Religión y Creencias
Iniciación a la misa con niños
LA Iniciación A LA LITURGIA.
INTRODUCCIÓN:
<<EL MUNDO LITÚRGICO>>.
La iniciación a la liturgia se hace por la participación en la propia liturgia y por la educación dada en la familia y en las comunidades infantiles (catecismo, escuela cristiana,...). Debe proseguirse esta educación durante todo el período educativo, teniendo en cuenta la sensibilidad propia de las diferentes edades, de los diversos niveles de conocimiento de los niños y de la capacidad espiritual del medio que les rodea.
El mundo litúrgico, es un lugar privilegiado del encuentro de Dios y del hombre. La finalidad de esta iniciación litúrgica, es hacer entrar al niño dentro de este mundo, pero de tal modo que pueda encontrar a Dios en el seno de una comunidad. Los dos elementos fundamentales de esta iniciación son:
* El sentido de la comunidad litúrgica convocada por Dios.
* La iniciación al lenguaje de Dios y del hombre en la liturgia.
1- SENTIDO DE LA COMUNIDAD LITÚRGICA.
La liturgia es una extensión privilegiada de la vida de la iglesia, pero no está solamente ella; esparce sus raíces en toda la vida, como por ejemplo: la vida en la familia cristiana, los movimientos de Acción Católica,... etc.
Los niños no pueden adquirir el sentido de la comunidad si no es por su participación real en la comunidades humanas (familias, grupos de jóvenes, escuela...etc).
Por eso los pastores han de conocer estas experiencias de vida en comunidad, han de saber como las viven los niños, y como las enriquecen ellos mismos.
En lo que se refiere a la educación de la participación en la comunidad litúrgica, los niños adquirirán el sentido al llegar a encontrar a Dios en:
* Una asamblea que sea una comunidad.
* Una comunidad organizada y jerárquica, en la que ellos tengan conciencia de ocupar su propio lugar correspondiente.
A- LA ASAMBLEA, LUGAR PRIVILEGIADO DEL ENCUENTRO CON DIOS.
Es muy importante que desde que un niño participa en la misa (tenga la edad que tenga), este nuevo paso le sea presentado como una respuesta gozosa a una llamada del Señor; responder a esta invitación es ya encontrarse con Dios. Él es quien está y obra en medio de nosotros, pero poco esta presencia de Dios activa en la misa va a concretizarse en dos direcciones:
* Encontramos a Dios en Cristo.
* Este encuentro adquiere su máxima plenitud en la comunión de la eucaristía.
Poco a poco se descubre como obra Dios y la profundidad de su acción ya que es Cristo quien nos habla, renueva y conduce al Padre.
** ¿ CON QUE VOCABULARIO SE VA A EXPRESAR ESTO EN CADA UNA DE LAS DIFERENTES EDADES?.
1. A.a) A los 7-9 años.
El mundo del niño de 7-9 años está todavía impregnado de afectividad y fundado sobre relaciones personales que no son individuales: dentro de un grupo, “cada niño se situará frente al adulto” que le habla pero no será capaz de hacerlo cara a cara con sus compañeros.
Su encuentro con Dios se va a expresar más en términos personales que en términos comunitarios:
Ejemplos:
* “ Jesús tiene algo que decirme, yo quiero escuchar su palabra”.
* “ Jesús me invita a recibirle; yo le digo <<si>> al ir a comulgar.
Existen varios signos del niño para demostrar ese encuentro con Dios, entre ellos el más importante es el de levantarse para comulgar, ya que para un niño de esta edad el levantarse a comulgar es su respuesta al deseo de Jesús.
1.A. b) A los 10-12 años.
El encuentro con Dios tendrá un carácter mucho menos afectivo, más lógico y voluntario; a esta edad nace el sentido comunitario, es el período de la vida en que se hace aquello que dicen los adultos que gozan de su confianza.
Los signos más perceptibles en esta edad de la intención de Dios tiene de encontrarnos, parece ser:
* Dios invita a su familia a la celebración.
* Hoy es domingo, es el día del Señor.
* La Palabra de Dios es dirigida a todos los cristianos: “Esta palabra que dice Jesús en las iglesias del mundo es también para mi, es importante para toda la semana”.
B- COMUNIDAD JERÁRQUICA.
Hay que tener en cuenta tres observaciones importantes:
1- Se ha de poner siempre de relieve el carácter particular, único, de la comunidad litúrgica: “No somos nosotros quienes decidimos reunirnos, sino que es Dios quien lo decide. Es Dios quien nos llama y nosotros nos reunimos en torno a Él; su presencia está siempre en el centro de la asamblea”.
2- La comunidad litúrgica es una comunidad bien diferenciada, a imagen de toda la Iglesia, de todas las edades y de todas las condiciones de vida.
No obstante, la participación en una comunidad de adultos presenta, para los jóvenes y porque la participación consciente se encuentra muy limitada por las posibilidades psicológicas del niño, porque éste quiera incorporarse sin ser plenamente capaz de hacerlo o porque el adolescente pretende entrar en una comunidad que no es de su talla, y prefiere un grupo de iguales donde se encuentre a gusto ( si se trata de una comunidad infantil, los problemas serán diferentes pero no menos difíciles).
3- El niño es capaz de ocupar un lugar dentro de la vida familiar antes de comprender las relaciones entre los diversos miembros de la familia; del mismo modo, él podrá integrarse dentro de una comunidad litúrgica sin ser todavía capaz de comprender las diferentes funciones de cada uno. El niño es egocéntrico pero poco a poco, se sitúa en el seno de la asamblea y de cara al celebrante.
1.B.a) A los 7-9 años.
- El niño distingue la función del sacerdote: para el niño <<el cura representa a Jesús>>.
* “Él hace los gestos de Jesús para nosotros y nos bendice en su nombre”. “Nos habla de parte de Jesús”.
* “Habla a Dios de nuestra parte, él lleva a Dios nuestra oración”.
- Si los niños ven los gestos del sacerdote y entienden la oración, percibirán fácilmente su papel de mediador. Si solamente oyen sus palabras sin ver sus gestos, se les escapará el sentido de las palabras, a esta edad, las palabras solas no pueden hacer comprender el sentido de intermediario.
* “Hablar a alguien de parte de otro no tiene sentido alguno si solamente es dicho; es necesario que el gesto lo muestre”.
- Las vestiduras del sacerdote en la misa pueden ser el signo de la fiesta y de la alegría.
** ¿CÓMO SE INTEGRA EN LA ASAMBLEA EL NIÑO DE 7-9 AÑOS?.
- El niño no puede integrarse totalmente, ya que el niño la mayoría de las veces, observa, vuelve la cabeza y mira a todas partes.
El niño se unirá a la asamblea a su manera: primero por la mirada atenta y a lo que hacen los otros fieles, después tomando parte poco a poco en ciertos gestos y aclamaciones que más tarde serán precisados.
1.B.b) A los 10-12 años.
El educador, en un intento de dar un sentido justo a la comunidad litúrgica y de las funciones de cada uno, encontrará la dificultad de que el niño de esta edad “vive en el exterior”, en la actividad y muy poco en el silencio y la contemplación interior . Se corre el riesgo de encomendarle un papel dentro de la asamblea litúrgica que no es el suyo ( lectura en voz alta de oraciones que están reservadas al celebrante). Así el cuidado de la participación activa de los niños deberá respetar siempre el carácter jerárquico de la acción litúrgica y las posibilidades limitadas del niño.
Por el contrario ciertas actividades pueden responder a estas dos exigencias al mismo tiempo, como puede ser la de acólito o miembro de la Schola cantorum.
Aparte de esta vía que consiste en dar a la asamblea toda su función y preparar a los niños para realizar todo aquello que les corresponde, hay otras soluciones más exigentes y educativas como puede ser la de construir una comunidad cuya participación sea activa y en la cual se inserta el niño.
Con ella el niño canta, escucha, hace silencio, se pone de pie, actúa y aprende a ofrecerse a sí mismo.
C) EL LUGAR PROPIO DE CADA UNO.
Es esencial que cualquiera que sea su edad y desde las primeras veces en que es admitido, el niño sea consciente de estar plenamente participando en la misa. El niño es miembro del pueblo de Dios. El niño ha sido invitado personalmente y con todos los demás.
El niño ha de participar activamente en “la fiesta” en la medida de su edad, como miembro del Cuerpo de Cristo.
1.C. a) A los 7-9 años.
La participación del niño de 7-9 años es de tipo global y afectivo:
* “Las personas mayores cantan, entonces yo también puedo cantar”.
El niño en este período no es capaz de mantener la atención durante toda una hora, tendrá momentos de distracción, normales en su edad. Se le ha de ayudar a no distraerse en los momentos esenciales de la liturgia como la consagración (Per ipsum).
