Sociología y Trabajo Social
Cultura como derecho
La Cultura como Derecho
La cultura se puede considerar un Derecho Fundamental, puesto que es inherente al individuo y constituye la proyección de su YO.
Por eso, desde 1946 cuando 20 individuos depositaron la confianza en el instrumento internacional de la UNESCO, ante el gobierno del Reino Unido, la violación a ese derecho es demandable internacionalmente y es compromiso de los Estados, como herramienta para ejercer los derechos humanos.
El propósito social, la misión del organismo es respetar y fomentar la cultura en beneficio de la paz, puesto que el rompimiento del individuo con su propia visión del mundo y la expresión que de él haga, lo desequilibra y lesiona a la sociedad.
Por lo mismo, recomienda que la educación, la ciencia, la cultura y las comunicaciones deben ser respetadas por la ley, reconocidas por la justicia, fundamentadas como derecho humano sin discriminación o priorisación de ninguna clase.
1- La cultura
La genera el ser humano en su relación con el ambiente. Es decir, como afirma Tim Ingold en su obra “Evolución y vida social”, cada persona escribe su historia y los eventos hacen parte de la evolución de esa historia; le método de cada quien parte de la percepción y representación inmediatas del paisaje sociocultural visto desde su interior, sentido en sus vivencias, retratado en sus emociones, asimilado en su conciencia, decantado y proyectado en su lógica, a través de sus sentidos; hasta se podría decir que a través de su organismo, de su cuerpo, de su alma, de su cosmos, de su SER”.
2- Relación del individuo con el objeto que le genera cultura
El vínculo que se establece entre el individuo y el objeto , puede llegar a ser patológico, lo que explica las conductas alteradas y la generación peculiar de relacionarse con su entorno, dando por resultado distintas violencias contra sí y la sociedad que cuando son grupales se denominan sub-culturas, por ejemplo la del sicariato (negativa), la del Rap (positiva), pacificadora en la reingeniería de los jóvenes de las comunas de Medellín.
Pero en general y positivamente hablando, para explicar el Derecho a la cultura, la relación sujeto-objeto (cosa) no sólo es infinita sino que genera el
concepto de la palabra (sonido representativo) que forzosamente modifica el referente en que se constituye ese objeto en la vida del individuo y que a su vez sufre reordenamientos en la medida en que la novedad en la relación se presenta, se expande, se frustra, se hace dolorosa o placentera, se transforma en la memoria, etc.
El poeta y el novelista transforman lógica y particularmente, sin que representa alteración en su conducta, a las personas en objetos y a los objetos los personifican, siendo el caso más fácil de mencionar por ocasión de sus 400 años El Quijote, efecto literario que dio vida a los molinos; o, el del creador de Pinocho; sin embrago, cada caso debe ser analizado dentro de las circunstancias sociopolíticas y /o sicoanalíticas que lo envolvieron desde su primera infancia, incluyendo los Objetos del entendimiento o entes imaginarios y entes de la razón.
3- El individuo como persona humana/ humanitaria y la cultura
El mapa del ser humano, o ADN, según algunos, demuestra condiciones inherentes a la persona, demostrando que no son exclusivamente resultado de la cultura, es decir adquiridos, como son el sentido gregario, el instinto de conservación, el sentimiento de solidaridad, plenamente establecidos en esa carta como inherentes al ser humano, lo que refuerza el principio del derecho de la cultura, puesto que son propios del ser, están incluidos en el principio de la
dignidad humana que trabajan, inclusive, las religiones.
Por lo tanto, conceptos considerados novedosos, como el de la Persona humana, son absurdos, puesto que implica la distinción con la no humana, o sea, la aceptación de que hay otros que no poseen esas propiedades reconocidas, además, como derechos fundamentales ; es el caso absurdo de los servicios prestados a personas humanas, en caso extremo de angustia (suicidio, depresión) que recurren al consuelo, la tolerancia y la orientación telefónica.
4- La persona, la comunidad y la cultura
Si se estableció la relación de la persona con el objeto y se aceptó la modificación que sobre ella aporta la palabra, es necesario tener en cuenta que los objetos pueden ser exteriores ( ej. un paisaje) o interiores (ej. el enamoramiento) .Los exteriores, inanimados, forman la realidad cosmológica y generan creencias, culturas. Los exteriores animados, como las personas más próximas (padres) también generan cultura el ser y son los denominados entes históricos que al igual que los objetos tienen propiedades particulares comunes a las cosas inanimadas como el volumen, el calor, la textura, etc.
