Historia


Época Visigoda (409-711)


HISTORIA ANTIGUA DE ESPAÑA

LA ÉPOCA VISIGODA

(409-711 d.C.)I - LA EPOCA DE LAS INVASIONES BARBARAS

  • UN SIGLO DE TRANSICIÓN

  • El paso de la Hispania romana a la visigótica no se produjo súbitamente. Errónea sería la pretensión de fijar los comienzos de la España visigótica hacia 415, cuando los godos de Ataúlfo entraron por vez primera en la Península y lucharon contra otros pueblos invasores germánicos.

  • Conviene recordar que Ataúlfo no fue rey de España, ni tampoco, durante muchos años, los monarcas que le sucedieron al frente del pueblo godo.

  • El reino visigodo de Tolosa, durante sus noventa años de existencia, tuvo el principal asiento territorial en las Galias.

  • Hasta bien entrada la segunda mitad del s.V, el Reino visigodo de las Galias, visto desde Hispania contemporánea, aparecía como un respetable vecino instalado al norte del Pirineo, un poderoso reino federado.

  • Hará falta llegar a las postrimerías del Imperio romano de Occidente para que la situación de la Península Ibérica con respecto al Reino visigótico se altere sustancialmente.

  • De derecho, porque Eurico concibió el designio de asumir la plena soberanía sobre las Galias y sobre Hispania, prescindiendo del moribundo poder imperial.

  • De echo, porque en 472 los ejércitos visigodos ocuparon militarmente la Tarraconense, la última provincia hispana todavía sujeta formalmente a la autoridad de Roma.

  • Eurico se convirtió en el primer rey de España, y la Hispania se incorporó al reino Tolosano.

  • En el s.VI, a los cien años de su establecimiento territorial, el Reino visigodo podía ya considerarse como un reino hispánico. Pero para ello había tenido que sufrir las penosas consecuencias de la batalla de Vouillé.

  • HISPANIA A COMIENZOS DEL SIGLO V

  • A principios del siglo V, la estructura administrativa romana en Hispania permanecía intacta, aunque los acontecimientos próximos a producirse demostrarían que, sobre todo en el aspecto militar, la realidad quedaba muy por debajo de las apariencias.

  • La vida urbana romana perduraba en vísperas de las invasiones del s.V, aunque el aspecto de las principales civitates se hubiera transformado y, rodeadas ahora de un cinturón de murallas, recordasen más a las futuras ciudades medievales que a las urbes abiertas de la época clásica.

  • En el campo las grandes “villas” bajoimperiales eran centros de explotaciones agrícolas y residencia de ricos propietarios.

  • ROMANIZACIÓN Y CRISTIANIZACIÓN

  • Al iniciarse el s.V, la Península Ibérica podía considerarse como una tierra plenamente romanizada.

  • No todas las regiones hispanas se hallaban romanizadas por igual, y ni en una misma región era el mismo el grado de romanización de la ciudad y de las zonas rurales.

  • Las zonas menos romanizadas correspondían a la franja de cordilleras del norte de la Península.

  • Los vascones del norte de Hispania conservaban en el s.V su propia lengua y permanecían al margen de la civilización romana. Los cántabros habían adoptado ya el latín.

  • En el aspecto religioso España podía considerarse una tierra cristiana al sobrevenir las invasiones bárbaras del s.V. El paganismo perduraba entre los vascones, poco permeables a la romanidad.

  • El problema no era tanto de paganismo declarado como de permanencia entre el pueblo de residuos gentiles y prácticas supersticiosas.

  • Las invasiones germánicas se produjeron pocos años después de la celebración del concilio I de Toledo (a.397/400). Significa esto que la Iglesia española sufría aún las penosas consecuencias de la crisis priscilianista.

  • La división entre el episcopado galaico y el de las otras provincias españolas no quedó resuelta en el concilio toledano y las secuelas del Priscilianismo siguieron por mucho tiempo en el noroeste peninsular.

  • Es indudable que el Priscilianismo consiguió un profundo arraigo en tierras del noroeste hispánico y que a ello contribuyeron factores diversos: razones de particularismo regional; la fama de ascetismo de Prisciliano y sus discípulos.

  • LAS INVASIONES GERMÁNICAS

  • La irrupción de los pueblos bárbaros:

  • La turbulenta historia de la Península Ibérica en el s.V, puede rehacerse gracias a la Crónica de Idacio.

    • Los pueblos germánicos entraron en Hispania en el otoño de 409. Su principal vía de acceso fue la calzada romana que atraviesa el Pirineo occidental por Roncesvalles.

    • Hacia casi tres años que la oleada germánica había desbordado él limes y sumergido las Galias.

    • La Península Ibérica había quedado momentáneamente libre de la presencia de las bandas invasoras, gracias a la iniciativa de potentes hispano-romanos, emparentados con la familia imperial de Teodosio.

    • Los hermanos Dídimo, Veriniano, Lagodio y Teodosiolo, con un ejército reclutado entre los siervos rústicos de sus grandes dominios, montaron la guardia en los pasos de los Pirineos y cerraron a los bárbaros el camino a Hispania.

    • Un antiemperador romano, proclamado por las legiones de Britania, Constantino III, resolvió someter a su dominio las provincias hispánicas y envió a su hijo Constante con una tropa de “honoríacos” -mercenarios bárbaros al servicio de Roma- que vencieron a los próceres hispano-romanos y se hicieron cargo de la guardia.

    • Los “honoríacos”, en pago a sus servicios, recibieron licencia para saquear la Tierra de Campos.

    • Paulo Orosio atribuye la penetración barbárica en España a la deserción de los “honoríacos” que, cargados de botín, abandonaron las custodia de los pasos del Pirineo.

    • Suevos, Alanos, Vándalos asdingos y silingos fueron los pueblos que cruzaron el Pirineo en la invasión de 409.

    • A la invasión bárbara de Hispania siguieron dos años caóticos de anarquía y saqueo.

    • Pruebas del clima de ansiedad que se creó a raíz de la irrupción de los bárbaros, es la abundancia de tesorillos enterrados, Otra prueba de aquellos temores nos la ofrecen los propios hispanos que procuraron su salvación huyendo de la Península.

  • Asentamiento de suevos, vándalos y alanos:

  • Hacia 411 Hispania empezó a conocer días más serenos.

  • En el verano del 410 se había producido el saco de Roma por Alarico. Pero este monarca había fallecido pocos meses después, y su cuñado Ataúlfo le había sucedido.

  • La legitima autoridad imperial volvía a afirmarse en las Galias. Constante fue traicionado por su general Geroncio que le dio muerte después de proclamar emperador en Tarragona a Máximo, un familiar suyo. Un ejército romano enviado por él legitimo soberano, Honorio, y dirigido por el general Constancio y el magister militum Ulfila, de origen godo, llegó a las Galias. Ante su presencia, los soldados de Geroncio mataron a su jefe, y Máximo huyo a refugiarse entre los bárbaros de Hispania.

  • La restauración de la autoridad de Honorio en las Galias y la presencia allí de su general Constancio, parece coincidir con el alivio en la situación de Hispania.

  • Idacio alude la poética imagen de Orosio, según la cual los bárbaros arrojan las espadas y empuñan los arados, y se muestran amistosos con los romanos supervivientes.

  • La nueva actitud de los invasores de Hispania es probable que guardase relación con alguna clase de acuerdo con una autoridad romana.

  • Este acuerdo autorizaría a los bárbaros a asentarse en la Península y dio lugar al famoso sorteo de provincias.

  • La Gallaecia correspondió a dos pueblos, los vándalos asdingos dirigidos por el rey Gunderico, de religión arriana, y los suevos, cuyo rey era Hermerico.

  • Los alanos, a las órdenes de Adax, se establecieron en la Lusitania y la parte occidental de la Cartaginense.

  • Los vándalos silingos, mandados por Fredbal, se asentaron en la Bética.

  • La Tarraconense y la porción oriental de la provincia Cartaginense quedaron libres de bárbaros.

  • La fijación territorial de los pueblos bárbaros en sus respectivas sedes contribuyó sin duda a esa actitud más conciliadora de que ahora dieron muestras. Por su parte los hispano-romanos de esas regiones se sometieron a la autoridad de sus nuevos dominadores.

  • LOS VISIGODOS EN EL OCCIDENTE ROMANO

  • En 412, la llegada al valle del Ródano del pueblo visigodo mandado por Ataúlfo. Tres años más tarde, el pueblo godo entraría en la provincia Tarraconense.

  • A su llegada a las Galias, Ataúlfo deseaba obtener del emperador Honorio un asentamiento territorial y suministros de víveres para su pueblo, se declaraba dispuesto a terminar con los últimos rebeldes y devolver a Honorio a su hermana Gala Placidia, la princesa que los visigodos conservaban como rehén, desde que la capturaron en Roma.

  • Ataúlfo para el otoño de 413 había dado muerte a Sebastián y capturado a su hermano Jovino. Precisamente entonces se produjo la ruptura entre Ataúlfo y Honorio. Fallaron los suministros de cereales a los visigodos, debido en parte, a la interrupción de los envíos de trigo africano a Italia, por la rebelión del comes Africae Heracliano.

  • Además, Honorio estipulo un tratado con el rey de los burgundios, este pueblo recibió licencia para asentarse como federado del imperio en la provincia Germania Prima, constituyendo el Reino de Worms, un aliado en potencia de Roma frente a Ataúlfo y los visigodos.

  • Ataúlfo dio un paso que significo un brusco rompimiento con el Imperio, como fue el matrimonio del rey visigodo con Gala Placidia.

  • Ataúlfo volvió a elevar a la púrpura a Attalo, que Alarico había hecho proclamar antiemperador por el Senado romano en 409. Attalo fue instalado en Burdeos y se monto un simulacro de corte imperial.

  • El general romano Constancio había regresado a las Galias con un importante ejército y la intención de expulsar a los visigodos. Un bloqueo marítimo interrumpió el tráfico de mercancías y privó a los godos de toda posibilidad de avituallamiento.

  • La amenaza del hambre decidió a Ataúlfo a evacuar Burdeos, Narbona y el resto de las Galias y a pasar con su pueblo a la Península Ibérica.

  • Ataúlfo puso su sede en Barcelona y allí nació su hijo Teodosio, fruto del matrimonio con Gala Placidia. En Septiembre de 415 Ataúlfo fue asesinado en Barcelona.

  • Una facción visigoda proclamó rey a Sigérico que, en su brevísimo reinado de siete días, trató indignamente a Gala Placidia e hizo matar a los hijos del anterior matrimonio de Ataúlfo.

  • Otra facción rival proclamó a Valia, y consiguió imponerse por la fuerza a todos los demás pretendientes.

  • Valia era un político diestro y prudente, y estaba destinado a ser instrumento de paz entre godos y romanos, y a fundar el Reino de Tolosa.

  • BÁRBAROS CONTRA BÁRBAROS EN HISPANIA

  • Cuando Valia asumió el poder, la situación alimenticia del pueblo visigodo parece que era critica, debido al bloqueo romano, extendido a los puertos españoles.

  • Valia resucitó un viejo proyecto, concebido por Alarico, cruzar el mar para instalar a su pueblo en África del Norte.

  • En el otoño de 415, el pueblo visigodo emprendió otra vez la marcha a través de la Península. En las playas de Tarifa, los visigodos se concentraron para la travesía marítima.

  • Una tempestad hizo naufragar las primeras naves, y los visigodos se llenaron de temor y renunciaron al paso del Estrecho.

  • El pueblo visigodo se hallaba ahora acampado en las regiones meridionales de Hispania, sin un camino claro que tomar y en apurada situación alimenticia, comprando a los vándalos a precio de oro trigo.

  • Los visigodos necesitaban medios de subsistencia que sólo el Imperio podía proporcionares. Roma, veía la posibilidad de utilizar a los visigodos para limpiar las provincias hispanas de los invasores germánicos que les habían precedido. El acuerdo fue negociado por legados de Valia y del general romano Constancio en algún lugar del Pirineo.

  • Como existían tratados entre Roma y los pueblos germánicos asentados en Hispania. Valia sugirió al Imperio que no los violase formalmente, pues los visigodos asumían la carga de combatir y vencer a aquellos pueblos, en provecho de Roma. La Administración romana se comprometió a facilitar a los visigodos, en calidad de federados, un suministro de 600.000 medidas de trigo.

  • Los visigodos llevaron a cabo su cometido con celeridad y éxito sorprendentes. Entre los años 416 y 418, dos de los cuatro pueblos germánicos que primeramente invadieron la Península habían sido aniquilados.

  • La lucha fue súbitamente interrumpida, Constancio invitó a los visigodos a regresar a las Galias, para establecerse allí como federados del Imperio.

  • El foedus de 418 fue la nueva base jurídica de las relaciones entre el pueblo godo regido por Valia y el Imperio de Honorio.

  • Los visigodos recibieron para su asentamiento Aquitanica Secunda cuya capital era Burdeos. En esta región alejada del corazón del Imperio, los nuevos federados podían aparecer a los ojos romanos carentes de peligrosidad, igual que ocurría con los suevos y vándalos asdingos, arrinconados en la excéntrica Gallaecia.

  • Los visigodos ocuparon también algunos distritos de las provincias circundantes y no establecieron su corte en Burdeos sino en Tolouse, importante ciudad de la Narbonensis Prima, en dirección hacia el valle del Ródano y costa mediterránea.

  • Tolosa dio nombre al reino, el Regnum Tholosanum, que Valia tuvo el tiempo justo de fundar. Falleció aquel mismo año 418 y Teodorico I comenzó su reinado.

  • LOS VÁNDALOS EN LA PENÍNSULA IBÉRICA

  • Los suevos y los vándalos asdingos, que compartían la provincia de Gallaecia y no habían sufrido el ataque visigodo, comenzaron a luchar entre sí en 419.

  • Los suevos fueron salvados por una intervención romana, el Imperio les seguía teniendo por federados y estimaba legítima su permanencia en Galicia.

  • Los vándalos no sólo abandonaron el cerco, sino también la provincia y se trasladaron a la Bética.

  • El establecimiento de los vándalos en la Bética no contaba con el beneplácito del Imperio. Un reino vándalo, con acceso directo al Mediterráneo, constituía una amenaza. El Imperio resolvió emprender una importante campaña militar, destinada a conjurar el peligro,

  • Un gran ejército romano, con fuerte apoyo de auxiliares godos y dirigido por el maestro de la milicia, Castino, llegó a la Bética. El ejército romano fue vencido y tuvo que huir hasta refugiarse en Tarragona.

  • La Bética y buena parte de la Cartaginense quedaron ahora a su merced de los vándalos. Cartagena fue devastada y Sevilla sufrió destrucciones y crueles matanzas en su población.

  • Murió su rey Gundérico, le sucedió su hermano Gensérico.

  • Los vándalos, pueblo sin tradición marinera, se convirtieron en diestros navegantes. En 425 fueron capaces de organizar una devastadora expedición naval contra las Islas Baleares.

  • La existencia de una importante flota, apta al menos para el tráfico de cabotaje, hizo concebir a Gensérico el proyecto de transportar su pueblo al Norte de África.

  • Antes de iniciar el paso del Estrecho, Gensérico, sabedor de que una tropa de sus enemigos suevos merodeaba por tierras de la Lusitania, se resolvió contra ella y la derrotó cerca de Merida.

  • Gensérico, como preparación para la expedición marítima, procedió a un recuento general de su pueblo, que arrojo la cifra de 80.000 almas.

  • De este modo salieron los vándalos de Hispania y en la Península, junto a la población hispano-romana, solamente residió de modo estable un pueblo germánico, los suevos.

II- EL OCASO DE LA ROMANIDAD EN HISPANIA

  • LA EXPANSIÓN DEL REINO SUEVO

  • El reinado de Valentiniano III, con Aecio como hombre fuerte, constituye el postrer período en que el Imperio conoció una continuidad política prolongada y mantuvo todavía un cierto grado de prestigio. Durante este cuarto de siglo, la autoridad romana se siguió considerando como una instancia superior, tanto por los romanos como por los propios suevos, y esa autoridad intervendrá en la marcha de las cosas en España.

  • Los suevos fueron presa de una incontenible fiebre expansionista que les impulsó a salir de sus asentamientos de Galicia, para extender su señorío por la Lusitania, la Carteginense y la Bética.

  • La excesiva ambición y la imprudente política de Rekhiario llevaron a su pueblo a la catástrofe. La carrera ascensional de los suevos quedó truncada en el año 456 por la batalla del río Orbigo.

  • Hacia el año 430, dos poblaciones, la autóctona galaica y la suévica, coexistían sobre el mismo territorio.

  • Los galaicos conservaban en su poder las fortalezas y enviaban legados ante Aecio en las Galias, en busca de apoyo de la autoridad romana.

  • Los suevos, fuera de ordinario del recinto amurallado de las principales civitates daban prueba de una constante animosidad hacia sus vecinos galaicos.

  • La historia registra un alternarse de períodos de hostilidad y precarias paces entre suevos y galaicos.

  • En 438, la llegada de Rékhila al poder señala el comienzo de la gran expansión suévica por diversas regiones de la Península. Rékhila invadió la Bética ya a orillas del río Genil, Andevoto - dux romanae militiae- fue derrotado.

  • Mérida fue tomada por Rékhila en 440 y el conde Censorio, fue cercado y hecho prisionero en la ciudad de Mértola. Al año siguiente Sevilla cayó en poder de los suevos.

  • Cuando Rékhila murió, en el año 448, su reino se hallaba sólidamente establecido y una sola provincia, la Tarraconense, permanecía de hecho vinculada al Imperio.

  • BAGAUDIA HISPÁNICA

  • Localización del fenómeno:

  • Los años en torno a la mitad del s.V registraron una serie de episodios de violencia atribuidos a los bagaudas, que tuvieron por escenario las regiones del interior de la provincia Tarraconense.

  • La bagaudia aparece como un fenómeno localizado de la Tarraconense, circunscrito a las regiones interiores de la provincia, y en especial el alto y medio valle del Ebro.

  • Bagaudia tarraconense:

  • Cronológicamente dentro de un período de catorce años, entre 441 y 454.

  • La bagaudia constituyó un problema considerable en la Tarraconense.

  • El régimen de gran propiedad predominante en la zona sería el principal causante de las revueltas.

  • Sugerir la presencia de un especifico factor regional en la agitación bagáudica hispana. Las bandas de bagaudas, que infestaban por estos años una parte de la Tarraconense, estuvieron integradas por vascones.

  • Bagaudia vascona:

  • El movimiento bagáudico que aflora en la tarraconense a mediados del s.V, no puede considerarse con independencia del problema vascón.

  • Hablar de la bagaudia como de un fenómeno característico de la Hispania del s.V, resultaría excesivo, será más propio hablar de la bagaudia tarraconense y más exacto aún, de bagaudia vascona.

  • LA CRISIS DEL REINO SUEVO

  • A la muerte de Rékhila, su hijo Rekhiario se convirtió en rey de los suevos. Rekhiario aparece como el primer monarca católico de un reino germánico surgido de las invasiones del s.V.

  • El reinado se había iniciado con buenos auspicios. Rekhiario contrajo matrimonio con una princesa visigoda, hija de Teodorico I, y en la primavera de 448 estuvo en Toulouse visitando a su poderoso suegro.

  • El retorno de las Galias, lo aprovechó Rekhiario para asociarse con Basilio y sus bagaudas y realizar en común una devastadora correría por el valle medio del Ebro.

  • En el año 453, tras la batalla de los Campos Catalaúnicos y con Aecio en el cenit de su poder, la autoridad imperial resolvió actuar en Hispania. Una embajada impuso a los suevos un tratado de paz, que estipulaba la devolución al Imperio de la Cartaginense.

  • En 453 el rey visigodo Turismundo moría asesinado por sus hermanos, y uno de estos, Teodorico II, le sucedía en el trono.

  • En 454, Aecio moría a manos del propio emperador Valentiniano III. Medio año después, Valentiniano caía a su vez, víctima de los vengadores de Aecio.

  • Un nuevo emperador, Petronio Máximo, apenas duró algunos meses en el poder y, entre mayo y junio, Roma presenció su muerte violenta y él asalto vándalo, con el saqueo de la ciudad por Gensérico.

  • El vacío de poder, determinó la promoción imperial de magister militum de las Galias, Avito. La designación de Avito fue ratificada por una asamblea de representantes de la aristocracia provincial de las Galias y aceptada finalmente en Roma y en Italia.

  • Un cambio tan radical en las circunstancias políticas animó a Rekhiario a emprender una ambiciosa aventura dirigida extender su poder a toda la Península.

  • En el año 456, los suevos violaron el tratado de paz concertado con el Imperio tres años antes y asaltaron la provincia Cartaginense.

  • El conde Fronto vino a España a pedir a Rekhiario que respetase la paz. Rekhiario desoyó estos requerimientos, invadió la provincia Tarraconense, la saqueó y regresó a Galicia con numerosos cautivos. Estos excesos determinaron a los visigodos a intervenir en Hispania en calidad de federados del Imperio.

  • Teodorico II entró en la Península en 456, a doce millas de Astorga, a orillas del Orbigo, chocaron las huestes de Teodorico II y de Rekhiario, el viernes 5 de octubre.

  • La victoria visigoda fue total, Teodorico II entró en Braga, capital del reino suevo. La ciudad sufrió un duro saqueo. Rekhiario hecho prisionero fue ajusticiado.

  • Teodorico II, tras la derrota de Rekhiario, confió a Agiúlfo, que era cliente suyo, el gobierno del pueblo suevo. Pero Agiúlfo fue infiel al monarca visigodo y pretendió rehacer en beneficio propio el Reino suevo.

  • Una facción de suevos supervivientes prefirió aclamar rey a uno de sus próceres, Maldras, y Agiúlfo, abandonado de todos fue muerto poco después en Oporto.

  • Estos hechos dieron lugar a la subsistencia de un Reino suevo disminuido, pero independiente.

  • Mientras Teodorico II se hallaba en España, en Italia, Ricimero depuso al emperador Avito, colocando en su lugar a Mayoriano.

  • HISPANIA EN LAS POSTRIMERIAS DEL IMPERIO OCCIDENTAL.

  • Los suevos aparecen en el año 457 divididos en dos facciones, encabezadas inicialmente por Maldras y Framtan.

  • Framtan murió en 457 y Remismundo le sucedió en la capitanía de su grupo. Maldras fue asesinado en Oporto en 460 y su lugar lo ocupo Frumario. En 464 muerto Frumario, Remismundo quedó como único rey de todo el pueblo suevo.

  • Las discordias intestinas de los suevos no fueron obstáculo para que los dos bandos en lucha siguieran hostilizando a la población galaico-romana.

  • En otras regiones de Hispania puede apreciarse el creciente papel que los visigodos del Reino tolosano juegan en los asuntos peninsulares.

  • En los primeros años del imperio de Mayoriano, un ejército visigodo se dirigió al mediodía de la península y llegó a la Bética. Este ejército, a diferencia de lo que había ocurrido en anteriores ocasiones, era enviado por Teodorico II en su propio nombre, sin invocación de la autoridad romana, contra la que entonces luchaban los visigodos en las Galias.

  • La paz concertada en 459 entre Mayoriano y Teodorico II preparó las expediciones del año siguiente a tierras de Hispania. Una la romano-goda contra el reino suévico, otra determinó la venida de Mayoriano a la Península.

  • Mayoriano llegó procedente de Arles, pasó por Zaragoza y se dirigió a Cartagena, cruzando la Tarraconense y la Cartageniense, las dos provincias que todavía dependían de la autoridad romana.

  • Cuando Mayoriano llegó a Cartagena, la flota de 300 naves, destinada a transportar a África el ejército para la gran expedición contra el Reino vándalo, se había desvanecido. Los vándalos, sorprendieron y deshicieron la flota imperial entre Alicante y Cartagena.

  • Mayoriano vuelto a Italia, fue muerto por orden de Ricimero. La muerte de Mayoriano acentuó la crisis de la autoridad imperial de Occidente. El rey visigodo de Tolosa llenó cada vez más el vacío que dejaba, como poder superior se miraba ahora desde Hispania.

  • La influencia visigótica se dejó también sentir en el terreno religioso. Resultado del acuerdo concertado entre Teodorico II y Remismundo, Ajax llegó a Galicia en 465 con la misión de arrianizar el pueblo suevo. La arrianización de los suevos hizo que esta herejía pasara a ser la confesión oficial y predominante durante todo un siglo.

