que está sufriendo la comunidad gitana. Por ejemplo, la fuga, que antes era considerada una fórmula de presión para situación infrecuentes, ahora es considerada una fórmula más de boda. También está afectando en lo referente a la edad del casamiento, y al número de hijos.
El ritual funerario
El ritual funerario es de los más valorados dentro de la cultura gitana. Comienza con el velatorio y dura hasta después del entierro, momentos en los cuales se cuentan las alabanzas del muerto y se recuerdan sus mejores aspectos, y se olvida lo malo del difunto: se llora y exhibe públicamente el dolor.
El entierro es probablemente el ritual gitano más impresionante y espectacular, cuando se trata de un varón adulto y sobre todo de un tío.
Existe también la creencia de que los antepasados muertos pueden intervenir en la vida de los descendientes cuando son “molestados” por alguna falta que hayan cometido sus parientes.
Esta creencia es compartida por multitud de pueblos, y de la comunidad mayoritaria donde subyace el pueblo gitano.
Las ocupaciones
En su trayectoria histórica los gitanos adoptaron el trato de objetos y animales, la compra/venta y otros oficios como el de artista cantaor o bailaor, que les permitían una relativa independencia respecto a las relaciones de producción de la sociedad mayoritaria, así como una organización propia del trabajo y la cooperación económica. Las alternativas que les ofreció la sociedad mayoritaria no fueron muy alentadoras para la población gitana, “debían someterse a un señor”, lo que les situó en una situación no muy ventajosa, y tuvieron que practicar aquellos oficios que conocían y otros que la comunidad mayoritaria les ha ido imponiendo: oficios artesanales, agricultura, industria.
El pueblo gitano está cambiando muy lentamente sus ocupaciones, ya que está accediendo a otros campos laborales como: repartidores, telefonistas, panaderos, carniceros, profesores de EGB (titulación media) o abogados (titulación superior).
Sistema de valores
El sistema de valores de los gitanos es una manera diferente de enfrentarse al mundo, un estilo de vida que organiza de forma distinta todas las aportaciones culturales que le llegan del entorno y las transforman, convirtiéndolas al modo de ser gitano.
La familia aparece como el elemento fundamental sobre el que pivotan la mayoría de valores.
Conciencia de un origen común, aunque muchos miembros de la comunidad gitana lo desconozcan.
Reconocimiento y orgullo de ser gitanos, aún a sabiendas de que en muchas ocasiones les puede suponer problemas de todo tipo.
Solidaridad (deberes de los gitanos para con los gitanos): Se trata de una solidaridad entre gitanos que es más exigente con la familia más cercana y menos hacia gitanos sin vínculos familiares. Esta solidaridad actúa en diversos ámbitos:
La hospitalidad entre gitanos
La ayuda económica entre gitanas
La presencia con ocasión de enfermedad o muerte de un familiar.
La libertad: La relativa rigidez de la estructura social no se contradice con otro de los más importantes valores gitanos: el intenso apego a la libertad, tanto individual como colectiva.
Gran espíritu de adaptación: El pueblo gitano ha ido entrando en contacto con diferentes culturas, y en estos encuentros se han producido diversos trasvases culturales en ambas direcciónes; Sin embargo ha sido la cultura gitana, por su condición de minoría, la que se ha visto obligada a una adaptación más profunda a través de los tiempos, sin perder por ello su identidad gitana.
El sistema simbólico de los gitanos es otro elemento importante de su identidad cultural: Al igual que en cualquier otra cultura, existen una serie de elementos simbólicos que subyacen y sustentan su peculiar modo de enfrentarse al mundo.
Dentro del mundo simbólico tienen explicación diversas ceremonias sociales como:
El nacimiento
El compadrazgo: relación cuasi-parental
El bautismo: pone de manifiesto su universo religioso
La boda
La muerte: sin duda el rito más importante del pueblo gitano. El respeto a los muertos, su honra y presencia en los funerales es obligación para todo gitano conocedor de su identidad cultural.
El flamenco: expresión de una interpretación de la vida. El flamenco es un aspecto cultural del pueblo gitano que se manifiesta a través de la música, el canto, la danza, etc… con los que el gitano se siente identificado.
Patrones de socialización y la educación del colectivo gitano
No existen unos patrones de socialización únicos para todo el colectivo, ya que ello depende del nivel cultural y social de cada familia. En general, el concepto de respeto es muy importante en este colectivo, factor que se consigue con la edad.
A los ancianos se les tiene más respeto que a los jóvenes: Los hijos deben respeto a sus padres, especialmente al varón, y ese es motivo para que desobedezcan.
Los padres intentan inculcar en sus hijos las leyes y costumbres gitanas, y en este terreno no permiten que se cuestione su autoridad, si bien no suelen imponer normas ni castigos al niño, al cual le permiten en muchas ocasiones “hacer su voluntad”.
A los niños gitanos les cuesta mucho adoptarse a los horarios y a la disciplina que requiere el aula, ya que en su casa no están acostumbrados a estas exigencias.
La forma de educar que prefiere el gitano es la palabra, el convencer al niño mediante el razonamiento, aunque hay padres que recurren al castigo físico como forma de imponer disciplina.
