Sociología y Trabajo Social
Drogas
INTRODUCCIÓN
HISTORIA DE LAS DROGAS
Hablar y escribir sobre las drogas puede significar también hacerlo sobre la historia de la humanidad, porqué las drogas se utilizan desde que el hombre existe. Su consumo se relaciona con las costumbres de las diferentes culturas que ha habido en la historia. La verdad, es que las drogas han cambiado y los tiempos también, por lo tanto han variado la manera de utilizarlas.
Las múltiples facetas de la incidencia negativa que tienen las drogodependencias en la sociedad, obligan a pensar en la forma a pensar en la forma eficaz de encarar el problema, cuya gravedad la afecta en todos sus niveles.
La aproximación histórica al fenómeno de la adicción a las drogas puede plantear dificultades, ya que, durante varios decenios, ha estado vigente el denominado paradigma lewiniano, basado en los conocimientos antropológicos de principios de siglo y que ha conservado su vigor en el campo de la farmacología y de la medicina. Nuevos corrientes andrológicas plantean un nuevo elemento, la eficacia simbólica de las distintas drogas para explicar el hecho de que se consuman sustancias psicoactivas en las más diversas culturas.
Por otra parte, la historia de las mentalidades y la delimitación del contexto histórico y social donde se produce o se desarrolla el consumo de drogas, unidos a las aportaciones de la sociología y la psicología social, pueden contribuir a establecer un marco adecuado para la comprensión del fenómeno multidimensional y multicausal de las drogodepencias.
Voy a explicar referencias históricas sobre las principales sustancias de abuso, la mera descripción de ellas, no es suficiente para el conocimiento integral de este fenómeno y son siempre necesarias aportaciones de otras disciplinas, como la antropología, sociología...de todas intentaré hablar detenidamente.
De un modo general describiré unos conceptos generales de estas:
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Alcohol:
Es apropiado comenzar por el alcohol, ya que es la primera sustancia, en cuanto a número de consumidores en España, capaz de producir tolerancia, dependencia y abstinencia.
El término alcohol procede del árabe al"kuhl (colirio), que hace referencia a todas las sustancias obtenidas por destilación.
Las bebidas que contienen alcohol han jugado un importante papel en muchas culturas, tanto en ceremonias sociales como religiosas, con la notable excepción de la cultura islámica. Por ello, el alcohol no se ha considerado tradicionalmente como una droga en nuestra cultura, ya que su consumo habitualmente formaba parte de costumbres socialmente admitidas y no suponía, salvo excepciones, riesgo de dependencia.
Se atribuye a la casualidad la obtención de las primeras bebidas alcohólicas, producidas de forma natural por fermentación de soluciones que contuvieran hidratos de carbono. Este fenómeno natural se pudo producir simultáneamente, de forma espontánea en zonas y culturas muy alejadas entre sí.
Se cita habitualmente a la miel como fuente que sirvió al hombre para la obtención de la primera bebida alcohólica: el hidromiel. Esta mezcla de agua y miel ha sido utilizada de forma generalizada por muchos pueblos que la llegaron a considerar como una bebida sagrada. Otra bebida alcohólica, la cerveza, se conoce desde hace milenios. Su consumo se inició probablemente por los egipcios, sumerios y babilonios. Los griegos, que tuvieron conocimiento de ella por los egipcios, la extendieron por toda Europa mediterránea.
El vino, de gran importancia en las culturas mediterráneas, se conoce también desde hace varios milenios. Se admite actualmente que su origen pudo estar en el Cáucaso meridional (zona que corresponde hoy a Turquía, Armenia e Irán), región originaria de la Vitis vinífera. De allí, su consumo se extendió a Egipto, Creta y Grecia, donde le consagraron una de sus divinidades: Dionisos, hijo de Zeus y Sémele. El mito de Dionisos es expresión de la difusión y triunfo de la viña y del vino sobre otras bebidas alcohólicas como la cerveza. Los griegos utilizaban el vino en diversas ceremonias religiosas y también en actos sociales como los symposia, etimológicamente reunión de bebedores, dedicados a la diversión y al intercambio de ideas. Los romanos, por su parte, apreciaron también el vino y extendieron el cultivo de la vid y la producción del mismo por todo el Imperio, adquiriendo gran renombre los vinos de las Galias.
El vino se consumió también de forma pública y privada, con fines terapéuticos y lúdicos. Su producción llegó a tener una gran importancia económica.
Otras formas de consumo de etanol lo constituyen los más diversos tipos de bebidas fermentadas: vino de palma, apreciado en Egipto y Oriente Medio, hace milenios, y también conocido en la India con el nombre de toddy; el pulque, obtenido a partir de jugo fermentado de diversos tipos de cactus; la chicha, utilizada en las culturas amerindias y el kumiss, leche de yegua fermentada, consumido por los tártaros.
Las bebidas destiladas se conocen en Asia desde hace 3.000 años: En Europa, la destilación de hidromiel comenzó aproximadamente en el siglo v de nuestra era en Gran Bretaña, y la obtención de lo que hoy denominaríamos brandy (de brandywine, vino destilado) se introdujo en Italia, procedente del Lejano Oriente, hacia el año 1000. Hacia el año 1100, monjes irlandeses y escoceses obtendrían whisky, ellos lo llamaban agua de vida. Otras bebidas espirituosas tienen un origen monástico: el chartreu, producido por los cartujos de la Grande Chartreuse, el kirsch, de los benedictinos de Fontgombault, y desgraciadamente un largo etc. Por el contrario, otras bebidas espirituosas aromatizadas tienen origen posterior y más laico, como la ginebra, inicialmente utilizada como diurético y con otras propiedades medicinales. Fue producida originalmente por un médico holandés, en el siglo XVII, mediante maceración de bayas de enebro, que conferían al alcohol el característico gusto y aroma. También dentro de este tipo de bebidas espirituosas tuvo importancia la absenta, que contiene un 68% de etanol y está aromatizada con hierbas del Jura suizo como la Artemisa absintum. Fue consumida especialmente en el siglo XIX en medios literarios y artísticos de París y otras capitales europeas.
Por sus acciones convulsiva, alucinógena y tóxica del sistema nervioso central, debidas al aceite de esas plantas, fue prohibida en Suiza en 1908 y en Francia en 1915. Actualmente, se consume de forma prácticamente clandestina y muy minoritaria en diversos países, incluido España.
Se puede resumir lo que he expuesto, señalando que el consumo de etanol, en sus diversas formas, es universal desde hace milenios, con la excepción ya señalada del mundo islámico. Su consumo ha formado parte de la vida cotidiana y ha estado y está socialmente aceptado. En Europa, a lo largo del siglo XIX, debido a los condicionamientos socioeconómicos y los cambios producidos por la Revolución Industrial, el consumo de alcohol fue elevado, comparado con épocas precedentes. Como ello afectaba de forma preferente a la clase trabajadora y suponía por tanto un peligro para la economía y la estructura sociopolítica, surge una corriente de opinión que considera el alcoholismo como enfermedad y comienza a prohibirse o restringirse su consumo, ciertamente, con poca eficacia. Finlandia, en 1907, introduce una prohibición parcial para la venta de bebidas destiladas, pero no la cerveza. Pocos años más tarde, una enmienda introducida en la Constitución de Estados Unidos pretendía la abstinencia nacional. En 1933 fue revocada.
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Tabaco:
Cuando los conquistadores españoles llegaron a la actual Cuba, en 1492, observaron que, tanto hombres como mujeres, inhalaban el humo formado por un rollo de hojas de planta. Estos rollos se llamaban en la lengua local tabacos y fueron los antecedentes de los modernos cigarros. La planta se denominaría más tarde Nicotiana tabacum.
Años más tarde, los exploradores españoles, británicos y franceses de la costa este de Norteamérica encontraron también a los indios fumando tabaco en pipa. La planta utilizada en esas regiones era la Nicotidiana rústica. Los indios de las regiones occidentales de Norteamérica utilizaban otras especies. El pueblo azteca llamaba al tabaco yetl y utilizaba para su confección N.rústica y N.tabacum, que se utilizaban bien frotados sobre la piel o mascados. El tabaco formaba parte de los rituales sociales y religiosos de los indios norteamericanos y mesoamericanos.
El uso del tabaco se extendió por Europa: penetró en Sevilla y, en sus comienzos, era consumido por marineros y exploradores y, posteriormente, por mercaderes y misioneros. El uso del tabaco por parte de los religiosos se extendió de tal forma que, en 1590, su consumo fue prohibido bajo pena de excomunión. Los españoles establecieron plantaciones en las colonias de las actuales santo Domingo (1531) y Cuba (1580). También los marinos y mercaderes portugueses establecieron cultivos de tabaco para su propio uso y, al mismo tiempo, para su comercio. A lo largo de los puertos de sus rutas marítimas, las poblaciones locales adquirieron la costumbre de fumar.
En Francia, el tabaco fue introducido por Jean Nicot, embajador en Portugal, que, en 1550, lo envió como regalo en forma de rapé a la reina Regenta, Catalina de Medicis, para el alivio de sus cefaleas. El rapé era originalmente de Florida y probablemente estaba hecho a partir de N. Rústica. Los marineros británicos introdujeron el tabaco en Gran Bretaña en el siglo XVI. Sir Walter Raleigh fue quien popularizó la costumbre de fumar tabaco en pipa en la Corte de Isabel I. Aunque por aquellos años fumar era costumbre admitida, el sucesor de Isabel, Jacobo I, prohibió su uso. En 1753, Linneo denominó el género Nicotiana y en 1828 se aisló el primer alcaloide, la nicotina.
La forma habitual de consumo del tabaco era la pipa o en cigarros. Cigarro deriva del maya siyar y hace referencia al rollo de hojas. El término comienza a utilizarse en 1610. En el siglo XVI, el uso de cigarros en Europa como forma de consumo, estuvo limitado a España, Portugal y sus áreas de influencia. En Gran Bretaña sólo comenzaron a consumirse cigarros a partir del establecimiento de las colonias americanas.
El cigarrillo también se comenzó a utilizar en España y Portugal. Su uso se extendió por todo el Mediterráneo Oriental, constituyendo la principal alternativa al uso de tabaco fumado en pipa en el Imperio Otomano. Desde aquí, se extendió a Rusia y al Imperio Austro"Húngaro. Los cigarrillos, con el nombre francés cigarettes, fueron introducidos en París y en Londres por los soldados franceses y británicos que regresaban a sus países tras la Guerra de la Independencia española y la Guerra Crimea. Los cigarrillos con filtro son una invención de los años cincuenta del siglo XX.
El tabaco también se ha consumido fumando pipa, desde las culturas precolombinas hasta Europa, en forma de rapé, especialmente en la Corte francesa desde el siglo XVII hasta la Revolución, y mascado, más en América que en Europa, donde no tuvo mucha aceptación, quedando relegado a los marineros y otros grupos minoritarios.
A partir de 1950, la evidencia epidemiológica de los efectos nocivos del tabaco (especialmente fumar cigarrillos) determinó que muchos países limitaran la publicidad del tabaco (Italia, 1962; Reino Unido, 1965; EE UU, 1971; Australia, 1976..).
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Cannabis:
La planta Cannabis sativa es probablemente nativa de Asia Central. Se ha cultivado en muchas regiones para la producción de fibra, aceites y otros usos, incluido el medicinal y como droga de abuso.
En Norteamérica, comenzó a cultivarse durante la época colonial británica para utilizar sus fibras en la elaboración de sogas y otros aparejos marinos y también para la preparación de papel de calidad. Se ha utilizado como droga de abuso bajo los nombres de marihuana o marijuana en Estados Unidos de Norteamérica (compuesto de flores, hojas y tallos pequeños), bhang, ganja y charas en la India y hashish en el Magreb. Hashish es una palabra árabe que significa hierba seca. La más explícita referencia a la preparación de cannabis es hashish"el"keif (de keif, placer, bienestar). De aquí también el nombre que recibe en algunos países norteafricanos: kif. El hashish corresponde a la preparación india charas, el exudado resinoso recolectado de las flores y las hojas de la planta. Tradicionalmente, aunque sin rigor histórico, se afirma que el hombre se hashish deriva de la secta de los hasihishin, los seguidores de Hasn ibn al"Sabbah, un caudillo de una secta islámica de Persia durante el siglo XI. Los hashishin mataban en defensa de los ideales de la secta. Los cruzados decían que los hashishin comían hasishish para perpetrar sus homicidios. Esta leyenda no figura en las fuentes históricas islámicas.
Las preparaciones de cannabis han tenido una larga historia de uso terapéutico en China y Oriente Medio.
Existen referencias documentadas desde el siglo II a C. El cannabis se introdujo en la medicina occidental a mediados del siglo XIX tras la publicación de los estudios efectuados por el médico irlandés O'Shaughnessy. Este autor trabajó en la India y conoció el uso del cannabis en el tratamiento de la epilepsia, reumatismo, tétanos y rabia. Por su parte, estableció que cannabis también tenía actividad anticonvulsionante, analgésica y relajante muscular.
El uso terapéutico de cannabis en la India también se relacionaba con las prácticas de la religión hindú. El bhang se utilizaba en ceremonias festivas dedicadas al dios Shiva, para alcanzar un estado de trance místico.
En los países islámicos de Oriente Medio y del Norte de África, el uso de cannabis ha sufrido más censuras religiosas que el alcohol, aunque es utilizado extensamente por la población.
En Europa, el cannabis fue introducido por los soldados de Napoleón tras la campaña de Egipto. A mediados del siglo XIX, un grupo de escritores franceses (Balzac, Baudelaire, Dumas y Gautier) adoptaron su uso y se autodenominaron Le Club des Hashishins. Sin embargo, el uso social del cannabis en Europa occidental permaneció en un nivel bajo hasta los últimos años sesenta. En otros países, como los del Caribe y del sur de África, el consumo de preparados de cannabis se ha confinado a grupos humanos socialmente desfavorecidos. En Estados Unidos comenzó a utilizarse marihuana en los comienzos del siglo XX, produjo un cambio en el patrón de uso durante la etapa de la prohibición de alcohol y se extendió, especialmente entre los jóvenes a principios de los sesenta, asociado a los movimientos contraculturales. Como medicamento, el cannabis ha figurado en las farmacopeas de diversos países hasta mediados de los años sesenta. Las restricciones legales al tráfico y consumo de cannabis en sus diferentes formas comenzaron con las disposiciones de Napoleón durante la ocupación de Egipto. En 1925 se estableció el primer control internacional de cannabis durante la Convención Internacional de la Liga de Naciones sobre el Opio, principalmente a instancias de los Gobiernos de Sudáfrica y Egipto, que señalaron el deterioro físico y psíquico en los consumidores crónicos de cannabis en sus respectivos países.
Tras la Segunda Guerra Mundial, el control del tráfico de drogas fue coordinado por la Comisión sobre Drogas Narcóticas de las Naciones Unidas y, en 1961, tras trece años de discusiones, se añadió cannabis a la lista de drogas psicotrópicas. Diez años más tarde, se introdujo el TCH, principio activo del cannabis, en la Convención Internacional sobre Sustancias Psicotrópicas.
