Literatura


Un mundo feliz; Aldous Huxley


UN MUNDO FELIZ

En éste libro Aldous Huxley presenta una visión futurista de la sociedad. Una sociedad en la que los hombres trabajan para la ciencia, una sociedad basada y controlada por la ciencia.

Antes de empezar a relatar la historia que en el libro se cuenta creo que lo mejor es describir la sociedad que aparece:

Ésta sociedad está situada alrededor del año 700 después de Ford (su Dios, su héroe, su “padre”) en Londres, es una sociedad basada en el consumismo y en la comodidad, en la que están prohibida la religión, libros culturales y cualquier otra cosa que transmita a los habitantes ideas que puedan cambiar su condicionamiento, que puedan hacer que éstos se revelen contra la sociedad o contra la vida a la que han sido predestinados. Está dirigida por personas ambiciosas cuya meta es conseguir dinero y controlar la sociedad a su antojo, sin importarles la libertad ni los sentimientos de las personas.

Los habitantes se dividen en diferentes castas y cada casta a su vez se divide en más y menos. Los de la casta Alfa digamos que son “perfectos”, son los más listos, con mejor cuerpo y son los que ocupan los cargos directivos. Los de la casta Beta son menos inteligentes que los Alfa, pero también son respetados en la sociedad y se ocupan de supervisar el trabajo. Luego están los Gammas, menos inteligentes que los anteriores y más feos, trabajan en las fábricas. Por último están las castas de los Deltas y la de los Epsilones, que son los menos agraciados, tanto física como psicológicamente, están para servir al resto de las castas y ocupan los peores trabajos: recepcionistas, ascensoristas… Las personas en esta sociedad no son vivíparas, sino que nacen in vitro, a modo de una cadena de montaje. Los de las castas Gamma, Delta y Epsilon, cuando el óvulo tiene 36 horas es sometido al método de Bokanovsky a través del cual se podían obtener de un solo óvulo miles de personas idénticas, ya que al detener el desarrollo de los óvulos estos reaccionaban dando miles de brotes. Según pasan por esa cadena de montaje a los embriones se les van suministrando todo tipo de medicamentos y “pócimas” para que cuando nazcan no tengan enfermedades, ni defectos. Dependiendo de la casta a la que vayan a pertenecer se les inyectan unas cosas u otras. Por ejemplo, a los que están predestinados a ser Epsilones en un momento determinado de su formación como embriones se les echa alcohol para interrumpir su crecimiento y así cuando vivan sean enanos. Los embriones son alimentados con sucedáneo de sangre y según la casta se les aplica más o menos oxigeno y nutrientes a la sangre siendo la cantidad mayor según aumente la casta a la que van a pertenecer.

Cuando nacen, durante muchos años, son condicionados. Este condicionamiento les hace esclavos de la sociedad, de su propia vida, vida que les ha sido impuesta, esclavos de una droga que toman llamada soma para evadirse de la realidad en momentos difíciles. Este condicionamiento les hace creer que son libres, felices, que les guste trabajar, que les guste el ocio, que compren cuando algo se les queda viejo o estropeado en vez de arreglarlo, que odien la naturaleza, pero no los juegos al aire libre… Algunos de los métodos de condicionamiento son: la hipnopedia, a través de la cual al niño se le enseñaba, cuando estaba dormido y con un número determinado de repeticiones, una serie de argumentos, que de tanto repetirlos se convertían en una realidad para los individuos. Otro tipo de condicionamiento es el neopavloviano, con el que se condicionaba a los niños a través de asociaciones entre objetos, premios, castigos. Por ejemplo, para que odiasen la naturaleza se les ponían unas flores delante y cuando se acercaban les daban una descarga eléctrica, con lo que los niños le cogían odio a las flores y por tanto a la naturaleza, pero no a los juegos al aire libre. Éste método es utilizado en la vida real ya que cuando queremos acostumbrar a que un niño pequeño haga o no haga algo le premiamos o le castigamos con alguna acción u objeto, es decir, si un niño hace algo que queremos que haga le premiaremos con besos, abrazos, juguetes, algo que al niño le guste, en cambio si el niño hace algo que no queremos que haga le castigamos prohibiéndole hacer algo que le guste o quitándole algo durante un tiempo para que así aprenda lo que está bien y lo que está mal. Los condicionamientos servían también para que la gente amase la vida que les había tocado vivir, que les habían impuesto y que no se revelasen contra ella.