  • El declinar romano produjo la aparición entre la población galaica de unas actitudes cada vez más claras de colaboración y hasta de entreguismo, frente a los ocupantes germánicos.

  • Eurico, el nuevo rey tolosano, abrigaba el designio de que fuera su monarquía la que ocupara el lugar que dejaba en Hispania el ocaso del poder imperial romano.

  • La toma de Lisboa por los suevos provocó una fulminante reacción visigótica. Los visigodos se revolvieron, tanto contra los suevos como contra los romanos de la Lusitania que les rendían obediencia.

  • Los suevos quedaron arrinconados en el noroeste de la Península y comenzaron a vivir una oscura existencia que durante un siglo apenas dejó rastro en las fuentes.

  • ROMANOS Y GERMANOS EN HISPANIA

  • Las relaciones entre los pueblos:

  • La convivencia entre romanos y germanos se inició en Hispania una vez pasados los primeros años de anarquía y mortandad, que siguieron a la invasión de 409.

  • Durante el s.V, los problemas de convivencia entre los romanos y germanos solamente se plantearon de modo continuado en las tierras de Galicia y Lusitania donde se había producido un asentamiento suevo.

  • La llegada de masas de población visigótica no se produjo hasta la última década del s.V, y entonces surgieron indudables problemas de convivencia.

  • El asentamiento visigótico en España se produjo tarde, después de que ese pueblo permaneciese cerca de un siglo en las Galias, y hecho allí un largo aprendizaje de vida sedentaria y convivencia con la población provincial romana.

  • La carga fiscal pesaría a menudo en exceso sobre los ciudadanos de Hispania y las Galias, en las provincias que siguieron sujetas a la administración romana.

  • En las tierras de Galicia y Lusitania, la plebs galaica conservaba en sus manos los castillos más fuertes y constituía un poder autónomo, paralelo al poder suevo. Ambos pueblos se combatían y hacían paces y enviaban sus propios embajadores a las Galias.

  • Galaicos o lusitanos, bien romanizados, habitaban exclusiva o mayoritariamente los núcleos urbanos del Reino de Galicia.

  • Los suevos tuvieron probablemente bajo su control Oporto, pero en su mayoría vivirían en el campo. En la propia capital Braga la población romana era muy importante.

  • Los problemas de la convivencia:

  • Las reacciones barbáricas no sólo propendían fácilmente a la violencia, sino que, además, eran muchas veces imprevisibles.

  • El talante barbárico constituyó una sería dificultad para la pacifica convivencia de romanos y germanos.

  • En el Reino Tolosano, la monarquía visigótica atraía a la aristocracia galo-romana del s.V. A medida que declinaba el poder imperial, surgieron incluso actitudes y conductas que eran traiciones a Roma en beneficio de los godos, protagonizadas por dignatarios romanos.

  • La aristocracia gala-romana del s.V mantuvo en la corte tolosana relaciones de trato y amistad, que en modo alguno se consideraron como traición al Imperio..

  • Fue frecuente en la última época romana que oficiales bárbaros tuvieran altos cargos en el ejército imperial, también abundaron luego los oficiales romanos al servicio de los reyes visigodos.

  • Durante el último período del Imperio occidental faltó en la Península Ibérica una monarquía bárbara equivalente a la visigótica, capaz de constituir un foco de atracción para la aristocracia provincial, como ocurría en las Galias.

  • LA CONTINUIDAD HISTÓRICA

  • Resurgimiento de valores indígenas:

  • Las invasiones germánicas no originaron en Hispania un ruptura profunda de la continuidad histórica. El ocaso de la romanidad fue un proceso lento, en el cual operaban factores que contribuían a que la vida siguiera su curso, aunque con notas propias, fruto de las circunstancias.

  • Los pueblos barbáricos y las monarquías que crearon no pretendieron realizar una revolucionaria subversión del orden social en las provincias ocupadas, sino que la evolución fue gradual, perdurando muchas estructuras de la vieja sociedad.

  • El resurgimiento de valores indígenas se manifiesta en el renovado empleo por las fuentes literarias de nombres geográficos relacionados con la Hispania primitiva.

  • El hecho revela que el resurgimiento indígena, no se reducía a la reaparición de la vieja terminología par designar a gentes y territorios. Muchos pueblos de España al amparo del vacío de poder recobraron una virtual independencia y volvieron a vivir y regirse por sí mismos.

  • Estos pueblos, con la extinción de la administración romana y los vaivenes del s.VI, volvieron a vivir en un régimen de autogobierno, que la mayoría de ellos mantuvo al menos hasta el reinado de Leovigildo.

  • Supervivencia de la estructura social hispano-romana:

  • Es bien sabido que las monarquías de Occidente dejaron subsistir muchos elementos del sistema jurídico romano.

  • La sociedad hispano-romana no registró rupturas bruscas y en su evolución, al tiempo que incorporó nuevos factores, dejó perdurar otros que provenían del período anterior.

  • Existe continuidad histórica después de las invasiones. Un indicio de ella lo constituye el mantenimiento de la comunicación entre Hispania y el mundo exterior durante el s.V.

  • Más adelante, los contactos con Italia y el Oriente se hicieron más raros y difíciles; pero ello obedeció a otros factores exteriores: la guerra gótica, la política bizantina y, la expansión islámica por el Mediterráneo.

  • Perduración de una aristocracia romana:

  • Perduración de una aristocracia romana en los siglos V al VII, que conservó su preeminencia social al lado de la nueva nobleza germánica.

  • La Cantabria se mantuvo independiente hasta Leovigildo y era regida por un senatus.

  • En el occidente de la Península la resistencia galaica frente a los suevos fue dirigida por los notables del pueblo, que retenían el gobierno de los principales centros urbanos.

  • La Bética y la parte meridional de la Lusitania son ricos en monumentos epigráficos. A través de esas inscripciones puede observarse la pervivencia de una nobleza muy romanizada que, en los siglos V y VI, sigue usando los títulos característicos de la aristocracia jerarquizada del Bajo Imperio.

  • La aristocracia hispano-romana conservaba en el s.VI grandes patrimonios, que no habían desaparecido con las invasiones ni con los sucesivos cambios políticos.

  • Individuos procedentes de la aristocracia hispano-romana fueron llamados a desempeñar cargos públicos en la Administración del Reino visigodo de Toledo. La participación de romanos en funciones públicas tenía precedentes en la época tolosana, pero ahora se vio fortalecida con la unidad religiosa, que siguió a la conversión de Recaredo.

  • Por esta vía, personajes de origen romano se integraron en la oligarquía nobiliaria, que en el siglo VII constituyo el estamento superior de la sociedad hispano-gotica.

III- DEL REINO DE TOLOSA AL REINO DE TOLEDO

  • LOS VISIGODOS OCUPAN LA TARRACONENSE

  • Eurico, ante el desmoronamiento del Imperio romano sometió a su poder Arles y Marsella, y la mayor parte de las provincias Narbonensis II, Viennensis, y Alpes Maritimae, entre los años 476 y 477.

  • Las anexiones a partir del año 470 de diversos territorios romanos de las Galias fueron sancionadas en el 475 por la paz concertada con el emperador Julio Nepote, en que se reconoció la existencia de un poderoso Reino Tolosano, con plena soberanía.

  • En 472, Eurico había procedido a la ocupación de la Tarraconense, el postrer residuo del poder de Roma en la Península.

  • La Historia Gothorum de San Isidro dice que los visigodos hubieron de vencer las resistencia que les opuso la nobilitas de la Tarraconense, y el principal baluarte de esta resistencia sería la propia Tarragona.

  • Existió voluntad por Eurico de realizar mejoras en las tierras recién adquiridas; una muestra es la política de obras publicas realizada en Mérida.

  • Un clima de buena armonía sería la tónica que dominaría las relaciones entre la Iglesia Católica y la Monarquía arriana, durante la mayor parte del s.VI.

  • EL ESTABLECIMIENTO DE LOS VISIGODOS EN HISPANIA

  • A finales del año 484 murió en Arles, de muerte natural, Eurico, y le sucedió su hijo Alarico, que fue elevado al trono en la capital del reino, Toulouse.

  • Bajo su gobierno se dio un paso adelante en el proceso de incorporación de Hispania a la monarquía visigoda. La penetración de importantes masas populares góticas, que se asentaron de modo estable en suelo español.

  • En el año 494 tuvo lugar la entrada de los godos en la Península. En 496 se produjo la rebelión de Burdunelo, un prócer hispánico de una región a donde llegaron considerables contingentes de inmigrantes góticos y en la que se produjeron tensiones con la población indígena. Burdunelo acaudilló el levantamiento antigótico que fue reducido al año siguiente, enviado a Toulouse, recibió una muerte cruel.

  • Resulta sorprendente esta afluencia de colonos góticos hacía España. La clave del fenómeno está probablemente en las prolongadas hostilidades entre visigodos y francos. Estas luchas determinarían el movimiento migratorio hacia las tierras más seguras del sur del Pirineo.

  • Las luchas entre visigodos y francos se hallaban en pleno desarrollo en la última década del s.V, tenían como teatro la región de Aquitania que constituía el corazón de los poblamientos góticos en la Galia. Pero esos enfrentamientos son contemporáneos de las noticias de procedencia hispana que anuncian la llegada de masas populares góticas a la Península.

  • Esta inmigración de finales del s.V daría lugar a los asentamientos populares visigóticos de la zona de las necrópolis, en la alta meseta castellana.

  • ALARICO II Y CLODOVEO

  • En 482, Clodoveo había sucedido a su padre Childerico como rey de los franco-salios en Tournai; dos años más tarde, en 484, Alarico II subió al trono visigodo en Toulouse.

  • Sintomática la actitud adoptada por Alarico en la cuestión de Siagrio, cuando los francos atacaron sus tierras. Este dominio cuyo núcleo lo constituía la cuenca del Sena, era gobernado por el rex Romanorum Siagrio. En 486, Clodoveo le venció y se apoderó de sus posesiones y Siagrio se refugió en la corte de Toulouse. Ante una exigencia imperiosa de Clodoveo, Alarico cedió y entregó a Siagrio a sus enemigos, que no tardaron en ajusticiarle.

  • Cuando Teodorico y Odoacro se disputaban el dominio de Italia, un ejército visigodo enviado por Alarico II acudió en 490 en ayuda de los ostrogodos.

  • Durante su largo reinado, Teodorico el Grande aspiró a convertirse en el árbitro entre los reyes germánicos de Occidente y orientó su política matrimonial hacía la consecución de una posición de preeminencia.

  • Un acontecimiento histórico fundamental fue el bautismo de Clodoveo. Un 25 de diciembre de un año entre 496 y 506. La conversión de Clodoveo inclinó a su favor los sentimientos del episcopado de las Galias y contribuyó a debilitar políticamente el Reino tolosano.

  • Alarico II hubo de adoptar una serie de medidas contra varios obispos, sospechosos de manejos a favor de los francos.

  • En 506 dio algunos pasos importantes, encaminados a ganar la adhesión del episcopado y de la población romana. Uno la licencia para la celebración del concilio de Agde. El segundo paso fue la promulgación de la Lex Romana Visigothorum, recopilación de Derecho romano seleccionado del Codex Theodosianus y otras fuentes.

  • EL FINAL DEL REINO TOLOSANO: VOUILLÉ

  • Clodoveo adoptó la premeditada decisión de resolver a través de una guerra el destino de las Galias. Los burgundios actuaban como aliados de los francos. Teodorico el Ostrogodo hizo todo lo posible por evitarla.

  • Es probable que las insistentes recomendaciones de Teodorico el Grande movieran a Alarico a tomar la iniciativa de pedir a Clodoveo una entrevista personal. Los dos reyes se reunieron en una isla del río Loira, la reconciliación fue efímera, y nada pudo evitar el desenlace final en el campo de batalla.

  • La batalla de Vouillé - Campus Voglandensis - se libró en la primavera de 507. Junto a los francos de Clodoveo formó un ejército burgundio. En el ejército de Alarico, no tan sólo combatieron visigodos, sino también numerosos galo-romanos.

  • Los visigodos lucharon en Vouillé sin esperar la llegada de un ejército ostrogodo que, al parecer, venía en su ayuda.

  • La suerte de la batalla fue adversa para los visigodos; su ejército quedó derrotado y deshecho y el propio rey Alarico II pereció en el combate.

  • Después de Vouillé, los victoriosos francos se precipitaron sobre el Reino visigodo de las Galias, que fue incapaz de oponer una defensa organizada.

  • Toulouse fue incendiada. Entre la segunda mitad de 507 y los primeros meses de 508, los francos incorporaron a sus dominios la mayor parte de los antiguos territorios visigodos de las Galias.

  • Fueron apareciendo algunos núcleos de resistencia organizada. Arles se defendió. Carcasona debía considerarse particularmente segura, pues allí se deposito el tesoro regio visigótico. Los francos atacaron con empeño Carcasona, pero no consiguieron tomarla.

  • Otro islote de resistencia gótica fue Narbona. Aquí debió reunirse el contingente más considerable de magnates y miembros del exercitus, en vista de que el hijo legitimo de Alarico II - Amalarico - era un niño de corta edad, con el fin de procurar una continuidad de la monarquía y en la dirección del pueblo, aclamaron como rey en 508 a Gesaleico, un hijo natural del monarca difunto.

  • Narbona fue atacada y tomada por el rey burgundio Gundobado, y Gesaleico huyó a Barcelona.

  • En 510, ante la presencia de un ejército mandado por el duque ostrogodo Ibbas, Gesaleico abandonó España y se refugió en el Reino vándalo de África.

  • SE INICIA ÉL <<INTERMEDIO OSTROGODO>>

  • Desde el verano de 508, un cuerpo expedicionario al mando del duque de Ibbas entró en la Provenza, rompió los sitios de Arles y Carcasona y expulsó a los burgundios de los territorios visigodos, pero sin tratar de reconquistar aquellos otros dominados ahora por los francos.

  • El gran Teodorico asumió el gobierno del Reino visigótico, ejerciendo la tutela de su nieto Amalarico.

  • Los visigodos españoles estuvieron unidos por vínculos especiales a sus hermanos de raza, los ostrogodos de Italia; primero, durante quince años, al ser gobernada Hispania desde la corte de Rávena, a través de funcionarios enviados por Teodorico; luego, al ocupar el trono, después del lustro en que reinó Amalarico, dos sucesivos monarcas de origen ostrogodo, Theudis y Theudisclo.

  • La administración teodoriciana de los territorios visigodos de Hispania y la Galia se inscribe dentro de aquel vasto designio de restauratio Romani nominis, Teodorico restableció la prefectura del Pretorio de las Galias.

  • Las provincias visigodas administradas por Teodorico pagaban tributos al monarca, que éste destinaba al sostenimiento de las tropas estacionadas en ellas.

  • Parece que la Administración pública española mejoró notablemente bajo el reinado de Teodorico.

  • La regencia ostrogoda durante la minoría de Amalarico sirvió para restaurar el reino visigótico, con un nuevo centro de gravedad en el nordeste de la Península Ibérica.

  • El 30 de agosto del 526, moría Teodorico el Grande y su nieto Amalarico comenzaba a reinar sobre la Hispania visigótica.

  • LA SEGUNDA PARTE DEL <<INTERMEDIO OSTROGODO>>

  • Amalarico:

  • Amalarico, era tan sólo rey de los visigodos, mientras que Atalarico recogía la herencia del reino ostrogodo. La separación política de los dos pueblos, que habían sido gobernados conjuntamente por Teodorico, se consumó mediante un acuerdo entre los dos primos.

  • Dentro de este proceso de independización de la Administración visigoda, un hecho mereció incluso ser recogido, la designación de Esteban para el cargo de praefectus Hispaniarum.

  • Hispania se segregaba oficialmente de la prefectura arlesiana y Esteban asumía la honorífica jefatura de la Administración civil, reservada a autoridades romanas en el sistema teodoriciano, pero en el ámbito más reducido de las Españas, esto es de los territorios exclusivos del Reino visigótico.

  • Amalarico trató de reemplazar la antigua política de solidaridad gótica por un acercamiento a los vecinos francos, tradicionales enemigos de su pueblo, cuyo reino se hallaba distribuido entre los hijos de Clodoveo. La prenda de este acercamiento fue la princesa franca Clotilde, hija también de Clodoveo, que sus hermanos entregaron en matrimonio al joven rey Amalarico.

  • Tantos las fuentes francas como las bizantinas coinciden en afirmar como motivo de las disputas conyugales la disparidad religiosa. Clotilde era católica y Amalarico arriano.

  • Childeberto marchó con su ejército contra la Septimania. En Narbona lucharon visigodos y francos, y Amalarico fue vencido. Childeberto se apoderó de un gran botín y, llevando consigo a su hermana Clotilde, emprendió el regreso a París; pero Clotilde murió en el viaje, y la misma suerte corrió su esposo Amalarico.

  • Parece seguro que, tras su derrota en Narbona, Amalarico consiguió huir y refugiarse en Barcelona, y fue allí donde murió violentamente en diciembre de 531.

  • El nombre del matador del monarca, el franco Besson. Es posible, que este franco no formase parte del ejército de Childeberto, sino del godo, pues tanto Gregorio de Tours como San Isidoro atribuyen la muerte al exercitus visigótico, que odiaba y despreciaba al Amalarico por su cobardía.

  • Theudis y Theudisclo:

  • Con Amalarico se extinguió la estirpe que durante más de un siglo había ocupado el trono visigótico. Siete monarcas que reinaron entre 418 y 536. Durante todo aquel período, el principio de la sucesión familiar prevaleció indiscutido, hasta que la muerte sin descendencia de Amalarico produjo una inevitable ruptura de continuidad.

  • Theudis, el jefe militar ostrogodo en Hispania, hacía ya tiempo que era el más influyente personaje del reino. Theudis fue aclamado como nuevo rey visigodo.

  • La proclamación de Theudis se insertaría dentro de una oleada de reacción general arriana. Es evidente que el gobierno de Theudis en Hispania no tuvo ningún sentido anticatólico.

  • Apenas iniciado el nuevo reinado, se reunió en Gerona una asamblea política que destituyó al romano Esteban del cargo de “prefecto de las Españas”. Esteban no se sabe que tuviera sucesor, ni hay noticias de que el cargo de praefectus Hispaniarum volviera a revivir en el futuro.

  • Theudis restableció la situación en la Septimania, que siguió formando parte del Reino Visigótico. Pero diez años más tarde - en 541 - las tierras españolas de la provincia Tarraconense eran invadidas por los francos. La incursión franca ha de situarse en el contexto del dinamismo que se apoderó de los reyes merovingios ante la crisis del Reino ostrogodo de Italia.

  • El episodio más notable de esta campaña fue el sitio de Zaragoza. Duró cuarenta y nueve días, y los francos lo levantaron atemorizados por una procesión penitencial. Por fin, un ejército visigodo mandado por el duque Theudisclo derrotó a los invasores.

  • En 542, toda España padeció el azote de una de las grandes epidemias del morbo inguinal - peste bubónica -.

  • Un éxito mucho menos feliz que la guerra contra los francos tuvo para los visigodos el intento de crear una cabeza de puente en la orilla africana del estrecho de Gibraltar. Como medida precautoria ante la gran expansión bizantina por el Mediterráneo. Los visigodos habían conseguido ocupar la estratégica plaza mauritana de Ceuta. Expulsados poco después por los imperiales, Theudis organizó una expedición con el fin de reconquistarla. El sitio de Ceuta terminó desastrosamente para los visigodos.

  • En junio de 548, Theudis fue asesinado. Primero a título de general y luego como soberano, rigió la España visigoda durante más de treinta años.

  • La inercia política y el respaldo de la oligarquía sobre la que se había apoyado Theudis hicieron que a su muerte, el sucesor fuera todavía un magnate ostrogodo, el duque Theudisclo.

  • Theudisclo carecía de las dotes de gobierno de Theudis y su conducta desordenada le granjeó en breve tiempo la enemistad de los grandes del Reino. Una conjuración de magnates visigodos acabó con su vida, al cabo de un año y siete meses de reinado. Fue asesinado en Sevilla, en medio de un alegre banquete, a finales de 549 el “intermedio ostrogodo” había terminado.

  • LA POBLACIÓN: EL ELEMENTO GERMÁNICO

  • Asentamientos populares:

  • Los visigodos, que constituyeron el grupo popular germánico más importante, habían llegado en oleadas masivas durante la última década del s.V. A la caída del Reino Tolosano y también en 531, se produjeron nuevas entradas de godos, que buscaron refugio en España.

  • Suevos y godos constituyeron el elemento germánico de la población peninsular. El pueblo suevo sería demográficamente muy débil, treinta o treinta y cinco mil individuos, en la época de las invasiones.

  • El potencial demográfico de los visigodos fue notablemente mayor que el de los suevos e incluso que el del pueblo vándalo. Una cifra aproximada de doscientos mil visigodos parece aceptable.

  • No todos los godos del Reino tolosano emigraron a Hispania, un cierto número permaneció en sus tierras bajo dominio franco. Los francos expulsaron sistemáticamente a los godos de aquellas regiones aquitanas, como Burdeos y Saintes, donde su densidad era mayor.

  • Resulta licito afirmar que el elemento germánico, en su conjunto, pudo representar un 4 ó 5 por ciento de los habitantes de la Península, si se admite, una población hispano-romana de alrededor de cinco millones.

  • Las migraciones góticas dieron lugar a dos clases de asentamiento: uno de carácter popular y otro de naturaleza aristocrático-militar.

  • El pueblo visigodo que llegó a Hispania era todavía un grupo popular con una serie de rasgos diferenciales - religión arriana, indumentaria, objetos de adorno - . El poblamiento compacto y su Arrianismo racial explican la existencia durante el s.VI de cementerios propios.

  • En el s.VII, cuando la unidad religiosa católica y la desaparición de signos diferenciales hacen más difíciles de identificar las sepulturas, otro factor parece reflejar las poblaciones campesinas visigodas: las series episcopales. Elevado porcentaje de obispos de raza gótica.

  • Asentamiento aristocrático-militar:

  • La clase nobiliaria estaría integrada por unas mil quinientas familias, es decir, de siete a diez mil individuos. Esta clase se dispersó por todo el territorio, obedeciendo a razones administrativas y militares.

  • Toledo, capital del reino y residencia de la corte, fue probablemente la ciudad que registró una mayor proporción de gentes de raza gótica.

  • Mérida, debió contar con una considerable población gótica. Barcelona, parece haber albergado a un núcleo relevante de población visigótica.

  • Hubo también algunas regiones en las que, por razones estratégicas, existió un nutrido asentamiento visigótico de tipo marcadamente castrense: la frontera con los dominios bizantinos en Hispania, la frontera vascona, los pasos fortificados del Pirineo oriental y la Galia narbonense.

  • La anexión por Leovigildo del Reino suevo, en 585, parece que determinó un estacionamiento de tropas visigodas en la región.

  • En el norte, frente a la comarca montañosa y rebelde de los vascones, la lucha endémica que perduró hasta el final del período visigodo determinó la creación de un limes.

  • En el Pirineo oriental, una línea de castra, defendía el acceso a la Península frente a los francos y las comunicaciones con la provincia Narbonense.

  • La situación periférica de la Galia narbonense y su situación fronteriza frente al Reino franco explica el importante asentamiento nobiliario-militar que tuvo lugar en ella.

  • LOS GRUPOS MINORITARIOS: BRETONES, AFRICANOS, ORIENTALES Y JUDÍOS

  • En la costa noroeste de Galicia, entre El Ferrol y el río Eo, se estableció una colonia de bretones, como consecuencia de la emigración de estas poblaciones desde sus sedes de la antigua Britania insular, ante las invasiones anglosajonas del s.V.

  • Un grupo de emigrantes llegó a las costas gallegas y constituyó un núcleo popular bien delimitado, con una diócesis propia, la Britonia.

  • Las otras minorias se distribuyeron por diversas regiones de la Península, aquellas abiertas al mundo exterior, como eran la costa mediterránea, la Bética y el valle del Guadiana.

  • Existió un flujo de africanos fugitivos del dominio vándalo. Tras la reconquista bizantina, el fenómeno perduró, motivado ahora por el temor a la inseguridad dominante en la región.

