Economía


Economía de mercado


TEMA 2. LA ECONOMÍA DE MERCADO

I. Los Sistemas Económicos

II. El Funcionamiento de la Economía de Mercado

· La Demanda y la Oferta.

· El equilibrio de mercado.

III. Las Limitaciones de la Economía de Mercado

IV. El Papel del Estado en una Economía de Mercado

I. LOS SISTEMAS ECONÓMICOS.

Un sistema económico se refiere a un conjunto determinado de mecanismos y acuerdos sociales e institucionales en los cuales se proporciona respuesta acerca de la asignación de recursos.

· Planificado

Sistema Económico Mixto

· De Mercado

En el caso de un sistema Planificado o controlado, las decisiones económicas son controladas por la autoridad, quien dirige todo el proceso económico, por lo que no existe libertad para producir ni para consumir. La propiedad de los bienes de producción son del Estado. Los deseos de los sujetos económicos considerados no son tenidos en cuenta, en tanto que el órgano planificador es quien define las necesidades sociales que han de ser satisfechas. En este tipo de sistema, los recursos son asignados mediante decisiones tomadas por los planificadores centrales.

En un sistema de mercado, la asignación de recursos viene determinada por decisiones descentralizadas, coordinadas mediante el mecanismo de los precios.

En realidad, no existen economías de mercado puras, o economías controladas puras. Todas las economías reales suelen ser mixtas, con distintos grados de confianza entre los mercados y en la planificación central de los distintos países. La aparición del estado con políticas intervencionistas cada vez más acentuadas, ha transformado el sistema de mercado o de libre competencia en un sistema de economía mixto.

II. FUNCIONAMIENTO DE LA ECONOMÍA DE MERCADO

Un mercado es una institución a través de la cual, todos los compradores y los vendedores pueden comunicarse entre sí. Determina conjuntamente sus precios y cantidades. Los mercados se caracterizan por el libre intercambio, la toma de decisiones descentralizadas, la especialización y la división del trabajo.

Podemos considerar, pues, la economía de mercado como aquella forma de organización económica en la que las decisiones de naturaleza económica son el resultado de una multiplicidad de comportamientos individuales, tomadas libremente a través del mercado por medio de un sistema de precios. Para Adam Smith (defensor de la economía de mercado y precursor de la moderna economía), existe una mano invisible que proporciona un cierto orden en el sistema económico, de tal modo que la actuación egoísta del individuo buscando su propio interés conduce, sin que éste sea su propósito, al interés de la sociedad. Por ello, toda intervención de l estado es considerada perjudicial en tanto que rompe el orden natural existente.

Cómo funciona un Mercado

La idea básica es que el mercado funciona a través del sistema “Precios”. En un sistema de mercado, todo tiene un precio, que es el valor de un bien expresado en una unidad monetaria. Los precios representan los términos en los que las personas y las empresas intercambian voluntariamente las diferentes mercancías. Los precios transmiten además, información a los productores y a los consumidores; en definitiva, los precios constituyen el engranaje del mecanismo de mercado.

¿Qué cosas se producirán?. Esto vendrá determinado por los votos monetarios de los consumidores, y por los costes relativos que, en definitiva, determinan los beneficios.

¿Cómo se producirán?. Vendrá determinado por la competencia entre los diferentes productores. La mejor forma que tienen éstos de hacer frente a la competencia de precios y maximizar los beneficios es reducir lo máximo posible los costos, adoptando los métodos de producción más eficaces.

¿Para quién se producirá?. Vendrá determinado por la oferta y demanda en los mercados de factores. Es en ellos donde se determinan los salarios, las rentas de la tierra, los tipos de interés, y de los beneficios que se denominan precio de los factores.

El sistema de organización económica a través del mercado, presenta una serie de defectos importantes entre los que podemos destacar los siguientes:

· No puede garantizar una estabilidad en devolución de la actividad económica, produciéndose momentos de auge y momentos de depresión.

· El sistema económico de mercado no proporciona por sí mismo una distribución justa y equitativa de la renta entre los distintos individuos y grupos sociales.

Análisis de la Demanda

Hay una serie de factores determinantes de la cantidad que los consumidores desean adquirir de cada bien por unidad de tiempo, tales como las preferencias, las rentas o ingresos, el precio de los demás bienes (para establecer comparaciones) y, sobre todo, el precio del bien en cuestión. La demanda es una expresión de las intenciones de compra del consumidor; de su disposición a comprar, no una formulación de compras reales.

