Literatura
El otoño del patriarca; Gabriel García Márquez
REALISMO MÁGICO
El término "realismo mágico" nació en las artes plásticas y sólo después se extendió a la literatura. Lo utilizó el crítico alemán Franz Roh en 1925 para caracterizar un grupo de pintores post-expresionistas, y luego fue remplazado por el término "nueva objetividad". A pesar de este cambio, el realismo mágico sirvió para definir una tendencia en la narrativa hispanoamericana entre 1950 a 1970.
El realismo mágico se puede definir como la preocupación estilística y el interés en mostrar lo común y cotidiano como algo irreal o extraño. "El tiempo existe en una especie de fluidez intemporal, y lo irreal acaece como parte de la realidad". El escritor se enfrenta a la realidad y trata de desentrañarla, de descubrir lo que hay de misterioso en las cosas, en la vida, y en las acciones humanas. Un narrador mágico realista, crea la ilusión de "irrealidad", finge escaparse de la naturaleza y nos cuenta una acción que por muy explicable que sea nos perturba como extraña. En las narraciones extrañas el narrador, en vez de presentar como si fuera real, presenta la realidad como si fuera mágica. Pero el realismo mágico no es una literatura mágica porque su fin no es de suscitar emociones, sino de expresarlas. El realismo mágico es, más que nada, una actitud ante la realidad. La estrategia del escritor consiste en sugerir un clima sobrenatural sin apartarse de la naturaleza y lo hace deformando la realidad. Los personajes y los acontecimientos son reconocibles y razonables, pero como el narrador se propone a provocar sentimientos de extrañeza desconoce lo que ve y se abstiene de aclaraciones lógicas. No hay tampoco ambigüedad ni análisis psicológico de los personajes, sino oposiciones bien definidas, y éstos no se desconciertan jamás delante de lo sobrenatural
"Lo maravilloso no es maravilloso, sino natural". El realismo surge como un milagro o como una alteración privilegiada de la "realidad". También, evita cualquier efecto emotivo de escalofrío, miedo o terror, provocado por un acontecimiento insólito. Lo insólito deja de ser del "otro lado", lo desconocido, para incorporarse a lo real.
El realismo mágico tiene sus raíces en la cultura latinoamericana. Durante la colonización, muchos europeos encontraron un mundo lleno de cosas extrañas y sobrenaturales, y sus crónicas fueron basadas en sus interpretaciones que dieron base a una mistificación de lo latinoamericano. Gabriel García Márquez en la Conferencia Nobel 1982: La Soledad de América Latina, nos cuenta de un navegante florentino llamado Antonio Pigafetta, el cual relata lo que ve en sus expediciones por el mundo. Este navegante describe criaturas extrañas como "un engendro animal con cabeza y oreja de mula, cuerpo de camello, patas de ciervo y relincho de caballo". Esta tradición de interpretación creó una visión sobrenatural a nuestra realidad.
Durante los años, esto creó que muchos escritores latinoamericanos como Gabriel García Márquez, Vargas Llosa, Fuentes, Cabrera Infante, Alejo Carpentier, Jorge Luis Borges, y muchos más, cuestionaran este punto de vista, y como resultado nació el realismo mágico. Esta realización primero apareció como resultado del surrealismo. Durante los años 1920 y 1930, muchos artistas latinoamericanos fueron a Europa para incorporarse al movimiento surrealista, tratando de buscar aspectos sobrenaturales para crear una realidad basada en los sueños y el subconsciente.
GENERACIÓN DE 1957
Formada por los nacidos entre 1920 y 1934, su periodo de gestación se comprende entre 1950 y 1964. En esta generación se da paso a un modo poético de representación de la irrealidad. El punto de vista para la representación de ente mundo narrativo en un punto poético, creacionista o expresionista, que exterioriza su actividad en las formas irreales, fantásticas, imaginarias, que sacan de quicio los modos ordinarios de representación del mundo. Acontecimientos sorprendentes, mágicos, alejados de la conformación ordinaria de un yo empírico. La desrealización de esta literatura se logra a través de espacios irreales.