Aquí está mal visto tener una pareja durante mucho tiempo, es impensable tener madre, hijos. Las mujeres desde niñas son entrenadas con ejercicios maltusianos y acostumbradas a utilizar métodos anticonceptivos para no quedarse embarazadas, es más, su vestimenta habitual consta de un cinturón repleto de métodos anticonceptivos. En ésta sociedad no existen enfermedades, suciedad, la vejez (la esperanza de vida es de unos 60 años, pero cuando se llega a esa edad se sigue teniendo la misma agilidad, fuerza… que a los 20)

En esta sociedad vivía un tipo llamado Bernard Marx que pertenecía a la casta Alfa-Más aunque no lo pareciese ya que, según decían, habían echado alcohol en su frasco por error lo que había provocado que fuese diferente a los de su casta. Bernard era algo rarito comparado con el resto de civilizados, ya que estaba en contra de tomar soma, no le gustaban los juegos de ocio que todo el mundo practicaba y al no hacer nada de eso tenía el suficiente tiempo libre para pensar en cosas que no debía pensar, en cosas que si las divulgaba podrían destruir la sociedad. Bernard era un chico algo despreciado junto con su amigo Helmhotz Watson, mayor que Bernard, un hombre demasiado listo, lo que provocaba que también estuviese marginado. Bernard estaba harto de ser parte de la sociedad, estaba harto de ser sólo un parte más de algo en lo que él no estaba de acuerdo, la civilización. Otro personaje de éste libro es Lenina Crowne, una trabajadora del Centro de Incubación y Condicionamiento de la central de Londres. Es una chica normal como el resto de civilizados, es guapa según los comentarios del libro y siente una cierta atracción por Bernard Marx, le parece simpático. Lenina le había contado lo que sentía por Bernard a una amiga suya y ésta le había contestado que estaba loca, que Bernard era un tipo muy raro y bajito, pero que debía salir con alguien, quien fuera ya que llevaba con el mismo hombre varios meses, y esto estaba mal visto en la sociedad civilizada.

Un día Bernard le propuso a Lenina ir juntos a una reserva salvaje, donde vivía gente sin civilizar, y Lenina tras estar un tiempo pensándoselo aceptó. La decisión de la muchacha puso muy contento a Bernard, quién se apresuró por organizarlo todo lo antes posible. Cuando Bernard fue al DIC, para que le firmara los permisos, éste empezó a contarle que él había estado allí cuando tenía la edad de Bernard. Le contó que había estado durante unos días y que la chica que le acompañaba había desaparecido de la noche a la mañana. La estuvieron buscando, pero nadie la encontró, así que tuvo que volver solo a Londres.

Cuando Bernard consiguió todos los permisos para marchar él y Lenina fueron hacia la reserva y se hospedaron en un hotel. Al día siguiente partieron hacia la reserva, llamada Malpaís, dirigidos por un hombre no civilizado que a ninguno de los dos le gustaba. Por el camino se encontraron con niños vestidos con ropas raras, con el torso descubierto y que no olían muy bien. De la reserva no se podía escapar, ya que estaba rodeada por una valla electrificada. Cuando llegaron al poblado el guía les condujo a una casa. Bernard estaba asombrado y Lenina asustada, ya que nunca habían visto nada igual, para ellos era impensable ver algo así. El pueblo estaba lleno de suciedad, perros, viejos, mujeres amamantando sus hijos, algo que a Lenina le ruborizó. Cuando entraron en la casa Lenina se quedó decepcionada, eso no era lo que ella esperaba. No había higiene ninguna, ni maquinas de perfumes, ni de masajes, nada. Todo esto a Lenina le horrorizó.