La demanda es, pues, la cantidad que se desea comprar a los diferentes precios en un periodo de tiempo determinado. La función de la demanda es la relación entre la cantidad demandada de un bien y su precio, ceteris paribus. Al traza la curva de demanda, se mantienen constantes los demás factores que pueden afectar a la cantidad demandada, tales como la renta.

La relación inversa que existe entre el precio de un bien y la cantidad demandada, en el sentido de que al aumentar el precio, disminuye la cantidad, se le llama en economía Ley de la Demanda.

Véase, pues, el gráfico como ejemplo.

Cuando hablamos de demanda, hemos de hacer distinción entre variación en la demanda y variación en la cantidad demandada.

Una alteración de cualquier factor diferente del precio de un bien desplazará toda la curva de demanda hacia la izquierda o hacia la derecha según en el sentido de dicho factor. A este tipo de desplazamientos los denominamos cambios en la demanda, mientras que al resultado de alteraciones en los precios los denominamos cambios en la cantidad demandada. Veamos la diferencia:

Variación en la cantidad demandada

Variación en la demanda

Desplazamientos en la curva de demanda

Los desplazamientos de la curva de demanda vienen ligados a la variación de factores como el precio de otros bienes, la renta o ingresos de los consumidores, los gustos o preferencias, o cualquier otro factor independiente al precio del propio bien.

a) Renta de los Consumidores. Cuando aumenta la renta de los individuos, éstos pueden consumir más, cualquiera que sea el precio de los bienes, por lo que la curva de demanda se desplazará hacia la derecha; por el contrario, cuando la renta se reduce, cabe esperar que los individuos deseen demandar menor cantidad para cada precio, por lo que la curva de demanda se desplazará hacia la izquierda.

El análisis de la alteración de la demanda cuando se altera la renta no sólo ilustra los desplazamientos en la curva de demanda, sino que también permite clasificar los bienes en normales e inferiores.

· Un bien es normal cuando al aumentar la renta, la cantidad demandada a cada uno de los precios se incrementa, es decir, la curva de demanda se desplaza hacia la izquierda, paralelamente a la anterior.

· Un bien es inferior cuando al aumentar la renta de los consumidores, la cantidad demandada disminuye a cada uno de los precios, es decir, se produce un desplazamiento de la curva de demanda hacia la izquierda y abajo.

b) Precio de los bienes relacionados con el bien en cuestión. Las alteraciones en el precio de un determinado bien pueden ocasionar desplazamientos en la curva de demanda de otro bien relacionado con éste primero. Este factor nos permite hacer una nueva clasificación de los bienes:

· Bienes Sustitutivos: cuando al aumentar el precio de uno de ellos se incrementa la cantidad demandada del otro, cualquiera que sea el precio; es decir, se desplaza la curva de demanda hacia la derecha y arriba.

· Bienes Complementarios: cuando al aumentar el precio de uno de ellos se reduce la cantidad demandada del otro, cualquiera que sea el precio; es decir, la curva de demanda se desplaza hacia la izquierda y abajo.

c) Gustos o preferencias de los consumidores. También experimentan variaciones que es posible que ocasionen desplazamientos en la curva de demanda.

Si los gustos se alteran en el sentido de desear demandar una mayor cantidad de un determinado producto, desplazará la curva de demanda hacia la derecha, mientras que si la modificación de las preferencias es en sentido contrario, el desplazamiento de la curva de demanda será hacia la izquierda.

Análisis de la Oferta

La Oferta de Mercado es una expresión de las intenciones de los vendedores de su capacidad y su disposición a vender, no de las rentas reales.

La oferta de un bien es la expresión de la cantidad del mismo que están dispuestos a vender los productores en el mercado a los diferentes precios, al igual que en el caso de la demanda, se puede aceptar que los productores ofertarán una mayor cantidad de productos en función de un precio. Esto es, a mayor precio, mayor cantidad y menor cantidad a un precio más reducido.

Desplazamiento de la curva de oferta.

Al igual que en el caso de la demanda, hay una serie de factores que determinan la oferta del productor independientemente del precio del propio bien, como es el precio de los factores productivos y como lo es también la tecnología.

