Periodismo
Televisión chilena
40 HITOS DE LA TELEVISION CHILENA
Mundial de 1962
La transmisión televisiva del campeonato de balompié revela claramente la paradoja que vivía el naciente sistema local. Pese a tratarse de canales de carácter "cultural-educativo", debieron hacer frente a la presión que un país futbolizado -y sin una alternativa de TV comercial- ejerció sobre ellos y finalmente se esmeraron en efectuar la mejor transmisión posible. Canal 8 llevó las alternativas futbolísticas gracias a un equipo de TV mexicano, mientras el de la UC se proveyó de un completo equipo adquirido en EE. UU. Canal 9, en tanto, compró un equipo móvil apoyado por la conducción de Patricio Bañados y la actriz Diana Sanz. Como legado, el Mundial marcó un salto en la profesionalización televisiva así como la entrada de la TV en la sociedad de consumo: para fines de 1962 ya había veinte mil aparatos, cuatro veces más que en 1959.
Sábados Gigantes
Nacido como Sábados Alegres, en 1962, el programa animado por el diseñador de vestuario Mario Kreutzberger partió como una adaptación de Los Sábados Circulares, del Canal 9 de Buenos Aires. Pese a ser calificado por cierta prensa como "antipático" y "volantín de melones", Don Francisco -como se hizo llamar tempranamente- supo tocar una fibra en la audiencia con un estilo que se impuso en nuestro medio y que debe bastante a los programas de variedades de la TV estadounidense y la versatilidad de su conductor. Así fue como el programa se convirtió en el primero en entregar un premio (un corte de género Diolén) y en obsequiar un vehículo. Todo ello, en un esquema familiar que superaba las seis horas y que incluyó secciones de antología, como La cámara indiscreta, Los Eguiguren y Solteras sin compromiso. Asimismo, el éxito del espacio se traspasó a Noche de Gigantes, donde Don Francisco hizo las veces de un Johnny Carson local: un conversador locuaz y divertido.
Esta es mi familia
"Fue la primera teleserie y programa en vivo de la televisión", recuerda Emilio Gaete, protagonista junto a Malú Gatica de este espacio que en 1963 hablaba de la cotidianidad de un hogar desde una postura cristiana. Juani en Sociedad fue su sucesora y la serie cómica más exitosa de Canal 13 hasta 1971, contando entre sus libretistas a José Donoso. Se transmitía los miércoles y narraba las aventuras de la singular familia Moller Mckay: Silvia Piñeiro, Emilio Gaete y Sonia Viveros. El programa tuvo una segunda versión en Canal 11 desde 1981 a 1985 y luego una breve y tercera generación en La Red en 1995. "Fue una pena lo que ocurrió en esa última temporada ya que, luego de 10 días de transmisión, Chile Films se dio cuenta que el programa costaba el doble de lo que le cobraba a La Red. Así es que tuvimos que salir del aire", señala Gaete.
La historia secreta de las grandes noticias
Aunque Reporter Esso, conducido por Pepe Abad en Canal 13 en 1964, es considerado el primer noticiario de la televisión chilena, no fue hasta La historia secreta de las grandes noticias (1965) que el género informativo alcanzó mayor elaboración. Logrando récords de audiencia, el programa conducido por Manuel Mendoza y creado por José Gómez López, logró importantes golpes noticiosos.
Como anécdota, se dice que el primer garabato que se escuchó en televisión fue pronunciado en este espacio por un delincuente que se encontró frente a las cámaras con el detective que lo perseguía por años. A mediados de 1966, se había preparado un reportaje sobre la matanza del Seguro Obrero (ocurrida en 1938), donde se mostraba a personajes de la vida política vistiendo uniformes nazis y saludando con la mano en alto. El rector Silva Santiago prohibió su salida al aire, lo que motivó la renuncia de Mendoza, Gómez López y Edwin Harrington, director del área periodística de Canal 13.
Las series extranjeras
El cronista Hernán Millas sostiene que las seriales internacionales son casi tan antiguas como la llegada de la televisión al país. Una de las primeras producciones fue Los Picapiedras, en 1964, que se transmitía a las 21:00 horas, convocando a toda la familia, mientras hoy se ve relegada a la franja infantil. Hacia 1965 aumentaron los programas extranjeros como La Hechizada, El Fugitivo y La familia Adams, entre otros. Según Millas, fue Bonanza la primera serial "adulta" que causó un auténtico impacto. "Los niños jugaban a ser una familia del oeste de Estados Unidos e imitaban a sus personajes", recuerda. Hacia 1968 varias seriales ya estaban consolidadas. Bonanza encabezaba las preferencias de la época con un 90 % de la teleaudiencia; seguida por FBI en acción (87 %); Misión Imposible (86 %); El agente de Cipol (81 %) y La caldera del diablo (26 %).
