Economía y Empresa


Marx, Keynes, Friedman


Keynes, John Maynard (1883-1946), economista británico.

John Keynes:

  • Realiza un análisis macroeconómico.

  • Analiza todos los niveles de empleo.

  • Propicia la intervención del Estado a través de la inversión pública y la reglamentación.

  • Da tres funciones al dinero obtenido como renta:

La de medio de cambio.

La de unidad de cuenta.

La de acumulador de valor.

LA TEORIA GENERAL

En el título de su libro, Keynes pone acento en la palabra general. Su teoría se ocupa de todos los niveles de empleo, en contraste con los clásicos que se limitan al empleo total.

El propósito de su teoría es explicar qué determina el volumen de empleo en un momento dado, ya sea éste el empleo total, el paro amplio o algún nivel intermedio.

Intenta demostrar que la situación normal en el capitalismo del Laissez faire no es el pleno empleo, sino que se pueden presentar en ella fluctuaciones que recorren toda la gama que va del empleo total hasta el paro amplio. Lo que con más vigor objetaba Keynes al razonamiento clásico es la idea de que el paro desaparece si los obreros aceptan tipos de salario más bajos a los pretendidos.

En un primer sentido Índica que las uniones obreras son una parte integrante de la economía democrática moderna, y la legislación de protección social surgen formando parte de ella. Por consiguiente es mala política, aun cuando se considere buena teoría, poner objeciones a los sindicatos y a la legislación protectora del trabajo

Otro aspecto general de su teoría es la explicación que da sobre la inflación y el paro, y la dependencia de éstos con la demanda efectiva. Cuando la demanda es deficiente se produce el paro; cuando la demanda es excesiva se produce inflación.

El punto de partida de la teoría de Keynes es el principio de la demanda efectiva. El empleo total depende de la demanda total, y el paro es el resultado de una falta de demanda total.

La demanda efectiva se manifiesta al analizar el gasto de la renta. Cuando la renta de una comunidad aumenta, también aumenta el consumo, pero en menor proporción al aumento de la renta: veamos un ejemplo numérico:

aumento de la renta = 15%

5%

aumento del consumo = 10 %

Para que haya una demanda suficiente que garantice un aumento del empleo, tiene que haber un aumento en la inversión igual a la diferencia entre la renta y la demanda del consumo procedente de esa renta (para nuestro ejemplo un 5%). La medula del principio de la demanda efectiva esta en que el empleo no puede aumentar a no ser que aumente la inversión.Vamos a explicar el concepto de demanda efectiva a través del siguiente gráfico:

P o I Z

E D

D punto de la demanda efectiva

Z

o n

Empleo

En el gráfico podemos observar dos curvas:

D = Demanda total

Designa la demanda total del conjunto del sistema económico. Ante la variedad de bienes existentes en un sistema económico, lo que dificultaría la tarea de homogeneizar los mismos para una correcta medición, Keynes utiliza como medida, para poder trazar la curva de demanda total, la cantidad de trabajo empleado y el total de ingresos que se espera de la venta del volumen de producción alcanzado con cada nivel de empleo. La curva de demanda total representa los ingresos esperados de la venta de la producción resultante de diversas cantidades de empleo. Los ingresos (precio de la demanda) aumentan a medida que aumenta la cantidad de empleo.

Z = Oferta total

Representa las cantidades mínimas de rendimientos requeridos para inducir a las diversas cantidades de empleo. A medida que aumenta la cuantía del rendimiento será mayor la cantidad de empleo que se ofrezca a los obreros. Habrá cantidades de empleo para las que los rendimientos esperados sobrepasarán el rendimiento necesario para inducir un volumen dado de empleo y habrá cantidades de empleo para las que los rendimientos esperados no serán suficientes para inducir aquella cantidad de empleo.

El punto de intersección entre las curvas de demanda total y oferta total, es lo que Keynes denomina demanda efectiva, punto crucial de su teoría del empleo, donde los empresarios obtienen el máximo de beneficios esperados.

Si se ofreciese más o menos empleo, los beneficios sería menores. Esto no significa que sea el punto de pleno empleo, puede o no coincidir.

Según Keynes, la demanda de inversión típica será insuficiente para compensar la diferencia entre la cantidad de renta correspondiente al empleo total y la demanda de consumo procedente de dicha renta; por lo tanto el punto de demanda efectiva se encontraría siempre por debajo del punto de pleno empleo.

La esencia de la teoría de Keynes se encuentre en el análisis de la curva de demanda total; veamos más en profundidad su significado, para ello tengamos en cuenta las siguientes premisas:

  • El empleo depende de la demanda.

  • La demanda total es igual a la renta total.

  • El empleo da como resultado la elaboración del volumen total de producción, por una parte, y la creación de la renta, por otra.

  • De acuerdo al ítem anterior: el volumen total de producción es igual a la renta total.

  • El volumen total de producción está integrado por la producción de bienes de consumo y la producción de bienes de inversión.

Si partimos de un empleo inferior al total, todo aumento en el empleo tiene que dividirse entre la producción para el consumo y la producción para la inversión, de una manera tal que se corresponda con la forma como lo perceptores de la renta deciden dividir su aumento de renta entre el gasto para el consumo y el ahorro.

Resumiendo podemos decir que, en la Teoría General, el empleo está determinado por la demanda total, la cual depende, a su vez, de la propensión al consumo y de la cantidad de inversión en un momento dado.

Keynes denomina propensión al consumo al porcentaje de la renta que se destina al consumo. La curva del consumo representa la relación permanente que Keynes supone que existe entre el volumen de la renta nacional y la cantidad que será gastada por el público en el consumo.

Realicemos el análisis a través del siguiente gráfico

V 200 f

.

P 175 e cuantía de la inversión

R

O 150

D a b c

U 125

C

C 100 propensión al consumo

I c

Ó 75

N

50

25

25 50 75 100 125 150 175 200

RENTA

Esta curva sigue la máxima fundamental de que cuando la renta se eleva, el consumo también se eleva, pero en menor proporción que la renta. En el gráfico se han utilizado los siguientes valores:

Renta 100 125 150 175 200

Consumo 100 120 137,5 150 160

En él hemos graficado la curva de la renta y la de consumo. La línea AE me indica la cuantía de la inversión (diferencia entre renta y consumo a un momento dado), correspondiéndose con la producción total más lucrativa para los empresarios (175). Esta producción constará de dos partes: una producción para el consumo (150); más una producción para la inversión (25). La renta total, en este punto será de 175.

Otro significado importante asociado al término general, es que sus teorías se refieren al sistema económico en su conjunto (macroeconomía), en contraste con los clásicos que se refieren primordialmente a la economía de la empresa y la industria (microeconomía).

Hacía ya tiempo que Keynes había desechado el laissez faire. Deseaba la acción del gobierno porque veía la necesidad de una reglamentación que a todos beneficie y sin la cual la gente se interpone en el camino de los otros.

DEMANDA GLOBAL

La oferta global genera un movimiento en el mismo sentido y proporción en la demanda global: principio de equilibrio estable. Aquí puede admitirse una situación sin necesidad de que la producción se halle al máximo deseado por la voluntad de trabajo de la población y en consecuencia hay un equilibrio en la desocupación.

La demanda global, capaz de restaurar la igualdad de la oferta y de la demanda a niveles de empleo.

Keynes sostiene que el volumen de empleo está determinado por la demanda efectiva.

El término Demanda Total o Global, tal como lo utiliza Keynes, significa el total de los ingresos esperados de la venta de la producción resultante de utilizar diferentes cantidades de mano de obra (empleo).

Vamos a graficar la curva de demanda global y de oferta global tal como la entendía Keynes:

P O D

N

D = Demanda global: (ya definida).

O = Oferta global: Para inducir a los empresarios a ofrecer una cantidad dada de empleo, será necesario que estos obtengan cierta cantidad mínima de beneficios. La curva de oferta total representa esas cantidades mínimas de beneficio requeridas frente a los diferentes niveles de empleo.

P = Precio a) Para la demanda global representa la suma total de ingresos que se espera obtener con la venta del volumen total de los productos producidos.

b) Para la oferta global es el precio mínimo o el mínimo beneficio o rendimiento que se espera obtener.