Desplazamientos de la Curva de Oferta motivados por el precio de los Factores Productivos

· Un aumento en los costes productivos desplazará la curva de oferta hacia la izquierda y arriba, indicando que se producirá menor cantidad para cada nivel de precios.

· Una disminución en el coste de los factores, producirá un desplazamiento de la curva de oferta hacia la derecha y abajo.

Gráficamente, los desplazamientos son:

Aumento en el coste de los factores

Disminución en el coste de los factores

· Una mejora en la tecnología dará lugar a que el empresario produzca más bienes y servicios en el mismo tiempo, por lo que de puede dar la circunstancia de que éste pueda ofertar la misma cantidad a un menor precio, provocando un desplazamiento de la curva de oferta hacia abajo y hacia la derecha.

Equilibrio de mercado

El mercado se encuentra en equilibrio cuando el precio y la cantidad equilibran las fuerzas de la oferta y la demanda, en un punto en que la cantidad que desean adquirir los compradores es exactamente igual a la que desean ofertar los vendedores. En un sistema en equilibrio, el precio y la cantidad tienden a mantenerse, ceteris paribus.

Precio

Cantidad demandada

Cantidad ofrecida

Situación del mercado

Presión de los precios

2

8

0

Escasez

Alza

4

6

2

Escasez de oferta

Alza

6

4

4

EQUILIBRIO

8

2

6

Excedente de oferta

Baja

10

0

8

Excedente

Baja

En economía, entendemos por equilibrio como aquella situación en la que no existen fuerzas inherentes que inciten al cambio. Así, pues, contaremos con una posición de equilibrio de precios, cantidad demandada y cantidad ofrecida, cuando rija en el mercado un precio para el que no hay ni compradores ni vendedores frustrados que tienden a empujar los precios, al alza o a la baja, las cantidades deseadas o estimular las ventas.

Ejercicio: suponemos un mercado automovilístico, en el que en un momento determinado se produce una mejora tecnológica y, a su vez, un aumento del precio del combustible. ¿Qué ocurrirá entonces con el precio y cantidad de equilibrio?.

Sol. : el precio disminuye, pero no podemos afirmar nada acerca de la cantidad.

Ejercicio: partimos de un mercado en equilibrio. Se produce un descenso en la renta de los consumidores. Además, aumenta el coste de los factores de producción. ¿Qué se puede afirmar sobre los precios y cantidades?

Sol. : disminuye la cantidad de equilibrio, pero no podemos afirmar nada sobre el precio.

Ejercicio: partimos de una situación de un bien dado x. En un momento determinado, aumenta el precio de un bien sustitutivo de x, y por otra parte, se reduce el coste de los salarios para producir el bien x. ¿Qué ocurrirá entonces con el equilibrio?.

(de forma semejante a los gráficos anteriores)

Sol. : puede afirmarse que aumenta la cantidad, pero no podemos afirmar nada del precio.

Cuestiones tipo test acerca del análisis de la oferta y demanda.

1. Si en el mercado de la merluza fresca se produce una disminución de la captura de la merluza y un aumento de la demanda, cabe esperar que el mercado tenderá, ceteris paribus, a:

a) un aumento de la merluza fresca.

b) una disminución de la cantidad vendida de merluza congelada.

c) un aumento del precio de la merluza congelada.

d) un aumento de la cantidad vendida de merluza fresca.

e) son ciertas las afirmaciones a y c.

2. Si en el mercado de automóviles se produce una mejora en las técnicas de producción y un aumento del precio de la gasolina, se producirá, ceteris paribus:

a) un aumento de la cantidad vendida de coches.

b) un descenso del precio de los coches.

c) ninguna variación en las ventas.

d) aumento del precio del coche.

e) una disminución en la cantidad vendida de coches.

3. La curva de demanda del mercado de un bien, se desplazará hacia la derecha, cuando (señalar la afirmación que sea incorrecta):

a) se produzca un aumento de la renta de la población.

b) una reducción de los precios de los bienes complementarios en el consumo.

c) un aumento en los ingresos de los consumidores.

d) un aumento de los precios de los bienes sustitutivos en el consumo.

e) un aumento de las preferencias por los bienes inferiores.

