Literatura
El suicidio; Émile Durkheim
INTRODUCCIÓN PREVIA
La importancia de Emile Durkheim como sociólogo se debe principalmente a su capacidad para defender la autonomía científica de la sociología y la aplicación del método científico al estudio de los fenómenos sociales.
Su obra constituye un pilar en el proceso de institucionalización de la sociología como ciencia y en la posibilidad de aplicación práctica de las conclusiones sociológicas.
Durkheim nació en Espinal, Francia, el 15 de abril de 1858. Desde 1887 fue profesor de Pedagogía y Ciencias Sociales en la Universidad de Burdeos y en 1906 fue designado profesor de Sociología en la Sorbona, por lo cual fue el primero que enseñó oficialmente esta disciplina en Francia.
Su formación teórica fue básicamente filosófica y estuvo fuertemente influido tanto por positivismo como por el evolucionismo, aunque también recibió el influjo de pensadores como Montesquieu y Tocqueville y de teóricos alemanes como Simmel, Tonnies y Wundt. Sin embargo, su sociología es heredera de la obra de Auguste Comte, hasta el punto que debe considerarse a Durkheim como su auténtico continuador
Sus trabajos más significativos son los siguientes: La división del trabajo social (1887, su tesis doctoral en francés)¸ Las reglas del método sociológico (1895); El suicidio (1897); y Las formas elementales de la vida religiosa (1912).
A estas obras hay que agregar sus ensayos y artículos publicados en Le Anné Sociologique, revista de la cual fue fundador. Estos trabajos dieron lugar a diversos libros que aparecieron tras su muerte: Educación y sociología (1922); Sociología y filosofía (1924); La educación moral (1925); El socialismo (1928). Con posterioridad han surgido diversas ediciones que rescataron textos y apuntes de sus clases. En 1917, terriblemente atormentado por la muerte de su hijo en la guerra, Durkheim murió en París y dejó una "escuela de pensamiento" con numerosos discípulos, no sólo en la sociología
CONTENIDO DEL LIBRO
LIBRO I : LOS FACTORES EXTRASOCIALES
CAPITULO I: EL SUICIDIO Y LOS FACTORES PSICOPATICOS
En este capitulo Durkheim, se ocupa de analizar si factores ajenos a la sociedad pueden afectar al porcentaje de suicidios, como pueden ser la raza, la temperatura o el clima.
A continuación se plantea debido a las similitudes del suicidio con la locura, si el primero puede ser una clase de enajenación mental. Durkheim dice que, si el suicida fuera un loco, se trataría de una locura parcial y delimitada, es decir, una monomanía.
Los suicidios vesánicos, tomando como referencia las reglas de Jousset y Moureau de Tours se clasifican en:
Suicidio maniático: Producido como consecuencia de alucinaciones o de concepciones delirantes. Deriva de la enfermedad de la manía.
Suicidio melancólico: La idea del suicidio nace de estados de extrema depresión en los que el individuo deja de apreciar los vínculos que le unen con la vida.
Suicidio obsesivo: En este caso la idea del suicidio es similar a un instinto, la idea fija de la muerte se va apoderando del individuo.
Suicidio impulsivo o automático: Carece de razón tanto en la realidad como en la imaginación del enfermo, surge la idea sin fundamento y progresivamente se va apoderando de la voluntad, en un tiempo mas o menos largo y bruscamente puede provocar la ejecución.
Tras esta clasificación Durkheim descarta que estos tipos engloben todos los suicidios, por lo tanto queda también descartado la hipótesis de que el suicidio nazca de la locura ya sea esta transitoria o duradera. Un porcentaje alto de suicidios son deliberadamente prerarados y, además, no son fruto de alucinaciones.
A continuación analiza un estado intermedio, la neurastenia que se caracteriza por ser un estado en el que los individuos presentan un umbral para los sentimientos, más bajo de lo normal. Tras un estudio en los sexos, los cultos y la edad de los países, Durkheim llega a la conclusión de que la neurastenia tampoco afecta al porcentaje global de suicidios y por lo tanto no es relevante para nuestro estudio.
CAPITULO II: EL SUICIDIO Y LOS ESTADOS PSICOLOGICOS NORMALES. LA RAZA
De nuevo lo primero es definir la raza, en la búsqueda de una definición Durkheim cae en la cuenta de que no es posible definirla obviando los tipos hereditarios.
Tomando la división de las tres razas que hace Morselli, se observa una gran diversidad en la aptitud para el suicidio en los eslavos, los celtarromanos y las naciones germanas. Solo los alemanes tienen una fuerte propensión que se pierde cuando salen de Alemania.
Finalmente llega a la conclusión de que la raza no puede ser un factor del suicidio, si no es este esencialmente hereditario, hipótesis que descarta debido a la insuficiencia de pruebas.
CAPITULO III: EL SUICIDIO Y LOS FACTORES COSMICOS.
El estudio de la influencia del clima nos lleva a la conclusión de que este nada tiene que ver con el porcentaje de suicidios lo que lleva al autor a estudiar si la temperatura tiene algún efecto.
