Filosofía


Zubiri


ZUBIRI

Lo que le interesa a Zubiri es la ética formal, lo que pretende es formular filosóficamente lo bueno.

El hombre al hacer su vida elige unas posibilidades y rechaza otras, y es así como va haciendo su vida. En cada situación se le ofrecen varias posibilidades. El hombre está obligado a elegir, tiene la necesidad de apropiarse de unas posibilidades que hacen de él una realidad peculiar. El hombre tiene dos tipos de propiedades: unas que tiene, que le son propias, que le son por naturaleza y otras que son por apropiación que es lo que Zubiri entiende por realidad moral. El hombre tiene que hacerse cargo de la realidad.

Pero estos actos humanos tienen que estar justificados.

  • JUSTIFICACIÓN

  • El hecho de la justificación es lo que va a establecer la diferencia entre un hombre y un animal. El animal tiene que dar una respuesta adecuada, un equilibrio entre el medio y su estimulo. El animal viene ajustado al medio, como un tornillo a un conjunto, pero el hombre no viene ajustado a la vida, el hombre tiene que hacerse cargo de su situación, tiene que enfrentarse a la realidad.

    Mientras que para el animal, el agua es algo que apaga la sed, para el hombre es una realidad refrescante. Para lo que el animal es medio para el hombre es mundo. El hombre tiene que considerar a la realidad antes de enfrentarse a un acto, y esto es moverse en una pura irrealidad. El animal tiene la vida hecha, no tiene que considerar la realidad, simplemente se lanza, el hombre no, tiene que tener justificación. Responder a la pregunta de porqué he hecho esto.

    La justificación consiste en pedir cuentas y esto es propio del hombre, si el animal pudiera hablar se le podría pedir explicaciones pero no cuentas. Al hombre se le pide dar razón de un acto. Es dar razón de la posibilidad que se ha puesto en juego para hacer algo, de todas las posibilidades que hay en juego sólo una es la posibilidad posibilitante. Justificar es elegir lo preferible.

    El problema de la justificación. Justificar no es sólo elegir, sino decir porque la elijo, no es sólo decir cual es la posibilidad elegida (posibilitante) sino porque razón es esa y no otra. Para esto surge la preferencia, hay muchas posibilidades y yo elijo una, justificar es dar razón de la razón, es dar razón de la preferencia. Sólo con la libertad no se justifican nuestros actos, hay que mirar más adentro, sólo diciendo porque he querido no hay justificación moral. El hombre tiene que ajustarse a la realidad, tiene que hacerlo libremente, pero después tiene que verse a sí mismo y a su entorno.

    Zubiri se va de las posibilidades al individuo y habla de las tendencias. Las necesidades son las tendencias que abren al hombre el campo de las posibilidades. Todas las posibilidades son candidatas a ser elegidas.

    Lo que lanza al hombre a tener que elegir son las tendencias, éstas hacen que unas posibilidades sean preferibles a otras. El hombre se encuentra llevado a preferir, hay unas posibilidades preferibles a otras.

    Sé que tengo estas tendencias pero ¿qué me hace preferir? ¿cuál es la posibilidad que tengo que preferir?

  • La presión social. Cada sociedad tiene un sistema de normas y de éstas dependerán las tendencias, dependemos de una presión social, según el contexto social en el cual nos encontramos. Zubiri está en contra de esto, de la mayoría, del hecho de que todos hagan algo, el hombre puede volverse contra esta presión social.

  • Según Kant, una acción está justificada cuando el hombre la realiza por cumplir con su deber, el deber por el deber, es la buena acción según Kant. Según él, el imperativo llega demasiado tarde. Zubiri dice que con esto no queda justificada la acción de un acto, Kant ha reducido de forma arbitraria el problema de la justificación al problema del deber, pero todo no se hace por deber, está claro que no habrá moral sin un mínimo de deber, pero el deber agotaría la moral. Kant ya da por sabido lo que se debe hacer, pero ¿por qué tiene el hombre deberes? Kant dirá que el deber tiene la condición humana.