1.C. b) A los 10-12 años.
La participación personal se hace mas consciente, se manifiesta sobre todo, en el acto de recibir la eucaristía. El niño solo tendrá el sentido común tendrá el sentimiento de haber participado plenamente en la misa si comulga.
El niño puede adquirir la convicción de ser irremplazable en la misa:
* “El Señor espera mi presencia, mi canto, mi ofrenda”.
El niño puede además penetrado de la idea de que cada uno es único en el corazón de Dios, arrastrar consigo a un amigo o compañero a misa, o sentirse responsable de hacer presente en la misa a su familia que no asiste a misa; a él le corresponde el tomar, ofrecer, y consagrar en el sacrificio de Cristo lo que constituye su vida de familia y sus relaciones.
2-INICIACIÓN AL LENGUAJE DE DIOS Y DEL HOMBRE EN LA LITURGIA.
A) DIÁLOGO DE DIOS Y SU PUEBLO.
a) RELACIÓN ENTRE LA VIDA Y LA LITURGIA.
1.a.- NUESTRA VIDA HUMANA NO PUEDE PRESCINDIR DE
<< LITURGIA>>.
Los actos de la vida no tienen sentido evidente por si mismos, puesto que los puedo poner por múltiples razones y en niveles muy diversos; ejemplo: puedo trabajar para enriquecerme, para hacer un servicio a los otros...etc.
Si no nos paramos nunca a tomar conciencia del sentido del trabajo, poco a poco las intenciones se diluyen, nuestras acciones ya no serán humanas ni estarán orientadas hacia un fin.
Para conservar el carácter humano de nuestros actos, es necesario que, de vez en cuando se realice un acto cuya sola finalidad sea la de manifestar la intención profunda subyacente en mis actos cotidianos.
Esta experiencia humana de signos que expresan la intención de nuestros actos es una base indispensable para entrar en la liturgia ya que todos los signos de la liturgia lo son de las intenciones de Dios y del hombre.
2.a- LA LITURGIA DA A NUESTRA VIDA LA PLENITUD.
- Por parte de Dios, el acto litúrgico significa el designio salvífico que se realiza en cada acción de nuestra vida.
- Por parte del hombre es la intención, el sentido de toda la vida. Es el momento en el que, al realizar ante Dios ciertos gestos, volvemos a poner ante nosotros la orientación fundamental de nuestra vida.
** ¿CÓMO HACER COMPRENDER A LO CHICOS LA RELACIÓN NECESARIA ENTRE LA VIDA Y LA LITURGIA?.
** ¿ CÓMO HACER COMPRENDER A LOS CHICOS QUE LA LITURGIA SIGNIFICA Y REALIZA AL MISMO TIEMPO EL SENTIDO ÚLTIMO DE LA VIDA?.
2.a.1) A los 7-9 años.
El niño puede tener todavía relaciones personales desinteresadas, es sensible a los valores afectivos y estéticos.
El niño de 7-9 años, vive del presente, por eso es del todo incapaz de llegar conscientemente a la misa pensando en su vida concreta de la semana. La unidad de tiempo que puede abarcar en este caso, es de un día. Si se quiere que alcance un poco más lejos en el tiempo, necesita reflexión y estímulo.
Es necesario establecer una armonía entre los medios educativos, la familia, la escuela, los movimientos, el catecismo y la misa. Hace falta, por tanto, establecer una coherencia entre los gestos, las fórmulas de oración y el vocabulario de estos diferentes sectores de la vida.
Puesto que vive en el presente, el niño es incapaz de pensar en la misa durante su vida cotidiana. Sin embargo, si en sus diversas actividades se reclama su atención con las fórmulas, las palabras o los gestos, que él ha cantado , hecho o visto en la misa, con los que ha festejado a Jesús y tratado con él, irá descubriendo poco a poco, que se vive de la misa fuera, incluso, de la celebración litúrgica.
Lo esencial en esta edad, es que el niño pueda participar en nuestra actitud de respeto por la Palabra de Dios.
** ¿CUÁLES SERÁN PARA ÉL LOS SIGNOS COMPRENSIBLES DE ESTE RESPETO QUE DEBE IMPREGNAR TODO NUESTRO COMPORTAMIENTO?.
1- No es suficiente una primera presentación de la Biblia. Continuaremos después a rodear este libro de signos de respeto.
Esto exige una actitud de confianza profunda; la certidumbre de que la Palabra de Dios es verdadera. La confianza natural del niño está estrechamente ligada a la que él ve en el adulto. Ver al adulto atento a la Palabra y respetuoso ante ella es, por tanto, uno de los signos más importantes.
2- Nuestra actitud ante la Palabra de Dios no es pasiva; Dios se dirige y habla a nuestra vida. "Escuchamos con atención lo que Dios nos dice". Y después de la lectura será muy beneficioso que la homilía comience preguntándoles, en un breve diálogo, qué es lo que más les ha gustado (que coincide con lo que han entendido).
Solamente partiendo de aquí se podrá después, en pocas palabras, hacerles reflexionar sobre lo que Dios quiere decirles.
Los niños formados en esta actitud correrán menos el peligro de escuchar pasivamente el Evangelio, o de hojear su libro en vez de escuchar.
2.a.2) A los 9-10 años.
Puesto que el niño vive en la acción, se la debe destacar sobre todo el encuentro eucarístico.
Para llegar a comprender el sentido de la palabra de Dios, es necesario que se posea ya el sentido de la palabra humana auténtica.
Así, para conseguir el sentido de una palabra verdaderamente humana, que sea expresión auténtica de nuestro ser, es necesaria toda una educación; ésta necesita una acción simultánea de todos los educadores, y preparada a escuchar la Palabra de Dios.
Algunos puntos de referencia de esta educación son:
* Aprender a expresar de manera exacta lo que se ha observado o vivido: palabra exacta.
* Educar el sentido de lealtad: palabra auténtica.
* Despertar la idea de que la palabra nos compromete; y, por tanto, reflexionar antes de hablar: palabra fiel.
* Iniciar al diálogo: aprender a disciplinarse, esperar su turno para responder, escuchar lo que dicen los otros, intentar comprender lo que quieren decir.
* Hacer tomar conciencia a los niños de la confianza que depositan en ciertas personas cuya palabra es considerada como segura (padres, instructores, educadores)
Nuestra actitud ante la Palabra de Dios, debe ser, una actitud de respeto confiado y de escucha activa, que debe educarse según las diferentes edades, paralelamente a su participación progresiva en la misa.
El niño que adquiera este sentido de la Palabra de Dios en el catecismo, en su familia, en su movimiento o en la escuela cristiana si asiste a ella, sabrá recibir mejor esta Palabra en el marco de la misa.
A esta edad lo esencial, ya no es, la participación en lo que hacen los adultos y la contemplación de los gestos de la ceremonia, sino lo que el niño hace por si mismo. Es su propia actividad lo que cuenta para él.
* También en esta edad se educará el respeto ante la Palabra de Dios.
* Todavía están, sin embargo, en dependencia de los adultos. Recibirán la Palabra de Dios con confianza solamente en la medida que sepan que pueden confiar en su palabra, especialmente, en la de aquellos que están encargados de su educación religiosa.
Donde se comienza esta educación, es fuera de la misa, en el catecismo particularmente.
En la misa, para que tengan esta actitud activa y escuchen la Palabra de Dios, conviene que la persona que introduce la lectura proponga una cuestión en la cual Dios nos dice algo, y que requiera un esfuerzo de atención muy particular en ese momento preciso. Después de la lectura, la homilía puede ser introducida por preguntas tales como:
- "¿Qué habéis entendido?".
- "¿Qué es lo que Dios nos ha querido decir?".
* Mientras que en la edad anterior, el niño vivía en el presente, el niño de 9-10 años, tiene la tendencia a proyectar el Evangelio en el pasado. Por eso es necesario insistir frecuentemente sobre la actualidad de la Palabra de Dios por medio de frases de este género:
- "Esta es la Palabra que hoy nos dirige Jesús".
Todo esfuerzo por hacer vivir mejor la misa debe por tanto, apoyarse en esta pedagogía querida por Dios, que son los signos.
La señal, cuyo papel es el de advertir, para desencadenar después una acción o una reacción. La señal conserva su valor una vez separada de la apersona que han pensado. Es puramente convencional.
El signo, expresión de un pensamiento o una voluntad personal. Un signo (en el sentido pleno de la palabra) es siempre realizado por alguien y dirigido a alguien.
No posee valor por si mismo: a través de él, lo que yo busco, es siempre la intención de la persona, aquello que quiere decirme (por ejemplo, la ofrenda de un objeto torpemente realizado por un niño pequeño, tiene para su mamá todo el valor del amor que él ha puesto en hacerlo).
