Filosofía y Ciencia
El hombre en busca de sentido; Viktor Frankl
El hombre en busca de sentido
Viktor Frankl
Introducción
A través del siguiente trabajo, realizado basándose en la obra del psicoterapeuta austríaco Viktor Frankl, analizaremos la logoterapia, técnica que descubrió después de su prisión en los Campos de Concentración durante la Segunda Guerra Mundial.
Viktor Frankl, nació en 1905 en Viena y estuvo en contacto con Freud y fue alumno del psicoterapeuta Adler. Fue internado junto a su familia en el campo de concentración de Theresienstadtd, el año 1942. También fue trasladado varias veces, y durante su estadía fue observando a sus compañeros y a él mismo, siempre con la esperanza de la liberación. De esta forma, al terminar la guerra, reunió todo lo que había apuntado y así desarrolló la técnica de logoterapia. De esta forma, creó la Tercera Escuela Vienesa de psiquiatría donde enseñó y aplicó la técnica que había descubierto. Murió el año 1997.
A continuación presentaremos las distintas etapas del desarrollo de la técnica anteriormente nombrada, que le permitió perdurar en la historia como un hombre destacado en su labor, valiente y que en su testimonio autobiográfico nos muestra los extremos hasta los que ha llegado el hombre.
Desarrollo
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Descripción de la situación de los prisioneros al llegar al campo
La primera reacción que tuvieron los prisioneros al llegar al campo de concentración, fue el shock, estado producido por la impresión de quienes fueron capturados, sin tener ninguna culpa de ello. Luego, este se tradujo en incertidumbre, pues no sabían que sería de sus vidas. Ésta, derivó en diferentes sentimientos en cada prisionero, de acuerdo a la fortaleza que cada uno tenía para afrontar la situación.
Al ser aprisionados, perdieron automáticamente su libertad, sus pertenencias, a sus familiares e incluso su identidad, la cual fue reemplazada por un número. Nunca nadie se hubiera imaginado que sufriría un cambio tan radical en su vida, que en pocas horas se le quitaría todo lo que durante una vida ha conseguido.
Luego, continuaban con la selección de los prisioneros, la cual no contemplaba los logros que hubieran obtenido en el pasado, si hubiese sido, un importante doctor, un esforzado obrero o un brillante profesor, solo importaba las condiciones físicas para realizar el trabajo pesado y de tal modo que los mas débiles, niños y ancianos morirían rápidamente en las cámaras de gas.
Poco a poco trataban de acostumbrarse a las condiciones precarias bajo las cuales les tocaría vivir y permanecería en su espíritu el constante miedo de saber si la siguiente etapa sería la muerte o conservar su existencia desnuda. Esta situación despertaba en ellos el mas intenso sentimiento de curiosidad, por lo que los hombres permanecían ansiosos por saber lo que iba a suceder a continuación y que consecuencias podría traerles.
Quienes estaban consientes de que no serian capaces de soportar las dificultades, rápidamente se rendían y optaban por el suicidio, pues accedían fácilmente a este, lanzándose contra la alambrada electrificada, mientras que los más fuertes perseveraban y elegían seguir adelante. Ambos tipos de personas sentían miedo, pero adoptaban distintas actitudes como las que hemos nombrado anteriormente ante este sentimiento
2 La vida en el campo
El día a día en el campo era un constante sufrimiento que se producía por la forma en que los prisioneros eran mal tratados.
Los prisioneros estaban sometidos a duras jornadas de trabajo forzado acompañado de mal trato físico, psicológico y hambruna, lo que inevitablemente producía que el hombre fuera perdiendo el sentido de la vida. El hecho de que al entrar al campo de concentración perdieran su identidad para pasar a ser un insignificante número, automáticamente lo llevaba a perder las facultades que esencialmente posee como persona humana y los derechos inalienables del hombre ( la honra, el respeto, libertad de expresión, libertad de culto, etc..), y como consecuencia de esto la visión que tenían de si mismos, era cada ves mas degradada.
Producto de la circunstancias a las cuales fueron sometidos, surgieron sentimientos como angustia y curiosidad, porque no sabían lo que les deparaba el destino, donde se encontrarían sus seres queridos, ni si se mantendrían con vida para el final de esta tortura y el encuentro con sus familiares. También sentían rabia e impotencia, pues no podían revelarse contra los “capos” o la autoridad porque les costaría la vida.
Como las circunstancias afectaban a todos de la misma manera, muchos de los prisioneros eran capaces de situarse en la perspectiva de sus compañeros, llegándose a formar grandes lazos de amistad, incluso siendo capaces de dar la vida por otros.
