Geografía
Suelo y paisaje en que se asienta Madrid
Suelo y Paisaje
en que
se asienta
Madrid
Conocimiento del Medio Natural, Social y Cultural
Conocimiento del Medio Natural,
Social y Cultural
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN ……….…………………………………… Página 1
PLANTEAMIENTO Y DESARROLLO
El suelo y paisaje de la comunidad de Madrid. …………….. Páginas 2-3
Aspectos de interés de la ciudad que han Influido
en la modelación del paisaje: El aumento de la población
y los movimientos Migratorios ………………………………… Páginas 3-7
La ciudad como elemento dependiente e Influyente en su entorno Páginas 7-8
CONCLUSIÓN …………………………………............…….…… Página 9
BIBLIOGRAFÍA ………………………………………………………. Página 11INTRODUCCIÓN
Hoy en día estamos viviendo uno de los momentos de mayor desarrollo urbanístico en muchos y diferentes aspectos. Las ciudades están cada vez más pobladas, las distancias son cada vez mayores, se requiere de una mayor red de infraestructuras que den respuesta a este aumento, el espacio está siendo testigo de una reestructuración, etc. Es decir, estamos viviendo un momento de cambios que nos llevan indiscutiblemente a adoptar un nuevo concepto de ciudad con nuevas demandas y necesidades.
Son muchos los aspectos que definen una ciudad: históricos, sociales, económicos, geográficos, etc. Sin embargo, dado el área o materia que nos ocupa (Conocimiento del Medio Natural, Social y Cultural), el objeto de análisis de este trabajo va a centrarse en el Suelo y Paisaje en el que se asienta Madrid, ya que es uno de los elementos más fácilmente reconocibles y modificables en el desarrollo de las ciudades y es, a su vez, claramente influenciado por aspectos sociales y culturales.
Para tratar este tema, mencionaremos en primer lugar el suelo y paisaje en el que se asienta la Comunidad de Madrid con el fin de aportar unas nociones básicas de sus características. En segundo lugar, y centrando el análisis en la ciudad de Madrid, trataremos de ver como algunos aspectos de interés de la ciudad han influido en la modelación de dicho paisaje, centrándonos en uno de los elementos sociales más destacados: el aumento de la población y los movimientos migratorios. Finalmente, veremos como estos movimientos sociales no sólo afectan a la ciudad per se sino que también influyen notoriamente en los paisajes colindantes, teniendo en cuenta que la ciudad no es un elemento aislado de su entorno.
En definitiva, buscamos un desarrollo sostenible que como definió Comisión Mundial del Medio Ambiente de la ONU (1983), satisfaga las necesidades del presente sin poner en peligro la capacidad de las generaciones futuras para atender sus propias necesidades
PLANTEAMIENTO Y DESARROLLO
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El suelo y paisaje de la comunidad de Madrid.
La comunidad de Madrid, de forma triangular, está situada en el centro de la Península Ibérica entre las comunidades de Castilla la Mancha y Castilla León limitando al norte con las provincias de Segovia y Guadalajara, al Sur con Toledo, al Este con Ávila y al Oeste con Cuenca.
La variedad de la Comunidad de Madrid en su paisaje es notable dada la combinación de espacios naturales como la Sierra, las llanuras de campiñas y vegas y las zonas intensamente urbanizadas, como es el área urbana en el que centraremos nuestro análisis. En general, podemos hablar de dos grandes ámbitos geográficos: la zona montañosa o sierra y la depresión del río Tajo.
La zona montañosa esta formada por las sierras de Somosierra, Guadarrama (pertenecientes al Sistema Central) y el sector oriental de Gredos con una variedad de materiales entre los que predomina el granito (La Pedriza). Al pie de la sierra hay una zona de Rampa suave que se uniría en cuanto a visión paisajística con la depresión del Tajo (zona central y Sur de la comunidad). Esta depresión está formada por materiales procedentes de las montañas que han sido arrancados y depositados en el proceso de erosión. Dicha erosión dio lugar a su vez a las campiñas, o zonas bajas erosionadas, y a las vegas que comprenden las llanuras de inundación y los fondos de valle. Este último relieve presenta un gran desarrollo de asentamientos urbanos e industriales.