Limitación de la Economía de Mercado y el Papel del Estado

Una economía ideal perfectamente competitiva (en la que las decisiones relacionadas con la asignación de los recursos se toman por medio del intercambio voluntario de bienes por dinero a los precios de mercado) extrae de los recur­sos existentes en la sociedad la cantidad máxima posible de bienes y servicios útiles. Pero el mercado no siempre se comporta de acuerdo con este ideal perfecto; en las economías de mercado hay monopolios, contaminación, de­sempleo e inflación y la distribución de la renta de las sociedades basadas en un sistema puro de laissez-faire a veces se considera poco equitativa. Ante estos fallos del mecanismo del mercado, las democracias introducen la mano visible del Estado junto a la mano invisible de los merca­dos. El Estado desplaza a los mercados al po­seer y gestionar ciertas empresas (como el ejer­cito), regular las empresas (como las compañías de teléfonos), gastar dinero en la exploración del espacio y la investigación científica, gravar a los ciudadanos y redistribuir los ingresos recau­dados entre los pobres y utilizar sus poderes fis­cales y monetarios para fomentar el crecimiento económico y domesticar los ciclos económicos. En este apartado hacemos un primer examen de los argumentos en favor de la intervención del Estado en las economías modernas y de las técnicas que se emplean.

Las tres funciones del estado

Cuando analizamos el papel del Estado, generalmente damos por sentado que éste fija las re­glas del juego, legislando y velando por el cum­plimiento de los contratos y por el respeto de los derechos de propiedad. Pero ¿cuales son sus funciones económicas?. Fomentar la eficiencia, la equidad y el crecimiento y estabilidad ma­croeconómicos.

El Estado intenta corregir los fallos del mer­cado, como el monopolio y la contaminación, a fin de fomentar la eficiencia. Los programas pú­blicos destinados a fomentar la equidad se valen de los impuestos y del gasto pare redistribuir la renta en favor de determinados grupos. El Estado recurre a los impuestos, el gasto y la regulación monetaria pare fomentar el crecimiento y la estabilidad macroeconómicos, reducir el pa­ro y la inflación y fomentar el crecimiento eco­nómico. Examinaremos brevemente cada una de las funciones.

1. La Eficiencia

Las economías a veces tienen fallos del merca­do. Por ejemplo, las empresas pueden obtener un beneficio tanto manteniendo altos los pre­cios como manteniendo elevada a la producción. Algunas contaminado el aire o a arrojan residuos tóxicos en el suelo. Entre cada uno de estos casos, un fallo del mercado provocan una producción o consumo ineficientes, y el estado puede ejercer un papel importante en la cura de la

enfermedad. Pero, cuando se evalúa ese papel, también debe estarse atento a los fallos del estado, es decir, a las situaciones en las que los intentos del estado de resolver los fallos del mercado pueden empeorarlos o causar otros.

La competencia imperfecta. Una grave desviación de la competencia perfecta es la competencia imperfecta por los elementos monopolísticos. Recuérdese cuán estricta es la definición que da el economista del “mercado perfectamente competitivo”.: existe competencia perfecta en un mercado cuando hay un número suficiente de empresas o un grado de rivalidad tal que ninguna de ellas puede influir en el precio de un bien. Un competidor imperfecto es aquel cuyos actos pueden influir en dicho precio.

En realidad, casi todos los empresarios, salvo quizá los millones de agricultores que producen una parte inapreciable de la cosecha total, son competidores imperfectos. En el extremo de la competencia imperfecta se encuentra el monopolio, situación que se da cuando hay un único proveedor de un bien, que fija él sólo su precio.

¿Qué efecto produce en un mercado un monopolio?. El poder del monopolio hace que los precios suban por encima del costo y que las compras de los consumidores se reduzcan hasta niveles ineficientes. El patrón de precios demasiado elevados y volúmenes de producción demasiado pequeños son el umbral de las ineficiencias que acompañan al poder monopolístico.

En los últimos cien años, los gobiernos han tomado medidas para frenar el poder del monopolio. A veces regulan el precio y los beneficios del monopolio, como sucede en el caso del suministro de servicios básicos como el gas o la electricidad. La legislación antimonopolio prohibe, además, algunas prácticas como los acuerdos para fijar los precios o repartirse los mercados.

