Geografía


Antártida


INTRODUCCION

Continente

Situado en

Hemisferio Sur

Superficie

12.393.000 km²

Altitud máxima

5.139 m

Altitud media

2.438 m

También conocido como

Antarctique

Antarktis

Las costas de la Antártida están pobladas fundamentalmente por pingüinos y focas, mientras que sobre la superficie helada viven algunos invertebrados como ácaros y garrapatas, los únicos animales terrestres que pueden tolerar las bajas temperaturas. La rica fauna marina de la Antártida incluye el krill, una especie de pequeño camarón, que constituye el alimento para un gran número de ballenas que habitan esas aguas. La Antártida no tiene árboles, flores ni plantas herbáceas; la vegetación está limitada a unas 350 especies, principalmente líquenes, musgos y algas.

Aunque parezca extraño, la Antártida puede clasificarse de auténtico desierto, puesto que en su interior la precipitación media anual apenas llega a los 50 mm. La temperatura media del continente es de 50º bajo cero y en la superficie soplan en ocasiones vientos huracanados. Las ventiscas son frecuentes cuando los vientos levantan la nieve previamente depositada y la desplazan de un lugar a otro. La temperatura más baja jamás registrada en la Tierra, 89,2º bajo cero, fue tomada en la base Vostok el 1 de julio de 1983. La masa continental helada y las temperaturas extremadamente frías han limitado la ocupación humana en esta zona del planeta.

Además de ser el continente más frío, ventoso y seco, la Antártida es también el de mayor altitud, ya que tiene una elevación media de 2.438 m. El continente está formado por dos zonas geológicas principales. La Antártida oriental es un zócalo, probablemente precámbrico, cubierto por miles de metros de hielo. Bordeada por los océanos Atlántico e Índico, constituye más de la mitad del continente y en ella se localiza el polo sur geográfico, esto es, el lugar donde todas las líneas de longitud (meridianos) convergen en el punto más meridional del globo. La Antártida Occidental, bañada por el océano Pacífico, es de origen volcánico y tiene diversos sistemas montañosos. El Vinson Massif, parte de los Montes Ellsworth, es el punto más elevado de la Antártida, con 5.139 m. Estas dos zonas están separadas por los Montes Transantárticos, en los que existen al menos dos volcanes activos.

En algunos puntos la costa de la Antártida presenta abruptos acantilados de hielo.

Más del 95% de la superficie de la Antártida está cubierta por hielo. Este continente posee casi el 70% de agua dulce del mundo. Los glaciares se desplazan lentamente hacia la periferia del continente, forman enormes plataformas de hielo, y empujan largas lenguas de hielo hacia el mar. La superficie total del continente es de unos 12 millones de km² y duplica su tamaño durante el invierno. Numerosos icebergs están dispersos en las aguas que rodean el continente. El interior de la Antártida está en penumbra durante el invierno, mientras que tiene luz solar de forma casi ininterrumpida durante el verano, que dura desde septiembre hasta abril.

A finales del siglo XIX se iniciaron importantes exploraciones científicas de la Antártida, después de la creación de la primera base invernal en la zona. El explorador noruego Roald Amundsen fue el primero en llegar al Polo Sur en 1911.

La Antártida no tiene población nativa, pero algunas naciones tienen bases científicas allí. El Reino Unido, Noruega, Francia, Australia, Nueva Zelanda, Chile y Argentina poseen concesiones en el continente. El clima hace improbable un futuro desarrollo económico, aunque la abundante fauna marina en las aguas que rodean el continente se está explotando económicamente. Además, posee yacimientos de carbón, hierro, platino y otros valiosos recursos mineros. No obstante, el tratado internacional de la Antártida prohibe en la actualidad cualquier actividad minera en el continente, así como cualquier maniobra militar, prueba nuclear o depósito de residuos radioactivos. El tratado también establece la cooperación internacional para actividades pacíficas como la investigación científica.

