En esta película lo que más me llamó la atención fue la manera en la que el dolor llega a hacer que una persona se cuestionara sus principios éticos de la manera en que vemos que lo hace C.S. Lewis al enfrentarse con el dolor de perder a Joy, después de haberse casado con ella y cambiado gran parte de su forma de ser racionalista.
“Nunca nadie me dijo que el dolor se parece al miedo” , con esta frase Jack (como era conocido por sus amigos) nos da a conocer un sentimiento muy profundo en el que empieza a meditar a lo largo de la película pues su afán había sido siempre reconciliar su fe Cristiana, su moral, y su ética con la existencia del dolor y del sufrimiento.
La película nos muestra a un CS Lewis que en un principio evita a las mujeres, a los niños y a cualquier compromiso o situación en la que tuviera que corer riesgos o hubiera la posibilidad del dolor. Muchas veces, lo vemos impartiendo una cátedra simple en la que dice que Dios utiliza las experiencias dolorosas para hacernos que lo escuchemos, pero nos damos cuenta que durante la enfermedad de Joy y su muerte, estas ideas que predicaba se contraponen un poco con la angustia o tristeza que vemos que atraviesa.
Sin embargo, se da cuenta de que “el sufrimiento de mañana es consecuencia de la felicidad de hoy”, una frase que no se hubiera permitido decir en la primera parte de la película, cuando busca escudar y proteger sus sentimientos por medio de una razón fría, calculadora que no permitía y rechazaba todo aquello que pudiera lastimarlo.
Es únicamente cuando al conocer a Joy, por medio de una carta que ella envía, y compartiendo con ella su afición a la literatura, aprendiendo de ella que ser fuerte no quiere decir no tener sentimientos (Joy viaja a Inglaterra para alejarse de problemas familiares con su esposo que es alcohólico), sino saber sufrir y seguir adelante, cuando Jack finalmente se decide a tirar aquellas “barreras defensivas” que lo aislaban de sentir y vivir todo aquello que predicaba acerca de la necesidad de amar a pesar del sufrimiento.
Podemos concluir, pues, que una persona puede ser capaz de convencer a otras con dialéctica como lo hacía él en Oxford, pero que una persona no puede ser plena si no busca vivir aquello que piensa. También, que el dolor, aunque es algo que no nos agrada y que hasta cierto punto es anti natural (pues fuimos creados para la felicidad), puede cobrar sentido cuando es un dolor que ama, y que es incluso sublime cuando se sufre por la persona amada y con la persona amada tal cual vemos en la película durante la enfermedad de Joy.