Pin Pon
"Canal 13 le pidió a Jorge Guerra que creara un programa para párvulos. Fue a partir de ese requerimiento que nacePin Pon en las pantallas de la televisión chilena, en 1965". En esos términos recuerda el productor Manuel Vergara el nacimiento del mítico muñeco "con cuerpo de algodón". Pin Pon se insertaba en ese momento en los planes educativos de la estación que intentaba dar forma a una programación infantil propia. Según Vergara, Jorge Guerra no sólo fue innovador al crear un personaje que cumplía con una intención didáctica a través del juego y la fantasía. También fue pionero en la creación de los "efectos especiales" de la época, al introducir la técnica del cromo para hacerse pequeño y trasladarse mágicamente de un lugar a otro en pantalla. "Las malas lenguas cuentan que el proyecto fue enviado a México y tiempo después salió el Chapulín Colorado con sus pastillas de chiquitolina", recuerda Vergara.
Eleodoro Rodriguez Matte
El 2 de enero del 68 sin duda fue una de las fechas más importantes en la historia de UC-TV. Ese día Eleodoro Rodríguez Matte asumía la dirección general de un canal católico devastado por una dura crisis económica. En este contexto, el hombre fuerte de UC-TV debió racionalizar recursos humanos y económicos. Además, se preocupó de las relaciones entre Protel, encargado de las ventas publicitarias, y la estación, lo que significó que fuese el propio canal quien manejara autónomamente sus relaciones comerciales, consiguiendo, hasta esta fecha, conservar la tajada más grande de la torta publicitaria televisiva. Tanto su primera gestión, hasta 1969, como la segunda, desde 1974, fueron plenamente exitosas en el plano económico: logró un saneamiento de las finanzas, generó utilidades y saldó las deudas con la universidad. Además, su constante preocupación por mantener una línea programática inquebrantable lo ha hecho ser merecedor del apoyo de altos sectores de la Iglesia Católica.
A esta hora se improvisa
Transmitido a partir de 1969, por Canal 13, este programa partió como una tertulia conducida por Jaime Celedón donde se debatían temas culturales y sociales, pero se transformó en un programa esencialmente político. "Se transmitía en directo y tenía una sintonía enorme: verdaderos mares humanos llegaban hasta la Universidad Católica para esperar nuestra salida. A veces, existía una orden de detención contra un dirigente sindical invitado como León Vilarín.
Investigaciones llegaba a detenerlo al programa y Vilarín era internado en el hospital de la UC y sacado al otro día en ambulancia", recuerda Celedón. Muchos panelistas llegaban a la sala de maquillaje con "seis guardaespaldas y ametralladoras, "como es el caso del director de Investigaciones de la época, Coco Paredes". El programa terminó en 1973 con el golpe de Estado, pero Celedón grabó cuatro capítulos en la clandestinidad: "Uno de ellos se realizó en el gimnasio de un colegio de monjas. El general Leigh aceptó enfrentar a las fuerzas que estaban en contra", recuerda.
La manivela
Hasta la llegada de La manivela, a principios de los 70, la TV chilena transmitía un humor orientado a la farsa, a contar chistes.
"Nosotros optamos por un humor de situaciones con un transfondo crítico", afirma Jaime Celedón, uno de sus creadores, junto a Julio Jung, Nissim Sharim y Delfina Guzmán. El programa, si bien gozó de gran sintonía, vivió momentos complicados, y varias veces no salió al aire. "Entonces era director de Canal 13 el padre Raúl Hasbún, quien no nos aceptaba todas las locuras", sostiene Celedón. Otro "bajón" ocurrió en los años 90: "Tratamos de rehacer el programa en el Canal 7, pero fue un fracaso porque no entendimos el proceso de cambio que había experimentado la sociedad chilena", admite.
Música libre
Camilo Fernández -que había dejado su cargo de director artístico de la compañía de discos IRT tras negarse a ingresar al PS- fue el creador de este exitoso programa transmitido por TVN entre 1970 y 1974. Inspirado en un espacio argentino llamado Música en libertad, mostraba a jóvenes bailando despreocupadamente.
Canciones como Salta pequeña langosta, Quiero gritar que te quiero o How do you do se convirtieron en imperdibles de las fiestas de entonces. Siempre primera sintonía, el espacio beneficiaba al noticiero estatal, arma propagandística de la UP. Sin embargo, sectores de extrema izquierda del canal lograron que saliera de la pantalla por "poco revolucionario". Ante la protesta del público y la caída de la audiencia, fue repuesto tres días después.