La capa de ozono, que protege la superficie de la Tierra de la dañina radiación ultravioleta, constituye en la actualidad una importante cuestión medioambiental que afecta a la Antártida. La medición hecha en octubre de 1991 indicaba que la capa de ozono había disminuido hasta niveles peligrosos.

A N T A R T I D A

Antártida, cuarto continente más grande del mundo, situado casi en su totalidad al sur de los 66°30' latitud S (el círculo polar antártico), que rodea al polo sur. En general, su forma es circular con un largo brazo —la península Antártica—, que se prolonga hacia América del Sur, y dos grandes escotaduras, los mares de Ross y Weddell y sus plataformas de hielo. Su extensión total es de aproximadamente 14,2 millones de km2 en verano. Durante el invierno, la Antártida dobla su tamaño a causa de la gran cantidad de hielo marino que se forma en su periferia. El verdadero límite de la Antártida no es el litoral del continente en sí mismo, sino la Convergencia Antártica, que es una zona claramente definida en el extremo sur de los océanos Atlántico, Índico y Pacífico, entre los 48° y los 60° latitud S. En este punto, las corrientes frías que fluyen hacia el Norte desde la Antártida se mezclan con corrientes más cálidas en dirección Sur. La Convergencia Antártica marca una clara diferencia física en los océanos. Por estas razones el agua que rodea al continente antártico se considera un océano en sí mismo, a menudo llamado océano glacial Antártico o Meridional.

La Antártida no tiene población nativa. Los científicos y grupos de apoyo, que normalmente no permanecen más de un año, son sus únicos habitantes. La primera persona que nació en la Antártida fue Emilio Palma, el hijo del comandante de la base argentina de Esperanza, el 7 de enero de 1978.

Más del 95% de la Antártida está cubierto de hielo, que contiene cerca del 90% de toda el agua dulce del mundo. Debido a esta gruesa capa de hielo, es el más alto de todos los continentes, con una elevación media de unos 2.300 m. El punto más elevado del continente es el macizo Vinson (5.140 m); el más bajo parece ser la fosa subglaciar de Bentley (a 2.499 m bajo el nivel del mar), al oeste de la Antártida. Esta fosa está cubierta por más de 3.000 metros de hielo y nieve. Es posible que existan puntos aún más bajos, pero todavía no han sido descubiertos.

Siete países (Argentina, Australia, Chile, Francia, Gran Bretaña, Nueva Zelanda y Noruega) reivindican la soberanía de ciertos territorios de la Antártida, pero desde el Tratado Antártico de 1961 estas demandas han sido abandonadas en favor de la cooperación internacional en las investigaciones científicas.

Entorno natural

La Antártida actual sufre una etapa glaciar. El futuro desarrollo económico de este continente cubierto de hielo es muy poco probable. La explotación de los recursos de la placa continental es posible, pero desde luego no hasta dentro de muchos años. La fauna marina de las aguas que rodean la Antártida está siendo aprovechada económicamente en la actualidad. Dicha fauna incluye a las ballenas y a un pequeño animal, parecido a un camarón, llamado krill.

Antártida

PENINSULA

Historia geológica

La Antártida fue la parte central de un antiguo continente, Gondwana. Cuando Gondwana se separó a finales del mesozoico y principios del cenozoico (hace unos 100 millones de años) para formar los continentes del hemisferio sur, la Antártida derivó desde la zona tropical hasta su actual posición polar.

Regiones fisiográficas

La Antártida consta de dos importantes zonas geológicas. La más grande de las dos, la Antártida oriental, se extiende en su mayoría por el hemisferio este. Es probablemente un escudo precámbrico cubierto por miles de metros de hielo. La era precámbrica transcurrió desde hace 570 millones hasta hace 400 millones de años. La Antártida occidental, casi totalmente dentro del hemisferio oeste, parece ser una continuación de la cordillera de los Andes; glaciólogos y geólogos especulan con la posibilidad de que la Antártida occidental se convirtiera en un archipiélago en caso de que la capa de hielo se retirara.