El símbolo, que en sí mismo, es totalmente independiente de las personas, no se debe confundir (hecho por alguien y para alguien), con el signo.
En el sentido más ordinario, el símbolo es una realidad del orden material que sugiere una realidad de otro orden (moral, intelectual, espiritual, afectivo), teniendo estas dos realidades entre ellas un nexo natural.
El símbolo va mucho más allá del signo, pues encuentra eco en nuestra misma naturaleza.
En toda civilización el hombre es sensible a los grandes símbolos naturales: agua, sol, luz, tierra, noche, viento, tempestad. Debe, por tanto, encerrar valores comunes a toda la humanidad y fijos en la naturaleza del hombre. Pero es equívoco; tiene sentidos diversos y se asocia a significaciones contrarias (ejemplo: el agua, símbolo de la muerte y de la vida).
La profundidad de los signos que Dios nos hace en los sacramentos, proviene de que Cristo mismo (o la Iglesia) ha elegido símbolos para ser signos de ellos.
Ha elegido símbolos y los ha hecho signos, dándoles así un sentido preciso, que expresa su intención y la realiza.
Consecuentemente, toda educación litúrgica, deberá apoyarse sobre estos signos y el primer esfuerzo será el de orientar el espíritu de los niños hacia la intención de Cristo y de la Iglesia que comportan. Es necesario que el niño pueda mirar, escuchar, para que encuentre la intención de Cristo, dejándose guiar por lo que ve y oye.
La iniciación al lenguaje bíblico y al de los signos y símbolos litúrgicos, ¿como introducir el niño en este lenguaje?. Será necesario tener cuidado:
1- De no reemplazar el signo por ideas abstractas, explicar todo su valor simbólico.
2- De no cultivar el símbolo, por sí mismo: insistiendo únicamente sobre el agua que lava, purifica, apaga la sed. Esto supondría, dada la mentalidad simbólica del niño, exponerse al peligro de cultivar una religión natural o mágica, y de fijar una actitud infantil.
Hace falta por el contrario, poner la mira en el sentido del símbolo, que Jesús le ha dado, Por eso es necesario, poner a disposición del niño, ciertos elementos que le permitan asimilar el símbolo.
3- Se debe elegir entre los símbolos litúrgicos, aquellos que hacen relación a su simbolismo mayor que corresponde con nuestra naturaleza.
Para conseguir esto, se necesita educar:
* Una actitud de respeto ante toda la creación "dada por Dios", y ante el trabajo de los hombres y sus "símbolos".
* Un sentido de la verdad, de la belleza, de la "poesía" del mundo. El niño admira una flor, el mar, el buen pan.
* La significación y la plena autenticidad de los gestos que surgieron algo más allá de lo meramente natural: abrazar a su mamá, ofrecer un ramo de flores.
* La responsabilidad de nuestros propios actos.
2.a.3) A los 10-12 años.
El niño es menos contemplativo, es activo e incluso utilitarista, ya que le será menos espontánea la alabanza que se apoya en una admiración gratuita. Su acción y la de los otros se podrá transformar en ofrenda y así descubre las dificultades de la vida cristiana.
3.a.- LA LITURGIA SE ORDENA A LA VIDA COTIDIANA.
Al estar unido a Cristo el cristiano se da cuenta de que la fuente de sus actos se encuentra en la comunión con la vida de Jesucristo. Cada una de sus acciones responsables es una participación al misterio de salvación.
****Parte de Marina López en las hojas siguientes (mirar nota).
LA PARTICIPACIÓN EN LA MISA SEGÚN LAS EDADES.
c) PARTICIPACIÓN SOSTENIDA POR UN CONJUNTO DE SIGNOS.
1.c - ESTAR CERCA DEL CELEBRANTE.
Proximidad que significará, para èl, su deseo de ser "amigo de Jesùs". Además, al reducir las distancias, se encontrará aún en una comunidad a su medida.
2.c- VER LO QUE HACE Y COMPRENDER EL SENTIDO ESPIRITUAL.
En efecto, no se trata de explicarlo todo, sino de dar todo su sentido a ciertos gestos, ciertos actos importantes de los que el niño es capaz de comprender su sentido profundo:
- El sacerdote hace para nosotros los gestos de Jesús:
* Nos habla de parte de Jesús.
* Toma el pan y dice sobre él las palabras de Jesús.
* Da a los cristianos el pan de vida, Jesús.
- El sacerdote habla a Dios (con gestos) de nuestra parte:
* "Te alabamos, Señor" (prefacio).
* "Y a nosotros, pecadores" (se golpea el pecho).
* "Nos volvemos hacia ti para rezarte" (gesto del orante).
* "Nosotros te ofrecemos, Jesús, el pan de vida" (Per ipsum).
-El sacerdote nos pide estar atentos a Dios, orar con él:
* "El señor esté con vosotros", "Oremos...".
3.c-PARTICIPAR EN SU MEDIDA.
Para que el niño pueda sentirse personalmente afectado por lo que pasa, hace falta que la intención de Cristo se le haga transparente a través de ciertos signos; entonces podrá él expresar su respuesta en los actos que realiza, como ya se ha visto más arriba.
Ejemplo:
* Las campanas suenan, el Señor me invita: yo voy con alegría, en la iglesia entro cantando.
* El sacerdote nos muestra la hostia: es Jesús que me dice "Yo soy el pan de vida. Venid, recibid este pan"..., etc.
-El niño participará:
3.c.1- Por un diálogo de gestos y de palabras.
* De gestos: A esta edad estaría bien que existiera una comunión más estrecha con los gestos del sacerdote -portagestos y no solamente portapalabras-, al menos en ciertas misas: gestos de ofrenda, actitud de alabanza al prefacio, gestos de oración al Pater...
* De palabras: Se preparará progresivamente a los diálogos esenciales: Amén, respuesta a las invitaciones del celebrante, diálogo del prefacio, Aleluya, etc.
3.c.2- Por el canto y las procesiones.
Haría falta que el niño pudiera tomar algunos versos simples o al menos algunas aclamaciones: "Te alabamos, Señor", Aleluya...
3.c.3- Por la participación en las actitudes interiores del cristiano en la misa.
Actitudes de alabanza, de acción de gracias y de ofrecimiento, que son las grandes actitudes particularmente accesibles a esta edad.
d) TENER EN CUENTA LAS POSIBILIDADES DEL NIÑO.
1.d- Duración y ritmo.
El tiempo es mucho más largo para el niño que para el adulto, incluso si aparentemente están muy quietos: la duración es de cinco a seis veces más larga para un niño de 7-8 años. El adulto se siente fatigado al final de una conferencia de una hora; el niño lo está al término de una charla de diez minutos.
* Saquemos algunas consecuencias concretas:
- Una misa de treinta minutos en el niño de esta edad corresponde a lo que sería para nosotros una ceremonia de tres horas de duración.
- Una preparación de algunos días a un acto religioso, a una fiesta, corresponde a las varias semanas que la Iglesia propone al adulto como período preparatorio de las fiestas más solemnes: Pascua, Navidad.
- A esta edad, el niño dice: "Hace dos o tres días", para expresar un pasado que ya le parece lejano.
* Saquemos las consecuencias pedagógicas:
-No se puede exigir al niño una atención mantenida durante toda la misa.
* Distingamos cuidadosamente:
-Ciertos tiempos fuertes en los que, durante un breve instante, el niño recogerá toda su atención y se volcará de lleno en lo que diga o haga.
- Los tiempos más largos de atención más difusa, en los que podrá mirar, escuchar los cantos, hojear tal vez su libro o, en caso de que no lo tenga, hacer una pausa que le permitirá a continuación un momento de atención más intenso.
* El ritmo de año litúrgico se adapta a los adultos.
- Para el niño de 7-8 años, hacer una preparación espiritual de una semana para Navidad, Pascua, o una primera comunión, será suficiente y se acomodará mejor a su propio ritmo: el niño tiene necesidad de un tiempo corto y lleno.
2.d- Frecuencia.
* Para un niño de familia cristiana, la asistencia a misa presenta muchos menos problemas que para los otros: ésta se hará al principio y de ordinario en famillia y el niño se sentirá muy ufano de ser reconocido como un mayor.
* El niño de familia no practicante que, a los 7-9 años, va al catecismo preparatorio, tendrá necesidad de una iniciación antes de acceder a ir a misa. Y sobre este punto se está ya autorizado, sin duda, a proponer un cierto número de cuestiones:
- A partir del momento en que comienza a venir, a comulgar, sin ser sostenido por todo un clima familiar cristiano, ¿es por eso apto ya para venir cada domingo, y obligado a obrar como un cristiano adulto? La toma de conciencia de la llamada del Señor se va a hacer muy lentamente y según el ritmo propio de cada uno; lo esencial será entonces que el niño se diga: "Yo soy demasiado pequeño todavía para ir a misa todos los domingos".