  • El elemento oriental estaba constituido por sirios y griegos en su mayoría. Donde fue más prolongada la dominación bizantina acogieron un cierto número de habitantes llegados en calidad de soldados o funcionarios. Pero el elemento oriental estuvo integrado sobre todo por colonias de mercaderes que subsistieron en época visigoda.

  • Fue Mérida la ciudad de toda Hispania, donde más abundaron durante el s.VI los orientales.

  • Además de colonias en ciudades, las comunidades judías debieron extenderse profusamente por las provincias de la Bética y la Galia narbonense. La importancia numérica de las colonias judaicas de la Bética la confirma el hecho de que, al producirse la invasión musulmana, los conquistadores confiaron la custodia de varias ciudades a las comunidades judaicas, que se constituyeron en guarnición al servicio del Islam.

  • FLORECIMIENTO ECLESIÁSTICO BAJO LA MONARQUÍA ARRIANA

  • Durante la regencia de Teodorico el Grande, se advierten en España algunos síntomas nuevos: nombramientos por los papas de algunos vicarios pontificios y reunión en la Tarraconense de concilios provinciales.

  • El período de paz y prosperidad de la Iglesia se prolongó hasta bien entrado el reinado de Leovigildo.

  • La benévola disposición de la Monarquía arriana para con la Iglesia católica fue correspondida por ésta con una actitud de adhesión y confianza.

  • En este clima de paz, la Iglesia española pudo preocuparse de mejorar la calidad del clero, regulando adecuadamente la formación de los jóvenes candidatos. Estos, tras ser ofrecidos por sus padres, habían de ser educados por un “prepósito”, hasta alcanzar la edad de dieciocho años, en que elegirían libremente entre abrazar de modo definitivo el estado clerical o contraer matrimonio.

  • Un signo de florecimiento eclesiástico del s.VI lo constituye la serie de obispos que merecieron el honor de ser incluidos en los catálogos de “varones ilustres”.

  • La Iglesia española desarrolló durante esta época una intensa actividad sinodal, reuniéndose en el plazo de veinte años cuatro concilios, que seguían a los de Tarragona (516) y Gerona (517), celebrados bajo la regencia de Teodorico:

  • El II de Toledo (531), I de Barcelona (540), Lérida (546) y Valencia (546). Tuvieron estos concilios carácter provincial.

  • Los concilios mencionados demostraron una acusada preocupación por la disciplina de los monjes, lo que indica que el fenómeno monástico tenía indudable importancia en Hispania hacia la primera mitad del s.VI.

  • El monasterio aparece como una institución eclesiástica bien arraigada, según acredita el hecho de que fuese la fórmula que usurpaban abusivamente muchos laicos, fundadores de iglesias privadas.

  • Otra manifestación de vitalidad fue la actividad constructora desplegada por la Iglesia en el siglo V.

  • Un último aspecto de la vida de la Iglesia en el s.VI merece la pena destacar: la acción misionera sobre los visigodos asentados en suelo español. Fruto de esta acción apostólica de la Iglesia sería la preconversión de varios visigodos, que fueron ilustres figuras de la jerarquía católica española del s.VI.

IV - DEL REINO ARRIANO AL REINO VISIGODO CATÓLICO

  • AGILA Y ATANAGILDO

  • El asesinato de Theudisclo, en diciembre del año 549, puso fin al período durante el cual el Reino visigodo de Hispania había permanecido bajo influjo ostrogodo.

  • Parece probable que fueran los propios potentes que tramaron la conjura contra Theudisclo quienes eligirían a un magnate visigodo, Agila, como nuevo rey.

  • Theudisclo había muerto en Sevilla y los acontecimientos que se sucedieron tuvieron también como escenario principal el mediodía de la Península. El centro de gravedad del Reino visigótico se había desplazado durante los años del período ostrogodo desde Cataluña y la Narbonense hacia las regiones meridionales de Hispania.

  • La Bética, la tierra más romanizada de España, había vivido autónomamente su propia vida durante buena parte de los siglos V y VI. Es comprensible que el poder visigodo chocase con resistencias cuando trató de imponer su autoridad sobre la región.

  • A poco de ocupar el trono, Agila se enfrentó con la ciudad de Córdoba, entonces en situación de virtual independencia, que conserva hasta el reinado de Leovigildo.

  • Los cordobeses derrotaron por completo a la expedición visigoda y Agila, tuvo que refug¡arse en la plaza fuerte de Mérida, tras haber perdido a su hijo, con lo mejor del ejército, y el tesoro regio.

  • En 552, un magnate visigodo, Atanagildo, se rebeló contra Agila en Sevilla, al frente de una facción de godos, y solicitó ayuda militar bizantina. La petición de ayuda encontró pronta respuesta por parte de Bizancio.

  • Con al ayuda bizantina, Atanagildo obtuvo en Sevilla una completa victoria sobre el ejército enviado contra él por Agila. Los imperiales fueron extendiendo su ocupación por un dilatado territorio paralelo a la costa sureste, que alcanzó por el mediodía el río Guadalete y llegó por el norte hasta más allá de Cartagena.

  • Los godos temieron que los imperiales, aprovechando sus luchas intestinas, se apoderasen de Hispania. Entonces, en marzo de 555, los propios secuaces de Agila dieron muerte a su rey en la ciudad de Mérida y todos reconocieron al rebelde Atanagildo como único monarca.

  • Tan pronto unificaron sus fuerzas bajo la égida de Atanagildo, los visigodos se revolvieron contra los imperiales, les arrebataron parte de sus conquistas, pero no lograron expulsarles del país.

  • Es posible que el relativo fracaso visigodo se debiera en parte a la actitud insumisa de la población indígena de la Bética y a la situación conflictiva existente en la provincia.

  • En cuanto a Córdoba, su actitud hacia Atanagildo fue tan hostil como había sido frente a Agila. Durante todo el reinado de Atanagildo, los visigodos atacaron una y otra vez a los cordobeses, sin lograr reducirlos a obediencia.

  • Atanagildo fijó su residencia en Toledo, que fue hasta el final de la Monarquía “urbe regia” y capital de la España visigótica.

  • Atanagildo murió en Toledo en 567, fue el primer rey visigodo fallecido de muerte natural en todo lo que iba de siglo.

  • LIUVA Y LEOVIGILDO

  • Al morir Atanagildo, el trono visigodo permaneció vacante por espacio de cinco meses. En la segunda mitad del año 567, Liuva, posiblemente duque de la Septimania, fue aclamado en Narbona rey de los visigodos.

  • Liuva no fue reconocido como rey por los godos de Hispania, ni trató tampoco de extender su autoridad a los territorios visigóticos de la Península Ibérica.

  • Largas negociaciones desembocaron en 568 en un compromiso: Luiva se conformaba con el gobierno de la Galia narbonense y asociaba al trono a su hermano Leovigildo, el cual no solamente fue designado sucesor, sino que ya desde ahora pasó a ser “consorte” del Reino. Leovigildo asumió el gobierno de Hispania.

  • Leovigildo tomó por esposa a la reina Goswintha, la viuda de Atanagildo. El matrimonio con Goswintha pudo aportar a Leovigildo la adhesión de la clientela político-militar del último monarca, clientela que constituía un importante factor de influjo social y una buena plataforma de poder.

  • Poner de relieve la precaria situación por que atravesaba la Hispania visigótica cuando Leovigildo fue asociado al trono por Liuva y asumió el gobierno de los territorios peninsulares. Un círculo de potencias hostiles envolvía el Reino visigótico.

  • Leovigildo, con indomable energía emprendió y llevó a feliz término la gran empresa restauradora. Esta tarea consistió ante todo en la sumisión al efectivo poder visigótico de una serie de pueblos y regiones que, vivían en un estado de virtual independencia.

  • LA RESTAURACIÓN DEL DOMINIO TERRITORIAL

  • Durante los primeros tres años, Leovigildo concentró sus esfuerzos en el sur y sureste peninsular, de cara a los bizantinos y a las poblaciones hispano-romanas de la Bética, tradicionalmente levantiscas.

  • En 570, el ejército visigodo combatió a los bizantinos en la bastetania y Málaga, devastando estas comarcas. Al año siguiente, Leovigildo logró un golpe de mano nocturno, facilitado por traidoras complicidades, puso en sus manos la fortísima plaza de Medina-Sidonia.

  • La campaña de 572 se dirigió por fin contra Córdoba. Mediante un sangriento asalto en la noche, Leovigildo se apoderó de la ciudad. La sumisión de la comarca exigió dura lucha, en la que perecieron muchos “rústicos” de la población indígena hispano-romana.

  • En 573 la muerte de Liuva, convirtió a Leovigildo en monarca único.

  • El rey de los suevos, Miro, en 570 había sucedido en el trono a su padre Teodomiro. En 572, Miro llevó a cabo una acción bélica contra los “runcones” o “roccones”, un pueblo que vivía en estado de práctica independencia.

  • Parece probable que el expansionismo suevo despertara recelos en el ánimo de Leovigildo y decidiera al monarca visigodo a cerrarle resueltamente el camino.

  • En 573, como réplica los visigodos combatieron a los “sappos”, cuya comarca se hallaba próxima a la raya fronteriza suevo-gótica.

  • La campaña de 574 tuvo como objetivo la conquista de Cantabria. Amaya, la capital de los cántabros, cayó en poder de Leovigildo y toda la “provincia” fue anexionada al Reino visigótico.

  • En 575, los visigodos penetraron hasta le región de los montes Aregenses, en tierras situadas dentro de las fronteras del Reino suevo, y la comarca quedó sometida a los visigodos.

  • Al año siguiente, 576 el rey Miro se vio obligado a enviarle embajadores en demanda de una paz que, tuvo más bien el carácter de tregua.

  • En la campaña de 577, El Oróspeda, una abrupta región del sureste, quedó definitivamente sometido a la autoridad visigoda.

  • La conquista del Oróspeda aparece como la culminación del formidable esfuerzo desplegado por Leovigildo desde el año 570 para rehacer la integridad territorial del reino. La represión había sido implacable y alcanzó a ciertos nobilísimos pero levantiscos magnates.

  • El año 578 puede considerarse como la hora cenital del reinado de Leovigildo, cuyo símbolo lo constituye la fundación de Recópolis en honor del hijo del rey, Recaredo.

  • En el norte, la fundación en 581 de Victoriacum, cuyas ruinas están a trece kilómetros de Vitoria, unida a la ocupación de una parte de Vasconia, expresa el propósito de Leovigildo de afirmar la autoridad visigótica en las tierras que formaban el inseguro limes vascón.

  • EL FINAL DEL REINO SUEVO

  • Reaparición histórica:

  • Iniciada la segunda mitad del s.VI, el Reino de los suevos vuelve a aparecer en las fuentes históricas, después de noventa años.

  • La “Historia de los Suevos” de San Isidoro considera a Teodomiro (559-570) como el monarca que se convirtió al Catolicismo, poniendo así término a una larga sucesión de reyes arrianos.

  • El Reino suevo reapareció en el escenario histórico a mediados del siglo VI con una configuración territorial, que abarcaba la provincia de Gallaecia y, al sur del bajo Duero, una parte considerable de la Lusitania.

  • El definitivo declive:

  • La situación político-social del Reino suevo parecía tranquila y no se perciben huellas de las tensiones y luchas entre las poblaciones sueca y galaica en el s.V.

  • Los suevos, con sus fronteras rodeadas de un anillo de territorios visigodos, procuraban estrechar las relaciones con el Imperio y la Francia merovingia.

  • El corte de comunicaciones marítimas entre Galicia y las Galias fue una de las operaciones militares ordenada por Leovigildo, cuando procedió a la anexión del Reino suevo en el año 585.

  • En el año 583, en plena guerra civil entre Leovigildo y su hijo Hermenegildo, se produjo una intervención sueva en la contienda. Según Biclarense, Miro acudió a la Bética al frente de un ejército, con el fin de apoyar a Leovigildo. Gregorio de Tours, dice que Miro era aliado de Hermenegildo y organizó, para socorrerle, la expedición al valle del Guadalquivir; El monarca suevo fue cercado por los visigodos y obligado a prestar a Leovigildo un juramento de fidelidad. Miró falleció seguidamente.

  • El nuevo rey Eborico, hijo de Miró, fue depuesto al año siguiente (584) por su cuñado Audeca. Audeca tomó por esposa a Siseguntia, la viuda del difunto rey Miro. Estos hechos dieron pretexto para intervenir a Leovigildo.

  • En 585, los visigodos invadieron Galicia, mientras que por mar una flota asaltaba las naves francas que hacían la travesía a Galicia.

  • En el penúltimo año de su reinado y de su vida, Leovigildo coronó, con este brillante éxito, la gran empresa política de la restauración del dominio territorial visigótico.

  • LA POLÍTICA INTEGRADORA DE LEOVIGILDO

  • El intento de unificación religiosa:

  • Símbolo del fortalecimiento del poder real lo constituyó la adopción de un ceremonial mayestático, inspirado en los usos palatinos de Bizancio.

  • Leovigildo inició, a partir, del año 575, la acuñación de “tremises” de oro, que no llevaban ya los nombres de los emperadores orientales, sino el suyo propio.

  • Leovigildo acometió una importante tarea, la actualización del antiguo Código de Eurico. La compilación resultante se conoce con el título de Codex Revisus.

  • El Codex Revisus deroga la prohibición de matrimonios mixtos entre godos y romanos, legalmente en vigor hasta entonces. Su expresa derogación, parece, responder al designo de Leovigildo de afirmar la unidad social de todos sus súbditos godos y romanos, sin diferencias de raza.

  • El Arrianismo de los visigodos apareció siempre con el carácter de confesión cristiana, propia de las gentes de su raza, la fides gothica. La diversidad religiosa fue incluso considerada como un hecho diferencial, que contribuía al mantenimiento de la segregación entre godos y romanos.

  • Leovigildo alteró las premisas tradicionales, al tratar de superar las viejas diferencias provenientes del origen racial y forjar un único pueblo. La política de integración consideraba la unidad religiosa como una de las principales exigencias, y esa unidad, según la mente de Leovigildo, había de lograrse mediante la aceptación por todos los súbditos del Arrianismo.

  • En el tiempo de Leovigildo, la “pre-conversión” al Catolicismo de personas de estirpe gótica constituía un fenómeno de importancia considerable.

  • Pero sucedía, además, que un clima de creciente controversia religiosa, entre católicos y arrianos, se había extendido por Hispania en la segunda mitad del s.VI.

  • La problemática Catolicismo-Arrianismo:

  • Baste decir que la gran ofensiva arriana, lanzada por Leovigildo, se produjo inmediatamente después de la ruptura con su hijo. La rebelión de Hermenegildo se inició en 579, y al año siguiente se reunió en Toledo el sínodo arriano que constituyó un episodio clave de la política religiosa leovigildiana.

  • Leovigildo sancionó, con especial dureza, la resistencia a sus presiones de algunos ilustres godos católicos, que sufrieron destierro por su fe. Las confiscaciones de bienes y rentas de las iglesias alcanzarían un volumen considerable.

  • Mucha mayor amplitud tuvieron los intentos más sutiles de arruinar a la masa de los católicos del reino, no sólo a los de origen godo sino también a los hispano-romanos.

  • El sínodo arriano de Toledo del año 580, por mandato de Leovigildo, simplificó los trámites a seguir por los católicos para ser recibidos en la confesión arriana. Se suprimió el requisito de la rebautización y se exigió tan sólo una imposición de manos de un sacerdote de la secta y recitar, según la fórmula arriana la doxología trinitaria.

  • Las facilidades disciplinarias y litúrgicas para la conversión al Arrianismo fueron favorecidas por una propaganda hábil. Los arrianos se denominaban a sí mismos católicos y el monarca acudía a orar en iglesias católicas, visitaba los sepulcros de los mártires y proclamaba incluso que Cristo era Dios e igual al Padre, pero negaba la divinidad del Espíritu Santo.

  • La política religiosa de Leovigildo no dejó de conseguir éxitos PRECIABLES. Las defecciones fueron numerosas porque, mientras que fracasó la violencia persecutoria, dio resultado la seducción y el soborno.

  • Al final, la política religiosa de Leovigildo se saldó en un rotundo fracaso, como atestigua el levantamiento del destierro a obispos exiliados y hasta los mismos rumores de una conversión in extremis de Leovigildo al Catolicismo.

  • LA “TIRANÍA” DE SAN HERMENIEGILDO

  • Los hechos históricos:

  • En 579, Hermenegildo contrajo matrimonio con la princesa franca Ingunda, hija de Sigeberto de Austrasia, y nieta del difunto rey visigodo Atanagildo y de su esposa, Goswintha.

  • Muy pronto estallaron por motivos religiosos, violentos altercados entre la arriana Goswintha y su nieta, católica ferviente.

  • Leovigildo, ansioso de poner término a una imposible convivencia de las dos mujeres en la corte, decidió alejar de Toledo al nuevo matrimonio.

  • Hermenegildo había sido hecho consors regni por su padre en 573. Ahora Leovigildo le entregó una provincia para que la gobernase con potestad cuasi soberana.

  • En aquel mismo año que Hermenegildo asumió el gobierno de la Bética, se convirtió al Catolicismo, movido por su mujer ya doctrinado y convencido por el obispo de Sevilla, San Leandro.

  • Tomó él titulo de rey, y pretendió arrogarse sobre el territorio sometido a su autoridad un poder soberano independiente.

  • La rebelión, cuyo centro fue Sevilla, se extendió por la Bética alcanzando incluso a parte de la Lusitania. Hermenegildo solicitó la ayuda del Imperio, San Leandro se trasladó a Constantinopla con el mismo fin.

  • Leovigildo en 580 celebró el sínodo arriano, donde se planteó la arrianización de la población católica española.

  • Las hostilidades no se iniciaron hasta más tarde, tras el fracaso de algunos intentos de negociación. El primer hecho de armas relevante se produjo en 582, y fue la toma de Mérida por Leovigildo. La perdida de Mérida era un serio revés para Hermenegildo y un éxito de su padre.

  • En 583 se produjo el ataque en gran escala del ejército de Leovigildo. Previamente, la acción diplomática y un soborno de 30.000 solidi al gobernador imperial había sustraído a Hermenegildo el apoyo de los bizantinos. Leovigildo en persona dirigía la campaña y se combatía con dureza. Hermenegildo estaba totalmente a la defensiva, cercado en Sevilla.

  • El fracaso de una emboscada planeada por Hermenegildo, privó a los sitiados del esperado auxilio de una expedición sueva dirigida por el rey Miro, que se vio obligado a jurar fidelidad a Leovigildo. Sevilla fue tomada al asalto a principio del siguiente año.

  • Hermenegildo refugiado en Córdoba capituló y fue hecho prisionero en febrero de 584, mientras Ingunda y su hijo, fugitivos, caían en manos de los bizantinos.

  • Leovigildo envió a su hijo desterrado a Valencia, y en la Pascua del siguiente año 585 Hermenegildo fue muerto en Tarragona por Sisberto.

  • El juicio sobre los hechos:

  • En la conducta de Hermenegildo se superponen dos aspectos: el religioso, con la conversión al Catolicismo y el martirio final, y el político, que se resume en una actitud de rebeldía frente a su padre el rey y la guerra civil, a que ello dio lugar.

  • Hermenegildo parece haber sido respaldado, fundamentalmente, por la población de la Bética, y esta región aparecía como un reducto del espíritu antigótico.

  • El silencio o la reticencia de las fuentes visigodas en torno a Hermenegildo se entiende cuando se considera que estos historiadores escribieron sus obras en las primeras décadas de la época visigodo-católica. La unidad religiosa se había logrado ya, por la conversión al Catolicismo de Recaredo y de los godos arrianos.

  • LA CONVERSIÓN DE RECAREDO

  • En 586 falleció en Toledo Leovigildo, y su hijo Recaredo le sucedió en el trono. Desde los comienzos del reinado Recaredo mostró el decidido propósito de abrazar el Catolicismo.

  • Juan de Bíclaro y Gregorio de Tours coinciden en destacar la importancia que tuvo en el proceso de conversión de los godos el sínodo de obispos arrianos que, convocado por Recaredo, se reunió en Toledo ese mismo año 587.

  • La conversión de los visigodos al Catolicismo, siguiendo el exemplus regis, se llevó a cabo con relativa facilidad y, aunque no faltaron resistencias, éstas fueron en conjunto de breve duración.

  • En Mérida, la conspiración arriana revistió indudable gravedad y en ella participó un considerable grupo de magnates y el futuro rey Witérico.

  • Los conjurados pretendieron dar muerte al metropolitano Másona y al duque de la Lusitania Claudio, personaje de noble estirpe hispano-romana y el más ilustre de los generales del ejército de Recaredo. La conspiración fue revelada a Masóna por Witérico, y el duque Claudio aplastó la revuelta.

  • En la Septimania se produjo un levantamiento arriano. Los rebeldes pidieron ayuda a los francos y Gontran de Borgoña envió en auxilio suyo un ejército. Los francos fueron derrotados por el duque Claudio y la revuelta arriana quedó dominada.

  • VISIGODOS Y FRANCOS

  • Los reinados de Leovigildo y Recaredo constituyen un periodo de relaciones intensas entre la España visigótica y la Francia merovingia.

  • Tuvieron esas relaciones aspectos bélicos y hubo confrontaciones militares en torno a la Galia narbonense.

  • El incremento de los contactos había tenido motivaciones pacíficas, concretamente el deseo de estrechar los vínculos entre visigodos y francos, mediante una política de enlaces principescos.

  • La nueva etapa de la política nupcial franco-gótica se inició con la boda de Hermenegildo e Ingunda, hija del difunto Sigeberto y de la visigoda Brunekhisda, que gobernaba ahora el reino de Austrasia en nombre de su hijo el pequeño Childeberto II.

  • Leovigildo prosiguió con sus planes matrimoniales merovingios, orientados ahora hacia Neustria, con el fin de obtener para su otro hijo, Recaredo, la mano de Rigunthis, hija de Chilperico y Fredegunda. La negociación de este matrimonio, requirió varios años de gestiones diplomáticas.

  • Las bodas tuvieron lugar en 584. Debió tratarse de un matrimonio por poderes, pues se celebró en París. Rigunthis emprendió el camino de España con un inmenso séquito. Tras su llegada a Toulouse, Rigunthis encontró pretexto para las nuevas dilaciones. Entretanto, su padre Chilperico, murió asesinado.

  • El duque Desiderio irrumpió en Toulouse, hizo prisionera a Rigunthis y se apoderó de todos sus bagajes y riquezas. Arduos esfuerzos le costo a su madre, Fredegunda, rescatar a Rigunthis del cautiverio. Las bodas con Recaredo quedaron definitivamente frustradas.

  • Hizo Recaredo otra tentativa de matrimonio franco, a raíz de haber sucedido a su padre en el trono visigótico. La búsqueda volvió al Reino de Austrasia, y los embajadores góticos pidieron la mano de Clodosinda, hija de Brunekhilda y hermana de Ingunda.

  • Brunekhilda y su hijo Childeberto acogieron favorablemente las demandas, pero supeditaron la aceptación al beneplácito de Gontran de Borgoña, pues se habían comprometido a no resolver ningún negocio grave sin su consentimiento. Tampoco este matrimonio llegó a celebrarse sin que sepamos por qué.

  • Recaredo aparece en el concilio III de Toledo acompañado de otra esposa de origen visigodo, la reina Baddo.

  • La muerte de Ingunda sirvió de motivo a Gontran de Borgoña para adoptar una actitud de militante hostilidad hacia los visigodos.

  • La beligerancia activa de Gontran no tuvo ecos en otros reinos merovingios. Tan sólo el duque Desiderio intentó en 587 una operación contra Narbona, que termino en fracaso con la muerte de Desiderio.

  • Gontran inició las hostilidades en el año 585, con un doble ataque a Nimes y Carcasona, que resultó un desastre. El ejército dirigido por Recaredo, devastó la comarca de Toulouse y asaltó varios castillos, regresando triunfalmente a territorio visigodo.

  • La conversión al catolicismo de Recaredo y del Reino visigodo no bastaron para desarmar la animosidad de Gontran. En el año 589, el monarca burgundio lanzó el más formidable de todos los ataques contra la Galia narbonense, con la pretensión de expulsar a los visigodos de todos sus territorios situados al norte de los Pirineos.

  • Cerca de la ciudad de Carcasona se produjo el gran choque con el ejército visigodo dirigido por el duque Claudio de la Lusitania, el mejor general de Recaredo. Los visigodos obtuvieron una rotunda y brillante victoria.