  • Scheller critica a Kant y dice que mucho antes de los deberes están los valores. Para él hay unas cosas que valen más que otras, están jerarquizados, el hombre dotado de valores percibe que un valor es superior a otro. Según Scheller una acción queda justificada cuando se elige lo más valioso. Zubiri dirá que todo esto no es suficiente, que la pura jerarquización de valores no constituye deberes.

  • El valor por muy objetivo que sea, siempre tiene un valor determinado para alguien, la objetividad parte de una subjetividad, no hay objeto sin sujeto, si el hombre no entra en escena, nadie podría decir que hay valores. La realidad no es soporte de valores, sino que vale por sí. Zubiri no quiere la separación entre valer y cosa.

    El ámbito en el que el hombre considera que unas cosas son preferibles a otras, no es sólo lo social, el imperativo, el valor, sino la realidad buena. Lo que hace preferible unas cosas a otras es la bondad de la realidad, la cosa misma, es el ser quien es bueno.

    Zubiri quiere que nos vayamos a la realidad.

    Y ahora nos preguntamos: ¿qué es los que se justifica? Zubiri primero dirá que es un acto y verá que se equivoca, luego dirá que lo que se justifica es un recurso donde se da la acción, y entonces lo que se justifica es la vida, pero esto tampoco es correcto. Lo que se justifica es la persona, el acto no es moral, la persona sí, el hombre entero es una realidad moral. Lo qué Zubiri justifica es su personalidad. Cada acto que realice la persona va a ir definiendo su personalidad, la van a ir creando. Cada uno se va haciendo su propia personalidad, esto es lo moral.

    Nacemos personas, y a lo largo de los actos vamos haciéndonos una personalidad moral, una cosa es la persona y otra la personalidad, que es lo que vamos haciendo.

    Es indiferente que haga una cosa buena o mala, haga lo que haga, me está constituyendo.

    Para Zubiri la realidad humana es realidad moral, la realidad humana se caracteriza porque tiene que hacerse, es realidad moral.

  • REALIDAD MORAL.

  • Aquí se puede ver a Aranguren, ya que según él, antes de una moral de contenido hay una moral de estructura. Lo que vemos en Zubiri es una moral de estructura, porque las acciones del hombre no vienen determinadas, sino que hay que determinarlas. El hombre es libre de preferir entre las posibilidades que se le ofrecen, el hombre tiene que hacer su libertad. Esto, como ya hemos dicho, es la moral como estructura.

    La moral de contenido, es más concreta, consiste en responder qué es bueno y qué es malo. Sin moral de contenido no hay moral.

    El problema moral consiste en que el hombre elija, en que la persona vaya dirigida hacía aquellas posibilidades que parecen las mejores. No consiste en un decreto sobre lo bueno y lo malo, sino en que la persona se dirija hacía lo mejor.

    Zubiri dice que lo moral, es aquello que se mueve en la diferencia entre el bien y el mal, y es el hombre el que se mueve entre esta diferencia, pero esa diferencia no es radical, sino que remite a otra línea previa que dice que son buenas o malas las cosas, tal es la estructura moral del hombre. Hay moral porque el hombre es estructura moral, y por ello hay bien y mal.

    El deber se funda en el bien y el bien se funda en el carácter racional del hombre, Zubiri dice que lo moral es mirar al hombre.

    Hablar de que el hombre es moral no quiere decir que estemos calificando los actos del hombre como buenos o malos. El animal es constitutivamente amoral.

    Porque el hombre es moral, puedo luego llamar buenos o malos sus actos. El carácter moral del hombre no es que esté oscilando entre el bien y el mal, sino que constitutivamente no tiene más remedio que oscilar entre el bien y el mal.

    El problema está en averiguar en qué consiste el carácter moral del hombre, todas las acciones del hombre, en tanto que hombre, son morales.

    La filosofía clásica responde a la cuestión y dice que lo ha resuelto a través de la voluntad del hombre. Dice que el hombre tiene una voluntad moral que le lleva a los medios y a los fines para realizar un acto.

    ¿Qué es lo que quiero y porqué lo quiero? Es la cuestión fundamental del asunto. De ahí que la filosofía clásica se cuestione que es el querer.

    Volición es querer, está el querer en sentido afectivo, y el querer en sentido de una determinación, del acto de voluntad.