1. ¿ESTAMOS INFORMADOS?
Existen pocos asuntos tan llenos de estereotipos y de prejuicios como el consumo de drogas, una conducta sobre la cual la mayoría de la gente se siente bien informada, aunque en la práctica las informaciones que poseen unos choquen con la de otros.
Hay quien piensa que los consumidores de drogas son unos viciosos irresponsables, mientras que otros los ven como unos auténticos vividores. Para algunos, son enfermos necesitados de tratamiento, mientras otros los consideran personas inmaduras que cambiarán con la edad. Algunas opiniones ven en las drogas una amenaza de dependencia, mientras otros ven en su exploración el colmo de libertad individual. Esto nos hace preguntarnos ¿Cómo puede un mismo asunto provocar tantas y tan diferentes reacciones?, ¿Podemos acceder a conocimientos científicos que nos ayuden a formarnos una visión mas realista del asunto?
Siempre se ha dicho que “la información es poder…para decidir” así, algunas personas mantienen un miedo reverencial a la información sobre las drogas. Como si disponer de una información adecuada sobre ellas fuera aumentar su consumo. Algo similar a lo que, en otros tiempos, se pensó respecto a la educación sexual: “mejor no mentar la bicha”, no fuéramos a despertar con tanta habladuría deseos irrefrenables.
Sin embargo la realidad es otra. Las informaciones un recurso necesario para tomar decisiones inteligentes, informadas, autónomas, ante cualquier desafío, incluidas las drogas. Los riesgos reales proceden de la ignorancia. No hay elección libre sin un saber adecuado.
Una sociedad más culta, más informada y mejor domada sobre las drogas, será más capaz de convivir en un mundo en el que existe droga, reduciendo el riesgo de establecer con ellas relaciones conflictivas.
Con respecto a la parte científica de las drogas, el fenómeno de las drogodependencias es uno de los asuntos más complicados que vive la humanidad (por su relación con la química, la biología, la historia, la psicología, la filosofía, el arte…). Sin embargo, se despacha en ocasiones con un par de ocurrencias más o menos aireadas, ya sea para defender su consumo, ya para condenarlo.
Aunque el ser humano puede depender de una amplia diversidad de objetos y personas, no sirve de nada confundir realidades tan distintas. Hoy en día se habla de dependencia al juego, a los móviles, a Internet, al sexo…nada que objetar, pero mezclarlo todo con afirmaciones de tipo “también la televisión es una droga, y además de las más fuertes”, en nada ayuda a comprender ni la dependencia de las drogas ni la dependencia de la televisión.
2. ¿QUÉ SON LAS DROGAS?
Una definición de “drogas” podría ser aquella sustancia química natural o sintética con efectos sobre el sistema nervioso central, que se consume para obtener una alteración del estado de ánimo que resulta placentera y que puede producir fenómenos de tolerancia y adicción. El término ha perdido sus antiguos significados de sustancia química utilizada en la industria, en pinturas o en limpieza (droguería) y de fármaco (sustancia química con actividad terapéutica).
Otra definición es la siguiente: todas aquellas sustancias químicas que reúnen las siguientes características:
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Una vez en nuestro organismo, se dirigen a nuestro cerebro, cuyo ecosistema modifican de manera variable.
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Su uso regular puede generar procesos conocidos como:
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Tolerancia: a medida que el organismo se va adaptando a la presencia regular de la sustancia, se necesita una mayor cantidad para producir los mismos efectos.
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Dependencia: tras un uso habitual, la persona necesita consumir la sustancia se que se trate para no experimentar síntomas de abstinencia.
su abuso puede provocar diferentes tipos de trastornos:
Trastornos físicos: cuando dañan el organismo: por ejemplo, una bronquitis crónica causada por el tabaco.
Trastornos psicológicos: cuando inciden negativamente sobre la relación de la persona consigo misma o con la del entorno afectivo, como ocurre en los conflictos de pareja por abuso.
Trastornos sociales: cuando impactan sobre la comunidad, como ocurre con los accidentes de tráfico provocados por conductores bajo los efectos de las drogas.
El número de sustancias que se engloban bajo la denominación “drogas” es muy amplio y diverso. Las drogas incluyen fármacos de prescripción legal cuyo uso indebido conduce a problemas de drogodependencia (barbitúricos), sustancias que se compran y se venden de forma ilegal (cocaína, heroína, Cannabis, LSD) y otras que se comercializan de forma legal (alcohol y tabaco).
3. EFECTOS QUE PRODUCEN
Los efectos de las drogas son múltiples y complejos. En ocasiones, dependen de factores como la pureza, la vía de administración, la dosis consumida, la frecuencia y las circunstancias que acompañan al consumo (entorno, lugar, mezcla con otras sustancias).
El árbol de las drogas está formado por tres grandes ramas:
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Las sustancias depresoras del sistema nervioso central: disminuyen o inhiben los mecanismos de funcionamiento normal del sistema nervioso central provocando relajación, sedación, somnolencia, hipnosis e incluso coma. Las más importantes son:
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Alcohol
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Opiáceos: heroína, morfina, metadona, etc
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Tranquilizantes: pastillas para calmar la ansiedad.
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Hipnóticos: pastillas para dormir.
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Los estimulantes del sistema nervioso central: aceleran el funcionamiento habitual del cerebro, provocando un estado de activación que puede ir desde una mayor dificultad para dormir tras el consumo de café hasta un estado de hiperactividad tras el consumo de cocaína o anfetaminas. Destacan:
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Estimulantes mayores: anfetaminas y cocaína
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Estimulantes menores: nicotina
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Xantinas: cafeína, teobromina...etc
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Un tercer grupo de sustancias, llamadas alucinógenas o perturbadoras del sistema nervioso central: alteran la percepción de la realidad, el estado de conciencia y provocan alucinaciones. Algunas sustancias producen más de un efecto, como las drogas de síntesis, que causan estimulación y perturbación del sistema nervioso central.
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Alucinógenos: LSD
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Derivados del cannabis: hachís, marihuana
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Drogas de síntesis: éxtasis
Las alteraciones psicológicas van desde cambios en el estado de ánimo a crisis de ansiedad, crisis de pánico, delirios, alucinaciones e incluso trastornos psicóticos. Además, las drogas pueden afectar también a otros órganos como el hígado, los pulmones, los riñones, el páncreas y o el corazón.
Aunque las drogas también tienen elementos en común: la principal característica común a todas es la psicoactividad, es decir, su capacidad para llegar al cerebro y modificar su funcionamiento habitual del modo que acabamos de ver
4. FORMAS DE CONSUMO:
Las drogas pueden consumirse de diferentes maneras:
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Fumada (tabaco, marihuana)
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Aspirada (cocaína),
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Inhalada (pegamentos)
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Inyectada (heroína)
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Tomada por vía oral (alcohol, drogas de síntesis).
Algunas pueden consumirse por diferentes vías, como es el caso de la heroína que se fuma, se aspira o se inyecta.
Ya sea una u otra la vía elegida, el destino final de la sustancia siempre es el cerebro del consumidor, al que llega a través de la sangre. Una vez en su destino, cada sustancia produce alteraciones específicas
Consumir una droga no le convierte a uno automáticamente en drogadicto (término próximo a lo despectivo que, por cierto, convendría eliminarse de nuestro vocabulario). Por otro lado el consumo de drogas en el que no haya dependencia no es necesariamente inofensivo. Para aprender a distinguir entre diversos tipos de consumo y sus consecuencias, es muy útil conocer los tres tipos básicos que existen: uso, abuso y dependencia
USO:
Es aquella relación con las drogas en la que, tanto por su cantidad, como por su frecuencia y por la propia situación física y psíquica y social del sujeto, no se producen consecuencias negativas sobre el consumidor ni sobre su entorno.
Es preciso afinar la mirada antes de valorar como uso determinada forma de consumo. No basta solo con la frecuencia, por que podrían darse consumos esporádicos en los que el sujeto abusara rotundamente de la sustancia. Tampoco podemos entender solo a la cantidad, ya que podría haber consumos en apariencia no excesivos, pero repetidos con tanta frecuencia que estarían sugiriendo alguna forma de dependencia.
No es ajeno a este proceso el estado en que se encuentra el consumido, ya que, por ejemplo, un mismo consumo moderado de alcohol puede derivar en abuso si el sujeto está tomando tranquilizantes prescritos por su médico. Es preciso también poner la vista sobre el entorno del sujeto, ya que podría darse un consumo de drogas que no perjudicara al sujeto, pero sí a tercero (por ejemplo, un trabajador de la construcción fuma hachís justo antes de subir a un andamio).
No todas las drogas permiten una relación de este tipo. Por ejemplo, la mayoría de los fumadores son dependientes des tabaco.
ABUSO:
Es aquella relación con las drogas en las drogas en la que se producen consecuencias negativas para el consumo y/o para su entorno.
El uso de drogas provoca, en la mayoría de los casos, fenómenos de tolerancia y adicción. A medida que el organismo se adapta a la presencia habitual de una sustancia se puede producir el fenómeno de la tolerancia, es decir, la necesidad de consumir dosis cada vez mayores y con más frecuencia para conseguir los mismos efectos.
Además, el empleo repetido de una droga puede crear adicción, es decir, la necesidad compulsiva de consumir esa droga regularmente sin que sea posible moderar su consumo o suprimirlo. La mayoría de las drogas producen dependencia física y psicológica.
El consumo de diez cigarrillos podría ser considerado no excesivo. Sin embargo, cuando esta cantidad se consume todos los días, puede favorecer alteraciones respiratorias. Por el contrario, alguien podría consumir cocaína en una sola ocasión, pero hacerlo en tal cantidad que desencadenara algún tipo de accidente cerebral. Puede que una mujer sea moderada en sus consumos habituales de alcohol y tabaco, pero si los mantiene durante el embarazo estará incurriendo en abuso.
Cuando una persona necesita consumir una droga para conseguir un estado afectivo agradable o evitar un estado desagradable, tiene una dependencia psicológica de esa sustancia. Muchas veces, esa dependencia es muy fuerte y difícil de superar.
Por otra parte, el uso regular de una sustancia química produce, en muchos casos, alteraciones fisiológicas en el organismo que originan una dependencia física de esa sustancia. El organismo se `acostumbra' a la presencia de la droga y la `necesita' para funcionar con normalidad. Si la droga se suprime o se reduce, el organismo responde con un conjunto de síntomas físicos y psíquicos que reciben el nombre de síndrome de abstinencia. El síndrome de abstinencia depende de cada droga y, a veces, se controla con medidas terapéuticas sintomáticas o sustitutivas (sustancias menos nocivas, de efectos parecidos, que se retiran progresivamente).
Analizando las pautas de consumo, y el contexto personal y social de cada caso podremos decidir si nos encontramos ante un uso o abuso.
DEPENDENCIA:
Se prioriza el uso de una sustancia psicoactiva frente a otras conductas consideradas ante como más importantes. El consumo de drogas, que quizás empezó como una experiencia esporádica, pasa a ser un eje de la vida del sujeto. Este dedicará la mayor parte de su tiempo a pensar en el consumo de drogas, a buscarlas, a obtener dinero para compararlas, a consumirlas, a recuperarse de sus efectos, etc.
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DEPENDENCIA FÍSICA:
En ella, el organismo se ha habituado a la presencia de la droga, de manera que necesita mantener un determinado nivel en sangre para funcionar con normalidad. Cuando este nivel desciende por debajo de cierto límite aparece el síndrome de abstinencia propio de cada droga.
La dependencia física está muy asociada a la tolerancia. Es el proceso que se da, por ejemplo, con el alcohol. En los primeros consumos afecta notablemente aún a dosis muy bajas. Sin embargo, si el consumo se hace habitual, el organismo se va adaptando al tóxico como medida de protección.
Cuando un drogodependiente abandona el consumo, su tolerancia disminuye. Si pasado un tiempo reanuda el consumo en las dosis anteriores, padecerá una intoxicación aguda que, dependiendo del tipo de droga de que se trate, pueda llevarle al coma e incluso a la muerte. Así se explica buena parte de las muertes por sobredosis en sujetos dependientes de la heroína.
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DEPENDENCIA PSÍQUICA:
Compulsión por consumir la droga de que se trate, para experimentar un estado afectivo agradable (placer, euforia, sociabilidad…) o librarse de un estado desagradable (aburrimiento, timidez, estrés…).
La dependencia física es relativamente fácil de superar tras un período de desintoxicación que, en función de cada droga puede prolongarse 15 días.
Es más costoso desactivar la dependencia psíquica, ya que requiere introducir cambios en la conducta y en las emociones del sujeto que, le permitan funcionar psíquicamente (obtener satisfacción, superar el aburrimiento, afrontar la ansiedad establecer relaciones…) sin recurrir a las drogas.
POLICONSUMO:
No es frecuente entre consumidores de drogas la utilización de una única sustancia. La pauta más habitual es la combinación de varias drogas, a menudo, a lo largo de un mismo período de tiempo. Así, por ejemplo, se pueden beber cantidades excesivas de alcohol, fumar un paquete de cigarrillos, compartir un par de porros y esnifar una raya de cocaína, todo ello en un fin de semana. En otras ocasiones nos encontramos con personas que consumen diversas sustancias, aunque no realicen tantas mezclas en un período tan corto. Puede que una noche se emborrachen con cerveza y fumen hachís, mientras que otra noche distinta el hachís deje paso a la cocaína. Estas pautas de consumo multiplican los riesgos asociados a las sustancias.
5. IMAGEN SOCIAL DE LAS DROGODEPENDENCIAS
En muchas ocasiones la imagen que la sociedad tiene de las drogas y sus consecuencias no se corresponde con la realidad de este fenómeno.
Este divorcio puede dar lugar a equívocos que acaben situando a las drogas en el terreno de la ficción. Así, hay personas que piensan que “drogas” son solo las sustancias que consumen otros (aunque quien lo diga sea un fumador crónico, incapaz de abandonar su dependencia a pesar de la evidencia de daño físico). También hay quien piensa que las drogas son consumidas sólo por los jóvenes, cuando existe, por ejemplo, un notable abuso de alcohol por parte de la sociedad adulta.
Para que la sociedad pueda afrontar el fenómeno de las drogodependencias, es necesario que antes comprenda las siguientes realidades:
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No existe la droga, sino diversas sustancias con diferentes efectos físicos, psíquicos y sociales, y distintos riesgos.
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Las drogas no son sustancias diabólicas que esclavilizan al individuo que se atreve a probarlas; para que la dependencia aparezca han de estar presentes determinadas circunstancias psicosociales (una autoestima frágil, una presión de los amigos hacia el consumo, una disciplina familiar inconsciente, determinadas modas que transmiten una imagen positiva de ciertas drogas, etc).
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También el alcohol y el tabaco son drogas, aunque sólo una minoría de la población las percibe como tales. Son, de hecho, las sustancias de las que más se abusa y más daños producen. Así, frente al drama que supone la muerte de alrededor de 470 personas al año a consecuencia de reacciones negativas a heroína o cocaína, se estiman en 46.000 las muertes anuales atribuibles en nuestro país al tabaco, y en 12.000 las relaciones con el alcohol.