Las dos zonas de la Antártida están separadas por los montes Trasantárticos, una elevada zona montañosa que se extiende por todo el continente, aunque algunas partes están enterradas bajo la capa de hielo. En el interior de estas montañas existen depósitos de carbón y restos fósiles relacionados con el originario clima tropical.

La Antártida oriental, un escudo precámbrico geológicamente estable, está cubierta de depósitos sedimentarios e ígneos. La estructura geológica de la Antártida occidental se conoce peor, pero al menos existen dos volcanes activos en el área, el más alto de los dos es el monte Erebus (3.794 m). Los suelos antárticos se clasifican como suelos secos de desierto polar, y se encuentran en varios valles en desglaciación (sin hielo) u oasis y en partes del norte de la península Antártica.

Drenaje y recursos hidrográficos

La capa de hielo de la Antártida se mueve continuamente. Grandes ríos de hielo drenan el interior del continente y forman barreras de hielo. Los valles costeros drenan partes de la masa continental hacia el mar. Los grandes icebergs tabulares se forman cuando los bordes de las barreras de hielo y los glaciares caen al mar. El hielo se extiende por enormes áreas del mar en forma de plataformas flotantes y permanentes, y la más grande de estas formaciones, la plataforma de hielo de Ross, tiene un tamaño cercano al de España y Portugal juntos.

El aislamiento de la Antártida del resto del mundo ha permitido evitar la polución industrial común a los demás continentes, por ello la nieve y el hielo son los más puros del mundo. En la mayoría de las estaciones científicas el agua que se necesita se consigue mediante fundidores de hielo.

Clima

La Antártida es el continente más frío. La temperatura más baja del mundo, -88,3 ° C, fue registrada el 24 de agosto de 1960, en la estación Vostok. Además, fuertes vientos azotan el continente. En el interior se han registrado vientos de hasta 320 km/h. Estos vientos soplan en pendiente desde el interior hacia la costa y, combinados con las bajas temperaturas, crean peligrosas ráfagas de viento helado.

Se pueden distinguir tres regiones climáticas en la Antártida. El interior se caracteriza por un frío extremo y ligeras nevadas; las zonas costeras experimentan temperaturas algo más suaves y niveles de precipitaciones mucho más altos, y la península Antártica tiene un clima mucho más cálido y húmedo en el que son habituales las temperaturas sobre cero.

La Antártida se puede definir como un auténtico desierto; en el interior la media de precipitaciones anuales (en forma de lluvia) es de sólo 50 mm. Sin embargo, a menudo hay furiosas ventiscas cuando los vientos recogen nieve previamente depositada y la trasladan de un lugar a otro. Las precipitaciones anuales son mucho más abundantes en la costa, donde alcanzan unos 380 mm de agua de lluvia. Aquí hay fuertes nevadas cuando los ciclones recogen la humedad de los mares de alrededor; esta humedad se hiela y se deposita en forma de nieve sobre las zonas costeras. En la península Antártica, especialmente en el extremo norte, la lluvia es tan común como la nieve.

El interior de la Antártida tiene día perpetuo durante el verano del hemisferio sur y oscuridad durante el invierno. En las zonas costeras, más al norte, hay largos periodos de insolación durante el verano, pero durante gran parte del resto del año se suceden los amaneceres y anocheceres.

Flora

Las pocas plantas que sobreviven en este continente están restringidas a pequeñas áreas sin hielo. No hay árboles y la vegetación se limita a 350 especies, sobre todo líquenes, musgos y algas. Hay ricos lechos de tal vegetación en partes de la península Antártica, y se han descubierto líquenes en crecimiento en montañas aisladas a 475 km del polo sur. Hay tres especies de plantas con flores en la península Antártica.