Los distintos estudios muestran que la época del año en la que más suicidios se cometen es en el semestre que va de Marzo a Agosto siendo siempre el número de suicidios inferior en el siguiente periodo. Morselli llega a la conclusión de que la temperatura fomenta la actividad tanto social como cerebral y es en estos estados de mayor agitación cuando se da un mayor número de muertes voluntarias, de aquí que considere que suicidio y temperatura estén perfectamente relacionados. Durkheim rechaza esta hipótesis.
Durkheim demuestra también que independientemente de la temperatura y en cualquier estación del año, la mayor parte de los suicidios tiene lugar de día, los suicidios llevados a cabo por la mañana y por la tarde suponen los cuatro quintos del total, siendo los de por la mañana los tres quintos.
Finalmente llega también a la conclusión que no es precisamente el medio físico el que estimula de manera directa el suicidio, depende sobretodo de los factores sociales, lo que se determinara en el libro próximo.
CAPITULO IV: LA IMITACIÓN
Se considera la imitación como el último factor psicológico a tratar antes de poder pasar a hablar sobre las causas sociales del suicidio.
Solo podemos considerar la imitación propiamente dicha cuando un acto tiene como antecedente inmediato la representación de otro acto semejante, anteriormente realizado por otro, sin que entre esta representación y en la ejecución se intercale ninguna operación intelectual, explícita o implícita, que se relacione con los caracteres intrínsecos de los actos reproducidos, esta es la definición que se debe emplear cuando se trata a la imitación como influencia en el suicidio.
Durkheim opina que no hay duda de que el suicidio se comunica por contagio, y relata numerosos casos en los que en lugares donde una persona se ha suicidado después otras de su alrededor lo han hecho también, pero es frecuente atribuir a la imitación cierto número de hechos que pueden tener otro origen, esta es la causa de los que se han tomado a veces pos suicidios obsesionales.
LIBRO SEGUNDO: CAUSAS SOCIALES Y TIPOS SOCIALES
CAPITULO I: MÉTODO PARA DETERMINARLOS
En el libro anterior se ha determinado que para cada grupo social existe una tendencia específica al suicidio, que nos basta para explicar la constitución orgánico-sociológica de los individuos y la naturaleza del medio físico.
Sólo puede haber tipos de suicidios distintos cuando sean diferentes las causas de las que suceden, ya que no podemos estudiar los suicidios por sus diferentes formas o caracteres morfológicos, porque no se dispone de casi nada de la información necesaria.
En base a esto podemos constituir los tipos sociales de suicidio clasificándolos no directamente y según sus caracteres, sino comprobando las causas que los producen, esta será a primera vista una clasificación etiológica, así penetramos mucho mejor en la naturaleza de un fenómeno, ya que conocemos sus causas.
A través de este método se puede establecer la naturaleza de los suicidios y su número pero no sus caracteres distintivos.
CAPITULO II: EL SUICIDIO EGOISTA
Durkheim en este apartado deduce las siguientes conclusiones; por un lado, vemos como el suicidio progresa con la ciencia; y por otro lado vemos como cuanto más numerosos y fuertes son los estados colectivos, más fuertemente integrada está la comunidad religiosa y más virtud preservativa tiene. Lo importante no son los dogmas y los ritos, sino que sirvan por su naturaleza para alimentar una vida colectiva de una suficiente intensidad: Porque la iglesia protestante no tiene el mismo grado de consistencia que las otras, es por lo que no ejerce sobre el suicidio la misma acción moderadora.
CAPITULO III: EL SUICIDIO ALTRUISITA
Como hemos llamado egoísta al estado en que se encuentro el yo cuando vive su vida personal y no obedece más que a si mismo, la palabra altruismo expresa bastante bien el estado contrario, aquel en el que el yo no se pertenece, en que se confunde con otra cosa que no es él, en que el polo de su conducta está situado fuera de él, en uno de los grupos de que forma parte.Esta variedad de suicidio altruista la podemos denominar suicidio altruista obligatorio.
Uno de ellos puede ser el suicidio por no tener ningún apego a la vida, y a la menor indicación renuncian a ella. Estos podremos llamarles suicidios altruistas facultativos
Por último hablaremos del suicidio altruista agudo, cuyo perfecto modelo es el suicidio místico.
Estas diferentes formas contrastan del modo más notable con el suicidio egoísta, el uno está ligado a esa moral ruda que estima en nada lo que sólo interesa al individuo; el otro es solitario de esta ética refinada que pone tan alta la personalidad humana que esta ya no puede subordinarse a nada. Hay pues entre ellas toda una distancia que separa a los pueblos primitivos de las naciones más cultas.
Pero aun en las sociedades más cultas aún existe un medio especial donde el suicidio altruista está en estado crónico: El ejercito. En todos los países europeos se ha observado que la aptitud de los militares para el suicidio es muy superior a la de la población civil de la misma edad.
CAPITULO IV: EL SUICIDIO ANÓMICO
La anomia es en las sociedades modernas un factor regular y especifico de suicidios, el suicidio anómico proviene de que la actividad de estas personas está desorganizada y esta es la razón de su sufrimiento.