La evolución de los distintos espacios geográficos ha dado lugar a los siguientes paisajes. La sierra y la rampa han generado zonas salpicadas de monumentos y castillo junto con rutas y cañadas por las que va el ganado. Las campiñas del Este destacan por la presencia de los ríos (Tajuña, Henares,…) y la formación de grandes páramos (superficies altas formadas sobre rocas calizas sobre las que se ha encajado, mediante erosión, la red fluvial actual), donde predominan los cultivos de secano (trigo, maíz, olivo) y donde se ha mantenido la actividad agraria y ganadera. La zona Sur se caracteriza por la sequedad, aunque también por la zona de la vega de Aranjuez donde predomina el regadío. Por último, la zona suroccidental, donde aparece un relieve ondulado que lleva gradualmente a uno más montañoso con la Sierra
Zonas arboladas que han pasado a ser campos de cultivo, plantación de árboles no autóctonos en la zona de la sierra, diversificación del espacio, etc son claros efectos de las prioridades a las que se ha visto sometido el paisaje. Factores históricos, económicos, sociales,... han marcado estas necesidades.
En lo que a este trabajo respecta, nos centraremos en uno de los aspectos que más han definido el paisaje de la comunidad de Madrid y en concreto el de la ciudad: la concentración de población en determinadas áreas urbanas como consecuencia directa del proceso urbanizador actual.
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Aspectos de interés de la ciudad que han influido en la modelación del paisaje: el aumento de la población y los movimientos migratorios
Sin dejar de ser una excepción en la Península Ibérica (véase el caso de Barcelona), Madrid está viviendo un crecimiento continuo en cuanto a la superficie del suelo urbano se refiere. Evidentemente, este proceso urbanizador ejerce continuas presiones sobre el paisaje de nuestra comunidad y de nuestras ciudades. El alto consumo de materiales para la construcción y el mantenimiento, el consumo de agua y energía, la generación de residuos, la demanda de medios de movilidad que aumentan la contaminación, etc. son claros ejemplos de lo mencionado. Sin embargo, si hay un hecho significativo que está afectando a la estructura de nuestro paisaje y suelo es el de la elevada densidad de población como consecuencia de los grandes movimientos migratorios. Actualmente, y siguiendo los datos ofrecidos por el informe Madrid Economía del Ayuntamiento de Madrid la población actual de Madrid 3.242.924 habitantes lo que la convierte, a su vez, en la segunda mayor de la Unión Europea, Así, en la Ciudad de Madrid vive el 52,9 por ciento de la población de la Comunidad de Madrid, que con sus prácticamente 6 millones de habitantes es, a su vez, la tercera mayor concentración metropolitana de Europa, y la tercera de España, por detrás solo de Andalucía y Cataluña. Pero quizá lo más destacable no sea su dimensión sino su evolución: en los últimos cinco años la dinámica de la población se ha visto impulsada por una importante entrada de inmigrantes. Esto ha supuesto un cambio de tendencia: un crecimiento demográfico de casi el dos por ciento anual, que ha elevado la población por encima de los 3,2 millones en 2006.
Los movimientos migratorios que están aconteciendo, como destacado elemento social a comentar, provocan cambios evidentes en su estructura no sólo interna sino también externa.
En cuanto a la estructura interna de la ciudad los cambios son variados. A pesar de que el crecimiento de la población viene ampliamente provocado por la entrada de inmigrantes, también es cierto que hay un tanto por ciento perteneciente a los ciudadanos que se desplazan del campo a las grandes ciudades como consecuencia de la degradación del medio ambiente, inclusive la pérdida de tierras de cultivo, bosques y pastizales
Las consecuencias más usuales de la migración procedente del campo son de índole variada. En primer lugar, hay una reducción drástica de la población rural. Dicha reducción suele caracterizarse por una falta de gestión que conlleva la inutilización de los recursos naturales.
Esto provoca una desestabilización de los ecosistemas ocasionando incluso catástrofes de tipo natural (los incendios forestales vienen en ocasiones provocados por la desertización de las tierras).
Al mismo tiempo que se reduce la población disminuyen los servicios para atender a estas poblaciones.
La reducción de población rural no sólo provoca desestabilización en su gestión sino también en su estructura más interna. Es decir, se dan desequilibrios en su edad y sexo y también disminuye la vitalidad de la población (empobrecimiento demográfico, envejecimiento), Al quedar la población de mayor edad, la economía rural tiende a desaparecer ya que no hay una población joven que pueda continuarla. Inmediatamente después al abandono de dichas zonas rurales suele seguir la ocupación de estas zonas para el uso y aprovechamiento de la urbe (vertederos, vías de tren, etc.)