LIQUENES

Fauna

Ningún animal vertebrado terrestre habita la Antártida. Se pueden encontrar invertebrados, especialmente ácaros y garrapatas, que pueden tolerar las bajas temperaturas, pero todavía se consideran poco comunes. Los océanos circundantes, sin embargo, contienen gran cantidad de vida animal. Un enorme número de ballenas se alimentan de la rica fauna marina, especialmente de krill. Seis especies de focas (incluida la cangrejera, la elefante y la leopardo) y cerca de doce especies de aves viven y se reproducen en el continente antártico. El habitante más eminente de la Antártida es el pingüino. El pingüino es un pájaro incapaz de volar que vive en las banquisas y los océanos alrededor de la Antártida, y se reproduce en las superficies de hielo o tierra de la costa. Los más típicos son el pingüino de Adelia y el emperador.

FOCA ELEFANTE MARINO

ORCA

Antártida

Pingüino emperador

Esta ave no voladora de la Antártida es capaz de sumergirse hasta profundidades de 200 m en busca de calamares y peces. El más grande de los pingüinos, con 1,2 m de altura y 45 kg de peso, no hace nido ni defiende su territorio. El macho acarrea el único huevo que pone su compañera sobre sus pies, sujetándolo con un pliegue de su piel, mientras que la hembra se alimenta durante dos meses. La hembra regresa cuando se eclosiona el huevo.

Minería

Se cree que en la Antártida existen grandes depósitos de valiosos recursos minerales. Se ha descubierto carbón en depósitos comercialmente atractivos, pero no se sabe de la existencia de ningún mineral en cantidades potencialmente útiles. Se cree que existen grandes depósitos de petróleo y gas en la plataforma continental antártica.

Exploración

La Antártida no fue descubierta hasta principios del siglo XVIII, en gran parte a causa de su alejamiento de los otros continentes. Los antiguos griegos fueron los primeros en teorizar sobre la existencia de la Antártida cuando supusieron que en el hemisferio sur debían existir grandes continentes para equilibrar los del hemisferio norte. El capitán de navío británico James Cook fue el primer explorador en cruzar el círculo polar antártico a partir de 1770, pero, aunque circunnavegó la Antártida, nunca avistó el continente. Cook se dio cuenta de que existía un continente meridional por los depósitos de rocas en los icebergs, pero no era el exuberante y poblado lugar que algunos esperaban.

Primeras exploraciones

De 1819 a 1821, una expedición rusa bajo el mando del oficial naval y explorador Fabian von Bellingshausen circunnavegó la Antártida y descubrió algunas islas cercanas a la costa. Probablemente los primeros grupos en avistar el continente fueron el del cazador de focas estadounidense Nathaniel Palmer y el de los oficiales navales británicos William Smith y Edward Branfield; ambos navegaron cerca de la punta de la península Antártica en 1820.

El primer desembarco conocido fue realizado el 7 de febrero de 1821 por otro cazador de focas estadounidense, el capitán de navío John Davis. En 1823 el ballenero británico James Weddell descubrió el mar que lleva su nombre y penetró hasta el punto más meridional que ningún barco hubo alcanzado jamás.

Sin embargo, sólo se concedió el rango de continente a la Antártida a partir de 1840. Tres expediciones nacionales separadas —una expedición francesa a cargo de Jules Dumont d'Urville, una expedición británica al mando de James Ross y una estadounidense dirigida por el capitán de navío Charles Wilkes— navegaron un trecho de costa suficiente como para darse cuenta de que la tierra cubierta de hielo que vieron era realmente una masa continental.

