Filosofía y Ciencia


Ética anarquista


UNIVERSIDAD DE COSTA RICA

Escuela de Filosofía

TEMA: ETICA ANARQUISTA

Introducción

La palabra anarquía es de origen griego. El prefijo A, que significa: no, falta de, ausencia de o carencia de, y archos, que significa: soberano, director, jefe, encargado o comandante. Los términos griegos ANARCHOS y ANARCHIA quieren decir “no tener gobierno o estar sin un gobierno”.

Hay que tomar en cuenta que el estricto significado original del anarquismo no era simplemente “Sin gobierno”. Anarquía significa “sin soberano” o específicamente “sin autoridad”, y es en este sentido que los anarquistas han usado continuamente la palabra. Anarquía se define como una filosofía en contra de la jerarquía, contra cualquier desigualdad de poder o de privilegios entre individuos. Por esta razón, mejor que ser estrictamente anti-gobierno o anti-estado, el anarquismo es primordialmente un movimiento en contra de las jerarquías. ¿Por que ocurre esto? Por que la jerarquía es la estructura organizante que da cuerpo a la autoridad y dado a que el estado es la más alta forma de jerarquía, los anarquistas son por definición, anti-estado.

El anarquismo es una teoría evolutiva, con muchos pensadores y activistas, aunque no fue si no hasta la segunda mitad del siglo XIX donde el anarquismo surgió como una teoría coherente con un programa sistemático y desarrollado.

Según muchos pensadores el anarquismo se originó dentro del pueblo y preservará su vitalidad y fuerza creativa mientras exista un movimiento popular que lo respalde.

Este movimiento aboga por la libertad, principalmente por la libertad individual, libertad de pensamiento y de libre albedrío, rechazando así las formas organizadas de acción y de estructura social. Nos muestra la necesidad de destruir en, aras de la libertad, el régimen social, político y económico, suprimiendo el Estado y estableciendo en su lugar la comunidad de individuos, sin autoridad, sin religión, sin moral, sin propiedad, sin familia. Para lograr tal objetivo se preconiza la revolución, la cual, en caso necesario, pondrá en práctica los medios más rudos (el motín, las bombas incendiarias, etc.). De esta manera lo han expresado los principales movimientos anarquistas, como por ejemplo: La Comuna de París (1871); Los Mártires de Haymarket (1886) y otros, que gracias a sus ideas han marcado la historia.

En el presente trabajo contemplaremos a grandes rasgos aspectos primordiales del anarquismo, tales como: su origen, sus ideólogos, la ética anarquista y la importancia de esta en la sociedad moderna, entre otros.

Cuantas más leyes y restricciones hay

La gente más pobre se hace.

Cuanto más afiladas estén las armas de los hombres

más problemas hay en la tierra.

Cuanto más ingeniosos y listos son los hombres

más cosas extrañas ocurren.

Cuantas más reglas y regulaciones

más ladrones y criminales

Lao Tzu.

ETICA ANARQUISTA

Origen de las ideas anarquistas

 La teoría anarquista no surgió de una pieza, armada y presta a formularse, de una sola cabeza, sino que tuvo una gran evolución.

En toda la fuerza del concepto filosófico, el anarquismo es una doctrina contemporánea; nace en el siglo XIX y se le puedan adscribir su principales antecedentes en Grecia.

Hasta llegar a la formulación de un Godwin, de un Proudhon, a la tesis polémica de un Bakunin, pasó por un largo período de maduración que se extiende desde los filósofos griegos, el pensamiento chino de Lao Tzu hasta nuestros días, pasando por la Edad Media, el Siglo de Oro español, el Renacimiento italiano, la Revolución francesa sin olvidar las agitaciones sociales del siglo XIX en Rusia, Italia, España, Francia, Alemania y la aportación de los economistas ingleses.

Pensadores como: Sócrates, Heráclito, Demócrito, Epicuro, Epicteto Diógenes, Platón, Aristóteles, formularon ideas filosóficas sobre el hombre, la vida, las pasiones, la sociedad, en las que hay sospechas de crítica común a lo que más tarde se le llamó el pensamiento anarquista.

Aristóteles define la anarquía (del gr: de la privativa a, y arjée, mando, gobierno) como la falta de gobierno.

 En los primeros apóstoles del cristianismo, las formulaciones sobre esta doctrina aparecen aún más claras.

Rasgos menos imprecisos de la doctrina anarquista, ofrecen ya en el siglo XVIII, obras de J. Meslier y de W. Godwin, y, sobre todo en la primera mitad del siglo XIX, P.J. Proudhon ("Que es la propiedad", 1840) y Max Stirner ("El único y su propiedad", 1845). Proudhon es el primero que usa él termino "anarquismo" como repulsa a todo gobierno, de toda autoridad, de todo orden jurídico moral y religioso.

El anarquismo como doctrina se creo en, y por, la lucha de los oprimidos por la libertad. Se deriva de la lucha directa de los trabajadores contra el capitalismo, de las necesidades de los trabajadores, de sus aspiraciones de libertad e igualdad, aspiraciones que están particularmente vivas en el período mas heroico de la vida y la lucha de las masas trabajadoras. Como bien lo refleja la cita de La Plataforma Organizadora De Los Comunistas Libertarios producida por los participantes en el movimiento Makhnovista en la Revolución Rusa que señalaron que “la lucha de clases creadas por la esclavitud de los trabajadores y sus aspiraciones de libertad engendraron, en la opresión, la idea del anarquismo: la idea de la negación total de un sistema basado en los principios de clase y el Estado, y su substitución por una sociedad libre no-estadista de trabajadores bajo la auto-gestión.”

Las raíces de muchas de estas ideas las podemos encontrar también en la Ilustración , el liberalismo clásico, la Revolución Científica del siglo XVII, la Guerra civil española y el racionalismo cartesiano.

Anarquismo por continentes

África

El anarquismo africano es la forma más antigua de vivir que se conoce, ya que desde que el ser humano camina por el mundo, se organiza de una forma libertaria. El anarquismo africano se enraíza en el comunalismo de numerosas tribus indígenas. El anarquismo organizado - lo que llamamos anarquismo - está dando de nuevo sus primeros pasos en el continente, ya que aunque hubo un fuerte movimiento sindicalista a comienzos de siglo, éste fue aplastado y olvidado hasta muy recientemente. En la actualidad existen núcleos de anarquistas en Sudáfrica, Nigeria y algunos países más.

América 

Las ideas anarquistas viajaron a las Américas a mediados y finales del siglo XIX con los emigrantes europeos. Tuvieron mucha fuerza a comienzos del siglo XX en México, Cuba, el Río de la Plata, Brasil, Chile... y en general en toda Latinoamérica. Tampoco deberían olvidarse las formas de organización libertarias adoptadas por numerosas tribus y pueblos indígenas. En la actualidad hay pequeños grupos por todo el continente concentrados en la tarea de reactivar el proceso de renacimiento de la Idea, sólo cuentan con algo de fuerza y presencia en Brasil y México.

Asia

El anarquismo dista mucho de ser un caso asiático. En el lejano oriente tuvo lugar uno de los más interesantes capítulos en la historia social libertaria. La revolución Coreana. Los anarquistas participaron también en la revolución China e influyeron en el proceso de independencia de la India (influyeron en el pensamiento gandhiano). Hoy en día existen grupos en Turquía, Israel, Líbano y la India, Corea, Filipinas y Japón.

Europa

La opción anarquista ha sido bastante seguida en Europa durante toda la historia. Sólo habría que recordar la larga serie de insurrecciones campesinas contra la opresión feudal. El anarquismo moderno nació a comienzos del siglo XIX y se extendió rápidamente por los países mediterráneos y Suiza. Tras un proceso de expansión tuvo influencia en la revolución rusa, destacando el caso de Ucrania, y, mediante el sindicalismo llegó a tener gran influencia entre la población española, italiana, portuguesa, sueca, polaca... Este sindicalismo revolucionario llegó a lograr el triunfo sobre el fascismo en España, produciéndose uno de los hechos más hermosos de la historia. Tras un período de derrota, las ideas libertarias resurgieron en Europa en los años 60-70 y últimamente en los años 90, éstas ideas se han extendido por todo el continente.

