Filosofía y Ciencia


El príncipe; Nicolás Maquiavelo


El príncipe; Nicolás Maquiavelo

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES.

MATERIA: TEORIA GENERAL DEL ESTADO.

“EL PRINCIPE”.

AUTOR: NICOLAS MAQUIAVELO.

Fecha de entrega : 23 de Octubre del 2000.

CAPITULO I.

DE LAS DISTINTAS CLASES DE PRINCIPADO Y DE LA FORMA EN QUE SE ADQUIEREN.

Nos dice que los estados tiene una persona que ejerce la soberanía hacia los hombres que integran este, mencionando dos formas: las republicas o principados, estos dominios son alcanzados a través de las armas propias o ajenas.

CAPITULO II

DE LOS PRINCIPADOS HEREDITAROS.

Los principados son una forma de gobierno o dinastía, dice que es mejor que esta sea hereditaria porque así el príncipe que heredaba al otro no cambia de sistema, como regularme ocurre en México cada fin de sexenio al intentar cada presidente desarmar el rompecabezas y crear el suyo mismo.

CAPITULO III

DE LOS PRINCIPADOS MIXTOS.

Los principados mixtos surgen de la conexión de los dos anteriores, señalando un nuevo principado que surge a base de la conquista, la cual se da por las armas, el cual tiene seis bases como fundamentos: la primera se refiere a los amigos de este que participan en la conquista y habla de que estos como no se les puede dar un lugar cercano al lugar del príncipe quedan en descontento y si no se les aniquila resultan ser enemigos peligrosos, la segunda es la prohibición de introducir a un enemigo con mayor y mejor inteligencia mucho mas poderoso, el cual aprovecharía los descontentos de la gente para poder derribar a este que resultaría peligroso, fundar colonias las cuales surgen de la población ya existente de sus conquistas anteriores las cuales al encontrarse en nuevos dominios terminan o sustituyen a los otros y se apoderan de sus bienes, el poder otorgado a la iglesia entre mayor es este poder menor es el del principado; cabe señalar una de las principales ideas de Maquiavelo “el que ayuda a otro a hacerse poderoso causa su propia ruina, la ultima tendría que ser el despojo de las tierras a la gente de su propio principado”. Lo más importante es el dominio que tiene cada príncipe pero es natural que el que se ha vuelto poderosos recele de la misma astucia o de la misma fuerza gracias a las cuales se le ha ayudado.

CAPITULO IV

PORQUE EL REINO DE DARIO OCUPADO POR ALEJANDRO NO SE SUBLEVO CONTRA LOS SECESORES DE ESTE DESPUES DE SU MUERTE.

Hay dos formas de gobernar: una en la que el príncipe se sirve por sus siervos, los que lo ven como la autoridad máxima, porque en toda la provincia no se reconoce soberanía sino a otra que es aquella en la cual el príncipe toma en cuenta para todo a los nobles los cuales solo lo ven como el de mas antiguo linaje y como en estos no se tiene particular amor el pueblo puede acostumbrarse fácilmente aun nuevo tipo de soberanía.

CAPITULO V

DE QUE MODO HAY QUE GOBERNAR LAS CIUDADES O PRINCIPADOS QUE, ANTES DE SER OCUPADOS, SÉ REGIAN POR SUS PROPIAS LEYES.

Etapa en la que especifica como adquirir un nuevo Estado que sé regirá por sus propias leyes y vivirá en libertad: una es destruirlo, radicarse en él y por ultimo dejarle sus propias leyes. El único medio seguro para dominar a una ciudad es destruyéndola quien se haga dueño de una ciudad así debe aplastarla sino esta lo aplasta a él.

CAPITULO VI

DE LOS PRINCIPADOS NUEVOS QUE SE ADQUIEREN CON LAS ARMAS PROPIAS Y EL TALENTO PERSONAL.

La imitación, característica principal entre los principados, todos siguen el camino impuesto por los demás con pequeñas perfecciones, no buscando la perfección del modelo, sino lo semejante en virtud que se le acerque, entre las conquistas entre armas surgen aquellas por príncipes que en verdad lo merecen gracias a sus virtudes y otros solo por causas del azar, uno de las principales característica que nos señala es que si se conquista deben de prevalecer las leyes que regían asta ese momento y no nuevas, esto explica el porque los profetas armados hayan triunfado y fracasado todos los demás, es fácil convencerlos de algo pero es difícil mantenerlos fieles a esa convicción.