Desde finales del siglo XIX hasta principios del siglo XX numerosas expediciones visitaron la Antártida. Con el estímulo del Congreso Geográfico Internacional varias naciones enviaron expediciones, como la belga, dirigida por Adrien de Gerlache; la británica, dirigida por Robert Scott y Carsten Borchgrevink y la alemana, dirigida por Erich von Drygalski. Gerlache llevó su expedición, la primera realmente científica, a la parte del océano Pacífico de la península Antártica; quedó atrapado en el hielo y pasó el invierno de 1897-1898 allí. La expedición de Borchgrevink desembarcó en 1899 en cabo Adare y se convirtió en el primer grupo de hombres que pasó un invierno en tierra. La expedición de Scott en 1901-1904 usó la isla Ross en el estrecho de McMurdo como base y exploró la plataforma de hielo de Ross y la Tierra Victoria. Desde 1901 a 1903, Drygalski, que era geofísico, guió una expedición por la costa del océano Índico de la Antártida. Scott y Drygalski llevaron globos cautivos y los utilizaron para la observación aérea de la superficie de la Antártida. En esa época también hubo expediciones bajo patrocinio privado: desde Suecia, dirigida por Otto Nordenskjöld; desde Escocia, dirigida por William Bruce, y desde Francia, dirigida por Jean Charcot.

La conquista del polo sur

La búsqueda del polo sur fue el propósito dominante en la siguiente serie de expediciones antárticas. De 1907 a 1909, Ernest Shackleton encabezó una expedición británica que llegó a 156 kilómetros de distancia del polo sur antes de verse obligado a regresar por la falta de provisiones.

Una segunda expedición británica, dirigida por Robert Scott, entró en escena en 1910, al igual que la expedición noruega comandada por Roald Amundsen. Con la ayuda de trineos arrastrados por perros, Amundsen y cuatro miembros de su expedición llegaron al polo sur el 14 de diciembre de 1911. Scott y los cuatro miembros de su equipo llegaron al polo el 18 de enero de 1912, tras arrastrar sus trineos durante la parte más difícil de su ruta. Todos los miembros del grupo de Scott murieron en el viaje de vuelta después de que los noruegos regresaran a su base con éxito. Shackleton volvió a la Antártida en 1914 para intentar cruzar el continente, pero su barco, el Endurance, quedó atrapado en el hielo y fue aplastado. Shackleton y sus hombres volvieron a la isla Elephant, después de cruzar los témpanos de hielo, y finalmente fueron rescatados en agosto de 1916.

Exploración aérea

En la década de los años veinte, la aviación llegó a la Antártida. El australiano George Wilkins y el estadounidense C. B. Eielson fueron los primeros en sobrevolar el continente en avión cuando exploraron la península Antártica desde el aire en 1928. El explorador estadounidense Richard Evelyn Byrd estableció un gran campamento —Little America (la Pequeña América)— en la plataforma de hielo de Ross a principios de 1929 y en noviembre voló al polo sur. Byrd regresó a la Antártida en 1934 con otra expedición. Ambas expediciones incluyeron personal de investigación científica.

Otras expediciones aéreas importantes fueron las dirigidas por el estadounidense Lincoln Ellsworth, que atravesó el continente en 1935; por los noruegos, que condujeron una gran expedición a lo largo del litoral; por los alemanes, que enviaron una expedición aérea en 1938 y 1939; y por la expedición del Servicio Antártico Estadounidense entre 1939 y 1941.

Tras la II Guerra Mundial, los Estados Unidos enviaron la expedición más grande a la Antártida: más de 4.000 personas, apoyadas por trece barcos y más de veinte aviones, participaron en la `operación Salto de Altura', y buena parte de la costa fue fotografiada para preparar mapas.