Oceanía

En las islas del pacífico, el anarquismo moderno sólo ha tenido acogida en los dos principales territorios: Australia y Nueva Zelanda. A comienzos del siglo XX tuvieron cierta influencia las ideas anarquistas mediante el sindicalismo revolucionario. Tras la derrota de éste resurgió la Idea en los años 70, siendo los 90 una década en la que se ha producido una actividad mayor desde comienzos del siglo XX.

Anarquismo Latinoamericano

El Anarquismo como pensamiento originado en Europa, fue para América Latina un producto importado. Este tiene una amplia historia, rica en luchas pacificas y violentas, en manifestaciones de heroísmo individual y colectivo, en esfuerzos organizativos, en propaganda oral, escrita y práctica, en obras literarias, en experimentos teatrales, pedagógicos, cooperativos, comunitarios, entre otros.

Decir que el anarquismo fue traído a Latinoamérica por emigrantes europeos es casi demarcar lo obvio. Pero no fue sólo una ideología de masas obreras y campesinas que, arribadas al nuevo continente, se sintieron defraudadas en su esperanza de una vida mejor y vieron cambiar la opresión de las antiguas monarquías y las nuevas oligarquías republicanas; fue muy pronto el modo de ver el mundo y la sociedad que adoptaron también masas autóctonas y aun indígenas, desde México (con Zalacosta en Chalco) hasta la Argentina (con Facon Grande en la Patagonia).

En la medida en que los anarquistas lograron llegar hasta los indígenas, no tuvieron que inculcarles ideologías exóticas, sino solo tornar conscientes las ideologías campesinas del "calpull" y del "ayllu". Por otra parte, en la población criolla se había arraigado muchas veces una tendencia a la libertad y un despego por todas las formas de la estructura estatal que, cuando no eran canalizadas por las vías del caudillaje feudal, eran tierra fértil para una ideología libertaria.

En América Latina el anarquismo fue casi siempre anarcosindicalismo y estuvo esencialmente vinculado a organizaciones obreras y campesinas. Hubo, sin duda, algunos anarco individualistas en Argentina, Uruguay, Panamá, etc., y también algunos anarco-comunistas enemigos de la organización sindical (en Buenos Aires, durante las décadas de 1880 y 1890), pero la inmensa mayoría de los anarquistas latinoamericanos fueron partidarios de un sindicalismo revolucionario y antipolítico.

En todos los países del área el anarquismo produjo, además de una vasta propaganda periodística y copiosa bibliografía ideológica, muchos poetas y escritores que, con frecuencia, fueron figuras de primera línea en las respectivas literaturas nacionales. No en todas partes, sin embargo, fueron igualmente numerosos y significativos.

La decadencia del movimiento anarquista latinoamericano se puede atribuir a tres causas:

  • Una serie de golpes de Estado, facistoides, que se producen alrededor de 1930 (Uriburu en Argentina); caracterizados por una represión contra el movimiento obrero, los grupos de izquierda y los anarquistas en especial.

  • La fundación de los partidos comunistas (bolcheviques). El apoyo de la Unión Soviética y de los partidos afines europeos les confieren una fuerza de la que carecen las organizaciones anarquistas, sin mas recursos materiales que las cotizaciones de sus propios militantes. En algunos países mas (Brasil), en otros menos (Argentina), hay anarquistas que se pasan al partido comunista.

  • La aparición de corrientes nacionalistas-populistas (vinculadas con las fuerzas armadas e inclusive, a veces, con los promotores de golpes facistoides).

  • La particular situación de dependencia en que se encuentran los países de América Latina ante el imperialismo, deriva la lucha de clases hacia las luchas de Liberación Nacional. Los trabajadores visualizan la explotación de la que son objeto como imposición de potencias extranjeras.

  • La burguesía (nacional y extranjera) vinculada a ciertos sectores del ejercito y la iglesia católica, los convence de que el enemigo no es ya el Capital y el Estado, sino solo el Capital y el Estado extranjeros.

  • “Esta última convicción es la causa principal de la decadencia del anarquismo. Todo lo demás, inclusive las dificultades intrínsecas que afectan a una organización anarquista en el mundo actual (como la necesidad de hacer funcionar sindicatos sin burocracia y la real o aparente inviabilidad de sus propuestas concretas) es secundario. “

    Anarquismo en Costa Rica

    Algunos investigadores aseguran que para el siglo XIX ya se habían hecho presentes en Costa Rica las ideas anarquistas de manera clara y explícita. El estudio de las ideas de Antonio Zambrana, socialista y anarquista, le ubican como quien pudo ser el primer expositor sistemático del pensamiento anarquista en el país. Otras informaciones también señalan que desde principios del siglo XX hasta el año 20, muchos intelectuales, estuvieron apasionados por el pensamiento de L. Tolstoy y el anarquismo, influenciados por inmigrantes franceses.

    El historiador Mario Oliva (1985) , narra que ya a comienzos del siglo XX la tendencia socialista reformista tenía un peso considerable en nuestros artesanos y obreros; entre 1909 y 1914 esta postura estaba bien arraigada e influía en la dirección del movimiento trabajador; pero desde 1911 en adelante tuvieron que enfrentarse a la creciente organización anarquista que prendía rápidamente en amplios sectores de los trabajadores urbanos y en número considerable de intelectuales.

    Bajo este contexto, de fermento y auge del pensamiento y la acción anarquista en Costa Rica, se crea una plataforma cultural y política que tiende a partir de la segunda década del
    siglo XX, a enfrentar tanto el liberalismo como al socialismo reformista. La influencia del anarquismo “criollo”, fue trascendental para el movimiento obrero costarricense, anarquismo del cual debemos subrayar el carácter clasista que le dio a la lucha, su internacionalismo, la concepción de autonomía y conciencia de clase respecto al movimiento obrero y trabajador en el resto del mundo. Entre 1909 y 1914 proliferaron los centros de estudios, bibliotecas populares, escuelas nocturnas para trabajadores, circulación de libros, periódicos socialistas y organizaciones laboristas.

    También fueron los años en que cada uno de los miembros del movimiento trabajador aparentemente unitario, comienza a fracturarse y desarrollarse por caminos diferentes. Unos se integrarían al sistema dominante. Los otros, en parte influenciados por el pensamiento y la acción desde el anarquismo, tendieron a profundizar los desacuerdos y contradicciones con el orden de cosas establecido.

    Parece ser que el posicionamento maduro del ideario anarquista costarricense e internacional, es realizado mediante la creación del Centro de Estudios Sociales Germinal a principios de 1912. Centro creado por Omar Dengo, Joaquín García Monje, etc cuya propuesta y perspectiva cultural proletaria eran: combatir los prejuicios sociales, religiosos y políticos que retardaban la evolución de los trabajadores y el desarrollo integral de la persona y que se mantiene con fuerza hasta el día de hoy.

    Este Centro ha ayudado a fortalecer las posiciones anarquistas, inculcando en los trabajadores las ideas anticlericales, el abstencionismo doctrinario, el antiparlamentarismo y el sindicalismo. Ideas que salían divulgadas en la revista Renovación. Así las ideas anarquistas han contribuido a expresar con vehemencia el sentir de la clase trabajadora contra aquellos que les explotaban y oprimían.

    A pesar de la existencia de este Centro Costa Rica se ha sumado en el 2002 al Tratado de extradición y protección contra el anarquismo, por lo que los movimientos anarquistas de nuestro país-que son muy pocos- se han logrado debilitar. Sin embargo, las ideas anarquistas siguen muy presentes en la sociedad, por ejemplo: manifestaciones, arte de protesta,etc.

