Sociología y Trabajo Social
Sindicato vertical
EL SINDICATO VERTICAL
Asignatura: Historia del Trabajo
Docente de la Asignatura:
Alumno:
INDICE
INTRODUCCION 2
ORIGEN Y FUNCIONES 2
REGULACION Y ESTRUCTURACION 3
ELEMENTO PROPAGANDISTICO 5
FUNCION JURIDICA Y LABORAL 5
ACTUACION EN LA NEGOCIACION COLECTIVA 6
AGREGADURIAS LABORALES 7
FUNCION REPRESENTATIVA 7
FUNCION POLITICA 9
OBRAS SINDICALES 9
HITOS DEL SINDICATO VERTICAL 11
BIBLIOGRAFIA 14
INTRODUCCION
La Organización Sindical Española (OSE) más conocida como Sindicato Vertical ocupó una parte muy importante de la vida política y social del franquismo.
Su presencia y su forma de actuar condiciono, de alguna forma, la construcción del movimiento obrero de nuestro país.
Se puede decir que fue una institución coercitiva y anti conflicto, la OSE intentó durante su existencia impedir el surgimiento del movimiento obrero, la lucha de la clase obrera. Motivo por el que se creó, utilizando para ello desde la colaborando con la represión policíal hasta la desautorización de los colectivos representativos de los trabajadores.
Hay que tener en cuenta que la OSE conocía bien al movimiento obrero, ya que este estaba dentro de su propia estructura. De tal manera que el movimiento obrero, sobre todo desde los años 60, comenzó a ocupar todos los cargos representativos posibles mediante las propias normas de la OSE, ha protagonizado lo que se ha dado en llamar «ocupación democrática de los sindicatos verticales» por parte de los trabajadores.
La Ose perduró hasta 1977
ORIGEN Y FUNCIONES
Las disposiciones sobre el Sindicalismo Vertical fueron muchas ya en los años 40 y en esta primera época su creación fue muy lenta ya que se le fue dando forma mediante sus actas de formación, estructura y estatutos y su composición política, es decir, la línea de mando a nivel nacional cuya composición era un Delegado, Secretaria General, Inspección y Asesoría General, Vicesecretarias Nacionales y demás, y en su parte provincial eran las Centrales Nacionalsindicalistas (CNS), y además económicamente se estructuró en 28 Sindicatos Nacionales de actividad profesional o rama. Estos 28 Sindicatos fueron creados desde Madrid bajo una idea de centralismo, pero no tuvieron actividad real durante los primeros años de su nacimiento.
Por otro lado la función asistencial que proporcionaba el Verticalismo fue una labor concreta y útil que serviría para mitigar las miserias del día a día de un pueblo recién salido de una guerra. En cuanto al resto de las funciones que por ley se le adjudicó tuvieron poca repercusión en la realidad debido a que su capacidad gestora era reducida y solo en los años 50 fue más relevante al revitalizar el aparato político del Movimiento la Organización Sindical
Su función propagandística de sus inicios era una sombra de la que fue posteriormente, al principio no tenía el apoyo técnico que años más tarde poseería, y su propaganda era prácticamente verbal, se utilizaban conferencias, conmemoraciones y principalmente charlas a los obreros en las que como era lógico se maravillaba los principios ideológicos del nacionalsindicalismo y la figura de Franco.
Por lo que respecta a su actuación jurídica, esta fue alejada de sus cometidos sindicales, ya que no intervenir en los conflictos laborales ni en los convenios colectivos, se limitó a una tenue gestión del desempleo y a una, y no imparcial, asistencia a los trabajadores en lo referente a sus problemas laborales individuales.
En cuanto a su función económica fue por los mismos derroteros, es decir, no fue un cometido importante entre las funciones de la Organización Sindical, solo tras el I Congreso Nacional de 1961 tomó importancia los Servicios de Estadística, pero solo fue una institución de carácter consultivo, limitándose sus funciones a elaborar estudios y proyectos, los cuales eran más o menos viables, pero sin influencia en la marcha económica del país.
La última función que tenia era la representación de los trabajadores, elecciones de enlace, jurados, en los ámbitos empresariales locales, provinciales y nacional. Esta función estaba prácticamente vacía de contenido, posiblemente debido a la poca conexión del discurso con las aspiraciones de los trabajadores, por lo que la actuación general fue la de quedarse al margen en vistas de lo que pudiera pasar. Las elecciones sindicales se celebraron desde el 44, pero solo a partir de la creación del Congreso Sindical Nacional, que definió unas líneas que se caracterizaban por la consigna de lograr la mayor colaboración y participación de los trabajadores con lo cual se inicio una tendencia interesada de apertura.
