Filosofía


Filosofía


RESUMEN DE FILOSOFÍA 1º PARCIAL

Sofistas, V a.C.

El siglo V de Pericles constituye el apogeo político, comercial y cultural de Grecia. La aristocracia es sustituida por el régimen democrático, el ciudadano interviene en los debates públicos realizados en el Agora. Por lo tanto surge como necesidad el arte de la oratoria - Retórica - y el manejo de la dialéctica - buen decir - como armas políticas en la plaza pública y en los jurados. La educación griega tradicional - música, rítmica, gimnasia- resulta insuficiente para intervenir en asuntos políticos que requieren de una mayor formación, dominio del lenguaje y agudeza dialéctica en la argumentación. Se plantea así una de las razones - política y social - de la entusiasta acogida que tienen los sofistas. Estos no constituían una escuela sino que prestaban diferentes soluciones para los mismos problemas. Eran maestros ambulantes de retórica que en sus viajes adquirían gran experiencia del mundo y enseñaban a manejar los recursos persuasivos de la palabra pública, mediante clases bien pagas. Su éxito fue extraordinario aunque hubo reacciones opuestas por parte de los partidarios del antiguo régimen conservador y aristocrático. Atenas azotada por la guerra del Peloponeso al reflexionar sobre las causas de su decadencia genera la reacción contra los filósofos jónicos y contra los sofistas, lo que costó equivocadamente la vida de Sócrates. Otra de las causas de orden filosófico se debió a que en Atenas , centro de confluencia de escuelas filosóficas, se produce el choque de ideas que se discuten públicamente, y la deficiencia de las doctrinas respecto a temas complejos crean un ambiente adecuado para la actitud relativista que constituirá el fondo de la sofística. La sofística a partir de la guerra del Peloponeso va ha adquirir un sentido peyorativo y desfavorable. Se la conoce por medio de sus enemigos como: habilidad de pronunciar un discurso justo e injusto sobre el mismo tema (Aristófanes), comerciantes de sabiduría (Jenofonte), vendedores caros de ciencia no real (Platón), traficantes en sabiduría aparente pero no real (Aristóteles).-

En filosofía la sofística representa una crisis, pues la ciencia corre el riesgo de convertirse en saber puramente utilitario y en retórica vacía. Las características propias y comunes que se desprenden de sus enseñanzas son: el relativismo, nada hay fijo ni estable, las esencias son variables y contingente; el subjetivismo, no hay verdad objetiva, las cosas son como a cada uno le aparecen; el escepticismo, nada se puede conocer con certeza; el agnosticismo moral y religioso, no hay cosas buenas ni malas en sí mismas, no hay normas trascendentes de conducta, no se puede saber si existe o no Dios; en lo jurídico no hay leyes establecidas por los dioses sino que son simples convenciones de los hombres para vivir en sociedad, solo existe la ley natural de los instintos (los fuertes prevalecen sobre los débiles) (el fin justifica los medios); el utilitarismo, más que servir al estado, enseñaba a ampliar sus medios para los intereses particulares; frivolidad intelectual, confianza ilimitada en el poder de la palabra descuidando el fondo y el contenido, su finalidad era eminentemente práctica y no el saber en cuanto tal. Pero a pesar de esto es preciso reconocer a la sofística algunos méritos como son romper el interés de la filosofía por la naturaleza, derivando su reflexión sistemática hacia los problemas humanos. Haber perfeccionado la dialéctica y plantear el problema ético del valor del conocimiento, aunque sus soluciones llevan al subjetivismo y escepticismo. Elaboran el concepto de justicia, amplían el concepto de ley. El ideal pedagógico se torna más amplio y completo. Dentro de los principales representantes están: Protágoras “el hombre es la medida de todas las cosas”, Georgias confianza ilimitada en el poder de la palabra, Hippias de Elis la educación es la siembra que prepara la cosecha, Trasímaco no hay mas derecho natural que la fuerza.-

Sócrates 470 - 399 a.C.