    Bases de la doctrina Anarquista

    La doctrina anarquista se basa en que el gobierno no es necesario, sino extremadamente dañino, anarquía es igual que decir orden natural, armonía de las necesidades y los intereses de todos, libertad completa con solidaridad completa. Esta es una teoría política que aboga por la creación de la anarquía, “ Y mantienen que la organización política ideal de la sociedad es un estado de cosas donde las funciones del gobierno se reducen al mínimo … (y) que la meta final de la sociedad es la reducción de las funciones del gobierno a la nada - es decir, una sociedad sin gobierno, la anarquía”.

    Los puntos principales de la doctrina anarquista se pueden resumir en cinco grandes principios, que podemos encontrar en todos los escritos anarquistas importantes:

    1. El hombre es bueno por naturaleza. Ha nacido bueno, o potencialmente bueno, pero las costumbres y las instituciones autoritarias le han corrompido. La religión, la educación, la vida económica han servido para pervertir la bondad natural inherente a la humanidad.

    2. El hombre es un animal social, y busca su plena realización mediante la cooperación voluntaria y espontánea con los demás. La sociedad es natural, el Estado no; la búsqueda de la vida comunitaria es instintiva en todos los hombres.

    3. Las instituciones sociales vigentes y, en particular, la propiedad y el Estado son instrumentos artificiales para que unos hombres exploten y corrompan a otros. La autoridad bajo cualquiera de sus formas, embrutece al individuo.

    4. El cambio social debe ser espontáneo y basado en las masas. Los partidos políticos, los sindicatos y todos los movimientos organizados son producto de la autoridad. Aunque pretenden la reforma y la revolución, están constituidos de tal forma que, reemplazan un mal por otro de signo parecido. Un cambio significativo debe expresar, los sentimientos naturales de una masa de individuos autónomos que actúan sin una dirección externa.

    5. La civilización industrial, bajo cualquier forma de propiedad de los medios de producción, envilece el espíritu humano. Las máquinas dominan al hombre, reduciendo su personalidad y obstaculizando su capacidad de creación. Cualquier sociedad basada en una estructura industrial está abocada a pervertir las motivaciones e impulsos de los que viven en ella.

    En resumen los anarquistas consideran esencial el crear una sociedad basada en tres principios que son interdependientes: libertad, igualdad y solidaridad. Para los anarquistas, la verdadera riqueza son los seres humanos y el planeta en que vivimos, ellos creen que ningún ser humano debe dominar a otro.

    Desean una sociedad descentralizada, basada en la libre asociación, donde los valores de libertad, igualdad y solidaridad se desarrollen al máximo por medio de una descentralización racional del poder, estructuralmente y territorialmente donde pueda fomentarse la libertad individual, manteniendo el poder en la base, en manos de aquellos afectados por las decisiones alcanzadas.

    Socialismo sin Estado: Anarquismo

    El efecto de los Grandes Principios Proclamados por la Revolución francesa. Desde aquel tiempo, cuando la Revolución bajó a las masas su Evangelio, osea los derechos del hombre desde entonces proclamó que todos los hombres son iguales, que todos los hombres tienen derecho a la libertad y la igualdad; las masas de los países europeos, despertaron entonces, gradualmente, del sueño que los había mantenido en la esclavitud desde la Cristiandad cuando comenzaron a preguntarse si ellos también tenían el derecho a estos principios.

    En cuanto esta pregunta ha sido planteada, la gente, guiada por su admirable sentido común, así como por sus instintos, se dio cuenta de que la primera condición para su emancipación verdadera, o humanización, era, un cambio radical en su situación económica.

    Como ha sido ya notado por Aristóteles, el hombre, para pensar, para sentirse libre, para hacerse hombre, debe ser liberado de los cuidados materiales de la vida diaria, como por ejemplo: la alimentación .

    El ocio luego del trabajo, es también condición indispensable de humanidad. Pero pan y ocio nunca pueden obtenerse independientes de una transformación radical de la sociedad existente, y eso explica por qué la Revolución, obligada por las implicaciones de sus propios principios, dio a luz al Socialismo.

    El socialismo es la Justicia. Cuando se habla de justicia, se entiende por esta no la justicia contenida en los Códigos y en la jurisprudencia Romana, sino de aquella basada únicamente sobre la conciencia humana, la justicia que ha de ser encontrada en el conocimiento de cada hombre, expresada en la igualdad.

    Esta justicia universal que, debido a las conquistas por la fuerza y a las influencias religiosas, aún nunca ha prevalecido en los ámbitos políticos, jurídicos o económicos, debería hacerse la base del nuevo mundo. Sin ella no puede haber ni libertad, ni república, ni prosperidad, ni paz. Es ella quien debe gobernar nuestras resoluciones para que trabajemos con eficiencia en el establecimiento de la paz. Y es esta justicia, la que nos impulsa a asumir la defensa de los intereses de la gente maltratada y a exigir su emancipación económica y social con libertad política.

    El Principio Básico del Socialismo, osea el gran principio de la Revolución francesa: que cada ser humano pueda poseer los medios materiales y morales para poder desarrollar así su humanidad, un principio que, en nuestra opinión, debe ser traducido en el siguiente problema:

    Organizar la sociedad de tal manera que cada individuo, hombre o mujer, pueda hallar, al entrar en la vida, medios equivalentes para el desarrollo de sus diversas facultades y de su ocupación laboral. Y organizar dicha sociedad de tal forma que haga imposible la explotación de algún trabajador, lo cual permitirá a cada individuo disfrutar de la riqueza social, la cual, en realidad sólo se produce por el trabajo colectivo; pero sólo para disfrutarla en cuanto él contribuya directamente hacia la creación de dicha riqueza.

    Rechazo al Socialismo Estatista. La consecución de esta tarea tomará cientos de años de desarrollo. Se rechazará cualquier tentativa de organización social que no admitía la libertad más amplia tanto de los individuos como de las organizaciones, o que requiera la instauración de cualquier régimen de poder. En nombre de la libertad, la cual se reconoce como fundamento único y único principio creativo de la organización, económica o política.

    Abolición del Derecho de Herencia, el Estado debería disolverse en una sociedad libremente organizada de acuerdo con los principios de justicia. El derecho de herencia, debiera suprimirse, ya que mientras exista perdurará la desigualdad económica hereditaria, no la desigualdad natural de los individuos, sino la desigualdad artificial de clases -y ello siempre engendrará la desigualdad hereditaria en el desarrollo y la formación de las mentes, y cuya continuación sería la fuente y la consagración de todas las desigualdades políticas y sociales. La tarea de la justicia es establecer la igualdad para cada uno, pues aquella igualdad dependerá de la organización económica y política de la sociedad- una igualdad con la que cada uno va a comenzar su vida, y por la que cada uno, dirigido en su propia naturaleza, será el producto de sus propios esfuerzos. En nuestra opinión, la propiedad de los difuntos debería acumularse a los fondos sociales para la instrucción y la educación de los niños de ambos sexos, que incluye la manutención de ellos desde su nacimiento hasta que alcancen la mayoría de edad. Como eslavos y como rusos, queremos agregar lo que consideramos una idea social fundamental, la cual se basa sobre el instinto general y tradicional de nuestros pueblos, y que consiste en que la propiedad de toda la gente, debería ser poseída sólo por aquellos que le cultivan con sus propias manos.

    La Declaración del Socialismo. "Convencidos de que la realización seria de la libertad, la justicia, y la paz será imposible mientras que la mayoría de la población se halle desposeída de las elementales necesidades, mientras estén privados de la educación y condenados a la insignificancia y a la esclavitud política y social -de hecho, si no por la ley, por la pobreza así como por la necesidad de trabajar sin descanso u ocio, produciendo toda la riqueza de la que el mundo ahora está orgulloso, y recibiendo a cambio sólo una pequeña parte de la torta, la que apenas basta para asegurar su sustento para al día siguiente”

    "Convencidos de que para las masas del pueblo, terriblemente maltratadas durante siglos, el problema del pan es el problema de la emancipación mental, de la libertad y la humanidad;”

    "Convencidos de que libertad sin Socialismo es privilegio e injusticia y que Socialismo sin libertad es esclavitud y brutalidad”

    Organización de las Fuerzas productivas en reemplazo del Poder Político. Es necesario suprimir completamente, todo aquello que llaman el poder político; pues, mientras que el poder político exista, habrá gobernantes y gobernados, amos y esclavos, explotadores y explotados. Una vez suprimido, el poder político debería ser substituido por la organización de las fuerzas productivas y el servicio económico.