De esa relación ambiental-ecológica entre objeto animado y objeto inanimado, comienza cada ser a construir su historia como individuo, a la vez que el instinto gregario lo lleva a compartir y comunicarse con el otro ser, dando origen a la cultura comunitaria
o a los imaginarios colectivos, por ejemplo la construcción de mitos y leyendas que son la realidad viviente de esa cultura generada en la relación ( ej. la pata sola)
Es tal el vínculo con su propio mito, que la persona lo representa, lo internaliza mediante la introyección o incorporación, apropiándose de ella y generando obras como las tragedias griegas y la escultórica de los dioses.
Más aún; los escritores dan animación a las cosas o cosifican a las personas, una vez que las han introyectado. Repito el ejemplo de El Quijote y de Pinocho.
Los artesanos, a su vez, haciendo uso de sus cualidades motrices, hacen sus artesanías o manualidades. Primero, entendieron el cosmos y luego lo concretaron en figuras geométricas sobre las vasijas, en los tejidos como las mochila wayu, haciendo de los objetos cosas con significación afectiva de diversos tipos dado que los estados afectivos que acompañan las representaciones objetales, necesitan de esa representación hasta llegar a la reminiscencia, aún la religiosa con los mitos y creencias en la milagreria por ejemplo del Niño Dios del 20 de julio, generando imaginarios colectivos o cultura comunitaria.
Los diseños y las músicas, desde las culturas primarias hasta las tecnológicas y científicas, facilitan el sistema de identificación del problema social o del conflicto individual; las imágenes, por ejemplo, pueden ser representaciones de sí mismo derivadas de situaciones instintivas y estados afectivos que generan estructuras síquicas independientes, originadas en funciones autónomas primarias (percepción y memoria) como fijación de la interacción con el medio,
influidos por los conflictos orales (la palabra), según lo afirmó el sicoanalista Otto Kerberg, en 1977.
Siguiendo la explicación del ser, para reconocer el derecho y valorarlo, es necesario recordar que las representaciones o acciones que concretan la cultura, pueden presentarse como libidinales o agresivas. Buenas y malas, según otros. Lo malo es lo prohibido por el Super Yo, y/o por la cultura adquirida en el
colectivo; el ejemplo más difícil de comprender, es el del incesto; le siguen la poligamia y muchas otras.
Los agresivos son buenos, cuando se refieren a manifestaciones de competencia justa, aceptada por la cultura grupal (ej. deportes, juegos). Son malos cuando por su intensidad y peligrosidad, amenazan a los demás y por esto la cultura lo prohíbe, por ejemplo, tomarse la justicia por mano propia.
Entre estas podemos clasificar como malas, negativas, agresivas, las sub-culturas o culturas de la violencia, aprendidas de los seres históricos cercanos y apropiadas desde el ambiente asimilado.
Es así como surgen otras formas culturales; una de ellas el parlache o lenguaje del “parche” o tribu urbana de desamparados; también, el lenguaje gestual de los raperos, la simbología urbana publicitada en vayas y medios masivos, en general, los imaginarios urbanos de las tribus (grupos jóvenes) de la ciudad.
Aquí, es importante valorar la producción cinematográfica colombiana con éxitos como Rodrigo D, La vendedora de rosas y La Virgen de los Sicarios. Los dos primeros actores
espontáneos, surgidos de entre los sicarios de Medellín para el filme sobre la vida en las comunas para Rodrigo D, se suicidaron; posiblemente y habría que establecerlo, la cercanía de ellos con su propia realidad, con su espejo como en el mito de Eco, los desconcertó en la internalización de sus actos. El tercero racionalizó, elaboró el problema y superó los obstáculos seguramente aprovechando él y el Director las dos experiencias anteriores y hoy es un reconocido actor de la televisión colombiana, según su esposa cariñoso y padre con alta capacidad de ternura.