Cuando se asomaron a la ventana de la parte de atrás de la casa podían divisar la plaza, repleta de gente, ya que se iba a celebrar un rito religioso para que ese año lloviese. Bernard y Lenina se quedaron contemplando. El rito empezó y de unos subsuelos que había en la plaza empezaron a salir hombres con máscaras y pintados hasta perder forma humana. Cuando salieron todos se pusieron a bailar, al son de los tambores y de los cantos de hombres y mujeres, en torno a la plaza. El hombre que dirigía a los bailarines se acercó a unas cajas de madera y empezó a sacar serpientes que arrojaba a los danzarines. Tras estar un tiempo bailando arrojaron todas las serpientes al centro de la plaza y del subterráneo salió un anciano que les echó harina de maíz junto con el agua que una mujer echó de un jarro negro. Cuando el anciano de las serpientes dio una señal la música se paró, los bailarines se apartaron y del subsuelo salieron, como elevados por unas manos invisibles, la imagen de un hombre crucificado y la de un águila. Cuando el anciano dio otra señal de entre el publico salió un muchacho de 19 años vestido tan solo con una toalla blanca de algodón. El muchacho empezó a dar vueltas a la plaza y detrás de él iba un hombre con una máscara de coyote y un látigo. Como si el chico no se hubiese dado cuenta de la presencia del hombre siguió danzando en torno a la plaza y el hombre del látigo empezó a azotarle. El muchacho se estremecía del dolor, pero seguía caminando como si nada y sin separar los labios para quejarse. Así continuó una y otra vez hasta que el chico calló al suelo con la espalda llena de sangre. Luego el viejo pasó una pluma blanca para comprobar que el muchacho sangraba y para demostrárselo a la gente que presenció el rito. Al final todo el mundo se marchó y se quedó el muchacho solo, tendido en medio de la plaza hasta que unas mujeres le cogieron y lo metieron dentro de una casa. Bernard y Lenina se quedaron asombrados ante tanta crueldad y a la muchacha le entraron ganas de irse. De repente apareció un hombre joven, con el pelo rubio y rizado y con el torso descubierto, se llamaba John. A Lenina le pareció un chico muy guapo y a John le pasó lo mismo con Lenina. Cuando ya se habían conocido John les llevó a conocer a su madre, una mujer gorda, llena de arrugas, se llamaba Linda. Cuando Linda vio a los civilizados se puso muy contenta y empezó a abrazar y a darle besos a Lenina, algo que a ésta le desagradó mucho. Linda a pesar de que vivía en la reserva, como los salvajes, antes había sido una civilizada. Cuando se puso a contarle su vida a Lenina ésta se había dado cuenta de que Bernard y John se habían ido a hablar. Mientras John y Bernard paseaban por el pueblo, John le contó su vida y la de su madre en la reserva a Bernard. Éste estaba perplejo observando el pueblo y dijo que nunca conseguiría entender todo aquello a no ser que se lo explicasen.

John le contó que su madre llegó allí cuando vino de viaje con su novio. Por lo visto un día Linda salió a pasear y al caer por un pequeño barranco quedó mal herida y no pudo volver. Su novio la estuvo buscando, pero no la encontró y se fue “al otro lugar” (Londres) sin ella. Cuando Linda se recuperó y quiso volver a Londres se dio cuenta de que estaba embarazada, algo que si volviese la marginaría del resto de la sociedad, por lo que tuvo que quedarse allí para siempre. Cuando John le contó esto a Bernard éste se dio cuenta de quien era Linda. John decía también que las mujeres del pueblo pegaron una vez una gran paliza a su madre porque mantenía relaciones con muchos hombres, algo que para ella era normal, pero que en la reserva estaba muy mal visto. Uno de los hombres que visitaba a Linda se llamaba Popé, era un hombre muy oscuro de piel y que siempre llevaba a casa de John una calabaza llena de algo que parecía agua pero que no lo era, porque quemaba en la garganta y provocaba una gran resaca, lo llamaba mescal.. Popé no le caía bien a John, le odiaba.