La desobjetivación del mundo narrativo y la despersonalización del narrador son fenómenos generalizados en las obras de esta generación. En el caso de “El otoño del patriarca” el narrador es múltiple, y pasa de uno a otro casi imperceptiblemente. También hay un desorden temporal notorio y se nota un rompimiento de la coherencia formal de la novela tradicional.
Existe una nueva concepción y estructura del tiempo: la impresión del tiempo es la de una temporalidad que fluye y permanece a una vez. Este fenómeno consiste en una espacialización temporal y es en definitiva la configuración del espacio interior de la conciencia que ésta constituye al tiempo que se constituye a sí misma.
Algunos de los principales exponentes de esta generación son:
- Gabriel García Márquez (Colombia)
- José Donoso (Chile)
- Guillermo Blanco (Chile)
- Jorge Edwards (Chile)
- Mario Benedetti (Uruguay)
DATOS BIOGRÁFICOS DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
Gabriel José García Márquez nació en Aracataca (Colombia) en 1928. Cursó estudios secundarios en San José a partir de 1940 y finalizó su bachillerato en el Colegio Liceo de Zipaquirá, el 12 de diciembre de 1946. Se matriculó en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Cartagena el 25 de febrero de 1947, aunque sin mostrar excesivo interés por los estudios. Su amistad con el médico y escritor Manuel Zapata Olivella le permitió acceder al periodismo. Inmediatamente después del "Bogotazo" (el asesinato del dirigente liberal Jorge Eliécer Gaitán en Bogotá, las posteriores manifestaciones y la brutal represión de las mismas), comenzaron sus colaboraciones en el periódico liberal El Universal, que había sido fundado el mes de marzo de ese mismo año por Domingo López Escauriaza.
Había comenzado su carrera profesional trabajando desde joven para periódicos locales; más tarde residiría en Francia, México y España. En Italia fue alumno del Centro experimental de cinematografía. Durante su estancia en Sucre (donde había acudido por motivos de salud), entró en contacto con el grupo de intelectuales de Barranquilla, entre los que se contaba Ramón Vinyes, ex propietario de una librería que habría de tener una notable influencia en la vida intelectual de los años 1910-20, y a quien se le conocía con el apodo de "el Catalán" -el mismo que aparecerá en las últimas páginas de la obra más célebre del escritor, Cien años de soledad (1967). Su carrera de escritor comenzará con una novela breve, que evidencia la fuerte influencia del escritor norteamericano William Faulkner: La hojarasca (1955). La acción transcurre entre 1903 y 1928 (fecha del nacimiento del autor) en Macondo, mítico y legendario pueblo creado por García Márquez. En 1961 publicó El coronel no tiene quien le escriba, relato en que aparecen ya los temas recurrentes de la lluvia incesante, el coronel abandonado a una soledad devastadora, apenas si compartida por su mujer, un gallo, el recuerdo de un hijo muerto, la añoranza de batallas pasadas y... la miseria. El estilo lacónico, áspero y breve, produce unos resultados sumamente eficaces. En 1962 reúne algunos de sus cuentos -ocho en total- bajo el título de Los funerales de Mamá Grande, y publica su novela La mala hora.
Pero toda la obra anterior a Cien años de soledad es sólo un acercamiento al proyecto global y mucho más ambicioso que constituirá justamente esa gran novela. En efecto, muchos de los elementos de sus relatos cobran un interés inusitado al ser integrados en Cien años de soledad. En ella, Márquez edifica y da vida al pueblo mítico de Macondo (y la legendaria estirpe de los Buendía): un territorio imaginario donde lo inverosímil y mágico no es menos real que lo cotidiano y lógico; este es el postulado básico de lo que después sería conocido como realismo mágico. Se ha dicho muchas veces que, en el fondo, se trata de una gran saga americana. Macondo podría representar cualquier pueblo, o mejor, toda Hispanoamérica: a través de la narración, asistimos a su fundación, a su desarrollo, a la explotación bananera norteamericana, a las revoluciones, a las contrarrevoluciones.