En segundo lugar, y como tendencia general, al aumento de población en las grandes urbes ha dado lugar a la formación de áreas situadas en el extrarradio de la ciudad. En el caso de la comunidad de Madrid hay cuatro zonas principales que rodean a la capital:
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la Corona Metropolitana Oeste (Las Rozas, Majadahonda, Pozuelo de Alarcón)
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la Corona Metropolitana Este (Alcalá de Henares, San Fernando, Coslada),
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la Corona Metropolitana Norte (Alcobendas, San Sebastián de los Reyes, Tres Cantos)
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el Sur Metropolitano (Getafe, Leganés, Fuenlabrada)
Según un artículo publicado en el periódico el Mundo la población de estas zonas crecerá en una media del 18% mientras que la zona de la región que menos crecerá en los dos próximos lustros será la capital.
Independientemente de las consecuencias geográficas y físicas en el paisaje, los movimientos migratorios a las afueras de las ciudades tienen unas claras consecuencias sociales, económicas y medioambientales. Intensificados estos por el auge de migraciones de otros países, los efectos sociales más inmediatos son la aparición de guetos o grupos cuyas características sociales suelen ser más marginales. Hay una clara tendencia a la marginación y a la total diferenciación de estos grupos desfavorecidos, es decir, se tiende al aislamiento y no a la integración ya que, como muy bien apunta Terradas en su artículo Ecología Urbana, los cambios socioeconómicos y culturales llevan un ritmo muy diferente a los cambios urbanísticos siendo los primeros más lentos. En el caso de la comunidad de Madrid ha sido la zona sur la que se ha visto más afectada en este cambio social - urbanístico. Por otro lado, y dentro del plano económico, la mano de obra que se consigue es una mano de obra más barata cuya explotación atiende a intereses económicos locales.
En estrecha relación con este aspecto social, y como se menciona en el artículo Ciudades para un futuro más sostenible , este hecho demográfico también hace que “El medio ambiente urbano resulte cada vez menos capaz de satisfacer las necesidades básicas del hombre, tanto físicas como psicológicas. Las zonas con mayor problema son sobre todo las llamadas "zonas periféricas", pero incluso está en crisis el modelo de desarrollo del organismo "ciudad", que ya no es capaz de proporcionar soluciones a los problemas de habitabilidad que se van planteando”.
Siguiendo las directrices que se marcan en el mismo, los problemas relacionados con el medio ambiente en las zonas urbanas de los países desarrollados son, entre otros, la contaminación atmosférica, provocada sobre todo por el tráfico y las fuentes de energía; los problemas relacionados con la gestión y eliminación de los residuos; los problemas relacionados con el tratamiento de las aguas residuales en algunas zonas; o el deterioro de la calidad de vida por el incremento del tráfico y del ruido, la insuficiencia de espacios verdes en las ciudades.
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La ciudad como elemento dependiente e influyente en su entorno
La propia dinámica de la ciudad provoca un doble impacto ambiental. Uno de carácter interno, que acabamos de comentar, y otro de carácter externo, incidiendo sobre el medio natural circundante, en primera instancia, y sobre otros ecosistemas alejados cada vez más interdependientes con los grandes núcleos urbanos. Evidentemente, existen variaciones entre las ciudades. Aquellas que han sido sometidas a la presión de una rápida urbanización, tienen dificultades para ofrecer una infraestructura adecuada por la eliminación de residuos o el tratamiento de aguas residuales. En zonas urbanas más antiguas, los problemas radican en el deterioro de las infraestructuras existentes o en su inadecuación.
Por lo tanto, la creación de estas zonas del extrarradio de las grandes ciudades requiere de una infraestructura adecuada ya que dependen notablemente de la gran ciudad. Es en este caso cuando nos tenemos que centrar en las consecuencias que provocan estas migraciones en la estructura externa de las ciudades. Es importante destacar, antes de comenzar el análisis, que las ciudades no son entes aislados ni independientes, sino que son sistemas heterotróficos, es decir, dependen de la producción primaria que se produce en otros lugares. Fue de hecho a partir de la agricultura y la ganadería cuando comenzaron a crearse las nuevas ciudades. La producción de excedentes agrarios y ganaderos impulsó la creación de lugares de intercambio que se convirtieron finalmente en lo que conocemos como ciudades. Por lo tanto, es indiscutible su situación de Interdependencia. Esta dependencia se está viendo claramente enfatizada en los últimos estudios en los cuales el término “ciudad difusa” aparece con frecuencia para definir una ciudad en la que las redes de relación abarcan ya la totalidad del territorio y hacen, de todo el territorio, ciudad. Sin embargo, bajo esta apariencia de comunidad y solidaridad, es visible el uso que las ciudades hacen del entorno natural que les rodea. La explotación de los recursos se hace, en la mayoría de los casos, sin tener en cuenta los límites en la capacidad de carga de los sistemas. El resultado es una ciudad que se difumina en el campo ocupando áreas cada vez más extensas (en ocasiones regiones enteras).