3 Conclusiones de Frankl respecto de la naturaleza humana y su condición de ser libre
La naturaleza humana es una corpórea y espiritual. Todo lo que afecta al cuerpo, afecta directamente nuestro espíritu, pues espíritu y cuerpo son inseparables. Además el ser humano, busca su bien, sin importar las circunstancias que lo rodeen. Una persona que tiene expectativas a futuro, su supervivencia alcanzará extremos inimaginables, mas si no espera nada a futuro y las condiciones se tornan difíciles, ante la mas mínima dificultad, el cuerpo y la mente comienzan a debilitarse y a perder esperanzas y de a poco, el sufrimiento consume al ser hasta matarlo.
Tal es el ejemplo de los campos de concentración, experimentado por Frankl, quien observó lo siguiente: viviendo bajo condiciones precarias y mínimas en higiene, alimentación, salud, etc; los prisioneros que mantenían viva la esperanza de libertad, fueron los que se mantuvieron más fuertes y soportaron hasta el final, pero los que sentían que la vida terminaba ahí no se mantenían con vida por mucho tiempo, se debilitaban, y finalmente morían por enfermedad o en las cámaras de gas.
A través de esta observación, el psicoanalista descubrió que cada uno debía excavar en su interior, descubrir el por qué de nuestra existencia y encaminarnos en busca del sentido de nuestra existencia. Así también, existen quienes tienen un “vacío existencial”, son personas que no han encontrado el por qué de se vida y por eso un conocen el sentido de su existencia, y por qué siguen en el mundo.
El hombre por su naturaleza, es un ente libre, y gracias a esto puede elegir amigos, actitudes, preferencias, etc. Dentro del Campo de Concentración, por el simple hecho de ser prisionero, se le privaba de libertad, coartado a realizar tareas forzosas que lo degradaban en su dignidad. Pero, de igual forma nadie podía quitarle lo más íntimo: la libertad interior, que permanecería en sus manos, pasara lo que pasara. Así podía adoptar la conducta que quisiera ante las circunstancias que se le presentaran.
Frankl, en su etapa post - liberación, llegó a la conclusión de que el hombre por su naturaleza, que le permite el modo de ser libre, es su propio determinante, y lo que llegue a hacer dentro de los límites de sus facultades y su entorno, lo hace por sí mismo. De esta forma se comportaban los prisioneros en los campos de concentración, algunos como cerdos y otros como santos, y cada uno elegía su modo de comportarse, pues en la persona humana coexisten estas dos actitudes, pero cada uno elige cual manifestar.
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Libertad - sentido - finalidad
Frankl nos aclara que a pesar de las dramáticas y terribles circunstancias que pueden afectar a la persona humana, ésta conserva su capacidad de elcción, es decir, el hombre es capas de mantener su libertad espiritual e independencia mental.
Frankl afirma: “Al hombre se le puede arrebatar todo, excepto una cosa: La última de las libertades humanas - la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias- para decidir su propio camino.”
De este podemos decir que dentro del campo de concentración, pese a las restricciones y limitaciones, es sólo el mismo hombre quien decide si pierde o no su libertad interna, es decir, a renunciar a su yo íntimo y así hacerse víctima de las circunstancias que lo rodean y perdiendo de esa manera su propia dignidad. O sea, perder la libertad es el resultado de una decisión íntima, y es esta misma libertad, la libertad espiritual la que hace que la vida tenga sentido y propósito.
Por la propia decisión de ser libres, de elegir, debemos saber encontrar un verdadero sentido a todas las circunstancias, pues de otro modo no habría sentido alguno en vivir la vida misma y a sobrevivir a realidades dadas. Debemos hacer que las circunstancias le den un profundo sentida a nuestras vidas.
Y todo esto a la finalidad: nuestra capacidad de elección, darle un verdadero sentido al vivir, residen en la oportunidad que el hombre tiene de alcanzar metas, las cuales podrá conseguir por medio de los méritos y sobretodo si se trata de alcanzar algún fin por medio del sufrimiento, debido a que éste trae consigo grandes propósitos.
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Conceptos básicos de logoterapia
Para empezar, definiremos la palabra logoterapia, para entenderla desde el punto de vista etimológico:
Logos: del griego “sentido”, “significado” o “propósito”.
Al asociarlo con terapia, obtenemos como resultado, un método que se basa en descubrir el sentido. Así lo entendió el doctor Frankl, al desarrollar esta técnica psicológica, que consiste en ayudar a los pacientes a que encuentren el sentido de sus vidas, pues quien vive sin ningún sentido, no justifica su existencia.