  • Gontran, vencido, hubo de renunciar a sus pretensiones de conquista y de venganza. El capítulo de las guerras franco-góticas terminó ahora con una decisiva victoria de la Monarquía toledana.

V - EL REINO VISIGODO CATÓLICO: 1. LOS PRIMEROS REYES

  • EL CONCILIO DE TOLEDO

  • Los aspectos religiosos:

  • El Concilio III de Toledo ha simbolizado en nuestra historia el comienzo del período católico de la Monarquía visigoda, y el propio origen de la unidad católica de España.

  • El concilio III de Toledo, vino a ser como el gran escenario, cuidadosamente escogido y preparado, para la solemne ceremonia de la abjuración de la herejía y la pública y oficial profesión de fe católica, hecha por el rey, los obispos y los nobles, en nombre de todo el pueblo visigodo.

  • El sínodo toledano, sin ser ecuménico, tiene consecuencias de dimensión ecuménica, ya que significa la definitiva victoria de la ortodoxia nicea sobre la herejía, el final del Arrianismo.

  • El concilio III de Toledo se reunió el 8 de mayo de 589, Recaredo apareció ante el cómo el monarca, católico ya desde hace dos años, y autor de la conversión a la verdadera fe de los pueblos de estirpe germánica de su pueblo.

  • Recaredo hizo profesión de fe católica, que suscribió junto con su esposa. Para esta profesión, se tomaron como norma de la fe ortodoxa los símbolos de los cuatro primeros concilios ecuménicos - Nicea, Constantinopla I, Éfeso y Calcedonia - por considerarlos como la genuina expresión del dogma católico.

  • Secundando el exemplum regis, abjuraron del Arrianismo los representantes cualificados del pueblo godo.

  • No se impuso la rebautización de los conversos, bastó con que recibieran la Confirmación y una bendición o imposición de manos sacerdotal.

  • En lo tocante a los eclesiásticos arrianos, a los obispos y clérigos les fueron respetados en la Iglesia Católica el grado y el oficio que tenían en su propio clero. Obispos, presbíteros y diáconos, para conservar su grado, hubieron de comprometerse a guardar el celibato eclesiástico.

  • Los templos arrianos pasaron a ser iglesias católicas de las diócesis donde estaban enclavados.

  • Repercusiones en la Administración pública:

  • El concilio III de Toledo dispuso que, por mandato del rey, a los concilios provinciales acudieran también altos funcionarios del gobierno territorial y administradores del Patrimonio fiscal, con el fin de ser allí instruidos sobre sus deberes para con los pueblos sujetos a su autoridad. Se pretendía así conseguir que no se impusieran a los súbditos gravámenes excesivos, y a tal efecto obispos y magnates habían de deliberar conjuntamente, acerca del volumen de la carga tributaria que la provincia podía soportar sin sufrir perjuicios.

  • De esta manera, los obispos ejercían sobre los funcionarios públicos una misión de vigilancia y de corrección de abusos con facultad de informar al rey y de excomulgar a quien fuera preciso.

  • Así se articuló a nivel provincial el gobierno conjunto de las dos poblaciones del reino, otorgando a los obispos, tradicionales representantes de las poblaciones romanas desde la crisis del Imperio, un control sobre la gestión de los funcionarios públicos, que afectaban de modo particular a los estratos más débiles de la población hispano-romana, sobre la que recaía la mayor parte de la carga tributaria.

  • En el siglo VII sabemos que hubo largos períodos sin reunión de concilios en Toledo y quizá en ningún otro lugar. La falta de concilios privó al episcopado del órgano colegiado previsto para la inspección y control regular de los funcionarios provinciales.

  • Cada obispo tuvo siempre abierto el camino de la denuncia ante el rey de posibles abusos de los funcionarios del distrito.

  • LA POLÍTICA DE RECAREDO

  • Recaredo tardó mucho en comunicar oficialmente al papa San Gregorio su conversión al Catolicismo. Cuando se la notificó, hacia ya tiempo que la nueva era conocida en Roma.

  • Después del año 595, Recaredo transmitió por fin la noticia a Gregorio Magno, le pidió excusas por la demora.

  • Gregorio correspondería a Recaredo con una larga carta, fechada en agosto del año 599, llena de alabanzas del rey y acompañada de un lignum crucis y otras preciosas reliquias.

  • San Isidoro habla genéricamente de los muchos “tiranos” que conspiraron contra Recaredo. El Biclarense alude únicamente a la conspiración de Argimundo, la más grave sin duda de cuantas se fraguaron. Era un síntoma de la pervivencia de una endémica propensión a la rebeldía, latente siempre en la aristocracia visigótica y que rebrotaría con violencia tras la muerte de Recaredo.

  • La conspiración de Argimundo fue el único suceso de excepción que turbó el reinado de Recaredo. Al margen de ella, cabe tan sólo registrar algunas escaramuzas fronterizas con bizantinos y vascones.

  • La “tranquila paz” fue el rasgo dominante de la segunda parte del reinado de Recaredo y San Isidoro dice de él que mantuvo la paz, gobernó con equidad y rigió con moderación.

  • Recaredo promulgó una ley civil recogiendo varias de las normas relativas a los judíos contenidas en el canon 14 del concilio III de Toledo. Prohibe a los judíos tener siervos cristianos. Esta ley de Recaredo inaugura la legislación judaica de la Monarquía vigodo-hispanica.

  • En el primer reinado católico de la España visigoda, un número considerable de hispano-romanos fueron nombrados por el rey para cargos importantes de la Administración pública.

  • LIUVA II Y WITÉRICO

  • Recaredo falleció pacífica y piadosamente en Toledo en 601, le sucedió su hijo Liuva, un virtuoso adolescente, el cual comenzaba a reinar en condiciones inciertas. Razón de ello era, la juventud de Liuva y su inexperiencia. Tenia además otra deficiencia, era hijo del monarca difunto y de una madre innoble, nacido varios años antes del matrimonio de Recaredo con la reina Baddo.

  • El defecto de origen de Liuva, hijo natural de Recaredo y de madre plebeya, privaba a su trono del firme sostén de la legitimidad de sangre.

  • Tras año y medio de reinado y a los veinte de edad, Liuva II fue depuesto del trono por Witérico, que le hizo cortar la mano derecha y seguidamente darle muerte. Ocurría esto entre junio y julio del año 603.

  • Witérico combatió reiteradamente a los bizantinos; pero de ordinario no le acompaño la suerte.

  • Teodorico II, hijo de Chideberto, que había heredado de Gontran en reino de Borgoña, pidió a Witérico la mano de su hija Ermenberga.

  • Teodorico, instigado por su abuela Brunekhilda, rehusó consumar el matrimonio y cobró tal aversión a su esposa que al cabo de un año la devolvió a España, despojada de los tesoros que había llevado como dote.

  • Witérico, ansioso de vengar la afrenta sufrida, trató de aliarse contra Teodorico con los otros reyes francos. Pero el intento no prosperó y Witérico hubo de renunciar la proyecto.

  • Un día de abril de 610, en pleno banquete, fue asesinado por un grupo de conjurados y su cuerpo arrojado fuera y sepultado con ignominia. Había reinado seis años, nueve meses y veintiséis días; sería el último rey visigodo que muriera asesinado.

  • GUNDEMARO

  • Gundemaro, el nuevo rey, duque de la Septimania. Los partidarios de Witérico estaban ahora en el exilio y les habían confiscado sus bienes.

  • En política exterior los problemas seguían siendo básicamente los mismos. El reino de Austrasia, bajo la égida de Teodeberto II seguía siendo aliado de los visigodos. Persistían las malas relaciones con Burgundia. Los reyes burgundios habían instigado al rey de los ávaros para que atacase a Teodeberto de Austrasia.

  • Búlgar reitera que la antigua alianza entre la monarquía toledana y el reino de Austrasia se había renovado recientemente y los visigodos habían prometido ayuda económica a Teodeberto.

  • El conde solicitaba de sus corresponsales francos noticias fidedignas sobre el ataque de los ávaros contra Teodoberto y que le confirmasen si Brunekhilda y Teodorico II habían sido instigadores.

  • El conde Búlgar aparece como uno de los artífices de la política visigoda frente a los francos. En varios de sus escritos se percibe la inquietud por los peligros que la azarosa política franca pudiera ocasionar a su provincia.

  • Las buenas relaciones que Gundemaro mantuvo con la Iglesia española se pusieron de manifiesto, con su decisión de proclamar sin ambages, la condición de sede metropolitana atribuida a Toledo sobre toda la provincia Cartaginense.

  • Gundemaro, durante el tiempo que ocupó el trono, perdió a su esposa, la reina Hildoara. La muerte de Gundemaro aconteció en 612, poniendo termino a un breve reinado que duró apenas dos años.

  • EL REINADO DE SISEBUTO

  • Un monarca ilustrado y piadoso:

  • A la muerte de Gundemaro fue elegido rey Sisebuto, quizá el más culto, piadoso y sensible de todos los monarcas visigodos.

  • La religiosidad personal de Sisebuto fue sincera y profunda. Un fervor misionero le animaba, cuando escribía al rey longobardo Adaloaldo, que profesaba todavía el Arrianismo.

  • Otros rasgos de la personalidad de Sisebuto fueron su cultura literaria y su curiosidad cientifica. San Isidoro escribió por encargo suyo el Denatura rerum, un tratado sobre cuestiones astronómicas, meteorológicas y físicas.

  • Política religiosa:

  • Sisebuto se muestra exigente y rígido con los obispos, cuando estimaba que así lo pedía el bien de la Iglesia.

  • Su política frente a los judíos, no se forjo al hilo de los acontecimientos, sino que respondía a un designio ideológico, firmemente concebido por el rey con anterioridad a su ascensión al trono.

  • La iniciativa legislativa correspondió al monarca y persiguió como principal objetivo restaurar la vigencia de las leyes de Recaredo, que prohibían a los judíos tener siervos cristianos y habían caído en desuso.

  • El hebreo no podía tener bajo su poder a un cristiano, libre o esclavo, por razón de servidumbre, patronato o relación laboral. Se autorizaba a los judíos para vender los siervos cristianos con sus peculios a compradores cristianos, con la condición de que estos siervos no fueran trasladados a regiones distintas de aquellas en que tuvieran su residencia, los judíos que lo prefiriesen podían liberar a sus siervos cristianos.

  • La pena de muerte con confiscación de bienes, volvía a implantarse en los delitos de proselitismo para aquel que circundase a un cristiano o le convirtiese al judaísmo. Al judío converso al Cristianismo se le garantizaba el respeto a la integridad de su patrimonio.

  • A los nacidos de matrimonios mixtos judeocristianos se les exigía que profesaran la fe cristiana, decretándose la reducción al estado servil de aquellos que optasen por la religión judaica.

  • Sisebuto fue más lejos de lo previsto en la letra de estas leyes. Obligó a los judíos a la conversión y les hizo recibir el bautismo, coaccionados por la fuerza y no movidos por el conocimiento.

  • Un cierto número de judíos emigró a Francia, pero la gran mayoría debió permanecer en el país, aceptando externamente una conversión cristiana, las más de las veces insincera y falsa.

  • Las campañas militares:

  • A partir de Sisebuto los visigodos comenzaron a practicar el arte de la guerra naval. Los visigodos contaron desde Sisebuto con una marina organizada y ésta intervino en operaciones militares contra el litoral de la España bizantina y la costa cantábrica.

  • Las más importantes victorias de Sisebuto fueron las conseguidas sobre los bizantinos en Hispania. Varias ciudades cayeron en poder de los visigodos, Cartagena fue destruida por los conquistadores godos, Málaga fue conquistada.

  • Hubo también una intensa relación diplomática con el patricio Cesáreo, gobernador de la España bizantina, que, dada su desfavorable posición, se vio obligado a pedir la paz al rey visigodo.

  • Sisebuto construyó en Toledo, extramuros de la ciudad, la basílica de Sta.Leocadia, panteón episcopal y quizá necrópolis regia, donde acostumbraron a reunirse concilios toledanos hasta mediados del s.VII.

  • Falleció Sisebuto en febrero de 621, después de un reinado de ocho años más diez meses. Le sucedió en el trono su hijo Recaredo II, que reinó tan sólo unos pocos días, sin que la historia tenga nada que recordar acerca de él o de su gobierno.

  • SUÍNTHILA

  • Marzo del 621 se inició el reinado de Suínthila, que duró hasta marzo del 631. La muerte del joven Recaredo II deparó una ocasión propicia para cubrir la vacante del trono por el procedimiento de la elección.

  • El favor de los magnates recayó en uno de los jefes militares más prestigiosos del reinado de Sisebuto, el duque Suínthila.

  • Llegado al trono, Suínthila obtuvo resonantes éxitos en los dos frentes que tenía abiertos el Reino visigodo: el bizantino y el vascón. Ante los bizantinos, la victoria de Suínthila fue definitiva, desaparecieron los dominios imperiales en la Península Ibérica y reunió íntegramente bajo su cetro la totalidad del territorio peninsular. Hispania constituyó un solo reino bajo una misma monarquía.

  • Los vascones de las montañas se mostraron muy inquietos al comienzo de la tercera década del s.VII.

  • Expediciones de montañeses vascones infestaban la provincia Tarraconense. Estas incursiones crearon en el valle medio del Ebro una situación parecida a la que habían provocado las Baugadas y que serían con gran probabilidad los antepasados directos de estos vascones del s.VII.

  • Suínthila obtuvo una rotunda victoria, los vascones se rindieron sin condiciones, depusieron las armas, entregaron rehenes, y se comprometieron a edificar la ciudad de Ologicus.

  • Ologicus es probable que fuese una reconstrucción de la Oligitum romana, la actual Olite, que por su estratégico emplazamiento había de constituir uno de los principales puntos de apoyo del sistema militar visigodo en el limes vascón.

  • Suínthila , confiado en su sólida posición, había dado ya el paso que dieron antes y después de él otros poderosos reyes visigodos, había asociado al trono a su hijo, para preparar a favor suyo la futura sucesión real.

  • Suínthila no pudo terminar pacíficamente su reinado y fue depuesto en 631 por una revuelta nobiliaria.

  • Contra Suínthila se urdió una amplia conjura aristocrática. La conspiración tendría su foco principal en la Septimania, la provincia ultramontana que, por razón de su posición excéntrica y fronteriza, requería la presencia permanente de fuertes contingentes militares. Esa provincia iba a ser también, en un futuro no muy lejano, el escenario de la gran rebelión contra Wamba.

  • La cabeza de la conjuración fue Sisenando, que negoció la ayuda del rey franco Dagoberto. Un ejército franco, procedente de Borgoña y mandado por los duques Abundancio y Venerando, invadió España y llegó hasta Zaragoza, donde se hallaba reunido el ejército godo de Suínthila.

  • El ejército godo abandono a Suínthila y aclamó por rey en la misma Zaragoza a Sisenando. La rebelión triunfo sin derramamiento de sangre: Suínthila perdió el trono pero conservó la vida, y moriría de muerte natural en Toledo varios años más tarde.

VI- EL REINO VISIGODO CATÓLICO: 2. EL PERÍODO CONSTITUYENTE

  • EL REINADO DE SISENANDO

  • Su significación histórica:

  • Período de la historia de la España visigoda de acusado signo constituyente, durante el cual se realizó un notable esfuerzo por estructurar las instituciones fundamentales que garantizasen la estabilidad de la Monarquía y la adecuada participación en la vida pública de las principales fuerzas sociales del reino.

  • La obra constituyente impulsada por corrientes doctrinales descansaría sobre dos nuevos logros de indudable trascendencia: la fijación de unas normas acerca de la sucesión al trono y la institucionalización de los concilios nacionales.

  • La conversión del concilio nacional en una verdadera institución, con la previsión de su ulterior celebración siempre que las circunstancias lo requiriesen, introducía un factor de la mayor importancia en la vida pública del Reino toledano.

  • Problemas políticos y eclesiásticos:

  • Huellas claras existen de algún intento insurreccional a cargo de Geila, el hermano de Suínthila, que después de haber contribuido a su caída, como cómplice de Sisenando, debió luego conspirar también contra el nuevo rey.

  • Las reformas políticas del concilio IV de Toledo parecen ser el resultado de un compromiso entre las tres principales fuerzas del reino: Monarquía, Iglesia y aristocracia.

  • En vísperas del concilio IV de Toledo existe la impresión de que si bien San Isidoro gozaba del favor de Sisenando, no podía decirse lo mismo del episcopado en su conjunto.

  • Ciertos obispos, más afines a la dirección política de signo romanizante de Sisebuto y Suínthila, quedaron en situación incómoda a consecuencia del triunfo de la revuelta nobiliaria y goticista que llevó a Sisenando al trono.

  • EL CONCILIO IV DE TOLEDO

  • La obra disciplinar:

  • El concilio IV de Toledo, se reunió en la basílica de Santa Leocadia el 5 de diciembre de 633. A la sesión inaugural acudió el rey Sisenando. El concilio promulgo una abundante legislación, contenida en 75 cánones, que abordan un temario muy importante, tanto de orden eclesiástico como civil.

  • Entre los cánones más significativos figuran algunos de los dirigidos a regular la disciplina eclesiástica. Fundamento de ésta había de ser la unidad de la fe, y también la unidad litúrgica, que proclamaba de modo solemne el canon siguiente, dirigido especialmente contra las supervivencias del Rito romano en Galicia.

  • El concilio trató en el canon 19 el tema de los nombramientos episcopales, reiterando las tradicionales fórmulas de elección por el clero y el pueblo, con el consensus de los obispos coprovinciales, normas que no eran ya el procedimiento usual para la efectiva selección de los nuevos obispos hispánicos, muy condicionada por la intervención real.

  • El concilio IV, entre las muchas normas que dio sobre la disciplina del clero, confirmó la inmunidad personal de que gozaban los clérigos “ingenuos”, en relación con cualquier servicio o pública convocatoria que pudiera apartarles de la dedicación de su ministerio.

  • Diez cánones consagró el concilio IV toledano al tema de los judíos. El concilio IV sentó el principio de la voluntariedad de la fe y prohibió las conversiones forzosas. Pero obligó a la vez a perseverar como cristianos a los judíos que habían abrazado la fe católica, incluso a aquellos que lo hicieron bajo coacción o violencia.

  • En la asamblea toledana se produjo un hecho nuevo: la institucionalización del concilio nacional.

  • El concilio nacional, integrado por todo el episcopado hispánico, pasaba a convertirse en una auténtica institución y se estipulaba su reunión siempre que se dieran unas determinadas condiciones.

  • La ley fundamental:

  • El canon 75, tuvo extraordinaria importancia y puede considerarse como el fundamento de la constitución política del Reino.

  • El canon del IV concilio toledano debía ser la ley fundamental de la Monarquía católica y el texto constitucional por el que los principios doctrinales isidorianos se plasmaban en la realidad política.

  • L a finalidad perseguida por el decreto conciliar era fortalecer el poder de los monarcas y garantizar la “estabilidad” frente a las infidelidades y traiciones. Como fundamento del deber moral de respeto y obediencia a los reyes, se aducen aquí unas razones de índole religiosa, que eran las apropiadas para la monarquía electiva y sacral que se trataba definitivamente de instruir.

  • En esta monarquía, la legitimidad no podía provenir ya de la sangre y de la herencia, sino de la elección y la consagración del elegido. Atentar contra el príncipe sería en ella un crimen abominable, porque el rey es el ungido del Señor.

  • El rito religioso de la ceremonia de la ordinatio -entronización- del nuevo rey, tiene sus raíces en esta doctrina recogida por el concilio IV de Toledo, aunque en las fuentes históricas no se encuentren testimonios explícitos de unciones reales anteriores a la de Wamba.

  • El decreto conciliar reguló seguidamente la sucesión de la corona, se declaraba cual era el único procedimiento legitimo: “muerto pacíficamente el príncipe, los grandes del reino y los obispos designarán de común acuerdo al sucesor en el trono”. La sucesión real quedaba así en manos de la aristocracia y del episcopado hispanos.

  • Un triple anatema, lanzado por los obispos, vino a fulminar a todos aquellos que en el futuro violasen el juramento de fidelidad a la patria gótica, atentaran contra los reyes o usurpasen tiránicamente el poder soberano.

  • La excomunión y el anatema fueron lanzados también contra los futuros reyes que ejerciesen un poder despótico sobre sus pueblos.

  • El concilio IV de Toledo hubo de abordar el caso de Suínthila. La sentencia que se pronunció contra él constituía la condición sine qua non de la legitimidad del príncipe reinante, Sisenando.

  • Suínthila, su mujer y sus hijos fueron excomulgados y se les confiscaron todos los bienes. Los crímenes, reales o supuestos de Suínthila, parecían dar sobrada base al concilio para declarar depuesto al monarca que, por su gobierno injusto, se había convertido en tirano.

  • El concilio prefirió recurrir al eufemismo de simular que había sido el propio Suínthila quien, abrumado por sus crímenes, se privó del reino y renunció a la regia potestad.

  • Suínthila fue tratado con indudable benignidad. No sólo salvo la vida, sino que se previó de modo expreso que el monarca reinante pudiera permitirle conservar una parte de sus bienes.

  • EL REINADO DE KHÍNTILA

  • El concilio V de Toledo y sus incógnitas:

  • La elevación al trono del nuevo monarca se haría en virtud de una elección, y el trámite sucesorio se despachó con notable rapidez. El concilio V de Toledo se reunió, apenas comenzado el reinado de Khíntila.

  • El concilio V de Toledo ha de considerarse un concilio de acusado matiz político, si se exceptúa el canon 1, las demás cuestiones que se trataron fueron todas se orden político temporal.

  • El concilio se reunió en la basílica de Santa Leocadia, dentro de un plazo muy breve, a los tres meses cuando más de su posible convocatoria. A ello se debería, en buena medida, la escasa concurrencia que registro. Fueron pocos los obispos de diócesis lejanas a Toledo que se animaron a venir a la asamblea.

  • Los cánones 3 y 4 estuvieron especialmente destinados a perfilar el procedimiento sucesorio. Ante el supuesto que individuos sin nobleza de sangre ni virtud personal pretendieran alcanzar el poder supremo, se precisó que tan sólo accedían legítimamente al trono quienes, perteneciendo a la nobleza del pueblo godo, eran elegidos por el voto común.

  • La lectura en todos los concilios del canon 75 del concilio IV de Toledo habría de contribuir a inculcar en el ánimo del pueblo la idea de la inviolabilidad de los reyes.

  • Las principales normas de índole político-constitucional contenidas en los cánones del concilio V de Toledo las vemos reiteradas, incluso más prolijamente, en el concilio VI, que se celebró dos años más tarde.

  • Esas normas son el reflejo de una crónica de inquietud social y fragilidad política, que se abrió con la deposición de Suínthila y no se cerraría hasta que las riendas del poder quedaran bien sujetas en las manos vigorosas de Khindasvinto.

  • El concilio VI dedicaría un canon a los hombres de mente perversa que buscaban refugio entre los enemigos. Más tarde, el concilio XIII de Toledo, al conceder una amnistía general a los implicados en la rebelión del duque Paulo contra Wamba, extendió los beneficios de esa gracia a todas aquellas personas que desde el tiempo de Khíntila, hubieran sido marcadas con la nota de infamia.

  • El concilio VI:

  • La escasa concurrencia que había registrado el V concilio impulsó al monarca a convocar un nuevo sínodo tan sólo año y medio después de clausurado el anterior. El concilio VI congregó a una representación mayoritaria y genuina del episcopado hispánico.

  • El concilio VI, en el terreno de la doctrina teológica formuló un importante símbolo de la fe, que es un desarrollo compuesto por el concilio IV, pero que representaba un notable progreso con respecto a éste, tanto en el terreno de la Teología trinitaria como en el de la Cristología.

  • El concilio promulgó varios cánones sobre disciplina eclesiástica y actuó como supremo tribunal eclesiástico.

  • Los temas de carácter político abordados, fueron los mismos que trató el concilio anterior: garantías para la descendencia de Khíntila y para los fideles regis, protección de la vida y de la autoridad del monarca reinante, etc.

  • Se perfiló la relación de las incapacidades para reinar, excluyéndose a los tonsurados, a los decalvados y a quienes tuvieran origen servil o extranjero, renovándose a la vez la exigencia de que el rey fuera un varón de estirpe gótica y de costumbres dignas.