Comparando este tipo de suicidio con el suicidio egoísta podemos decir que aunque guardan cierta relación ocupan parcelas sociales diferentes: el primero se ocupa del mundo empresarial mientras que el segundo se centra en carreras intelectuales.
Hay otros tipos de anomia como la que se da en el enviudamiento y en la que nos vamos a detener a continuación que es la referente a los divorcios; M. Bertillon establece que el número de suicidios varía con el de divorcios, en todo Europa, y este autor dice que esto depende de un mismo factor que es el numero de personas equilibradas, este tipo de suicidio no deriva del hecho del divorcio, sino que ambos juntos derivan de la misma causa.
Tras descartar varias hipótesis Durkheim establece que sólo queda una posibilidad y es que la institución misma del divorcio por la acción que ejerce sobre el matrimonio predisponga al suicidio.
CAPITULO V: FORMAS INDIVIDUALES DE LOS DIFERENTES TIPOS DE SUICIDIOS
En este capitulo se va a intentar realizar una división etiológica de los suicidios. Cada suicida da a su acto una huella personal, que expresa su temperamento, las condiciones especiales en las que se encuentra y que por consecuencia no puede explicarse por las causas sociales y generales del fenómeno, pero estas a su vez deben tener una marca colectiva que es la que se pretende averiguar.
Existe una primera forma de suicidio, que se distingue por un estado de languidez melancólica, que hace que el individuo se encierre en sí mismo haciéndose insensible a lo que le rodea.
Existe también una forma vulgar que se da cuando el individuo se impone satisfacer como única tarea satisfacer sus necesidades y si se le impide este fin último la existencia deja de tener sentido, este es el suicidio epicureo.
Bajo el prisma común del suicidio altruista, caracterizado por ser un suicidio activo, encontramos el suicidio obligatorio en el que el sujeto se mata porque su conciencia se lo ordena.
Hay otra clase de suicidios que se diferencias de los anteriores porque están marcados por un carácter pasional, no es el entusiasmo, la conciencia o la fe religiosa, sino la cólera y lo que acompaña a la decepción
Existe también el tipo de suicidio que efectúan los incomprendidos, que se da sobre todo en épocas donde no hay una clasificación reconocida.
Otro tipo de suicidio que trata Durkheim, es el suicidio estoico. Este profesa una absoluta independencia para todo lo que traspasa el recinto de la personalidad individual, y al mismo tiempo se coloca en estado de estrecha dependencia frente a la razón universal y le reduce a no ser más que el instrumento por el que ella se realiza.
Las causas sociales de las que dependen los suicidios difieren de las que determinan la manera de ejecutarse, por lo que no se puede establecer ninguna relación entre los tipos de suicidio y el modo de ejecutarlo.
LIBRO TERCERO: EL SUICIDIO COMO FENÓMENO SOCIAL EN GENERAL
CAPITULO I: EL ELEMENTO SOCIAL DEL SUICIDIO.
El autor establece que cada sociedad tiene una aptitud para el suicidio y que es esta misma la que influye en mayor o menor grado en los individuos. Los actos individuales son una prolongación del estado social.
En todas las sociedades dice el autor se encuentra un numero invariable de muertes voluntarias que se manifiesta en los tipos de suicidio explicados y que no varia hasta que cambia el estado de la sociedad. Admite que podría entenderse que ha de haber una predisposición individual pero explica que esta es a su vez fruto del medio social en el que viven, que se asimila dentro de las conciencias individuales.
CAPITULO II: RELACIONES DEL SUICIDIO CON ORTROS FENOMENOS SOCIALES.
En este capitulo el autor se ocupa de si el suicidio es un factor moral o inmoral. Tras una exposición histórica manifiesta que el fenómeno es y ha sido objeto de reprobación debido a su anormalidad dentro de las circunstancias normales de la vida social.
A continuación se detiene en realizar una comparación entre el suicidio y otras formas de inmoralidad, deteniéndose especialmente en el homicidio y estudiando dos cuestiones diferentes: si son idénticas las condiciones psicológicas y si hay antagonismo entre las formas sociales de las que dependen. La respuesta que da a la primera pregunta es negativa ya que analiza factores como el sexo, la temperatura y la edad y estos no actúan del mismo modo en ambos fenómenos. La respuesta que se da a la segunda cuestión es mas complicado, hay casos en los que el antagonismo no se presenta y otros en los que si, esto se debe a que como ya ha admitido existen distintos tipos de suicidio.
CAPITULO III: CONSECUENCIAS PRACTICAS.
Las soluciones que se pueden dar a este problema practico dependen de si se considera a este un factor normal o anormal de la convivencia ciudadana.
Durkheim aporta un soporte muy necesario en la estructura profesional, proponiendo su inclusión en el mundo del Estado y no únicamente en el mundo privado como se hace en las sociedades modernas.
Finalmente y a modo de conclusión explica que el incremento de suicidios en el tiempo actual es fruto de la miseria moral que reina en la sociedad. Reclama una reforma de la estructura social con la desaparición de los grupos intermedios entre el individuo y el estado. Determina que para predecir la evolución del suicidio es necesario un estudio detallado del régimen corporativo.
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