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Las personas que consumen drogas no responden a ningún estereotipo. Cada sustancia es empleada por variedad de usuarios que tienen motivos distintos para hacerlo.
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Cualquier situación de abuso puede superarse si el individuo y su entorno más próximo cuentan con el soporte personal y/o profesional adecuado.
TIPOS DE DROGAS:
ALCOHOL
El alcohol es la droga más consumida en España, de la que más se abusa y la que más problemas sociales y sanitarios causa (accidentes de tráfico y laborales, malos tratos, problemas de salud, alcoholismo, etc.).
Es un depresor del sistema nervioso central que adormece progresivamente el funcionamiento de los centros cerebrales superiores, produciendo desinhibición conductual y emocional. Aunque la gente crea que el alcohol ayuda en las relaciones sociales, en realidad, el primer efecto de euforia que se produce al consumirlo se debe a que el alcohol adormece primero la parte del cerebro que tiene que ver con el autocontrol.
Las bebidas alcohólicas se clasifican en dos grupos:
- Bebidas fermentadas: Proceden de la fermentación de los azúcares contenidos en diferentes frutas (uvas, manzanas, etc.). Son característicos de este grupo la cerveza, la sidra y el vino. Su graduación alcohólica oscila entre 4º y 12º. Su descubrimiento fue casual, como resultado de la putrefacción natural de frutas almacenadas.
- Bebidas destiladas: Resultan de la depuración de las bebidas fermentadas para obtener mayores concentraciones de alcohol. Se trata de bebidas como el vodka, la ginebra o el ron, y oscilan entre 40º y 50º. La destilación fue inventada en el siglo VII por los alquimistas árabes, de quienes procede el nombre de la sustancia, al-kohl.
En los años noventa aparecieron en el Reino Unido unas nuevas bebidas conocidas como alcopops, consistentes en refrescos a los que se ha añadido alcohol. Su contenido alcohólico va de los 4 a los 15º. Actualmente extendidos por toda Europa, en España se comercializan con nombres como John Lemon.
La graduación de una bebida indica el volumen de alcohol etílico que contiene. Así, una botella de vino de 12º contiene un 12% de alcohol puro.
En España mueren cada año 12.000 personas a causa de enfermedades o accidentes ocasionados o favorecidos por el consumo de bebidas alcohólicas. En Europa, el abuso de alcohol es responsable de una de cada cuatro muertes entre jóvenes varones de 15 a 29 años. Por esta causa mueren cada año en Europa 57.000 jóvenes.
En términos generales, el consumo de alcohol está disminuyendo en la población española desde la década de los ochenta, gracias, entre otras razones, a una percepción social más clara sobre sus repercusiones sanitarias.
Efectos
Los efectos del alcohol dependen de diversos factores:
- la edad (beber alcohol mientras el organismo todavía se encuentre madurando es especialmente nocivo).
- el peso (afecta de modo más severo a las personas con menor masa corporal).
- el sexo (por factores fisiológicos, la tolerancia femenina es, en general, menor que la masculina).
- la cantidad y rapidez de la ingesta (a más alcohol en menos tiempo, mayor intoxicación).
- la ingestión simultánea de comida (el estómago lleno, sobre todo de alimentos grasos, dificulta la intoxicación).
- la combinación con bebidas carbónicas (tónica, coca-cola, etc.), que aceleran la intoxicación.
Efectos psicológicos. Varían en función de la dosis ingerida:
- Desinhibición
- Euforia
- Relajación
- Aumento de la sociabilidad
- Dificultades para hablar
- Dificultad para asociar ideas
- Descoordinación motora
Efectos fisiológicos. Los efectos del alcohol dependen de la cantidad presente en la sangre (tasa de alcoholemia, medida en gramos por litro de sangre):
- 0,5 g/l: euforia, sobrevaloración de facultades y disminución de reflejos.
- 1 g/l: desinhibición y dificultades para hablar y coordinar movimientos.
- 1,5 g/l: embriaguez, con pérdida del control de las facultades superiores.
- 2 g/l: descoordinación del habla y de la marcha, y visión doble.
- 3 g/l: estado de apatía y somnolencia.
- 4 g/l: coma.
- 5 g/l: muerte por parálisis de los centros respiratorio y vasomotor.
Riesgos
Riesgos psicológicos. Además de una intensa dependencia psicológica, sentida como necesidad apremiante de beber alcohol, el abuso regular puede provocar:
- Pérdida de memoria
- Dificultades cognitivas
- Demencia alcohólica
Riesgos orgánicos. El abuso crónico de alcohol está relacionado con diversos problemas de salud:
- Gastritis
- Úlcera gastroduodenal
- Cirrosis hepática
- Cardiopatías
El alcohol puede generar dependencia física, con un síndrome de abstinencia caracterizado por ansiedad, temblores, insomnio, náuseas, taquicardia e hipertensión, que puede desembocar en un delirium tremens si no es tratado.
Algunos datos
El 88,8% de los españoles de 15 a 64 años ha bebido alcohol alguna vez, según un sondeo del Plan Nacional sobre Drogas.
Un 18,4 % de la población de 15 a 64 y un 29,2% de los jóvenes de 15 a 29 años se había emborrachado el año previo a la encuesta. Estas proporciones han descendido, ya que en 1999 fueron 19,3% y 32,6%, respectivamente. Los hombres consumen alcohol en mayor proporción que las mujeres (el 76% lo hace habitualmente, frente al 51,4% de mujeres; el 23,8% de los hombres lo hace a diario frente al 6,8% de las mujeres).
El consumo de alcohol entre estudiantes de 14 a 18 años se concentra en el fin de semana. El 55,1% que lo consume habitualmente (ver cuadro inferior) se descompone en un 40,6%, que bebe el fin de semana, y un 14,4%, que lo hace a lo largo de la semana.
Este colectivo estudiantil comienza a beber a los 13,6 años. El consumo semanal comienza a los 15,3 años, lo cual implica un retraso, ya que en el año 2000 era a los 14,8 años.
Un 19,4% de los estudiantes declara emborracharse habitualmente, porcentaje inferior al del año 2000 (20,6%). El 18,1% de los estudiantes admite haber conducido o haber ido en vehículos conducidos bajo los efectos del alcohol.
El tipo de bebida más consumida son los combinados/cubatas. El consumo se realiza sobre todo en pubs o discotecas (74%), en la calle o en parques (38,1%) y en bares o cafeterías (31,1%).
Cómo beber menos
Si eres mayor de edad y vas a consumir alcohol, ten en cuenta las siguientes recomendaciones para beber con menos riesgo; si eres constante al seguirlas, beberás mucho menos y te sentirás mejor.
- No tomes bebidas alcohólicas para calmar la sed.
- Ponte un límite de bebida antes de salir.
- Bebe despacio, a sorbos pequeños.
- Deja el vaso sobre la mesa entre trago y trago.
- No acompañes las bebidas alcohólicas de alimentos salados.
- A la hora de comer, que no falte agua en la mesa.
- No concentres en un día o en un fin de semana lo que beberías en toda una semana.
- Intercala consumo de alcohol con refrescos.
Alcohol: ¿Cuándo es demasiado?
- Según la Organización Mundial de la Salud, no hay una cantidad por debajo de la cual no existan riesgos; por eso, recomienda: Alcohol, cuanto menos mejor.
- Abusar del alcohol o consumirlo de forma inadecuada no sólo depende de la cantidad, sino de muchas otras cosas: si se es menor de edad cualquier consumo es abusivo; igual que si se está embarazada; se toman medicamentos; se realizan actividades motoras complejas como el manejo de vehículos o máquinas; mientras se trabaja; se estudia, etc.
TABACO
El tabaco es, tras el alcohol, la segunda droga más consumida por los españoles. El 68,2% de los ciudadanos de 15 a 64 años ha probado el tabaco en alguna ocasión, y el 35,6% fuma a diario, según una encuesta de 2001 del Plan Nacional sobre Drogas. El tabaco es la sustancia que despierta una mayor fidelidad entre sus usuarios.
El tabaquismo es considerado como la principal causa prevenible de enfermedad y muerte prematura. La investigación lo ha asociado con un número considerable de enfermedades, por lo que la reducción del consumo de tabaco se ha convertido en uno de los principales desafíos.
El tabaco fue uno de los descubrimientos que hicieron los colonizadores españoles del Nuevo Mundo. Su consumo era práctica habitual de algunas tribus indígenas, generalmente en el marco de ceremonias rituales, dadas las propiedades alucinógenas que le atribuían. También era consumido, curiosamente, por los efectos supuestamente medicinales que se derivaban de la planta.
Se trata de una planta solanácea, la Nicotiana tabacum, de cuyas hojas se obtienen distintas labores destinadas al consumo humano (cigarrillos, cigarros puros, picadura de pipa, rapé, tabaco de mascar, etc.).
El consumo de tabaco se fue generalizando por Europa y los marineros lo llevaron a todos los continentes. Con los años, pasó de ser una sustancia consumida en ambientes de bajo estatus social a ser considerada una sustancia propia de nobles con gustos exquisitos (con glamour, que diríamos hoy) en las cortes europeas.
No constituyó un problema de salud pública hasta la invención, con la Revolución Industrial, de la máquina para elaborar cigarrillos. Con ella se pusieron las bases de un consumo masivo que en la actualidad es responsable de la muerte de muchos ciudadanos europeos cada año. La industria tabaquera ha mantenido ocultos hasta fechas recientes informes propios que mostraban la capacidad del tabaco para generar dependencia y numerosos problemas de salud.
La forma más extendida de consumo de tabaco es el cigarrillo, en cuyo humo se han identificado alrededor de 4.000 componentes tóxicos, de entre los cuales los más importantes son los siguientes:
- Nicotina: sustancia estimulante del sistema nervioso central, responsable de los efectos psicoactivos de la sustancia y de la intensa dependencia física que el tabaco provoca.
- Alquitranes: sustancias probadamente cancerígenas, como el benzopireno, que inhala el fumador y quienes, conviviendo con él en ambientes cerrados, se ven forzados a respirar el humo tóxico.
- Irritantes: tóxicos responsables de la irritación del sistema respiratorio ocasionada por el consumo de tabaco (faringitis, tos, mucosidad, etc.).
- Monóxido de carbono: sustancia que se adhiere a la sangre, dificultando la distribución de oxígeno por el cuerpo.
En la Unión Europea se han ido estableciendo limitaciones cada vez más severas a la composición del tabaco que se permite comercializar (en función de las tasas de nicotina y alquitrán), lo que ha llevado a la industria tabaquera a dirigir su arsenal publicitario a los países del llamado Tercer Mundo, que cuentan generalmente con regulaciones menos estrictas. Se da la paradoja de que un producto que salió de América como una supuesta sustancia medicinal regresa, cinco siglos después, en forma de epidemia.
Efectos
Efectos psicológicos. El tabaco es consumido en busca de efectos positivos:
- Relajación
- Sensación de mayor concentración
Efectos fisiológicos. Entre los más importantes citamos:
- Disminución de la capacidad pulmonar
- Fatiga prematura
- Merma de los sentidos del gusto y el olfato
- Envejecimiento prematuro de la piel de la cara
- Mal aliento
- Color amarillento de dedos y dientes
- Tos y expectoraciones, sobre todo matutinas
Riesgos:
El tabaquismo es considerado como la principal causa prevenible de enfermedad y muerte prematura. La investigación lo ha asociado con un número considerable de enfermedades, por lo que la reducción del consumo de tabaco se ha convertido en uno de los principales desafíos.
Riesgos psicológicos:
- Dependencia psicológica
- Reacciones de ansiedad y depresión ligadas a la dificultad para dejar el tabaco
Riesgos orgánicos. De los múltiples riesgos sanitarios demostrados resaltamos:
- Faringitis y laringitis
- Dificultades respiratorias
- Tos y expectoraciones
- Disminución de la capacidad pulmonar
- Úlcera gástrica
- Cáncer pulmonar
- Cáncer de boca, laringe, esófago, riñón y vejiga
- Bronquitis y enfisema pulmonar
- Cardiopatías: infartos de miocardio y anginas de pecho
El tabaquismo, o dependencia del tabaco, es difícil de superar aún cuando el fumador se encuentre motivado para ello. Al dejar de fumar es habitual la aparición del síndrome de abstinencia, cuyos síntomas más frecuentes son: ansiedad, irritabilidad, insomnio, dolor de cabeza, fatiga, aumento del apetito, dificultad de concentración, etc. Este síndrome, que aparece a las pocas horas de terminar el último cigarrillo, puede durar de siete a diez
Curiosidades:
- A los 50 años un fumador tiene la capacidad respiratoria de un no-fumador a los 75 años.
- La adicción a la nicotina se establece a partir del consumo de 10 cigarrillos al día.
- De cada 3 fumadores, 2 quieren dejar de fumar y no pueden.
- En España, cada día 9.000 personas intentan dejar de fumar; sólo 300 siguen abstinentes al cabo de un año.
- Cada año mueren en España 46.000 personas a causa del tabaco.
- La edad media de inicio en el consumo para los estudiantes españoles se sitúa en los días. El deseo de encender un cigarrillo puede mantenerse durante años. 13,1 años, y sube a los 14,4 años para el consumo diario.
Algunos datos:
El tabaco es, tras el alcohol, la segunda droga más consumida por los españoles. El 68,2% de los ciudadanos de 15 a 64 años ha probado el tabaco en alguna ocasión, y el 35,6% fuma a diario, según una encuesta de 2001 del Plan Nacional sobre Drogas. El tabaco es la sustancia que despierta una mayor fidelidad entre sus usuarios.
Aunque entre la población general fuman diariamente más los hombres (40,7%) que las mujeres (30,5%), esta relación se invierte en los más jóvenes. Una encuesta de 2002 del Plan Nacional sobre Drogas a estudiantes de 14 a 18 años arroja datos interesantes sobre su consumo de tabaco:
Aunque el consumo es elevado, la tendencia en los últimos años es descendente. La cantidad de cigarrillos consumidos es, en general, reducida: la media es de 7,4 cigarrillos /día.
El consumo de tabaco entre las chicas supera al de los chicos, tanto para quienes se han limitado a probarlo (37,3% de las chicas y 28,0% de los chicos), como para quienes lo consumen de manera habitual (el mes previo a la encuesta había fumado el 33,1% de las chicas y el 24,2% de los chicos).
CANNABIS
El cannabis es la droga ilegal más consumida en la Unión Europea. Una encuesta del Plan Nacional sobre Drogas a población entre 15 y 64 años concluye que el 6,8% lo había consumido durante el mes previo a la consulta.
Al consumirse fumado, es fácilmente absorbido por los pulmones, por lo que llega al cerebro con rapidez. En pocos minutos empiezan a manifestarse sus efectos, que pueden durar entre dos y tres horas.
Los riesgos asociados al consumo de derivados del cannabis se explican tanto por las peculiaridades de su principal principio activo, el THC, como por el hecho de que se consuma habitualmente fumado.