    No obstante el enorme desarrollo de los estados modernos, se hace evidente que los días del Estado y el principio Estatal están contados. Ya podemos ver el advenimiento de la total emancipación de las masas trabajadoras y su libre organización social, libre de la intervención gubernamental, formada por la asociación económica de las personas y dejando de lado todas las viejas fronteras Estatales y las distinciones nacionales, fundamentado ello sólo en el trabajo productivo, el trabajo humanizado; poseyendo un interés común a pesar de su diversidad.

    El Ideal del Pueblo, que aparece ante significando el fin de las necesidades, de la pobreza, y la satisfacción plena de todos sus requerimientos materiales mediante el trabajo colectivo, igual y obligatorio para todos, y luego, como el final de la dominación, y como la organización libre de las vidas de las personas conforme a sus necesidades El Programa de una Sociedad Libre. No hay ningún otro sistema sino el de la república como una comuna, la república como una federación, una república genuinamente socialista y popular -el sistema del Anarquismo. Esta es la política de la Revolución Social, que apunta a la abolición del Estado, y la económica, que libera totalmente las organizaciones de la gente, una organización de abajo hacia arriba, mediante una federación.

    Es evidente que sólo cuando el Estado haya dejado de existir, la humanidad obtendrá su libertad, y que sólo entonces encontrarán su auténtica satisfacción los verdaderos intereses de la sociedad, de todos los grupos, de todas las organizaciones locales y, en consecuencia, de todos los individuos que forman tales organizaciones.

    Sociedad Anarquista

    La palabra anarquía, significa : Sin Gobierno, pero quienes hablan de anarquía como sistema  de Filosofía no quieren con eso decir que son simplemente partidarios de que deje de existir de repente todo gobierno tal como hoy lo entendemos y que ya no habrá policía, ni normas de circulación, ni leyes, ni recaudadores de impuestos, ni servicio de correos, entre otros. El término anarquismo abarca una gran cantidad de ideas políticas y que se prefiere entender como la izquierda de todo movimiento libertario, desde esas posiciones se puede concebir también como una especie de socialismo voluntario, es decir, un socialismo libertario o anarcosindicalismo o anarquismo comunista.

    Se trata de una sociedad en la que la dirección principal de la autoridad viene desde abajo, contrariamente a las democracias representativas tales como las que existen en Estados Unidos y en Gran Bretaña que su forma de autoridad  es de arriba hacia abajo.

    Esta democracia representativa la critica un anarquista por dos razones, primero porque ejerce un monopolio del poder centralizado en el Estado y, segundo porque la democracia representativa esta limitada a la esfera política sin extender de modo consecuente su carácter al terreno económico.

    La idea fundamental del anarquismo: prioridad del individuo, no necesariamente aislado, sino precisamente en conjunto con otros y la relación de su libertad.

    “La industrialización y el avance de la tecnología han cerrado las posibilidades de autogestión, que el anarcosindicalismo nos brinda precisamente el modelo mas racional de una sociedad industrial avanzada y compleja. Actualmente la instituciones rectoras no les permiten a los trabajadores ejercer control de ninguno sobre la información  necesaria en el proceso de producción  ni tampoco poseen por lo demás el entrenamiento requerido para entender en esos asuntos la dirección.

    La idea anarquista propicia que la delegación de autoridad sea la mínima expresión posible y que los participantes, a cualquiera de los niveles, del gobierno deben ser directamente controlados por la comunidad orgánica en que viven.”

    Con respecto a los partidos políticos, Chomsky afirma que una sociedad anarquista no tiene forzosamente porqué prohibirlos. Puesto que, de hecho, el anarquismo siempre se ha basado en la idea de que cualquier sistema normativo impuesto en la vida social ha de restringir y menoscaba notablemente su energía y vitalidad y que, mas bien, toda clase de  de nuevas posibilidades de organización voluntaria pueden ir apareciendo a un nivel superior de cultura material e intelectual, pero afirma que si se llega a que sea necesaria la existencia de partidos políticos  habrá fallado la sociedad anarquista.

    Las estructuras anarquistas, basadas en el sistema de los consejos y federaciones de trabajadores, se bastan y se sobran para tomar una  decisión sobre cualquier plan nacional. De igual manera funcionan las sociedades del socialismo estatal al tener que elaborar planes nacionales.

    El éxito del socialismo libertario o anarquismo, depende realmente de un cambio fundamental de la naturaleza humana tanto en su motivación como en su altruismo, así como en sus conocimientos y su grado de refutamiento.

    Anarquismo elemental

    No hay nada especialmente complicado en el anarquismo, excepto las terribles discusiones que conlleva, como por ejemplo: “el caos que habría si todo el mundo hiciera lo que quisiera". Sin embargo, ahora mismo vivimos en el caos.

    La autoridad, por su propia naturaleza, sólo puede interferir e imponernos cosas y situaciones.

    La gente, obviamente, puede imaginarse alguna forma de organización que impida al Estado la destrucción de sus hogares para construir bloques vacíos de oficinas. Es un principio básico del anarquismo que sólo aquellas personas que viven en una determinada zona tienen derecho a decidir sobre su organización, y sobre los asuntos que conciernen a esa zona.

    Todo el caos del mundo, deriva de la autoridad y del Estado. Sin clases dirigentes y su necesidad de mantenernos esclavizados no habría Estado. Sin Estado nos encontraríamos en situación de organizarnos libremente según nuestros propios fines. No creemos que pudiéramos dar pie a una sociedad tan caótica como ésta en la que nos ha tocado vivir.

    La libre organización resultaría en una sociedad mucho más tranquila y equilibrada que la actual, cuyo mayor interés es el del robo sistemático y el exterminio total de la mayoría de sus miembros.

    El anarquismo en acción

    Teniendo una idea razonable de la concepción del anarquismo, queda aún un inconveniente: cómo llegar a formar una sociedad basada en este principio.

    Dentro del anarquismo hay muchas ideas diferentes pero todas ellas están relacionadas, por lo que juntas conforman un todo y logran crear así el anarquismo como una doctrina y mejor aún, como un modo de vida.

    Hay sistemas completos de teoría política anarquista denominados: federalismo, mutualismo, individualismo, sindicalismo, comunismo libertario, feminismo anarquista y situacionismo que tienen como objetivo promover estas ideas. En términos de lo que el anarquismo dice que hay de hacerse ahora, hay muchos puntos en común entre todas las ramas. Cada corriente enfatiza la importancia de la acción en un área determinada de la vida.

    Para poner en acción el anarquismo los pensadores proponen ciertos mecanismos, a grandes rasgos:

    1. Organizarse en el trabajo: para estos el problema fundamental de la humanidad es que se encuentra dividida en “esclavos asalariados” y jefes, situación que debe cambiar concientizándo a todos los trabajadores de que el puesto no es importante, puesto que todos los seres humanos son necesarios para salir adelante y por lo tanto se da igualdad entre todos

    2. Relaciones interpersonales: el anarquismo conlleva a una preocupación por la libertada individual, proponiendo que todas aquellas ideas anarquistas deben conllevar a un bien común fundamental para toda la sociedad.

    3. Organización local: para esta doctrina si todos colaboramos por una sociedad justa y en la que cualquiera tenga medios para progresar, se acabarán los problemas sociales y el planeta vivirá en armonía.

    4. Medios de comunicación: como toda idea, es importante que se dé a conocer, de aquí la importancia de los medios de comunicación para promover esta teoría y que con esto pueda alcanzar un éxito mayor en nuestra sociedad. Aunque es importante recalcar que la forma en que una idea se comunica es casi tan importante como la idea en sí, por lo que es un desafío para el anarquismo expresarse por sí mismo y ser aceptado en las mismas condiciones.