De esto último surgieron nuevos cauces de participación a través de determinados órganos, supuestamente deliberativos, como los Consejos Sindicales Provinciales y Nacionales de Trabajadores y Empresarios que tenían carácter separado e independiente, como se reconoció en 1961 dando con ello la existencia de dos protagonistas distintos en el proceso económico, pero esto no dejo a la larga de ser un simple gesto pues su significación democrática fue realmente nula.
REGULACION Y ESTRUCTURACION
El régimen en su proceso de consolidación tuvo que crear su propia organización sindical, conforme el ejercito ocupaba las zonas democráticas se formaron en todas las provincias las juntas Delegadas de Sindicatos de Falange, que tenían por función garantizar la normalidad laboral, en la que colaboraban los empresarios, y así se inicio un proceso de sometimiento de la fuerza laboral ya que sin esta en su actividad normal la implantación del régimen no se podía realizar.
Esta normalización se tenía que lograr bajo cualquier forma incluyendo la coacción y la represión de los sindicatos de origen republicano, de tal que el principio ideológico básico fue la represión de la conflictividad laboral a la cual se la consideró delito de lesa patria. Y no hay que olvidar que cualquiera que se enfrentara al verticalismo era depurado sin ninguna contemplación. Por lo tanto el someter al movimiento obrero fue una de las metas que el régimen se propuso a fin de consolidar su victoria y para este sometimiento se utilizó desde las medidas represivas clásicas hasta los nuevos organismos vinculados al régimen.
Este sometimiento fue vigente durante toda la dictadura, aunque más intenso en los primeros años en concreto entre 1939 y 1945, época donde se promulgaron leyes que dotaron de contenido y competencias a la Organización Sindical Estatal (OSE), de esta forma se atribuyo al nacionalsindicalismo la recaudación de cuotas obligatorias pagadas por obreros y empresarios, se incautaron los bienes de los sindicatos democráticos y además se estableció que los mandos deberían de ser falangistas siempre supervisados por la jefatura del partido, con lo que queda claro la vinculación y dependencia política del sindicalismo vertical al régimen.
En este periodo nació el Fuero de los Españoles (1938) que pretendió ser la gran obra jurídica del régimen, en él se definía al Sindicato Vertical como: “Una corporación de derecho público que se constituye por integración en un organismo unitario de todos los elementos que consagran sus actividades al cumplimiento del proceso económico dentro de un determinado servicio o rama de producción, ordenado jerárquicamente bajo la dirección del Estado”.
Así mismo se publicaron la Ley de Unidad Sindical y la de Bases de la Organización Sindical en 1940. La Ley de Unidad Sindical encuadro a trabajadores y empresarios como fuerzas de la patria que intervenían en la producción, y la de Bases de la Organización Sindical era más administrativa, centrada tanto en la línea política como en la económica.
La Ley de Unidad Sindical ordenó la integración de las organizaciones sindicales existentes, tanto de patronos como de obreros en el Sindicato Vertical, ante esta Ley los obreros respondieron con quietud y silencio debido a la represión existente tanto en el plano policial como institucional, pero hay que reconocer que de forma latente existió una conflictividad. Autores como David Ruiz ha elaborado una tipología de la resistencia individual y que resumida es la siguiente: actitudes de negligencia, incumplimiento de horarios, desidia, sabotajes, insultos a los jefes, y exigencias del cumplimiento de las normas.
Por lo que respecta a los empresarios la mayoría acepto el Sindicato Vertical, sobre todo por lo práctico del encuadramiento de la mano de obra, en el que veían una forma de controlar la pérdida que les suponía las reivindicaciones laborales y las huelgas, ahora suprimidas bajo delito de sedición, algunos autores apuntan que los empresarios se beneficiaron del nacionalsindicalismo pero no colaboraron estrechamente con él, llegando incluso si su interés económico lo requería a resolver las peticiones de los obreros por otras vías.
Pero no todos los empresarios aceptó este encuadramiento y debido a una fisura de la ley que no preveía control sobre las sociedades mercantiles, muchas asociaciones empresariales se trasformaron en saciedades anónimas, lo que les permitió mantener sus propósitos de independencia y no ser absorbidas por el Sindicalismo Vertical.
La Ley de Bases de la Organización Sindical, era el agente legislativo que doto de vertebración los organigramas tanto de la línea política como de la socioeconómica del Sindicato Vertical.
La máxima autoridad política a nivel nacional era el Delegado Nacional o presidente que era asesorado por el Secretario General y los secretarios confederales de Asuntos Económicos, Sociales y Asistenciales, conocido como Vicesecretarios Nacionales, pero esta estructura se modifico con la creación del Congreso Sindical, en el 61, como órgano colegiado y de máxima autoridad, que estaba compuesto por el Consejo Nacional de Empresarios y Trabajadores, cuya paridad de poder estaba con el Delegado Nacional.