  • El concilio - canon 14 - parece aspirar a estabilizar el status de los fideles y a que éstos conservasen, en lo posible, bajo el sucesor al trono, no sólo los bienes, sino también los cargos y funciones que tenía el monarca precedente. Los fideles regis se concebirían así como una clientela vinculada, no solamente a la persona del rey, sino al propio trono.

  • El concilio V de Toledo no se había ocupado de problemas relacionados con los judíos. El concilio VI, supuso en cambio el retorno a la línea de la dureza.

  • El concilio Vi, pretendió como Sisebuto, la efectiva consecución de la unidad católica de España. El canon 3 declaraba que el rey Khíntila había resuelto acabar de una vez para siempre con las prevaricaciones de los judíos y no permitir en adelante que habitase en el reino nadie que no fuese fiel católico.

  • Se introdujo una nueva cláusula en la fórmula del juramento que debían prestar los reyes al ser elevados al trono, de tal modo que el monarca hubiera de comprometerse expresamente a no consentir que los judíos violasen la fe católica del reino.

  • El papa Honorio I y San Braulio:

  • Un acontecimiento que coincidió con la celebración del sexto concilio: la llegada a Toledo del diácono romano Turnino, portador de una epístola del papa Honorio I para el episcopado español, que contenía una dura reprensión a los obispos españoles, a quienes el Pontífice exhortaba a ser más firmes en la defensa de la fe y más diligentes en atajar la perniciosa plaga de los renegados.

  • Toda la epístola constituía un duro reproche por la supuesta negligencia que se atribuía en Roma al episcopado español, en relación con los judíos y los conversos al Judaísmo.

  • Correspondió a Braulio de Zaragoza dar una respuesta a la epístola papal, en nombre de todos los obispos de España. Constituye un reconocimiento rendido y sin reservas del Primado romano y de su derecho a intervenir. El tono del escrito deja traslucir la dolorosa impresión que produjeron a los obispos españoles unas acusaciones papales que ellos juzgaban a todas luces injustas.

  • Parar dejar constancia de la rectitud de su conducta, los obispos acordaron enviar al Papa las actas de los concilios precedentes, junto con las de aquel que estaban entonces celebrando.

  • La epístola del papa Honorio es una prueba del estado de recíproco desconocimiento existente entre Roma y España.

  • La epístola de San Braulio dejó bien claro de qué modo los obispos visigodos hacían compatible la firme adhesión al Primado romano con la defensa vivaz de su honor y de su celo por la ortodoxia.

  • EL REINADO DE KHINDASVINTO

  • Las grandes depuraciones:

  • El advenimiento de Khindasvinto, se produjo en la segunda quincena de abril de 642.

  • El golpe de Khindasvinto contó con importantes apoyos entre la aristocracia y otros grupos sociales y no parece que hubiera de vencer grandes resistencias.

  • Khindasvinto, cuando llegó al trono era un anciano octogenario. Sus muchos años le habían permitido intervenir activamente en los principales acontecimientos ocurridos en el Reino visigodo desde los días de Leovigildo, es decir, desde la época anterior a la conversión del Catolicismo.

  • Las “purgas” de Khindasvinto lograron amplia y duradera notoriedad. Alrededor de la mitad de la clase política visigoda - de la nobleza palatina y militar - desaparecería de resultas de estas drásticas depuraciones. De este modo, los godos fueron “domados” por Khindasvinto y se abrió un período de treinta años de continuidad política, que cubrió el reinado del anciano monarca y el de su hijo Recesvinto.

  • Khindasvinto elaboró también una legislación destinada a dar fundamento jurídico a las medidas de represión contra los enemigos de su régimen.

  • La ley distinguía entre dos tipos de delincuentes políticos: aquellos que con intención de dañar el reino se hubieran pasado al enemigo o huido al extranjero, desde el tiempo de Khíntila hasta el segundo año del reinado del presente rey Khindasvinto, y en segundo lugar, aquellos que desde el primer año del reinado de Khindasvinto hubieran llevado a cabo dentro del reino actos hostiles contra la vida o la autoridad del rey o de sus sucesores.

  • Las dos clases quedaban equiparadas penalmente: eran castigados con la muerte y confiscación de bienes, sin que el propio rey pudiera conceder otra mitigación que no fuese conmutar la muerte por la ceguera.

  • Quiso Khindasvinto que la ley canónica confirmase esta legislación y la reforzara con sanciones eclesiásticas. Con este fin hizo reunirse el concilio VII del año 646.

  • Los clérigos y laicos rebeldes, prófugos o traidores, contra quienes se habían dictado las leyes civiles mencionadas antes, eran ahora objeto de severas penas eclesiásticas. El concilio confirmaba todo lo estatuido en aquellas leyes, pero añadiendo para los delincuentes la excomunión de por vida.

  • Las relaciones con el Episcopado:

  • El episcopado visigodo hubo de doblegarse en el concilio VII de Toledo ante la imperiosa voluntad del monarca.

  • Es razonable presumir que el rey tendría decidido interés en que la participación episcopal fuese lo más nutrida posible. Pese a ello, tan sólo consiguió la presencia de 30 obispos.

  • Braulio de Zaragoza, la más destacada personalidad eclesiástica del momento, no acudió al concilio ni envió un representante.

  • Es fácilmente explicable que la política de represión de Khindasvinto provocase en la Iglesia reacciones desfavorables. El monarca dio su replica en el terreno legislativo, con algún precepto de indudable inspiración anticlerical, como la ley que preveía específicamente la desobediencia de obispos y otros eclesiásticos a la citación de los jueces civiles, e imponía a los primeros por su incomparecencia penas económicas notoriamente graves.

  • Personalidad y política de Khindasvinto:

  • Eugenio, el nuevo obispo de Toledo, muy pronto sintió la necesidad de escribir a su maestro San Braulio, pidiéndole consejo acerca de algunos problemas. El más grave de todos tenía mucho que ver con el propio Khindasvinto. Su predecesor en la sede, Eugenio I, se había visto obligado, por imposición del rey, a ordenar de presbítero a un clérigo protegido del príncipe y muy hostil a su persona.

  • Eugenio I, al que trastornaron la mente los disgustos que sufrió en el período final de su vida, celebró la ceremonia litúrgica, pero no impuso las manos al ordenado y, en vez de bendecir, profirió sobre él una fórmula de maldición.

  • Khindasvinto dio pruebas de interés por la cultura. Como legislador, Khindasvinto desarrolló una incansable actividad, que introdujo importantes reformas en todos los órdenes de la Administración y de la vida jurídica.

  • La política económica de Khindasvinto significó un visible saneamiento de la Hacienda pública, uno de cuyos resultados fue el sensible mejoramiento de la calidad de la moneda.

  • Parece probable que a este fortalecimiento de la Hacienda real contribuyeran en buena medida las confiscaciones de bienes que acompañaron a las depuraciones nobiliarias de los primeros años del gobierno de este monarca.

  • En el terreno militar, parece que los vascones habían reanudado durante el reinado de Khindasvinto sus habituales acciones guerrilleras.

  • La política internacional durante el reinado de Khindasvinto estuvo lógicamente influida por la desconfianza del monarca hacía los países extranjeros, donde se habría refugiado la mayor parte de los enemigos políticos que consiguieron salvarse de sus “purgas”.

  • LA ASOCIACIÓN DE RECESVINTO AL TRONO

  • En el año 649, Khindasvinto, había alcanzado una edad muy avanzada, una carta suscrita por tres relevantes personajes suplicó al monarca que procediese a la asociación al trono de su hijo Recesvinto, para que ambos gobernasen conjuntamente el reino, y el hijo sucediera al padre como único príncipe, cuando falleciese el anciano monarca.

  • Los autores de la carta fundamentaban su petición en el anhelo de paz que todos sentían y en el recuerdo aleccionador de tristes experiencias pretéritas.

  • No existen pruebas de que la solicitud de asociación de Recesvinto fuese hecha a instancias de su padre, el monarca reinante Khindasvinto.

  • Parece probable que la propuesta partiera de la espontánea iniciativa de los firmantes del escrito, bien dispuestos hacia Recesvinto y sinceramente preocupados por peligros que se intuían para un futuro próximo.

  • Khindasvinto acogió favorablemente la petición y Recesvinto, su hijo, fue asociado al trono el 20 de enero del año 649.

  • Más de tres años y medio duró la corregencia. Este periodo fue como un compás de espera, en que permanecieron represados los problemas políticos pendientes. Recesvinto aprovechó esta pausa para dar un paso adelante en la codificación del Derecho.

  • El 30 de septiembre del 653, murió Khindasvinto, y Rescenvinto, convertido ya en monarca único, inició la segunda parte de su reinado, que duraría casi diecinueve años.

  • RECESVINTO, MONARCA ÚNICO

  • Rebelión y deshielo político:

  • Gran incursión vascona contra la región de Zaragoza, que fue dirigida por el cabecilla rebelde Froia. Se trataba de un godo, quizá alguno de los perseguidos por Khindasvinto

  • La rebelión tuvo lugar antes de la celebración del concilio VIII de Toledo. La rebelión vascona y su derrota por Recesvinto se produjeran, o al menos se iniciasen, con anterioridad al fallecimiento del nonagenario monarca, pero cuando Recesvinto llevaba ya prácticamente solo las riendas de la gobernación del reino.

  • La acción de Froia no fue una algarada vascona más, sino un levantamiento en regla, encaminado a arrebatar la corona a Recesvinto. Los vascones, aliados del rebelde, bajaron desde sus guaridas del Pirineo hasta el corazón del valle del Ebro, mataron a muchas gentes indefensas, hicieron innumerables cautivos y tomaron un gran botín.

  • Se ensañaron con las iglesias y altares y con las personas de los clérigos. Finalmente, pusieron riguroso sitio a Zaragoza, cuya población resistió dentro de los viejos muros.

  • Recesvinto al frente del ejército que liberó a la ciudad y venció a los vascones, muriendo el rebelde Froia. Estos acontecimientos tuvieron lugar en los meses de verano de 653.

  • El fallecimiento de Khindasvinto, no produjo una ruptura violenta con la situación anterior. La desaparición de Khindasvinto puso de manifiesto sentimientos de aversión y hostilidad contra él, y que mientras había vivido habían permanecido contenidos.

  • Las novedades del concilio VIII:

  • El concilio VIII de Toledo se reunió el 16 de diciembre del año 653. La rapidez con que procedió a convocarlo parece indicar que su celebración estaba prevista desde hacía tiempo. Asistieron personalmente 51 obispos.

  • Está claro que el anuncio del concilio había despertado auténtico interés y que su reunión era vivamente deseada por el episcopado. Existía la convicción de que la asamblea tenía por delante una tarea de considerable importancia.

  • El sínodo toledano se reunió en la basílica Pretoriense de los Apóstoles Pedro y Pablo. Nunca hasta este momento, magnates laicos del Oficio Palatino habían suscrito personalmente las actas, a continuación de los miembros eclesiásticos del sínodo, como hicieron ahora 18 “varones ilustres”, que llevan los títulos de duques, condes o próceres.

  • Esta novedad, reflejaría el deliberado propósito de Rescesvinto de asociar más estrechamente a las tareas de gobierno a la aristocracia palatina, y también a los obispos.

  • La cuestión de la amnistía:

  • Existía un vasto movimiento de opinión favorable a la concesión de un perdón generoso.

  • El problema de la amnistía política fue el primero y principal de los que Recesvinto planteó en el “tomo regio” a la consideración del concilio.

  • Obispos y magnates palatinos habían sido obligados por Khindasvinto a jurar la ley. Ese juramento prohibía cualquier perdón o mitigación de penas.

  • El rey pedía al concilio que estudiara la cuestión y hallase una solución al problema que se planteaba en términos tan arduos. El “tomo regio” sometía también al debate conciliar una propuesta de reforma legislativa y la adopción de medidas contra judíos y judaizantes.

  • La profunda religiosidad de los hombres de aquella época no les permitía considerar como cosa baladí un juramento. Atendiendo al contenido inmoral del juramento y a la coacción bajo la cual se prestó, la asamblea se inclinó por la misericordia y autorizó al rey para mitigar las penas.

  • Patrimonio real y bienes privados del monarca:

  • Se planteaba el problema del destino de los bienes que habían sido confiscados por Khindasvinto a sus enemigos políticos. Por otra parte había logrado también que muchas personas hicieran a su favor escrituras de transmisión de propiedades, que encubrían auténticas y forzosas depredaciones.

  • Esas adquisiciones de bienes, habían servido tan sólo para incrementar la fortuna personal de Khindasvinto. Nobles y obispos dictaron una resolución, disponiendo que los bienes adquiridos por Khindasvinto, después a su llegada al trono, no pasaron a los herederos familiares, sino que Recesvinto, su sucesor, los poseyera como parte del patrimonio real, restituyera a sus dueños aquellos que habían sido injustamente obtenidos y emplease el resto en beneficio de sus súbditos.

  • Recesvinto, promulgó también una ley sobre ese problema, el contenido del decreto y de la ley presentaba sustanciales diferencias y la ley arbitraba una solución que, resultaba notablemente más beneficiosa para Recesvinto y menos peyorativa y discriminatoria para la memoria de su padre.

  • Recesvinto extendió retroactivamente el supuesto contemplado por la ley hasta el reinado de Suínthila, y aplicó a todos los reyes a partir de aquél el mismo criterio que el decreto judicial había previsto exclusivamente para Khindasvinto: los bienes poseídos por un monarca antes de su ascensión al trono correspondían en herencia a sus familiares; los adquiridos después de recibir la corona pertenecían al Patrimonio real y de todos ellos podía disponer libremente el monarca ahora reinante.

  • El concilio VIII tuvo conocimiento de los dos documentos, incorporó ambos a las actas: aprobó el decreto y confirmó igualmente la ley regia.

  • Política y legislación:

  • Siete cánones del concilio VIII estuvieron dedicados a cuestiones de disciplina eclesiástica. La sucesión al trono y el problema judío fueron los otros dos grandes temas de que se ocupó el concilio.

  • Recesvinto, en la ley adicional a las actas de este concilio recogía expresamente la prohibición de las maquinaciones y tumultos populares para alcanzar la corona. El voto de los obispos y de los palatinos elegiría al sucesor en Toledo, la ciudad regia, o en el lugar donde hubiera fallecido el monarca.

  • La cuestión judía permaneció en un segundo plano mientras duró el reinado de Khindasvinto. Solo una ley condenaba a muerte al judío cristianizante. El problema fue recogido por Recesvinto, que lo incluyó en el tomo regio dirigido al concilio VIII de Toledo.

  • El concilio le dedicó el duodécimo canon, en el cual reafirmaba el principio de la unidad católica del reino. No adopto nuevas medidas, limitándose a urgir la aplicación de las normas sobre la materia dictadas en el concilio IV.

  • Diez leyes de Recesvinto contra judíos y judaizantes figuran recogidas en el título segundo del libro XII del Liber Iudiciorum.

  • Recesvinto fue un rey legislador, su empresa más trascendental en el orden jurídico fue la promulgación del Liber Iudiciorum. Ningún otro texto legal podría ser aplicado en lo sucesivo por los tribunales de justicia, se prohibía la aplicación de cualquier ley no incluida en el Liber Iudiciorum, y en concreto de las leyes romanas.

  • El paréntesis conciliar:

  • Entre el 2 y el 24 de noviembre de 655 estuvo reunido en la basílica de Santa María el concilio IX de Toledo, que tuvo carácter provincial y cuyos cánones versaron todos sobre materias eclesiásticas.

  • El concilio IX se inscribe dentro de la mecánica regular, de las reuniones anuales se los sínodos provinciales. El concilio X, fue en cambio un concilio nacional. En este concilio sí se advierten signos de decadencia, preanuncio de la inminente crisis que iba atravesar la institución.

  • Estuvieron presentes tan sólo 17 obispos. No aparecen firmando las actas las representaciones del Ordo abbatum y del Oficio palatino.

  • El concilio X promulgó siete cánones, el primero introdujo la celebración de la fiesta de la Madre de Dios, el día 18 de diciembre.

  • Ningún otro concilio toledano volvería a reunirse en los quince años que todavía duró el reinado de Recesvinto.

  • La falta de acontecimientos públicos, que aconsejasen la convocatoria de concilios nacionales, unida a la desgana de los eclesiásticos, baste para explicar el paréntesis conciliar, sin necesidad de imaginar tensiones o dificultades entre Recesvinto y la Iglesia.

VII- LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DEL SIGLO VII

  • ARISTOCRACIA Y OLIGARQUÍA DIRIGENTE

  • Seniores y senatores:

  • Tres grandes acontecimientos históricos en la segunda mitad del s.VI, tuvieron influencia en la definitiva estructuración de la sociedad hispano-visigoda: la consolidación del dominio territorial sobre la Península; política unificadora de Leovigildo; y la unanimidad religiosa de godos y romanos.

  • La división fundamental de la población del Reino de Toledo fue entre hombres libres y siervos. Una aristocracia, cuyo más alto escalón la formaba la nobleza palatina, constituía el estamento superior de la sociedad. Existió también una población libre no privilegiada, y que no desapareció pese a las presiones por el creciente proceso de feudalización. Clientes, encomendados y libertos formaron un grupo abigarrado, con diferentes matices de preservidumbre o semilibertad. Finalmente la masa de población servil estaba lejos de constituir una clase homogénea.

  • Nobleza de servicio y clientela real

  • Las fuentes del s.VII emplearon los términos seniores palatii, primates, optimates, para designar a los miembros de la alta nobleza.

  • Las viejas estirpes de la nobleza de sangre visigoda habrían quedado diezmadas de resultas de las sucesivas “purgas” de Leovigildo y Khindasvinto.

  • Muchos miembros de la oligarquía nobiliaria del s.VII formaron parte de la “clientela real”, vinculándose al monarca por un lazo especial de fidelidad y servicio. Las fuentes utilizan la locución fideles regis para designar a los clientes del monarca.

  • Desde la conversión de Recaredo al Catolicismo, ha de incluirse también a los obispos dentro del estamento superior de la sociedad hispano-goda. A raíz de la conversión, el concilio III de Toledo atribuyó a los obispos funciones de inspección sobre la actuación de los oficiales de la Administración civil, y una intervención activa en la fijación del volumen de los impuestos que debían abonar al Fisco las poblaciones sujetas al tributo.

  • La importancia social de los cargos episcopales en el Reino de Toledo fue razón principal de la intensa germanización que se produjo en el episcopado.

  • En el último tercio del s.VII, los prelados de estirpe germánica representaban el 40 ó 45 por ciento.

  • EL PUEBLO LIBRE

  • En la España visigótica hubo siempre una clase de hombres libres no privilegiados, que conservaron su condición jurídica. La masa del pueblo libre hay que buscarla entre los pequeños propietarios y en la población urbana.

  • Los pequeños propietarios agrícolas recibían las denominaciones de possessores o privati. Sobre ellos, y sobre las masas de “siervos fiscales”, recaía la carga tributaria personal-territorial, de la que estuvieron probablemente exentos los labradores godos.

  • Los privati y los curiales eran según una ley de Khindasvinto las personas libres obligadas al pago del impuesto territorial y al suministro de caballos para la posta oficial. Las leyes trataron de asegurar que las tierras de los privati, sujetas a tales cargas, no perdieran nunca su condición tributaria, razón por la cual se prohibía enajenarlas a personas privilegiadas, que gozasen de exención fiscal. Esas tierras tan sólo podían transmitirse a gentes de igual condición social.

  • Un pequeño comercio y una artesanía libre existieron en las ciudades.

  • Muchos pequeños propietarios libres se sometieron en esta época al patrocinio de un “potente”, capaz de dispensarles protección.

  • SIERVOS, LIBERTOS Y SEMILIBRES

  • Los siervos o esclavos no constituyeron en la España visigótica una clase uniforme. Se distinguían por su origen, ya que las fuentes de servidumbre fueron diversas. La principal era el nacimiento y se denominaba vernulus el esclavo nacido en la familia “servil” de su señor.

  • Los siervos del rey que desempeñaban oficios en la Corte eran personajes considerables, que poseían sus propios esclavos y cuyo testimonio en juicio tenían igual valor que el de un hombre libre. Los demás siervos del Fisco regio, sin poder equipararse con los palatinos, gozaban de una posición superior a la de los siervos comunes y sus rentas constituían , junto a los tributos de los pequeños propietarios, la principal fuente de recursos de la Hacienda visigótica.

  • Una condición privilegiada tuvieron también los siervos de la Iglesia.

  • Los esclavos en general, de acuerdo con su capacidad técnica, se dividían en dos grandes categorías , “idóneos” y “rústicos”. Los primeros eran siervos domésticos, convivían con sus dueños a los que prestaban servicios personales valiosos y recibían mejor consideración y trato. Los siervos rurales constituían la gran masa de la población servil y cultivaban la tierra.

  • Los siervos manumitidos por sus dueños obtenían la condición de “libertos”, inferior jurídicamente a la de los nacidos libres, los “ingenuos”. Lo habitual fue que continuasen en el “obsequio” de su antiguo dueño. De esta forma se evitaba que las tierras quedasen desiertas e incultas. Los lazos que unían al liberto “bajo obsequio” con el antiguo dueño eran semejantes a los existentes entre señores y encomendados.

  • Los siervos rústicos, pese a ser de peor condición que los “idóneos” avanzaron más rápidamente que éstos por la vía de la emancipación.

  • Este fenómeno contribuyó a la creación de una masa de población campesina bastante homogénea y cuya situación puede definirse como de pre-servidumbre o semi-libertad.

  • LOS JUDIOS

  • Los términos del problema:

  • El problema judío en la España visigótica fue de índole esencialmente religiosa. La raíz religiosa de la cuestión judía se relacionaba directamente con el ideal de la unidad católica de España, realizada en el reinado de Recaredo y cuya única excepción la constituía desde entonces la minoría judía.

  • Los judíos que abrazaban sinceramente la fe cristiana eran equiparados en todo a los demás católicos y quedaban también exentos del tributo especial que gravaba a las gentes de su comunidad.

  • Una política eficaz:

  • La perduración de la cuestión judía fue favorecida por el estado de ambigüedad que se produjo en la sociedad visigótica, como consecuencia de las conversiones forzosas al cristianismo. A partir de entonces surgió un fenómeno nuevo, el de los judeocristianos o católicos judaizantes.

  • Esos falsos conversos serían los principales destinatarios de la legislación antijudía; una y otra vez se comprometieron a ser fieles católicos y otras tantas incumplieron su promesa.

  • La actitud de la población hubo también de restar fuerza a las medidas antijudaicas. Nobles y obispos estarían a menudo en buenos términos con judíos dedicados a los negocios o a la medicina.

  • El resultado de todo ello fue que los judíos españoles llegaron al final del s.VII con unas comunidades bien constituidas y un fuerte poder económico. En la Narbonense, los hebreos eran tan necesarios para la vida de la provincia que fueron expresamente excluidos de las rigurosas medidas persecutorias que se dictaron para el resto del reino.

  • Al producirse la invasión islámica, las comunidades judías hispánicas fueron de nuevo poderosas y florecientes. Y así pudo suceder, al cabo de un largo siglo de leyes antijudaicas, que los hebreos andaluces fuesen unos valiosos colaboradores de la invasión musulmana y como aliados con los árabes, se constituyesen en guarnición de las principales ciudades de la Bética.

  • LAS FUENTES DE LA RIQUEZA

  • La agricultura:

  • La principal fuente de riqueza en la España visigótica fue la tierra; a su cultivo estuvo dedicada la gran mayoría de la población peninsular.

  • Las pequeñas propiedades agrícolas de los privati serían cultivadas por éstos. Mayor complejidad encerraba la explotación de los latifundios, tan importantes en el s.VII. Grandes dominios poseídos en plena propiedad o a titulo beneficial, estaban ahora en poder de magnates de origen gótico o romano y constituían la base de la riqueza y el poder de los clanes nobiliarios.

  • Su cultivo corría a cargo de una población campesina de siervos o semi-libres, libertos, colonos y encomendados.

  • Siervos de la Iglesia o libertos sub obsequium trabajaban las tierras del Patrimonio eclesiástico, cuyos productos se hallaban afectados a los diversos fines que aquellos bienes habían de atender.

  • La técnica de explotación agrícola no parece haber variado con relación a los siglos anteriores. Existían regadíos artificiales y una ley de Recesvinto se preocupa de asegurar el mejor aprovechamiento de las aguas. El hurto de aguas era una infracción penada por la ley.