CAPITULO VII

DE LOS PRINCIPADOS NUEVOS QUE SE ADQUIEREN CON ARMAS Y FORTUNA DE OTROS.

Estos principados son aquellos que se compran o se adquieren en base a un regalo, se suscitan principalmente entre aquellos que por la suerte se convierten en príncipes pero no se mantienen sino con muchísimo. Esto amerita señalar la voluntad y la fortuna cosas mudables e inseguras de quienes los llevaron a ese lugar y no saben ni pueden conservar aquella dignidad.

CAPITULO VIII

DE LOS QUE LLEGARON AL PRINCIPADO MEDIANTE CRIMENES.

Para llegar a ser príncipe tenemos varios modos, entre ellos por el favor de los conciudadanos y otro que es le camino de las perversidades y delitos, refiriéndose al derrocamiento de los principales poderes, como ejemplo nos señala uno en el cual el poder era ejercido mediante las clases sociales más ricas y poderosas y el senado, en este periodo el que deseaba ser príncipe terminaba antes con estos poderes los cuales eran impedimento para obtener el dominio. Todo usurpador debe reflexionar sobre los crímenes que le es preciso cometer y ejecutarlos todo a la vez para no cometer homicidios posteriores.

CAPITULO IX

DEL PRINCIPADO CIVIL.

El principado civil es aquel que se conquista a base de la gracia al favor de sus compatriotas sin utilizar violencia, depende de cierta habilidad proporcionada por la fortuna o bien del apoyo del pueblo o de los nobles estos cuando comprueban que no pueden resistir al pueblo concentran la autoridad en uno de ellos y lo hacen príncipe, siendo la única autoridad y no tiene a casi nadie que no este dispuesto a obedecer, jamás podrá dominar a un pueblo cuando lo tenga por enemigo, el que llegue a príncipe de esta manera debe esforzarse en conservar su afecto, cosa fácil pues el pueblo solo pide no ser oprimido.

CAPITULO X

COMO DEBEN MEDIRSE LAS FUERZAS DE TODOS LOS PRINCIPADOS.

Las ventajas de el principado civil es la unión que le muestran sus súbditos ya que en caso de guerra o invasión por algún extranjero tratando de conquistar este principado, el pueblo al no odiarlo los súbditos se unen por ello mas estrechamente a su príncipe, como si el daño que les ocasiones este conflicto en defensa del señor obligare a este a protegerlos.

CAPITULO XI

DE LOS PRINCIPADOS ECLESIASTICOS.

Principados en los que no existe el ejercicio de la soberanía por nadie, ni por los conquistadas a base de las armas o por homicidios, estos se adquieren o por valor o por suerte y se conservan apoyándose en antiguas instituciones religiosas que son de alta calidad que mantienen a sus príncipes en el poder en cualquier modo en que estos procedan y vivan; ultima diferencia que los distingue de los demás principados es que estos con lo únicos seguros y felices.

Esto es lo que los hace aun más poderosos y venerables por su bondad y su mil y otras virtudes.

CAPITULO XII

DE LAS DISTINTAS CLASES DE MILICIAS Y DE LOS SOLDADOS MERCENARIOS.

En los principados existen cosas fundamentales: las formas de ataque y defensa, se dice que entre mejores tropas por fuerza ha de haber buenas leyes.

Las tropas son aquellas con las cuales un príncipe defiende a su estado cómo las mercenarias auxiliares o mixtas inútiles y peligrosas ya que surgen de la desunión interna, porque son ambiciosos, desleales, valientes entre los amigos cobardes frente a los enemigos obteniendo como resultado la ruptura o ruina del estado, los capitanes mercenarios o son hombres de merito o no lo son.

CAPITULO XIII

DE LOS SOLDADOS AUXILIARES, MIXTOS Y PROPIOS.