N = Nivel de Empleo

Comportamiento de las curvas:

  • Demanda Global: A medida que se emplea mayor cantidad de trabajadores es mayor el volumen de la producción, por lo tanto la curva tiene sentido ascendente.

  • Oferta Global: A medida que aumenten los beneficios o rendimientos mayor será la cantidad de empleo que se ofrezca a los obreros, por consiguiente la curva de 0G también tiene sentido ascendente aunque no tiene la misma trayectoria que la de DG.

  • Esto se debe a que habrá momentos en que la cantidad de rendimientos obtenidos no serán atractivos para inducir a los empresarios a contratar mano de obra, y viceversa.

    Demanda Efectiva

    El punto de intersección de las curvas de Oferta y Demanda es lo que Keynes llama "demanda efectiva".

    En este punto los empresarios obtienen el máximo de beneficios esperados. Si ofrecieran más empleos los beneficios serian menores.

    La esencia de la teoría keynesiana se encuentra en el análisis de la curva de Demanda Global, ya que postula que el nivel de empleo está dado por la demanda total.

    El volumen total de producción está integrado por la producción de bienes de consumo y de bienes de inversión. Si a ese volumen medido en unidades físicas, le ponemos precio, obtenemos la renta total.

    Cuando el empleo aumenta, aumenta el volumen de producción y por consiguiente aumenta la renta. Si aumentan los ingresos aumenta el consumo, pero en menor proporción que la renta. Esto es así porque las necesidades humanas tienen un límite, la satisfacción de las mismas, si mi renta se incrementa voy a consumir sólo hasta ese limite.

    Para que exista un aumento en el empleo tiene que haber un aumento en la inversión, este aumento es igual a la diferencia entre la renta y el consumo. Veamos un ejemplo en números:

    Ingreso = Consumo + Inversión

    Momento 1 Momento 2 (aumento renta)

    Ingreso: $ 1.000 Ingreso: $ 1.500 (+ 50%)

    Consumo: $ 600 Consumo: $ 840 (+ 40%)

    Inversión: $ 400 Inversión: $ 660

    400 = 1.000 - 600 660 = 1.500 - 840

    Otro concepto importante incorporado por Keynes es la "propensión al consumo". Se denomina propensión al consumo a la relación existente entre el consumo total y la renta total.

    Si la renta global de un país es de $ 200.000 y sus habitantes gastan en bienes de consumo $ 160.000, significa que la propensión al consumo de ese país es de 80%. Algunos gastaran más y otros menos, pero el promedio será del 80%.

    TEORÍA DE LA INVERSIÓN

    La inversión: Se denomina inversión a los gastos realizados por los empresarios en fabricas maquinarias y otras formas de bienes de producción. La decisión de invertir surge de la expectativa de que tal inversión resultará lucrativa.

    El aliciente para la inversión, según Keynes, está determinado por el análisis que realizan los empresarios acerca del beneficio que esperan obtener de la inversión en relación con el tipo de interés que deben pagar por los fondos prestados para tal inversión. El beneficio previsto de la nueva inversión se denomina "eficacia marginal del capital".

    La inversión se realizará en tanto que el tipo de rendimiento esperado exceda al tipo de interés.

    Si el costo de construir un nuevo bien de capital (suponiendo que pagamos una tasa de interés por el préstamo solicitado para adquirirlo) es menor que el precio del mismo bien comprado en el mercado, será lucrativo construir uno nuevo.

    LA INVERSION COMO IMPORTANTE FACTOR

    DETERMINANTE DEL EMPLEO

    En una sociedad caracterizada por una gran desigualdad de la riqueza y la renta, la capacidad económica de la comunidad para consumir es limitada. Los ricos tienen más renta que la que desean consumir, y los pobres tienen tan poca renta que su capacidad de consumo está restringida. Como consecuencia de esta situación hay un exceso potencial de recursos superiores a los necesarios para producir bienes de consumo. Este exceso debe canalizarse, para poder ser utilizado totalmente, a la producción de bienes que no sean de consumo habitual. Esta producción, que excede lo que se consume habitualmente, es lo que Keynes llama inversión. La inversión comprende actividades tales como: construir nuevas fábricas, casas, ferrocarriles, maquinarias; y otros tipos de bienes que no han de ser consumidos con tanta rapidez como se producen.

    La distinción entre consumo e inversión es fundamental para Keynes. Su teoría afirma que el empleo depende de la cantidad de inversión, o, lo que es lo mismo, el paro es originado por una insuficiencia de inversión. No sólo obtienen empleo los obreros encargados de la construcción de nuevas fábricas, casas, ferrocarriles, etc.; sino que los obreros, así empleados gastan su dinero en los productos de las fábricas ya construidas, pagan el alquiler de las casas ya construidas, viajan en ferrocarril, etc. En resumen, podemos decir que el empleo en la actividad de inversión ayuda a mantener la demanda de la producción existente de bienes de consumo y servicios.

    TEORÍA DE UNA ECONOMÍA MONETARIA

    Al comienzo de su carrera Keynes era ante todo un especialista en teoría monetaria y en política monetaria.

    Cuando salió del campo de la teoría monetaria al campo más amplio de la teoría económica general, Keynes no se desentendió del dinero.

    Denominaba a su análisis la "teoría de una economía monetaria". El dinero desempeñaba tres funciones: la de medio de cambio, la de unidad de cuenta y la de acumulador de valor. De estas tres, la función de acumular valor es la más importante para la economía monetaria que define Keynes.

    Los que tienen más renta y riqueza de la que consumen de ordinario pueden acumular exceso de varias formas, entre las que se cuentan atesorar dinero, prestar dinero e invertirlo en algún tipo de bien de capital. Si optan por acumular su riqueza en forma de dinero, no obtienen renta; si prestan su dinero; perciben interés y si adquieren un capital de inversión, esperan percibir beneficios. Como el dinero en cuanto acumulador de riqueza es estéril y las otras formas de riqueza producen rendimientos en forma de interés o beneficio, tiene que haber una explicación especial de por qué la gente prefiere, a veces, acumular riqueza en la forma estéril de dinero. Keynes nos dice que el dinero puede ser la forma más segura para acumular riqueza. En prestar dinero y en comprar propiedad rentable hay incertidumbre. Los poseedores de dinero tienen un tipo de seguridad de que no gozan los poseedores de otras especies de riqueza.

    Cuando los poseedores de riqueza expresan en general una preferencia por atesorar dinero la producción de riqueza social real está en desventaja.

    Esta preferencia por la posesión de dinero sólo existe en un grado importante en un mundo donde el futuro económico es incierto. Sólo el carácter sumamente incierto del futuro económico explica por qué hay una preferencia por la acumulación de riqueza en la forma de dinero no rentable.

    Al respecto Keynes dice "Es un barómetro del grado de nuestra desconfianza en nuestros propios cálculos y convenciones relativas al futuro. La posesión de dinero efectivo mitiga nuestra inquietud, y el premio que exigimos por desprendernos de nuestro dinero es la medida del grado de nuestra inquietud.

    EL INTERES COMO PREMIO POR NO ATESORAR DINERO

    El deseo por acumular no es absoluto, ya que puede ser superado pagando un premio en forma de interés. El interés es la recompensa por transferir la disposición sobre la riqueza en su forma liquida. El tipo de interés depende de la intensidad del deseo de atesorar, o de lo que Keynes llama la preferencia de liquidez. Cuando mayor es dicha preferencia, más elevado es el tipo de interés que hay que pagar.

    Keynes carga el acento, no sobre el atesoramiento efectivo de dinero, sino sobre el deseo de atesorar.

    El atesoramiento es uno de los fenómenos que aparecen de una manera completamente diferente cuando se miran desde la posición del individuo a cuando se miran desde el punto de vista de la economía en toda su amplitud. Por tanto, un aumento de los tipos de interés tiende a reducir la demanda efectiva y, en tiempos normales, a originar paro.

    Aunque la noción del interés como recompensa por no atesorar dinero puede parecer muy vulgar, es insólita desde el punto de vista de la línea económica tradicional. El interés como una recompensa al ahorro es como lo consideran los economistas, es decir, una recompensa por posponer el consumo, mas bien que como un premio a la liquidez. La importancia del interés y el dinero en la teoría de KEYNES se advierte por su inclusión en el título.