Acontecimientos recientes

Las exploraciones científicas y sistemáticas a largo plazo de la Antártida comenzaron con el Año Internacional Geofísico (AIG) —del 1 de julio de 1957 al 31 de diciembre de 1958. Doce países establecieron más de sesenta estaciones científicas en la Antártida durante el AIG y recorrieron la mayor parte del continente. Cuando el AIG llegó a su fin, las doce naciones decidieron continuar sus investigaciones durante el año de Cooperación Geofísica Internacional. Los representantes de dichos estados se reunieron en Washington, Estados Unidos, en 1959 para redactar y firmar el Tratado de la Antártida, que decidió dedicar el continente austral por entero a la investigación científica con fines pacíficos; el acuerdo entró en vigor en 1961, y por él se suspendieron todas las demandas territoriales. En 1978 se celebró la Convención para la Conservación de las Focas Antárticas. En 1991, 24 países aprobaron en Madrid un protocolo al Tratado que prohibía la explotación petrolífera o de cualquier otro mineral durante al menos 50 años, si bien no se logró pleno consenso para declarar a la Antártida parque natural mundial. Y en 1994, ante el peligro que suponía su caza indiscriminada, se acordó crear un santuario antártico para las ballenas.

Investigaciones científicas

En la Antártida se han realizado notables investigaciones científicas entre las que se incluyen estudios de glaciología, meteorología, geomagnetismo, control del clima mundial, sismología y física ionosférica. Los océanos ricos en nutrientes que rodean la Antártida son un importante foco de investigación.

Los biólogos han descubierto que los peces de aguas antárticas tienen un componente anticongelante en su sangre que les permite soportar temperaturas bajo cero. Estudios realizados sobre la historia biológica de pingüinos, focas y krill (una potencial fuente de alimento mundial) han proporcionado información nueva sobre la ecología de estas especies. Estudios de carácter internacional han mejorado la comprensión de la reproducción del krill y han permitido a los científicos mejorar sus predicciones sobre los límites seguros para la recolección de este animal.

Los geólogos han reconocido las zonas de rocas más expuestas del continente, incrementando el conocimiento sobre las estructuras geológicas básicas y la historia de la Antártida. Los geólogos glaciares, que estudian los restos del pasado de los glaciares, han descubierto que la Antártida contuvo en alguna época mucho más hielo del que contiene ahora. Los restos fósiles hallados incluyen logros como el descubrimiento de los primeros restos de mamíferos encontrados allí, en 1982, y, el hallazgo del primer dinosaurio fosilizado en 1986. Fósiles de este tipo han proporcionado hasta ahora una secuencia casi completa de la separación del antiguo continente Gondwana. Los vulcanólogos han estudiado extensamente el monte Siple y el volcán en activo del monte Erebus. Los geólogos han recogido miles de meteoros (incluyendo unos pocos y raros fragmentos lunares), apreciados especialmente por haberse preservado a salvo en el hielo de la acción de los elementos u otros deterioros.

Incluso la capa de hielo ha sido materia de intenso estudio durante mucho tiempo. Los glaciólogos de varios países han empleado modernos métodos de investigación como la radioglaciología para obtener información sobre el paisaje debajo de la capa de hielo y descubrir grandes lagos entre el suelo y el fondo del hielo. Los satélites han sido utilizados para trazar el lento movimiento de la superficie de hielo. Los núcleos de hielo de la Antártida dispuestos en hileras, que incluyen un núcleo completo al fondo de la plataforma de hielo de Ross y uno a través del hielo de la Antártida occidental en la estación Byrd, permitieron a científicos franceses, rusos y estadounidenses trazar los cambios climáticos en el continente a lo largo de un periodo de miles de años. Los científicos franceses han colocado radiotransmisores en los icebergs para seguir su movimiento y representantes de los gobiernos de Arabia Saudí y Australia han considerado la posibilidad de remolcar icebergs a regiones áridas necesitadas de agua.

Los científicos también han realizado estudios sobre el calentamiento global del continente. En 1995 surgió un número extraordinariamente grande de icebergs, alterando radicalmente las dimensiones de la placa de hielo.