El cannabis es una planta con cuya resina, hojas y flores se elaboran las sustancias psicoactivas ilegales más empleadas: hachís y marihuana. Su consumo, como el de la mayoría de las drogas de origen botánico, ha acompañado a la humanidad desde tiempos inmemoriales, siendo usada con fines religiosos, medicinales y lúdicos. También se ha empleado para elaborar fibras textiles. Con el avance del cristianismo, su uso quedó restringido a determinadas zonas de Asia y África.
En Europa fue redescubierto para uso fundamentalmente lúdico por parte de escritores y artistas como Baudelaire o Delacroix, integrantes del denominado Club des hachishiens. Junto con los alucinógenos, los derivados del cannabis fueron las drogas elegidas por el movimiento hippie de los años sesenta y, en general, por los movimientos contraculturales y psicodélicos. La planta es conocida en botánica como Cannabis sativa y sus efectos psicoactivos son debidos a uno de sus principios activos: el tetrahidrocannabinol, cuyas siglas son THC.
Sus derivados más consumidos actualmente son el hachís y la marihuana. En España se consume principalmente hachís, procedente en su mayoría de los cultivos del norte de Marruecos, del valle de Ketama, en la región del Rif. El hachís se elabora a partir de la resina almacenada en las flores de la planta hembra, prensada hasta formar una pasta compacta de color marrón cuyo aspecto recuerda al chocolate. Su concentración de THC es superior a la de la marihuana, por lo que su toxicidad potencial es mayor.
La marihuana se elabora a partir de la trituración de flores, hojas y tallos secos. Ambos preparados se consumen fumados en un cigarrillo liado con tabaco rubio, cuyas denominaciones más usuales son: porro, canuto, peta, joint…
El hábito de fumar porros ha crecido en toda Europa, pero además se ha agravado el modelo de consumo: quienes lo toman encienden un cigarrillo con mayor frecuencia que hace años y éste es más potente, ya que contiene una mayor concentración de THC. De hecho, en España, los análisis realizados por el Instituto Nacional de Toxicología revelan un aumento de las concentraciones de THC. Así, en 1994 se describía una concentración media que oscilaba entre el 4 y el 7 por ciento; en 1998, entre el 8 y el 10 por ciento, y en 2000, entre el 10 y el 14 por ciento. Este último estudio se realizó sobre 2.929 muestras.
Efectos
Al consumirse fumado, es fácilmente absorbido por los pulmones, por lo que llega al cerebro con rapidez. En pocos minutos empiezan a manifestarse sus efectos, que pueden durar entre dos y tres horas.
Efectos psicológicos: Inevitablemente, se entremezclan reacciones buscadas por el consumidor con respuestas indeseadas. Los efectos más frecuentes son:
- Relajación
- Desinhibición
- Hilaridad
- Sensación de lentitud en el paso del tiempo
- Somnolencia
- Alteraciones sensoriales
- Dificultad en el ejercicio de funciones complejas:
• Expresarse con claridad
• Memoria inmediata
• Capacidad de concentración
• Procesos de aprendizaje
Efectos fisiológicos: Tras el consumo de cannabis pueden darse diversas reacciones orgánicas, las más frecuentes de las cuales son las siguientes:
- Aumento del apetito
- Sequedad de la boca
- Ojos brillantes y enrojecidos
- Taquicardia
- Sudoración
- Somnolencia
- Descoordinación de movimientos
Riesgos
Los riesgos asociados al consumo de derivados del cannabis se explican tanto por las peculiaridades de su principal principio activo, el THC, como por el hecho de que se consuma habitualmente fumado.
En el plano psicológico: El THC es particularmente soluble en aceite, por lo que tiende a concentrarse en los tejidos grasos del organismo, como es el caso del cerebro. Tiene una vida media de una semana, por lo que a los siete días de su consumo aún se mantiene en el cuerpo el 50% del principio activo, favoreciendo su acumulación cuando el consumo es regular. Debido a este proceso existen riesgos:
-El consumo diario de hachís puede ralentizar el funcionamiento psicológico del usuario, entorpeciendo las funciones relacionadas con el aprendizaje, la concentración y la memoria.
- Otro tanto cabe decir de la ejecución de tareas complejas que requieran lucidez mental y coordinación psicomotora, como pueden ser conducir un vehículo a motor, tomar decisiones o subir a un andamio.
- Pueden darse reacciones agudas de pánico y ansiedad.
- En personas predispuestas, puede favorecer el desencadenamiento de trastornos psiquiátricos de tipo esquizofrénico.
En el plano orgánico: Los derivados del cannabis se consumen fumados, con una pauta de inhalación profunda, sin filtro, con retención pulmonar del humo y apurando el cigarrillo al máximo. Por ello, su uso habitual multiplica los riesgos asociados al consumo de tabaco, favoreciendo la aparición de los siguientes problemas:
- Respiratorios: tos crónica y bronquitis en consumidores habituales de dosis elevadas.
- Cardiovasculares: empeoramiento de síntomas en personas que padezcan hipertensión o insuficiencia cardiaca.
- Frecuentemente, el hachís se consume con alcohol, con lo que los efectos se multiplican y aumenta el riesgo de lipotimias.
¿Existe el "porro terapéutico"?
Hoy se estudia la utilidad terapéutica del cannabis para tratar el glaucoma, contra los vómitos en pacientes de cáncer sometidos a quimioterapia y contra la pérdida de apetito de enfermos de sida. Esto no debe confundirnos: aún no se ha demostrado que tenga ventajas sobre medicamentos ya existentes. Además, el cannabis plantea un problema importante: a medida que se repite la administración de la sustancia disminuyen sus efectos terapéuticos. En todo caso, si las investigaciones confirmaran una aplicación terapéutica, el médico no recetaría cannabis fumado, sino pastillas, jarabes... de compuestos sintéticos derivados de la planta para evitar así los efectos negativos del porro.
Algunos datos
El cannabis es la droga ilegal más consumida en la Unión Europea. Una encuesta del Plan Nacional sobre Drogas a población entre 15 y 64 años concluye que el 6,8% lo había consumido durante el mes previo a la consulta.
Aunque, en general, en el consumo de drogas ilegales la proporción de hombres es superior a la de mujeres, en el caso del cannabis esa diferencia se va acortando.
Entre los estudiantes de 14 a 18 años, el consumo más o menos regular (último mes) es del 19,3% entre las chicas y del 25,0% entre los chicos. Para este colectivo, la edad de inicio se sitúa en los 14,7 años.
El 46,4% de los estudiantes consumidores de cannabis afirma haber sufrido problemas como pérdida de memoria, tristeza, apatía, dificultad para estudiar... Del total de personas tratadas en 2001 por problemas relacionados con el consumo de drogas, el 7,4% lo fue por consumo de derivados del cannabis. La edad media de las personas tratadas era de 24 años.
COCAÍNA
La cocaína se consume fundamentalmente esnifada, mediante la aspiración nasal del polvo, colocado a modo de línea o raya, a través de un billete enrollado o una cánula. Su uso es, en gran medida, recreativo. Al igual que ocurre con las anfetaminas, es utilizada con frecuencia para aguantar sin dormir las noches de los fines de semana.
Durante años se dudó de la capacidad de la cocaína para provocar grandes daños entre los usuarios. De hecho, esta droga gozó de una imagen social muy positiva, ligada al éxito y a la diversión. No obstante, tras un periodo de silencio clínico, las consecuencias van apareciendo y se traducen en un aumento de las personas en tratamiento y del número de urgencias.
La cocaína procede de un arbusto cuya denominación botánica es Erytroxilon coca. Se cultiva, fundamentalmente, en los países del altiplano andino (Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú). Allí, desde hace siglos se mascan las hojas procedentes de la planta, para liberar así su principio activo y obtener sus beneficios. Las cantidades absorbidas de este modo son muy reducidas, por lo que apenas se registran consecuencias adversas asociadas a esta forma secular de consumo.
Las culturas indígenas de los países productores usaban la coca con carácter ritual y por sus propiedades energéticas, que les permitían realizar trabajos físicos de excepcional dureza sin cansarse en exceso. Las carencias alimenticias también eran resueltas gracias a que la coca quita el apetito.
Si este uso tradicional hubiera sido el único modo de consumir la coca, probablemente esta sustancia no tendría cabida en una web como ésta. Sin embargo, desde que se consiguió aislar su principio activo (a finales del siglo XIX), aparecieron otras formas de uso con un mayor potencial dañino.
Durante los primeros años del siglo XX, el principio activo de la coca se utilizó en la elaboración de tónicos como el vino Mariani y la propia Coca-cola.
La cocaína se consume fundamentalmente esnifada, mediante la aspiración nasal del polvo, colocado a modo de línea o raya, a través de un billete enrollado o una cánula. Su uso es, en gran medida, recreativo. Al igual que ocurre con las anfetaminas, es utilizada con frecuencia para aguantar sin dormir las noches de los fines de semana.
Efectos
Durante años se dudó de la capacidad de la cocaína para provocar grandes daños entre los usuarios. De hecho, esta droga gozó de una imagen social muy positiva, ligada al éxito y a la diversión. No obstante, tras un periodo de silencio clínico, las consecuencias van desapareciendo y se traducen en un aumento de las personas en tratamiento y número de urgencias.
La cocaína es una droga psicoestimulante, consumida generalmente por inhalación (esnifado, en el argot callejero). Su fácil absorción ha ce que llegue rápido al cerebro, provocando unos efectos que aparecen a los pocos minutos del consumo.
Efectos psicológicos. Son los siguientes:
- Euforia
- Locuacidad
- Aumento de la sociabilidad
- Aceleración mental
- Hiperactividad
- Deseo sexual aumentado en consumidores crónicos, a medida que desaparecen estos efectos sobreviene un estado de cansancio y apatía que puede inducir a repetir el consumo.
Efectos fisiológicos. Los más habituales son los siguientes:
- Disminución de la fatiga
- Reducción del sueño
- Inhibición del apetito
- Aumento de la presión arterial
Riesgos
Riesgos psicológicos:
- El consumo crónico y abusivo de cocaína puede provocar importantes trastornos psíquicos, similares a los provocados por las anfetaminas, tales como ideas paranoides y depresión.
- La dependencia psíquica de la cocaína es una de las más intensas provocadas por las drogas.
- La supresión del consumo tras un período prolongado, da lugar a un fenómeno de rebote, caracterizado por somnolencia, depresión, irritabilidad, letárgica, etc.
Riesgos orgánicos. Tanto por su incidencia en el cerebro como por la vía habitual de administración (esnifada), el consumo crónico de cocaína puede causar:
- Pérdida de apetito
- Insomnio
- Perforación del tabique nasal
- Patología respiratoria: sinusitis e irritación de la mucosa nasal
- Riesgo de infartos/hemorragias cerebrales
- Cardiopatía isquemia
Algunos datos
El consumo ha aumentado entre la población de 15 a 64 años. La cocaína es la segunda droga ilícita más consumida, tras el cannabis, según las encuestas del Plan Nacional sobre Drogas.
El mayor consumo habitual (consumo en el mes previo a la encuesta) se da en la población de 15 a 29 años, con un 4,2% de los chicos y un 1,0% de las chicas. Centrándonos en los estudiantes españoles de 14 a 18 años, encontramos que un 3,1% la consume habitualmente.
Curiosidades:
Están aumentando las personas que solicitan tratamiento por problemas relacionados con la cocaína. En 2001, las 9.367 personas que lo hicieron representan el 19% del total de personas que recibieron tratamiento por problemas con las drogas. La edad media de los admitidos a tratamiento ha aumentado entre 1991 y 2001: ha pasado de 26,6 a 29 años.
Sustancias como la heroína van perdiendo presencia en las urgencias, mientras que las emergencias relacionadas con la cocaína aumentan. De los 2.145 episodios de urgencias atendidos en 2001 por consumo de sustancias tóxicas, en el 44,4% de los casos se mencionaba el consumo de cocaína en la historia clínica.
DROGAS DE SÍNTESIS
Drogas de síntesis es el término científico para referirse a unas sustancias que, aunque existentes hace tiempo, se popularizaron en la última década del siglo XX bajo la equívoca denominación de drogas de diseño. Son sustancias producidas por síntesis química (sin componentes naturales, como ocurre con el hachís o el tabaco), fundamentalmente en laboratorios clandestinos de Holanda, Reino Unido, Polonia y la República Checa.
ÉXTASIS: Aunque son varias las sustancias englobadas en el término drogas de síntesis, vamos a referirnos a la más usual, la conocida como éxtasis o MDMA. Junto con otras sustancias de la misma familia química (Eva, píldora del amor, etc.), el éxtasis contribuyó a popularizar la química psicoactiva, abriendo un camino por el que después se colaron otras sustancias: ketamina, GHB, etc., las cuales, a pesar del tratamiento mediático recibido, no parecen estar teniendo especial arraigo en España.
El éxtasis fue investigado en la década de los cincuenta por el ejército norteamericano a la búsqueda de un fármaco que forzara a los prisioneros a declarar. Posteriormente, en plena ebullición de los movimientos contraculturales y psicodélicos, fue objeto de experimentación por algunos psicólogos y psiquiatras norteamericanos que pensaban que esta sustancia tenía capacidad para levantar algunas de las represiones de sus pacientes.
La década de los ochenta conoce un cierto auge de ésta y otras sustancias de síntesis. Los clubes de música house de Estados Unidos (Detroit, Chicago, etc.), Australia y Europa (Reino Unido, Holanda y Alemania en un primer momento, para extenderse después a prácticamente toda la Unión Europea) son el escenario desde mediados de los ochenta del consumo de estas drogas.
Con la entrada en el siglo XXI, su penetración parece haberse frenado e incluso se ve un retroceso en algunos lugares. En España, por ejemplo, la encuesta escolar de 2002 muestra un descenso del consumo entre los jóvenes de 14 a 18 años. Este hecho puede estar relacionado con el impacto que han tenido en la opinión pública las muertes vinculadas al éxtasis habidas en España.
Combinación de drogas
Cada droga tiene su mitología. En el caso de las drogas de síntesis, durante años se divulgó la idea de que sus consumidores se abstenían del consumo de otras drogas, limitándose a acompañar sus pastillas con cantidades generosas de agua. Esa conducta pudo ser cierta en los primeros momentos de uso elitista, pero cesó a medida que el consumo de pastillas se popularizó. Investigaciones españolas y europeas muestran cómo los consumidores de estas drogas las combinan con diversas sustancias: alcohol, tabaco, hachís y, en no pocas ocasiones, cocaína.
Efectos
Dan lugar a una experiencia mixta entre la estimulación y la percepción alterada, por lo que se las ha comparado con una mezcla de anfetaminas y un alucinógeno llamado mescalina. Al consumirse en forma de pastillas, su absorción en el aparato digestivo, de donde pasa al torrente sanguíneo, es más lenta que en el caso de otras vías de administración.
