Derecho
Derecho Histórico chileno
Reseña Histórica
El descubrimiento y colonización de América por parte de España, que se inició a fines del siglo XVI obligó a esta a tomar medidas con respecto al futuro de las nuevas tierras y sus habitantes. Tomando en cuenta que la exploración y conquista de América se hizo casi sin la intervención de la corona. *
Los monarcas españoles, absorbidos por la dura política europea, (agravada por las guerras de religión) no tuvieron a América como prioridad en sus planes de gobierno, ya que como existía el respaldo de la sentencia pontificia, que declaraba a todas las tierras descubiertas o por descubrir como propiedad de los monarcas, concedida irrevocablemente por Dios a la corona de Castilla. Los monarcas sin entregar la posesión ni el usufructo, cedieron la gobernación, dejando a cargo a representantes, por medio de delegaciones, ya sean estos Virreyes, gobernadores u otras autoridades políticas.
En este escenario en el cual la personalidad política de los territorios colonizados se desconocía y se apropiaban las tierras por el mero hecho de su descubrimiento y toma de posesión, surgió el problema que acarreaban sus habitantes, los indígenas americanos, estos sometidos al más crudo despotismo **, despertaron la ira de quien fuese su primer defensor, el fraile dominicano Antonio Montesinos, fue el quien inició las discusiones con respecto al trato de los indios, que dio como resultado las juntas de 1542 y 1550-1551, tras las campañas de las casas, 31 y 39 años después respectivamente. Es en estas circunstancias donde nace la figura del doctor Ginés de Sepúlveda y su controvertido pensamiento.
* José Pijoan, Historia del mundo 1955
** Diego Barros Arana, Historia de América 1907
Figura de Sepúlveda frente a de las Casas
Es clara la predilección de los historiadores por de las Casas, esto queda de manifiesto en la descripción que hace Barros Arana de su persona, “Era este Bartolomé de las Casas, un clérigo, que estaba destinado a llenar una de las más hermosas paginas de la historia de la conquista....., hombre de carácter ardiente y apasionado, de no más de 50 años de edad, que veía a un hermano en cada indio, y que solo pensaba en la conquista pacífica del nuevo mundo” o en la casi omisión que hacen los historiadores, del rival de de las Casas, así mismo, se destaca que una de sus publicaciones “Demócrates”, solo vino a publicarse en 1892, en el boletín de la real academia española de la historia, con el prólogo y traducción de Menéndez y Pelayo, quien dice “Fray Bartolomé de las casas, que tenía más de filántropo que de tolerante, procuró acallar por todos los medios posibles la voz de Sepúlveda, impidiendo la impresión de Demócrates Alter en España y en Roma, concitando contra su autor a los teologos y universidades, y haciendo que el nombre de tan inofensivo y egregio humanista llegase a la posterioridad con los colores más odiosos, tildado como fautor de la esclavitud y de apologista mercenario e interesado en los excesos de los conquistadores”.
¿Pero quién era Sepúlveda, este sacerdote que apenas aparece en las enciclopedias, pero que aun así fue uno de los pensadores más importantes de su época?
El doctor don Juan Ginés de Sepúlveda, nació en España en 1490, de familia noble. Fue sacerdote secular y conocedor de las lenguas y autores clásicos, la filosofía, la teología, la astronomía y el derecho. Estudió humanidades en córdoba, artes en Alcalá de Henares, filosofía junto a Sancho Caranza de Miranda y teología en Sigüenza, y después de múltiples viajes y estudios, en 1536, Carlos V lo nombra su cronista.
Intervino en la problemática de las indias entre 1544 y 1545, con su diálogo “Demócrates Alter” o “De Iustis Belli Causis” (De las justas causas de la guerra), este es posterior a “Democrates” donde explica la conveniencia de la disciplina militar con la religión cristiana, defendiendo la licitud de la profesión militar.
En su calidad de cronista de Carlos V, fue el rival de las Casas en la junta de Valladolid entre 1550 y 1551, convocada por el monarca ya nombrado, y con el fin de discutir la licitud de la conquista, si bien no se sabe con seguridad que parte venció en la contienda, las ideas que prevalecieron fueron las de de las Casas.
Posterior a esto se retiró a su antigua residencia donde redactó obras como: Los hechos de gesta de Carlos V; Los hechos de gesta de los españoles en el nuevo mundo; Los hechos de gesta de Felipe II.
Ginés de Sepúlveda murió ciego en 1573, a los 87 años de edad.
Pensamientos del doctor Sepúlveda
Los planteamientos que el doctor Sepúlveda utilizó para argumentar que la conquista española era justificada, los escribió en sus publicaciones “Demócrates Alter” o Diálogo de las justas causas de la guerra; la apología, pro libro de Justis Belli Causis o Defensa de las justas causas de la guerra; Su defensa ante la junta de Valladolid y 2 cartas a Melchor Cano, donde afirma su doctrina tergiversada. De estos escritos se desprenden sus respectivos argumentos, que el doctor Sepúlveda explica, por un lado los que atentan contra la razón y el derecho natural, como lo es la barbarie de los indios y el derecho a civilizarlos, por medio de la sumisión, se menciona como “servidumbre natural”, Sus continuos pecados contra la ley natural que da derecho a corregirlo y evitar sus Barbaries, y por último la defensa de la víctimas que creaban los indígenas producto de sus barbaries; Y por otro lado los argumentos teológicos, que era la autorización pontificia para combatir los pecados contra la ley natural y eliminar las barreras que ponían los indios a la predicación del evangelio.