Externalidades. Existe otro tipo de ineficiencias cuando se producen efectos de difusión o externalidades. Las transacciones de mercado consisten en el intercambio voluntario de bienes a cambio de dinero. Cuando una empresa utiliza un recurso escaso como la tierra, se la compra al propietario de la venta de tierra; cuando produce bienes valiosos como el petróleo, recibe del comprador todo el valor en el mercado del petróleo. Pero muchas transacciones se realizan, de hecho, fuera de los mercados. La empresa A vierte residuos químicos tóxicos en una corriente de agua y la ensucia, impidiendo pescar o nadar aguas abajo. Utiliza el agua escasa y limpia sin pagar a las personas a las que perjudica. La B, en cambio, facilita a sus empleados vacunas contra enfermedades infecciosas; una vez inmunizados, las personas que no trabajan en las empresa se benefician de la reducción del peligro de contraer la enfermedad. En estos casos, una empresa beneficia o perjudica a las personas ajenas a las transacciones económicas, es decir, hay una transacción económica sin un pago económico.

Existen externalidades, pues, cuando las empresas o los individuos ponen costos o beneficios a otros fuera del mercado.

A medida que nuestra sociedad ha ido poblándose más densamente y que ha ido aumentando el nivel de producción de energía, productos químicos y otros materiales, los efectos-difusión negativos han dejado de ser pequeñas molestias para convertirse en grandes amenazas. Las regulaciones del Estado tienen por objetivo controlar diversas externalidades como la contaminación del aire y el agua, la minería a cielo abierto, los vertidos peligrosos, los medicamentos y alimentos inseguros , y las sustancias radioactivas. Los críticos de la regulación se quejan de que la actividad económica del Estado es innecesariamente coercitiva. El Estado es como los padres: no darás empleo a los niños, no echarás humo por la chimenea de tu fábrica, no venderás medicamentos peligrosos, no conducirás sin cinturón, etc. Al mismo tiempo, la mayoría de las personas está de acuerdo en que el Estado es necesario para impedir algunas de las peores externalidades provocadas por el mecanismo de mercado.

Los bienes públicos. Es posible impedir que las empresas arrojen vertidos imponiendo regulaciones, pero es mucho más difícil para los gobiernos fomentar la producción de bienes públicos. Estos son actividades económicas (que reportan grandes o pequeños beneficios a la comunidad) que no es eficiente dejar a la economía privada. Importantes ejemplos son la provisión de la defensa nacional y el mantenimiento del orden público interno, la construcción de una red de autopistas y la financiación de la ciencia básica y de la sanidad pública. Las empresas privadas no producen una cantidad suficiente de estos bienes públicos porque sus beneficios se dispersan tanto en la población que ninguna empresa o consumidor tiene incentivos económicos para suministrarlos. Dado que generalmente son insuficientes los bienes públicos que suministran las empresas privadas, el Estado debe intervenir para suministrarlos. Al comprar grandes bienes públicos como la defensa nacional o los faros, se comporta como otro gran gastador. Al emitir suficientes votos monetarios en determinados sentidos, hace que fluyan recursos hacia ellas. Una vez emitidos, el mecanismo del mercado se hace cargo y encauza los recursos hacia las empresas de tal manera que se produzcan los faros o las carreteras.

Los impuestos. El Estado debe conseguir los ingresos necesarios para hacer frente al gasto en los bienes públicos y financiar sus programas de redistribución de la renta. Estos ingresos proceden de los impuestos sobre las rentas de las personas y de las sociedades, sobre los salarios, sobre los bienes de consumo, etc. Por otra parte, todas las administraciones (los municipios, estados y gobierno federal) recaudan impuestos para pagar sus gatos. Los impuestos se parecen a cualquier otro “precio”, en este caso el precio que pagamos por los bienes públicos. Pero se diferencian de ellos en un aspecto fundamental. No son voluntarios. Todo el mundo está sujeto a la legislación impositiva, y está obligado a pagar una parte del costo de los bienes públicos. Naturalmente, a través del proceso democrático, nos obligamos como ciudadanos a pagar impuestos, y todos tenemos derecho a recibir la parte que nos corresponde de esos bienes públicos generados por el Estado. Sin embargo, la estrecha conexión entre el gasto y el consumo que se observa en el caso de los bienes privados no existe en el de los impuestos y los bienes públicos. Sólo compramos una hamburguesa o un jersey de lana si queremos uno; sin embargo, debemos pagar la parte que nos corresponde de los impuestos utilizados para pagar la defensa, la investigación espacial y la educación pública, aún en el caso de que no nos interesen esas actividades.