    El acto de voluntad consiste en la fruición, que es la complacencia en algo real, en cuanto real. El hombre cuando quiere, quiere una realidad y se goza en ella. Para que haya fruición no basta que haya complacencia, es necesario que esa realidad esté en tanto que realidad frente a mí.

    La esencia de la volición es la fruición, no el despliegue de fines y deberes, no es un acto que pende de una razón, es atenerse gozosamente a la realidad.

    La volición no es primariamente un acto de voluntad reflexiva, antes es una fruición y para ello se necesita una inteligencia. Antes de que la voluntad tenga dimensiones intencionales, está la fruición. Zubiri dice que el hombre es un animal de realidad, es un animal que está instalado en la realidad.

    Caracterizar la acción moral es insuficiente, porque tanto los medios como los fines, antes de serlo son realidades. El hombre se mueve antes entre realidades.

    El acto de volición consiste en apropiarse de alguna de esas posibilidades, y eso constituye el acto moral, apropiarse es más preciso que elegir. Todo lo moral es una apropiación de posibilidades. Apropiación =fruición = moral.

    Para Zubiri el hombre está inmerso en la realidad. Como hemos dicho el acto de volición consiste también en apropiación, el hombre es moral porque se apropia de posibilidades. Lo moral no consiste en buena intención, antes que eso está la apropiación de posibilidades.

    Todo aquello que hay en mi porque yo lo he ido eligiendo es moral, es todo lo que he hecho de mí mismo y todavía puedo ser muchas cosas, que es la dimensión moral que aun me queda.

    Lo bueno y lo malo no tiene entidad, sino que hay un hombre con entidad moral, y es entonces cuando aparece lo bueno y lo malo.

    La realidad en tanto que apropiable por el hombre es lo que constituye el bien. Si el hombre no fuera una realidad moral, las realidades no serían ni buenas ni malas.

    Siempre estamos condenados a querer el bien, que es la felicidad.

    Ante esta afirmación: “Bueno es lo que todos desean”, Zubiri opina que no es del todo falsa, pero que es ambigua, con esa afirmación no se describe lo que es el bien, sino los bienes que hay.

    Zubiri propone la fruición que es mejor que el deseo.

    Scheller dirá que el valor es el bien y que son estimables por sí mismos y que son objetivos, y lo que nosotros llamamos bien, para él es el valor. Zubiri dirá que esto no es del todo falso, pero que la realidad no posee unos atributos llamados valores, el valor vale como forma de posibilidad humana, pero nada más.

    El hombre aunque quiera no se puede dejar llevar por los deseos.

    La diferencia moral.

    Alude al bien y al mal, hay bien y mal porque hay felicidad. Lo que nos acerca a la felicidad es el bien y lo que nos aleja es el mal. El bien y el mal son como dos pendientes de un único bien que es la felicidad. Lo positivo es el bien, lo que nos conduce a una felicidad y lo negativo es el mal, lo que nos aleja de la felicidad.

    San Agustín dirá que el mal es una deformidad, un desorden, una ausencia de... Zubiri dice que esta tesis es insuficiente porque no trata el mal físico.

    Hay que ver cuales son las condiciones de posibilidad que hacen que el hombre vaya a una u otras posibilidades. La posibilidad positiva es la que converge a la felicidad.

    La mala voluntad no es ausencia de rectitud, sino positiva presencia en la que se puede querer el mal. El bien y el mal se distinguen respecto a la felicidad del hombre.

    Lo real en tanto que apropiable es el bien para Zubiri. El hombre siempre está en situación y tiene que salir de ella, y todos queremos hacerlo de la mejor manera posible.

    La felicidad es constitutivamente indeterminada, cada uno va determinando lo que es su necesidad, también cada hombre va buscando la verdad, pero depende de lo que para cada uno sea la verdad.

    La felicidad es en sí misma moral, porque nos vamos apropiando la felicidad. Somos morales porque necesariamente queremos ser felices. En función de la felicidad, lo bueno y lo malo son dos pendientes que tienden a la felicidad. Cada hombre en cada situación está buscando la felicidad.

