Educación y Pedagogía
Sociedad y afecto
ÍNDICE:
1.- Experiencia social y afectiva:
1.1.- Concepto......................................................... 2
1.2.- Factores ....................................................... 2
1.3.- Implicaciones en el desarrollo ................ 3
2.- Etapa prenatal ...................................................... 4
3.- Lactancia: Primer año de vida ............................ 5
4.- Primera infancia: De los 2 a los 4 años .......... 6
5.- Segunda infancia: De los 4 a los 6 años .......... 7
6.- Niñez: de los 6 a los 12 años ............................. 8
7.- Pubertad y adolescencia: de los 12 a los 18 años................................................................................ 9
8.- Intervención psicoeducativa ............................ 11
Bibliografía ................................................................ 13
1.- LA EXPERIENCIA SOCIAL Y AFECTIVA
1.1.- Concepto
Todas las sociedades desarrolladas se caracterizan por dedicar una atención prioritaria a la infancia. Preparar adecuadamente a las nuevas generaciones para contribuir a su sociedad y cultura, así como prevenir o corregir las dificultades que se puedan producir durante los primeros años del desarrollo es una tarea compleja que requiere de la intervención de múltiples profesionales, instituciones y servicios comunitarios. Por otro lado la paradoja de una sociedad avanzada en la que perviven situaciones de maltrato o explotación de la infancia.
Adquirimos los hábitos y las reglas convencionales de la sociedad a la que pertenecemos de un modo casi inconsciente: el sistema de educación que empleamos, el tipo de trabajos que realizamos, aquello que juzgamos ser bueno o malo, nuestra vida familiar, nuestras actividades de ocio, cómo elegimos al que ha de tener el poder de regirnos, etc.
La familia es transmisora de valores, hábitos y costumbres, así como un lugar de apoyo emocional, por lo que es donde se genera, principalmente la socialización de las personas. La socialización es el proceso por el que las personas desde su infancia van adquiriendo los conocimientos, valores, modelos, símbolos, en resumen, las maneras de actuar, pensar y sentir.
Este proceso se inicia con el nacimiento y prosigue a lo largo de toda la vida. La primera infancia, es el período más intenso de socialización: es el momento en el que las personas tenemos más cosas que aprender también más actitud para ello. Son las madres y padres los que fundamentalmente inician la transmisión de los roles y son modelos que los hijos / as imitan.
Con la socialización se comienzan a aprender las funciones que tienen los hombres y mujeres, a la vez, que interiorizamos un sistema de valores claramente diferenciados según el sexo con el que nacemos.
Sabemos ciertamente que el ser humano es un animal social. Vivir en sociedad es un hecho puramente natural, como lo es la gran necesidad de pertenece a un grupo de amigos. Los niños sienten la necesidad de pertenecer a un grupo de amigos desde una edad muy temprana.
1.2.- Factores
Una familia es un grupo de personas que comparten afectos, vivencias, recuerdos, casa, bienes, dinero, trabajo y proyectos comunes.
La familia ha ido evolucionando y adaptándose a las distintas situaciones.
La familia proporciona a sus integrantes servicios gratuitos relacionados con la atención, el cuidado, la educación, la salud, las relaciones, etc.
Antes incluso de ser concebido, su mundo social está bastante bien definido para él: la clase social a la que pertenecerá, el tipo de escuela a la que ha de asistir, la familia en la que se criará e incluso las oportunidades de empleo en el futuro se hallan muy determinadas por el contexto social en el que ha nacido, aunque éste no es inamovible. El status económico de una persona dentro de la sociedad, ejerce una profunda influencia sobre su psique.
Aparte de la clase social, todos los niños desarrollan un conjunto de capacidades sociales que les permiten comunicar con otros grupos y sobrevivir en el mundo.
Las mujeres, no sólo son responsables de los afectos de la familia, sino que se ocupan de mantener el contacto con el exterior, solicitan la ayuda de los servicios educativos, sanitarios y de mantenimiento de la casa, comprobando su resultado.