  • Las noticias sobre producciones agrícolas contenidas en fuentes del s.VII son muy escasas, pero permiten asegurar la pervivencia en esta época de los cultivos tradicionales de las diversas regiones españolas.

  • La ganadería:

  • Bajo la Monarquía toledana tuvo importancia en la Bética la cría caballar. La explotación ganadera, como complementaria de la agricultura, se dio en distintas regiones de la Península.

  • Hubo regiones de la Península cuya economía era netamente ganadera y es incluso posible que en una pizarra visigótica aparezca algún vestigio de trashumancia.

  • La industria:

  • La minería que había sido la actividad más destacable de la España romana se encontraba en plena decadencia, como consecuencia del agotamiento de los yacimientos.

  • La industria extractiva carecía de relieve en los tiempos visigóticos, salvo la obtención de oro en las arenas del Tajo.

  • En el sector de las industrias derivadas de la agricultura, la fabricación de aceites sería la única realmente importante. Las principales actividades industriales fueron las relacionadas con la construcción y la artesanía.

  • La construcción se mantuvo activa durante el s.VII. Las iglesias visigóticas son templos pequeños, casi todos en zonas rurales apartadas.

  • La construcción empleó, una abundante mano de obra servil, sabemos también de obreros que eran hombres libres y trabajaban por el precio convenido.

  • Existieron talleres dedicados a la producción de elementos ornamentales, que contaron con maestros experimentados. Auxiliar de la construcción era también la industria cerámica, cuyo principal foco español se localiza en el valle del Guadalquivir.

  • La artesanía del metal tenía una larga tradición entren los visigodos y se halla ya documentada en el s.VI. Los artesanos godos eran peritos en la técnica de engarzar piedras preciosas y semipreciosas en sus labores a base de oro y plata. Esta tradición siguió viva en el pueblo, y de talleres galos e hispanos de metalistería salieron las fíbulas, broches y preseas femeninas que se han encontrado.

  • La industria de la orfebrería alcanzó su más alto grado de perfección en los talleres reales, que crearon un arte palatino en el que confluían la tradición gótica y el influjo bizantino.

  • EL COMERCIO

  • El comercio interior:

  • La actividad mercantil, como profesión estaba prohibida por la disciplina eclesiástica a los clérigos y penitentes públicos, pero no a fieles corrientes.

  • El tráfico de mercancías estuvo sujeto al pago de impuestos y parece que estos tributos fueron los únicos de entre todos los indirectos de origen romano que se mantuvieron.

  • Las vías de comunicación por donde circularon las mercancías fueron el mar, los ríos navegables y los caminos.

  • Una ley de Leovigildo trataba de garantizar la libre navegación por ríos y ponía límites a los derechos de los propietarios de los predios ribereños.

  • L3eovigildo se preocupó de garantizar el tráfico por los caminos terrestres, las antiguas calzadas romanas. Se prohibió obstruir los caminos públicos, disponiéndose además que a ambos lados de estas vías se dejasen espacios libres para permitir acampar a los viajeros.

  • Comercio exterior:

  • El comercio exterior estuvo en manos, sobre todo, de negotiatores de ultramar. Los transmarini gozaban de una jurisdicción especial para resolver sus litigios. Jueces de esos pleitos eran sus propios telonarii, expertos en derecho rodio, el derecho marítimo internacional de la época.

  • Oro, plata, sedas y artículos de lujo serían los principales artículos importados por los negotiatores, mientras que el trigo y el aceite seguían siendo los productos más típicos de la exportación española.

  • El Mediterráneo fue la gran vía de comunicación. El tráfico era ahora menos activo que en tiempos anteriores y siguió contrayéndose, aún sin desaparecer totalmente.

  • El comercio y en general las relaciones con el Mediterráneo Oriental, sufrieron las consecuencias de la expansión islámica.

  • Las vías terrestres que cruzaban los Pirineos orientales, serían las preferidas por los viajeros y comerciantes que iban y venían entre la España visigótica y la Francia merovingia.

  • LA MONEDA

  • La moneda visigótica se ajustó a los módulos del sistema romano fundado sobre el “sólido”, la moneda de oro creada por Constantino.

  • En general, la moneda de oro, aun empobrecida, desempeñó un papel principal en las relaciones mercantiles internacionales.

  • En el comercio interior, la operatividad real de la moneda sería escasa y la posibilidad de abonar tributos en especie, prevista en tiempos de Recaredo reforzaría la hipótesis de que la circulación monetaria era limitada e insuficiente.

VIII- LAS INSTITUCIONES DEL REINO DE TOLEDO

  • LA MONARQUÍA

  • La legitimidad del Poder:

  • Existía una clara distinción entre la Monarquía y el Reino o la Patria, entidad integrada por el territorio y la población que el rey gobernaba, pero no le pertenecía en propiedad.

  • La Monarquía constituía la esencia del poder, y este poder real había experimentado un fortalecimiento en el último cuarto del s.VI. Leovigildo había realzado la dignidad regia con la adopción de unos signos externos de pompa mayestática imitados de Bizancio. La asociación, como corregentes de sus hijos Hermenegildo y Recaredo, con vistas a la futura sucesión en el trono, introdujo en la vida política un nuevo factor.

  • La descendencia regia de Leovigildo se extinguió, apenas iniciado el s.VII. El vacío institucional y el curso de los acontecimientos dieron pronto ocasión a que se formulara una doctrina y una legislación escrita sobre dos temas fundamentales de Derecho público: el problema del origen y la legitimidad del poder, y la regulación del procedimiento de sucesión al trono.

  • San Isidoro fue autor de una doctrina política sobre la legitimidad del poder en la realeza cristiana. Los reyes se caracterizan por gobernar con rectitud, y tiranos serán los reyes pésimos y malvados.

  • Isidoro eleva al rango de principio político fundamental la máxima horaciana: serás rey si obras rectamente, si no obras con rectitud, no serás rey. La legitimidad de un príncipe se pierde por el mal uso del poder.

  • Existía otra noción de la legitimidad del poder real, sentida mucho más vivamente en aquella sociedad, y que ponía el acento en los títulos del gobernante, en la legitimidad del origen. Era esta la concepción en boga entre los cronistas del Bajo Imperio Romano: no será tirano el mal rey, sino el usurpador de la realeza, el rebelde que se alza contra el gobernante que detenta un poder legítimo.

  • Durante mucho tiempo, ha sido tenido por un axioma el carácter electivo de la Monarquía visigoda. Pero el Derecho visigodo de los siglos V y VI no se preocupó de fijar por escrito unas normas sucesorias y la realidad histórica, fue que la corona se transmitió de ordinario dentro de la línea de la familia reinante.

  • La sucesión al trono:

  • El concilio IV de Toledo decidió el extenso canon 75 a los grandes temas políticos planteados en aquel momento y estableció la elección como el sistema sucesorio constitucional de la Monarquía visigoda.

  • Los concilios toledanos V, VI y VIII perfilaron la normativa del procedimiento electivo. Obispos y palatinos eran los electores y para ser elegibles había que reunir determinadas condiciones: ser godo, de noble estirpe y buenas costumbres: no tener origen servil, no haber recibido la tonsura ni sufrido la pena de decalvación.

  • Igual que había sucedido antes, después de la regulación escrita del procedimiento electivo, el sistema no se aplicó en la mayoría de las sucesiones reales. De los nueve monarcas posteriores al concilio IV de Toledo, solamente dos, Wamba y Rodrigo, accedieron al poder en virtud de una elección.

  • La legislación conciliar condenó como métodos ilegítimos la conjuración y la revuelta; pera nada dijo contra la herencia, la asociación al trono o la designación regia.

  • La impresión que de todo ello se saca es que la elección era el procedimiento sucesorio preferido por la aristocracia visigoda; pero que en la practica, el sistema electoral sólo se empleó cuando no se dieron las condiciones político-sociales necesarias para que prevaleciese la sucesión a la corona, oportunamente preparada por el monarca reinante.

  • El nuevo soberano había de prestar juramento de guardar la fe católica, proteger a la Iglesia y gobernar con justicia a los pueblos. Tras este juramento, los súbditos, a su vez, juraban fidelidad al príncipe; los magnates palatinos, personalmente en la Corte; los demás súbditos en manos de los discussores iuramenti.

  • La Monarquía visigoda de España fue la primera monarquía cristiana que introdujo la unción de sus príncipes, reviviendo el precedente ancestral de los reyes de Israel. La unción pasó a convertirse en el máximo criterio de legitimidad.

  • EL GOBIERNO DEL REINO

  • El “Oficio Palatino”:

  • El monarca visigodo poseyó la plenitud del poder real, que alcanzaba a todos los ámbitos de la vida pública del reino. Pero el ejercicio de este poder requería la colaboración de varias instituciones que asistían al monarca.

  • Una institución burocrática palatina constituyó el órgano permanente de la ordinaria actividad administrativa. Una serie de asambleas políticas, de diversa naturaleza y amplitud, se reunían ocasionalmente para ocuparse de las cuestiones que les incumbían.

  • El perfil de aquellas instituciones era borroso y sus límites resultaban imprecisos.

  • En la Corte toledana existió un organismo burocrático superior, dividido en varias secciones: el “Oficio Palatino”. Cada una de las secciones albergaba uno de los servicios centrales de la Administración y tenía a su frente un magnate con título de conde, que era el jefe del respectivo servicio.

  • Los miembros del “Oficio Palatino” se integraban en otra institución más amplia, Palatium o “Aula Regia”. El “Aula” era una asamblea política formada por los personajes más conspicuos de la aristocracia civil y eclesiástica, quienes asesoraban al rey. El “Aula Regia” sería también, básicamente, el cuerpo electoral que actuó en las pocas elecciones reales que tuvieron lugar en los s. VII y VIII.

  • Las asambleas políticas:

  • Constituyeron el “Aula Regia”, además de los miembros del “Oficio Palatino”, los obispos residentes en la región de Toledo o que se hallaban temporalmente en la Corte; y magnates palatinos, que no formaban parte del “Oficio” y llevaban títulos diversos.

  • Estos magnates recibían la denominación de “varones ilustres”.

  • Los altos dignatarios de la administración territorial, así como los jefes superiores del ejército, aun sin residir habitualmente en Toledo, formaron parte del “Aula Regia”.

  • Un grupo de “varones ilustres” designados por el rey participaron en la mayor parte de los concilios generales que se celebraron en Toledo y firmaron sus actas. Con ello, estas grandes asambleas se convirtieron por su composición en concilios mixtos y reforzaron su naturaleza eclesiástica-civil.

  • Hubo algunas grandes asambleas en las cuales, junto a los magnates del “Aula Regia”, participó una muchedumbre de hombres de armas, los guerreros que formaban el exercitus visigodo. Constituyeron la forma más amplia de intervención popular en los asuntos públicos que registro la monarquía visigoda.

  • LA ADMINISTRACIÓN TERRITORIAL

  • Provincias y duques:

  • El Reino visigodo se extendió por los territorios de la Península Ibérica, que en el Bajo Imperio constituían cinco grandes provincias. Los territorios al norte de los Pirineos constituían una sexta provincia: la Galia Narbonense o Septimania, con capital en Narbona.

  • Es probable que la existencia de una frontera militar -un limes hispanicus-, dieron lugar en el s.VII a la cristalización de unas zonas territoriales de peculiar carácter castrense, que tuvieron al frente un duque y se llamaron también provincias.

  • Entre los visigodos, se solía llamar duques a los más altos jefes del exercitus. En España, la implantación de un dominio territorial visigodo por Eurico repercutió en la naturaleza y en las misiones propias del oficio ducal.

  • Los duques constituyeron en el Reino toledano el escalón superior de la oligarquía dirigente.

  • Hubo duques que siguieron desempeñando funciones estrictamente castrenses, de comandantes superiores del exercitus visigodo. Pero hubo otros que se hallaban a la cabeza de la administración de las distintas provincias en que se dividía el reino.

  • En el s.VII, la administración territorial aparece confiada básicamente a dos clases de funcionarios. Las tierras del Patrimonio fiscal eran administradas por procuratores y “vílicos”. Funcionarios del fisco recaudaban las prestaciones y tributos de los siervos y, supliendo la falta de personalidad de estos, les representaban incluso en sus pleitos ante los tribunales de justicia. Los demás territorios hispánicos, con las ciudades en ellos emplazadas y sus poblaciones jurídicamente libres, constituían la esfera propia de los funcionarios de la Administración pública periférica.

  • Las supervivencias romanas:

  • Puede tenerse por seguro que el régimen municipal se había desvanecido en todas partes antes del final del Reino Visigodo.

  • El vacío producido por la extinción de los órganos de gobierno municipal lo llenaron los funcionarios regios del respectivo territorio.

  • El contexto histórico de los siglos visigodos no parece favorable a la supervivencia en la Península Ibérica de los cuadros de la administración territorial romana.

  • La ruina y extinción en España de las instituciones romanas de gobierno provincial tuvieron que ser todavía más veloces y tempranas que las del municipio.

  • Las leyes de la 2ª mitad del s.VII confían a los duques provinciales un creciente número de funciones de carácter civil. Ello no significó la restauración de un cuadro de instituciones de nivel provincial. La circunscripción que tuvo en todo momento mayor entidad como unidad administrativa fue el territorium, inferior a la provincia, y cuyo funcionario es el iudex.

  • Los funcionarios y su distribución:

  • Sucedía a menudo que estos iudices, en cuanto miembros del “Aula Regia”, tenían el título de comites -condes-, entonces su distrito se denominaba también comitatus -condado-. Un “vicario”, llamado vicecomes, auxiliaba al iudex o conde en el gobierno del territorio.

  • Dentro del proceso de feudalización que se operó en el s.VII, el gobierno condal comenzó a considerarse en cierto modo como una pertenencia y se transmitiría en ocasiones de padres a hijos.

  • Recaredo había prohibido con carácter general a los funcionarios territoriales que impusieran exacciones a los súbditos, en su propio provecho. La razón aducida era que esos dignatarios, junto con el nombramiento para el cargo, recibían del rey la retribución que correspondía por el desempeño del mismo.

  • La tendencia feudalizante dio lugar a que se difuminara cada vez más la diferencia entre bienes privados y bienes poseídos en tenencia beneficiaria, y a que aquellos grandes funcionarios fuesen mirando como propios los dominios territoriales recibidos in stipendio, para retribución de su cargo.

  • Las asambleas vecinales:

  • En el último nivel de la administración territorial se encontraban las asambleas vecinales de los hombres libres del campo.

  • Las asambleas rurales aparecen en la legislación escrita, desde las leyes “antiguas” hasta las promulgadas por los monarcas visigodos de la 2ª mitad del s.VII.

  • Una ley de Recesvinto parece indicar que existieron dos tipos de asambleas: una restringida, formada por los seniores loci -ancianos o notables del lugar-, ante la cual podían denunciarse ciertos hechos, y otra asamblea general de vecinos, el conventus publicus vicinorum, conocía de las cuestiones relacionadas con la propiedad de la tierra, ante él se daba también publicidad a hechos cuya noticia tenia interés general y se aplicaban ciertas penas corporales a los malhechores.

  • LA JUSTICIA Y LA HACIENDA

  • Los jueces y tribunales:

  • La administración de justicia se fundó sobre dos principios: la unidad de las jurisdicciones, siendo unos mismos jueces y tribunales competentes tanto para romanos como para godos, y el de los funcionarios de la administración territorial, iudices, unían a su competencia en otras esferas la competencia en materia judicial.

  • A la cabeza de la justicia visigoda se hallaba el rey, que en ocasiones juzgaba personalmente, rodeado de los miembros del “Aula Regia”.

  • La publicidad, como garantía de justicia en los procesos de carácter político, fue una de las concesiones hechas por Ervigio a la nobleza en el concilio XIII de Toledo. Los palatinos consiguieron que se les reconociera el derecho a un juicio, celebrado ante los seniores, los obispos y los gardingos.

  • El tesoro regio:

  • La realeza visigótica poseyó un gran tesoro constituido sobre todo en su época de migraciones por tierras del Imperio, y en especial cuando el saco de Roma por Alarico. Este tesoro tuvo gran fama entre los escritores contemporáneos, y debió superar en importancia a los tesoros de los demás reinos barbáricos de Occidente.

  • A partir del s.VI, el tesoro real visigodo se enriqueció con la adquisición del tesoro de los reyes suevos de Galicia.

  • En la Corte visigótica de Toledo la custodia del tesoro estaba confiada a uno de los magnates que formaba parte por tal razón del “Oficio Palatino”, el conde del Tesoro.

  • El Patrimonio de la Corona:

  • Junto al tesoro regio, el Patrimonio de la Corona comprendía también grandes dominios territoriales, constituidos por fondos públicos que el Fisco imperial romano poseía en Hispania, tierras sin dueño y otras fincas rústicas que fueron expropiadas a sus dueños a lo largo de la época visigoda.

  • La naturaleza de la Monarquía visigoda, que nunca fue patrimonial, llevaba consigo que los reyes poseyeran una fortuna privada y que, a su muerte, estos bienes fueran a parar a sus herederos familiares, mientras que los del Patrimonio de la Corona pasaban al sucesor del trono.

  • El régimen tributario: la población sujeta a tributo:

  • El sistema fiscal del Reino visigodo español siguió la pauta del régimen tributario romano. Base del sistema fue el impuesto personal -territorial, capitatio-iugatio- en que se habían fundido los dos impuestos.

  • Un tributo especial -transmarinorum canon- gravaba a los negociantes de ultramar y otro, a los judíos.

  • De los impuestos indirectos se mantuvieron los de aduanas y tránsito y subsistieron igualmente ciertas prestaciones personales y de servicios, procedentes también del sistema fiscal romano.

  • Dos sectores de la población del Reino, sobre los que pesaba la obligación de pagar tributos: los privati -propietarios libres- y los “siervos fiscales” o “pueblos fiscales” de las tierras del Patrimonio real, tenía carácter de impuesto público para los pequeños propietarios y de censo o renta privada para los siervos fiscales.

  • La composición bien definida de la población tributaria presupone que quienes no estuvieran comprendidos en las dos categorías mencionadas se hallarían exentos del tributo territorial.

  • Los godos, cuyas tierras gozaron de inmunidad tributaria en el Reino Tolosano, siguieron disfrutando ese mismo privilegio tras su instalación en España.

  • El clero gozó también de inmunidad fiscal a partir del s.VII.

  • El régimen tributario: la recaudación de impuestos:

  • El “conde del patrimonio” miembro del “Oficio Palatino”, fue el jefe de los servicios fiscales del reino. Sus auxiliares directos eran unos funcionarios especializados de rango superior, que recibieron el nombre de numerarii.

  • En sus respectivas esferas, tuvieron autoridad en materia fiscal los funcionarios regios que estaban al frente de los distritos territoriales, y también los duques. Igual ocurría con los “Vílicos” y administradores de las tierras del patrimonio real.

  • Los polyptici, libros-registros públicos donde figuraban los contribuyentes con sus respectivos patrimonios, seguían llevándose a principios del s.VII y servían para el reparto de la carga fiscal. Los servicios fiscales se dividían geográficamente en unos distritos llamados “fiscos”, bajo la autoridad de un conde o iudex; a cada uno de estos “fiscos” afluían los tributos procedentes de los contribuyentes de la respectiva zona. La sede del “fisco” se hallaba en una ciudad importante del distrito.

  • Varios numerarii se ocupaban de la gestión hacendística en cada uno de los “fiscos”. El pago por los contribuyentes se haría de ordinario en especie. La adaeratio, operación heredada de las técnicas tributarias del Bajo Imperio, establecía las tarifas de evaluación, de aquellos tributos abonados en especie.

  • El concilio III de Toledo, atribuyó a los obispos una función de inspección y el derecho a intervenir en la fijación anual de las cuotas de los tributos que había de pagar la población.

  • Los iudices de los “territorios” y los administradores de los dominios fiscales habían de acudir al concilio que debía reunirse anualmente en cada provincia eclesiástica, con el fin de ser instruidos por los obispos.

  • EL EJÉRCITO Y EL SERVICIO MILITAR

  • El “exercitus” visigodo:

  • De una parte existió el exercitus, núcleo permanente de magnates y hombres de armas que constituían la oligarquía militar del reino; de otra parte, estaba prevista una amplia movilización, una llamada al “servicio militar”, cuando así lo exigieran circunstancias extraordinarias.

  • La posición periférica que ocupaba la Península Ibérica hizo que el Reino visigótico no se viese involucrado en campañas militares de gran envergadura. Por esta razón, el exercitus constituido por guerreros godos sería suficiente para atender las necesidades de los servicios de guarnición, en el limes del Norte, y en el bizantino mientras existió, la frontera franca y las líneas de castra -fortalezas-, que defendían el Pirineo oriental.

  • Los magnates godos acudían a estas convocatorias al ejército con sus séquitos armados de clientes; este deber vinculaba de modo especial a los fideles regis y en general a todos aquellos que hubieran recibido del rey tierras, en calidad de beneficio militar.

  • Al lado de los godos, formaron parte de ese exercitus algunos magnates de estirpe hispano-romana. No existía entre los visigodos un prurito racista que excluyera a los no germanos de las filas del exercitus. Los reyes visigodos de Tolosa no vacilaron en movilizar a sus súbditos galo-romanos, para algunas grandes campañas militares en que se vieron envueltos.

  • La movilización militar:

  • En la segunda mitad del s.VII se difundió en el Reino visigótico la noción de “servicio militar”, consistente en la movilización de grandes masas de súbditos, sin distinción entre godos y romanos. A ello contribuiría la decadencia del espíritu combatiente entre las poblaciones godas asentadas en la meseta castellana y dedicadas a la vida campesina.

  • Es indudable que la causa inmediata de la nueva legislación militar visigoda fue la impresión que produjo la rebelión del duque Paulo contra Wamba. La pasividad de las autoridades y de la población de la provincia cuando el conde Hilderico de Nimes inició el levantamiento hizo posible la extensión de la revuelta.

  • La relación entre los acontecimientos de la Narbonense y la ley militar de Wamba queda de manifiesto en el hecho de que la ley fue dada apenas dominada la rebelión -el 1 de noviembre de 673-, al mes escaso del regreso de Wamba de la Galia a la ciudad de Toledo.

  • La ley contemplaba dos hipótesis -incursión extranjera y rebelión interior- y en ambas ordenaba la movilización automática de todos los súbditos -eclesiásticos incluidos- que se hallaran a 100 millas a la redonda del lugar de peligro.

  • La ley Wamba fue mitigada por Ervigio, suavizaba las penas decretadas por Wamba. Incluía de modo expreso a los “siervos fiscales” entre los obligados por la movilización y en vez de exigir que los señores acudieran a filas con la totalidad de los hombres dependientes de ellos, limitaba éstos a la décima parte de los siervos. Las clases serviles quedaban así explícitamente afectadas por el deber del servicio militar.

  • Otra novedad, era el reconocimiento oficial que se hacía de las clientelas señoriales y de la función que desempeñaban: el servicio militar se cumplía igualmente acudiendo al ejército en pos del funcionario correspondiente de la administración territorial, o bien en el séquito del propio patrono.

  • La ley de Wamba extendía el deber de servicio militar al clero, desde los obispos a los clérigos menores. Este fue uno de los motivos de agravio de los eclesiásticos contra el monarca, La ley de Ervigio no hace la menor alusión a los clérigos. La única misión asignada a los obispos era verificar la veracidad de las excusas de enfermedad alegadas para no acudir a las armas. Los monjes estaban excluidos de la movilización castrense.

  • EL DERECHO

  • En el Reino toledano coexistieron una legislación escrita, recopilada sucesivamente en varios códigos, y un derecho consuetudinario. Este derecho ha sido considerado expresión del derecho romano vulgar de Occidente y de tradiciones ancestrales de pueblos indígenas peninsulares.

  • En la época tolosana habían surgido los primeros códigos escritos del reino visigodo. El más antiguo fue el código tradicionalmente atribuido a Eurico, obra de un jurista áulico, recogía sobre todo el derecho romano vivido en las Galias y algunos preceptos procedentes de la tradición jurídica gótica.

  • A principios del s.VI, Alarico II promulgó el “Breviario” que lleva su nombre, es una expresión de la tradición romana, recogida en las leges, el ius y la interpretatio, elaborada en las escuelas jurídicas del sur de la Galia.