Los expertos meteorológicos han realizado continuos registros durante alrededor de veinticinco años que proporcionan datos sobre la función de la Antártida en el clima mundial. Una de esas contribuciones ha sido el descubrimiento, observado por primera vez por científicos británicos en 1985, del llamado `agujero en la capa de ozono', que se desarrolla cada primavera antártica en la estratosfera por encima del continente y que desaparece total o parcialmente al final de la estación. El significado de esta reducción en la capa de ozono en las cercanías del polo sur continúa en estudio. Puede ser un fenómeno natural en parte, pero la evidencia indica que la pérdida de ozono está relacionada con el problema de la liberación de clorofluorocarbonos a la atmósfera.

Antártida

Base Amundsen-Scott en el Polo sur
Debido a su clima, extremadamente frío, la Antártida fue el último continente en ser explorado. En diciembre de 1911 el explorador noruego Roald Amundsen fue el primero en llegar al Polo Sur, y en enero de 1912, sólo un mes después, lo consiguió el explorador inglés Robert Falcon Scott. Fue en 1991, cuando 39 naciones acordaron un tratado sobre los problemas de contaminación, que limitaba el turismo y prohibía cualquier actividad en la Antártida que no tuviera fines científicos.

Se han hecho grandes descubrimientos acerca del comportamiento de los virus en un entorno frío y aislado. A menudo durante el invierno, cuando la Antártida está aislada del mundo exterior, se realizan experimentos psicológicos y estudios sobre el sueño.

Antártida

Litoral de Puerto Lockroy
Un barco con investigadores se aproxima al litoral de Puerto Lockroy, situado cerca de la punta de la Península Antártica en el Paso de Drake. En esta región hay una gran variedad de fauna salvaje, que incluye focas y pingüinos, y también hay tres pequeñas bases científicas: la estación Palmer (Estados Unidos), la estación Faraday (Reino Unido), y la estación Brown (Argentina). Fue en la estación Brown donde en 1989 naufragó un barco argentino, derramando unos 643.500 litros de combustible para aviones y combustible diesel. Estos devastadores contaminantes arruinaron diversos estudios sobre la población animal y destruyeron tanto la fauna como el kril, el principal alimento de los rorcuales (una especie de ballenas). El impacto a largo plazo en la región está aún por determinar.

SECTOR ANTARTICO ARGENTINO

Dentro de un continente helado, cuya superficie abarca más de 15 millones de kilómetros cuadrados, (prácticamente el 10 por ciento de la superficie terrestre emergida), cubiertos por una gruesa capa de hielo que, en algunos lugares, llega a los 3000 metros de espesor, la Argentina reivindica un sector cuyos límites son el meridiano 25º Oeste y el 74º Oeste, el Polo sur y el paralelo 60º Sur. La superficie del sector reivindicado por la Argentina es de 964.250 km2.

El sector antártico argentino comprende una parte continental, otra insular y una tercera marítima.

Destacamos, en el sector antártico argentino la cadena denominada Antartandes, por considerársela continuación orogénica de los andes americanos. Además, multitud de islas y canales, que serían, respectivamente, montañas y valles, hoy cubiertos por el mar, que formaban parte de Gondwana.

La mayor parte de ese territorio se halla cubierto por hielos y glaciares, con excepción de unas reducidas playas, particularmente en las Orcadas del sur en las que funciona, desde 1904, la primera base (observatorio meteorológico y base naval) permanente que se estableció en la Antártida.

Debido a su ubicación, el Círculo Polar Antártico permanece en la penumbra durante seis meses consecutivos, para terminar en una noche de 24 horas, el 22 de junio de cada año. Luego comienza a verse progresivamente la luz solar durante otros seis meses hasta arribar al 22 de diciembre, iluminado por el Sol durante las 24 horas.

Un espeso manto de hielo cubre la mayor parte del continente, con un espesor que, en algunos lugares, se acerca a los 2.000 metros. La máxima elevación de la superficie del casquete antártico está cerca del Polo Sur, en la llamada Dependencia de Ross, donde alcanza una altitud superior a los 3.000 m. El espesor del hielo es mucho menor a medida que se avanza hacia la costa y, sobre todo, al cubrir en su desplazamiento las zonas montañosas.