En suma, la mano visible del Estado se basa en una firme lógica económica. El Estado establece las normas de tráfico, recauda impuestos y tasas para financiar las actividades colectivas, y compra bienes públicos como carreteras, facilitando así el funcionamiento fluido de la empresa privada, impidiendo los excesos cuando las empresas se convierten en abusivos conductores monopolísticos, y controlan sus actividades cuando sus humos representan una amenaza para la vida y la propiedad.

2. La Equidad

En nuestro análisis de los fallos del mercado, como el monopolio o los bienes públicos, nos hemos fijado en los defectos del papel asignador de la mano visible, imperfecciones que se pueden corregir mediante una intervención juiciosa. Pero supongamos por un momento que una economía funcionara con una eficiencia total, que siempre se encontrara en la frontera de posibilidades de producción y nunca por debajo de ella. Que siempre eligiera la cantidad correcta de bienes públicos frente a los privados, etc. Incluso aunque el sistema de mercado funcionara de un modo tan perfecto como el que acabamos de describir, generaría un resultado defectuoso. ¿Por qué?.

Los mercados no producen necesariamente una distribución de la renta justa o equitativa. Una economía de mercado basada en un sistema puro de laissez-faire genera un nivel de desigualdad de la renta y del consumo inaceptablemente elevado.

¿Por qué podría dar el mecanismo de mercado una solución inaceptable para la pregunta de “para quién”?. La respuesta está en que las rentas dependen de unos patrones de herencias que son arbitrarios, de la mala suerte de algunos, del arduo trabajo de otros y de los precios de los factores. La distribución de la renta resultante puede no ser un resultado justo. Recordemos, además, que los bienes siguen a los votos monetarios y no a las mayores necesidades. Es posible que el gato de algún rico esté recibiendo la cantidad de leche necesaria para mantener sano a un niño pobre. ¿Se debe esto a que el mercado funciona mal?. En absoluto, pues el mecanismo de mercado está cumpliendo su tarea, poner los bienes en manos de los que tienen los votos monetarios. Si un país gasta más en alimentos para animales domésticos que en ayudar a los pobres a entrar en la universidad, se trata de un claro defecto de la distribución de la renta y no un defecto del mercado. Incluso el sistema de mercado más eficiente puede generar una gran desigualdad.

A menudo la distribución de la renta en un sistema de mercado parece que es fruto de accidentes de la tecnología o del nacimiento. Supongamos que la invención de robots provocara una disminución extraordinaria del precio competitivo del trabajo, reduciendo así las rentas de los trabajadores y desviando el 95% de la renta nacional hacia los propietarios de los robots. ¿Pensaría todo el mundo que es necesariamente correcto e ideal?. Probablemente no. ¿Debe permitirse a una persona que se convierta en multimillonaria simplemente porque herede 5000 millas cuadradas de pastizales o porque su familia posea pozos petrolíferos?. Así es como se desmigaja la galleta en un sistema de mercado. ¿Querríamos gravar la renta que generan los robots o establecer elevados impuestos sobre tamañas acumulaciones de riquezas?. Existen grandes discrepancias sobre la conveniencia o no de gravar con elevados impuestos las rentas altas.

La desigualdad de la renta puede ser inaceptable desde un punto de vista político o ético. Un país no tiene porqué aceptar el resultado de los mercados competitivos considerando que está predeterminado y es inmutable: los individuos pueden examinar la distribución de la renta y pensar que es injusta. Si a una sociedad democrática no le gusta la distribución de los votos monetarios a que da lugar un sistema de mercado laissez-faire, puede adoptar las medidas necesarias para modificar la distribución de la renta. Supongamos que los votantes deciden hacer una reducción de la desigualdad de la renta. ¿Qué instrumentos (leyes) utilizará el Parlamento?. En primer lugar, podría establecer unos “impuestos progresivos”, gravando las rentas más altas con un tipo impositivo más elevado que en las bajas. Los impuestos federales sobre la renta y sucesorios son ejemplos de esta clase de impuestos progresivos redistributivos.

En segundo lugar, dado que los tipos impositivos bajos no pueden ayudar a los que no poseen ningún tipo de renta, el Estado tiene desde hace algunas décadas un sistema de transferencias, que son cantidades monetarias que se pagan a los individuos. Entre estas transferencias se encuentran las ayudas a los ancianos, a los ciegos, los incapacitados y los que tienen hijos dependientes, así como un subsidio de desempleo a los que carecen de trabajo. Este sistema de transferencias es una red de seguridad que protege a los desfavorecidos de las privaciones. Y, por último, el Estado a veces subvenciona el consumo de los grupos de renta bajas facilitándoles cupones de alimentación, asistencia médica y viviendas baratas.