Las teleseries extranjeras
Saby Kamalich, la humilde costurera que con esfuerzo se convierte en una próspera empresaria, cautivó a la audiencia femenina en la telenovela Simplemente María. Transmitida por el canal de la Universidad de Chile en 1971, ésta fue la primera producción internacional en conseguir un elevado número de seguidores durante sus más de dos años de duración. Alfredo Lamadrid recuerda que "la imitación nació sola y las ventas de máquinas de coser aumentaron considerablemente en esa época". Ya en el año 67, UC-TV había incursionado con El amor tiene cara de mujer, la primera telenovela transandina presentada en Chile, pero no llegó a lograr una gran sintonía. Simplemente María marcó el inicio de una moda por los melodramas argentinos. Posteriormente, le correspondería el turno a Enzo Viena y su telenovela Nino, transmitida en 1972 por UC-TV.
11 de septiembre de 1973
Las imágenes de La Moneda en llamas captadas por la televisión chilena dieron la vuelta al mundo y dejaron en evidencia el papel que la pantalla chica podía jugar como reflejo de la memoria colectiva. Pero no sólo eso: el quiebre institucional influyó definitivamente en la manera de hacer televisión en el país y acentuó la injerencia del gobierno en la pantalla chica. Además de despidos masivos y listas negras, se tradujo en la eliminación de ciertas palabras del vocabulario televisivo. "No se podía decir solidaridad... Cuando hacíamos concursos entre colegios, uno era el equipo amarillo, otro el verde, pero nunca rojo. Tampoco podíamos decir compañeró", recuerda René Schneider, director de programas infantiles y musicales en TVN.
Monos japoneses
A mediados de los setenta emergió la primera oleada de estas controvertidas series con las populares creaciones de Osamu Tesuka (Jet Marte, La Princesa Caballero y Kimba, el león blanco) Pero, sin duda, fue Heidi la que transformó el género en un fenómeno social: este melodrama de 52 capítulos se transmitía en Chile media hora antes del noticiero central de TVN. La historia creada por Hayao Miyazaki se repitió en Remi, Marco y Candy, verdaderas telenovelas para niños sobre las aventuras de desvalidos huérfanos de ojos grandes y redondos. Mazinger Z también alcanzó gran repercusión en el auditorio infantil en los ochenta y encendió una de las primeras polémicas. Padres y educadores anunciaban que los niños se contagiarían con las belicosas costumbres de los personajes, que incluían a un hermafrodita (Barón Ashler) y una robot (Afrodita A) que usaba sus pechos como misiles.
Programas infantiles
"Nos gusta meter bochinche que es mejor", era el lema de un juguetón Tío Memo (Roberto Sandoval), animador de este programa, rey de la audiencia infantil entre 1976 y 1983. Transmitido por el canal de la Universidad de Chile, el espacio representó un cambio notorio en la televisión para niños: si Pin Pon era suave y educativo, Los Bochincheros apelaban a la catarsis. Uno de los concursos, por ejemplo, consistía en hacer sonar una trompeta, vencer la fuerza de un elástico grueso y llegar hasta un lugar lleno de juguetes. Conducido también por la Tía Pucherito (María Pastora), el espacio salía al aire todas las tardes de lunes a viernes y tuvo momentos inolvidables como la creación del Club de Dadores Voluntarios de Chupetes.
Jappening con ja
"Logramos 85 puntos de sintonía y nos echaron de TVN en 1981 al bajar a 35", recuerda Eduardo Ravani, uno de los cerebros de este clásico del humor con 20 años de vida. En 1983 volvieron a ese canal y, pese a las restricciones de ese tiempo, realizaron un humor visual que bombardeaba todo lo establecido en el medio, inventando a Pepito TV, por ejemplo, una hiriente parodia a Don Francisco. Incluso, Mario Kreutzberger tuvo que revitalizar su personaje llegando al extremo de "tirarse al suelo" para figurar más que la sátira de Fernando Alarcón. Nació una rivalidad: Pepito le enrostraba en cámara sus defectos ("guatón copión", le decía). En ese entonces, Don Francisco veía al Jappening como su única competencia: "Y empezó a jugar sus cartas, a levantarnos a Maitén o a Gloria y nosotros íbamos y le quitábamos a Marilú, Oscar o Pato Torres", señala Ravani.
Televisión en colores
Oficialmente, la primera transmisión fue realizada por TVN en la final del Festival de Viña del Mar de 1978. Alfredo Lamadrid, sin embargo, refuta esto: "Es un mito. Dicen que fue la primera vez.