- Además, en ciertas familias cristianas, un niño que ha ido a misa muy joven, demasiado joven tal vez, hacia los 5 años, puede experimentar más tarde, hacia los 7 años, un período de laxitud con respecto a la misa. Más que obligarle a asistir, ¿no se podría durante algunas semanas, exigirle este día, en lugar de la misa, una oración común en familia?.
Evidentemente no se debe quedar aquí, pero se buscará la forma de hacer percibir al niño esta invitación personal de Jesús, y de hacerle entrar en una
comprensión que renueve su interés.
3- A LOS 10-12 AÑOS
Edad de una participación más activa y más clarividente en la liturgia.
A) PARTICIPACIÓN MÁS ACTIVA:
-Descubrimiento de la misa como acción y de las diversas funciones de los participantes.
Los niños se aburren cuando la misa "va tirando", ellos tienen la necesidad de movimiento en el que poder participar: procesión, servicio del altar, como niños de coro para los niños, preparación y ornamentación del altar para las niñas y, para todos, repetición y ejecución de cantos.
En esta edad, la participación a la misma no adquiere su pleno valor a los ojos del niño si no comulga (sin excluir los más jóvenes de la comunión, naturalmente).
-Posible descubrimiento del valor irremplazable de nuestra participación:
"El Señor espera mi ofrenda, mi canto, mi oración, nadie me puede sustituir en la misa.
Él espera también que le lleve, no solamente mi vida, sino la de los otros (familia, compañeros) que no vienen; y al mismo tiempo que yo lleve Cristo a los otros. De este modo el niño vive uno de los aspectos del sentido misionero y apostólico que tiene la misa.
B) PARTICIPACIÓN MÁS CLARIVIDENTE:
-Conocimiento de la misa, al menos en sus partes principales.
* Los niños son capaces de escuchar y de retener las enseñanzas que se dan en la liturgia de la Palabra.
* Perciben los momentos esenciales del Prefacio, de la Consagración, del Padrenuestro, de la Comunión.
* Descubren concretamente, a lo largo de todo el año, la riqueza múltiple y viversa del ciclo litúrgico.
* Se interesan por el misal, en su "manejo" y, si se les ayuda, les gustará conocer su recto uso.
-Nexo entre los conocimientos adquiridos en el catecismo y el misterio vivido en la liturgia:
* A esta edad el niño se hace capaz de establecer relaciones entre los diversos sectores de su vida.
* Debe también entonces hacerse consciente el nexo profundo entre la catequesis y la liturgia-la catequesis anuncia el misterio vivido en la liturgia-, se ayudará al niño a descubrir cómo, en la liturgia, y especialmente en la misa que es su centro, vivimos lo que se ha anunciado y enseñado anteriormente en el catecismo.
La enseñanza, centrada en Cristo, a quien encontramos de manera privilegiada en la misa, aclarará la experiencia de la misa, y la misa, a su vez, mostrará el carácter actual y viviente del mensaje transmitido.
* Con agilidad, pero con hondura, se establecerán estos lazos concretamente por un continuo vaivén del misal a la doctrina que la Iglesia nos enseña, de la doctrina a la manera en que ésta es vivida en la misa, del encuentro con Cristo en el evangelio y su encuentro en la liturgia, de la enseñanza dada durante la semana al misterio celebrado el domingo, etc.
Por eso es necesario un vocabulario común a la catequesis y a la liturgia.
-Nexo entre la vida y el misterio vivido y celebrado en la liturgia.
* En la celebración del misterio eucarístico, como participación al misterio de salvación, toda nuestra vida cobra un renovado vigor y una orientación nueva, a la vez que el misterio mismo se hace vivo al encarnarse en cada uno de los sectores de nuestra vida. Es necesario, pues, hacer tomar conciencia de este nexo al niño de esta edad. Nexo con su vida de familia, su vida de colegio, sus juegos...
Concretamente, se establecerán estos lazos, no solamente por el lugar que se hace a los diferentes sectores de la vida de los niños en el momento de la oración de los fieles, en el curso de la misa, sino por alusiones, en las moniciones, a los hechos concretos de su vida y a su significación profunda.
* Los movimientos tienen aquí una función irremplazable. Por las acciones que tienen que realizar (en particular el testimonio), les permiten tener unas ricas experiencias de la vida y la toma de conciencia de lo que éstas son.
Dan también el sentido de la expresión de nuestra vida profunda por medio de la acción, el gesto, la palabra. Educan el sentido de los signos de la vida.
Ellos practican por este lado una auténtica catequesis que enriquecerá y aclarará la acción litúrgica. Moniciones y comentarios harán llamada a estas experiencias vividas en los movimientos. Y encontramos aquí de nuevo la necesidad de un vocabulario común (catequesis, movimientos y liturgia).
C) NOTAS:
a) ACERCA DE LOS NIÑOS DE AMBIENTE DESCRISTIANIZADO:
* Los niños de esta edad que no han participado todavía a la misa, no pueden ser introducidos en ella de golpe.
De una parte, "antes es necesario que sean llamados a la fe y a la conversión". Su participación a la vida de la comunidad cristiana y a sus diferentes grupos (movimientos, catecismo...) les proporcionará esta introducción a la vida de la fe. Por otra parte, debe exigírseles una iniciación previa (al lenguaje, a la comunidad litúrgica...).
De otro modo no estarán en grado de participar en la vida de una comunidad que permanecerá incomprensible a sus ojos y en una edad en que ellos desean comprender para participar.
Finalmente, no se debe olvidar que a esta edad un grupo de compañeros cristianos puede tener para ellos una gran influencia y contrapesar un medio familiar arreligioso.
b) ACERCA DE LA PRESENTACIÓN DE LA MISA DOMINICAL.
* Esta edad, "edad de la ley", es con frecuencia aquella en la que se presenta a los niños la obligación de la misa dominical. En este campo son particularmente deseables una orientación y un vocabulario común por parte de los educadores.
* La educación sobre este punto hará siempre referencia a ciertos principios básicos.
Una obligación moral está siempre ligada a la libertad, lo que supone:
-La conciencia de lo que se hace (saberlo, primero, materialmente, pero sobre todo medir su alcance, el significado profundo del acto que se realiza(.
-La reflexión (ante Dios) antes de obrar.
-La capacidad y la posibilidad de obrar libremente.
* La libertad no es un punto de partida, sino una meta de arribo:
Concretamente:
En cuanto punto de partida, la misa del domingo será presentada a los niños como una necesidad vital, es decir:
-No como una obligación moral (es sobre los padres que recae la responsabilidad de esta obligación, mucho más que sobre el niño);
- No es como un artículo del reglamento (que desaparecería con él); sino como un hecho ("se viene") y un hecho que despierta el orgullo ("Yo soy suficientemente mayor para...").
En efecto:
-Por una parte, el niño está en una edad en que se puede doblegar con más o menos buena voluntad ante una obligación reglamentaria sin estar por ello convencido de ella. Como las reglas de los juegos, las leyes disciplinarias de la escuela, esta obligación se queda en el exterior y corre el peligro de ser rechazada con la infancia: el adolescente juzgará legítimo el construir las reglas de su propia vida.
-Por otra parte, cuando "desobedece" a una obligación moral, el niño dramatiza fácilmente y se culpa. Más tarde rechazará este peso moral. Por esta razón se debe evitar en lo posible el "culpar" al niño que es impedido de asistir a la misa por motivos ajenos a su voluntad (ejemplo: su familia, no cristiana, no ha querido interrumpir un paseo) o lo mismo aquel que ha tenido una "pereza" que el ambiente actual considera con frecuencia muy "perdonable".
Hace falta también orientarse hacia otro camino.
- La importancia de la misa será descubierta progresivamente en la medida que el niño descubra todo lo que el Señor quiere hacer por él, por todos nosostros, en la misma, y la respuesta que espera de nosostros.
Entonces, poco a poco, se despertará la conciencia de lo que significaría un refutamiento verdaderamente voluntario:
* Jesús ofrece por mí su vida, que ha entregado en la cruz, yo no quiero ser "salvado" por él...
* Él desea venir a mí, hacerme vivir como hijo de Dios, pero yo no tengo necesidad de él...
* Hijo de Dios, él me invita con todos los cristianos, pero la familia de Dios no me interesa...