Fue un hombre recto e íntegro respecto a lo justo y lo verdadero sin medir sus consecuencias. Su asombroso poder intelectual y moral estaba encaminado a la realización de lo que entendía que era una misión divina. El oráculo de Delfos (consultado por un admirador de Sócrates) declaró que Sócrates era el más sabio de Grecia. Sócrates decidió examinar y descubrir el significado del oráculo para llegar a la conclusión de que él era el más sabio porque al menos él sabía que no sabía nada, en tanto los otros eran ignorantes de su propia ignorancia. La muerta de Sócrates fue en un sentido muy particular el fruto y coronamiento de su integridad moral. Pues si se hubiese dispuesto a confesarse culpable hubiera marchado al destierro; de no haber practicado exacta obediencia a las leyes de la ciudad habría evadido el juicio y la ejecución. El carácter de su pensamiento nos llega a través de Platón lo que plantea la dificultad de saber hasta donde corresponde a Sócrates y no a una aplicación de éste por parte de Platón. Sócrates sostenía que la principal tarea del hombre es la de cuidar de su alma a fin de mejorarla lo más posible. Tiene una concepción clara y coherente del alma como personal, intelectual y moral, agente responsable de conocer y el buen mal obrar (antes psyké “hálito vital”, sustancia vaporosa necesaria para la vida física, paro no sede de la conciencia ni origen de la acción, que después de la muerte era un vago e indefenso fantasma. La razón de Sócrates para hacer del alma la suprema actividad humana es su propia concepción de la misma; el alma es lo que hace al hombre buen o mal ejemplar humano. Cree que el mundo está regido por poderes divinos bondadosos e inteligentes que todo lo disponen para el mejor de los fines. Su honda piedad ajustada a la razón convierte en teleológica su visión total del mundo: todo está ordenado para el mejor de los fines y hay un bien apropiado y natural que es el fin de todo movimiento y todo esfuerzo. En el hombre el bien natural que debe alcanzar es la salud y el verdadero bienestar de su alma. Este bien se alcanza cuando el alma conoce realmente la virtud y por lo tanto obra bien. La virtud es el conocimiento del bien. Las buenas acciones se siguen inevitablemente del conocimiento verdadero, por lo tanto toda maldad es involuntaria y debido a la ignorancia. Sócrates al hablar del conocimiento no refiere al mero conocimiento abstracto de una proposición sino a una comprensión, visión o intuición plena e inmediata del bien. De la doctrina socrática “la virtud es conocimiento “se sigue otra “ la virtud es una” y así su peculiar método de discusión, pues si la virtud es conocimiento, se conoce como un todo y así como guía en todas las circunstancias de la vida; además es preciso que el hombre perciba esta visión por sí mismo. Si la virtud es conocimiento puede ser enseñada pero no es una técnica eterna (al modo de los sofistas). Todo lo que el maestro puede hacer es inducir a su discípulo a volverse sobre sí mismo, de modo que la visión hiera el ojo del alma y ejercite su mente para extraer de ella la verdad que está buscando. Sócrates lleva esto a la práctica y primero hace ver a su interlocutor la perplejidad desalentadora, la aporía u oposición sin salida, a que su noción corriente e insensata sobre tal o cual virtud, lo conduciría si se dedujesen sus consecuencias lógicas. Luego lo incita amablemente a descubrir la solución correcta, solución no expresa sino tan solo implícita. Tal es el “arte de la mayeútica” base y origen a partir de su época de toda discusión filosófica racional y constructiva. Sócrates se limita al ámbito de la moral, implica una reflexión sobre la propia conciencia y observación sobre la realidad, vida y conducta de los demás, a partir de hechos particulares de la experiencia vulgar trata de llegar a conceptos generales de la virtudes (definiciones) que superen las diferencias particulares y puedan aplicarse a todos los casos concretos (por ejemplo : justicia, define qué es, después de convenir que consiste en no mentir, no dañar a otros, no esclavizar a los semejantes, etc., y llega a la conclusión de que consiste en dar a cada uno lo que le pertenece). Mediante preguntas trata de hacer comprende a su interlocutor que el concepto brota de la propia reflexión sobre si mismo. Utiliza como medio la ironía cuya finalidad es el reconocimiento de la propia ignorancia (principio de la sabiduría). Su doctrina del “conócete a ti mismo” tiene la finalidad de hallar el bien que corresponde y la norma que debe regir la vida moral, política y social de cada uno. La virtud es un saber, un conocer lo que es útil y perjudicial para obrar. Todo se reduce a sabiduría práctica. El bien que el alma debe ver y concebir para ser ella misma buena debe poseer una existencia objetiva y no una creación intelectual inmutable y universal y no variable de un individuo a otro y de una época a otra. Sócrates insiste en que la definición del bien universal y eternamente verdadera lo que es una novedad de mayor trascendencia, y va a ser Platón quién intentará determinar con exactitud la índole de la realidad de ese bien.-

Platón, 427-347 a.C.

La doctrina pitagórica (las cosas son números, creencia en una realidad eterna expresada en términos numéricos, y la del alma como un dios caído que conoce su divinidad mediante la contemplación de la verdad numérica), así como la teoría moral de Sócrates (la virtud es conocimiento) son las raíces del platonismo. Platón considera que existe un mundo de realidades eternas (Formas o Ideas) separado del mundo sensible que solo se conoce por el puro intelecto. Las Formas o Ideas son realidades que existen “en sí y de por sí”independientemente de la mente que las conoce o de las cosas que participan de ellas, aunque son causadas por una realidad suprema en la cual se hallan contenidas: Idea del Bien. Las Ideas, modelos universales o normas perfectas de existencia objetiva, son los únicos objetos de conocimiento verdadero, percibidos cuando la mente llega a la verdadera definición universal. Esta se alcanza pasando de las cosas o conductas particulares a la realidad universal que yace por debajo de ellas, esto parece implicar que para cada idea universal o general hay una forma correspondiente (de seres vivientes, cualidades anímicas, acciones o sentimientos). La mente accede a través de la jerarquía de las formas hasta alcanzar la más alta y universal de todas ellas; el Bien, causa de todas las formas y del conocimiento que se tiene de ellas, primer principio y última explicación de la realidad, única realidad trascendente de perfección absoluta, pero no es un Dios que gobierna y ordena el mundo visible. Las formas son las que hacen que las cosas sean lo que son (las cosas son circulares por su participación en la forma de círculo).