    Zubiri critica a los que piensan que la felicidad consiste en salir de una situación con el menor esfuerzo posible y de la mejor manera, esto sería la complacencia. Zubiri dice que hay que dar entrada al bienestar, pero que el hombre no se puede quedar sólo en ese nivel. Dice que en la felicidad va envuelta la realidad entera del hombre. La felicidad es indeterminada, es caduca, es múltiple, el bienestar es parcial, es concreto, no se puede ser feliz sin bienestar pero no sólo se es feliz con eso.

    Al hombre, como ya hemos visto, se le ofrecen muchas posibilidades que son apropiables, pero todas no valen igual con respecto a mi felicidad, la posibilidad más apropiada es la que nos lleva a la felicidad. Hay una posibilidad que hace que se llegue de forma más rápida y clara a la felicidad, pero hay que saber cual es.

    El carácter moral del hombre es la apropiación, el bien es la realidad en tanto que apropiable, el deber es la realidad en tanto que más apropianda, el deber es el carácter debido de una posibilidad. El hombre a golpes de elección va definiendo su personalidad, éstas definiciones no son definitivas pero sí definitorias. El deber no es una posibilidad entre otra sino aquella que es más conducente a la felicidad del hombre. Si no tuviéramos la necesidad de ser felices entonces no habría deberes.

    Para Zubiri los deberes no son normas, sino propiedades de la realidad, un deber son las posibilidades en orden a la felicidad. Sin la felicidad no habría deberes. El hombre es una realidad debitoria, el hombre quiere necesariamente ser feliz y está debitoriamente ante sus posibilidades.

    El deber brota de la posibilidad misma, de la realidad. No son imposiciones externas, lo propio del deber es ser algo muy apropiado, no hay primariamente deberes pre-establecidos porque no sabemos las verdades con las que se va a encontrar en hombre.

    Los deberes no brotan de los valores como diría Scheller, los deberes penden de la realidad humana en tanto que perfección o felicidad, son independientes de la voluntad. A lo único a lo que el hombre está debido es a su propia felicidad.

    El hombre al ir resolviendo sus posibilidades traza la figura de su felicidad, yo voy labrándome mi propia idea de felicidad, somos responsables de nuestra propia idea de felicidad.

    Cuando se elige uno está auto definiéndose, detrás de cada decisión hay una actitud ante la vida. Es en el momento de la muerte cuando ya el hombre no puede apropiarse de nada más.

    Estamos vinculados necesariamente a la felicidad.

    En principio nadie me puede decir cuales son mis deberes. Necesariamente tiene que haber distintas morales, distintas concepciones de felicidad.

    Según Zubiri hay muchos tipos de moral en el planeta, los que optan por esta multiplicidad son los relativistas, pero Zubiri dice que ese relativismo es insuficiente y que no es suficientemente relativista.

    La primera critica que hace Zubiri es que la sociedad no daría esos deberes si el hombre no fuera una realidad debitoria. Porque el hombre es debitorio, la sociedad puede crear un sistema de deberes.

    El relativismo se queda sólo en la multiplicidad de deberes, pero en el fondo de toda moral late una idea de hombre.

    ¿Cómo es posible que de una idea de hombre, surjan en la sociedad varias morales?

    Una idea de hombre genera un tipo de moral que va cambiando a lo largo del tiempo, las cosas cambian porque cambia el individuo, cada individuo tiene que hacer la moral, su vida. Ese cambio es de dentro a fuera. No sólo la sociedad constituye la moral, sino que la moral también constituye la sociedad.

    Y ¿cómo es que hay innumerables ideas de hombre? Porque el hombre es una realidad abierta estamos abiertos, por eso hay muchas ideas de hombre. Al hombre le pertenece la propia idea de que sí mismo tiene, el hombre va creando ideas de sí mismo.

    El hombre es una sustantividad abierta y esto no lo puede cambiar, lo que puede cambiar es la idea de perfectio, cambia la idea de hombre pero no la sustantividad humana. Es la perceptibilidad del hombre lo que da lugar a las distintas ideas de hombre. Las ideas de hombre no brotan de su sustantividad, él las inventa, las crea. Persiguiendo esa felicidad va barajando ideas de hombre de manera que unas les satisface más que otras.




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    Idioma: castellano
    País: España

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