Linda le enseñó a John a leer, pero el único problema que había, era que ella no tenía libros para que John practicase, sólo un manual de la fabrica de fecundación, un libro muy aburrido para John. Un día llegó el momento de hacerse adulto y John junto con los demás niños de su edad fue a hacer el rito para completar su madurez. Pero antes de llegar al lugar del rito un hombre apartó a John de la fila y le dijo que se fuese, que él era blanco y no podía hacerlo. John le ignoró y volvió a colocarse en la fila, y así unas cuantas veces más, hasta que los niños empezaron a tirarle piedras. John decepcionado celebró el rito por sí solo y se pasó los días correspondientes en la montaña, hasta terminar el ritual. Al oír esto Bernard le contestó a John que a él también le tenían marginado, que sólo por ser diferente lo trataban como a un don nadie. Cuando volvió a casa se encontró a Linda bebiendo mescal y un libro que nunca había visto. Cuando preguntó de quién era, Linda le dijo que era de Popé, que lo había encontrado dentro de un arca y que debía de tener cientos de años, porque estaba muy deteriorado. John se puso a leerlo y las palabras escritas en el libro le penetraron, como el sonido de los tambores. Un día John se fue con un viejo de la reserva para que éste le enseñase a modelar con arcilla. Se pasaron todo el día haciendo cosas con la arcilla. Cuando acabaron, el viejo le dijo a John que cuando pasase un año le enseñaría a manejar el arco, y el muchacho ilusionado volvió a su casa para contárselo todo a su madre. Cuando llegó vio a su madre y a Popé durmiendo y de la rabia que le entro y las palabras que resonaban en su cabeza, cogió el cuchillo de la cocina y se lo clavó a Popé en el hombre, cuando levantó el brazo para volvérselo a clavar alguien le sujetó la muñeca y el muchacho quedó atrapado. A pesar de todo lo que pasó John creció como cualquier niño en Malpaís. Cuando John acabó de contarle su vida a Bernard, éste le preguntó que si le gustaría ir a Londres con él, y John muy contento aceptó.

Al día siguiente, mientras Lenina estaba de vacaciones de soma, Bernard se acercó a Londres para pedir permiso y llevarse a John y a su madre. El permiso le fue concedido y Bernard volvió a la reserva. Cuando llegaron de vuelta a Londres, con John y Linda, fueron al centro de condicionamiento. Cuando el DIC vio a Bernard le anunció que iba a ser trasladado a Islandia, y que si tenía alguna razón para que esto no se produjese que la dijese en ese momento. La respuesta de Bernard fue afirmativa y llamó a Linda para que pasase. Cuando Linda vio al DIC enseguida le reconoció y empezó a abrazarle, el DIC muy avergonzado se la quitó de encima como pudo y pidió explicaciones. Linda empezó a explicar quién era, y el DIC cuando se dio cuenta de que era la chica con la que había estado en Malpaís se asustó. Linda le pidió explicaciones por su abandono y le dijo que se había quedado embarazada y había tenido un hijo suyo en Malpaís, e hizo entrar a John. Cuando entró el muchacho se puso de rodillas frente al DIC y empezó a llamarle padre. Los trabajadores que allí había presenciándolo todo empezaron a reír ante tal tontería sin poder reprimirse. El DIC humillado se tapó los oídos y abandonó la sala a toda prisa.