  • Los visigodos al instalarse definitivamente en la Península Ibérica trajeron consigo sus códigos de derecho escrito. La primera ley visigoda promulgada en España, de la que hay noticia, la de Theudis, del año 546, sobre costas procesales, fue mandada insertar en el “Brevario”.

  • Leovigildo no dejó al margen el campo del derecho. Su tarea consistió en una puesta al día del viejo código de Eurico. El resultado fue el llamado Codex Revisus, del que no se ha conservado ningún manuscrito.

  • Khindasvinto fue un gran legislador y se conservan 98 leyes que llevan su nombre. Esta masa legislativa, unida a las leyes procedentes del código de Leovigildo y a las dadas por Recesvinto, fueron la base del Liber Iudiciorum, publicado por este último.

  • Recesvinto, al promulgar el Liber Iudiciorum, ordenó que fuera el único cuerpo legal que pudiera utlilizarse por jueces y tribunales. Las leyes derogadas de otros pueblos y en especial las romanas, no podrían alegarse en juicio, aunque fuera lícito su estudio y consulta. El Liber fue revisado por Ervigio en 681, y en tiempo de Egica se formó la redacción vulgata.

IX- LA IGLESIA Y SUS INSTITUCIONES

  • LA GEOGRAFÍA ECLESIÁSTICA

  • La geografía eclesiástica del Reino visigodo de Toledo se configuró definitivamente en el curso del s.VII. La organización provincial en la Iglesia se inició a partir del momento en que la concesión de la libertad religiosa por Constantino permitió la creación de unas estructuras eclesiásticas estables.

  • La Iglesia adecuó su organización territorial al esquema de las estructuras civiles paralelas. La Península Ibérica se dividía en cinco provincias civiles,. Los visigodos asumieron la división provincial heredada de Roma, la Iglesia acepto el mismo criterio para su propia organización territorial.

  • La primera anomalía fue la provincia Cartaginense. A principios del s.VI hizo su aparición una sedicente provincia de Celtiberia o Carpetania, con Toledo como metrópoli; luego otra parte de la provincia y la propia capital Cartagena, cayeron dentro del ámbito de los dominios bizantinos en España.

  • Gundemaro decretó que no existía más provincia que la Cartaginense y que Toledo era su metrópoli. Cartagena desapareció incluso como obispado, al termino de la dominación bizantina.

  • La extinción del Reino suevo en el s.VI, más allá de los limites de la provincia eclesiástica galaica, había sometido a la autoridad metropolitana de Braga cuatro diócesis de la antigua Lusitania romana. Esta situación se prolongo tras la desaparición del Reino suevo. Al fin, pasada ya la mitad del s.VII, las cuatro diócesis fueron devueltas a la jurisdicción del metropolitano de Mérida.

  • No existe para la Iglesia visigótica un documento análogo al Parochiale suevo, que da la relación exacta de cada una de las iglesia existentes en las trece diócesis que integraban la Iglesia sueva en vísperas de la anexión del reino por Leovigildo.

  • Las fuentes más valiosas son los catálogos denominados Nomina sedium episcopalium y las actas de los concilios, donde figuran las suscripciones de los obispos presentes y de los vicarios de aquellos ausentes que se hicieron representar.

  • La cifra total de las diócesis asciende a 78.

  • DIOCESIS Y OBISPOS

  • El gobierno diocesiano:

  • La diócesis constituyó el elemento básico de la organización eclesiástica en la España visigoda. El obispo era el pastor diocesiano y su autoridad se extendía sobre las iglesias del territorio, el clero y el pueblo.

  • No existió en la España visigótica una jerarquía entre las iglesias rurales. Conocieron estructuras infradiocesanas que agrupasen a las iglesias de una comarca en torno a una iglesia del rango superior.

  • Todas las iglesias diocesanas dependían, en un pie de igualdad, del obispo. La única excepción relativa la constituyeron los monasterios y las llamadas “iglesias propias”.

  • Las “iglesias propias” fueron templos de fundación privada, levantados por señores particulares en sus tierras, con la finalidad inmediata de subvenir a las necesidades espirituales de las familias campesinas de sus dominios.

  • Las iglesias de los campos se mantenían económicamente de las oblaciones de los fieles y las rentas de su patrimonio rural. La productividad de las tierras dependía necesariamente de la existencia de una mano de obra servil o semilibre, que asegurase el cultivo.

  • De ordinario, los siervos liberados quedaron sujetos al obsequium ecclesiae, y así continuaban cultivando como libertos las mismas tierras eclesiásticas.

  • Los ingresos de las iglesias rurales se dividían en tres partes, dos de las cuales correspondían a su propio clero y la otra tercera se adjudicaba al obispo, con la carga de reparación de la fábrica del templo. De esta carga pudieron librarse los obispos , cediendo su tercia episcopal al rector de la iglesia.

  • Los nombramientos episcopales:

  • El nombramiento de obispos en el reino visigodo católico se realizaba, en principio, de acuerdo con la disciplina tradicional de la iglesia universal, contenida en el canon 4 del concilio de Nicea. Según ella, el papel principal en la designación de un nuevo obispo correspondía al metropolitano, que debía consagrarle y a los obispos coprovinciales que debían elegirle.

  • Desde la conversión de los visigodos al catolicismo, la intervención regia se había convertido en un factor esencial de las promociones de obispos.

  • Paso a paso, la designación por el monarca se convirtió en procedimiento usual para el nombramiento de obispos. El sistema tradicional se aplicaría cuando no se produjera una intervención directa del poder real.

  • El primado toledano:

  • A finales del s.VII el nombramiento real se convirtió en el procedimiento ordinario para la designación de obispos.

  • Ocurría que se producían largas vacantes episcopales, como consecuencia de las demoras provocadas por el mismo sistema de nombramiento: las malas comunicaciones retrasaban la llegada a oídos del monarca la noticia del fallecimiento del obispo y la subsiguiente consulta al episcopado de la respectiva provincia sobre la persona que podía cubrir la vacante, sin contar, además, con que esos tramites suponían una enojosa traba para el poder real.

  • La solución que el concilio XII de Toledo dio, partió de la premisa de que la selección de los candidatos al episcopado era de la incumbencia del rey; y que los prelados coprovinciales les competía únicamente dar su consentimiento, mediante un iudicium, y al metropolitano proceder a la consagración.

  • El obispo de la ciudad regia recibió la facultad de emitir el iudicium episcopale sobre todos los candidatos elegidos por el rey para cualquiera de los obispados del reino, el derecho exclusivo a conferirles la consagración episcopal, en la ciudad de Toledo.

  • De este modo, a partir del año 681, el Primado toledano quedó plenamente instituido. La organización eclesiástica del reino alcanzó así un grado máximo de centralización.

  • LOS CONCILIOS PROVINCIALES

  • El Concilio I de Nicea (325) había institucionalizado los concilios provinciales, como órganos de gobierno eclesiástico. Su normativa, que constituyó la base de la disciplina universal de la Iglesia, prescribía que estos concilios hubieran de celebrarse dos veces al año.

  • La situación real no se ajustaba a la disciplina y hacía muchos años que la actividad conciliar en Hispania se hallaba totalmente paralizada. Pero ello obedecía a las circunstancias históricas adversas que había vivido la Iglesia.

  • Para que los concilios cumpliesen esas misiones y otras de carácter directamente eclesiástico que les competían, era indispensable conseguir la periodicidad de sus reuniones. Con este fin se decretó que habrían de reunirse anualmente en una fecha fija, el 1 de noviembre,

  • El concilio IV de Toledo del 633 modificó la fecha, con el fin de favorecer la asistencia de los obispos, los concilios provinciales se celebrarían en plena primavera.

  • Nunca, con excepción de algunos breves periodos, se logró la ansiada regularidad de los concilios provinciales. En 675, la celebración de concilios en la provincia cartaginense estaba interrumpida desde hacía dieciocho años. La negligencia episcopal y la falta de interés de la autoridad civil fueron el principal motivo de estas prolongadas crisis de los concilios provinciales.

  • Los concilios provinciales se reunieron de ordinario en la capital, bajo la presidencia del obispado metropolitano. La competencia de estos concilios, en el ámbito estrictamente eclesiástico, fue muy amplia. La vida moral y religiosa del clero y del pueblo estaban sujetas a su vigilancia.

  • El concilio era también el órgano para la solución de conflictos y litigios surgidos entre los obispos coprovinciales.

  • LOS CONCILIOS GENERALES DE TOLEDO

  • La institución conciliar:

  • En el concilio IV de Toledo una de sus principales realizaciones fue dar vida al concilio general, como institución de la Iglesia española.

  • El concilio IV creó la institución jurídica del concilio general hispánico, en adelante, siempre que hubieran de tratarse cuestiones de fe o de interés común, en vez de los sínodos provinciales, se convocaría a todo el episcopado del reino a un concilio general de España y la Galia.

  • Su celebración dependió de las circunstancias político-religiosas, como lo prueba el ritmo desigual con que se reunieron. Aunque los concilios toledanos, a partir del cuarto, siguen una numeración correlativa, dos de ellos -Toledo IX y Toledo XI- fueron provinciales, y Toledo XIV (684) tuvo una naturaleza peculiar. Los once concilios restantes revistieron carácter general.

  • Elementos del concilio:

  • El concilio general fue convocado por el rey. Inaugurado de ordinario por el propio monarca, que acudía a la apertura de la primera sesión, en ella además de dirigir unas palabras de salutación, pudo entregar al concilio el “tomo regio”.

  • El primer “tomo regio” fue presentado por Recesvinto al concilio VIII de Toledo (653). El “tomo regio” se encuentra también en los concilios de Toledo XII, XIII, XV, XVI, y XVII.

  • Las primeras jornadas del concilio se consagraban exclusivamente a los asuntos relacionados con la fe y la disciplina eclesiástica. En estas sesiones se elaboraron los símbolos de fe de los concilios toledanos.

  • Las resoluciones adoptadas por los concilios tomaban la forma de preceptos imperativos y, articulados en cánones, se incluían en las actas.

  • Recaredo, al final del concilio III de Toledo, había promulgado una ley en cuyo cuerpo figuraba un extracto de cada uno de los cánones, y en virtud de la cual el monarca les confería rango de ley civil. Esta fue la primera lex in confirmatione concilii de la historia visigoda.

  • Miembros natos de los concilios toledanos eran los obispos hispánicos, que en caso necesario podían hacerse representar por un vicario. Entre las novedades del concilio VIII, figura la incorporación de una delegación de “varones ilustres” del “Aula Regia”. Es entonces cuando los concilios generales toledanos adquieren la condición de asambleas mixtas eclesiástico-políticas.

  • El estamento eclesiástico en los sínodos toledanos se amplió a partir del concilio VIII con la asistencia de un grupo de abades monásticos.

  • EL MONACATO HISPANO-GODO

  • Los fenómenos ascéticos:

  • El monacato alcanzó extraordinaria importancia en la Iglesia visigótica. En los s.VI y VII, la vida monástica estuvo difundida por todo el territorio peninsular, y de los claustros salieron los obispos más insignes de la Iglesia hispano-gótica.

  • El movimiento ascético de mayor envergadura fue el promovido por San Fructuoso de Braga, a mediados del s.VII. Su origen en la región noroeste del Bierzo y Galicia, la acción misionera del propio Fructuoso se extendió al valle del Guadalquivir. Las fundaciones fructuosianas fueron tanto de varones como feminas.

  • El panorama del ascetismo peninsular en los s.VI y VII registró también fenómenos de naturaleza irregular, que dieron vida a pseudomonasterios, al margen de toda autoridad jerárquica.

  • El concilio de Lérida de 546 prohibía consagrar como monasterios las iglesias edificadas por laicos, que no albergasen una comunidad regular. La situación perduraba a finales del s.VII en la Península, donde señores particulares fundaban monasterios en sus dominios, por móviles temporales y afán de lucro.

  • La ley monástica:

  • Los monasterios visigodos se regían por la ley oficial. La base de esta ley la constituían preceptos disciplinares de ámbito general.

  • En el s.VII, los concilios hispánicos legislaron con reiteración sobre los monjes. Los cenobios estaban sujetos a la autoridad diocesana. El concilio IV de Toledo declaraba que los derechos que competían a los obispos sobre los monasterios eran éstos: instituir a los abades y demás oficios, estimular a los monjes en la vida santa y corregir posibles abusos.

  • El régimen interno del monasterio era ordenado por el abad con la ayuda del Codex Regularum que, según el ritual de la liturgia hispánica, el obispo entregaba al nuevo abad en el acto de su institución.

  • El monaquismo hispánico del s.VII presenta peculiaridades importantes: su naturaleza pactual, es decir fundada sobre el pactum, contrato bilateral suscrito por el abad y la comunidad donde se fijaban recíprocos derechos y obligaciones, y que debía servir de base al régimen del cenobio; las federaciones de monasterios, con un órgano común, el sínodo de abades; la recepción estable de familias en los monasterios; la creación de condiciones favorables para la aparición y desarrollo de un monacato dúplice.

  • Las peculiaridades sobrevivieron a la desaparición del Reino toledano, tanto entre las cristiandades mozárabes como en los reinos cristianos de la alta Reconquista.

  • LA LITURGIA Y EL DERECHO

  • El rito hispánico:

  • La Iglesia española de los s.VI y VII tuvo su propio rito, el llamado rito “mozárabe”, y más propiamente rito “hispánico” o “visigodo”.

  • A principios del s.VI, la misa se hallaba ya perfectamente estructurada y desarrollaban gran actividad los primeros centros de formación del rito, Tarragona y Sevilla. En cambio, la Iglesia de Galicia, en el Reino suevo, se había acogido antes del 538 al rito romano.

  • En el s.VII, bajo la Monarquía visigodo-católica, el hito hispánico estaba ya definitivamente elaborado y la escuela toledana, no cesa de enriquecerlo con nuevos textos. El concilio IV de Toledo trató de conseguir la unificación del rito hispánico, aunque en la práctica hubo de dejarse cierta autonomía a las distintas provincias eclesiásticas. El concilio se opuso formalmente a la subsistencia de usos litúrgicos romanos en Galicia.

  • La colección “Hispana”:

  • La España visigótica ocupa también un lugar de honor en la historia del derecho de la Iglesia y produjo la mayor colección canónica anterior al “Decreto” de Graciano.

  • La gran obra canónica de la Iglesia visigoda fue la “Hispana” cuyas sucesivas formas o recensiones fueron apareciendo a lo largo del s.VII.

  • La actividad canonística no se agotó con la publicación de la “Hispana”. En los años siguientes se reunieron nuevos concilios generales, que prosiguieron la obra de creación de derecho.

X- EL CREPUSCULO DEL REINO VISIGODO: 1. WAMBA Y ERVIGIO.

  • LA ELECCIÓN Y LA UNCIÓN DE WAMBA

  • La elección real de Wamba puede considerarse el último capítulo de la historia del reino visigodo. Comprende los reinados de los últimos cinco monarcas visigodos.

  • Una misma dinámica alentaba el proceso desintegrador que puede percibirse, tanto en los órdenes social y económico como en el propio “espíritu público”.

  • En el plano político, parecen perdurar los clanes nobiliarios protagonistas de un prolongado enfrentamiento. La vida de la Iglesia estuvo ahora dominada por la figura de San Julián de Toledo. Esta Iglesia presentaba, junto a personalidades y valores muy notables, otros aspectos de signo negativo, desconocidos en épocas anteriores.

  • La elección de Wamba tuvo lugar el mismo día de la muerte de Recesvinto, el 1 de septiembre de 672. Al término de los funerales por el monarca difunto, todos los presentes aclamaron como rey a Wamba, un ilustre magnate palatino. Se resistió a aceptar la corona. Wamba fue obligado a aceptar el poder supremo.

  • Julián de Toledo pone de relieve de qué modo confluían en Wamba los títulos más preclaros de legitimidad: la voluntad divina, la unción sacerdotal y el amor del pueblo expresado en la elección.

  • Un escrúpulo fue el que movió a Wamba a retrasar la unción, quería que fuese en Toledo. La unción real la recibió Wamba el 19 de septiembre de 672.

  • Ningún indicio de oposición a Wamba por parte de cualquier sector de la nobleza se adivina en el relato de la proclamación. Tampoco hay noticia de que Recesvinto hubiese dejado descendencia.

  • LA REBELIÓN DEL DUQUE PAULO

  • La revuelta de la Galia Narbonense:

  • En 673 salió Wamba de Toledo para una campaña de castigo contra los vascones, en la frontera de Cantabria. En esta campaña llegó a Wamba la noticia de que en la Septimania se había producido un levantamiento contra él. Los principales cabecillas de la rebelión eran el conde de Nimes, Hilderico, el Obispo Gumildo de Maguelon y el abad Ramiro.

  • La rebelión de la Narbonense tuvo en sus comienzos el carácter de un movimiento regionalista. Geográficamente, la posición de estos territorios había pasado a ser muy periférica.

  • En esta provincia los asentamientos góticos se remontaban ya a dos siglos y medio. Esta larga convivencia de godos y galo romanos determinó que a finales del s.VII, el proceso de integración de los diferentes elementos étnicos estuviera allí más avanzado que en cualquier otro lugar del reino. Los textos designan a todas las gentes de aquella tierra con el apelativo común de “galos”.

  • Al ejército de Wamba que sometería a la Galia insurrecta le denomina San Julián exercitus Spanorum, y la Insulatio es una violenta requisitoria contra los galos y una apología de los hispanos, donde se denuncia un larvado sentimiento particularista antihispánico, que estaría muy arraigado en la narbonense.

  • Es sintomático que, apenas vencida la rebelión, Wamba procediese a una renovación de las autoridades locales.

  • Un indicio más del carácter regionalista que revistió inicialmente la rebelión de la Galia es la fuerte participación del clero que en ella se registró.

  • Wamba reaccionó rápidamente ante la noticia del levantamiento de la Narbonense, enviando para sofocarlo un ejército, al mando del duque Paulo.

  • Paulo no era un “galo” sino un “hispano”, y su intervención iba a dar un nuevo sesgo a los acontecimientos, que acrecentó enormemente su importancia y gravedad.

  • El duque Paulo, jefe de los rebeldes:

  • Una vez en sus manos la capital provincial, Narbona, el duque arrojó la careta y se declaró en abierta rebeldía. La traición de Paulo alteró el cariz que hasta entonces había tenido la revuelta de la Galia.

  • El área geográfica de la insurrección se ensanchó sobremanera: los cabecillas que la habían iniciado unieron sus fuerzas a las del duque, y la totalidad de la provincia Narbonense quedó bajo su dominio. El duque de la Tarraconense, Ranosindo, se declaró también a favor del rebelde, poniendo en sus manos el nordeste de la provincia.

  • Ante una asamblea del exercitus rebelde, Paulo declaró que no reconocía ya a Wamba por rey y exhortó a sus colegas a elegir un nuevo soberano.

  • Paulo asumió “tiránicamente” el poder, pero respetando las formalidades que podían darle una apariencia de legitimidad se hizo ungir rey, y fue coronado con una corona de oro que Recaredo había ofrendado a una iglesia de Gerona. Se preocupó también de constituir rápidamente un tesoro, indispensable base económica de su poder.

  • Finalmente, busco apoyo entre los tradicionales enemigos de los visigodos, francos y hasta sajones acudieron a engrosar las filas de sus mesnadas.

  • Wamba, desoyendo voces que aconsejaban el regreso del ejército a sus bases desde las tierras de Cantabria resolvió actuar rápidamente y con toda decisión. Una “ofensiva relámpago” de extraordinaria violencia derrotó en siete días a los vascones, que se vieron obligados a pedir la paz. Seguidamente, el ejército tomó el camino de la Narbonense.

  • Wamba formó tres cuerpos de ejército para forzar los pasos del Pirineo catalán: un primer cuerpo se dirigió por cerca del actual Puigcerdá a Llivia; otro cuerpo, partiendo de Vich, alcanzaría la vía Domitia; el tercero avanzó por la vía Augusta, la más próxima a la costa. Wamba, con el grueso de la tropa marchaba tras los cuerpos de vanguardia.

  • La campaña de las Galias:

  • El ejército real dominó con rapidez la parte de la Tarraconense que se había unido al duque Paulo. La resistencia rebelde se concentró en la línea de castra, que defendían los pasos pirenaicos.

  • Rota la línea defensiva del Pirineo, el ejército se concentro de nuevo en el llano, y la ofensiva se reanudó con todo vigor. Un cuerpo escogido, mandado por cuatro duques, fue enviado contra Narbona, en una acción combinada con otro ataque simultaneo por mar. La resistencia fue vencida después de una encarnizada lucha, y en una sola jornada la ciudad y sus defensores cayeron en poder de los asaltantes.

  • La única resistencia seria iban a ofrecerla los rebeldes tras las murallas de Nimes, donde se había refugiado el duque Paulo con la mayor parte de sus secuaces.

  • Una vanguardia de tropas escogidas fue enviada por Wamba contra Nimes, mientras el grueso del ejército, con el rey, les seguía a unas 30 millas de distancia.

  • El ataque visigodo a Nimes se inició al amanecer del 31 de agosto de 673. Los combates del 1 de septiembre hicieron que la suerte de la lucha se inclinara a favor de los sitiadores.

  • Entre los defensores surgieron discrepancia y recelos, y otra vez salieron a relucir viejas suspicacias; los galos empezaron a expresar su desconfianza hacia el duque Paulo y sus compañeros de rebelión hispanos, temieron que llegasen a un acuerdo con Wamba y fueran los indígenas de la Galia quienes pagases las consecuencias de la rebelión.

  • Paulo perdía rápidamente autoridad y sus gentes luchaban entre si por las calles de Nimes. El 1 de septiembre, primer aniversario de la proclamación de Wamba como rey, la suerte de la Galia se decidía a favor suyo.

  • Derrota y juicio de los rebeldes:

  • En la mañana del 2 de septiembre, el duque Paulo y los demás jefes rebeldes acordaron la rendición. Wamba entró victorioso en Nimes y Paulo le fue arrojado a sus pies por dos duques a caballo.

  • A los tres días de la rendición de Nimes, se celebró el juicio de Paulo y de los jefes rebeldes. Un documento especial, titulado Judicium in tyrannorum perfidia promulgatum, contiene una pormenorizada referencia de este juicio.

  • Paulo y sus cómplices fueron acusados de violar el juramento de fidelidad prestado a Wamba y de haber arrastrado a gran parte del pueblo. Todos los reos reconocieron su culpabilidad y la sentencia se dictó tomando como base dos textos jurídicos, el canon 75 del concilio IV de Toledo y la ley LV,II,1,8 de Khindasvinto.

  • La excomunión y la muerte eran las penas que correspondían y que fueron impuestas a los culpables. Pero se dejó al monarca la posibilidad de conmutar la muerte por ceguera u otras penas. Respetó la vida de Paulo y de todos los demás condenados.

  • LA LEY MILITAR DE WAMBA

  • El 1 de noviembre de 673, promulgo Wamba su ley sobre movilización militar. La experiencia de la reciente revuelta se dejó sentir en la gestación de la ley, e influyó en su contenido.

  • La pasividad de la mayor parte de la provincia había hecho posible que el levantamiento inicial de Nimes. En vez de ser prontamente dominado, terminara por extenderse a toda la Narbonense e incluso a Cataluña. Esta apatía, de funestas consecuencias, podía revelar un enfermizo decaimiento del sentido de los deberes militares y constituía un peligro público.

  • La ley militar de Wamba contemplaba dos supuestos distintos: la incursión enemiga contra las fronteras del reino y la rebelión militar. En la primera hipótesis, cualquier individuo -tanto laico como eclesiástico- dentro de un radio de cien millas, debía acudir inmediatamente y con todas sus fuerzas al lugar del peligro.

  • Las penas previstas para quienes incumplieran este deber eran graves: los obispos y los clérigos mayores serían desterrados; las demás personas sufrían además la pérdida del derecho a testificar, a más de ser reducidos a servidumbre y quedar al arbitrio del príncipe.

  • En el segundo supuesto, toda persona -igual clérigo que laico- dentro de las cien millas del lugar donde estalló el escandalum que no acudiera a combatirlo sufriría destierro y sus bienes quedarían a merced del rey.

  • EL CONCILIO XI DE TOLEDO

  • En el año 675, la Iglesia visigótica registró la celebración de concilios provinciales en Toledo y Braga.