Tras este libro, el autor publicó la que, en sus propias palabras, constituiría su novela preferida: El otoño del patriarca (1975), una historia turbia y cargada de tintes visionarios acerca del absurdo periplo de un dictador solitario y grotesco. Albo más tarde, publicaría los cuentos La increíble historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada (1977), y Crónica de una muerte anunciada (1981), novela breve basada en un suceso real de amor y venganza que adquiere dimensiones de leyenda, gracias a un desarrollo narrativo de una precisión y una intensidad insuperables. Su siguiente gran obra, El amor en los tiempos del cólera, se publicó en 1987: se trata de una historia de amor que atraviesa los tiempos y las edades, retomando el estilo mítico y maravilloso. Una originalísima y gran novela de amor, que revela un profundo conocimiento del corazón humano. Pero es mucho más que eso, debido a la multitud de episodios que se entretejen con la historia central, y en los que brilla hasta lo increíble la imaginación del autor.
En 1982 le había sido concedido, no menos que merecidamente, el Premio Nobel de Literatura. Una vez concluida su anterior novela vuelve al reportaje con Miguel Littin, clandestino en Chile (1986), escribe un texto teatral, Diatriba de amor para un hombre sentado (1987), y recupera el tema del dictador latinoamericano en El general en su laberinto (1989), e incluso agrupa algunos relatos desperdigados bajo el título Doce cuentos peregrinos (1992). Nuevamente, en sus últimas obras, podemos apreciar la conjunción de la novela amorosa y sentimental con el reportaje: así en Del amor y otros demonios (1994) y Noticia de un secuestro (1997).Recientemente, la editorial Alfaguara ha publicado una completa biografía de Gabriel García Márquez, Viaje a la semilla, de Dasso Saldívar. Finalmente, a quien le interese la voz directa de García Márquez, podrá consultar el libro de entrevistas El olor de la papaya (1982). O, mejor aún, los sucesivos tomos que constituirían la extensa autobiografía del autor, Vivir para contarlo, cuyo ejercicio, según el propio García Márquez constituye, básicamente, una garantía para mantener "el brazo caliente" entre dos novelas.
ANALISIS DEL LIBRO “EL OTOÑO DEL PATRIARCA” (1975)
Análisis Literario
Lo primero que podríamos decir de esta obra, debido a que es su característica más evidente, es que posee una alternancia casi imperceptible de narradores, lo que crea un efecto de “laberinto” que a uno lo confunde en un principio. El narrador colectivo es el yo colectivo de la cultura popular. Constantemente, el lugar del que emite los mensajes lo ocupa un yo momentáneo que forma parte del narrador plural y, luego, el relato pasa a manos de otro ente narrativo. Esto hace que la escritura se movilice abriendo la sintaxis y haciéndola más libre. Los distintos códigos se alternan e interactúan connotando la polifonía de una escritura enriquecida. En esta alternancia de los hablantes que suman un narrador colectivo, la reiteración de los mensajes por distintos códigos, y así con connotaciones y tensiones diferentes.
El narrador colectivo abre y cierra la obra. Ocupan el lugar de narrador también el propio patriarca; la tercera persona del texto (como el espacio abierto a la crónica)y la segunda persona que se desprende del relato como un diálogo inserto en el ritmo del recuento. Este espectáculo de narradores hace que el texto ataque desde todos los puntos de la comunicación.
Existen en esta novela narradores dentro de narradores; una primera persona plural, un nosotros que deduce la información; una primera persona que ocupa, por ejemplo, el patriarca y la segunda persona de la comunicación circulante que a ratos actualiza los acontecimientos y su testimonio. Luego, se torna muy difícil identificar a los personajes en el momento de la lectura.
En este libro se mezcla un lenguaje culto con uno muy popular, de la calle, del día a día. Tambien hay una mezcla entre el mito y la realidad, reflejado en la figura mitológica (y al mismo tiempo, absolutamente real) del general.
Algunos elementos literarios del texto son:
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La ironía:
... los hizo sentar en la mesa del banquete, y cuando hubo en cada plato una ración igual al ministro de defensa, él dio la orden de empezar, buen provecho señores.
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La metáfora:
Durante el fin de semana los gallinazos removieron con sus alas el tiempo estancado.. la ciudad despertó de su letargo de siglos con una tibia y tierna brisa de muerto grande y de podrida grandeza.
