Psicología


Trastornos de la personalidad


Monografía: “Trastornos de personalidad”

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Materia: Psicología clínica

Curso: 5 ° A

Universidad del Salvador

Introducción:

La siguiente monografía posee un objetivo central: Lograr una aproximación al concepto de trastornos de personalidad. A continuación se procederá a la definición de los conceptos de persona, personalidad. De este modo podrá notarse que existen concepciones heterogéneas de la misma, por lo cual lo mismo sucede con respecto al concepto de trastornos de personalidad. Esto se debe a que en la idea de “perturbación de la personalidad” existe una idea de personalidad subyacente, que será diferente según el autor.

Monografía: “Trastornos de personalidad”

El término actual "personalidad" deriva del uso en latín clásico del término "persona". La personalidad alude a lo más profundo. Su significado alude al actor, el cual es más importante en el marco de la tragedia. Es este último (el actor) el que debe traer a escena al personaje. Con respecto al término "persona", el mismo se utilizaba para designar las máscaras o caretas que los actores romanos empleaban en sus representaciones. Por otra parte la palabra persona significa "sonar con fuerza" o "resonar". Los actores de teatro grecorromanos utilizaban máscaras, éstas hacían que su voz sonara con más fuerza. A los actores con máscara se les llamaba personas y representaban a gente noble o distinguida de la sociedad del momento. Por último para los griegos existía la noción de “persona” a partir de la idea de que existía algo en el hombre que trascendía su ser “parte del cosmos” o “miembros del estado-ciudad”.

A partir de lo expuesto anteriormente, se puede entender a la personalidad como un atributo de la persona. Igualmente existen muchas definiciones de la misma. Es por ello que el concepto de “trastornos de personalidad” posee interpretaciones heterogéneas, que se encuentran en función del esquema referencial del autor en cuestión. Según la O.M.S., la personalidad es “el patrón enraizado de modos de pensar, sentir y comportarse que caracterizan el modo de adaptarse, el estilo de vida propio y único de la persona que son el resultante de factores evolutivos, constitucionales y sociales”. Existen patrones complementarios que afectan muchos dominios conductuales. Se encuentran frecuentemente (no siempre) asociados con un malestar subjetivo y trastornos en el funcionamiento social.

Existen diferentes criterios y métodos con los que se clasifican los tipos y trastornos de personalidad. Uno de los más importantes es el enfoque de Cloninger. Este autor ha desarrollado, en los últimos 15 años, un método de evaluación de la personalidad basado en los conocimientos actuales de la psicobiología de la conducta. El cuestionario autoaplicado TCI, elaborado en 1994, intenta valorar las siete dimensiones de su modelo de personalidad; cuatro del Temperamento y tres del Carácter. De esta manera explica las personalidades normales y patológicas. Para Cloninger la personalidad es un complejo sistema jerárquico que puede ser naturalmente descompuesto en distintas dimensiones psicobiológicas del temperamento y el carácter. Está definida por las diferencias individuales en los sistemas de adaptación implicados en la recepción, procesamiento y almacenaje de la información sobre el entorno. Especifica sistemas psicofísicos implicados en el aprendizaje, sea en términos de los sistemas neurales subyacentes o de los estímulos sociales y ambientales implicados en el desarrollo y cambio de la personalidad.

Cloninger define al temperamento como las ente respuestas, las respuestas emocionales automáticas a los estímulos . Se encuentran centradas en el sistema límbico, lo cual les brinda estabilidad a lo largo de la vida. Es innato. Las cuatro dimensiones del temperamento según Cloninger son:

1- Evitación del Daño
2- Búsqueda de Novedad
3- Dependencia de la Recompensa
4- Persistencia

La trama temperamental integra el papel de ciertas aminas cerebrales (serotonina, dopamina, noradrenalina) en la regulación de la conducta. En esta trama es considerado fuertemente el patrón de rasgos heredados. Las escalas de temperamento miden las variaciones individuales en cuatro mecanismos psicobiológicos de adaptación al entorno, mientras que las de carácter reflejan características aprendidas que tienen que ver con el autoconcepto.