Rehusar el tener parte en la salvación, a tener necesidad de Cristo, retirarse de la comunidad cristiana: éste es el sentido de una negación consciente y voluntaria. El niño es muy sensible a esta idea de las Constituciones apostólicas: "Desertar de la Asamblea es hacer que falte un miembro al Cuerpo de Cristo. Es desgarrar su cuerpo, es dispersar sus miembros".
Pero la obligación misma será presentada siempre a la luz del amor:
- Dios nos ama, nos dice que debemos venir a la misa, pues él sabe que nosotros tenemos necesidad de ella para vivir, incluso si alguna vez lo olvidamos.
En el mismo momento, el niño descubrirá que muchos no van a misa porque no saben lo que es eso.
4- LOS PREADOLESCENTES DE 12-14 AÑOS:.
La personalidad de este período tiene una estructura propia, que ya no es la de la
infancia, y tampoco aún la de la adolescencia.
Aunque los comportamientos son aún exteriormente infantiles, las motivaciones son nuevas. Constituyen los ensayos, los esbozos, para descubrir nuevas maneras de situarse en el mundo. Éstos consisten en tanteos imaginarios, afectivos y activos. Para el preadolescente esos tanteos son funcionales, están solamente destinados a permitirle encontrar, a través de errores, logros y sueños la inserción dentro de una historia que sea verdaderamente personal.
No se debe, por tanto, asombrar de la falta de espíritu de constancia del preadolescente y de su sentimiento de inseguridad, sobre todo en una época de cambio social como la nuestra.
El frágil preadolescente ve presentársele angustiosos problemas, con una brutalidad que es muy pesada para su edad.
En tales condiciones, la vida religiosa puede aparecer, sea como prolongación protectora de la infancia, sea como luz que viene a iluminar nuevas formas de vida.
En el primer caso se llega con facilidad a un formalismo cada vez más estéril y vano que algún día será abandonado. En el segundo puede ser el punto de partida de una renovación profunda.
El preadolescente, hoy, experimenta con intensidad que él es quien pone los primeros fundamentos de su vida `' personal `' y que aborda una `' peligrosa e inevitable libertad `'.
Es, por consiguiente, sumamente importante que la misa sea presentada de manera dinámica, como el rito que viene a dar sentido a los descubrimientos nuevos de esta edad y como el misterio pascual de la vida de estos preadolescentes .
Deberá, pues, insertarse dentro de una pedagogía basada sobre la puesta en acción del preadolescente. Favorecerá así la creación de una personalidad que se busca a sí misma, dándole a todo una significación renovada de orden sobrenatural.
A esta edad particularmente, la educación litúrgica es tributaria del conjunto de la educación.
La catequesis de la misa no consistirá en una simple exploración de los ritos, y menos aún en nociones intelectuales destinadas a hacer comprender contenido dogmático.
Deberá partir de las realidades mismas de la vida del joven que se esfuerza en entrar activamente en una historia que le integra de modo personal en el mundo de la sociedad. Se podrá mostrar entonces al preadolescente cómo la misa realiza aquello en lo que él sueña.
Parece por tanto, esencial que la misa no sea un rito que permanece fuera de la vida tan particular del preadolescente que, por una parte, todas estas experiencias humanas estructuradas y todo este lenguaje de signos, de realidades concretas, de símbolos vividos que están en la base del sacramento, sean introducidos en su vida e incluso enriquecidas en ella, y, por otra parte, que él mismo se ponga en relación directa con la celebración eucarística.
Así, la experiencia de una comida fraterna permitirá descubrir y dar sentido de `' banquete eucarístico `' y su carácter de fiesta.
El ponerla en conexión con una de las acciones `' heroicas`' realizadas en la plenitud del amor, que tanto lugar ocupan en la vida del preadolescente, dará la referencia humana del aspecto de caridad y sacrificio de la misa.
Se debe estar atento a una liturgia que varía sus `' ritos `': variedad de cantos, de `' estilos `' de celebración, de lecturas cada vez que la liturgia lo permite.
En su participación en la liturgia, parece que el preadolescente podrá encaminarse por alguna de las tres direcciones siguientes:
1.d- Profundización de la idea de que la misa es una fiesta :
El niño antes de los 7 años lo siente intuitivamente. El preadolescente, muy sensible al ambiente y a su participación, debe descubrirlo activamente al preparar cuidadosamente la celebración. Descubre la perfección del servicio, de las lecturas, del ceremonial. La larga preparación de la misa mayor o de una misa solemne con la puesta a punto de todos los que intervienen en ella ( sirvientes, lectores, coral, asamblea, etc ), le permiten realizar algo entusiasmante para él.
2.d- Comprensión de una comunidad homogénea en acto :
La personalidad social del preadolescente no está todavía estructurada. Una comunidad un poco numerosa le es esencial, pero la asamblea es para él, sea, bien como un espectador ante el cual se ensaya, bien como un elemento protector ante el cual corre el peligro de que le dispense de hacer sus ensayos ( regreso a la infancia que impide su maduración humana y, por tanto, cristiana ).
El niño se sitúa espontáneamente en la asamblea. El preadolescente debe resituarse. Tiene necesidad, desde esta edad, de ser progresivamente introducido en este descubrimiento de la comunidad que se desarrolla en la comunidad litúrgica en acto: esto es lo que da el interés excepcional de las misas de campaña, de las reuniones de jóvenes, de las misas de los movimientos, de los encuentros interparroquiales, y que confirma la importancia de las comunidades litúrgicas en las que los adultos acogen a los jóvenes tales cuales son.
Normalmente es en los momentos litúrgicos intensamente vividos ( se oye cantar, sentirse en número, obrar en común, coordinado las funciones ), donde el descubrimiento progresivo de la comunidad humana se une al de una vida litúrgica y que, mucho más que una práctica regular, hace progresar al preadolescente.
3.d- Posibilidad de abertura a una comunidad más amplia:
El preadolescente sueña con inscribirse personalmente dentro de la historia del mundo entero. Va pasando de la preocupación de su yo, a la de sus relaciones activas con su familia, sus compañeros de clase o de juegos, los adultos conocidos, y de la atención al grupo espectador testigo y prueba de sus ensayos, al deseo de una acción responsable en la sociedad mundial que le es revelada por la gente media y por sus conversaciones con los adultos.
El chico empieza a descubrir el sentido del ejercicio de sus responsabilidades en las dimensiones del mundo y descubre la importancia de la oración.
5- LOS ADOLESCENTES ( 14 - 17 AÑOS ) :
El adolescente descubre que él es personalmente responsable del plan de vida personal y social que comienza ya a elaborar.
El mundo de los jóvenes, por lo demás, toma conciencia de su importancia en la sociedad actual. Esto no es impedimento para que el adolescente se encuentre con sus tradicionales problemas debidos al empuje fisiológico: desarrollo interior, las exigencias crecientes de la inteligencia crítica y de los intereses afectivos.
También el adolescente de hoy, como el de ayer, es egocéntrico.
La pedagogía de la participación a la misa se debe situar en el cuadro general de una educación de la libertad. El adolescente es alérgico a toda `' obligación `' que viene del exterior. Habrá algunas dificultades que superar:
-El adolescente vive de la espontaneidad del instante, mientras que la participación en la liturgia supone el sentido del tiempo.
- El adolescente quiere salvarse a si mismo, mientras que la misa hace participar en la salvación dada por Dios.
Seis necesidades del adolescente determinarán su descubrimiento de la misa:
1- Su deseo de autenticidad. El adolescente quiere que lo que él vive sea sincero, que las palabras y los gestos que lo expresan sean verdaderos.
2- Su necesidad de comunidad a escala humana. La comunidad litúrgica le permite tener la experiencia del carácter concreto de la Iglesia en su acción litúrgica. Se debe poner cuidado en que estas pequeñas comunidades no se conviertan en `' capillas `'.
3- Su experiencia progresiva de la estrecha unión que existe entre las actitudes del cuerpo y los sentimientos interiores.
Deberá ser esclarecido el sentido de los gestos y actitudes de la misa y la liturgia será `' ¡¡ bien ejecutada !!'' . Es la edad en que se permite vibrar .
4- Su necesidad de variedad. Es necesario en particular hacer alternar las misas de los adolescentes con las misas comunes y encontrar estilos diferentes.
5- Su necesidad de ser reconocidos por el mundo de los adultos. Se debe darles una participación en la liturgia que sea `' adulta `'.
6- Su despertar a las relaciones internacionales.
Conclusión. (Natividad Velasco Triviño).
La iniciación del niño en la liturgia viene dada por muchos factores (la familia, los educadores, los amigos,...), pero esta ha de hacer de teniendo en cuenta la sensibilidad propia de cada edad, los niveles de conocimiento de los niños y el medio que le rodea.