Provincialmente estaban las Centrales Nacional Sindicalistas (CNS), a las que después se conoció como Delegaciones Provinciales de Sindicatos hasta el 76 en que se denominaron Delegaciones de la Administración Institucional de Servicios Socio profesionales. El Delegado Provincial de Sindicatos era pues la máxima autoridad, y estaba nombrado por el Delegado Nacional, que tenía bajo su mando a los Delegados Comarcales y Provinciales.
Por otro lado Los Sindicatos Nacionales eran el elemento más importante de la línea económica del Verticalismo, tenía dos componentes la nacional y la provincial que se dividían en 28 ramas de actividad económica y que se agrupaban en las Federaciones de Sindicatos del campo, industria, comercio y servicios.
Nacionalmente cada sindicato tenía un Presidente Nacional, Secretaria Nacional, la Junta Nacional compuesta por el presidente de los empresarios y el de los trabajadores, y las dos secciones unificadas del ciclo económico, la Sección Económica (empresarios) y la Sección Social (obreros y técnicos).
Estos sindicatos de rama en teoría abarcaban todo el territorio, pero en la realidad había zonas en las que no estaban presentes por la propia configuración económica de la región. En los pueblos la mayoría de las veces este diseño de ramas no se respetaba, y era habitual diferentes profesiones se agruparan en que se llamo sindicato local mixto que legalmente no era real al no estar reconocido en el organigrama sindical nacional de sectores.
Como ultimo eslabón estaba la Cámara Oficial Sindical Agraria (COSA) que representaba a nivel nacional a las Hermandades de Labradores y Ganaderos y su homóloga en las provincias era la Federación Sindical de Comercio, ambas Cámara y Federación eran independientes de los sindicatos nacionales y poseían sus propios órganos de gobierno y financiación.
ELEMENTO PROPAGANDISTICO
Independientemente de la actividad propagandística unida a la actividad del Sindicalismo Vertical destaco un servicio que a pesar de haber nacido con la finalidad informativa, llego a tener desde 1959 una importancia fundamental como elemento de propaganda.
Así pues al tiempo que se refuerza la actividad representativa del Sindicato Vertical se refuerza el ya existente Servicio de Información y Publicaciones. Este Servicio se había dedicado a publicar, documentos doctrinales, textos oficiales y discursos, y desde ahora iba a poseer también como medios de divulgación la radio y el cine.
Las principales publicaciones del Servicio fueron: el diario Pueblo (1959) de tirada nacional, Voz Social y Tiempo Nuevo de publicación interna y distribución nacional llegando a todos centros oficiales y parecidos. También se publicaron periódicos sindicales regionales, editados por las Delegaciones Provinciales con cabecera el nombre de la provincia y el adjetivo Sindical. El total de las publicaciones según la Organización alcanzo los 80000 ejemplares.
También disponía de su agencia de noticias conocida como Servicio de Información Sindical (SIS).
También creó una serie de periódicos a nivel nacional (en cada provincia) que fueron conocidos como periódicos del movimiento.
Así mismo creó el Departamento de Cinematografía que elaboraba documentales sobre el mundo del trabajo que se tradujo al ingles, francés e italiano a fin de canjearse las simpatías internacionales, de igual forma colabora con los responsable de No-Do sobre todo para los reportajes referentes al 1 de Mayo, 18 de Julio, desfile de la Victoria, pantanos y demostraciones sindicales.
En lo referente a la radio creo la llamada Cadena de Emisoras Sindicales (CES), en frecuencia modulada y onda media.
FUNCION JURIDICA Y LABORAL
La asistencia jurídica de la OSE tenía una discreta actuación en los conflictos individuales de trabajo, tramitando la conciliación, y en la teoría elaboraba proyectos, supuestos de promoción laboral y disposiciones administrativas.
Pero la labor más importante del Sindicato Vertical tuvo que ver con la colocación y con el empleo. La Ley de Colocación de 1943 y su Reglamento de 1959, configuraron el Servicio de Colocación como un servicio público, nacional, gratuito y exclusivo.
Los objetivos y competencias iníciales fueron dos:
Gestión del empleo y Orientación Profesional, mediante el primero ponían en contacto a los trabajadores con las empresas que demandaban mano de obra y mediante el segundo facilitaban información sobre los aspectos laborales.
En la década de los setenta sus funciones fueron ampliadas y su Red Nacional de Oficinas de Colocación tomo un papel importante en su relación con el Instituto Español de Emigración.
Otra de sus competencias fue la gestión del Seguro de Desempleo, desde su creación en 1962, su labor era la tramitación de los expedientes de solicitud o prorroga.
Pero lo importante fue la gestión de la problemática colectiva que fue asumida con la Ley de Convenios Colectivos de 1958, establecía un reconocimiento (suave) oficial a la negociación por parte de los obreros de sus reivindicaciones laborales y daba al Sindicato Vertical la representatividad conjunta de los obreros y patronos frente al texto, la firma de los primeros convenios fue un arma de propaganda del régimen que lo presentaban como la actitud ejemplar de los primeros empresarios que los firmaron y presentaban estos convenios como ejemplos a seguir en el futuro por ambas partes.