Las mujeres se encuentran en una contradicción a la hora de decidir si quieren ser madres o no, y cuándo quieren serlo, ya que se ven confundidas entre realizar sus deseos como madres y el poder desarrollar otros aspectos como mujeres. La maternidad no tendría que ser un obstáculo ya que su satisfacción depende del tipo de relación que se tenga establecida en el seno de la familia y de las condiciones de la vida de la vida de las mujeres.
1.3.- Implicaciones en el desarrollo
Desde el punto de vista social la sordera crea aislamiento. Muchas veces los mensajes sonoros recibidos por las personas sordas, son recibidos de manera incompleta, o tergiversados, lo que incrementa ese distanciamiento.
Los sordos desarrollan una actitud vigilante, defensiva, que los hace vulnerables. Ellos suelen compensar su carencia auditiva por el sentido visual.
Es fundamental el compromiso de padres y reeducadores, el afianzamiento de vínculos afectivos entre niño, padres, reeducador, compañeros y entorno social.
En el desarrollo está implicado tanto la familia, como los centros educativos y el resto de la sociedad pasando por los medios audiovisuales. Los medios audiovisuales, ejercen una repercusión muy clara en los niños ya que lo que ellos ven en la televisión es lo que toman como realidad, por lo tanto, deberían tener en su franja horaria espacios más adecuados para su edad.
Desde el punto de vista social y afectivo también influyen los factores negativos como son los malos tratos, que se explican en cada etapa como influyen en las personas.
Una persona violenta puede ser aquel que en su infancia sufrió malos tratos, aprendió en su familia a ser violento, aspira por medio de la violencia a ejercer poder y control absoluto, se considera con derecho a saber todo de otra persona, tiene baja autoestima, es celosa, reservada y manipuladora. Hay factores genéticos, sociales, culturales y psicológicos que influyen en el comportamiento violento.
Los malos tratos se pueden definir desde dos perspectivas:
- El referente al comportamiento de los padres: teniendo en cuenta cuál es la actuación de los padres respecto a sus hijos, puede incidir de forma negativa o sobre el adecuado desarrollo físico y emocional del niño, bien sea por acción o por omisión.
- El referente a las consecuencias que produce en los menores: solamente hay que tener en cuenta aquellos aspectos que afectan al menos, es decir, los daños que presenta éste y hasta qué punto sus necesidades no son satisfechas o lo son de forma inadecuada.
Malos tratos a menores
Las actitudes negativas de los padres para con sus hijos pueden deberse a la inexperiencia o a la ignorancia, resultado de factores socioculturales, de alcanzar la paternidad a una edad excesivamente temprana, etc. Los daños reales se producen al incrementarse o hacerse más intensos determinados castigos de los padres que al principio no eran dañinos. Según la ONU, el maltrato o abuso verbal o emocional puede ser tan intimidatorio, desmoralizante, grave y aterrador como el maltrato físico
2.- ETAPA PRENATAL
Al llegar las últimas semanas del embarazo, el feto deja de ser un receptor pasivo. Se convierte en un pequeño actor que va a buscar en su medio las guías que más le convienen.
Los bebés prematuros capaces de moverse hasta entrar en contacto con lo que les tranquiliza son aquellos que han estado en el seno de una madre sosegada; por el contrario los que se mantienen prácticamente inmóviles o los que comportan de un modo frenético y resultan difíciles de calmar serían de madres desdichadas o estresadas, madres tendentes de abandonar al niño o deseosas a ocuparse de él en exceso. El estado mental de la madre encinta puede modificar las adquisiciones de comportamiento que efectúa al bebé que alberga. El contenido psíquico se halla constituido por una representación mental que pone imágenes y palabras al escenario interno, si este contenido es de desesperación el mundo íntimo será sombrío; mientras que si se respetan los ritmos del bebé, permiten el aprendizaje de los comportamientos de apaciguamiento.
A partir de la 24ª semana del embarazo, el sonido provoca una vibración del cuerpo de la madre y viene a acariciar la cabeza del bebé, el niño reacciona a menudo con un sobresalto, una aceleración del ritmo cardíaco o un cambio de postura.