Para estudiar y entender profunda y detalladamente este método nos detendremos en los siguientes puntos, que son de una marcada relevancia y fundamentales para entender la logoterapia a continuación:
Voluntad de sentido: consiste en tener la iniciativa personal de encontrar el por que de nuestra propia vida. Pero no sólo quedarnos en el descubrimiento de éste, sino que también materializarlo, pues las personas, muchas veces, necesitamos de hechos para poder comprender las cosas en profundidad y quizás ver satisfechas nuestras necesidades y expectativas. Es así, como entendemos que es lógico que la persona humana se esfuerce por cumplir sus ideales y así llevar una vida lo más significativa posible. Por lo anteriormente dicho, podemos darnos cuenta de que si una persona tiene metas y se queda en las metas, su existencia tampoco tendrá sentido si no hace lo posible por realizarlas.
La presencia de normas morales no puede excluirse, porque el hombre actúa arrastrado por las normas a las que está sujeto, de lo que podemos inferir que la voluntad interviene siempre: la libertad del hombre lo lleva a elegir, donde éste puede realizar el sentido de su existencia o perderlo. El hombre no actúa por una causa moral ni por su conciencia, sino que por una causa con la cual se identifica: su familia, Dios, sus hijos, etc.
Frustración existencial: se habla de frustración existencial cuando la voluntad de sentido se ve fracasada. Por diferentes causas, el individuo no puede descubrir o materializar el verdadero sentido de su vida, y esto desencadena en una frustración, la que se resuelve en neurosis. Para este tipo de neurosis, la logoterapia utiliza el término “neurosis noógenas” (más adelante se estudiarán detenidamente), pues tiene su origen el la dimensión espiritual (no religiosa), de la mente humana.
Vacío existencial: fenómeno recurrente durante el siglo XX. Puede deberse a la doble pérdida que ha sufrido el hombre, pero que lo hacen más ser humano:
* En primer lugar, remontándonos a los comienzos de la historia de la humanidad, el hombre perdió su instinto animal, que le proporcionaría seguridad, pero al que ya no tiene acceso.
* En segundo lugar, ha perdido paulatinamente todas aquellas tradiciones que le podrían haber servido como guía al momento de decidir y enfrentar situaciones.
Por lo tanto, carece del instinto que le diga qué hacer, y de las tradiciones que le indiquen lo que es correcto hacer, y esto genera dos conductas: conformismo (hacer lo que todos hacen) y el totalitarismo (hacer lo que otros desean que hagas).
De esta forma se va creando o agrandando un vacío, en el cual experimentamos la pérdida del sentimiento significativo de la vida. Este vacío, suele ser producto del aburrimiento, ocio y monotonía, que surgen como consecuencia de una vida sin un sentido definido. Algunos afectados por este padecimiento, llenan este vacío con el dinero, otros buscan el placer, otros se refugian en el alcohol, etc, creyendo que en ellos se encuentra la solución a su problema.
En pocas líneas, podemos entender el vacío existencial como un fracaso de la voluntad de sentido, por lo tanto, se produce al caer en una frustración existencial.
5.4 Neurosis noógena: podemos definirla también, desde la etimología: noos (mente), por lo tanto es una patología que afecta directamente la dimensión espiritual de la persona. Surge a partir de los conflictos morales, relacionados íntimamente con la frustración existencial. Es por esto, que la terapia más apropiada es la logoterapia, pues considera las aspiraciones humanas desde un punto de vista significativo, y además las frustraciones de estas ambiciones. Esto no quiere decir que los conflictos sean patológicos, al contrario una dosis equilibrada de conflictos y del sufrimiento que conlleva, es saludable para la mente. De éstos podemos aprender, y así evitar caer en los mismos errores que cometimos y nos llevaron a la frustración.
5.5 Noodinámica: este concepto hace referencia a la mente humana. Explica que nuestro soporte más fuerte para sobrevivir, es el saber que nuestra vida tiene algún sentido. Frankl cita a Nietzsche cuando afirma: “Quien tiene un por qué para vivir es capaz de soportar casi cualquier cómo”. Esta afirmación se corroboró en los campos de concentración, pues se comprobaba que quienes eran más aptos para la supervivencia eran a los que les esperaba una tarea por realizar.