Son los proporcionados por otros para preservar el estado, estas tropas auxiliares son inútiles ya que funcionan solo con sus amos pero para quien las llama son casi funestas, pues si pierde queda derrotado y si gana se convierten en sus prisioneros se concluye que sin milicias propias no hay principado seguro.

CAPITULO XIV

DE LOS DEBERES DE UN PRINCIPE PARA CON LA MILICIA.

La principal función de un príncipe no es la de dirigir la milicia, sino organizarla para que se puedan estructurar mejor sus tropas ya que gracias a esta sé establece o se conquistan nuevos territorios, en que deben estar prepararlos para tener una mejor preparación lo cual debe hacer de dos modos de acción y con el estudio.

CAPITULO XV

DE AQUELLAS COSAS POR LS CUALES LOS HOMBRES Y ESPECIALMENTE LOS PRINCIPES, SON ALABADOS O CENSURADOS.

Es necesario que todo príncipe que quiera mantenerse en el poder aprenda a no ser bueno, y a practicarlo a no de acuerdo a su necesidad.

Siendo estos juzgados por ocupar posiciones más elevadas uno es llamado pródigo, otro tacaño, dadivoso, rapaz, cruel, traidor,; uno humano, soberbio, y así sucesivamente.

No es posible que un príncipe possea todas las cualidades buenas, ni observarlas siempre, porque la naturaleza humana no lo consiente, le es preciso ser tan cuerdo que sepa evitar la vergüenza de aquellas que significan perdida del Estado y mucho menos incurrir en la infamia de vicios sin los cuales difícilmente podría salvar el Estado, por que , lo que parece virtud e causa de ruina, y lo que parece vicio sólo acaba por traer el bienestar y la seguridad.

CAPITULO XVI

DE LA PRODIGALIDAD DE LA AVARICIA.

Estaría bien que el príncipe este tenido por prodigo. Que por un lado perjudica y por otra si se practica virtuosamente no será conocida esta y se pensará que existe un vicio contrario. Aunque EL que quiere conseguir fama de prodigo no puede pasar por alto ninguna clase de lujos, lo cual empezaría a tornarlo odioso a los ojos de sus súbditos y nadie lo estimara, ya que se habrá vuelto pobre; siendo su prodigabilidad perjudicial para muchos y benéfica para pocos, peligrando al menor riesgo. Ya que un príncipe no puede practica públicamente esta virtud sin que se perjudique, porque con el tiempo al ver su avaricia, , se defenderá contra las guerras, practicando la generosidad con aquellos innumerables, y la avaricia con aquellos a quienes no da, que son pocos.

Un príncipe debe reparar en el vivió tacaño porque este le hace posible reinar. Debiendo evitar ser un príncipe pobre y despreciable y odioso que produce la prodigabilidad. Siendo mas prudente contentarse con el tilde de tacaño que implica vergüenza sin odio, que ganar fama de prodigo, que implica vergüenza y odio.

CAPITULO XVII

DE LA CRUELDAD Y LA CLEMENCIA; Y SI ES MEJOR SER AMADO QUE TEMIDO, O SER TEMIDO QUE AMADO.

Los príncipes deben ser tenidos por clementes y no por crueles, este no debe preocuparse por que lo acusen cruel siempre y cuando mantenga unidos y fieles a sus súbditos. Siendo mas seguro ser temido que amado porque mientras les haces bien son tuyos pero cuando la necesidad se presenta se rebelan. Es por eso que el príncipe debe hacerse temer, aún estando frente a un ejercito es necesario que sea cruel, para que lo obedezcan fielmente

Ya que como el amar depende de la voluntad de los hombres y el temer de la voluntad del príncipe; un príncipe prudente debe apoyarse en lo suyo y no en lo ajeno, tratando de evitar el odio.

CAPITULO XVIII

DE QUE LOS PRINCIPES DEBEN CUMPLIR SUS PROMESAS.

El príncipe que cumple con la palabra dada se le alaba de obrar con rectitud y no con doblez, pero en nuestros tiempos son los que han hecho menos caso de la fe jurada.