- En la actriz de la Vendedora, el camino marcado por el Director, quien la adoptó en el sentido de la reingeniería que logró en ella, produjo no solo el producto cultural ganador de premios, la película, sino que le facilitó el desarrolló de la ternura y le incentivó otras cualidades inherentes al ser humano; alejada del ambiente constructivo, de regreso a la violencia, fue acusada como parte intelectual en el crimen de su esposo. Y, de los actores de la Virgen de los sicarios, novela original de Fernando Vallejo, tampoco se seguimiento; pero es valorable reconocer cómo con el ejercicio de los derechos complementarios: la educación y al ambiente sano, se logra un producto cultural de personas rechazadas por la sociedad que permite la construcción de escenarios negativos, malos, que generan culturas negativas, malas para ella misma.
Otra subcultura incomprendida, es la del sicario de las comunas de Medellín, que unió la religiosidad a la cultura
de la muerte, jugándose él la vida en cada acción; María Auxiliadora es la imagen de devoción con quien comparten el delito y le imploran su protección para la realización del asesinato para lo cual la manda es un rosario o una misa, en ves de la enmienda del pecado, porque ellos obedecen a la cultura de la muerte y más bien sienten la lívido, el placer, el goce de matar para sobrevivir.
Es necesario considerar también el manejo que el individuo tiene del tiempo (su tiempo, su dinámica, su velocidad) y su espacio (promiscuo, al aire libre en la calle, en una celda, en una pieza, etc.) que generan códigos de auto-comunicación entre los mismos, garantizándoles la seguridad e impenetrabilidad en su clan.
Una muestra es el gesto, del rapero como fenómeno generacional de historia del individuo que ha trascendido casi todas las culturas en distintos países, es la creación del gesto y la palabra para reforzar el lenguaje emocional que genera con la música su propio canal de expresión máxima. El baile y sus figuras, es la auto-comunicación con el otro igual, que no lo arremete, que siente igual; que se identifica con él, con su clan, con los demás y es acorde con el texto y la música.
Las tribus urbanas, por ejemplo, obedecen a estéticas de modos de consumo que les da identificación por uso (el peinado ponk), al igual que la moda en general que identifica al ejecutivo, a la empresaria, a la mujer libre, al “metro-sexual”,etc. Estas, son urbanas porque la sociedad consumista las impone o las genera principalmente en la
ciudad; nacen sin estereotipos mediáticos y se masivisan cuando los medios las difunden profusamente, dando como fenómeno social de personalidades el acogimiento o el rechazo, según el referente atávico o las presiones legales, sociales, generacionales. Algunos ejemplos diversos que sirven para la comprensión del derecho a generar culturas y el deber de respetarlas, tolerarlas y reconocerlas, son: el pez, identificación arcaica del cristianismo que les ocasionó en su momento persecución y muerte a los seguidores revolucionarios de la época; la bandera creada en la emergencia de la gloria, con el sabor del triunfo en la lucha territorial y de poder sobre determinado interés económico, político o religioso.
Uno de los más controvertidos en esta generación, también de la cultura rapera, es la unión gestual de llevarse la mano al pubis y gritar “alegría”, que se puede comprender desde el apego a la vida que ellos pueden prolongar con esperanza y alegría, en el corto lapso que la pueden disfrutar frente a la posibilidad de 24 horas para gozarla, ya que, el canto es el del dolor, el sacrificio, la violación, la muerte.
Otra, es la del vestuario que tipifica las tribus por barriadas, por movimientos, por exteriorizaciones y rebeldías contra otras generaciones, como por ejemplo la gorra con la visera atrás, el pantalón con el fondillo en las rodillas y otras muchas, que no son el resultado del marketing de la moda convencional, pero que unen masivamente en un símbolo sin crear vínculos duraderos, como el llevar en la solapa el lazo de la paz o, en la muñeca de la mano la bandera nacional. Recordemos y valoremos el trabajo pedagógico
del ex alcalde Antanas Mocus para confirmar cómo el ambiente educativo que construyó, generó cultura cívica; es decir, reconoció el Derecho a la Cultura, desde el Estado único garante de los Derechos Humanos.