Los malos tratos en la etapa prenatal son actuaciones y comportamientos de la madre que tienen influencias negativas o patológicas en el feto. Puede deberse a que la madre sea consumidora de sustancias tóxicas (drogas o alcohol) durante el embarazo, va a provocar que el niño nazca con un crecimiento y desarrollo neurológico anormales y con una dependencia física a la sustancia tóxica consumida por la madre. Cuando el embarazo se produce a una edad muy temprana, la falta de madurez y conocimientos de la futura madre puede provocar una situación de maltrato.
Las causas del maltrato pueden ser: cuando la futura madre no lleva a cabo un seguimiento médico adecuado, cuando siguen tomando un tratamiento médico continuado por padecer alguna enfermedad, cuando la madre continúa con sus hábitos terapéuticos aunque estén contraindicados durante el embarazo…
3.- LACTANCIA: PRIMER AÑO DE VIDA
Desde el momento del nacimiento parece que el niño está en condiciones para su socialización. Esto se debe al hecho de que su supervivencia depende del grupo social y que además dispone de un sistema perceptivo, gracias al cual siente atracción por los estímulos sociales.
Conductas como el llanto o la sonrisa adquieren desde muy pronto un significado para el adulto, que da respuesta al bebé y que son la base de los primeros vínculos afectivos. La adquisición de los conocimientos sociales se va a referir a las personas durante el primer año de vida. Así, este conocimiento debemos situarlo en torno a los tres o cuatro meses.
A partir de este momento los niños ponen de manifiesto conductas de lloro, sonrisa..., según la persona con la que interactúen. Antes de los seis meses de vida, los niños reconocen a determinadas personas, reaccionando con frecuencia ante su ausencia con cambios en la temperatura y en el ritmo cardiaco, lloros...
Hacia el octavo mes los niños no sólo discriminan entre personas que le son familiares o desconocidas, sino que adoptan una posición de cautela, recelo o miedo ante los extraños. Entre los aprendizajes que los niños inician en el primer año de vida están ciertos hábitos de comida, higiene,... En cuanto a valores y normas, no las conocen o no las comprenden. La relación afectiva que el niño establece en esta edad es el apego. El apego podríamos definirlo como el vínculo afectivo que el niño establece con las personas que interactúan de forma privilegiada con él. Este vínculo va a cumplir una serie de funciones de gran utilidad para el niño, entre ellas están la de supervivencia, la seguridad, la socialización, el aprendizaje...
Durante los dos primeros meses de vida no puede afirmarse que los niños reconozcan a las personas como tales, no obstante, se sienten atraídos por estímulos sociales como la voz, el rostro, el tacto, la temperatura, etc. A partir del segundo mes parece que diferencian a unas personas de otras, presentan conductas en las que manifiestan que prefieren ser cuidados por las personas que lo han hecho desde el nacimiento, no obstante, todavía no muestran conductas de rechazo hacia los desconocidos.
Entre los seis y los doce meses, no sólo manifiestan conductas de preferencia hacia las personas de apego, sino que además muestran rechazo hacia las personas desconocidas (miedo, recelo). La reacción de los niños es muy diversa y va a depender de aspectos como el lugar donde se produce el encuentro, la presencia o ausencia de la figura de apego, la forma de actuar del adulto... .
Respecto al vínculo afectivo protector, el más frecuente y fácilmente reconocible es el que muestra un niño (entre los 12 y 18 meses), que al obtener seguridad gracias a la presencia de una persona con la que esta familiarizada, no duda en alejarse de su madre para explorar su pequeño mundo y volver después al lado de su madre para compartir el entusiasmo de sus exploraciones.
Al terminar el primer año, los niños ya exhiben un estilo de relación, una forma de ir en busca del afecto que necesitan.
A los 18 meses, el niño, puede cooperar en las tareas secundarias y responder a actos de humor tosco por parte del adulto: esconderse, ser levantado como si fuera una bolsa de trapo.
Los malos tratos después del nacimiento pueden ser físicos, que son comportamientos no accidentales por parte de los padres, tienen como consecuencia que el niño sufra consecuencias físicas o corra riesgo de padecerlas, cuando la edad del menor sea muy improbable que dichas lesiones tengan un origen accidental (quemaduras de cigarrillo, moratones en pómulos y ojos…).