Un príncipe debe comportarse como hombre y como bestia, por tanto un príncipe prudente no debe observar la fe jurada cuándo su observancia baya contra sus intereses y cuando hayan desaparecido las razones que le hicieron prometer. El príncipe solo debe aparentar poseer virtudes ya que tenerlas y practicar las es perjudicial y el aparentar y tenerlas es util. Por que un príncipe debe de vencer y conservar el Estado. Un príncipe de estos tiempos jamás predica otra cosa que concordia y buena fe; y es enemigo acérrimo de ambas, ya se si las hubiese observado habría perdido la fama y las tierras.

CAPITULO XIX.

DE QUE MODO DEBE EVITARSE SER DESPRECIADO Y ODIADO.

El príncipe debe tener cualidades que le evite ser despreciado entre estas encontramos que:

Tiene que huir d las cosas que lo hagan odioso o despreciable. Hace despreciable el ser considerado voluble, frívolo, afeminado, pusilámine e irresoluto, defectos de los cuales debe alejarse, El príncipe debe ingeniarse para que en sus actos se reconozcan grandeza, valentía, seriedad y fuerza.

Tiene que ser necesariamente bueno y querido por los suyos, El príncipe debe temer dos cosas: en el interior, que se le subleven los súbditos; en le exterior, que lo ataquen las ponencias extranjeras. En los súbditos tenemos que cuidar que no conspiren secretamente asegurándose que no lo odien o lo desprecien, sino empeñándose por todos los medios en tener satisfecho al pueblo.

Un príncipe cuando es apreciado por el pueblo, debe cuidarse muy poco de las conspiraciones; pero que debe temer todo y a todos cuando lo tiene por enemigo y es aborrecido por él, es uno de los puntos que más debe atender un príncipe, debe estimar a os nobles, pero sin hacerse odiar por el pueblo.

Cuando el príncipe no puede evitar ser odiado, debe inclinarse hacia el grupo más numeroso o hacia el mas fuerte.

El príncipe que quiere conservar el poder es forzado a no ser bueno, ya sea con el pueblo, los nobles o soldados. Los príncipes actuales no tienen la dificultad de satisfacer en forma desmedida a los soldados, no tienen ejércitos propios, vinculados con el gobierno y las administraciones provinciales.

Tenemos entonces que la ruina de los emperadores se hallaría el odio y el desprecio, aunque parte de ellos procedieron de un modo y parte del otro, en ambos modos hubo dichosos y desgraciados

Concluimos ñeque un príncipe nuevo en un principado nuevo no puede imitar la conducta de otro príncipe o seguir los pasos del príncipe pasado, si no que debe tomar sus cualidades necesarias para fundar un Estado, una vez establecido y firme, las cualidades de aquel que mejor tiendan a conservarlo.

CAPITULO XX

SI LAS FORTALEZAS, Y MUCHAS OTRAS QUE LOS PRINCIPES HACEN CON FRECUENCIA SON UTILES O NO.

Hubo príncipes que para conservar inquietudes en el estado, desarmaron a sus súbditos, dividieron territorios favorecieron a sus enemigos, etc, en fin hubo príncipes que construyeron fortalezas príncipes que las arrasaron.

Aunque nunca sucedió que desarmase a sus súbditos, los armo cada vez que los encontró desarmados, porque cuando se les desarma se les ofende, se les demuestra su cobardía o desconfianza, la poca fe a su lealtad, que esto engendra odio contra el príncipe y este no puede quedar desarmado.

Cuando un príncipe adquiera un estado nuevo, conviene desarmar a sus súbditos, reducirlos, desaparecer el gobierno anterior. Siendo que para un príncipe nuevo es más necesario adquirir fama que a uno hereditario

Los príncipes sobre todo los nuevos han hallado consecuencia y mas utilidad en aquellos en quienes confiaba. Así para los príncipes que desee conservar más seguramente el poder, acostumbraron construir fortalezas que fuesen rienda y freno para quienes se atreviesen a obrar en su contra y refugio seguro para aquellos en caso de un ataque imprevisto., siendo así que no hay mejor fortaleza que el no ser odiado por el pueblo.

Es de elogiar a quien construye fortalezas como quien no las construye, pero es de censurar a todo el que confiado en las fortalezas, tenga en poco el ser odiado por el pueblo.