Pero creo que se daba la excusa que la señal era sólo en el extranjero". En esa época el gobierno prohibía transmitir en colores dentro del país. No obstante, Canal 13 pronto se puso al día: César Antonio Santis apareció en pantalla con una estrambótica corbata, cabellera y espesas pestañas un tanto azuladas y piel ligeramente amarilla, el 15 de febrero de 1978, en Teletrece. Existía también un impedimento del Ministerio de Economía para importar los nuevos receptores, sin embargo desde enero ya se mantenía un mercado negro a 720 dólares cada aparato y en el aeropuerto era fácil ver a los viajantes con estas ilícitas mercancías bajo el brazo.
Teletón
Comenzaba el mes de diciembre del 78 y Jane Hermosilla, niña símbolo de la Teletón, aparecía junto a Don Francisco en lo que sería la primera campaña publicitaria de esta obra benéfica. La idea, tomada del comediante estadounidense Jerry Lewis, era recolectar fondos para crear un centro de rehabilitación para niños discapacitados en Santiago. Los resultados fueron óptimos: 26 empresas entregaron su aporte y el público que vivió las primeras 27 horas de Teletón, recaudó $ 84. 361. 838. Gracias a este interés de la gente, la fundación siguió realizando sus campañas, que con el tiempo se fueron convirtiendo en grandes espectáculos televisivos.
Festival de la Una
Casi una década, entre 1979 y 1987, se transmitió este "estelar del mediodía", llegando a alcanzar la insólita cifra de 40 puntos de audiencia. Con la animación inconfundible de Enrique Maluenda, el espacio hizo popular el concurso Afírmese Ud. compadre, luego copiado en Cuanto vale el show y Sábado Gigante Aunque daba la impresión de ser un programa en vivo, El Festival de la una se grababa en un solo día, como señala René Schneider, director de siete temporadas: "Contratábamos a un artista y no podíamos hacerlo venir todos los días, así que lo teníamos un día completo y ahí se grababan los programas para el resto de la semana". El espacio tenía un tono muy popular, que se traducía en la entrega de recetas de cocina de $ 10 y en esos inolvidables pasajes en los que el animador instaba a sus modelos a saborear con su mejor sonrisa salsa de tomate fría. Según Maluenda, este peculiar estilo fue el que motivó su fin: "Se cortó por razones políticas, justo un año antes del plebiscito".
Dallas
Con pinta de hippie y promoviendo el consumo de la marihuana, el actor Larry Hagman vino a Chile en 1972 a filmar una olvidada película en Quintay. En ese momento ya gozaba de cierta popularidad, gracias a Mi bella genio, pero no era tan famoso como llegaría a serlo con su caracterización del malvado J. R. Ewing en una de las series más vistas de todos los tiempos. Estrenada en Estados Unidos en 1978 y exhibida en Chile a inicios de los 80, Dallas innovó en el género al presentar como protagonista al villano, quien se ganó las simpatías del público, pese a ser el más malo de los malos. La serie mostraba la vida de una familia petrolera envuelta en las intrigas de J. R. por lograr el control de la compañía. Poblada de crímenes y pecados, la historia se extendió a trece temporadas -en Chile se exhibieron seis- y su éxito motivó la aparición de similares como Dinastía , Falcon Crest, Flamingo Road y una especie de hermana menor: Vecinos y amigos.
Festival de Viña 81
Este fue uno de los mejores años del festival. La connotación política que tenía el evento lo convertía en la fiesta del verano y en el lugar exacto para que los adelantos tecnológicos debutaran en forma desmesurada. El director de los festivales de Viña de esa década, Sergio Riesenberg, recuerda: "Fueron todos muy importantes en cuanto a tratamiento de imagen y a calidad de invitados, había medios para traer a cualquier artista y cada adelanto se presentaba ahí, era una vitrina para el mundo... demostrar que Chile estaba bien". Viña 81 incluyó a artistas de la talla de Miguel Bosé, Julio Iglesias y KC & the Sunshine Band.
Vamos a ver
"Mi sueño hasta ese minuto era hacer un programa como Vamos a ver". Con esa frase, Raúl Matas refleja lo que significó para su carrera realizar durante seis años uno de los estelares más vistos de la televisión chilena de fines de los setenta. Artistas de la talla de Sophia Loren eran el plato fuerte de cada capítulo del espacio realizado por TVN. "Había tanto dinero en esa época, el peso estaba a la par con el dólar que era muy fácil traer a gente de renombre...
eso, por supuesto, nunca lo contamos en aquellos años", recuerda Matas. A la hora de hablar de anécdotas imborrables, surge la imagen de Grace Jones comiendo una planta o el día en que debido a un incendio en el restaurante Camino Real, lugar desde el que transmitían, los tramoyas del canal tuvieron que realizar en Chile Films una copia exacta del salón principal para seguir funcionando.