Efectos psicológicos. Cuando comenzó a derivarse al mercado negro, se planteó comercializarla con el nombre de empathy, finalmente desechado. Esa denominación refleja cuáles son sus principales efectos:
- Empatía
- Sociabilidad
- Euforia
- Incremento de la autoestima
- Desinhibición
- Deseo sexual aumentado
- Locuacidad
- Inquietud
- Confusión
- Agobio
Efectos fisiológicos. Los efectos más frecuentes de estas drogas son:
- Taquicardia, arritmia e hipertensión
- Sequedad de boca
- Sudoración
- Contracción de la mandíbula
- Temblores
- Deshidratación
- Aumento de la temperatura corporal (hipertermia)
Riesgos
Casi todas las drogas son presentadas en el momento de su comercialización como compuestos completamente inofensivos. Ha sido el caso del tabaco, cuyo impacto sobre la salud pública sólo recientemente se reconoce como evidencia; fue también el caso de las anfetaminas, usadas en otros tiempos por estudiantes o camioneros; y es también el caso del éxtasis, defendido por sus promotores como sustancia sin ningún tipo de riesgo. Sin embargo, la investigación aún incipiente ha permitido perfilar algunos riesgos:
Riesgos psicológicos. Los más severos son:
- Crisis de ansiedad
- Trastornos depresivos
- Alteraciones psicóticas
Riesgos orgánicos. Se asocian al contexto en que se suele consumir el éxtasis, ambientes caldeados en los que se baila intensamente:
- Aumento severo de la temperatura corporal (hipertermia maligna, conocida como golpe de calor)
- Arritmia
- Convulsiones
- Insuficiencia renal
- Rabdomiólisis
- Coagulopatía
- Hemorragias, trombosis e infartos cerebrales
- Insuficiencia hepática
Se investiga actualmente la capacidad del éxtasis para provocar en humanos la neurotoxicidad detectada en animales de laboratorio, habiendo evidencias respecto a su impacto negativo sobre la memoria.
El consumo de éxtasis ya se ha cobrado vidas en España. A lo largo de una década, se ha detectado la presencia de esta sustancia en, al menos, 140 fallecidos, 38 de los cuales no habían combinado esta droga con ninguna otra.
Algunos datos
El 4,2% de los españoles de 15 a 64 años declara haber probado pastillas al menos una vez, según las conclusiones de una encuesta del Plan Nacional sobre Drogas realizada en 2001. Las drogas de síntesis han consolidado su presencia en determinados lugares de diversión de los jóvenes españoles las noches de los fines de semana. Tras un primer momento de lanzamiento y consiguiente auge, el consumo de estas sustancias se fue estabilizando durante los años noventa. En los últimos años, sin embargo, ha descendido el consumo.
De hecho, si nos centramos en los estudiantes españoles de 14 a 18 años, los datos muestran que el consumo habitual de éxtasis cayó del 2,5% al 1,7% entre 2000 y 2002. Como media, este colectivo de estudiantes comienza a experimentar con éxtasis a los 15,4 años.
ANFETAMINAS
Estos psicoestimulantes producidos sintéticamente en laboratorios químicos a finales del siglo XIX tuvieron distintos usos, entre los que cabe destacar su profusa utilización en los conflictos bélicos europeos para vencer el cansancio de los soldados y mejorar su rendimiento en las batallas. Se dice que los kamikazes del ejército japonés ingerían dosis elevadas de anfetaminas antes de estrellar sus aviones contra objetivos militares.
Su uso médico ha sido variado. Hoy, las anfetaminas están indicadas para el tratamiento de diversos trastornos, entre los que cabe citar:
- Narcolepsia, o forma severa de somnolencia diurna.
- Hiperactividad infantil, respecto a la que actúa con un efecto paradójico.
Aunque pueden presentarse de otro modo, su consumo habitual se produce en forma de pastillas o comprimidos. A menudo se añaden a la composición de las drogas de síntesis, como el éxtasis.
Hasta que en 1983 se reguló su venta en farmacias, el consumo de anfetaminas fue muy importante en nuestro país, particularmente entre los estudiantes que intentaban aguantar sin dormir las noches de estudio, camioneros que hacían largas travesías, personas que deseaban adelgazar y amas de casa a quienes sobrecargaban las tareas del hogar.
En la actualidad, las anfetaminas con destino al mercado negro se producen en laboratorios químicos clandestinos.
Una de las anfetaminas más frecuente en el mundo de las drogas ilícitas es el sulfato de anfetamina, conocido en lenguaje callejero como speed (del inglés velocidad). Generalmente se presenta en forma de polvo y se consume por inhalación, como la cocaína, con la que comparte los riesgos asociados a esta vía de administración (daños sobre la mucosa nasal, etc.). El speed también puede presentarse, como el resto de las anfetaminas, en forma de comprimido.
Efectos
Los efectos provocados por el consumo de anfetaminas recuerdan en gran medida a los producidos por la cocaína.
Efectos psicológicos. Entre los más frecuentes se encuentran:
- Agitación
- Euforia
- Incremento de autoestima
- Sentimientos de grandiosidad
- Verborrea
- Alerta y vigilancia constantes
- Agresividad
Efectos fisiológicos. Los efectos sobre el organismo del consumidor son, en esencia:
- Falta de apetito
- Taquicardia
- Insomnio
- Sequedad de boca
- Sudoración
- Incremento de la tensión arterial
- Contracción de la mandíbula
Riesgos
Riesgos psicológicos. Su consumo crónico puede dar lugar a:
- Cuadros psicóticos similares a la esquizofrenia, con delirios persecutorios y alucinaciones
- Depresión reactiva
- Delirios paranoides
- Intensa dependencia psicológica
Riesgos orgánicos. Tras un consumo prolongado, además de un intenso agotamiento puede dar lugar a las siguientes alteraciones:
- Hipertensión
- Arritmia
- Colapso circulatorio
- Trastornos digestivos
INHALABLES
En general, el consumo de inhalables (disolventes, pegamentos y propelentes) suele reducirse a grupos de población en situación de marginalidad, siendo el tipo de consumidor, generalmente, un niño/adolescente de entre 8 y 14 años.
Los inhalables son sustancias que desprenden vapores a temperatura ambiente. La lista de sustancias puede llegar a ser ilimitada, existiendo ejemplos de inhalación de cualquier sustancia susceptible de serlo. Esto añade problemas de toxicidad y de identificación y control de la sustancia.
El componente fundamental de pegamentos y disolventes es el tolueno. Los propelentes más habituales de sprays y aerosoles son los hidrocarburos alogenados. Otras sustancias inhalables, pero que no son solventes, son el óxido nitroso y los nitritos.
De este modo, los productos más frecuentes consumidos incluyen, entre otros: pegamentos y colas, sprays y pinturas, y carburantes.
Normalmente se suelen utilizar estas sustancias en grupos de adolescentes del mismo sexo y suele cesar dicho consumo cuando aumenta la edad y se abandona el grupo. El producto suele meterse en una bolsa ajustando el orifico a la boca y nariz para aspirar los vapores desprendidos.
Riesgos
El consumo de estas sustancias tiene unas importantes y graves consecuencias para la salud, dada la alta toxicidad de sus componentes químicos.
La intoxicación aguda es similar a la embriaguez alcohólica, habiendo una primera fase de estimulación con euforia, sociabilidad, alucinaciones y trastornos de conducta que se acompañan de lacrimeo, rinorrea e irritación de las vías respiratorias.
El policonsumo con alcohol u otras drogas es muy peligroso, pudiendo provocar una grave depresión con confusión, alteraciones en la visión, pérdida de autocontrol e incluso alteraciones del estado de conciencia, convulsiones, estupor y coma. Desgraciadamente, puede producirse la muerte por causas cardiacas, por asfixia o por accidentes producidos bajo los efectos de la droga. Estas sustancias tienen también consecuencias crónicas, entre las cuales cabe destacar el deterioro facial y perioral, secuelas neurológicas y psiquiátricas, alteraciones en la vista, etc.
PSICOFÁRMACOS
Son fármacos depresores del sistema nervioso central con una acción sedante.
En la actualidad tienen una especial importancia las benzodiazepinas, que son el grupo de fármacos hipnótico-sedantes más utilizado. El uso de barbitúricos y de otros depresores del sistema nervioso central ha decaído notablemente
La introducción de las benzodiazepinas se produce en la década de los 60, extendiéndose su uso para el tratamiento de la ansiedad, el insomnio, la epilepsia y otros trastornos (ataques de pánico, abstinencia alcohólica, distonías, etc).
Efectos
Estos fármacos tienen acción sedante y, a dosis altas, todas las benzodiazepinas inducen el sueño, es decir, tienen acción hipnótica. A bajas dosis todas ellas pueden causar sedación diurna. Las benzodiazepinas suelen clasificarse según su vida media: de larga duración, de acción intermedia, de acción corta y de acción ultracorta.
Efectos psicológicos:
- Disminución de la ansiedad
- Desinhibición
- Sedación
- Somnoliencia
- Sueño
Efectos fisiológicos: Actúan sobre el sistema nervioso central provocando una sedación que va aumentando en función, fundamentalmente, de la cantidad consumida. Se absorben por vía oral, se metabolizan en el hígado y se eliminan fundamentalmente por la orina.
Riesgos
Los efectos de la intoxicación aparecen poco tiempo después de haber consumido estos fármacos, produciéndose progresivamente una disminución del nivel de conciencia y pudiéndose llegar al estupor, el coma y la muerte en los casos más graves. Inicialmente se presenta torpeza en la ejecución de tareas motoras, marcha inestable, disartria, somnolencia, etc. Pueden aparecer también alteraciones de la memoria.
Las benzodiazepinas potencian los efectos de cualquier otro depresor del sistema nervioso central (por ejemplo, el alcohol). Estas sustancias pueden desarrollar dependencia. Hay factores que están relacionados con una mayor probabilidad de generar dependencia; entre ellos cabe mencionar el consumo prolongado de dosis altas, factores de personalidad, el consumo de alcohol, etc
La sintomatología de abstinencia puede revestir diferentes grados de gravedad dependiendo, entre otros, de factores como la dosis y el tiempo que se haya estado consumiendo la sustancia. El cuadro típico más frecuente se caracteriza por insomnio, temblor, irritabilidad, inquietud, agitación y ataques de pánico. Puede haber también alteraciones cognitivas de la percepción y somáticas. En los casos más graves pueden producirse crisis convulsivas. Los síntomas pueden durar de diez días a varias semanas.
Algunos datos
La automedicación con este tipo de fármacos está bastante extendida entre la población adulta como consecuencia, en algunos casos, de una prescripción médica inicial.
También existen grupos de drogodependientes (heroinómanos, personas que toman psicoestimulantes...) que consumen hipnóticos sedantes de manera compulsiva.
Es importante que se realice un manejo adecuado de estos fármacos para evitar la aparición de dependencia, tolerancia y síntomas indeseables cuando se abandona el consumo. Por ello es necesario un uso clínico adecuado, con seguimiento del médico y sin olvidar la utilización de otras medidas higiénicas y no farmacológicas, como es el caso de la psicoterapia.
HEROÍNA
Se conoce con el nombre de opiáceos a una familia de sustancias que tienen en común su emparentamiento con el opio, bien porque derivan de él, como es el caso de la morfina, bien porque se elaboran mediante síntesis química a partir de la propia morfina, como es el caso de la heroína (químicamente diacetilmorfina).
El opio se extrae de las cápsulas de una planta conocida en botánica como Papaver somniferum. Es utilizado por la humanidad desde la Antigüedad, existiendo referencias de su consumo que datan de 4000 años antes de Cristo.
El opio se consumió por vía fumada en diversas zonas de Asia, aunque su gran poder nace a partir del aislamiento de sus diversos alcaloides. Es el caso, por ejemplo, de la morfina, un potente analgésico obtenido a partir del opio, aislado por químicos alemanes en 1806, y utilizado profusamente en la actualidad en contextos médicos. Debe su nombre a Morfeo, dios griego del sueño.
La heroína, conocida como caballo en el argot callejero, ha acaparado durante décadas los titulares de los medios de comunicación de España y la atención de la ciudadanía. En 1973 irrumpió en contextos universitarios españoles, para ir poco a poco extendiéndose hacia colectivos sociales diversos, hasta acabar limitada a ambientes sociales marginales.
En la actualidad es una droga en desuso, sin atractivo para los jóvenes, que no se interesan por ella. Es objeto de consumo por parte de heroinómanos veteranos, con edades en torno a los treinta años, en situación de elevado deterioro orgánico, psicológico y social.
La heroína fue sintetizada a finales del siglo XIX por la industria farmacéutica Bayer, en busca de un fármaco que tuviera la capacidad analgésica de la morfina, pero sin su potencial adictivo. Se utilizó inicialmente como terapia frente a la morfinomanía, aunque este uso pronto se abandonó al no mostrar los resultados deseados.
Como ocurre con casi todas las drogas, fue también la contracultura norteamericana la que contribuyó a ensalzar sus efectos, y el estilo de vida característico del yonqui, término actualmente despectivo que dio título en 1959 a la novela del escritor beat William Burroughs.
Aunque hasta mediados de la década de los noventa la vía habitual de consumo era la inyectada, en la actualidad, como consecuencia de la propagación del virus de inmunodeficiencia humana responsable del sida y de otras muchas infecciones, se ha generalizado la vía fumada (hacerse un chino, en el argot callejero).
El cultivo actual del opio a partir del cual se elabora la heroína que llega a España y al resto de Europa procede del llamado Triángulo de Oro, formado por Laos, Tailandia y Birmania. También Afganistán, Pakistán, Irán y Turquía son países productores.
Efectos
Durante el primer tiempo de consumo, los efectos principales de la administración de heroína son los siguientes:
Efectos psicológicos:
- Euforia
- Sensación de bienestar
- Placer (como un orgasmo, en descripción de consumidores)
Efectos fisiológicos:
- Analgesia: falta de sensibilidad al dolor
- En los primeros consumos no son raras las náuseas y vómitos
- Inhibición del apetito
Riesgos
Es probablemente, junto con el alcohol, la droga mejor conocida entre nosotros. Esto se debe a que la mayor parte de las personas en tratamiento por problemas asociados al consumo de drogas ilícitas han sido, hasta ahora, consumidores de heroína. Sus riesgos más frecuentes son los siguientes:
Riesgos psicológicos:
- Alteraciones de la personalidad
- Alteraciones cognitivas, como problemas de memoria
- Trastorno de ansiedad y depresión
- Dependencia psicológica, que hace que la vida del consumidor gire obsesivamente en torno a la sustancia
Riesgos orgánicos:
- Adelgazamiento
- Estreñimiento
- Caries
- Anemia
- Insomnio
- Inhibición del deseo sexual
- Pérdida de la menstruación
- Infecciones diversas (hepatitis, endocarditis, etc.) asociadas a las condiciones higiénico-sanitarias en que tiene lugar el consumo y al estilo de vida del consumidor
El consumo habitual de heroína genera tolerancia con rapidez, por lo que el consumidor necesita ir aumentando la dosis para experimentar los mismos efectos. Ello explica el riesgo de sobredosis tras un período de abstinencia.