CAPITULO XXI

COMO DEBE COMPORTARSE UN PRINCIPE PARA SER ESTIMADO

Para que un príncipe sea estimado por sus súbditos este debe:

  • realizar grandes empresas y debe ser un ejemplo de virtudes.

  • Debe de ser muy meticuloso al realizar sus hazañas para que resulten extraordinarias. Esto provocara el constante estupor de los súbditos y se mantendrán ocupados pensando en el éxito de su aventura de tal manera que no puedan pensar como realizar algún daño contra su persona.

Un príncipe capaz de ser amigo o enemigo franco, sin temores de ninguna índole, sabe declararse abiertamente a favor de uno y en contra de otro. Este debe saber convivir con los diferentes grupos, gremios y corporaciones sin olvidarse de la dignidad que lo inviste.

CAPITULO XXII

DE LOS SECRETARIOS DEL PRINCIPE

La elección de los ministros la deberá llevar acabo primero descifrar según a su juicio quienes de sus súbditos son capaces y fieles. Para encontrar a los mejores tendrá que distinguir en tres clases de cerebros: el primero discierne por si; el segundo entiende lo que otros disciernen, y el tercero no discierne ni entiende lo que los otros disciernen.

De las intenciones del ministro para saber de ellas deberá dejar en sus manos al estado y se declarara la fidelidad de este al pensar en el beneficio del príncipe y no el suyo. El príncipe responderá honrándolo, enriqueciéndolo y colmándolo de cargos, de manera que comprenda que no puede estar sin el príncipe.

CAPITULO XXIII

COMO HUIR DE LOS ADULADORES

Para evitar la adulación se debe hacer entender a los hombres, que decir la verdad no es malo pero resulta cuando la dicen , faltan al respeto. Motivo por el cual el príncipe debe de rodearse de hombres de buen juicio de su estado, únicos a los que dará libertad para decirle la verdad, aunque en las cosas sobre la cuales sean interrogados y sólo ellas. Pero debe interrogarlos sobre todos los tópicos, escuchar sus opiniones con paciencia y después resolver por sí y a su albedrío.

CAPITULO XXIV

POR QUE LOS PRINCIPES DE ITALIA PERDIERON SUS ESTADOS

Los dirigentes se apartaron de todas las reglas expuestas en este estudio es por eso que los gobernantes de Italia no tuvieron la doble gloria de haber creado un principado nuevo y de haberlo mejorado y fortificado con buenas leyes, buenas armas, buenos amigos y buenos ejemplos.

De modo que lo que obtuvieron fue la doble deshora del que , habiendo nacido príncipe, pierde el trono por su falta de prudencia. Ya que las únicas defensas buenas, seguras y durables son las que dependen de uno mismo y de sus virtudes.

CAPITULO XXV

DEL PODER DE LA FORTUNA EN LAS COSAS HUMANAS Y DE LOS MEDIOS PARA OPONERSELE

Muchos creen y han creído que las cosas del mundo están regidas por la fortuna y por Dios. Pero a fin de que no se desvanezca nuestro libre albedrío, acepta por cierto que la fortuna sea juez de la mitad de nuestras acciones, pero que nos deja gobernar la otra mitad.

La fortuna varia y los hombres se obstinan en proceder de un mismo modo, serán felices mientras vayan de acuerdo con la suerte e infelices cuando estén en desacuerdo con ella. Siendo así preferible ser impetuoso y no cauto.

CAPITULO XXVI

EXHORTACIÓN A LIBERAR A ITALIA DE LOS BARBAROS

Siendo las circunstancias propias para que un nuevo príncipe pueda adquirir gloria, no es necesario un hombre prudente y virtuoso para instaurar una nueva forma de gobierno. Espera Italia al que debe curarla de sus heridas poner fin a los saqueos de Lombardía y a las contribuciones del Reame y de Toscana.

Después de varias revoluciones y revueltas guerreras parezca se ha extinguido el valor militar de los Italianos. Pero se debe a que la antigua organización militar no era buena y a que nadie ha sabido modificarla.




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Enviado por:Itha Larracilla
Idioma: castellano
País: México

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