La búsqueda de la novedad se refiere a una tendencia heredable hacia la excitación en respuesta a los estímulos novedosos. Este rasgo conduce a conductas exploratorias en busca de recompensa o de evitación de la monotonía. La evitación del daño es una tendencia heredada a responder intensamente a indicadores de estimulos aversivos, aprendiendo por ello a inhibir la conducta con el objeto de evitar el castigo. La dependencia de la recompensa es una tendencia heredada a responder intensamente a signos de recompensa (particularmente a signos verbales de aprobación social o sentimental).

Cada una de las cuatro dimensiones agrupa un conjunto de características conductuales, emocionales y cognitivas que la definen, y están asociados a determinados sistemas cerebrales que modulan la activación, el mantenimiento y la inhibición de la conducta en respuesta a tipos específicos de estímulos.

Con respecto al concepto de carácter Cloninger destaca que los humanos son concientes de sí mismos, y de metas y valores escogidos individualmente. El carácter es lo que hacemos con nosotros mismos intencionadamente, a partir del aprendizaje en el medio sociocultural, y se compone de valores, metas, estrategias de afrontamiento y creencias sobre uno mismo y el entorno. Las tres dimensiones del carácter; Cloninger (1994) .

1- Autodirección
2- Cooperación
3- Autotrascendencia

Estas características, de baja heredabilidad, se modifican a lo largo de la vida y maduran en la edad adulta. Influyen en las intenciones y actitudes voluntarias y en la efectividad personal y social. Desde el momento que se produce aprendizaje los mecanismos neurobiológicos heredados ya no influyen en la conducta de manera inmediata (no mediada) sino que actúan amalgamados con nuevas tendencias conductuales originadas en otras estructuras cerebrales, y que disfrazarán su expresión.

La Autodirección es la habilidad de la persona para controlar, regular y adaptar la conducta ajustándola a la situación de acuerdo con sus propias metas y valores. Se relaciona con la madurez, la integridad personal y la autoestima, la posesión de recursos propios y eficaces de afrontamiento, y en general con una buena adaptación personal, y refleja el grado en que el sujeto se percibe a sí mismo como un individuo autónomo.

La Cooperación se refiere a la existencia de comportamientos éticos o prosociales, a la capacidad de aceptar, identificarse y colaborar con los demás. Incluye tolerancia, empatía, altruísmo, colectividad, compasión, conciencia y caridad. Refleja la adptación interpersonal y el grado de eprcepción de sí mismo como una parte integral de la humanidad o la sociedad.

La Autotrascendencia agrupa características de espiritualidad, misticismo, pensamiento mágico y religioso, así como la visión de uno mismo como parte integral del universo. Se relaciona tambien con la creatividad, la imaginación y la capacidad del sujeto para aceptar la ambigüedad y la incertidumbre .

Cloninger logró, a partir de todo lo anterior, un tipo de agrupamiento que presenta semejanzas con el del DSM IV y el CIE 10. Al igual que el DSM IV, Cloniger también establece tres grandes grupos (A, B y C) de transtornos de personalidad. El primero de ellos es semejante al primero del DSM IV (conformado por los trastornos Paranoide, Esquizoide y Esquizotípico de la personalidad). Afirma que este grupo está conformado por personas con alteraciones neurobiológicas, de los mecanismos dopaminérgicos. El segundo grupo que describe posee también varias coincidencias con el grupo II del DSM IV (conformado por los trastornos antisocial, Narcisista, Histriónico y Límite de la personalidad). Cloniger caracteriza al grupo B como el que posee alteraciones neurobiológicas en el metabolismo de la serotonina. El hecho de que los grupos A y B descriptos por el autor coincidan con los dos primeros grupos del DSM IV, brinda validez externa a su teoría. De este modo ofrece una base conceptual a los sistemas clasificatorios actuales. Con respecto al tercer grupo que describe el DSM IV (conformado por los trastornos Obsesivo-compulsivo, Dependiente, Pasivo-agresivo  y Evitativo de la personalidad) prácticamente no existen correlaciones tan estrechas.

Desde la clínica, los subtipos de trastornos de personalidad pueden ser definidos en términos de variables temperamentales, en tanto que la presencia-ausencia de esos trastornos pueden ser definidos en términos de las dimensiones del carácter. También las dimensiones del temperamento parecen estar más relacionadas a la susceptibilidad a diferentes síndromes neuróticos, tales como los trastornos por ansiedad y somatoformes. Las personalidades "maduras", con adaptación efectiva y autosatisfacción, son autoconfiables, cooperativas y autotrascendentes, en cambio los trastornos de personalidad tienen dificultades con la autoaceptación, son intolerantes y vengativas con otros.