La finalidad de la iniciación a la liturgia es que el niño entre a formar parte del mundo litúrgico pero dentro de una comunidad. Los niños no pueden descubrir el sentido de la comunidad si no participan de forma real en dichas comunidades, por lo que es importante que cuando el niño participe en la misa sea representado como una respuesta a la llamada que hace Dios.
Para que el niño entienda esta llamada y pueda dar una respuesta clara y consciente a ella tiene que adecuarse dicha llamada a sus características personales y madurativas:
* A los 7-9 años el encuentro con Dios se expresa de forma comunitaria. Para el niño de esta edad levantarse a comulgar es responder al deseo que Jesús tiene respecto de él.
A esta edad el niño es capaz de distinguir la función del sacerdote.
En esta edad el niño no podrá mantener la atención durante el tiempo que dura la misa y tendrá momentos de distracción que por otro lado serán normales a su edad, llegando poco a poco a integrarse de forma más consciente en la celebración. La participación de los niños a los 7-9 años es de forma global y afectiva.
* A los 10-12 años el encuentro con Dios tendrá un carácter afectivo y por lo tanto más lógico y voluntario.
El niño de esta edad vive muy poco en el silencio y en la contemplación interior por lo que las actividades que realice el niño dentro de la misa, deberán responder a sus necesidades en dicho momento.
Para el niño de esta edad es muy importante el hecho de comulgar ya que solo así sentirá que ha participado en la misa.
CONCLUSIÓN. (Ana González Rubio).
En cada edad existen ciertas situaciones que ponen al descubierto un aspecto del simbolismo y de los signos. El pastor deberá, pues, tomarse la molestia de iniciarse a sí mismo en los símbolos y en los signos de los niños y hombres. Es por eso por lo que los signos nos atañen profundamente. El pastor para dirigirse a los niños debe estar atento a las capacidades de cada edad.
CONCLUSIÓN.(Alicia León Peréa).
Es necesaria una adaptación de la misa y por consiguiente de la religión cuando nos encontramos con practicantes que se están iniciando y que serán en un futuro la base y estructura de esa religion.
Una buena comprensión desde la iniciación a una religión es una experiencia más que positiva es necesaria y esencial.
Las edades tempranas son un perfecto caldo de cultivo para que una religión queda germinada en el ser humano, y siendo así esa incorporación temprana de la religión a la personalidad de un individuo debe realizarse de manera clara, segura y sólida. Estas primeras ideas religiosas deberán después crecer e irse complicando y aumentando según la capacidad intelectual y de abstracción se desarrolla, debe superar primero los abatares de la adolescencia y luego con la edad y la nueva sociedad que vivimos también tendrá que superar la confrontación con todo el pluralismo cultural e ideológico con el que convivimos. Por ello es muy recomendable una preparación cultural fuerte y madura.
Esta introducción religiosa para ser germen de futuro desarrollo y causar una fuerte unión con el individuo desde pequeño ha de estar necesariamente adaptada a la edad del sujeto. Pero sin olvidar que esta adapatación debe mantener la raiz del cristianismo y de su rito esencial :la misa. El niño y la misa pueden llegar a formar una unión duradera y positiva para el desarrollo del niño siempre que sea conducida adecuadamente y adaptada a sus inquietudes , interese y dudas.
CONCLUSIÓN. (Juan Alberto Benitez).
El objetivo primordial es iniciar a los niños a la misa, pero no haciendo que se mantengan quietos, tranquilos y callados, sino haciendo que participen según las posibilidades de su edad en el misterio eucarístico y se aperciban de toda la riqueza de la liturgia.
Hay una serie de situaciones pastorales que pueden favorecer la iniciación del niño al mundo litúrgico :
* La catequesis, que le inicia y madura en la fe cristiana echando raíces en la fe de la comunidad.
Algunos puntos muy importantes de la catequesis son :
-El amor humano: pues durante la infancia es el soporte de los valores de la fe .
- El amor entre los padres, que por el sacramento del matrimonio, está llamado a manifestar el amor de Cristo a su iglesia.
- La relación paternal, como ejemplo de amor y sacrificio por sus hijos .
* La enseñanza religiosa escolar, que estimula a establecer un diálogo desde la fe cristiana y la cultura humana, en cuya asimilación crítica madura el alumno .
ACTIVIDADES. (Natividad Velasco Triviño).
Para que los niños saquen provecho de las misa voy a proponer una serie de actividades que a mi criterio me parecen adecuadas para:
• Deficientes mentales de nivel ligero o moderado, con un nivel socio-cultural medio y una edad aproximada de 16 años, cuya edad mental es de 10 años:
- Para este tipo de niños lo primero que haría es explicarles con un vocabulario adecuado a su nivel:
* Lo que significa la misa.
* Las funciones del sacerdote y de la asamblea.
* El significado de los ritos.
* La explicación de las lecturas correspondientes a dicha misa (variarán en el mismo modo que varían en una misa normal).
* Adecuaría la explicación hacia aquello que los niños tengan más cerca (la avaricia, la pobreza, la amistad,...).
Para que puedan entender todo esto, en la catequesis los niños han de preparar las preces que dirán en misa; estas preces se acompañará de alguna actividad exterior que les ayude a reforzar todo aquello de lo que están hablando. Como por ejemplo:
“ Señor te pedimos que nos perdones en aquellos momentos en los que no ayudamos a los compañeros y compartimos con ellos nuestras cosas. Te pedimos que nos des fuerza para dar amar a los demás y para poder ayudarles cuando lo necesiten”.
Los niños sacarán una cartulina en la que ponga la palabra EGOÍSMO.
* Les enseñará a los niños las siguientes canciones:
• CRISTO VIVE EN MI.
- Si el EGOÍSMO llega a tu corazón - Si el AMOR llega a tu corazón
y te dice déjame entrar (bis) y te dice déjame entrar (bis)
dile no, no, no Cristo vive en mi dile si, si, si Cristo vive en mi
y no hay lugar para ti. (bis) y si hay lugar para ti. (bis).
- Si la PEREZA llega a tu corazón
y te dice déjame entrar (bis)
dile no, no, no Cristo vive en mi
y no hay lugar para ti. (bis)
Esta canción se haría de la siguiente manera:
Los niños en cartulinas de colores escribirán en letras grandes las palabras que están escritas en mayúsculas (egoísmo, pereza, mentira, amor,...etc). (esto se hace en la hora de catequesis).
Las palabras negativas, es decir, egoísmo, pereza, mentira;...etc, cuando al decir las cosas malas (egoísmo, pereza, mentira,...) los niños levantan las cartulinas. Cuando en la canción se dice no, no, no Cristo vive en mi y no hay lugar para ti el niño que tenga la cartulina la rompe (cuando le toque según se canta la canción, es decir cuando se canta la del egoísmo se rompe la cartulina del egoísmo y así con el resto.
Con las palabras buenas (amor) los niños levantan las cartulinas alto y, por supuesto no lo rompen.
+ A esta canción en el lugar donde están las palabras en mayúsculas se pueden poner todo tipo de palabras tanto malas ( tristeza, envidia, ...) como buenas (alegría, comprensión, paz,...) según interese bien en relación a las lecturas del día, bien a la homilía del sacerdote.
• LA MISA EN UNA FIESTA.
La misa en una fiesta muy alegre,
la misa es una fiesta con Jesús.
La misa es una fiesta que nos une,
la misa es una fiesta con Jesús. (ESTRIBILLO).
1- En cada misa celebramos,
que nuestro amigo nos salvó,
que por amarnos dio su vida y resucitó.
ESTRIBILLO.
2- Con su palabra nos enseña,
nos alimenta con su paz,
Nos compromete a ser amigos y a caminar.
ESTRIBILLO.
Esta canción sería la que se cantaría en el momento de la comunión, pidiéndoles a los niños que la cantasen con muchas ganas; porque es una explicación de lo que es la misa.
• TU QUE SIEMPRE NOS PERDONAS.
1- Tu que siempre nos perdonas, porque nos quieres mucho.
Tu que siempre nos perdonas, Señor ten piedad (bis).
2- Tu que siempre nos escuchas porque nos quieres mucho.
Tu que siempre nos escuchas, Señor ten piedad (bis).
3- Tu que siempre nos ayudas porque nos quieres mucho.
Tu que siempre nos ayudas, Señor ten piedad (bis).
Esta canción se cantará en el acto de la paz. Los niños se darán la paz unos a los otros, y si es posible a lo padres (que se sentarían en los tres primeros bancos, para que los niños no tengan que recorrer toda la iglesia.
• LA MISA NO TERMINA.
La misa no termina aquí en la Iglesia
ahora la empezamos a vivir.(ESTRIBILLO).