Con respecto a la teoría del alma, Platón considera que el alma es lo más importante del hombre: personalidad intelectual moral y divina (por derecho propio). El alma pertenece por entero al mundo superior donde solo hay formas y alma, nada tiene que ver con el mundo visible en donde se halla. El alma aprende las verdades con auxilio de los sentidos por medio de la anamnesis o reminiscencia: recuerda al percibir por los sentidos aquellos objetos particulares de este mundo que participan de las verdades eternas e inmutables. A través del conocimiento sensible conoce las verdades universales, sus propiedades y relaciones que nada tienen que hacer con el mundo de los sentidos. El logro del conocimiento verdadero por los sentidos es totalmente subordinado y accidental. Concibe al alma compuesta por tres partes: razón, emoción, y apetitos. La razón iluminada por las verdades eternas de las formas es el conductos del conjunto. Eros es la otra fuerza impulsora unitaria unificadora, es fuerza emotiva detrás de todo pensamiento y acción humana: la exigencia de un deseo vehemente por un bien no alcanzado que mueve al alma sin cesar hasta tanto no se vea satisfecha; nada hay en la naturaleza del deseo que especifique el bien a que aspira, su fuerza puede ser utilizada por cualquiera de las tres partes del alma que logre prevalecer en el hombre (malgastada en apetitos inferiores o aprovechada en fines superiores de la razón que pretende el verdadero fin: alcanzar ese mundo trascendente). Para Platón ser y conocer son cosas correlativas, a los grados del conocer corresponden los grados del ser en escala jerárquica ascendente hacia el ser. Entre el Ser que es cognocible ciencia y el no-ser incognocible ignorancia hay una categoría intermedia que corresponde al hacerse o llegar a ser: ser en movimiento (tiene algo de ser sin llegar a la plenitud de éste)- opinión-.

A partir de aquí Platón elabora la teoría de las ideas donde se concibe la realidad dividida en: un mundo superior, supraceleste, de las Ideas: entidades reales, inmutables, eternas inmóviles percibidas por la inteligencia pura, que son razones objetivas y modelo de todas las cosas, fundamento y verdad absoluta en todo. Luego está el mundo cósmico visible, región celeste de astros estrellas, seres divinos, demonios y almas separadas. Y un mundo físico terrestre, de los seres sensibles compuestos por elementos materiales sujetos al cambio, generación y corrupción. Platón plantea la concepción de un conocimiento ascendente simbolizada en dos alegorías: la de la línea dividida en segmentos y la de la caverna. En el paradigma de la línea:

NO-SER

- 1°; Imágenes, sombras, reflejos: le corresponde la imaginación

el tipo de conocimiento es conjetura: interpreta Mundo visible

imágenes y sombras. Opinión

- 2°; Objetos sensibles y visibles: de los cuales son imágenes los Doxa

precedentes, animales, plantas; le corresponde la

creencia. (Física)

- 3°; Objetos inteligibles el alma se vale de hipótesis con respecto

a los objetos sensibles para llegar a una conclusión Mundo inteligible

le corresponde la Razón Discursiva, se elevan de lo

sensible a lo inteligible (Matemática). Ciencia

- 4°; Objetos inteligibles que el alma aprende sin recurrir a lo sen- Episteme

sible pasando de la Idea en Idea: le corresponde la

inteligencia pura. Es la Ciencia perfecta la Dialéc-

tica, la cual parte de hipótesis para llegar a un prin-

cipio no hipotético sino absoluto: Idea del Bien.-

SER

Alegoría de la Caverna: los hombres mientras viven encerrados en sus cuerpos solo pueden ver las cosas del mundo sensible que no son más que imágenes de las verdaderas realidades

hasta que la Filosofía y la Dialéctica le liberan de las cadenas y le permiten contemplar el mundo ideal cuyo sol es la Idea del Bien.

