Filosofía y Ciencia


Ética para Amador; Fernando Savater


Nació en San Sebastián en 1947 y desde muy temprana edad manifestó su inquietud en el ámbito de las letras y el pensamiento, hasta el punto de conmocionar el panorama filosófico de su país al publicar en 1972 Nihilismo y acción y La filosofía tachada. En estos ensayos, que nada tenían de juveniles, se manifestaba ya, influido por Friedrich Nietzsche y por E. M. Cioran, su empeño por innovar los modos en que discurría la reflexión en España, obsesión a la que ha sido fiel a lo largo de la incesante actividad periodística, teórica, pedagógica y literaria que desarrolla desde entonces. De otra parte, al compaginar con ingenio, acierto e ironía crítica, filosofía y escritura, Savater ha cultivado diversas pasiones que articulan sus compromisos intelectuales y su evolución como pensador. En primer término, lo que le costó un periodo de exilio voluntario en Francia en los últimos años del régimen de Franco, situado en un antiautoritarismo radical, muy próximo a las tesis anarquistas; acto seguido, alternando sus preocupaciones críticas y estéticas con las políticas, lo que descubrió su faceta como cinéfilo y mitómano ilustrado que, descreyendo de géneros y fórmulas convencionales, reivindicaba el placer como alternativa emancipatoria frente a una modernidad asfixiada por la razón.

Más tarde, al conjugar sus inquietudes éticas con la elaboración de una teoría liberadora y crítica de la cultura y la política, polemizó con dureza con el filósofo Javier Sádaba, a propósito de los conflictos del independentismo vasco en particular y, en un orden más amplio, del poderoso renacer del nacionalismo y las doctrinas xenófobas, neofascistas y racistas en el mundo.

En 1973 apareció Apología del sofista, título al que siguieron Apóstatas razonables (1976), Conocer Nietzsche y su obra (1977), Panfleto contra el Todo (1978), Humanismo penitente (1980) y la obra con la que conseguiría el Premio Nacional de Literatura de 1981, La tarea del héroe. Este ensayo reflejaría el acusado interés de Fernando Savater por desentrañar la ética de sus engañosos vínculos con la moral y convertirla en una empresa creativa abierta, con autonomía propia, propósito que se decantó asimismo en el ámbito de la ficción literaria. En aquellos años publicó novelas como Caronte aguarda (1981), Diario de Job (1983) y en homenaje a Robert Louis Stevenson, El dialecto de la vida (1985); estrenó textos dramáticos como Último desembarco (1987), Catón. Un republicano contra César (1989), así como ensayos de manifiesta intención divulgadora: Invitación a la ética (1982), El contenido de la felicidad (1986), Ética para Amador (1991) y, en consonancia con la exitosa línea del anterior, un atípico best-sellers en diversos países europeos, Política para Amador (1992). Sin contemplaciones (Ariel, 1994) Sobre vivir (Ariel 1994) Idea de Nietzsche (Ariel, 1995), El valor de educar (1997), Despierta y lee (1998). Es autor también de cuatro novelas -Caronte aguarda, Diario de Job, El dialecto de la vida y El jardín de las dudas (finalista del Premio Planeta 1993)-, de un libro de relatos -Episodios pasionales y de varias obras de teatro: Juliano en Eleusis, Vente a Sinapia y Último desembarco. Colabora habitualmente en el diario El País y en la revista Claves de Razón Práctica, que codirige junto a Javier Pradera. Polifacético, incisivo y heterodoxo, Savater es profesor en la facultad de filosofía de las Universidades de Madrid y Euskadi, tarea que compagina con su tarea como conferenciante, articulista asiduo en el diario El País y director de la revista.

  • El primer problema filosófico para el autor, “es saber lo que es bueno y lo que es malo en esta vida”. El autor resuelve este problema de la siguiente forma: el autor nos dice que es necesario tener un saber que nos guié, un saber que nos ayude a elegir el buen camino, un saber para diferenciar lo bueno de lo malo en cada situación, y este saber es la ética. Savater dice que como no hay ninguna regla que nos ayude a diferenciar lo bueno de lo malo, el afirma la propuesta “haz lo que quieras”, propuesta hecha por la propia etica. Por ejemplo en algunas situaciones se sabe si es bueno o malo beber lejía, tirarse desde un tercer piso, llevar una dieta de clavos y ácido prúsico...pero en otras situaciones mas complicadas se ha de utilizar la etica para elegir bien.