1- Por que en la vida cada día recordamos, ,
lo que aquí hemos vivido y aprendido a compartir.
ESTRIBILLO.
2- Hemos de ser la levadura hemos de ser,
semilla y luz, junto a nosotros, caminando viene Jesús.
ESTRIBILLO.
Esta canción se cantará al final de la misa mientras se retira el sacerdote hacia la sacristía
.
Las canciones se pueden cambiar en relación a lo que se está viendo en la misa.
* Para la época de cuaresma se puede realizar la siguiente actividad:
Como la cuaresma es un tiempo de renovación para la Pascua el objetivo primordial es que renueven su corazón en el que Dios les de un corazón nuevo con el que sean capaces de perdonar, con el que elijan el bien y desechen el mal, con el que escuchen al Señor,...etc
Se elegiría la siguiente frase “ Señor dame un corazón nuevo” .
Esa frase se pondría en grande en la iglesia junto a un corazón pintado de un color triste (ej: negro), que serán los que presidan la mesa durante todo el tiempo de cuaresma.
A los niños se les explicará el sentido de renovación y de preparación de la cuaresma hacia la Pascua y además se les explicarán a los niños las escrituras que correspondan para cada día de la semana (cada semana la suya).
Ese corazón a medida que avanza la cuaresma se irá convirtiendo en un corazón con color, es decir, sobre el corazón “viejo y triste” se irán colocando piezas de un puzle de un color vivo. Cada semana se tomará un lema que deberán escribir en casa en el corazón que se le dé y colocarlo en la semana que corresponda.
Así a lo largo de las diversas semanas se irá convirtiendo en una “nueva persona con un corazón renovado”.
Aquellas cosas de las que se habla en misa se han de ir completando en casa para que aquello que realizamos en misa quede consolidado con una actividad para hacer en casa.
EJEMPLO: páginas 60-62.
* A estos niños se les ha de dar la posibilidad de expresar que se han enterado de lo que las lecturas querían decir. Para ello han de contetar a las preguntas que el sacerdote les hace con respecto a las lecturas, estas lecturas pueden ser leidas por los niños (pero nunca las que están reservadas para el sacerdote).
• Deficientes mentales de nivel moderado y profundo con un nivel socio-cultural medio y una edad aproximada de 16 años, cuya edad mental es de 10 años:
Como estos niños su capacidad de reacción ante determinados estímulos están bastante disminuida procuraré que sus respuestas dependan de las posibilidades que ellos mismos me den, por ello proponer una serie de actividades es arriesgarse un poco pues depende además que tengan otra serie de deficiencias asociadas y de la gravedad de esas deficiencias asociadas al retraso mental.
A mi modo de ver el que estos niños extiendan la misa es una posibilidad bastante remota ya que la misa tiene como actividad predominante que entiendan conceptos que ellos no puedan manejar (la fe, la adoración a un Dios que ellos no ven), pero aún así esto no es razón para impedirles que participen en la misa y lleguen a poder entender (dentro de sus posibilidades) y profundizar en la misa.
Si con los niños deficientes mentales ligeros y moderados es difícil realizar actividades porque no puedes comprobar si realmente lo han entendido con los profundo o límites es todavía poder comprobar si lo llegan a comprender. Aún teniendo en cuenta todas estas dificultades voy a exponer alguna actividad a realizar con este tipo de muchachos:
* A estos niños les daría la posibilidad de poder expresar su fe mediante canciones que ellos elijan (aunque no sean capaces de cantarlas), si son capaces de comprender lo que la canción significa y si esa es su forma de expresar lo que ellos sienten en su interior con respecto a la misa.
* En un momento determinado darle la posibilidad de expresarse como ellos puedan y si pueden participar activamente en la misa por pequeñas cosas que para ellos serán grandes cosas.
• Deficientes sensoriales con un nivel socio-cultural medio y una edad aproximada de 10 años:
Estos niños, bien sean ciegos o sordos, tienen un handicap añadido que otros tipos de deficientes, y se habrá de adaptar los objetos y/o cosas a su deficiencia.
* Los ciegos mediante la voz podrán seguir la misa pero si tienen que realizar alguna actividad para hacer la misa más participativa necesitarán una persona que siempre valla con ellos para poder cubrir su deficiencia, y si es necesario al principio para “radiarle” que es lo que se está haciendo en cada momento, hasta que el niño adquiera como el resto la rutina de los que se hace en la misa pero por lo demás participarán como otra persona en la misa
- Para este tipo de deficientes son muy importantes les experiencias sensoriales (tacto, oído,...etc.) para mejor comprensión de la misa, por lo que se procurará darle estas experiencias dejándole tocar aquello que necesite.
- Sería un buen detalle (aunque poco posible y caro) que los libros de la lectura y la Biblia estuvieran escritos en Braille para que ellos pudieran leer como pasa en una misa normal en la que algunos feligreses leen escrituras (claro, nunca las destinadas al sacerdote).
* Los sordos lo tienen un poco más difícil aunque podrían tener la posibilidad de seguir la misa por lectura labial, para ello el sacerdote lo había de tener presente y mirarles mientras dice la misa. No porque sean sordos han de vocalizar excesivamente ya que ello podría distorsionar lo que los niños entiendan.
Como el seguir la misa por lectura labial puede ser muy cansado podría haber una persona que lo transcribiese todo al lenguaje de signos, tanto lo que el sacerdote dice en la misa al niño, como si el niño decide leer una lectura de la Biblia que se lo transcriba a la asamblea.
• Deficientes motóricos con un nivel socio-cultural medio y una edad aproximada de 10 años:
* Los deficientes motóricos que no necesiten Sistemas Alternativos de Comunicación y que tengan todas sus capacidades cognitivas bien solo necesitarán adaptaciones arquitectónicas dentro de la iglesia, por lo que podrán seguir la misa sin problemas.
* Con los deficientes motóricos que necesiten Sistemas Alternativos de Comunicación habrá que tener en cuenta que lo que se le transcriba a los deficientes motóricos que no necesiten Sistemas Alternativos de Comunicación (dependiendo también de que tipo de Sistema posea según sus capacidades) deberá ser lo más sencillo posible para que el niño no se haga un lío y pueda llegar a entender conscientemente el gran contenido que posee la misa.
APLICACIONES PEDAGÓGICAS EN EDUCACIÓN ESPECIAL. (Ana González Rubio).
• Deficientes mentales de nivel ligero o moderado, con un nivel socio-cultural medio y una edad aproximada de 8-9 años:
Para este tipo de niños desarrollaré dos tipos de temas principales:
- Dios creó el cielo y la tierra.
- ¿Qué sabemos sobre Dios?.
* Dios creó el cielo y la tierra: Para desarrollar este tema utilizaré dos actividades:
1- Los niños irán recorriendo las diversas cosas creadas por Dios. Se dará pié para que los alumnos/as elijan en cada uno de los reinos lo que les parezca más bonito, más original, más útil, más exótico ( plantas, animales, aves,...).
2- Hacer algún comentario sobre lo bien que Dios se lo pasaría creando el mundo:
a) Porque se le ocurrieron cosas estupendas y originalísimas.
b) Porque todo el tiempo estuvo pensando en que nos lo iba a regalar a las personas que viviéramos a lo largo de todas los tiempos.
* ¿Qué sabemos sobre Dios?.(canción).
¿Qué sabemos sobre Dios?. 3- En los árboles, los nidos,
Cada día un poco más. y los peces en el mar.
descubrimos la creación. Dios hace todo con mimo
explorando tierra y mar. enseñándonos a amar.
¿ Qué sabemos sobre Dios?. ESTRIBILLO.
Cada día, un poco más.( Estribillo).
1- Cuando crea da la vida.
Es un padre muy genial.
Nos regala todo el mundo,
para poder disfrutar.
ESTRIBILLO.
2- La lluvia cae en el río,
y, el río, va a dar a la mar.
De nuevo el agua a las nubes,
y vuelta todo a empezar.
ESTRIBILLO.
(Ana González Rubio)
Esta canción se irá enseñando a los niños en varias sesiones hasta que logren aprenderla entera.
VALORACIÓN DE TODO LO INVESTIGADO Y POSIBLES APLICACIONES PEDAGÓGICAS EN EDUCACIÓN ESPECIAL : (Juan Alberto Benitez).
En conclusión, a la hora de iniciar a los niños a la liturgia, más que misas especiales para ellos, tendríamos que tener en cuenta demasiadas situaciones prácticas: disposición de lugares, posibilidades sacerdotales, grupos de niños ambiente y educación religiosa recibida, etc.
Hay que hacer que el niño se interese, le atraiga, y para ello se debe fomentar su participación en la eucaristía, el testimonio de vida de sus padres y personas significativas para él ......en conclusión, un programa de educación de la fe adaptado a las características del niño.