Mundo

Inteligible

SOL

Idea del Bien

Dialéctica: procedimiento para alcanzar la Verdad, discusión por medio de preguntas y respuestas que induce a alcanzar la formación del concepto universal como expresión de la esencia de las cosas - definición-. Se trasciende la particularidad y movilidad del conocimiento sensible y se llega a la firmeza del conocimiento científico constituido por conceptos universales abstraídos de la realidad. La dialéctica tiene un doble aspecto complementario: uno ascendente de síntesis; reduce la multiplicidad indeterminada a una unidad concreta y determinada y expresada en el concepto común que es la expresión de la esencia de la cosas y base de sus definiciones. Luego uno descendente de análisis que consiste en dividir un concepto general en sus diferentes especies hasta llegar a la especie indivisible en la cual se halla la forma propia del objeto que se trata de comprender, independiente de la experiencia. Ambos procedimientos combinados entre sí conducen a la claridad de conceptos requeridos por la filosofía que es la ciencia de desentrañar una idea única repartida. Resuelve el problema de la ciencia. Elevando el conocimiento de lo particular y contingente al orden de una universalidad lógica suficiente para dotarlos de estabilidad requerida por la ciencia. Una vez que llega la Dialéctica hasta el conocimiento de las ideas debe proseguir reduciéndolas todas a su último principio de unificación totalmente incondicionado y que no presupone ningún otro. En la República aparece la Idea del Bien como principio último supremo del cual dependen y participan todas las demás cosas. La Dialéctica es una labor de toda la vida que nunca se logra realizar con perfección. Son los filósofos los que conocen perfectamente la realidad, lo que se mantiene a sí mismo. La misión del filósofo es sacar a los hombres de la ignorancia y sombras de la opinión hasta hacerles llegar a la contemplación de la verdadera realidad del mundo de las ideas, precedido e iluminado por el sol de la Idea del Bien. Los filósofos deben ser guías y gobernantes pues perciben las normas eternas de la conducta humana que son las ideas. La ciencia perfecta no puede alcanzarse en esta vida mientras el alma permanezca encerrada en el cuerpo, sino después de la muerte cuando se libre de la envoltura material. En la vida solo alcanza un conocimiento indirecto por medio del raciocinio que ayuda a despertar la reminiscencia de lo que el alma conoció en otra existencia anterior. De ahí el sentido moral de la Dialéctica platónica: la teoría de las ideas es la solución al problema del ser y de la ciencia pero también es una orientación en sentido práctico de la vida humana. La creencia en la preexistencia, inmortalidad y transmigración de las almas le sugieren otros medios extraracionales para trascender la relatividad de los seres del mundo sensible y llegar a la posesión del Absoluto: son el Amor y la Virtud. La Filosofía adquiere sentido moral y su fin coincide con el de la Virtud, como retorno del hombre a su estado feliz primitivo, contemplación directa del mundo superior en lo cual concibe la felicidad suprema del hombre. La Filosofía como meditación o preparación para la muerte: bien que trae consigo la liberación de todos los males. El filósofo no debe temer a la muerte sino disponerse anticipadamente a ella, aprender a morir, prepararse para la separación del alma y del cuerpo. La Reminiscencia es el fundamento de su dialéctica y una prueba experimental de su teoría de las ideas. -es despertar el conocimiento que las almas tenían por contemplación directa de las ideas y que al unirse con el cuerpo quedan oscurecidos. La ciencia innata se recupera por el recuerdo. Su prueba experimental es la mayéutica de Sócrates que hace llegar a un esclavo ignorante a demostrar el teorema de Pitágoras. Con la participación explica: el ser se comunica a todos los géneros de seres sin multiplicarse ni dividirse en sí mismo, ni pierde su unidad e identidad. Es: el principio de adhesión de los seres y el vínculo de su unidad pero el ser mismo se mantiene separado. Cada ser es idéntico a sí mismo y diverso con respecto a los demás seres. Cada uno es en cuanto a su participación del ser y no-es en cuanto diverso de todos los demás. De este modo todo participa del ser (género supremo: uno y múltiple) pero no se identifican con el ser. La participación es en función de lo idéntico y de lo diverso, del movimiento y la quietud, que son delimitados por el no-ser que los separa y distingue antre sí. Las ideas pueden mezclarse y comunicarse entre sí conservando cada una su identidad intrínseca. El de diferenciación diversifica la unidad originaria del ser común e idéntico en todos los seres, limitando sus esencias y distinguiéndolos de todos los demás. El Ser es aquello por lo cual existen todos los otros seres, pero no es ninguno de ellos tomados separadamente ni la totalidad sino que el Ser es él mismo. El Ser es siempre el mismo aquí y allá, pero es constantemente otro en cuento no es sino aquí o allá. Así lo mismo y lo otro se reencuentran a la vez en el alma del mundo y en el alma humana.-

Demiurgo: con esta palabra Platón refiere a un Hacedor, alma-bondadosa, Dios, que trabaja con los ojos fijos en los Modelos- Ideas y moldea el mundo sensible. Su actividad llega a producir el alma del mundo por la mezcla ordenada de los mismo y lo otro, el tiempo como medida del universo y como imagen de la eternidad, el alma humana y la realidad física. El mundo según las ideas por medio de una combinación de lo determinado y lo indeterminado a fin de sacar el mejor partido posible. La Idea es la causa que sirve de modelo a los objetos cuya constitución está inscripta en la naturaleza desde la eternidad. Platón da una solución por medio del mito, la idea es a la vez trascendente a las cosas (Timeo) e inmanente al alma (destino del alma), la condición del hombre es tal que se halla en la encrucijada de lo visible y lo inteligible: ve demasiado para conformarse con las cosas, y ve demasiado poco para llamarse Dios.-

Aristóteles, 384 - 322 A.C.