    Aunque el titulo indica una consideración teórica destacada hacia el interés y el dinero como base de la explicación fundamental del paro, desde el punto de vista de la política práctica KEYNES concede aún mayor importancia a la inestabilidad de la demanda de bienes de capital que surge de la irracionalidad del mercado de inversión privada.

    EL PAPEL DEL DINERO

    Al comienzo de su carrera, Keynes era, ante todo, un especialista en teoría monetaria

    En su obra le dio un lugar de gran importancia al dinero en la determinación del empleo y la producción.

    Su teoría, a la que denomina Teoría de una Economía Monetaria, le asigna al dinero el desempeño de tres funciones:

  • medio de cambio.

  • b) unidad descuenta.

    c) acumulador de valor: la considera la más importante. Los que tienen mayores ingresos (renta) y riqueza de la que consumen, pueden acumular ese excedente de varías formas:

    1) Atesorar dinero: es una forma estéril de acumulación, ya que no se obtiene ningún beneficio. Keynes se plantea que debe existir algún motivo que lleve a la gente, en algunas ocasiones, a acumular dinero de esta forma. Responde a esto explicando que el dinero es, para los particulares, la forma más segura de acumular riqueza. En prestar a terceros o invertir en bienes de capital existen riesgos, hay incertidumbre. Esta situación se plantea en altos niveles, fundamentalmente en aquellos países donde el futuro económico es incierto." El deseo de acumular riqueza en forma de dinero es un barómetro del grado de nuestra confianza en nuestros propios cálculos y en lo predecible que puede ser el futuro económico

    2) Prestarla: Con lo que se obtendrá, como recompensa, el cobro de intereses.

    El deseo de poseer riqueza acumulando dinero no es absoluto, puede ser superando pagando al poseedor una recompensa por transferir la disposición de su riqueza, lo que denominamos interés.La tasa de interés depende de la intensidad del deseo de atesorar que tengan los particulares, lo que Keynes denomina Preferencia a la Liquidez. Hay varias razones por la que la gente puede tener riquezas en forma de dinero, clasificadas de acuerdo al motivo", podemos hablar de:

    Motivo de transacción: Para realizar transacciones ordinarias como pagar el alquiler, comprar alimentos, pagar los servicios, etc.

    Motivo precaución: para hacer frente a situaciones de urgencia. Motivo de especulación: Especula sobre la posibilidad de que las condiciones del mercado cambien, de forma que pueda convertir su dinero en capitales. productivos en una fecha posterior. Esta especie de preferencia por el dinero es causada principalmente por la incertidumbre relativa al tipo futuro de interés

    El atesoramiento es uno de los fenómenos que aparecen de una manera completamente diferente cuando se miran desde la posición del individuo, a cuando se miran desde el punto desvista de toda la economía. Un poseedor individual de riqueza sólo puede aumentar ésta a expensas de algún otro, sin que por esto aumente la oferta total de dinero de toda la economía. Cuando el conjunto del publico quiere más dinero (aumenta la demanda) y no puede obtenerlo, surge la necesidad de pagar un premio más elevado (interés) a los que se desprenden de su dinero. Esto beneficia a una parte de la sociedad, pero, cuando la tasa de interés sube, muchos negocios nuevos, que necesitan del crédito para realizarse, no se pueden concretar. Por lo tanto, un aumento en la tasa de interés tiende a reducir la demanda efectiva y, en tiempos normales, a originar paro.

    3) Invertirlo en bienes de capital: esperando percibir beneficios futuros.

    TEORÍA GENERAL DEL EMPLEO

    El principio de la demanda efectiva: "Efectiva" alude a la diferencia entre el mero deseo de comprar, y ese deseo sumado a la posibilidad de comprar. El empleo total depende de la demanda total. La demanda efectiva se manifiesta en el gasto de la renta. Aumenta el empleo, aumenta la renta.

    Pero el empleo no aumenta a no ser que aumente la inversión (es como una cadena).

    Demanda total y oferta total: el termino demanda, como lo usa Keynes, designa la demanda total del conjunto del sistema económico.

    Como el volumen de producción de todo el sistema económico no puede ser medido en ninguna unidad física simple (Ej.: tonelada), Keynes usa como medida del volumen total de producción la cantidad de trabajo empleado.

    La curva de demanda total es una curva de los ingresos esperados. A medida que se emplea mas trabajo, se realiza mayor volumen de producción, y los ingresos totales son mayores. El precio de la demanda total aumenta a medida que aumenta la cantidad del empleo.

    En la figura 1 el precio de la demanda total o ingresos esta representado en el eje vertical, y la cantidad de empleo sobre el eje horizontal. La curva de la demanda total se inclina en sentido ascendente hacia la derecha, indicando que la demanda aumenta con en empleo. Esto contrasta con una curva de demanda de una industria que desciende hacia la derecha, indicando que la cantidad vendida aumentara a medida que el precio baje. En una economía de empresa en la que el móvil de producción es el lucro, cada hombre de negocios empleará el número de empleados que le rindan el mayor beneficio. El numero total de hombres empleados por todos los empresarios. Para inducir a los patronos en su conjunto a ofrecer una cantidad total dada de empleo será necesaria cierta cantidad mínima de rendimiento. Este precio mínimo se llama el precio de la oferta total de dicha cantidad mínima de empleo. La función de la oferta total es una curva que representa las cantidades mínimas de rendimientos requeridas.

    La curva de la oferta total, lo mismo que la curva de la demanda total, se eleva inclinándose hacia la derecha a medida que aumenta la cantidad de empleo.

    Entre unas y otras habrá cantidades de empleo para las que los rendimientos esperados sean exactamente iguales a los necesarios para hacer lucrativo el empleo para los empresarios. En este punto se verifica la intersección de la función de la demanda total con la función de la oferta total, y el punto de intersección determina la cantidad efectiva de empleo en cualquier momento. Este es el punto crucial de la teoría del empleo, de Keynes. En el se representa la demanda efectiva, y aquí los empresarios obtienen el máximo de beneficios esperados. No hay razón para suponer que este punto se ha de corresponder con el empleo total. El mercado del trabajo no es, por lo general, un mercado de vendedores. El empleo total es importante tan solo como caso limite. Puede ser definido como una cantidad de empleo mas allá de la cual los aumentos ulteriores de la demanda efectiva no aumenta el volumen de producción ni el empleo. Aunque es verdad que más empleo creara mas renta, de la que algo se gastara en bienes de consumo, toda ella no será gastada en dichos bienes, y no hay razón para pensar que la diferencia será aplicada a gasto de inversión. Los empresarios reducirán el empleo a un nivel en el que el precio de oferta total exceda a la demanda de consumo en la cantidad efectiva de inversión.

    Como en esta función de la oferta total hay poco de novedad, la esencia de la teoría de Keynes se encuentra en el análisis de la función de la demanda total. Puesto que el empleo depende de la demanda y la demanda total es igual a la renta total, la teoría general del empleo es también una teoría de la demanda total o de la renta total. Como el valor del volumen total de producción es igual a la renta total, de una parte, y la creación de la renta, de otra parte.

    El volumen total de producción esta integrado por la producción de bienes de inversión. La renta total se obtiene de la producción de bienes de consumo y de la producción de inversión. Como el empleo se supone que se corresponde exactamente con la renta, podemos representar la renta sobre el eje horizontal, en lugar del empleo que se representaba en la figura 1. El valor de la producción total se representa sobre el eje vertical. La demanda efectiva se encuentra en la línea de 45 grados, en el punto en que el volumen de inversión es igual a la distancia entre esta línea y la curva de consumo. Esta curva representa la relación permanente que Keynes supone que existe entre el volumen de la renta nacional y la cantidad que será gastada por el publico en el consumo.

    Esta curva sigue la máxima fundamental de que cuando la renta se eleva el consumo se eleva también, pero menos que la renta. El empleo no puede aumentar, a menos que aumente la inversión. Este principio descansa en el supuesto de que la propensión al consumo permanece inalterada.

    RESUMEN DE LA TEORIA GENERAL DEL EMPLEO

    Presupuestos:

    - La renta total depende del volumen del empleo total.

    - Con arreglo a la propensión al consumo, la cuantía del gasto para el consumo, la cuantía del gasto para el consumo depende del nivel de la renta y, por lo tanto, del empleo total.

    - El empleo total depende de la demanda efectiva total, que se compone de dos partes: a) gasto para el consumo; b) gasto para la inversión.