Con cierta melancolía, Matas sentencia: "Eran años glamorosos para la televisión".
Sabor latino
1981 era el año del destape. Las vedettes y bailarinas colmaban los estudios del canal nacional para participar en el programa de Antonio Vodanovic. Eran momentos difíciles para el régimen militar, como recuerda el director Sergio Riesenberg: "Yo sabía que no íbamos a tener ningún problema con el gobierno por mostrar pechugas. El programa obedecía a la necesidad de distraer la atención, de responder a un caos económico que se estaba generando en Chile. No fue casual que el Almirante Merino y la señora Lucía Hiriart estuvieran sentados ahí, en primera fila. A mí me pidieron un programa que hiciera impacto, que postergara el alza del dólar y el caos económico de comienzos de los 80", revela el director.
Magnetoscopio musical
Un robot que caminaba entre cables y equipos de audio fue uno de los primeros efectos especiales de la pantalla chica. El autómata, que hoy parece un simple juguete de plástico, era una especie de anfitrión del programa conducido por Rodolfo Roth, pionero en la televisión chilena en la emisión de video clips, adelantándose incluso a la creación de MTV. Magnetoscopio musical marcó la pauta de los programas juveniles de los 80, influyendo en experiencias posteriores como Más música (UC-TV) y Video top (Canal 11). En 1986, Roth desapareció sin mayores explicaciones de la pantalla y se dedicó al negocio de los mariscos congelados.
Las series de los 70
Revisando el amplio abanico de series de esta década, resalta el glamour disco de Los Angeles de Charlie, tres hermosas detectives (Sabrina, Jill y Kelly) que persiguen malhechores por orden de un millonario misterioso cuyo rostro jamás es visto.
Inicialmente película para la TV, alcanzó pronto el estatus de serie de culto, catapultando a la fama, entre otras, a Farrah Fawcett, Jaclyn Smith, Kate Jackson y Cheryl Ladd. Otro tanto ocurrió con los rudos detectives Dave Starsky (Paul Michael Glaser) y Ken Hutchinson (David Soul), secundados por el simpático proxeneta Huggy Bear. Claro que no fueron las únicas: El lollipop de Kojak y la cámara lenta de El Hombre Nuclear y La Mujer Biónicalidiaron con la decadencia de La Isla de la Fantasía, cuyo mal gusto sólo se esforzó en superar esa oda al kitsch llamada El crucero del amor. Ello, sin mencionar al loro de Baretta, las persecuciones de Los Dukes de Hazard y las inverosímiles transformaciones de El Hombre increíble y La Mujer Maravilla
El control remoto
En 1977 llegaron a Chile los primeros televisores con control remoto electrónico, es decir, sobre la base de una luz infrarroja, tecnología que aún se mantiene. Sin embargo, ya en 1966 existía un sistema mecánico de elección de canales a distancia que transmitía vibraciones de ultrasonido, mediante un comando conectado por un cable al televisor. La revolución del control remoto cambió los hábitos de los chilenos y posibilitó ver televisión desde la cama. Así, las tandas comerciales, antes tan molestas para el público al interrumpir por varios minutos la programación, eran fácilmente sorteadas. Pero el nuevo adminículo también permitió silenciar el televisor o, en un impulso más radical, cambiar de un programa a otro en cualquier momento. Era el inicio de la hoy tan arraigada rutina del zapping, un dolor de cabeza para los creativos y productores televisivos.
El chapulín y el chavo
En 1980, miles de niños chilenos compraban en las calles un chipote chillón o pastillas de chiquitolina. Tanto entusiasmo -inédito para un programa infantil- obedecía al "fenómeno Roberto Gómez Bolaños" que, a partir de 1977, se instaló en Chile. Ese año, tanto elChavo del Ocho como El Chapulín Colorado fueron transmitidos por el canal de la Universidad de Chile. Las otras estaciones de televisión no se imaginaron entonces todo el revuelo que causarían los personajes del comediante mexicano, conocido como Chespirito.
