Salud
Aparato digestivo
GUIA DE MORFOLOGIA DIGESTIVA
La gastroenterología es la especialidad médica que estudia el sistema digestivo humano y las enfermedades que le afectan. Los especialistas en ese campo, llamados gastroenterólogos, estudian y tratan trastornos del esófago, el estómago, el intestino delgado, el intestino grueso y el colon —lo que, en conjunto, se conoce como tracto gastrointestinal—, así como del hígado, la vesícula biliar y otros órganos implicados en la digestión.
Entre las dolencias más comunes que los especialistas deben tratar se encuentran las enfermedades del estómago, el órgano que recibe, almacena y digiere parcialmente la comida en los primeros estadios de la digestión humana. La gastritis, por ejemplo, es una inflamación del revestimiento del estómago que suele provocar dolor abdominal, náuseas y vómitos. Puede estar causada por la bacteria Helicobacter pylori, por una infección viral, o puede deberse al estrés, a distintas alergias, a reacciones al alcohol, o a determinadas sustancias. Es necesario identificar el agente causante para poder tratar la inflamación.
Los gastroenterólogos también están especializados en el tratamiento de úlceras pépticas, llagas y erosiones en el revestimiento del estómago o la primera porción del intestino delgado, llamada duodeno. Las úlceras superficiales causan indigestión y otras molestias; las úlceras responsables de erosiones más profundas pueden provocar una hemorragia abdominal que, en caso de no ser tratada, puede llevar a la muerte. En los últimos años, los investigadores han encontrado un vínculo sugestivo entre la Helicobacter pylori y las úlceras crónicas. Los gastroenterólogos prescriben antibióticos que matan esa bacteria, así como medicamentos que combaten la acidez del estómago o reducen la secreción de ácidos digestivos.
También se tratan muchas enfermedades relacionadas con otros órganos implicados en la digestión. El esófago, por ejemplo, puede inflamarse a causa de la presencia de ácido gástrico procedente del estómago, causando pirosis. Esta dolencia, conocida como reflujo del ácido, puede combatirse con pérdida de peso, fármacos que limitan la secreción y acidez del ácido gástrico y procedimientos quirúrgicos. En el hígado, los desórdenes más normales son la hepatitis, una inflamación causada por una infección o por agentes tóxicos, y la cirrosis, que suele estar provocada por el alcohol y que puede dar lugar a que el hígado deje de funcionar. Los gastroenterólogos también tratan cálculos biliares (masas de materia sólida encontradas en la vesícula biliar), inflamación del páncreas, llamada pancreatitis, e inflamación del colón, llamada colitis.
El aparato digestivo es un conjunto de órganos que, por medios químicos y mecánicos, transforman los alimentos en sustancias solubles simples que pueden ser asimiladas por los tejidos. Este proceso, llamado digestión, varía entre los distintos grupos de vertebrados; un caso único es el de los rumiantes que poseen microorganismos simbiontes en el estómago que se encargan de digerir la celulosa.
La digestión incluye procesos mecánicos y químicos. Los procesos mecánicos consisten en la masticación para reducir los alimentos a partículas pequeñas, la acción de mezcla del estómago y la actividad peristáltica (actividad motora que facilita el avance del bolo alimenticio) del intestino. Estas fuerzas desplazan el alimento a lo largo del tubo digestivo y lo mezclan con varias secreciones.
Aunque los procesos mecánicos son importantes, la transformación de los diferentes alimentos ingeridos en unidades pequeñas utilizables depende principalmente de los procesos químicos, que se realizan gracias a la acción de distintas enzimas. La digestión química se inicia cuando se ingieren los alimentos; las seis glándulas salivares producen secreciones que se mezclan con los alimentos. La amilasa salival es una enzima presente en la saliva que rompe el almidón en maltosa, glucosa y oligosacáridos. La saliva también estimula la secreción de enzimas digestivas y lubrica la boca y el esófago para permitir el paso de sólidos.
A lo largo del tracto digestivo tienen lugar tres reacciones químicas: conversión de los hidratos de carbono en azúcares simples como la glucosa ruptura de las proteínas en aminoácidos como la alanina, y conversión de grasas en ácidos grasos y glicerol Estos procesos son realizados por enzimas específicas.