Esta Ley dio al Sindicalismo Vertical una poderosa arma, la exclusiva representatividad frente a la negociación colectiva. Cuando se estancaba la negociación volvía a intervenir el Ministerio de Trabajo que solía emitir un laudo o Norma de Obligado Cumplimiento (NOC), por la cual se decretaba por ley las condiciones salariales que tenía que cumplir cada empresa en particular o sector económico en general. Según estadísticas de la OSE el numero de NOC utilizadas fue mucho menor al de convenios establecidos, según esto se podría pensar que los enfrentamientos entre trabajadores y empresarios por motivos salariales fueron resueltos mediante los convenios colectivos y que el papel mediador de la institución fue relativamente efectivo. En teoría intervenía el sindicato en la negociación colectiva, pero en la practica eran los trabajadores comisionados (CCOO o otras similares).
Esto no significa que no hubiera fuertes contradicciones como para poner en entredicho la propia estructura del sindicalismo vertical, sobre todo si una Delegación de Trabajo tenía que dictar una NOC a un empresario que era presidente sindical por no querer este someterse a la negociación del convenio solicitado por sus obreros.
Tenemos que tener en cuenta que esta Ley se presento por el régimen como una modernización y progreso sin tener presente que se publicaron la Ley de Orden Publico (1959) y el Decreto de Represión contra el Bandidaje y el Terrorismo (1960) cuya finalidad era castigar a los trabajadores que para alcanzar sus objetivos usaban medios prohibidos (huelgas….) que eran catalogados como acciones contra la seguridad del Estado y que fueron usadas como amenaza a los representantes obreros que exigían el cumplimiento de la Ley de Convenios Colectivos.
ACTUACION EN LA NEGOCIACION COLECTIVA
El descontento del trabajador respecto de sus condiciones laborales en los años 40 y 50 se manifestaba mediante el conflicto individual, ya que el conflicto colectivo como se ha dicho no fue reconocido hasta principios de los 60, este tardío reconocimiento no fue debido a las actitudes voluntarias de conciliación por parte de los trabajadores sino por el contrario a los mecanismos coactivos del régimen.
El conflicto colectivo no era reconocido por la Organización Sindical, para ella era una entelequia, no había problemas entre los obreros y los patronos.
Y al ser de tipo individual los conflictos laborales, que eran los reconocidos por el régimen, y que además eran resueltos por las Magistraturas de Trabajo creadas en 1940 y no por Sindicalismo Vertical, con lo que careció de una de las competencias cruciales, lo cual demuestra la contradicción fundamental de su naturaleza. Solo desde el 58 tendría un papel secundario, como hemos dicho al principio, ya que no pudo resolver dichos conflictos a través de las Juntas de Conciliación Sindical.
La consideración exclusivamente individual del conflicto tenía su correspondencia teórica en la superestructura jurídica en concreto en la doctrina de las Relaciones de Trabajo o doctrina del Anticontractualismo, en la cual un principio ideológico era el principio armonicista que consideraba que mientras subsistiese en contrato laboral las partes se encontrarían enfrentadas y la lucha de clases sería inevitable.
Por esta razón tanto juristas anticontractualistas como ideólogos del nacionalsindicalismo defenderán la sustitución de la contratación colectiva por un sistema basado en las relaciones individuales de trabajo.
Estas doctrinas del anticontractualismo sirvieron para la legitimación del Sindicalismo Vertical, y además muchas reflexiones de los defensores de esta teoría enlazaron perfectamente con las trasformaciones propuestas por los nacionalsindicalistas del primer falangismo, en global, superación radical del contrato de trabajo: ni patronos ni empresa privada, unión de los protagonistas y factores que intervienen en la producción en una comunidad económica nacional bajo la tutela del Estado. Sin embargo estas tesis fueron superadas a finales de los 50 por las doctrinas de las corrientes modernizadoras, la tecnocracia y la ortodoxia liberal, donde la contratación colectiva no solo no sería perjudicial sino que sería beneficiosa
AGREGADURIAS LABORALES
Uno de los puntos a los que el Sindicalismo Vertical saco mas partido ideológico fue la “asistencia sindical al emigrante”, asumió la tarea de asesorar a los emigrantes en amplio sentido, participación que le vino dada por la Ley de Bases de Ordenación de la Emigración, de tal manera que llego a crear las Agregadurías Laborales en Europa y América, en los lugares donde había un mayor contingente de trabajadores españoles, se establecieron en Gran Bretaña, Alemania, Francia, Bélgica, Italia, Suiza, Estados Unidos, Argentina, Brasil, Venezuela y por ultimo en Ginebra ante la OIT (1964).