Discípulo de Platón, recibe la influencia del monismo estático de Parménides (en las nociones del ser-sustancia inmutable a través de todos los cambios ) y el movilismo de Heráclito (admite el movimiento pero afirma la permanencia de las esencias). Se aleja de la doctrina platónica pues considera que no existen dos mundos ontológicos distintos sino uno solo. Los universales (sustancias segundas ) no tienen realidad ontológica sino lógica, son conceptos formados por la mente mediante la abstracción. La verdadera realidad ontológica la constituye las sustancias individuales (sustancias primeras) en tres variedades : terrestre, celestes y divina. Aristóteles concibe el universo constituido por una pluralidad de seres reales escalonados en orden de perfección desde el más ínfimo de todos que es la materia prima hasta el ser supremo que es Dios. Señala tres ordenes de perfección: el mundo físico terrestre de sustancias compuestas de los cuatros elementos (tierra, agua , fuego, aire), móviles, con materia y forma (acto y potencia) sujteos a la generación y corrupción. Aunque sus elementos materiales sean eternos, ellas son contingentes y perecederas en cuanto individuos (Física). Los no vivientes: principios (materia y forma), elementos (tierra, agua , aire y fuego), mixtos (números indefinidos). Los vivientes: vegetales (forma nutritiva), animales (forma sensitiva), hombre (forma racional). El mundo celeste de sustancias móviles eternas, incorruptibles (materia -eter- y formas vivientes inteligibles y perfectisimos). Sustancia divina supraceleste, fuera del mundo físico existe una sustancia simple, eterna, inmóvil, forma pura, acto puro, Dios, cumbre de todos los seres; su única intervención en el mundo que no conoce es ser causa del movimiento por atracción y amor (Motor Inmóvil). Aristóteles suprime el mundo trascendente de las ideas platónicas y admite la existencia de sustancias particulares e individuales distribuidas en los tres planos: terrestre, celeste y divino, y elabora su propia teoría de las formas sustanciales inmanentes en el mundo material. Las concepciones básicas de su sistema filosófico son: Sustancia (per se y per accidens), materia y forma, acto y potencia. Con respecto al orden jerárquico de la perfección de la sustancia, desde el punto de vista de la forma y la materia: de la materia sin forma a través de una series de seres con formas cada vez más perfectas se llega a una forma sin materia (Dios). Desde el punto de vista del acto y la potencia: los seres son primero pura potencialidad física de la materia para ascender en concatenación de actos cada vez más perfectos hasta llegar al acto puro que es la cumbre del ser . Desde el punto de vista del movimiento: el universo se compone de una serie de motores y de móviles hasta llegar a un Primer Motor inmóvil causa del movimiento. Desde el punto de vista de la finalidad: todo ser tiende a su propia perfección que constituye su fin particular, las potencias al acto, y todo el universo a Dios como causa final suprema del movimiento. De este modo cada sustancia tiene su propio ser debido a cuatro causas que intervienen en su generación (que no es participación, ni imitación, ni creación, sino por generación espontánea ). Aristóteles no solo se ocupa de conocer el ¨ qué es¨ de una cosa (esencia que se expresa en la definición) sino del ¨por qué¨ de la misma (causas o razones que explican el hecho de que una cosa particular haya llegado a ser esa cosa definida y no otra). Clasifica los ¨ qué ¨ y ¨ por qué¨ en cuatro causas: material (de lo que está hecho), eficiente (ser existente en acto necesario para que una cosa material llegue a ser motor), formal (lo que hace ser esa cosa y no otra), final (fin o propósito para el cual una cosa llega a ser).

Aristóteles distingue dos órdenes de conocimiento: el sensitivo y el intelectivo. El sensitivo es la fuente de todos nuestros conocimientos y se caracteriza por su particularidad, es verdadero pero no científico porque está sujeto al cambio y no distingue entre la sustancia y los accidentes. Sólo el conocimiento intelectivo es científico porque produce conocimientos universales con los caracteres de fijeza, estabilidad y necesidad (que existen objetivamente y son inmanentes a las sustancias percibidas), que requiere tanto la ciencia como la filosofía. La ciencia es el conocimiento de las esencias de las cosas que las expresa en definiciones y explica por sus causas. Todo conocimiento es a partir de la experiencia sensible, y lo universal se da siempre se da siempre a partir de lo singular.

El proceso cognocitivo va de lo sensible hasta el concepto universal del entendimiento por medio de la inducción y abstracción. A la pluralidad y diversidad ontológica de los modos de ser corresponde correlativamente una pluralidad y diversidad lógica de modos de conocer (categorías). El orden del conocer se ajusta al orden del ser, y no a la inversa. Hay correspondencia entre el pensar lógico y la estructura ontológica. Las categorías son clasificaciones a posteriori que el entendimiento hace en correspondencia a los modos como existen los seres en la realidad: el ser se predica o se dice de tantas maneras como existe.

Las categorías tienen un doble sentido: lógico (en tanto clasificación de conceptos ) y ontológico (catalogación de los modos reales particulares del ser). El principio fundamental de la división del ser y de las categorías se basa en la contraposición entre: sustancia primera y segunda. La división del ser en diez géneros supremos se puede sintetizar en : Sustancia (el ser que existe en sí y por sí), y accidentes (el ser que necesita de otro para existir) como determinaciones intrínsecas de la sustancia (relación, dónde, cuándo, situación, posesión, acción, pasión). La sustancia es lo primero tanto en el orden lógico (como concepto), como en el orden ontológico (como cosa). En el aspecto lógico, la sustancia es el último sujeto de atribución, a ella se refieren todos los predicados , mientras que ella no se predica de ningún sujeto. Si bien hay que tener en cuenta que las sustancias en sentido lógico no son individuales, sino conceptos universales abstractos. No son sustancias primeras sino segundas. La sustancia primera en sentido ontológico es el individuo concreto.

LOGICAMENTE ONTOLOGICAMENTE

Concepto del ser en común analógico Sustancia

a todos los seres

Seres Accidentes

En cuanto a la predicación , o sea la atribución de distintos predicados a un mismo sujeto, sólo cabe en universal, en el orden lógico, pero no en el orden ontológico. Un sustancia no se predica de otra sustancia. Dios y los seres del mundo son análogos lógicamente respecto del concepto de Ser en común, que se predica de ambos. Pero el ser de los seres del mundo no se predica del de Dios, y menos aún el ser de Dios del de aquellos.