La digestión final y la absorción tienen lugar principalmente en el intestino. La digestión de las grasas ocurre esencialmente en el intestino. Las sales biliares y la lecitina se unen a los monoglicéridos y a los ácidos grasos que de esta forma pueden pasar a través de las células intestinales. Otros nutrientes como el hierro y la vitamina B12 ven facilitada su absorción por la acción de proteínas transportadoras específicas que les permiten pasar a través de las células intestinales.
El aparato digestivo está compuesto por el tracto digestivo y otros órganos que ayudan en la digestión. Está compuesto de una serie de órganos huecos unidos en un tubo retorcido y largo que va desde la cavidad bucal hasta el ano, y consta de:
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La boca
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El esófago
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El estómago
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El intestino delgado
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El intestino grueso
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El recto
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El ano
Los órganos que intervienen en la digestión, pero no forman parte del aparato digestivo, incluyen:
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La lengua
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Las glándulas de la boca que producen la saliva
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El páncreas
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El hígado
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La vesícula biliar
Partes de otros sistemas, como los nervios y la sangre, también juegan un papel importante en el proceso digestivo.
Cavidad oral o bucal:
La cavidad oral o bucal es el primer segmento del tubo digestivo. Es una cavidad irregular cuya capacidad varia dependiendo de loa proximidad o separación entre la mandíbula y el maxilar. Esta dividida por las arcadas gingivodentales en dos partes: una periférica, llamada vestíbulo de la boca, y otra, central, llamada cavidad oral o bucal propiamente dicha.
Vestíbulo de la boca: El vestíbulo de la boca es un espacio incursado en forma de herradura, comprendido entre las arcadas alveolodentales por una parte y por otra por los labios y las mejillas. La cavidad vestibular se abre al exterior por la hendidura (orificio) bucal y esta tapizada por la mucosa bucal la cual se denomina encías en los arcos alveolares.
La mucosa se refleja desde las mejillas y los labios sobre los arcos alveolares, formando los canales o surcos vestibulares superior e inferior. Cada uno de estos canales presenta anteriormente, sobre la línea media, un repliegue mucoso, el frenillo del labio, siempre mas saliente en el labio superior que en el inferior. Posteriormente, los surcos vestibulares tienen continuidad entre si, recubriendo el borde anterior de la rama de la mandíbula y del tendón del músculo temporal.
La pared lateral de la cavidad vestibular presenta, a la altura del cuello del primero o del segundo molar superior, el orificio bucal del conducto parotideo.
La cavidad vestibular comunica a la cavidad bucal propiamente dicha por los espacios interdentales y por un amplio intervalo comprendido entre el borde anterior de la rama de la mandíbula y los últimos molares.
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Arcadas gingivodentales: La mandíbula esta revestida, alrededor de los bordes alveolares, por una mucosa muy adherente, densa, resistente y de color rosa llamada encía. La encía tiene continuidad, por un lado, con la mucosa de las mejillas y de los labios a lo largo de los canales vestibulares, y por otro lado con la mucosa del paladar superiormente y con el suelo de la cavidad bucal inferiormente.
La encía se detiene a lo largo del borde de los alvéolos dentales, siguiendo una línea festoneada cuyas partes salientes se extienden desde una cara a otra del maxilar y de la mandíbula de los intersticios interdentales. Así, cada diente esta rodeado por la mucosa gingival, sobre todo alrededor del orificio alveolar.
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Dientes: Los dientes son órganos de consistencia muy dura y de color blanco, implantados en los alvéolos dentales del maxilar y la mandíbula.
Características generales: Cada diente se compone de tres partes: La raíz, incluida en el alveolo dental; la corona, que sobresale del alveolo; y el cuello, por el cual la raíz se une a la corona. Además, esta excavado en una cavidad central, llamada cavidad dental (pulpar), que se abre por un orificio situado en el vértice de la raíz.
La cavidad dental contiene la pulpa del diente, compuesta por un tejido conjuntivo rojizo y por una ramificación de los vasos y nervios dentales correspondientes. La cavidad pulpar esta rodeada por una sustancia dura de color llamado dentina. La dentina esta recubierta en la corona por un tejido transparente y mas duro aun, el esmalte, y en la raíz por un tejido resistente, amarillo y opaco, el cemento.
Características particulares de las diferentes categorías de dientes: Los dientes se dividen, de acuerdo con su forma, en incisivos, caninos, premolares y molares.