En invierno se congela la mitad meridional del llamado Océano Austral, cubriéndose con una masa uniforme de hielo de 9 mts. de espesor (término medio) que rodea al continente durante el período abril diciembre. Gran parte de esa mole desaparece gradualmente en el verano, pero la fusión del hielo no es total, quedando "montañas" de hielo flotantes que dificultan la navegación.

Esto obliga a estudiar los desplazamientos más o menos regulares de esos "iceberg", tal como se estudian las corrientes marinas.

Respecto del Sector Argentino en particular, se considera que al igual que la parte austral de nuestro territorio continental, incluidas las Islas Malvinas, constituía parte del Continente de Gondwana que se extendía hasta Australia, sur de Africa y de Asia. Esta tesis se ve corroborada por el hecho de haberse hallado fósiles de vegetales y animales de las mismas especies en esas cuatro partes, hoy separadas del hemisferio sur.

Respecto de la vida animal y vegetal, el hallazgo de fósiles de ambos reinos denotaría que la Antártida ha experimentado, desde muy antiguo, profundos cambios climáticos que habrían favorecido el desarrollo de especies típicas de ambientes tropicales.

La escasísima vegetación que hoy se encuentra en tierra firme se localiza sobre rocas batidas por el mar, o donde el marcado declive impide la acumulación de hielo o de nieve.

La vegetación es más fácil de hallar en la sección insular, particularmente en verano, por ser la más alejada del casquete polar. En general, se trata de asociaciones vegetales del tipo tundra (musgos y líquenes).

La vegetación acuática es más rica en especies que la terrestre. En las aguas menos profundas suelen aparecer determinadas especies de algas. Bacterias y hondos desprovistos de clorofila y algas microscópicas (diatomeas) que se encuentran diseminadas en todo el mar, aun a considerables profundidades.

fauna acuática y aérea. Abunda la avifauna, representada por albatros, petreles, gaviotas, cormoranes y chorlos gigantes, también llamados "palomas de mar". Su hábitat terrestre son especialmente las islas adyacentes a la Antártida, desde las que emprenden vuelos increíblemente largos. Se alimentan de calamares y otros habitantes del mar.

La vida animal en los mares es abundante en el verano, dada la mayor presencia de plancton, focas, pingüinos, lobos de mar, ballenas azules y elefantes de mar.

La presencia del pingüino se circunscribe a la zona costera por el hábito de anidar entre las rocas una vez desprovistas de nieve. En marzo se alejan mar afuera montados en témpanos flotantes.

La ballena azul, krill, el cachalote, codiciado principalmente por encontrarse en su estómago el "ámbar gris", de gran valor en perfumería de alta calidad.

Diversas convenciones han tenido como tema prioritario acordar una legislación que permita la protección de los recursos naturales del continente:

Convención sobre la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos.

Realizada en Camberra (Australia) en mayo de 1980, dentro del ámbito de las

"Una importantísima actividad económica fue inaugurada por nuestro país en la zona antártica: los cruceros turísticos.El primero fue llevado a cabo entre enero y febrero de 1958, organizado por el Comando de Transportes Navales y del que participaron 200 turistas. Al año siguiente, el buque "Yapeyú" realizó el segundo viaje y desde entonces la Secretaría de Turismo tuvo a su cargo la dirección de la tarea.

Respecto del turismo en la Antártida Argentina, los buques que sucesivamente transportaron los grupos turísticos fueron el "Río Tunuyán" y la turbonave "Libertad". Estos cruceros, zarpando de Ushuaia, recorren la parte occidental de la Península Antártica hasta el círculo polar antártico, si las condiciones glaciológicas lo permiten, visitando las bases de la zona "Dirección Nacional del Antártico".




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Enviado por:Fernando Cacciavillani Y Varios
Idioma: castellano
País: Argentina

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