Frente a estas consecuencias de culturas por lívidos alteradas, por objetos que se hicieron patológicos en sociedades enfermas, esquizofrénicas, es indispensable contrastar con los resultados de ambientes sanos, de relaciones adecuadas con objetos adecuados, de sentimientos y emociones propias del ser, del Yo desarrollados limpiamente desde la etapa oral del niño hasta la formación plena de la personalidad normal, única y particular, reconocida como otro Derecho inherente al individuo.
Miles de ejemplos que nos rodean; uno, el compositor colombiano Adolfo Mejía Navarro, versátil y famoso; compuso desde canciones populares con el peso de lo autóctono de su tierra Sincé, Sucre, hasta su Preludio sinfónico a la tercera salida de Don Quijote, inspirado en un texto de otro grande en la cultura, el poeta Aurelio Arturo, pasando por el jazz; todo, como resultado de la crianza, del ambiente, de la educación que recibió.
Otro ejemplo imposible de omitir es Fernando Botero el pintor, quien se sensibilizó con su paso por la Universidad Nacional durante una época difícil políticamente hablando y que vertió la violencia del Estado en sus primeras obras al igual que Botero, Grau y otros; y hoy frente a la injusticia social y los delitos contra el Derecho Humanitario, durante
las violaciones de la dignidad y de los derechos humanos en general, a prisioneros de guerra en el medio oriente, reaccionó como artista y generó en su expresión pictórica el testimonio de la injusticia y el irrespeto hacia el otro, con las obras al óleo sobre los desafueros contra los detenidos en Abu Ghraib. Al explicar su obra a un periodista dijo: “ Decidí pintar esta obra, por la ira que sentí y que sintió el mundo entero por este crimen cometido por el país que se presenta como modelo de compasión, de justicia y de civilización”.
CONCLUSIONES:
Me pregunto -ante un país agotado por la violencia- si hay cultura sobre la que pueda reposar un sano nacionalismo.
Me respondo afirmativamente; Sí, si existe esa cultura y la encontramos si nos detenemos en reconocer y concretar lo que tenemos como país identificado, unido en una cultura nacional a la vez que comunitaria, que constituya parte de la identidad del pueblo colombiano sin violentar la pluralidad y tenemos que comenzar por enumerar los deberes que garantizan la pluralidad democrática:
*Valorar, conservar y preservar el idioma, única característica nacional. Defender el español americano, hacer reconocer el modismo y los aportes, no reemplazarlo por esnobismo con extranjerismos.
*Respetar el idioma o dialecto nativo, propio de cada comunidad indígena que, además, debe recibir enseñanza bilingüe en español.
*Hacer respetar los símbolos patrios y los de las comunidades que generan cultura religiosa, institucional, regional, etc.
*Reconocer nuestros productos agrarios: la papa, el maíz, y otros, que son referentes, como objetos generadores de cultura.
*Identificar los olores nacionales por lugares; a qué huele nuestra ciudad?...A qué el terruño?, también objeto de creatividad.
*Compartir los imaginarios barriales, locales, zonales...
*Participar en la construcción del sentimiento y las emociones hacia lo propio: las artes, la moda, la gastronomía....
*Conocer la historia desde la aldea hasta el nivel nacional; pensarla, aprehenderle de la experiencia evitando en los errores.
*Asimilar lo nuevo, lo moderno, propiciar y asimilar el cambio que los objetos nos brindan para construir colectivamente la cultura apropiada, por ejemplo el uso del Transmilenio.
*Defender la propiedad intelectual de las especies y los productos culturales.
*Democratizar el acceso a la educación media y superior, la técnica y la ciencia.
*Fomentar y respetar las actitudes culturales de los individuos y los grupos humanos, siempre y cuando no presenten patologías que vallan contra ellos y/o la sociedad.
Es responsabilidad nuestra, de los seres humanos, vivir ecológicamente en armonía con el universo, como ejercicio del
DERECHO A LA CULTURA
y generar músicas, diseños, teatro, literatura, audiovisuales, cine y las demás formas que la creatividad elabore como resultado de la relación sana entre la persona y el objeto, como se expone al comienzo de este trabajo.
Contenido:
1- La cultura
2- Relación del individuo con el objeto que la genera
3- El individuo como persona humana, humanitaria y
la cultura
4- La persona, la comunidad y la cultura
5- Conclusiones.
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Enviado por: | Edda |
Idioma: | castellano |
País: | Colombia |