Incisivos : La corona de los incisivos esta aplanada de anterior a posterior, presenta una cara vestibular convexa, una cara lingual o palatina cóncava, dos caras laterales proximales, que se afilan desde el cuello hacia el borde incisivo afilado cuyo ángulo distal es redondeado. La raíz es cónica y aplanada transversalmente; su punta esta un poco desviada distalmente. El cuello esta representado por dos líneas curvas, convexas hacia la raíz, una anterior y otra posterior. Los incisivos son cuatro para el maxilar y cuatro para la mandíbula. Los incisivos superiores son más grandes que los inferiores. Se distinguen, en cada mitad del maxilar y de la mandíbula, un incisivo medial y un incisivo lateral, sitiados uno al lado del otro, lateralmente a la línea media. El incisivo medial es mayor que el incisivo lateral.
Caninos: La corona tiene una forma de pirámide cuadrangular terminada en una punta de roma. La cara vestibular es convexa; la cara lingual o palatina es cóncava; las caras proximales son triangulares y están provistas de un surco longitudinal; su vértice esta mas cercano a la cara mesial que a la distal. La raíz es aplanada transversalmente, y dos veces más largas que la corona. La raíz de los caninos superiores es mas larga que la de los inferiores y esta un poco desviada distalmente. Los caninos son laterales a los incisivos; hay dos para el maxilar y dos para la mandíbula.
Premolares: La corona de los premolares es cúbica o irregularmente cilíndrica. En ella se reconocen: a) dos caras convexas, una vestibular y otra lingual o palatina, que corresponden una a la cavidad vestibular y otra a la cavidad bucal propiamente dicha; b) dos caras planas, una mesial y otra distal, en relación con los dientes vecinos; y c) una cara oclusal provista de dos cúspides, una vestibular y otra lingual o palatina. La raíz es generalmente única, aplanada de mesial a distal y recorrida en sus dos caras por un surco longitudinal. Los premolares son cuatro para el maxilar y cuatro para la mandíbula, y están situados a continuación de los caninos. En cada mitad del maxilar y la mandíbula, se distinguen un primero y segundo premolares, dispuestos de mesial a distal.
Molares: La corona tiene la misma forma que en los premolares y difiere por su volumen, que es mucho mayor, y por la configuración de la parte oclusal, que presenta en general cuatro cúspides separadas por un surco cruciforme. Las raíces son dos o tres. Los molares superiores tienen tres raíces, dos vestibulares y una lingual o palatina. Los molares inferiores tiene solo dos raíces, una mesial y otra distal. Las raíces son unas veces paralelas y otras divergentes, así como incurvadas en gancho (dientes en forma de timón). En cada hemimandíbula hay tres molares que se denominan primer, segundo y tercer molares, situados de mesial a distal. El tercer molar es siempre más pequeño que los otros, y se le llama muela del juicio.
Arcadas dentales: Los dientes implantados en el maxilar y la mandíbula se asemejan a dos curvas parabólicas, las arcadas dentales. La arcada dental superior posee un radio mayor que la arcada dental inferior y la sobrepasa, desbordándola, sobre todo anteriormente. Los incisivos, los caninos y los premolares de las dos arcadas dentales tienen una dirección aproximadamente vertical. Los molares tienen una dirección ligeramente oblicua. Están inclinados inferolateralmente en el maxilar, y superomedialmente en la mandíbula.
Inervación nerviosa de los dientes y encías: los dientes del maxilar están inervados por los nervios alveolares superiores posterior, medio y anterior, ramos del nervio maxilar; los de la mandíbula, por el nervio alveolar inferior, ramo del nervio mandibular.
Cavidad oral u bucal propiamente dicha: Esta cavidad esta limitada anterolateralmente por las arcadas gingivodentales, superiormente por el paladar e inferiormente por el suelo de la boca, en el cual sobresale la lengua. Posteriormente, la cavidad bucal comunica con la faringe por un orificio, el istmo de las fauces.
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Paladar: El paladar esta rodeado anterolateralmente por la arcada gingivodental superior, que tiene continuidad posteriormente, sin limites precisos, con el velo del paladar.