Las actuaciones de estas Agregadurías fue: la asistencia jurídica al trabajador ante las instancias laborales del país receptor, información al emigrante de la normativa vigente en el país de acogida y la asistencia social a la familia del trabajador.
FUNCION REPRESENTATIVA
En la primera fase del Sindicalismo Vertical la representatividad de los trabajadores fue muy limitada, a pesar de que las elecciones se celebraron desde 1944, estas solo permitían elegir los cargos inferiores, los obreros elegían a sus enlaces sindicales, que eran representantes a nivel básico, local. Estos enlaces votaban a los Vocales Provinciales de la Junta Provincial de Trabajadores y estos a su vez votaban a los Vocales Nacionales que formarían parte de la Junta Nacional de Trabajadores y ahí terminaba el poder electoral.
Por otro lado los cargos con cierto poder de los Sindicatos Nacionales de Rama no se elegían, eran designados a dedo por el presidentes de los mismos, pero además los cargos de la línea política eran nombrados directamente por el Delegado Nacional de Sindicatos.
Solo en los 50 las elecciones fueron vistas por los obreros más concienciados como el medio para romper el sistema, a esto colaboro la legislación sindical al establecer los jurados de empresa (1947), que fueron pieza básica de la Organización Sindical, pero su aplicación se efectúa en el año 1953, que fue el año de pactos con los Estado Unidos y con el Vaticano, a fin de demostrar un aspecto aperturista. Con todo la Organización Sindical seguía en manos de los patronos y falangistas cuyo fin era la dominación del sector obrero.
Es cierto que aunque de manera muy tímida la Organización Sindical protestaba ante los despidos incluso cuando eran enlaces sindicales, pero la protesta se resumía en una denuncia a los patronos que abusaban de la normativa vigente en materia de despidos.
Solo a partir de la representación de los obreros en la negociación colectiva la situación cambio, ya que el propio discurso ideológico reconocía una cierta horizontalidad en las estructuras, por la mayor participación de los trabajadores en las elecciones, no limitadas ya a los enlaces sindicales, a este fin se amplió el tipo de cargos que los trabajadores decidían con su voto. Así los Reglamentos sindicales del 60, 63,66 y 69 pusieron a elección cargos como Presidentes de Sindicatos Locales y Provinciales, de igual forma se facilito el poder ser candidato elegible, pudiendo ir como candidato a nivel nacional todos aquellos que lo solicitaran.
En 1961 se crearon los Consejos de Trabajadores y Empresarios que sustituían a las antiguas juntas, y eran parte de las máximas autoridades representativas y deliberantes que era el Congreso Sindical en su vertientes nacional y el Consejo Sindical en su vertiente provincial.
Con todo esto se pretendía dar una apariencia de autonomía a ambas partes dentro de la línea representativa al crear órganos deliberantes separados para cada parte, pero la labor de los Consejos quedo bien pronto limitada al estar a las ordenes de los delegados nacionales o provinciales.
El Congreso Sindical era la máxima autoridad sindical del país después del Delegado Nacional, la propaganda verticalista decía que este órgano nacía para: Reunir en una sola convocatoria deliberante (anual) a obreros, técnicos, empresarios y dirigentes sindicales para “examinar los problemas de proclamación teórica y actualidad practica que se refirieran al interés económico y social de los españoles”; Interesar a los trabajadores en los problemas de la empresa y acercar a los empresarios a la comprensión de las necesidades y aspiraciones de los trabajadores; Propiciar una autocritica en el seno de la OSE, orientar la inversión de los fondos sindicales y dar a conocer esos presupuestos a los representantes de empresarios y trabajadores.
La Comisión Permanente era el órgano superior entre congresos y velaba por la ejecución de los acuerdos tomados en los plenos anuales.
El Congreso Nacional tenía una composición de un tercio de funcionarios del más alto nivel de la institución y de dos tercios en condiciones de paridad de los representantes de los Consejos Nacionales de Trabajadores y Empresarios. Este Congreso solo se reunió cuatro veces por lo cual no fue operativo, si bien el Sindicalismo Vertical nunca reconoció esta inoperancia, al revés en su discurso sindical recalcaba su papel.
La OSE fue lo suficientemente flexible como para reconocer la necesidad de renovar sus propias estructuras institucionales, de forma que ante el pasado de arbitrariedad, en s intento de supervivencia, intento emular la mecánica asamblearia de los sindicatos obreros ilegales, acciones que se realizaban ante la indiferencia creciente de obreros y empresarios, todo esto bajo la politización que subyacía bajo la conflictividad sindical que se origino a partir de los 70.
En toda esta vorágine de acciones se inserto la Ley Sindical del 71, con la que de nuevo intento instaurar cambios significativos, pero fue esta vez el autoritarismo político el que puso trabas ya que podía trastocar sus carreras políticas (el Sindicato Vertical era trampolín para escalar puestos más elevados), quedando la Ley reducida a una recopilación de promulgaciones de los 40.