Una sustancia para Aristóteles es simplemente una cosa real que existe. Es la cosa como un todo incluyendo sus cualidades, relaciones, etc., que solo pueden ser separadas de ella mediante un proceso de abstracción mental pero que no pueden tener existencia real fuera de la misma. La sustancia es siempre una cosa individual. Aristóteles analiza la realidad sustancial concreta en su teoría de la forma y la materia, y en su teoría del ser potencial y actual. La forma de una cosa es la que la hace lo que es (una cosa definida y distinguible), es la ¨ cosidad¨ de la cosa. La materia es el principio de su individualidad, es solo la posibilidad de ser esa u otra cosa que se hace momentáneamente real por la recepción de

una forma particular. La materia que recibe la forma de mesa no es exactamente materia sino madera que ha recibido la forma de madera, la cuál determina y limita sus transformaciones futuras. No existe materia sin forma. Todas las cosas del mundo material son algo y llevan en sí la posibilidad de cambiar y ser otras cosas. Aristóteles lo explica en su teoría del acto y la potencia. Algo puede ser en acto y al mismo tiempo toda suerte de otras cosas en potencia. La forma sería la actualidad de la cosa y la materia que no ha recibido una forma particular es esa cosa en potencia. La causa de un ser potencial que nace es siempre otro ser en acto (padre - con forma de hombre en acto- es causa del nacimiento de otro hombre). Siempre hay un ser en acto existente en la iniciación de un proceso considerado causa de éste. Aristóteles define la naturaleza como un principio de movimiento y cambio que las contiene en sí mismo, y las cosas puestas en acción por un principio inmanente de movimiento o cambio deben ser estudiadas por la Física o Filosofía de la Naturaleza. La teología o Filosofía primera estudia el principio último del mismo, la realidad primera o el Ser como tal- sustancia divina- de la cual dependen todas las otras clases de realidades. El primer movimiento circular eterno debe producirse por la actualización eterna de su potencia por obra de un motor inmóvil. La sustancia eterna, acto puro, inmóvil, es la culminación lógica de la jeraquía de las sustancias y explicación última del movimiento y el cambio, es el Primer Motor o Dios -Ser Supremo - .

Santo Tomás 1225-1274.

Será Sto. Tomás quien establecerá definitivamente la relación precisa entre el conocimiento natural de la Filosofía y el sobrenatural de la Fe. Su teoría fundamental es la especificación o unidad y diversidad de los actos cognocitivos y los principios de donde estos proceden en razón de su propio objeto. Un acto cognocitivo será tal o cual de acuerdo al objeto que verse. El objeto ¨le da la especie al acto¨. Hay objetos diferentes: uno es el género de objetos sensibles y otro el de los objetos inteligibles. El objeto puede considerarse como material o terminativo (es el término del acto cognocitivo) y como formal o motivo (es el que determina el tipo de acto cognocitivo). La naturaleza significa no solo la realidad sensible en todos sus estratos, sino todo lo que las sustancias finitas son y exigen en algún modo, en razón de su propia constitución o de lo que de suyo son. Sobrenaturaleza quiere decir esencialmente lo que Dios por ser Dios en sí mismo, ¨lo divino como divino¨. Para Sto. Tomás es un postulado que las verdades naturales constituyen objetos inteligibles intrínsecamente distintos de las sobrenaturales. La realidad sustancialmente sobrenatural, que es la Divinidad misma, se ha derramado gratuitamente en los seres racionales creados, elevándolos más allá de su naturaleza a la participación y conocimiento propio de Dios (en y por Jesucristo). Así la sobrenaturaleza que es Dios en sí mismo se ha ¨extendido¨ fuera de sí en la sobreelevación de la naturaleza. A la realidad y verdad sobrenatural considerada como objeto materia o terminativo (Misterios) corresponde un objeto adecuado formal o motivo (Testimonio) que fundamentará una acto de conocer (Fe Sobrenatural), de acuerdo a lo que tal objeto es. Frente a los saberes sobrenaturales, la Filosofía se presenta como algo radicalmente heterogéneo. La Filosofía es el coronamiento del saber natural, del desarrollo espontáneo que debe tener de por sí el conocimiento humano en cuanto humano. Las cosas tienen su verdad, son naturales objetos del intelecto humano; ser y verdad son equivalentes. La mente humana es la ¨facultad del ser¨ apertura al ser , que tiende a identificarse con todo lo que es. El realizar esta unión entre ser-verdad natural y la inteligencia en virtud de la transparencia de ambos, es el conocer natural. El objeto es natural, el medio objetivo es la inteligibilidad propia de ese objeto, el principio cognocitivo es la naturaleza misma del hombre patentizada en el ¨lumen naturale¨ o razón con sus espontáneos recursos. La constitución intrínseca de la Filosofía es autónoma y nada tiene que ver con la Fe o Teología, ella descifra y desentraña el ser, tal como se devela en el horizonte de la razón natural. La inteligencia (y la Filosofía, su corona) es apetito de evidencia de lo conocido en sí y por sí mismo. Sto. Tomás al hablar del conocimiento por la Fe hace ver como este se resuelve en una evidencia prestada, que es la Autoridad Divina.