    - En estado de equilibrio, la demanda total es igual a la oferta total. El volumen de empleo depende: a) de la función de la oferta total; b) de la propensión al consumo; c) del volumen de la inversión (y este ultimo depende de la eficacia marginal del capital y del tipo de interés)

    El tipo de interés depende de la cantidad de dinero y del estado de preferencia de liquidez.

    El empleo depende de la demanda efectiva, la cual esta determinada por la propensión al consumo y por el aliciente para la inversión.

    Aunque el aumento de la inversión ira normalmente acompañado de un aumento del empleo, esto no necesita suceder así si disminuye la propensión al consumo. Por otra parte, el empleo puede aumentar, sin un aumento de la inversión, si se eleva la propensión al consumo. Por regla general, la propensión al consumo es estable a corto plazo.

    Finalmente, los aumentos de la inversión dan lugar a aumentos de la renta, y de una renta mayor surge una demanda mayor de consumo. Lo cual conduce a otros aumentos de la renta. Una vez puestos en marcha los movimientos de la renta, y del empleo, tienden a ser acumulativos. Estos movimientos acumulativos explican el carácter fluctuante del empleo.

    TEORÍA DEL CONSUMO

    La relación de la inversión con el consumo: La renta nacional es creada por la producción para el consumo, por una parte, y por la producción para la inversión, por la otra. El volumen de la inversión depende del aliciente para invertir.

    La propensión al consumo: Para todo nivel de renta nacional hay una proporción bastante estable se gasta por el publico en bienes de consumo. De acuerdo a esto se saca la propensión media al consumo. Algunos gastaran mas, y otros menos (así se mantiene el promedio). La propensión al consumo es una relación funcional que indica como varia el consumo cuando varia la renta. Tal relación puede mostrarse para una unidad de consumo individual o familiar, pero en la teoría de Keynes lo que interesa es la relación entre el consumo total de la comunidad y la renta total de la misma.

    PREFERENCIA POR LA LIQUIDEZ

    La preferencia de liquidez se eleva y desciende con arreglo a la cambiante actitud del público con respecto al futuro económico y político. Aunque el publico no regule la cantidad del dinero, la regula el sistema bancario. Lo único que el publico puede hacer cuando quiere tener mas dinero del que hay es ofrecer un precio mas alto. Es crucial para la posición de Keynes que las autoridades monetarias sean bastante fuertes y puedan adoptar durante las depresiones una política monetaria fácil que haga descender los tipos de interés y les permita mantenerse bajos.

    La especie de preferencia de liquidez que tiene importancia en relación con el tipo de interés es la que surge en conexión con el motivo especulación. Keynes define el motivo especulación como el intento de obtener un beneficio por conocer mejor que el mercado lo que el futuro traerá consigo. Cuando la preferencia de liquidez por el motivo especulación se debilita, descenderá el tipo de interés.

    LA EFICACIA MARGINAL DEL CAPITAL

    Es el tipo de rendimiento más elevado sobre el costo para producir una unidad más de un upo particular de bien capital.

    La eficacia marginal de un bien de capital es el tipo de rendimiento más elevado sobre el costo previsto para producir una unidad más de un tipo particular de bien de capital.

    Supongamos que se toma la decisión de construir un edificio que costará $ 20.000, el cual me brindará, una vez construido, una renta de $ 1.200 por año. A este beneficio deberemos restarle $ 200 anuales por depreciación; dando por lo tanto un rendimiento neto de $ 1.000 al año.

    El tipo de interés en el mercado es del 4%, mientras que yo estoy recibiendo por mi inversión un 5 % (rendimiento neto anual $ 1.000); por lo tanto es beneficioso tomar un crédito para la construcción pagando un 4%. La eficacia de este tipo de bien es del 5%; si ese porcentaje es el tipo de rendimiento más elevado que puede asegurarse para cualquier clase de inversión, la eficacia marginal del capital será del 5%.

    Karl Marx.

    TEORÍA MARXISTA DE LA CRISIS:

    Precisamente porque la teoría del valor ataca directamente la disciplina de hierro del capitalismo, por eso, de un lado, fue ferozmente vituperada desde su misma enunciación y, de otro lado, es imprescindible para entender cualquier debate y cualquier práctica que pretenda superar el modo de producción capitalista. No es casualidad que cuando la burguesía quiere recuperar rápidamente su tasa de beneficios y salvar al sistema de una crisis más o menos peligrosa, recurre de un modo u otro a alguna de las variantes parciales de las dos grandes corrientes antagónicas al marxismo. Entramos así de lleno a la respuesta a la tercera pregunta: ¿existe una teoría marxista de la crisis? Desde luego, como hemos indicado varias veces, las serias dificultades económicas que tuvo Marx, las exigencias ineludibles y prioritarias de sus tareas militantes cotidianas, los obstáculos a la hora de acceder a datos fidedignos sobre los problemas que estudiaba, su propio rigor y meticulosidad investigadora, estas y otras razones explican el que haya dejado una especie de "teoría blanda" de las crisis capitalistas, aunque, como veremos, su núcleo básico estaba enunciado en dos grandes textos y en los demás abundan toda serie ideas importantes y sugerencias válidas sobre las dinámicas parciales que van generando sub-crisis concretas que, según las circunstancias, van confluyendo hacia una gran crisis capitalista, que puede abrir la puerta al reino de la libertad o que puede hundir a la sociedad en lo más hondo de la injusticia burguesa. Estas ideas, más el desarrollo posterior del capitalismo y de sus contradicciones, han permitido a otros desarrollar un rico debate sobre las crisis.

    Cómo una muestra tenemos la duda de sí ¿existe el derrumbe capitalista?; Planteada, a grandes rasgos, por R. Luxemburgo, Bujarin y Varga, y Grosmann, con diversos autores pululando alrededor suyo. Antes de responder y decir que es mejor hablar de crisis social, hay que precisar qué entendemos por derrumbe: "La utilización que aquí hacemos del término "derrumbe" se encuentra sustancialmente alejada de la acepción que el mismo presenta en las formulaciones catastrofistas de la crisis. Cuando hablamos de "derrumbe" de la acumulación no lo hacemos en un sentido último y definitivo, sino para referirnos, en línea con el sentido que Grosmann le dio al término, al momento en el que como consecuencia de la sobre acumulación de capital se paraliza y disloca el proceso de acumulación, y el curso de la economía se precipita hacia la crisis. Estos "derrumbes" periódicos de la acumulación forman parte de la lógica de la reproducción del capital y evidencian la tendencia secular de ésta hacia la sobre acumulación, asó como sus límites lógico, históricos, pero no implican en sí mismos, un "derrumbe" a plazo fijo del sistema".

    Para comprender más plenamente los periódicos derrumbes o crisis del capitalismo, hay que entender, en primer lugar, la dialéctica entre las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción, entre las fuerzas endógenas y las exógenas, o si se quiere, entre los factores objetivos y los subjetivos. En segundo lugar, hay que entender la ley del desarrollo desigual y combinado y, dentro de esta, la teoría de las ondas, fases o ciclos del sistema largas, a la que ya nos hemos referido anteriormente. En tercer lugar, hay que entender que hoy mismo, pese a la palabrería sobre la globalización, etc., sigue siendo válido lo dicho por E. Mandel: "la economía capitalista mundial es un sistema articulado de relaciones de producción capitalistas, semicapitalistas y precapitalistas, vinculadas entre sí por relaciones capitalistas de intercambio y dominadas por el mercado mundial capitalista". En cuarto lugar, hay que introducir en ese complejo el impacto desestructurado de la catástrofe ecológica, o si se quiere, y para utilizar la tesis de O'Connor, la agudización de la "segunda contradicción" del capital, la que le enfrenta a la naturaleza, y que se ha enriquecido desde finales de los '80 hasta abarcar ahora una masa bibliográfica de imposible reseña aquí.