Como consecuencia del proceso de crecimiento económico y de los programas de asistencias social que establecieron un nivel mínimo de vida, se ha eliminado del siglo XX una gran parte de la gran miseria visible del XIX, pero ha sido difícil erradicar la pobreza relativa, que ha aumentado en los últimos años como consecuencia en los cambios de la estructura familiar.

¿Cómo puede contribuir la economía a estos debates sobre la igualdad?. La economía como ciencia no puede responder a las preguntas normativas como qué parte de las rentas determinadas competitivamente debe transferirse a las familias pobres, en caso de que deba transferirse alguna. Se trata de una pregunta política a la que debe responderse en las urnas. La economía puede analizar los costos o los beneficios de los diferentes sistema redistributivos. Los economistas han dedicado mucho tiempo a tratar de ver si algunos mecanismos de redistribución de la renta (como los impuestos y los cupones de alimentación) generan o no despilfarro social (si la gente trabaja menos o compra drogas en lugar de alimentos). También han tratado de estudiar si para reducir la pobreza es probable que sea más eficiente dar a los individuos dinero en efectivo en lugar de bienes. La economía no puede decirnos cuál es el grado de pobreza aceptable y justo, pero puede ayudarnos a concebir programas más eficaces para aumentar la renta de los pobres.

3. El Crecimiento y la Estabilidad Macroeconómicos.

El Estado, además de fomentar la eficiencia y la equidad, también desempeña las funciones macroeconómicas de fomentar el crecimiento económico y estabilizar la economía. Desde sus orígenes, el capitalismo ha sufrido brotes periódicos de inflación (subida de los precios) y depresión (desempleo muy elevado). Algunas veces, por ejemplo, durante la Gran Depresión de los años treinta, las dificultades económicas han persistido durante un decenio debido a que los gobiernos aún no sabían cómo reavivar la economía. Hoy en día, gracias a la aportación intelectual de Jonh Maynard Keynes y de sus sucesores sabemos cómo controlar los peores excesos del ciclo económico. Ahora entendemos que los gobiernos pueden influir en los niveles de producción, empleo e inflación, empleando cuidadosamente sus poderes monetarios y fiscales. La política fiscal es la que acabamos de analizar: el poder para gravar y para gastar. La política monetaria consiste en determinar la oferta monetaria, influyendo así en los tipos de interés, en la inversión y en otros gatos sensibles a los tipos de interés. Mediante estos dos instrumentos esenciales de la política macroeconómica, los gobiernos pueden influir en el nivel de gasto total, en la tasa de crecimiento y nivel de producción, en los niveles de empleo y desempleo y en el nivel de los precios y la tasa de inflación de los economistas.

Los gobiernos de los países industriales avanzados han sabido aplicar las lecciones de la revolución keynesiana en los últimos cincuenta años. Espoleados por la política monetaria y la fiscal expansivas, las economías de mercado han sido testigos de un periodo de crecimiento económico sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, ante las dificultades económicas de los años sesenta (ante la elevada inflación , el creciente desempleo y la deceleración del crecimiento de la productividad), algunas personas se han mostrado escépticas respecto a la capacidad de la política monetaria y fiscal para estabilizar la economía.

Son dos los objetivos que constituyen el centro de interés de la política macroeconómica a largo plazo: un crecimiento económico rápido y una elevada productividad. El crecimiento económico se refiere al crecimiento de la producción total de un país, mientras que la productividad representa la producción por unidad de un factor, es decir, la eficiencia con la que se utilizan los recursos.

