La historia de los títeres es larga y compleja. Se sabe que existían títeres en el antiguo Egipto, en la Grecia clásica y en China. Representaban versiones de cuentos folklóricos, basados principalmente en la épica hindú, el Ramayana y el Mahabharata y aparecen como sombras en una sábana traslucida. En Japón utilizan títeres muñecas de la mitad del tamaño de una persona que los manipulaban con cables.
Los títeres representaban obras heroicas tradicionales o tragedias domésticas mientras un narrador acompañado por una orquesta, cantaba la historia.
El teatro de títeres en el mundo contemporáneo se enfrenta a dos grandes dificultades. Primero que los teatros de folclore tradicional han desparecido casi por completo, y lo segundo, que los títeres parecen ser considerados, como un entretenimiento solo para los niños.
En el este de Europa el interés por los títeres ha crecido desde la II Guerra Mundial y se mantiene hasta el mundo actual.
Los títeres siguieron más allá de los títeres chinos de 1899. Picasso y Romeu fueron la sensación de una época, eran distintos e innovadores, duraron cuatro años actuando y siendo lo TOP. Tanto así que cuando se acababan las funciones salía Romeu a repartir besos de los muñecos por el público.
En el barco en el cual Hernán Cortés se dirigía por primera vez a México, venía un titiritero, el cual lo acompañó en su viaje de México a Honduras en 1524.
¿Qué pensarían los indígenas de este hombre que intentaba divertirlos o, lo mas seguro, enseñarles el respeto y la obediencia hacia los reyes?
No se sabe nada de lo que pensaban, solo se sospecha o se cree que le rendían culto, y que le encontraban alguna relación con las figuras que ellos adoraban como dioses.
Si los pueblos(actuales países), no se hubieran independizado, lo mas seguro es que hubiéramos tenido una tradición titiritesca fuerte, continua y unida a una expresión colectiva más real.
Los títeres en Colombia
En 1877, en la tercera calle de Florián en Bogotá empezó a funcionar el llamado pesebre espina, por su fundador Antonio Espina. Este primer local de títeres no funcionó bien hasta que en 1881 , Félix Marisalde decide ayudar junto a otros colegas suyos en lo que podríamos llamar “la planta”.
Este se inaguró con la pieza Don Pedro taquillas, de Tirso Molina.
En 1881 con el termino de las actividades del pesebre Espina este pierde su importancia y revive en 1914, cuando nace Manuelucho Sepúlveda.
Manuelucho es la síntesis de algo tradicional. Él encarna la manera de ser del piaza andariego y malicioso, jugador enamorado, vagabundo y trapacero. Su creador fue Sergio Londoño.
Juan Casola, director de una compañía de títeres un día oye a Londoño cantar e imitar voces, mientras cantaba y escribía los carteles de anuncio de la temporada, y ahí lo encontró bueno y lo llevo a crear al famoso Manuelucho.
Manuelucho dejo de existir con la muerte de su creador, Sergio Londoño, pero afortunadamente él y todos sus acompañantes han sobrevivido al paso del tiempo gracias a Sergio Londoño hijo, quien aún conserva los muñecos, a los que solo les falta un milagro para que vivan y se muevan en el espacio, y para que Londoño hijo pueda ver realizado el sueño de su padre, al igual que en el cuento de Pinocho, en el cual el hada Azul le da vida a este muñeco y hace feliz a su padre Gepetto.