Los inadaptados físicos, psíquicos y sociales, son hijos de Dios como nosotros, y por tanto la liturgia debe ofrecer a cada uno de ellos, la posibilidad de orar, de expresar su fe, ...etc.
Debemos evitar las miradas discriminatorias y hacer que la comunidad sea un lugar de acogida para ellos. El primero que debe informarse sobre las necesidades específicas de estas personas es el sacerdote, pues es quien más puede favorecer su inserción en la comunidad parroquial.
Todos tenemos derecho a participar en la eucaristía. Los insuficientes mentales deberán encontrar en la misa la atmósfera festiva a la que son sensibles. Los ciegos y sordos deberán encontrar igualmente un alimento para su fe cristiana en un lenguaje apropiado, en los cantos para los ciegos y en los gestos y movimientos para los segundos .
Con las adaptaciones necesarias se pone en juego toda la iniciación litúrgica de cada joven según sus particularidades.
Debemos favorecer su inserción activa, su participación con gestos, cantos, con el uso de un lenguaje adecuado, con la presencia de personas que inspiren confianza en el niño, con la sensibilización a padres, familias, feligreses....etc.
El canto y la música son dos de los principales recursos pedagógicos más parecidos por el niño, por lo tanto su uso en el contexto adecuado proporcionarán el enriquecimiento del niño.
BIBLIOGRAFÍA :
* Sucesores de Juan Gili. Los niños en la misa. Reflexiones y orientaciones. Editorial. Litúrgica Española S.A. Traducido del original
“ Les enfants á la messe. Dossier de relexion et orientation” 1968.
* Misa familiar. (material de hojas sueltas).
* Isidro Lozano y Juan Andión. Celebraciónes con niños. Editorial CCS Madrid 1996.
* Equipo Lasaye (iniciación sacramental).Celebraciones de signos y símbolos. Editorial Centro Vocacional Lasaye. 1986.
* Material de clase.
NOTAS:
1ª PARTE! INVESTIGACIÓN SOBRE EL TEMA: “LOS NIÑOS EN LA MISA”.
* De la página 1 a la 11 ha sido realizada por: Natividad Velasco Triviño.
* De la página 11 a la 18 ha sido realizada por: Ana González Rubio.
* De la página 18 a la 27 ha sido realizada por: Marina López. Con esta parte ha habido algunos problemas porque el ordenador no ha descifrado el disquete (cada uno de los componentes del grupo ha realizado su parte, la ha grabado en un disquete y se ha maqueado y ordenado todo en un solo ordenador, en el cual se ha imprimido todo) y como el ordenador no ha leído el disquete el trabajo de Marina está en distinta letra.
* De la página 28 a la 41 ha sido realizada por: Alicia León Peréa.
* De la página 42 a la 48 ha sido realizada por: Juan Alberto Benitez.
2 ª PARTE! CONCLUSIONES.
* De la página 49 a la 50 ha sido realizada por: Natividad Velasco Triviño.
* La página 50 ha sido realizada por: Ana González Rubio.
* La página 51 ha sido realizada por: Alicia León Peréa.
* La página 52 ha sido realizada por: Juan Alberto Benitez.
3 ª PARTE! APLICACIONES PEDAGÓGICAS.
* De la página 53 a la 66 ha sido realizada por: Natividad Velasco Triviño.
* De la página 67 a la 68 ha sido realizada por: Ana González Rubio.
* De la página 69 a la 70 ha sido realizada por: Juan Alberto Benitez.
ÍNDICE:
1ª PARTE! EXPOSICIÓN DE LA PARTE INVESTIGADA SOBRE EL TEMA PROPUESTO.
• LA INICIACIÓN A LA LITURGIA.
INTRODUCCIÓN:
“ El Mundo Litúrgico ”...........................................................................................pág. 1.
1- SENTIDO DE LA CONUNIDAD LITÚRGICA.......................................págs 2-9.
A) La asamblea, lugar privilegiado del encuentro con Dios....................págs 3-4.
A los 7 - 9 años................................................................págs 3-4.
A los 10 - 12 años.................................................................pág 4.
B) Comunidad jerárquica........................................................................págs 5-7.
A los 7 - 9 años ....................................................................pág 6.
A los 10 - 12 años ................................................................pág 7.
C) El lugar propio de cada uno................................................................págs 8-9.
A los 7 - 9 años.....................................................................pág 8.
A los 10 - 12 años..............................................................pág 8-9.
2- INICIACIÓN AL LENGUAJE DE DIOS Y DEL HOMBRE EN LA LITURGIA......................................................................................................págs 10-33.
A) Diálogo de Dios y su pueblo...........................................................págs 10-18.
a) Relación entre la vida y la liturgia.........................................págs 10-18.
* Nuestra vida humana no puede prescindir de'' liturgia `'...............................................................................................................................pág 10.
* La liturgia da a nuestra vida su plenitud................... págs 11-17.
A los 7 - 9 años................................................págs 11-13.
• A los 9-10 años.................................................págs 13-17.
A los 10 - 12 años....................................................pág 18.
* La liturgia se ordena a vida cotidiana...............................pág 18.
B) El lenguaje utilizado en este diálogo..............................................págs 19-23.
a) Iniciación al lenguaje bíblico y al de los signos y símbolos litúrgicos ...................................................................................................................págs 19-20.
Antes de los 7 años.............................................................pág 19.
A los 7 - 9 años..................................................................pág 19.
A los 10 - 12 años.........................................................págs 19-20.
b) Es un lenguaje de toda la persona...................................................págs 20-23. * El cuerpo y su lenguaje en la liturgia....................................págs 20-21.
A los 7 - 9 años.................................................págs 21-22.
A los 9 - 11 años......................................................pág 22.
2- El canto......................................................................págs 22-23.
d) Lenguaje en el que Dios y el hombre se comprometen totalmente. .................................................................................................................................pág 23.
• LA PARTICIPACIÓN EN LA MISA SEGÚN LAS EDADES
1- ANTES DE LOS 7 AÑOS.........................................................................págs 24-25.
a) El testimonio de los padres.....................................................................pág 24.
b) La educación humana y religiosa recibida en la familia....................... pág 25.
2- A LOS 7 - 9 AÑOS......................................................................................págs 25-33.
a) Participación personal e individual.......................................págs 25-26.
b) Participación de tipo afectivo..............................................págs 26-27.
* Jesús me ama ............................ pág 26.
* Yo quiero ser `' su amigo `' ........................ págs 26-27.
* Alegría y orgullo de responderle .............................. pág 27.
* Alegría de la fiesta ........................................pág 27.
c) Participación sostenida por todo un conjunto de signos.....................................................................................................págs 27-31.
* Estar cerca del celebrante.................................................pág 28.
* Ver lo que hace y comprender el sentido espiritual................................................................................................págs 28-29.
* Participar en su medida..............................................págs 29-31.
d) Tener en cuenta las posibilidades del niño.........................págs 31-33.
* Duración y ritmo.........................................................págs 31-33.
* Frecuencia..........................................................................pág 33.
3- A LOS 10 - 12 AÑOS............................................................................págs 34-42.
a) Participación más activa....................................................................págs 34-35.
b)Participación más clarividente..........................................................págs 35-37.
c) Notas.................................................................................................págs 37-42.
* Acerca de los niños de ambiente descristianizado.................págs 37-38.
* Acerca de la presentación de la misa dominical....................págs 38-42.
4- LOS PREADOLESCENTES DE 12 - 14 AÑOS........................págs 42-46.
* Profundización de la idea de que la misa es una fiesta.....pág 44.
* Comprensión de una comunidad homogénea en acto......pág 45.
* Posibilidad de abertura a una comunidad más amplia......pág 46.
5- LOS ADOLESCENTES ( 14 - 17 AÑOS )..................................págs 46-48.
2 ª PARTE! CONCLUSIONES.
1- Natividad Velasco Triviño...............................................................págs 49-50.
2- Ana Gonzalez Rubio................................................................................pág 50.
3- Alicia León Perea....................................................................................pág 51.
4- Juan Alberto Benitez...............................................................................pág 52.
3 ª PARTE! APLICACIONES PEDAGÓGICAS.
1- Natividad Velasco Triviño...............................................................págs 53-66.
2- Ana Gonzalez Rubio.........................................................................págs 67-68.
3- Juan Alberto Benitez........................................................................págs 69-70.
LOS NIÑOS EN LA MISA.
CURSO: 2º H.
ESPECIALIDAD: Educación Especial.
COMPONENTES QUE HAN REALIZADO EL TRABAJO:
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Enviado por: | Juan Alberto Benitez Crespo |
Idioma: | castellano |
País: | España |