Por eso la Filosofía, que es perfección del conocimiento natural, no puede aceptar la evidencia externa, la evidencia del Testimonio: solo se mueve por las exigencias intrínsecas de la evidencia interna de las cosas. La Filosofía es proceso crítico de comprobación de los actos cognocitivos, que solo deben fundarse en las evidencias intrínsecas ¨ de las cosas mismas¨. Descarta pues, no solo el conocimiento sobrenatural de la Fe o del Testimonio de Dios, sino toda autoridad o testimonio, no por considerarlos inválidos , sino por no satisfacer las exigencias últimas y más profundas del conocer natural, que busca las potencias intrínsecas. Para Sto. Tomás la Filosofía, que en abstracto y por su esencia, está incomunicada respecto de la Fe y la Teología, en el hombre concreto e histórico (cristiano), se abre connaturalmente hacia ellas; sin perder autonomía en su esfera propia, reconoce le plano superior e incluso se orienta hacia él, ya que éste es el decisivo para el hombre.

René Descartes (1596-1650):

Es el primer racionalista moderno y el hombre del método, fundador del Idealismo moderno. Se resuelve en contra de la autoridad en virtud de la espontaneidad del pensamiento, según él, todos los hombres están igualmente dotados para alcanzar la verdad, todos poseen por naturaleza la facultad de distinguir la verdad y la falsedad, que es la razón. La cuestión radica en el buen uso de la misma. Por cuanto lo primero en buscar es una garantía contra el error, es decir, se trata de buscar un método. La duda es el primer momento del método: consiste en demoler el edificio del saber adquirido por tradición, por autoridad u opinión. La duda es metódica, se distingue de la escéptica que es dudar por dudar, el órgano primario de la seguridad intelectual consiste en dudar metódicamente para alcanzar una evidencia absoluta sobre la cual erigir el edificio entero de la filosofía. Se trata de buscar un primer principio de la Filosofía que sea una certidumbre absolutamente indubitable. Todo cae bajo los embates de la duda tanto los testimonios de los sentidos como los testimonios de la razón. En este procedimiento solo queda firme una cosa: la duda misma. Puedo dudar de todo pero no puede dudar de que estoy dudando, dudar es pensar y pensar es ser. Si dudo entonces pienso y si pienso, existo. Todo podrá no existir (incluso el cuerpo) pero el propio imaginar, soñar, pensar, es, existe, por lo tanto yo existo indubitablemente. Tal es la primera certidumbre absoluta y el primer principio de la Filosofía que busca Descartes y descubre así un nuevo ámbito de la realidad: el yo como conciencia , la pura subjetividad. El resultado de su examen va a resumir y prefigurar el destino de la Metafísica entera, la distinción entre el cuerpo y el alma abre la puerta al idealismo pues la Filosofía en lo sucesivo hará recaer en el yo como puro pensamiento el todo de la realidad.

El segundo paso que va a dar Descartes es ver en qué radica el criterio de verdad de esta primera evidencia indudable alcanzada, y lo encuentra en la claridad y distinción con que la idea de la propia existencia se impone como realidad. Estos criterios solo son posibles en el cogito pues en él no hay tránsito de la idea a la realidad, es el único caso en que la idea y la realidad ideada coinciden ontológicamente, son la misma cosa. La idea de la propia existencia coincide con la propia existencia, se identifica con ella porque la propia existencia consiste en idear (pensar). Toda idea tiene un doble aspecto: uno subjetivo, es decir en cuanto acto es idea de un sujeto, como modos de pensar con respecto al origen no hay distinción entre las ideas y son todas verdaderas. El otro aspecto es el objetivo, es decir en cuanto representación es idea de alguna cosa, como representaciones las ideas se distinguen con respecto al contenido y pueden ser falsas y dudosas las adquiridas por medio de la naturaleza corpórea. Cuando se trata de la idea del propio yo, en ella coinciden sujeto y objeto, su carácter de realidad es único entre todas las ideas porque éste no le viene como a todas las demás de su ser específicamente idea (representación) sino de su ser cogitativo (de su ser acto), y viceversa entre todos los actos el de ideación cuando recae sobre el propio yo, además de darse inmediatamente la propia existencia se da como realidad o como ser. Para Descartes toda realidad se da en el juicio (de la realidad objetiva de la idea se deriva la realidad o existencia de la cosa ideada) menos la del propio yo que se da en esa primaria intuición (intuición inmediata y simultánea de la idea y la existencia), y que todo juicio presupone. Con respecto a la idea de otra realidad cualquiera distinta del propio yo esto cambia completamente pues lo que se tiene inmediatamente no es la existencia de la cosa ideada o representada sino solo la existencia de su idea en cuanto idea. Por cuanto Descartes para salir de la realidad objetiva de la idea en el yo al mundo o existencia real de la cosa ideada tiene que demostrar que toda idea clara y distinta que presente una cosa como real o existente es garantía suficiente por su misma claridad y distinción de la existencia real de esa cosa. El alma piensa en virtud de sus ideas innatas, las tres ideas iniciales son la idea de sustancia pensante -res cogitans- indivisible e inextensa , la idea del ser perfecto e infinito - Dios- , y la idea de sustancia corpórea, divisible y extensa. Todo lo que se percibe claro y distinto es verdadero a causa de que Dios es o existe. Todas las ideas claras y distintas vienen de Dios y son percibidas por la luz natural de la razón, la falsedad proviene de la imperfección de la facultad de juzgar -voluntad- , de operar sobre ideas que no son claras y distintas. La falsedad no está en la idea sino en el juicio o en el modo de operar de la facultad. La realidad objetiva de la idea es un efecto producido por una causa actual y formal, por cuanto Descartes propone llegar a la primera idea cuya causa sea equivalente a una causa original en la cual esté contenida formalmente toda la realidad que existe en la idea de modo objetivo.