En la década de los ochenta, los gobiernos diseñaron medidas macroeconómicas para promover objetivos a largo plazo del crecimiento económico y de la productividad. Se concibieron medidas fiscales para mejorar los incentivos a la producción. Se redujeron los tipos impositivos en la mayoría de los países industriales y se frenó el crecimiento de los programas de gasto. Los gobiernos estaban preocupados por la influencia de su política fiscal en el ahorro, la inversión y la innovación. A finales de los años ochenta y principios de lo noventa, Estados Unidos luchó por reducir los déficit presupuestarios públicos con el fin de elevar la tasa nacional de inversión y de acelerar el crecimiento. Al mismo tiempo, se adoptó una política monetaria más activa con el fin de hacer frente a las oscilaciones a corto plazo de la producción, del desempleo y de la inflación. La política fiscal orientada hacia el crecimiento y la política monetaria activa dieron como resultado la expansión más duradera que ha conocido en tiempos de paz la historia de Estados Unidos desde 1982 hasta 1990. La política económica destinada a conseguir la estabilización y el crecimiento económico comprende la política fiscal (relativa a los impuesto y al gasto) y la política monetaria (que afecta a los tipos de interés y a las condiciones crediticias). Desde que se desarrolló la macroeconomía en los años treinta, los gobiernos han conseguido contener los peores excesos de inflación y el desempleo.

Fallo de la Mano Visible

Intervención del Estado

Ej. de medidas adoptadas actuales

· Ineficiencia

Monopolio

Externalidades

Bienes públicos

Interviene en los mercados

Interviene en los mercados

Subvenciona actividades valiosas

Leyes antimonopolio

Leyes contra la contaminación etc.

Defensa nacional, faros, etc.

· Desigualdad

Desigualdad inaceptables de la renta y la riqueza

Redistribuye la renta

Impuestos sobre renta y riqueza

Programas de mantenimiento

· Problemas macroeconómicos

Ciclos económicos (elevada inflación y desempleo)

Estabiliza mediante la política económica

Política Monetaria

Política fiscal

· Frena el crecimiento

económico

Estimula el crecimiento

Inversión en educación

Reducción del déficit presupuestario y aumento de la tasa nacional de ahorro

El cuadro anterior resume el papel económico que desempeña actualmente el Estado. Muestra sus importantes funciones: fomentar la eficiencia, conseguir una distribución más justa de la renta y alcanzar los objetivos macroeconómicos del crecimiento económico y de la estabilidad. En todas las economías industriales avanzadas encontramos una economía mixta en la que el mercado determina la mayoría de los precios y las cantidades, mientras que el Estado conduce la economía global por medio de programas de impuestos, gasto y regulación monetaria. Ambas mitades, (el mercado y el Estado) son esenciales para que una economía funcione correctamente. Dirigir una economía moderna sin las dos es como tratar de aplaudir con una mano.

TIPOS DE ESTRUCTURAS DEL MERCADO

Estructura

Número de productores y

grado de

diferenciación

del producto

Parte de

la economía en la que predomina

Grado de

control del

precio

de la empresa

Métodos de comercialización

Competencia perfecta

Muchos productores;

Productores idénticos

Algunos productos

agrícolas sin elaborar

Nulo

Intercambio en el mercado o subasta

Competencia imperfecta

Competencia monopolística (muchos vendedores diferenciados)

Muchos productores;

Muchas diferencias reales o percibidas en los productos

Comercio al por menor

Alimentos, gasolina

Alguno

Publicidad y rivalidad por la calidad;

Precios administrados

Oligopolio

Pocos productores;

Diferencia entre los productores nula.

Pocos productores;

Alguna diferenciación del producto

Acero, productos químicos

Automóviles, computadoras

Monopolio

Productor único;

Inexistencia de buenos sustitutivos del producto

Teléfono local, electricidad y gas (“monopolios naturales”)

Cosiderable,

pero regulado generalmente

Publicidad y promoción de servicios

Uno de los casos más drmáticos ocurrió en 1848-1849, en que el gobierno de Laissez-faire de la reina Victoria dejó morir literalmente a millones de niños, mujeres y hombres cuando un hongo destruyó repentinamente la cosecha de patatas.

MERCADO DE BIENES

MERCADO DE FACTORES

ECONOMÍAS DOMÉSTICAS

EMPRESAS

¿QUÉ?

¿CÓMO?

¿PARA QUIÉN?

PRECIO

BIENES / SERVICIOS

PRECIO

BIENES / SERVICIOS

FAC. PRODUCTIVOS

SALARIO / RENTA

SALARIO / RENTA

FAC. PRODUCTIVOS

Economía de mercado

Economía de mercado

Economía de mercado

Economía de mercado

O

O'

O

O'

O'

O

8

6

4

2

2 4 6 8 10

P

O

Escasez de demanda

Excedente de oferta

Escasez de Oferta

Equilibrio del mercado

P

Q

P1

P2

x1 x2

Q

P




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Enviado por:Javier Cordovilla
Idioma: castellano
País: España

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