Se ha dicho también que la tensión, en cierto grado, es un buen factor para la salud, pues corresponde a lo que hay entre lo hecho y lo que nos queda por hacer. De tal forma, que el hombre se sienta desafiado y luche por conseguir su sentido potencial, y de este modo hacer latente su voluntad de sentido. Por esto mismo, podemos inferir, que el equilibrio mental, es decir una vida sin tensiones no es saludable. A este tipo de vida, Frankl lo denomina “homeostasis”, y afirma que el hombre no puede vivir en un estado de homeostasis, sino que debe hacerlo bajo la constante tensión para alcanzar sus metas, en cuanto al significado de su vida. A esto es lo que llamamos noodinámica. Ésta está representada por dos áreas opuestas: en una se encuentra el significado que debe cumplirse y en la otra, el hombre que lucha por conseguir este significado.
El sentido de la vida: el sentido de la vida, no es un concepto general para toda la humanidad, mas bien por el contrario, la vida de cada ser, tiene un sentido diferente. No debemos buscar un sentido abstracto a la vida, pues cada ente tiene una misión que cumplir, y su tarea es única, al igual que la oportunidad de ejecutarla. Y por último, la persona no debería empeñarse en buscar el sentido de su vida, sino que darse cuenta de que es a ella a quien la vida busca y requiere. Cada hombre, cuando se le pregunta por la vida, tiene que responder su vida, y esto lo logra con responsabilidad. La logoterapia, considera que la esencia humana esta en la capacidad de responsabilidad.
La esencia de la existencia: la logoterapia considera que la esencia de la existencia humana está en la responsabilidad. Esta técnica intenta hacer ver al paciente cuáles y ante quién son sus responsabilidades. Por lo tanto, es a él a quien le toca la tarea de interpretar su tarea fundamental, siendo responsable ante la sociedad o ante su conciencia. No obstante, la misión del logoterapeuta es mostrar al afectado el mundo tal como es, para que se imponga la verdad sin ninguna intervención. Esto quiere decir, que la verdadera tarea de todo ser humano se encuentra en el mundo, en el exterior, y no dentro de sí misma, y por esta misma razón, la verdadera meta del ser humano no puede encontrarse en la autorrealización, pues esta se obtiene en la medida de que la persona se comprometa al cumplimiento de su propio sentido. El sentido de la vida está cambiando, pero nunca se desactiva, y de acuerdo con la logoterapia podemos descubrirlo de tres formas: realizando alguna acción, teniendo algún principio y por el sufrimiento.
El sentido del amor: es la forma que tenemos de conocer la esencia de otro ser humano, ya que quien no ama al otro, no puede conocer su esencia. Así, la persona que ama es capaz de ver el interior de quien ama e incluso hacer posible que manifieste sus potencias. Al concientizarlo de ellas, hace posible la realización de éstas. El amor, podemos catalogarlo como un fenómeno primario, pues justifica nuestras acciones cuando las realizamos por éste.
El sentido del sufrimiento: cuando a una persona le toca enfrentar situaciones difíciles (enfermedades u otras), debe encontrar en ellas la oportunidad de realizar su sentido, para lo cual son determinantes la actitud que tomemos hacia el sufrimiento y hacia cargar con éste. En cierta manera, deja de ser sufrimiento en el momento en que se le encuentra un sentido.
Un postulado básico de la logoterapia está en que la persona no busca el placer, ni evitar el dolor, sino encontrar un sentido a su vida, donde el sufrimiento puede actuar como una vía para este efecto ( no en un sentido masoquista). Al aceptar con valentía el sufrimiento, estaremos conservando hasta el final el sentido de la vida, y por esto concluimos que es incondicional, pues comprende hasta el sentido del sufrimiento.
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Conclusión:
A través de la obra del psicoterapeuta Viktor Frankl, pudimos conocer y revivir la tortura a la que fueron sometidos los hombres en la segunda guerra mundial, la cual nos lleva a una profunda reflexión, enseñándonos a valorar la vida que tenemos y así enfrentar en forma práctica y sencilla las dificultades que se nos presentan a diario.
El doctor Frankl mediante sus observaciones, durante su estadía en el campo de concentración, elaboró un nuevo método para la cura de enfermedades mentales: la Logoterapia, que consiste en encontrar el sentido de nuestras vidas, el porqué existimos y realizarlo. Esta técnica a permitido que muchas personas encuentren el real sentido de sus vidas y que hoy en día se encuentren sanas mentalmente y felices.
Bibliografía:
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“El hombre en busca de sentido”, Viktor Frankl, 20º edición, 1999. Editorial Herder.
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Diccionario Pequeño Larousse ilustrado, edición 1992.
Departamento de Filosofía
“El hombre en busca de sentido”
(Viktor Frankl)
IIIº Medio
Santiago, lunes 20 de agosto de 2001
Frankl, Viktor. El hombre en busca de sentido, página 99, editorial Herder, 20º edición 1999.
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Enviado por: | Ana Luisa |
Idioma: | castellano |
País: | Chile |