Filosofía y Ciencia
Teorías cartesianas
Descartes
Contexto histórico (1596-1650):
Se desarrolla su filosofía en el Barroco. El siglo XVII es un siglo con graves problemas y se buscan soluciones innovadoras. Las características de esta época son las siguientes:
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Crisis económica: La economía estaba basada en la agricultura. La solución se encuentra en el mercantilismo, es decir, en favorecer la producción, el comercio y la industria del país.
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Crisis política: Es el siglo del absolutismo.
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Crisis religiosa: Los aspectos de la vida, controlados por la religión se reducen considerablemente. La filosofía cartesiana supone un intento de solución a la crisis del pensamiento creado por la ciencia nueva y por el hundimiento de la escolástica.
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Visión pesimista de la vida: Parece alterada y la frase de Hobbes: “Homo homini lupus” expresa ese pesimismo.
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Fugacidad de la vida: Nada parece estable, todo es contingente y azaroso. Todo es apariencia y la esencia de la vida queda oculta. El tópico “la vida es sueño” refleja este sentimiento.
Las dos grandes corrientes filosóficas son el racionalismo, iniciado por Descartes en Francia, y el empirismo, por Locke y Hume en Inglaterra. Respecto a la primera podemos señalar una serie de rasgos:
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Confianza plena en la razón humana. Se considera que la razón es la única que puede llevar al hombre a la verdad. El poder del racionalismo radica en la capacidad de sacar las verdades primeras y fundamentales a partir de las cuales, y por deducción se pueden obtener todas las demás, y construir “el sistema en la razón”. La confianza en la razón es tal, que se acepta su valor sin desconfiar en ella. El racionalismo se opone al empirismo, al considerar que los sentidos son engañosos.
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Se inspira en el nuevo método (resolutio compositio) para elaborar la filosofía. Aceptan de ese método la parte matemática. Consideran que el método filosófico debe tener la evidencia y claridad de la matemática.
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Confianza plena en la razón.
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Búsqueda de un nuevo método.
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Objetivismo y subjetivismo: el pensamiento medieval era objetivista y realista: el hombre aparece en un mundo de cuya realidad es imposible dudar. En el siglo del barroco triunfa el subjetivismo, donde ya se apuntaba al hombre como se vuelto sobre sí mismo que no conoce directamente, sino por su propio pensamiento. Las cosas son sólo conocidas en las ideas, no directamente en ella. Por eso se puede dudar de su existencia.
El punto inicial de Descartes nace de la abloluta invalidez de toda la filosofía anterior. Propone la búsqueda de un criterio de certeza que nos haya salir de ese clima de inseguridad al que se ha llegado. Algo que nos ofrezca la posibilidad de estar seguros de lo que decimos: construir una filosofía fuerte y segura como las matemáticas.
Razón y método: el criterio de certeza.
Descartes afirma que la razón es única y distingue lo verdadero de lo falso, lo conveniente de lo inconveniente, y la que nos ayuda a ordenar nuestra conducta. Puesto que la razón es única, interesa conocer cual es su estructura y funcionamiento. Distingue dos modos de conocimiento:
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Intuición: Consiste en un instinto natural que nos permite conocer los conceptos simples.
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Deducción: Es aquel modo de conocimiento del ser humano que nos permite conocer los conceptos simples.
En su obra “el discurso del método”, señala que el saber de la época es como un edificio viejo e inservible, y que para renovarlo es preciso destruirlo y construir otro con unos cimientos firmes y sólidos. Para ello, nos propone cuatro reglas o principios que pretenden seguir para llegar al conocimiento de la verdad:
Evidencia: consiste en no admitir como verdadero cosa alguna sin conocer con evidencia que lo era. Hay que evitar la precipitación y todo aquello que sea posible dudar.
Análisis: se dividen cada una de las dificultades en tantas partes que sean posibles para su mejor solución. Cuando queremos solucionar algo, hay que eliminar lo accidental y quedarnos con lo esencial.
Síntesis: proceso ordenado de deducción, es decir, partiendo de razonamientos simples se llega a otros más complejos (de lo particular a lo general).
Composición: Consiste en revisar cada uno de los pasos anteriores para asegurarse de que no se ha cometido ningún error. Es preciso señalar que esta comprobación no es empírica.
Estas reglas del método cartesiano están inspiradas en el método hipotético-deductivo pero sin hacer alusión alguna a la parte experimental, sólo a la parte matemática. Si el entendimiento humano ha de entender en sí mismo las verdades fundamentales, a partir de las cuales sea posible deducir el “edificio” de nuestro conocimiento, el punto de partida ha de ser una verdad absolutamente cierta, sobre la cual sea imposible dudar, es decir, la validez de un punto de partida cierto supone la eliminación de todos aquellos conocimientos, ideas y creencias que no estén dotados de una certeza absoluta. De ahí que el método cartesiano comience con la duda. Hay que señalar que la duda cartesiana no es escéptica (no puede alcanzar la verdad), sino que es una duda metódica, que es aquella que propone el conocimiento de la verdad. Señala tres motivos para dudar:
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Falacia de los sentidos: considera que los sentidos son engañosos y que aunque a veces nos muestre la verdad, otras nos puede llevar al error.