    La dialéctica entre estos cuatro factores globales, que se deben subdividir en muchos sub-factores particulares, de entre los que hay que destacar el contradictorio desarrollo tecno-científico, es la que hace que sea mucho más correcto hablar de teoría de las crisis sociales, y no solamente de teoría del derrumbe porque, a nuestro entender, se hace más insistencia en la importancia de la praxis revolucionaria. De todos modos, ni una ni otra dan pie al mecanicismo y al determinismo histórico condenado al ineluctable progreso ascendente, y se mantienen fieles a la concepción estratégica que Marx enunció en una fecha tan temprana como la de 1844: "Otro tanto ocurre con el "progreso". Pese a las pretensiones "del progreso", se aprecian constantes 'regresiones y movimientos en círculo'. La crítica absoluta, muy lejos de vislumbrar que la categoría "del progreso" es totalmente carente de contenido y abstracta, hace tal alarde de ingenio, por el contrario, que reconoce "al progreso" como absoluto para poder suponer, como explicación de la regresión, un "antagonista personal" del progreso, 'la masa'. (...) Todos los escritores comunistas y socialistas han partido de la observación de que, por una parte, incluso los hechos más brillantes y favorables parecen quedar sin resultados brillantes y desembocar en trivialidades, y por la otra, de que 'todos los progresos del espíritu' han sido, hasta el presente, 'progresos contra la masa de la humanidad', a la que han empujado a una situación cada vez más 'deshumanizada'. Luego, en el Manifiesto Comunista insistía en que, en un momento preciso, la sociedad puede precipitarse al desastre: "opresores y oprimidos siempre estuvieron opuestos entre sí, librando una lucha in-interrumpida, ora oculta, ora desembozada, una lucha que en todos los casos concluyó con una transición revolucionaria de toda la sociedad o con la destrucción de las clases beligerantes". Después esta constatación reapareció varias veces en las obras de Marx y Engels, y fue elevada al rango teórico por Rosa Luxemburgo cuando creó el lema de "socialismo o barbarie", y posteriormente, a raíz de los debates desde mediados de los '60 del siglo XX sobre el futuro capitalista, la realidad de la URSS, el agravamiento de la catástrofe ecológica, el debate sobre el exterminismo al que antes hemos aludido, etc., se generalizó el lema "comunismo o caos".

    Regresiones, movimientos en círculo, progresos contra la masa de la humanidad, trivialidades, destrucción de las clases en lucha, barbarie, caos..., posibilidades que sólo se entienden desde la concepción materialista de la historia y desde la teoría de los modos de producción. Por poner un ejemplo y ya que hemos hablado de fascismo, la barbarie fascista, la destrucción implacable de las fuerzas revolucionarias, democráticas y progresistas, etc., fue resultado de una crisis social irresuelta por la derrota anterior del movimiento obrero revolucionario internacional y, a la vez, por la incapacidad de sus organizaciones para combatir el ascenso de la irracionalidad autoritaria, genocida, racista y patriarcal de la estructura psíquica de masas, a la escena pública. El que en esta segunda cuestión sí existiera una previsión teórico-política que advertía de la realidad innegablemente objetiva de la subjetividad humana, de la Psicología profunda con sus miedos y terrores inconscientes, y de sus efectos sociales prácticos y materiales, y que fuera despreciada por las izquierdas, este cúmulo de factores sólo se entiende si comprendemos el papel crucial de la subjetividad humana organizada antes y durante las crisis sociales. Pero esa acción está siempre dentro de unas estructuras determinantes que son las que impiden que la destrucción mutua, la barbarie o el caos degeneren hacia una forma social abstracta, ni capitalista ni tributaria o feudal -sin entrar al debate sobre los modos históricos realmente existentes por no hablar de "neo-feudalismo" o de "fascismo democrático".

    Porque entre los varios objetivos del fascismo uno de ellos jugaba el papel cohesionador y cimentador invisible pero vital: el de recuperar los beneficios de la clase dominante. No se entiende nada de la historia fascista, y de la capitalista en general de la que el fascismo es únicamente un capítulo sangriento y brutal, pero capítulo, sin ese objetivo prioritario. Estas reacciones feroces del capital, las destrucciones masivas que generan, las derrotas en el movimiento obrero organizado y en general en la clase trabajadora en su conjunto, las presiones sobre otras burguesías según los casos, inciden masiva e inmediatamente en revertir la caída de la tasa de beneficio iniciando su recuperación. También lo hacen, pero a menor escala y más despacio, las permanentes decisiones de todo tipo que impone el Estado o las organizaciones burguesas privadas y la banca. Es así como se comprende que: "La caída de la tasa de beneficios no se desarrolla en términos lineales y constantes. La tasa de ganancias desciende gradualmente en los períodos de acumulación acelerada; se hunde repentinamente con los desencadenamientos de la crisis; se recupera sustancialmente una vez que culmina la destrucción de capitales, y se relanza el ritmo de acumulación; a partir de esta fase del ciclo, la tasa de ganancia reinicia su descenso gradual, hasta que, una vez más, no puede ser contrarrestada por medio de la elevación de la tasa de acumulación".

    Llegamos así al punto crucial de la problemática de las crisis sociales, cuando se agudizan los problemas y los bandos en luchan pasan de aplicar las armas de la crítica a aplicar la crítica de las armas. Pero antes de eso, se han ido acumulando los síntomas, los datos cada vez más serios y alarmantes que indican que los procesos de acumulación y valoración se resienten pese a todas las medidas tomadas o impuestas para detener y revertir esa caída. Estamos hablando de la ley de la tendencia decreciente de la cuota de ganancia ya descubierta por los economistas clásicos burgueses, especialmente estudiada por D. Ricardo, pero abandonada después por la "ciencia económica" por su inquietante contenido. Hay que advertir que Marx no entiende por "ley" lo mismo que la ciencia natural, sino que advierte que: "En toda la producción capitalista ocurre lo mismo: la ley general sólo se impone como una tendencia predominante de un modo muy complicado y aproximativo, como una media jamás susceptible de ser fijada entre perpetuas fluctuaciones”.

    Pues bien, esa naturaleza tendencial se agudiza en las "leyes" fundamentales del capitalismo, en las que la intervención humana en general y en concreto la lucha de clases la acelera, estanca o hacer retroceder. Cada capitalista, obligado por la resistencia de los trabajadores, la competencia de otros capitalistas y el permanente desarrollo tecnológico en general, ha de sustituir trabajadores por máquinas o ha de aumentar la productividad de las máquinas manteniendo a los mismos trabajadores. Esa necesidad de supervivencia le obliga a aumentar más el capital constante, el inmovilizado en máquinas, instalaciones, etc., y el dedicado a pagar materias primas, recursos energéticos, etc.; y a la vez a reducir el capital variable, el dedicado a los sueldos, bien de forma absoluta bien de forma relativa, según los casos, pero debe reducirlo. Por eso crece la composición orgánica de capital, es decir, el total del capital inmovilizado de algún modo. Y como resulta que sólo el capital variable lleva a la producción de plusvalor , y este capital tiende a disminuir en relación al capital constante, que no lleva a la producción de plusvalor, por eso mismo, tiende a descender la cuota de ganancia que el capitalista obtiene al transformar el plusvalor en plusvalía.

    Las distintas escuelas burguesas de "ciencia económica" usan diverso conceptos y términos para describir la "disminución de la rentabilidad", evitando así coincidir con Marx y a la vez hablar de explotación. Dan también diversos nombres a las medidas que sirven para contrarrestar esa caída tendencial y que Marx enumeró en este orden: aumento del grado de explotación del trabajo; reducción del salario por debajo de su valor; abaratamiento de los elementos que forman el capital constante; superpoblación relativa; comercio exterior y aumento del capital-acciones. Un estudio de las condiciones necesarias para la aplicación práctica de estas medidas contratendeciales nos demuestra de inmediato, además de otras cosas como son la necesidad de que la burguesía como clase disponga de sus propias organizaciones, también la decisiva importancia del Estado como centralizador estratégico sin el cual esas medidas tendrían muchas dificultades para ser aplicadas. Esta constatación nos lleva a un debate central en la teoría marxista de la crisis, cual es el de si ésta es sólo producto de las contradicciones endógenas del capitalismo, por ejemplo, las que existen entre la tendencia a la superproducción de bienes y sobre acumulación de capitales, por un lado, y por otro la tendencia al subconsumo de bienes y frenos a la inversión en bienes de producción. Esta contradicción que aparece expuesta directamente por Marx en El Capital, o también producto de otra contradicción que Marx ya analizó en profundidad pero no expuso en El Capital sino en otra obra, en los famosos Grundrisse, imprescindibles para saber cómo trabajaba Marx en su "cocina teórica".