    5.La educación: los anarquistas tienen gran fe en la educación filosófica y moral, puesto que si desde niños socializamos a todos con las ideas de igualdad, tolerancia y colaboración será más fácil difundir esta doctrina y que esta no parezca una utopía.

    Fundamentos filosóficos del primer anarquismo

    En los últimos treinta años el anarquismo ha tomado fuerza entre las masas, pero hubo muchas formas de anarquismo. 

    Existió un pretendido “anarquismo” basado en Stinner, que constaba en la exaltación del “yo mismo”.También hubo el anarquismo libertario que es el que perjudico a las doctrinas anarquistas, y sacudió Rusia zarista.

    Pero las principales son las siguientes:

  • Filosofía política económica: profesado por Bakunin, pretende ser una filosofía de la naturaleza y del hombre y una ciencia total de vida humana.

  • Existe una anarquía de los mundos, esa anarquía de la evasión es la ley de las cosas pero sin imponérsele a las cosas, sino que es su ser mismo.

    En el campo económico los anarquistas se han opuesto ala propiedad sin embargo su pensamiento sobre la materia ha sido un poco ambiguo.

  • Contra toda autoridad: Para los anarquistas lo mas peligroso es imaginar que cabe espacio para el estado, y encontrar una forma de organización del poder que limite su maldad. Esto equivaldría a aceptar la necesidad del poder como corrección fatal de una naturaleza corrompida del hombre.

  • La negación llega al extremo; los anarquista rechazan con el mismo vigor a un estado revolucionario, ya que luego se hace “estado” en nombre de la revolución trabajando así por el despotismo, y no por la libertad.

     3.      Anti individualismo: La verdadera doctrina anarquista aunque rechace toda autoridad nunca ha sido una exaltación al individuo.

     El anarquismo es una aspiración popular. No un combate por el individuo héroe, sino por la masa popular, osea las masas contra la elite.

    Así se explica el papel de la violencia en el anarquismo. Si no se descarta la violencia es por dos razones: primero, por que es una de las manifestaciones de la naturaleza y de la vida. Segundo por que es el modo de acción de las masas. 

    Ética anarquista

    “Cuanto más se profundizan las bases de la moral establecida, o mejor, de la hipocresía que la sostiene, más se eleva el nivel moral de la sociedad. Sobre todo en esta época donde precisamente se la critica y se la niega, el sentimiento moral hace más rápidos progresos; crece, se eleva y se purifica.”

    En el siglo XVIII, desde 1793, Mandeville atacó la hipocresía de la sociedad disfrazada con el nombre de moral. Manifestaba cómo las costumbres sedicentes morales no son más que una máscara; cómo las pasiones que se las cree dominar por el código moral vigente, toman una dirección un tanto más perniciosa cuanto mayores son las restricciones de este mismo código.

    Se da una crítica vigorosa de las ideas morales por parte de los filósofos escoceses, los enciclopedistas y principalmente por los anarquistas en 1793, entre quienes se encuentra el más alto desarrollo del sentimiento moral, entre los legisladores, los patriotistas, los jacobinos o los hebertistas, que negaban como lo ha hecho recientemente Guyau, el deber impuesto y la sanción moral.

    Los racionalistas del siglo XII, los filósofos de los siglos XVI y XVIII se hacían la pregunta: ¿Por qué seré moral?, la cual más adelante se repitió entre los preutilitarios ingleses(Bentham y Mills), Georg Büchner, entre los nihilistas rusos de los años 1860 a 1970, el joven fundador de la ética anarquista(la ciencia de la moral de las sociedades)-Guyau- y los jóvenes anarquistas franceses de nuestro días.

    Hace 30 años el interrogante sobre la inmortalidad apasionó a la juventud rusa. Las dos respuestas más importantes que obtuvieron fueron: la propuesta por Kant que indicaba que existe un imperativo categórico de una orden misteriosa que sale de nosotros mismos y nos ordena a ser seres morales; o bien la proposición de Bentham que propone que podemos ser inmortales salvando a los demás.

    Junto con estas propuestas salieron otras respuestas como: la influencia de la educación sobre la moral y los prejuicios que con ello se obtiene, llegando así que la razón primordial para alcanzar la inmortalidad es tener la dicha de protestas contra la hipocresía que pretenden imponernos en nombre de la moralidad. Este razonamiento propuesto por la juventud rusa se hacía en el momento de romper con los prejuicios del viejo mundo y enarbolar la bandera del nihilismo o, mejor, de la filosofía anarquista: «No inclinarse ante ninguna autoridad por respetada que sea; no aceptar ningún principio en tanto no sea establecido por la razón».

    La juventud nihilista, después de desechar la enseñanza moral de sus padres, quemando los sistemas que de ella tratan, ha desarrollado un cúmulo de costumbres morales superiores a lo que sus padres habían nunca practicado, bajo la tutela del Evangelio, de la conciencia, del imperativo categórico o del interés bien comprendido de los utilitarios.

    Poco a poco las ideas religiosas han ido desapareciendo, aunque la esencia es siempre la misma, puesto que lo que la religión llama “diablo”, las personas instruidas lo llaman “las pasiones” y al “ángel” lo sustituyen por “conciencia”.

    Los filósofos ingleses lograron demostrar que las pasiones y la conciencia no tienen nada que ver con los actos humanos, sino que todos ellos se derivan de un único impulso: la consecución del placer en sus actos razonados, osea buscar placer o esquivar el dolor, que viene a significar lo mismo.

    Este impulso es el hecho general o la ley del mundo orgánico, la esencia de la vida y sin este afán, la existencia sería imposible, Se disgregaría el individuo y la vida cesaría.

    Así pues, cualquiera que sea la acción del hombre o su línea de conducta, obra siempre obedeciendo a una necesidad de su naturaleza.

    Aquellos que todavía están imbuidos en los principios religiosos son fuertes en los prejuicios, poco confiados en la ciencia que les ha engañado a menudo, guiados por el sentimiento más que por la razón, rechazando una verdad que les quita su única esperanza.

    Los revolucionarios que desde el siglo XVIII hasta nuestros días, siempre que oyen por primera vez la primera explicación natural de los actos humanos (la teoría del egoísmo si se quiere) se apresuran a sacar la misma conclusión que la juventud nihilista la cual no cree en la moral.

    Persuadidos de que el hombre no obra sino para responder a necesidades orgánicas, se apresuran a afirmar que todos los actos son indiferentes; que no hay bien ni mal y no importa cómo alcanzar el placer mientras este sea obtenido.

    Los religiosos para distinguir el bien del mal recurrían a la inspiración divina, mientras que los filósofos metafísicos nos hablan de conciencia e imperativos místicos, pero ambas concepciones la ética anarquista las ve como equivocadas, pues para ellos tanto los hombres como los animales saben distinguir entre el bien y el mal sin necesidad de esa conciencia o ese poder divino, la moral se da simplemente por una necesidad de los seres vivos, a causa de lo que ocupa su organismo, la conservación de su raza y la mayor suma de felicidad para el individuo.

    La moralidad que se desprende de la observación de todo el conjunto del reino animal, superior en mucho a la precedente, se resume en: Haz a los otros lo que quieras que ellos te hagan en igualdad de circunstancias.

    La idea del bien y del mal existe en la humanidad. El hombre, cualquiera que sea el grado de desarrollo intelectual que haya alcanzado, por oscurecidas que estén sus ideas en los prejuicios y el interés personal, considera generalmente como bueno lo que es útil a la sociedad en que vive, y como malo lo que es nocivo.

    Así como la moral se ha explicado por medio de la religión, algunos pensadores como Hobbes, han intentado explicarla por medio de la ley. Sería la ley la que desarrolló en el hombre el sentimiento de lo justo y de lo injusto, del bien y del mal.