4.- PRIMERA INFANCIA: DE LOS 2 A LOS 4 AÑOS
A los dos años, el niño, se muestra muy poco colaborador en el juego; tiene sentido de la posesión de sus cosas, pero sin celos de los demás; está orgulloso de sus ropas nuevas, zapatos, etc.; y respecto al humor, principalmente del tipo motor-grueso, como escondidas y persecuciones, ya sin ayuda del adulto. Mientras que ya a los 3 años se muestra afable, servicial, asequible, desea agradar, es moderadamente afectuoso; puede manifestar celos de sus hermanos menores; se deleita con el humor amistoso (juego acompañado de grandes risas); y el humor anterior deja paso al verbal ya que goza con los juegos de palabras.
Tanto en la casa como en la escuela debe cuidarse mucho la autoestima del niño, y también que desarrolle y fortalezca su seguridad y confianza en sí mismo. Es importante la interacción con los otros niños porque es una manera divertida de socializar en la que disfrutan del aprendizaje, es decir, aprenden jugando. Dos cosas importantes que un niño debe aprender son: el separarse de su mamá y el aprender a manejar sus sentimientos.
El niño necesita jugar o desarrollar su iniciativa y no hay lugar ni mejor maestra que su casa y su mamá. El material puede ser el mismo, pero las actividades van cambiando de acuerdo a las capacidades del niño, lo importante es darle lo que requiere en cada etapa, no hay necesidad de adelantarse, porque hay tiempo para enriquecer cada etapa. Lo que se recomienda, es que se complementen esos juegos en casa con mamá, con la asociación con otros niños, pueden ser a través de su grupo de amigas que tengan niños de la misma edad.
El niño debe saber cuándo está triste, enojado o muy contento, y controlar sus emociones, saber que debe tolerar respetar a los demás, a desarrollar empatía, debe sentirse valorado y estimulado para aprender, para crecer, así que cuando los niños regresan a la casa con actitudes groseras que no tenían antes de ir, esa es una oportunidad para que los papás empiecen a moldear y a corregir lo que él va a aprender, porque el niño está identificándose, está haciendo lo que otros hacen, por eso hay que tener cuidado a dónde se mandan.
5.- SEGUNDA INFANCIA: DE LOS 4 A LOS 6 AÑOS
A los 4 años, el niño está fuera de sí, es peleador y polemista; puede mostrarse egoísta, rudo e impaciente con los hermanos menores; expresa afecto a la hora de acostarse, con un beso y un abrazo fuerte; está orgulloso de sus propios trabajos y creaciones; tiene un humor ingenuo y vocinglero (juegos acompañados de risas desaforadas); le gustan las rimas tontas y los juegos de palabras; y le agrada llamar a la gente con nombres tontos, divirtiéndoles las exageraciones.
A los 5 años, depende del adulto (de su proximidad), de su compañía y apoyo; le agrada la supervisión y la solicita; es afable, comprensivo, afectuoso y servicial; tiene curiosidad en general y ansia de información; y le agrada hablar a cualquier persona.
Los niños de nuestros días están más mimados en el plano material, pero sin embargo, tienen dificultades para moverse libremente por las calles hasta una edad bastante avanzada, para tomar contacto con lo cotidiano para jugar diariamente con sus amigos a la salida del colegio, etc.
El juego es un medio esencial de socialización mediante juegos compartidos, cada niño aprende a cooperar a mantener unas buenas relaciones con los demás. El juego social es indispensable de la misma manera que lo es el entenderse con las personas que nos rodean. Esta es una de las cosas que aprendemos, inconscientemente, al jugar en grupo, actividad que supone que cada uno responda a las acciones de los demás. Lo que nosotros hacemos afecta a todos. Si alguno, se niega a cumplir su objetivo en el grupo, no hay juego.
El juego social se estimula a aprender de los demás, a observarlos y a imitarlos desarrollando, también, la comunicación. Todo lo vive el niño a la vez que descubre y respeta las reglas, paso importante dentro del proceso de su libertad y el descubrimiento de un conjunto de valores y limitaciones.