    Los Grundrisse se escribieron antes que El Capital y su autor redactó la ley de la tendencia decreciente de la cuota de ganancia consciente de que los dejaba sin publicar en los cajones repletos de miles de folios manuscritos. ¿Qué dice Marx en esta obra de muy tardía y de muy limitada circulación, desconocida prácticamente hasta finales de los años sesenta del siglo XX, es decir, más de cien años después de su redacción? De entrada, ya anuncia la ley de la caída tendencial, y sostiene que el capitalismo se corroe a sí mismo. R. Rosdolsky, autor de la mejor investigación sobre estos densos y duros manuscritos, lo afirma tajantemente, Pero también, entre las muchas cosas que Marx dice, como la de que la crisis es una desvaloración o destrucción general de capital, con las implicaciones que ello supone para su esquema de la lucha de clases como, simultáneamente, causa-efecto y efecto-causa de la crisis, debemos destacar ahora mismo su definición de capital como "trabajo objetivado como dominio o poder sobre el trabajo vivo", es decir, el capital como poder que ha subsumido realmente que sólo en la forma e integrado y desintregrado simultáneamente al trabajo vivo. De aquí surgen tremendas consecuencias políticas de absorción que se plasman, entre otras cosas, en el poder alienador y enajenador inherente al capitalismo. De esta forma, la teoría de la crisis se imbrica directamente en el núcleo del desenvolvimiento del capital.

    Es obvio que, ya en este nivel, Marx insiste en la dialéctica de la enajenación que : "contiene en sí, aun cuando de forma invertida, apoyada sobre la cabeza, la disolución de todos los presupuestos limitados de la producción; y crea los presupuestos no condicionados de la producción y, por ello, las condiciones materiales plenas para el desarrollo universal, total, de las fuerzas productivas de los individuos". Pero estas ideas básicas, que nos remiten a la importancia clave de la conciencia desalineada para entender la teoría de la crisis, se desarrollan aún más hasta llegar más adelante a dos criterios decisivos que luego analizaremos: el carácter histórico transitorio de la ley del valor-trabajo y la importancia clave de la maquinaria y en concreto del aumento del capital constante y del descenso del capital variable -vuelve así la ley de la caída tendencial de la tasa de beneficio- para el futuro del modo de producción capitalista, que no sólo de sociedades capitalistas concretas.

    Pero antes nos interesa leer lo que nos dice U. Cerroni sobre los objetivos diferentes que buscaba su autor al escribir los Grundrisse y El Capital. Se trata de un tema importante para la teoría de la crisis del capitalismo porque Marx , al extenderse en sus manuscritos en exploraciones teóricas libres, sin la autocensura de rigor máximo que se imponía en las obras destinadas a ser publicadas, desarrolla en los Grundrisse todas las potencialidades expansivas del capitalismo tal cual él ya comprendía teóricamente de manera bruta y poco refinada al carecer de la suficiente contratación empírica. De este modo, pudo en sus manuscritos adelantarse mucho a su época y plantear cuestiones básicas del modo de producción capitalista que sólo se desarrollarían con el tiempo, incluso con casi un siglo de retraso. Según Cerroni, aunque no solamente él, en esos manuscritos Marx se explayó en el capitalismo maduro: "donde el mecanismo de valoración es esencialmente la percepción de la plusvalía relativa y en el que, por tanto, aparece en primer plano la posibilidad de un desarrollo productivo del capitalismo y de un incremento de la productividad del trabajo". En la época en que escribía estos manuscritos no existían los datos suficientes para confirmar plenamente esa tendencia que, sin embargo, ya estaba operando lenta pero crecientemente en el interior del sistema. Es desde esta perspectiva de enriquecimiento y ampliación de su teoría, ya asentada en bastantes aspectos esenciales a mediados del siglo XIX, como se comprende que en lo concerniente a la ejemplificación práctica de su teoría de la crisis, Marx pudiera avanzar de manera impresionante en cuestiones decisivas como la composición de clases en el capitalismo maduro que se avecinaba, la importancia clave del desarrollo de las contradicciones sociales en el imperio zarista, etc., aportaciones éstas deliberadamente silenciadas por la dogmática reformista y la censura burguesa.

    Desde esta perspectiva, por tanto, la teoría marxista de la crisis, tal cual se va enriqueciendo a lo largo de los ensangrentados conflictos sociales, crisis socioeconómicas y políticas, integra varios factores que interactúan de formas específicas según las características de la formación económico-social en la que esa crisis se agudiza, pero, siempre, esa interacción mantiene una relación genético-estructural con la esencia del modo de producción capitalista. Impelido por la caída tendencial de la tasa de beneficio, por los problemas sociales que eso genera, por el carácter acumulativo de los desequilibrios que esa caída provoca y por los efectos destructores de trabajo vivo que tiene la innovación tecnológica, además de otras cuestiones como la multiplicación de los gastos debido a la catástrofe ecológica planetaria, por todo ello, el capitalismo tiende a agotar su propia capacidad de crecimiento, de acumulación y valoración, porque a diferencia cualitativa de todos los modos de producción anteriores al capitalista, éste debe acumular permanentemente, no puede estancarse, no puede detenerse un segundo porque ese segundo de estancamiento es en sí mismo, por la irracionalidad global del sistema, el primer segundo de su descenso al infierno de la desacumulación. Es por esta dinámica contradictoria consigo misma y siempre activa, por lo que las tres posturas post-marxianas sobre el derrumbe -la luxemburguista, la de Bujarin y Eugen Varga y la de Grosmann- coinciden con la apreciación de Marx de que el capital, al desarrollar ciegamente el trabajo muerto y expulsando al trabajo vivo, está matando su futuro porque ¿cómo podrán las masas depauperadas activar la economía capitalista con sus gastos y sus compras si su poder adquisitivo disminuye por el paro estructural creciente? Antes de analizar la respuesta parcialmente válida que encuentra la burguesía, veamos el encadenamiento de los factores genético-estructurales.

    E. Mandel lo resume así: "la extensión de la automatización más allá de un dintel determinado lleva, primero, a una reducción global del valor producido, y luego a una reducción del volumen global del plusvalor producido. Eso a su vez desencadena una "crisis de derrumbe" cuádruple combinada;: una enorme crisis de baja de tasa de ganancia; una enorme crisis de realización (el aumento de la productividad del trabajo que implica el robotismo expande la masa de valores de uso producidos en proporción aún mayor que la proporción en que reduce los salarios reales, y una creciente parte de esos valores de uso queda invendible); una enorme crisis social; y una enorme crisis de "reconversión" (o dicho de otro modo, de la capacidad del capitalismo para adaptar) a través de la desvalorización, las formas específicas de destrucción que amenazan no sólo la supervivencia de la civilización humana sino hasta la supervivencia física de la humanidad o de la vida en el planeta".

    Cuando la sociedad llega a una crisis así se asiste a una polarización de antagonismos durante la cual es decisiva la autoorganización de la conciencia de las masas pues el capital ya dispone de sus instrumentos de poder. En estos momentos cruciales y decisivos para el futuro humano, relativamente escasos pero más abundantes de lo que admite la historiografía burguesa, las medidas que el capital toma para detener la caída de la tasa de beneficio, antes vistas, pretenden operar a un nivel superior, más duro e implacable. Pero su efectividad e incluso su puesta en marcha depende más que en una situación normal de la fuerza de la lucha de clases y del nivel de debilidad y desorganización del Estado. Ahora bien, si por razones que no vienen a cuento ahora, el capital logra la colaboración del reformismo político-sindical, una situación mundial favorable y una debilidad de las fuerzas revolucionarias, entones puede imponer brutales medidas de incremento de la explotación relativa y absoluta, de reducción drástica del salario directo, social e indirecto, de privatización de ramas enteras antes públicas o nacionalizadas, de imposición de nuevas disciplinas laborales, de aumento del paro y de la precarización, de aumento de la sobre explotación imperialista, etc., etc., de modo que, junto a la propia depuración de empresas obsoletas y centralización y concentración de capitales, juntas todas estas condiciones, el capitalismo puede comenzar otra fase u onda expansiva. Lo ha logrado sin recurrir a la guerra mundial, pero es muy probable que halle recurrido a guerras locales y, desde luego, a una devastadora guerra social.