  • En Toledo, concretamente, hacía diecinueve años que no se había celebrado ningún concilio y los obispos atribuyen a Wamba el mérito de permitirles reunirse.

  • El concilio XI de abrió en la basílica toledana de Santa María, con asistencia de 17 obispos y los representantes de otros dos; firmaron también las actas ocho abades y el arcediano de Toledo.

  • La asamblea se lamentaba de los males que sufría el episcopado, de su decadencia moral, producto de la “confusión babilónica” ocasionada por la falta de concilios. Casi todos los cánones que se promulgaron estuvieron destinados a la restauración de la disciplina y a la corrección de los abusos.

  • Esta renovación disciplinar constituye también la temática del concilio III de Braga.

  • A las pocas semanas de clausurado el concilio, Wamba promulgaba una ley, por la que se sancionaban civilmente varios de los abusos disciplinares denunciados en los cánones.

  • Ningún otro concilio parece haber vuelto a reunirse en los cinco años que todavía duró el reinado de Wamba. Es posible que este nuevo corte de la actividad sinodal obedeciera a fricciones surgidas entre el príncipe y los obispos, por la aplicación de las leyes militares que ignoraban la exención del clero, y a causa también de la decisión real de crear nuevos obispados.

  • LA PENITENCIA DE WAMBA

  • El final del reinado de Wamba llegó la noche del domingo 14 de octubre de 680. Los magnates presentes en el palacio real de Toledo, viendo al monarca privado de sentido y creyéndole en trance de muerte, le sometieron al rito de la penitencia pública.

  • Pero el rey no moriría. Despertó de su letargo y recobró plenamente el sentido. Wamba era ya, sin embargo, un penitente publico, incapaz de ocuparse de negocios mundanos y, muy en especial de los asuntos públicos.

  • Al día siguiente el conde Ervigio ocupaba el trono y el domingo inmediato, 21 de octubre, recibía la unción real. Wamba se retiro al monasterio de Pampliega, cerca de Burgos.

  • Los hechos fueron el resultado de una oscura conjura, cuyo protagonista había sido el rey Ervigio. La trama urdida por Ervigio consistió en hacer beber un brebaje hecho de hierbas que contenía una sustancia de efectos hipnóticos, pero no letales: la esparteína.

  • Resulta evidente que el episcopado visigótico, cuyas relaciones con Wamba en los últimos años no eran cordiales, vería con complacencia el cambio de monarca, y ello vale especialmente para Julián de Toledo. Imposible de comprobar si conoció o no de antemano los hilos de la intriga, jugó a posteriori un papel decisivo en el derrocamiento de Wamba, al imponer la observancia de la disciplina penitencial y al respaldar en el momento crucial las pretensiones de Ervigio al trono.

  • Wamba, desconcertado y sin asistencias, no se resistió ya a firmar los documentos de transmisión del poder real: una escritura, en la que declaraba el deseo de que Ervigio fuera su sucesor al trono y otra instrucción dirigida al propio obispo Julián, encomendándole que con la mayor diligencia procediese a la unción del nuevo monarca.

  • Estos documentos, unidos a un tercero en que los grandes de Palacio certificaban la recepción de Wamba de la penitencia y la tonsura, fueron los títulos de legitimidad que Ervigio presentaría poco después ante el concilio XII de Toledo.

  • LA LÍNEA POLÍTICA DE ERVIGIO

  • Los títulos de legitimidad:

  • Ervigio comenzó su reinado reivindicando la política antijudaica, el nuevo rey se apresuró a preparar el conjunto de disposiciones que integran el título tercero del libro XII del Liber Iudiciorum y constituyen el corpus más completo y orgánico de leyes sobre los judíos, dictado por el monarca visigodo.

  • La afanosa búsqueda de apoyos y adhesiones sería una preocupación constante de Ervigio, angustiado siempre por el sentimiento de la fragilidad de su poder, consecuencia de su irregular ascensión a trono y, según parece, de la falta de una poderosa clientela que le respalde institucionalmente.

  • El concilio XII se celebró los días 9 a 25 de enero de 681. La premura con que se celebró, a los tres meses escasos del comienzo del nuevo reinado y en lo más crudo del invierno, demuestra el interés que Ervigio tuvo en su convocatoria.

  • Tres temas principales planteo Ervigio al concilio: ante todo una cuestión previa, la de su propia legitimidad, y, seguidamente: la política antijudía, y la situación creada en el país por la aplicación de las leyes militares de Wamba.

  • El concilio examinó la prueba documental sobre la penitencia de Wamba y la designación de Ervigio y la dio por buena, confirmando así la legitimidad del nuevo monarca. Declaró caducados todos los juramentos de fidelidad prestados a Wamba y ordenó al pueblo obediencia al nuevo rey Ervigio.

  • El concilio aprobó también la recopilación de leyes contra los judíos. Finalmente, el concilio trató de la solución del dramático estado de cosas a que había llevado la aplicación de las leyes de Wamba sobre movilización militar.

  • Reformas eclesiásticas y civiles:

  • Los obispos trajeron a colación el agravio que tenían contra Wamba, la creación de nuevos obispados. El concilio revocó la fundación de las nuevas sedes.

  • El canon disciplinar más importante del concilio XII de Toledo fue el sexto, que representó la consagración oficial del primado toledano en la Iglesia española. Desde ahora la Iglesia española giraba de facto y de iure en torno al obispo de Toledo y la primacía de este quedaba definitivamente constituida.

  • La ley ervigiana de movilización era más suave que la de Wamba, pero pretendía igualmente asegurar el reclutamiento militar y disponía que todos aquellos que acudiesen al ejército tuvieran que incorporarse acompañados de la décima parte de sus siervos, convenientemente armados.

  • El principal interés de la ley está en que refleja la rápida protofeudalización que se operaba por estos años en la sociedad y en la proliferación de las clientelas nobiliarias.

  • La tarea de revisión legislativa, iniciada en el concilio, fue proseguida en los meses sucesivos, dando lugar a una nueva edición oficial del Liber Iudiciorum. Fueron suprimidas en esta varias leyes de la redacción de Recesvinto y se agregaron otras de este monarca y de Wamba; pero la novedad más importante fue la corrección de 84 de las leyes recopiladas en el Liber por Recesvinto.

  • LA FRAGIL AUTORIDAD DEL REY

  • Las noticias que poseemos sobre los años siguientes del reinado de Ervigio confirman y acentúan la impresión de fragilidad de la autoridad de este monarca. A esta situación de inseguridad contribuiría la crisis económica, secuela del hambre que desoló a España y marcaría con su impronta todo el reinado.

  • El estado de debilidad del poder real se puso de manifiesto en el concilio XIII de Toledo, reunido en 683. Acudieron a Toledo 47 obispos, otros 27 enviaron a sus vicarios. La participación nobiliaria fue extraordinariamente nutrida, 26 “varones ilustres” del “Oficio Palatino” suscribieron también las actas conciliares.

  • En el “tomo regio”, Ervigio propuso al concilio tres medidas que lógicamente habían de encontrar favorable acogida entre la nobleza y la masa de la población.

  • La primera medida se trataba de la amnistía total de los que habían sido condenados un decenio atrás por su participación en la rebelión del duque Paulo contra Wamba.

  • La segunda propuesta, la condonación de todos los impuestos atrasados hasta el primer año del presente reinado, era una medida de amplia repercusión social, pues beneficiaba a la mayoría de la población libre y servil.

  • La tercera propuesta, en fin, la exclusión de los cargos palatinos de siervos y libertos, con excepción de los siervos fiscales, la desearía vivamente la oligarquía nobiliaria.

  • El concilio acogió las propuestas del “tomo regio”, pero con algunas variantes. La amnistía solicitada para los implicados en la rebelión del duque Paulo y sus descendientes fue extendida retroactivamente a cuantos habían padecido la infamia a partir del reinado de Khíntila, iniciado casi medio siglo antes.

  • La condonación de los impuestos atrasados fue también aprobada por el concilio. El concilio, finalmente, prohibió la designación de siervos o libertos para cargos palatinos y de administración de bienes del fisco o del patrimonio real, con la prevista excepción de los siervos y libertos fiscales.

  • El canon segundo estableció un beneficio de habeas corpus a favor de los nobles y eclesiásticos, prohibiendo su prisión y tormento, salvo en el caso de culpa flagrante.

  • El ansia por fortalecer su posición y garantizar el futuro familiar indujo a Ervigio a entregar en matrimonio a su hija Cixilo al magnate Egica, pariente del depuesto rey Wamba y cabeza visible de un poderoso y hostil clan nobiliario. Egica, al contraer matrimonio, prestó un juramento de favorecer y defender siempre a los hijos de Ervigio.

  • El concilio promulgó el canon cuarto, destinado a la protección de la descendencia del rey. La reina Liuvigoto, esposa de Ervigio, sus hijos e hijas, yernos y nueras, con su respectiva prole, recibían la garantía del concilio, respaldada por las más duras sanciones espirituales.

  • LAS POSTRIMERÍAS DEL REINADO

  • A finales de 683 o principios de 684, llegó a España un emisario romano, el diácono Pedro, enviado por el Papa León II con el fin de recabar la adhesión del episcopado español a las decisiones del concilio III de Constantinopla (680-681).

  • El diácono Pedro era portador de varias epístolas del Papa. Una de ellas iba dirigida al rey Ervigio y otra a todos los obispos de España.

  • Ante la dificultad de reunir en plazo breve otro concilio nacional, se optó por la celebración de sínodos provinciales, que examinasen los decretos de Constantinopla y pudieran otorgarles la aprobación requerida.

  • El concilio XIV aprobó los decretos constantinoplanos, tras comprobar su concordancia con la doctrina de los cuatro primeros concilios ecuménicos.

  • Ervigio, tras ceñir la corona siete años y un mes, en noviembre de 687 sintió acercarse el final de sus días. Hallándose en el lecho de muerte, fuera de la urbe regia, eligió como sucesor en el trono a Egica, su hijo político.

XI- EL CREPUSCULO DEL REINO VISIGODO: 2. LOS ÚLTIMOS REYES.

  • EGICA, REY.

  • La unción real de Egica se celebró en Toledo, el domingo 24 de noviembre de 687. Desde el primer momento pudo advertirse que las aprensiones del Ervigio acerca del futuro de sus familiares no eran infundadas.

  • Los primeros tiempos del nuevo gobierno presentan una significativa continuidad en el personal de la oligarquía dirigente durante el período anterior.

  • Egica reservó su hostilidad para la familia política, incitado por el resentimiento del viejo Wamba. Ni aun siquiera la esposa de Egica, Cixilo, quedó a salvo de las represalias contra la familia de su padre.

  • EL CONCILIO XV DE TOLEDO

  • Moral y política:

  • El concilio tuvo un carácter peculiar, puesto que no promulgo ningún canon; todo él estuvo dominado por dos grandes problemas. Egica estaba apasionado en su hostilidad contra la familia de su difunto suegro Ervigio, constituía el único tema que el rey sometió al concilio en el “tomo regio”.

  • Egica, planteó al concilio la situación en que personalmente se encontraba; sentíase ligado por dos juramentos que Ervigio le obligó a prestar y que él consideraba absolutamente contradictorios: Egica se comprometió a proteger a los hijos de aquel monarca y ayudarles en toda suerte de negocios. El segundo juramento que Ervigio exigió a Egica al designarle como sucesor en el trono fue que gobernaría con justicia a todo el pueblo. El nuevo rey estimaba que los dos juramentos eran incompatibles.

  • La asamblea opinó que entre dos juramentos, el uno destinado a procurar el bien particular de algunos y el otro dirigido al bien común de los pueblos, estaba claro que el segundo debía de prevalecer sobre el primero.

  • Julián de Toledo y Roma:

  • El concilio había deliberado sobre una cuestión que interesaba al episcopado y a la Iglesia española: las reservas expresadas por el papa Benedicto II a la doctrina cristológica contenida en el “Apologético” del primado Julián de Toledo.

  • Cuando el escrito de Julián llegó a Roma, León II, el papa que pidió la adhesión de los obispos españoles al concilio III de Constantinopla, había fallecido. Su sucesor, Benedicto II hizo de palabra algunas observaciones al enviado de Julián, portador del “Apologético”.

  • Julián se apresuró a responder al Papa con su nuevo “Apologético” y el asunto pudo considerarse zaniado con la muerte de Benedicto II y el paso de varios años. Pero Julián y el episcopado visigótico habían quedado vivamente impresionados por lo ocurrido y ahora, al reunirse el primer concilio toledano que se celebraba después de aquel incidente, la cuestión volvió a plantearse.

  • El concilio aprobó e hizo suyo el segundo “Apologético” de Julián, donde se demostraba que su doctrina concordaba con la de los más venerados padres y doctores de la Iglesia.

  • UN NUEVO CLIMA POLÍTICO: CONJURAS Y REPRESIÓN.

  • Celebración el 1 de noviembre de 691 del III concilio de Zaragoza.

  • Uno de sus cánones, el cinco, afectaba al derecho público de la monarquía, el canon se presentaba como el complemento de una norma formulada por el concilio XIII de Toledo. Habíase decretado en éste la prohibición de las segundas nupcias de la viuda del rey. Ahora se dispuso que esa viuda hubiera de recluirse en un monasterio y vestir hábito religioso por el resto de su vida.

  • Ahora se abrió una época de conspiraciones y de dura represión, que acuño la imagen de este monarca de cruel perseguidor de la aristocracia gótica. Aquella inicial estabilidad del personal palatino se alteró sensiblemente, como consecuencia de estos sucesos que provocaron extensas depuraciones entre la nobleza.

  • La más conocida de estas grandes conspiraciones estuvo dirigida por el primado toledano Sisberto y pretendía derribar a Egica del trono y darle muerte.

  • Descubierto el intento criminal, los obispos reunidos en Toledo para asistir al concilio XVI, constituidos en tribunal, depusieron a Sisberto de su cargo y le condenaron a excomunión y destierro perpetuos.

  • EL CONCILO XVI DE TOLEDO Y LOS JUDÍOS

  • El “tomo regio” presentado por Egica proponía diversas medidas, unas destinadas a la restauración de la disciplina y buenas costumbres y otras a reprimir los manejos de los conspiradores, que habían pasado a un primer plano.

  • Dos interesantes novedades se desprenden del “tomo”: el relanzamiento de la política antijudía, y la propuesta de una nueva revisión de la legislación vigente.

  • El concilio XVI decretó que se observase la legislación antijudía, tan abundante que ya existía. Pero introdujo dos importantes novedades. Restringiose por una parte la libertad comercial de los judíos. Restricciones que cesaban desde el momento mismo de la auténtica conversión.

  • La otra novedad la declaración de que los judíos eran solidariamente responsables del pago de la cuota íntegra del impuesto especial que recaía sobre la comunidad hebrea. Los conversos quedarían exentos de este gravamen, pero sus partes alícuotas en el tributo habían de repartirse entre los demás miembros de la comunidad, cuya carga fiscal podría hacerse así cada vez más onerosa.

  • EN DEFENSA DEL TRONO

  • Problemas que absorbió la atención del concilio fueron las peligrosas maquinaciones que amenazaban el trono de Egica y la seguridad del reino. Egica no tan sólo planteó la cuestión en el tomo regio, sino que en el curso de las sesiones dirigió un nuevo mensaje a la asamblea en el cual el rey, acosado por los desordenes y traiciones, consulta al concilio cuáles hayan de ser los medios de coerción que hayan de emplearse para la represión de tales acciones.

  • La asamblea reiteró la protección a la prole regia y decretó la reducción de los conspiradores a perpetua servidumbre y la confiscación de todos sus bienes. Luego, todos los presentes lanzaron un triple anatema contra todo aquel que, violando su juramento de fidelidad al rey y a la patria, participase en cualquier conjura contra el trono y la seguridad del reino.

  • Era un hecho que ciertos conspiradores habían actuado al amparo de las garantías a favor de los individuos de la nobleza palatina y eclesiástica, otorgadas por el liberalismo de Ervigio y contenidas en el canon tercero del concilio toledano XIII.

  • Dispuso que en adelante se considerase como “conspiración” cualquier obligación jurada -“conjuración”- contraída por un individuo respecto a otro, salvo el juramento de fidelidad al rey y los que se prestaban en los procesos judiciales.

  • Es posible que esta normativa tratara de oponerse, no solo a las “conjuraciones”, sino también a la proliferación de clientelas privadas nobiliarias de índole prefeudal.

  • El juramento de fidelidad al nuevo rey por parte de sus súbditos, disponiéndose que los miembros del “Aula Regia” hubieran de prestarlo personalmente, mientras que unos funcionarios especiales, los discussores iuramenti, recorrerían el reino para pedir el juramento de cada uno de los individuos “ingenuos”.

  • EL ANTIJUDAÍSMO DEL CONCILIO XVII DE TOLEDO

  • En noviembre de 694, se celebró en concilio XVII, en el cual la legislación visigótica antijudía se llevaría hasta sus últimos extremos.

  • La causa sería un hecho nuevo y de extraordinaria gravedad, que habría venido a sumarse a las reiteradas prevaricaciones de los falsos conversos al cristianismo; el descubrimiento de una conspiración fraguada por los judíos españoles en connivencia con otros judíos de ultramar, cuya finalidad era la ruina de la religión, del reino y del pueblo cristiano de España.

  • Egica solicitó la adopción de las medidas que fueron aprobadas por el concilio: todos los judíos eran reducidos a la servidumbre y sus comunidades dispersas por las provincias del reino; sus hijos debían ser separados a los siete años de la compañía de sus padres y confiarse a católicos fieles que les educaran cristianamente.

  • Siervos cristianos de los judíos se harían cargo de los bienes de sus antiguos dueños y abonarían en su lugar el impuesto que abonaban los judíos

  • Los judíos de la Narbonense fueron expresamente excluidos de las severas medidas. Se le exigió tan sólo que prestaran una ayuda eficaz al gobernador provincial. Este trato excepcional acredita la importancia que tendría el elemento judío en la provincia de Septimania.

  • La Galia se encontraba “casi despoblada por los crecientes delitos, por los ataques del exterior y por la peste inguinal”.

  • EL GOBIERNO CONJUNTO DE EGICA Y WITIZA

  • Sólo disponemos de noticias muy fragmentarias sobre los tres últimos lustros de la historia del Reino de Toledo.

  • En 694, Egica se había reconciliado con su esposa, la reina Cixilo, y el hijo de ambos, el adolescente Witiza, fue asociado al trono paterno. Hacia 698, Witiza, convertido en consors regni de Egica, establecería su sede en Tuy, y asumiendo el gobierno directo de las tierras que habían formado parte del reino suevo.

  • Egica, deseoso de asegurar la sucesión de su hijo Witiza, le hizo conferir la unción real el 24 de noviembre de 700. Dos años todavía reinarían conjuntamente Egica y Witiza.

  • En ese periodo parece posible que se produjera una nueva rebelión, que obligara a padre e hijo a abandonar la capital del reino.

  • Un duque, Suniefredo, pudo haber sido el cabecilla de la última revuelta que sacudió el reino en las postrimerías de la vida de Egica, que se extinguió antes de comenzar el 703.

  • WITIZA, UNICO REY

  • Witiza consolidó sin dificultades la plena posesión del trono, que antes compartía con su padre. El nuevo reinado trajo consigo otra línea política de signo más liberal y conciliador.

  • Las pobres noticias que nos han llegado no permiten trazar un cuadro cabal del reinado de Witiza.

  • Sabemos que Gunderico, que siguió a Felix en la sede primada, presidió un concilio de Toledo -el XVIII-, cuyas actas no se han conservado.

  • DON RODRIGO Y EL FINAL DEL REINO VISIGÓTICO

  • Witiza falleció a principios de 710. Murió joven, y los niños serían todavía los hijos que dejó. La mayor parte de la aristocracia gótica procedió a la designación de un sucesor a la corona. Magnates y obispos se reunieron en asamblea electoral -senatus- y, mediante una acción tumultuosa, pero de legitimidad irreprochable, elevaron al trono a Rodrigo, posiblemente duque de la Bética.

  • El clan witizano, no se resignaba a su derrota y planeó la conquista del trono con ayuda extranjera. Los árabes, habían dominado poco tiempo antes el litoral africano del estrecho de Gibraltar. La plaza de Ceuta resistió a los islamitas, defendida por don Julián que era “cliente” del rey Witiza y estuvo unido a este monarca por especiales lazos de fidelidad personal. Julián fue el intermediario de los witizanos, que gestionó el envió a la Península de un cuerpo expedicionario musulmán.

  • Los muslimes realizaron una incursión exploratoria a Tarifa, en el verano del 710. Poco después, uno de los tradicionales levantamientos vascones atrajo hacia el norte de la Península la atención de Rodrigo y el grueso del ejército visigótico.

  • En la noche del 27 al 28 de abril de711, mientras el monarca godo asediaba Pamplona, se iniciaba el desembarco de los guerreros de Tariq en el promontorio de Gibraltar. Las fuentes musulmanas cifran el contingente de Tariq en 7000 hombres.

  • El ejército visigodo interrumpió la campaña vascona y emprendió la marcha hacia el sur. Entretanto un refuerzo de 5000 hombres enviado por Muza engrosaba las tropas de Tariq.

  • Los dos ejércitos se encontraron a orillas del río Guadalete. Según las fuentes musulmanas Rodrigo había confiado el mando de las alas a los hijos de Witiza. Empeñado el combate, los witizanos huyeron en desbandada. Toda la hueste sufrió una derrota, en la que perdió la vida el propio rey Rodrigo. Ocurrió esto en un día entre el 19 y 26 -quizá el 23- del mes de julio de 711.

  • Los traidores witizanos vieron también desvanecerse sus esperanzas de recuperar la corono visigótica. Los musulmanes resolvieron disfrutar en provecho propio la aplastante victoria, y los hijos de Witiza hubieron de conformarse con recibir en vez de la corona, el dominio sobre los tres mil fundos que constituían el antiguo patrimonio real.

  • LAS CAUSAS DE LA “PÉRDIDA DE ESPAÑA”

  • El período final de la España visigótica presenció el desarrollo de instituciones de inequívoco signo prefeudal. El protofeudalismo visigótico significó el incremento de las clientelas nobiliarias. Esos clanes adoptaron actitudes facciosas en su lucha por el poder y se enfrentaron repetidamente con la realeza. Las alternativas entre represión y amnistía imprimieron una tónica oscilante y a menudo contradictoria a la política de la Monarquía toledana.

  • La ley de Wamba sobre movilización militar refleja una extendida decadencia del espíritu público. Las amnistías tributarias denuncian la existencia de un pueblo llano sobre el que recaía una carga fiscal que, en la segunda mitad del s.VII, rebasaba ampliamente su capacidad económica real.

  • Endurecer a principios del s.VIII la legislación sobre siervos fugitivos produce la impresión de que tales fugas habían alcanzado proporciones antes desconocidas y alarmantes.

  • Algunos de estos factores merecen ser puestos de relieve: el progresivo envilecimiento de la moneda, que acusan las acuñaciones de esta época, el enrarecimiento del comercio exterior. Las relaciones comerciales a través del mediterráneo serían las más afectadas, como consecuencia de la expansión islámica. La actitud de insolidaridad que se advierte entre los judíos hispánicos y que se patentizó a la hora de la conquista musulmana, fue otra causa de deterioro de la situación española.

  • La crisis eclesiástica afecto al clero y de modo especial al episcopado. Es un hecho que la jerarquía visigoda del s.VII seguía contando con figuras ilustres, y que los símbolos de fe de los últimos concilios toledanos tuvieron un valor teológico extraordinario.

  • Es indudable que desde mediados de siglo los concilios se vieron obligados a promulgar una copiosa legislación disciplinar, destinada a contener o reprimir grandes abusos cometidos por obispos y sacerdotes, mientras se difundían actitudes episcopales poco congruentes con la naturaleza y dignidad del cargo.

  • Este empobrecimiento del nivel moral y religioso del clero fue también un factor que hubo de contribuir al proceso general de decadencia.

  • El Reino visigodo español se hallaba a principios del s.VIII en un estado agudo de debilidad interna, de resultas de un largo proceso de deterioro. Esta crisis intestina facilitó el hundimiento de la Monarquía visigoda ante el empuje musulmán. Pero hay que reconocer que la invasión árabe fue el factor capital en la desaparición del Reino de Toledo.

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Enviado por:Guillermo Garcia Perez
Idioma: castellano
País: España

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