La heroína genera una elevada dependencia, acompañada de un desagradable síndrome de abstinencia (el mono) si se suspende el consumo o se administran dosis inferiores a aquellas a las que el organismo se ha habituado. El síndrome de abstinencia se caracteriza por síntomas como: lacrimeo, sudoración, rinorrea, insomnio, náuseas y vómitos, diarrea, fiebre, dolores musculares…, acompañados de una fuerte ansiedad.
Algunos datos
El consumo de heroína es en la actualidad absolutamente minoritario y desde mediados de la década de los noventa experimenta una clara tendencia descendente. Este proceso está confirmado por en el envejecimiento progresivo de la población heroinómana que contacta con el sistema sanitario.
Hoy en día, sólo seis de cada mil españoles se interesan por probar esta droga, siendo una proporción aún menor quienes la consumen de manera regular.
A pesar de su bajo consumo actual, continúa siendo la droga que más trabajo da a los recursos de asistencia a drogodependientes, por tratarse de un colectivo de usuarios crónicos con variadas patologías y carencias sociales. En el año 2001, el 68,3% de las personas admitidas a tratamiento lo fueron por su dependencia a la heroína.
Con respecto a los años anteriores, se observa una disminución importante de las urgencias donde se menciona la heroína: 61,4% en 1996; 40,5% en 2000, y 33,5% en 2001.
OTRAS SUSTANCIAS
El éxtasis (MDMA) es la droga de síntesis más extendida en España. No obstante, hay otras que han aparecido de manera muy tímida en el mercado ilegal del país. El GHB es una sustancia depresora del sistema nervioso central que ha sido empleada médicamente pero que en los últimos tiempos se ha introducido en el mercado ilícito del consumo de drogas. La fenciclidina, polvo de ángel o PCP, se comenzó a fabricar en los años 50 como anestésico intravenoso. La ketamina es un anestésico disociativo y actúa creando en el consumidor la sensación de estar fuera de sí mismo. Los poppers son unas drogas recreativas compuestas por nitrito de amilo en la mayor parte de los casos, pero también por otros nitritos, como nitrito de butilo o nitrito de isobutilo.
Las siguientes sustancias han aparecido de manera muy tímida en el mercado ilegal español, pero conviene conocer su naturaleza y riesgos para prevenir sus daños.
GHB
El GHB es una sustancia depresora del sistema nervioso central que ha sido empleada médicamente pero que en los últimos tiempos se ha introducido en el mercado ilícito del consumo de drogas, donde circula en pequeños botes transparentes. En el argot se le suele denominar éxtasis líquido. Aunque suele creerse que tiene unos efectos parecidos al MDMA, es fundamentalmente una droga depresora. No obstante, puede tener algún efecto psicodisléptico y estimulante.
Esta droga líquida se absorbe por vía oral, aunque se podría emplear por vía venosa (lo que eleva aún más el riesgo de sufrir problemas). Comienza su acción aproximadamente a los quince minutos de la administración. El efecto suele persistir entre 20 y 40 minutos.
El consumidor suele encontrarse sedado, con ligera euforia, aunque lo que busca es el aumento de la sociabilidad y el deseo de comunicación. No obstante, lo que puede aparecer paradójicamente es somnolencia, obnubilación, cefalea, confusión, etc. El GHB puede llegar a producir depresión respiratoria, así como delirio y alucinaciones.
En cuanto a los efectos más graves hay que tener en cuenta que no existe un antídoto, por lo que el tratamiento tendrá que ser sintomático, controlando las constantes y adecuando el tratamiento médico a los síntomas que el consumidor vaya presentando. El síndrome de abstinencia suele caracterizarse por un cuadro confusional, con temblores, insomnio y taquicardia. En los casos más graves puede haber delirios, agitación, ansiedad e incluso alucinaciones.
Polvo de ángel
La fenciclidina, polvo de ángel o PCP, se comenzó a fabricar en los años 50 como anestésico intravenoso.
A mediados de los años 60, se dejó de utilizar debido a que producía en los pacientes intervenidos agitación, estados de delirio y conductas irracionales.
Se trata de un polvo blanco, cristalino, que se disuelve fácilmente en agua o alcohol. Tiene un sabor amargo distintivo y se puede mezclar con facilidad con colorantes.
Se presenta en forma de diversas clases de tabletas, cápsulas y polvos de colores. Por lo general, se usa inhalada, fumada o ingerida.
Los efectos del PCP en el cerebro bloquean la habilidad del usuario para concentrarse, pensar de forma lógica y articular. Ocurren cambios dramáticos en la percepción, los pensamientos y el estado de ánimo. Algunos usuarios experimentan una euforia de leve a intensa, mientras que otros se sienten amenazados por el miedo, la ansiedad o el pánico.
Las personas que usan PCP de forma crónica tienen pérdida de memoria, dificultad para hablar y pensar, depresión y pérdida de peso. Estos síntomas pueden persistir hasta un año después de dejar de usar PCP. También pueden aparecer trastornos emocionales.
El PCP interacciona con otros depresores del sistema nervioso central, como el alcohol y las benzodiazepinas, pudiendo incluso poner en peligro la vida.
Ketamina
La ketamina es un anestésico disociativo y actúa creando en el consumidor la sensación de estar fuera de sí mismo.
Sintetizada en 1962, se utiliza desde los años 70 en medicina y veterinaria para producir anestesia. Su presentación farmacéutica es un líquido inyectable. En la calle se puede encontrar como líquido, polvo, cristales, pastillas o cápsulas. Esta droga puede estar mezclada con cualquier cosa (efedrina, cafeína...).
Los efectos dependen de la composición, el contexto en que se consume, las características corporales de la persona y de la dosis, aunque se han constatado sobredosis aún con bajos consumos.
A dosis bajas los efectos se parecen a una borrachera por alcohol o sedantes, con pérdida de coordinación y dificultades para hablar y pensar, visión borrosa, etc.
Ya a dosis altas puede producirse un viaje psicodélico muy fuerte, pudiendo aparecer delirios y pseudoalucinaciones, perdiéndose la noción de quién se es y de dónde y con quién se está, con pérdidas de la noción del tiempo y del reconocimiento de lo que pasa alrededor. Algunas personas se ven fuera de su cuerpo o piensan que han muerto o se van a morir.
Es, por tanto, una sustancia muy peligrosa. Puede provocar depresión respiratoria, paro cardíaco, trastornos de ansiedad, paranoias y su consumo de forma continuada, problemas de memoria, concentración y deterioro de otras habilidades.
La Ketamina provoca una dependencia psicológica muy alta y una rápida tolerancia.
Como en otras sustancias, la mezcla con alcohol u otras drogas aumenta las posibilidades de perder el conocimiento, de sufrir una depresión respiratoria y un paro cardíaco. Mezclar ketamina con psicoestimulantes y/o alucinógenos puede provocar una reacción impredecible y muy peligrosa.
Poppers
Los poppers son unas drogas recreativas compuestas por nitrito de amilo en la mayor parte de los casos, pero también por otros nitritos, como nitrito de butilo o nitrito de isobutilo. Son líquidos incoloros e inodoros que se administran inhalados y que se presentan en botes de cristal. El nitrato de amilo es una sustancia muy volátil e inflamatoria y nunca ha de ser ingerida porque puede ser mortal.
Esta droga produce estimulación y vasodilatación, efectos que se perciben muy rápidamente. A los pocos segundos de la inhalación se produce una fuerte sensación de euforia, de ligereza, deseo sexual, etc. Los efectos desaparecen enseguida, produciéndose de forma posterior depresión y agotamiento.
Los efectos adversos que se producen con esta sustancia son: enrojecimiento de la cara y cuello, cefalea, náuseas y vómitos, taquicardia e hipotensión ortostática. El popper crea tolerancia y una considerable dependencia física, lo que unido a la breve duración de sus efectos buscados, lo convierte en una droga peligrosa, con un elevado riesgo de intoxicación por sobredosis.
7. ¿POR QUÉ SE CONSUME?
No existe una causa concreta que explique por qué una persona comienza a consumir drogas. Parece más adecuado hablar de la existencia de diversas condiciones que se combinan y favorecen este proceso. Los factores de riesgo que facilitan el consumo son los siguientes:
FACTORES DE RIESGO
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Curiosidad por experimentar: una característica natural y deseable de la adolescencia que es preciso educar para que se convierta en una fuente de maduración e impedir que se concentre en situaciones de riesgo.
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Presión del grupo de iguales: las amistades ejercen una presión que facilita la adopción de determinadas señas de identidad (forma de vestir, música, etc.), pero que también puede llevar al inicio en el consumo de drogas.
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Búsqueda de placer: el consumo de drogas ha estado siempre vinculado al deseo de desconectar de las exigencias más agobiantes de la realidad, en un intento de disfrutar al máximo del tiempo de ocio. Si en la infancia y la adolescencia no se aprenden otras formas de diversión, las drogas pueden ocupar un lugar estelar.
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Control familiar inconsistente. Cuando las normas familiares son excesivamente rígidas, relajadas o variables, a los niños y adolescentes se les hace difícil la interiorización de unas pautas de comportamiento claras, por lo que su socialización fuera de la familia se verá afectada.
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Disponibilidad de drogas. Si en el medio en que el adolescente vive su tiempo de ocio existe una presencia notable de drogas, el inicio en el consumo resulta favorecido.
TAMBIÉN EXISTEN FACTORES DE PROTECCIÓN
Se ha identificado un número amplio de factores que disminuyen la probabilidad de que una persona se adentre en consumos de drogas. Algunos de ellos tienen que ver con cambios culturales y legislativos de nuestra sociedad (eliminar la publicidad de bebidas alcohólicas y tabaco, aumentar el precio, cumplir rigurosamente las leyes que prohíben su venta a menores, generalizar la prevención en la escuela, etc.). Otros factores de protección tienen que ver con características del propio sujeto, que a lo largo de su vida se ve en la tesitura de tomar la decisión de consumir o no drogas.
Algunos de estos factores son los siguientes:
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Canalizar positivamente la curiosidad del adolescente hacia actividades constructivas.
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Compartir con los adolescentes una información adecuada y veraz sobre las drogas y los riesgos asociados a su consumo, a fin de favorecer una toma de decisiones libre ante la previsible oferta de drogas de la que tarde o temprano serán objeto.
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Educar a niños y adolescentes en valores y actitudes de aprecio, respeto y responsabilidad para con la salud propia y la de la comunidad.
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Estimular la autoestima de niños y adolescentes, con objeto de reducir el riesgo de que se interesen por las drogas para apuntalar un amor propio frágil.
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Desarrollar habilidades sociales que les ayuden a comportarse con una aceptable autonomía en la relación con sus amigos, a neutralizar positivamente las presiones de sus compañeros hacia el consumo de drogas y, en su caso, a cambiar de ambiente.
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Promover una vivencia rica y diversa del tiempo libre que ayude al adolescente a encontrar satisfacciones que no
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pongan en peligro su desarrollo. Ayudarle a construir modos positivos de disfrutar el ocio a partir de las posibilidades del lugar donde vive.
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Favorecer un ejercicio razonable de la autoridad paterna que permita a los niños y adolescentes interiorizar unas normas aceptables de convivencia, y les ayuda ha tomar decisiones responsables aún cuando actúen movidos por la curiosidad y el placer.
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Reducir la presencia de las drogas en los lugares por los que se mueven los adolescentes.
¿QUÉ PUEDEN HACER LOS PADRES?
Las presiones al consumo de drogas crecen y parece cada vez más normal tomarlas, pero no lo es ni debe serlo. Los padres pueden hacer mucho para prevenir esta conducta.
La familia es el principal entorno protector frente al consumo de drogas, aunque también puede convertirse en un entorno de riesgo en condiciones adversas.
Hay una gran cantidad de elementos preventivos que pueden ser potenciados por los padres y que se convierten en los más importantes factores de protección para sus hijos. Veamos algunos de ellos:
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Los valores: En la familia se aprenden los principales valores del ser humano, aunque la escuela y el entorno también influyen. Si usted es padre o madre, no delegue en otros esta importante función. Dedique tiempo a sus hijos, transmítale los valores que para usted son importantes, y muestre coherencia entre lo que usted dice y lo que hace. Los niños, especialmente durante la adolescencia, son muy sensibles a las contradicciones en el decir y el hacer de los padres.
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La comunicación: hable con su hijo, manténgase al tanto de lo que hace, de sus gustos e inquietudes. Dedique un tiempo al día a hablar con él. Sólo con una buena comunicación con los hijos, en un clima de afecto, logrará usted crear vínculos fuertes que protejan a su hijo de influencias externas negativas.
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La supervisión parental: saber lo que sus hijos hacen, con quién, dónde están, etc., es uno de los más importantes factores de protección. ¿Sabía usted que el consumo adolescente de drogas tiene una gran relación con los horarios de vuelta a casa por la noche? Se ha demostrado que las posibilidades de que un adolescente se emborrache se multiplican si el regreso a casa se retrasa más allá de las doce de la noche. En concreto, los jóvenes de entre 14 y 18 años que salen durante las noches del fin de semana y llegan a casa después de medianoche multiplican por 2,5 veces la posibilidad de emborracharse en relación con los adolescentes que llegan antes de esa hora.
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El estilo educativo tiene una fuerte influencia en la aparición de problemas de conducta en los hijos. Se habla de tres patrones educativos:
• El autoritario, que impone normas pero no enseña, no educa.
• El estilo laissez-faire: ni impone ni educa, deja a los hijos máxima libertad en sus decisiones.
• Fomente hábitos de vida saludables, estimule a sus hijos para que realicen actividades positivas que les gratifiquen y que les sirvan para ocupar su tiempo libre en el futuro.
• Ayúdele a crearse una imagen positiva de sí mismo. Fíjese en sus virtudes y dígaselas; esto le ayudará a quererse, cuidarse, sentirse seguro de sí y ser menos vulnerable a las influencias externas negativas.
• El estilo positivo: establece normas y límites con el objetivo de que sean asimilados e interiorizados, es decir, que sean verdaderamente educativos. Estas normas y límites se adecuan a la edad y a la capacidad de tomar decisiones de cada hijo, tanto en su contenido como en la manera de imponerlas. Este estilo fomenta la autonomía. Para ejercerlo se necesita dedicar tiempo a estar, compartir y comunicarse con los hijos. Pero, ¡ojo!: comunicarse con los hijos no significa negociarlo todo con ellos. Habrá cosas que usted considerará no negociables.
8. ¿QUÉ DICE LA LEY?
Consumo de drogas ilegales. La Ley Orgánica 1/1992, de 21 de febrero, sobre Protección de la Seguridad Ciudadana, sanciona, principalmente con multas, el consumo en lugares públicos y la tenencia ilícita de drogas ilegales (aun cuando sea para el propio consumo), así como el abandono en dichos lugares de los instrumentos utilizados para el consumo de drogas. La misma ley, no obstante, prevé que no se ejecuten tales sanciones si el infractor se somete a un tratamiento de deshabituación.