  • Otra problema son los motivos por lo que la gente actúa, nos dice que las ordenes, los caprichos y las costumbres son los únicos motivos por lo que la gente actúa, pero mas adelante se da cuenta que hay mas motivos: Por ejemplo: “¿debo votar al político que considero mejor para la mayoría del país, aunque perjudique con su subida de impuestos mis intereses personales o apoyar al que me permita forrarme más a gusto y los demás que espabilen?” En esta situación no bastarían ni órdenes ni costumbres para decidir qué hacer y los caprichos no son en este caso un buen motivo.

  • Otro es saber lo que nos combiene y lo que no nos combiene

  • Otro problema es la libertad, dice que el hombre es libre para actuar frente a las cosas, es decir puedes ser prudente o temerario, obedecer o revelarse....pero no es libre para elegir lo que nos pasa (día de nacimiento, tus padres ...). como se ha dicho en el punto anterior hay mas motivos para elegir que los nombrados , entonces esa posibilidad de elegir lo hace la libertad.. un ejemplo muy claro para esto es el del señor de la barca, el no es libre para hacer que la tormenta se detenga pero si es libre para tirar la carga y salvar su vida.

  • Otro problema esta en la diferencia entre los caprichos y el haz lo que quieras, lo primero es hacer lo primero que te venga en gana. Por ejemplo si vas por la calle y ves un coche, entonces coges una piedra y rompes el cristal (lo has hecho sin pensarlo, sin ver las consecuencias). Lo segundo es hacer lo que tu quieras pero después de haberlo pensado y de haber visto las consecuencias. Por ejemplo, en el ejemplo de antes tu has roto el cristal pero eso si, antes has pensado las consecuencias y lo que te puede pasar, esto es la diferencia con el caso primero.

  • Otro gran problema es la sociedad, Savater nos dice que para estar bien contigo y con los demás no has de prescindir de la sociedad, todos necesitamos compañía, cariño... de los demás y aunque los demás no te den esto, tu no debes hacer lo mismo que ellos es decir, no debes sembrar el mal. Con el ejemplo de Kane muestra claramente esa dependencia. Kane (un personaje imaginario de una película) era un hombre rico, con todas la posesiones materiales que siempre deseó. Mientras vivió utilizó a las personas como cosas, como medios para conseguir más dinero y poder. Murió en la soledad dándose cuenta de que todo lo que tenía no le servía de nada si la sociedad no le trataba como persona.

  • El ser imbécil es otro de los problemas, nos dice diferentes formas de serlo:

  • El que cree que no quiere nada, dice que todo le da igual y vive en perpetuo bostezo o siesta permanente.

  • El que cree que lo quiere todo.

  • El que no sabe lo que quiere ni se molesta en averiguarlo y se dedica a imitar a los demás o a llevarles la contraria.

  • El que sabe lo que quiere y por qué lo quiere pero lo quiere con poca fuerza y al final siempre acaba haciendo lo que no quiere, dejando lo que quiere para mañana.

  • El que quiere con fuerza y ferocidad en plan bárbaro, pero se ha engañado a si mismo sobre lo que es la realidad y termina confundiendo la buena vida con aquello que va a hacerle polvo.

  • Pero este a su vez nos dice diferentes formas de arreglar eso, lo principal es prestar atención y esforzarse todo lo posible por aprender. A esto lo llama “buena vida”, nos señala que hay que tener conciencia y esto consiste en:

    a) Saber que no todo da igual.

    b) Estar dispuestos a fijarnos en si lo que hacemos corresponde en lo que de veras queremos o no.

    c) A base de la práctica ir desarrollando el buen gusto moral, es decir, hacer las cosas bien y de la manera adecuada.

    d) Aceptar nuestra libertad y la responsabilidad de las consecuencias de nuestros actos.

    • Otro problema es el sexo, nos habla si es moral o inmoral. Afirma que el placer sexual no es malo ni inmoral, el placer es algo bueno y moral de lo que hay que disfrutar, pero sin llegar a su abuso. Si se abusa de él no produce más que destrozos a nuestra propia persona.

    De qué va la ética

    En este capitulo el autor comienza hablando de lo bueno y de lo malo de la vida, eligiendo opciones en las que habría que escoger entre una cosa u otra.

