Víctor nace el 28 de Septiembre de 1932 de padres campesinos: Manuel (inquilino) y Amanda. Su infancia transcurre en Lonquén y su juventud en Santiago, en la población Nogales.
Víctor Jara fue apoyado siempre por su madre, Amanda. Ella tuvo que hacerse cargo de la casa cuando el padre, Manuel, se fue a trabajar al campo, ella era muy trabajadora y su optimismo ayudó a dar fuerza a su familia, fue una gran influencia sobre el estilo que siguió después Víctor Jara. Víctor, terminó sus estudios primarios y secundarios. Tristemente, Amanda murió cuando Víctor era muy joven. Fue cuando decidió entrar al Seminario Redentorista de San Bernardo. Se sentía muy solo y creyó que el acercarse de esa forma a la Iglesia lo ayudaría, pero después de casi dos años, estaba desencantado con la religión así que abandonó el Seminario y se unió al ejército, por muy poco tiempo. Volvió a Lonquén sin trabajo y empezó a estudiar la música folclórica chilena con un grupo de amigos. Durante este tiempo, desarrolló interés por el teatro y estudió actuación en la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile. Durante estos y años posteriores participó en muchas producciones teatrales. También empezó a cantar música folclórica, tiempo en el cual tiene su primer contacto con Violeta Parra.
Víctor Jara era parte importante en la vida política del país. En 1966 hizo su primer disco en solitario: “Víctor Jara”. Los años siguientes continuará como director teatral, pero pasará más tiempo en sus canciones y en actividades políticas hasta 1970, cuando abandona completamente el teatro para dedicarse en tiempo completo sus otras actividades sociales.
Las obras de Víctor Jara, están llenas de conocimiento de la gente sencilla. Tuvo un amor verdadero por los trabajadores del campo y muchas de sus canciones hablan de las injusticias y abusos contra el pueblo, también hablan de la desigualdad entre la clase dominante y los dominados, Víctor Jara era la voz de los no escuchados. En sus obras trató de dar a conocer sus ideas progresistas y comunistas, los sufrimientos y la vida de los obreros y campesinos, las injusticias, la unidad y los derechos de la clase trabajadora, y también demostrar su amor hacia el pueblo.
Víctor adherió a la filosofía Marxista, con adecuaciones personales a la realidad chilena que se expresaban en: la idea de un hombre nuevo, solidario, justo, hermano; el estado como el gran distribuidor equitativo de los recursos; la comunidad de bienes, para que todo el pueblo tenga acceso a ellos, logrando así un mejor futuro para los trabajadores y para Chile en general.
Su pensamiento político, basado en la doctrina comunista, adhiere a la lucha de clases y a la participación organizada de los trabajadores en un partido único que los represente, adquiriendo éstos un rol fundamental para el país.
Dirigió y participó como cantante en un ciclo de programas de televisión en contra de la Guerra Civil y del Fascismo, acogiendo el llamado hecho, en ese sentido, por Pablo Neruda.
Durante esos años, se puede ver la devoción de Víctor Jara por la política en su apoyo a la presidencia de Salvador Allende en 1970. Realizó varios recitales, al igual que muchos artistas de “la nueva canción” (este movimiento es responsable en Latinoamérica de muchas revoluciones), ayudando a Salvador Allende. La campaña de Allende resultó exitosa y fue elegido Presidente de Chile. Gobernó con mucha oposición, lo que desencadenó el golpe de estado de los militares, el día 11 de Septiembre de 1973. Ese mismo día, Víctor, se dirigió a la Universidad Técnica del Estado, su lugar de trabajo, donde cantaría en la inauguración de una exposición, desde donde se dirigiría al país el Presidente Allende. Los militares rodearon el recinto universitario, ingresando a él el día siguiente, tomando detenidos a todos los profesores y alumnos que se encontraban en su interior.
Finalmente, los militares llevaron a Víctor Jara y a otros prisioneros al Estadio Chile, el lugar donde Víctor se presentó en favor de la campaña de Allende. Durante los días que estuvo detenido, vivió en cárceles sucias y frías, sin comida ni bebida, pero las historias que relatan otros prisioneros, revelan que Víctor Jara siempre pensaba en sus compañeros, a pesar de las duras condiciones que estaban viviendo. En ese lugar escribió un poema llamado “Estadio Chile” (o canto que mal me sabes) que relata la manera en que se encontraban los prisioneros en el estadio. Recibió muchos golpes y fue torturado, pero a pesar de los malos tratos y de los negros momentos vividos, pudo cantar maravillosamente una parte de una canción de la Unidad Popular. Después de esto, recibió más golpes brutales y con una ametralladora le dieron muerte.
“En mitad de la larga fila de cadáveres descubrí a Víctor. ¿Qué te han hecho para consumirte así en una semana?. Tenía los ojos abiertos y parecía mirar al frente con intensidad desafiante, a pesar de una herida en la cabeza y terribles moretones en la mejilla. Tenía el pecho acribillado y una herida abierta en el abdomen; las manos parecían colgarle de los brazos en extraño ángulo, como si tuviera rotas las muñecas; pero era Víctor, mi marido, mi amor. En ese momento también murió una parte de mí”. Así describe Joan Jara el encuentro con el cadáver de Víctor en el libro “Un Canto Inconcluso”.
Aun hoy, las canciones políticas y humanas de Víctor Jara son respetadas en muchas partes del mundo, y la idea de la Nueva Canción y de la música política tienen mucha fuerza en el mundo. Víctor Jara fue un buen modelo de cantante inteligente y sincero. Como resultado, las canciones de Víctor Jara son testigos de la fuerza y grandeza de su vida.