    La ley ha utilizado sencillamente las aspiraciones sociales del hombre para deslizarle, con preceptos de moral por él aceptados, órdenes útiles a la minoría de los explotadores, a los cuales rechazaba. Ha pervertido el sentimiento de justicia en lugar de desarrollarlo.

    Es a los pensadores del siglo XVIII a quienes pertenece la gloria de haber adivinado, en parte por lo menos, el origen del sentimiento moral.

    Adam Smith ha puesto el dedo sobre el verdadero origen del sentimiento moral, lo encuentra en el simple sentimiento de simpatía, su única falta está en no haber comprendido que tal sentimiento de simpatía, convertido en hábito, existe entre los animales al igual que en el hombre. Aunque es evidente que la práctica de la solidaridad se encuentra todavía más desarrollada en las sociedades humanas.

    Debemos recordar que cuanto mejor cada miembro de la sociedad comprende la solidaridad para con los demás, mejor se desarrollan en todos esas dos cualidades que son los factores principales de la victoria y del progreso: de una parte, el valor, y la libre iniciativa del individuo, de la otra.

    El sentido moral es en nosotros una facultad natural. En cuanto a la Ley y a la Religión, que también han predicado este principio, sabemos que lo han sencillamente escamoteado para con él cubrir su mercancía; sus prescripciones favorecen al conquistador, al explotador y al clérigo. Sin el principio de solidaridad, cuya justicia está generalmente reconocida, ¿cómo habrían tenido ascendiente sobre el espíritu?

    Con él se cubrían uno a otro a semejanza de la autoridad, la cual también consiguió imponerse, declarándose protectora de los débiles contra los fuertes.

    Arrojando por la borda la Ley, la Religión y la Autoridad, volverá la humanidad a tomar posesión del principio moral, que se había dejado arrebatar, a fin de someterlo a la crítica y de purgarlo de las adulteraciones con las que el clérigo, el juez y el gobernante lo habían emponzoñado y lo emponzoñan todavía.

    La igualdad en las relaciones mutuas, y la solidaridad que de ella resulta necesariamente: he ahí el arma más poderosa del mundo animal en su lucha por la existencia. Y la igualdad es la equidad.

    Los anarquistas declaran que renuncian a tratar a los demás como ellos no quisieran ser tratados por los otros; que no toleran más la desigualdad, lo cual permitiría a alguno de ellos ejercitar la violencia o la astucia o la habilidad del modo que los desagradaría a ellos mismos. Pero la igualdad en todo -sinónimo de equidad- es la anarquía misma.

    No es únicamente a esa trinidad abstracta de Ley, Religión y Autoridad a quien le declaran la guerra, se la declaran al cúmulo de embustería, de astucia, de explotación, de depravación, de vicio, en una palabra de desigualdad, que han vertido en los corazones de todos los seres humanos. Se la declaran a su manera de obrar, a su manera de pensar. El gobernado, el engañado, el explotado, la prostituta, etc., hieren ante todo los sentimientos de igualdad de la humanidad. En el nombre de la Igualdad, no quieren ya ni prostitutas, ni explotados, ni engañados, ni gobernados.

    Las tres cuartas partes de nuestras relaciones con los demás son actos de esa vida inconsciente. Nuestra manera de hablar, de sonreír o de fruncir las cejas, de engolfarnos en la discusión o de permanecer silenciosos; todo eso lo hacemos sin darnos cuenta de ello, por simple hábito, ya heredado de nuestros antepasados humanos o prehumanos.

    Los anarquistas no temen renunciar al juez ni a la condenación. Renuncian, así como lo hizo Guyau, a toda sanción, a toda obligación moral. No temen decir: «Haz lo que quieras y como quieras»; porque están persuadidos de que la inmensa mayoría de los hombres, a medida que sean más ilustrados y se desembaracen de las trabas actuales, harán y obrarán siempre en una dirección determinada, útil a la sociedad.

    El principio igualitario resume las enseñanzas de los moralistas. Contiene también algo más, y ese algo es el respeto del individuo. Proclamando su moral igualitaria y anarquista, rehúsan a la abrogación del derecho que los moralistas han pretendido ejercer: el de mutilar a un individuo en nombre de cierto ideal que creían bueno. No reconocen ese derecho a nadie ni lo quieren poner en práctica para sí.

    Reconocen la libertad completa del individuo; desean la plenitud de su existencia, el desarrollo de sus facultades. No imponen nada, volviendo así al principio que Fourier oponía a la moral de las religiones, al decir: Dejad a los hombres absolutamente libres, no les mutiléis; bastante lo han hecho las religiones. No temas siquiera sus pasiones; en una sociedad libre no ofrecerán ningún peligro.

    Renuncian a mutilar al individuo en nombre de ideal alguno; todo cuanto se reservan es el derecho de expresar francamente sus simpatías y antipatías para lo que encuentran bueno o malo.

    Es cuanto tienen el derecho y el deber de hacer para mantener en la sociedad el principio igualitario; más aún, el principio de igualdad puesto en práctica.

    Todo esto, bien entendido, no se hará enteramente sino cuando las grandes causas de depravación, capitalismo, religión, justicia, Gobierno, hayan dejado de existir.

    El origen de la ética anarquista, ha dicho Guyau, es el sentimiento de su propia fuerza, es la vida que se desborda, que busca esparcirse. «Sentir interiormente lo que uno es capaz de hacer es tener conciencia de lo que se ha dicho el deber de hacer.»

    El impulso moral del deber que todo hombre ha sentido en su vida -y que se ha intentado explicar por todos los misticismos-, el deber no es otra cosa que una superabundancia de vida, que pide ejercitarse, darse es al mismo tiempo la conciencia de un poder.

    Lo que la humanidad mira en el hombre verdaderamente moral es su energía, es la exuberancia de la vida que le empuja a dar su inteligencia, sus sentimientos, sus actos, sin demandar nada en cambio, El hombre fuerte de pensamiento, el hombre exuberante de vida intelectual, procura naturalmente esparcirla. Pensar sin comunicar su pensamiento a los demás carecería de atractivo. Sólo el hombre pobre en ideas, después de haber concebido una con trabajo, la oculta cuidadosamente para ponerle más tarde la estampilla de su nombre. El hombre de poderosa inteligencia, fecundo en ideas, las siembra a manos llenas; sufre si no puede compartirlas, lanzarlas a los cuatro vientos; en ello está su vida.

    Lo mismo sucede con el sentimiento -«no nos bastamos a nosotros mismos, tenemos más lágrimas que las necesarias para nuestros propios dolores, más alegrías en reserva que las justificadas para nuestra propia existencia»- ha dicho Guyau, resumiendo así toda la cuestión moral en líneas tan concisas, tomadas de la naturaleza. El ser solitario sufre, es presa de cierta inquietud, porque no puede compartir sus ideas, sus sentimientos, con los demás. Cuando sentimos un gran placer querríamos hacer saber a los demás que existimos, que sentimos, que amamos, que vivimos, que luchamos, que combatimos.

    En la actualidad oyese decir con frecuencia que se burlan del ideal moral anarquista. No obstante, cualquiera que sea la palabra, el hecho existe; todo ser humano tiene su ideal, por lo tanto no importa si es o no posible de realizar. Pero al notar que es progresivo, abierto a las influencias externas; más siempre vivo. Es una sensación, inconsciente en parte, que le da a muchas personas la mayor suma de vitalidad, el goce de existir, una ilusión.

    En general, los moralistas que han levantado sus sistemas basados en la pretendida oposición del sentimiento egoísta y el altruista, han equivocado el camino. Si esa oposición existiera en realidad, si el bien del individuo fuera verdaderamente opuesto al de la sociedad, la especie humana no existiría; ningún animal habría podido alcanzar su actual desarrollo.

    Hay épocas, en que la concepción moral cambia por completo. Se observa que lo que se había considerado como moral es la más profunda inmoralidad. Aquí, una costumbre, una tradición venerando, pero inmoral en el fondo; allá, no se encuentra más que el provecho de una sola clase. Se les arroja por la borda y se grita: «Abajo la moral». Constituye un deber practicar estos actos inmorales. Estos tiempos, son tiempos de crítica, el siglo más seguro en que se hace un gran trabajo intelectual en la sociedad: la elaboración de una moral superior.