    Al principio muestra situaciones fáciles como saber si es bueno o malo tirarse desde un tercer piso, beber lejía, llevar una dieta de clavos y ácido prúsico... pero más adelante plantea situaciones un tanto mas complejas, situaciones en las que ya no está tan claro qué es lo bueno y qué es lo malo. Es entonces cuando interviene la ética para saber elegir unas cosas u otras.

    A continuación trata el tema de la libertad. Las personas somos libres, nuestra vida, al menos en parte, es resultado de nuestras decisiones, de lo que cada cual quiere que sea. Establece la diferencia entre los animales y las personas con el ejemplo de Héctor y de las termitas . Mientras que las personas actúan según su voluntad, eligen dentro de lo posible y por eso decimos que son libres. Los animales actúan de una forma instintiva, están “programados” y no pueden actuar de otra manera, Es decir, yo no soy libre para elegir ni el día que nací, ni el lugar donde nací, ni los padres, pero si que soy libre para obedecer o revelarme.

    En conclusión para mí el autor en este capítulo nos hace ver que es necesario tener saber para que nos que guíe, que nos ayude a diferenciar lo bueno de lo malo en cada situación. Ese saber es la ética.

    Ordenes, costumbres y caprichos

    En este segundo capítulo nos vuelve a exponer la idea de libertad. Savater se centra en que no podemos elegir lo que nos pasa pero si que podemos actuar frente a ello. De la misma manera que yo no puedo elegir haber nacido en España o no, pero si que puedo elegir entre emigrar a otro país o quedarme en mi país natal. Un ejemplo claro para esto es el que pone Aristóteles, el de un capitán de un barco que a causa de una tormenta se vio obligado a elegir entre arrojar la carga por la borda o arriesgar su vida y la de su tripulación para salvar el cargamento. El capitán no era libre de decidir que la tormenta se parara que no le hiciera nada, pero si que era libre para actuar consecuentemente y tratar de hacer aquello que a él le pareciera más adecuado.

    En el resto del capítulo, Savater, se dedica a establecer los motivos por los que actuamos. Al principio establece tres tipos de motivos:

    Órdenes.

    Caprichos.

    Costumbre.

    En conclusión las personas no podemos elegir lo que nos pasa ( la tormenta), pero si que podemos actuar frente a ello (que hacer tirar la carga o quedarse la carga frente a las consecuencias.

    Haz lo que quieras

    Vuelve a hablar sobre los motivos. Mediante ejemplos, muestra que los tres que había citado en el capítulo anterior (órdenes, costumbres y caprichos) en algunas situaciones son insuficientes. Por ejemplo: “¿debo votar al político que considero mejor para la mayoría del país, aunque perjudique con su subida de impuestos mis intereses personales o apoyar al que me permita forrarme más a gusto y los demás que espabilen?” En esta situación no bastarían ni órdenes ni costumbres para decidir qué hacer y los caprichos no son en este caso un buen motivo.

    Siguiendo lo anterior, el autor, comienza a tratar el tema de la libertad. Muestra que cuando ni órdenes, ni caprichos, ni costumbres son motivos suficientes es cuando nos toca elegir y decidir a nosotros y esa posibilidad de decidir lo que hacer es la libertad. Pero esa libertad consiste además en darse cuenta de lo que se decide, en pensar dos veces lo que se hace y no dejarse guiar tan sólo por los caprichos, las órdenes y las costumbres.

    En conclusión con estas nuevas ideas nos damos cuenta que las órdenes, los caprichos y las costumbres no son suficientes para determinar nuestras acciones.

    La capacidad y el hecho de ser un ser racional es lo que le permite al hombre ser libre.

    Date la buena vida

    De nuevo comienza con el tema de la libertad, centrándose en la última idea del capítulo anterior: “haz lo que quieras”. En esta primera parte del capítulo, Savater, se dedica a aclarar esta idea. Insiste en que no tenemos más remedio que ser libres, porque siempre tendremos que decidir lo que queramos, es decir cada uno crea su camino.

    Por otra parte establece la diferencia entre los caprichos y hacer lo que se quiera. Un capricho es hacer lo primero que se te venga en gana, que no es ni mucho menos lo mismo que hacer lo que se quiera. Aclara esta idea con la historia de Easú y Jacob. Easú decide tomar lentejas como un capricho que se le pasa en ese momento por la cabeza, pero no se detiene a pensar que el trato que hace con su hermano Jacob (cederle el derecho de primogenitura) no es realmente lo que le conviene para su futuro.