Tras toda esta escena el DIC dimitió y no se le volvió a ver. Linda, tras tantos años fuera de la civilización, volvió a tomar el soma. Tomaba tantas dosis diarias que los médicos le dijeron que si seguía tomando soma en unos meses moriría, pero se lo permitieron ya que sería mejor estar lo que le quedaba de vida drogada que sufriendo. En cuanto a esto creo que si hay alguien que va ha morir estaría bien tenerlo drogado hasta que muriese, porque así no sufriría. Lenina invitó a John a ir al sensorama, un cine en el que se puede ver, oír, sentir y oler lo que sale en la película, y John aceptó la invitación. Bernard, quien disfrutaba de la gloria que había conseguido trayendo al salvaje (John) y a su madre, tenía a su alcance a todas las chicas que quisiese, empezó a ser respetado por los demás, pero esta gloria se le subió demasiado a la cabeza, lo que provocó que rompiera su amistad con Watson. Esa misma noche había organizado una reunión, en la que habría gente importante, para presentar al salvaje. Pero éste tras haber dejado a Lenina en su casa, después de haber estado en el sensorama, se encerró enfadado en su habitación. Cuando Bernard fue a por él ,para llevarlo a la reunión, John se negó a salir, por lo que Bernard tuvo que cancelar la reunión quedando humillado ante tanta gente. Al día siguiente John y Watson se hicieron muy amigos y Bernard sintió celos de ambos. John empezó a leerle a Watson algunos fragmentos de Romeo y Julieta. Watson al escuchar tantas estupideces empezó a reír sin poder remediarlo, por lo que John se sintió decepcionado y sin mediar ni una sola palabra salió de la habitación. Tras todo el escándalo de la reunión Bernard volvió a ser el mismo de antes, la gente siguió despreciándolo como si no hubiese pasado nada, incluso empezó a tomar soma. Tras mucho pensárselo Lenina se decidió por contarle a John lo que sentía por él, así que fue a visitarle a su habitación. Cuando llegó, al llamar al timbre, John se pensó que sería Watson, y al abrir la puerta se asombró al ver a Lenina. Ambos se declararon su amor y Lenina empezó a seducir a John para tener una relación con él, pero John asustado y enfadado, la cogió y empezó a menearla hasta que Lenina perdió el equilibrio y cayó al suelo. John empezó a gritarle y Lenina asustada se encerró corriendo en el baño. Tras un rato encerrada escuchando los pasos de John, Lenina se atrevió a pedirle la ropa. John la cogió del suelo y se la dio a través de un ventilador que había en la pared. De repente sonó el teléfono, John lo cogió y tras estar un tiempo hablando colgó y salió a paso acelerado de la habitación. Cuando Lenina dejó de escuchar los pasos de John, salió del baño y se fue corriendo de allí.

John fue corriéndola hospital donde habían ingresado a Linda para morir. Cuando llegó, Linda estaba drogada por el soma, con una estúpida sonrisa en la cara y viendo el tenis en la tele que había a los pies de su cama. John se sentó a su lado. De repente Linda se durmió. John empezó a recordar momentos de su infancia, cuando Linda le hablaba del otro lugar. Pasado un momento Linda volvió a despertar, vio a John, pero para sorpresa de éste Linda pronunció el nombre de Popé. Le llamó una cuantas veces, lo que provocó que John se enfadase muchísimo. Lleno de furia el muchacho cogió a Linda de los hombros y empezó a sacudirla. Como si la hubiese sacado de un estado de hipnosis Linda miró a John y pronunció su nombre. De repente empezó a faltarle el aire, el terror se veía en los ojos de la mujer, quien en un intento de conseguir aire se echó las manos al cuello, y sin poder hacer nada John vio como murió. El chico asustado salió corriendo para buscar a la enfermera, pero no sirvió de nada Linda ya había muerto. Unos niños que había en la sala para ser condicionados ante la muerte (al ir al hospital les daban juguetes, y si algún día moría alguien les daban chocolate para que aceptasen la muerte como algo natural, como algo más de nuestra existencia) empezaron a merodear alrededor de Linda y a preguntar que si estaba muerta. De repente John, quitándose a los niños de encima, se levantó y salió de la sala. En mi opinión debería existir un condicionamiento ante la muerte, porque cuando alguien pierde a un ser querido sufre mucho, y puede llegar a afectarle demasiado, puede incluso afectar a su propia salud.