    Lo que esa moral será, hemos tratado de formularlo, basándonos en el estudio del hombre y en el de los animales, y hemos visto la que se dibuja en las ideas de las masas y de los pensadores.

    Semejante moral no ordenará nada; rehusará en absoluto modelar al individuo con arreglo a ninguna idea abstracta, como rehúsa mutilarlo por la religión, la ley y el gobierno. Dejará la libertad plena y entera al individuo; llegará a ser una simple demostración de hechos, una ciencia.

    Y esta ciencia dirá a los hombres: si no te sientes con ánimo, si tus fuerzas se limitan a ser las necesarias para conservar una vida grisácea, monótona, sin fuertes emociones, sin grandes goces y también sin grandes sufrimientos, no te separes de los sencillos principios de la equidad igualitario. En las relaciones igualitarias encontrarás lo que necesitas, la mayor suma de felicidad posible dadas tus escasas fuerzas; pero si sientes en ti el vigor de la juventud, si quieres vivir, si quieres gozar la vida entera, plena, desbordante -es decir, conocer el mayor goce que un ser viviente puede desear-, sé fuerte, sé grande, sé enérgico en todo lo que hagas.

    Siembra la vida en tu alrededor, advierte que engañar, mentir, ser astuto, es envilecerse, empequeñecerte, reconocerte débil, desde luego; ser como la esclava del harén, que se cree inferior a su señor. Hazlo si te place; pero entonces ten presente que la humanidad te considerará pequeño, mezquino, débil, y te tratará en consecuencia. No viendo tu energía, te considerará como a un ser que merece lástima, sólo lástima.

    No te quejes de los humanos si tú mismo paralizas así tu actividad.

    Sé fuerte, por el contrario, y cuando veas una iniquidad y la hayas comprendido -una iniquidad en la vida, una mentira en la ciencia, un sufrimiento impuesto por otro- rebélate contra la iniquidad, la mentira y la injusticia. ¡Lucha! La lucha es la vida, tanto más intensa cuanto más viva sea aquélla. Y entonces habrás vívido; y por algunas horas de esta vida no darás años de vegetación en el cieno del pantano.

    Lucha para permitir a todos vivir esta vida rica y exuberante, y ten por seguro que encontrarás en esta lucha goces tan grandes, como no los encontrarías parecidos en ningún otro orden de actividad.

    Tal es cuanto puede decirte la ciencia de la moral: a ti te toca escoger.

    Nihilistas

    Nihilismo proviene del latín nihil, `nada', término aplicado a diversas filosofías radicales, y por lo general dotado de carácter peyorativo por sus oponentes, con el propósito de denotar que quienes se adhieren a estas filosofías rechazan los valores positivos y no creen en nada.

    El término se aplicó en el siglo XIX a los jóvenes radicales que repudiaban el cristianismo y consideraban a Rusia como una sociedad atrasada y opresiva a la que había que transformar mediante la revolución (Chernishevski). El nihilista de ficción paradigmático es Bazarov, protagonista de Padres e hijos (1862), la novela más importante de Iván Turguéniev. Los conservadores rusos, de orientación eslavófila, consideraban que el nihilismo destruiría cualquier posibilidad de existencia social ordenada y determinada.

    También los populistas, que en la década de 1870 promovieron una importante revuelta campesina, fueron considerados nihilistas. En un ensayo sobre Pushkin, Dostoievski define también al nihilismo como la actitud que reniega del suelo natal, que abjura de la vieja Rusia.

    Pero será la acepción que Nietzsche imprime al concepto la que resulta decisiva para la comprensión del proceso que denota. A partir de entonces, el vocablo “nihilismo” no tendrá un estatuto de mero anti-valor, sino que remitirá al derrumbe objetivo, histórico, de todos los conceptos fuertes que en la tradición tenían poder normativo sobre la vida humana y sobre el mundo. La palabra registra la pérdida de soberanía de lo suprasensible y de todo aquello capaz de establecer un orden, indicar un fin, proporcionar un sentido. Este proceso histórico resulta de un evento que sólo muy lentamente se deja aprehender y al que Nietzsche aludió con la frase “Dios ha muerto”, osea que hubo un tiempo en que existía, pero ya no existe más. Él describe un acontecimiento histórico, puesto que el Dios al que alude Nietzsche es el cristiano, pero también se refiere a los ideales, las normas, principios, fines, valores, etc.

    El nihilismo podría ser considerado como una “teoría de la nada. Sin embargo, los mayores pensadores del nihilismo en nuestro siglo - Nietzsche y a Heidegger- hacen un uso anacrónico del término, refiriendo con él la lógica escondida que ha tenido la historia entera de Occidente. El nihilismo se plantea no sólo como un concepto de crítica de la cultura sino también como una clave hermenéutica de primer orden.

    Este no designa ni para Nietzsche ni para Heidegger una opinión, es la “ley fundamental” de Occidente, o también, es la esencia de la metafísica que aparece en el cuando ha agotado sus posibilidades esenciales y el ser se desoculta como técnica y como nihilismo.

    Para Heidegger el nihilismo tiene su raíz más honda en el olvido del ser, de la nada. Pero nihilismo, como su nombre lo indica, pareciera ser lo contrario, justamente una absolutización de la nada: contra los valores, contra el sentido, contra el Fundamento y, sobre todo, contra Dios. Esta idea es precisamente la que Heidegger deconstruye afirmando que nihilismo es el olvido de la nada. El nihilismo se aloja en los valores, el fundamento, el sentido y en Dios -en el sumo ente.

    Heidegger va a referirse al hombre no entonces como un sujeto, ni como el más importante de todos los entes -después de Dios-, sino es el que conserva el lugar de la nada, el que cuida el lugar de la nada, el que no se olvida de ella. El que pregunta porqué hay cosas y no más bien nada, el que es capaz de mantener una sensibilidad para esta pregunta fundamental, que, a mi modo de ver, tiene también una dimensión “práctico-política”. La experiencia de la nada es lo que abre la responsabilidad del hombre respecto del mundo -responsabilidad de la que se ve despojado en toda “filosofía de la necesidad” (aquella que se articula según el principio de razón suficiente y, básicamente, piensa al ser en orden a un Fundamento que hace que lo que es sea y que sea como es y no de otra forma). La experiencia de la nada significa la salvaguardia, la custodia y la memoria de lo que el mundo inmediatamente no es; una radical ruptura con todo positivismo. La responsabilidad del hombre es no tanto salvaguardar al ente, a lo positivo de lo que se ocupa la ciencia, sino la custodia de lo-otro-del-ente, que a su vez significa la custodia de la posibilidad de que el ente pueda darse de otro modo, de que las cosas sean distintas de como son. Una filosofía de la libertad que enseñe el carácter eventual de las cosas que son, desreifica asimismo los eventos sociales y políticos mostrando que no son ni naturales, ni universales, ni necesarios. Para que esto sea posible el hombre debe “mantenerse en la nada”; sólo así tienen sentido los conceptos de “libertad” y “responsabilidad”.

    Deficiencias de la doctrina

    Es quebradiza y frágil como teoría. De parecida manera que el escepticismo, cae toda ella en una interna y ostensible contradicción. Quiere destruir un orden de vida, porque, en el fondo está de acuerdo con otro, el que propugna ella. Los anarquistas rechazan cierto régimen de convivencia, el actual, pero postulan uno nuevo. ¿Utópico?. Piden un nuevo orden de cosas; mas al fin y al cabo, ciertas normas de convivencia, que juzgan dignas, preferibles, valiosas. La comunidad de individuos que proclama, supone, así, una conducción de la vida conforme a ciertos preceptos. También allí habría un éthos, una forma, acaso inusitada, de coexistencia moral. Todo ello, sin embargo, es reconocer cierta forma de vida, determinado tipo de gobierno. Podrá éste ser harto diverso del actual (lo que aquí no se discute); será, empero, un poder, un régimen de autoridad. Hay mas: el anarquismo niega la autoridad y reclama sin advertir el contrasentido, justicia para todos; quiere destruir al estado, exige un nuevo régimen de propiedad, olvidando, quien habrá de efectuarlo y mantenerlo; pide la libertad para todos, pero la niega a quienes no aceptan su doctrina.