Naturaleza de los trastornos de personalidad: 

El psicoanálisis ha tratado de realizar correlaciones entre diferentes síntomas neuróticos y rasgos de carácter. Existen dos tipos de relación, los cuales se dan en forma inversa.

  • El carácter determina la patología: Basada en la teoría del desarrollo de la libido. La misma sostiene que lo primero que se constituye es el carácter, a partir del cual se desarrollara un tipo de neurosis, que dependerá a su vez del punto de fijación predominante de la libido. Esta última se presenta ya desde el nacimiento, pero se transforma con el desarrollo: sus fuentes son órganos y lugares del cuerpo ("zonas erógenas") que evolucionan según en modelo de fases (oral, anal, fálica y genital). Cada fase se caracteriza porque la ganancia de placer se centra en preferencias determinadas o fijaciones. En situaciones posteriores de crisis, se retrocede hacia estas fijaciones en busca de satisfacción libidinal; lo cual se denomina "regresión". Resumiendo, según esta teoría, el carácter favorecería el desarrollo de una formación neurótica (por ejemplo un carácter anal podría dar lugar a una posterior neurosis obsesiva. Esto es así porque existiría previamente a la neurosis obsesiva una formación caracterológica signada por el orden, la escrupulosidad, la obstinación y la ambivalencia) . Cuando se da la regresión de la libido el carácter ya está establecido.

  • Concepto de Neurosis de carácter como consecuencia del trabajo de la neurosis: Según esta teoría, lo primero que se desarrollaría sería la neurosis. Establecida una neurosis sintomática, el paciente posee el malestar egodistónico. La neurosis aparecería a partir de una “vuelta de lo reprimido” dado por un fracaso en la represión. . El síntoma resulta en un primer momento extraño al yo de la persona. Posteriormente existe un proceso de asimilación del síntoma. Para ello se produce una deformación en el yo. El síntoma es absorbido e infiltrado por el yo. Aquí aparece el carácter neurótico o caracteropatía que sería definido como “el conjunto de operaciones defensivas y adaptativas que una persona utiliza en la relación consigo mismo y con su mundo interno y externo” . El carácter se rigidiza. El síntoma ya no sería más egodistónico sino egosintónico. De este modo, el síntoma iría diluyéndose originando una progresiva rigidización del carácter.

  • Modelo del self bipolar (Kohut): Para este modelo la personalidad no es inmodificable. La teoría estructural es según esta postura muy buena para las neurosis pero no para las psicosis. Lo psicopatológico para este modelo reside en una deficitaria estructuración del self, derivada de una interacción con objetos del self insuficientemente responsivos (empáticos). Si el self no se estableció con cohesión y firmeza, se ven patologías vinculadas con frustraciones que debilitaron uno de sus polos, o la tendencia a su colapso y desintegración. El autor se ocupó de los transtornos narcisistas de la personalidad y de la conducta. Otros pacientes, según este modelo no son analizables, como la psicosis (donde la debilidad, distorsión y desintegración del self severas) y los fronterizos (similar a la psicosis aunque con defensas de relativa eficacia, son psicosis encubiertas por complejas defensas).

  •  Bibliografía:

    - “Diccionario de psicoanálisis de La planche y Pontalis”. Ed. Piados. 1996. Bs. As. Argentina.

    - Monografía de los Dres. Gustavo González Ramella, Inés Domínguez y Patricia Ceriani del
    Servicio de Salud Mental del Hospital Neuropsiquiátrico "D. Taraborelli". Necochea. Presentado en el Congreso Atlántico de Psiquiatría de Mar del Plata el
    30/11/2000

    - Apuntes de la cátedra.

    - Diversos artículos de internet.

     

      Conclusión:

    En esta monografía he desarrollado principalmente las diferentes posturas acerca de las teorías de la personalidad. Me he referido principalmente a la de Cloninger y a las tres teorías de la personalidad que dan cuenta de la naturaleza de los trastornos de la personalidad.

    Me he interesado por ellas porque no existen muchos modelos de personalidad que sirvan de base para la psicopatología y la psicoterapia. Por razones de espacio las mismas se han resumido en sus características más importantes, siendo factible desarrollarlas con mayor detalle en otra oportunidad.




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    Enviado por:Carito
    Idioma: castellano
    País: Argentina

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