El proceso educativo formal del pueblo gitano, de forma cada vez más extendida, comienza en las edades más tempranas con la Educación Infantil, y continúa hasta la madurez con la educación de adultos por varias razones:
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Incorporación de la mujer al mundo laboral
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Mayor valoración de la educación por parte de éste colectivo
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Beneficiarse de ayudas por cada hijo escolarizado
Hasta hace pocos años, el reto del sistema educativo era la escolarización de la totalidad de los niños gitanos en las etapas básicas de la enseñanza. Se tenía asumido que los niños más pequeños (3-6 años) y los que habían cumplido los 11-12 años no acudían a los centros educativos, o muy irregularmente.
Con la reforma del sistema educativo la edad escolar obligatoria se amplió en dos años, de los 14 a los 16 (comenzando desde los 6 años en ambos casos), y la Educación Infantil se garantizó desde los 3 años. Esto supone que las familias gitanas vieron incrementada su posibilidad de acceder a la educación, pero también su deber de permanecer dentro de la educación reglada y formal.
Actualmente esa realidad está cambiando, hasta el punto de que la escolarización de los gitanos es casi del 100%. La asistencia en Educación Infantil se ha visto favorecida por la incorporación de la mujer gitana al mundo laboral. Además, los trabajos tradicionales van desapareciendo, y la necesidad de instrucción para acceder a puestos de trabajo favorece la permanencia de los alumnos mayores.
De igual manera, la creación de una serie de programas de desarrollo por el pueblo gitano, la obligatoriedad y la gratuidad de la enseñanza, y el interés tomado por las administraciones están favoreciendo que muchos de los alumnos permanezcan hasta finalizar los estudios en el sistema educativo.
Simplemente la escolarización de los niños de unas determinadas edades no garantiza la igualdad de todos ante el hecho educativo. Las posibilidades de éxito escolar están mediatizados por múltiples factores, la mayoría ajenos a la individualidad de los alumnos, como pueden ser: lugar de residencia, procedencia social, pertenencia a una determinada minoría … por ello se encuentran en situación de desventaja a causa de la deficiencia social existente.
Otro aspecto sustancial en cuanto a la educación lo constituye el hecho de que cuando los alumnos gitanos entran en la escuela se encuentran con una confrontación entre los modelos observados en la familia y los que ofrece la escuela, lo que representa una dificultad añadida al aprendizaje ya que:
Debido al estilo de disciplina impuesta en la familia, el niño llega a la escuela sin los hábitos y esquemas necesarios para adaptarse a la actividad escolar; los que poseen se han desarrollado en otra dirección.
La brusquedad en el paso de niño a adulto dificulta que en la escuela adquieran responsabilidades de forma paulatina.
Como la educación verbal en la familia está ausente de conceptos abstractos, en la escuela el niño tendrá dificultades para comprender contenidos abstractos, ya que no le parecen guardar relación con la vida; Dificultad que se manifiesta en la adquisición de la lecto-escritura, y consecuentemente más en el paso del nivel manipulativo (educación primaria) al reflexivo y formal.
El bajo nivel socioeconómico y la escasa valoración de la educación hacen que no se de respuesta a la demanda de material, atención, y ayuda que los profesionales de la educación hacen a las familias gitanas. Éstas son reacias a invertir tiempo y dinero en una actividad que ni conocen en su gran mayoría, ni aprecian, a la vez que desautorizan delante de sus hijos aquellos aprendizajes que no están de acuerdo con sus costumbres, tradiciones, o formas de vida.
Otro gran problema de este alumnado es el absentismo escolar: El niño fracasa porque no asiste, y no asiste porque fracasa; no se adaptan porque no van a clase, y no van a clase porque no se adaptan; como no acuden con regularidad sus intereses y motivaciones no se tienen en cuenta, y como la escuela no les interesa ni motiva no acuden a ella.
En edades muy tempranas aparece el absentismo debido a: sobreprotección, escasa valoración de la educación por parte de las familias, etc.
El absentismo voluntario y consentido aparece en torno a los 11-12 años, y se va incrementando paulatinamente hasta llegar a producirse un abandono total del Sistema Educativo.
Vigencia y cambio en la cultura
A pesar del fuerte proceso de cambio que los gitanos están experimentando en el momento actual, existen ciertos elementos culturales vigentes y operativos que dan coherencia cultural al grupo étnico. Ejemplos de elementos comunes a los gitanos españoles son:
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Idea de un origen común
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Lengua
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Cohesión interna y diferenciación frente al no gitano
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Estructura social basada en familias más o menos extensas
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Debilitamiento de la oposición payo-gitano
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Mayor interés por la escuela y la educación
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Los roles que venían desempeñando las mujeres se están ampliando, y desde los años 90 están produciendo cambios profundos en todos los niveles: educación, sanidad, etc...
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Los jóvenes están accediendo a campos laborales de alta responsabilidad, experimentando grandes modificaciones en el ámbito educativo y laboral
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La ordenación jerárquica basada en la edad ha disminuido
En lo referente al futuro, la convivencia y el conocimiento mutuo deben ser la base sobre la que estructurar las nuevas relaciones entre gitanos y no gitanos, necesarias para la supervivencia de la comunidad gitana como grupo cultural diferenciado. Nuestra sociedad habrá de responder con alternativas válidas que hagan posible una nueva vida social en convivencia.
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Enviado por: | DavidL |
Idioma: | castellano |
País: | España |