De esta forma el intento de revitalización de las funciones del Sindicato Vertical desde finales de los sesenta llego tarde y fue un propósito destinado al fracaso.
Por otra parte el espacio sindical empezaba a ser ocupado por una conglomerado de fuerzas desorganizadas pero de gran vigor, entre las que despuntaban CCOO, USO y UGT, entre otras, que tendrían en el futuro una suerte muy diversa pero que su común denominador era la herencia que les había dejado el Sindicato Vertical, herencia que era la inexperiencia, el recelo y el desconocimiento de la praxis sindical normal en un país democrático.
FUNCION POLITICA
Aunque las líneas fundamentales estaban ya marcadas, el proceso de su estructuración interna continuaba todavía, si bien ya se le habían incorporado aspectos novedosos.
Uno de estos aspectos fue la estrategia que la OSE desplego para ampliar su presencia y participación en la vida política nacional e internacional.
A nivel nacional se encontraba representada en cantidad de órganos administrativos del Estado, pero se debe recordar que el formar parte nominal de esos órganos no implicaba su participación en ellos con plenitud.
Por el lado internacional intento potenciarla asociación con organizaciones sindicales a fin de lograr acuerdos y estrechar lazos, esto se realizo mediante el Servicio Nacional de Relaciones Exteriores que se creó hacia 1952 como una entidad vinculada a la Delegación Nacional de Sindicatos.
Este Servicio tenia la función de atender las actividades internacionales que nacieron como resultado de las relaciones establecidas por la Organización Sindical con entidades extranjeras de carácter social o económico y con organismos sindicales, así mantuvo relacione con la OIT, a Unesco, y organizo visitas de miembros de otros sindicatos a España, lo que origino una eficaz campaña de relaciones públicas para la imagen del verticalismo, que era el objetivo primordial tanto de la OSE como del régimen.
OBRAS SINDICALES
La OSE creo entre 1939 y 1942 las llamadas Obras Sindicales encuadradas en la Vicesecretaria Nacional de Obras Sindicales, esta creación contribuyo a robustecer las competencias asistenciales de la OSE. De esta manera se regulo la acción asistencial asociada al Sindicato Vertical y en 1946 se aprobó el Estatuto de la Función Asistencial, el cual en su artículo 1º decía:
“La Organización Sindical desarrolla, paralelamente a su función social, otra específicamente asistencial, caracterizada por un fuerte sentido de vitalidad cristiana y un impulso entusiasta hacia el logro de la autentica hermandad entre los trabajadores”
Hay que reconocer que estas Obras Sindicales, a pesar de estar en la línea política, tuvieron una utilidad más real que otros órganos creados en la línea de lo social ya que en realidad eran un instrumento al servicio de la demagogia obrerista del discurso nacionalsindicalista.
La función asistencial del Sindicato Vertical se fue acrecentándose a lo largo del tiempo, mediante el perfeccionamiento de las estructuras de las Obras Sindicales y la creación de otros medios asistenciales, teniendo su actuación la máxima repercusión en la posguerra.
Hay que reconocer que en este éxito tuvo vital importancia la situación en que se encontraba la población española, necesitada de cualquier tipo de ayuda proviniese esta de donde fuera, motivo que a su vez fue utilizado como propaganda por el régimen para intentar su legitimación.
La Obra Sindical que más relevancia tuvo sobre todo entre 1939 y 1958, aunque duro hasta 1977, fue la Obra Sindical del Hogar y Arquitectura, ya que los problemas más importantes del momento eran la vivienda y la sanidad. Entre los años 1940 y 1954 se inicio el primer Programa Sindical de la Vivienda, el cual quedo muy por debajo de las necesidades reales del momento, pero es de reconocer que al menos sirvió para mostrar cierta eficacia en su gestión y como no tuvo rentabilidad política para el régimen, rentabilidad que se obtenía en las campañas que se realizaban para la entrega de las viviendas a las familias.
Pero no olvidemos que al mismo tiempo intentaban tapar la especulación inmobiliaria y la dilapidación del dinero público en la construcción de edificios de pura ostentación.
En lo que respecta a la asistencia médica la responsable fue la “Obra Sindical 18 de Julio” a la que, en 1942 por ley, se le asigno la prestación de los servicios médicos del Seguro, contribuyendo así a la formación de la Seguridad Social.