Desde mayo de 1981 a mayo de 1986, el programa fue transmitido por Televisión Nacional, en distintos horarios y temporadas. En 1990 le tocó el turno a Megavisión en un ciclo que mantiene hasta el día de hoy. Muchas de las "invenciones" de Gómez Bolaños -quien decidió poner fin al programa en 1992 tras 27 años de éxito- siguen recorriendo Latinoamérica con sus espectáculos propios: Quico y su compañía; La Chilindrina con su Holiday On Ice; y los circos de El Profesor Jirafales, oño y el Señor Barriga.
La Madrastra
Fue el mayor hito televisivo de 1981 y originó una sicosis colectiva por averiguar quién mató a Patricia. La seductora intriga creada por Arturo Moya Grau inspiró portadas de diarios, y La Tercera organizó un concurso para dar con la respuesta. En esa época, ni la propia Gloria Munchmeyer, que encarnaba a Estrella, supo que era la culpable del crimen ocurrido en el cuarto 345 en un hotel de Los Angeles, ya que se filmaron varios finales. El último capítulo transmitido el 17 de agosto de 1981 significó la paralización de las actividades en todas las localidades del país donde llegaba Canal 13.
A su vez, La Madrastra sería el primer movimiento de la "guerra de las teleseries" que enfrentaría a TVN y UC-TV, y ahora último a Megavisión, en una costosa lucha por el rating en el horario que precede al noticiero central.
Mundo '83
En 1981, Hernán Olguín era reportero de temas científicos y jefe de Prensa deTeletrece, pero su sueño era crear un programa en horario prime exclusivamente dedicado a reportajes del área de tecnología y ciencia. Se trataba de una idea bastante audaz para la época que, no obstante, encontró acogida en el secretario general de Canal 13, Juan Agustín Vargas, y en el propio director del canal, Eleodoro Rodríguez. "Era imposible decirle que no a Hernán", recuerda la periodista Andrea Vial, una de las fundadoras de Mundo ´83. El equipo formado por Olguín trabajó durante todo el año 82 para por fin salir al aire el segundo semestre del año siguiente. "Ese día teníamos siete casetes editados hasta el último minuto por la acuciosidad de Hernán". Su entusiasmo no se apagó ni siquiera en 1986 cuando, ya gravemente enfermo de cáncer gástrico, revisaba libretos desde su habitación del Hospital Clínico de la Universidad Católica.
Informe especial
Junio del 84 fue el mes en que, luego de años de discusión, TVN da el vamos al primer programa de investigación periodística. Santiago Pavlovic fue el encargado del proyecto que tímidamente debutó con un reportaje sobre la violencia intrafamiliar a las 11 de la noche. La acogida fue tal que sólo semanas después de su debut el espacio se trasladó al horario estelar. El hecho de enfrentar en forma seria y sin mayores tapujos temas políticos y sociales generó ciertos roces que significaron que cada capítulo debía pasar por una estricta revisión por parte del directorio antes de salir al aire. Según cuenta Pavlovic, "cuando desarrollamos la investigación de Michael Townley, por ejemplo, considerábamos que era un buen entrevistado. Sin embargo, el Presidente Aylwin planteó postergar el programa por las repercusiones que podía tener. Al final el reportaje salió, pero el editor periodístico del programa Patricio Caldichoury, también". Esto a la larga obligó a relegar los temas políticos nacionales a segundo plano y dar mayor importancia, por un criterio comercial, a reportajes de tipo social y humano.
Martes 13
En 1971 se juntaron por primera vez César Antonio Santis, el director Gonzalo Bertrán y el productor musical Camilo Fernández en el programa A 120 kilómetros por hora, del canal nacional.
Fue el primer estelar como tal y su fórmula se repitió, con ligeras modificaciones, en diversos espacios y canales, hasta llegar a Martes 13, donde volvió a reunirse este trío de profesionales a mediados de los 80. Sin duda uno de los programas que logró liderar la audiencia durante más tiempo, supo adaptarse a los cambios del gusto del público y sobrevivir a la rotativa de animadores, tras la salida de Santis.
Televisión por cable
En 1988 debuta Intercom, el primer cableoperador del país. Un año después, eran tres las empresas que competían por el liderazgo de un negocio que fructificaba rápidamente llegando a marcar, a comienzos de los noventa, la mitad de las preferencias en las mediciones del people meter. Según Jorge Navarrete, ex director ejecutivo de TVN y ex gerente de VTR, "la llegada del cable cambió el concepto de cómo hacer televisión". De hecho, los canales comenzaron a programar mayores espacios nacionales y disminuyó la cantidad de material envasado. "El público accede a programación internacional con mucha facilidad y por eso requiere espacios de análisis noticioso, que entrega la televisión nacional", afirma Navarrete. Y agrega: "Antes teníamos una televisión bastante geométrica. Hoy, gracias a la posibilidad de acceder a canales internacionales, hemos aprendido a buscar modernas formas de expresión en pantalla".