Sin la intervención del entendimiento no se aprecia nada de modo claro y distinto. Por cuanto lo que se ve con el ojo (sentidos) solo es aprehendido por la facultad que existe en el intelecto que aprehende a pesar de los cambios de las cualidades el atributo esencial-sustancia.

Después de la duda universal que pone al yo como puro pensamiento, no hay más una manera de demostrarlo, probando primero que existe Dios. Tercer paso que da Descartes: para salir del yo y recuperar la idea como representación acude a Dios como garantía de toda verdad, planteando así las pruebas de su existencia.

Descartes pretende establecer la existencia del mundo exterior y de Dios a partir de las ideas innatas (claras y distintas). Para Descartes a la idea objetiva corresponde la realidad objetiva de la misma cosa tal como está representada en la mente, y cuando un atributo formal (como por ejemplo la existencia) está contenido en su naturaleza objetiva o en el concepto de la cosa, dicho atributo es verdadero y puede afirmarse de la cosa. Con esto se implica que antes de considerar la existencia de la cosa ideada fuera de mi, es decir, si existen fuera de mi, es preciso considerar su idea en tanto que existe en mi pensamiento. (Medit. V), y ver cuales son definidas y cuales son confusas. Definidas para Descartes son las figuras, los números, ya que se puede imaginar un triángulo que aunque no existe fuera de mi posee una naturaleza determinada: la suma de sus ángulos es igual a dos rectos.

De este modo en el concepto de una cosa limitada está contenida la existencia en cuanto posible o contingente-triángulo-. En el concepto de una cosa ilimitada está contenida la existencia como necesaria-Dios-. El pensamiento no impone necesidad a las cosas sino que la necesidad de la cosas misma obliga a pensarlo (no se puede pensar la no existencia de Dios pues la existencia es inseparable de los atributos de su ser perfecto) (Medit.V).

La idea de Dios reclama una causa superior y distinta de mí, una causa que la infunde en la inteligencia finita al crearla. Descartes plantea las pruebas de la existencia de Dios a partir de la consideración de la idea de Dios en sí misma; en relación con su causa: en relación a Dios; y en relación al ser finito como su efecto.

Idea de Dios en sí misma, se conoce por la sola consideración de su naturaleza o concepto, en virtud de que el concebir la idea o naturaleza de una cosa se concibe al mismo tiempo sus atributos esenciales (Respuestas a las segundas objeciones, Principios de la Filosofía primera parte). En relación a su causa -Dios-: la realidad objetiva de cada una de las ideas requiere una causa en la cual esté contenida esa misma realidad de modo actual y formal. Un efecto perfecto como la idea perfecta de Dios reclama una causa perfecta (Principios I,18). El efecto posee todas las perfecciones de la causa que lo produce. En relación el ser finito como efecto de la imperfección finita se infiere la perfección infinita (Discurso del Método, primera parte). La existencia de Dios se demuestra porque existimos nosotros que tenemos su idea, y así como la existencia depende de una causa que la conserva dicha causa posee formal y eminentemente todo lo que hay y deja de haber en mí (Respuestas a las segundas objeciones). Mi existencia proviene de Dios que es causa sui. (Medit.III). De ahí concluye Descartes que Dios es garantía de toda veracidad (Medit.V). La certidumbre y la verdad de toda ciencia depende solo del conocimiento de Dios, nada se conoce antes de su conocimiento. Dios es unidad suprema a la cual tienden la multiplicidad de los seres y en la cual encuentran explicación. Es causa creadora del mundo y conservador de todas las cosas. Es autor de la naturaleza y sus leyes, base de la ciencia del mundo sensible. Es causa y garantía de las ideas innatas (únicas verdaderas) y también garantía de juicios, procesos deductivos y demostraciones.

Realidad del mundo exterior. La idea clara y distinta de extensión basta para fundamentar demostraciones geométricas pero no es suficiente para afirmar la existencia de un mundo corpóreo fuera de la conciencia. Descartes admite que las ideas materiales vengan muchas veces de los sentidos pero como base sólida para la certeza de su existencia exterior recurre a Dios como criterio de veracidad. Es posible su existencia porque aparecen claramente en demostraciones geométricas y no hay duda de que Dios produce todas las cosas que se conciben con distinción. Es probable que existan porque aparecen claramente en la representación de la imaginación como modos de pensar. Se posee la idea clara y distinta de extensión y se tiene la convicción de las cosas existen porque Dios ha dado la inclinación a creer que las ideas provienen de las cosas corpóreas por cuanto de concluye que existen aunque no son tan firmes y evidentes como las que conducen al conocimiento de Dios y el alma humana.




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Enviado por:Tefusal
Idioma: castellano
País: Argentina

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