Esta Obra tuvo su duplicado en los Servicios Sindicales del Seguro de Enfermedad, los cuales eran recaudadores de las cuotas de los empresarios y trabajadores para la cobertura de la asistencia sanitaria. Contaba además con la Caja Nacional del Seguro que cubría las zonas y sectores que a las entidades de carácter mercantil no les ofrecía interés por deficitarias
El Consejo Nacional de la Obra Sindical 18 de Julio, creo el Seguro Libre de Enfermedad del cual se beneficiaron grandes sectores de obreros que estaban sin seguro y en el año 50 realizo el concierto con las Mutuas Laborales cuyos asociados disfrutaron de las condiciones medico-farmacéuticas de la misma forma en que lo hacían en el Seguro Obligatorio de Enfermedad.
Además los años sesenta y setenta fueron los de esplendor de las Obras Sindicales con incidencia en las de Educación y Descanso y en la Formación Profesional. La de Educación y Descanso tuvo su lado más activo en la potenciación del turismo social con la creación de las Residencias Familiares que eran propiedad de la Organización Sindical, en las cuales podían veranear por poco dinero los funcionarios de la institución con sus familias principalmente y también otros trabajadores, todos ellos por poco dinero.
Así mismo otras actividades que potenciaban eran las deportivas y culturales, las cuales tenían un efecto propagandístico en las principales fechas del régimen. Y con un carácter casi reglar desde los años sesenta organizaba anualmente, y por provincias, campeonatos de deportes y juegos de mesa, así como festivales de baile y canto tanto moderno como folklórico junto con los Coros y Danzas de la Sección Femenina y diferentes concursos de artesanía y pintura, así como representaciones teatrales, todo ello con los trabajadores y empresarios y funcionarios aficionados.
Esta Obra creo el Día del Productor en el cual se repetían los concurso y actividades para el entretenimiento, esto unido a los grupos gimnásticos que tenia eran actividades que se realizaban el día 1 de Mayo dentro de las Demostraciones Sindicales.
Igualmente creo las llamados Hogares del Productor que eran una copia de las Casas del Pueblo, donde se podía se podía hacer desde jugar al domino hasta hablar de futbol, pero no se podía hablar de política ni de los problemas salariales.
Todas estas actividades fueron tomando gran auge dese 1966 aproximadamente hasta el final del régimen y fue la creación más popular del Verticalismo.
En lo referente a la Obra de Formación Profesional hay que decir que tras una fase de dificultades en cuanto a la formación como a la selección de profesores, tuvo su desarrollo con la Ley de Formación Industrial de 1955 y con la creación de las enseñanzas oficiales de Formación Profesional Acelerada de 1957.
Desde 1953 desarrollo un sistema de becas sindicales especificas que eran independientes del Ministerio de Educación y Ciencia y que están dedicadas a financiar los estudios de Enseñanza Media y de Formación Profesional de los hijos d los trabajadores. Llegando a conseguir un viejo sueño anterior a la guerra de la Falange, que era y fue la creación de las Universidades Laborales y la acogida social que tuvieron favoreció que el Sindicalismo Vertical se acercara al mundo universitario.
Por el contrario a todo esto la Obra Sindical de Previsión Social conoció en este tiempo una fase de declive, motivado por no haberse planteado sobre unas bases realmente profesionales que unido a que el INP mantuvo su carácter de institución estatal y las mutualidades laborales funcionaron fuera del ámbito sindical, las acciones de la obra se vieron reducidas prácticamente desde su creación en 1941.
Motivos estos por los que la obra se centro casi hasta los sesenta en la red de Corresponsales de Previsión Social que llevaban funciones relacionadas con la Seguridad Social Agraria. Pero resurgió desde que se creó en su seno en 1965 las Secciones de Trabajo y Enfermedades Profesionales ya que su misión era la divulgación de las medidas preventivas de accidentes, que realizaban por medio de charlas en las empresas así como la realización de cursos para instructores en Seguridad e Higiene Laboral.
La importancia de la gestión asistencial de las Obras Sindicales fue acrecentándose con los años al tiempo que se iba limitando la capacidad de actuación del Sindicato Vertical hasta quedar reducido a este sector y lo mismo ocurrió en la transición política cuando la OSE se transformo en la AISS (Administración Institucional de Servicios Socio profesionales).
HITOS DEL SINDICATO VERTICAL
Veamos algunos de los hitos de la evolución de la OSE.
1932 Ley de Asociaciones Profesionales, prohíbe los sindicatos de carácter mixto.
1936 Se declaran fuera de la ley las agrupaciones y partidos del Frente Popular.
Se prohíben actuaciones políticas y sindicales, obreras y patronales de carácter político
1937 Se declaran fuera de la ley la CNT, UGT y STV
Incautación de los bienes de los sindicatos de clase.
Se organiza las Centrales Nacional-Sindicalistas.
1938 Creación del Ministerio de Organización y Acción Sindical.
Se hace depender a los Sindicatos del Movimiento de este nuevo ministerio y se prohíbe la creación de nuevos sindicatos de clase.
Se promulga el Fuero del Trabajo.