El maltrato, a esta edad, se puede identificar cuando el niño está tenso o incómodo en presencia de sus padres y muestra temor ante ellos. También cuando llega a la escuela demasiado pronto y permanece en ella después del horario escolar hasta bastante tarde. Si nos fijamos en sus emociones el niño muestra sentimientos de rechazo hacia los demás, se siente culpable y merecedor del maltrato. A partir de esta edad los niños pueden sufrir también abusos sexuales que es otra forma de maltrato, el temor del menor genera que estos casos salgan a la luz mucho después de haberse cometido.
6.- NIÑEZ: DE LOS 6 A LOS 12 AÑOS
Los niños a los 6 años son expansivos e indiferenciados, bueno o malo, dulce u horrible, amable o cruel; le gusta el elogio y la aprobación, se resiente ante los correctivos y una palabra brusca le hiere fácilmente; estalla en llanto fácilmente, arremete física o verbalmente, sufre accesos de cólera; ríe sin motivos, hace muecas, alardea; es dominador, acusa y critica a los demás; se muestra celoso de otros niños; y tiene un empleo agresivo del lenguaje: insulta, amenaza, contradice, discute...
Los 7 años es la edad de los “sentimientos”, mejores relaciones con los demás, aunque hay un desequilibrio con sus propios sentimientos; es serio, absorto, pensativo, inhibido, enfático; la cólera está dirigida contra sí mismo, arroja o rompe algún objeto si no puede llevar a cabo algo en lo que está empeñado; es sensible al elogio y a la culpa, no puede aceptar cumplidos, pero puede tranquilizarse cuando se le elogia; se preocupa por su lugar dentro de la familia o del grupo escolar.
De los 8 a los 12 años tiene tendencia al desequilibrio entre sí mismos y los demás; impacientes, especialmente consigo mismo, descuidado; todo lo dramatiza, sus exageraciones son dramáticas, pero contienen por lo general una pizca de verdad; a menudo son alegres y joviales; tienen sentimientos de culpa; les gusta atrapar al maestro en un error, en casa, les disgustan las alusiones humorísticas a su persona o las bromas de que se le hace objeto; hablan mucho, exageran, se vanaglorian, cuando están furiosos o fatigados, levantan la voz.
A estas edades los niños necesitan relacionarse con sus compañeros de clase, a los que hará amigos y cogerá mucho cariño, ya que pasa muchas horas con ellos en el aula.
A partir de los 10 o 12 años los niños y niñas empiezan a desarrollarse sexualmente, cosa que les confunde si no se les ha explicado correctamente, ya que empiezan a sentir y a comportarse de diferente manera.
Gracias al movimiento feminista, las niñas saben con antelación cuál será su cambio físico. Las niñas dejan de correr y jugar, quizá por vergüenza de su nuevo cuerpo o por la incomodidad del nuevo movimiento de los pequeños pechos que nacen repentinamente. Las niñas empiezan a pasar las horas del recreo hablando entre ellas. La identidad con las otras niñas, comporta e implica comunicación. Para ellas el cambio físico transmite deseo de compartir “secretos” y sentimientos y este deseo de compartir se transcribe con la palabra amistad. La palabra pasa a ser el nuevo juego de las adolescentes.
Mientras que el cambio físico del niño, será muy diferente, en la escuela le enseñan que sus genitales crecerán, que algún día tendrá vello y que la voz se les volverá más grave. Los hombres no se identifican entre sí y eso supone falta de comunicación. Su cambio físico es más difícil porque es en secreto, tiene erecciones incontroladas que le asustan porque nadie les han explicado bien. Su refugio es el juego que les sirven de distracción, aislamiento y cansancio.
Para un niño homosexual que pasa por el mismo cambio, al jugar sufrirá erecciones incontroladas por sus amigos, por lo que buscará refugio en el grupo de las niñas, que son más sociales. Para una niña homosexual, es mucho más difícil darse cuenta de que su atracción que siente por las chicas es distinta de la que oye de sus amigas.
El distinto comportamiento que existe en nuestra sociedad entre hombres y mujeres, no está basado en la fisiología sexual, sino en lo aprendido y adquirido.