El dedo de Lagos
Más que la dureza de una frase, el dedo de Ricardo Lagos apuntando a la cámara de UC-TV en De cara al país, el 25 de abril de 1988, mientras pronuncia la sentencia "Usted, general Pinochet, no ha sido claro con el país", marca un cambio radical en la forma de manejar la televisión como instrumento político. Por primera vez, se utiliza la cámara como parte de un discurso, en el que un movimiento escénico -el dedo que apunta- se acompaña de elementos histriónicos -la mirada fija, el semblante serio- al formular una acusación pública. Según Sergio Riesenberg, esa imagen es un hito televisivo, "porque nunca antes un político había enfrentado la cámara con completa naturalidad. Eso dejó la crema y le dio una impresionante credibilidad... nos dejó a todos verdes".
Posteriormente, otros aprenderían de su ejemplo.
Franjas políticas del plebiscito
El lunes 5 de septiembre de 1988, a las 22:45 horas, se dio el vamos a la publicidad política del plebiscito que se realizaría ese año.
Cuatro millones de personas -repartidas en 38,7 puntos en Canal 13 y 20,8 en TVN- vieron Chile: la alegría ya viene y Chile: un país ganador, los espacios que representaban a las opciones del No y el Sí. La creatividad de la campaña opositora de inmediato contrastó con la estrategia gubernamental que sólo se dedicaba a mofarse o responder a su contrincante. Por ejemplo, el remedo del himno "la alegría ya viene" sustituyéndolo por "la violencia ya viene". El éxito del espacio no oficialista implicó la inmediata salida de Marcos López, el creador de la campaña Somos millones y la llegada de Sergio Riesenberg y Manfredo Mayol en su reemplazo.
Mea culpa
Concebido como el primer reality show de la televisión chilena, Mea culpa, transmitido por TVN, es uno de los programas que han causado mayor impacto, consiguiendo más de 25 puntos de rating desde sus primeras transmisiones. De hecho, este espacio fue el único capaz de arrebatar el liderazgo de sintonía que durante años mantuvo Martes 13. Estudios de mercado demuestran que tres de cada cuatro chilenos ha visto a lo menos uno de los cincuenta capítulos que se han transmitido en cuatro años. Pese a este éxito popular, Carlos Pinto enfrenta cada día mayores dificultades para llevar al aire sus reportajes. Sin embargo, el tiempo le ha enseñado a utilizar la mejor táctica: mantener buenas relaciones con la gente de los recintos carcelarios. Esto ha favorecido la realización de capítulos tan criticados como el de los pasteles envenenados, cuya emisión se postergó varios meses debido a que la familia afectada no quería que saliera al aire.
La muerte en directo
No sólo fue un hecho brutal que cobró la vida de dos frentistas.
También fue una odisea televisiva que mantuvo en vilo a buena parte del país por casi doce horas. La mañana del miércoles 22 de enero de 1992, tres miembros del FPMR intentaron apoderarse de la caja del Banco de Concepción, en el Campus Oriente de la UC.
Interceptados por la policía, dos de ellos -el tercero fue herido- se refugiaron en la casa de la familia Riveros Calderón, ubicada en la calle Alonso de Ercilla 82, uñoa. A las 10:00 horas tomaron como rehenes al matrimonio y a sus tres hijos pequeños. Poco después comenzó una larga negociación que acabó con la familia liberada y los raptores muertos. La periodista Paula Sánchez, que en esa ocasión fue productora en terreno para TVN, recuerda que debió pagar más de $ 20 mil para que un vecino permitiera instalar una cámara que siguió muy de cerca los acontecimientos mientras el periodista Cristián Arizmendi pasaba a convertirse en el narrador de una secuencia. El terror se había convertido en un show televisivo en tiempo real. Sánchez afirma que, por primera vez, el noticiario se hacía "por intuición, se eliminaban notas y comerciales". También recuerda que, pese a que las cámaras estaban encima, nadie pudo ver lo que ocurrió. "Todos se tiraron al suelo y yo me puse a llorar, mientras gritaba 'esto es increíblé sin saber si lo escuchaban".
El "Piñeragate"
El domingo 23 de agosto de 1992 una modesta radiograbadora Kioto se transformó en la protagonista de uno de los episodios más escandalosos de la transición. En el programa A eso de... , transmitido por Megavisión, el empresario y dueño del canal privado, Ricardo Claro, activó el play de la radio y se escuchó la voz del candidato Sebastián Piñera en una supuesta confabulación con el empresario Pedro Pablo Díaz para "bajar" la candidatura de Evelyn Matthei. En vivo, la audiencia pudo observar la cara de estupor de los panelistas Tomás Jocelyn-Holt, Jorge Andrés Richards y Héctor Riesle, del propio Piñera y el animador del programa Jaime Celedón.