El paladar es cóncavo al mismo tiempo transversalmente y de anterior a posterior. Presenta en la línea media un rafe blanquecino, el rafe palatino, que se prolonga en el velo. Este rafe sobresale la mayoría de las veces, y otras esta deprimido en forma de un surco estrecho. En la extremidad anterior del rafe se encuentra una eminencia alargada de anterior a posterior, la papila incisiva (tubérculo palatino), en relación con el orificio del conducto incisivo. A ambos lados de esta papila, el paladar presenta crestas transversales u obligas, en número variable, llamadas pliegues palatinos transversos.
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Lengua: La lengua ocupa la parte media del suelo de la cavidad bucal, en la cual sobresale. Esta conforma el suelo de la boca. Irregularmente ovalada, gruesa en su extremidad posterior, la lengua esta aplanada de superior a inferior. Su cara dorsal, sus bordes, su vértice y la parte anterior de su cara inferior están revestidos por la mucosa y son libres en la cavidad bucal. En el resto de su extensión, que constituye la base o raíz de la lengua, este órgano recibe vasos y nervios, y se sujeta mediante numerosos músculos al hueso hioides, a la mandíbula, al paladar y a la apófisis estiloides.
La lengua es un órgano muscular y mucoso. La mucosa lingual recubre toda su parte libre y en ella se sitúa el órgano del gusto. En esta mucosa se encuentran numerosas terminaciones nerviosas en forma de papilas gustativas; en la parte inferior la membrana mucosa forma un repliegue llamado frenillo. Una serie de músculos imprimen una gran movilidad a la lengua y son : El lingual superior, eleva la punta de la lengua; el lingual inferior, es antagónico del anterior, o sea, dirige la punta de la lengua hacia abajo; el lingual trasverso, situado entre los dos anteriores y realiza los movimientos longitudinales de la lengua; dos estiloglosos, que retraen la lengua hacia dentro de la boca y hacia atrás; dos genioglosos, sirven para sacar la lengua y enrollarla; dos hioglosos, mantiene la lengua dentro de la boca y la mueven hacia abajo.
Las papilas gustativas constituyen las unidades gustativas. Están situadas en la mucosa y cada una consta de un grupo de células sensitivas en forma de barril conectadas a neuronas. Se conocen tres clases de pailas gustativas: caliciformes, fungiformes y filiformes.
La lengua se encuentra inervada por los nervios: el gran hipogloso, que inerva los músculos linguales y permite el movimiento de la lengua; el lingual, que es una rama del trigémino, da a la lengua sensibilidad táctil, pues sus terminaciones llegan a los corpúsculos de Krause; el glosofaríngeo y una rama del nervio facial dan a la lengua sensibilidad gustativa, ya que inerva todas las papilas gustativas.
El sabor amargo lo apreciamos por medio de las papilas caliciformes, situadas cerca de la parte posterior de la lengua. El sabor dulce lo apreciamos en la punta de la lengua. El ácido en los bordes de la lengua; el sabor salado en la punta como en los bordes de la lengua. Las papilas fungiformes nos permiten percibir los sabores: dulce, salado y ácido. Las papilas filiformes tienen una función táctil debido a que presentan corpúsculos de Krause.
Glándulas anexas a la cavidad bucal. Glándulas salivales:
La cavidad bucal recoge el producto de secreción de numerosas glándulas, que pueden diferenciar de acuerdo con su volumen en dos categorías: las glándulas salivales menores y las glándulas salivales mayores.
Glándulas salivales menores: Están diseminadas por toda la extensión de la mucosa bucal. Se dividen en 4 grupos principales: Las glándulas palatinas, están situadas en el paladar; las glándula bucales, están anexas a la mucosa de las mejillas. Las glándulas linguales se dividen en varios subgrupos: unas están anexas a las papilas circunvaladas y otras a loas papilas foliadas; otras, llamadas glándulas linguales de Weber, ocupan la parte posterior de los bordes de la lengua; finalmente, la conocida como glándula lingual anterior (de Blandin ) esta situada en la cara inferior de la lengua, cerca del vértice.
Glándulas salivares mayores: Estas glándulas están dispuestas en la vecindad de la cavidad bucal y siguen una curva concéntrica a la de la mandíbula. Se comunican con esta cavidad por sus conductos excretores. A cada lado se observan tres glándulas salivales que son, de anterior a posterior, la parótida, la submandibular y la sublingual.