La identidad de las personas suele encontrarse dentro del corazón, antes de fijarnos en su comportamiento deberíamos fijarnos en sus sentimientos personales. La identidad es un sentimiento íntimo y personal que comporta una conciencia de grupo que a su vez comporta una estabilidad social y afectiva.
7.- PUBERTAD Y ADOLESCENCIA: DE LOS 12 A LOS 18 AÑOS:
Los adolescentes no suelen necesitar unos objetivos para reunirse, se agrupan y después encuentran los objetivos; esto marca una diferencia con los adultos, que parecen necesitar de unos objetivos. La gente joven se une simplemente para pasarlo bien estando acompañados. El grupo influye en el adolescente a través de factores personales y sociales. Los compañeros del grupo le ayudan indirectamente a saber “quién” y “cómo” es él, y de este modo puede diferenciarse y dejar de ser “uno más”. La identificación con el grupo le permitirá poner en marcha el mecanismo de autoafirmación, uno de los factores personales más importantes para alcanzar la definición del propio yo.
Un adolescente que no saliese del núcleo familiar sólo tendría como elementos de referencia y comparación sus padres y hermanos, y no podría distanciarse lo suficiente de ellos para conocer su pertenencia a la familia, sus orígenes y en definitiva su verdadera forma de ser. Los padres que impiden o dificultan la elación de sus hijos con los grupos limitan sus mecanismos de autoidentificación y de definición personal.
Se encuentra con la inevitable tendencia a cuestionar las ideologías impulsadas por la familia. La escuela y los grupos estructurados también le informan y le presionan para que adopte determinadas ideologías, ya sean políticas y religiosas. A través del grupo el adolescente aprende a conocer los problemas de la sociedad y de los demás, los relaciona y compara con los suyos, lo que le permite comprender la mayor o menor bondad de sus recursos personales. Si la personalidad del adolescente está escasamente estructurada, el grupo puede convertirse en un elemento distorsionador que llegue a causarle problemas de inadaptación social y personal e incluso trastornos metabólicos y hormonales.
En el terreno familiar, los adolescentes empiezan a negociar las salidas en una primera etapa (hasta los 15 años) y en la segunda etapa (de los 16 a los 18 años) que empiezan a negociar con los padres las salidas nocturnas.
Los padres para tener una buena relación con su hijo deben dialogar con ellos, sabiendo sus inquietudes; mostrarles su afecto, aunque ellos estén en una edad esquiva; respetar su intimidad, ya que necesitan sentirse dueños de su vida; confiar en ellos, cuando existe un buen ambiente familiar, marcado por la comunicación, el afecto y sobre todo la confianza es difícil que quieran mentirles; negociar, como las salidas nocturnas; mantener la calma, ante un problema que se pueda plantear; cultivar el buen humor, ya que un adolescente se mostrará más esquivo con unos padres que estén agobiados por el día a día; enseñarles a ser autónomos, como solicitar empleo, aprender a vivir solo y por último ser un modelo para ellos, poniéndoles ciertos límites adecuados y ser consecuentes con los pensamientos de los progenitores.
Los jóvenes son un factor de riesgo del consumo de drogas, en un contexto social y cultural, esto s e vería favorecido por los gobiernos que permiten el libre comercio de sustancias. En un contexto familiar son de importancia que el adolescente vea el consumo de drogas, como tabaco, alcohol. Otro contexto importante es su grupo de amigos, ya que si estos consumen drogas, el consumo se verá favorecido al de otro grupo que está en contra.
En la evolución afectiva del adolescente influyen las experiencias afectivas que haya vivido hasta ese momento. La inestabilidad emocional que se observa en algunos casos se debe a la imposibilidad de establecer una relación afectiva con los padres o hermanos. En los casos de los padres divorciados o separados, muchos adolescentes intentan encontrar la estabilidad en una pareja para que no les pase lo mismo que a sus progenitores.