Cuando John salió y vio que se estaba haciendo el reparto de soma se abrió paso entre la multitud y cuando llegó a la mesa donde estaba el soma empezó a hablar de libertad, cogió la caja de soma y empezó a tirar su contenido por una ventana. Cuando Bernard y Watson llegaron, tras recibir una llamada, se quedaron perplejos. Watson salió corriendo a ayudar al salvaje, pero Bernard no quiso arriesgar su vida por salvar a sus amigos. Cuando se dio cuenta de que la policía había llegado empezó a gritar “socorro” para parecer que ayudaba en algo. Los policías empezaron a echar anestésico, polvo de soma y otras cosas a la gente para controlarla. Al final todos estaban tranquilizados y había llegado un nuevo cargamento de soma. Cuando la soma estuvo repartida John y Watson fueron detenidos. Bernard intentó escabullirse, pero los policías le detuvieron a tiempo. Tras todo este escándalo fueron llevados al despacho del interventor, Mustafá Mond. Cuando éste llegó él y el salvaje se pusieron a hablar de los libros prohibidos, de los nuevos experimentos, de por qué no los ponían en práctica… Tras haber hablado de todo esto John le preguntó al interventor que por qué no hacían una sociedad formada sólo por Alfas-Doble-Más, sin clases bajas. El interventor le contestó a esa pregunta poniéndole como ejemplo el experimento de Chipre. Éste experimento consistió en desalojar la isla de Chipre y de llenarla de miles de Alfas. Los dejaron solos en la isla con herramientas de labranza. Pero al cabo del tiempo nadie quiso labrar la tierra. Los que lo hacían querían puestos más altos en la sociedad y los que tenían esos puestos hacían lo que fuese para mantenerlo. Se llegó a una Guerra Civil y el experimento se terminó con lo previsto, un desastre. Cuando el interventor les dijo a los tres hombres que serían enviados a una isla, Bernard se enfureció y se arrodilló para implorarle al interventor otra oportunidad, pero este ordenó que se lo llevasen y que le suministrasen una dosis de soma. John se pasó mucho tiempo hablando con el interventor a cerca de Dios, la religión…

Al día siguiente Bernard y Watson se marcharon a la isla, John había pedido permiso para irse con ellos, pero no se lo concedieron. Al final John se fue a vivir a un viejo faro. Con el dinero que le dieron compró lo necesario para poder vivir independientemente de la sociedad: semillas, clavos, cuerdas, alambres, utensilios de labranza… Se puso a pensar cómo pasaría el invierno, ya que hasta la primavera su huerto no brotaría y pensó que podría cazar conejos y aves acuáticas que había visto por la zona. Se puso a construir un arco y flechas con la madera de los árboles que le rodeaban, y cuando se dio cuenta estaba cantando. Abochornado por lo que acababa de hacer, ya que se suponía que no iba a pasárselo bien, empezó a azotarse con un látigo que había hecho con las cuerdas y a tomar mostaza con agua caliente para purificarse (algo que hacían los indios de la reserva) Unos campesinos, que pasaban cerca de allí, estuvieron observando lo que hacía el salvaje. Los periodistas no tardaron en llegar, y al primero que consiguió acercarse por detrás de John fue despedido con un puntapié en el trasero. En una edición de ese mismo día salió la noticia del recibimiento del salvaje al periodista, y cuatro compañeros de éste visitaron a John esa misma tarde siendo recibidos todos con violencia. Después de los periodistas empezaron a llegar los turistas curiosos que eran despedidos con golpes y sacudidas del salvaje. Al final John agobiado por la presión de tener siempre a la gente observándole acabó con su vida ahorcándose.

Conclusión:

Me ha gustado leer el libro, es muy entretenido y da que pensar muchas cosas. En cuanto a esta sociedad sólo puedo decir que no me gustaría vivir en ella, porque no hay ningún tipo de libertad, no puedes pensar lo que quieras, piensas lo que los dirigentes quieren que pienses, no puedes razonar el por qué de las cosas, eres como un robot, estas programado, y si por algo se caracteriza el ser humano es por su capacidad de razonamiento, por ser todos y cada uno de nosotros diferentes al resto de seres humanos, tanto por nuestro físico, como por nuestra forma de pensar. No puedes tampoco hacer lo que tú quieras ya que desde tu embotellamiento estás predestinado a ser de una casta u otra, estás obligado a serlo. Toda la vida en esta sociedad está controlada por la ciencia, al contrario de como debería de ser, la ciencia debería estar controlada por el hombre.




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Enviado por:Nibul
Idioma: castellano
País: España

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