Cultivo, elaboración y tráfico de drogas ilegales. El actual Código Penal castiga el cultivo, la elaboración y el tráfico ilegales de drogas tóxicas, estupefacientes y sustancias psicotrópicas, así como cualquier otra actividad que favorezca su consumo ilegal.
PENAS POR DELITOS DE CULTIVO, ELABORACIÓN
Y TRÁFICO ILÍCITO DE DROGAS
Drogas que causan grave daño a la salud | Otras drogas | |
Tipo básico | 3 años a 9 años multa del tanto al tripo | 1 año a 3 años multa del tanto al duplo |
Tipos agravados | 9 años y 1 día a 3 años y 6 meses multa del tanto al cuádruplo | 3 años y 1 día a 4 años y 6 meses multa del tanto al cuádruplo |
Tipos especialmente agravados | 13 años, 6 meses y 1 día a 20 años y 3 meses multa del tanto al séxtuplo | 4 años, 6 meses y 1 día a 6 años y 9 meses multa del tanto al séxtuplo |
* La cuantía de las multas se calculará según el valor final de la droga.
* Las penas del cuadro no contemplan circunstancias modificativas de la responsabilidad penal.
Blanqueo de capitales. El Código Penal también considera delito la adquisición, conversión o transmisión de bienes -si se conoce que su origen proviene de un delito de tráfico ilegal de drogas o de tráfico de precursores-, la realización de cualquier acto de ocultación o encubrimiento del origen ilícito de dichos bienes y la ayuda a los responsables del tráfico ilícito de drogas o de precursores a eludir las consecuencias legales de sus actos.
Precursores. El Código Penal castiga la fabricación, el transporte, la distribución y el comercio ilegales de los denominados precursores, sustancias químicas que se emplean en el cultivo, producción y fabricación de drogas. Relevancia penal del consumo. El Código Penal también contempla varias circunstancias eximentes de castigo para quienes hayan cometido los delitos ya mencionados: la intoxicación plena por consumo de estas sustancias y la comisión de un delito bajo la influencia del síndrome de abstinencia. Además, la norma establece como atenuante la actuación del responsable a causa de su grave adicción a las drogas. Por otro lado, el nuevo Código Penal permite suspender la ejecución de las penas privativas de libertad, cuando hayan sido impuestas por delitos cometidos a causa de la dependencia de las citadas sustancias, siempre que los penados se encuentren ya deshabituados o sometidos a tratamiento, o bien se sometan al mismo, y las citadas penas (tras la reforma legal introducida en 2003) no excedan de cinco años de duración. Además, tras las reformas de 2003, el Código Penal introduce la posibilidad de aplicar la libertad condicional a penados drogodependientes que hubieran cumplido únicamente la mitad de la pena impuesta, siempre que participen en programas de tratamiento o desintoxicación. También por primera vez, aparece un tipo penal privilegiado, con una notable reducción de la pena (que puede llegar hasta dos grados) aplicable en exclusiva a drogodependientes que hubieran cometido un delito de tráfico ilícito de drogas, o de precursores, siempre que estas personas se hubieran sometido con éxito a un tratamiento de desintoxicación, y la cantidad de las drogas objeto del delito no sea importante.
Tráfico. Conducir bajo los efectos de bebidas alcohólicas o de drogas ilegales es castigado por el Código Penal con medidas que pueden ir desde una multa hasta el ingreso en la cárcel.
DELEGACIÓN DEL GOBIERNO PARA EL PLAN NACIONAL SOBRE DROGAS
Es el organismo responsable de coordinar la política española sobre drogodependencias. Con él se puede contactar para obtener información especializada acerca del fenómeno de las drogodependencias, así como sobre los programas existentes en España en los distintos ámbitos de la vida social. Cuenta con el centro de documentación sobre drogodependencias más importante del país y con dos útiles páginas web.
Dirección: Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas
Calle Recoletos, 22
28071 Madrid
Puedes solicitar cualquier información personalizada y la ayuda que necesites a través de los siguientes teléfonos y correos electrónicos:
Teléfono: 902 16 15 15
Correos electrónicos: cendocu@pnd.mir.es
sindrogas@pnd.mir.es
PLAN AUTONÓMICO SOBRE DROGAS
Cada Gobierno Autónomo dispone de un organismo especializado en la intervención ante las drogodependencias. En él puede obtenerse información útil para conocer los diversos recursos existentes en cada Comunidad Autónoma.
Presentamos a continuación el directorio de las 17 Comunidades Autónomas y de las Ciudades de Ceuta y Melilla:
Comunidad Autónoma de Andalucía
Comisionado para la Droga. Cons. de AA SS
Héroes de Toledo, s/n
Edificio Junta de Andalucía 41006 Sevilla
Tfno: 900 84 50 40/ 955 04 83 26
LEGISLACIÓN SOBRE DROGAS EN ESPAÑA
La Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas ha recopilado toda la normativa vigente sobre el mismo y a través de su página web ofrece un compendio electrónico que se describe como:
una exhaustiva recopilación de la profusa y dispersa legislación española sobre drogas, teniendo en cuenta las distintas perspectivas existentes sobre este fenómeno social con el objeto de satisfacer la amplia demanda documental de esa naturaleza que en los últimos años ha surgido desde distintos ámbitos, profesionales o no, ya estén vinculados o no con el mundo del Derecho. La normativa que se recoge en este libro electrónico, que según la web se actualiza periódicamente, constituye el derecho positivo sobre drogas vigente en España. También incorpora un apartado de las legislaciones de las Comunidades Autónomas en materias directa o indirectamente relacionadas con el fenómeno de las drogas, otro apartado con la legislación internacional y otro con la legislación de la de la Unión Europea.
A las propias disposiciones normativas se añaden, además, otros textos, que no tienen en sí mismo valor normativo (por ejemplo: planes, recomendaciones, declaraciones, etc.), pero que sin embargo tienen influencia en la política legislativa sobre la materia. Para concluir, la recopilación se completará con un último apartado no normativo, pero que, por su interés para el conocimiento de la forma en cómo es interpretado y aplicado el derecho sobre drogas por los distintos operadores jurídicos, debe ser tenido en cuenta necesariamente. En este apartado se recoge una amplia recopilación de Circulares, Instrucciones y Consultas de la Fiscalía General del Estado, así como de aquellos organismos de la Administración General del Estado (Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Dirección General de la Policía, Dirección General de Farmacia y Productos Sanitarios, Dirección General de Instituciones Penitenciarias, Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales -A.E.A.T.-) con competencias en la materia. A su vez este apartado se completa con los informes parlamentarios de la Comisión Mixta Congreso-Senado para el Estudio del problema de la droga, dada la especial influencia que los trabajos de la misma han venido ejerciendo en la política sobre drogas en España desde su constitución en la IV Legislatura.
La tenencia de drogas lleva consigo una sanción administrativa en caso de que la cantidad de droga se utilice para el consumo, si fuera para tráfico la sanción sería judicial. Esta prohibido el consumo de las drogas ilegales (Heroínas, hachis, marihuana, cocaína, anfetaminas, psicotropicos, etc...) en la vía pública, considerado un delito contra la salud pública. La Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana considera como "infracción grave" el drogarse en la vía pública o dejar en ella los instrumentos utilizados para drogarse en caso de utilizarlos, al igual que la tenencia, las sanciones por drogas serán entre 300€ y 30.000 €. Es posible evitar la sanción económica si se demuestra durante el tiempo reglamentario, entre 6 meses y 1 año, que no se ha consumido droga, con controles periódicos de sangre u orina.
En cuanto al tráfico de drogas, el castigo depende de la cantidad de droga que se mueva, se suele considerar tráfico aquellas cantidades que superen los 100 gr. de hachís, o varios gramos de cocaína, sobre todo si se tienen racionados en dosis. Las penas son de cárcel por tráfico de drogas. Por supuesto la conducción de vehículos bajo los efectos de estupefacientes es ilegal, peligroso y una temeridad, castigado por la ley con multas económicas, retirada del carné e incluso arrestos. Recuerda, si bebes o te drogas, no conduzcas, por tu bien y el de los que te quieren.
9. PREVENCIÓN
Este apartado se refiere a un conjunto de políticas y programas que buscan una reducción del deseo de obtener y usar drogas ilegales y que se denominan globalmente con el término “reducción de la demanda”. Se incluyen en este tipo de estrategias los programas preventivos o educativos para disuadir a los usuarios, o potenciales usuarios, de experimentar con drogas ilegales o continuar usándolas, los programas de tratamiento dirigidos principalmente a facilitar la abstinencia, la reducción en la frecuencia o las dosis usadas, o los programas de sustitución (por ej. metadona), los programas que ofrecen educación o tratamiento como alternativas a la prisión. Se incluirían también dentro de este apartado la actuación sobre los factores de riesgo para reducir la influencia de los factores que contribuyen al consumo de drogas, tanto legales como ilegales, así como la actuación sobre los factores de protección basados en políticas de promoción de la salud.
La Estrategia Nacional sobre Drogas 2000-2008 considera la reducción de la demanda una de sus áreas específicas de intervención, comprendiendo dentro de ella: la prevención del consumo, la reducción de los daños, y la asistencia e integración social. En conjunto, y dentro de esa área, la Estrategia establece 35 objetivos a alcanzar durante el período de vigencia de la misma.
Por su parte, el Plan de Acción sobre Drogas 2005-2008, aprobado por el Ministerio de Sanidad y Consumo en marzo de 2005, incluye acciones que tienen que ver con la reducción de la demanda en dos de sus 6 ejes de trabajo: Prevención y sensibilización social (13 acciones) y Atención integral (18 acciones).
Finalmente, la Estrategia Europea en materia de lucha contra la droga (2005-2012), en el ámbito de la reducción de la demanda, tenderá al siguiente resultado concreto e identificable: “Reducción apreciable del consumo de drogas, de la dependencia y de los riesgos para la salud y la sociedad derivados de las drogas, mediante el desarrollo y la mejora de un sistema de reducción de la demanda global y basado en los conocimientos que incluya medidas para la prevención, la intervención rápida, el tratamiento, la reducción del daño, la rehabilitación y la reinserción social en los Estados miembros de la UE. Las medidas de reducción de la demanda deberán tener en cuenta los problemas relacionados con la salud y las pruebas sociales provocados por el consumo de sustancias psicoactivas ilícitas y de múltiples drogas en asociación con sustancias psicoactivas ilícitas, el tabaco, el alcohol y los medicamentos”.
FUNDACIÓN DE AYUDA A LA DROGADICCIÓN
QUÉ ES LA FAD
La Fundación de Ayuda contra la Drogadicción es una institución privada, sin ánimo de lucro, no confesional e independiente de toda filiación política, de carácter benéfico-asistencial, y dotada de status consultivo con categoría II ante el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas. La FAD, cuya Presidencia de Honor ostenta Su Majestad La Reina, tiene como misión fundamental la prevención de los consumos de drogas y sus consecuencias.
La FAD fue creada en 1986 con el respaldo de empresas, instituciones y profesionales, y desarrolla sus actividades en colaboración con otras organizaciones de la sociedad civil que entienden que los problemas de drogas requieren una respuesta solidaria, que debe articularse principalmente desde el ámbito de la prevención.
A lo largo de su historia, la FAD ha pretendido integrar la contribución de expertos de diferente perfil, para mantener una línea innovadora en sus estrategias y programas, y poder constituirse como un referente orientador y estimulador de otras propuestas.
Una de las características diferenciales de la FAD es su apuesta por prevenir los riesgos de las drogas a través de estrategias educativas, para lo que actúa de forma muy destacada en el ámbito de la educación formal e informal.
La FAD promueve la educación preventiva en todos los niveles -escuela, familia y comunidad-, buscando objetivos específicos relacionados con los consumos de drogas, y atendiendo, secundariamente, a otras conductas de riesgo psicosocial. Asimismo, mantiene líneas de investigación sobre las causas y consecuencias de los consumos de drogas, propuestas de formación de profesionales y mediadores, sobre todo utilizando nuevas tecnologías, y campañas de sensibilización y movilización sociales.
En estos momentos la FAD ocupa un espacio destacado como una organización líder y referente de las intervenciones en el sector, tanto en España como en América Latina, donde ha compartido su experiencia y su modelo de intervención con catorce países.
UN MODELO INTEGRAL DE INTERVENCIÓN
La FAD entiende que es de gran importancia preparar a los niños y niñas para que, cuando lleguen al momento de la toma de decisiones autónomas frente a la amplia y variada oferta que la realidad social presenta, puedan enfrentarlo desde mayores cotas de libertad y con menor vulnerabilidad. Por ello propone la educación preventiva como la acción fundamental de cara a las conductas de riesgo, y la etapa infantil como el momento idóneo para iniciar el proceso. El eslogan "La educación lo es todo" es el compendio, forzosamente simplificador, de la filosofía que la FAD quiere promover.
Los problemas de drogas rara vez se presentan de forma aislada, y ciertos factores personales, de relación con otras personas y socioculturales, pueden tener una incidencia decisiva. Por ello, la prevención no puede limitarse a advertir de los riesgos. Prevenir exige apoyar el desarrollo de las personas y de los grupos sociales, especialmente de los jóvenes, tratando de generar espacios de mayor libertad, entendiendo ésta como la capacidad de ser autónomos, de tener más opciones vitales y de ser capaces de organizar la propia vida.
La capacitación educativa desde la etapa infantil es clave, ya que es en el inicio de la vida cuando se crean las condiciones básicas para el desarrollo personal. La autoestima, el autocontrol, la empatía, el respeto al propio cuerpo, la tolerancia, etc., ayudan a manejar mejor los potenciales riesgos que inevitablemente se deberán enfrentar. Obviamente, sin que eso signifique descuidar el trabajo durante las etapas, básicamente la adolescencia y primera juventud, en las que se concentra la aparición de situaciones de riesgo.
La FAD aboga por un enfoque educativo de la prevención, entendiendo la educación como un proceso intencional que pretende mejorar a las personas y a los grupos a través de una estrategia global e integral, y actúa en todos los ámbitos en los que se concreta la acción de educar: familia, escuela y comunidad.
Por otro lado, la experiencia de estos años de trabajo nos viene demostrando que las acciones y programas construidos para prevenir los consumos de drogas y sus consecuencias también pueden ser indirectamente eficaces para prevenir otras conductas de riesgo como la violencia, la intolerancia, el racismo o el fracaso escolar, por razón de un origen común de los conflictos, ligado a fallos en el proceso educativo. Todo ello nos lleva a enfatizar la exigencia de reforzar los planteamientos educativos, y hacerlo a través de estrategias precoces.
Es obvio que estas acciones educativas son compatibles, y deben ser complementadas, con otros programas directamente enfocados a objetivos concretos: información sobre sustancias, consumos y consecuencias, promoción de la reflexión crítica en adolescentes, propuestas específicas para grupos de riesgo, etc.
Al tiempo, la Fundación considera necesario seguir trabajando en la capacitación de profesionales y mediadores, de todos aquéllos que están directa o indirectamente implicados en los múltiples aspectos de las tareas de prevención, para que aumente la eficacia de las acciones. En esa estrategia de formación se presta una especial atención a las nuevas tecnologías, no sólo para ampliar el impacto de las acciones sino para incorporar medios de comunicación novedosos a las fórmulas de diálogo preventivo.