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Imposibilidad de distinguir la vigilia del sueño: Es posible dudar de la realidad.
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Hipótesis del genio maligno: equivale a suponer lo siguiente: “tal vez mi entendimiento el de tal naturaleza que me impide conocer la verdad cada vez que pretendo acceder a ella.
La duda llevada hasta ese extremo parece desembarcar en un excepticismo, pero Descartes enuncia una verdad absoluta inmune a toda duda: “si yo pienso que el mundo existe, tal vez me equivoque en cuanto a su existencia, pero no hay error en cuanto lo pienso” ó “puedo dudar de todo menos de que estoy ejerciendo la duda”. Su expresión “cogito ergo sum” quiere decir que mi existencia como sujeto que piensa está fuera de toda duda.
Mi existencia como sujeto pensante no el sólo la primera verdad y certeza, sino que es el prototipo de toda verdad y certeza. ¿Por qué mi existencia como sujeto pensante es induvitable? Porque la percibo con toda claridad y distinción. Estas dos características serán para Descartes el criterio de certeza, que es todo aquello que se perciba con la misma claridad y distinción que el “cogito ergo sum” será tomado por cierto. A partir de esta primera verdad evidente, y usando el concepto de sustancia, se construye toda la filosofía cartesiana.
TEORÍA DE LAS TRES SUSTANCIAS:
El concepto de sustancia en Descartes es fundamental. Emplea indistintamente sustancia o res. Para él sustancia es aquella cosa que no necesita de otra para existir. Distingue dos tipos:
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Infinita (Dios): Es aquella que propiamente le conviene la definición anteriormente dicha. El que yo pueda dudar y aceptar o rechazar algo como verdadero demuestra que soy un ser libre, pero también que soy imperfecto, puesto que hay mayor perfección en conocer que en dudar. Se plantea, por tanto, la idea de perfección y llega a preguntarse de dónde procede esta idea. Distingue tres tipos de ideas: Innatas: aquellas ideas que nuestro entendimiento ya posee cuando nacemos. Facticias: son aquellas que elaboramos a partir de otras ideas. Adventicias: Que según parece viene de la experiencia externa, aunque no nos consta la existencia de una realidad externa.
Descartes aporta una serie de pruebas para demostrar la existencia de Dios:
Idea de perfección: Esa idea no puede proceder de la realidad exterior, ya que esta es imperfecta.
Criterio de evidencia: Encuentra su última garantía en Dios: Sin las ideas claras y distintas son verdaderas, es debido a que Dios no ha podido dotar al hombre de una facultad de conocimiento que le induzca al error.
Las sustancias finitas se mantienen gracias a la creación continua de Dios.
El mundo se mueve gracias al primer impulso recibido de Dios (Basado en las ideas de Santo Tomás de Aquino, que a su vez en la filosofía aristotélica.
Argumento ontológico de San Anselmo de Canterbury: Partía de la afirmación de la propia idea de Dios para concluir con la existencia real de Dios.
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Finita (Cuerpo y Alma): Dependen directamente de la infinita. Distingue dos tipos de sustancias finitas. Señala que a cada una de las sustancias le corresponde un atributo que sería la esencia de la sustancia, señala que el atributo del alma es el pensamiento y el del cuerpo la extensión. Emplea el latín para denominar a el cuerpo (Res extensa) y al alma (Res cogitans).
Las diversas formas en las que están dispuestas las sustancias sería el modo. La sustancia, el alma y el atributo son tres conceptos fundamentales de la filosofía cartesiana. El tipo de razonamiento empleado por Descartes para demostrar que el único atributo del alma es el pensamiento es el argumento de la ficción mental: Yo puedo dudar de todo, incluso de la existencia de mi cuerpo y de mi dependencia del espacio, pero no se puede fingir que no pienso, por tanto el pensamiento constituye la esencia de mi ser.
La concepción que posee del hombre es dualista, al igual que Platón le da mayor importancia al alma: “Este o, es decir, el alma, por la cual soy el que soy, es enteramente distinta del cuerpo, y hasta más fácil de conocer que él.
Dejó planteado un problema que posteriormente se seguiría estudiando: la relación entre cuerpo y alma (problema de la comunicación de las sustancias) El objetivo del pensamiento cartesiano al afirmar que cuerpo y alma compone sustancias es salvaguardar la autonomía del alma frente a la materia. La ciencia clásica imponía una concepción mecanicista del mundo, donde no quedaba margen alguno a la libertad,
ésta sólo podía mantenerse sustrayendo al alma de la necesidad mecanicista, y para esto había que situarla como realidad autónoma e independiente de la materia
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Enviado por: | Diele |
Idioma: | castellano |
País: | España |