"Fue un episodio lamentable y doloroso. Pienso que se me pasó a llevar como profesional porque en ese instante uno, como conductor, es el responsable", recuerda. Con el tiempo, quedaría al descubierto que Riesle conocía las intenciones de Claro. A la semana siguiente -y otra vez en vivo- el hecho provocó la renuncia masiva del equipo de A eso de... Celedón no volvió a ver a Riesle ni a Claro y mantiene su convicción de que se trató de una operación "deplorable", tanto en su forma como en su contenido.
El people meter
Probablemente ningún otro hito en la historia reciente de la televisión chilena sea más importante que la llegada del todopoderoso y cuestionado people meter, en 1992. Sus defensores señalan que es un "sistema científico" de medición de sintonía, mientras sus detractores alegan que es poco representativo y que entrega información deformada. Actualmente en manos de la empresa Time, el people meter está conectado a 320 hogares: en concreto se trata de un aparato que se instala al lado de cada televisor; cada miembro de la familia aprieta un botón específico -1 si es el papá; 2 el hijo mayor, etc. - al momento de encender el televisor. Esto genera una señal que, a través de una frecuencia de radio y luego por vía telefónica, llega hasta una central donde se procesan los datos. A partir de noviembre el sistema entrará a licitación internacional y la empresa que se adjudique la concesión comenzará a operar en mayo de 1999.
Viva el lunes
Este programa, el de mayor rating de los últimos dos años, es el mejor ejemplo de la influencia del people meter en la televisión chilena. Gonzalo Bertrán, su director, no despeja los ojos de la pantalla donde se ven, segundo a segundo, las fluctuaciones de la audiencia. Conducido por Cecilia Bolocco, Kike Morandé y Alvaro Salas, el espacio cuenta con cuatro tandas comerciales de ocho minutos, lo que le ha permitido tener entre sus invitados a figuras como Valeria Mazza, Maradona, Enrique Iglesias y Claudia Schiffer.
Pero el abuso del humor y la superficialidad de la conversación le ha granjeado críticas negativas. Bertrán responde que "es el mejor programa de la TV chilena, porque está hecho por el people meter.
Es el engendro de él. Y como en este país hoy la calidad la da el people meter, es el mejor espacio".
Plan Zeta
Seis emisiones de treinta minutos alcanzó a tener este programa del canal Rock & Pop en su primer ciclo. Pese a no superar los dos puntos de rating, el espacio figuró en innumerables portadas de diarios -incluso apareció en medios extranjeros- luego de un fallo del Consejo Nacional de Televisión en su contra por "afectar a la dignidad de las personas y lesionar valores culturales". La razón:
mostrar una muñeca mapuche que servía de nana, la aparición de un comentarista literario que hablaba de la Biblia como un "típico libro de baño" y una recreación del golpe de Estado. Rafael Gumucio, uno de los integrantes del elenco, considera que las acusaciones solamente sirvieron para que la gente sintiera curiosidad por verlo.
Además, cree que el malestar que provocó en cierta gente tuvo que ver con una falta de costumbre al humor irreverente: "Nosotros trabajamos sin ningún poder fáctico de por medio, libres de presiones. Eso provoca escozor en ciertas capas porque es algo que en Chile no se había hecho antes".
Boda y muerte de Lady Di
Diana de Gales fue protagonista de las dos transmisiones televisivas de mayor magnitud de la historia: su matrimonio y su funeral. En Chile, las emisiones vía satélite de "la boda del siglo", comenzaron a las 04:30 de la madrugada del 29 de julio de 1981. En Canal13, Claudio Sánchez y Cecilia Serrano recibían en directo los despachos de José María Navasal y su esposa, Marina. En TVN, a su vez, Raúl Matas, Raquel Argandoña y Pablo Aguilera comentaban con Julio López Blanco, emplazado en Londres, el acontecimiento que fue visto por 750 millones de televidentes, es decir, uno de cada cinco habitantes del mundo. Sin embargo, el 6 de septiembre de 1997 esa cifra fue superada: 2. 500 millones de espectadores siguieron sus exequias. En Chile, el espacio tuvo una sintonía promedio de 20 puntos, pero su retransmisión diez horas después tuvo un peak de 24.
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Enviado por: | Natti |
Idioma: | castellano |
País: | Chile |