Finalmente, consciente de que cualquier línea de intervención se desenvuelve en un contexto sociológico que la facilita o que la dificulta, y convencida de que los problemas de drogas exigen de una movilización colectiva, la FAD desarrolla toda una línea de comunicación, a través de múltiples fórmulas, destinada a sensibilizar a la sociedad, estimular su movilización, orientar el discurso social, etc.
En suma, la FAD es una institución firmemente comprometida con la prevención de los consumos de drogas, y pone sus habilidades y conocimientos técnicos, su experiencia y su capacidad de innovación al servicio de las personas y de la sociedad.
La FAD consta de programas preventivos para la escuela, la familia, la comunidad y el voluntariado juvenil.
CAMPAÑA PREVENTIVA PLAN NACIONAL DE DROGAS (2005)
CAMPAÑA DE PREVENCIÓN 2006
10. REHABILITACIÓN EN ANDALUCÍA
DEFINICION DE LOS RECURSOS ASISTENCIALES
Desde el inicio del I Plan Andaluz sobre Drogas, se desarrolla una red de recursos y programas coordinados entre sí y a su vez con la red sanitaria y de servicios sociales comunitarios, de manera que se establece un circuito asistencial capaz de atender las demandas directas de atención a las drogodependencias y problemas con los juegos de azar, asegurando la continuidad del proceso terapéutico en todas sus fases. Desde la aprobación del II Plan Andaluz sobre Drogas y Adicciones, se consolida, amplía y diversifica el sistema de atención de las drogodependencias y adicciones, caracterizándose por su cobertura universal y de acceso directo y gratuito, en la que se integran centros públicos y centros privados-concertados.
La puerta de entrada al circuito terapéutico se hace a través de los Centros de Tratamiento Ambulatorios, siendo por tanto el canal de acceso al resto de los recursos y programas disponibles en la red asistencial, como son las Unidades de Desintoxicación Hospitalaria, Comunidades Terapéuticas, Viviendas de Apoyo al Tratamiento, Viviendas de Apoyo a la Reinserción, Centros de Día y Centros de Encuentro y Acogida.
RECURSOS DE TRATAMIENTO DE LAS DROGODEPENDENCIAS Y ADICCIONES:
Centros de Tratamiento Ambulatorios Públicos:
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Centros Provinciales de Drogodependencias: son centros especializados en la atención a los problemas derivados de las drogas, constituyen el eje operativo del Plan Andaluz sobre Drogas y Adicciones en cada provincia, y además de tener funciones de atención ambulatoria a los drogodependientes que así lo solicitan, desarrollan actividades de información, prevención, programas de reinserción social y la coordinación técnica del Plan en su provincia. Debemos señalar por su singularidad a los Equipos de Apoyo a Instituciones Penitenciarias. Los Centros Provinciales son fruto de los Convenios formalizados entre la Junta de Andalucía y las Diputaciones Provinciales.
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Centros Comarcales de Drogodependencias, Centros Municipales de Drogodependencias y Servicios de Drogodependencias: realizan básicamente las mismas actuaciones de atención especializada que los Centros Provinciales de Drogodependencias en su demarcación territorial. Son fruto de Convenios con la Junta de Andalucía, bien directamente o través de las Diputaciones Provinciales.
Centros de Tratamientos Ambulatorios privados-concertados:
Desarrollan su actividad asistencial a través de convenios o conciertos con la Junta de Andalucía. Su titularidad pertenece a entidades privadas, todas ellas especializadas y acreditadas para la atención al drogodependiente. Atienden demandas de cualquier tipo de adicción, aunque algunos están especializados en adicciones concretas como el alcoholismo y el juego patológico.
DISPOSITIVOS DE APOYO:
Viviendas de Apoyo al Tratamiento:
Son unidades de alojamiento y convivencia ubicadas en edificios o zonas de viviendas normalizadas, destinadas a drogodependientes durante el inicio de su proceso terapéutico. Este recurso se ofertará cuando dichas personas carezcan de sistemas de relaciones y vinculación con el entorno. De esta manera, se posibilitará una alternativa adecuada a su situación con el objeto de que alcancen su integración familiar y social.
Centros de Encuentro y Acogida:
Son recursos desde los que se dan respuestas a las demandas de los drogodependientes en especial riesgo de exclusión, que no acceden a los dispositivos de tratamientos ordinarios. Estos recursos van dirigidos a personas con problemas derivados del abuso de drogas, que se encuentran en situación de grave marginalidad social, tienen deteriorada o en grave peligro su salud, representando una población de alto riesgo para sí mismos y para la comunidad y se mantienen al margen de las redes socio-sanitarias.
Unidades de Desintoxicación Hospitalarias:
Están integradas en hospitales y tienen la función de realizar desintoxicaciones en régimen de internado, cuando la patología asociada o las circunstancias psicosociales o familiares hacen difícil llevarla a cabo de forma ambulatoria. A las Unidades de Desintoxicación Públicas y Concertadas se accede gratuitamente, a través de los Centros de Tratamiento Ambulatorio, mediante el correspondiente Protocolo de Ingreso.
Comunidades Terapéuticas:
Son centros fundamentalmente de rehabilitación, aunque también realizan tratamientos de desintoxicación, deshabituación y tratamientos con sustitutivos (PTM), que hacen posible el tratamiento del drogodependiente en régimen de internado, es decir, aislado de su entorno social más próximo. A las de titularidad Pública y a las Concertadas se accede gratuitamente, según la indicación del equipo terapéutico del Centro de Tratamiento Ambulatorio.
Centros de Día:
Realizan actividades educativas y ocupacionales para favorecer la incorporación social de los drogodependientes que se encuentran en proceso de deshabituación. Las actividades están orientadas a que adquieran hábitos de vidas normalizados, horarios, distribución de tiempo libre, deportes, actividades laborales, culturales y educativas, etc¿ Simultáneamente, siguen recibiendo tratamiento sobre otros problemas relacionados con su drogodependencia en los CPD o Centros de referencia.
Viviendas de Apoyo a la Reinserción:
Comparten el mismo objetivo que las Viviendas de Apoyo al Tratamiento pero atienden en una fase posterior, una vez que estas personas han logrado una estabilización en su proceso terapéutico, colaborando de este modo a su Incorporación social y Normalización.
PROGRAMAS:
El Programa de Tratamiento con Metadona:
Es un programa terapéutico que se realiza en colaboración con la Consejería de Salud. Los Centros de Dispensación de Metadona son lugares en los que se dispensa metadona a aquellos pacientes a los que previamente se les ha prescrito por los Centros de Tratamiento Ambulatorio del Plan Andaluz sobre Drogas y Adicciones. La casi totalidad de los centros dispensadores se corresponden con los Centros de Atención Primaria de Salud dependientes del Servicio Andaluz de Salud.
Teléfono de Información sobre Drogas:
Se crea en el año 1986, siendo en Septiembre de 1992 cuando se pone en funcionamiento la línea gratuita 900 84 50 40. El objetivo básico es garantizar información sobre el problema de las drogodependencias, en concreto los efectos de las drogas y especialmente sobre cómo y dónde pueden ser atendidos los afectados. Este servicio se presta también a través del correo electrónico: drogadicciones.cibs@juntadeandalucia.es
OTROS RECURSOS:
En Andalucía existen aproximadamente 315 asociaciones subvencionadas de afectados, familiares y voluntarios de drogodependencias, alcohol y juegos de azar, que realizan una desinteresada labor social. Los voluntarios sociales tienen una extraordinaria función de apoyo al tratamiento y solidaridad con los afectados y sus familias, realizando su tarea en lugares y circunstancias a los que difícilmente pueden acceder las instituciones públicas, por su marginación y conflictividad social. Se agrupan en varias federaciones de carácter regional: FAAR (Federación Andaluza de Alcohólicos Rehabilitados), AL-ANDALUS (Federación de Centros para la Prevención Tratamiento del Alcoholismo), FAJER (Federación Andaluza de Jugadores de Azar en Rehabilitación), ENLACE (Federación Andaluza de Drogodependencias y Sida) y REDES (Federación Andaluza de Drogodependencias, Sida y Patología Dual). Asimismo hay otras asociaciones y federaciones no específicas de Drogodependencias que también realizan actividades en esta materia como son CAVA (Confederación Andaluza de Asociaciones de Vecinos) y CODAPA (Confederación Andaluza de Padres de Alumnos).
ANEXO I
Actualmente, uno de los temas clave en materia de drogas es la consumición cada día más elevada de los jóvenes menores de 15, 14, incluso de 13 años que ha alarmado a la sociedad.
El por qué de que los adolescentes comiencen antes a consumir drogas es algo que preocupa tanto a padres como a especialistas en la materia, ya que empeora la calidad de vida de los jóvenes debido a que afecta directamente a su salud.
He diseñado un boceto de lo que sería una encuesta dirigida a jóvenes de entre 13 y 20 años, en la cual se determinaría el motivo de que actualmente comiencen antes a consumir drogas.
Lo que pretendería realizando esta investigación es averiguar el por qué de este comportamiento, basándome en los supuestos de que pueda deberse a diferentes factores como: que es una moda de hoy en día, ya que pueden estar influidos por su grupo de iguales o por los medios de comunicación que ejercen una gran influencia entre los adolescentes de esas edades; otro factor podría ser por el nivel cultural del consumidor; por la mala relación con los familiares, teniendo a los padres en un primer lugar; o quizás por el fácil acceso que tienen los adolescentes a todo tipo de drogas.
Me sería imposible realizar esta encuesta ya que no dispongo de ningún medio para ello.
ENCUESTA
¿Consumes o has consumido drogas alguna vez?
Si
No
¿Qué tipo de drogas?
Duras
Blandas
NS
NC
¿Qué número de veces consumes?
Diariamente
Semanalmente
Mensualmente
Alguna vez
NS
NC
¿Qué nivel de estudios posees?
Primaria
ESO
Superiores
Universitarios
Otros…. ¿Cuáles?.........
Siendo 1 nada y 5 mucho, podrías decirme ¿Cuánto te influyen tus amigos?........
¿y los medios de comunicación?.....
¿Conoces los efectos de las drogas?
Si
No
NS
NC
¿En el último año has tenido alguna conversación con tus padres sobre drogas?
Si
No (pasa a la pregunta 10)
NS
NC
¿De qué temas hablasteis?
Tipos de drogas
Efectos que producen
Consecuencias
Otros… ¿Cuáles?....
¿Has obtenido alguna información sobre drogas de los medios de comunicación?
Si
No (pasa a la pregunta 13)
NS
NC
¿En qué medio?
Televisión
Periódicos
Revistas
Radio
Otros..., ¿Cuáles?......
¿Te consideras bien informado?
Si
No
NS
NC
¿Has visto alguna vez la venta de drogas en alguno de estos lugares?
SI | NO | NS | NC | |
DISCOTECAS | ||||
CALLES | ||||
INSTITUTOS | ||||
OTROS |
¿Qué edad tienes?......
OPINIÓN PERSONAL:
El consumo de alcohol y drogas es hoy una realidad en jóvenes de todo el mundo. El entorno y, muchas veces, los propios amigos, ejercen una fuerte presión para que sus pares consuman esta sustancia. Aprender a decir no es en mi opinión lo más importante hoy en día aunque es una tarea compleja, esto puede asumirse con responsabilidad gracias al apoyo de la familia y de los verdaderos amigos.
Para evitar el consumo de drogas y alcohol en niños, jóvenes y adultos es imprescindible tener claro el concepto de prevención. Opino que las instituciones encargadas de educar, como colegios, universidades, institutos, son esenciales a la hora de llevar a cabo esta tarea.
Quizás el fácil acceso y la reducción de coste de las drogas, en detrimento de su calidad, han facilitado que los adolescentes se acerquen más a este fenómeno social.
Para los jóvenes de hoy en día, sector en el que estoy incluida, el alcohol como droga más consumida es imprescindible para divertirse. No se concibe un fin de semana sin emborracharse o por lo menos “coger el puntito”, ya que si no lo haces, puedes sentirte desplazado por tus propios “amigos”. La edad de comienzo de consumo está en doce, trece años, una edad casi inconcebible para los padres que absortos observan estos porcentajes y encuestas sin saber si su hijo se sitúa entre estos jóvenes. Para ello últimamente se está modelando entre ellos la contratación de detectives privados.
La verdad, es que nosotros ya no nos inmutamos si vemos escenas de comas etílicos que se repiten todos los fines de semanas incluso a las ocho de la tarde.
Aunque en el 2002 se instauró la “ley seca” todavía se sigue consumiendo en las calles.
Con referente a esta ley puedo posicionarme contraria ya que pienso que es un beneficio para discotecas y bares y perjudicial para los jóvenes, puesto que va con el lucro de éstos que se aprovechan hasta más no poder de que se nos prohíba beber en otro lugar.
Aunque las administraciones públicas tampoco se ponen de acuerdo en referencia a este tema. Un buen ejemplo de ello es los macro botellones convocados para el pasado mes de marzo en toda España. Estos macro botellones tuvieron en algunas ciudades muchas dificultades para realizarse (Madrid, Barcelona, son un ejemplo) y en otras muchas facilidades, como es el caso de Granada que incluso el ayuntamiento proporcionó a la juventud carpas en un espacio libre para poder llevarlo a cabo.
El hachís y la cocaína también forman parte de la diversión. España es el segundo país de la Unión Europea en consumo de hachís.
Los jóvenes sabemos perfectamente donde conseguir el alcohol, aunque está prohibido para menores de dieciocho años, pero éstos pueden conseguirlo con facilidad en muchas tiendas o, lo más usual, pedir el favor a mayores para comprarlo. Sin embargo, lo más increíble es la facilidad para encontrar el hachís y la cocaína, ya que se puede acceder a ellos en un parque, en un bar, o incluso en la puerta del colegio o del instituto.
Por tanto, son muchas las causas que existen en nuestra sociedad para que cada vez baje más la edad con la que se empieza a tomar drogas y para que se consuman por primera vez, pero son pocas o ineficaces las medidas tomadas al respecto. Con lo cual, los jóvenes se encuentran “en pañales” ante un fenómeno social que les ataca más cada día, aunque no sean conscientes de ello, y que tarde o temprano acabará por pasarles factura.
BIBLIOGRAFÍA
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“Drogas: + información - riesgos”. Plan Nacional sobre drogas 2003. Ministerio del Interior
-
www.sindrogas@pnd.mir.es-- Sin drogas
-
www.proyectohombre.es-- Proyecto hombre
-
www.juntadeandalucia.es--- Junta de Andalucía
-
www.drogodependecia@dipusevilla.es
-
www.pnsd.msc.es--Plan nacional sobre drogas
-
www.mir.es/pnd/. Ministerio del interior
-
www.fad.es--Fundación de ayuda contra la drogadicción
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Enviado por: | Sheila |
Idioma: | castellano |
País: | España |