    “Haz lo que quieras” no quiere decir que haya que hacer eso, sino hacer lo que tu mismo decidas pero después de haberlo meditado, después de haberlo pensado y razonado. Entonces la diferencia entre un capricho y hacer lo que se quiera es que lo primero no exige uso de razón mientras que lo segundo sí.

    En conclusión para “darse la buena vida” hay que “dar la buena vida” puesto que según tratemos a los demás así se nos tratará. Si queremos recibir el bien, tendremos que sembrarlo y aunque no siempre lo recibamos no debemos por ello sembrar el mal.

    ¡Despierta Baby!

    En la primera parte del capítulo se vuelven a mencionar las anécdotas de Easú y de Kane. Savater señala que ambos querían darse la buena vida pero que se confundieron en su forma de conseguirlo. El error de Kane fue su obsesión por acumular dinero y otras posesiones materiales. Una obsesión que le llevaron a tratar a las personas como si fueran cosas .

    Por otro lado el error de Easú fue que sacrificó demasiados aspectos importantes de su vida, la simplificó más de lo debido.

    A partir del error de Kane, establece las diferencias entre las personas y las cosas. La diferencia principal es que de las cosas sólo se pueden obtener más cosas, mientras que las personas nos pueden ofrecernos cosas como: amistad, respeto, amor... q solo pueden salir de ellas

    En lo que resta de capítulo, el autor, establece la primera condición ética. Esta indispensable condición consiste en estar decidido a no vivir de cualquier modo, es decir: estar convencido de que no todo da igual aunque antes o después vayamos a morirnos.

    En conclusión nos ha querido decir que las personas dependemos de la sociedad, necesitamos compañía, respeto, amistad, amor... algo que sólo ella nos puede ofrecer.

    Debemos estar decididos a no vivir de cualquier modo y estar convencidos de que no todo da igual aunque antes o después vayamos a morirnos.

    Aparece Pepito grillo

    Comienza el capítulo afirmando la obligación de tener conciencia, de no ser imbécil. Más tarde muestra las cinco maneras de ser imbécil:

  • El que cree que no quiere nada, dice que todo le da igual.

  • El que cree que lo quiere todo.

  • El que no sabe lo que quiere ni se molesta en averiguarlo los que no hacen mas que llevar la contraria o los que se dedican a imitar a los demás.

  • El que sabe lo que quiere y por qué lo quiere pero lo quiere con poca fuerza y al final siempre acaba haciendo lo que no quiere, dejando lo que quiere para mañana.

  • El que quiere con fuerza y ferocidad en plan bárbaro, pero se ha engañado a sí mismo sobre lo que es la realidad y termina confundiendo la buena vida con aquello que va a hacerle polvo.

  • Savater afirma que hay que tratar de evitarlas, aunque en realidad resulte bastante difícil. Lo que él llama “buena vida” es realmente eso, conseguir no ser imbécil. Para conseguirlo hay que tratar de prestar atención y esforzarse todo lo posible por aprender. Lo que hay que hacer entonces es tener conciencia y tener conciencia consiste en:

    a) Saber que no todo da igual.

    b) Estar dispuestos a fijarnos en si lo que hacemos corresponde en lo que de veras queremos o no.

    c) Aceptar nuestra libertad y la responsabilidad de las consecuencias de nuestros actos.

    d) A base de la práctica ir desarrollando el buen gusto moral, es decir, hacer las cosas bien y de la manera adecuada.

    Después de estas consideraciones, el autor, se dedica a recapacitar sobre el egoísmo. Defiende el egoísmo en el aspecto de querer lo mejor para nosotros mismos, siendo lo mejor “la buena vida”. Pone los contra- ejemplos de Calígula, Kane y Ricardo III; tres personajes que fueron egoístas pero se destrozaron a sí mismos por ser “imbéciles” y no darse cuenta de que lo que realmente era bueno para ellos.