    MILTON FRIEDMAN

    (1912 )

    Milton Friedman es el mejor conocido de todos los Monetaristas, nació el 31 de julio de 1912, en Brooklyn, Nueva York, hijo de Sarah Ethel Landau y Jeno Saul Friedman, inmigrantes pobres de la Unión Soviética. Friedman integrante de una familia de 4 hermanos, asistió al colegio público, graduándose en la escuela secundaria de Rahway en 1928. Posteriormente fue becado e ingresó a la Universidad de Rutgers. Inicialmente se especializó en matemáticas, sin embargo, se interesó en la economía, y en el futuro acabó con el equivalente de comandante en ambos campos.

    Friedman continuó perfeccionándose y mientras estudiaba en la Universidad de Chicago, conoció en una clase de economía a Rose (su futura esposa), luego de un romance de seis años se casaron en el año 1938, desde entonces de la mano por más de 60 años han compartido una intensa y fecunda vida de trabajo intelectual, publicando el libro "Two Lucky People" en 1998.

    Es un economista de la elite selecta, que por sus logros en los campos de análisis del consumo, teoría e historia monetaria y por su demostración de la complejidad de política de la estabilización, ha recibido el Premio Nobel en el año 1976.

    Después de algún tiempo que trabajó en la Universidad de Columbia y para el gobierno, él trabajó como Profesor de Economía en la Universidad de Chicago, hizo mucho de su trabajo mejor conocido y se rodeó por muchos otros Monetaristas, por las razones obvias. Milton Friedman es más de sólo economista, él es un gran creyente en el poder del mercado libre y mucho de su trabajo ha sido basado alrededor de este tema. Su personalidad ha sido tan versátil que continuó para volverse redactor y personaje famoso de la televisión. Hizo una serie de programas titulados “Free to Cose”. Existe también un libro del mismo nombre el cual fue escrito con su esposa Rose, vendió un millón de copias. Escribió por 18 años una columna en el famoso Newsweek.

    Friedman es partidario del gobierno limitado. Comparte las opiniones de Thomas Jefferson que el "gobierno es el mejor que gobierna lo menos". El gobierno tiene tres funciones primarias:

    • Debe prever la defensa militar de la nación.

    • Debe hacer cumplir contratos entre los individuos.

    • Debe proteger a ciudadanos contra crímenes contra sí mismos o su característica.

    Su trabajo influyó en el gobierno Conservador de Mrs. Thatcher para adoptar las políticas del Monetarista en 1979 cuando fue elegido.

    Su trabajo incluso traspasó las fronteras, modificando la economía de nuestro país con su visita en el año 1975, fue el pilar de una estrategia para convencer a Pinochet de adoptar el modelo liberal, pero no quería venir y antes de llegar exigió la liberación de dos presos políticos. Su demanda no pudo ser atendida: eran desaparecidos.

    Para Friedman su mayor contribución a la teoría económica es su libro Teoría de la Función de Consumo, pero el más influyente fue Una Historia Monetaria de los Estados Unidos, escrito con Anna Schawartz, en el cual explica la crisis de los años 30.

    Durante 30 años enseñó en la Universidad de Chicago, él se considera ampliamente como líder de economía monetaria, que enfatiza la importancia de la cantidad de dinero como un instrumento de política gubernamental y como un determinante de ciclos comerciales e inflación. Distinguido profesor de Servicio de Economía, fue miembro del Escritorio Nacional de Investigación Económica (1937-1981), logró la inmensa influencia en la profesión de economía, participó de la investigación en la Institución de Hoover.

    En el año 1988 recibió la Medalla Presidencial de Libertad y la Medalla Nacional de Ciencia.

    Además de su trabajo científico, Friedman ha escrito también extensivamente en la política pública, siempre con un énfasis primario en la preservación y extensión de libertad individual. Sus libros más importantes en este campo son (con Rose D. Friedman) Capitalismo y Libertad (La universidad de Prensa de Chicago, 1962); Las Promesas luminosas, la Actuación Triste, (Thomas Horton e Hijas, 1983) que consiste principalmente de reimpresiones de columnas él escribió para Newsweek de 1966 a 1983; (con Rose D. Friedman) Libre Escoger (La Abrazadera de Harcourt Jovanovich, 1980) que los complementos un diez - la serie de televisión de parte del mismo nombre mostrada encima del Servicio de la Radiodifusión Público (PBS) la red en temprano 1980; y (con Rose D. Friedman) La tiranía del statu quo (La Abrazadera de Harcourt Jovanovich, 1984) que los complementos un tres - la serie de televisión de parte del mismo nombre, mostrada encima de PBS en temprano 1984.

    Fue integrante del grupo de asesores económicos del Presidente Reagan (un grupo de expertos de fuera del gobierno nombrado en 1981 por el Presidente Reagan).

    También ha sido activo en los asuntos públicos, sirviendo como consejero económico informal al Senador Barry Goldwater en su campaña infructuosa para la presidencia en 1964, a Richard Nixon en su campaña exitosa en 1968 y a Ronald Reagan en su campaña en1980.

    Ha publicado muchos libros y artículos, el más notablemente, Una Teoría de la Función del Consumo, La Cantidad Óptima de Dinero y Otros Ensayos y (con A. J. Schwartz) Una Historia Monetaria de los Estados Unidos, Las Estadísticas monetarias de los Estados Unidos, y Las Tendencias monetarias en los Estados Unidos y el Reino Unido.

    Es ex presidente de: la Asociación Económica americana, la Asociación Económica Occidental, y la Mont Pelerin Sociedad y es integrante de la Sociedad Filosófica americana y de la Academia Nacional de Ciencias.

    También se le han otorgado los grados honorarios por distintas universidades en los Estados Unidos, Japón, Israel, y Guatemala, así como el Gran Cordón del Primer Orden de la Clase del Sagrado Tesoro por el gobierno japonés en 1986.

    PRINCIPAL EXPONENTE DEL NEOLIBERALISMO EN AMERICA

    El Neoliberalismo se origina en el período posterior a la Segunda Guerra Mundial, éste, es heredero de las teorías neoclásicas de finales del siglo XIX; pero es en los años setenta cuando comienza su auge a un nivel internacional al iniciarse la crisis en la teoría Keynesiana, que no pudo encontrar respuestas a diferentes problemas que han angustiado al mundo en las últimas décadas.

    • Entre sus principales exponentes tenemos:

    • En Europa Occidental: los economistas Ludwig Von Mises, Wilhem Roepke y Frederik Von Hayek; los filósofos Karl Popper y Raymond Aron y el periodista Jean Francois Revel.

    • En Estados Unidos: los economistas Milton Friedman, Paul Samuelson y Jefri Sachs.

    • En América Latina: el periodista Carlos Rangel, el economista Luis Pazos.

    EL NEOLIBERALISMO COMO PROPUESTA ECONÓMICA

    El Neoliberalismo es una doctrina filosófica que tiene ramificaciones en todos los campos de las ciencias sociales. Los neoliberales se dedican a ensalzar la competencia capitalista, afirmando que el mecanismo de esta última garantiza automáticamente las mejores condiciones para la evolución de las fuerzas productivas.

    "Una peculiaridad del Neoliberalismo es que combina la exaltación de la libre competencia y de la restauración automática del equilibrio con el reconocimiento de la necesidad de la intromisión del Estado en la economía. Lo peculiar de esta argumentación reside en que la defensa de la intervención del Estado en la economía se presenta como una lucha por la libre competencia".

    La argumentación del Neoliberalismo es que la libre competencia es el estado ideal de la economía, pero no siempre puede ponerse en vigor, porque los monopolios la contrarrestan. Esta reacción puede ser superada y la libre competencia puede ser restablecida tan sólo aplicando una serie de medidas de política económica.

    La teoría de los neoliberales se basa, en forma enmascarada, en la idea del papel decisivo del Estado en la economía, es decir, el rol del Estado debe ser el de promover la libre competencia.

    PRINCIAL VOCERO DEL MONETARISMO

    En los años recientes se ha producido gran controversia por un enfoque a la administración monetaria llamado monetarismo, en su base, es parte de una visión mayor de la naturaleza auto corregible y autopropulsora de nuestro sistema económico.