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Glándula parótida: La glándula parótida es la más voluminosa de las glándulas salivales. Su peso, muy variable, es de 25 gr. aproximadamente. Consiste en una masa de tejido irregular, lobulada y amarillenta, que se encuentra debajo del conducto auditivo externo, entre el maxilar inferior y el esternocleidomastoideo.
La glándula se halla incluida dentro de una cápsula que deriva de la aponeurosis cervical profunda.
La glándula parótida tiene forma de pirámide invertida, aplanada y con tres caras; presenta una pequeña cara superior y las caras superficiales, anterointerna y posterointerna. La parte inferior de la glándula tiene forma de huso y termina en un vértice romo.
En su desarrollo la glándula es una evaginación de la cavidad bucal y se dirige hacia atrás en dirección al oído. En su trayecto cubre al nervio facial, pero de su superficie profunda se extienden prolongaciones de la glándula que penetran entre los ramos del nervio de una manera irregular y constituyen su porción profunda. Las prolongaciones más largas se encuentran entre sus porciones temporal y cervical. Se puede considerar que la glándula esta formada por una superficie superficial y profunda, a las que a veces se les denomina lóbulos.
El conducto parótideo (De Stenon) tiene una longitud aproximada de 5 cm. Se forma por la confluencia de dos ramas principales en el interior de la parte anteriuor de la glándula, atraviesa el masetero, y a nivel del borde anterior de este músculo gira hacia adentro en angulo recto, atraviesa la bola adiposa de Bichat (la almohadilla de succión del lactante) y perfora el buccinador y la mucosa bucal, y se abre a través de una pequeña papila situada en la superficie oral del carrillo y que queda enfrente de la corona del segundo molar superior. Cuando a traviesa el masetero recibe el conducto del lóbulo accesorio, y en esta posición queda situado entre los ramos bucales superior e inferior del nervio facial; la porción accesoria de la glándula y la arteria transversal de la cara quedan por encima. El ramo bucal del nervio mandibular, cuando emerge desde debajo del temporal y el masetero, queda situado inmediatamente por debajo del conducto a nivel del borde anterior del masetero.
Inervación nerviosa de la glándula parótida: La parótida recibe su inervación secretora del nervio auriculotemporal, el cual transmite los impulsos que proceden del núcleo salivatorio inferior. Las fibras secretoras salen de este núcleo siguiendo primeramente la vía del nervio glosofaríngeo y después la del nervio timpanito y de los nervios petrosos menores que, unidos, terminan en el ganglio ótico. Después de realizar allí un relevo, la vía secretora continua con el nervio auriculotemporal, que la lleva hacia la glándula.
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Glándula submaxilar: Esta tiene forma irregular y un tamaño parecido al de una nuez. Esta formada por una gran porción superficial y una porción profunda mas pequeña, continuándose ambas a nivel del borde posterior del milohiodeo.
La porción superficial de la glándula submaxilar esta localizada por el triangulo digástrico, por delante alcanza el vientre anterior del digástrico, por detrás el ligamento estilomaxilar, el cual se interpone entre las glándulas maxilar y parótida. Por encima se extiende bajo la cubierta del cuerpo maxilar inferior; por debajo coincide parcialmente con el tendón intermedio del digástrico y con la inserción del estilohioideo. Tiene tres caras, inferior, interna y externa, y esta parcialmente incluida entre dos laminas de la aponeurosis cervical profunda que se extiende desde el asta mayor del hioides, una lamina llega hasta el borde inferior del maxilar inferior y recubre la cara inferior de la glándula, y la otra lamina llega hasta la línea milohioidea de la superficie medial del maxilar inferior y recubre la cara interna de la glándula.
La porción profunda de la glándula submaxilar se extiende por delante hasta el borde posterior de la glándula sublingual, que esta localizada en la zona intermuscular que queda entre el milohioideo por debajo y lateralmente, y el hiogloso y el estilogloso medialmente; por encima se relaciona con el nervio lingual, y por debajo con el nervio hipogloso y con la vena profunda de la lengua.
El conducto submaxilar (De Wharton) es un conducto de paredes delgadas pero resistentes, aplanado en el cadáver y blanquecino; su longitud es de 4 a 5 cm y su diámetro de 2 a 3 mm. Este procede de la unión de muchos conductos colectores. Este conducto acompaña primero a la prolongación anterior de la glándula y se abre en la cavidad bucal por medio del orificio umbilical. El nervio lateral lo rodea de lateral a medial y de posterior a anterior.