Las CNS se estructuran por provincias y dependen del Ministerio, pero mantienen su relación con FET y JONS.
Se incorporan a las CNS los Sindicatos católicas de la antigua CESO.
1939 Todas las actuaciones sindicales se transfieren al Servicio de Sindicatos de FET y JONS. Se crea la Delegación Nacional de Sindicatos disolviéndose el Ministerio de Organización y Acción Social.
Los bienes de los sindicatos de clase pasan a los Sindicatos de FET y JONS.
1940 Se promulga la Ley de Unidad Sindical.
Los Sindicatos se hacen cargo de funciones de control de precios e intervención económica.
Se promulga a Ley de Bases de la OSE.
1941 Se instaura la línea de mando de la OSE y se crean los órganos colegiados consultivos y deliberantes.
1943 Se crea la figura del enlace sindical.
1944 Se crea el Consejo Nacional de Ordenación Social.
Primeras elecciones sindicales, el candidato ha de ser de confianza política, duración del mandato dos años.
1946 I Congreso Nacional de Trabajadores.
1947 Se implantan los Jurados de Empresa.
1950 Nuevo Reglamento Electoral, se eligen enlaces sindicales en las empresas de más de 50 trabajadores.
1951 II Congreso Nacional de Trabajadores.
1953 Nuevo Reglamento Electoral.
Reglamento de Jurados de Empresa, se implantan en las empresas de más de 1000 trabajadores.
Se convocan nuevas elecciones sindicales.
1958 Se promulga la Ley de Convenios Colectivos.
1960 Nuevo reglamento general de elecciones, para acceder a puestos superiores de la línea de mando es necesario haber sido elegido antes en los inferiores.
1961 Se crea el Congreso Sindical.
1963 Nuevo Reglamento Electoral.
1964 se crean los Consejos (nacional y provinciales) de Empresarios y los Consejos de Trabajadores.
1966 Reglamento General de Elecciones, sufragio igual, libre y secreto, mandato de 6 años renovándose cada tres.
Elecciones sindicales, participación según OSE de un 83,3%.
1967 Ley Orgánica del Estado, se modifica la Declaración XIII del Fuero del Trabajo.
1969 Se prolonga el mandato electoral por dos años.
1971 Se promulga la Ley Sindical.
Nuevas elecciones sindicales, se renueva el 50% de los cargos y su mandato es de 4 años.
Desarrollo de la Ley Sindical sobre cargos políticos o de confianza.
Derecho de reunión sindical.
Garantías para os cargos electivos.
1972 Régimen de las Organizaciones Profesionales y Sindicales: Asociaciones, Agrupaciones, Uniones, Colegios y Consejos.
1973 Normas sobre sindicación.
Aparece un Reglamento General de los Sindicatos.
Aparece un Reglamento del Congreso Sindical.
Promulgación del texto refundido del Régimen económico - administrativo sindical.
1974 Ratificación del Convenio de la OIT sobre garantías a los representantes sindicales de empresa.
1975 Nuevas facultades al jurado de empresa sobre el derecho a la información económica de la empresa.
Nuevas normas electorales, que modifican en parte l reglamento de 1966.
Nueva regulación del derecho de reunión sindical, a nivel de empresa especialmente.
1976 El Boletín Oficial de las Cortes publica los nombres de los miembros de la ponencia que debe de informar del proyecto de ley orgánica del Consejo e Economía Nacional y se conoce la composición propuesta para él.
Se conoce el decreto ley por el que se crea la “Administración Institucional de Servicios Socio -Profesionales (AISS).
1977 Se inicia en las Cortes la discusión sobre el proyecto de ley de regulación del derecho de asociación sindical.
BIBLIOGRAFIA
Titulo:
PRODUCTORES DISCIPLINADOS Y MINORIAS SUBVERSIBAS
Autores : Carmen Molinero y Pere Ysàs
Editorial: Siglo Veintiuno de España Editores.
Titulo:
PATERNALISMO INDUSTRIAL Y DISCIPLINA FABRIL EN ESPAÑA (1938-1958).
Autor: José Babiano Mora
Editorial: CES
Titulo:
HISTORIA Y MEMORIA DE LA GUERRA CIVIL Y PRIMER FRANQUISMO EN CASTILLA Y LEON.
Autores: Varios, Coordinador: Pablo García Colmenares
Editorial: Universidad de Valladolid
Titulo:
CUARENTA AÑOS DE SINDICATO VERTICAL
Autor: Manuel Ludevid
Editorial: Laia.
Titulo:
HISTORIA DE COMISIONES OBRERAS.
Capitulo: Sindicalismo Vertical franquista: la institucionalización de una antinomia (1939-1977)
Autores: Rosario Sánchez López y Mª Encarna Nicolás Marín
Editorial: Siglo XXI
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Enviado por: | Damian Fernandez |
Idioma: | castellano |
País: | España |