    El principal vocero del monetarismo durante los años pasados ha sido el profesor Milton Friedman. La mayoría de los monetaristas, inclusive Friedman, echan la culpa de la mayor parte de la inestabilidad de la economía al gobierno federal, argumentando que la inflación que ha registrado Estados Unidos con los años se podría haber evitado si la Federal Reserve FED Banco Central Americano no hubiera aumentado la oferta monetaria con tanta velocidad, la severa recesión se debió a fallas en la política monetaria adoptada que permitió que la cantidad de dinero fuese reducida a un tercio.

    Es interesante señalar que la mayor parte de los monetaristas no son partidarios de una política activa de estabilización monetaria. Es decir, no son partidarios de ampliar la oferta monetaria durante épocas malas y de frenar el crecimiento de la oferta monetaria durante épocas buenas. En términos generales, los monetaristas suelen ser muy escépticos en cuanto a la capacidad del gobierno para “administrar” la macroeconomía.

    Friedman lleva muchos años respaldando una política de crecimiento monetario constante y lento. En concreto, sostiene que la oferta monetaria debería crecer a un ritmo igual al crecimiento promedio del producto (ingreso) real. Es decir, La Fed debería seguir una política constante que acomode el crecimiento real pero no la inflación.

    PRINCIPIOS DEL MONETARISMO

    Según Friedman existen los siguientes principios del monetarismo:

    1.- Los aumentos o disminuciones en la oferta monetaria afectan en forma directa al gasto, no sólo en forma indirecta a través de sus efectos sobre la tasa de interés. Los monetaristas creen que éste es el caso debido a que sostienen que el público tiene una fuerte propensión a conservar en forma líquida una proposición fija de su ingreso y que por lo tanto gastará cualquier exceso de efectivo que reciba. Si usted encuentra que su cuenta de banco tiene un saldo inesperadamente alto tendrá la tendencia a comprar algo en lugar de conservar el efectivo.

    Además, las variaciones en el crecimiento de la oferta monetaria inciden sobre las tasas de interés de dos maneras diferentes: al crecer las cantidades de dinero, las tasas de interés bajan en un principio, pero, en una segunda etapa, tal crecimiento provocará un aumento en los precios lo cual tiende a subir las tasas de interés, por cuanto también genera un aumento en la demanda de créditos.

    2.- Sólo la política monetaria puede influir el curso del PIB (producto Interno Bruto). Detrás de este razonamiento existe un argumento que ya hemos escuchado: los aumentos en el gasto público sólo desplazan al gasto privado: el gobierno gasta más pero los hogares o las empresas gastan menos. Se dice que éste es el caso debido a que el gobierno tiene que financiar su actividad mediante fijación de impuestos o usando préstamos y que éstos restringen la capacidad del sector privado para gastar por su propia cuenta.

    Como consecuencia de esto, los monetaristas desacreditan la política fiscal y alaban la política monetaria. Llevando a un extremo, el lema del monetarismo que no es sólo que “el dinero importa” sino que “sólo el dinero importa”.

    Los monetaristas son escépticos respecto a la utilidad de la política fiscal para controlar la demanda agregada y se oponen a los gastos del gobierno considerando que tienen poca efectividad, pues simplemente desplazarán la demanda privada de inversión; en otras palabras, lo único que lograrán los gastos gubernamentales será sustituir la iniciativa privada por la pública.

    3.- Los monetaristas insisten en un aumento automático en la oferta monetaria, no en los cambios en la oferta dictados por la política de la Reserva federal. Los monetaristas dicen que el problema con la política de la Reserva federal que "estimula” la oferta monetaria una semana y “la restringe” por consiguiente, es que sólo logra introducir confusión en la situación económica y la más frecuente es que fije el rumbo equivocado. La razón es que la información sobre la que opera la Reserva federal siempre esta atrasada en semanas. El resultado, según el punto de vista de Friedman, es que lo más frecuente por parte de las autoridades monetarias de todas las naciones es gravar los problemas de sus países al ampliar la oferta monetaria cuando debieran estar restringiéndola y viceversa. La medicina correcta aplicada al momento incorrecto no cura la enfermedad; la empeora.

    La cura es osada. Friedman propone que la oferta monetaria debe ser aplicada mediante un porcentaje fijo invariable adaptado al crecimiento a largo plazo de la producción de la nación. De esa forma, afirma él, la oferta monetaria no sólo se acomodará a la necesidad creciente de nóminas, inventarios y préstamos mayores, sino que la misma estabilidad de su crecimiento servirá para mantener la economía en el camino del crecimiento. Si encontramos que nos dirigimos a una recesión, digamos debido a acontecimientos internacionales, el aumento estable en la oferta monetaria aumentará las reservas de los bancos, estimulándolos a ampliar sus préstamos y por consiguiente sacarnos de la recesión. Por otra parte, si experimentamos un repentino brote de inflación, la misma tasa estable e invariable de crecimiento de la capacidad de los bancos para extender préstamos actuará como una restricción automática, limitando la capacidad de los bancos para financiar las demandas aumentadas por la inflación de sus clientes y, por consiguiente, ayudando a mitigar la presión inflacionaria.

    Por otra parte, dados los desequilibrios que puede producir las fluctuaciones en la cantidad de dinero, ésta suele ser la causa tanto de inestabilidad del gasto nominal agregado como de los ciclos económicos, razón por la cual concluyen los monetaristas que si se logra controlar la oferta de dinero, se logrará al mismo tiempo una estabilización de las actividades económicas.

    KEYNSE A LOS OJOS DE MILTON FRIEDMAN

    Estracto de entrevista realizada a Milton Friedman

    Milton Friedman divide con Keynes el título de mayor economista del siglo.

    ¿Qué podría decir sobre Keynes?

    R: Keynes fue un gran economista, por el cual tengo una enorme admiración. Creo que su mayor contribución fue el libro publicado en los años '20, llamado Programa para una Reforma Monetaria. El mostró que el banco central debe optar entre controlar los precios internos y la tasa de cambio. No puede hacer las dos cosas al mismo tiempo. En ese aspecto, estamos totalmente de acuerdo. Su libro más famoso, claro está, es la Teoría General del Empleo, del Interés y del Moneda, publicado en 1936.

    Ese libro fue estimulado por la depresión mundial de los años '30. Las fábricas vacías producían poco, mientras el pueblo tenía hambre y necesitaba de ropas y techos. ¿Cómo explicar esa contradicción? Keynes la explicó por el lado de la demanda y es por eso que el gasto público juega un papel vital. La hipótesis Keynesiana era muy imaginativa e inteligente, pero la evidencia empírica no la comprobó.

    ¿Y cuál es su mayor contribución a la teoría económica?
    R: Considero mi mejor libro Teoría de la Función de Consumo, pero el más influyente fue Una Historia Monetaria de los Estados Unidos, escrito con Anna Schwartz. En ese libro ofrecemos una explicación alternativa a la crisis de los años '30. Para nosotros, la severa recesión se debió a fallas en la política monetaria adoptada por el Federal Reserve, el FED, el banco central americano. El FED permitió que la cantidad de dinero fuese reducida a un tercio. Creo que nuestra hipótesis se demostró mucho mejor que la Keynesiana. Nuevamente, la prueba vino con el tiempo.

    En los años '60, yo predije que si alguien intentaba mantener el desempleo bajo, gastando más y produciendo inflación, el resultado sería un fracaso en la reducción del desempleo y un éxito en el estímulo de la inflación. Lo que sucedió en los años '70 confirmó esa predicción. La combinación entre inflación y desempleo de los años '70 no es consistente con la teoría Keynesiana.

    ¿Keynes estaba totalmente equivocado?

    R: Si él hubiera vivido más, habría estado de acuerdo en que su explicación no fue buena. No se puede decir que su teoría era medianamente correcta, pues no lo era. Pero él fue fundamental para la economía. Los fracasos son tan importantes como los éxitos en el desarrollo de cualquier ciencia.

    ¿Qué quiso decir con la frase "somos todos keynesianos”?
    R: Sólo la mitad de mi frase se hizo famosa. Yo dije que, por un lado, somos todos keynesianos, pero por el otro, ya nadie lo es. Somos todos keynesianos porque usamos los términos que Keynes introdujo, como pleno empleo, propensión a consumir o eficiencia marginal de la inversión. Pero nadie ya es keynesiano porque su conclusión de que para crear empleo es necesario gastar ya no es aceptada.

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    Enviado por:Davisjeager
    Idioma: castellano
    País: México

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