Argumentos de razón y derecho natural: En este sentido Sepúlveda trata de explicar, que el indio no es intrínsecamente malo sino que lo que lo pervierte es su cultura, su entorno, por ende dice que la barbarie que autoriza la conquista tiene una connotación fundamentalmente moral. Sepúlveda nos dice “...Digo que los bárbaros, se entiende como los que no viven conforme a la razón natural y tienen costumbres malas públicamente entre ellos aprobadas....ora les venga por falta de religión, donde los hombres se crían brutales, ora por malas costumbres y falta de buena doctrina y castigo...” con esto trata de decir que el fin de la conquista es la civilización y bien de los bárbaros, ya que con leyes justas y conformes a la ley natural, hacía de la vida de los indios una inserción a una vida mejor y más suave, agrega que si se rehusa al imperio puede ser obligado por las armas, y esa guerra será justa en virtud del derecho natural.
Dentro de la misma temática con respecto a la servidumbre natural, Sepúlveda se basa en las sagradas escrituras y dice “...Porque escrito esta en el libro de los proverbios “El que es necio servirá al sabio” tales son las gentes bárbaras e inhumanas, ajenas a la vida civil y a las costumbres pacíficas, y será siempre justo y conforme al derecho natural que tales gentes se sometan al imperio de príncipe y naciones más cultas y humanas, para que merced a sus virtudes y a la prudencia de sus leyes, depongan la barbarie y se reduzcan a vida más humana y al culto de la virtud.
Sepúlveda describe aspectos de los indígenas, los cuales califica de acciones barbaries, entre ellos está el que no posean ciencia y que sean iletrados, que no tengan leyes escritas, que sean caníbales, cobardes y carezcan de propiedad privada entre otros. Pero todo esto sin dejar de lado que son solo connotaciones morales, y que en sí, el indio puede ser civilizado ya que la condición de bárbaro es, en el pensamiento de Sepúlveda, un estado accidental superable y no una naturaleza humana distinta y por ende la posición de servidumbre del indio no es en sí mismo un estado de esclavitud sino un sometimiento político del cual puedan evolucionar intelectual y moralmente si son gobernados por una nación civilizada.
Así mismo (dice el doctor Sepulveda) la barbarie, entendido como estado de atraso cultural y moral que redunda en costumbres condenadas por la naturaleza y en una ineptitud para gobernarse humanamente, autoriza a cualquier pueblo civilizado que este en condiciones de seguir á los bárbaros en conformidad con la ley natural, de sacarlos de su estado inhumano para someterlos a su dominio político. Incluso por las armas, si no hay otro remedio.
Esta conclusión en que el hombre depende de su propia razón, que le permite autodirigirse y autodisernir, pero si el hombre es carente del uso de la razón no es dueño de sí y debe servir a quien sea capas de regirlo y por ende que si la finalidad de la guerra es la civilización de los bárbaros, es entonces un bien para estos.
Sepúlveda justificó la dominación política pero rechazó la dominación civil, o sea la esclavitud y la privación de sus bienes, con respecto a este tema nuestro autor dice “No digo que a estos bárbaros se les haya de despojar de sus posesiones y bienes, ni que se les haya de reducir a servidumbre, sino que se debe someter al imperio de los cristianos...”
Es importante destacar que Sepúlveda defendía a la sujeción política, pero no su esclavitud pues la creencia vulgar confunde ambas cosas, y lo hace partidario de la esclavitud. *
Con respecto a los pecados contra la ley natural, el doctor Sepúlveda, basandose en el hecho de que los indios ofrecían sacrificios humanos en gran número a sus dioses falsos, y otros actos de similar barbarie, dice: “...y ha de entenderse que estas naciones de los indios, quebrantan la ley natural, no porque en ellas se cometan estos pecados, simplemente, sino porque en ellas tales pecados son oficialmente aprobados....y no los castigase en sus leyes o en sus costumbres, o no impusiese penas levísimas a los más graves y especialmente a aquellos que la naturaleza detesta más, de esa nación se diría con toda justicia y propiedad, que no observa la ley natural, y podrían con pleno derecho los cristianos, si rehusaba someterse a su imperio, destruirlas por sus nefastos delitos y barbarie e inhumanidad....”
* José Joaquín Ugarte, El doctor Ginés de Sepúlveda y los justos títulos de España para conquistar América 1994.
Con esto el doctor Sepúlveda trata de proteger las víctimas de las barbaries humanas y señala: “ A todos los hombres, les está mandado por ley divina y natural, el defender a los inocentes de ser matados cruelmente, con una muerte indigna, si pueden hacerlo sin gran incomodo suyo” y pone como hombres rectos y salvaguardadores de las víctimas a los cristianos.
Argumentos teológicos: Con respecto a la autorización pontificia para combatir los graves delitos contra la ley natural, Sepúlveda dice que la potestad del Papa “Si bien se aplica propiamente a aquellas cosas que pertenecen a la salvación del alma, y a los bienes espirituales, sin embargo, no está excluida de las cosas temporales en cuanto se ordenan a las espirituales”, por ello el Papa puede obligar a las naciones a que resguarden la ley natural.
Sepúlveda dice, además, que a nadie se puede obligar a abrasar la fe católica “La razón de lo cual es porque aquella violencia sería inútil, pues nadie, repugnándolo su voluntad, que no es posible coaccionar, puede ser hecho creyente. De modo que debe usarse la enseñanza y de las persecuciones” pero a pesar de ello los cristianos pueden inducir por medios racionales a los bárbaros a civilizarse, ya que es su obligación, si el primer intento no resulta Sepúlveda menciona “Si no se puede proveer de otro modo el asunto de la religión, es licito a los españoles, ocupar sus tierras y provincias, y establecer nuevos señores y destituir a los antiguos...”.
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Enviado por: | Ppaf |
Idioma: | castellano |
País: | Chile |