Mientras que las ciudades usan recursos de otros lugares, éstas son elementos urbanos que lo que hacen es emitir como moneda de trueque contaminación y residuos que afectan tanto a su propio núcleo como a su entorno natural. En estrecha relación con la creación de zonas suburbanas está la creación de una infraestructura de comunicación mínima, una “red de movilidad horizontal” como menciona Salvador Rueda en su artículo, que facilite el acceso a la ciudad a todos los habitantes que residen en ellas. Una red de transportes adecuada es un claro ejemplo del impacto medioambiental que las ciudades producen en sus proximidades e incluso, en otros ciudades. Véase el caso del Tren de Alta Velocidad (AVE) en las comunidades autónomas colindantes a Madrid como es el caso de Guadalajara y Cuenca.
Junto con dicho desarrollo también habría que considerar la instalación de un tendido eléctrico, la creación de vertederos o embalses, la edificación de nuevos y grandes espacios comerciales, etc. Estas serían, entre muchas, las consecuencias medioambientales que la ampliación de del espacio de las grandes urbes ocasiona y, consecuentemente, el cambio en el diseño paisajístico originario.
CONCLUSIÓN
Como conclusión final, y para terminar, hemos visto como Madrid está viviendo uno de los cambios demográficos más significativos de los últimos años. Ese aumento de la densidad de población, reforzado y provocado al mismo tiempo por los movimientos migratorios, está ocasionando unas consecuencias totalmente negativas en el paisaje y suelo no sólo de nuestra ciudad, sino también de las ciudades y pueblos vecinos como parte del ecosistema al que pertenecemos. La realidad resulta algo desesperanzadora. La acumulación de población en las grandes ciudades continúa y se prevee que aumente, los recursos naturales se agotan y el deterioro del Medio Ambiente es desgraciadamente nuestra realidad y una de las mayores problemáticas actuales.
Sin embargo, como parte y miembros del mundo, del planeta, de nuestra ciudad, de nuestro pueblo, como miembros de un ecosistema, cada ciudadano somos responsable en nuestra pequeña parcela de contribuir a que este proceso se logre disminuir. Que menos que como docentes.
Informarnos y facilitar esas fuentes de información enseñando a ser críticos con ellas, aplicar los acuerdos medioambientales en nuestro ámbito de trabajo (Agenda Local 21), ayudar a crear nuevos ciudadanos comprometidos con su entorno, favorecer el contacto con el mismo,… en definitiva, lograr que nuestros alumnos sean conscientes de que nuestra vida depende del medio, son pequeños pasos que podemos, debemos, dar. Si no cuidamos el Medio Ambiente, no nos estamos cuidando nosotros mismos. Si le matamos, nos matamos.
BIBLIOGRAFÍA
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Dossieres facilitados en la asignatura
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Ciudad dispersa, aldea virtual y revolución tecnológica. Reflexión acerca de sus relaciones y significado social en Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. Universidad de Barcelona [ISSN 1138-9788] Nº 69 (68), 1 de agosto de 2000
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Madrid incrementará su población en casi 700.000 habitantes hasta 2016, en http://www.elmundo.es/elmundo/2006/08/27/madrid/1156678718.html
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Consecuencias del éxodo campo ciudad en www.club.telepolis.com/geografo/regional/espa/emigrar.htm
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Éxodo rural en http://es.wikipedia.org/wiki/%C3%89xodo_rural
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http://www.eumed.net/eve/resum/2004migra.htm
El Mundo, 17/06/2006 MADRID.- En 2006, Año Internacional de Lucha contra la Desertificación, se va a cumplir una década de la entrada en vigor -el 26 de diciembre de 1996- de la Convención de las Naciones Unidas contra la Desertificación. Se estima que más de 250 millones de personas se hallan afectadas por la desertificación y más de 1.000 millones están amenazadas por ella.
Fuente : www.ucm.es
www.ucm.eswww.ucm.eswww.ucm.es
Ver bibliografía
Terradas, J (2001). Ecología Urbana. Ed. Rubens (Introducción)
Ciudades para un futuro más sostenible: La ciudad compacta y diversa frente a la conurbación difusa por salvador Rueda en http://habitat.aq.upm.es/cs/p2/a009.html
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de Gredos.
Siendo este, en su generalidad, el paisaje de la comunidad de Madrid, es importante no olvidar los constantes cambios a los que se ha visto sometido según las necesidades del momento.
No es de locos afirmar que la mayor parte de los cambios han sido ocasionados por la intervención del hombre en la tierra.
Fuente: www.educa.madrid.org
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