     «« La revolución, por su naturaleza, produce gobierno. La anarquía no produce sino anarquía. »» G.K. Chesterton

    La moral anárquica, como tal, es otra utopía. El acto ético es un acto de libertad, pero supone un orden social, jurídico, de gobierno. Aunque uno sin el otro. El derecho es heterónomo, ordena por si, pero solo se realiza y vive en la conciencia de la comunidad.

    Posible proceso para la obtención de una moral anarquista

    .. Es justo, y además necesario (pues no queda otro remedio para los pobres) articular la fraternidad de la que brota la solidaridad. Si muchas son las dificultades objetivas y subjetivas en el movimiento hacia la solidaridad, muchas mas todavía son las posibilidades de superación y los motivos para su ejercicio alegre y plausible.

    Por este tipo de dificultades y la creencia de que la ética anarquista no es más que una utopía los pensadores han propuesto una serie de pasos posibles para convertirnos en una sociedad moral anarquista.

    Egoísmo racional

    Hay que apuntar hacia el egoísmo racional de la austeridad responsable, que conlleva a la auto limitación del desarrollo consumista. Se trata de asumir la filosofía serena y no la mundana al respecto. Quien espera ver primero auto limitarse a su vecino no actúa racionalmente, lo racional es dar ejemplo, trasvasando hacia los que no tienen la posesión excedentaria propia.

    Decadencia del capitalismo

    No podemos seguir con este capitalismo, que carece de capacidad para compatibilizar su estructura militar con su desempleo, su derroche con su endeudamiento, su burocracia con su voluntad dinámica, etc. Hay que cambiar de vida y de forma de pensar

    Amenazar la fortaleza de los poderosos

    No resulta seguro convivir en una "civilización" de personas hambrientas y desesperadas. Hay que aprender a vivir de otro modo, dando libertad e igualdad a todos los seres humanos.

    El matiz del semblante del otro

    No resulta nada bello ver sufrir a los demás. Pero si es bello abrir los brazos y ayudar así al prójimo, puesto que si no hacemos esto la sociedad desaparecerá y con ella la humanidad.

    Exigir la necesidad vital

    Llega un momento en que hay que organizarse o morir. Y dado a que la auto- organización de los pobres es cosa de los pobres mismos, no queda sino compartir la miseria, elaborar en común el luto y / o organizar cooperativamente la producción, aun contando con el riesgo de que las cooperativas triunfantes reproduzcan, a la larga, el capitalismo de origen.

    Convicción profunda

    Como nos recuerda Rousseau, mucha parte del mal que hay en el mundo entro cuando alguien cerco una propiedad y escribió con grandes caracteres sobre ella propiedad privada. Y claro, como la propiedad privada así entendida hizo tanto daño en el mundo, el comunismo fue al extremo opuesto, y no se le ocurrió mas que prohibirla, y decretar el colectivismo, prohibiendo la libertad individual, y pretendiendo liberar al colectivo por medio de la dictadura, pero este también fracasó. Así que el anarquismo pretende “ir hacia la propiedad personal (es decir, no individualista, sino relacional), hacia la copropiedad del trabajo por encima del capital, hacia la persona como centro de todos los procesos económicos y no solo hacia la rentabilidad" (Emmanuel Mounier).

    En definitiva, el derecho sobre la propiedad privada es valido, pero no nos pertenece si no lo usamos en orden al bien común.

    Organizar la participación

    Cuanta más participación, mejor, aunque es costosa en tiempo y energía, exige mayor desgaste de todos (pues más sencillo resultaría que uno mandase y todos bajaran la cabeza al unísono). Conlleva la dificultad de toda rotación laboral, ya que todos y cada uno asumen los trabajos comunes peores, además de los específicos. Pero resulta necesario por motivos educativos y solidarios.

    Puede suponer perdida de eficiencia (más productivo seria que cada cual hiciese siempre lo mismo para ir más rápido) y retrasar la planificación elaborada en común, lo que la convierte en más fastidiosa.

    Requiere un cambio de actitudes y una preparación cooperativa especial. Este mundo no nos enseña para la corresponsabilidad, la cual no se escuda tras el colectivo cuando se produce un fallo individual, ni se apunta el éxito única y exclusivamente cuando dicho éxito corresponde al colectivo.

    Puede interferir en las vidas privadas hasta degenerar en un "hipercolectivismo" sin ningún margen para diferenciar y dar relieve a cada individualidad.

    Degenera frecuentemente en dos errores: o en la revancha final del capitalismo cuando se desarrolla en gran escala (pues entonces la producción termina claudicando ante el imperativo de la eficacia, y ya no se diferencia del modo de producción capitalista), o se enclaustra en un socialismo utópico de baja calidad, que renuncia a transformar el resto del mundo, al estilo de esas comunidades que de la marginalidad ñoña terminan haciendo centralidad.

    No bastan buenas intenciones en un mundo de seres humanos que todavía no han sido formados ni dispuestos para tan alto menester.

    Unir buena unión logrando un buen resultado

    La autogestión esta hecha para trabajar cooperativa y solidariamente. Se trata de aprender a ser generosos, que hay que serlo siempre, pero el mundo demanda de nosotros pericia. La ética de la intención no debe estar al margen de la ética del resultado. La conciencia no puede permitirse el lujo de suplir la ciencia, como tampoco la ciencia carecer de conciencia. La ética de la buena intención debe acompañarse, a ser posible, de un balance aceptable en la cuenta de resultados.

    Crisis actual del anarquismo

    Nos hallamos en un punto de la historia en el cual la necesidad de una nueva visión política viene señalándose en forma evidente.

    Los sistemas mundiales dominantes no nos ofrecen ya una perspectiva esperanzadora en cuanto a resolver las amplias crisis sociales y ecológicas a que se enfrenta hoy la humanidad. Estos sistemas, con valores tales como la industrialización, alta tecnología, centralismo, urbanización y el Estado, se han constituido en instrumentos para la creación de la atomización social y el desequilibrio ecológico que se hallan en el origen de tales crisis. Lo que se necesita es una visión alternativa de la sociedad, del futuro y en general de la realidad misma: una visión que se emancipe de las ideologías tradicionales sobre todos estos temas fundamentales. Tal visión la presenta el anarquismo.

    Sin embargo los opositores de este sistema presentan que el anarquismo es incapaz de afrontar con buen éxito cuatro de las condiciones sociales actuales de carácter mundial. Estas son:

    “l. La población mundial es (tal vez) demasiado elevada, y aún está creciendo a una tasa rápida sin ninguna perspectiva inmediata para una reducción seria.

    2. Las necesidades básicas del hombre no son satisfechas en la mayor parte del mundo.

    3. Los recursos humanos y naturales del mundo no son equitativamente distribuidos entre la totalidad

    4. El actual nivel de subsistencia se basa en un alto grado de interdependencia económica y social entre varias regiones del mundo y también entre éstas mismas.”

    Además afirman que el anarquismo es incapaz de enfrentarse a los conflictos entre los propios intereses individuales y las necesidades sociales, en particular con su relación al problema de la defensa.

    Conclusión

    Gracias al presente trabajo comprendimos el verdadero significado del anarquismo y junto con él sus pro y sus contras, lo que favoreció a que conociéramos más a fondo sobre un tema que ha sido criticado- para bien o para mal- desde siempre por parecer utópico y por haber causado tanta controversia antiguamente y seguir causandola en la actualidad.

    Además es importante para todos conocer sobre el tema, porque el mayor problema que ha causado la idea de anarquia es que ha sido malinterpretada y muchas veces se habla de este movimiento sin tener idea de lo que representa o las libertades por las cuales aboga

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