Inervación nerviosa de la glándula submaxilar: Los nervios proceden del ganglio submandibular, del nervio lingual y de la cuerda del tímpano por medio del lingual.
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Glándula sublingual: Esta situada en el suelo de la boca, profundamente a la mucosa del surco alveololingual. Es alargada en sentido del suco alveololingual, aplanada transversalmente y un poco afilada en sus extremidades. La sublingual pesa alrededor de 3 gr y mide unos 3 cm de largo, 5 mm de altura y de 7 a 8 mm de anchura. Su coloración es semejante a la de la glándula submandibular.
Conductos excretores: La glándula sublingual es una aglomeración de glándula y posee tantos conductos excretores como pequeñas glándulas agrupadas. Se cuentan de 15 a 30 conductos excretores. Uno de ellos, más voluminoso que los otros, llamado conducto sublingual mayor (De Rivinius o de Bartholin), nace de la parte media de la cara medial de la glándula, rodea el conducto submandibular y se abre lateralmente a este en el vértice de la carúncula sublingual. Los otros conductos, denominados conductos sublinguales menores (De Walter), son pequeños y cortos y terminan lateralmente al conducto sublingual mayor, a lo largo del pliegue sublingual formado por la glándula.
Inervación nerviosa de las glándulas submaxilar y sublingual: las glándulas submaxilar y sublingual reciben su inervación secretora del nervio lingual. Este transporta los impulsos procedentes del núcleo salivatorio superior, situado en el puente. Las fibras secretoras de este núcleo siguen la vía del nervio facial y después la cuerda del tímpano, que se comunica con el nervio lingual. Las fibras nerviosas hacen sinapsis en los pequeños ganglios submandibular y sublingual, de donde se desprenden los ramos que inervan cada una de las glándulas.
Cómo se regula la digestión?
Reguladores hormonales
Una característica fascinante del aparato digestivo es que contiene sus propios reguladores. Las principales hormonas que controlan las funciones del aparato digestivo se producen y liberan a partir de células de la mucosa del estómago y del intestino delgado. Estas hormonas pasan a la sangre que riega el aparato digestivo, van hasta el corazón, circulan por las arterias y regresan al aparato digestivo, en donde estimulan la producción de los jugos digestivos y provocan el movimiento de los órganos.
Las hormonas que controlan la digestión son la gastrina, la secretina y la colecistocinina.
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La gastrina hace que el estómago produzca un ácido que disuelve y digiere algunos alimentos. Es necesaria también para el crecimiento normal de la mucosa del estómago, el intestino delgado y el colon.
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La secretina hace que el páncreas secrete un jugo digestivo rico en bicarbonato. Estimula al estómago para que produzca pepsina, una enzima que digiere las proteínas, y al hígado para que produzca bilis.
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La colecistocinina hace que el páncreas crezca y produzca las enzimas del jugo pancreático, y hace que la vesícula biliar se vacíe.
Reguladores nerviosos
Dos clases de nervios ayudan a controlar el trabajo del aparato digestivo. Los nervios extrínsecos (de afuera) llegan a los órganos digestivos desde el cerebro o desde la médula espinal y provocan la liberación de dos sustancias químicas: la acetilcolina y la adrenalina. La acetilcolina hace que los músculos de los órganos digestivos se contraigan con más fuerza y empujen mejor los alimentos y líquidos a través del tracto digestivo. También hace que el estómago y el páncreas produzcan más jugos. La adrenalina relaja el músculo del estómago y de los intestinos y disminuye el flujo de sangre que llega a estos órganos.
Los nervios intrínsecos (de adentro), que forman una red densa incrustada en las paredes del esófago, el estómago, el intestino delgado y el colon, son aún más importantes. La acción de estos nervios se desencadena cuando las paredes de los órganos huecos se estiran con la presencia de los alimentos. Liberan muchas sustancias diferentes que aceleran o retrasan el movimiento de los alimentos y la producción de jugos en los órganos digestivos.
La masticación forma parte importante del proceso digestivo. Este empieza en la masticación. Una buena digestión comienza con una buena masticación.
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Enviado por: | Jemipero |
Idioma: | castellano |
País: | Colombia |