Cuando el adolescente fracasa en el sentimiento afectivo, es decir cuando no es correspondido y no cabe ninguna posibilidad de vivir ninguna experiencia con este sentimiento, se puede dar el caso de que llegue a sufrir una fijación afectiva. Esto significa que la persona se sentirá inferior y solo destacará los aspectos más negativos de él. Si se fija en una persona que no puede llegar a conseguir y que si la consigue no es como él esperaba porque la había idealizado será una fijación personalizada. Otro tipo de personas son las que se enamoran con facilidad pero sin profundizar en sus sentimientos, suelen ser personas extravertidas, que no tiene problemas de relación social ni padecen frecuentes fracasos amorosos, este tipo de comportamiento lo suelen presentar los jóvenes pero de forma pasajera.
8.- LA INTERVENCIÓN PSICOEDUCATIVA
La escuela es concebida como institución específicamente configurada para desarrollar el proceso de socialización de las nuevas generaciones, su función aparece netamente conservadora: garantizar la reproducción social y cultural como requisito para la supervivencia misma de la sociedad.
La asistencia a parvularios y escuelas ponen al niño en contacto con otros niños. Las acciones prioritarias en educación infantil se abocan a favorecer los procesos de socialización y desarrollo, así como a promover la participación de la familia y la comunidad en general. Es común que las mamás piensen que si su niño tiene sólo dos o tres años, no es necesario que lo lleven a un centro educativo, creen que no les va a servir de nada y que todavía está muy chiquito para aprender. Porque como lo han demostrado algunos estudios de Fisiología cerebral y psicología infantil, la clave para el desarrollo de la inteligencia está en la experiencia del niño durante sus primeros tres años de vida, es decir, durante el desarrollo de las células cerebrales. Cuando ves a dos o tres niños poniéndose de acuerdo a ver a qué juegan y con qué materias. Una actitud de cuidado y atención serán los elementos vitales para la supervivencia del bebé. La educación inicial tiene como propósito favorecer el desarrollo físico, cognoscitivo, afectivo y social de los menores de 4 años de edad, e incluye la orientación a padres de familia o tutores para la educación de sus hijos o pupilos.
Como son niños de tres o cuatro años, los papás deben tener claro que no van a ir a aprender muchos conceptos, o a que le enseñen una cantidad de vocabulario, o a leer y escribir, porque no es su tiempo. En estas edades lo que deben buscar los papás es un lugar que les ofrezca el espacio para que los niños tengan un lugar donde puedan irse desarrollando integralmente en los aspectos cognitivo, afectivo social y físico.
En la etapa de formación primaria, la escuela fomenta en los niños la adquisición de valores y la adopción de actitudes y habilidades que permitan que los futuros ciudadanos inicien el desarrollo de sus aptitudes para trabajar con dignidad, mejorar su calidad de vida y poner en práctica su capacidad de aprendizaje.
La coeducación significa educar en igualdad de derechos y oportunidades a niños y niñas, sin que las diferencias sexuales supongan subordinación o exclusión y también una educación que integra la experiencia de las mujeres y hombres como el conjunto de la experiencia humana y cuestiona las formas de conocimiento socialmente dominantes.
Durante la infancia, la coeducación supone ofrecer todo tipo de juguetes, a niños y niñas, invitando a que investiguen nuevos papeles y situaciones, ayudándoles a que expresen toda su gama de sentimientos: llorar, reír, ser dulces o rebelarse. Utilizando expresiones parecidas y similar tono de voz para los dos sexos porque ambos necesitan protección y cariño. Con este tipo de educación se les podrá inculcar tanto a niños como a niñas las habilidades domésticas necesarias para la autonomía personal.
Ante las nuevas exigencias del desarrollo, la educación básica se ha extendido al nivel secundaria por decreto constitucional. Esto es una muestra de la política integral del Gobierno en materia de educación, que busca formar al estudiante de tal manera que pueda responder a los retos del presente en condiciones de equidad.
También es recomendable que haya convivencia de los padres con los niños, que conozcan a sus compañeros y a los papás, porque es común que a veces los padres no le toman importancia a las cosas del niño, piensan que da igual porque sólo tiene dos o tres años y tal vez muchos piensen también, que lo que le enseñan en la escuela, bien lo pueden aprender en casa con mamá; es cierto, pero una de las ventajas de llevarlo es que se puede detectar alguna dificultad de la etapa del niño y ayudarlo a resolverla.
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