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La hipérbole:
.. de modo que se llevaron el caribe en abril, se lo llevaron en piezas numeradas los ingenieros náuticos del embajador ewing para sembrarlo lejos de los huracanes en las auroras de sangre del Arizona, se lo llevaron con todo lo que tenia dentro, mi general, con el reflejo de nuestras ciudades, nuestros ahogados tímidos, nuestros dragones dementes...
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La reiteración:
... dieron las once, inspeccionó la casa por última vez, paso las tres aldabas, los tres cerrojos, los tres pestillos del dormitorio....
... eran las once...pasó las tres aldabas, los tres cerrojos, los tres pestillos....
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Ambigüedad: debido al cambio del punto de vista narrativo comentado anteriormente.
b) Análisis con respecto a generación, estilo y vida del autor.
Algunos elementos de este libro con respecto a su generación, estilo y vida del autor son:
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Atemporalidad: de hecho este libro comienza por el final de la historia. Comienza con la muerte del general y luego no posee un orden para relatar los acontecimientos.
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Representación grotesca: Se caricaturiza a los personajes grotescamente, al general con un testículo del tamaño de un higo y pies gigantes.
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Realidad deformada: Existen acontecimientos de este libro absolutamente inimaginables como la venta en pedazos del mar, que lejos de ser irracional, es una representación de la venta desmedida de los países a las potencias. Pero sin duda el autor lo dice de una manera deformada.
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Este libro posee la ambientación y estilo caribeño característico de los libros de García Márquez, a pesar de la oscuridad temática del libro.
Análisis mitológico y político
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El general posee cierta actitud de como sí fuese el mismo dios. Sin embargo resulta extraño relacionar al general con dios, debido a que el general representaba a la imperfección en vida. Pero aún así, el general tenia ciertos poderes sobrenaturales y al mismo tiempo una “vida eterna”, lo que nos hace pensar al general como un ente sobrenatural.
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Como cualquier dictador, poseía una relación amor-odio con el pueblo. Esto debido en gran parte a la represión, la gente le tenia miedo a estar en su contra. Cuando decían que había muerto, todos celebraban, asimismo, cuando esto se desmentía, las celebraciones aumentaban.
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Este era un pueblo sin historia, la historia había sido usurpada por la tiranía, y la remplaza por el discurso del poder. Se produce una equivalencia Historia = Política.
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El código político del libro proviene de la cruda evidencia de nuestra condición colonial y dependiente. Sabido es el apoyo de García Márquez al régimen de Fidel Castro en Cuba. El dictador del libro era todo lo contrario a Fidel, estaba absolutamente domado por las potencias extranjeras.
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Se percibe en el libro un ligero sustrato religioso, como referente irónico por parte del general.
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Se podría concluir que el general, al no poseer nombre propio, era el único que poseía una individualidad, resumida en su frase: “yo soy yo, y no tu”. O sea tu tienes un nombre y al igual que tu pertenecen a mi poder.
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El general no posee nombres pero posee todos los atributos.
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La realidad esta dividida entre un antes y un después del general.
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Al final el fin del general representa un reinicio benigno para el resto de su pueblo: “la buena nueva de que el tiempo incontable de la eternidad por fin había terminado”.
CONCLUSIONES
“El otoño del Patriarca” es un libro complicadísimo y, en un principio, casi inllevable. Pero con el avance de la paginas uno le va agarrando la onda al libro y le empieza a ir a su ritmo. Luego es una experiencia gratificante el hecho de haber leído un libro que,al final, habla del día a día nuestro, de la soledad y de las degeneraciones causadas por la ambición de poder. Por algo este es el libro preferido de su autor.
BIBLIOGRAFIA AUTOR
-Historia de la novela hispanoamericana Cedomil Goic
-Modelo Lingüístico para el análisis
De discursos en “el otoño del patriarca” ------------
-El otoño del patriarca: texto y cultura Julio Ortega
-Archivos de la Biblioteca Nacional
-Información miscelánea de Internet
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Enviado por: | Cercos |
Idioma: | castellano |
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