    Ponte en su lugar

    Al comienzo del capitulo reflexiona sobre el trato entre las personas. Para ello se sirve esta vez del caso de Robinson Crusoe al descubrir las huellas de un ser humano en su isla desierta. Plantea la duda ante cómo comportarse con esa persona a la que nunca antes había visto. ¿Debía tomarle por amigo o enemigo? Finalmente acaba llegando a la conclusión de que seguramente si Robinson le tomara en principio por enemigo este acabaría haciendo lo mismo, por lo tanto según se trate a los demás así se nos tratará a nosotros.

    Como consecuencia de todo lo que se venía ya diciendo Savater llega a la conclusión de que “hay que y tratar a los demás como personas” y eso consiste en intentar ponerse en su lugar, tomar en cuenta sus derechos, comprender sus razones, participar en sus pasiones y sentimientos... en definitiva: respetarlos, apreciarlos y amarles un poco.

    Por último Savater concluye que tratar a los demás como personas no es más que obrar con justicia, reconocer los derechos de los demás.

    En conclusión todo individuo depende de la sociedad, de ella obtiene su cultura y prácticamente todo lo que tiene. Por ello como necesitamos a los demás debemos tratarles bien, procurar que sean felices, respetarles y apreciarles, para que ellos hagan lo mismo contigo.

    Por otro lado la “buena vida” consiste en conseguir que los demás nos respeten y traten como humanos. Entonces, si aquello que damos recibimos, lo que debemos hacer es “dar la buena vida” para poder así “darse la buena vida”.

    Tanto gusto

    En primer lugar, Savater, considera las palabras “imoral” y “moral” restringidas por lo general a temas que tienen que ver con el sexo. Aclara que el sexo en si no tiene nada de inmoral.

    Una de las funciones importantes del sexo es la procreación, por ello el sexo impone una gran responsabilidad. Pero no por ello quiere decir que este deba limitarse exclusivamente a una función procreadora.

    Más adelante considera las causas del miedo al placer. La principal causa es que los placeres nos gustan demasiado y a veces puede resultar difícil controlar el apetito que producen.

    Ese miedo al placer es el causante de que en varias ocasiones se considere inmoral.

    El capítulo acaba con unas reflexiones sobre la finalidad del placer: la alegría. Es decir, el placer debe producir alegría.

    En definitiva, el placer no es malo ni inmoral, el placer es algo bueno de lo que hay que disfrutar pero sin llegar al abuso.

    Elecciones generales

    En primer lugar Savater introduce unas relaciones entre la ética y la política. La finalidad que ambas persiguen es la de vivir bien. La ética pretende elegir lo que más nos conviene y vivir lo mejor posible. La política persigue el objetivo de organizar lo mejor posible la convivencia social, de modo que cada cual pueda elegir lo que le conviene.

    Pero existen también diferencias entre ambas, la ética se ocupa de lo que uno mismo hace con su libertad, mientras que la política intenta coordinar de la manera más adecuada y provechosa lo que muchos hacen con sus libertades.

    Más tarde establece las condiciones que debe reunir un orden público deseable:

  • La libertad. Debe ser respetada al máximo. En consecuencia la responsabilidad de los actos y omisiones de cada uno también deberán ser consideradas con importancia.

  • La justicia: Las personas deben ser tratadas como personas. Consiste en reconocer los derechos del otro, de considerar sus intereses de la misma manera que se consideran los propios; en fin, de reconocerle su dignidad.

  • La asistencia. Una comunidad política deseable debe proporcionar ayuda a los que sufren o a los que tienen alguna incapacidad.

  • Pero, además de estos requisitos, toda sociedad política debe también cumplir unas exigencias mínimas que son los derechos humanos. Unas exigencias que, por desgracia, en muchos casos todavía no son más que pura teoría y nunca se llevan a la práctica.

    En conclusión “Quien tenga la preocupación ética de vivir bien no puede desentenderse de la política”. Es decir, la política debe ser el medio para que la sociedad pueda vivir bien y por eso nos interesa a todos.

    Considero el libro “Ética para Amador” una reflexión que nos guía hacia el mundo de la moral y la vida en general de un modo adecuado en estos tiempos. Su autor, Fernando Savater, consigue hacernos comprender algunos temas que generalmente no nos detenemos a analizar sin perder por ello el sentido del humor y la alegría que, según comenta en el texto, debe caracterizar a la ética. Nos aclara cuestiones que varias veces nos llevan a una mala comprensión de la vida, a la vez entreteniéndonos e intrigándonos.




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    Enviado por:Dj
    Idioma: castellano
    País: España

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